2013 HC
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TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
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EXP N ° 07009-2013-PHC/TC
MADRE DE DIOS
JUAN VILLAR VARGAS Y OTRO
Representado(a) por JORGE PAYABA
CACHIQUE
En Lima, a los 3 días del mes de marzo del 2016, el Pleno del Tribunal
Constitucional, integrado por los magistrados Ledesma Narváez, Urviola Hani, Blume
Fortini, Ramos Núñez, Sardón de Taboada y Espinosa-Saldaña Barrera, pronuncia la
siguiente sentencia, sin la intervención del magistrado Miranda Canales por encontrarse
con licencia el día de la audiencia pública. Asimismo, se agregan los fundamentos de voto
de los magistrados Urviola Hani, Ramos Núñez y Sardón de Taboada y el voto singular de
la magistrada Ledesma Narváez.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional presentado por don Jorge Payaba Cachique contra
la resolución de fecha 23 de agosto de 2013, de fojas 300, emitida por la Sala Penal de
Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Madre de Dios, que declaró infundada la
demanda de autos.
ANTECEDENTES
Manifiesta que los beneficiarios vienen siendo acusados por la presunta comisión
del delito contra la libertad sexual (violación sexual) de menor de edad, por supuestamente
haber sostenido relaciones sexuales con dos menores pertenecientes a la comunidad nativa,
dentro del territorio de la comunidad, hecho que no resulta cierto dado que dicha conducta
fue con pleno consentimiento de las menores, siendo incluso que Herbert Cusurichi Payaba
convivió y tuvo un hijo con una de ellas de manera pacífica. Sin embargo, refiere que el 10
de julio de 2013, la Policía Nacional ingresó a su territorio sin su consentimiento y detuvo a
Juan Villar Vargas, a quien se le viene sometiendo a un proceso penal sin tomar en
consideración que dicha materia ha sido resuelta por la jurisdicción indígena como consta
del Acta suscrita en la Asamblea General del 10 de julio de 2013. Agrega que la Corte
Suprema a través de su jurisprudencia ha reconocido que es parte del ejercicio de la
jurisdicción especial, el juzgamiento de todo tipo de casos suscitados dentro del territorio
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FUNDAMENTOS
2. Se puede pues apreciar, que lo que se busca en esencia, vía el presente proceso, es que
tras anularse los actuados en la justicia ordinaria penal, se reconozca como única
autoridad competente para el juzgamiento de hechos como los que se ha venido
investigando, a las autoridades jurisdiccionales pertenecientes a la Comunidad Nativa
Tres Islas, por ser la misma a donde pertenecen tanto los beneficiarios del presente
proceso constitucional, como las presuntas víctimas de los hechos que se les imputan.
Como consecuencia de ello, que se ordene la inmediata libertad de don Juan Villar
Vargas (detenido al momento de iniciarse el presente proceso) y el cese de los actos de
amenaza de la libertad personal de don Herbert Cusurichi Payaba (quien se encuentra
con orden de ubicación y captura).
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3. Siendo dos las pretensiones centrales que se buscan a través del presente proceso, se
hace necesario precisar que respecto de aquella que busca la anulación de los actuados
del proceso penal seguido ante la jurisdicción ordinaria, la causa aún se encuentra
pendiente de dilucidación. Sin embargo respecto de aquella otra que busca la libertad
inmediata de don Juan Villar Vargas, así como la anulación de la orden de la captura
contra don Herbert Cusurichi Payaba, se hace necesario indicar dos aspectos: a)
Habiéndose emitido por parte de la Sala Penal Liquidadora de la Corte Superior de
Justicia de Madre de Dios, la resolución de fecha 30 de enero del 2014, mediante la
cual se ha declarado fundada la conclusión del Ministerio Público que sustenta el retiro
de la acusación contra don Juan Villar Vargas y ordenado su excarcelación al igual que
el archivo definitivo del proceso (fojas 98 a 108 del Cuadernillo Especial ante el
Tribunal Constitucional), ha operado la sustracción de materia justiciable de
conformidad con el segundo párrafo del artículo 1° del Código Procesal
Constitucional; y, b) A pesar de haberse expedido por parte de la Sala Mixta de la
Corte Superior de Justicia de Madre de Dios resolución con fecha 25 de Junio del
2015, mediante la cual se declara procedente la petición del procesado Herbert
Cusurichi Payaba de variación del mandato de detención por el de comparecencia
(fojas 109 a 113 del mismo Cuadernillo Especial), aún no se ha resuelto su situación
jurídica de fondo, pues no obstante que la misma Sala Mixta de la Corte Superior de
Justicia de Madre de Dios, mediante resolución de fecha 25 de enero del 2016 absuelve
al citado procesado de la imputación formulada (fojas 114 a 123 del Cuadernillo
Especial), se ha interpuesto por parte del Ministerio Publico, recurso de nulidad con
fecha 8 de febrero del 2016 (fojas 125 a 129 del Cuadernillo Especial), motivo por el
cual, aún existe causa susceptible de pronunciamiento.
10. Garantía incuestionable que tal variante jurisdiccional supone, constituye la autonomía
en su ejercicio, entendida esta última como una capacidad para auto desenvolverse con
sujeción a sus propias reglas, establecidas a partir de las propias consideraciones
materiales de lo que representa el multiculturalismo aceptado per se como uno de los
contenidos de nuestra Constitución.
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16. Se ha dicho y no sin razón que la jurisdicción comunal y la garantía de autonomía que
le es consustancial, representa un bien jurídico de especial relevancia dentro del
contenido constitucional. Las razones de ello, han quedado anteriormente precisadas.
Ello no obstante y muy a pesar de que la citada variante jurisdiccional posea las
connotaciones que se ha descrito, no significa tampoco ni mucho menos, que la
relevancia proclamada suponga minimizar o peor aún, desconocer otros bienes
jurídicos al interior de la propia Constitución.
17. Sabido es que la norma fundamental, se estructura no sobre la base de una escala de
jerarquías, sino sobre el supuesto de contenidos igual de importantes, debiéndose
matizar que cualquier eventual escenario conflictivo debe ser resuelto a la luz de cada
caso, y con sujeción estricta a un raciocinio elementalmente ponderativo.
18. No es ni puede ser aceptable que tras invocarse la relevancia de un contenido o norma
constitucional, se pueda en abstracto o tal y cual si fuera una regla generalizada,
neutralizar el valor o trascendencia de otro contenido o norma de la propia
Constitución, pues esta debe ser concebida de manera no sólo sistemática y armónica,
sino en forma compatible con la totalidad de objetivos constitucionales.
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21. La importancia de una jurisdicción comunal, se encuentra fuera de toda duda. Sin
embargo, conviene preguntarse si a partir de su reconocimiento y puesta en ejercicio,
cualquier materia con incidencia jurídica debe ser puesta en su conocimiento.
22. Una respuesta razonada del tema, evidentemente descarta de plano que todos los
aspectos jurídicos puedan ser vistos en el ámbito de la justicia comunal, pues el origen
de esta no responde a los mismos supuestos y consideraciones de la Justicia ordinaria,
sino a lo que es propio de la vida comunal con todas las incidencias que la misma
puede llegar a suponer. Naturalmente, esto tampoco significa ni debe tomarse
necesariamente, como que sean muy pocos los aspectos a cargo de esta variante
jurisdiccional, sino simplemente, como que no todos los aspectos jurídicos pueden
tener una consecuencia directa en el ámbito de la vida comunal.
24. Prueba contundente de que esta concepción es plenamente legítima la encontramos por
lo demás en el ámbito de los propios instrumentos internacionales. Es el caso del
artículo 9.1 del Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales en países
independientes, cuyo texto establece, sin que quepa duda alguna, que "En la medida en
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que ello sea compatible con el sistema jurídico nacional y con los derechos humanos
internacionalmente reconocidos, deberán respetarse los métodos a los que los pueblos
interesados recurren tradicionalmente para la represión de los delitos cometidos por
sus miembros".
25. Y abona a fa misma perspectiva lo que el inciso 3) del artículo 18 del Código Procesal
Penal (Decreto Legislativo 957) ha establecido al señalar que "La jurisdicción penal
ordinaria no es competente para conocer: (...) De los hechos punibles en los casos
previstos en el artículo 149 de la Constitución".
26. Sin embargo, el hecho de que se acepte como perfectamente legítima, la opción de una
justicia comunal de tipo penal, no significa tampoco como algunos, erróneamente lo
creen, que nuestro ordenamiento jurídico pretenda auspiciar una renuncia total a las
potestades punitivas que tiene el Estado en relación a los delitos cuando de
comunidades campesinas o nativas se trata.
27. En efecto, lo primero que debe recordarse es que no existen cláusulas constitucionales
absolutas. Que el artículo 149 de la Constitución reconozca la jurisdicción comunal, no
significa que esta última sustituya o reemplace a la justicia ordinaria. El vocablo
"pueden" utilizado por el citado dispositivo para hacer referencia a las funciones
jurisdiccionales de las autoridades de las Comunidades Campesinas y Nativas, es aquí
especialmente significativo. Si la intención de la norma constitucional, hubiese sido, la
de darle a la justicia comunal, el rol sustitutivo de la Justicia ordinaria, el citado
término estaría demás, debiéndose haber optado por el de "deben".
28. Pero dicho argumento, que es en esencia gramatical, no es tan relevante como la
concepción que ya ha sido explicada y que se traduce en el límite objetivo establecido
en el artículo 149 y de acuerdo con el cual, la jurisdicción comunal, bien que
importante, de ninguna manera puede administrarse en forma contraria a los derechos
fundamentales.
29. Aceptar que la jurisdicción comunal tiene como restricción inobjetable el respeto por
los derechos fundamentales, supone que la interpretación a dispensarse al referido
inciso 3) del artículo 18 del Código Procesal Penal, no puede desembocar de ninguna
forma en una renuncia total al poder punitivo del Estado cuando se trata de delitos
cometidos en el ámbito de la vida comunal. Lo que supone es que una concesión como
la descrita en el citado dispositivo, y que se traduce en la incompetencia de la justicia
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ordinaria para conocer de delitos cuando de la vida comunal se trata, solo ha de operar
en la medida que no se vulneren los derechos fundamentales de la persona.
30. De asumirse una interpretación tendiente a excluir de la justicia ordinaria toda clase de
delitos so pretexto de cometerse en el ámbito de la vida comunal, significaría
virtualmente vaciar de contenido o de toda eficacia práctica a la restricción establecida
en el tantas veces citado artículo 149 de la Constitución, lo cual no sólo sería
inaceptable sino totalmente irrazonable en el contexto de una Constitución que se
esfuerza en defender una pluralidad de bienes jurídicos de relevancia y en particular,
los que tienen una vinculación directa con los derechos fundamentales de la persona.
31. Por lo demás, el propio artículo 9.1 del Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos
Indígenas y Tribales en países independientes que ya ha sido citado, establece que la
represión de delitos cometidos por quienes forman parte de una Comunidad Indígena o
Tribal, apelando a sus propios métodos (entre los que por supuesto se encuentra, el de
la jurisdicción comunal) sólo puede darse en la medida en que sea compatible con el
sistema jurídico nacional y con los derechos humanos internacionalmente reconocidos,
lo que se traduce en respetar el marco normativo encabezado por la Constitución y por
los derechos que dicha norma fundamental defiende.
32. No hay pues, de ninguna forma, una renuncia radical o absoluta a la potestad punitiva
del Estado, sino el reconocimiento de una justicia ordinaria que cede ante la justicia
comunal solo y específicamente en determinados supuestos, los que no comprometen
los derechos de la persona.
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la posibilidad de que sea la jurisprudencia la que caso por caso, vaya definiendo el
tema, es un hecho que teniendo como referencia directa lo previsto en el artículo 149
de la Constitución, ningún delito que pueda, además de lesionar bienes jurídicos
tutelados por la ley penal, lesionar el contenido constitucionalmente protegido de
derechos fundamentales o de bienes jurídicos de relevancia constitucional vinculados
a estos, podía ser pasible de juzgamiento en el ámbito de la justicia comunal.
35. En el escenario descrito, queda claro que por ejemplo, no podrían ser materia de
conocimiento en el ámbito de la justicia comunal, todos aquellos delitos que recaigan
sobre derechos fundamentales como la vida, la salud, la integridad física, psíquica y
moral, la libertad, entre otros o que puedan afectar de alguna forma los intereses de
aquellas personas ubicadas en condición especial y/o sensible como los niños, los
adolescentes, las mujeres en estado de embarazo, los ancianos, etc.
Dilucidación de la controversia.
38. Es pertinente precisar, de los actuados del presente proceso y de sus antecedentes, que
los hechos imputados se circunscriben a lo siguiente: a) Se atribuye a don Juan Vargas
Villar, el haber cometido delito de violación sexual en agravio de la menor Y.CH.S.
cuando esta contaba con 13 años de edad; y, b) se atribuye a don Herbert Cusuruchi
Payaba, el haber cometido delito de violación sexual en agravio de la menor Y.CH.S.
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cuando esta contaba con 13 años de edad , y en agravio de la menor B.CH.S. cuando
esta tenía 12 años de edad.
41. A este respecto y de acuerdo con lo que señala el demandante del presente proceso
constitucional y lo que aparece de las declaraciones de las presuntas agraviadas así
como de uno de los procesados (don Juan Villar Vargas), el delito contra la libertad
sexual (violación de menor) en realidad no habría existido, por dos razones básicas: a)
las relaciones sexuales entre los procesados y las agraviadas habrían sido con absoluto
consentimiento y producto de relaciones de convivencia producidas en diversos
momentos; y, b) Las relaciones sexuales practicadas entre adultos y menores en edad
de concebir que a la par sean libremente consentidas, formarían parte de las costumbres
practicadas tradicionalmente en el ámbito de diversas comunidades nativas y en
particular en el ámbito de la Comunidad Tres Islas, a donde pertenecen todos los
involucrados.
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quienes habitan la Comunidad Nativa Tres Islas, resolver con sujeción a lo dispuesto
en el artículo 15 del Código Penal cuyo texto regula el denominado error culturalmente
condicionado conforme a los siguientes términos "El que por su cultura o costumbres
comete un hecho punible sin poder comprender el carácter delictuoso de su acto o
determinarse de acuerdo a esa comprensión, será eximido de responsabilidad. Cuando
por igual razón, esa posibilidad se halla disminuida, se atenuará la pena".
HA RESUELTO
Publíquese y notifíquese
SS.
URVIOLA HANI
BLUME FORTINI
RAMOS NUÑE
SARDON DE TABOADA
ESPINOSA-SALDAÑA BA
Lo que certifico:
Con el mayor respeto por la posición de mis colegas magistrados, emito el presente
fundamento de voto, pues si bien coincido con lo resuelto y con la gran mayoría de
argumentos que sustentan el fallo, deseo hacer algunas precisiones:
S.
URVIOLA HANI
Lo que certifico:
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Emito el presente voto porque, si bien estoy de acuerdo en declarar como INFUNDADA la
demanda, estimo que deben formularse una serie de precisiones respecto de ciertas
afirmaciones que, a mi entender, son inexactas. La primera, relacionada con la supuesta
delimitación de las materias que pueden ser conocidas por la justicia ordinaria y por la
comunal; y, la segunda, vinculada con la aplicación de la figura del error de prohibición
culturalmente condicionado.
En el escenario descrito, queda claro que por ejemplo, no podrían ser materia de
conocimiento en el ámbito de la justicia comunal, todos aquellos delitos que recaigan
sobre derechos fundamentales como la vida, la salud, la integridad física, psíquica y
moral, la libertad, entre otros o que puedan afectar de alguna forma los intereses de
aquellas personas ubicadas en condición especial y/o sensible como los niños, los
adolescentes, las mujeres en estado de embarazo, los ancianos, etc.
En ese sentido, afirmar qué conductas pueden ser enjuiciadas por la judicatura ordinaria y
cuáles por la comunal implica una labor que, en principio, no creo que deba ser realizada en
una sentencia por parte de este Tribunal. Antes bien, creo que demanda esfuerzos
articulados entre distintas instituciones, profesiones y, evidentemente, culturas, a fin que, a
través de un examen interdisciplinario, se pueda elaborar alguna propuesta que recoja un
mínimo nivel de consenso que pueda llevarse exitosamente a la práctica. En principio, son
el Poder Ejecutivo y el Congreso de la República quienes deben promover esta clase de
reformas, a fin de velar no solo porque los jueces y fiscales tengan una visión multicultural
al momento de administrar justicia, sino también porque en las comunidades exista un
importante nivel de certeza respecto de qué materias pueden ser enjuiciadas en su seno y
cuáles no.
no existiría ninguna razón por la que la justicia ordinaria no tuviese que, tras merituar
la cultura y costumbres de quienes habitan la Comunidad Nativa Tres Islas, resolver
con sujeción a lo dispuesto en el artículo 15 del Código Penal cuyo texto regula el
denominado error culturalmente condicionado.
De ahí que la afirmación que se efectúa en la ponencia no solo es impertinente para resolver
lo demandado en este habeas corpus, sino que además supone una injerencia en la forma
cómo el juez penal debe resolver el caso que aun se encuentra en su conocimiento, lo cual
es completamente ajeno a la jurisprudencia que reiteradamente ha emitido este Tribunal.
S.
RAMOS NUÑEZ
Lo que certifico:
l• io Reátegui
av
-.31111»..% • Apaza
Secretario Relator
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6 0.
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El denostado artículo 149 contiene una regla para delimitar los ámbitos de la justicia
comunal y de la justicia ordinaria:
Se puede estar a favor o en contra de esta delimitación, pero no afirmarse que no dice
nada.
S.
SARDÓN DE TABOADA
Lo que certifico:
Fr-a,
' .. . :&:‘,7.i. ...............
vio Reátegui Apaza
Secretario Relator
.
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TRIBUNAL CONSTITUCIONA!..
Considero que en pleno siglo XXI no debería admitir dudas, en primer lugar, que una
denuncia por violación sexual en agravio de dos hermanas menores de edad (13 y 12
años), en el ámbito de una comunidad nativa, no es de competencia de la justicia
comunal sino de la justicia penal ordinaria; y, en segundo lugar, que no debería formar
parte de ninguna costumbre comunal el que un adulto pueda tener relaciones sexuales
con menores de 13, 12 o menos años de edad.
Este es uno de los pocos casos que llega al Tribunal Constitucional y plantean de modo
específico el conflicto entre la jurisdicción comunal y la jurisdicción penal ordinaria en
materias tan relevantes como son las que involucran la violación sexual de menores de
edad. De los diferentes bienes jurídicos que se encuentran en conflicto no cabe duda que
uno de la mayor importancia es la indemnidad sexual de los menores de 13, 12 o menos
años de edad que habitan en las comunidades nativas
41. (...) de acuerdo con lo que señala el demandante del presente proceso
constitucional y lo que aparece de las declaraciones de las presuntas agraviadas así
como de uno de los procesados (don Juan Villar Vargas), el delito contra la libertad
sexual (violación de menor) en realidad no habría existido, por dos razones básicas:
a) las relaciones sexuales entre los procesados y las agraviadas habrían sido con
absoluto consentimiento y producto de relaciones de convivencia producidas en
diversos momentos; y b) las relaciones sexuales practicadas entre adultos y menores
en edad de concebir que a la par sean libremente consentidas, formaría parte de las
costumbres practicadas tradicionalmente en el ámbito de diversas comunidades
nativas y en particular en el ámbito de la Comunidad Tres Islas, a donde pertenecen
todos los involucrados. [resaltado agregado]
Peor aún, tengo la impresión que tal forma de obrar del Tribunal Constitucional no se
condice con la función tuitiva que le corresponde sobre todo para cautelar los derechos
de los niños. Hubiese sido interesante y necesario que en este habeas corpus se examine
¿cuál es el nivel de protección constitucional de los menores de 13, 12 o menos años de
edad que forman parte de las comunidades nativas o indígenas cuando un adulto de
estas comunidades pretende tener relaciones sexuales con tales menores?, ¿si ésta ha
sido una costumbre practicada tradicionalmente en determinada comunidad nativa o
indígena, debería seguir siendo permitida por nuestro ordenamiento constitucional?, ¿se
puede hablar de libre consentimiento para tener relaciones sexuales en el caso de
menores de 13, 12 o menos años de edad que forman parte de las comunidades nativas o
indígenas? o ¿basta sólo que una menor de las comunidades nativas o indígenas se
encuentre en "edad de concebir" para que se admita que puede elegir libremente con
quien desea tener relaciones sexuales?
Asimismo, entendiendo que casos comunales como el que se trae aquí no pueden ser
investigados y juzgados por la jurisdicción comunal sino por la jurisdicción penal
ordinaria, hubiese sido interesante y necesario que en este habeas corpus se examine
¿cuáles son los procedimientos que a nivel policial, fiscal o judicial deben establecerse
para garantizar la salud física, psíquica y emocional de los menores de 13, 12 o menos
años de edad agraviados sexualmente en el ámbito de las comunidades nativas o
indígenas? Sobre el particular, es necesario atender, además de los procedimientos
existentes para menores de edad en general, que se implemente algunos procedimientos
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• Es por estas razones, entre otras, que estimo que la presente demanda debe ser declarada
INFUNDADA en todos sus extremos. No se evidencia arbitrariedad en las decisiones
de la jurisdicción penal ordinaria en cuanto se dispuso la restricción de la libertad
personal de los comuneros favorecidos, ni tampoco la afectación de la jurisdicción
comunal por haberse dispuesto que los hechos denunciados sean conocidos en la
jurisdicción penal ordinaria. Seguidamente, se ampliarán los argumentos antes
expuestos:
2. En la Declaración de Ginebra de 1924 sobre los Derechos del Niño se señaló que
4. Más adelante, la Convención sobre los Derechos del Niño, estableció que
Artículo 2
Los Estados Partes respetarán los derechos enunciados en la presente
Convención y asegurarán su aplicación a cada niño sujeto a su jurisdicción, sin
distinción alguna, independientemente de la raza, el color, el sexo, el idioma, la
religión, la opinión política o de otra índole, el origen nacional, étnico o social, la
posición económica, los impedimentos físicos, el nacimiento o cualquier otra
condición del niño, de sus padres o de sus representantes legales.
Artículo 3
En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones
públicas, privadas, de bienestar social, los tribunales, las autoridades
administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se
atenderá será el interés superior del niño.
Artículo 6
(...) Los Estados Partes garantizarán en la máxima medida posible la
supervivencia y el desarrollo del niño.
Artículo 12
Los estados Partes garantizarán al niño que esté en condiciones de formarse un
juicio propio el derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos
que afectan al niño, teniéndose debidamente en cuenta las opiniones del niño, en
función de la edad y madurez del niño.
Todo niño tiene derecho a las medidas de protección que su condición de menor
requieren por parte de su familia, de la sociedad y del Estado.
[L]os niños poseen derechos que corresponden a todos los seres humanos y
tienen, además, derechos especiales derivados de su condición, a los que
corresponden deberes específicos de la familia, la sociedad y el Estado.'
8. Podemos decir, entonces, que para dicho Tribunal estamos frente a una
protección reforzada para los niños, niñas y adolescentes. Pero, además, para la
Corte IDH los niños no son únicamente sujetos merecedores de protección
especial, sino que los considera sujetos de derecho,
•••
La prevalencia del interés superior del niño debe ser entendida como la
necesidad de satisfacción de todos los derechos de los niños, que obliga al
Estado e irradia efectos en la interpretación de todos los demás derechos de la
Convención cuando el caso se refiera a menores de edad. Asimismo, el Estado
debe prestar especial atención a las necesidades y a los derechos de los niños, en
consideración a su condición particular de vulnerabilidad.3
1 Caso Comunidad Indígena Xákmok Kásek vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia del 24
de agosto de 2010, Serie C, N° 124, párr. 257.
2
Condición Jurídica y Derechos Humanos del Niño. Opinión Consultiva CO-17/2002 de 28 de agosto de
2002. Serie A No 17. Párr 41
3
Caso Masacre de Las Dos Erres Vs. Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia del 24 de noviembre de 2009, Serie C N° 211, párr. 184. Caso Comunidad Indígena Xákmok
Kásek vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia del 24 de agosto de 2010, Serie C, N° 124,
párr. 257
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8. Que la verdadera y plena protección de los niños significa que éstos puedan
disfrutar ampliamente de todos sus derechos, entre ellos los económicos, sociales
y culturales, que les asignan diversos instrumentos internacionales. Los Estados
Partes en los tratados internacionales de derechos humanos tienen la obligación
de adoptar medidas positivas para asegurar la protección de todos los derechos
del niño.
31. Los niños y adolescentes deben tener acceso a la información sobre el daño
que puede causar un matrimonio y un embarazo precoces y las que estén
embarazadas deberían tener acceso a los servicios de salud que sean adecuados a
sus derechos y necesidades particulares[...]
toda aparente tensión entre las propias disposiciones constitucionales debe ser
resuelta "optimizando" su interpretación, es decir, sin "sacrificar" ninguno de los
valores, derechos o principios concernidos, y teniendo presente que, en última
1992, 2º Edición, p. 34
7 íd.
8 íd.
9 Ibíd., p. 35.
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22. Si bien todo ello debe garantizar la legislación que sobre el particular se
desarrolle, ante la ausencia de la misma y frente al acontecimiento en la realidad
de casos litigiosos vinculados con dicha temática (como el de autos, en el que
una comunidad nativa solicita anular los actuados de la justicia ordinaria penal
por considerar que ello es competencia comunal), el juez constitucional no
puede dejar de impartir justicia (artículo 139° inciso 8 de la Constitución) con
arreglo a los principios, reglas y valores constitucionales.
23. Al respecto, y dado que es menester la resolución del caso de autos pese al vacío
10 Íd., p. 67.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
24. Una pregunta como la anterior solo puede ser respondida negativamente si se
parte de la Norma Fundamental y se la interpreta de acuerdo a su textura abierta
y dinámica bajo los principios previamente destacados. Más aún, si nos
atenemos a la tendencia jurisprudencial de este Tribunal, encontraremos que se
ha afirmado y reafirmado la vinculatoriedad del principio del interés superior del
niño, recogido en la Declaración de los Derechos del Niño y posteriormente
asumido en la Convención de Derechos del Niño, (STC 04646-2007-AA/TC, FJ
42). Este principio, que tiene entre sus dimensiones, según la Observación
General N° 14 (2013) del Comité de los Derechos del Niño, la de ser un
principio jurídico interpretativo fundamental y a la vez una norma de
procedimiento", deriva de forma implícita del artículo 4° de la Constitución
antes mencionado (STC 03744-2007-PHC/TC, FJ 5). Recordemos en todo caso,
que este Colegiado ha señalado sobre este principio en lo que respecta a la
participación de los niños y adolescentes en procesos judiciales que:
25. Frente a esto último, cabe preguntar si la jurisdicción especial puede garantizar
en todos los casos vinculados con la indemnidad sexual de los menores de 13, 12
o menos años de edad la atención especial y prioritaria que la propia
11COMITÉ DE LOS DERECHOS DEL NIÑO. Observación General N° 14 (2013) sobre el derecho del niño a
que su interés superior sea una consideración primordial (artículo 3', párrafo 1), aprobada por el Comité
en su 622 período de sesiones (14 de enero a 1 de febrero de 2013), párrs. 6-7.
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27. En el caso de las comunidades nativas e indígenas del Perú, tal mandato
constitucional, respetando los derechos y garantías de tales comunidades, exige
el examen de sus diversas costumbres y la implementación de formas educativas
que progresivamente generen los cambios necesarios sobre la protección de la
indemnidad sexual de los menores de 13, 12 o menos años de edad respecto de
las relaciones sexuales que adultos de su comunidad pretendiesen tener con
estos. Esta fuera de duda que los casos de violación sexual de tales menores de
edad deberán ser conocidos por la jurisdicción penal ordinaria y de ninguna
forma por la jurisdicción comunal.
• TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
32. Es por ellos que urge la necesidad de implementar una Ley de Coordinación
Jurisdiccional entre la jurisdicción ordinaria y la jurisdicción comunal. A modo
33. Habiendo citado la particularidad del caso mexicano, vale decir también, que al
no contar con una ley específica de Coordinación Jurisdiccional Federal, algunos
Estados han establecido límites al ejercicio de la jurisdicción indígena, como el
caso del Estado de Oaxaca:
Ley de Derechos de los Pueblos Comunidades Indígenas- Estado de Oaxaca, México
Capítulo VI. De Las Mujeres Indígenas
Artículo 45.- El Estado reconoce las diversas formas de organización de las familias indígenas como
base de reproducción y sustentación de los pueblos y comunidades indígenas de Oaxaca.
Artículo 46.- El Estado promoverá, en el marco de las prácticas tradicionales de las comunidades y
pueblos indígenas, la participación plena de las mujeres en tareas y actividades que éstos no
contemplan y que tiendan a lograr su realización, su superación, así como el reconocimiento y el
respeto a su dignidad.
Artículo 47.- A las mujeres y a los hombres indígenas les corresponde el derecho fundamental de
determinar el número y espaciamiento de sus hijos; y al Estado, la obligación de difundir orientación
sobre salud reproductiva de manera que aquéllos puedan decidir informada y responsablemente al
respecto.
Artículo 48.- Las mujeres indígenas tienen derecho a recibir capacitación y educación bilingüe e
intercultural para realizar actividades que estimulen su desarrollo integral.
Artículo 50.- El Estado garantizará los derechos individuales de las niñas y los niños indígenas a la
vida, a la integridad física y mental, a la libertad y a la seguridad de sus personas. Asimismo,
sancionará en los términos previstos por el artículo 16 de la presente Ley la separación forzada de
niñas y niños indígenas de sus familias, pueblos y comunidades.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
34. En este contexto, llama la atención que a nivel comparado, sobretodo regional,
existan interesantes textos y proyectos legislativos en materia de Coordinación
Jurisdiccional, las mismas que ofrecen razonables alternativas que conforme a
sus competencias podrían ser analizadas por el Poder Legislativo.
35. A modo de ejemplo, es bastante ilustrativo contar con el marco legislativo del
deslinde jurisdiccional de Bolivia, el cual ha replicado en países como Ecuador y
Guatemala, quienes también aceleran trabajos para aprobar sus protocolos.
Ley de Deslinde Jurisdiccional, Bolivia
Capítulo II. Derechos Fundamentales y Garantías Constitucionales
Artículo 5. Respeto a los derechos fundamentales y garantías constitucionales.
En suma, por las razones expuestas considero que debe declararse INFUNDADA la
demanda de autos.
Lo que certifico: