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CAPITULO 1
El reparto imperialista
Entre 1876 y 1914 una cuarta parte del planeta fue distribuida en forma de colonias por parte
de los estados europeos.
La conquista y el reparto colonial estuvo asociada a una nueva fase del capitalismo, la de una
economía que conectaba distintas partes del mundo. En este contexto era necesario abrir
nuevos mercados y campos de inversión para evitar el estancamiento de la economía nacional.
Además en el discurso imperialista las culturas superiores tenían la misión de civilizar a las
inferiores.
En este marco es que se desata una competencia por la apropiación de nuevos espacios.
Las nuevas industrias y los mercados europeos tomaron, absorbieron las materias primas y los
alimentos de casi todo el mundo.
Sin embargo las colonias no eran un factor decisivo que asegurara el crecimiento económico
de los países colonizadores. Dicho esto el grueso de las exportaciones, importaciones y
actividades comerciales del siglo 19 se realizaban entre los mismos países desarrollados.
En primer lugar porque los países dependientes quedaban subordinados y atados a las
economías centrales. Además persistió en las colonias y en los países dependientes desarrollos
económicos desiguales.
Para organizar los territorios los europeos utilizaron los protectorados y las colonias:
Los protectorados las naciones protectoras ejercían un control sobre las autoridades
tradicionales. En las colonias la presencia imperial se sentía directamente.
El criterio o el pensamiento que seguían los países centrales era que la colonización no se
había hecho para desarrollar a la colonia económica y socialmente sino para explotar sus
riquezas en propio beneficio.
A fines del siglo 19 la industria británica perdió su posición central y fue reemplazada por
Alemania y EE.UU.
Los nuevos países en proceso de industrialización tenían la ventaja de que al llegar tarde al
proceso podían copiar y saltear pasos.
Entre 1880 y 1914 las economías nacionales se fueron insertando cada vez mas en el
capitalismo mundial. Simultáneamente se profundizo la brecha entre los países
industrializados y los países dominados por estos (colonias)
A partir del siglo 19 los éxitos de capitalismo mundial desembocaron en una intensificación de
la competencia.
Con la gran depresión (crisis de 1930) se produjo una caída de los precios agrícolas y algunos
países comenzaron a ver disminuidas las ventajas de este capitalismo tan competitivo, de esta
forma comenzó a ganar terreno el proteccionismo.
Entre 1896 y 1914 las economías nacionales se integraron al mercado mundial a través del
libre comercio.
Gran Bretaña fue el centro organizador de esta economía global por sus servicios como agente
de pagos y por sus fuertes instituciones comerciales y bancarias.
Este desarrollo del mercado mundial estuvo influenciado por el aumento y mejora de las
comunicaciones: el ferrocarril, el teléfono.
Europa lleno el mercado mundial con productos manufacturados, mientras que se vio nutrida
por productos agrícolas y materias primas de las colonias y los estados de América latina.