Trabajo Practico #3 - Historia
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Trabajo Practico #3 - Historia
Trabajo Practico N° 3
Contenidos:
Consignas:
Realice una lectura atenta de los textos seleccionados y luego elabore un escrito
respecto al pensamiento pedagógico de Sarmiento, teniendo en cuenta: civilización y
barbarie, la educación y la mujer, la educación laica, democracia y educación popular,
la formación de docentes.
Criterios:
Este programa renovador sólo podía ser realizado por la escuela primaria a la que
Sarmiento llamó, también, escuela común . Con profundo sentido revolucionario,
propugnó una escuela abierta a todos, o sea, sin discriminación por causa de raza, de
sexo, de condición económica, de rango social, de posición política o de creencia
religiosa. Por ello fue, en el momento debido, pionero en la lucha por la enseñanza
laica, es decir, sin dogmas religiosos ni segregaciones de igual origen.
De acuerdo con la tradición medieval que heredamos de España e Italia, la instrucción
pública argentina, hasta la época de Sarmiento, se caracterizaba por un predominio de
los estudiantes universitarios o superiores sobre los estudios primarios.
Al régimen aristocrático opuso el democrático, dentro de los cánones de la época, la
escuela para todos; el colegio para los que pueden; la universidad para los que
quieran. Las universidades deberían ser como los capitales que coronasen el edificio de
la educación pública, sostenido por las escuelas primarias a manera de columnas. La
cultura y la civilización de un pueblo no podían consistir en la existencia de algunos
centenares de personas ilustradas, frente a la masa ignorante y desposeída.
Laicidad en la enseñanza
Según Sarmiento, nuestra escuela debe ser laica. Lo exigen factores determinantes del
progreso social, razones de orden cultural y necesidades del régimen democrático y
republicano. De ahí su campaña encendida y, a menudo, violenta en favor de la
laicidad escolar.
Sarmiento nunca intentó confundir a nadie empleando el término cristiano con alcance
limitado al que profesa la religión católica. Por el contrario, tuvo una posición
perfectamente definida al respecto. Honró a Jesucristo y exaltó la doctrina de la Iglesia
protestante, sustentadora de ideas, al mismo tiempo que combatió la educación
clerical y la teología católica en nombre de la ciencia moderna y del progreso nacional.
Otro aspecto de su defensa en favor de la laicidad escolar se apoya en sólidos
argumentos jurídicos. Basándose en una interpretación fiel de las cláusulas de la Carta
Magna argentina y en abundantes antecedentes constitucionales, sostuvo con eficacia
la necesidad de la educación laica.
Formación de docentes
Maestro desde sus años de adolescente, en una época en que dicha profesión era
estimada inferior, Sarmiento predicó, con la fe de un apóstol, la bondad y la
trascendencia social del magisterio. Estaba persuadido de que el maestro de escuela
era el agente más activo del progreso de un país.
En Chile fue director fundador de la Escuela Normal de Instrucción Primaria y, en la
Argentina, trabajó en pro de la formación de docentes y del establecimiento de
programas y de escuelas especializadas necesarias para la aplicación de su programa
de civilización.
Su acción en favor de la profesión docente se complementa con la organización de
cursos de vacaciones para maestros, que instituyó en Santiago de Chile en 1854,
siendo su primer director. Y en Bs As, en 1858, de los anales de la educación común.
Estas creaciones constituyen el origen de la prensa pedagógica en Sudamérica.
Otras realizaciones
La educación de la mujer
Hasta mediados del siglo pasado, la mujer llevaba una existencia sedentaria y casi
vegetativa, recluida en el hogar y dedicada exclusivamente, en el mejor de los casos, a
las labores domésticas. Permaneció así, extraña las manifestaciones culturales,
agravado ello por una estricta observancia de los preceptos religiosos y una gran
ignorancia. Era evidente, pues, que mientras la mujer continuara en esa situación
social, la civilización se detendría a las puertas del hogar.
Esta cuestión de la influencia de las mujeres en el desarrollo de las naciones
latinoamericanas fue una de las grandes preocupaciones de Sarmiento, como lo
prueba la fundación del Colegio Santa Rosa, pensionado de niñas, en San Juan, el año
1838.Cuando llegó a la Presidencia de la República, una de sus primeras medidas en la
materia fue la creación de escuelas normales de maestras.
Educación del pueblo porque sostuvo que la educación era una función social.
Implícito en este concepto están el derecho y el deber del pueblo de recibir educación,
en igualdad de oportunidades, y la correspondiente obligación del gobierno de proveer
a la satisfacción de esa necesidad, conforme al principio de la libertad de enseñanza,
interpretado con mentalidad republicana y democrática.
Educación por el pueblo, porque propugnó la intervención más amplia posible del
pueblo en el gobierno de la enseñanza, en su inspección y su sostenimiento. Según él,
la inspección de las escuelas debía ser constituida por comisiones populares, los
rectores de las universidades o sus delegados, las autoridades municipales y un
funcionario técnico en representación del gobierno central, con miras a perfeccionar la
enseñanza y a propagarla en la respectiva comunidad.
Educación para el pueblo, porque la doctrina pedagógica de Sarmiento está fundada
en un elevado concepto de la naturaleza humana.
La época en que le correspondió vivir, era organizar la nación recién formada sobre
bases distintas de las preexistentes, lo cual suponía remover instituciones y
costumbres retardatarias, asentadas en el privilegio, la corrupción política y el
oscurantismo, para afirmar la vigencia de los derechos humanos y promover el
bienestar general, fomentando la responsabilidad social y el espíritu nacional. La gran
tarea de Sarmiento consistió, en erradicar el individualismo y demás males sociales,.
Sin embargo, este ideal comunitario, no constituía una utopía irrealizable, sino una
misión posible. Las decepciones de Moreno y de Rivadavia no se repitieron con
Sarmiento porque éste estaba profundamente arraigado en la realidad de su pueblo.
Metió las manos en el barro y fue construyendo la nación con la realidad viva de su
tiempo y de su medio, bajo la inspiración de un espíritu profético.
Sarmiento concibió los problemas del desarrollo y su relación con la formación de la
conciencia nacional.
Sarmiento era joven y vivía en San Juan, ya había creado una escuela para niñas con
una Junta Protectora, le preocupaba que los treinta mil habitantes de la provincia, solo
cinco mil supieran leer. Escribía poesías y había fundado el diario Zonda, donde
predicaba contra el rosismo, como consecuencia Sarmiento fue encarcelado y en 1840
expulsado en Chile, allí alterno tres actividades: el periodismo, la política y la
educación.
Durante su destierro se vinculo con José Victorino Lastaría, compartía con este la
caracterización de la población indígena y mestiza como culturalmente irrecuperable.
Rechazo también nuestras raíces hispánicas y adjudicó el atraso de los pueblos
latinoamericano a la combinación entre la sangre y la cultura española y las indígenas.
En 1847 Sarmiento visito los Estados Unidos enviado por Montt presidente de Chile,
quedo impresionado por los aspectos democráticos del sistema educativo
norteamericano. Observo que la educación pública estuviera amarrada a la sociedad
desde abajo, que la comunidad fuera un sujeto activo de su propia educación y que la
religión no fuera contradictoria con el desarrollo de una pedagogía moderna, encontró
una realidad en el cual el nexo entre educación y progreso parecía posible.
Aunque el mismo había fundado la Junta Protectora, negó todo valor a las sociedades
promotoras de educación que tenían larga existencia en nuestro país. Su profundo anti
hispanismo le impedía aceptar los aportes del liberalismo peninsular; prefería
cualquier experiencia del mundo anglosajón.
Conoció y admiro a Horace Mann el que impulso un sistema educativo que sumo a las
escuelas otras instituciones educacionales, como las conferencias públicas y la
predicación laica. Estimulo la enseñanza secundaria y la oriento hacia la formación de
personas capacitadas para el trabajo, pero también poseedoras de una formación
general.
Propuso darle a la población una educación básica integral que elevara su cultura, dio
importancia al desarrollo de las escuelas de artes y oficios y quiso una educación
racional y científica, pero no fue simplemente utilitarista. La formación de la moral y
las costumbres era la base de la estabilidad sobre el cual debe descansar el progreso
económico y social.
La idea de seleccionar a los más aptos era con la doble operación de invitar a emigrar a
la Argentina a los pueblos no europeos y apoyar las campanas al desierto que
arrasaban con la población indígena.
En educación popular expuso sus ideas sobre los métodos de enseñanza y de lectura y
escritura, las formas de organización escolar de los distintos países, las opciones de
administración educativa. Pero no consideraba que la escuela fuera la única institución
encargada de educar. EL sistema de educación que imagino estaría integrado también
por sociedades de beneficencia, casas cunas, asilos, escuelas de artes y oficios,
escuelas normales, también por sociedades públicas y de predicación laica.