Memoria
Memoria
Memoria
a. Introducción
Se han analizado varios artículos en los que se ha encontrado información muy relevante
acerca de la evolución de la organización administrativa, diferentes teorías y métodos que
han brindado su aporte en el proceso evolutivo.
Como resultado de este trabajo analítico se propone una evaluación de cada teoría según
el autor (Rivas, 2009) las clasifica de la siguiente manera:
Las teorías científicas y clásica, Taylor y Fayol respectivamente son tomados en cuenta
por Barrera, N, (2015). En el texto hacen referencia frases como la de Ferris “(…) la
historia, según dicen, se comprende en retrospectiva, aunque tiene que vivirse hacia el
futuro, y cuando estudiamos a nuestros predecesores, llevamos nuestras propias
lámparas”, aspecto relevante que nos hace mediar en que no debemos dejar de mirar atrás
como nuestros cimientos o para buscar una solución sin tener que inventar algo ya
existente.
Henry Ford creía que la historia era ‘más o menos tonterías’ y que la única historia que
importaba era la que hacemos en el presente (…) Burke (1978) lo expresa mejor cuando
pregunta por qué debemos mirar al pasado a fin de prepararnos para el futuro. La
respuesta es sencilla: ‘porque no hay otra parte hacia dónde mirar’. (p.3). al igual que
Burke (citado por Ferris 1988), el enfoque de momentos de la historia pretende crear
espacios de encuentro entre la administración y la antropología cultural, dos áreas
disciplinares que construyen conocimiento desde dos grandes categorías: la cultura
organizacional con formas diferentes de hacer las cosas con fines de productividad y
generación de ganancias. En este sentido, la historia aporta ideas de culturas diferentes
para armar estrategias de gerencia basadas en la solidaridad, cooperación y la conciencia
del espíritu colectivo que requiere el cambio relacionado con la visión empresarial.
Por lo que, Kotter y Cohen (2010 citado por Shiffman & Lazar) consideran que el desafío
principal de las mejores organizaciones está en el capital humano. Esta orientación
sugiere a los gerentes considerar los siguientes problemas: el desempleo, la
responsabilidad social, la ética, la diversificación de la fuerza de trabajo, aspectos
demográficos, competencia global y resalta “desafíos todavía no identificados”. A pesar
de este listado de problemas del entorno empresarial y corporativo no mencionan el
cambio climático. Esta concepción supone que si las organizaciones responden a las
necesidades de la sociedad, todos resultan beneficiados.
Los continuos cambios del mundo organizacional representan un desafío para el éxito de
las empresas, esto conlleva a que su administración tenga una estructura cada vez más
flexible, que le permita adaptarse a las circunstancias actuales e incluso predecir nuevos
escenarios para una gestión eficiente de cara a lo que resta de siglo XXI. Las empresas
deben adquirir las estrategias necesarias ante los constantes cambios del sistema, el
estudio de los retos que se le presenta a la administración del siglo XXI es fundamental
para el nuevo modelo administrativo.
En este sentido, la administración del siglo XXI deberá ser tan flexible como los retos
que se le presentarán; a continuación, se plasman los principales desafíos que las
empresas enfrentarán con la finalidad de realizar un perfil del sistema administrativo del
futuro.
Los profundos cambios en el entorno que han protagonizado las dos últimas décadas
parecen conjurarse para FACILITAR, ACELERAR, y EXIGIR un cambio hacia nuevas
formas organizativas que comparten un rasgo común: la búsqueda de flexibilidad en
sentido amplio, es decir, la capacidad de responder de forma ágil y eficaz a los cambios
continuos de las variables que configuran el medio ambiente organizativo, propiciando
configuraciones organizativas capaces de adaptarse con rapidez, así como de desarrollar
niveles crecientes de eficacia (Aguirre, et al., 1999, p. 234). Conviene señalar que no
existe un acuerdo acerca de cuáles de entre las nuevas configuraciones propuestas
lograrán generalizarse y perdurar. De lo que no cabe duda es que mantienen abierto un
frente común en contra de las estructuras y actitudes burocráticas, tan comunes en el
ámbito empresarial hasta épocas recientes.
Una organización flexible es aquella que pretende, a corto plazo, utilizar los factores
disponibles para adaptarse a los cambios inmediatos, mientras que, a largo plazo, se
esfuerza por adaptarse al entorno competitivo y lograr un DESARROLLO
ORGANIZATIVO PERMANENTE. En este sentido amplio la flexibilidad se aproxima
a la noción de GESTIÓN DEL CAMBIO ORGANIZATIVO.
Las nuevas formas organizativas que surgen como consecuencia de los procesos de
«ruptura de actividades» y de la potenciación de las relaciones contractuales, han sido
bautizadas como forma flexible, variable, o de geometría variable, ya que tanto las
relaciones formales como las fronteras de la organización quedan difuminadas como
resultado de la subcontratación, de la cesión, de las alianzas o de la cooperación de las
actividades convencionales (Bueno Campos, 1996).
La organización virtual es una empresa que se dedica a la esencia del negocio, rodeada
de una red de pequeñas empresas, individuos y otras instituciones que le proporcionan
una apoyo y servicios auxiliares a través de con- tratos de outsourcing. Algunos autores,
como Daniels, utilizan el concepto de organización virtual en un sentido sutilmente
distinto, ampliando su contenido a toda la red, que sería una suma de núcleo más periferia
(1998). En el núcleo se concentrarían las funciones de un ápice estratégico, cuya misión
es la de coordinar los vínculos entre unidades y supervisar sus relaciones (De la Fuente
et al., 1997).
La organización sin fronteras tiene como objetivo intentar eliminar los límites verticales
y horizontales de la estructura, rompiendo las barreras externas entre la empresa, sus
clientes y sus proveedores (Robbins, 1998). La idea central es suprimir la cadena de
mando, sustituyendo a los departamentos por equipos transjerárquicos (que incluyen a
directivos superiores, medios y bajos, junto con empleados operarios) y auto-
administrados en cuanto a poder de decisión y de acción, lo que representa en la práctica
la eliminación de los límites verticales y la desaparición de la jerarquía (Aguirre, et al.,
1999, p. 238).
El universo virtual sin restricciones de espacio o tiempo tiene, por supuesto y por diseño,
un mundo asociado del consumo con consumidores noctámbulos e hipnotizados, con
dinero inmaterial, con luces de colores y avisos personalizados en las rutas que recorren
los impulsos electrónicos de cada máquina de cómputo solitaria (Deighton, 1996; Hagel
III & Rayport), sagrados y si el televisor era un intruso, el computador le hace parecer
herramienta caricaturesca para aprendices cavernarios (Evans& Wurster, 1999; Landry,
1998).
La virtualidad de las relaciones entre empresas soportadas por sistemas inter-
organizacionales de información hace alusión al desdibujamiento de los límites entre las
organizaciones conectadas (Kambil & Short, 1994). Tradicionalmente, la propiedad sobre
los activos y el control sobre los procesos de operación han definido los límites entre
empresas (Williamson, 1981).
Así que, los gerentes administrativos y gerentes de tecnología deben estar preparados para
acoplarse a los nuevos retos propuestos por la tendencia de la virtualización de las
organizaciones; de forma que, la empresa que lideran pueda tomar las ventajas que le
permitan crecer, y protegerse del nuevo esquema de operación.
“Es la estructura organizativa que, incluyendo componentes de una o varias empresas, se
ha conjurado en torno a un conjunto de competencias esenciales, fomentando la
cooperación a través de un uso adecuado de las tecnologías de información y las
comunicaciones, y cuya finalidad básica consiste en la realización de procesos de negocio
orientados a la creación de valor para todos” (Martínez, M. y De Pablos, C., 2001).
En una forma más conceptual, una organización virtual posee un funcionamiento sencillo
de exponer, “diferentes organizaciones vinculadas entre sí, realizan de manera
coordinada distintas actividades para producir de forma combinada un producto u ofrecer
un servicio. La vinculación es generalmente temporal y se establece por sistemas de
información inter-organizacionales conectados por una red de datos” (Araya Guzmán &
Criado Fernández, 2004, pág. 119).
Uso muy fuerte de las TIC para los procesos principales de la organización, los
aplicativos y los sistemas para la gestión, las comunicaciones, etc.
Las organizaciones solían ser consideradas como piezas gigantes de ingeniería, con partes
humanas intercambiables en gran parte. Hablamos de sus estructuras y de sus sistemas,
de las entradas y salidas, de los recursos de control y de su administración, como si el
total fuera una gran fábrica. Hoy en día, el lenguaje no es de ingeniería, sino de política,
se habla de culturas y redes, de equipos y coaliciones, de influencia o poder antes que de
control.
Charles Handy (1989) define esta organización como un trébol Irlandés de tres hojas: la
primera son los trabajadores centrales de la organización, conformada por profesionales
calificados, técnicos y administradores, que son imprescindibles. Estos perfiles son
esenciales porque representan el conocimiento organizacional que es específico para esa
empresa en particular, hoy lo llamamos Inventario de Talentos. Resulta ser un recurso
caro, ya que redunda en mejores pagos, desarrollo y condiciones privilegiadas; son
recursos que las organizaciones han apenas descubierto para dirigir con menos gente,
como resultado de la reestructuración.
La tercera hoja representa la fuerza laboral flexible, es decir, empleados sobre una base
temporal o por horas, conforme ocurran fluctuaciones o niveles máximos en la demanda
A continuación la revista The Economist, presenta tres definiciones básicas técnicas que
permiten tener un conocimiento más exacto de lo que es una empresa virtual.
Cada una de ellas aporta lo que sabe hacer mejor que ninguna otra, a lo que Hamel
y Prahalad han denominado Core Business -actividades fundamentales o
nucleares- en su libro Compitiendo por el futuro, en 1994.
La empresa virtual es una nueva forma de organización funcional, que se describe entorno
a la evolución dinámica de la tecnología y de la globalización. Ante esta dinámica, las
empresas virtuales tienden a modificar su forma de producir, a transformar sus métodos
de comercialización, sus formas para reclutar, seleccionar, integrar y desarrollar a los
recursos humanos que requiere, así como su aspecto legal, a partir de nuevos esquemas
administrativos estratégicos para lograr sus objetivos sociales, misiones y visiones
utilizando para ello instrumentos para la contratación de terceros, es decir, de “tele-
trabajadores” que presten sus servicios a favor de la empresa desde sus propias unidades
de trabajo o empresas satélites, con su propia infraestructura, ello minimiza los costos de
inversión en grandes espacios físicos e infraestructura que las empresas tradicionales
exigen en la actualidad (Félix Cuesta).
Si bien es cierto que las empresas tradicionales son realmente distintas entre sí, las
empresas virtuales también pueden llegar a ser muy distintas entre ellas, por lo que las
características que se citan a continuación deben ser revisadas y ampliadas para cada
nuevo diseño de empresa virtual.
Con esta gran visión y contexto de la empresa virtual, se presenta la propuesta de estudio,
cuyo objetivo es crear un instrumento de política económica para el desarrollo de los
países de la región y de México en particular.
En este contexto, las universidades, empresas y gobiernos tienen el reto de revisar sus
programas de formación, empresariales y de desarrollo, para trabajar en el diseño y
rediseño de los mismos, en la idea de elevar niveles y ubicarse dentro de las exigencias
de los patrones internacionales de calidad, esto implica, para los sectores citados,
favorecer las especializaciones en integración y comercio exterior, y el desarrollo
tecnológico, al mismo tiempo que se forman los cuadros ejecutivos y mandos medios,
entendido esto como una demanda de reforma organizativa y de mejor calidad de gestión
y planeación para el desarrollo local en la globalización.
Por último, la empresa virtual representa la formación de los agentes del cambio de
paradigma empresarial que den respuesta a las demandas de una sociedad moderna en los
comienzos de este tercer milenio.
Una empresa atraviesa tres fases de virtualidad, según Venkatraman (1995) para alcanzar
la eficiencia en tres áreas principales: mercado, recursos y proceso. En el primer caso, los
sistemas de información permiten incorporar al cliente a los procesos de elaboración
de los productos. Luego, los productos se incorporan al cliente en la etapa de agregación
de valor, personalizando los productos. El objetivo es promover la participación de los
clientes en los procesos de creación de valor, elemento importante en las organizaciones
virtuales.
Según Mertens y Faisst (1997) el proceso de diseño de una organización virtual cuenta
con organizaciones colaboradoras que desempeñan tareas para obtener un producto.
Además, requieren un mínimo de estructura, siendo preciso que se establezcan los
principios organizativos básicos y que se especifiquen los derechos y obligaciones de los
socios participantes.
El desarrollo de una compañía red moderna requiere al menos dos niveles de diseño,
según Ott y Natansky (1998) En el primer nivel, denominado diseño de nivel superior,
hace referencia a la infraestructura de activos, recursos, jerarquías y prácticas directivas,
donde los responsables son los coordinadores. Esta infraestructura, cuenta con una
característica primordial como es la flexibilidad y es la que permite el logro de los
resultados que obtiene cada socio.
La infraestructura se utilizada para el desarrollo del segundo nivel, denominado diseño
de nivel inferior, que es un proceso de auto diseño. En éste cada participante da la forma
que considere adecuada al entorno en el que se encuentra, con el objetivo de llevar a cabo
las tareas asignadas de la manera más eficiente.
La Organización virtual interna se aplica a una empresa con varias unidades de negocio,
donde existen equipos autónomos que desarrollan tareas de dirección de forma
descentralizada y los empleados se encuentran disponibles en muchos lugares. En
cambio, la Organización virtual estable hace referencia a la cooperación entre varias
empresas para hacer frente a las oportunidades y así obtener ingresos y ahorrar costos.
Para lograr el éxito es necesario que la organización virtual funcione de manera que le
permita sintetizar nuevas capacidades productivas muy rápidamente, capacidades que
pueden desarrollarse a partir de sus recursos internos distribuidos entre sus diferentes
departamentos o divisiones. Sin embargo, pueden presentarse ciertas problemáticas como
la dificultad de rápido intercambio de ciertos activos, el carecer de capacidad organizativa
para desarrollar nuevas competencias de forma rápida.
A través del tiempo las organizaciones han ido evolucionando, buscando en todo
momento adaptarse a los cambios del entorno, para seguir existiendo en un mundo cada
vez más competitivo.
En esta evolución las organizaciones se han dado cuenta que resulta cada vez más
necesario y conveniente relacionarse con otras organizaciones, buscando formas de
trabajar en conjunto que les permita obtener beneficios mutuos. De esta manera han
surgido las relaciones inter-organizativas de colaboración entre organizaciones.
Diferentes autores han señalado lo que entienden por organización virtual. A continuación
se presentan algunas definiciones en una secuencia cronológica, lo que permite visualizar
su evolución y consideración de las Tecnologías de Información:
La mejora de las relaciones empresa–entorno añade valor a todas las partes y fuerza
procesos de especialización en los negocios en los que se añade más valor, logrando
incrementar las ventajas competitivas. Esta transformación de los procesos de negocio
tiene su reflejo en los sistemas de gestión, donde se pasa a los ERP (Enterprise Resource
Planning) en los que integran las operaciones de la organización.
Se incrementa la eficiencia de los procesos tanto internos como externos, reduciendo los
costes. Se puede revolucionar la relación y el servicio con el cliente.
Las empresas diferencian claramente que competencias de las que están desarrollando
suponen su núcleo fundamental de conocimientos y creación de valor.
Se externalizan todos aquellos procesos que no son competencias centrales, en las que la
empresa no puede maximizar el valor de su ejecución. Únicamente las actividades y/o
negocios que aportan valor dentro de la cadena serán realizadas por la empresa.
En esta sentido Martínez, M. y De Pablos, C. (2001) plantean que existen “elementos que
posibilitan o que apoyan el proceso de virtualización”, siendo éstos la cooperación, las
tecnologías de la información y comunicación, y la flexibilidad.
c. Análisis crítico.
Luego de realizar el análisis respectivo, se puede apreciar que todos los autores de los
artículos citados consiguen demostrar sus tesis planteadas de manera clara y concisa, ya
que utilizan terminología técnica apropiada lo que les permite llegar con toda claridad
asía sus lectores, además sus indagaciones se ven bien respaldadas ya que citan a varios
autores que emiten definiciones y conceptos que permiten adquirir o afirmar los
conocimientos ya adquiridos.
También se puede acotar que no existe ningún tipo de contradicción entre los autores de
los artículos, solo se puede señalar que uno de estos menciona que existe abundante
información acerca de la organización funcional y que hasta para los mismos entendidos
de la materia se les hace difícil poder clasificarla.
A su vez la Empresa Virtual es una estructura organizativa que responde a las necesidades
del mercado actual con mayor facilidad que otras estructuras tradicionales, debido a su
facilidad de adaptación y utilización de las Tecnologías de la Información de forma
intensiva.” En términos generales podemos hacer una analogía con una empresa real, en
cuanto al tipo de compra-venta que se pueden desarrollar en Internet y estos son:
productos y servicios.
d. Conclusiones.
Jácome, L. Tinajero, M. Suárez, I. (2018). La nueva administración del siglo XXI. Polo
del conocimiento. (Edición núm. 21) Vol. 3, No 7, ISSN: 2550 - 682X.