Cuaderno de Poesia N 091 Eugenio de Nora
Cuaderno de Poesia N 091 Eugenio de Nora
Cuaderno de Poesia N 091 Eugenio de Nora
Eugenio de Nora
(1944)
Tras este libro sobrevino un largo silencio hasta 1975, en que apare-
ce Poesía (1939-1964), extensa antología de su obra poética en la
que se incluía el nuevo poemario Angulares.
También escribió un estudio en tres volúmenes sobre la novela es-
pañola contemporánea: “La novela española contemporánea 1958-
62”.
Eugenio de Nora es el primero de su generación poética que inició
la tendencia lírica de carácter existencialista, comprometida social y
políticamente a la vez. En su obra manifiesta gran preocupación por
el destino del hombre así como por la perfección formal de sus
poemas. Miembro de la misma generación que otros poetas como
Blas de Otero, Celaya o Hierro, destaca por su vigoroso vitalismo y
su reivindicación de la vida.
Algunos de los galardones obtenidos por este poeta son: Premio Cas-
tilla y León de las Letras 2001. Accésit del Premio Adonais en 1947 y
Premio Boscán de Poesía 1953.
Señalemos que también es miembro de la Hispanic Society of Ameri-
ca y del Collegium Romanicum suizo.
Canto
¡Mediodía terrestre!
He visto catedrales;
He visto derruidos castillos de setiembre;
cadenas casi rotas trepando entre rosales,
y niños con fusiles...
¡Mediodía celeste!
Carmen de la riqueza
http://www.poesiaspoemas.com/eugenio-de-nora/carmen-de-la-riqueza
Futuro envejecido
Lamento
I
Y ¿quién existe? Se abre el tiempo
y no lo cierra la pregunta.
II
Pero Ello es silencioso.
Canta la primavera
recostada en el soto con pechos florecientes.
La noche, toda ojos
centelleantes, vibra
con amor tembloroso.
-Es la Tierra quien canta?-
En la luz del otoño,
o en la sombra encendida
de luna y cielo, oigo
una voz, que es la Vida,
musitando su gozo
o su anhelo, por siempre.
En Todo es silencioso.
III
Y nosotros preparamos
su Voz, como el sol infunde
las uvas de oro, en verano.
que lo nutre.
Reza el canto
hasta dar forma, con nombres
potentes, al Ignorado,
que ha de despertar de sí
al fin del tiempo.
-Fundamos
con voz oscura, un cimiento-.
IV
Durante muchos siglos, bajo nombre terrible,
adoramos, vacíos, lo inexistente.
Ahora,
al que habrá de asumirnos, con humildad triunfante
rescatamos, obrando, de la Nada en derrota.
V
Padre nuestro, que oirás algún día
este rezo en tu cielo lejano,
cuando el tiempo se acabe y Tú quedes,
tennos en tus manos.
La noche
http://poesiabreve-briefpoetry.com/eugeniodenora.html
I
¡CIRCULEN! ¡Nadie mire!
Los pitidos caían
sobre la indócil plebe, y el chasquido, el mandato,
la arrastraban al orden con nudos corredizos,
como en la pampa los caballos.
¡Paso!
Una sirena huyó, silbante,
corriendo con un muerto camino de la muerte.
¡Ya no vive, ya queda, ya es morada, la sangre!
¡Circulen!
Van tacones, llantas veloces, trajes,
sobre el suelo piadoso. Las ventanas, en fila.
No se abren.
II
Pero manos prudentes, con anillos de perla,
levantaban jardines de papel sobre el mundo.
Y se oyó en su asamblea:
"¡Oh, la luna, poetas, quién dirá su hermosura?
¡Circulad, pues, con ella
al país de la rosa sin duda
donde oh Celia
yo adoro la luna!"
III
Seguí calles y calles. Paseaba
la muerte y sus vestigios.
Salían gentes del trabajo. Era de noche.
Encontré a dos viejos amigos.
—¡Celebremos
la amistad, compañeros!
Largamente bebimos
vino y tiempo de infancia.
Y del brazo, en la plaza,
nos enteramos de lo sucedido.
IV
Con un solo disparo se eliminan los muertos.
Pasa todos los días, y no en secreto.
V
Pero aquel incidente nunca habrá concluido.
¡Sabedlo bien, hombres de los anillos!
¡Nadie está libre de la sangre que ha vertido!
Podemos todos circular, podemos
escupir, o callar, o remedar suspiros.
¡Podéis clavar las puertas, las ventanas del cielo,
cuando pidiendo un rifle pase descalzo un niño!
¡Todo ha de ser inútil!
¡Aspiraréis la muerte
del fondo de la tierra; subirá, como un ruido
tiñendo las paredes y los libros!
¡No hay escape!
(En verdad,
todo está escrito.)
Otoño
...Nosotros no tenemos
fin, ni promesa, ni quizá quien siga
nuestras pisadas, hasta hacer camino.
Sólo, como el que siente
amanecer creímos poder daros,
nuncio del hombre nuevo,
unas pocas palabras que dijeran
lo indecible, a rechazos:
"Eso no somos, eso no queremos..."
y así seguir.
Pero ¿seguir, a dónde,
negando sólo?...
¡Desolado otoño,
eco glacial!
¿Negar?
¡Y entre lo dicho
y quien nos oye hay ruina y tiempo hueco,
y muerte, y sobremuerte, y tantos mares,
y el silencio, y el ruido de las armas...!
Otra voz
País
Fuente: http://www.poemaspoetas.com/eugenio-de-nora/pais
Patria
elarlequindehielo.obolog.es/minima-antologia-poetas-desarraigados
Poesía contemporánea
Medito a veces
en la triste materia de mi canto.
Poeta ignorante
http://www.letralia.com/ciudad/barbarito/130131.htm
Pueblo Cautivo
El silencio pesado,
la música, y el tiempo que hace ahí fuera,
la gente de las calles con uniforme o luto,
las cicatrices que miro en tantas almas,
http://webalia.com/eugenio-de-nora/gmx-tag3910.htm
Recordaré primero
Recordaré primero
lo que mis ojos vieron en la aurora:
un cielo azul y un río profundo
pasando arriba, abajo, como horas
de la vida serena de la tierra
en medio, quieta y sola.
Soledad multiplicada
En la noche
siento que avanza el mundo como amor de un cuerpo,
como la pobre vida, combatida y cansada
aún encuentra en la noche la ceguedad del cuerpo,
la ternura del cuerpo
queriéndose, buscando
en quién querer, con manos
deslumbradas y humanas.
http://webalia.com/eugenio-de-nora/gmx-tag3910.htm
Sustancia de la tierra
¡Solamente un latido
de la esperanza humana!
Y el corazón, herido,
triturado, deshecho
por la fuerza, o el tiempo, o el dolor, lo que exprime
no es aroma de rosa
ausente, fuego, rabia
ni embriaguez de vida:
¡sólo bondad del agua, transparente respuesta
a tu sed, a mi sed, a esta sed infinita!
De: Angulares
Testimonio
El silencio pesado,
la música, y el tiempo que hace ahí fuera,
la gente de las calles con uniforme o luto,
las cicatrices que miro en tantas almas,
el sol rojizo iluminando cárceles,
ruinas, y ciertos muros, ah, ciertos terraplenes
en los que se incrustaron balas tibias con sangre,
con sorpresas de sangre visitada de pronto;
las condecoraciones, las banderas,
los hombres más providenciales, y los menos,
las noticias que no traen los periódicos,
y las otras interminables, infantiles,
anonadantes cosas de diferente especie,
me sitúan en mí, sin libertad posible,
como una oruga entre batallas:
no hay ojos, pies o manos,
palabras, violines,
con los que ver, tocar, pisar en firme,
escuchar un latido
al combatido corazón de la vida,
sostenerse en el lomo de ballena furiosa
que revuelve estas cosas que pasan.
Yo bien quisiera
hablar con voz más pura de la luna y las flores,
o descifrar en versos mágicos
el color de los ojos de la mujer que amo:
pero ahí está lo otro
un oleaje, una salva de aplausos y disparos,
el mar ronco por las calles.
Trabajo vendido
Ellos, ellos,
quienes casi no viven, y esperan, me lo dicen,
y yo puedo escucharlo.
Y enemigo, expulsado de la tristeza, siento
cómo la aurora iza su bandera rociada.
Último sueño
Un deber de alegría
http://amediavoz.com/nora.htm
Bibliografía
ÍNDICE
3 Esbozo biográfico
5 Antipoema del cansancio
7 Canto
9 Carmen de la riqueza
10 Futuro envejecido
12 Lamento
13 La oración de los poetas
17 La noche
18 Lo que yo pienso sobre ello
21 Otoño
23 Otra voz
25 País
26 Patria
27 Poesía contemporánea
29 Poeta ignorante
30 Pueblo cautivo
31 Recordaré primero
33 Soledad multiplicada
34 Sustancia de la tierra
36 Testimonio
38 Trabajo vendido
39 Último sueño
41 Un deber de alegría
43 Bibliografía