Obras Dramaticas Breves para Jovenes
Obras Dramaticas Breves para Jovenes
Obras Dramaticas Breves para Jovenes
ACTO I
(Personajes que intervienen en este acto: Carlos, Luis, Eva, y Tío de Carlos.)
LUIS: Vamos Carlos, ahora tienes que animarte. Aunque sea hazlo por tu madre,
piensa que ella por lo menos ahora está acompañada.
CARLOS: Ya. Pero hace tan poco tiempo que murió mi padre, que me parece que
estuviéramos faltando a su memoria.
LUIS: Bueno, tu padre seguro que estaría contento. Ahora vuestro tío va a cuidar
de vosotros. Que mejor hombre que su propio hermano.
CARLOS: ¿Su hermano?, ¿mi tío?, si yo hubiera tenido un hermano, jamás se me
habría ocurrido ponerle una mano encima a su mujer, jamás.
LUIS: Tu tío está enamorado de tu madre Carlos, eso puede pasarle a cualquiera.
CARLOS: No te engañes Luis, mi tío quería esto, quería a mi madre, quería lo que
tenía mi padre. Fíjate como me mira, cuando lo hace a quien ve es a mi padre. No
me soporta.
LUIS: Dale una oportunidad Carlos. Espera a ver qué pasa… Parece que la gente
está entrando en la Iglesia, deberíamos volver a nuestros sitios Carlos.
EVA: Venga chicos tenéis que volver ya. Carlos tu deberías estar ya en tu sitio.
ACTO II
(Personajes que intervienen en este acto Carlos, Tío de Carlos, Madre de Carlos y
Párroco)
La madre de Carlos y el tío de Carlos están frente al altar, unidos por sus manos.
Carlos detrás de ellos los observa desde su banco sentado solo. El bullicio de los
demás invitados a la boda inunda la Iglesia.
PARROCO: Yo os decl…
ACTO III
(Personajes que intervienen en este acto Carlos, Tío de Carlos, Madre de Carlos,
Luis y Eva)
La madre de Carlos espera con Eva fuera del salón de fiestas, donde el bullicio de
todos los invitados se oye al otro lado de la puerta.
MADRE DE CARLOS: Va a hacer algo contra su tío, lo sé. Hay que encontrarle.
EVA: Voy a buscar a Luis, seguro que él sabe dónde está Carlos.
Eva entra por la puerta y sale de la escena. Al momento entra el tío de Carlos por
la puerta.
TÍO DE CARLOS: ¿Qué haces aquí sola?, entra y divierte en tu fiesta.
MADRE DE CARLOS: Déjalo, creo que está afectado todavía por nuestra boda.
Te dije que era demasiado pronto.
Carlos saca el arma y la empuña contra su Tío. Este se sorprende pero después
empieza a reírse.
CARLOS: No te acerques, soy el único al que no has engañado, pero créeme que
voy a honrar la memoria de mi padre, vas a recibir tu merecido.
TÍO DE CARLOS: No me hagas reír niñato y dame el arma.
Entran en escena Luis, Eva y la Madre de Carlos. Carlos está tumbado en el suelo,
a su lado el Tío sujeta la pistola. La madre de Carlos grita al ver a su hijo y se
arrodilla a su lado para abrazarlo.
FIN
Título: “Romeo y Julieta” (Adaptación)
Autor: Manuel Martínez
6 personajes:
ACTO I
Noche cerrada, Julio espera frente a la casa de su amigo León. Ataviado con una
mochila de viaje, tira una pequeña piedra a una de las ventanas. Al impactar en
esta, una luz al otro lado de la habitación se enciende. León se asoma por su
ventana.
JULIO: ¡León!
JULIO: Tienes que ir y hablar con Ramona. Necesito que vayas y le digas que la
esperaré en la estación de autobuses a las 7 de la mañana. Sus padres le han
quitado el móvil, cuando ella les contó que éramos novios. Y en mi casa las cosas no
están mejor, mi padre leyó los mensajes que me había mandado con ella y me ha
amenazado con echarme de la casa si sigo con ella.
JULIO: Que va León, créeme. Él jamás aceptaría que yo saliera con una chica así.
LEÓN: ¿Ahora?
JULIO: Sí, tiene que ser ahora. Ella no se asustará cuando te vea. Tienes que ir
ahora y decirle que la espero a las siete en la estación. Yo no voy a dejar que mi
padre se interponga entre ella y yo, si ella me quiere nos iremos juntos, sino se
presenta sabré que estoy solo, me iré y no le guardaré rencor alguno.
ACTO II
(Personajes que intervienen en este acto León, Ramona, Padre de Ramona y Madre
de Ramona.)
PADRE DE RAMONA: Sí, y vive en un barrio donde nos miran con asco y miedo
a la gente como nosotros.
RAMONA: Bueno, pero eso es una decisión mía. Tampoco creo que sea tan grave.
RAMONA: Pues podría medir sus palabras un poco más. Yo quiero estar con Julio
y ni vosotros ni nadie va a hacerme cambiar lo que siento por él.
MADRE DE RAMONA: Piénsalo hija, nosotros no queremos nada malo para…
LEÓN: Ramona tengo que hablar contigo, me manda Julio. Te espera mañana a
las 7 en la estación de autobuses. Me ha pedido que te dijera que te quiere, y que si
tú lo quieres él está dispuesto a irse contigo, donde no os impidan estar juntos.
LEÓN: Sí, loco por ti Ramona. Ya sabes como es. Tengo que irme Ramona, no
quiero que tus padres me vean aquí contigo.
León sale por la ventana. Ramona se queda sentada en la cama, mientras mira la
ventana abierta por la que acaba de salir León.
ACTO III
(Personajes que intervienen en este acto Julio, Ramona, Padre de Julio, León y
Padre de Ramona)
Estación de autobuses. Julio espera sentado junto a León mientras el reloj marca
las siete en punto. Está amaneciendo.
LEÓN: Aunque así fuera, eso no significa nada Julio. No habrá podido llegar.
Espera un poco, quédate y búscala.
Julio sale de escena. León espera sentado a su amigo, mientras Ramona llega a la
estación corriendo.
LEÓN: No lo sé, sé que iba a venir aquí esta mañana, pero no lo he visto.
LEÓN: Pero…
PADRE DE JULIO: Pero nada, además creo haber visto a la niñita esa que le ha
comido la cabeza a mi hijo.
El padre de Julio sale con decisión. León lo sigue detrás. Julio aparece con su
mochila, se encuentra con el Padre de Ramona.
Megafonía de la estación
FIN
Título: “El Avaro” de Molière
Autor: Manuel Martínez
4 personajes:
ACTO I
FERNANDO: Como lo oye, otra vez soñaba con su cálida piel, con que volvía a
acariciar su pelo, casi puedo notarlo en mis dedos con sólo recordarlo.
FERNANDO: ¿Amigos? Todos han venido porque han sido invitados a una fiesta.
Fiesta que doy yo y que ha costado mis buenos billetes. Así que de amigos, hay
poco, más bien interesados.
FERNANDO: Mi hijo sólo ha venido para presentarme a su novieta, una chica sin
clase y de familia desconocida. No descartes que acabe la noche pidiéndome
dinero.
ACTO II
Ella lo abraza.
AMA DE LLAVES: Tienes que aguantar, amor mío. Sabes que yo solo tengo ojos
para ti. Si no se lo cuentas tú y se entera por otros, nos echará a patadas de la casa y
no podemos los dos perder el empleo.
AMA DE LLAVES: Tengo que irme. En la cocina seguro que están esperándome.
MAYORDOMO: Tanto como amigo. Pero dígame, si cree que puedo ayudarle,
¿qué quiere que le diga?
VICTOR: He hecho algo terrible y no sé cómo decírselo. Víctor alza una bolsa,
dentro lleva varios fajos de billetes.
ACTO III
FERNANDO: Dime Fernando, tú sabes algo del robo. Dime quien ha sido, aquí
delante de todo el mundo. Que se sepa quién lo hizo.
FERNANDO: Manuel, no me digas que tú tienes algo que ver, sino es así, dime
rápido quién ha sido, si no sabré que tú tienes algo que ver.
MAYORDOMO: Señor no es nada de eso.
FERNANDO: ¡Dime!
MAYORDOMO: Es por eso que tengo que hablar con usted en privado.
AMA DE LLAVES: ¡No!, señor Fernando él no tiene nada que ver, se lo aseguro.
Él no robaría nunca nada.
FERNANDO: Entonces…
VICTOR: Yo sólo quería comprar un buen anillo con el que pedirle matrimonio a
Elsa. Pero no debí coger el dinero. Ellos no tienen nada que ver.
Fernando agarra rápidamente la bolsa con el dinero para abrazarla.
8 personajes:
3. LUISA- Chica de 15 años, estudiante del último curso del instituto. Víctima
de la tiranía del Profesor Ruiz.
ACTO I
La sala de profesores del Instituto Velázquez está vacía. Raúl un chico de 15 años
del último curso se ha colado en la sala para robar un examen de Matemáticas.
(Personajes que intervienen en este acto Raúl, Profesor Ruiz y Luisa)
RAÚL: Tiene que estar por aquí, lo sé. Ramírez, Renato, ¡Ruiz! Aquí está el
archivador. A ver donde tiene el examen. Aquí está.
RAÚL
Que tío, ha incluido toda la materia del semestre que viene, pero si no lo hemos
visto todavía. Desde luego cuando dice que quiere suspendernos a todos no le falta
razón.
Raúl se apoya en una mesa, saca su móvil y se dispone a fotografiar las páginas,
cuando un ruido fuera de la habitación lo interrumpe. Raúl se esconde en un
armario.
PROFESOR RUIZ: Adelante Alumna. Y dígame que es eso tan importante que
tiene que decirme.
LUISA: Disculpe Profesor Ruiz. Como le iba diciendo, en el último examen, pensé
que obtendría más nota, porque he estado estudiando muchísimo y creo que
contesté bastante bien a sus preguntas.
PROFESOR RUIZ: Ah, así que cree que respondió bastante bien a mis preguntas.
Entonces, usted me está diciendo que me he equivocado corrigiendo su examen,
¿no?
LUISA: No pretendía, señor.
LUISA: No señor, sólo quería saber en qué había fallado, para poder estar más
atenta en el próximo examen y hacerlo mejor. Así que si pudiera enseñarme el
examen…
ACTO II
Reunidos de pie alrededor de unos pupitres, en una clase sin profesor charlan
cuatro compañeros del último curso.
CANDIDA: No es para menos. Pero sigo sin entender, ¿Por qué a ella?
MANOLO: Es cierto, no hay más que ver con que desgana llega a clase todos los
días. Si ya ni se molesta en dar las clases, al más mínimo ruido corta todo y a
castigar.
CANDIDA: Pues no es justo, porque hoy es Luisa, pero mañana podemos ser
cualquiera.
AMANDA: Sí, pero ¿qué podemos hacer? Porque hablando con él no vamos a
conseguir nada de nada.
CESAR: En la próxima clase, alguno tiene que salir del aula y llamar al director y
traerlo con una excusa. Mientras nosotros sacaremos lo peor de él.
ACTO III
CESAR: Amanda, tienes que hacerlo ya. A ti no te dirá nada por ir al baño.
PROFESOR RUIZ: Por Dios, porque no os calláis, tan difícil es dar una clase
entera en silencio. Cómo vuelva a oír una voz, daré la clase por finalizada y todo
esto irá para examen.
PROFESOR RUIZ: ¿Qué pasa ahora señorita Amanda?, ¿qué tripa se le ha roto?
AMANDA: Señor no se lo pediría sino fuera necesario, pero tengo que ir.
PROFESOR RUIZ: ¿Una?, visto su último examen tiene que tener usted más de
una.
PROFESOR RUIZ: Raúl, ¿a dónde se cree que va? Que insolencia, que
barbaridad.
Raúl se acerca al director y le da el móvil para enseñarle un video. Los gritos del
Profesor Ruiz a Luisa se oyen desde el móvil.
PROFESOR RUIZ: No haga caso señor Director. Está claro, que tienen algo en
mi contra…
El Profesor Ruiz sale de la clase con el Director detrás, los alumnos aplauden.
FIN
Título de la obra: “Una herencia caprichosa”
Adaptación teatral, libre, de la obra literaria EL HOMBRE QUE CALCULABA de
Malba Tahan.
9 Personajes:
1. Mohamed, 40 años.
2. Brenís, 35 años.
3. Hombre 1: 29 años.
4. Hombre 2: 27 años.
5. Hombre 3: 25 años.
Vestuario
Escenografía
Flora propia del desierto, no abundante, algunas palmas reunidas como fragmento
de un oasis.
Escena única.
Abre el telón. Oscuridad, inicia música árabe. Fade in, una luz de fondo ilumina
telón pintado con un hermoso paisaje desértico en donde al fondo y a lo lejos se
aprecian las magníficas torres de algunos edificios árabes antiguos. Algunas
palmas, como las que crecen en los oasis se distribuyen en el escenario.
BEREMÍS: Todos los días, al salir el Sol, llevaba un enorme rebaño al campo. Por
temor de extraviar alguna oveja y ser castigado, contábalas varias veces durante el
día. Fui, así, adquiriendo poco a poco tal habilidad para contar que poco tiempo
después, calculaba instantáneamente y sin error el rebaño entero. No contento con
eso, pasé a ejercitarme contando además los cientos de pájaros cuando, en
bandadas, volaban por el cielo y me volví habilísimo en ese arte.
Mohamed con un silbido hace venir a su feliz camello. Los nuevos amigos,
entusiasmados montan rumbo a Bagdad. A galope, dan dos vueltas al escenario,
después Mohamed cuenta con entusiasmo en dirección al público.
MOHAMED: A pocas horas de viajar sin interrupción, nos ocurrió una aventura
digna de ser referida, en la cual mi compañero Beremís puso en práctica, con gran
talento, sus habilidades de ilustre algebrista.
HOMBRE 1 (el más viejo): Somos hermanos y recibimos, como herencia, esos 35
camellos (señala hacia afuera, en un extremo del escenario). Según la expresa
voluntad de nuestro padre, debo yo recibir la mitad, mi hermano Hamed Namir
una tercera parte, y Harim, el más joven, una novena parte.
BREMÍS: Me encargaré de hacer con justicia esa división… (acaricia la trompa del
camello) si me permitís que junte a los 35 camellos de la herencia, este hermoso
animal que hasta aquí nos trajo en buena hora.
BEREMÍS (dirigiéndose a los tres hermanos): Voy, amigos míos a hacer una
división exacta de los camellos, que ahora son 36.
BEREMÍS (Dirigiéndose al Hombre 2): Tú, Hamed Namir, debías recibir un tercio
de 35, o sea, 11 camellos y pico… Vas a recibir un tercio de 36, o sea 12. No podrás
protestar, porque también es evidente que ganas en el cambio.
BEREMÍS (Dirigiéndose al Hombre 3): A ti, joven Harim Namir, que según
voluntad de tu padre debías recibir una novena parte de 35, o sea, 3 camellos
y parte de otro… te daré una novena parte de 36, es decir, 4, y tu ganancia será
también evidente, por lo cual sólo te resta agradecerme el resultado.
BEREMÍS: (en tono magistral) Por esta ventajosa división que ha favorecido a
todos vosotros, (se dirige al hombre 1)…tocarán 18 camellos al primero, (voltea y
toma del hombro al hombre 2) …12 al segundo y (señala al hombre 3) …4 al
tercero… 18 + 12 + 4 lo que da un resultado… de 34 camellos.
BEREMÍS: De los 36 camellos sobran, por lo tanto, dos. Uno pertenece, como
saben, a mi amigo el “bagdalí” … y el otro me toca a mí, por derecho, y por haber
resuelto a satisfacción de todos, el difícil problema de la herencia.
Entre carcajadas, bromas y abrazos hacen mutis los tres hermanos. El más viejo
regresa con un camello y lo entrega con una reverencia al matemático.
5 Personajes:
Merlín: Mago, consejero Del legendario Rey Arturo, viste con túnica negra y
sombrero de punta, siempre acompañado de su bastón y con una barba blanca
como la nieve. Amante de Viviana la Dama del Lago, de ojos negros y con voz
fuerte, un hombre sabio, generoso y estoico.
Viviana/Dama del lago: Entidad de género femenino que aprecia al rey Arturo,
amante del poderoso mago Merlín, protectora de los objetos extraordinarios, viste
con vestido blanco y tiara del mismo color, de ojos verdes y de cabello negro.
Rencorosa, cariñosa y solitaria.
Nimue: Parte de la Dama del lago, es una de sus personalidades, amiga cercana
del rey Arturo y del Mago Merlín, aunque éste no sabe que Nimue es su amada
Viviana, entrenada como soldado por el mismo Arturo en persona. De ojos verdes y
cabello castaño. Alegre, alerta y siempre contenta, leal y fuerte.
Sir Marcus: Exmiembro de la mesa redonda, que lleno de avaricia intenta
usurpar el trono y reclamarlo como suyo durante la enfermedad del rey Arturo.
Posee diversas tierras por todo el reino. De cabello negro largo, ojos café, arrogante
y orgulloso.
ACTO I
El lago de la Dama del Lago. Un lago que nadie suele visitar, con un nombre
redundante, rodeado de arboles tan grandes que sus hojas formaban un techo
sobre él, un lago extenso, temido y habitado por la entidad por la que tiene ese
nombre, la Dama del Lago.
ESCENA I
La Dama del Lago emerge del agua con una expresión molesta.
Merlín: No tengo tiempo para discusiones sin sentido, en 10 días cuando el sol se
esconda vendré a entregarte los objetos que nadie debe encontrar.
Merlín: Como desees Dama del Lago ¡sin embargo! Podrías decirme por favor
¿Por qué tanto odio a mi persona?
Al escuchar estas palabras la Dama del lago llena de furia y dándole la espalda al
mago dice.
Merlín con una expresión de derrota se retira del lugar mientras escucha llantos a
su espalda.
ACTO II
Los aposentos del Rey Arturo, una habitación con una ventana con vista al patio
central del castillo, con muebles de cuero y una decoración digna de la presencia
del rey, una cama rodeada con cortinas rojo sangre y un rey enfermo sobre ella.
ESCENA I
Rey Arturo: (en voz baja y en un tono tembloroso) M-Merlín ¿Estás ahí? Acércate
Merlín: ¡Mi Rey! (Merlín se acerca rápidamente al Rey Arturo, tomando su mano
y mirándolo preocupado)
Merlín: Sí, mi rey, he hablado con ella, en 10 días todo estará listo.
Rey Arturo: M-me alegro (tose) Mi reino debe estar a salvo, merece estar a salvo.
Todos estaban conmovidos, el rey en tal mal estado de salud solo pensaba en su
gente.
Nimue: Oh mi rey, disculpe que lo moleste ahora, pero Sir Marcus me preocupa.
Todos se miran las caras, sabían a qué se refería Nimue, Sir Marcus estaba
aprovechando la enfermedad del rey para tratar de tomar el trono.
Nimue: ¡Oh mi rey! ¡Tan bondadoso y tan maltratado! Nos aseguraremos mi rey
de que Sir Marcus el traidor pague por consternar a su alteza.
ACTO III
ESCENA I
Merlín y Nimue se encontraban junto con varios soldados del reino, preparándose
para frenar a Sir Marcus, el traidor, se encontraban en un campo, cerca del bosque
que lleva a la Dama del lago, en el campo habían muñecos de paja desgastados y
carretas abandonadas pues, cuando la Dama del Lago aún era humana y ofreció a
Excalibur a su rey, esa zona se usaban como practica para los soldados novatos.
Merlín: (Con voz fuerte y levantando sus brazos) ¡Preparados soldados! ¡Está será
una batalla corta pero que determinará el futuro de Camelot!
Los soldados gritaban motivados, preparados para dar su vida por el reino, y por su
rey.
ESCENA II
En la lejanía se veía al traidor a caballo liderando sus tropas quien al ver a Merlín
acelerar el paso, cuando se encontraba lo suficientemente cerca y ambas fuerzas se
tenían al frente éste dice:
Sir Marcus: ¡El tan poderoso Rey Arturo ha de estar bastante mal para enviar a su
inútil consejero a hacer su trabajo!
Merlín: (Enojado y von una voz furiosa grita) ¡Cuida tus palabras Marcus! ¡Seré
viejo pero todavía cuanto con el favor de la diosa!
Los soldados enemigos retrocedieron pues, eso significaba que Merlín, el temido y
poderoso mago Merlín aún podía usar magia.
Sir Marcus: ¡Espabilad! ¡Si lo que dice fuera cierto no estaríamos hablando justo
ahora!
Merlín alza su bastón y los soldados a favor del rey inician su ataque. Un combate
fiero entre ambas fuerzas se lleva a cabo, Nimue se limita a apoyar a los soldados
con sus dagas y Merlín enfrenta a Sir Marcus, quien se encontraba sorprendido
pues a pesar de que Merlín era un anciano, sus movimientos eran rápidos y su
bastón lo suficientemente duro como para parar su espada.
Merlín: (Durante el combate y con las respiración acelerada) ¡Ríndete Marcus,
mancillas tu nombre en vano!
Sir Marcus: Oh no mago inútil, tú haces un esfuerzo en vano, para esta hora ya su
tan amado rey ¡Debe de estar muerto!
Merlín retrocede un momento y piensa en todos esos rumores de que habían espías
dentro del castillo, aterrado mira a Sir Marcus y abandona el campo de batalla.
Nimue: (Luego de derrotar a un enemigo Nimue voltea a ver a un Merlín que trata
de retirarse) ¡Merlín! ¿A dónde vas?
ACTO III
ESCENA I
Dentro se encontraban dos hombres con ropas de guardia, uno sostenía una daga y
el otro una espada. Merlín enfurecido apunta al espía que sostenía la espada con su
bastón, pronuncia unas palabras inaudibles para estos y el espía sale disparado por
la ventana.
Merlín se notaba cansado, hacer magia a su edad era agotador y se quedaba sin
fuerzas, sin embargo reunió la suficiente y enfrentó al espía de la daga, hubieron
golpes, y empujones pero el mago logró apartar al enemigo de su rey que se
encontraba debilitado.
Merlín: ¡Se atreven a atentar contra la vida de su propio rey! ¡Malditos! ¡Infames!
El espía saca de su bolsillo un objeto redondo y lo lanza hacía Merlín, objeto que al
chocar con el bastón del mago explota y una nube de humo llena la habitación, sin
embargo Merlín ve las intenciones de su enemigo que planeaba apuñalar al rey,
pero en su lugar atraviesa la piel del mismo Merlín quien se interpuso en el camino.
El rey despierta y entre gritos llama el nombre de su amigo y consejero, el espía
trata de huir pero es detenido por guardias que aún estaban ilesos.
Merlín: (Con voz quebrada y con dificultad para hablar) Nimue, creí que estabas
con Marcus.
Nimue: (Llorando pero con una expresión de enojo) Lo estaba, pero sentí tu dolor
y supe qué había pasado. La diosa me hizo un último favor.
Rey Arturo: (Mientras sostiene a Merlín en sus brazos) Dejen de hablar ¡Merlín!
Mi querido Merlín, haré lo posible por salvarte.
Merlín: Mi rey, mi hora ha llegado, solo soy un viejo mago, usted debe proteger a
su reino, debe mejorarse y resguardar todo por lo que ha luchado tantas décadas.
Tome, la esencia de la naturaleza, lo curará.
Merlín: Los objetos estarán a salvo mi rey, morirán conmigo y Camelot estará
fuera de peligro. Viva, viva mi rey ¡larga vida al rey!
La voz del reino se escucha de fondo y el rey Arturo mira con tristeza a su amigo.
ACTO IV
El lago de la Dama del Lago se encontraba cubierto de las hojas que antes lo
escondían pues los arboles empezaban a morir.
ESCENA I
Nimue mira a la Dama del Lago, la cual asiente abriendo sus brazos, Nimue se
acerca a ella hasta ser absorbida.
La Dama del lago toma a Merlín y lo arrastra al agua, éste empieza a flotar y la
sangre comienza a manchar el lago.
Dama del Lago: Nuestro hogar. Le has servido bien al niño, le has servido bien al
reino, es hora de descansar.
Los objetos emergen del lago, pues acudieron a la muerte del mago que los halló.
Merlín: Nos vemos, Camelot…
8 Personajes:
Acto I
(Pedro caminando por la calle, con las manos en el bolsillo mirando en todas las
direcciones)
Pedro: ¡Madre!, cómo no he de extrañarte, si fuiste quien me dio la vida. ¡Mi única
familia!.
Narrador: Con una gran tristeza en su rostro, y muy pensativo, Pedro observó con
detenimiento a tres jóvenes sentados en una de las aceras de la calle, quienes no
paraban de fumar exageradamente.
Raúl: Sí, tu. ¿No quieres un poco?, mira que te quitará ese pesar que tienes en tus
ojos.
Narrador: Pedro muy inocente ante las realidades existentes en la vida, se acercó
a ellos, sin saber lo que le habría de acontecer.
Pedro: Dime, ¿tienes algo de comer?, tengo mucha hambre no he comido nada en
todo el día.
Raúl: Tranquilo, en un rato conseguimos algo por ahí, pero…¡ven! siéntate con
nosotros.
Raúl: ¡Que mal amigo!, pero ven fuma un poco nada te pasará, al contrario te
aliviará la pena.
Narrador: Al pasar los días, meses y años, Pedro todo un joven ya quinceañero, se
situaba sumergido en una adicción que a lo lejos parecía irreversible.
Acto II
(Pedro sentado con dos amigos en la acera, mientras por la calle pasaba un niño
desorientado como él hace unos años)
Pedro: ¡Hey amigo!, ven y comparte con nosotros, para que te relajes un poco.
Pedro: ¿Qué, me vas a decir que no quieres reírte un poco?, se nota a leguas que
has pasado una pena.
Esteban: Sí amigo, mi madre acaba de fallecer
(Esteban sigue caminando sin mirar atrás, mientras Pedro se queda pensativo)
Karen: Hijo mío, prométeme que nunca dejarás de luchar por tus sueños.
Recuerda que aunque yo no este físicamente en este mundo ¡jamás te abandonaré!,
siempre morare allí en tu hermoso corazón. No mires atrás, más si adelante,
recorriendo cada día el camino correcto hacia la meta.
Pedro: ¡Madre!, como fue que olvidé tus últimas palabras y tu mayor deseo.
¡Perdóname!
Narrador: Aquel llanto de Pedro fue tan sincero, que al pasar por ahí un hombre
sabio de edad ya avanzada, se detuvo a reconfortarlo.
Isaías: Joven, no sé lo que te ha pasado, pero lo que hoy mi corazón te dice: es que
nunca es tarde para volver a empezar.
Narrador: Al oír esas palabras, un gran gozo recorrió el cuerpo de aquel joven,
que un día siendo niño, tomo la decisión equivocada.
Pedro: En mi inocencia, hace años caí en un gran vicio, pero hoy decido
levantarme con mucho fervor, y animar aquellos niños como yo o como Raúl, para
que nunca permitan que la situación los lleve a caer en una irreparable adicción.
FIN.
Título de la obra: “Mi Espejo”
Autora: María Gabriela Méndez
3 Personajes:
Ambiente
Una habitación de una chica moderna pero contiene básicamente una peinadora
con una silla que se pueda mover en el espacio, un espejo de cuerpo entero, muchas
prendas de ropa y zapatos regados por el lugar, y bastante maquillaje, secador de
cabello, plancha, y otros accesorios de mujer.
Narrador: – Sofía ha sido invitada a una fiesta de cumpleaños de una amiga, debe
arreglarse para salir y está bastante preocupada. En la fiesta estará el chico que le
ha gustado desde el primer día de Secundaria, nunca ha logrado llamar su atención.
Sofía cree que es demasiado simple, y es por eso que no ha logrado captar la
atención del apuesto chico que tanto ha ocupado sus pensamientos.
Sofía está en problemas, el tiempo se agota, debe estar perfecta en solo unas horas
y no logra conseguir la combinación de vestuario, maquillaje y peinado que le
quiten su simplicidad y la hagan realmente atractiva para la ocasión.
Acto Único
Narrador: – Sofía cree que nadie la escucha, ella está sola en la habitación, quién
pudiera estar escuchando sus fuertes críticas y su arranque de inseguridad e
inconformidad con su aspecto físico. Pero de pronto escucha una voz que pareciera
salir de la nada.
Espejo: – Por qué eres tan dura contigo misma, viéndolo bien, y vaya! que he visto
desfilar gente por aquí. Y no eres lo peor que he visto… (Pausa), -Perdón, quise
decir que no estás tan mal como dices.
Sofía: (Se asusta al escuchar esta voz pero tiene curiosidad de saber de dónde
viene, por lo que comienza buscar en toda la habitación) – Quién habla?, Sea
quien sea debe salir de una vez? (Toma el secador para usarlo como arma y
vuelve a buscar en la habitación) – A ver, basta de escondites, quién está donde
quiera que esté? (Quiere parecer segura, dispuesta a enfrentar a quien sea pero a
la vez la delata un aspecto y una voz de algo de pánico, no tanto, pero sí, está un
poco asustada)
Espejo: – Soy yo chica, deja el show de policía asustado, soy el espejo, ¿la gente
cree que uno va a estar aquí calándose sus peores fachas, o cuando están en sus
“mejores” momentos, aquí, hablando frente a mí sin yo poder contestar ni una vez?
pues me cansé, ahora me vas a tener que oír. (Esto debe sonar con un ligero
fastidio pero con seguridad. El espejo es un personaje masculino, un poco irónico
en su forma de hablar)
Sofía: – No me parece, tantas preguntas que te he hecho sin respuesta, siempre sin
respuesta, y te he perdonado porque creía que no hablabas pero hablas!!!
Espejo: – Pero no me cambies de tema, te decía que eres hasta bonita chica,
deberías ponerte cualquier cosa, creo que casi todo lo que te has puesto te queda
bien. Ah bueno, No… Jamás te pongas de nuevo esos pantalones de pepitas
negras… Quémalo por favor, me aturde solo ver que te lo estás poniendo. (Pausa)
Pero… en líneas generales creo que estás muy bien.
Espejo: – No, no lo estás… Creo que el vestido rojo te queda muy bien.
Sofía: – Y mi cabello?.. Es un desastre, está seco y sin brillo (se intenta hacer
peinados y se lo vuelve a soltar).
Sofía: – Pues no, no tengo ni tamaño… No te has dado cuenta de que uso estos
tacones (toma unos tacones del suelo y los vuelve a tirar), – y estos (toma otros
del suelo y los vuelve a poner en su lugar), – y estos (toma otros que están tirados
en el suelo a sus espaldas, los ve y los vuelve a colocar en su lugar), -aunque son
incomodísimos, pero intento verme como Carla, Jessica, María Joaquina. Ellas sí
que son altas, esbeltas, y siempre saben qué ponerse.
Espejo: – Sabes qué? Pues sí, si lo que quieres es escuchar tus defectos te ayudaré.
Creo que ciertamente necesitas entrar al GYM porque tu trasero es, (pausa) –
digamos, (pausa) – siiiiimple.
Sofía: (Se sienta con molestia y lo mira) – Qué? Tampoco así, a mí me gusta mi
trasero (Y se mira en el espejo con agrado)
Espejo: – Y viéndolo bien, creo que necesitas unas extensiones de cabello porque
siempre lo usas corto y eso no está de moda.
Espejo: – Y… Creo que unos implantes de senos serían digamos que… necesarios,
porque tú eres como una nadadora: Nada por delante y nada por detrás.
Espejo: – Y ni se te ocurra ponerte el vestido azul, ese que hace que se te vean las
piernas como una garza, porque las garzas y tú, (pausa), – perdón, creo que le
ganas a las garzas con esas piernas flacas.
Sofía: (Se mira las piernas sorprendida y comienza a mirarlas en el espejo con
agrado y empatía) – Yo amo mis piernas, y ahora que lo dices, ya encontré que me
pondré esta noche. El vestido azul… y (Pausa: lo busca entre toda la ropa regada)
– Y… Ya sé los zapatos que combinan con este vestido. (Busca entre todos sus
zapatos y consigue los que le gustan)… – Bueno, mi cabello, lo llevaré suelto, creo
que me está gustando como se ve – (refunfuña) – y que largo, este espejo no tiene
buen gusto, la verdad. (corre a la peinadora y vuelve al espejo) – Me pondré estos
sarcillos. Y listo. (Se sale de escena a cambiarse de ropa)
Narrador: – Parece que Sofía le halló sentido a su figura, ya no le parecía que era
tan gorda, tan simple, ni tan chiquita, como le creía antes de su conversación con el
espejo. Sofía tuvo un encuentro con su realidad, creo que todo lo que veía como
defectos comenzaron a ser virtudes para ella.
Sofía: (Entra en escena pero no habla, solo trae su vestido azul, sus tacones, se
sienta en la peinadora y comienza a maquillarse, mientras el narrador sigue
hablando)
7 Personajes:
1. Joven: Es una joven mujer de unos 25 años, tiene una actitud alegre y
relajada.
6. Hombre mayor
ACTO ÚNICO
Escenario: En el centro del escenario hay un círculo; todos los que llegan allí se
comportan felices. Desde distintos puntos del escenario nacen caminos -que
pueden estar marcados con cinta adhesiva de color en el piso-que confluyen en el
círculo central. Los caminos son seis y cada uno tiene sus características: Camino 1,
está lleno de flores y tiene un cómodo sofá y una mesita con una copa y un libro
.Camino 2, tiene obstáculos que correr para poder pasar. Camino 3, está despejado.
Camino 4 y Camino 5 se unen en un punto y luego vuelven a separarse. Camino 6,
empieza en un punto, forma un círculo y luego desemboca en el círculo central.
–Narrador: Hoy vamos a ver de qué se trata el juego de la vida. En este juego,
todos los participantes intentan llegar a un mismo punto: el círculo central, el
estado de felicidad. Aún así, no hay ganadores ni perdedores, solo personas
intentando llegar a un mismo estado (Pequeña pausa) Para algunos, el camino es
placentero…
–Narrador: Para otros, llegar al círculo es más difícil pues cargan con pesos
pesados…
(Los adolescentes siguen sus caminos por separado. Adolescente 1 se queda quieto
unos pasos más adelante del punto de encuentro y Adolescente 2 continúa hasta el
círculo central)
(Hombre Mayor camina en círculo sin poder salirse de éste para llegar al círculo
central.)
–Narrador: Otros participantes se han pasado gran parte de su vida repitiendo
los mismos actos; pisando constantemente sobre sus viejas pisadas y sin poder
encontrar una salida que los lleve al objetivo.
FIN
4 Personajes:
7. 8.9. 10. 11. y 12. Adolescentes: Son seis adolescentes (varones y mujeres)
que han ingresado recientemente al centro. Tienen el aspecto enfermizo de Ornella
en los primeros Actos. No tienen texto de diálogo pero a ellos está dirigido el
testimonio final de la protagonista.
ACTO I
–Pamela: (Mira su teléfono celular) Más de tres horas. Ya me suena la pancita del
hambre.
–Pamela: Pero almorzaste hace mucho tiempo. Al menos hace cuatro horas,
desde que estas aquí, que no comes nada.
–Ornella: Pero no tengo hambre. Mientras ustedes comen algo, yo voy a un
negocio de acá cerca donde ví un regalo que me gustó para mi mamá. Cuando
vuelva, seguimos estudiando.
–Pamela: Cada vez inventa una excusa más tonta para no comer. Me preocupa,
¡está muy flaca!.
–Katy: Yo no me atrevo a decirle nada. Además de estar muy flaca está muy
irritable… ha cambiado mucho.
ACTO II
(La mesa está dispuesta para cenar. Liliana y Ariel ya están sentados. Ornella
entra a escena)
–Ariel: Tenemos que hacer algo, no puede seguir así. ¿Hace cuánto tiempo no
come con nosotros?
–Liliana: Hoy me llamo Pamela, me dijo que no comió nada en toda la tarde. No
tenemos opción, se nos está yendo de las manos.
Personajes que intervienen en este acto: Ornella, Liliana, Ariel, Carlos y los
seis adolescentes ingresados al Centro.
–Carlos: No estás obligada a hacerlo, pero puedes ayudar mucho a estos jóvenes
con tu historia. Piensa que están tan asustados como tú el día que llegaste aquí.
–Ornella: Hola…Me pidieron que les cuente por qué llegué aquí y todo lo que
logré en estos meses.
(Pequeña pausa.)
–Ornella: Cuando llegué aquí estaba tan asustada como ustedes. Lo que más
miedo me daba era que me obligaran a comer. Me daba terror engordar.
Ornella: Lo que
quería lograr era verme como las chicas de las revistas y la televisión, flacas y
lindas… sobre todo flacas. Pensaba que era la única manera de ser popular y que
me acepten y me quieran. Entonces me prometí hacer dieta hasta verme así de
flaca. Pero, entre menos comía, más gorda me veía cuando me miraba al espejo.
Entonces, me metí en un camino del que no pude salir más.
-Empecé a comer cada vez menos, me sentía culpable cada vez que comía por no
tener fuerza de voluntad y me sentía una mala persona cuando no comía, por
mentirle a mi familia y a mis amigas. Inventaba excusas para no sentarme a
almorzar con los demás y escondía comida para no comerla.
FIN
6. POLICIA.
ACTO I
Quino tiene agarrado por las solapas de una camisa a Alfredo, este lo zarandea
de un lado a otro mientras Alfredo suplica entre sollozos.
QUINO: Venga
ALFREDO: Por favor, hace un rato que tendría que estar en mi casa.
QUINO (Con una sonrisa socarrona en los labios): Tranquilo querido público,
tranquilo. Parece que no tenía también domada a la morsa como yo pensaba.
Pero…
Quino le suelta un bofetón a Alfredo que los enmudece a todos. Alfredo empieza a
llorar desconsoladamente.
QUINO: ¿Ves? Si es que me obligas a ser malo contigo, ¿te crees que no me duele
pegarte?, pero claro no me obedeces y tengo que hacerlo.
Alfredo se tira al suelo, se alza sobre sus rodillas y empieza a chocar los brazos
imitando a una foca mientras imita el sonido. El pasillo vuelve a inundarse de
carcajadas.
Ésta sujeta la cara de Alfredo para mirar más de cerca la marca enrojecida, de la
mano de Quino, que Alfredo tiene sobre su rostro.
LIDIA: ¿Quién te ha hecho eso Alfredo?, dímelo.
ALFREDO: Nada, no ha sido nadie. Déjeme que me vaya por favor, mi madre me
está esperando.
ACTO II
ALFREDO: No lo sabía
LIDIA: Mire he venido rápidamente después del colegio porque he visto algo que
me ha asustado mucho.
LIDIA: Mire, sabe usted si su hijo está bien en el colegio o si tiene algún problema
con un compañero.
MADRE DE ALFREDO: Pues no la verdad, que yo sepa está bien.
MADRE DE ALFREDO: No. Aunque bueno ahora que lo dice, la verdad es que
está un poco encerrado en la casa, yo le animo a salir a la calle a jugar, pero nada no
hay quien lo saque de aquí.
LIDIA: Si fuera otro niño, no sería raro, ya sabe hoy en día con las consolas y los
ordenadores los niños no salen a la calle, pero de Alfredo me extraña.
LIDIA: Pues mire hoy he presenciado una situación rara en el colegio. Ya habían
terminado las clases, y se oía mucho algarabío en el pasillo. Al principio pensé que
serían unos chicos que se había quedado jugando en el pasillo después de las clases,
pero después cuando me acerqué todos salieron corriendo. Alfredo se estaba
levantando del suelo con los ojos enrojecidos como si hubiera estado llorando y
tenía la marca de un guantazo en la cara.
LIDIA: ¿Qué le parece si llamamos a Alfredo y entre las dos le sacamos alguna
información?
LIDIA: Alfredo, por qué no nos cuentas a tu madre y a mí, qué te ha pasado esta
tarde en el colegio.
LIDIA: Si nos dices que todo era un juego, no va a pasar nada, no nos vamos a
enfadar, ¿era un juego?
Alfredo niega con la cabeza
ACTO III
Entrada del colegio. Los niños se agolpan, suena el timbre y todos suben. Quino y
su amigo Juan Gabriel se detienen en la entrada. Mientras todos entran hasta
quedarse solos.
JUAN GABRIEL: También es verdad. Por cierto, ¿qué le tienes preparado hoy a
la foquita?, ¿vas a hacer algún número nuevo con él?.
QUINO: No lo sé, puede que hoy simplemente le pegue y ya está, no estoy hoy
motivado.
LIDIA: Ah, ¿no? Tranquilo igual estos señores te ayudan a recuperar la memoria.
Adelante.
POLICIA: ¿Quino?
LIDIA: Tú Juan Gabriel te has librado por hoy, así que márchate antes de que me
arrepienta.
LIDIA: Espero que ahora te lo pienses mejor antes de pegarle a un compañero por
ser diferente.
FIN
Título: “En los zapatos del otro”
Autora: Silvina Carrasco
4 Personajes:
ACTO I
Mateo está por jugar la final del campeonato interzonal con el equipo de su ciudad.
Es muy importante para él que su padre este ese día pero nunca tiene la posibilidad
de hablar con él.
–Mateo: Solo digo que es increíble las cosas de las que se entera uno cuando deja
de mirarse el ombligo. (Irónico) El hombre llegó a la Luna, ¿te enteraste?
–Horacio: (a Viviana) ¡¿Qué le pasa a este chico?! ¿Cómo espera que pague las
comodidades con las que vive?
– Viviana: (le toma la mano con ternura) Es que quizás no necesita tantas
comodidades…
(la cara de Horacio se pone triste, pero inmediatamente pone el mismo rostro
orgulloso de dureza que pone Mateo cuando quiere ocultar sus sentimientos).
ACTO II
Escenario: Sala de estar de una señora anciana. Tejidos de crochet sobre las
mesas y adornos antiguos.
–Nené: Tu padre está muy orgulloso de vos. ¿De dónde pensás que sacaste esa
pasión por el fútbol?
–Mateo: (conteniendo la emoción) Pero…entonces… ¿Por qué hay días en los que
ni siquiera me habla?
–Nené: Porque quiere que tengas la vida que él no tuvo y piensa que trabajando
todo el día puede darte lo que necesitas. ¡Son tan parecidos ustedes dos!
ACTO III
Escenario: la misma cocina del Acto I, esta vez, sin nada sobre la mesa.
–Horacio: Perdoname hijo, pensé que con plata podía darte el amor que no sé
demostrar de otra manera.
4 Personajes:
ACTO I
Mateo está por jugar la final del campeonato interzonal con el equipo de su ciudad.
Es muy importante para él que su padre este ese día pero nunca tiene la posibilidad
de hablar con él.
–Mateo: Solo digo que es increíble las cosas de las que se entera uno cuando deja
de mirarse el ombligo. (Irónico) El hombre llegó a la Luna, ¿te enteraste?
–Horacio: (a Viviana) ¡¿Qué le pasa a este chico?! ¿Cómo espera que pague las
comodidades con las que vive?
– Viviana: (le toma la mano con ternura) Es que quizás no necesita tantas
comodidades…
(la cara de Horacio se pone triste, pero inmediatamente pone el mismo rostro
orgulloso de dureza que pone Mateo cuando quiere ocultar sus sentimientos).
ACTO II
Escenario: Sala de estar de una señora anciana. Tejidos de crochet sobre las
mesas y adornos antiguos.
–Nené: Tu padre está muy orgulloso de vos. ¿De dónde pensás que sacaste esa
pasión por el fútbol?
–Mateo: (conteniendo la emoción) Pero…entonces… ¿Por qué hay días en los que
ni siquiera me habla?
–Nené: Porque quiere que tengas la vida que él no tuvo y piensa que trabajando
todo el día puede darte lo que necesitas. ¡Son tan parecidos ustedes dos!
ACTO III
Escenario: la misma cocina del Acto I, esta vez, sin nada sobre la mesa.
–Horacio: Perdoname hijo, pensé que con plata podía darte el amor que no sé
demostrar de otra manera.
2 personajes:
ACTO I
Sofía (con una sonrisa pícara en los labios): ¿Y quién es Francisco, no me digas
que ya conociste a alguien en la página?
Karina (asombrada): ¡Sofía estás loca! ¿Cómo le das tanta información a alguien
que no sabes si realmente es quien dice ser? No debiste hacer eso amiga.
Sofía (molesta): Ay tu siempre con esa moral tan estricta. Relájate amiga, son
chicos y lo único que va a pasar es una historia de amor muy emocionante
ACTO II
Karina (Asustada por el llanto de su amiga): ¡Sofía! ¿Qué pasa amiga? ¿Por qué
lloras?
Sofía (poniéndose la mano en la boca para indicar a Karina que baje la voz y
hablando en un tono apenas audible): Ay amiga, es horrible, no sabes lo que ha
pasado. El chico que conocí por internet me dijo que quería verme, estuvo
preguntándome sobre mi casa, la ventana de mi cuarto, la entrada al jardín, mi
dirección, y yo pensé que realmente quería conocerme. Le conté todo lo que
preguntó y ayer debía venir en la tarde, nunca llegó, pero anoche entraron por el
jardín y forzaron una ventana, se llevaron cosas de valor de mis padres y yo
sospecho que él tiene que ver con eso. ¿Ahora como se lo cuento a mi mamá y mi
papá?
Karina (boquiabierta): Odio decir esto, pero te lo dije Sofía, y ahora voy a odiar lo
que te voy a decir, pero no puedes callártelo, tienes que decírselo a tus padres,
cuéntale todo.
Sofía (negando con la cabeza): Me van a castigar, no puedo decírselo, nunca más
voy a encender esa computadora, es horrible lo que puede pasar ahí.
Sofía (Levantándose del piso): Tienes razón amiga, merezco el castigo por
imprudente, si aprendí la lección, no debo dar mi información personal a nadie por
internet, ni enviar fotos a desconocidos, vamos a hablar con mis padres.
Karina toma del brazo a Sofía en señal de apoyo y juntas salen de escena
caminando a contar todo a los padres de Sofía.
FIN
Título de la obra: “Sin Mirar”
Autor: Manuel Martínez
7 personajes:
3. MARISA- 24 años, es una de las chicas con las que chatea Nacho.
ACTO I
Nacho de 26 años es un chico invisible, ataviado con vendas, una gabardina y unas
gafas de sol, está cubierto totalmente de ropa para no asustar a la gente.
IVÁN: Pero no te pongas en lo peor, además ¿por qué iba a reírse de ti?
NACHO: Ya, pero eres el único. Y porque te conozco desde que eramos niños.
Marisa entra en la cafetería, busca con la mirada y se sienta sola en otra mesa.
Nacho se esconde tras la carta de la cafetería.
IVÁN: ¿Yo?, pero si él que tiene que hablar con ella eres tú
Va a salir mal, lo sé, cuando me presento nunca sale bien. Nadie se cree que sea
invisible. Seguro que ahora se acerca y se ríe de mí, eso si no sale corriendo
asustada, o se enfada porque cree que es una broma.
ACTO II
Jajaja, tienes razón. Estaría muy bien que nos conociéramos, pero tienes que saber
una cosa de mí.
Elena entra en escena, un foco la ilumina, con un móvil en la mano. Chatea con
Nacho
ELENA: Y ¿qué cosa es? No me irás a decir que eres un hombre de 50 años que
me ha estado engañando todo este tiempo.
NACHO: Que va, que va. Mira no te asustes, pero soy invisible, nací así.
ELENA: Ya claro, y yo soy wonder woman. Jajaja, venga ya.
ELENA: Es decir, que eres un graciosillo. Mira chico vete a reírte de otra.
NACHO: Elena fue de las que se enfadaron, también las había que se reían de mí.
EVA: Que chulo, ¿no? Y aprovechas para robar todo lo que quieras o asustar a la
gente, jajaja.
NACHO: Obviamente no. Voy casi siempre con unas vendas para no asustar a la
gente.
NACHO: Y así muchas otras. Yo pensaba que iba a estar solo siempre, hasta que
encontré a Julia.
NACHO: ¿En el cine?, ¿ahí quieres que nos conozcamos?, pero si no nos vamos a
poder ver.
JULIA: Bueno, tú eres invisible, ¿no? Tampoco iba a poder verte entonces.
JULIA: Y te creo.
ACTO III
Una sala de cine a oscuras. Julia sentada en una butaca mira la pantalla. Nacho
entra en escena la busca con la mirada hasta encontrarla y sentarse a su lado.
NACHO: Digo con lo mío, lo de ser invisible, que si te parezco bien, si no vas a
salir corriendo asustada.
JULIA: Tú sí que sabes venderte bien, jeje. Relájate Nacho, ya te dije que todos
tenemos nuestras cosas. A lo mejor soy yo la que tiene algo que te hace huir de mí.
Julia agarra su bolso y un bastón de invidente que está encima del asiento libre
de su lado y se lo pasa a Nacho.
NACHO: Claro.
JULIA: Me encantaría.
Julia sonríe.
FIN.
Título de la obra: ¡Entendido!
Autora: Ángeles Spinoza
3 Personajes:
1. Xavier
2. Jorge
3. Felipe
Parte uno
Xavier: ¿Y luego?
Jorge: ¿Qué?
Felipe: ¿perdón?
Jorge: ¿cómo?
Jorge: …
Jorge y Xavier ignoran por completo a Felipe, quien sigue acomodando cosas sin
importarle si lo escuchan o no
Jorge: Espera, que me están contando algo que sí te parecerá gracioso o al menos
interesante
Jorge: shhh
Felipe: …entonces dejaron el sistema medio abierto o algo así y hay que estar
haciéndolo todo el tiempo…
Felipe: … si no lo hacen…
Jorge: para ver si salimos mañana; es que el taxi sale muy caro
Xavier: no, me lo entregan la otra semana, pero igual podemos hacer algo en casa
Parte dos
Xavier: y que además hay rebajas: parece que estaban regalando el almacén
Jorge: (empezando a revisar las notas) sí, sí… (pausa) ¿y? ¿cómo ves? ¿crees que
se haga algo este fin?
Xavier: (recogiendo algunas cosas) lo veo complicado, entre que no tengo carro y
que Sebastián se rompió el brazo
Xavier sigue limpiando mientras Jorge intenta hacer el corte de caja. Pasan unos
instantes
Jorge: no, estoy haciendo lo de siempre y no aparece nada. Ya van tres veces que
lo intento
Jorge: ¿por qué haríamos eso? Sería muy tedioso y poco práctico. Le dábamos
guardar al final como siempre
Felipe: (exaltado) porque yo les dije que tenían que guardar dos veces cada vez
que pasarán un artículo, sino, no se registraría la compra
Xavier: ¿y ahora?
Felipe: a contar lo que falta y registrarlo a mano. El lunes hay inventario (pausa)
Cierran cuando acaben
Oscuro final