Informe Final Español
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TIERRA
I. INTRODUCCION
Las presas de tierra, como lo prueba la historia y los restos que sobreviven de las antiguas
estructuras del pasado, se han usado desde los primeros días de la civilización. Algunas de las
estructuras construidas en la antigüedad eran de gran tamaño, por ejemplo en Ceilán (actual Sri
Lanka), en el año 504 A.C. se terminó una presa de tierra de 18 km de largo, y de 21 m de altura,
que contenía aproximadamente 11.88 millones m3 de terraplén. Actualmente, como en el
pasado, las presas de tierra continúan siendo el tipo más común de estructuras contenedoras
de agua, principalmente porque para su construcción se usa material en estado natural, con un
mínimo tratamiento.
En el pasado, las presas de tierra se proyectaban con procedimientos empíricos, y por
consecuencia la literatura de ingeniería en torno al tema registra innumerables fallas
provocadas por distintos eventos. Estas condiciones obligaron a reemplazar los métodos
empíricos antes usados, por procedimientos racionales de ingeniería, en las etapas de
anteproyecto, proyecto, construcción, operación y disposición de la obra.
En particular, en este trabajo se desarrollan los aspectos relacionados con el análisis de riesgo y
confiabilidad, atendiendo tanto a los factores que contribuyen a generar una falla, como a los
modos en que ésta se puede presentar en presas de tierra.
II. MARCO TEORICO
2.1 PRESAS
2.1.1 DEFINICION
Muro fabricado con piedra, concreto o
materiales sueltos (granulares), que se
construye habitualmente sobre un río
en una sección estrecha. La razón
principal para edificar dicha estructura,
es contener el agua en el embalse o lago
creado, para su posterior
aprovechamiento o para proteger
contra inundaciones a las zonas aledañas, siempre en beneficio del ser humano.
Para que una presa se considere de tierra, es necesario que más del 50% de su volumen sea de
suelos compactados. En esencia, son estructuras comunes en países en vías de desarrollo,
debido a la relativa facilidad que representa la obtención del material de construcción. No
obstante, su edificación no se limita a esos países, sino que están presentes en todo el mundo.
De hecho, las presas de tierra son las estructuras más comunes construidas alrededor del
planeta.
La principal característica de sus componentes de construcción es que son muy permeables, por
lo que es necesario añadirles elementos con características impermeables en la zona de la
cortina y cimentación, para disminuir la pérdida de agua y de éste modo asegurar la firmeza de
la estructura. Los materiales empleados para evitar la condición anterior pueden variar desde
arcillas (en cuyo caso siempre se ubican en el corazón del relleno), hasta pantallas de concreto
armado, las cuales se pueden construir ya sea en el centro del relleno, o bien aguas arriba.
El mecanismo de resistencia de este tipo de estructuras es por gravedad, donde las fuerzas
externas que son ejercidas sobre el cuerpo de la cortina, aunado a la débil cohesión de sus
materiales no les permiten transmitir los empujes del agua al terreno. Por este motivo,
normalmente son obras con dimensiones gigantescas, con taludes muy extendidos, y que por
ende requieren grandes volúmenes de material para su construcción.
Estos componentes se pueden resumir en cimentación, núcleo impermeable y taludes
permeables cubiertos, en la zona aguas arriba, con una capa permeable.
Siendo las estructuras más comunes por su facilidad de construcción y factibilidad económica,
las presas de tierra son de tres tipos (Marshal, 1983):
Diafragma,
Material homogéneo, y
De sección compuesta.
En las PRESAS DE TIERRA TIPO DIAFRAGMA, el cuerpo del terraplén se compone de material
permeable (arena, grava o roca), y se construye un diafragma delgado de material impermeable
para formar una barrera hidráulica. La posición del diafragma puede variar ya sea que se coloque
como una pantalla sobre el paramento aguas arriba, o como un núcleo vertical.
El diafragma puede ser de tierra, de concreto de cemento Pórtland, de cemento bituminoso, o
de otro material.
En cuanto a las presas de MATERIAL HOMOGÉNEO, como su nombre lo indica, están compuestas de
un solo material (excluyendo la protección de los paramentos ó taludes). Para lograr un buen
comportamiento, el material que constituye la presa debe ser lo suficientemente impermeable, ya
que permite la formación de una barrera efectiva para evitar el paso del agua.
TIPOS DE PRESA DE TIERRA DE MATERIAL HOMOGÉNEO
Por último se tienen las estructuras de SECCIÓN COMPUESTA, que es el tipo más común de
presas de tierra compactada. Esencialmente constan de un núcleo central impermeable,
confinado por zonas de material considerablemente más permeables. Mientras que las zonas
permeables confinan, soportan, y protegen el núcleo impermeable, la zona permeable aguas
arriba, proporciona estabilidad contra los rápidos desembalses, y la zona permeable aguas abajo
actúa como drenaje para controlar el límite superior de filtración.
La zona permeable puede ser de arena, grava, cantos o roca, o la mezcla de estos materiales.
VENTAJAS DESVENTAJAS
La edificación de estas obras ha llegado a Una falla frágil que se puede presentar de
mecanizarse, por los procesos manera súbita, impide tomar acciones que
constructivos empleados en su fabricación, permitan prevenir desastres.
lo que reduce las fallas en la etapa de
construcción, y aumenta la seguridad de la
estructura.
Presas de material homogéneo, su principal Construcción de su sistema de drenado, el
ventaja es que su edificación es cual ayuda a manejar las filtraciones.
relativamente sencilla Demanda una mayor cantidad de volumen
de material durante su construcción.
2.2 MÉTODOS PARA EL ANÁLISIS RIESGO Y LA CONFIABILIDAD DE PRESAS DE TIERRA
La necesidad del hombre por estimar el riesgo y la confiabilidad de las distintas estructuras
que construye, ha propiciado el desarrollo de distintos métodos, procedimientos y técnicas
que le ayudan a tener una mayor certidumbre de las posibles causas, consecuencias y
efectos que implicaría el que una estructura falle. Como se ha señalado, el objetivo principal
de la investigación es analizar el riesgo y la confiabilidad de una de las principales obras de
infraestructura, las presas de tierra, motivo por el cual se han presentado algunas
herramientas de evaluación.
De esta manera, es común que para un vertedor, el periodo de retorno de una avenida
extraordinaria se fije en 10000 años. En el caso de la cortina, se manejan periodos entre los
10 y los 20 años, mientras que las obras de desvió en presas de tierra y enrocamiento son
diseñadas con intervalos que van de los 50 a los 100 años. En cuanto a los sismos, el periodo
de retorno para presas es del orden de 100 años (Marsal, 1983).
En términos del margen de seguridad, el periodo de retorno se puede definir como el
tiempo promedio en que la magnitud de la resistencia X será igualada o excedida (Marengo,
1993). En cuanto a nomenclatura, este periodo se expresa como Tm y se mide en años. Así,
la probabilidad de que un evento Z iguale o exceda a X en cada año de vida de la obra está
dado por:
𝟏
𝑷(𝒁 ≥ 𝑿) =
𝑻𝒎 (𝑿)
𝟏
𝑷(𝒁 ≤ 𝑿) = 𝟏 −
𝑻𝒎 (𝑿)
Por lo tanto, la probabilidad de que no se presente una falla en alguno de los “n” años de
vida del proyecto, será:
𝟏
𝑷(𝒁 ≤ 𝑿) = (𝟏 − )𝒏
𝑻𝒎 (𝑿)
El análisis de riesgo en este caso se realiza por medio del uso de la integración directa, es
decir, de forma analítica o numérica a partir de las funciones de densidad de las variables
de carga y resistencia. Ambas funciones de distribución requieren estar definidas, y el
analista debe verificar que describen correctamente las variables de interés, de lo contrario
los resultados no representarán el comportamiento de la estructura estudiada.
De este modo, se han desarrollado procedimientos que permiten incorporar las
incertidumbres al modelo de probabilidad, en la evaluación del riesgo de falla de presas,
haciendo uso de una integración directa para la valoración del riesgo hidrológico (Tang,
1980). Por ejemplo, en 1977 calculó la sobre-elevación y el riesgo estructural de una presa,
en forma analítica, por medio de funciones de densidad de probabilidad supuestas para
avenidas y para modos de falla. En el ejercicio, no se consideraron ni las incertidumbres
hidrológicas, ni las hidráulicas, ni las de modelación paramétricas, por lo que no se pudo
explicar el fenómeno en su totalidad. En el mismo tenor de ideas, se han definido los riesgos
para alcantarillas y bordos, estimando primero los parámetros estadísticos de carga y
resistencia, con formulas de aproximación de primer orden, asignando entonces funciones
de distribución a una y a otra. De manera similar se han estudiado otras estructuras por
medio de este método, cuyos resultados han demostrado que si no se toman las
consideraciones y suposiciones adecuadas, el ejercicio corre el riesgo de no reflejar las
condiciones actuantes en la estructura, y por lo tanto generar resultados poco confiables.
Es un proceso para analizar riesgos que asigna a cada evaluación, un conjunto particular de
valores de variables aleatorias, generadas artificialmente de acuerdo con la distribución de
probabilidad que se está estudiando. Es usual que la simulación se efectué con una
computadora, y el valor del riesgo esperado puede estimarse con mayor precisión cuando
se examina un gran número de eventos.
El primer paso para emplear el método es la generación de un conjunto de valores para las
cargas y resistencias (Xi y Yi), de acuerdo con sus funciones de distribución o propiedades
estadísticas. Acto seguido, por medio de la generación sistemática de variables aleatorias
se puede estimar el valor de la función del margen de seguridad M (X-Y), a través de cálculos
relativamente sencillos pero iterativos, obteniéndose un conjunto de valores de FM(0)5.
Finalmente, el riesgo de falla se evalúa por la relación entre el número de valores negativos
de FM(0) con respecto al total de elementos generados.
El empleo de este método es frecuente en el área de seguridad de presas, utilizándose para
conocer las distribuciones de probabilidad de las variables de carga y resistencia en distintos
elementos (ej: cortina, vertedor, obra de toma, etc). También es empleado en el diseño y
operación de presas en cascada. En esencia, puede decirse que el Método de Monte Carlo
es una de las técnicas aplicadas a problemas que no pueden resolverse analíticamente
debido al comportamiento no lineal o complejo de las relaciones que intervienen en los
sistemas analizados. Así mismo, ésta herramienta permite que los valores de probabilidad
de falla buscados converjan eficientemente, debido a que el procedimiento es una
aproximación lineal, y no una estimación puntual como tradicionalmente se hace.
Pese a esta ventaja, existen riesgos al usar el método, pues su exactitud depende de:
(i) el tamaño de la muestra,
(ii) el número de simulaciones,
(iii) que los momentos estáticos reales de la unión de funciones de distribución de
probabilidad sean correctos, y
(iv) que el número de iteraciones sea suficiente para modelar el fenómeno. En el
pasado, cuando no se contaba con herramientas tan precisas y potentes como
las computadoras actuales, el empleo de la simulación era limitado debido no
solo a sus altos costos sino también a los amplios tiempos de ejecución.
Afortunadamente esta situación ya no prevalece, como resultado de los avances en
materia de procesamiento de datos.
El objetivo al revisar las principales causas de falla en presas es conocer los factores más
importantes que deben tomarse en cuenta al hacer un análisis de riesgo de falla.
Según Yen y Tang (1979), los factores relacionados con las causas de falla en presas pueden
agruparse como sigue:
Estos factores están sujetos a la incertidumbre, pueden ser diferentes en cada caso y variar
en el tiempo y el espacio.
2.3.2 Definiciones
a) Seguridad
Es la capacidad de la estructura, el embalse, y la zona aguas abajo, para llenar los requisitos
de comporta- miento, durante la vida útil de la presa, relacionados con aspectos
ambientales, estructurales, hidráulicos y operacionales.
b) Durabilidad
Es la capacidad de la presa para mantenerse a largo plazo; en el caso de estas estructuras
adquiere un significado especial, ya que no se puede construir considerando periodos muy
prolongados, de esta manera se debe establecer el concepto de vida útil en función del
costo de la estructura y la relación beneficio costo de la misma. Dicha vida útil se fija
normalmente en cincuenta años para las obras civiles y treinta para el equipo
electromecánico, aunque es bien sabido que hay presas en nuestro país y en el mundo con
más de cien años de operación
c) Incidente
Se define como cualquier falla del comportamiento que puede afectar a corto o largo
plazo la operación de la presa y que requiera algún trabajo de mantenimiento.
d) Accidente
Las presas de tierra y enrocamiento presentan la relación más alta de falla debido
a desbordamientos, presentando una de incidencia más o menos constante por
década.
Las presas de concreto y mampostería sólo han registrado una falla en los últimos 45
años.
Sólo dos bloques de apoyo de presas de arco han fallado por desbordamiento y
únicamente un arco con cimentación deficiente falló por la misma causa.
2.3.3.4 Falla por desbordamiento (61 casos) por periodo de terminación, altura periodo de
ocurrencia de la falla
La tabla mostrada permite observar que 13 de las 61 fallas por desbordamiento ocurrieron
durante la construcción, 11 de tierra y enrocamiento y dos de concreto gravedad. De los
otros 48 casos de falla por esta causa, al menos siete fueron por un mal funcionamiento
de compuertas y cinco por haber fallado una presa aguas arriba. Estas situaciones, así como
el número de fallas que se debieron a una subestimación de la avenida de diseño, son
sujetos de futuras investigaciones.
Una posible explicación de que sólo se haya pre- sentado una falla total en presas de
más de 100 m es que, para grandes presas, se tiene un gran cuidado en el diseño, estimación
de avenidas y operación de compuertas.
La distribución de 48 fallas de presas después de haber efectuado el primer llenado (32 de
tierra y enrocamiento y 16 de concreto), se muestra en la tabla.
Con objeto de recalcar la importancia de la seguridad en presas con relación al
desbordamiento, es importante analizar los casos en que no necesariamente se
presentaron fallas totales, pero que incidieron en desbordamientos, de los cuales 61 casos
presentaron una falla total de 84 incidentes produjeron destrucción parcial de las presas.
Del total de los casos (1105) se tuvieron 107 casos de fallas totales, es decir 107/1105=9.7%
mientras que de los 145 casos por desbordamiento, se tuvieron 43 fallas totales en presas
de tierra y enrocamiento y 18 en presas de concreto y mampostería, o sea una relación
43/145=30% para las primeras y 18/145=12.4% en las segundas; mientras que el porcentaje
de fallas totales en todos los casos analizados es de 9.7% porcentaje de fallas por
desbordamiento en presas de tierra y enrocamiento es de treinta, lo cual recalca la gran
importancia del desbordamiento ante un funcionamiento hidráulico deficiente en este
tipo de presas. Los 145 casos de deterioro (funcionamiento hidráulico deficiente) se
pueden distribuir por tipo de presa (tomando como referencia el cuadro 1) como se
indica en el siguiente cuadro.