Test Dibujo de La Figura Humana
Test Dibujo de La Figura Humana
Test Dibujo de La Figura Humana
Viendo el dibujo de una manera integral y dándole una rápida mirada general
el grado de armonía entre las partes constitutivas del dibujo (lo cual involucra
principalmente, proporción, calidad de línea, presión, tamaño) nos dará cuenta de la
habilidad del sujeto para adaptarse al ambiente, y el grado de criterio de realidad, y
objetividad con la cual establece sus vínculos interpersonales.
Cada vez que un sujeto gráfica una persona en esta proyección de su propio Yo que
realiza confluyen:
1. CONTORNO DE CABEZA
3. CUELLO
4. HOMBROS
5. TRONCO
6. BRAZOS
7. MANOS
8. EXTREMIDADES INFERIORES
9. PIES.
Es simbólicamente al igual que las manos, la parte mas expuesta del cuerpo, y esta
siempre a la vista .
Los Ojos:
Concepto: Los ojos constituyen uno de los medios básicos de comunicación con el
mundo, reciben, interpretan la información que perciben, facilitan la discriminación con
los objetos del mundo externo.
Los ojos como canal de comunicación son los que nos permiten ver el afuera, por ende
la percepción de la realidad y su conocimiento dependen de ellos.
Así es que sus funciones esenciales son las de asimilación de información ambiental y
comunicación social, que implicarían mas lo que muestran de lo interno del sujeto hay
un viejo refrán que dice que los “ojos son el espejo del alma”. Por ello cuando
evaluamos este contenido estamos también observando simultáneamente : los ojos y la
expresión de la mirada. ¿ Que impresión nos trasmite esa mirada?
Los Hombros:
Conceptos: Los hombros se relacionan con el sentimiento de fuerza básica del sujeto.
Cuando nos referimos al sentimiento de fuerza básica debemos pensarlo en el sentido de
si el sujeto siente que puede o no emprender , tomar determinadas decisiones o enfrentar
situaciones. No se relaciona con si realmente tiene los recursos reales o potenciales para
hacerlo, si no si el siente que puede, y esto esta muy ligado al sentimiento
autoestimativo.
El Tronco:
Los Brazos:
grafologia@fibertel.com.ar
Ejemplo.
b- Imágenes de estereotipo social y cultural que tienen un mayor o menor peso para
el sujeto.
ALGUNOS COMENTARIOS:
Con relación a los puntos señalados es importante destacar que con relación al punto
b, suelen verse en los dibujos figuras con mucha formalidad por ej.
Mayor conflictiva que en El Caso de elegir una edad superior a la del sujeto podría
implicar un alejamiento e identificación probable con alguna persona representativa
del ambiente que obviamente le evita al sujeto asumir su identidad y su ser en el
mundo.
De no resultar así podríamos inferir junto con otros indicadores alguna dificultad
para asumir una posición masculina (varón), ser hombre. En El Caso de la mujer
denotaría algún conflicto con la femineidad, ser mujer. Es importante mencionar
que lo presente no es un indicador directo de homosexualidad, sí de conflicto.
En El punto f- deberíamos considerar la postura, la firmeza, tamaño, ubicación
espacial, tipo de trazo y presión, detalle adecuados en la
Imagen que vemos del sujeto es frecuente por ej. en trastornos de la imagen corporal
tales como bulimia, anorexia obesidad, dibujar una figura opuesta al sujeto ej. muy
flaca y la persona es muy gorda y viceversa, esto implicaría que existen dificultades
para realizar identificaciones normales. en un caso extremo tenemos las figuras de
trazos muy débiles que casi se funden con El blanco de la hoja o tipo miscelánea
remarcados, que son un intento compensatorio por reforzar, revestir un sentimiento
de confusión yo-ambiente o de despersonalizacion.
Como parte final de esta clase es importante destacar que ante la consigna de
dibujar una persona existen dos tipos de figuras que son relativamente frecuentes de
observar:
b- figuras geométricas
Ch. Wolff
El test de Karen Machover del dibujo de la figura humana (DFH), tiene la ventaja
de ofrecer economía de tiempo en su aplicación y fiabilidad en los resultados, al ser el
propio sujeto quien nos ofrece, gráficamente, una proyección directa de sí mismo y de
sus posibles complejos psicológicos. Por esta razón es una de las pruebas más
utilizadas.
Se observa, en general, que las mujeres aceptan de mejor grado que los hombres el
desafío que se les hace para que demuestren su capacidad creadora dibujando la pareja
humana. La mayor parte de las féminas hacen lo posible por demostrar su buena
disposición y habilidad, tanto en los dibujos de la pareja como en el relato o historia
sobre los DFH.
Por ejemplo:
Conviene anotar estas observaciones que serán muy útiles a la hora de interpretar
el test. Todo gesto, toda mirada, todo silencio, toda decisión o reflexión cautelosa, se
integra en una semiótica general. (1[1])
1
Por tanto, la reacción ante la prueba, equivale de alguna manera, a la actitud que
toma el sujeto ante toda dificultad u obstáculo que se interfiere en el camino de la
realización de sí mismo o de los objetivos o metas que el individuo anhela o se propone.
La reacción ante la prueba mide, pues, el nivel de la capacidad de recursos creativos y la
fuerza de voluntad y de imaginación que tiene cada sujeto para realizar un
comportamiento adecuado a nuevas situaciones.
Los DFH, al ser una imagen natural proyectada, una "proyección del propio
cuerpo", nos ofrece una vía fácil para que en los dibujos de las figuras humanas, queden
plasmadas nuestras tendencias inconscientes, nuestras necesidades físicas más
desarrolladas y nuestros conflictos. Los DFH reflejan los estados físicos, psíquicos y
mentales con la misma intimidad que lo pueden hacer la escritura, los gestos o cualquier
movimiento expresivo del cuerpo.
Como puede verse en esta obra, el test de Machover lo hemos experimentado junto
con otros, entre los que cabe mencionar: el "Test de los colores" de Lüscher, el "Test del
árbol" de Koch, el "Test del árbol y la casa", el test "Mis manos", el "Test desiderativo",
el test "Palográfico", el "Test psicodiagnóstico de Rorschach y otros tests proyectivos.
Por supuesto, he empleado siempre varios tests psicotécnicos adecuados a cada puesto
de trabajo y en todos los casos el Grafoanálisis. Por esta razón, puedo afirmar que los
resultados del test de Machover o "Test de la pareja humana", han sido siempre muy
satisfactorios y orientativos, aunque no al cien por cien de los casos, por lo que es
recomendable utilizar otras pruebas proyectivas para cotejar los resultados.
Cada sujeto testado, cuando dibuja una figura, hace una representación de sí
mismo. Los signos de "movimiento" y los de "contacto con el exterior", son los que se
revisan con mayor inter,s en los DFH.
Por lo general, la rigidez en las figuras, es propia de sujetos que siguen patrones de
conducta rígidos impuestos por el Super-Yo, inspirados en formaciones o mecanismos
defensivos originados por la educación. El sujeto se escuda y se endurece en una
conducta protectora que le salva del peligro indeseable de ceder a pensamientos,
actos o comportamientos que pueden ser sancionados por la conciencia moral regida por
el Super-Yo. Todo lo que no está de acuerdo con sus normas y principios, con sus
dogmas internos, es rechazado, negado o combatido, prescindiendo del placer que
podría experimentar o de la utilidad práctica que cualquier acto lleve consigo.
El grado de rigidez de los dibujos, nos indicar si el sujeto es extremista en sus
actitudes o se conduce, en algunos casos, con cierta elasticidad.
El sujeto puede realizar el dibujo de forma ordenada, pero dando a las figuras un
aspecto rígido, estático y duro, en cuyo caso nos muestra, acaso, un respeto a las
normas, pero no una adaptación espontánea y natural a su medio ambiente (ver más
arriba lo indicado sobre las figuras rígidas).
Algunos individuos, realizan los dibujos atendiendo por separados partes distantes
geográficamente de las figuras, por ejemplo: Hacen la cabeza y medio lado de la figura,
dedicándose por entero a los pies, siguen con las piernas del otro lado, pero al llegar a la
cintura se desplazan a los hombros para hacer los brazos y las manos, terminando por
último el tronco y el cabello, sin llevar un orden de sucesión. Suele darse esta anomalía
en personas con falta de coherencia y de lógica, con un pensamiento, caprichoso,
inestable, y desintegrado. Su labilidad mental y afectiva hace a estos sujetos difíciles de
adaptarse a tareas que requieren m‚todo y disciplina, aunque suelen tener cierto éxito en
profesiones libres poco sujetas a organización y control.
En casos de sucesión muy desordenada, el sujeto padecer problemas cenestésicos
y sexuales que afectar n su vida emocional haciéndola conflictiva.
Finalmente, algunas raras veces, nosotros sólo hemos visto un caso, el dibujo se
comienza en forma invertida, primero se dibujan las piernas y los pies, luego el tronco y
los brazos y se deja la cabeza para último lugar. Deducimos por otras pruebas aplicadas
y por la entrevista, que se trataba de una persona sumamente desconfiada, cautelosa y
con abundantes signos de tipo paranoide.
El espacio de las dos mitades de la derecha, sobre todo cuando las figuras son
grandes, representa, simbólicamente, la marcha hacia delante, hacia el futuro, hacia el
enfrentamiento y confianza en la resolución de los problemas de contacto con las
personas y las circunstancias externas, la identificación con el imago del padre luchador
y emprendedor, es decir, la actitud viril, la expansión vital, la realización práctica de los
deseos. Por tanto, la ubicación preferente de las figuras en el espacio de la derecha de la
página, si las figuras son grandes y trazadas con vigor, coincidirán con una actitud
madura y extravertida, con la confianza en el propio valer y en la propia experiencia. El
sujeto va del Yo al Tú o hacia "el objeto" 2[1] sin que necesariamente su impulso sea
únicamente comunicativo, sociable o altruista, pues lo mismo puede manifestarse como
una tendencia al disfrute de la vida, al buen humor, a la diversión o a la ayuda a otros,
que como ambición de extender el instinto o deseo de poder y dominio, el deseo de
gobernar y dirigir, la "avidez oral", la introyección del "objeto", etc.3[2]
2
3
graves frustraciones frente a la realidad: estar en paro, dificultades económicas, sociales
o profesionales que afectan a la esfera material o biológica.
Por tanto, los DFH ubicados en el centro de la página, según sea su tamaño (grande
o pequeño); su orientación (mirando de frente, mirando a la derecha o hacia la
izquierda, etc.) y según sea su actitud (pasiva, rígida o en movimiento), la interpretación
puede cambiar. Por ejemplo:
Las figuras con perfil mirando a la derecha, nos muestran el interés por la
comunicación con el mundo externo, la actitud sociable, la extraversión, la actitud de
lucha y enfrentamiento con los problemas vitales, la ambición de "ser" y de "poseer", la
superación, el camino hacia el éxito y la imago del padre.
La izquierda representa "lo que se fue", las experiencias vividas, los recuerdos, las
imágenes anticipadoras de confianza o de peligro para el Yo, la reflexión coartativa o
prudente de cara a la acción. En cambio, la mirada de las figuras hacia la derecha,
representan "lo que se puede lograr", la iniciativa innovadora, lo que podemos cambiar
y adaptar a nuestros deseos para evolucionar, la voluntad al servicio de la acción y de la
ambición y a menudo, el afán de "poder" y "dominación" adleriano, la marcha hacia
delante.
El dibujo de las figuras de perfil es más frecuente en los hombres que en las
mujeres (63,4 % en los hombres y 34, 9 % en las mujeres, según nuestras estadísticas
realizadas en 1974).
Cuando en la vida del sujeto, las tendencias y deseos se han visto seriamente
obstaculizadas o frustradas, puede producirse una "regresión", una marcha hacia atrás,
hacia estadios en donde el sujeto se ha sentido más "cómodo", más "protegido" contra
los problemas. Esta vuelta atrás, es como un repliegue, más o menos narcisista, en el
que el sujeto se recluye en las vivencias del pasado, en cuyo caso se observar el
desplazamiento de las figuras hacia la izquierda y abajo del papel, la pequeñez en el
tamaño, muchos retoques, borraduras en el propio rostro y otras anomalías en manos y
pies.
Las figuras completas, vistas de frente, son un indicador inconsciente del modo
como cada sujeto ve y asimila el mundo que le rodea, cómo se siente valorado dentro de
ese mundo y cómo lo juzga. En tal sentido, la expresión del rostro y la actitud del
cuerpo, serán los principales indicadores. A través del dibujo del rostro y de la actitud
postural del cuerpo, puede verse el "rol" que juega el individuo dentro de su ambiente.
El sujeto puede adoptar una actitud comunicativa o desconfiada, una actitud ingenua,
exhibicionista, defensiva, simuladora, de madurez, de rechazo, de evasión, etc.
Así como los dibujos de perfil se dan más en el hombre que en la mujer, los dibujos
de frente son más frecuentes en las féminas. El 57'7 % de nuestros protocolos en que
aparecen figuras dibujadas de frente, corresponden a mujeres. En los DFH femeninos
dibujados de frente, con frecuencia, las manos aparecen colocadas en los bolsillos o a la
espalda y las reas sexuales separadas por líneas simulando faldas, por cinturones,
adornos del vestido, blusas, sweters u otros, indicando problemas sexuales o
culpabilidad sexual inconsciente, pues, a pesar de la libertad sexual existente hoy,
persiste en el inconsciente, la etiqueta bíblica de la "prohibición", bajo pena de
expulsión del paraíso.
040-DYP
Cuando estas anomalías aparecen en el lado derecho de las figuras, los conflictos
pueden deberse a la relación del Yo con el trabajo, a la relación del Yo con el Tu o a la
relación del Yo con el otro sexo.
Hay que tener en cuenta que, muy frecuentemente, el aspecto externo del sujeto no
denuncia con facilidad sus estados psíquicos anormales. Las neurosis y otros conflictos
están a veces encubiertos, camuflados, tras los hábitos de educación o simulación de
normalidad y tras apariencias de lujo en el modo de vestir, pudiendo, incluso, pasar
desapercibidos en las entrevistas, si no se dispone de gran experiencia para detectarlos.
Los signos externos denunciadores de neurosis y conflictos, son con frecuencia los
siguientes: sudoración excesiva de las manos, sacudidas nerviosas involuntarias,
tamborileo de la mesa con los dedos de la mano, rascarse con frecuencia la nariz,
adoptar posturas rígidas del cuerpo, tener las manos con los dedos cruzados, tomarse las
manos con los pulgares escondidos, la aparición imprevista de tartamudez, los tic
nerviosos, facilidad para sonrojarse y un largo, etc.
Hay que tener en cuenta que las neurosis son actitudes de defensa y el sujeto que
las padece, busca inconscientemente una "seguridad". Por tanto, cuando alguna de estas
preguntas roza un complejo que se desea ocultar o un síntoma del cual el sujeto desea
liberarse, la reacción ante las preguntas puede ser inadecuada o la negación de las
mismas. En cuyo caso, el sujeto no desea sentirse descubierto.
Las asimetrías se observan con frecuencia en los adolescentes de ambos sexos que
sufren tensiones y conflictos derivados de la "edad critica".
El problema psicológico es más grave, si el sujeto olvida dibujar detalles tan significativos
como el pelo, los ojos, la nariz, las manos, etc. en cuyo caso puede estar dentro de un estado
patológico profundo.
Estos individuos, no se dejan impresionar por nada que les llegue de los demás y que se
aparte de sus conceptos del deber, disciplina y respeto riguroso a las reglas establecidas.
Atienden más "las formas" que "el fondo de las cuestiones". Se muestran indiferentes o
distanciados de los motivos de alegría, de éxito, de placer, penas o tristezas de otros. De este
modo, reprimiendo los impulsos expansivos y siguiendo las exigencias de "dignidad sin
alegría", de su tiránico Super-Yo, expían los sentimientos de culpabilidad a través del
"cumplimiento del deber".
Para interpretar el ambiente donde se enmarcan las figuras se debe tener en cuenta dos
cosas:
a) La actitud de movimiento o quietud de las figuras. Las figuras pueden estar andando,
paseando; pueden estar de pie y quietas, sentadas en un banco, subiendo una montaña,
bajando por un camino, acostadas en la playa o al pie de un árbol, pueden estar de frente, de
perfil o de espalda, etc.
En algunos casos, el entorno dibujado, puede indicar la importancia que el sujeto concede
al aparato externo.
En los DFH de adultos, rara vez se dibuja entorno a las figuras. Es más, cuando este
aparece, y las figuras están en movimiento, cabe pensar en una vida de fantasía demasiado
absorbente. A menudo, tales dibujos, presentan gran prolijidad de detalles y ello indica un gran
caudal de pensamiento ideativo, como compensación, quizás, a que el ambiente que vive el
sujeto pesa como un lastre sobre él y lo arrastra en forma de sentimiento de inferioridad. Pero
también puede suceder que el sujeto se sienta como un superhombre con respecto a los otros,
aunque no tenga un rol directivo dentro de su entorno.
6[5]
El "tipo persona", según Jun, es el sujeto que vive tiranizado por los principios morales, sociales o
religiosos, por las disciplinas y normas de trabajo, por las obligaciones contraídas (generalmente pocas,
pues las rehuye en la medida que le es posible) y cuya conducta quiere ser impecable, bien vista, digna y
profesionalmente encomiable.
En general, los adultos indican el entorno con una mera línea que sirve de soporte, de
suelo, en el que apoyan las figuras. En cambio, los niños y las personas inmaduras, suelen
enriquecer el entorno de las figuras.
En los adolescentes, dice Karen Machover, las figuras suelen aparecer en paradas de
autobús, en cruces de calles y en general en temas de transporte, como expresión de su
estado de ánimo inestable y transitorio.
Los que dibujan lunas, suelen ser sujetos absorbentes, pasivos, soñadores y
contemplativos, si las figuras no tienen movimiento. Si las figuras están quietas y algo
desplazadas a la izquierda del papel, se sienten vinculados a la madre o hacia lo materno y
femenino, hacia lo bohemio y poético y tienden hacia lo oscuro y enigmático.
7[6]
Dibujar estos elementos de la naturaleza y del firmamento en el entorno de las figuras, no es
frecuente. Creemos que se debe a que la mayoría de nuestros jóvenes, al vivir inmersos en un mundo
muy mecanizado, artificial, cargado de aparatos eléctricos o electrónicos, saturados por la tecnología
moderna y sustituyendo el contacto directo con la naturaleza, por el gimnasio o el deporte en lugares
cerrados, llegan a olvidarse que existe el sol, la luna, las estrellas, los árboles, las montañas, los ríos y
otros elementos externos que pueden acompañar a sus DFH y por eso no los dibujan. En este sentido
nos diferenciamos mucho de nuestros abuelos.
Este olvido del entorno natural en el dibujo de los DFH, me recuerda la anécdota de un amigo nuestro,
hombre muy culto, conocedor profundo de toda la mitología griega y de los poetas y filósofos antiguos y
modernos. Se me quejaba un día que su nieto admiraba a Picasso, a Braque, a Kandinski, Matisse Miró y
otros artistas pintores y poetas de vanguardia; amaba también el jazz y el rock. Prefería beber el agua
embotellada, que acompañarle a beberla directamente del manantial de su finca. Era incapaz -y esta era
su amargura-, de aguantar entera cualquier obra de Bach, de Haëndel, de Beethoven o Mozart. "Y ya ves,
me decía, no se trata de un muchacho inculto. Está de Profesor en la Universidad". Y es que, la diferencia
de gustos y de hábitos de vida es muy distinta entre los abuelos de antes, y los nietos de ahora.
de Rorschach y reflejan una forma de manifestar el sujeto cualquier tipo de temor, amenaza o
peligro, real o imaginario, presente, pasado o por venir.
Esta angustia o estado de ansiedad, puede diluirse, si las figuras están bien asentadas,
equilibradas y sin distorsiones.
La angustia representada por los sombreados en los dibujos, es como el dolor físico, una
señal de alarma cada vez que aparece un peligro. El sujeto puede hacer frente al peligro,
dominándolo, combatiéndolo o enfrentándose con él. Puede eludirlo camuflándose,
ocultándose o evadiéndose de él. Pero también puede recurrir a cualquier otro mecanismo de
defensa para liberarse de la angustia, tal como el desplazamiento, la sustitución, la
identificación, la realización imaginaria, la racionalización, etc.. Esto justifica el hecho de que en
la descripción de las historias sobre los personajes dibujados, no se corresponda, a veces, lo
que expresan las figuras con lo que se dice sobre ellas.
"De 5.000 examinados adultos, dice la Dra. Koppitz, el 87 % dibujó primero la figura de su
propio sexo. De 16 homosexuales manifiestos, 13 dibujaron primero el sexo opuesto. Ambos
hechos, sugieren que lo habitual es que un grupo no seleccionado de personas, dibuje primero
su propio sexo, y un grupo seleccionado de homosexuales dibuje primero el sexo opuesto". Sin
embargo, aclara la Dra. Koppitz, "ello no significa, evidentemente, que todo individuo que dibuja
primero el sexo opuesto, sea homosexual".
"He encontrado -sigue la Dra. Koppitz- las siguientes explicaciones para algunos de los
casos anteriormente citados: En los que la primera figura dibujada pertenecía al sexo opuesto,
se puede sospechar inversión sexual, confusión de la identificación sexual, intenso apego o
dependencia con respecto a otro individuo del sexo opuesto".
Nosotros hemos observado en 20 o más casos, que los individuos que estaban
fuertemente identificados con la madre y en clara dependencia de la misma, destacaban en la
fémina el dominio del mentón, ensanchaban los hombros y el tamaño de la figura femenina,
generalmente, era mayor que la del varón.
La homosexualidad, aún hoy, sigue siendo mal vista por un elevado número de personas y
esta es la causa por la que en muchos casos, no claros en el resultado de las pruebas, no nos
pareció correcto, en las entrevistas, preguntar directamente sobre esta cuestión a algunos
sujetos examinados. La incidencia de una homosexualidad oculta, en la mayor parte de
trabajos, suele ser mínima, si el sujeto mantiene un comportamiento discreto. Por otro lado,
siempre hemos sido partidarios de no llegar a conclusiones arriesgadas, como hacen algunos
autores. Colocar a una persona el cartelito de "homosexual", basándonos únicamente en
indicios tomados de las teorías psicoanalíticas, creemos que es una temeridad irresponsable,
sobre todo cuando nuestra experiencia, no es una experiencia clínica, sino una labor de
selección y de promoción de personal para los diferentes puestos de trabajo en las empresas.
Puede reflejar también escaso inter,s por lo humano o por las relaciones humanas. Es
frecuente en ciertos introvertidos, más interesados por los objetos concretos o abstractos, que
por las cuestiones sociales y humanitarias. Lo hemos podido comprobar en nuestra batería de
tests, concretamente en el "Test de intereses profesionales", por el bajo porcentaje en la
elección de profesiones humanitarias.
Normalmente, cuando las figuras están esquematizadas, se suele dibujar al varón con
líneas rectas y a la mujer con líneas curvas, aunque no siempre es así, sobre todo en el caso
de las figuras de alambre. (Ver otras interpretaciones en "Monstruos o figuras grotescas").
EN RESUMEN:
De una manera general, la figura que recibe más cuidados o se dibuja con mayor esmero
y atención en los detalles, suele ser aquella a la que el sujeto imparte mayor energía libidinal,
es decir, aquella que es fruto de su predilección, de su amor y admiración, la que atrae mayor
interés.
Las mujeres, suelen cuidar más el adorno de su propia figura que los hombres. Por eso,
en los DFH femeninos, observaremos, en la mayor parte de casos, un mayor cuidado en las
figuras que las representan. En la vida real, la mujer vive más pendiente de la peluquería, de
los maquillajes, de los vestidos y de la moda que el hombre. Por esta razón, carece de valor
psicológico que la mujer cuide más el dibujo de su propia figura que la de su opuesto.
Si la mujer descuida el dibujo de su figura y vemos que sabe dibujar, podemos deducir que
le falta seguridad en sus propios atractivos y renuncia al rol de seducción o influencia sobre el
sexo opuesto. Por el contrario, cuando la mujer dedica mucha atención y cuidado al dibujo que
la representa, nos está indicando la importancia que concede a su rol social como mujer.
Para la mujer, realzar su belleza a través del peinado, del maquillaje, de los vestidos y de
las joyas es una necesidad que le impone la propia naturaleza. La hembra atrae, seduce,
cautiva y muestra así su "poder". El hombre combate, conquista, intenta ejercer su dominio,
pero en la ‚poca actual, a veces muere en el intento y es la mujer la que decide.
En los juegos infantiles suelen diferenciarse los sexos. Los niños practican juegos rudos,
emiten gritos estridentes como los primitivos guerreros, esgrimen sables, pistolas y juguetes
agresivos, se revuelcan sobre el barro y se atacan los unos a los otros en sus representaciones
guerreras. En cambio, las niñas, rara vez se ensucian los vestidos, cuidan de su tocado, y
hasta ahora, pese a los cambios educacionales, siguen jugando con muñecas y haciendo el
papel de mamás.
Estos arquetipos o vivencias del inconsciente, difícilmente pueden ser borrados de los
genes hereditarios, pues constituye una herencia atávica que forzosamente seguir influyendo
en el comportamiento, a pesar de los esfuerzos de las feministas por reivindicar su derecho a
ser como el varón. La igualdad ante la ley y ante los derechos humanos es justo que la alcance
la mujer y que luche por ello, pero mientras el hombre tenga pene y la mujer vagina, la igualdad
no ser posible y no me refiero a la superioridad de un sexo sobre otro, que actualmente está a
favor de la mujer, sino al papel que, dentro de la Naturaleza, corresponde a uno y otro sexo.
043-DYP
EL MOVIMIENTO EN LAS FIGURAS
En los DFH, debemos distinguir entre el contenido intencional, representado o manifiesto
(lo que hacen o representan las figuras, según la historia o descripción que el sujeto hace de
las mismas) y el contenido real, latente o estructural, que se refiere al modo como está
realizado el dibujo, que no siempre coincide con lo que explica el sujeto.
Normalmente, cada sujeto ha querido comunicar algo en su dibujo. Ese "algo", puede
estar relacionado con su rol familiar, social o profesional, con lo que el desea, con lo que el
"quiere ser" o "tener" y que, a veces, no tiene. Expresa también sus temores y preocupaciones
y sus conflictos emocionales en relación con su pareja, o consigo mismo. Todo esto, lo
podemos deducir del relato o historial que nos hace sobre la pareja.
Pero, una cosa es lo que el sujeto cuenta en su versión sobre las figuras dibujadas, y otra
cosa puede ser lo que expresan realmente sus DFH. Lo que el sujeto intenta representar en el
dibujo, puede hacerlo de dos maneras:
a) dando a las figuras aspectos quietos o de "flexión" (figuras quietas, encogidas,
sentadas, acostadas, con las piernas y los brazos pegados al cuerpo, etc.), y
b) dotando a las figuras de movimientos de extensión, es decir, en actitud de
desplazamiento, en posición erguida, con los brazos extendidos, andando, saltando, en actitud
agresiva, etc. .
En el primer caso, si las figuras no tienen movimiento, la actitud real del sujeto es pasiva,
sumisa, y puede estar impregnada de un tono depresivo o disfórico, de desilusión, de renuncia
o resignación.
Cuando las figuras están en movimiento, con rostro animado y los brazos y las piernas en
extensión, reflejan actividad, lucha por la vida, ambición, deseo de vivir, extraversión, etc.
Por tanto, una tarea importante, es aquella de cotejar las historias o relatos que el sujeto
hace de las figuras dibujadas y comprobar, si el tipo de quietud o de movimiento de las figuras,
se corresponde con la acción que a las mismas se les atribuye en cada historia.
La persona pasiva, suele sentir cierta aversión a todo esfuerzo extra por remontar
problemas, obstáculos y dificultades, puesto que combatir contra otros o contra la adversidad,
puede llevarle a situaciones incómodas que no desea tener. El sujeto no quiere moverse
peligrosamente en órbitas distintas a las que le son habituales y mucho menos enfrentarse con
coraje contra aquello o aquellos que le perjudican o le están defraudando.
No ser raro encontrar, en los sujetos que dibujan sus figuras quietas y encogidas (brazos
y piernas pegados al cuerpo), una actitud de expectativa, de desconfianza, incluso de rigidez
defensiva y lentitud de adaptación, fuera de los ambientes en que se sienten seguros.
Como en las respuestas del tests de Rorschach, las figuras quietas o en flexión, suelen
darse en sujetos con tendencia depresiva o en estado de regresión, como consecuencia de una
evolución defectuosa.
4. Resumen del movimiento o posición estática de las figuras.-
La actitud de movimiento o de quietud de las figuras es importante desde el punto de vista
psicológico. Diferencia a los sujetos pasivos y dependientes, de los sujetos activos, luchadores
y emprendedores.
Las figuras trazadas con líneas firmes y seguras, sin distorsiones, dando a los DFH un
aspecto más o menos armónico y equilibrado, corresponden a sujetos sanos, dinámicos, con
gran vitalidad, optimismo, seguridad y confianza en resolver dificultades o situaciones
adversas. Este tipo de individuo, se marca objetivos y los cumple, resiste las presiones y
oposiciones con valor y es fiel a sí mismo.
Las figuras trazadas con líneas débiles, vacilantes, inseguras, con retoques frecuentes y
poco coherentes, aunque tengan movimiento, señalan a los sujetos débiles o enfermizos cuyos
recursos de energía se agotan pronto y por debilidad de carácter no pueden resistir los
embates de la vida y adoptan la actitud sumisa, claudicante y pasiva.
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Expresan pasividad o deficiencia en el tono dinámico, aversión a todo esfuerzo extra y, por
tanto, renuncia a combatir y remontar dificultades, sumisión, dependencia, rigidez defensiva y
tendencia a la depresión. los siguientes indicadores:
045-DYP
POSTURAS Y ACTITUDES DE LAS FIGURAS
Las posturas de las figuras, indican generalmente, la actitud afectiva más frecuente del
sujeto frente a las personas de su entorno.
La Dra. Romano ha observado este signo en personas que huyen ante una tarea que no
desean realizar, que podría ser la misma prueba, en algún caso. El hecho de "dar la espalda",
sugiere alejarse de los demás, huir de algo que no gusta, de algo que no se quiere ver, o que
no se quiere participar, es un intento de ocultamiento. El origen de esta actitud puede estar, en
la ocultación de acciones o deseos, o en el miedo a ser acosado o atacado.
En cualquier caso, el sujeto tiene que cubrirse con el disimulo, la insinceridad o la
ocultación. Esto supone mantener un estado constante de precaución, de cautela, con respecto
al pensamiento y las maniobras ajenas, lo que supone vivir en una situación interna de alerta y
de tensión que le hace consumir gran cantidad de energía. Por esta razón, la capacidad de la
atención y concentración en los estudios o en el trabajo, puede sufrir mermas más o menos
importantes cuando se producen estos casos.
De todos modos, creo oportuno citar aquí las tres etapas del desarrollo humano indicadas
por Henri Wallon con referencia a los "grafemas". Según Wallon, hay tres niveles en la etapa
evolutiva: a) el nivel "motor" que se refiere a las reacciones a base de excitaciones o de
simples descargas de la motricidad; b) el nivel "perceptivo" en que el sujeto es capaz de copiar
sobre el papel el objeto o modelo que tiene delante; y c) el nivel "representativo" en el que ya
hay una evolución intelectualizada que permite al sujeto reproducir objetos anteriormente
percibidos y crear en torno a ellos nuevos modelos o combinaciones de ellos.
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EN RESUMEN:
Las posturas de las figuras en los DFH sugieren, normalmente, alguna clase de tensión
cinestésica o de movimiento. La expresión de los movimientos posturales y gestuales del
cuerpo, de la cabeza, de las manos, pies y piernas, nos proporcionan información acerca de
nuestra vida afectiva y de nuestro equilibrio psíquico y emocional.
Los dibujos que sugieren movimiento : figuras andando, corriendo, moviendo el cuerpo,
los brazos, las piernas y los mismos rasgos faciales, nos indican, de alguna manera, el impulso
a la actividad motora, el dinamismo, la necesidad de alcanzar la satisfacción o el alivio de las
tensiones, a través de la acción. Los sujetos inquietos e inestables, los hipermaníacos y los
coléricos, dibujan figuras más o menos dinámicas o en movimiento.
Por el contrario, las figuras quietas o inmóviles, con impresión de "rigidez”, corresponden a
individuos con hondos y serios conflictos que bloquean su capacidad de respuesta, la
adecuada reacción a ciertos problemas o acontecimientos externos, o a situaciones no
previstas. Esta barrera entre el sujeto y su entorno, no es otra cosa que una "coraza defensiva"
para protegerse contra la "inseguridad", coraza a veces sumamente frágil, a pesar de los
camuflajes con los que se intenta ocultar.
Por el contrario, la movilidad de las figuras, es la capacidad que tiene el sujeto para
moverse, adaptarse y cambiar de actitud, de acuerdo con las exigencias del entorno, sin
perder, necesariamente, su individualidad, sus convicciones internas. Este ajuste a la realidad,
supone una mente y una psique sanas, una descarga natural de las tensiones, incluida la
satisfacción sexual.
Las figuras sentadas o en flexión, suelen expresar un bajo nivel de energía o un estado de
agotamiento que impide al sujeto enfrentarse con resolución, ánimo y valor, a los problemas y
dificultades que tiene delante y que le presionan con más o menos angustia. Lo mismo
podríamos decir sobre las figuras inclinadas o que parece van a caer de lado, a las cuales
habría que añadir la sensación de "derrumbamiento moral o fracaso" que se desprende de esta
postura.
Cuando las figuras están desparramadas por la página de manera que no hay sitio para la
cabeza, los brazos o las piernas y los dibujos quedan incompletos por esta causa, es un
indicador siempre de inmadurez. Es como si el sujeto hubiese quedado "fijado" a etapas
anteriores de desarrollo que impiden la evolución mental y afectiva adecuada. Se observa en
estos individuos la persistencia de actitudes infantiles y del pensamiento mágico, por lo que no
encuentran fácilmente la adaptación, sin sufrimiento, a las necesidades de la vida adulta.
Estas deficiencias pueden ser causa de deterioros de conducta y dar lugar a tendencias
patológicas y delictivas.
Según la Dra. Koppitz "la pobre integración de las partes de las figuras puede ser un
indicador de tendencias predominantemente agresivas, sea por defensividad o por creer el
sujeto que el entorno le es hostil".
El significado de las figuras "rotas" o con partes mal integradas en las figuras, se
incrementa negativamente, si el dibujo presenta fuertes asimetrías en las extremidades, en
cuyo caso, la agresividad es tan impulsiva que el sujeto coordina difícilmente sus movimientos
(torpeza motriz, explosividad de carácter). Estos sujetos pueden volverse abiertamente
agresivos cuando los frustran.
Según Bender, las partes de las figuras cortadas o interrumpidas, por ejemplo, cuando no
empalma el cuello con el tronco o el tronco con las piernas, puede ser un indicador de
incapacidad para completar tareas y enlazar las ideas con los sentimientos y estos con los
impulsos instintivos o con la acción. La ansiedad y la incertidumbre, dificultan al sujeto para
encontrar salida a sus conflictos o situaciones interiores, lo que se traduce por una
comunicación inhibida, tartamudeada, en las manifestaciones afectivas.
Las OMISIONES
Las omisiones del cuerpo, dibujando sólo la cabeza, o las omisiones de partes del cuerpo,
como los brazos, las manos, los pies y algunos detalles del rostro, como puede ser la nariz, la
boca, las orejas, las pupilas, etc. se han interpretado por diversos autores como un indicador de
evasión de aquellas partes del cuerpo que producen al sujeto angustia o conflicto. El sujeto no
quiere enfrentarse a situaciones relacionadas con la parte o partes del cuerpo omitidas ante las
que no sabría como reaccionar.
Para muchos individuos, el "principio regidor de la vida", no es el placer, tal como afirma
Freud, sino "la perfección". Al sentirse imperfectos, se sienten ridículos, grotescos, o monstruos
e, inconscientemente, hacen en el dibujo una proyección de cómo se ven a sí mismos.
2. FIGURAS DISFRAZADAS.-
Las figuras disfrazadas de payasos, militares, reyes, astronautas, etc., sea en sentido
cómico u ostentoso, constituyen una especie de metamorfosis de la personalidad. Todo disfraz
es un "investimiento" de fuerza o poder fantaseado, sea para llamar la atención o como
expresión de una superioridad compensadora de los propios limites o de los sentimientos de
inferioridad. Esta transformación ficticia del propio Yo, es pues, es un indicador de lo que se
desearía "ser" o "tener". A través del disfraz, pueden liberarse muchos sentimientos de
impotencia y de minusvalía, como ocurre, por ejemplo, en los
carnavales, donde el disfraz permite a personas corrientes, pasar de los sentimientos de
marginación y de insignificancia --aunque no sea más que unas horas--, a la sensación
imaginaria de grandeza y de poder, pasando del complejo de pequeñez, a la representación de
"una gran figura" o de un "personaje mágico" que inspire interés y admiración, o que infunda
temor.
En principio, todo disfraz es la expresión de un sentimiento de insatisfacción referido al Yo.
El sujeto, en su realidad interna, no es lo que desearía ser, está descontento de sí mismo y de
su suerte.
EN RESUMEN:
Toda deformidad caricaturesca, es un ataque resentido al propio Yo que se puede
proyectar hacia los demás, es una expresión de descontento o de rechazo de sí mismo. Esta
insatisfacción, suele ser el efecto de un Super-Yo castrante que domina, sojuzga y mantiene al
Yo esclavizado por unas exigencias regresivas impuestas por la educación.
A través de los dibujos caricaturescos, el adulto vuelve a ser niño y recupera, según
Freud, "el derecho a pasar por alto las limitaciones impuestas por las exigencias de la lógica,
dando rienda suelta a su imaginación".
Desarticulación excesiva de las partes de las figuras (cuello, manos, pies, etc.).
Transparencias (se ve el cuerpo desnudo a través del vestido, o los órganos a través del
cuerpo).
Ojos con mirada fija y agresiva, con boca enseñando los dientes.
En todos los casos, las interpretaciones se refuerzan si se detectan varios de estos signos
a la vez. En todo caso, si sólo se descubre alguno de los signos indicados, puede deducirse
que se operan en el sujeto reacciones disfóricas, ya sean esporádicas o permanentes. Según
la intensidad del signo, estas reacciones, serán más o menos perturbadoras del equilibrio del
sujeto.
051-DYP
LOS SIGNOS DE INHIBICIÓN EN LOS DFH
La "inhibición" es un proceso psíquico, voluntario o reflejo, en el cual se origina la
abstención, represión o detención de impulsos, deseos o inclinaciones a instancias del Super-
Yo, que puede ser más o menos rígido o tiránico con los "impulsos reprimidos".
Cara sombreada o excesivo detalle en los rasgos faciales y poco en las manos.
EN RESUMEN:
Cuando las figuras ridiculizadas no representan al propio Yo en los DFH, sino una manera
de ver a los otros, el sujeto descarga su frustración y su hostilidad sobre los demás. Puede
tratarse, a veces, de sujetos delincuentes. El delincuente, generalmente es un sujeto que se ha
construido su moral a tenor del ambiente que ha vivido, no siempre socialmente bueno.
En las grandes ciudades e incluso en las pequeñas, hay muchos niños que crecen
desamparados, al margen de lo que entendemos por "una vida normal". A muchos de estos
niños, las condiciones desfavorables de su ambiente los lanzan a la actividad antisocial. Otros,
los menos, logran abrirse paso y alcanzan el camino del éxito, de la gloria y el poder a base de
perseverancia y de tenacidad y una vez integrados en la "sociedad normal", se desenvuelven
bien, pero no siempre logran eliminar sus recuerdos infantiles.
Cuando en las figuras aparecen trazos fragmentados (roturas en los contornos), miradas
laterales, manos ocultas o seccionadas y otros signos propios de la tendencia al engaño y a la
sofisticación, bueno ser prevenirnos, aunque no debemos arriesgar interpretaciones que no
podamos comprobar por otros medios.
Ciertos individuos con tendencias compulsivas, tienen dificultad para acabar sus dibujos,
repasan las diferentes partes de las figuras una y otra vez, muchas veces ensuciando el dibujo
y dejándolo peor que estaba inicialmente. Esta búsqueda del perfeccionismo, nunca alcanzado,
refleja un escrúpulo enfermizo, una especie de tortura psíquica persistente, unida a un estado
de inquietud y duda que produce en el sujeto el miedo a hacer algo mal y a ser desvalorizado
por ello.
Otros sujetos impulsivos e inestables, hacen y dejan los dibujos de cualquier manera,
reflejando su falta de concreción, de organización, de precisión y previsión. Entre estos últimos
se encuentran algunos histéricos o histeroides con tendencias esquizoides.
Si dividimos los DFH mediante una línea que separe las figuras en dos mitades o reas,
veremos en la mayor parte de casos, que una de las dos mitades es diferente de la otra, si el
dibujo está de frente.
Una mitad puede ser diferente de la otra en su dimensión, presión, forma, nitidez del
trazado, etc. hasta el extremo, a veces, de convertirse en una "asimetría" o desproporción más
o menos importante.
En general, todos los DFH acusan normalmente ligeras asimetrías entre la mitad derecha e
izquierda de las figuras. Sin embargo, en algunos casos, estas asimetrías o desproporciones
son muy acusadas y sintomáticas.
Sin llegar a la total simetría, que seria un signo patológico, tiene que haber entre la parte
izquierda y derecha de las figuras cierta concordancia para que el sujeto muestre un equilibrio
normal en sus funciones psíquicas y en su comportamiento. Todo signo de desproporción o
discordancia entre un hemisferio y otro, expresa la propensión, más o menos acusada, a que
escapen al control del sujeto, determinadas reacciones instintivas o emotivas.
Las mismas anomalías y fallos anteriores vistos sobre el lado izquierdo de la cara, las
manos, los pies, etc. corresponderán a trastornos internos, a problemas, conflictos y luchas
entre el Yo, el Ello y el Super Yo.
Cuando en los dibujos la mitad derecha es más grande, cuidada y más resuelta, podemos
sospechar, a veces, que por cualquier causa, el sujeto desea evadirse de su pasado y rinde
culto al "ánimus", a sus tendencias viriles y a su deseo de expansión, de comunicación, de
relación con el exterior. Podría interpretarse también, como una especie de "huida hacia
delante" de un pasado que se intenta olvidar [2]
Hay que observar también, mientras el sujeto dibuja, si su figura se construye de izquierda
a derecha (movimiento progresivo natural) o de derecha a izquierda, en cuyo caso el dibujo es
regresivo. En este caso último habrá que comprobar si el sujeto es zurdo.
El psicofisiólogo francés Renato Zazzo, descubrió en sus investigaciones que los sujetos
con predominio del hemisferio izquierdo del cerebro y, por tanto, con mayor destreza en la
mano derecha, al dibujar las figuras de perfil, solían hacer el rostro mirando hacia la izquierda.
Por el contrario, los zurdos, en quienes dominaba el hemisferio derecho, y una mayor destreza
en la mano izquierda, dibujaban las figuras mirando hacia la derecha. Este curioso detalle, lo
hemos podido comprobar en algún caso, aunque también los sujetos no zurdos, suelen dibujar
figuras mirando hacia la derecha.
Las historias o relatos, se refieren casi siempre, salvo raras excepciones, a dos
personajes, uno masculino y otro femenino, aunque se puede dar el caso que la pareja sea del
mismo sexo o que aparezca una tercera figura. En el caso del Test del árbol y la casa, que
también utilizamos en nuestra batería de tests proyectivos, al árbol se le asigna el rol masculino
y a la casa el rol femenino.
Cuando solicitamos al sujeto que nos haga una historia, sea del DFH o del " árbol" y la
"casa", le forzamos a elegir entre sus imágenes y vivencias, aquellas que mayor fuerza
emocional tienen y mejor representan sus estados interiores.
Como guía para la interpretación de las historias referentes a los DFH, debemos hacernos
las siguientes preguntas:
1. ¿Por qué el candidato ha elegido esta historia y no otra? El mecanismo de defensa en forma
de fantasías puede conducir al sujeto a enfatizar, glorificar, o darle categoría superior al
personaje con el cual se identifica. Pero también puede minimizar, criticar, disminuir su valor o
hacer una descripción ambivalente del personaje. Por tanto, hay que examinar cuidadosamente
las historias y valerse de la entrevista para aclararlas.
En las historias, la fantasía del sujeto puede mostrarnos a su Yo como un ser "fuerte",
"valiente", "constructivo", "esperanzado", "realizador", etc. Pero también puede darnos una
imagen de un ser "inhibido", "evasivo", "angustiado", "desorientado", "deprimido" o
"pasivamente resignado".
En resumen: Interesa conocer como ve el sujeto al héroe con el cual que se identifica y
cómo valora a su pareja o al sexo opuesto.
1. ¿Con qué héroe de su narración se identifica más o idealiza más? Lo mismo puede
ser la figura masculina que la femenina, independientemente del sexo del examinado.
2. ¿Qué relación existe entre los dos personajes? Pueden ser amigos, novios,
matrimonio, padre e hija, hermano y hermana, desconocidos, o personas del mismo
sexo.
3. ¿Qué relación existe entre cada personaje y su ambiente? Esta relación puede ser
social, profesional, deportiva, estudiantil, etc.
4. ¿Cuáles son las necesidades de cada personaje? Pueden ser económicas, sociales,
profesionales o de trabajo, afectivas, etc.
Tal como se indica en esta guía, conviene observar si los "héroes" de los relatos están en
buena relación con su ambiente, si dentro de su entorno se sienten seguros o inseguros,
triunfantes o fracasados, luchando o claudicando, felices o infelices; si confían en si mismos o
se ven pobres de recursos para enfrentarse a los problemas; si son optimistas o creen que
luchan inútilmente; si son dinámicos, activos y emprendedores o dejan pasar el tiempo
pasivamente sin afán de superarse; si se sienten frustrados en sus anhelos o tienen
esperanzas de futuro; etc.
La motivación de las historias, que viene indicado por el comportamiento del protagonista
principal y por sus necesidades orgánicas o psíquicas primordiales, ser un indicador del tipo de
necesidades que gravitan en cada individuo y el estado de satisfacción o insatisfacción en que
se encuentran estas necesidades. En las narraciones, queda frecuentemente reflejado cuales
son las necesidades más apremiantes (económicas, profesionales, morales o de
reconocimiento, amorosas, etc.) y con ellas el área donde se plantean los problemas que
abruman o no al sujeto.
En los casos que siguen, que pueden servir de orientación, hemos omitido, además de los
nombres los ejemplos gráficos por razones de confidencialidad:
CASO Nº 1.- Fémina de 49 años, casada, con una hija también casada. Se dedica a sus
labores. Estudios elementales. Aficiones deportivas y grandes deseos de destacar socialmente.
Es la tercera de ocho hermanos, de los cuales sólo viven cuatro. El marido se dedica a
representaciones. Nos explica lo
Siguiente:
Durante su infancia vivió escenas muy violentas entre su padre y su madre. Su padre no
trabajó nunca, bebía mucho y llevaba a casa a sus amigotes. En la infancia vivió muchos
sustos. Una noche tuvo que saltar por la tapia para avisar a la Guardia Civil que su padre
quería matar a su madre. Odia a su padre porque hizo de su madre una mártir.
Un día, su padre vino a casa borracho e intentó agredir a su madre. Uno de sus hermanos
se lanzó sobre él y lo tiró al suelo, echándose sobre él. Ella le gritó: ¡mátalo!, ¡mátalo!”
La referida fémina, realizó un dibujo de la pareja humana (mujer en primer término, con
mayor tamaño que la figura del varón, en actitud agresiva y de espaldas a este, caminando
ambos en distinta dirección). Su relato sobre la pareja dibujada fu, el siguiente:
"Se trata de un hombre y una mujer. Son matrimonio. La edad de ella, unos 40 años y la
de él, unos 42. Han salido a pasear y han tenido una discusión. El se va por un lado, con cara
de machista triunfador y ella retorna a casa o se va casa de unos amigos. No son felices debido
al mal carácter de él, a su intransigencia, a sus reacciones impositivas y dominantes. ¿Cómo
terminar la historia? Yo creo que deben separarse, a menos que él ceda y se comporte de otra
manera".
CASO N° 2.- Varón de 52 Años, casado, una hija. Se dedica a la venta, aunque su oficio
inicial es el de relojero. Es el menor de dos hermanos. Padre muy autoritario y castrante. Nos
dibuja una pareja en posición parecida a la anterior pero con cabeza y cuerpo más normales.
Las expresiones de los rostros son de enfrentamiento, de discusión. Dibuja los pies grandes en
ambas figuras y los brazos de la fémina más extendidos que los del varón. Hace la siguiente
historia de la pareja dibujada:
"Son novios y están discutiendo sobre un piso que desean adquirir para casarse. Ella es
oficinista y él Jefe de Ventas. Él tiene 25 años y ella 23. Desean casarse pronto. Son felices,
pero discuten con frecuencia debido a las posturas intransigentes y ambiciones excesivas de
ella, que sueña con una gran vida social y con grandezas. Él es más modesto y, en las horas
libres le gusta quedarse en casa y dedicarse a la investigación mecánica y perfeccionar cosas.
A ella le gusta salir. La historia terminar bien, aunque él tendrá que hacer muchos esfuerzos
para adaptarse a los caprichos y al carácter difícil de ella".
Ambas historias, son una viva proyección de los conflictos matrimoniales existentes entre
los dos contendientes. En ambos se da el caso de un padre frustrante, castrante, agresivo.
Pero, mientras la mujer "proyecta sus traumas infantiles" depositando en el marido sus
vivencias más amargas, sus experiencias dramáticas de la infancia., el esposo, también victima
de un padre muy dominante, exigente y agresivo, intenta canalizar por el lado humano y
positivo de la superación, aquellas heridas infantiles castrantes y minimizantes, dominando
objetos y perfeccionando cosas que le produzcan satisfacción, aún a costa de luchas interiores
y de renuncias importantes. Y, en efecto, ha logrado triunfar en su profesión y es un hombre
muy hábil y entendido en pequeña mecánica.
Es curioso observar como en esta pareja se cumple, en forma invertida, una de las
premisas freudianas, según la cual, generalmente se tiende a elegir como "partenaire" a
personas del sexo opuesto que, de algún modo, tienen algún parecido genético-caracterológico
con la figura paternal que representa mejor las necesidades inconscientes.
La mujer, en este caso, elige a un hombre que, de alguna manera, reúne las cualidades
psicológicas de la madre y sobre quien ella puede descargar su agresividad sádica. El marido,
por el contrario, hombre bonachón, paciente, resignado y más bien pasivo, elige como
"partenaire" a una mujer que satisface, inconscientemente, sus necesidades masoquistas.
Pero, ¿qué ocurre cuando los niveles de saturación de las necesidades han sido
desbordados? Se producen los mismos efectos que cuando se ha exagerado la satisfacción de
un apetito gastronómico. Además del malestar consiguiente, pueden producirse vómitos,
náuseas, ascos, repugnancias y desprecio a lo que antes era pura apetencia. Este matrimonio,
según confesión de ella siempre funcionó bien sexualmente. Pero acabados los momentos del
sexo, el fuerte deseo de dominio y control de esta mujer sobre su marido, la necesidad de
negar la dependencia de él, de someterlo y de descargar sobre él sus necesidades agresivas
sádicas, hacen que este hombre, dominado y controlado por la agresividad de su partenaire, se
sienta un simple instrumento al servicio de su pareja. Los ataques al marido, en el inconsciente
de esta dama, son una venganza sádica contra el padre, pero a la vez, hay un sentimiento de
envidia (envidia del pene). El ataque y el desprecio, son en esta mujer barreras o medios que
le sirven para mantener a raya los sentimientos depresivos y los sentimientos de culpabilidad,
ya que, "un objeto despreciado, no sólo se convierte en justificación para seguir atacándolo,
sino que no merece que se sienta culpa por él" (Segal).
El marido, por su parte, hombre paciente, pasivo y resignado, aguanta cuanto puede las
situaciones, pero cuando las agresiones han rebasado sus límites masoquistas de aguante y
resistencia, opta por aislarse en sus tareas de pequeña mecánica o por prolongar sus viajes de
negocio.
CASO N° 3.- Varón, 31 años, casado, dos hijos, Ingeniero Técnico Mecánico. Actualmente
trabaja como delegado de ventas de una casa de maquinaria. La empresa donde trabaja está
en plena suspensión de pagos. Contesta a un anuncio y es examinado para un empleo
bancario.
Dibuja una pareja completamente "rota" en los contornos, distorsionada, intentando subir a
un automóvil sin ruedas. Ocupando el espacio de la derecha se observa un edificio de siete
pisos completamente en estado de derrumbamiento. En los contornos de las figuras, no sólo
hay "roturas", sino también retoques frecuentes de líneas que dan un aspecto sucio a las
figuras y lo mismo en el automóvil y en la casa. La historia que hace sobre el dibujo es la
siguiente:
"Es mi esposa. Me recuerda el día que salimos con destino a un pueblecito, del cual era
yo Director de una empresa familiar. Estábamos recién casados. Tenemos 31 años yo, y 25
ella. Nos llevamos bien y me ha ayudado mucho a superarme. Nos ponen de mal humor las
discusiones familiares, aunque somos felices. Lo que más me ha costado dibujar es el coche".
En las pruebas realizadas, nos llama la atención el bajo C.I. (cociente de inteligencia) y el
simbolismo del dibujo en general. Temiendo algún deterioro de la personalidad, le aplicamos el
Test de Rorschach, a través del cual vemos la influencia depresiva que ejercen sobre el sujeto
los estímulos ambientales y el intento ineficaz de la inteligencia por ejercer un control sobre su
emotividad. A la vista de estos trastornos, le aconsejamos un tratamiento médico adecuado que
le ponga a flote. El sujeto no está en condiciones de afrontar un trabajo y aumentar con un
fracaso su actual deterioro.
CASO N° 4.- Varón, 21 años, estudiante. Vive con una mujer viuda de 40 años. Es el
mayor de 3 hermanos (los otros hermanos son féminas). Dibuja una pareja humana saliendo de
la iglesia en la que acaban de contraer matrimonio. Van del brazo y la mujer lleva un ramo de
flores. El DFH masculino representa a un hombre de unos 50 años, encogido y con expresión
atemorizada. El DFH femenino representa a una muchacha joven, erguida y de amplio pecho,
con expresión firme y decidida. Hace la siguiente historia de la pareja:
"Se trata de un marqués italiano que, durante la guerra, se casa con una aldeana de un
pueblo cercano a Nápoles. Presionado por la familia, abandona a la aldeana al terminar la
guerra y contrae matrimonio en Suiza con una condesa griega, de la cual enviuda. Siete años
más tarde, conoce en Paris a una estudiante de arquitectura (la misma carrera que hacia una
de sus hermanas) y se casa con ella. Al poco tiempo, se entera que su esposa es la hija de la
aldeana abandonada en Italia".
Después de una serie de preguntas durante la entrevista, nos explica que una de sus
hermanas, mujer muy atractiva y con mucho, éxito entre los hombres, estudia arquitectura. Esto
nos aclara el contenido incestuoso de la historia y la horrenda situación angustiosa que
produce en el sujeto la represión de los deseos sexuales hacia su hermana. Por otro lado, la
ternura excesiva recibida de la madre durante la infancia, por ser el único varón entre cuatro
hermanos, le ha inclinado a vivir con una mujer que le dobla la edad y que le hace de madre
protectora alimentando su narcisismo neurótico.
056-DYP
Estas "palabras reflejas" se reconocen en el texto escrito por su especial fisonomía, por
haberse producido en las mismas algún aumento o disminución brusca de tamaño o ciertas
alteraciones o anomalías, como pueden ser, "retoques", "tachaduras", "distorsiones",
"sacudidas", etc..
En resumen: Interpretar las historias o relatos que se hacen sobre las figuras dibujadas,
es todo un arte que requiere amplios conocimientos y experiencia psicoanalítica. Y lo mismo
habría que decir con respecto a los fallos, errores, equivocaciones, los énfasis o mermas en
ciertas palabras o los accidentes de cualquier tipo observados en la onda gráfica.
Decía Emilio Mira y López --uno de los psicólogos más eminentes que ha tenido nuestro
país--, que "los exámenes grafológicos exigen mucho tacto, intuición y experiencia por parte de
los interpretadores, pues estos constituyen una especialidad en el campo psicotécnico. Puede
decirse, inclusive, que la Grafología vale lo que valen como psicólogos quienes la practican".-
"Toda intención -agrega el mismo Mira, en otro lugar -, supone una "in-tensión", un
movimiento neuro-muscular. Por tanto, todo propósito es expresado por el movimiento de los
nervios y los músculos que van a realizarlo".
Pero, si bien es cierto que tanto las historias como los movimientos gráficos que las
describen, pueden aportar datos muy interesantes sobre la personalidad del sujeto, incluyendo
sus problemas y conflictos, también es justo reconocer que sólo un estudio minucioso a base
de baterías de tests, morfopsicologia, técnica de la entrevista, etc. y una reflexión basada en
un estudio no precipitado, puede ponernos en disposición de emitir un psicodiagnóstico
acertado.
Y así muchos otros fenómenos relacionados con el hombre y su acontecer psíquico. Ante
esta complejidad de los factores internos y externos que influyen sobre nuestra personalidad
humana, el psicólogo debe ser consciente de la responsabilidad de sus conclusiones.
Y como palabras finales, diremos algo parecido a lo dijo el Prof. Eysenck en su obra
"Estructura y medición de la inteligencia"[4] (*).
Augusto Vels
[1]
Como hemos indicado anteriormente, en nuestras experiencias profesionales, realizadas únicamente
con sujetos normales, sólo esporádicamente nos hemos encontrado con algún caso de delincuente o de
personas muy desadaptadas. Citamos aquí tres casos de sujetos examinados por nosotros en los que no
coincidieron los signos citados más arriba con las tendencias antisociales. Se trataba de empleados
bancarios a los que se les siguió durante muchos años su tipo de comportamiento, sin que se notara nada
anormal en su conducta. En cambio, en un cuarto caso, descubrimos un delincuente habitual por
grafoanálisis, mientras que lo único que encontramos anormal en el dibujo de los DFH, fue que en la
figura del propio sexo, sólo dibujó la cabeza seguida de un cuello como "decapitado". La figura femenina
la realizó completa.
Es aconsejable, cuando se examina a sujetos que se han educado o han crecido en un ambiente
familiar normal, asegurarse mucho antes de etiquetar a alguien como "elemento antisocial". En los tests
proyectivos gráficos, es necesaria mucha prudencia. Es fácil cometer algunos errores de interpretación
[2]
Todas las interpretaciones basadas en el simbolismo, aunque vienen avaladas por la observación y la
experiencia, son a veces extremadamente peligrosas debido a la pluralidad de direcciones en que cada
símbolo se manifiesta y a las diferentes vivencias que siempre hay de unos individuos a otros. Esta es la
razón por la que un mismo signo puede ser indicador, en un caso, de un complejo de culpabilidad y, en
otro, tener como causa una minusvalía o inferioridad física. Las estadísticas, en este campo, son
escasamente válidas. Por eso es aconsejable -y lo hemos repetido muchas veces- comprobar con otros
tests, o en la entrevista, cual es la interpretación correcta.
[3]
Una estadística mucho más amplia y con gran cantidad de notas, nos fu, sustraída de una cartera que
quedó en nuestro coche a raíz de un accidente ocurrido en el año 1983. Después no se pudo rehacer a
causa de mi jubilación y no disponer ya de mis antiguos colaboradores.
De todos modos, las estadísticas, en el caso de los tests proyectivos, son preferentemente
orientativas y rara vez concretan las interpretaciones. Como decía uno de nuestros alumnos, estudiante
de psicología, "las estadísticas son como las minifaldas, enseñan mucho, pero ocultan lo esencial".
Por otro lado, las estadísticas sólo registran un número bastante restringido de datos psicológicos.
Hay que tener en cuenta, además, que el ser humano es un ser cada vez más cambiante y estos cambios
dejan inservibles las estadísticas en periodos de tiempo relativamente cortos.