Diseñar La Coherencia Escolar. Beltran Llavador

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DISEÑAR LA COHERENCIA ESCOLAR – Beltrán Llavador

La escuela: un espacio de contradicciones:

La complejidad de los centros escolares está asociada también a la imprecisión de los


resultados y a la demora de su verificación que, en último extremo, llegará a producirse años
después de que los alumnos los abandonen; aún así nunca podrá asegurarse si se
corresponden de manera directa con los esfuerzos educativos.

El aparente resultado que se deriva de no asumir los dilemas de la educación, es que el trabajo
escolar se convierte, tanto para profesores como alumnos, en una vertiginosa sucesión de
tareas inconexas que finalmente parecen converger casi por azar en resultados que casi nunca
son los deseados y no son satisfactorios para todos.

Núcleo curricular

El texto curricular exige un contexto específico diferente al de la producción de los


conocimientos y a los de su posible reducción: la institución escolar u organización escolar. El
currículum aparece como el verdadero núcleo de las organizaciones escolares.

Permite que las organizaciones cobren sentidos en razón del conjunto de actividades o tareas
organizadas.

En toda organización cabe distinguir un núcleo, compuesto por tareas a las que se le aplica un
criterio de orden y una periferia, que son los elementos formales y los procesos aplicables a las
tareas para que resulten organizadas.

La organización nuclear determina su función más allá de la función periferia.

El currículum no es sólo un programa de acción/reproducción. Se da en contextos dinámicos y


es lo que le da una identidad propia a las instituciones.

Estructura normativa

En la dimensión normativa se encuentra, sino la respuesta, sí al menos la dilucidación de


muchas esas contradicciones, y define aquello que es ilícito o no en el seno de la institución.

Toda institución lo es precisamente porque está soportada sobre una estructura normativa
que la mantiene a la vez que le presta una base jurídica a sus actuaciones.
En el marco de cada una de esas instituciones hay que actuar de acuerdo a lo que las normas
posibilitan o permiten.

Las organizaciones también disponen de un sistema de reglas que regulan el tipo de relaciones
que deben establecerse en su seno al efecto de hacer cumplir lo que considera propio de las
mismas.

Relación entre lo institucional y lo organizativo

Los elementos normativos que provee la institución son los que permiten regular los
procedimientos que seguirán las organizaciones en que esa institución se materializa.

Cada institución introduce, con sus sistemas de reglas, un orden en las relaciones sociales,
levantando las construcciones organizativas, es decir, las normas que dictan el tipo de
relaciones que presidirán la vida de los miembros cuando éstos actúen juntos persiguiendo
cumplir determinados fines, metas o propósitos.

La institución escolar refleja el orden educativo de una sociedad y para que estos principios se
cumplan se erigen las organizaciones escolares.

Las culturas organizativas

La cultura organizativa constituye una dimensión cultural complementaria de la estructural,


necesaria para constituir el objeto organizativo.

Las actuaciones colectivas en marcos institucionales son las que dan vida a las condiciones
estructurales.

En cada organización confluyen muchos rasgos culturales diferenciados porque vivimos en


sociedades plurales donde hemos aprendido a convivir y respetar la mayor parte de esas
manifestaciones.

En las organizaciones escolares encontramos, pluralidad cultural, surgiendo enfrentamientos


entre los portadores de unos y otros rasgos. Por eso es tan difícil encontrar formulas
adecuadas que sin reprimir ni juzgar esas expresiones plurales, la utilicen para revertirlas
educativamente.

¿Puede haber coherencia en la expresión de la pluralidad?


Los autores sugieren a partir del reconocimiento de la pluralidad de las culturas organizativas
coexistentes en un mismo centro escolar a fin de garantizar, que sea posible una auténtica
presencia de riqueza cultural en las escuelas.

Puede existir coherencia dentro de una pluralidad que no debe ser disuelta sino aprovechada
para convertir los centros escolares en lugares donde los diferentes sectores encuentren
representados, valorados y estimulados los rasgos que definen sus identidades culturales
específicas.

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