Prologo Sobre Espinola
Prologo Sobre Espinola
Prologo Sobre Espinola
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1. FISONOMtA DE UN ESCRITOR
muy rica inventiva y su destreza de narrador nato, que hacia de cada uno de sus
cuentos una pequeiiajoya mimicoverbal, convirtieron a Espinola, comonarrador
oral, en unafigura casi legendaria. Estos perfiles de su personalidad, y otros no
menos singulares, justifican que un critico haya afirmado que Francisco
Espinola -popularmente Paco- era no slo un escritor sino tambidn una
"instituci6n nacional". Fue, sin lugar a dudas, el maestro, casi sin excepci6n
reconocido como tal, de mas de una generaci6n de escritores uruguayos. Al
respecto, en notatitulada"Los treinta afios de Sombrassobre la tierra",publicada
en el matutinomontevideanoElPais el 13 de septiembre de 1962, Emir Rodriguez
Monegal afirma taxativamente:
Treinta anos hace que Sombras sobre la tierra empez6 a existir en nuestra
literatura. En esos treinta afios, Espinola escribi6 otros relatos, aparecieron
libros de muchos valiosos narradores, se formaron (por lo menos) dos generaciones
nuevas. Sobre todos ellos pesa de alguna manera la influencia de Espinola. Sin
Espinola serfa muy dificil entender la evoluci6n de la narrativa uruguaya.
Muchos de los que parecen maestros de hoy, incluso aquellos que estAn mas
alejados por su temAtica superficial (como Juan Carlos Onetti) arrancan de
Espfnola. Pocas veces un autor y un libro han tenido tan larga descendencia.
1.3. El mundo imaginario creado por Espinola, inico sector de su obra que
sera objeto de estudio en el presente ensayo critico, describe una parabola
creadora en la que es perceptible unamatizada gama de entonaciones narrativas.
El mundo imaginario constituido por los cuentos de Raza ciega difiere del que
se hace visible en Sombrassobre la tierra. Yambos muestran diferencias notorias
con los cuentos reunidos en El raptoyotros cuentos, que, a su vez, no constituyen
un grupo homogdneo. Nuevas diferencias se hacen ostensibles cuando se accede
a Saltoncito, Don Juan, el Zorro y los tres cuentos incorporados a la edici6n de
Cuentos completos de 1961 mencionada en la nota 1. Globalmente considerada,
la creaci6n narrativa de Francisco Espinola puede concebirse -tal como he
afirmado en alguna otra ocasi6n- como formada por tres circulos concdntricos,
cada uno de los cuales constituye un mundo narrativo con su motivaci6n y
temperatura propias, pero de tal modo comunicantes entre si que el primero se
amplfa en el segundo y el segundo en el tercero, que reabsorbe en si a los otros
dos y al mismo tiempo, dialicticamente, los trasciende, del mismo modo que el
segundo conserva y trasciende al primero. El conjunto, es, pues, un todo
unitario, no obstante las diferencias perceptibles entre cada una de esas tres
zonas de creaci6n. Los apuntes que siguen se proponen subrayar algunos de los
rasgos caracterizantes de esos tres Aimbitos narrativos asi como los elementos
que, a pesar de sus matizaciones diversas, les confieren unidad. Pero antes de
ingresar al tema que queda sefialado, es preciso caracterizar la atm6sfera
estdtico-literaria dentro de lacual Francisco Espinolainici6 su creaci6n narrativa.
978 ARTURO SERGIO VISCA
Ha llegado la hora hist6rica de arrasar esa floraci6n de papel, ymatar esa fauna
libresca de Sud Am6rica. Paso a la vida. Basta ya de la antigua mitologfa
acad6mica; basta ya de caballeros, trovadores y castillos; de los abates y las
duquesas galantes de Trian6n; de los pastorcillos, las aldeanas y las 6glogas de
abanico; de las fastuosidades teatrales de las Mil y una Noches, de la alcoh6lica
bohemia del Quartier Latin, del mundanismo frvolo del boulevard; basta de
musm6s, g6ndolas, esfinges, elefantes, panoplias. Hay que quemar las
marionetas literarias con que se ha estado jugando, para infundir el soplo del
arte en el barro originario de la vida. Hay que dejar de mascar el papel impreso
de los libros, para nutrirse con los frutos de la tierra ... Los poetas latino-
americanos son los pardsitos del libro frances, las sanguijuelas de la revista de
ultramar.
Su error es no operar con elementos propios, con la materia virgen que tienen
bajo las palmas de las manos. LEs que la realidad del pafs en que viven no les
ofrece elementos de arte? jEs que la vida natural o humana de los pueblos del
Plata, no da de sf elementos est6ticos? La poesfa esta entodas partes donde estA
la vida; la cuesti6n en saberla sentir y expresar. Y 6sa es, precisamente, la
facultad del artista creador. 5
a AlbertoZumFelde,Procesointelectualdel Uruguayycrtticadesuliteratura.(Montevideo:
Editorial Claridad, 1941), 482.
FRANCISCO ESPINOLA, NARRADOR 979
6El "nativista" Fernan Silva Valdes es, sin embargo, el autor de los dos iiltimos libros de
filiaci6n ntidamente modernista publicados en el Uruguay: Anforas de barro (1913) y
Humo de incienso (1917). El autor de esos libros, tal como era en los aios en que los
compuso, se autorretrat6 en un poema, "Yo era un hombre pAlido", donde se describe como
"un poeta ptlido y marchito", "alto y decadente", que "sin saber del bien" y "sin medir el
mal", "manchado de orgfa" encendfa sus "albas con mujeres rubias".
980 ARTURO SERGIO VISCA
nativismo sin renovaci6n, sin antena receptora de los nuevos modos de sentir
y de expresarse seria caer en el error de nuestro viejo criollismo que siempre le
atraves6 el pingo a todo lo nuevo. 7
El nativismo es eso, lo repito para los sordos: un "ismo", una inquietud est6tica,
una renovaci6n, una novedad respecto a la vieja poesia gauchesca.8
Este afAn renovador y la convicci6n de que estaban innovando era sentido por
todoslos creadores-plasticos, musicalesyliterarios-que han sidomencionados.
"Tradicionalismo y renovaci6n" era la consigna de todos ellos, aun cuando esos
dos terminos parezcan oponerse contradictoriamente.
2.2. En 1920, anio en que se preludian las tendencias narrativas, poeticas,
plAsticas y musicales resefiadas en el parAgrafo que antecede, Francisco
Espinola tenfa 19 anos y aun no habia descubierto su verdadera vocaci6n. Se
sentia atraido por la musica y proponiendose ser concertista, tomaba clases de
violin, composici6n y armonia. Su vocaci6n literaria se despert6 a traves de su
amistad con un gran escritor al que admiraba. Ese escritor era Javier de Viana
(1866-1926), autor, entre otros, de tres libros fundamentales en la narrativa
uruguaya: Campo (1896), cuentos, Gaucha, novela (1899), y Gurt (1901), que
se integra con la novela breve que da titulo al libro y con varios cuentos. Todos
los domingos, Espinola visitaba a Javier de Viana, que residia en un pueblo, La
paz, cercano a Montevideo. En una de esas ocasiones, segun cont6 Roberto
Ibane z en una conferencia pronunciada en octubre de 1957 en San Jose de Mayo,
don Javier le recito a Espinola un simple cantar:
El alma mfa se muere/ ay, ay, ay,/y se me muere de frfo, y Espinola, ya en el tren,
comenz6 a bosquejar sus versos iniciales. Escribi6 asf varios breves poemas. Y
poco tiempo mas tarde -era a mediados de 1922- tras un romancillo (donde
ademds de "cantar contaba" por primera vez) compuso un cuento, "Visita de
duelo", cuya asombrosa madurez impone una evidencia no menos asombrosa:
7
La Cruz del Sur 18 (Montevideo, julio-agosto de 1927).
8
Fernn Silva Vald6s. Autobiografta(Montevideo, Apartado de laRevistaNacional, 193-
194), 34.
FRANCISCO ESPINOLA, NARRADOR 981
Traed mi mejor caballo; aquel, el zaino elAstico; ese que al correr parece levar
en llamas el tenso cuello. Ponedle las tibias jergas y luego la carona con
punteras de cuero dejaguar y despubs el basto, pesado de oro y plata, donde el
sol se redora yla luna se hace mAs blanca. Ceflidle al vientre la cincha. Cubridlo
con la espuma de los cojinillos. Ahora, quitad el cabestro9 y poned en su boca el
duro freno. Hoy que un libro mfo comienza a llevar a otros pueblos mi pueblo,
quiero cruzar, solo, los campos donde duermen los bAsicos de mi raza. Y de pie
en los estribos, he de gritar: Oh padres nuestros!, gracias porque hicfsteis de
mi la for de la estirpe; gracias por converger en mi los caminos de todos los
puntos del horizonte; gracias por haber hecho sensible a mi ofdo la voz de la
sangre. No he olvidado un instante la misi6n sagrada. Noche y da tend mi
espritu como altisima antena para recoger las vibraciones de la multitud.
Noche y dfa vigilaba el crisol de mi conciencia. Momentos hubo en que cref con
desaliento que era preciso otra vida, ain, porque lo que pensaba "no pasaba mi
boca"; mas las energas oscuras fueron cayendo par fin en 61 para hacerse verbo.
Mucho he sufrido y ... Pero Iqu6 importa a un hombre fuerte? Besad a vuestro
hijo, joh sombras!
Eso he de decir. Dadme las riendas.
Adi6s; volver6 enseguida, que es corto el tiempo y es larga la tarea.
9
Asi en el texto. En nota al pie de pAgina el autor expresa: "No me gusta decir cabestro".
982 ARTURO SERGIO VISCA
10
Charamuscas,volumen de cuentos que el autor subtitul6 Tipos de escenas del Uruguay
y Cuentos del pago, tftulo que de per sf indica la temAtica de los mismos, tienen en la
narrativa uruguaya verdadero caracter fundacional: inician en el Uruguay el criollismo
narrativo. Muchos de los temas, situaciones, personajes y escenarios manejados
posteriormente -y hasta hoy- per los cultores de la citada corriente narrativa fueron
descubiertos, en una primera exploraci6n, per Benajmfn Fernandez y Medina. Ninguno
de sus cuentos es una obra maestra -todos fueron escritos antes de que el narrador
cumpliera 20 afios- pero si se les lee con ese carifio y lenta atenci6n que permite descubrir
las mas hondas intenciones del autor, se descubre en ellos una autenticidad innegable,
que proviene de una realidad asumida con amor. Hay en esos cuentos una cualidad
dificilmente definible pero que"toca" fuertemente al lector. FernAndez y Medina ingres6
a la carrera diplomAtica y no escribi6 mAs narrativa, aunque, encontrAndose en Espania,
antologiz6 16 de los 30 cuentos de los libros citados y, con algunas variantes, los public6
con eltitulo de uno de los cuentos: Laflor del pago (Barcelona: Editorial Cervantes, 1923).
Excluy6 de la selecci6n otra cantera temAtica per 61 descubierta: el suburbio y sus
personajes, entre ellos, el compadrito.
FRANCISCO ESPINOLA, NARRADOR 983
2.3. Los cuentos incluidos en Raza ciega son nueve: "El hombre pAilido",
"Pedro Iglesias", "Yerra", "Maria del Carmen", "Cosas de la vida", "Vista de
duelo", "El angelito", "Todavia no", "Lo inefable". De estos nueve cuentos, hay
uno, "Lo inefable", que difiere notablemente de los ocho restantes, en lo que se
refiere a tema, ambiente y personajes y que, segin manifest6 el propio Espinola
en alguna oportunidad, no estaba inicialmente destinado a formar parte del
libro; los otros constituyen un mundo narrativo homogeneo, que por sus rasgos
caracterizantes, puede ser denominado mundo primitivo de signo trdgico.
Excluido "Lo inefable", esos cuentos conforman el primero de los tres circulos a
que se ha hecho referencia en el parigrafo 1.3.
y la repulsi6n que ellale inspira por su uni6n con Ignacio; 6ste, entre la atracci6n
que le inspira Juana y la dolida conciencia de que e1 la separa de su hijo. Un
entramado anecd6ticomuy ricova visualizando-con ajustadoritmo narrativo-
la conflictualidad interior de los personajes. Pero el autor no recurre para ello
al anlisis sicol6gico. Actos y dialogos hacen evidente esa conflictualidad.
Sagazmente, el autor no "dice" cual es la situaci6n conflictiva sino que la hace
ver". Otro procedimiento de composici6n caracteristico del autor consiste en
crear situaciones que valen para mostrar -en perfecta coherencia con la acci6n
central- distintos aspectos de la realidad campesina, materia de los cuentos.
"Pedro Iglesias" se abre con una espl6ndida escena de tal naturaleza: el
almuerzo con que se celebra la boda de Juana e Ignacio. No es una mera
descripci6n sino una escena dinamica, que inicia la acci6n centralizadora, crea
cuatro personajes secundarios (el cura, el juez, el viejo Pascasio y la vieja
Liberata), nitidamente perfilados, y vigoriza la realidad humana y estetica de
los personajes protag6nicos.
En "Pedro Iglesias", el dramatismo de la acci6n se va intensificando
paulatinamente a medida que se ahonda la conflictualidad interior de los
personajes; en "Maria del Carmen", el clima tragico irrumpe desde las primeras
lineas del cuento, cuando a:
La suicida, hija del viejo Rudecindo, ha tomrnado su tragica decisi6n porque Pedro
-hijo del viejo Nicanor Fernandez-que ha tenido amores con ella, la abandona,
dejandola embarazada. Tras esta escena, se desarrolla una acci6n truculenta
y casi increible: el viejo Rudecindo, con consentimiento del viejo Nicanor, obliga
a Pedro a que se case con el cadaver y luego, sorpresivamente, lo mata,
sumidndole la daga hasta el cabo. "-iQue ha hecho, compadre!" grita entonces
el viejo Nicanor, "manotenado su pufial". Y Rudecindo responde: "Lo que tenia
que hacer! IAhora, si quiere, mateme!" Nicanor, aflojando la mano que habia
oprimido el mango de plata, balbucea: "No hay nada que darle. Ust tenia
derecho". Para hacer esteticamente valida y humanamente creible la trama -
tan ins6ita- de "Maria del Carmen", el autor recurre a un procedimiento de
composici6n narrativa similar al empleado en "Pedro Iglesias": crea una
sucesi6n de situaciones en las cuales, a la vez que desenvuelve el nicleo
argumental del cuento, dibuja la fisonomia interior de Rudecindo y Nicanor,
haciendo "ver" y "sentir" que ambos son capaces de realizar lo que tiene lugar
en la escena final, tan atroz y aparentemente inverosimil, aunque no tan
inverosimil si se recuerda que la acci6n del cuento corresponde a la campaiia
uruguaya del siglo XIX, donde no faltaron personajes en cuya alma se dieron
conjuntamente rasgos de grandezay de barbarie. Con exactitud escribe Carlos
Reyles:
FRANCISCO ESPINOLA, NARRADOR 987
Junto a estos dos personajes, hay otros (los familiares de ambos, el juez y
el cura) que, por su modo de actuar, contribuyen a dar verosimilitud a la acci6n
del cuento. Para ello, tiene especial eficacia el sagaz manejo de las reacciones
del juez y del cura en la escena final, estupendamente elaborada. Cuando
Rudecindo les pide que celebren el casamiento, espantados, procuran no
hacerlo, pero aterrorizados ante el rebenque y el puial de Rudecindo, realizan,
entre tartamudeos y llantos, una involuntariamente absurda ceremonia, con la
que logran conformar al viejo. Hay, ademas, en este cuento, como en toda la
narrativa del autor, toques de humor certeramente distribuidos en las situaciones
mAs intensamente dramAticas o trAgicas. Son toques de un humor tierno como
una caricia y que, como ha subrayado Mario Benedetti, es siempre:
Cabe agregar que el propio Espinola se expres6 asi acerca de "Maria del
Carmen":
Siempre pens6 que ese cuento iba a parecer deliberadamente crudo y, en cierto
modo, si no falso, por lo menos muy dificil de que ocurriera. Por eso me
sorprendi6 mucho que un hombre de genio indiscutible -pero tambi6n de la
peculiaridad, en todo sentido, cultural y espiritual lejos de todo realismo
brutal-, que un hombre como Jules Supervielle me dijera en una carta
apreciando Raza ciega, que el cuento mts importante para 61 era "Marfa del
Carmen"."
ese festejo se halla en que "en esa condici6n el ser no ha cometido hechos de los
que condenan al Purgatorio o al Infierno, y, asi, se va derechito al Cielo". 16 Con
este tema, tan proclive a la mera descripcion folcl6rica, el autor logra un cuento
de excepcional jerarqufa, realizado mediante una composici6n narrativa que 1el
mismo llam6 sinfonica. El cuento, en efecto, compone un vasto cuadro que
abarca dos planos: el del patio donde tiene lugar la fiesta, dinamicamente
creada mediante una multiplicidad de vividas escenas; el de los cuartos
interiores donde, en "un cajoncito de los de fideos cubierto burdamente con un
paio blanco", se halla el angelito, yjunto a el, su madre, cuya dolorida intimidad
es evidenciada a traves de varias situaciones que preparan el sorpresivo y
dramatico final del cuento. 17 El autor alterna las escenas del patio con las de los
cuartos interiores, haciendo sentir asi intensamente el antagonismo entre las
situaciones vividas en la fiesta (beberaje, danzas, juego de prendas, amorfos y
hasta conatos de pelea por motivos circunstanciales) y la dolorosa realidad que
la motiva. Pero ese cuadro no es meramente descriptivo; por lo contrario: en "El
Angelito" es fundamental la creaci6n de personajes. Hay cinco personajes
trabajados en profundidad: la madre, sufriente y alejada de la fiesta; el padre
que casi ebrio vaga como sonambulo entre la concurrencia; don Frutos Pareja,
rico estanciero padrino del angelito y que costea la fiesta; un viejo que
candidamente adula a don Frutos para obtener buen tabaco y buena cana; la
negra vieja Carola que, "con la gracia de una ninia", baila con don Frutos. Junto
a ellos, hay otros, mas esfumados pero imprescindibles para dinamizar las
escenas de la fiesta. Un analisis cabal del cuento exigirfa, por su riqueza,
seguirlo linea a linea. No es posible hacerlo aquf, pero si es vlido afirmar que
"El angelito" es uno de los puntos cimeros de la narrativa uruguaya.
y otros cuentos) y "Las ratas", 1936 (recogido por primera vez en libro en la
edici6n de Cuentos completos de 1961).18 El escenario de la acci6n narrativa y
los personajes de este segundo circulo difieren de los del primero. Esos
personajes no son los habitantes de un medio rural de vida primitiva y, por
consiguiente, seres primitivos ellos mismos, sino seres cuya vida transcurre, en
la mayorfa de los casos, en los suburbios -tambien los bajos fondos- de una
pequefia ciudad del interior del pals. Son -con pocas excepciones-
desamparados sociales y todos, en mayor o menor grado, con menor o mayor
lucidez, anhelan, alma adentro, un mundo en el que imperen el amor y la
justicia. Experimentan, si es posible decirlo as, la nostalgia de algo no vivido
pero de algin modo entrevisto en lo hondo de la propia intimidad. Estos rasgos
gen6ricos justifican que este segundo circulo sea caracterizado como "mundo
fronterizo de signo existencial". Es "fronterizo" porque los personajes socialmente
son (salvo pocas excepciones, como el Juan Carlos de Sombras sobre la tierra)
seres situados entre el mundo de la naturaleza, al que pertenecen los personajes
del primer crculo, y el de la civilizaci6n; es de "signo existencial" porque
sicol6gicamente los personajes viven en una especie de "intemperie existencial",
hecha de la desolaci6n y la angustia generadas por el antagonismo entre el
desamparo social y el anhelo de un ensoliado mundo mejor. Cabe subrayar un
detalle significativo: a diferencia de los personajes del primer circulo, los de este
segundo no ignoran el mundo de los libros. En una escena de Sombras sobre la
tierra,Bonifacio, que es uno de los tantos desamparados sociales de la novela,
clama:
4.2. De los seis cuentos citados en el parigrafo anterior, uno "El rapto",
aparece, en algunos aspectos, como marginal al mundo narrativo espinoliano.
El autor enfrenta alli dos grupos de personajes: uno perteneciente a la alta
burguesfa y el otro, a la clase media pauperizada. Pero el interes del cuento no
radica en este enfrentamiento, que es s6lo un valido recurso narrativo destinado
18Los cuentos reunidos p6stumamente en Veladas del fog6n podrf an integrar, por algunos
de sus rasgos, este segundo cfrculo. En rigor, no encuadran estrictamente en ninguno de
los tres. Cuentos de "panelucrando" quedanun tanto al margen de la creaci6n realmente
importante del autor, aunque, desde luego, revelan el narrador nato que el mismo era.
Inventiva anecd6tica, humory amenidad son las cualidades que destacan en estos cuentos
que constituyen una serie yen los que actilan siempre los mismos personajes: un gaucho
viejo, don Basualdo, Dofia Toribia, una negra vieja; el Mellizo Juan y su aparcero, el negro
Tiz6n; un hu6rfano, Serapito, nino protegido y criado por don Basualdo.
990 ARTURO SERGIO VISCA
ojos profundos, castafios como el pelo, fluf a una fuerza misteriosa que infund a
a todo el rostro aire de infinito candor, de dulzura suprema, de piedad pronta
a manifestarse.
-LPor qu6? ... JPor que? ... Por que? ..., exclama, mientras en profundo silencio
exterior, desde la iglesia vecina caen como piedras en el agua, haciendo circulos,
las doce campanadas de la medianoche.
Pasaron los ailos. Dej6 el pueblo por Montevideo. Pero me ahogaba. Regres6.
Y mi coraz6n me fue arrastrando hacia las mfseras cuevas de quienes suelen
destrozar, ilevar las pestes. Ahora, 6stos eran hombres. iAy, Dios mfo!
19Loc. cit.
20"Sombras sobre la tierra". Articulo publicado en el matutino El Pats (Montevideo, 23
de enero de 1955), 3.
21 Sombras...
22 Sombras...
23"Una alegoria existencial: el reino sagrado de las "condenadas" sobre la tierra" (Revista
de la Biblioteca Nacional 8, Montevideo, diciembre de 1974).
FRANCISCO ESPINOLA, NARRADOR 993
personajes. Es, ademis, una novela muy rica en contenidos sociales, 6ticos y
hasta metafisicos, y el autor maneja, asimismo, una amplia gama de recursos
narrativos que la hacen, a pesar de su apariencia diifana, estructuralmente
muy compleja. En laimposibilidad de acceder aquf a un anilisis en profundidad
de Sombras sobre la tierra,me limitard a exponer, a continuaci6n, algunas de
las lineas temiticas que seria necesario tener en cuenta para proceder a tal
analisis.
4.5. Desde el punto devistaestructural, Sombrassobrela tierrase caracteriza
por tres rasgos singularizantes: carece de una linea anecd6tica centralizadora;
se compone con una multitud de episodios o situaciones anecd6ticamente
independientes, que se explayan a travds de 96 (en la 4" edici6n) "trozos" o
capitulos sin numerar separados entre si por asteriscos; funda su unidad
novelesca mediante un nicleo de personajes cuya presencia persiste a lo largo
de toda la novela y en anloga persistencia de los ambientes que configuran el
escenario delamismay que son, especialmente, los dos polos antag6nicos de una
pequeia ciudad del interior del pais: el "bajo", donde estan localizadas las
mancebias y es habit6culo de los desheredados sociales, y el "centro", morada
de las clases pudientes. Curiosamente, esta novela, cuyo escenario es una
pequefia ciudad, adopta similar tecnica estructural ala utilizada por Dos Passos
en su ManhattanTransfery Elmer Rice en La ciudad imperial,para transmitir
novelescamente la vida de la gigantesca urbe norteamericana. Pero la
intencionalidad creadora de Espinola, que, desde luego, no conocia las dos
novelas citadas, las cuales en los aiios en que fue escrita Sombras sobre la tierra
no habian llegado al Uruguay, diferfa de las de sus autores. Ellos, mediante la
dispersi6n anecd6tica procuraban hacer "sentir" el ca6tico ritmo de vida de la
urbe gigantesca, mientras que el escritor uruguayo querfa expresar, mediante
la estructura dada a su novela, la inconmesurable riqueza de la vida y "[...] decir
que en la vida no hay personajesimportantes"' 4 (o, con una expresi6n castellana,
que "nadie es mas que nadie") y por eso en la novela, ademas de multiples
situaciones, hay una multitud de personajes. Mediante esa variedad de
personajes y situaciones, en Sombras sobre la tierrase visualiza una extensa
zona de vida y de tipos y conductas sociales, correspondientes a distintos
estratos sociales.
4.6. Una categorizaci6n rigurosa de los personajes de Sombras sobre la
tierra,exigirfa dividirlos en varios grupos que, a su vez, se escindirfan en sub-
grupos. Limitando los primeros y prescindiendo de los segundos, cabria
porque teme que toda creencia humana trascendente tal vez no sea otra cosa que
el producto de una "sublimaci6n" cuyos mecanismos se me habian revelado en
Freud.
De todo lo cual, el autor concluye que "la Desolaci6n con mayiscula que es
Sombras sobre la tierrase apoya fundamentalmente, pues [...] en Spengler y en
Freud". Pero es necesario subrayar que esa desolaci6n tiene distinto signo en
Juan Carlos que en los humildes habitantes del "bajo". El permanente estado
de conciencia de angustia existencial vivido por Juan Carlos es, dire asf, de signo
negativo, porque disuelve su vida en una angustia existencial que no halla cauce
seguro ni en lo humano puro ni en lo trascendente: su amor y su piedad por los
desamparados sociales quedan estrangulados en simismos sinllegar a convertirse
en fuerza creadora (y de ahf sus reincidencias en modos de la crueldad por los
que luego sufre devorado por el remordimiento); por instantes entrevd una
FRANCISCO ESPINOLA, NARRADOR 995
posible redenci6n social de los desamparados pero nada hace por convertirla en
realidad; posefdo por una vaga religiosidad, se siente, no obstante, despojado de
Dios (aunque en algin momento afirma que "sin la esperanza de que haya un
Dios testigo de lo que no sale de nosotros, serfa cosa de pegarse un balazo"). En
los personajes del "bajo", hay tambidn una angustia existencial, generada por
la ignorancia y por la miseria, pero, a diferencia de Juan Carlos, que ilega hasta
preguntarse si la inteligencia no sera "un perfido agente de la muerte", esa
angustia no promueve en esas almas inocentes una visi6n negativa de la vida,
sino que, por lo contrario, los impulsa a ensofiar en una vida mejor y despierta
en ellos la aspiraci6n del bien." El cuadro de la vida de la pequefia ciudad
escenario de la novela, se completa con los personajes del "centro" de rasgos
antag6nicos a los de Juan Carlos y a los de los personajes del "bajo". Bien
dibujados, tienen vida propia, aunque su funci6n, hasta cierto punto subsidiaria,
es la de acentuar, por oposici6n, los trazos de la vida del "bajo" y la de Juan
Carlos.
25Asi, porejemplo,
Margarita, pupila de la mancebi a de Encarnaci6n, conffa en que su vida
desdichada tendr6 en algdn momento una gran compensaci6n.
Yo digo que Dios me reserva una felicidad muy grande-le confla a alguien. Tengo que tener una
buena recompensa. Veo a otras tan felices ... Yo nunca tuve novio. Ni siquiera tuve la felicidad
de que un hombre se me declarara.
26 Don Juan, el Zorro (Montevideo: Arca Editorial, Tomo I, 229, enero de 1984; Don Juan,
Tomo II, 228, junio de 1984). Los primeros fragmentos de la novela fueron publicados en
1928 por el diario Crttica de Buenos Aires; los i1timos dados a conocer piblicamente, en
1968, son los referenciados en la nota 4. Cuando el autor muri6, en 1973, la obra qued6
inconclusa. Afios despu6s, los familiares de Espinola pusieron en mis manos siete u ocho
carpetas que contenfan originales manuscritos y mecanografiados con incontables
correcciones, mas borradores varios y apuntes de distinta naturaleza, material todo
relacionado con la novela inconclusa. Un verdadero caos, cuya ordenaci6n constituy6 una
tarea ardua y apasionante, para la cual conte, en los iltimos tramos, con la muy valiosa
colaboraci6n de Wilfredo Penco. Cabe preguntarse c6mo en tantos afios el autor no
culmin6 su novela. En el ensayo titulado "Historia de una novela excepcional", que sirve
de pr6logo aDon Juan,el Zorro,expreso queEspnola puso mas empeilo en pensary contar
oralmente su novela que en escribirla. En realidad, las casi 500 pAginas que componen
la novela inconclusa, (que, segitn el autor hubieran ilegado a las 700 aproximadamente,
al terminarla) fueron escritas en muy pocos meses, a lo largo de mAs de cuatro d6cadas.
Esos pocos meses podrian ser categorizados como 'islas de escritura en un mar de
oralidad'.
996 ARTURO SERGIO VISCA
27 Esta doble finalidad, presente en toda la obra narrativa espinoliana es otro de los
elementos -de los cuales en las paginas que anteceden se han seialado algunos -que
unifican los tres circulos en que esa obra ha sido dividida. Otro elemento unificador, bien
visible en los tres circulos, es la maestra del autor en lo que a composici6n narrativa se
FRANCISCO ESPfNOLA, NARRADOR 999
refiere. Tanto sus cuentos como "Saltoncito", Sombras sobre la tierrayDon Juan, el Zorro
constituyen sabias lecciones de composici6n narrativa. Concilian calidez humana y
lucidez est6tica. Conviene recordar que en mAs de una oportunidad Espnola expres6 que
s6lo le interesaban como temas narrativos aqu6llos que ofrecieran una dificultad t6cnica
para su realizaci6n. Y, en verdad, supo siempre vencer esas dificultades. El andlisis de
los procedimientos de composici6n del autor deRaza ciega queda fuera del plan del presente
ensayo. S6lo cabe agregar que ellos hacen ostensible una insuperable maestra que
permite que cada pAgina de Espinola parezca de una simplicidad de agua cristalina
cuando en realidad ha resuelto en ellas los mds difciles problemas de composici6n
narrativa.
28 Guido Castillo, "Tres fragmentos de Don Juan, el Zorro" en Entregas de La Licorne 4
(Montevideo, agosto de 1954).