Los Minerales en El Organismo
Los Minerales en El Organismo
Los Minerales en El Organismo
Los principales minerales en el cuerpo humano son: calcio, fósforo, potasio, sodio, cloro, azufre,
magnesio, manganeso, hierro, yodo, flúor, zinc, cobalto y selenio. El fósforo se encuentra tan
ampliamente en las plantas, que una carencia de este elemento quizá no se presente en
ninguna dieta. El potasio, el sodio y el cloro se absorben con facilidad y fisiológicamente son
más importantes que el fósforo. Los seres humanos consumen azufre sobre todo en forma de
aminoácidos que contienen azufre; por lo tanto, cuando hay carencia de azufre, se relaciona
con carencia de proteína. No se considera común la carencia de cobre, manganeso y magnesio.
Los minerales de mayor importancia en la nutrición humana son: calcio, hierro, yodo, flúor y
zinc, y únicamente éstos se tratan en detalle aquí. Algunos elementos minerales son necesarios
en cantidades muy pequeñas en las dietas humanas pero son vitales para fines metabólicos; se
denominan «elementos traza esenciales.
Del mismo modo que los nutrientes que necesitamos para sobrevivir se clasifican
en macronutrientes (nutrientes que necesitamos en mayor
cantidad: proteínas, lípidos y carbohidratos) y micronutrientes (aquellos que necesitamos en
cantidades muy pequeñas: vitaminas y minerales), también se han catalogado los minerales en
función de las cantidades requeridas para que nuestro organismo funcione correctamente:
Macrominerales:
Los macrominerales son aquellos presentes en mayor cantidad dentro de nuestro organismo.
Necesitamos cantidades que rondan los 100mg al día y son los siguientes:
CALCIO: El calcio está englobado dentro de la categoría de macrominerales, que son aquellos
minerales que nuestro organismo necesita en mayor cantidad. De hecho, el calcio es el mineral
más abundante en nuestro cuerpo (alrededor del 2% de nuestro peso corporal es calcio).
La calcemia (nivel de calcio en el organismo) muestra un equilibrio muy delicado que nuestro
cuerpo controla mediante la salida o entrada de calcio en los huesos. Es decir, cuando existe
déficit, nuestros huesos liberan calcio y cuando existe exceso, lo recuperan o incluso se puede
llegar a depositarse en lugares indebidos (por ejemplo, en los riñones o en las arterias).
Funciones del calcio:
El calcio es uno de los minerales esenciales que proporciona consistencia a la estructura de los
tejidos duros (huesos y dientes). El 99% del total de calcio en nuestro cuerpo está presente en los
huesos, y el 1% restante, en la sangre y los tejidos blandos. Estas son algunas de sus funciones
más importantes:
Da estructura a huesos y dientes
Tiene propiedades alcalinas, es decir, regula el equilibrio ácido-base de nuestro
organismo
Participa en el buen equilibrio del sistema nervioso (transmisión del impulso nervioso a
los músculos)
Ejerce un papel destacado en la salud del corazón
Facilita la contracción muscular
Interviene en los mecanismos de coagulación
Alimentos con calcio
Tradicionalmente se ha asociado la riqueza de calcio con el consumo de leche, sin embargo,
aunque efectivamente la leche contiene cantidades importantes de calcio (aunque mucho
menos que otros alimentos). Los alimentos más ricos en calcio, con diferencia con respecto a
otros, son el queso gruyere y las semillas de sésamo.
Metabolismo del calcio
La absorción de calcio a partir de los alimentos es muy pobre. Nuestro organismo tan solo
absorbe alrededor del 20% de lo que contienen los alimentos. El cuerpo no puede absorber más
de 500mg de una sola vez, por lo que su absorción depende de la cantidad de calcio presente en
una misma comida. Por otra parte, también es importante tener en cuenta que las necesidades
y la absorción del calcio son muy diferentes dependiendo de la edad y otros factores como
el embarazo o la menopausia.
Algunos factores que aumentan su absorción son:
La vitamina D y Vitamina C
La acidez gástrica
Déficit de calcio (cuando hay poco, el cuerpo absorbe más)
POTASIO: El potasio es uno de los minerales más abundantes en el organismo. El 98% del
potasio que tenemos en cuerpo se encuentra dentro de las células (mientras que el sodio y el
cloruro se encuentran fuera de ellas). Estos tres minerales se absorben fácilmente en el intestino
y se excretan por la orina (también por las heces y el sudor).
El exceso de fósforo puede causar descalcificación de los huesos (sobre todo cuando
hay una descompensación entre la relación calcio-fósforo y magnesio-fósforo) o
insuficiencia renal.
Los síntomas son mal sabor de boca, disfunciones en el sistema digestivo o renal,
convulsiones o hemorragias
Las grasas y el alcohol aumentan su toxicidad
Las necesidades diarias de fósforo son:
Exceso de Sodio
El exceso de sodio se puede dar por diversos motivos:
Hígado de cerdo: 22 mg
Hígado de cordero: 12 mg
Hígado de pollo: 7 mg
Hígado de ternera: 7 mg
Lentejas: 7 mg
Soja: 8 mg
Semillas de girasol: 7 mg
Levadura de cerveza: 17 mg
Almendras: 6 mg
Quiénes necesitan más hierro?
De manera general, tienen una mayor necesidad de hierro todas aquellas personas que, por la
razón que sea, necesitan mayores niveles de hemoglobina en la sangre o sufren pérdidas de la
misma.
Mujeres embarazadas: ya que durante el embarazo se multiplica la necesidad de
volumen sanguíneo y además se pierde mucho hierro durante el parto.
Mujeres en edad fértil. Ya que la menstruación supone una pérdida regular de hierro.
Personas con pérdidas regulares de sangre, debido a alguna enfermedad como la colitis
ulcerosa o hemorragias gastrointestinales, etc., o por donación de sangre.
Personas vegetarianas, ya que el hierro hémico procedente de los productos vegetales
se absorbe peor y resulta menos eficaz.
Bebés, niños y adolescentes, ya que las necesidades de crecimiento requieren altos
niveles de hierro.
A pesar de que pudiéramos no conocer estos minerales, mantienen nuestro organismo sano y,
por ende, nuestro cuerpo en equilibrio. Son elementos esenciales para mantenernos con
buena salud. La carencia de minerales ocasiona enfermedades, que suelen desaparecer al
incluirlos en la dieta.
Normalmente se habla de vitaminas, proteínas y carbohidratos, restando importancia a la
función que ejercen los minerales, sin los cuales nuestro organismo no pudiera funcionar
correctamente.
Carencia de minerales
Si seguimos una dieta equilibrada y variada de nutrientes, es difícil que suframos una carencia
de minerales. Sin embargo, las dietas “milagrosas” y la falta de absorción en el intestino de
algún mineral, o su excesiva eliminación por la orina debido a diversos factores, sí pueden
provocar la carencia de algún mineral. Si esta carencia se prolonga en el tiempo, puede
desembocar en alguna enfermedad o trastorno grave. Algunos consejos prácticos para evitar
carencias de minerales son: