Welcome To Drama Academy - Yuliss
Welcome To Drama Academy - Yuliss
Welcome To Drama Academy - Yuliss
“Bella, llama si necesitas algo ¿de acuerdo?” mi padre, Charlie, dijo por la
milésima vez antes de entregarme mi mochila y equipaje.
“Papá, estaré bien…” le aseguré cansada de repetirlo una y otra vez.
“Buena suerte pequeña” dijo abrazándome “Espero que conozcas grandes
amigos”
“Hasta pronto” Lo despedí y suspiré en alivio tan pronto como su BMW se perdió
de vista. Estaba enferma de la falsa y alegre cara que me forzaba a poner por el
bien de Charlie. Tomé un profundo suspiro y me di vuelta para enfrentar mi
nueva escuela, East Coast Academy, la casa de los Bulldogs. Huh. Perfecto.
Mi padre, Charlie, es un productor de películas. Él vivía en Hollywood mientras yo
vivía en Nueva York con mi madre. Ellos han estado divorciados desde que era
pequeña y ambos se volvieron a casar como un año después de eso. El esposo de
mi madre, Phil, es un tipo muy simpático. No es una figura paterna en sí sino que
es más como un amigo, lo que por supuesto no me desagrada para nada.
La nueva esposa de Charlie (sí, se volvió a divorciar) ES un problema. Cree que
necesita andar cuidando de mí y meter su nariz en cada uno de mis asuntos.
Estoy constantemente recordándole que ya tengo una madre, una verdadera,
una que realmente se preocupa por mí y no sólo finge delante de mi padre.
Quizás no estaría tan molesta si no fuera tan sólo diez años mayor que yo, digo,
vamos ¿De verdad esperan que llame a alguien que podría ser mi hermana,
“mamá”?
Mi primera impresión del campus es que era muy luminoso… moderno. Habían
chicos jugando football, otro jugaban con freesbies… las chicas simplemente se
sentaban en sillas de playa para broncearse. De hecho, esto no se veía para nada
como una escuela, parecía un hotel o un club. Se escuchaban carcajadas y
algunas risas algo tontas… justo mi tipo, pensé sarcásticamente.
Cuando fui a la oficina de la administración había una muchacha bastante guapa,
Roxanne, decía su etiqueta, sentada de frente y tipiando. Huh, realmente espero
que no todos luzcan como ella porque entonces definitivamente no encajaría.
“Umm… ¿disculpe? Soy Isabella Swan… Soy nueva aquí”
Levantó la mirada de su escritorio con una gran sonrisa.
“Hola cariño, bienvenida a nuestra academia… Aquí tienes tu horario y un mapa
de la escuela…” Me entregó un montón de papeles para llenar. Tan pronto como
terminé me apresuré a salir de la oficina. Esto es por lo que odio transferirme a
otra escuela, papeleo, agh.
Como East Coast Academy es un internado somos asignados a dormitorios. El
mío estaba muy cerca de mi aula de clases, o al menos eso era lo que parecía
según el mapa.
Cuando entré en la sala común de nuestros dormitorios hubo muchas miradas no
muy discretas y bastante gente apuntándome.
“Ha…nueva” una chica con largo cabello negro sonrió con suficiencia mientras sus
amigas comenzaban a reírse, traté de ignorarlas y me dirigí al elevador.
Mi habitación estaba en el segundo piso. Habitación 204… habitación 205… Oh,
aquí está, habitación 206. Tomé un profundo suspiro y abrí la puerta, ya había
alguien allí. Por supuesto, mi compañera de cuarto.
“Hola” me dijo alegre y emocionada “¡Tú debes ser Isabella¡Yo soy Alice!” me
abrazó como si fuésemos amigas de toda la vida. Alice era muy bonita, tenía
cabello negro, brillante y corto; era delgada al extremo. Era bastante más baja
que yo, pero aún así se veía llena de energía.
“Hola Alice” sonreí “Por favor llámame Bella...” dije tímidamente. Alice se rió.
“¡Dios mío! Aquí estoy abrazándote cuando seguramente estás muerta de
cansancio ¡déjame ayudarte con tus maletas!” me las quitó como si no pesaran
nada y las puso encima de mi cama, que era la más cercana a la ventana.
“Gracias Alice…”
“Lo siento… debo estar asustándote con mi entusiasmo ¡es que estaba tan feliz
por tener una compañera de cuarto¡Tengo un presentimiento de que seremos
grandes amigas!” chilló mientras me tomaba las manos con emoción.
“¡Yo también Alice! Eres la persona más simpática que he conocido en todo el día”
Reí mientras ella hacía lo mismo.
“Déjame ayudarte a desempacar” se ofreció.
“Umm… no tienes que hacerlo…debes tener algo más interesante que hacer un
domingo por la tarde”
“¡No! está bien… mi novio está en práctica de basketball… además, recuerdo mi
primer día aquí, me tomó toda una semana instalarme” dijo con una mueca. Alice
había decorado todo el lugar con posters, portarretratos… la habitación era
increíble.
“Oh… si quieres poner algo o no te gustan estas cosas siéntete libre de sacarlas…
esta habitación es tan tuya como mía… no querría que te sintieras incómoda en
ella” sonrió como pidiendo perdón.
“¡No Alice¡La habitación se ve increíble! Mejor que mi vieja habitación en casa”
sonreí divertida y ella pareció complacida.
“Bueno, desempaquemos entonces” aplaudió mientras yo abría mis maletas.
Tengo un presentimiento de que nos llevaremos bien.
Resultó que no había una cafetería en la escuela. Había distintos tipos de tiendas
y restaurantes. Era como una mini ciudad. Cuando llegamos a Hal’s vi a dos
chicos muy guapos sentados afuera esperando en una mesa. Nos llamaron y de
repente me di cuenta. Emmet y Jasper.
“¡Hey!” nos saludaron y nos sentamos en la mesa.
“¡Tú debes ser Bella!” dijo el más grande y musculoso. Tenía el cabello negro y
ondulado y bíceps que daban miedo. Aún así no era intimidante, era muy
simpático. “Yo soy Emmet” sonrió mientras estiraba su mano.
“Y yo soy Jasper” dijo el otro, sonriendo. Me estrechó la mano y le dio un pequeño
beso a Alice. Jasper era muy distinto a Emmet; tenía el cabello rubio y ojos
azules, como Rosalie.
“Somos gemelos” Rosalie explicó al ver como los estudiaba con una risa.
“Oh…” dije tímidamente. Entonces noté la similitud entre los cuatro, eran todos
increíblemente guapos. No eran como las estrellas de las películas que usan
ropas y maquillaje para enfatizar su “look”, ellos podrían usar estropajos y aún
así verse perfectos.
“¿Y qué quieren comer?” preguntó Emmet. “¡Me muero de hambre! El entrenador
nos hizo correr veinte vueltas en la práctica de hoy”
“No sé tu, pero la pizza extra grande me suena muy bien” le respondió Jasper.
Alice y Rosalie decidieron comer spaghetti y en cuanto a mí decidí pedir una pizza
personal de piña.
“Volveré enseguida con su orden” dijo la mesera mientras desparecía hacia la
cocina.
“¿Así que cómo va tu primer día?” me preguntó Emmet.
“Hasta ahora va muy bien” me encogí de hombros.
“Pues miren quien está allí” Alice gruñó mientras todos nos dábamos vuelta para
ver a un chico de cabello color bronce, con sus brazos alrededor de chicas
guapas, riendo.
Era hermoso. Era más guapo que cualquier actor o modelo que hubiese visto. Me
observó mientras pasaba y me encontré perdida en su mirada. Sus ojos eran
provocativos y hermosos, tal y como el resto de él.
“Esas chicas son unas idiotas ¿no pueden ver que está jugando con ellas?” Jasper
suspiró.
“Lo saben, simplemente quieren alardear de su noche con “Edward Cullen”…”
Rosalie dijo molesta. No me atreví a preguntar por el chico atractivo, todos se
veían obviamente frustrados de que el chico existiera.
“Aquí están sus bebidas” una diferente mesera vino con cinco bebidas y me sacó
de mi tren de pensamientos. Rosalie y Alice dijeron algo sobre un examen de la
próxima semana, yo sólo comí tranquilamente y escuché. No podía evitar pensar
en el hermoso chico que había visto hace un rato.
Capítulo dos: ¿Amigos o enemigos?
¡Beep, Beep! Suspiré ante el sonido de la alarma la mañana siguiente, traté de
ignorarlo.
“¿Bella?” Alice estaba tirando de mis sabanas.
Bostecé, “Está bien, estoy despierta” dije somnolienta y me dirigí al baño. Me
lavé los dientes y fui hacia el clóset para ver qué usar. Decidí usar mis jeans Levis
y mi polerón con gorro American Eagle que mi mamá me había comprado antes
de venir a California. No soy una fan de grandes marcas, pero mi mamá eliminó
toda mi ropa antigua porque quería renovar mi clóset antes de que viniera.
Comparamos nuestros horarios y resultó que no tenía ninguna clase con los
Cullens, nada.
“Dios ¿qué está mal con esta escuela?” Dijo Alice frustrada.
“Oh bueno, por lo menos todavía puedo verte después de clases y en el
almuerzo” traté de animarla.
“Sí… tienes razón, deberíamos irnos” dijo decepcionada.
Alice caminó conmigo dándome un pequeño tour del campus. Pasamos por la
piscina, el campo de basketball y un letrero que decía “Callejón de Bowling –
GIRE A LA DERECHA” ¿Es en serio esto una escuela? Alice y yo tomamos un
sándwich y un jugo de naranja para comer en el camino porque estábamos algo
atrasadas.
“Te encaminaría a tu clase pero la mía está hacia allá y voy a llegar tarde…” me
dijo pidiéndome disculpas.
“No te preocupes, la podré encontrar… Gracias Alice” Sonreí.
“¡Te guardaré un asiento en el almuerzo!” me dijo y se fue corriendo. Realmente
espero no meterla en problemas. Empujé la puerta del edificio y busqué mi
primera clase, Matemáticas. En mi camino a clase vi al chico guapo de ayer
besándose con otra chica. Tenía sus manos en la cintura de la chica mientras ella
tenía las suyas alrededor del cuello de él. Sólo verlos me hizo sentir enferma ¿No
pueden hacerlo en un clóset?
Emmet tenía razón. Biología era aburrida. El Sr. González pasó toda la hora
hablando de teoría celular. Esa no era la peor parte, Lauren Mallory estaba en la
clase también. Cuando entré, casi quedo boquiabierta porque parecía como que
fuera a morderme. Afortunadamente se sentó en una de las mesas del frente
mientras yo me senté atrás, como siempre. El asiento al lado mío estaba vacío,
pero se ocuparía mañana porque el estudiante se encontraba ausente hoy. Al
menos eso es lo que el profesor me dijo.
Cuando la clase terminó, escuché un gran ruido sordo en mi mesa. Era una
huesuda y pálida mano con largas uñas rojas la que hizo el ruido. Ni siquiera
necesité mirar arriba para saber quien era la dueña de la mano.
“Lauren” la saludé fríamente.
“Eres increíble Swan. Te dije que no te metieras conmigo hoy en gimnasia ¿no?”
me gruñó.
“¿De qué demonios hablas?”
“Oh, no actúes inocente conmigo… Eres inteligente, te daré eso. Si crees que
adular a su familia te da una ventaja, estás equivocada” rugió.
“¡¿Qué?!”
“Jessica me dijo que estuviste coqueteando con Edward en el cuarto periodo,
zorra. Déjame decirte algo, más te vale que te alejes de él. Él es mío ¿me
escuchas¡Él es mío! Éste es sólo tu primer día y ya te estás enamorando de
Edward Cullen” me soltó enojada y luego se burló.
Me reí secamente “Primero que todo, no tenía la menor idea de que Alice estaba
relacionada a él, me acabo de enterar hace media hora. Segundo, no estaba
coqueteando con él, él fue el quien se acercó a mí. Y tercero¡NO ME ESTOY
ENAMORANDO DE EDWARD CULLEN!” le solté feroz y fuertemente, mientras
toda la sala se llenaba de caras de asombro. Pensaría que no tienen nada mejor
que hacer que ver una pelea entre chicas.
“Simplemente mantente lejos de él. Si alguna vez te veo hablándole, las pagarás
¡Desearás nunca haber nacido!” me gritó.
“Tengo mejores cosas que hacer que escuchar tu estúpido y pequeño enojo. Si
me disculpas, tengo una clase a la que asistir” Me dirigí hacia la puerta
dramáticamente, dejando a Lauren con los ojos completamente abiertos.
“La chica nueva es interesante” escuché que un chico le decía a su amigo
mientras pasaba.
“No… ¡está buenísima!” su amigo le contestó.
“Zorra” murmuré para mis adentros. Eso es lo que Lauren era, un total dolor en
el trasero. Fue entonces cuando escuché un gran grito desde la sala de Biología.
“¡Gah, Swan!”
Capítulo cinco: ¡Idiota!
Por suerte no tenía clases con las intocables. Algunos chicos se me acercaron y
algunos de ellos incluso me invitaron a salir, pero los rechacé educadamente. No
me había dado cuenta de lo somnolienta que estaba hasta que llegué a los
dormitorios. Tomé una corta siesta y cuando desperté eran las 4:30.
Decidí ir a trotar alrededor del campus, era mejor que estar sentada sola en los
dormitorios con ninguna tarea que hacer. Me puse una polera y unos pantalones
de gimnasia, me tomé el cabello en una coleta y salí de los dormitorios. Alice no
había vuelto, supuse que estaba haciendo algo con Jasper ya que la práctica
había sido cancelada.
Pasé por la cancha de basketball y vi a bastantes chicos jugando entre sí, quería
jugar… pero luego me recordé que ya había causado mucho drama por un día.
“Hey…” trotando al lado mío vi a Edward Cullen con unos shorts negros y una
polera roja que resaltaba sus músculos. Se veía increíblemente guapo.Bella ¡para
maldición!
“Hola”
“¿Qué estás haciendo?” preguntó divertido.
“Por lo que parece, diría que estoy trotando” respondí sarcásticamente. Me dio
una mirada…
“¡¿Qué?!”
“Nada, es que simplemente no había visto chicas trotando por el campus”
“Huh” murmuré.
“¿Te importa si troto contigo?” preguntó educadamente.
“Como gustes” me encogí de hombros y el soltó una risa ahogada.
Muchas personas nos vieron o nos tiraron miradas asesinas mientras
pasábamos. Creo que pueden adivinar cual de las dos estaban haciendo las
chicas.
“¡Edward!” una chica linda con largo cabello rubio se acercó a él y lo abrazó.
“¿Un minuto por favor?” sonrió pidiendo perdón.
“Claro, esperaré allí…” puse mis ojos en blanco.
Seguí trotando, paré cuando estuve a unos metros de ellos y me incliné para
recobrar mi aliento. Desafortunadamente todavía los podía oír. Esto iba a ser
interesante.
“Hola Brianna ¿qué pasa?”
“Umm, es Breesa” la chica murmuró. Tosí para esconder mi risa. Qué patético. Ni
siquiera recordaba su nombre.
“Claro, lo siento” Edward frunció el ceño.
“En fin, me estaba preguntando…” dijo coquetamente mientras ponía sus brazos
alrededor de él “quizás… ¿quisieras ir al cine esta noche?”
“Sí, claro…”
“Genial ¿me recoges a las seis?” preguntó sonriendo ampliamente.
“Claro” Edward asintió con la cabeza y la chica le dio un beso en la mejilla.
“¡Nos vemos!” se despidió.
Se reunió conmigo con una gigante sonrisa “Gracias por esperar… perdón por lo
que acaba de pasar” dijo otra vez disculpándose.
“No hay problema” dije con una mueca de dolor fingida.
“¿Qué es tan divertido?” Preguntó curioso.
“Nada, en serio nada” dije sonriendo con suficiencia. Me miró sospechosamente
mientras yo sonreía tímidamente. Se rindió.
“¿Continuamos?” me dio su sonrisa torcida.
Me burlé “¿Estás bromeando? Eso fue sólo un calentamiento Cullen”
“Creo que te subestimé, Swan” me bromeó. Puse mis ojos en blanco.
La mañana siguiente fue mejor y peor. Estaba algo nerviosa antes de entrar al
cuarto periodo. Sabía perfectamente por qué. Porque lo tenía con él. Me
preguntaba porque estaba actuando así, no había hecho nada malo.
Cuando entré a Literatura era una vez más una de las primeras allí. Traté de
poner atención a las notas que había tomado ayer, pero mis pensamientos no
podían evitar preguntar por él. Odiaba eso. Me dije a mí misma que era sólo uno
de esos chicos que no les importaba nada acerca de los demás, sólo su ego y
orgullo.
Entró en el salón cuando el timbre sonó y tomó su asiento habitual al frente de la
clase. No me miró en ningún momento, se sentó calladamente y se apoyó en el
respaldo de la silla.
La profesora empezó la clase. No me podía concentrar, eso era extraño.
Usualmente era de las estudiantes que ponen atención a los profesores.
“Callado el día de hoy, Sr. Cullen” la sonrió con suficiencia. Me estremecí y
levanté mi cabeza para ver lo que estaba haciendo.
La ignoró y posó su mirada en su libro. ¿Estaba actuando así por mi culpa, o era
algo más? Quizás esa chica Chelsea lo dejó plantado… resoplé ante esto. Como si
eso fuera a pasar, nadie en esta academia dejaría plantado a “Edward Cullen”.
Estoy segura de que trataría de llegar a su cita aunque estuviera en su lecho de
muerte.
“¿Srta. Gray?”
“Umm… ¿los sonetos?” dijo una chica de cabello negro azabache.
“¡Correcto! Mañana tengo una sorpresa planeada para cada uno de ustedes”
sonrió ampliamente y nosotros gruñimos.
“¡No me den esa mirada pesimista” lo AMARÁN” chilló. Justo entonces el timbre
sonó y todos salimos corriendo hacia la puerta. Edward fue el primero en
precipitarse a la puerta; se apresuró sin siquiera ver a nadie.
“¿Qué le pasa a Cullen?” dijo un chico que Edward empujó accidentalmente.
“No lo sé ¿Por qué me preguntas a mí? respondió el otro chico, ambos curiosos.
Suspiré. Quizás sí tenía algo que ver con este extraño comportamiento. No
debería molestarme… digo, no he hecho nada malo.
Cuando me dirigí a almorzar, no sabía si debía sentarme con los Cullen y Los
Hale. Todos eran muy simpáticos, pero no quería que pensaran que los estaba
forzando a estar conmigo.
“¡Hey Bella!” Rosalie y Emmet me empezaron a llamar con unas sonrisas
gigantes y me invitaron a ir a su mesa, que estaba en frente de “Juicy Fruity” una
tienda de smoothies. Supongo que no estaban cansados de mí todavía.
“Hola chicos ¿dónde están Alice y Jasper?”
“Jasper está buscando su almuerzo y Alice el postre” Rosalie dijo como si fuera
obvio. Me dijo que me sentara al lado de ella y me preguntó acerca de mis clases.
Antes de que siquiera tuviera la oportunidad de empezar Alice me interrumpió.
“¡He vuelto! Admítanlo, les he salvado la vida, miren toda la comida que he
traído” dijo Alice, orgullosa y entusiasmada mientras se sentaba a mi lado.
Emmet puso los ojos en blanco.
“Quizás la próxima vez deberíamos tomar dos mesas en vez de una… por las
compras de Alice, no hay manera de que nuestros almuerzos alcancen en sólo
una mesa pequeñita” Emmet bromeó mientras Alice le sacaba la lengua.
“Bueno ¡a comer!” todos sacaron algo de la bolsa mientras yo sólo me sentaba
ahí, dudando.
“¡Vamos Bella! Saca lo que quieras” Alice me animó.
“Alice… realmente me siento mal por todo esto” me mordí el labio mientras todos
me miraban con ojos curiosos.
“¿A qué te refieres Bella?”
“Ya me has comprado la cena anoche…no se siente bien que pagues por mi
almuerzo de nuevo” dije algo avergonzada.
“Oh Bella” Alice sonrió y me dio un abrazo. “No te preocupes por eso tonta, eres
mi amiga ¡una de las mejores!” estaba tan emocionada por sus palabras. Sólo la
conozco hace dos días y ya me estaba tratando como si fuera una de sus amigas
de toda la vida.
“Gracias Alice. Eso significa mucho ¿Por qué no los invito yo a todos mañana? Me
sentiré algo mejor” supliqué.
“Ahh… gracias por la oferta… pero... no, gracias” se rió oscuramente.
“Claramente no la conoces bastante bien” Jasper murmuró mientras Emmet
escondía una risa. Alice puso los ojos en blanco.
“Oh ¿Qué pasó hoy en Literatura? Tienes esa clase con Edward ¿no?” me
preguntó como si acabase de acordarse de algo importante. Gruñí.
“No pasó nada. No nos hablamos ni nos miramos…” murmuré. Alice me dijo que
me diera vuelta. Lo hice y vi a Edward sentado con sus amigos sólo a unos metros
de nosotros. No estaba siendo como siempre, estaba sentado comiendo tranquila
y calladamente, sin bromear o reírse con sus amigos. Unas pocas chicas se le
acercaron, una rubia puso sus brazos alrededor de él y le susurró algo en los
oídos. Le dio una media sonrisa y entonces, de repente, toda la furia volvió a mí.
“¿Por qué te importaría, estás celosa?” su voz aterciopelada de anoche volvió a
mi mente mientras le gritaba de vuelta, diciéndole que se callara. No estaba
celosa. Simplemente estaba enojada con él por ser un imbécil con las chicas.
“Emmet ¿te importaría decirle a ese hermano tuyo que mantenga a su fan club en
orden? Algunas de esas chicas me rodearon esta mañana antes de ir a clase y me
pidieron su número” Rosalie dijo disgustada.
“Claro bebé, haré eso” Emmet se rió tan fuerte que Edward miró en nuestra
dirección. Nuestros ojos se encontraron por un segundo y entonces retiramos la
mirada inmediatamente. Emmet, Jasper, Rosalie y Alice se rieron
ahogadamente.
“Bueno, eso fue interesante…” Alice le dijo a Rosalie con una sonrisa.
Capítulo siete: ¿Compañero de laboratorio? ¡Dios no!
¡Demonios, iba a tarde a Biología! Entré unos segundos después de la campana,
todos ya estaban sentados. No fue técnicamente mi culpa, simplemente
perdimos el sentido del tiempo durante el almuerzo.
“Gracias por unirse Isabella” dijo el profesor en un tono aburrido, obviamente
sarcástico cuando entré en el salón.
“Lo siento” estaba un poco avergonzada…
“Perdedora” Lauren murmuró debajo de su aliento con una sonrisa maléfica.
Gruñí.
Fui rápidamente a mi asiento, encontrando el que estaba al lado mío ocupado.
Esto ha de ser una broma…
“¿Por… por qué… por qué… te estás… sentando aquí?” tartamudeé, sorprendida.
“Es el asiento que me asignaron” Edward respondió fríamente, como si no me
diera cuenta de lo obvio. Entonces lo noté. Estaba ausente ayer porque se metió
en problemas con el director. Él era el chico ausente. No me di cuenta de lo obvio.
“No… no… no” me reí nerviosamente “esto no puede ser cierto porque a mí me
asignaron sentarmeaquí ayer” dije apuntando el asiento al lado de él. En su
rostro apareció una expresión de terror.
“¿Hay algún problema?” el profesor ahora estaba frustrado y molesto.
“Sí… ¿puedo sentarme allá?” apunté a la mesa vacía detrás de él.
“No, me temo que no. Le asigné sentarse al lado de Edward, no allá” dijo
tercamente ¿estaba destinado a hacer mi vida miserable?
“¿Por qué me tengo que sentar al lado de Cullen?” de todos los asientos libres en
las otras mesas. Mi voz sonó chillona, cuando había intentado que sonara fuete y
demandante.
“Porque ustedes dos son los únicos sin un compañero de laboratorio” Genial
¿Cómo me voy a salir de ésta? Piensa rápido Bella, tu vida depende de esto.
“Bueno ¿puedo ser compañera de otra persona?” ¿No puede sentir el tono de
desesperación? Podía ver a algunas chicas viéndome como si estuviera loca.
Seguramente estaban muriéndosepor ser las compañeras de Edward.
“Estaría encantada de cambiar con ella” Lauren se ofreció con una sonrisa
gigante. Terrorífico.Tiré una rápida mirada a su compañero, un chico con
frenillos, problemas de acné, de estructura gruesa y con lentes. Me saludó con la
mano y me dio una sonrisa algo avergonzado… y luego estornudó ruidosamente.
Oh dios… eso era asqueroso.
El Sr. González la ignoró “Srta. Swan, no aprecio que haya llegado tarde y que
interrumpa mi clase, se sentará donde le fue asignado, punto¿está claro?”
“Sí señor” suspiré, derrotada. No era la única decepcionada. Lauren no estaba
complacida, dio un largo “Humph”.
Obligada tiré mis libros en la mesa y moví mi silla lo más lejos que pude de él, él
hizo lo mismo. Sé que suena algo infantil, pero no lo pude evitar.
“Ustedes dos están actuando como si tuvieran dos años. Por favor compórtense
para poder continuar con mi clase” sacudió su cabeza, resignado. No nos
movimos ni una pulgada, murmuramos un “bueno” en unísono. El profesor
continuó con su clase, algo de genética. Podía sentirme haciendo puchero.
“Mira, no estoy exactamente emocionado por esto, pero no hay nada que
podamos hacer desafortunadamente, así que ¿la solución?, venimos a clase, nos
sentamos, cuando suene la campana, nos vamos. Una clase… no es gran
problema ¿está bien?” dijo bajo su aliento, lo suficientemente fuerte para que yo
lo escuchara y no el profesor. Podía darme cuenta que no estaba feliz con este
arreglo, pero de nuevo¿quién lo estaría?
Asentí con mi cabeza, tenía razón… una clase, podía soportarlo.
“¡Alice, Rosalie, han vuelto temprano!” las vi acostadas en el sillón leyendo unas
revistas de moda cuando entré.
“¡Oh, hola Bella!” tiraron sus revistas en la mesa y me dejaron espacio en el
sillón.
“Me encontré con Jasper y Emmet hace un rato… querían que les dijera que
estarán en la práctica”
“¡Dios! el entrenador siempre hace al equipo practicar, no deja que ninguno falte,
excepto al capitán” dijo Rosalie agregándole un tono sarcástico a la última
palabra.
“¿Tiene permiso especial?” suspiré, ya sabía la respuesta.
“Sí” Alice puso los ojos en blanco “Si crees que eso es todo, estás TAN
equivocada. Él también tiene una habitación propia para él solo, y demonios, ni
siquiera es un senior. Pero no… “nuestro capitán” necesita su espacio para
planear su plan maestro” Alice citó al entrenador y sacudió su cabeza con
disgusto. Era tan difícil pensar que Alice y Edward fueran parientes.
“No entiendo al hombre. Casi todos los profesores de esta academia odian a
Edward, en especial Florence…” Rosalie rió ahogadamente mientras yo sonreía
“pero por alguna razón, a ese hombre le agrada Edward, sólo porque es el mejor
jugador del equipo” Rosalie puso los ojos en blanco.
“Probablemente le pegaron en la cabeza con una pelota de basketball” murmuré
más para mí misma.
“Definitivamente” Alice respondió riéndose.
“Hablando del capitán, no creerán mi suerte” suspiré cuando la realidad volvió.
“¿Huh?” dijeron en unísono.
“Adivinen quien es mi compañero de laboratorio” fingí entusiasmo.
“¡Estás bromeando! No puede ser¿Edward?” Alice sonrió de oreja a oreja
encontrándolo divertido.
“Lo sé¿cuánta suerte tengo?” dije sarcásticamente. Las chicas lo encontraron
divertidísimo. Les dije lo que el Sr. González dijo y me vieron desahogarme. Era
tan extraño… sólo las conocía desde hace dos días y podía decirles todo como si
supiera que estarían allí para mí. Estoy muy agradecida por haberlas conocido.
“Simplemente ten la esperanza de que no tendrás que hacer proyectos con él…”
Rosalie dijo poniendo sus ojos en blanco.
“Pero conociendo a González, no creo que eso sea posible” Alice tragó saliva
nerviosa.
“Eso es lo que me temía…” murmuré.
Capítulo ocho: Minifaldas y maquillaje
“¿Estás... ocupada esta noche?” Sonrió cuando dio un paso hacia delante.
“Estaba pensando que... quizás podríamos hacer algo juntos” Edward movió sus
labios seductoramente.
“Los deberes pueden esperar ¿no crees?” Se inclinó hacia mí y pude sentir su
respiración en mi cara; me entraron escalofríos por todo el cuerpo.
“¡Bella! ¡Despierta! ¡Son las siete y cuarto de la mañana y vamos a llegar tarde...
Otra vez!” Alice me sacudió por los hombros. La miré, pasmada; ¡Todo había sido
un SUEÑO! ¿He soñado con... Edward Cullen? ¡Pero qué te pasa!, piensas en él y
ahora ¿sueñas con él?¿qué te está pasando?
Moví la cabeza con fuerza, intentando olvidar todo sobre Edward Cullen hoy. ¡Mi
pelo era un desastre! Cogí mi peine del cajón y cepillé las partes enredadas.
Cuando salí del cuarto de baño me encontré un conjunto de ropa sobre la cama.
“¡Ey! ¡Buscando por tu armario encontré una camiseta monísima marrón que
hace juego con una de tus faldas! ¡Póntelo Bella, vas a estar realmente guapa!”
Alice sonrió, sus ojos brillaban con un eco de esperanza. Dudé. Normalmente no
llevaba faldas a clase... pero ¿Por qué no? Nadie sabe eso aquí e incluso, quizás
disfrutaría llevándolas.
“¡Bien! ¡Hazme caso Bella, puedes confiar en mí en esto!” Chilló y entro al baño.
Me cambié rápidamente, “¡Te esperaré fuera Al!”
“¡Vale!”
Andamos hasta el ascensor, se estaba cerrando por lo que tuvimos que correr.
“Ah... hem” Tosió Jessica y Lauren por fin nos vio. Levantó su cabeza y nos dirigió
una sonrisa falsa.
“¿Intentando parecer guapa, Swan? Porque tú sabes que las minifaldas no son
muy de ti” dijo con una enfermiza voz dulce.
“Tú estás celosa Lauren, porque ella parece más hermosa que tú” Alice soltó,
satisfecha de su respuesta.
“¡Pagareis por esto! ¡Zorras!” Lauren gritó desde el final de la sala, Alice y yo nos
sonreímos mutuamente. Los otros chicos nos miraban curiosos, continuamos
muy orgullosas de nosotras.
Lauren entró.
“Oh, ¿Qué ha ocurrido? ¿Quién en su sano juicio ha podido hacer esto?” Jadeó y
rió “Qué mal…ahora no podrás ponerte una camiseta…puedes pedirme una
prestada, ¿no estás agradecida de que te la deje?” Sonrió y saco de su taquilla
una alfombra, y digo alfombra porque era lo que parecía, aunque era una
camiseta de al menos talla XL, marrón, vieja y gastada, no es que estuviera en
mejor forma que la mía.
“Lo que puedes ponerte es…o esta,” sonrió “ o aquella.” Señaló mi antigua
camiseta.
“Umm… perdona, ¿Bella?” una voz tímida golpeó mi hombro. La chica tenía un
pelo marrón y largo. Ella parecía nerviosa de lo que iba a decir.
“Hola…” Nunca había oído su nombre ni había hablado con ella. Era una de esas
chicas que se reservaban para ellas.
“Tengo una camiseta de más, por si tú necesitas una,” dijo calladamente. Sonreí.
“Ángela” Dijo.
“¡Swan!”
“¡Aquí!”
“Contactos, Lauren” Caminé hasta el la canasta, ella soltó cuando me giré “¡Éste
no es el final! ¿Me has oído? ¡No es el final!” Rodé mis ojos. Lauren...
El juego terminó, ganando nuestro equipo, y por supuesto, yo era la única chica,
otra vez.
“Dejad de parecer niños pequeños y empezad” La profesora dijo con una enorme
sonrisa en la cara.
¿Primera obra de William Shakespeare? Bien... ¡yo sé esta! ¡Enrique VI, primera
parte! Escribí en el papel...Miré a los demás chicos de la clase. Todos fruncían los
ceños, excepto los empollones que realmente disfrutaban de aquello. Jessica
Stanley hacía mohines y decía cosas tan bajas que no llegaba a oír.
La clase era un rollo, al menos lo que duró el examen. “Está bien chicos,
¡levanten las cabezas por favor!” Anunció la profesora.
La mayoría de nosotros hizo lo que nos ordenó, excepto Edward, bufé, ¿Es
demasiado bueno para recibir instrucciones?
“Señor Cullen” Siguió la señora Caughman.
“He elegido la perfecta obra para nosotros, ¡Romeo y Julieta!, ¡la mejor historia
de amor de todos los tiempos!” La profesora nos dijo emocionada.
“¿Qué? ¡No!” Los chicos agitaban sus cabezas rápidamente mientras algunas
chicas los miraban entretenidas.
“Yo seré Julieta si Edward es Romeo” Una chica rubia movió sus labios. Sus
amigas sonrieron y miraban en la dirección de Edward quien tenía una expresión
de indiferencia.
“¡Oh! Vosotros no seréis la única clase que os presentareis a hacer esta obra,
tendré audiciones de todas las clases que tenga y yo elegiré los mejores para
todos los personajes, así que, ¡Comienza la competición! ¡Buena suerte a todos!”
La señora Caughman añadió cuando las chicas estaban hablando entre ellas
sobre quién haría los papeles importantes.
“Leeréis unas líneas que os daré mañana y yo elegiré los personajes...” Sonrió.
“Ooops” Dijo, una sonrisa malvada apareció en su rostro e hice como si nada
hubiera ocurrido. Ya se la devolvería más tarde. Me senté al lado de Edward y me
lo encontré mirando pasmado a través de la ventana. ¿Algo para evitar el
contacto visual conmigo eh? El resto de día pasó y no hablé con Edward, estaba
bien de que así fuera.
“¡Allí estaré!”
“¡Bien! Yo sabía que te gustaba el baloncesto, y un poco de espíritu deportivo no
te vendrá mal, ¡dame las gracias luego! ¡Nos vemos!”
En realidad es muy considerada, tenía mucho tiempo libre antes del partido por
lo que me decidí a leer el libro de texto de biología para hacerme olvidar todo lo
que había perdido por ÉL.
“Ahh, ¡no hace falta que lo hagáis todo!” dije cuando ella rió.
“Gracias Rose”
“¡Ey...!”
“Lo sé... No vine por ella,” dijo con voz aterciopelada, pareciendo bastante
nervioso cuando se despegó de la pared. Lo miré, y me encontré perdida en sus
ojos verde esmeralda. ¿Estaban llenos de dolor, tristeza, arrepentimiento?
“Tenías razón...Soy un idiota, o lo que sea que me quieras llamar. Estuvo mal
mentir y quitarme a esa chica de encima...Me he dado cuenta que he sido
egoísta, y completamente injusto. Intentaré comportarme mejor ahora. Siento
no haberme dado cuenta antes, siento ser el más idiota de la Tierra...” inspiró
hondo después de su largo discurso y terminó con un susurro, la más sincera
disculpa...“Lo siento...”
“Por supuesto” Alice saltó. Vi a Lauren, Jessica y a Kelsey, a lo lejos con el resto
de “Seguidoras Lauren” animando escandalosamente con falsas sonrisas en sus
caras. Llevaban puesto lo que todas las animadoras llevan, mini faldas,
camisetas ajustadas y tennis, solamente sus faldas eran más cortas que las que
se ven en la televisión. Putas.
“Dímelo a mi…” Alice afirmó cuando hice un ruido gracioso. Miré alrededor y leí
las pancartas en un intento de olvidar a las fastidiosas animadoras.
Algunas rubias llevaban sus camisetas, seis de ellas, llevaban, cada una, una
letra de su nombre, enseñando sus espaldas para que él lo pudiera ver.
“¡Edward mira aquí!” gritaron y siguieron enseñando su nombre una vez más,
Alice, Rose y yo no pudimos evitar reírnos al ver tal estúpida acción.
“¿Qué es esto?¿Su Pep Rally?” Reí cuando Rosalie se dio cuenta del significado
de mis palabras.
“Lo sé...Desearía que terminaran ganando el partido ya...” Ella dijo alegremente.
“¿Ves lo que quería decir con que él es el rey del colegio?” Alice me miró.
“Lo sé ahora...”
“¡Beep!” El resultado era 0-0, el otro equipo andaba por el gimnasio, con sonrisas
de satisfacción. Edward asintió al entrenador y se unió al resto de sus
compañeros. Ambos equipos se apiñaron en diferentes círculos, y la grada se
calló en los minutos así.
“Nosotros vamos a ganar la copa este año Cullen” el otro capitán dijo
socarronamente.
“Estáte atento, crío” Amenazó, enseñando sus dientes. Pasase lo que pasase,
aunque el otro parecía temible, Edward ni siquiera retrocedió.
“Tú también... abejorro” Edward empezó a reírse cuando todas nosotras también
reíamos. El chico grande estaba furioso, dio un paso adelante con intención de
darle un puñetazo a Edward, pero su entrenador lo paró.
“¡Beep!” Con eso, el partido comenzó, el balón tenía que ser lanzado, para dar
comienzo. Jasper caminó hacia el centro del campo, representando a los
Bulldogs, y el otro equipo mandó a uno voluminoso, de pelo negro.
El árbitro lanzó el balón hacia arriba y Jasper saltó a por ella... ¡Sí! ¡Lo hizo! Pasó
el balón a Mitchell, que fue a la canasta, ¡Mierda! Uno del otro equipo le quitó la
bola pero...¡No importa! Edward recuperó el balón y tiró desde la línea de tres
puntos...
“¡Tres puntos! ¡Buen trabajo Edward!” Rosalie gritó con una gran sonrisa, yo
choqué los cinco con Alice que se la veía muy emocionada.
Nuestro equipo seguía encestando, pero el otro equipo también, aunque ellos
iban por detrás de nosotros siempre. Emmett jugaba en el centro, por ser el más
grande del equipo, por lo que los jugadores más bajos del otro equipo se sentían
intimidados cuando le pasaban el balón.
Tengo que admitirlo, Edward es un gran jugador. La manera en que salta y tira es
realmente impresionante. Parece un gato en el campo, rápido y veloz. Adiviné
que su reputación como mejor jugador del colegio no era mentira...era incluso el
capitán. Hizo muchos triples desde detrás de la línea, y sus movimientos eran
perfectos, él nunca perdía, sabía cómo aterrizaría el balón en la red. Él jugó tanto
como de defensa, como tirando a canasta incluso sin cansarse. Parecía que
estaba en perfecto estado. Todos lo animábamos, y sí, Alice, Rose y yo, también.
Emmett y Jasper eran realmente buenos también; Emmett era genial en defensa,
y Jasper lo era robando la posesión del balón. Al siguiente tiempo, que yo miré a
la pantalla ellos estaban a 25 puntos por encima. A Las Abejas no les gustaba
mucho aquello, parecían enfadados.
Emmett estaba corriendo guiando la pelota, pero estaba demasiado cerrado para
encanastar.
“Emmett, deja que tiren los lanzamientos libres, no los necesitamos” Edward
puso la mano en el hombro de su hermano.
“Pero...”
“Sí, tienes razón” finalizó Emmett pero miró al chico con una mirada asesina de
todas maneras.
Había muy poca gente saliendo del gimnasio cuando dejé atrás los vestuarios. Mi
corazón aún latía desbocadamente y estaba segura de que mi cara seguía de un
color rojizo. Las chicas estaban preparadas para emboscarme cuando entré en mi
habitación.
“¿Dónde fuiste?” Alice me dio una sonrisa radiante cuando Rosalie me miraba,
impaciente.
“¡Vamos Bella! Cuéntanoslo todo” Dijo con los ojos completamente abiertos.
Estaba un poco incómoda ante tanta atención, pero entonces me recordé a mí
misma que solo eran Rosalie y Alice. Respiré profundamente sabiendo que
aquello me tomaría tiempo.
“¿Él se disculpó?” Preguntó Alice, con los ojos más abiertos que nunca. Asentí
lentamente.
“¡Demonios, bien!” Esas fueron las dos primeras palabras que Alice y Rosalie
soltaron al unísono. Las miré, preguntándome por sus reacciones.
“Le dijimos infinidad de veces que estaba equivocado, pero nada, nunca nos
escuchaba, ¡No creí que no nos escuchara! y ¡tú eres su hermana!, cuando Bella
le gritó, de repente, ¿se disculpa? Tu hermano babea Alice” La cara de Rosalie se
arrugó.
“Nada... Por eso fui al vestuario de chicos después del partido; pensé que debería
haber dicho algo... Estaba allí... y hablamos...” Me encogí de hombros, deseando
que no les diera la menor importancia.
“Lo sé...”
“Le dije que no debería haberle llamado de esa forma... quiero decir, que apenas
lo conozco y ya le estoy gritando; pensé que se lo merecía, ¿Cómo pasó? Bien, al
menos no terminamos peleándonos, sin golpes si es lo que te estás preguntando”
Sonreí.
“¿Lo perdonaste?” Preguntó Rosalie suavemente.
“Por supuesto que no, lo hizo mal, y lo volverá a hacer. Pero le he dado una
pequeña tregua, viendo si es capaz de abandonar su ego y disculparse. Después
del partido, Lauren se abalanzó sobre él, y ¿adivinen qué? La apartó, ¡Deberíais
haber visto su cara! ¿Lo visteis? Al menos, lo está intentando...” pregunté cuando
negaron con la cabeza, pero felices de que Lauren haya sido rechazada. Me
sonrojé al ser la única que lo había visto.
El resto del día pasó rápido. Me encontré con mis amigos en el almuerzo, y
hablamos de la obra.
“¡Deberías haber visto la cara de Lauren cuando vio que actuaba como la madre
de Edward!” Jasper y Emmett chocaron los cinco. Ellos estuvieron al lado de ella
cuando miró las listas y chilló.
“¡Oh Dios mío! Si ella flirtea en escena con él, ¡Saldrá súper mal!” Rose exclamó,
trayéndonos otra vez una bandada de risas.
Los anuncios comenzaron y nos interrumpieron,
“¡Atención a todos los alumnos que participen en la obra de Romeo y Julieta este
año! Mañana después de las clases, ¡habrá un ensayo en el auditorio! ¡Todo el
casting será esperado allí! Empezaremos inmediatamente después del colegio,
¡así que no os entretengáis por el campus! ¡A la señora Caughman le gustaría que
todos participarais en la primera escena para memorizar todas vuestras frases
para los primeros cinco actos esta noche!”
“¡Tío! Tiene que perderse el entrenamiento, ¿otra vez? ¿Y por una razón en esta
vez?” Emmett señaló con su dedo miserablemente.
“No lo envidiaría. Quiero decir, tiene que tratar con todo su club de fans de
chicas…” me reí entre dientes, animándolo.
“Sí… es verdad” Emmett y Jasper suspiraron.
Los de último curso tienen un examen que preparar para mañana, así que tienen
que trabajar duro esta noche. Revisé mis e-mails en mi portátil mientras Alice
leía sus revistas de ropa. Había uno de mi madre,
Hola cariño,
¿Cómo van las cosas? ¿Te gusta el campus? ¿Los profesores? ¿Los chicos?
¿Alguno se ha metido contigo? Juro por Dios…
Los padres de Phil vinieron de visita, y tuve una oportunidad de conocer a mi
pequeño sobrino, Frankie, ¡que sólo tiene 2 añitos! ¡Es adorable! ¡Espero
escucharte pronto! ¡Llámame si necesitas algo!
P.D. ¿Sales con alguien?
Muchos besos y abrazos, Mamá.
Rodé los ojos. Mi madre estaba preocupada. Está muy abierta a mis relaciones
con los demás. No me daba la típica charla sobre chicos, por eso siempre hablaba
con ella sobre ese tipo de cosas cuando vivía con ella. Era más que mi madre, ella
era mi mejor amiga.
Mamá, ¡Respira!
Estoy bien, perfecta de hecho. He hecho muy buenos amigos. Mi compañera de
cuarto, Alice, es una chica realmente dulce. Así que su amiga, Rosalie, vive al
lado. Quedamos todos los días, y por supuesto, con sus novios, Jasper y Emmett,
los cuales son muy agradables. Vamos a hacer una obra, Romeo y Julieta. Estoy
en ella, desafortunadamente. El insti es genial, los chicos son amables también.
Y no. ¡NO TENGO NOVIO!
Con amor, Bella.
Después de contestar a mi madre, tuve que memorizar mis frases para la obra.
Gracias a Dios yo ya me había leído la obra unas veinte veces, así que no sería
tan duro. Alice y yo pedimos comida china para cenar, y no me di cuenta cómo de
hambrienta estaba. Alice tuvo que hacer su ensayo para clase de Historia, así que
estuvo ocupada también. Eso era bueno; no iba a ser mucha compañía desde que
tenía que estudiar.
Vi a Edward en Lengua la siguiente mañana. Nos saludamos mutuamente con un
‘hola’, probablemente recordándonos a nosotros mismos comportarnos hoy. El
almuerzo fue divertidísimo; ¡Emmett y Jasper tuvieron una mini lucha de comida!
Sin embargo, no duró mucho desde que Emmett accidentalmente tiró un trozo de
pan a la camiseta de Rosalie, que él pensaba tirar a Jasper. Rose estaba
enfadada; Emmett estalló en disculpas; pensando en maneras de que le
perdonara.
Él no estaba allí para Biología. Para mi desgracia, perdí mi concentración,
preguntándome qué estaba haciendo. ¿Se fue? ¿O está metido en algún lío?
Sacudí la cabeza, ¿Por qué me importaría a mí? No me importaba que no
estuviera allí. No debería preocuparme. Me guardé de decirme aquello, hubiera
sido de ayuda si escuchara la clase.
Después del colegio, me dirigí hacia el auditorio como la profesora nos dijo.
¿Estaba intentando ser una buena chica, o simplemente quería una excusa para
ver si él estaba ahí? La primera, sin duda.
Sorprendentemente, él estaba ahí. Me saludó con la mano, y sin pensar, caminé
hacia él y le solté “¿Dónde estabas?” le urgí, debí haber sonado desesperada.
“¿Estamos ansiosos?” se rió para sí.
“En tus sueños…” puse los ojos en blanco “Bueno, déjame adivinar, ¿Oficina
principal?” alcé las cejas.
Suspiró derrotado “Sí… Pero” se pausó y puso las manos en el aire, pareciendo
totalemente inocente “No fue mi culpa. Algunas chicas se enfadaron porque no
eran Julieta y pintaron ‘Odio a la señora Caughman’ en las paredes… ¡El hombre
mayor me culpó a mí!” Caramba, me pregunto por qué… me reí divertida.
A estas alturas, había montones de chicas entrando al auditorio. Tuve un fuerte
presentimiento de que estaban allí para ver a Edward.
“¿No deberías saludar a tu club de fans?” bromeé con él cuando sonrió.
“Qué graciosa, Bella…”
“¡Ah! ¿Qué es todo eso? Vosotras chicas no formáis parte de la obra” La señora
Caughman ahogó un grito cuando entró en el escenario.
“¡Oh vamos, profe! ¡Queremos ver! ¡Oh! ¡Hola Edward!” una chica de pelo oscuro
le saludó con la mano, sonriendo enormemente. Él sonrió sin ninguna excusa,
cuando sus fans dieron un alto chillido.
“¡No! ¡Es eso! ¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera!” gritó para que se fueran, ellas gruñeron
descontentas y finalmente salieron. Escuché una tira de ‘Adiós Edward’ y después
todo silencioso. Por un segundo. Luego Lauren y Jessica entraron a través de las
puertas dramaticalmente, moviendo sus traseros como si estuvieran jugando al
hula-hoop. No pude creer que esa era su forma de intentar ser ‘sexy’.
“¡Señorita Mallory, Señorita Stanley! Si no estáis puntuales, no continuaréis
estando en la obra” les regañó cuando ellas rodaron sus ojos.
“Oh, relájate; vendremos temprano la próxima vez… “Lauren murmuró cuando
Jessica bufó. Las dos guiñaron a Edward y le dieron una cuestionable seductora
sonrisa, que hizo aparecer una mirada de miedo en su rostro. Era graciosísimo.
Este ensayo había merecido la pena.
Lauren intentó pisarme el pie cuando pasó. Sin éxito, fui yo la que le puso la
zancadilla y ella se cayó a la alfombra. Ahogó un grito fuertemente cuando vio
que había acabado en el suelo a causa de mis dedos. Me reí por lo bajo… Y la hice
enfurecer; pude casi ver el humo saliendo de su cabeza. Antes de que ella
pudiera hacer una merecida venganza, la profesora interrumpió,
“¡Hoy! ¡Vamos a empezar con la primera escena! ¡Todos los personajes de la
primera escena un paso adelante! En ese día, espero que recordéis todas
vuestras frases, así que en el caso de que os olvidarais de las frases, ¡habrá
diálogos escritos en cartulinas proporcionadas por vosotros! Por supuesto, aún
así tendréis que memorizar la mayoría de ellas; ¡no puedo teneros mirando a la
cartulina en la escena de la lucha en frente de todo el colegio! ¡Ahora, poned los
guiones aparte! ¡Se supone que las memorizasteis anoche!” Después de si
discurso, algunos de los estudiantes gruñeron rudamente.
Edward gruñó “Aquí se están quejando cuando ellos tienen un montón de frases
menos que nosotros”
“Sé lo que quieres decir” murmuré, no bastante segura de si me oyó.
“¡Oh parad de gruñir como un puñado de bebés! Tenemos trabajo que hacer, así
que ¡Vamos! ¡Mitchell, Daniel! ¡Sois los primeros! ¡Moveros chicos! ¡Vamos!” dijo
alegremente. Me eché para atrás, ya que no estaba en esa escena, y esperé a mi
parte.
Empezó con Mitchell y Daniel como Sansón y Gregorio. La parte con Jessica fue
graciosísima; ¡estaba luchando duramente con las palabras! ¡No sabía incluso
cómo la señora Caughman la ha elegido de entre toda la gente para hacer de la
señora Capuleto! Quizás decidió pasar la obra a una comedia… Edward entró
cerca del final de la escena; apreciativos ánimos vinieron de todas las chicas.
Terminaron lentamente, gracias a las inhabilidades de Jessica al pronunciar las
palabras. La segunda escena fue un poquito mejor, y finalmente vi al ‘Mike
Newton’ que Edward detesta.
Mike tenía pelo rubio que caía en picos en su cara de bebé. No era exactamente
como me lo había esperado. Edward dejó salir un gruñido cuando este salió al
escenario. Otra vez, ¡INMADURO!
Durante la escena con Edward y Ben, la profesora me dijo que me preparara,
porque era la siguiente. Vi a Ángela por primera vez desde que el ensayo
empezó, y la saludé. Me devolvió el saludo entusiasta, sonriendo.
Janice, una chica encargada en el cambio de escenas nos indicó que subiéramos
a escena. Incluyendo la señora Capuleto, la señorita
‘¡No-puedo-leer-esta-palabra!’ Esto nos va a llevar tiempo. Jessica miró a
Ángela, le dije que ignorara a Jessica y que sólo mantuviera su mente en las
frases. Ángela sonrió apreciadamente, escuché como respiraba profundamente y
caminaba hasta donde ella supuestamente está.
“Señora, aquí estoy. Dime qué sucede.” leí, intentando evitar el contacto visual
con Jessica o podría soltar algo que no perteneciera para nada a la obra.
“Sucede que… Ama, déjanos a solas un rato. .. Pero no, quédate. Deseo que
oigas nuestra conversación. Mi hija está en una edad decisiva.” Jessica frunció el
ceño, terminando de leer la cartulina que Janice estaba sosteniendo enfrente.
Ya habíamos estado allí por una hora y media, ensayando, gracias a dios, había
solo un acto por hoy. Tragué saliva, la parte donde Romeo se encuentra a Julieta.
Genial. Mi corazón estaba revoloteando, sabiendo que la escena conmigo y con
Edward estaba por venir. Teobaldo o Tyler Crowley se fue del escenario, lo que
significaba que tenía que salir.
“Si con mi mano, por demás indigna profano este santo relicario, he aquí la gentil
expiación: Mis labios, como dos ruborosos peregrinos, están prontos, están
prontos a suavizar con un tierno beso tan rudo contacto.”
Las líneas que leímos para el casting. Me miró a los ojos y yo estaba segura de
que estaba ruborizada. ¡Él lo único que está haciendo es hacer su parte de la
obra, ahora necesitas hacer la tuya en vez de quedarte mirándolo y ruborizada
como una completa idiota! Me recordé a mi misma respirar, o no pasar a escena
no hubiera quedado demasiado bien.
“El peregrino ha errado la senda aunque parece devoto. El palmero sólo ha de
besar manos de santo.”
Leí, ya sabiéndome las líneas como él. Mi corazón estaba latiendo más rápido
cada segundo; debe haber sido tan alto… ¡qué vergüenza!
“¿Y no tiene labios el santo lo mismo que el romero?”
Su voz era muy suave, dulce… como la miel; pensé que iba a derretirme en ella.
Me dio una animada sonrisa, empujándome a que continuara.
“Los labios del peregrino son para rezar.”
Cuando acabamos todos los diálogos entre Romeo y Julieta de este acto, todo el
mundo estaba animando, ¿Las malvadas gemelas? Bueno, Lauren y Jessica se
levantaron para decirle a la señora Caughman cómo de mal había hecho mi
trabajo.
“¡Señorita! ¿Escuchó la forma en que leyó? ¡Es muy aburrido y apagado! ¡Alguien
como ella seguramente traerá la ruina a nuestra actuación! Suerte que tiene
usted, ¡yo estoy dispuesta a aceptar su posición!” Lauren dijo, siguiendo a la
señora Caughman.
“¡Sí señorita! ¡Ella totalmente desastró la escena! Quiero decir, ¡la manera en
que lee era asquerosa! Leía totalmente equivocada” escupió Jessica disgustada.
Me mordí el labio para intentar no reírme, al escuchar sus palabras ‘totalmente
equivocada…’ quería ir hasta ella y decir “¿Eh? ¡Así es cómo tú actúas idiota!”
“¡Señorita Stanley! Para alguien que no puede pronunciar Palmeras, creo que tú
opinión no nos interesa” le devolvió la profesora, impaciente. Ella ahogó un grito.
“¡Mi madre oirá sobre esto! ¡Solamente usted no es capaz de verme que estaba
hecha para ese papel!” Jessica la amenazó fieramente cuando Lauren la
empujaba y le clavaba las uñas. Así que La madre de Jessica también estaba en
el comité. Qué coincidencia.
“¿Perdona? ¿Tú estás hecha para el papel? ¡Ni lo sueñes! ¡Tú eres igual de mala
que Swan! ¡Yo estoy hecha para ese papel, zorra!” Lauren chilló y chasqueó los
dedos cuando dijo perdona. Jessica se disculpó con un murmullo y Lauren fue la
líder, otra vez.
“¡Mi madre y mi abogado oirán sobre esto!” dijo echando humo y se fue hasta la
puerta.
“¡Por supuesto señorita Mallory! ¡Haga lo que quiera!” la señorita Caughman le
devolvió, no molestándose en su amenaza.
“¿Señor Cullen? ¿Señorita Swan? Estoy segura de que sois conscientes de que la
escena del beso es en este acto” dijo sonriendo cuando Edward y yo tragamos
saliva. Jamie, Adam, y George estaban haciendo ‘ohh’ y sonidos de besos.
“¡Callad!” Edward y yo les gritamos, mirándonos, ambos estábamos rojos.
“¿En serio que tenemos que hacerlo?” pregunté, escandalizada cuando me volví
hacia la profesora.
“Por supuesto. Sin el beso, esto no sería Romeo y Julieta” dijo orgullosamente.
“De ninguna manera” Edward y yo dijimos para su enfado; ella murmuró algo
sobre nosotros siendo infantiles y nos dijo que creciéramos.
“Hablaré con vosotros dos cuando llegue a una conclusión… ¡y necesitaréis
practicar el uno con el otro en privado este fin de semana ya que sois los que
lideráis esta obra!” dijo dándonos una mirada de
‘ni-se-os-ocurra-estropear-la-obra’.
“Bien… ¡Todos habéis hecho un gran trabajo hoy! Excepto por mmm… no
importa” sacudió su cabeza cuando se rió por lo bajo, obviamente hablando de
Lauren y Jessica. “¡El lunes que viene! ¡A la misma hora, y en el mismo lugar!
¡Empezaremos con la escena dos! ¡Memorizad el guión! ¡Coged vuestras cosas y
podéis marcharos!” ¡Gracias a Dios era viernes por la noche! Primera semana de
colegio, ¡Terminada!
“¡Finalmente!” Jamie puso sus brazos al aire dramaticalmente. Algunos de los
otros estaban murmurando algo de malgastar su tiempo viniendo aquí hoy
cuando no habían hecho nada.
Cuando dejé el campo de baloncesto, ya eran las 11:15. Tres horas idas en esto.
Aún estaba orgullosa de lo que había hecho. Después de todo, no todos los días
un tío hace algo que te moleste y tu casualmente, tienes una botella de agua en
tu mano con cantidad suficiente para tirársela a la cara y mojarlo. Era un genio.
Es tan ridículo
“¡Eso es genial! Vamos a ir al restaurante chino Lin para comer ¿Quieres venir?
Después, ¡Vamos de compras!” Me pude imaginar la imagen de ella dando
saltitos ante sus palabras.
“Claro claro, ¡Alice y yo llevamos Abercrombies! Puedes ponerte los tuyos y así
seremos ¡El trío Abercrombie!” chilló cuando me reí al escuchar el nombre.
“Confía en mí. Te conozco lo suficiente como para escuchar tus expresiones” dijo
orgullosa “¡Vale! ¡Te tengo que dejar ya! ¡Alice me está dando la lata con cual
camiseta llevar! ¡Te veo luego Bella!” escuché a Alice chillar de fondo.
“¡Adiós, Rose!” cerré el móvil y corrí hasta mi habitación. Después me tomé una
ducha. Mucho mejor.
El agua se sentía muy cálida en mi piel. Después de secar mi pelo, seguí las
instrucciones de Rose y me puse mi polo Abercrombie negro con unos vaqueros.
Con mis tenis Nike y mi cartera, dejé la habitación y empecé a caminar hasta el
restaurante.
“¡Bella!” los vi saludarme con la mano enfrente del Lin. Reímos cuando vimos
nuestros conjuntos. Les devolví el saludo y caminamos juntas agarradas por el
brazo.
Alice sonrió “Sí, los hacemos venir para que lleven las bolsas. Rosalie y yo
pensamos que sería más cómodo confesar si sólo somos nosotras tres” me guiñó
un ojo y le dije que no había nada que confesar. Nos sentamos en una mesa, y ya
estaban preparadas para bombardearme con preguntas después de pedir.
“Vale chica, ¡Suelta! ¿Cómo fue todo con Edward?” preguntó Alice con ojos
impacientes. No pude evitar reír cuando la imagen de Edward se vino a mi mente.
Mis amigas esperaron a que mis carcajadas cesaran impacientemente…
“¡Bella! ¡Nos estás matando! ¡Di algo!” Rosalie suplicó, o pidió, mejor dicho.
“Me enseñó el Tiro Circular. Pero no terminó bien porque hizo un comentario rudo
sobre las mujeres, lo que en su defensa era ‘una broma’, así que yo” me pausé y
exhalé aire “yo le eché agua en la cara. Tío, estaba empapado. Su camiseta, su
pelo, su cara” empecé a reírme otra vez, solo que ahora no era yo sola. Rosalie y
Alice estaban a carcajadas, golpeando la mesa hasta que la gente del restaurante
nos miraba molestos y confusos.
“Emmett y Jasper van a estar muy enfadados por haberse perdido esto” Rosalie
dijo orgullosamente.
“Arroz frito con pollo” la chica volvió con nuestra comida y bebidas. Dios mío, día
genial. Supongo que el baloncesto hace que pierdas energía.
“Cuidado con las moscas Bella” Rosalie me dijo de broma pegándome un codazo.
Les dije que se callaran y las seguí.
La primera tienda que decidimos visitar fue Fitch. Tenían algunas chaquetas
fantásticas y nosotras, bueno, Rosalie y Alice, no pudieron resistirse a
comprarlas, Me forzaron a llevarme una de color turquesa, diciendo que se veía
perfecta en mí. Suspiré y me dejé convencer. No tenía sentido discutir cuando se
venía de compras con ellas. Tenían la mayoría de marcas aquí, Banana Republic,
American Eagle, Abercrombie, Aeropostale… Pasamos toda la tarde en el centro
comercial, y me compré muchas cosas. Renee estarña contenta, siempre me dice
que me compre cosas.
“¡Tío! ¡No creo que pueda llevar todas estas bolsas hasta el dormitorio!” gimió.
Alice sonrió radiantemente y cogió su móvil.
Nos sentamos allí y esperamos a que vinieran los chicos. Ya casi eran las 5:30 y
ellas empezaron a discutir sobre dónde iríamos a cenar esta noche.
“Me siento como un cerdo. Parece que todo lo que hemos estado haciendo es
comer, comprar y ¡comer!” me reí cuando ellas sonrieron.
“Hey Bella”
Intenté no reír, pero se veía tan mono cuando se enfadaba… ¡Maldita sea Bella!
¡Para! Esperé a que dijera algo pero no lo hizo. Miró abajo a su plato, u cogió otra
pieza de cerdo duramente. Me reí.
“¡Vamos! No estás enfadado conmigo ¿no?” sin pensar, Alcancé su mano con la
mía. Finalmente me miró, sin ninguna expresión.
“Pues no sé. No siempre un tío se empapa de agua porque una chica a la que
estaba enseñando le tira esa agua a la cara” su tono era sarcástico y eso me
enfadó un poco.
“¿Estás seguro de que no quieres oír el resto?” bromeé cuando quitó la mano.
“¿No hay mal rollo entonces? ¿O debería la tregua terminar aquí?” le pregunté,
nerviosa por saber cuál de las dos escogería.
“Eres patético”
“Supongo…” tragué saliva. Por favor que no oiga los latidos del corazón.
“realmente no estaba enfadado contigo, sólo quería ver qué hacías” admitió con
una sonrisa cuando yo hiperventilaba.
“No debería haber dicho eso, ahora, tú estás enfadada conmigo” se rió cuando yo
ponía un mohín.
“Tú sabes que no quieres decir eso realmente. Te importo, Bella, por eso has
venido aquí” dijo arrogantemente, deslumbrándome con sus ojos.
“Te lo ganarás si partes la galleta por la mitad y la compartes” sonreí. Asintió y rió
otra vez… Partió la galleta y me la tendió.
“¿De verdad no hay resentimientos?” sus ojos eran suaves y su voz también.
“No es justo. Por una vez, pensé que te iba a poder guardar rencor, al menos en
intención. Ahora, de repente, pierdo la mitad de mi postre” bromeó “eres algo
Bella”
“Umm… sí ¿Cuándo?”
“¿Mañana por la tarde?”
“Claro…” asentí.
“¿Sí?” me di la vuelta.
“Realmente era un broma. Iba en serio cuando dije que jugabas mejor que
algunos chicos del equipo” sonrió significadoramente.
“¿Qué pasa con esas caras sonrientes? Chicos de verdad que me estáis sacando
de quicio” dije lentamente después de que me sentara. Ellos recuperaron
rápidamente la compostura.
“¿quién quiere fritos?” Jasper cambió de tema y fue seguido por una bandada de
‘oh yo’. Después de cenar, me ofrecí a ir por helados. Parecían muy ansiosos por
que dejara la mesa
Había una larga cola en la tienda de helados. Me llevó 15 minutos hasta que
conseguí lo que quería. En mi camino de vuelta, vi a los Cullens y a los Hales
hablando animadamente y en secretitos porque tenían sus cabezas pegadas en
un círculo.
“¡Qué vuelve! ¡Qué vuelve!” Jasper gritó a los demás. Todos levantaron las
cabezas, pareciendo perfectamente normal. Bueno, no hubiera sido sospechoso
si Emmett no hubiera empezado a silbar…
“¡Mira Jasper! ¿No es hoy un día encantador? Gran temperatura” dijo
nerviosamente cuando Rosalie le dio una colleja. Era realmente obvio, obvio que
habían estado hablando de mí cuando me fui. Quiero decir, ¿Emmett y el tiempo?
No. Tendría que ser idiota para tragarme eso.
“Bueno, si son la perdedora y sus amigos” Lauren rió con su molesta voz cuando
Rosalie, Alice y yo le dimos una sonrisa sarcástica.
“Bueno, si son el trío de zorras.” Emmett contestó, sonriendo también. La cara de
Lauren cayó y luego se giró para mirarme “Y Bella, ¿Disfrutaste las palomitas?
Eran con sabor a caramelo” Me tanteó cuando la miré con una fea mirada.
Kelsey gruñó “Como… Todas sabemos que a nosotras no nos gustan tener esa
clase de camisetas” dijo orgullosa cuando nosotros reímos a carcajadas otra vez.
“¡Kelsey!” Lauren le gritó “fue un insulto” le dijo. Supongo que sabéis para quién
era la camiseta que dijera “la más tonta”. Kelsey parecía blanca por un minuto,
luego entrelazó los dedos al darse cuenta de lo que pasaba.
“La verdad es que nosotros no queremos hablar. No como vosotras, tenemos una
vida, la cual preferimos no perder con una panda de tontas. Nunca se sabe si
vuestra estupidez es contagiosa. Vamos chicos, salgamos de aquí” dijo Jasper
fríamente cuando ellas daban gritos ahogados. Las miradas que tenían eran muy
graciosas.
“Como he dicho, lo estoy anhelando” le di un sonrisa y nos fuimos. Era una gran
victoria. Mis amigos chillaron cuando ya no nos escuchaban y nos
cumplimentamos unos a otros por nuestras intervenciones.
“Creo que me dijisteis que todos los chicos del insti estaban enamorados de ella
¿Cómo puede seguir sin salir con nadie?” pregunté curiosa, de repente, recordé
lo que me dijeron la semana pasada. Para mi sorpresa se rieron.
“Bueno, lo están. Pero Lauren aquí no está interesada en ninguno de ellos, ella
sólo quiere a su Edward” Alice rodó los ojos cuando yo reí. Me preguntaron si
quería ir a la habitación de Emmett y Jasper otra vez; educadamente lo rechacé
y les dije que estaba agotada, había sido un largo día.
“aparentemente Bella desde que tenía su ‘gran cita’ con Edward” le di una mirada
enfadada, Emmett pareció ligeramente asustado y se disculpó rápidamente.
“Sólo para con los comentarios de Edward” le dije seria cuando me soltó.
“Sí, gracias chicas por la oferta, pero realmente estoy cansadísima” dije
sonriendo y le di un abrazo, y por supuesto a Alice también.
“¡Oh! ¡No te olvides las bolsas!” Emmett y Jasper me alargaron dos bolsas con
una gran B escrita en ellas.
“Gracias chicos” los abracé también. Nos dijimos adiós y ellos continuaron su
camino hacia sus cuartos.
Después de darme una cálida ducha, me tiré a la cama y apagué la luz. En unos
cuantos segundos después me quedé dormida ¿Quién sabía que el baloncesto te
deja tan agotada?
Él sonrió, y continuó leyendo sus líneas. Ninguna vez necesitó mirar el guión, casi
se lo sabía mejor que yo. A veces, sentía la necesidad de mirar el folleto, porque
sus ojos me hacían olvidar todas las cosas que tenía en la mente. A las cuatro,
decidimos terminar. Después de dos horas leyendo la obra, finalmente
terminamos todas las partes de Romeo y Julieta.
“¿El qué?”
“Memorizar todas las líneas así. Sólo necesitabas un rápido vistazo entre las
escenas.”
“No sé. Había leído esta obra una enorme cantidad de veces… y” paró, “cuando
estoy mirándote a los ojos, las líneas no necesitaban memorizarse. Simplemente
venían solas” susurró dulcemente. Luego se fue inclinando hacia mí en el sofá
lentamente, y mi corazón se estaba acelerando al extremo. ¡Nunca antes había
estado así! Me helé; mi cuerpo estaba temblando y sacudiéndose ligeramente
cuando su rostro estaba a pocos centímetros del mío. Se rió suavemente, y sentí
su respiración en mi piel. Sus rasgos eran perfectos, sus pestañas, sus ojos… se
inclinó más… Oh Dios mío…
“¡Oh Dios mío! ¡Lo siento!” la mano de Alice estaba en su boca, sus ojos
danzaban entre nosotros.
“Está bien Alice, yo ya me iba” Edward aclaró su garganta, avergonzado “te veré
después, Bella” me sonrió con su sonrisa torcida.
“Sí… hasta luego” sonó muy chillón y con una tonalidad demasiado alta para
pasar por mi voz normal. Con otra suave risa, cerró la puerta detrás de él,
dejándonos a Alice y a mí solas en la habitación.
“Oh Dios mío…” Chilló Alice, sosteniendo mi mano “¡Lo siento mucho Bella! ¡No lo
sabía! No contestabas a tu teléfono móvil, y me preocupé. Después de ¡Cuatro o
cinco llamadas! Decidí ir a ver y la puerta no estaba cerrada con pestillo. ¡Y ahí
estabais!” narró Alice, emocionadamente. Miré a mi cama vacía y recordé. Dejé
mi móvil en el cuarto de baño, mientras me estaba peinando. Me pregunto por
qué no lo escuché. No podías oírlo aunque estuviera en tono normal, porque
estabas prestando demasiada atención a Edward, una voz en mi cabeza me tentó
cuando le dije que se callara.
“No te preocupes, no interrumpiste nada” le aseguré cuando me miraba.
“Claro. No interrumpí nada” rodó sus ojos, sarcástica “¿Cómo explicas el hecho
de que vosotros dos estabais cara a cara, dentro de la distancia de beso?”
No dije nada. Me abrazó y chilló algo más “No íbamos a besarnos, Alice” le dije
severamente cuando me liberó de su abrazo.
“Claro… claro… Sé lo que vi” me guiñó, aún emocionada “Espera, ¿Qué estaba
haciendo él aquí?”
“Teníamos que ensayar para la obra, una orden de la profesora. Me trajo pizzas,
como disculpa por lo que hizo ayer” le dije, deseando que no hiciera de eso nada
del otro mundo. Sus ojos estaban con un brillo especial…
“¡Oh Dios mío! ¡Oh Dios mío! ¡Espera a que se lo cuente a Rose!”
Todos estaban ya allí, Emmett, Jasper y Rosalie. Ya nos habían pedido nuestra
comida, con por supuesto, mi gaseosa preferida, Mountain Dew.
“Te ves un poco ruborizada, Bella… ¿Qué ha ocurrido?” Rosalie alzó su ceja; le di
una mirada asesina a Alice.
“¡A comer! ¡La comida se está enfriando!” les dije, Emmett, Jasper y Rosalie le
dieron una mirada confusa a Alice, yo sólo me encogí de hombros.
“¿Qué estás haciendo aquí?” Ya no tenía hambre. Mi estómago estaba lleno, lleno
de mariposas.
“Nada. Sólo quería estar con mi familia, eso es todo” sonrió Edward, dando un
mordisco a su hamburguesa. Rosalie rió cuando un grupo de chicas caminó a
nuestro lado y le guiñaron a Edward.
“¡Oh! ¿Te envió un e-mail papá anoche? Mamá quiere saber cuándo es la obra…
ella quiere estar aquí” Emmett dijo.
“¿Por qué? ¿Tu honorable ego está preocupado por algo como actuar?” le
provoqué y giró su cabeza para mirarme.
“Ya sabes, yo siempre he querido ver todo eso de ‘Edward contra Bella’ en
acción” Jasper susurró a Rosalie, la cual sonrió.
Todos giramos nuestras cabezas para ver qué era lo que iba mal, y al instante,
vimos a la tonta, tontísima, y más tonta caminando. La misma rutina, Lauren
delante, llevando su bolso Gucci y Kelsey y Jessica detrás de ella una a cada lado,
siguiéndola como perritos. Sus labios soltaron un gruñido cuando me vio, yo le
sonreí y miré a mi gaseosa para beber un sorbo de ella.
“¿De qué iba todo eso?” Emmett se rió cuando Edward se volvió a sentar en la
silla.
“No quería que ella viniera a hablar conmigo” le entró un repelús, con sus ojos
llenos de horror “Me asusta, e irrita, también”
De todas las cosas por las que Edward Cullen podría tener miedo, y estaba
asustado de Lauren Mallory. Me reí de lo que dijo.
“¿Quieres saber cómo las llamamos? El trío Bimbo” Emmett sonrió cuando el
resto de nosotros nos reíamos.
“Buena, Em” Edward extendió su puño para que chocara con el de Emmett.
“¡Gracias tío!”
Era difícil de imaginar a Edward y los Cullens como antes. Pero contra más
tiempo paso con ellos, la más obvia poca cantidad de ADN que comparten,
aparece. Hablaron sobre su casa e infancia, y Emmett contó algunas historias
vergonzosas de Edward, y él se las devolvía, causando que Emmett se volviera
rojo. Yo siempre pensé que había una barrera imaginaria entre Edward y su
familia, pero esta noche… No podía sentirla. Parecían tan… cercanos, ¡Tan
normales!
“Vale. Una vez, cuando tenía ocho años, nuestra madre nos pidió que hiciéramos
algo para merendar mientras ella iba al supermercado. Decidimos hacer Galletas
de Chocolate, ya que era lo más fácil. Y en la receta, ponía que necesitábamos
tres tazas de harina. Le dije a Edward que lo cogiera del sótano, que estaba
verdaderamente cerca de la cocina. Después de unos quince minutos de espera,
me preocupé. ¡Los pensamientos del monstruo del sótano incluso vinieron a mi
cabeza! Bueno, fui a buscarlo, pero no estaba en el sótano. Me entró el pánico,
así que lo busqué por toda la casa. Cuando fui a su cuarto, lo vi en la ventana,
inclinándose para abajo. Yo estaba como ¿Qué está haciendo ahí? Así que decidí
regañarlo por estar jugando y yo de mientras, preocupado. Iba a gritarle cuando
¡Lo vi coger las flores del jardín de mama! Le pregunté qué era lo que estaba
haciendo, y me dijo que yo le dije ¡Qué cogiera algunas flores!” terminó, sus ojos
tenían un pequeño amago de mucha risa. Todos reímos por una buena cantidad
de tiempo.
“De tanto reír, tengo hambre otra vez. ¿Alguien quiere un helado?” Jasper
preguntó, aún con dificultad por la risa.
“Iré a por ellos ¿Qué sabor queréis?” pregunté, separando mi silla un poco de la
mesa.
“Fresa Sundae, ¡Por favor!” Alice gritó.
“Eres una crack, Bella” Emmett se rió cuando me giraba hacia Rosalie,
“¿Rose?”
“Son veintiuno, con sesenta y ocho” deprisa, se inclinó y me susurró “Para ti,
serán veinte”
Le devolví la sonrisa “gracias” Edward rodó sus ojos y gruñó. Iba a preguntarle
que dónde estaba el problema, ¿qué le había hecho el camarero a él? Pero decidí
dejarlo pasar. Decidimos esperar en la caseta. Era muy intenso, ambos
estábamos sin temas de conversación.
“¿Bella?” dudó “Escucha… siento lo de esta tarde…” dijo nerviosamente, sus
manos sudaban “Estaba metido en el momento, no sé qué me pasó… lo siento…”
dijo, me mordí el labio y sonreí. Era una monada verlo nervioso.
Saqué la mano para pararlo “No te preocupes por eso. Lo pillo. De verdad.
Estabas metido en el momento, y no significó nada” le dije, dándole una pequeña
y tranquilizadora sonrisa.
“Gracias” le sonreí antes de irnos. El tío no dijo nada más, sólo me dio una gran
sonrisa. Le di el ticket a Edward, pero unos segundos después, lo escuché reír y
me lo devolvió.
“Qué…” Iba a preguntarle qué estaba haciendo, pero me cortó al darle la vuelta al
recibo y enseñarme lo que había escrito en él.
Lucas Truman
Así que por eso es por lo que se estaba riendo. Sonreí y lo tiré a la papelera que
pasamos.
“¡Ugh! ¿Ya está otra vez con la chica nueva?” murmuró, escandalizada.
Alice y yo nos quedamos despiertas hasta muy tarde hablando, no nos dimos ni
cuenta de que eran las dos de la madrugada. Cuando el despertador sonó,
nuestras ambas reacciones fueron arrojar las almohadas hacia el sonido para
poder dormir más. Unos pocos minutos después, nos salimos de la cama con un
quejido… Lunes, qué forma tan agradable de empezar la semana.
“sí, lo estamos… Mejor nos damos prisa o nos llevaremos una buena regañina de
los profesores” le dije, desperezándome. La dejé a ella usar el cuarto de baño
primero, no tenía tiempo suficiente para tomar una ducha y no estaba nada feliz
con esa idea. Cuando salió del baño, sin embargo, parecía la Alice que conocía.
Su lustroso pelo, sus labios brillantes, parecía como Alice.
“¡Gracias! ¡No te preocupes sobre con lo que vas a ponerte! ¡Lo tengo
escondido!” chilló cuando cerré la puerta detrás de mí. Me cepillé los dientes y me
lavé la cara tres veces, eso debería despertarme. Me peiné e hice desaparecer
todos los enredos, el reflejo en el espejo se parecía a mí; excepto por todas las
oscuras ojeras que había bajo mis ojos.
Cuando salí, Alice estaba llevando un monísimo top con la palabra ‘ángel’ en el
con unos vaqueros. Muy California. Miré hacia el montón de ropa que ella me
estaba señalando emocionadamente en la cama, un polo azul oscuro Aeropostal
con una falda corta.
“No hay de qué, no hay de qué. Sólo admítelo, soy la reina de la moda” bromeó
cuando me reía de ella. Me puse mis converse blanca, y ambas salimos pitando
con nuestras mochilas deseando no llegar tarde.
“¡Hasta luego Bella!” nos despedimos con la mano enfrente del edificio de clases.
Los pasillos estaban vacíos cuando entré, excepto por el conserje que me estaba
mirando fijamente porque estaba corriendo por su limpio suelo.
“¡Lo siento!” le grité y corrí hacia matemáticas, él sacudió la cabeza en vano.
Suspiré de alivio cuando estuve enfrente de la clase. Entonces el timbre sonó,
causando que diera un bote.
“Vale. ¡Quiero que corráis 1,5 kilómetros cada uno de vosotros! ¡No haremos otra
cosa si alguien de vosotros no lo hace! ¿Me he explicado bien?” nos bramó
Maldijeron por lo bajo y empezaron a trotar, o más bien, andar. Después de una
vuelta, yo iba en cabeza con Ryan y algunos otros chicos. Miré hacia atrás y vi a
Ángela saludarme con la mano cálidamente unos metros atrás y le devolví el
saludo entusiasmadamente.
“¡Moveos chicas! ¡Este lugar es para la gente joven, no para abuelitas!” le bramó
una vez más, y las escuché gruñir fuertemente.
“¡Entrenador! ¡El viento estropeará mi rostro!” chilló Lauren; así que por eso era
por lo que no corrían. Porque dañaría su cuerpo. ¿Nunca habían oído que hacer
ejercicio es bueno para la salud? Supongo que no.
“¡Necesito agua!” gritó Lauren fuertemente de repente. Rodé mis ojos. Era la
reina del drama.
“Hay una fuente allí” sugirió Cody, señalando al lado izquierdo del campo. Lauren
parecía asqueada.
“Ewww… esas son para gente pobre. Yo no bebo de fuentes” dijo, frunciendo el
ceño.
“¿¡Qué!? ¡Mister! ¡El agua había estado contaminada con una banda de cretinos
e idiotas! ¡No beberé de la misma fuente que ellos!” dijo como si él hubiera
sugerido que bebiera de una alcantarilla.
“Entonces, no beba agua” la miró fríamente diciendo con su acento inglés. Ella
gruñó enfadada y caminó hacia las gradas y se sentó con las manos cruzadas
delante de su pecho. No había duda de que estaba maldiciendo con sus perritos
falderos Bimbo.
“¡El resto de vosotros! ¡Ya que estamos aquí fuera, y aún tenemos ocho minutos,
podéis jugar al fútbol (N/T: Soccer)!” dijo y nos echó el balón.
“¡Toma ya!” Ryan chocó con su amigo los cinco “Esto… Swan, ¿Eres buena en
fútbol?”
Sonreí “Soy aceptable, no buena, pero sé lo que supuestamente tengo que hacer
con el balón…”
El timbre sonó cuando me estaba poniendo la camiseta, así que estaba rezando
que no llegara tarde otra vez a mi siguiente clase. Corrí hacia la 4º hora, gracias
a Dios aún tenía dos minutos antes de que empezara. Me senté en la silla para
recuperar el aliento. Dos veces había corrido hoy para no llegar tarde a mis
clases.
“Hola” dijo una suave, dulce y aterciopelada voz. Mi cabeza se alzó y vi a Edward
Cullen sonriéndome.
“Hola” le devolví la sonrisa.
“¿Sí?”
“Muy buena en fútbol también, podría añadir” se rió tontamente cuando rodé mis
ojos.
“¿No tienes otra cosa mejor que hacer que verme en mi clase de gimnasia?”
bromeé cuando en su rostro apareció una enorme sonrisa.
“Realmente no. Era muy interesante verte jugar…” su tono era ligero; alguien
estaba de buen humor hoy. La señora Caughman entró y nos sonrió cálidamente
cuando nos vio.
“He decidido que hagáis dos escenas con beso en la obra. La primera será justo
después de que Romeo, o debería decir Edward” me guiñó un ojo y me sonrojé
“dice: Pues oídme serena mientras mis labios rezan, y los vuestros me purifican.”
Movió sus manos en el aire dramáticamente, unos cuantos chicos de la clase se
rieron por lo bajo. “La segunda sin embargo, será en la escena del balcón. Sé que
no está escrito, pero pensé en los mejores efectos y el beso debería ser incluido”
el timbre sonó en nuestro rescate. No era la única que se tornó roja, Edward
parecía ligeramente ruborizado también cuando caminábamos de vuelta a
nuestros sitios.
“¡Ya está tío! ¡Estoy de broma! Joder, pensaba que Romeo y Julieta
supuestamente demuestran paz, ¡No tanta violencia!” frunció el ceño, frotándose
donde le habíamos golpeado.
“Si vuelves a hacerlo otra vez, me alegraría volver a pegarte hasta morir” le
amenacé malvadamente cuando Edward miraba a Jamie fijamente enseñándole
que no estábamos bromeando.
“No te sorprendas si terminas andando con una sola pierna para el final de la
clase, tío” Edward le gruñó y Jamie inmediatamente rodó sus ojos.
“Vale, vale… Joder” murmuró una vez más, tan pronto como nos giramos, estaba
sonriendo otra vez, susurrándole algo a su compañero. Decidí ignorarlo ya que la
profesora nos estaba mirando intensamente, aunque no comentaba nada.
Supongo que estará contenta de que su Romeo y Julieta finalmente hayan
conseguido todo eso de congeniar con el otro.
El día pasó muy rápido. Después de encontrarme con Alice, me fui al auditorio y
vi unas pocas chicas que ya habían llegado al ensayo. Las Bimbos, bueno solo la
tonta y tontísima, ya que Kesley no estaba en la obra, estaban allí para mi
sorpresa, cada una de ellas sonriendo maliciosamente cuando pasé por su lado.
Ángela me saludó, y la vi hablando con Ben Cheney animadamente. Su cara
parecía ligeramente ruborizada.
“Hola Edward” debí haber sonado muy emocionada, porque Mike pareció
decepcionado de verme saludar a Edward más felizmente que a él.
“Supongo que te veré luego Bella” murmuró y se fue. Edward y yo nos reímos por
lo bajo cuando lo hizo.
“¡Hola Edward!” lauren corrió hacia él y puso sus brazos alrededor de sus
hombros. Su cara estaba blanca, pero la saludó educadamente de todas formas.
“No mucho. ¡Sólo estoy emocionada por nuestro partido mañana! ¿Recuerdas la
última vez que jugamos contra los Kangaroos (N/T: Canguros)? ¡Fuimos a su
escuela! ¡Les pateaste el trasero!” le guiñó cuando él sonrió un poco.
“No vamos a jugar contra los Kangaroos mañana, Lauren. Jugamos contra los
Wolves (N/T: Lobos)” dijo naturalmente cuando dio un paso hacia atrás
alejándose de ella. Me mordí el labio, esto era demasiado divertido.
“Sí señora” Edward se rió cuando Jamie silbaba. Me sonrojé, y Lauren gruñó muy
fuerte y dio un zapatazo en el suelo.
“¡Maravilloso! ¡Maravilloso! Sabía que había una razón por la cual os escogí”
bromeó cuando el resto de estudiantes se reían.
“¿Por qué no empezamos por la escena dos? ¡Y RECUERDO haberos dicho al resto
de vosotros que memorizarais vuestras frases para hoy el viernes pasado! ¡Sin
guiones!” dio palmaditas “¡Vamos! ¡A trabajar!” todos se quejaron cuando
Edward rodó sus ojos y murmuró algo como ‘quejicas’ por lo bajo.
“si estás bien, ¿Por qué no continuamos con la obra?” la profesora nos sonrió y yo
asentí. Edward fue al escenario con una última mirada en mi dirección.
“Estoy bien” le aseguré y le regalé una sonrisa. Gracias…
“¡Wow tío! ¡Vosotros dos sois impresionantes!” Jamie nos dijo sonando
impresionado. Me sonrojé y se lo agradecí.
“¡A eso es lo que yo llamo actuar!” la señora Caughman suspiró y nos dio unos
golpecitos a Edward y a mí en el hombro sonrientemente “¡Espero que el resto de
vosotros aprenda algo de Edward y bella!”
“¿Por qué tal baraúnda? Vamos ¿Qué dice Romeo?” recité. Mis pensamientos se
refería a Edward cuando decía Romeo ¡Maldita sea! ¿Qué me ha pasado al
meterme tanto en la obra?
“Sí”
“¡Ugh!” ahogué un grito en un volumen alto ¡Estaba mojada! Flipada, alcé la vista
y vi un cubo colgado y atado a una cuerda. Juro que vi a alguien salir detrás de las
cortinas. Lauren se rió tontamente y Jessica, también. ¡Zorras! ¡Por eso es
porque habían estado más temprano! Los otros chicos murmuraban “Oh Dios
mío” por lo bajo.
“¡Bella! ¡Espera!” Oh Dios mío, Por favor permíteme estar imaginando esa
aterciopelada voz. Pero no lo estaba. Edward Cullen estaba corriendo hacia mí,
con una preocupada mirada eb su rostro. ¿Podría volverse esto más
embarazoso? Mi camiseta dejaba ver a través de ella debido a que estaba
completamente mojada.
“sí, Edward, estoy bien” le dije con un suspiro. Para mi sorpresa, cogió su
chaqueta y la puso sobre mis hombros.
“No… está bien, no tengo frío…” intenté decir, pero las palabras me fallaron
cuando el viento sopló. Mi voz temblaba.
“Gracias” por ayudarme por segunda vez “Pero voy a empaparte la chaqueta…”
“La señora Caughman sabe que fueron ellas. Tienen castigos en los recreos y
después de clase por una semana. Y ellos encontraron a la 3º chica que lo estaba
haciendo todo. Kelsey ¿no?” me dijo, sabía que vi a alguien allí.
Asentí “Sí… esa es ella. No se qué demonios tienen contra mí, pero si piensan que
voy a abandonar la obra por esto, están muy equivocadas, porque no me he roto
todavía” mi tono era agresivo. Edward sonrió.
“esa es la Bella que yo conozco…” dijo, seguido por su risa musical.
“Edward…”
“Claro…” sus ojos esmeralda estaban puestos en los míos otra vez, me ruboricé.
“umm… gracias por todo, mejor me voy y me cambio” mi voz sonaba un poco
agitada. Tenía que romper la mirada; no quería soltar algo embarazoso o hacer
algo estúpido, como desvanecer.
“de nada, te veré luego” sonrió con su sonrisa torcida que te quita la respiración
y se giró para irse a su dormitorio. Santo Dios… lo miré sonrientemente cuando
se fue como una completa imbécil, y mi corazón, estaba definitivamente
derretido otra vez.
“¿umm, Bella?” se giró y me llamó con una maliciosa sonrisa en sus labios. Me
cogió con la guardia baja, y accidentalmente di un grito ahogado, para mi
desgracia.
“¿sí?” él debió haber pensado que estaba loca, aún mirándolo en vez de entrar
dentro estando en mi condición.
“Déjame decirte que tengo algunas sorpresas planeadas para Lauren para
nuestro próximo ensayo” se rió maliciosamente cuando lo miré alarmada. Oh
Dios mío. Tenía al rey de las travesuras en venganza para mí. No sabía si debería
estar aliviada o asustada.
Después de darme una ducha, para quitarme toda la porquería de Lauren, sequé
mi pelo y me tiré a la cama. Mis ojos miraban al techo. Hice mis deberes de
biología y pensé en leer Cumbres Borrascosas, pero justo cuando iba a abrir el
libro, mi móvil sonó.
“Sí, cariño. Siento no haber llamado antes, estaba en Japón en una reunión y la
hora nunca era buena…” dijo con arrepentimiento.
“¿Y cómo van las cosas? ¿Nuevos amigos?” Charlie nunca era muy hablador, pero
estaba haciendo un esfuerzo en sacar conversación.
“sí” podía imaginármelo arañándose la cabeza “Y… ¿Te estás viendo con
alguien?” sonó nervioso.
Gemí. Esta no era la conversación que querría tener con mi padre “¡No papá!
¿Habéis hablado mamá y tú sobre esto? ¡Porque me preguntasteis exactamente
la misma pregunta!”
“Lo siento Bells, sólo me pareció que como padre debería saber con quién está
saliendo mi hija”
“Bueno FBI, no estoy saliendo con nadie” puse una mueca. Charlie y Renee no
eran de la clase de padres que lo fliparían si me estuviera viendo con alguien.
Siempre dicen que respetarían mi decisión, y que confían lo suficiente en mí para
hacer lo que quiera. Pero eso no era algo que quisiera discutir con ellos. Quiero
decir, después de todo, ellos son mis padres.
“¿Eh, papá? ¿Papá? Teléfono… desconecta… ya… hablamos… próxima vez” era
buena engañando en cosas como esta; cerré el móvil y sonreí ante mi
resplandor. J aja, no he hablado con Carmen. No he hablado con Carmen… Me
sentía como si estuviera haciendo uno de esos bailes hula-hula.
Alice volvió sobre las 5, y le conté todo lo que había ocurrido, excepto la parte
donde Edward me acompañaba a casa, en el caso de que ella sacara grandes
conclusiones de ello otra vez. Sería como ella, emocionada más de lo normal por
algo sin significado. Pero tan perceptiva como siempre, los ojos de Alice viajaron
hasta la chaqueta de Edward después de que vagara por toda la habitación. Me
preguntó sospechosamente de dónde la había sacado, y no tuve más remedio
que contarle la verdad. Como esperé, estaba chillando emocionadamente como
si hubiera ganado un viaje a Hawái.
No podía dormir bien esa noche. Alice estaba dormida tres segundos después de
que estuviera en contacto con la cama, pero yo estuve dando vueltas en la cama
dos horas. Ya eran las 1 de la madrugada cuando miré el reloj, ¡y aún no podía
dormirme! ¡Maldición, no quería tener ojeras bajo mis ojos mañana! Gemí ¿Por
qué no puedo dormir? ¿Por qué no puedo dormir? Sentí como si hubiera algo en
mi cabeza, manteniéndome despierta, pero no sabía el qué. Cerré los ojos y me
forcé a mí misma a pensar “Duerme…. Duerme” repetidamente y nada más. Pero
era un sinsentido, ni siquiera ayudaba un poco. Me gruñí por ser tan complicada.
La siguiente mañana, me levanté antes que Alice para poner la chaqueta otra vez
en la silla, sólo por si acaso ella sospechara otra vez. Hice mis tareas mañaneras
rutinarias y encontré a una adormecida Alice murmurar mi nombre “Bella…” dijo
“¿Qué hora es? Estás levantada muy temprano”
“¿Has tenido un sueño bonito?” adiviné por la gran sonrisa que asomaba por sus
labios.
“Fría Bella… Sí, soñé con él, pero no estábamos haciendo nada. Ganamos un
coche, ¡Un Porche amarillo para ser exactos! ¡Oh! ¿Mencioné que era amarillo?”
Chilló cuando puse mis ojos en blanco.
“¡Mierda! Mejor me voy… o voy a volver a estar castigado, otra vez” murmuró
cuando vio al profesor mirarlo desaprobadoramente.
“¿Entonces por qué viniste hasta aquí?” mi tono sonó casi desaprobador.
“quizás sólo quería acompañar a una chica bonita a su primera clase” bromeó “ya
sabes, para asegurarme de que llega allí segura, sin ninguna amenaza de las
Bimbos” por alguna razón, cuando la palabra bimbo salió de sus labios, me hizo
reír muy fuerte.
“¿Así que lo que estás diciendo es que eres mi caballero de brillante armadura?”
arqueé mis cejas y le sonreí. Él dio un paso al frente hacia mí.
“quizás” susurró con una torcida sonrisa. Sus ojos… eran la cosa más suave que
había visto nunca. Me miraban con diversión, y mi corazón se aceleró. Maldición,
creía que iba a hiperventilar.
“Lo siento” escuché gritar tímidamente a una chica cuando nos pasó y
accidentalmente le dio a Edward en un brazo.
“No hay problema” sonrió “te veo luego, Bella” ladeó su cabeza y me regaló un
guiño.
“Estaba bromeando. Vete a clase, Edward” le puse los ojos en blanco con una
sonrisa.
“Sí, señora” se rió y entré en la clase, riendo. Era extraño como mi corazón podía
desbocarse cuando hablaba con él; pero cuando estaba con él, era yo, no era
nadie más que yo y estaba cómoda con ello. Pero no me estoy enamorando de él,
somos amigos, me dije a mí misma.
No ensayamos esa tarde ya que había partido. El colegio estaba una vez más
decorado con cintas amarillas y azules por todos lados, parecía realmente
animado. Vi muchas chicas llevando bolsas de compra de la tienda de suvenires,
nunca había ido allí antes así que decidí echar un vistazo. Cuando entré a la
tienda, vi muchas camisetas de los Bulldogs, pompones y carteles en la pared.
Pero eso no fue lo que llamó mi atención. Al final de la tienda, donde había un
grupo de chicas, era la sección de camisetas y carteles con el nombre de Edward
y ¡Su número de jersey! Y Dios mío, qué precios, ¡Cada una de las camisetas
costaba de 20 a 30 dólares! Y aún así estaban allí, ¡Cogiendo un buen montón de
ellas como si fueran gratis! Estaba demasiado impresionada para decir nada, así
que sólo las miraba con ojos como platos, y la boca abierta.
¡Esto era vergonzoso! ¡Nunca antes había visto tantas chicas locas por los chicos
en una tienda! El resto de la tienda estaba muy vacía; unos pocos estudiantes allí
y aquí pero los demás llenaban la sección “Edward”. Cogí la nueva camiseta de
los Bulldogs que estaba recomendada en el mostrador… No me sentí como si
estuviera gastando dinero, pero supuse que estaba muy flipada por el hecho de
que pudieran estar así de locas por Edward; sentí la necesidad de coger una
camiseta normal para demostrar que yo no era una de ellas. Además, Alice diría
algo como ‘No se lleva la misma camiseta más de dos veces”… Mis razones eran
más que suficientes. Aquellas chicas avergonzaban a nuestro género, me sentí
avergonzada de saber que ambas compartíamos los cromosomas X.
“¡¿En serio?! ¡Estoy muy orgullosa de ti! Sabía que estaba dejando en ti una
buena influencia” me bromeó cuando me reí tontamente “Bueno, nos vemos en
el patio para cenar, ¿vale? Estamos de camino…”
“Por supuesto, ¡os veo allí!” después de cambiarme la camiseta y ponerme la que
había comprado, corrí hasta el patio.
Tomamos Fajitas de Pollo para cenar. Una de las cosas por las que me gustaba
este colegio era, que tenían gran variedad de comida para elegir. Los chicos se
fueron temprano ya que tenían que prepararse en el gimnasio. Nosotras nos
sentamos allí y hablamos hasta que era la hora de irse al partido.
Cogimos buenos sitios. No eran demasiado cerca, ni eran demasiado lejos para
ver el partido tampoco. Dejamos a Rosalie para pillar el mejor sitio.
“Este partido es muy intenso. The Wolves son muy buenos, aunque nunca nos
han ganado estuvieron cerca el año pasado” Alice me susurró al oído. Asentí, ella
continuó.
“¡No te preocupes! Ellos podrán tener más músculos, pero nosotros tenemos la
habilidad y las mentes” sonrió muy segura y me hizo relajarme un poco. El club
de fans de Edward estaba empezando a elevar sus pancartas. Estaban gritando a
coro su nombre, y ¡aún quedaban diez minutos para empezar!
Chillaban alocadamente cuando el equipo por fin salió de los vestuarios. El otro
equipo parecía molesto y ligeramente contrariado por las fans; serían demasiado
ruidosas para nuestros oponentes. Nosotras animábamos fuertemente cuando
vimos a Emmett y Jasper salir. Ellos miraron a través de toda la gente y para
nuestra sorpresa, ¡Nos vieron y saludaron con la mano!
Lo admito, tiene todo el rol de capitán. No pude evitar darme cuenta del respeto
y admiración que sus compañeros de equipo le profesaban. No importa lo alto
que estuviera chillando su club de fans, nunca miraba en su dirección. El
gimnasio se silenció cuando el otro capitán caminó hacia él para hablar; lo vi y
escuché a través de la pantalla y los altavoces.
“Sí, a ti también, Cullen” los tonos de los chicos estaban llenos de reproche.
“Espero que no creáis que vais a ganarnos otra vez este año, porque estamos
nuevos y mejorados” sonrió maliciosamente.
Edward chocó el puño con Emmett cuando pasó por su lado, ambos se sonrieron
tímidamente.
Nuestro equipo estaba muy unido y estaba muy impresionada con su trabajo en
equipo. ¡Ya estaban a seis puntos por delante y el partido apenas acababa de
empezar! Rosalie dijo que Emmett, Jasper y el resto del equipo había entrenado
especialmente duro para este partido ya que los Wolves quedaron los segundos
el año pasado. Edward hizo un espectacular mate, nosotras lo animábamos.
“¡Bien! ¡Ese es mi hermano!” chilló Alice fuertemente cuando el gimnasio coreaba
su nombre.
“¡Te queremos Edward! ¡Te queremos!” Rosalie dio arcadas después de escuchar
algunas chicas sentadas detrás de nosotras declarar su amor por él.
Dentro del juego, nos habían ido alcanzando poco a poco, y eso me hizo estar
extremadamente nerviosa. Durante el medio tiempo, nuestro equipo estaba
ganando, pero no pude evitar preocuparme. Los Wolves estaban sólo a 8 puntos
de nosotros. Pero Edward no parecía muy asustado. Estaba inexpresivo, y era
difícil saber lo que estaba pensando. Sus compañeros de equipo parecían
ligeramente nerviosos cuando el equipo contrario parecía feliz y confidente.
“Vamos a ganar este año” el capitán sonrió y su cara volvió a salir en las
pantallas.
“Estaría más impresionado si fueras capaz de decir eso al final del partido”
Edward le devolvió fríamente cuando todos le seguimos con una tanda de ¡Síes!
La actitud arrogante y sobresalida del otro equipo estaba empezando a
enfadarme. Y yo pensaba que Edward era arrogante. Comparado con ellos, era
más bien un santo.
Edward saltó hacia el balón agresivamente y con mucha gracia cuando fue
lanzada por el otro equipo; eso nos deslumbró a todos con emoción. Cogió la
pelota y corrió directo hacia el aro. No paró ni una vez, no importaba cuántos
oponentes hubiera, se deslizó bruscamente a través de ellos, haciéndoles fruncir
el ceño. Milagrosamente, la pelota fue directamente hacia el aro desde la línea de
tres puntos. ¡Alice y yo nos abrazamos la una a la otra y chillamos! Así que por
eso es por lo que estaba tan normal antes, ¡Estaba fingiendo y aguantándose! No
podía entender por qué lo hizo así, pero supongo que lo sospecho desde el
principio. Edward era mucho mejor que el Edward que había estado jugando
durante la primera mitad del partido, aunque él jugara bien, pero no estaba
siendo como él, el prodigio del baloncesto.
Las caras del otro equipo cayeron y sus mandíbulas se abrieron cuando Edward
continuó haciendo tiros prodigiosos. En cinco minutos, habían hecho más de 50
puntos con la ayuda de sus compañeros. Estaba sonriendo tan enormemente que
mi cara estaba empezando a dolerme, ¡Pero no me importó! Quedaban segundos
para el final del partido, y mi corazón estaba latiendo rápidamente, emocionado
por el sonido del timbre.
“¡BEEP BEEP!” todos animábamos cuando vimos el panel con los resultados.
Durante los últimos 15 minutos de juego, Edward había marcado más de 38
puntos, ¡dejándonos con 31 puntos por delante! ¡Rosalie, Alice y yo estábamos
demasiado felices para decir nada! Simplemente levantamos las manos y
saltamos emocionadas.
“¡La victoria va para… Los Bulldogs!” el anunciador dijo cuando todas chillábamos
fuertemente. Edward y sus compañeros se chocaron los cinco unos a otros
felizmente y las animadoras estaban chillando de felicidad. ¡El gimnasio se volvió
loco! El suelo estaba prácticamente templando de todas las risas y chillidos. El
otro equipo volvió a su banquillo decepcionado; su entrenador no estaña
contento con su actuación. Rosalie, Alice y yo bajamos corriendo para felicitar a
los chicos. Con algunos codazos y empujones, finalmente conseguimos llegar
hasta Emmett y Jasper. Las parejas se besaron, y yo aparté la mirada. Ver a mis
mejores amigas liarse no estaba exactamente en mi lista de prioridades.
“¿Qué? ¿No hay felicitaciones para mí? La voz de Edward vino desde detrás y me
asustó. Con un corto grito ahogado, me giré y lo vi sonriéndome enormemente.
Probablemente estaba aún motivada por toda la emoción, lo abracé con una
enorme sonrisa.
“Ya sabes, intenté hacerlo lo mejor que pude. En realidad no eran buenos” me
bromeó y sonrió.
“Felicitaciones por ganar el partido, Cullen” una voz ronca gruñó desde mi
espalda. Me giré y vi al capitán del otro equipo pareciendo realmente enfadado.
“Gracias, Black. Sonó casi sincero” Le devolvió Edward; un duro, tono burlón
sonó en su voz. Era fácil de sentir la intensidad y el odio que se tenían el uno al
otro, me sentí incómoda estando allí de pie entre los dos. No era tan alto como
Edward, unos pocos centímetros más bajo, pero muy musculoso. Era bastante
guapo, aunque no tanto como Edward. Nadie sería nunca la mitad de guapo que
Edward, pensé para mí en vano. Rápidamente deseché ese pensamiento de mi
cabeza. Suficientes elogios a Edward, me gruñí a mí misma silenciosamente. La
cara del chaval se suavizó cuando se dio cuenta de mi presencia.
“Bueno… bueno… bueno… ¿Quién es esta chica bonita de aquí?” me sonrió, sus
ojos danzaban por todo mi cuerpo, como si me evaluara. Edward rechinó los
dientes.
Podría decir que Edward no quería realmente hacer las presentaciones, pero las
hizo de todas formas, a regañadientes “esta es Bella. Bella, este es…”
“Yo también. Así que, ¿Eres nueva aquí? Porque no te había visto nunca antes, y
eres demasiado bonita para no haberme dado cuenta” dijo, regalándome su
flirtuosa sonrisa.
“Sí, sólo sal de aquí, Black” le contestó Edward, su tono estaba lleno de odio
también. Jacob caminó hacia sus compañeros, y el entrenador le dio a Edward
una mirada fría y dura antes de salir del gimnasio. A ellos en verdad les faltaba
espíritu deportivo.
“me alegro” susurró y dio un paso hacia mí, alcanzando su taquilla justo detrás
de mi oreja. Mi corazón se desbocó como siempre lo hace cuando me toca…
intenté modular mi voz, pero se había cogido en la garganta.
“Vamos a hacer la foto del grupo, nos quieren ya” lloriqueó. Quieres decir que tú
lo quieres ya, casi le solté.
“Dame un minuto” le dijo cuando retrocedió enfurruñado. Sus ojos aún no habían
dejado los míos. Le di una animada sonrisa.
“Por favor…no te eches flores” gruñí, aunque la mitad de lo que dijo era verdad.
Le estaba prestando mucha atención, pero nunca lo admitiría.
Era ridículo como esa pequeña frase hizo que mi corazón diera un vuelco. Estaba
segura de que estaba ruborizada. Suspiré cuando salí del gimnasio para buscar a
mis amigos cuando mis piernas empezaron a funcionar otra vez.
Estaba sacando mis libros, esperando que sonara el timbre cuando llegué a mi
primera clase. Luego, vi a una chica caminando hacia mí, frunciendo el ceño.
“Soy Rachelle. Escucha, sólo quiero confirmar algo. ¿Estás saliendo con Edward
Cullen?” preguntó, ceñuda de nuevo.
No podía dar crédito a mis oídos “¡Por supuesto que no! ¿Por qué piensas eso?”
¿Estaba intentando ser graciosa? ¿Yo? ¿Saliendo con Edward?
“Bueno, unas cuantas de nosotras te vimos caminando hacia los dormitorios con
él hace dos días con su chaqueta puesta… y te vimos abrazarlo y hablando con él
anoche” dijo amargamente.
“Sí, Lauren. Gracias por la ducha ¿Cómo supiste que estaba muriéndome por
conseguir algo que me quitara todo el calor?” le sonreí enfermizamente cuando
su cara decayó, impresionada y hecha un lío por mi respuesta “a todo esto, ¿Qué
tal el castigo?”
“Anoche, los Kangaroos quedaron totalmente hechos polvo. Quiero decir, ¡No
pudieron incluso tirar a canasta!” dijo orgullosamente, poniendo los ojos en
blanco como si tuviera diez años de experiencia en ello.
“¿Quieres decir los Wolves?” dijo Edward muy lentamente, como si ella fuera
mentalmente retrasada.
“¡Oh Dios mío, eres tan listo! ¡Ja ja ja!” se rió a carcajadas y golpeó el hombro de
Edward juguetonamente cuando él se giró hacia mí, gesticulándome con la boca
“ayuda” con una mueca. Me reí entre dientes silenciosamente cuando escuchaba
el resto de la conversación.
“Tío, que calor hace aquí” guiñó a Edward y empezó a quitarse la chaqueta. Sus
manos estaban persistentes en su pecho cuando se le erizaron. Parecía como una
puta, llevando un top demasiado bajo y demasiado apretado para el colegio, con
la palabra ‘sexy’ delante. Exactamente lo contrario a ti… Se inclinó hacia Edward
exponiendo gran parte de su pecho.
Edward no pareció para nada interesado, sólo miraba hacia su hoja de trabajo
(A.K.A) (N/T: A.K.A del Inglés Also Known As, También conocido como,
Empleado para indicar los alias por los que se conoce a una
determinada persona, cuadro, evento, etc.) para disuadir a su club de fans
y le dijo muy fríamente.
“¡Ugh! Lo que sea perdedor” dijo, asqueada y puso la silla lo más lejos de la de él.
Edward y yo reíamos, eh, al menos los cretinos la encontraban atractiva. Debería
sentirse confortada en eso.
Dolor, me gusta
Porque prefiero sentir dolor a no sentir nada
“¿Alice?” alcé mis cejas cuando respondí el teléfono. ¿Qué pasó con el tono del
móvil?
“No lo sé. Estaba bien, pero después de comer, empecé a sentirme mareada, así
que fui a la enfermera. Me miró la temperatura y dijo que tenía fiebre. ¡Y ahora
estoy empezando a perder la voz de toser tanto!” sollozó secamente cuando
escuché la voz suave de Jasper por detrás.
“Perdona la histeria. Sólo que odio cuando estoy enferma. De todas formas, sólo
te llamaba para decirte que me voy a quedar en la habitación de Jasper, ¿vale?
Así podré abrazarlo y él sabe cómo cuidarme” dijo, tosiendo, la escuché maldecir.
“Gracias” se sorbió la nariz y colgamos. ¡Pobre Alice! Podía imaginar por qué
estaba tan histérica. Quiero decir, si no mejora, no podrá ir de compras. Qué
pesadilla debe ser para ella.
El ensayo empezó; sin nada muy anormal… aunque mi alivio cesó en la escena
cinco.
Edward y yo entramos en escena junto con Jessica y Ángela. Edward parecía que
estuviera intentando muy difícilmente recuperar la compostura; me regaló un
guió y empezó a sonreír enormemente otra vez. Edward y yo subimos las
escaleras para la escena de la ventana, las frases me salieron más naturales esta
vez. Aunque la palabra amor estaba atrancada en la garganta un poco. Sólo es
una obra… ¡Para de ser una completa idiota!
“¡Eh! ¿Qué tal va, Julieta?” bramó, sus ojos estaban fijos en las frases que
Melinda estaba sosteniendo.
“Haciéndolo, sentirás la pérdida, sin sentir a tu lado al amigo por quien lloras
De hecho, ¿Por qué no lloras por mí? Por ser la más putilla y tonta del colegio”
“¡Ah!” ahogó un grito, cubriendo su boca cuando el auditorio estaba ahora lleno
de risas. Las lágrimas caían por mis mejillas, estaba riéndome tanto que me caí
al suelo.
“¡Gente! ¿Quién… hizo esto?” la señora Caughman intentó mantener una cara
recta y seria, pero no lo consiguió porque se estaba riendo tan fuerte como
nosotros. Miré hacia los carteles que Melinda estaba sujetando. Y vi unas frases
pegadas a la originales. Los ojos de Edward se encontraron con los míos después
de chocar los cinco con Melinda, le sonreí y asentí con la cabeza en aprobación
por su actuación.
“¡Gah!” chilló cuando salió del auditorio. Unos cuantos chicos estaban rudamente
señalándola, riéndose. La señora Caughman miró sospechosamente a Edward, y
eso me preocupó. Pero para mi sorpresa, actuó como si nada hubiera ocurrido y
nos dijo que volviéramos al ensayo. Gracias a Dios no le tuvo rencor.
“Qué mal que no hayas tenido que decir ninguna frase hoy. Tienes talento
natural” dijo, bromeando sarcásticamente, pero supongo que ella era demasiado
estúpida como para darse cuenta de ello.
“Lo sé. Lo dije a mis padres que quizás pueda ser una actriz algún día. Ya sabes,
ya que soy tan buena actuando” dijo arrogante, completamente tragándoselo.
Edward sonrió un poco, pero supongo que ella no lo vio porque estaba demasiado
ocupada desvistiéndolo en su mente.
“¿Así que… quieres salir esta noche?” ella preguntó, obteniendo su oportunidad.
“Ehh… no puedo, tengo umm… que estudiar para un examen. Quizás otro día.
Estuvo genial hablar contigo” sonrió y se alejó de una muy decepcionada Lauren.
Empezamos a reírnos otra vez tan pronto como salimos del gimnasio.
“¿Puedo ir contigo?”
“¡Por Dios! ¡Alice! ¡Te ves terrible!” exclamé, sentándome en el filo de su cama.
“Un poquito mejor que hace un rato” suspiró. Luego sus ojos de repente
destellaban de nuevo cuando nos vio a nosotros a cada lado de su cama.
“Sí… Bella me dijo que estabas malita” Edward asintió cuando Alice chilló.
“No te atrevas, Alice Cullen” la amenacé antes de que saltara con algo de Edward
y mío. Edward tenía una confusa expresión en su rostro, arqueó las cejas.
“¿Me estoy perdiendo algo?”
“Son cosas de chicas” Alice le guiñó cuando Jasper se rió suavemente desde
atrás.
“Ya sabes, creo que Alice es mucho mejor de lo que pensamos” dije hoscamente
rechinando los dientes.
“Sólo estoy jugando contigo Bella, relájate” rodó sus ojos cuando le asentí para
mostrarle que estaba perdonada. La puerta se abrió, y Emmett y Rosalie
entraron.
“Bueno, ¡Todo el mundo está aquí!” Emmett se rió para sí “Hey hermanita
pequeña, ¿cómo estás?”
“Mejor” tosió.
“En verdad, Emmett y yo acabamos de pedir algo para llevar. Grandes exámenes
para los Seniors (N/T: Como ya expliqué anteriormente, el sistema
educativo de EEUU es distinto al nuestro, Seniors se refiere a los
estudiantes de último curso. Justo antes de la universidad) mañana”
suspiró Rosalie cuando Jasper asintió en comprensión.
“Qué asco ser seniors, todo lo que hacemos son exámenes, exámenes y ¡más
exámenes!” gimió Emmett. Edward se rió.
“Qué pesadilla debe ser para ti, Em. Estudiar…” imitó un escalofrío y rió cuando
Emmett le miró furiosamente.
“Yo no estaría riendo. Tú vas a ser senior el año que viene. La misma rutina para
ti” dijo ácidamente cuando Edward se callaba. Entonces sus ojos se iluminaron
“¿Por qué no coges algo para comer con Edward, Bella? No seremos mucha
compañía” sugirió Emmett, guiñando intencionadamente. Escuché a Alice dar
palmadas en su cama, exclamando y tosiendo al mismo tiempo…
“No tienes por qué hacerlo, lo voy a repetir una vez más. Soy perfectamente
capaz de comer sola” rodé los ojos e iba a caminar hacia el ascensor.
“Bien. Vamos. Estoy hambrienta” suspiré vencida y lo escuché reír para sí muy
suavemente a mi lado.
“Y… ¿Qué te apetece?” preguntó, metiendo las manos en los bolsillos cuando
salimos del edificio.
“Nop. No hoy. Soy carnívora” dije de broma cuando escuché más de su risa
musical. Entonces me di cuenta de que me estaba mirando otra vez.
“¿Qué?”
“Nada. Me gustan las chicas con gran apetito” me miró a los ojos cuando yo bajé
los míos, apartando la mirada, un poco avergonzada.
“Exactamente”
“Bueno, siempre nos estamos quejando de cómo tarda Jessica en leer las frases
¿verdad? Así que pensé que mientras estábamos esperando, ¿Por qué no hacerlo
un poco más interesante? Y para Lauren, bueno, he de decir que el comentario de
Emmett de las Bimbos me inspiró” se rió cuando yo lo hice también “su cara fue
muy graciosa. Es decir, en verdad pensaba que estaba flirteando con ella, ¡ugh!”
puso una cara de asco cuando sacudí mi cabeza.
“Eres muy cruel. Pero ya que es Lauren, no voy a decir nada” sonrió tímidamente.
“Eh… dime, ¿Qué quiso decir Alice cuando dijo que eran cosas de chicas?”
preguntó, como quien no quiere la cosa.
“Vamos ¿Tienes un secreto que compartir?” bromeó, rogándome con sus ojos
esmeralda.
“Déjalo ir. Hay una razón por la que son cosas de chicas” suspiré.
“Vainilla” dije.
“Vale. Uno de vainilla y otro chocolate chip” dijo, sacando su cartera. No quería
discutir más, era un sinsentido.
“Siete con cincuenta…” el dependiente dijo, muy aburrido.
“Sé amable”
“Parece que alguien está un poco triste de que no lo llamaras” se rió tontamente
y yo inmediatamente sabía que se estaba refiriendo al chico de hace un
momento. Ahora íbamos caminando hacia la parte sur del campus, la parte con
menos gente. Lo que era bueno; no podía soportar las miradas, aunque estaba
segura de que el tema VIP de hoy eran Lauren u Jessica. Y nunca les robaría el
foco de atención mis grandes amigas, sí… enorme sarcasmo ahí.
“No tenías por qué hacer eso” le dije, regañándolo. Lamió su helado y se encogió
de hombros. Luego golpeé su brazo intencionadamente, llenándole la nariz de
helado.
“¡Ven aquí, Swan! ¡Mira lo que se siente!” chilló detrás de mí cuando yo chillé.
Debimos haber parecido verdaderamente estúpidos, persiguiéndonos el uno al
otro con los cucuruchos del helado en las manos. Sólo era cuestión de segundos
para que me pillara. Estúpido atlético, capitán de baloncesto.
“¿Qué demonios?”
Ambos reímos cuando el conserje sacudió la cabeza sin remedio hacia nosotros
desde el camino.
“¿Es que vosotros nunca leéis las normas?” señaló a un cartel naranja que decía
‘No pisar el césped después de las 9:00pm’ Edward y yo nos miramos con
culpabilidad el uno al otro y yo me mordí el labio. Vi mover la cabeza del conserje
una vez más, murmurando algo ininteligible. Después de disculparnos,
rápidamente nos salimos del césped.
“Somos muy patéticos” Edward se rió una vez que llegamos al camino
“Dímelo a mí” dije, un poco sin respiración. Edward parecía un modelo para una
marca de champú, su pelo castaño cobrizo dorado mojado, brillando como
diamantes. En su cara brillaba una sonrisa que quitaba la respiración bajo la luz
de las farolas, tanto quitaba la respiración que casi mi corazón deja de latir.
“Seguro que no querríamos eso, tenemos que ver la reacción de Lauren mañana”
me guiñó cuando yo me reí tontamente. Caminamos de vuelta a los dormitorios
haciéndonos bromas el uno al otro en todo el camino. Me contó algo sobe los
encuentros que tuvo con los profesores en el pasado, y todos eran muy
graciosos.
“De nada. Gracias por conseguir que nos mojásemos” sonrió, bromeando.
Era muy patético ¿A quién estaba tomando el pelo? Quizás estaba pasando
demasiado tiempo alrededor de Alice; lo que ella asumió sobre Edward y yo
estaba empezando a crecer en mi cabeza, lo que no era bueno. Me dije a mí
misma que no podría gustarme posiblemente de esa manera. Quiero decir, él es,
después de todo, Edward. Yo no me enamoraba de tipos como él. No podía.
“Sí… está aquí peleando por el teléfono, espera Bella” Jasper se rió y pude
imaginármela arrancándole el teléfono de las manos.
“¡Buenos días Bella!” sonó mucho mejor, aunque su voz aún estaba un poco
ronca.
“¡Hey Alice! ¿Cómo vas?”
“Muchísimo mejor. Creo que podré volver al colegio mañana. Hey ¿Te importaría
traerme los deberes que manden mis profesores? Sólo para no tener un montón
de trabajo acumulado mañana”
“¿Jessica? Chicos como Edward no salen con putillas como tú” se rió Jamie,
citando sus palabras de ayer. Dio un grito ahogado, y volvió a su asiento,
genialmente perpleja y avergonzada. Edward elevó sus cejas a su amigo, que
sólo se encogió de hombros y le dio una mirada inocente.
“¿Qué? Siempre la odié. Zorra total” murmuró “Ella no está tan buena siquiera,
comparada con sus amigas”
“¿Señora Caughman?”
“¿Sí?”
“¿Sí?”
“¿Puedo ir al baño?”
Suspiró “Rápido”
“No lo entiendo… ¿Por qué me han llamado?” le pregunté, confusa cuando me dio
una mirada arrepentida.
“Edward…”
“Shh… Confía en mí Bella” dijo, sus ojos pensativos. Llegamos al frente del
edificio de administración. Adiviné que la oficina del director estaba allí.
“¿Puedo ayudaros?” la misma secretaria bonita de la última vez. Nos dio una
cálida sonrisa.
“Me dijeron que viniera con ella” mintió, pero habló con tanta autoridad, que fue
imposible dudar.
“Por supuesto” sonrió, mostrándole los dientes cuando la secretaria nos dijo que
la siguiéramos hasta la habitación. La oficina era grande. Mucho más grande que
una en Nueva York, y definitivamente mucho más cuidada. Había muchos
trabajadores, metiendo sus narices en los papeles del trabajo cuando íbamos
pasando.
“¿No estás nada nervioso?” le susurré.
Se rió “No realmente. La oficina del director es como mi segunda casa” se encogió
de hombros. Verdad. Quiero decir, él se metía en líos muy a menudo.
“Entre” una ronca voz respondió desde el otro lado de la puerta. Entramos y
vimos a un hombre de mediana edad sentado en una silla de cuero. Nos miró más
como un hombre de negocios que como director.
“Hey Frank ¿Qué pasa hombre?” dijo Edward, como si estuviera saludando a un
viejo amigo.
“Claro Rob” Edward sonrió y se sentó en la silla de enfrente del director. El señor
Robinson respiró hondo y lo ignoró.
“Tome asiento, señorita Swan” dijo, señalando a una de las sillas enfrente de él
que estaba al lado de Edward “Y tú, fuera” ordenó.
“Asumo que sabes por qué estás aquí” dijo, mirándome a los ojos.
“Gracias Bella, por intentar cubrirme… pero está bien” me sonrió. Estaba muda,
¿Por qué lo estaba haciendo?
El director se rió secamente. “No lo entiendo. La señora Mallory claramente dijo
que su hija estaba segura de que fue la señorita Swan. ¿Por qué tú harías algo
como esto?”
Edward suspiró “Bien. Señor Robinson, ¿No sabía que Lauren también está con
toda la culpa? Ella destrozó nuestro ensayo e hizo algo realmente estúpido y sólo
pensé que sería justo si se lo devolvía… ¿No puede entender eso?”
“Pero…”
“Está bien, Bella, vuelve a clase” dijo Edward, dándome una leve sonrisa. Me helé
y miré su perfecto rostro… sin pistas de lo que yo debería hacer.
Jessica tenía una gran y tonta sonrisa en su cara cuando entré en clase. Los
estudiantes levantaron sus cabezas de sus trabajos cuando se dieron cuenta de
mi presencia. Ahí iban los susurros otra vez.
Cuando el timbre sonó, corrí para la puerta y estaba desesperada por encontrar
a Edward. Y lo vi, sentado en una mesa con algunos de sus amigos. Respiré
hondo antes de andar hacia él.
“Hey ¿Edward? ¿Puedo hablar contigo un segundo?” Mi cara debió haber estado
molesta, todos sus amigos me miraron ceñudos en confusión y le dieron una
mirada interrogadora.
“Edward… yo…”
“Bella, ya sé lo que vas a decir” puso su dedo en mi labio “Está bien. Yo lo hice,
además, estoy acostumbrado a los castigos”
“¡Pero tú lo hiciste por mí! Es injusto que tú estés en líos mientras amí no me
pasa nada malo” exclamé, frustrándome.
“Sí… pero…”
“Eso es todo lo que necesitaba oír. Siempre y cuando eso te haga feliz, nada más
importa…” dijo dulcemente, su dedo acariciando mi mejilla cuando yo me
ruboricé y me rogaba que no me pusiera a hiperventilar. Lo miré a los ojos,
deseando encontrar alguna explicación detrás de sus palabras, pero no vi nada
más que un par de ojos esmeralda mirándome con sinceridad.
“No me hace feliz sabiendo que estás en problemas” susurré cuando él sonrió.
“Al menos yo sólo tengo un día… Lauren y Jessica tienen una semana entera… No
te preocupes por mí, ¿Vale, Bella? Mereció la pena” se rió cuando yo suspiré.
“Lo siento” susurré cuando él sonrió una vez más, con ojos suaves.
“¿Edward?”
“De nada. Te veré por ahí Bella” se rió y se fue corriendo, dejando mi corazón
completamente abrumado.
No podía dejar de preguntarme porqué haría todo eso por mí. ¿Era normal en él
hacer algo así? Me fui con Rose y Emmett en el almuerzo. Jasper volvió a su
habitación para llevarle algo a Alice de comer, así que sólo éramos tres en la
mesa.
“Tierra llamando a Bella ¡Estás ida hoy!” se rió Emmett cuando Rosalie me
miraba con una curiosa expresión.
“Lo siento chicas… tengo muchas cosas en la cabeza” dijo sinceramente cuando
compartieron una mirada “¿Qué?”
Edward no estuvo ahí para la quinta hora. Un chico del equipo vino a decirle al
profesor que todo el equipo tenía una reunión de emergencia y necesitaban ser
excusados de clase para el resto de la tarde. Sentí mi rostro decaer cuando vi el
asiento vacío a mi lado… quizás estaba un poco decepcionada.
“Así que, Swan, ¿Tuviste una llamada inesperada del director a… cuarta hora?”
sonrió
“¡Ag! No le des la vuelta a todo esto, tú, pequeña gilipollas. Tú sabes que te lo
merecías” gruñó “¿y qué clase de castigo conseguiste?”
“Ninguno” murmuré y bajé la mirada. Aunque tienes al hombre del que estás
enamorada metido en problemas…
“¿¡Qué!?” chilló.
“No tuve ningún castigo porque Edward tuvo que ser el héroe” murmuré cuando
ella empezó a mirarme con ojos como platos.
“Whoa. ¿Me estás diciendo que Edward es el que está en problemas?” dio un grito
ahogado y su respiración se volvió irregular “¡Tú pequeña zorra! ¿Cómo te
atreviste a culpar al dulce Edward? ¿Cómo te atreves? Tú eres la que se suponía
que debía estar castigada, ¡Maldita sea! ¿Cómo lo hiciste? Arruinaste mis
pantalones levi’s favoritos, ¡maldición! ¡Maldición! ¡Maldición!” dio un zapatazo y
casi pude ver salir humo de su cara. No sabía qué decir, sino era para decirle que
Edward fue el que lo planeó todo, me alejé silenciosamente cuando ella gruñía.
Prefiero dejarle creer que yo lo hice en vez de meter a Edward en más mierda. Un
poco demasiado tarde para pensar en eso ahora, ¿no? Una voz en mi cabeza se
rió amargamente.
“¡No te vayas, tú pequeña sabandija!” gritó desde atrás cuando me sentí culpable
una vez más. Lo que ella había dicho era medio cierto, estaba siendo una
sabandija, dejando a Edward cargarse con toda la culpa aunque él me hubiera
asegurado que yo no había hecho nada mal. Pero él lo hizo por mí ¿Cómo podía
ser eso justo?
El ensayo fue cancelado hoy ya que la señora Caughman tenía algo después de
clase. Caminé directa al cuarto de Jasper después de recoger el trabajo para
Alice, y la vi mucho mejor en su sofá, radiante.
“¡Bella!”
“Hola Alice, pareces mucho mejor, estoy feliz por ti” sonreí y le di los deberes.
“sí… bueno, no preocupada, sino atentamente culpable” admití cuando ella se rió
tontamente.
“Bella, está bien. Edward se consigue castigos todo el tiempo. Es como una rutina
diaria para él.” Rodó sus ojos “No me sorprendería verlo terminar con un castigo
por cualquier otra cosa si esto no hubiera ocurrido…”
Suspiré después de escuchar esas palabras. Hablar con ella me había hecho
sentirme un poquito mejor, pero creo que ella aún no había pillado la clave del
asunto. No quería que nadie se metiera en líos por mí.
“Ya sabes, no es muy natural en Edward ser tan maduro y caballero en esta clase
de cosas. Normalmente, él no da una mierda por eso del drama” dijo cuando yo
me ruborizaba “Él siente algo por ti Bella. ¿Por qué más se metería en problemas
por venganza?”
Esas palabras se hundieron cuando la miré con horror “¡Él no siente nada por mí
Alice!” medio grité cuando ella sonrió.
“Sí… eso explicaría por qué vosotros dos estáis tan increíblemente juntitos” dijo
sarcásticamente.
“Pero somos amigos, sólo como tú y yo somos amigas” le dije, dándole una
mirada que decía “estás muy equivocada”
“Claro Bella. Supongo que ya lo verás a mi manera algún día…” suspiró. Entonces
de repente su cara relucía cuando se acordó de algo “Eh, ¿Sabías que va a haber
un baile este sábado? Es algo anual como el baile del comienzo del semestre, ya
sabes, para nosotros los juniors ¡será muy divertido!” dijo, emocionada.
“Eso es genial…”
“Eso es bueno… ¡Quiero decir! No bueno, pero al menos no fue… ¡Agh!” me gruñí
por tartamudear cosas sin sentido y él se rió tontamente.
“Vale… ¿Puedo decirte gracias una última vez?” lo miré a los ojos, manteniendo
mi voz suave.
Suspiró “Es completamente innecesario, pero si eso te hace sentir mejor ¿Por
qué no?”
“Oh, vale, hasta luego” me sonrió y le di una de esas gratas sonrisas antes de
salir.
“¿Sí?” intenté mantener una voz regular, determinada a no dejarle ver qué efecto
producía en mí.
“La cosa de chicas, ahora la entiendo” sonrió torcidamente cuando lo miraba con
los ojos como platos. Ha…ha dicho…
“La forcé a decírmelo. No me mires así, ¡Tenía curiosidad!” elevó sus manos al
aire, pareciendo totalmente inocente. Rápidamente me ruboricé, imaginándome
lo que él posiblemente pensaba de eso.
“No deberías haberlo hecho” murmuré cuando él se rió.
Todo el mundo estaba muy emocionado por el baile; había posters y esas cosas
colgadas en las paredes, tentándonos a ir. Podía oír a los alumnos hablar de ello
en los pasillos, en la clase… Tío, debe ser un gran evento para todo el instituto.
Caminé hacia casa junto a Alice y Rosalie, ya que Emmett y Jasper tenían
entrenamiento de baloncesto ese día. Estuvimos hablando animadamente sobre
lo que iban a ponerse y decidimos si deberían dejarse el pelo listo o rizado. Vaya,
ya habían comprado los vestidos en verano ya que sabían que este baile iba a
celebrarse.
Alice ahogó un grito “¿Quieres decir que no has traído ningún vestido?” me miró
con verdadero horror cuando Rosalie imitaba su expresión.
“Bueno, no sabía que necesitaría ningún vestido. Quiero decir, por el amor de
Dios, ¡Esto es un colegio!” dije inocentemente cuando me miraban en plan, ¿Y?
“Pero no os preocupéis chicas. Llevaré unos vaqueros y una camiseta decentes.
Si de verdad estoy tan vergonzosa, podéis fingir que no me conocéis, ni tenéis
relación conmigo o lo que sea” bromeé, y ambas se rieron. Alice pareció
pensativa por un minuto, pero no me atreví a preguntar.
Jasper y Emmett dijeron que estaban esperando la comida, lo que causó que
Rose y Alice les gruñeran. Entonces rápidamente añadieron por supuesto, que su
principal propósito era ver a sus novias en preciosos vestidos. Eso me hizo reír,
tendríais que haber visto cómo les rogaban que les creyeran.
Rosalie y Alice no durmieron con sus chicos en toda esa semana con la excusa de
que necesitaban tener suficientes horas de sueño para el baile. Cuando me
levanté a la siguiente mañana, escuché a Alice tararear animadamente,
sosteniendo una blanca y elegante caja en sus manos.
“Hey Alice” murmuré, frotándome los ojos cuando ella tiró la caja hacia el
armario.
“Vale… pero tienes que prometerme que no vas a sobreactuar, ¿vale? Es sólo un
pequeño regalo.”
Era un maravilloso vestido marrón con estampados del color azul agua por abajo.
Parecía muy cómodo, y muy primaveral. ¡Lo amé inmediatamente! No era
demasiado revelador, corto o formal… era perfecto. Lo miré sobrecogida
mientras que en la cara de Alice se formaba una gran sonrisa feliz.
“¡No arrugues el vestido!” Chilló cuando me reía. Nadie había hecho nada
parecido por mí antes. Parecía divertida con mi reacción.
Hablé con voz ronca “Sí Alice… ¡Es perfecto! No sé qué decir…”
“Un simple ‘¡Oh Dios mío! Alice, eres la mejor’ serviría” bromeó cuando me reí
tontamente.
“Eh Bella, primero de todo, lo conseguí con la ayuda de una amiga, que trabaja
en una tienda de moda. Le pedí que se asegurara de que el vestido llegara esta
mañana. Y no. No me lo vas a pagar. ¿No me has oído? ¡Es un regalo!” dijo,
ligeramente insultada cuando la miré, preparada para protestar.
“¡Pero!”
“No hay peros jovencita” dijo poniendo sus manos en las caderas. Me dio una
tozuda mirada, la que tenía siempre que hablaba de ropa.
“Sí mamá” sonreí cuando ella se reía tontamente.
“De nadas. He estado preocupada para nada. ¡Pensé que ibas a armar un
escándalo! Vi el vestido en la nueva tienda Glamorous, así que llamé a Carmelita
para ver si habría alguna forma de que me ayudara a conseguir vestido, y
afortunadamente, lo cogió en el último minuto” explicó cuando yo le contestaba
con un suave ‘ahhh’
Ya estaba con mi vestido, y me quedaba perfecto. Rosalie vino sobre las cuatro y
media ya que el baile era a las seis. Parecía una modelo del Runway, llevando un
vestido dorado, sin nada negro, que mostraba sus largas y geniales piernas. Mi
autoestima decayó inmediatamente al estar en la misma habitación que ella. Ya
podría imaginarme a los chicos del instituto mirarla con ojos como platos.
Emmett va a tener una gran tarea intentando dispersarlos.
“¡Eh cuidado! ¡No me arrugues el vestido!” chilló, su cara estaba llena de terror;
me reí al pensar que Alice había dicho exactamente lo mismo antes.
“Parece que Emmett va a tener un gran papel esta noche” me burlé cuando ella
se rió y rodó sus ojos.
“Qué bien que hayas venido. Me voy a cambiar, ayuda a Bella con el pelo” la
instruyó y corrió hacia su closet. Rosalie me puso enfrente de un espejo y me
sentó para poder estudiarme.
“Vale… ya puedes abrir tus ojos” Anunció Rosalie orgullosa cuando los abría
lentamente. Me miré a mí misma en el espejo, y ahogué un grito. Me dieron los
pendientes y collar a juego y mi cabello estaba caído con ligeros rizos;
maravillosamente brillante y suave.
“Admítelo, estas preciosa” se rió Rosalie cuando yo ponía los ojos en blanco.
¿Quién está siendo tonta ahora?
Las tres nos quedamos de pie delante del espejo observándonos. Vale, lo
admito… quizás lucía bien, con la ayuda de Rosalie y Alice por supuesto. Alice
estaba bonita en su diminuto y rosa vestido. Su pelo negro azabache estaba
radiante; estaba perfecta ahí de pie con sus tacones rosas. Suspiramos con
apreciación al unísono, y tan pronto como nos fijamos en ello, nos reímos.
Eran las seis menos cuarto, y nos encontraríamos con los chicos a las 6:20 ya que
a Alice y Rosalie les gustaba estar tarde, ‘a la moda’. Pensé que era un poco
tonto, pero ¿Quién era yo para juzgar eso?
“Gracias chicas, por hacer esto” chillé y las abracé fuertemente antes de
abandonar la habitación “¡Ups!” rápidamente recordé lo de arrugar los vestidos y
deshice el abrazo, totalmente horrorizada. Ambas rieron.
“Parece que estamos dejando algo Rose-Alice sobre ti Bella, estamos orgullosas”
Rose hizo como si se limpiara las lágrimas cuando yo me reí por lo bajo.
“Todo lo que sabemos es que cierto hermano mío estará babeando a tu alrededor
esta noche” juro que escuché a Alice decir para sí. Quizás estaba equivocada.
El salón era enorme. Jasper y Emmett nos encontraron en la puerta, y tal y como
esperábamos, se quedaron sin respiración cuando nos vieron. Ellos lucían muy
bien, Jasper en una camisa abotonada blanca y Emmett en una azul. Sonó
música Hip-hop y rap, y ya había personas bailando. Los estudiantes miraban en
nuestra dirección cuando íbamos pasando; Emmett sonreía como un idiota y
empujó a Rose hasta la pista de baile, dejando a algunos chicos, envidiosos.
Entonces fue cuando me percaté de él.
No estaba bailando. Estaba echado casualmente contra una mesa, hablando con
algunos amigos. Vi a muchas chicas mirándolo desde unos metros más allá, pero
¿Quizás muy tímidas para pedirle bailar? ¿O ya habían sido rechazadas? Sus ojos
se toparon con los míos y me sonrió torcidamente. Inhaló lentamente,
gesticulando un ‘hola’ que le respondí con una sonrisa. ¿Quitaba Edward Cullen la
respiración? No pude evitar reírme.
Llevaba una camisa negra abotonada, con las mangas remangadas por los
hombros, con unos vaqueros negros. Tenía los tres primeros botones de su
camisa abiertos, exponiendo gran parte de su pecho. Su pelo estaba
desordenado y desaliñado… de la forma en que me gustaba ¿De dónde demonios
ha venido? Y con su maravillosa sonrisa torcida que quitaba la respiración, todo
lo que pude pensar fue… Whoa. Estaba… buenísimo. Tragué saliva y me recordé
a mí misma de respirar.
“¡Guau Bella! ¡Estás despampanante!” una voz vino desde atrás, y no era la que
yo quería escuchar. Mike me sonrió y puso su brazo alrededor de mi cintura,
incomodándome increíblemente. Los aparté rápidamente, y le di unas educadas
gracias. Esperanzadamente, cogería la indirecta. Parecía decepcionado, pero me
preguntó si quería bailar de todas formas. Antes de que pudiera responderle,
alguien vino en mi rescate.
“Lo siento, Newton. Bella prometió bailar conmigo” Edward dijo desde atrás, me
giré para verlo guiñar un ojo.
“¿Es eso verdad?” Mike se rascó la cabeza, sonando sorprendido. Asentí sin
palabras y Mike se alejó.
“Bastardo” escuché a Edward murmurar para sí, rechinando los dientes. Me reí y
le dije agradecida a mi salvador…
“Gracias Romeo…”
“No hay problema. Ese tipo debería haber cogido la indirecta ya” dijo, lleno de
disgusto cuando yo sonreí, concordando con él.
“Guau” dijo, sin respiración otra vez “Estás preciosa esta noche, Bella…” me
sonrojé. Por alguna razón cuando Mike me hizo el cumplido, quería suicidarme y
meterme bajo tierra… y sólo morir. Pero cuando Edward lo hace, aunque sea sólo
un pequeño cumplido, hacía mi corazón palpitar.
“uhh… sí, claro” completamente sin aliento. Me ofreció su brazo y me llevó hasta
la pista de baile. Una nueva canción sonó, algo que solía bailar con Alice.
Damas y caballeros
Os trae
Frankie J
Y Mannie F-f-f-fresh
“Gracias…”
“Tan sedienta como tú” le dije ácidamente, mirando su vaso vacío. Pareció
impresionado con mi respuesta; tenía esa mona y tonta sonrisa en su rostro. Me
miró, una vez más me estaba empezando a sentir tímida. Esperaba que él no lo
notara, todos sabríamos lo que eso significaba. Otra gloriosa razón para hacerlo
más chulo.
“Y Bella, ¿Disfrutando?”
“Sí, gracias” si ella iba a ser educada, yo también.
“¡Hey, tengo una gran idea!” gritó y le guiñó a Edward cuando la canción terminó.
Dio palmadas para captar la atención de todos.
“Misión cumplida. Me dijo que fuera a buscar ayuda” se rió cuando otras
estudiantes se rieron con ella. No pensaba que fuera divertido en lo más
mínismo. Absolutamente no encontraba nada de humor en la situación.
“Mi turno” sonrió cuando su rostro estaba centrado en mi cara, como una
serpiente acechando a su presa “Bella… te reto a besar a Edward” el DJ bajó el
volumen de la música, así que nuestra conversación era lo bastante alta como
para que se enterara toda la habitación.
Me helé. Y mis labios se abrieron para dejar salir un ligero grito ahogado. ¿Ha
dicho…? Vi a Edward tensarse, con los ojos abiertos como platos pero su rostro
era difícil de leer. La miré como si ella estuviera loca y recibí una burlona y
malvada sonrisa en respuesta. Me forcé a mí misma a respirar hondo y de
repente me volví temblorosa. Tenía un problema. Ella dio una dura y seca risa,
“Siempre supe que lo tuyo eran todo habladurías, pero eso es lo que tú eres, una
gallina. Una cobarde.” Me escupió, seguido de un gruñido. Jessica y Kelsey se
rieron como si fuera un chiste, y la sala entera estaba en silencio. Sentí la furia
crecer por mi cuerpo ¿Era su propósito en la vida, torturarme? ¡Nunca antes me
había sentido tan enfadada! Quería pegarle ¡ y encerrarla en un cuarto y nunca
más dejarla salir!
“¿Sabes lo que todo el mundo ha soñado desde que empezaste aquí? ¡Tú yéndote
y desapareciendo! Me dijiste que no te gustaba Edward para nada, ¿pero sabes
qué? ¡Eres una mentirosa! Era muy obvio por la mirada de tus ojos que a ti te
gustaba más que como a un amigo, ¡tu puta zorra! ¿Creías que no me iba a dar
cuenta? Mierda, ¡tú has estado por él desde que llegaste aquí! Déjame aclararte
algo, no te queremos aquí, odiamos todo sobre ti. Así que sabes qué, sólo
empaqueta y vete a Nueva York, porque no soportamos a Bella Swan en East
Coast Academy ¡Te odiamos!” me soltó, con sus ojos llenos de furia y odio
cuando me encontré lágrimas saliendo y corriendo por mis mejillas. Sin pensar,
salí de la habitación para escapar de la realidad.
No sabía adónde podría ir, así que fui al único lugar que pude pensar- la cancha
de baloncesto. Estaba vacío, gracias a Dios, así que me senté en un banco del
parque y me cubrí el rostro con las manos y dejé que un suave sollozo saliera.
Sabía que lo que había dicho Lauren no era el motivo principal de mi histeria.
Sabía que estaba histérica porque finalmente admití mis propios sentimientos,
los sentimientos que he estado intentando alejar desde que lo conocí a él…
“Lauren fue una zorra” una voz suave dijo desde atrás. Rápidamente me limpié
todas las lágrimas, intentando esconder el hecho de que estaba llorando. Gracias
a Dios que Rosalie puso maquillaje resistente al agua… Pero con mis hinchado y
rojos ojos y constante hipo, era inútil. Tendría que estar completamente ciego
para no darse cuenta.
“Ya he tenido suficiente con Lauren esta noche, Edward, no sé si puedo soportar
algo más de ti” croé, y me encontré llorosa otra vez. No sabía por qué estaba
siendo tan fría con él. Quizás estaba esperando que se riera de mí, o que me
dijera lo estúpida que era al haberlo besado enfrente de toda esa gente. Pero
Edward nunca haría eso, lo sabía.
“Siento que pienses eso de mí” lo escuché caminar hacia mí lentamente, pero no
pude levantar la cabeza para enfrentarlo. Entonces, para mi total sorpresa se
agachó enfrente de mí y me levantó el mentón con un dedo.
“Bella” respiró, mirándome a los ojos con los suyos verdes “Estoy cansado de
esconder cómo me siento. Te lo voy a decir porque ya no puedo retenerlo más…”
deliberó cuando me encontré congelada otra vez.
“Me gustas mucho Bella. Desde que empezaste aquí, sabía que había algo
diferente en ti que tenía mi constante atención. No sólo tu belleza, sino algo más.
Está bien si tú no sientes lo mismo, sólo quería sacar a la luz eso que tenía
guardado dentro de mí. Me gustas, Bella, de verdad me gustas.” Dijo sin ningún
ápice de humor en su voz cuando lo miré con la boca abierta.
Me quedé agitada, y pensé que sería más fácil para mí si apartaba la vista de sus
ojos ya que éstos siempre me hacían perder el hilo de pensamientos. Me sostuve
en mis brazos para no caerme. Podía sentir su mirada en mi espalda, lo que me
puso más nerviosa. Cerré mis ojos.
“Me gustas Edward” dije, mi voz temblorosa cuando sentí una lágrima caer por
mi mejilla cuando alzaba la vista hacia la luna.
“Una parte de mí siempre supo que desde el principio me gustabas, pero me los
estaba negando a mí misma. No quería ser como esas otras chicas, Edward. Me
dije a mí misma que no me gustaras, pero era imposible no hacerlo… quiero
decir, tenemos el mismo gusto en música, libros…” dejé caer muy lentamente
mientras lo miraba, y me lo encontré mirándome estupefacto y boquiabierto.
Nuestros ojos se encontraron, y lo vi avanzando hacia mí, sonriendo ligeramente.
Se paró cuando quedaban unos centímetros. Su frente tocó la mía dulcemente.
“¿De verdad?” el frío que desplegaba de su respiración tocaba mi piel. Asentí con
la cabeza sin decir palabra, admirando la perfecta estructura de sus rasgos.
Suspiró en éxtasis, y nuestros ojos se miraban otra vez. Mi corazón estaba
debocado todo el tiempo, por la cercanía de nuestros rostros.
“¿Y ahora qué?” pregunté inocentemente, doblando mis labios. Cogió mis manos
y se las llevó a los labios para besarlas.
“Y tú no eres una de esas chicas, Bella, nunca lo serás. Siempre serás algo más;
siempre significarás para mí más que cualquiera de las otras” su voz sólo era un
susurro.
Tuve que reírme ante eso, lo que dijo era verdad. Estaba segura que toda chica
del instituto estaba pillada por él.
“Esto… ¿Volvemos al baile?” preguntó. Alcé mi cabeza para mirarlo, con los ojos
llenos de felicidad y cuidado.
Edward me guió una vez más hacia la pista de baile, y estaban reproduciendo ‘If
I open up my heart to you’ (N/A: Si te abro mi corazón) de Amanda Pérez,
una de mis más favoritas. Apoyó su frente contra la mía, y puso sus brazos
alrededor de mi cintura a la misma vez que yo rodeaba con los míos su cuello.
Sabía cómo debíamos parecer, como una pareja de esas que salen en las
películas románticas, bailando lento.
Sus ojos miraban los míos en todo el baile entero, como si yo no fuera lo tímida
suficiente para empezar. Mi corazón estaba latiendo incontrolablemente todo el
tiempo, era ridículo y avergonzante al mismo tiempo. Entonces algo me vino; He
besado a Edward Cullen… Él me besó… y ahora estoy bailando con él, con los
brazos a su alrededor ¿Podría ser esta noche mucho mejor? Suspiré de
satisfacción.
“Me alegro. Ya sabes, esta es la mejor noche de mi vida a pesar de toda esa
mierda que ha pasado con Lauren hace un momento” sonrió. Le sonreí y
descansé mi cabeza en su pecho, respirando el aroma de su cuerpo con el que
siempre he soñado.
“Es tan difícil de creer que alguien tan guapa como tú sea real… que esté aquí
conmigo” susurró en mi oído, tomándome por sorpresa.
“Yo creo que es al revés” le devolví el susurro y eché para atrás la cabza para
mirar a sus increíbles atractivos ojos. Estaban resplandeciendo trémulamente
bajo la luz; era difícil de creer que alguien tan hermoso como él fuera real. Se
inclinó para besarme en los labios otra vez. Cerré los ojos y me permití olvidar
todo a mi alrededor que no concerniera a Edward, era fácil. Nunca pensaba en
nada más cuando estoy con él. Sus labios se movían delicadamente contra los
míos, estaba en mi propio cielo personal.
Abrí los ojos cuando la canción terminó, y vi a mis amigos, los cuatro,
levantándome el pulgar hacia arriba. Edward y yo nos reímos, y Emmett susurró
algo a Rosalie, que hizo que se ganara una colleja. Iba a tener una charla con mi
queridísimo, hermano mayor como mejor amigo más tarde.
“Umm… ¿Me perdonas un momento Bella?” preguntó Edward, su tono era tan
educado como siempre.
“Estaba a nada de saltar encima de Lauren delante de toda esa gente, y confía en
mí, no hubiese sido bonito” Emmett rodó sus ojos cuando Jasper intervino.
“¡Gracias chicos! Pero ya estoy bien” sonreí, mis pensamientos rondaban hacia
Edward.
“Íbamos a correr detrás de ti, pero cierto hermano de Emmett nos ganó” sonrió
Rosalie cuando yo me ruborizaba.
Y la razón eres tú
No sabía qué decir. Estaba tan metida en la voz de Edward, que me encontré a mí
misma sin ser consciente de las demás personas de mi alrededor. La voz de
Edward era perfecta, si no lo hubieras visto en la tarima, pensarías que los
Hoobastank estaban dando un pequeño concierto en nuestra escuela. Incluso
aunque su voz fuera distinta a la del cantante principal, pero era tan bueno…
quizás mejor. Todo lo que sabía era que nunca más escucharía la versión original.
Sus ojos no se apartaron de los míos mientras él cantaba; tenía una suave
sonrisa en sus labios y sentí las lágrimas en mis mejillas. ¡Maldita sea Bella!
¿Tienes que llorar dos veces delante de todo el colegio esta noche?
Entonces, para mi sorpresa, se bajó del pequeño escenario con el foco de luz
siguiéndolo. La gente le dejaba pasar conforme iba caminando, y oh Dios mío…
¡estaba caminando hacia mí! Me recordé a mí misma de respirar y no
hiperventilar.
Entonces se paró entrente de mí y cogió mi mano con una de las suyas ya que la
otra estaba ocupada con el micro,
“¡Aplaudamos una vez más por esa magnífica actuación!” el DJ dijo cuando la
multitud gritaba y animaba aún más fuerte. Edward se lo agradeció, y sabía que
este era el mayor acontecimiento en este baile anual. Y pensar que yo soy parte
de él…
“Vayámonos fuera entonces” sonrió con su imfame sonrisa torcida que tanto
adoraba y me cogió de la mano; volamos afuera de la habitación.
“Gracias” reí para mis adentros. ¡Era tan fácil estar con él! Siempre diría las cosas
correctas para hacerme reír, para animarme… Rápidamente me di cuenta de que
antes de que nos admitiéramos nuestros sentimientos el uno al otro, todas las
veces que lo veía, hacía que ese fuera mi día. Suspiré, ¿Cómo pude ser tan
tozuda y ciega?
“Por supuesto que no, tómate tu tiempo” me deslumbró con una sonrisa que me
dejó colapsada en el sofá. Fui a mi armario y me metí en el cuarto de baño con la
ropa.
Estuvo bien que el agua no tardara una enternidad en calentarse. Puse mi pelo en
un moño para prevenir de que se mojara ya que me lo había lavado esta mañana.
Me encontré a mí misma haciendo algo que nunca antes había hecho cuando
sentía el agua cálida sobre mi piel; estaba tarareando. Me duché rápidamente y
salté afuerda de las cortinas para ponerme la ropa. No quería malgastar nada de
mi tiempo con él en caso de que fuera un sueño. Me miré en el espejo y vi a un
extraña devolviéndome una mirada feliz. Entonces la imagen de Edward
sonriendo me vino a la mente, recordándome de que él aún estaba en la
habitación, esperándome.
Respiré profundamente y lentamente salí del cuarto de baño. Lo vi leyendo un
libro, gratamente concentrado. Su cabeza se levantó cuando se dio cuenta de
que había vuelto, me dedicó una torcida sonrisa.
“Muy guapa” sonrió y asintió apreciativamente. Rodé mis ojos; estaba llevando
un par de pantalones cortos azul marino que me compré el mes pasado en
Abercrombie con una camiseta pegada y blanca sin mangas. “No, quiero decir,
que se ve muy bien en ti” dijo sonrientemente y me invitó a que me sentara a su
lado en el sofá extendiendo sus brazos.
“Gracias”
“Mucho mejor” me susurró al oído y mis ojos se abrieron de repente. Sólo había
una leve luz viniendo de la luna ya que las cortinas estaban cerradas. A pesar de
la oscuridad, aún podía ver al chico perfecto que estaba a mi lado, sonriendo.
“Cierto” llevé mi cara hacia su lóbulo cuando le devolví el susurro. Dos pueden
jugar a este juego… lo escuché repsirar irregularmente; estaba genial saber que
él estaba también, afctado por mi presencia. Me baj´hasta su pecho y volví a
recostarme contra él, orgullosa de mí misma.
“Algo que dejaste en la mesa ‘Orgullo y prejuicio’. Aunque nunca entendí por qué
a las chicas les gusta tanto. Me acuerdo cuando vi la película, y no era tan buena,
para ser honestos” dijo sinceramenre. “Sin ninguna ofensa. En serio”
rápidamente añadió y me reí.
“¿Qué?”
“Bella… ¿por favor?” respiró y se acercó tanto que nuestras narices casi se
tocaban.
Se rió “Sí, ¿No era el rico, orgulloso y guapo? Porque estoy sorprendido, gracias”
bromeó y yo me reí tontamente. Vi sus dientes brillar en la oscuridad, sabía que
estaba sonriendo.
“Sí. Creo que en algunos puntos vosotros dos sois parecidos. Bueno, ya sabemos
que los dos sois muy guapos y detestablemente arrogantes” le di un codazo
juguetonamente y él se rió “Pero creo que la gran similitud es que reamente sois
dulces una vez que se os conoce de verdad. Ya sabes.”
No dijo nada, y pensé que mis palabras lo habían molestado. Alcé la mirada
preocupadamente y vi que tenía sus ojos cerrados.
“No fui siempre así, ¿sabes?” su ronco susurro rompió el silencio; rocé su rostro
suavemente con mis dedos “No fui siempre un idiota…” pude sentirme
sosteniendo la respiración. Lo que sea que estuviera a punto de decir debe haber
sido muy difícil para él. Respiró hondo,
“Mis padres murieron cuando tenía siente años. Recuerdo el día muy claramente.
Mi padre, Edward Cullen, era un abogado. Estaba siempre muy ocupado así que
apenas me dedicaba tiempo a mí. En el 19 de junio, mi padre tenía que atender
una reunión en Washington D.C. con mi madre, que lo estaba acompañando.
Me enfadé con ellos porque se iban a perder mi fiesta de cumpleaños, que
supuestamente se iba a dar al día siguiente. Aunque se habían disculpado
muchísimas veces, yo fui un esúpido. Yo no quería sólo a mis amigos y sirvientes
en mi fiesta, yo los quería a ellos. Antes de que abandonaran la casa, me encerré
en mi cuarto y me negué a abrir la puerta. Les grité, diciéndole que los odiaba a
ambos” susurró, sus ojos estaban aún cerrados. Yo estaba sin habla.
“Unas pocas horas después de que se fueran, Gregory, mayordomo que había
estado cuidando de mí desde que era un niño, pegó en mi puerta y me dijo que
tenía malas noticias. El avión en el que iban mis padres se estrelló antes de
aterrizar, y ningún pasajero sobrevivió…” su voz se quebró y pude sentir su dolor.
“Así que las usé como parte de mi disfraz; no quería que nadie me viera
deprimido, el yo real, quería que esa parte se quedara borrada. Así que empecé
a salir con ellas, me convertí… ¿Cómo me llamabas antes? Un playboy…” Se
medio rió y me acarició la mano.
“Creéme, ella estaba prácticamente torutándome. ¿Te gusta ella, Edward? Ella
no es como tus fans, no la vayas a liar con ella” imitó el mismo tono chillón, era
gracioso y me hizo romper en risas.
“Y entonces cuando los días pasaron, mis sentimientos por ti se hicieron más
fuertes. Tú continuabas impresionándome con tu habilidad de jugar al
baloncesto, tu ingenio volvió hacia mí… Cuando me chiaste aquella noche, volví a
mi habitación y pensé en todo. Me molestó, sabiendo que tu estabas enfadada
conmigo, y extrañamente, quería hacer las paces contigo. Ahí fue la primera vez
que me di cuenta de cuánto me gustabas. Y entonces no podía apartar los ojos de
ti. Tenías mi constante atención, y cuando no te veía, me encontraba
preguntándome qué estarías haciendo en ese momento” suspiró “ Vaya primra
impresión que te di, ¿eh?” besó mi pelo y yo sonreí.
“También es igual que yo” dije suavemente “me sentía tan rara, estando
enfadada contigo. Al siguiente día cuando te vi, me molesté al saber que no
íbamos a hablar…” sonreí tímidamente “Lo admitiré, esa noche no me diste tu
mejor impresión. Pero la segunda y la tercera” me incliné y toqué su mandíbula
con mis labios “No fueron tan malas” susurré y lo escuché reír.
“Gracias. Por compartir todo eso. Sé que debe haber sido difícil… y significa
mucho para mí saber que melo has contado de entre toda la gente… ni siquiera a
tus hermanos, ni familia, sino a mí. Una chica que has conocido hace dos
semanas…” agarré su mano fuertemente; una humedad se estaban empezando
a formar en mis ojos.
“De nadas. Me siento mejor ahora, al hablar con alguien sobre esto.” Dijo aún
sonriendo “Incluso aunque sólo te conozca de hace dos semanas, parece como
que te conozco de toda la vida, me siento seguro de abrirme a ti, de decírtelo
todo, Bella” susurró. Nos quedamos el uno en los brazos del otro mirando por la
ventana. Me sentía bien en sus brazos. Me hacía sentir protegida, contenta.
“Me alegro de haber venido al baile. O me llevaría mucho más tiempo admitir mi
sentimientos por ti” susurré. Luego llevé mi mano hacia su rostro para tocar su
nariz. Mi mano estaba agitada y mis ojos cerrados, como si apreciara el
momento.
“Te habría dicho cómo me sentía antes, pero tenía miedo de que no estuvieras
interesada… De verdad que siento mucho lo que ha pasado esta noche con
Lauren. Te lo debería haber dicho antes, y tú no hubieras tenido que pasar por
todo eso” despotricó de forma arrepentida. Puse un dedo sobre sus labios para
pararlo,
“Debería irme, es tarde” susurró. Miré al reloj, eran las una y media de la
madrugada. Habían pasado horas, las que parecían minutos. Me sentí
ligeramente decepcionada por el hecho de que se tenía que ir, pero entonces me
recordé a mí misma que mañana lo volvería a ver.
“hey chicas… ¿Qué hacéis despiertas tan temprano?” murmuré, un poco molesta,
bostezando. Mis ojos se estaban cerrando de nuevo… era difícil hablar para mí.
Rosalie me miró de forma arrepentida “Lo siento Bella, una chica tiene que hacer
lo que tiene que hacer” se rió tontamente “¿Fue un demasiado fuerte? Bueno,
míralo por el lado positivo, estás despierta”
Suspiraron y rodaron los ojos “Un minuto. Si tardas más que eso, entraré”
amenazó Alice.
Rosalie suspiró “Eso fue muy dulce, ¿sabes? Lleva mucho tiempo para un tío
cantar delante de todo el colegio para probar cuánto le gustas. Deberías haber
visto a las otras chicas; todas estaban volviéndose a enamorar de él otra vez”
“De muchas cosas” dije tímidamente “Como libros… amigos… familia” nunca me
había preocupado en sacar conversación cuando estaba con Edward. La
conversación salía natural. Y aquí vienen los gritos…
“¡Oh Dios mío! ¡Tú y Edward!” Alice dejó salir un gritito con voz de pito y me
abrazó. Para mi sorpresa, me gustó. Cuando dijeron, ‘tú y Edward’, mi corazón se
desbocaba con el mero sonido.
“Al menos vosotros dos al fin admitisteis cómo os sentíais el uno con el otro. Es
decir, era muy aparente” rodó sus ojos y sonrió traviesamente.
“Oh sí… con todo eso del flirteo sin timideces, ¿cómo no podría serlo?” Rosalie
dejó salir una risa seca y me codeó.
Rosalie rodó sus ojos “Podrías no haberte dado cuenta de ello, pero era flirteo
total desde el punto de vista de una 3º persona.” Asintió y Alice se le unió.
“¡Oh Dios mío! ¡Oh Dios mío!” estaba tan afectada por su entusiasmo que hasta
yo estaba gritando. Ah, ¿Cómo hice para conseguir a las mejores amigas que
pude tener y a un chico que parecía el mismísimo Adonis? Nos colapsamos en mi
cama, cada una de nosotras respirando por todos los saltos. Yo estaba en el
medio, con Rosalie a la derecha y Alice al otro lado.
“¿Besa bien?” Preguntó Rose como quien no quiere la cosa, escondiendo su cara
en sus manos. Alice y yo la miramos extrañadas; puso sus manos en alto y dijo
culpablemente “¿Qué? Sólo me preguntaba…”
Me reí “Sí, besa bien. Es decir, tiene mucha práctica, si sabéis lo que quiero decir”
les guiñé y Rose se rió,
“Supongo que eso va de familia. Emmett también besa muy bien… siempre sabe
dónde tocar…y…” dijo soñadoramente, pero fue interrumpida por Alice.
“Sí, como si tú no nos dijeras nada de Jasper” me burlé cuando se volvió roja
“Gracias a Dios no es mi hermano”
“Hombre, estabais ocupados…” Dijo Rosalie haciéndome volverme más roja aún.
Les pregunté qué pasó después de que Edward y yo nos fuéramos. Y ellas
supieron exactamente a quien me refería. Para mi sorpresa, empezaron a reírse
histéricamente.
“Tío, Lauren estaba muy enfadada. ¡Su cara estaba literalmente roja! Y no mucho
después de que os fuerais, ella salió a trompicones también. Sólo que no tan
agraciadamente, Jamie accidentalmente sacó su pie, y ella tropezó. Y confía en
mí; no fue una vista bonita…” sabía que no debería reírme de alguien al tropezar,
pero era Lauren. Así que pensé que tenía permiso.
“Oh sí… y ellas estaban como…” Alice estaba en medio de la frase cuando abrimos
la puerta. Para nuestra sorpresa cierto chico de pelo bronceado estaba sentado
en la entrada.
“Dales algo de privacidad” Rosalie gruñó y la arrastró con más fuerza. Edward y
yo nos reímos y rodamos los ojos.
Dio un paso hacia mí y me dio un pequeño beso en la frente, con sus manos en
mis mejillas.
“¿Y cómo estuvo tu noche?” preguntó, sonriendo torcidamente. Cerré mis brazos
a su alrededor y sonreí.
“¿Realmente tengo que responder a eso? Conoces a Alice mejor que yo” suspiró.
“S-suena bien para mí” ¿Podía estar más avergonzada? Gemí en mi cabeza. Se
rió ante mi respuesta; ¡quería pegarme en la cabeza!
“Yo di todo el discurso ayer, ahora te toca a ti. ¿Te importa si te hago preguntas?”
preguntó, sonriendo.
“Hola Jamie…” Edward me presentó a los otros chicos que no conocía. Ya conocía
a Jamie y Cody, los otros cuatro eran Adam, Sean, Dylan y Sam. Me dijeron hola
y yo los saludé. Todos parecieron muy simpáticos; no me sostenían las miradas
contra mí como las otras chicas.
Me reí ante el comentario. Me giré hacia Edward y sonrió “Cuenta con nosotros”
“¿Y Bella, has jugado alguna vez al baloncesto de calle? (N/T: Streetball)”
preguntó Sam, sonriente.
“Sí. Es como el baloncesto excepto por todas esas pavadas, ¿verdad?” bromeé.
Todos se rieron, Edward incluido.
“Tío, te he conocido hace dos minutos y ya me gustas” dijo Sean con humor, yo
sonreí.
“Sí, Edward nos contó sobre ti y el baloncesto. Oímos que eres buena” Sean me
dedicó una sonrisa.
“Ella juega bien chicos, deberéis estar en guardia; no es tan frágil e inocente
como parece” Jamie me guiñó y Edward se rió entre dientes.
“El primero que llegue a 15 puntos” Dylan habló por primera vez con esa voz
profunda.
Compartía equipo con Dylan, Sean y Jamie. Edward me regaló una sonrisa y se
unió a sus compañeros. Su equipo se llevó el balón, y ¿Por qué no me sorprendí
ver que se lo pasaban a Edward? Él tiró rápidamente y el balón cayó en el aro
hasta que entró. Se chocaron los cinco, y sonrió.
“Vale… no podemos dejar que siga tirando a canasta” murmuré y los chicos
asintieron silenciosamente a mi lado, concordando. Me pasaron el balón a mí, e
intenté pasarlos. Edward me estaba bloqueando también; sonreí al pensar que
esto no sería fácil para mí. Se lo pasé a Cody, y él lo pasó a Jamie, el cual estaba
abierto en el campo. Pero pronto vino Adam tras de él y no tuvo más remedio que
pasármelo a mí.
“¡Bella!” salté por el balón y pensé algún modo para deshacerme de los tres
chicos que estaban enfrente de mí. Edward estaba esperándome bajo el aro, lo
que me dio una idea.
“Te he enseñado bien” Edward me sonrió y alargó su puño hacia mí. Me reí y los
otros chicos me miraban con las bocas abiertas.
“¿Acaba de…?” Sean frunció el ceño cuando las cejas de Adam se arqueaban en
confusión.
“Bueno… maldita sea” esa fue la respuesta de los demás. Edward, Jamie y Cody
rieron, sacudiendo sus cabezas.
“Tío, jugáis como chicas” Jamie se rió de Adam y Sam, que estaban cogiendo
respiración, con las manos en las rodillas. Me aclaré la garganta.
“Ah ellos…” les di una mirada que hizo que un surco de sudor bajara por mi
mejilla.
“¡Oh canción perfecta!” Dylan exclamó y comenzó a cantar una canción. Se metió
demasiado en la música y Sean le gruñó,
Lo perdió.
Jamie pensó que Edward lo había echado a perder y fue felizmente corriendo
hacia el balón, haciendo un salto. Edward frunció el ceño y miró al aro mientras
nuestro equipo lo animaba, pero rápidamente se recompuso tres segundos
después.
“Gracias, tú también” sonrió y cogió una botella de agua para él. Nos sentamos
en el banco y me bebí la botella entera de un solo buche. Desde lo lejos, vimos a
Jamie golpeando a Cody con el balón y los otros chicos se estaban riendo, aunque
no muy escandalosamente ya que estaban cansados.
“¿Y, has quedado con alguien esta tarde?” preguntó casual, golpeando una
pequeña piedra con su pie.
“Genial”
Mi rostro estaba ruborizado cuando me miré en el espejo del cuarto de baño, sin
estar segura de si era por el juego, o por la sesión de nerviosismo con Edward
hace un rato. Mis mejillas estaban de color rosa y mi pelo era un total desastre.
Me giré hacia el agua y entré en la bañera de agua fría. Ah, fría, agua fría, justo
lo que necesitaba. Envolví una toalla alrededor de mi pecho y salí del baño.
Genial. ¡No tenía ni idea de que ponerme!
“¿Bella?”
“¡Entra, la puerta está abierta!” grité poniendo el cepillo en el tocador. Salí para
verlo tan impresionante como siempre. Llevaba un polo era sin mangas también,
excepto por que tenía rayas verde lima. No llevaba su usual look de vaqueros;
llevaba un par de shorts color kaki y un cinturón aflojado alrededor. Me gustaba;
llevaba algo casual, como yo. Se adelanto para abrazarme.
No pasó mucho hasta que llegó la pizza. Había pedido platos separados, como
hermano y hermana, pensé. Estaba jugando con mi pelo con su otra mano
mientras hablaba por teléfono. Parecía tan fácil para él estar conmigo como lo
era para mí el estar con él.
"Por supuesto que no, dispara" parecía interesado en lo que iba a preguntar.
"Cuéntame sobre tu primera cita" No sabía por qué le había preguntado eso tan
inesperadamente. Pero, siempre he sido curiosa. El de repente parecía... no
estoy segura, ¿avergonzado?
"Pruébame"
“Vale… la verdad es, realmente no me acuerdo con quién estaba o qué hice en mi
primera cita. Todo lo que recuerdo es que estaba en mi octavo grado.” Su cabeza
cayó cuando lo miré, completamente sorprendida. Nos miramos el uno al otro,
sin sonreír o hablar… aunque esa parte no duró mucho, ya que empecé a reírme.
“¡No es en serio!”
“Te lo dije, no me creerías” murmuró, frustrado. Eso trajo otra tanda de risas
Me fui por las ramas “¿Qué está haciendo que tardemos tanto con la comida?”
pregunté patéticamente, cambiando de tema. Con otros chicos, eso podría haber
funcionado, pero con Edward, era inútil.
“¿Funciona?” suspiré.
"Nop. Vamos, Bella; cuéntame sobre tu primer beso. A menos que, ya sabes... es
privado, algo que no quieres compartir" alzó una ceja
Me reí, "No es nada de eso. Fue en una fiesta de cumpleaños en mi primer año,
y estábamos jugando a rueda-la-botella-, lo sé, llámanos críos," rodé los ojos. "Y
algún idiota la giró y acabo hacia mí. El no tenía oportunidad. Pero no hemos
vuelto a hablar desde aquello, ¿sabes? Fue volver al usual ignorarse
mutuamente en el pasillo, en Literatura..."
"Entonces el tío es un idiota. Si hubiese tenido la oportunidad de haberte besado
entonces, no te habría dejado ir" alcanzó mi mano y empezó a deslumbrarme con
sus ojos de nuevo. Entonces la atmósfera se volvió de repente más intensa. El
primer año de instituto parecía tan lejano de ahora, dios, no podía recordar nada
que no tuvieses que ver con Edward.
“Yo voy” me mostró su brillante sonrisa y caminó hacia la puerta. Cuando volvió,
no se sentó en el mismo sitio donde estábamos sentados en el sofá; se puso
contra la cortina enfrente de mí lo que estaba perfectamente bien. Es decir,
¿cuántas chicas pueden tener la atractiva vista de su cara mientras comen?
Había mucha comida, pero sabiendo lo de la otra vez, podríamos terminarlo. No
había problema.
“¿Qué es eso?”
Se rió nerviosamente y miró a la pantalla que estaba ahora en mi mano “La tomé
cuando estábamos el otro día en el ensayo. No pude evitarlo, era el perfecto
ángulo desde ahí… Y parecía impresionante, tú estabas sonriendo, tan guapa
como siempre… espero que no pienses que soy un acosador obsesivo o algo” se
rió, avergonzado.
Me sonrojé. Estaba ruborizada por el hecho de que tenía una foto mía en su
móvil, no era que iba a admitirlo delante de él.
“Así que…ahora no solo tengo una foto tuya sino que tengo tu número también”
me susurró en una voz soñadora que envió escalofríos debajo de mi cuello. “Y no
te preocupes, no se lo daré a ninguno de tus admiradores” bromeó.
Salté del regazo de Edward con un grito ahogado. ¡Ahí estaban, de pie
mirándonos con unas enormes sonrisas, Emmett, Rosalie, Alice y Jasper! Edward
y yo rápidamente nos levantamos avergonzados, manteniendo un pequeño
espacio entre nosotros.
“Dios, ¿No estabais vosotros dos liándoos?” Jasper se rió entre dientes y yo me
volví completamente roja.
“hey, chicos” los saludó Edward con una sonrisa nerviosa. Emmett me asustó con
una fuerte, y alta risa.
“Dales un respiro, Emmett. Al menos dale a Bella un respiro. Ya está tan roja
como el Motorola” Rosalie rodó sus ojos cuando yo le di un sarcástico gracias.
Gran comparación, Rose.
Edward me ayudó a tirar todas las sobras de la mesa y luego nos unimos a
nuestros amigos en su conversación. Rosalie, Alice y yo nos acoplamos en el
sofá, ya que las chicas dijeron que estaban doloridas de las compras, así que los
chicos tuvieron que sentarse en el suelo.
“Bueno, hermanita, creo que tuvimos una gran vista de lo que estaban
haciendo…” Edward le echó una mirada a la vez que yo bajaba la mía,
volviéndome todavía más roja que antes.
“Jugamos con Jamie y otros esta mañana, y luego pedimos pizza para almorzar”
Edward contestó simplemente, dándole una colleja a Emmett por algo que le
había dicho a Jasper.
Entonces una canción sonó y Emmett empezó a cantar a la vez Party up in here
de DMX. Lo admito, Emmett rapeando es la cosa más graciosa que había visto en
mi vida.
Aquí, aquí
Emmett empezó a mover las caderas, llevando un bote de crema solar a modo de
micrófono. Entonces Jasper y Edward se unieron para bailar estúpidamente,
nosotras, las chicas, estábamos riéndonos a carcajadas. Emmett les golpeó con
su pie en el trasero, que hizo que Edward y Jasper lo golpearan en el hombro y en
la cabeza. No creo que me haya reído tanto en mi vida.
“Creo que deberíamos ir a Broadway” Bromeó Jasper a la vez que todos nos
reíamos más. Los chicos fueron a la mini-nevera y se cogieron algo para beber.
Volvieron con refrescos para nosotras, también.
Alice inhaló profundamente “Vale, creo que ahora puedo respirar” dijo, cerrando
los ojos.
“Ya sabes Rosalie, que no me siento ofendido para nada ya que me llamas esos
todas las veces que me ves en los pasillos o en Educación Física.” Edward se rió
tontamente mientras Rosalie ponía los ojos en blanco.
“¿Chicas, sois buenas con las cartas?” sonrió Emmett con los ojos brillándole de
la emoción. Oh Dios…
Después de la larga tarde y noche, ya era hora de despedir a los chicos y preparar
las cosas para el instituto mañana. Edward me dio un ligero beso en los labios
antes de irse, suspiré y lo abracé como despedida.
Alice y yo apagamos las luces una vez que ambas nos ducháramos.
“¿Bella?”
“¿Hmm?”
Se rió para sí “Él se siente igual, también, ¿sabes? Él de verdad le gustas. Bella”
deliberó.
“Con Edward nunca era hablar o agarrarse de la mano con las otras chicas, sólo
eran besos. Pero de la forma en que te habla… La manera de mirarte, es
totalmente diferente a la del Edward que nosotros conocimos. No quiero
interferir, pero sólo quería decirte que… quizás…Oh” gimió.
“¿Qué estoy diciendo? No estoy siendo coherente, ¿verdad? Vale… Sólo quiero
decir que nunca lo he visto sintiendo esto por nadie. Sé que no es oficial ni nada,
pero dale una oportunidad para que lo sea. Él es mi hermano, Bella, y tú mi mejor
amiga; os quiero a ambos hasta la muerte. Me alegra que ambos os hagáis
felices”
Decidí dejar atrás esos pensamientos y dormir. Ojalá fuera tan sencillo como
sonaba.
Rosalie bajó con algo del Dunkin Donuts y algunos Espressos. Nuestra
salvadora… Cuando dejé la habitación, de repente me sentí extraña. Iba a ver a
Edward. Una enorme parte de mí estaba emocionada una pequeña parte estaba
nerviosa.
Los chicos de mi clase me trataban de diferente forma desde que pasó lo del
baile. Me sonreían cuando se cruzaban conmigo en los pasillos, algunos venían
hacia mí y me hablaban sobre el tiempo. Y confía en mí; la última vez que tuve
esa conversación fue cuando me mudé por primera vez con mi padre, Charlie.
Habla de extrañezas.
Los que tenían más coraje me pedían salir. Eso me enfadaba un poco, ya que
nunca había dado tantas negativas. Eric Yorkey y Tyler Crowley eran los más
persistentes. Incluso cuando les había dicho que no iba a estar disponible
durante las próximas dos semanas, deseando que pillaran la indirecta,
continuaron preguntándome si estaría disponible la semana siguiente. Cuando
gemía, parecían no entender mi frustración. Rápidamente me excusaba para ir a
la siguiente clase, evitándolos en el pasillo.
Caminé hacia el gimnasio, y estaba muy contenta por el hecho de que tendría la
siguiente clase con él. Intenté mantener mis emociones bajo control; él no
debería tener tanto efecto en mí. Sólo era un chico, un chico.
Cuando entré a los vestuarios, mi rostro decayó. Las tres Bimbos estaban allí,
con los brazos cruzados, mirándome, esperándome. Lauren sonrió
malvadamente cuando me vio, se acercó furiosamente, y yo intenté mantener un
rostro indescifrable.
“Me sorprende que hayas tenido los ovarios de presentarte” me provocó cuando
Jessica y Kelsey la apoyaban con un “hmm” de pito. Puse los ojos en blanco y me
reí sin gracia.
“¿Por qué no lo haría? Después de todo, no soy la que se llamó líder de las Bimbos
y la más puta del colegio” le solté; agradeciéndole a Edward por dentro por todos
esos brillantes planes. La cara de Lauren empalideció y Jessica abrió su boca,
pensando en algo para devolverme. Por supuesto, con su cerebro, le llevó un
rato.
La gente empezó a llegar ahora; aunque ninguno tenía las ganas de pasarnos y
llegar hasta su taquilla. Estábamos en medio de los vestuarios, mirándonos la
una a la otra. Las otras chicas formaban un círculo alrededor nuestra, disfrutando
la escena.
“Me siento tan mal por ti… quiero decir, pensar que Edward está de verdad
interesado” sus labios se curvaron en una sonrisa provocadora.
Lauren gruñó “Eres tan estúpida, Swan, que vas a cometer el mismo error que tu
madre, tú patética y enfermiza zorra” Jessica y Kelsey curvaron las cejas y se
rieron fuertemente, golpeando las taquillas dramáticamente. Así que van a jugar
a ese juego.
“Bueno, Lauren, al menos yo no miro al chico que me gusta como si fuera una
pieza de carne” le devolví, recordando la mirada hambrienta que siempre tenía
cuando miraba a Edward. “Tú puta asquerosa…” añadí fieramente, con una
triunfal sonrisa. Sus ojos se abrieron como platos, y sus labios estaban
temblando, y parecía como si estuviera a punto de romper la vena de la sien.
“Di eso otra vez, y te rajaré cada centímetro de piel de ese cuerpo tuyo…” gritó.
“¡Eso estuvo genial bella! ¡Ya es hora de que alguien ponga en su sitio a esas!”
Ángela me abrazó.
“Bueno, las chicas tienen que hacer lo que las chicas tienen que hacer.” Dije,
citando a Rosalie ayer. Tienes que quererla.
Cuando salí del vestuario, debí parecer muy feliz y demasiado emocionada.
Algunas chicas me golpearon en el hombro y me felicitaron por el gran trabajo,
sus ojos eran… apreciadores.
“¿Qué hiciste? Tienes una enorme sonrisa en la cara” se rió, frunciendo el ceño
sospechosamente.
Me encontré con Alice y los seniors en la entrada del edificio. ¿Dónde estaba él?
¿Iba a estar aquí para el almuerzo? Emmett se estaba quejando de un examen
que su profesor de Matemáticas ha puesto, pero como yo estaba mirando a los
alrededores, levantando la cabeza por encima de sus hombros, su conversación
se quedó en un segundo plano.
“El examen que tuvimos en Lengua era difícil también, ¿No Bella? Yuju… ¿Bella?
¡Bella!” Alice exclamó con voz alta, llamando mi atención. ¿Qué estás buscando?”
preguntó, preocupada.
“Creo que la pregunta debería ser a quién estabas buscando” se rió entre dientes,
Jasper.
“¿Chicos tenéis alguna idea de dónde está?” preguntó Emmett con las manos
detrás de la cabeza cuando caminábamos.
“No estaba buscando a nadie, de verdad” dije sin sinceridad, ellos me regalaron
una mirada sarcástica que me decían que no se tragaban mi patética mentira.
“No será emocionante de ver. Esos tíos son tan débiles como una gamba”
Emmett dijo.
“Quizá hayan mejorado este año. Nunca es bueno tener la guardia baja” Jasper
era el más sensitivo, aunque estaba segura que Edward hubiera dicho lo mismo
si hubiera estado aquí.
“El año pasado, ¡totalmente les pateamos el trasero! ¿Cómo se llamaban a ellos
mismos? ¿Los todopoderosos limas? Parecen más Lisiados (N/T: Es un juego
de palabras Limas, Lame-os)” Emmett continuó diciendo. Rosalie rodó sus
ojos y sonrió a su novio, que estaba tragándose su coca-cola.
“¡Beep, beep!” me asusté por el pitido de mi móvil. Miré a la pantalla, y decía que
tenía un mensaje de texto.
Para: Bella
De: Edward
“¿Quién es?” Rosalie preguntó curiosa, leyendo por encima de mi hombro. Se rió
cuando vio el nombre.
Para: Edward
De: Bella
Para: Bella
De: Edward
Para: Edward
De: Bella
“Pero Emmett” Rosalie dijo en un tono quejica intencionado “Es mucho más
romántico así. ¿No lo sabías?” dijo, agarrando si manga, aunque su mirada de
ruego se cambió por una mortal.
Estaba la primera en clase de Biología. La clase estaba oscura, así que encendí
las luces. Entonces antes de tener oportunidad de hacerlo, de repente, sentí un
par de brazos rodear mi cintura.
“Lo siento, quería darte una sorpresa, pero estabas aquí antes que yo” sonrió “El
entrenador se iba pronto hoy, y quería hablar conmigo por eso del partido de
mañana para que se lo dijera a los otros del equipo”
“de todas las clases de las que pudo sacarme, cogió una que tenía contigo…”
murmuró rozando con su nariz mi cuello “Te he echado de menos…”
Madre mía… ¿Por qué siempre sonaba tan encantador? Su voz siempre derretía
mi corazón; ¡me hacía olvidar hasta mi propio nombre! Sucumbí a su seducción
e intervine,
Durante toda la clase, los estudiantes nos miraban de reojo. Mi corazón aún
estaba latiendo por lo que había pasado un momento antes, así que sus miradas
no ayudaban para nada. Edward me vio tensarme, alcanzó mi mano bajo la mesa
y la apretó, y lo admito, me relajé bajo si tacto.
“¿Qué pasa, Señor González?” Edward extendió su puño, pero lo bajó al ver que
el Señor González no hizo movimiento alguno por devolverlo. Sonrió y se llevó la
mano al bolsillo.
“Bella para… está bien” se rió divertido “Y espero que estuvieras bromando allí
dentro porque ciertamente quiero que eso vuelva a ocurrir pronto” dijo en mi
oído, otra irresistible atracción. Me guiñó,
“No sabía que me estuvieras esperando a mí. Por lo que yo sé, podrías haber
estado esperando a otra.” Dije sin emoción y lo vi relajarse, sus labios se
curvaron en una ligera sonrisa.
“Lo sé… Sólo quería ver tu reacción…” no pude suprimir la risa que había estado
intentando esconder. Parecía un poco impaciente, y me preocupé un poquito.
¿Había llegado demasiado lejos con la broma?
“Un poco” su tono era frío. Me mordí el labio; estaba tan mono cuando se
frustraba…
Se rió entre dientes “No estaba enfadado desde el principio. Sólo quería ver tu
reacción.” Me imitó, sonriendo locamente. Gruñí en incredulidad.
La señora Caughman ya estaba allí, instruyendo a los otros niños para empezar.
Ya estábamos acercándonos a la fecha de la obra, la que no estaba muy lejana.
Ángela estaba hablando animadamente con Ben Cheney, sonreí; nunca la había
visto sonreír tan ampliamente antes. La saludé con la mano y ella me lo devolvió,
un poquito avergonzada.
“¡Edward! ¡Bella! ¡Ahí estáis!” la señora Caughman vino hacia nosotros con
emoción “Como sabéis, no estamos acercando al gran día. Así que en vez de ir
saltándonos las escenas del beso como siempre, quiero que las hagáis y veré lo
bien que sale”
“Lo juro, no entiendo a los adolescentes de hoy en día. Hace dos semanas, ambos
estabais tirándoos de los pelos y diciéndome que quitáramos el beso… teníais
problemas incluso estando en la obra juntos. Y ahora… no importa, chicos con
mente como la tuya nunca cesarán de sorprenderme.” Murmuró volviendo atrás
del escenario. Edward y yo nos reímos tontamente.
“He escuchado que has ganado a alguien hoy después de E.F.” preguntó casual.
“Cody”
“Chicos, vosotros cotilleais más que nosotras las chicas. Nada se te pasa ¿eh?”
“Hola Bella… ¿Cómo estás?” cierto rubio caminaba hacia nosotros, con las manos
en los bolsillos, intentando actuar como si fuera guay. El pelo de Mike estaba
distinto. En vez de tenerlo bien peinado de frente como antes, ahora estaba
desordenado y despeinado; era obvio ver de quién se había inspirado. Pero la
perfección de Edward era algo que no se podía copiar tan fácilmente. La única
palabra que salía de mi mente mientras me hablaba era ‘patético’.
“Hola Mike” Sin embargo, lo saludé. Podía sentir los ojos de Edward rodar a mi
lado, molesto por su presencia.
“¿Y quién coño eres tú? ¿Su altavoz? No es que seas su novio o algo” se rió
secamente. Cosa equivocada para hacer.
Los puños de Edward se tensaron fuertemente hasta que parecieron bolas. Sus
ojos estaban de repente oscuros y peligrosos; parecía preparado para saltar
encima de Mike en cualquier momento. Sabíamos que Mike lo había pillado esta
vez. Lo miró amenazadoramente, intimidaba.
“¿Edward? Creo que la señora Caughman nos está llamando.” Alcancé su mano y
sentí cómo su mano se relajaba. Por supuesto era una mentira, pero funcionó
muy bien ya que Mike se lo tragó.
“Sí” exhaló. “Siento haberme puesto celoso allí, perdí ¿no? Es sólo que… que ese
bastardo es verdaderamente persistente. No es un buen tipo y el mero
pensamiento tuyo estando con él… Es inimaginable.” Soltó a través de los
rechinos de sus dientes. Lo rodeé con mis brazos para calmarlo.
“Está bien, no te preocupes por mí. Si pude manejar a Lauren, puedo manejarlo
a también” le sonreí y me sonrió de vuelta en vano.
“De verdad que siento haber perdido los nervios” susurró, ahora calmado.
Se rió “Por supuesto que lo estaba. El odiarlo era una cosa… pero los celos, eran
algo que nunca había experimentado antes. Pero me comportaré ahora mejor. Lo
prometo.”
Le sonreí “Vale”
El ensayo fue bien. Fue incluso divertido ya que nos habíamos librado de los
pesados. Lo pasamos genial viendo a los chicos luchar con las espadas de
madera, y nos reímos un rato. La señora Caughman nos dijo que había añadido
un beso al final de la escena del balcón antes de que Edward y yo subiéramos al
escenario. No parecía nervioso para nada, sólo dijo “genial” mientras yo, por otro
lado, me volvía más roja que nunca.
“¿Y qué quisiera yo sino que lo fueras? Aunque recelo que mis caricias habían de
matarte. ¡Adiós, adiós! Triste es la ausencia y tan dulce la despedida, que no sé
cómo arrancarme de los hierros de esta ventana.”
“¡Qué el sueño descanse en tus dulces ojos y la paz en tu alma! ¡Ojalá fuera yo el
sueño, ojalá fuera yo la paz en que se duerme tu belleza! De aquí voy a la celda
donde mora mi piadoso confesor, para pedirle ayuda y consejo en este trance.”
“Joder, no sabía que el beso supuestamente fuera así de largo” Adam rodó sus
ojos y sonrió. Jamie se rió,
“Ya ves, si hubiera sabido que podría besar a una chica así en escena, habría
intentado más duramente conseguir el papel de Romeo” se burló
juguetonamente.
“¡Bravo! ¡Bravo!” dio palmadas con las manos “¡Sabía que había química entre
vosotros dos! ¡Estuvo genial!” nos abrazó, tomándonos a ambos por sorpresa.
Los ojos de Edward e abrieron más al igual que los míos. Nunca había sudo
forzada a abrazar a un profesor antes. “Vale, ¡Ya casi es la hora! ¡No hay ensayo
mañana por el partido! ¡Repasen sus frases! ¡Gran trabajo todos!”
Los estudiantes aún estaban hablando de “el beso” que había ocurrido hace unos
momentos. Jamie y otros chicos estaban burlándose de Edward mientras yo
recogía mis cosas de la esquina.
“Swan es muy afortunada. Ojalá yo hubiera sido besada por Edward en escena”
escuché por encima decir a una chica pesadamente.
“Apuesto a que están juntos. Quiero decir, ¿Has visto la manera en que él la
mira?” la otra chica dijo, sonando decepcionada.
Me helé, ¿parecía que estuviéramos juntos? Quiero decir, ¿Cómo una pareja?
¿Era de verdad tan obvio que me trataba a mí de diferente manera que a las
demás chicas que incluso las otras chicas pueden verlo?
“Claro” sonreí cuando me ofreció su mano y la cogí sin dudar. No había charlas ni
agarramientso de manos con las otras chicas…
“Si quisiera dañar mis brazos lo haría golpeándome con un martillo” gruñó
Lauren mirando a sus uñas por la millonésima vez.
Fuimos divididos en 4 equipos, tres chicas y tres chicos en cada uno. Nuestro
equipo y el de Lauren eran los primeros mientras que los otros dos equipos
jugarían el próximo día.
“Genial para ti, gracias por el aviso.” Rodé mis ojos. Tomé mi posición delante a
la izquierda, y para mi gran irritación ella hizo lo mismo.
“¡Mía!” Jamie, que estaba en el centro, atrás, dijo y golpeó el balón por encima de
la red.
“¡La tengo! ¡La tengo!” Jessica gritó corriendo desde atrás con las manos puestas
en posición. Insatisfactoriamente, tropezó con sus propios cordones de los
zapatos y cayó, golpeándose la cara contra el suelo. Regla numero uno: Las
manos libres mientras corres ¿eh?
Una risa salió de todos nosotros; su cara estaba roja, y su nariz… Dios, ¿De
verdad estaba un poquito torcida?
“Gran comienzo para nosotros Jessica” soltó Keith “Ya sabes, tienes a esa gente
en tu equipo que se llaman compañeros de equipo.” Le dio una burlesca sonrisa.
Le gruñó y giró la cabeza. Me reí, y también mis compañeros. Lauren rechinó los
dientes.
“No te pongas chula, Swan… No estarás en mejor forma cuando acabe contigo”
me amenazó con una enfermiza dulce sonrisa.
“Ya veremos” dije simplemente. Era nuestro turno para sacar; Ángela dio un
paso hacia delante, golpeando la pelota. Afortunadamente la pelota cayó por
encima de la red, pero Caleb la trajo de vuelta, y Keith la puso perfecta para mí.
Salté, la golpeé con la más fuerza que pude por encima de la red. ¡Punto!
Balanceó la pelota varias veces, intentando actuar como una profesional. Unos
diez segundos más tarde, estuvimos cansados de esperar.
“¡Lo siento mucho!” dijo Jessica, asustada de la mortífera Lauren, que la seguía
mirando intensamente.
“De verdad Swan, yo creo que deberías ceñirte al baloncesto, no te ofendas, pero
eres penosa en esto” dijo enfatizando ‘penosa’. Lo dije la que ha tocado la pelota
una vez desde que el partido empezó. Decidí ignorarla, ya lo arreglaría más
tarde.
Era ahora el turno de Keith para sacar. ¡Finalmente! ¡Un buen saque! Jesse, un
chaval del otro equipo la golpeó y salió disparada preciosamente por el aire,
esperando a que uno de nosotros la golpeara. Por supuesto, yo fui a por mi
oportunidad.
Salté y la golpeé tan fuerte como pude hacia el otro lado, dando en la cabeza de
Lauren. Ella ni siquiera estaba prestando atención al principio, estaba con la
cabeza girada, hablando con Caleb sobre mi “falta de aptitudes”. Sus ojos
echaban humo, seguido de un grito y una serie de infamias.
“Señorita Mallory, en verdad, ella no ha roto ninguna regla. Ella golpeó por
encima de la red y tú por otra parte,” le dio una mirada desaprobadora “Deberías
haber estado prestando atención. Además, yo estoy seguro de que fue un
accidente, no es así, ¿señorita Swan?”
“Por supuesto que lo fue” le sonreí a Lauren “Siento si te lastimé, Lauren. Mis
disculpas”
“¡La tengo!” saltó y golpeó la pelota hacia mí. Con una sonrisa, la despejé y Ben
la golpeó por la red. Su equipo gimió cuando vio que íbamos ocho puntos por
delante.
Era bueno que hoy el día estuviera de mi parte. Antes de terminar el partido, la
cabeza de Lauren colisionó con la pelota tres veces más gracias a mí. Ella gritó
cada vez, y todo el mundo lo encontró graciosísimo. Ganamos el partido.
Después de que nos cambiáramos de ropa, caminé con Ángela, la que me estaba
diciendo lo que haríamos en Biología hoy. Entonces, sentí que algo golpeaba
contra mi cabeza.
“¿Qué demonios?” me giré para ver a Lauren, de pie ahí con los brazos cruzados
en su pecho, de pie al lado del carro de voleibol, sonriendo oscuramente.
“Ups” dijo, fingiendo un grito ahogado “Puedes perdonarme ¿no? Los accidentes
ocurren”
“Por supuesto que te perdono…” le sonreí y me giré “O… ¡Quizás no!” con ello me
agaché para coger la pelota y se la lancé enfadadamente hacia ella. Ella gritó
fuertemente una vez más, sacando más balones del carro y me los lanzaba. Cogí
el otro carro que estaba en una esquina cercana a mí, y lancé otras pelotas hacia
ella también.
“¡Zorra!”
“¡Puta!” contesté, lanzando una hacia la cadera antes de que se levantara del
suelo algunas pelotas ya que el carro estaba vacío.
Había pelotas por todos lados, y los demás nos miraban como si hubiéramos
perdido la cabeza. Intenté imaginarme lo que habían visto, a mí y a Lauren
lanzándonos pelotas alocadamente, insultándonos mutuamente. Dios… era muy
infantil.
“No…” murmuramos.
“No quiero nada así otra vez, ¿Lo habéis entendido? Esto es un colegio, y estáis
aquí para vuestra educación y para mejorar sus estudios académicos. Ahora
Señorita Swan, he escuchado de sus profesores que lo está llevando muy bien,
con sobresalientes, así que dejaré pasar esto… y en cambio a ti Señorita Mallory,
su suficiente debe ser subido al notable si quiere seguir en el equipo de
animadoras.” Dijo a través de sus gafas.
“¡A clase! ¡Las dos!” nos gritó y las dos salimos pitando por la puerta. Ella me
empujó a propósito para pasar ella por la puerta; gruñí y decidí dejar esta pasar.
En frente del mostrador de recepción, vi a Edward sentado en uno de los sofás,
con el ceño fruncido. Lauren gritó y corrió hacia él.
“¡Edward! ¡Qué bien que viniste a verme! Estoy perfectamente bien, excepto por
esta torcedura de tobillo” se remangó el pantalón para enseñárselo, pero Edward
la ignoró como si fuera invisible y caminó hacia mí rápidamente. La cara de
Lauren cayó, cerró los puños y nos miró furiosa unos metros allá.
“¿Estás bien?” sus ojos estaban llenos de preocupación.
“Escuché hace un rato que te metiste en una pelea en el gimnasio. Supongo que
las chicas exageraron un poquito, dijeron que te rompiste una pierna.” Explicó,
riéndose.
Me guió afuera de la puerta sin lanzar ninguna mirada a Lauren cuando pasamos
a su lado.
“Sí” sonreí “Acabé enferma de que me provocara, así que tuve que hacer algo…”
le conté toda la historia y se rió cuando le dije que Lauren fue golpeada por la
pelota varias veces en el partido y cómo Jessica hizo para golpear a Lauren en el
culo cuando sacó.
Puesto que los chicos estaban fuera por el juego de esta noche, Alice, Rosalie y yo
pedimos comida china y estábamos teniendo una “charla de chicas” mientras nos
pintábamos las uñas la una a la otra. Era una hora de camino por lo que la
escuela no le permitió ir a otros estudiantes, o Alice, Rosalie y yo habríamos
estado allí, animándolos a todo pulmón. Admito; era divertido hacer las cosas de
chicas. Nunca hice nada como esto cuanto era pequeña, ya que realmente no
tenía ningunos amigos que fueran lo bastante cercanos a mí como para abrir mi
corazón.
A las nueve en punto recibí una llamada de Edward en medio de She’s the
Man,(Ella es el chico) diciendo que ganaron y estaban en camino a casa. Eso se
sintió bien, recibir su llamada y que compartiera su alegría conmigo. Es decir, él
estaba en el bus con un grupo de otros amigos, pero me llamó a mí.
“Hombre… pensé que Emmett estaba bromeando cuando dijo que eran malos.
Por primera vez en la vida, le atinó a algo,” bromeó, sonriendo.
“Edward… ven al asiento de atrás conmigo,” ronroneó una voz desde el otro lado
de la línea. Y no sólo cualquier voz, la voz de ella. De repente, sentí esta
incomodidad en mi estómago y me di cuenta que estaba conteniendo mi
respiración.
“Si, claro.”
“Bueno, mejor te dejo ir. Tengo que ir a encargarme de algo entre Dylan y Jaime
antes que los puños se involucren,” gruñó.
Me reí ente dientes, “Ve a hacer tus cosas, Capitán. Te veré mañana”
“Buenas noches” Cerré de golpe mi móvil. ¿De verdad estaba celosa? No es como
si él fuera realmente a ceder ante Lauren. Me dije a mi misma que estaba siendo
tonta; tal vez Lauren sabía que él estaba al teléfono conmigo de modo que hizo
eso como venganza para enfadarme por lo que hice en el gimnasio.
Aún si algo pasó entre ellos, eso no debería molestarme. Él era libre de salir con
quien quiera que quisiera, es decir, no es como si fuera mi novio o algo. Pero
sabía desde el fondo de mi corazón que Edward no haría eso, sabía que él no lo
haría.
Mis pensamientos divagaron hacia esta mañana cuando pensó que estaba
lastimada. Estaba sinceramente conmovida por la preocupación que llenaba sus
ojos y cuan aliviado pareció cuando vio que yo estaba bien. Me hizo sonreír; verlo
en mi cabeza mientras repetía las escenas.
“¿Bella? ¿Qué estás haciendo?” Preguntó Rosalie, sus ojos alejándose con
dificultad de la pantalla de TV.
La foto estaba trabajada en photoshop, y parecía como la que estaba… ¡la que
estaba en el móvil de Edward! Excepto que en la imagen yo estaba usando un
bikini con la palabra “prostituta” en él, y sobre mi cabeza había una pancarta en
letras doradas que decía “vagabunda del 2008 - ¡no perteneces aquí!”
“¡Mírenla! ¡Demasiado asustada para dar cualquier respuesta! ¿No les dije que
era una cobarde?” Se rió Lauren tras de mí, y se le unieron muchas otras
personas. Ahora estaban aplaudiendo, disfrutando de mi miseria. Quería morir.
Fue aún peor en mates. Estaban pasando notas entre ellos, sonriendo con
suficiencia en mi dirección. Cuando me pidieron resolver una ecuación, el chico
sentado a mi lado me pasó una nota por debajo, la leí por encima… “perra de
Nueva York,”
Despedacé el papel dentro de mi puño, lo cual causó más risillas. Si yo era una
puta, ¿qué haría eso ser a Lauren? ¿Una prostituta? Al menos yo no me lo estaba
tirando a como ella. Él. No me tuve fuerzas para pensar su nombre.
“¿Señorita Swan?”
“Ese maldita, juro que... voy a hacerle un daño grave a su rostro…” dijo entre
dientes cuando terminó de escucharme despotricar.
Ella se veía perpleja, “Bella... ¿vas a dejarla escaparse como si nada con esto?”
Asentí. “No quiero causar más problemas. Ya terminé con el drama. Estoy
cansada de él.”
“¿Estás segura?”
Sonrió con satisfacción, y no era una sonrisa de felicidad, “si alguna vez cambias
de opinión…”
No quería ir a educación física, quería faltar. Pero por la buena estudiante que
era, no podía forzarme a hacerlo. El vestuario todavía estaba bastante vacío
cuando entré. Gracias a dios ella no estaba aquí todavía, sólo estaban Ángela,
Heather y Jasmine.
Heather y Jasmine no sabían que hacer, por lo que pusieron sus manos
suavemente sobre mi espalda, dándome unas palmaditas. Entonces de la nada,
escuché a alguien aplaudiendo.
“Por supuesto que lo estoy,” dijo lealmente, nunca antes la había visto hablarle
alto a Lauren. Y sabía que ello debía haberle tomado mucho coraje; su rostro
estaba levemente sonrosado, y sus manos estaban temblando un poco.
“Como quieras. Capta esto, Weber, las personas que no están de mi lado siempre
terminan yendo hacia abajo,” ella le sonrió y fue hacia su casillero.
Hoy no jugábamos, lo cual era bueno. Después que el entrenador tomó lista,
nosotros, los estudiantes que jugamos ayer, tomamos asiento sobre la banca.
“De nada. Ella siempre nos ha tratado como sus esclavos en el pasado… Sostén
esto por mi, sostén aquello por mí…” imitó él, “como si nos importaran un
demonio sus uñas. Pero con Edward pone esta voz dulce y chillona… ¡agh!”
Edward…
“Escuché sobre lo que pasó esta mañana, lamento no haber estado allí,” me
acercó hacia su pecho de manera protectora, y eso me causó un poco más de
dolor. Lo alejé de un empujón, pero no habría tenido éxito sin su ayuda. Me miró
con una expresión herida.
“Nada”
“¿Crees que yo le di la imagen?” Susurró, sus ojos estaban llenos de dolor y algo
de lo que no estaba segura, ¿frustración?
Quise creerle muchísimo, ¿pero cómo pudo hacerlo ella de cualquier otra forma?
Si él no se la dio, ¿cómo podría ella haber conseguido la misma foto?
“Bella, no tengo idea de cómo ella consiguió esa fotografía. ¡Lo juro! ¡Yo nunca te
haría eso a ti, no lo haría! No se como la consiguió… en serio, no sé…” pasó su
mano por su cabello, frunciendo sus labios.
“Supongo que es sólo una coincidencia que desaparecieras esta mañana,” dije
con frialdad, luego lamentándolo de inmediato. ¿De qué servía discutir?
Solamente terminaría más triste en mi interior. Él respiró profundamente y me
miró a los ojos, hablando claramente.
“Algo malo pasó entre Jamie y Dylan anoche en el bus, se metieron en una pelea
enorme y ambos se lastimaron. Estuvo bastante malo; sus padres fueron citados
aquí a la escuela. Esta mañana me dijeron, junto con Emmett y mitad del equipo
que presenció la pelea, que fuera a la oficina y les contáramos lo que vimos. El
entrenador todavía está pasando apuros en si sacarlos del equipo o no…” se
detuvo, y de repente, su cuerpo se congeló.
“Espera… ¡la pelea! ¡Eso es!” golpeó su frente, luego me agarró por el hombro,
asombrándome por su repentino movimiento.
“¡Bella! ¿Recuerdas cuando te estaba hablando anoche y corté pronto? ¡Tuve que
ir a dividir la pelea entre los chicos, por lo que no tuve la oportunidad de poner el
móvil de regreso en mi bolsillo! Debo haberlo dejado sobre el sofá, ¡y Lauren
estaba sentada detrás de mí!” golpeó la pared con su tenso puño.
“¡Demonios! ¡Ella debe haber visto y enviado la foto a su móvil por su cuenta! No
me lo puedo creer…” aporreó la pared con su puño, más duro esta vez.
“¡Si! Lamento haber dudado de ti. Créeme, nunca quise... pero no podía pensar
en ninguna otra forma de que eso pasara…” Me sentía tan estúpida ahora, y eso
me hizo intensamente culpable cuando levanté la mirada hacia sus ojos color
esmeralda, hacia sus sinceros ojos. No noté que tenía lágrimas en mis ojos hasta
que él las limpió con sus dedos.
Se rió entre dientes, “está bien. Yo también habría dudado de mí. Lo siento, en
serio,” entonces su sonrisa desapareció, y sus ojos estaban furiosos ahora, “y
Lauren va a pagar…”
“¡No!” Casi grité. Él me dirigió una mirada confusa. “No empieces nada, ¿vale?
Voy a dejar toda estaba basura de Lauren justo ahora. Ella me dejará en paz con
el tiempo. Estoy bien, de verdad.”
Él suspiró, “Si eso es lo que quieres. Diablos… estaba esperando tener un poco de
diversión con ella,” murmuró, sus pensamientos volando hacia algún lugar más.
¿En serio planeó algo en esos 60 segundos? Decidí cambiar el tema.
Edward suspiró, “están bien. Hicieron las paces estaba mañana y se disculparon
entre sí. En todo caso, estaba peleando por algo estúpido; por quines eran los
jugadores All-star de la NBA el año pasado. Fue tonto; comenzaron a provocarse
entre ellos y se convirtió en una pelea. Aunque Dylan recibió el peor daño; su
brazo se partió, por lo que puede que no sea capaz de jugar baloncesto en el
siguiente par de meses. Está realmente enojado por ello.”
“Aja… apesta,” hizo una mueca, y luego el timbre sonó. “Date prisa, vamos a
clase,” sonrió, rozando mi mano con las yemas de sus dedos y su roce me hizo
cosquillas. Me di cuenta de cuánto extrañé eso.
La Sra. Caughman aún no estaba allí cuando llegamos. Pocos segundos después,
ella finalmente regresó, con cara de disculpa.
“Lo siento… tuve que hacerme cargo de algo en la oficina. Abran la página 465 y
oh… antes que lo olvide, para aquellos de ustedes en la obra, no estaré ahí para
el ensayo de hoy. Tenemos una reunión para todas las facultades…” antes que
ella pudiera terminar su frase, Adam interrumpió con emoción.
“Estoy realmente complacida que te sientas así, “¡por lo cual es que conseguí un
sustituto!” Nos sonrió.
El resto de la tarde pasó mucho más rápido que la mañana. Por supuesto,
algunas chicas malaleche aún se reirían de mí en los pasillos, pero la risa se
calmó un poco. Encontré a Edward en el frente del edificio cuando la escuela
terminó, y fui recibida por una sonrisa torcida.
“Una tarde libre. Ha pasado un buen rato desde que he tenido una de esas,” rodó
sus ojos, “¿y qué estás haciendo con tu libertad?”
“Eso lo veremos, ¿no?” Me guiñó el ojo y me dio un pequeño beso en las mejillas.
Por primera vez; anhelé leer historia.
“Pero claro. Sabes cuan importante es mi educación para mí,” dije, manteniendo
un tono profesional, como uno de esos vendedores que ves en TV.
“Estudiando,” dijo él, como si fuera la cosa más obvia. Todavía me estaba
mirando con una enorme sonrisa satisfactoria sobre su hermoso rostro.
Sacudí mi cabeza y me reí de nuevo, “bueno, tengo sed. ¿Te gustaría tomar
algo?”
“¿Si?” Me reí.
“Yo…uh…” mi respiración era irregular, quería decir algo, lo que fuera, pero las
palabras no salían. A la larga, algo finalmente escapó de mi boca cuando mi
cerebro comenzó a funcionar de nuevo.
Lancé mis brazos alrededor de su cuello y sonreí, “si. Me encantaría ser tu novia,”
dije con gran felicidad, y él se inclinó más cerca para besarme completamente en
los labios. Un novio…
“Quería preguntarte desde hace muchísimo tiempo… pero no quise que salieras
huyendo. Pero ayer, cuando Mike dijo esas palabras para apartarme, de que no
fuera tu novio… Sabía que no podía esperar más. Tu eres la chica para mi, Bella,
ahora se que no quiero a nadie que no seas tú,” susurró, acariciando mi mejilla
con su mano. Su voz estaba derritiéndome; sin mencionar sus ojos…
“Bien, me alegra que lo hicieras,” dije cuando finalmente tuve la fuerza para
hablar. Pareció complacido con mi respuesta, crispando la esquina de sus labios
hasta hacer una mueca.
“Pero nunca había tenido novia antes, es difícil de creer. Entonces, no estoy
exactamente seguro de como va todo esto.” Reí ante la inocencia de su
expresión, “Estoy segura que lo harás genial, así como haces todo lo demás.”
Tire de el hacia el sofá sin dejar de besarlo. Cada vez que nos separábamos para
sentir nuestros alientos, nuestros labios automáticamente se buscaban cada
uno, segundos después. Como si fueran magnéticamente atraídos.
“Mi novia,” susurró y rozó mi cuello. Reí nerviosamente y anudé su cabello una
vez más para cerrar la pequeña parte de espacio entre nosotros.
Mis dedos temblaron al desabrochar la camisa azul marino que vestía. Debajo
tenia una camisa blanca sin mangas, me robó el aliento. Se saco la camisa y la
lanzo sobre mi cama. Sus ojos traspasaron de nuevo los míos con una
deslumbrante sonrisa.
Respiraba sin aliento mientras admiraba esos increíbles bíceps suyos. Comencé a
recorrer con la punta de mis dedos cada parte de sus brazos, musculosos y
corpulentos. Apreciaba como es que alguien tan, imponentemente atractivo
podía ser real.
“No sabes que bien se siente,” murmuro contento. Sonreí y me acomode entre
sus brazos; Estaba completamente satisfecho con mi actual posición. Nos
quedamos en absoluto silencio; jugó con uno de los filamentos de mi cabello
mientras yo hundía mi cara en su pecho, aspirando cada olor de su esencia.
“Tu sabes cuanto desearía estar aquí contigo por siempre. Pero la reunión del
colegio ya terminó, y el entrenador me quiere allí para la practica de hoy,”
susurró.
Suspire, “Ok. Tendré que hacerme a la idea de que no te puedo amarrar por
siempre.” Se rió.
Alrededor de diez minutos, Alice llegó junto con Rosalie, quien no parecía del
todo feliz.
“Es injusto, ¿Por qué tienen que practicar ahora? ¿Y después de la reunión del
colegio? El entrenador es un insensato. Ni siquiera la Sra. C, la adicta al juego,
¡pospuso el ensayo!
“¡Oh por Dios! ¿Alguien esta herido? ¡Edward! ¿Él esta bien?” chillaron, saltando
fuera de sus asientos. Reí.
“¡Oh por Dios! ¡Es grandioso!” Creo que escuche algunos huesos de mi espalda
tronar.
“¡Toma esto!” dijo Rosalie, lanzando una almohada detrás de Alice. Alice gritó;
y lanzó una almohada en mi cabeza.
Me burlé y le lancé de vuelta la almohada; Rió y subió una revista para cubrirse.
Rosalie comenzó a perseguirla. Cuando la pelea término, mi cabello era un gran
desastre. Estaba todo parado en los lugares inadecuados; me veía como si
hubiera caminado afuera con un huracán encima de mí.
“Es genial que ustedes dos estén juntos,” dijo Alice, aparentemente contenta. “Y
por el tiempo, también. No hay razón para no hacerlo oficial,” vi que torno sus
ojos, no supe porqué.
“Nos referimos a que ustedes ya estaban actuando como una pareja,” dijo
Rosalie, sonriendo así como subía su ceja.
Mis mejillas se sonrojaron. “No estábamos.”
Alrededor de las seis y media, los chicos salieron de su práctica y nos encontraron
en el jardín. Arreglé mi cabello y lo cepillé para acomodar los enredos que
conseguí en la lucha de almohadas. Soy decente, pensé para mi misma. Mi cara
se encendió cuando recordé que volvería a ver a Edward de nuevo.
Los chicos nos sonrieron cuando los miramos metros atrás. Emmett se inclinó al
oído de Edward para susurrarle algo. Edward le lanzo una mirada sucia y
murmuró algo detrás de el. Jasper río, rodando sus ojos hacia sus mejores
amigos.
“¿Siendo un idiota otra vez, Emmett? Espera, ando mal. ¿Siendo tu mismo otra
vez, Emmett?” Alice reafirmo antes de sentarse junto a Jasper, haciendo
muecas. Emmett la ignoro indignado, y después giro hacia mí sonriendo
satisfecho.
“Así que… ¿Qué hicieron esta tarde antes de la practica, chicos?” emitió,
arqueando sus cejas hacia Edward y a mi.
“Nada.” Ambos reímos e intercambiamos miradas.
Emmett rió, “Oh Si. Nada. Eso es el porque de que Edward llegara con el
cabello todo desordenado y la camisa mal abrochada.
Edward miro a lo lejos, ocultado su tonta sonrisa mientras que todos reíamos.
Después el tomo mi mano sobre la mesa, sosteniéndola firmemente con la suya.
El calor de su mano se sentía grandioso; Mire arriba hacia sus ojos, y me
deslumbro con esos increíbles ojos suyos. Eran tan imponentes. Mi corazón latía
fuertemente; era imposible acostumbrarse a su perfección. ¡Sin defectos!
Jasper rió entre dientes, “así que finalmente ustedes dos están juntos. Y por el
tiempo, digo, de cualquier manera, ya ustedes estaban actuando como una
pareja.”
Ahora ya estaba molesta, “Ok… ¿Por qué siguen diciendo eso? Tu novia,” le lancé
una mirada a Alice, quien se agito con una risita, “dijo la misma cosa hace rato.”
“Ah, aun no he terminado, esperen unos segundos mas, por favor,” Emmett rió
fuertemente y con gran humor mientras Edward y yo lo mirábamos perplejos.
“Ok… Ok… estaba bromeando,” murmuro inocentemente.
“Gracias,” le dije sarcásticamente, rodando mis ojos.
-
-
Ordenamos lasaña, excepto Rosalie, quien pidió una ensalada Italiana. Comenzó
a vernos fijamente mientras comíamos, observando atentamente cada plato de
nuestra comida. Me hizo sentir culpable, mirándome con esos ojos
envidiablemente suyos.
Lance mi tenedor y la mire frustrada, “Mira Rosalie, esto se esta hiendo a lo
ridículo. Tienes un cuerpo tan perfecto, ¡que tú no necesitas dietas tan
horrendas!
“De todos modos, ¿Por qué comes vegetales?” Emmett le pregunto
inocentemente. Edward y Jasper gimieron, tan frustrados como con su lentitud.
“Porque subió una libra la ultima vez que se peso,” Alice respondió por ella,
rodando sus ojos.
Después de la cena, Edward rápidamente se excuso y dijo que tenía que ir por
algo. No quise presionar desde que puso esa sonrisa apaga en su rostro.
“Ya vuelvo,” beso mi cabello y salio apurado dentro de la tienda.
Regreso con un bolsa llena de caramelos, arrojándolos sobre la mesa. Alice y yo
gritamos; ha pasado tanto tiempo desde que no tenía un chocolate.
“Ok… ¡que nadie toque los Hersheys y nadie saldrá herido!,” amenazo
Emmett, desenvolviendo uno antes de deshacerlo dentro de su boca. Edward
cogió un Twix y le dio una gran mordida.
“Hmm… ¿no es este lo mejor? Digo, disfrutando el sabor tan lechoso y
chocolatazo… absolutamente delicioso.” Lamió sus labios y cerros sus ojos en
apreciación. No pude ayudar pero note que su comentario estaba haciendo que
Rosalie se rindiera, quien tenia los labios puestos y sus ojos enclaustrados en la
barra de chocolate.
Alice y yo nos conteníamos mientras mirábamos la estrategia y el plan del juego
de Edward.
Edward dio otra mordida al chocolate, exagerando nuevamente sus
movimientos, “Mmm… Definitivamente es refrescante. Ha pasado tanto tiempo
que no comía un chocolate, ¿No estas de acuerdo, Bella?”
“Edward trago la mordida de chocolate, “¿Sabes que? Creo que voy a tomar
otro mas,” dijo claro y lentamente. Este comentario, claro, seguía siendo directo
a Rosalie, quien estaba tornándose más pálida cada minuto. Sus manos estaban
sujetando los lados de la silla. “El ultimo Twix,” señalo.
Al estar apunto de desenvolver el Twix que tomo, todo sucedió muy rápido,
Rosalie se levanto y lo arrebato ferozmente de las manos de Edward. Lo abrió
rápidamente con sus dedos y le dio una gran mordida, masticándolo
rápidamente.
Trago Rosalie, “Fuera dieta,” Se rió Emmett y coloco sus grandes manos sobre
los delicados hombros de Rosalie.
“Esa es mi chica.”
Incline mi cabeza hacia Edward, quien tenía su grande y orgullosa sonrisa sobre
su cara, completamente adulado consigo mismo.
“Ese fue un gran plan” susurre mientras los otros estaban riéndose por las cuatro
envolturas de Hershey frente a Emmett. Edward rió.
“Gracias.”
“OK, ¿Qué fue eso?” pregunto, mirándome confuso cuando nos separamos.
“Pero yo si quiero”.
“Así que, ¿Qué significa eso? ¿No podremos hacer nada a menos de que estemos
solos?” bromeo, “Y la próxima vez que quiera besarte durante la escuela, ¿Te
tendré que mandar un mensaje y citarte en el closet del conserje? Buena idea,
Bella,” Oh si… definitivamente ahora estaba bromeando, Gire mis ojos.
“No quise decir que no nos besáramos. Solo dije que no de esa forma.”
Jugué al baloncesto con Cody y Sean, en realidad no jugamos con las reglas,
solo bromeando alrededor y ensuciándonos cada uno. Ángela duro todo el rato
hablando con Ben Cheney sobre la banca.; parecía muy feliz y alegre con esa
gran sonrisa sobre su cara. No quise fijarme mucho; sabía que torpe me sentía
cuando otros se fijaban en Edward y en mí.
“Bueno, Soy un corredor muy rápido,” hizo una mueca. Reí y sacudí mi cabeza.
“Olvida lo que pregunte.” Acerco su rostro cerca del mío, pero lo detuve cuando
estuvo una pulgada cerca del mío. Me sentí casi decepcionada al ver que no me
besaba. Leyó mi rostro y frunció los labios, como si estuviera cuidándose de no
reír.
La chica sentada a un lado mío, Michelle, pensó que el la estaba mirando; agarro
su espejo y se acomodo el cabello. Era hilarante.
Edward pasó sus manos sobre mi espalda mientras ponía mis hojas dentro de la
mochila, pero rápidamente las regreso a sus costados cuando termine. Las
partes donde me toco seguían cubiertas de plumas. Sabía que no podría más.
“Olvida todo lo que dije esta mañana, no me importa lo que otros piensen… este
espacio entre nosotros me esta matando,” lo admití, un poco avergonzada, “Y
contigo recordándome eso, fui yo la que salio con toda esa estupida idea,
sinceramente es una tortura. Cada vez que me presionabas…”
“Soy muy bueno. ¿Verdad?” susurro entre risas. Después me empujo sobre su
pecho, duro y calido pecho.
Después de estar tanto tiempo dentro del edificio, era refrescante sentir y ver el
sol que era tan calido.
“¡Pues sigo sin creer que dejaras a Lauren en paz! Esa rata merece algo,” Rosalie
dijo indignada, dándome la misma mirada que recibí ayer de Edward. Primero, no
sabia lo que ella estaba diciendo, después se me hecho encima ayer, muy
distante.
“Bien, la voy a dejar en paz y espero que ella haga lo mismo. Me enferma que no
lo deje pasar, y que comience de nuevo… Estoy esperando a que todo esto
termine,” me encogí. Suspiraron.
“¡Bastardo!,” esa voz… asombrada empuje a todos los que estaban sobre mi
camino y vi a Edward, sosteniendo a Mike del cuello de su camisa, dándole un
fuerte golpe en la cara. Mike gimió en agonía, tratando de patear a Edward con su
pie, pero le fue un fracaso.
Edward lo lanzo sobre el piso, y se agacho para darle algunos golpes mas en el
estomago. Emmett y Jasper trataron de detener a Edward sosteniéndolo por los
hombros, pero se sacudió ferozmente dándole a Mike con vigor otro gran golpe
en la quijada.
“¡Basta!” grite, corriendo hacia Edward, y quitándolo de encima de Mike. Sus ojos
eran asesinos, como si estuviera listo para arrancarle a alguien la cabeza.
Emmett y Jasper lo sostenían de los brazos, consiguiendo levantarlo del piso.
Estaba furioso, sus ojos eran oscuros y peligrosos. Acechando a Mike, como un
depredador y su presa.
“¡No te vuelvas atrever a hablar de ella de esa manera!”, le gritó a Mike, quien
era ayudado por Eric y Tayler. Los pasos de Mike eran inestables, continuaba
haciendo muecas de dolor.
Edward gruñó, “¡Y una mierda!” exhaló. “Si tu vuelves, si vuelves a hablar de ella
de esa forma tan inapropiada, haré de tus días en esta escuela tu infierno
personal. ¿Me entiendes?
“Oye, Mike, ¡vayámonos de aquí! ¡Edward se ve que esta listo para asesinar a
alguien!” escuche que Eric le murmuró nerviosamente, sudando cada vez que
miraba la cara venenosa de Edward. Mike apuñaló sus manos y se fue
cobardemente con sus amigos, alejándose lo más posible de nosotros.
“Tengo una conjetura,” el otro chico me hecho un vistazo, y sus otros amigos
rápidamente cabecearon.
“Ah…”
Capítulo veintinueve: Sólo pruébatelo
La muchedumbre borró cualquier marca de furia en el rostro de Edward. Lo
seguí silenciosamente asustada de hacer algún comentario. Se sentó bajo un
árbol frente a una charca artificial, debajo del puente. Cogió una roca, la lanzó
despidiendo agua al exterior. Esperé unos minutos hasta que se calmase.
Una brisa tranquila pasó carca, él continuó ‘’oí por casualidad a Mi…él’’ escupió
enfadado su nombre ‘’ estaban hablando sobre ti. Hablando de lo impresionante
que estarías con unos trajes de baño que vieron en una revista anoche… De lo
mucho mejor que estarías sin ropa’’. Gruñó y apretó sus puños.
Conseguí arrodillarme y cogí su cara con mis manos, besé su nariz…su frente. ‘’
Es un idiota. No te culpo. Pero me hubiera gustado que me lo hubieras dicho
primero, así le hubiera pegado un tortazo en la cara.”
Se rió ‘’ hubiera sido una escena agradable de presenciar’’, pero sus ojos aun se
nublaban de tristeza.
“¿Crees que te echará la culpa a ti?’’ Le pregunté y por mi cuerpo paso una ola de
cólera al pensar que Mike pueda meter a Edward en algún problema.
‘’gracias. Lo necesitaba’’
No ensayamos, sino que por el contrario, estuvimos probándonos los trajes, que
para mi horror, el mío era el más grande. Parecía que no era la única horrorizada
por los trajes, escuchaba a los otros chicos murmurar con terror. Edward notó mi
expresión y me agarró la mano mostrándome una sonrisa.
Lauren se mostró con Jessica, luciendo tan blancas y rubias como siempre. Si,
podría no haber venido a la escuela. Pero decidió de alguna manera que tenía que
aparecer en el ensayo. La señora C tosió para conseguir nuestra atención.
‘’Vale, ahora quiero que todos los chicos se vayan allá con Paul’’. Indicó a un
chico rubio con el pelo de punta. ‘’ El nos ayudará a seleccionar a los chicos. En
cuanto a vosotras venid conmigo’’.
‘’Ahora se como los jóvenes de hoy en día tenéis estas cosas en contra de las
cosas anticuadas. Y creedme, lo he vivido -rodó los ojos- así que…en vez de
torturaros llevando esos incómodos vestidos sin estilo, voy a traer unos vestidos
exquisitos, femeninos que tienen un tacto que parece viejo, pero a la vez
moderno’’ cogió un vestido azul y las chicas que habían detrás mías parecían
encantadas.
‘’Este por ejemplo…podéis sentir que es antiguo y elegante, pero también puede
ser…glamuroso’’ nos deslumbró con una brillante sonrisa.
Lauren y Jessica no parecían contentas por toda la tención que me ponían. Ellas
gruñeron y las miré incrédula, estando así de feliz decidí ignorarlas. Elaine me
llevo a sitio de los trajes largos y me dio uno de ellos, diciéndome
‘’Pensaba en éste para la obra’’ exhibió un exquisito vestido rojo que solo Rosalie
usaría. Era moderno y pasado de moda al mismo tiempo con la parte inferior del
vestido elegante que cubría hasta las piernas… vale… admito que me gustó y que
podría imaginarme a alguien llevándolo en la obra.
‘’¿ Qué opinas?’’ me pidió aun con esa cara tan expectante.
‘’Sí’’ dije cogiendo mi ropa. Tomé una respiración larga y profunda y abrí la
puerta con menos valor aun. Ella estaba allí sonriéndome con satisfacción. Una
expresión-Alice quise decir. Sabía que si ella hubiera estad aquí se habría llevado
perfectamente con Eleaine.
‘’¡ Maravillosa, maravillosa, ahora tengo una máscara preciosa que va con el
vestido…’’ entonces ella me dejo delante del espejo.
‘’uh, uh…wow’’ tartamudeó jadeando aun con los ojos abiertos. Me ruboricé y
fruncí mis labios al mismo tiempo. Era tan insólito verlo mudo, y no digamos
tartamudeando.
‘’¡ huhg, no está en el armario!, esta quizá en el otro. ¡Ahora vuelvo!’’. Eleaine
dijo exasperada mientras que Edward y yo nos mirábamos a los ojos
intensamente sin hacerle caso. A ella pareció no importarle; ella anduvo
rápidamente al otro lado de las cortinas mientras que Edward dio varios pasos
hacia mí.
Ahora era yo la que estaba nerviosa con aquel chico inhumanamente hermoso y
a unos pasos de mi cara. Mi corazón empezó a palpitar con fuerza. Mi cara estaría
probablemente igual de roja que el vestido. No pude evitar mirar a su pecho
expuesto. Ante eso tome todo mi autocontrol para no extender mi mano y
posarlas sobre él.
Me reí ‘’ estoy segura que los leotardos te quedarían también bien. Pienso que si
llevaras una manta también te quedaría bien.
Rodó sus ojos como si no me creyese ‘’ todavía prefiero no llevar aquellas medias
como pantalones, muchas gracias. Si quisiese ser bailarina hubiera ido a una
escuela de bellas artes’’ Esto me llegó aún más, trate de imaginármelo con unos
pantalones ajustados, pero el todavía se veía… caliente.
‘’Umm..’’ antes de que tuviese la posibilidad de decir algo mas sus labios se
estrellaron contra los míos con entusiasmo, pero sosteniéndome con cuidado con
sus manos suaves, mientras que yo coloque mis manos delante de su pecho.
‘’¡ lo encontré! Como dije esto pegará con el vestido’’. Eleaine surgió de detrás de
las cortinas y se nos quedo mirando atontadamente.
Eleaine me dio una máscara roja, brillante que tenia plumas escarlatas que
sobresalían de un lado. Si hubiera algo que tuviese que considerar fuera de
moda, hubiera dicho la máscara. Debo decir que Eleaine tenía razón; la máscara
hacia juego con el vestido que llevaba.
La de Edward era de plata, brillante bajo la luz. Este también hizo juego con su
traje. Se inspeccionó.
‘’ podría haber sido peor’’ me dijo al oído cuando Eleaine no prestaba atención.
Estaba de acuerdo con él.
La Sra C. nos sonrió ampliamente cuando nos vio forzadamente a probarnos las
máscaras. ‘’Fabuloso, estáis los dos fabulosos’’ sus manos agarraron a Edward y
yo rápidamente me quité la máscara por la vergüenza. Entonces para mi
sorpresa vi a Lauren detrás de las cortinas echando una ojeada. No dijo nada, ni
estallo ni intento rasgar mi cara. No mientras que estuviera Edward allí.
‘’Le dije que había química entre ellos dos’’. Oí a la señora C decirle orgullosa a su
amigo, aunque no lo hizo demasiado alto, no quiso que la escuchara. Sonreí y
volví a mi camerino. Entonces note que Lauren todavía miraba a escondidas
detrás de las cortinas con unos ojos furiosos, pero al mismo tiempo… envidiosos.
Nuestros ojos se encontraron y en un segundo desapareció rápidamente de
detrás de las cortinas.
Al principio no le hice caso oponiéndome al deseo que tenia por golpearle entre la
ingle. Puse cara de enfadada y me largué cuando él comenzó a seguirme.
‘’Hey’’ dije fría sin mirarle a la cara. Cogí mi vestido y estaba a punto de salir
cuando el abrió sus brazos y me paró.
‘’Huhg. No estoy segura. Fuiste diciendo cosas sobre mí, y forzaste a mi novio a
pelearse contigo. No. Definitivamente no estoy enfadada’’. Dije muy enfadada,
a él pareció darle una sacudida eléctrica, pero volvió a recomponerse
rápidamente.
‘’¿ novio? Esto va en serio’’ se reía. ‘’ escucha, no sé qué te diría Cullen pero no
dije nada sobre ti. Está buscando cualquier cosa para pegarse conmigo.”
‘’¿ No sabes que está jugando contigo? Edward Cullen nunca sale en serio con
una chica, juega con ellas, y las trata como la basura. Te estoy advirtiendo;
déjale antes de que lo haga él’’.
No podía creer lo que oía de ese individuo, ese que había estado hablando mal de
mí, y que casi consigue que le golpee en la tripa. ‘’Mira Mike’’ dije su nombre con
repugnancia ‘’ tú no sabes nada sobre mi ni de Edward, así que no te metas en lo
que no te concierne o no lo pararé cuando Edward quiera darle una paliza. Oh y
yo tengo un consejo para ti, no pierdas tiempo conmigo. Tienes a muchas chicas
detrás, pídale salir a Lauren’’. Se lo dije con una sonrisa, a lo que el frunció el
ceño, confuso.
Después de la cena, caminamos hacia nuestra habitación hasta las 9.30. Edward
me dio un dulce beso en los labios antes de irse, haciendo que mis rodillas se
debilitasen. Nuestros labios se movían lentamente y con cada otro me perdía en
sus brazos que envolvían mi cintura. Entonces Emmett separó a Edward con esas
manos tan fuertes que tiene agarrándolo por el cuello, rompiendo así nuestro
beso.
‘’ Vale. Necesitamos irnos. Sé que vosotros dos sois los Shakespeare de nuestra
escuela, pero estoy seguro que Romeo y Julieta no se dicen adiós con un beso tan
largo. Y créanme, puesto que he visto la película como cien veces con Rosalie’’
dijo rodando sus ojos y arrastrando a Edward hacia la puerta. Edward estuvo
hablando de lo poco que le importaba su negocio mientras que Jasper iba
relajadamente detrás de ellos riéndose.
‘’ ¿ Si Alice?’’
Me abraza. ‘’ Gracias’’
‘’ Que bien. Estoy contenta’’ le sonreí sinceramente. Ella me abrazo una vez más
y nos dimos las buenas noches metiéndonos en nuestras cómodas camas. No
tarde mucho en quedarme dormida.
Al día siguiente, el ensayo fue cancelado porque anunciaron iba a hacer una
reunión del Consejo estudiantil. Suspire con coraje cuando pensé que Edward
estaría ocupado.
Los más mayores tenían una orientación para saber el que estudiar después de la
escuela. Así que Alice y yo volvimos a nuestra habitación. Me conto que Kelsey le
pregunto por Edward ya que iban a la misma clase de arte.
‘’ tengo que decir, y fuera de tonterías que el gusto de Kelsey es el mejor’’ me reí
‘’ pienso que no es su culpa ser una estúpida y carecer de opinión. ¿Piensas que
hizo los amigos incorrectos?’’
‘’¿ porque tenemos que estudiar la disección? Es que no me gusta abrir a las
pobres criaturas.’’ Mientras que me dijo esto giro la pagina a una con una rana
con el estómago abierto. Hice una mueca; entonces mi teléfono empezó a sonar.
En el móvil salía ‘’papa’’ y eso era inusualmente raro puesto que estoy en
contacto con Charlie mediante E-mails. Nunca podemos tener una conversación
de más de dos minutos.
‘’¡ Bella!’’ su voz era urgente ‘’escucha cariño, no quisiera alarmarte o cualquier
cosa, pero…umm, pero ha habido un accidente’’ su voz era reservada y podía
detectar los nervios detrás de su voz tranquila. Mi mano temblaba pero espere a
que continuara.
‘’ Renee ha tenido un accidente de coche. Acabo de recibir una llamada de Phil, un
coche le golpeo mientras que conducía…’’
‘’ No se cielo, ahora está en el hospital inconsciente. Pero estará bien. Ella es una
buena persona’’ entonces la voz de Charlie disminuyo y caí mi teléfono. Mi
madre. Inconsciente. En el hospital.
‘’¿ Bella?’’ Alice corrió hacia mí y recogió el móvil. ‘’¿ qué ha sucedido?’’
Mis labios temblaban y mi cuerpo entero se sacudía con miedo, cuando Alice me
entrego el móvil. Un sollozo se me escapo y después corrí, corrí tan rápidamente
del cuarto como me fuera posible. Mi madre. Golpeada por un coche.
Inconsciente en el hospital.
Mi cuerpo entero seguía temblando. No porque tuviera frío, ya que lo tenía entumecido
de pies a cabeza, sino porque estaba asustada. Mi madre ha sido la persona más cercana
a mí desde que nací. Ella era mi mejor amiga, mi pared… pero ahora, con ella en el
hospital, sin saber si ella ya había despertado o no, estaba mas asustada de lo que nunca
antes había estado.
“¡Maldita sea!” grite exasperada, poniendo mis manos atrás de mi cabeza. Empecé a
sollozar de nuevo, pensando en que había hecho, o que había hecho mi madre, la
persona más amable y cuidadosa que existía, para merecer esto. Las lágrimas caían
rápido por mis mejillas como si mis ojos fueran una fuente, mis rodillas estaban débiles
y no tenía ningún tipo de fuerza en el cuerpo.
“mi mama… ella esta…” intente explicarle mientras sofocaba los sollozos y el llanto. El me
levanto, mientras yo sollozaba de nuevo contra su pecho, como si la lluvia no lo hubiese
mojado suficiente todavía. Todo ese tiempo el me abrazo muy fuerte sin decir nada.
“vayamos a un lugar mas seco. Esto se va a convertir pronto en una tormenta, y tú te vas
a enfermar. Estoy muy seguro que esa seria la ultima cosa que tu madre desearía que
hicieras. Vamos a mi cuarto, esta cerca” dijo tranquilamente con sus manos en mis
caderas, guiándome a su dormitorio ya que yo seguía un poco temblorosa. La luz de un
relámpago nos ilumino seguido por su horrible sonido, Edward recogió la sombrilla y la
cerro, ya que no servia de mucho, considerando que ya nos encontrábamos empapados
por la lluvia.
Mi respiración aun era entrecortada, y había estado llorando por tanto tiempo que hasta
me costaba respirar. Estaba de pie junto a Edward en silencio mientras el intentaba abrir
la puerta de su habitación, el y yo estábamos temblando ya que hacia mucho frío gracias
al aire acondicionado que había en los pasillos. Cuando por fin la abrió fui a sentarme a
su sofá mientras el fue directamente a su closet a buscar algo.
“ten, ¿Por qué no te pones esto?” me tendió una de sus playeras “talvez te
apetezca tomar una ducha”.
“si, eso seria agradable gracias” mi voz sonaba ronca. Si no fuera por el hecho de
que yo aun seguía muy molesta por lo que le había pasado a mi mama, sabia que
ahora estaría muy avergonzada.
“bueno, todo esta en el baño. Hay toallas extras en el gabinete” dijo
amablemente mientras yo asentía con mi cabeza. Tome la camiseta y me fui
directo al baño mientras silenciosamente lloraba.
Salí de la ducha y abrí el gabinete como Edward dijo. Tome una de las toallas más
largas que había y me seque. Tome la playera que él me prestó, que era lo
suficientemente larga para ser un vestido, y me la puse sobre mi ropa interior
mojada. Puse mi ropa sucia en una esquina y regrese a la habitación. El ya se
había cambiando y puesto ropa seca mientras yo me bañaba. Su pelo aun estaba
mojado, pero despeinado y rebelde como siempre.
“toma, algo de beber” dijo, dándome una taza con chocolate caliente.
“¿diga?”, conteste sin aliento. Escuche a mi padre del otro lado de la línea.
“¡Bella!, cariño, Phil acaba de llamar para darme muy buenas noticias. Tu madre
esta despierta, y ella va a estar bien, excepto por algunos huesos rotos… pero
ella va a sobrevivir…”
“bueno, estaba pensando que tal vez podríamos ir a visitarla por algunos días,
solo para asegurarnos de que está bien ¿Qué dices?”
“perfecto. Mañana iré a recogerte en la mañana. El canal del tiempo dice que con
suerte la tormenta habrá desaparecido para mañana en la mañana, pero ya
veremos, mantente en contacto”
“¿como sabias donde estaba?” pregunte entre sollozos observando sus ojos con
los míos que ya estaban hinchados y rojos.
“Alice me llamo” dijo revolviendo mi cabello. Al instante algo me pego, sentí que
me quería matar a mí misma.
“oh, mierda, ¡Edward! Soy tan estúpida! ¡Aquí estoy llorando por mi mama,
olvidando completamente de lo que le paso a tus padres! ¡Oh dios, ahora me
siento más estúpida trayéndolo al tema!” grazne, enojada conmigo misma por
ser tan insensible.
“hola… si, ella está aquí. Ok… espera” rodo sus ojos y me dio el teléfono. “Alice
quiere hablar contigo”.
“¡Bella! ¡Me asustaste horriblemente! ¡No sabía qué hacer, así que llame a
Edward! Dios, ¿entonces todo está bien? ¿Que sucedió? Y porque no contestas tu
móvil, ¡suena ocupado!”
“Alice, cálmate… por favor. Estoy bien ahora… recibí una llamada de mi papa
hace rato; mi mama estuvo en un accidente. Pero ella va a estar bien. Siento
haberte asustado. No pensé bien las cosas… estaba asustada” dije
avergonzándome.
Ella suspiro “ok… eso es genial. Ahora déjame hablar con Edward”, dijo con tono
demandante, parecía mi madre. Le regrese a Edward su celular.
“si… si… ¡ya lo sé! Claro que no,¡ Alice! ¡No la voy a dejar caminar con esta
tormenta! ¿Estás loca? ¡Claro que no!” escuche que decía, impaciente, mientras
caminaba por la habitación. “ella quiere hablar de nuevo contigo”. Edward me
extendió el móvil con una mueca.
“escucha Bella. Quédate con Edward hoy ¿ok? Se está poniendo muy feo haya
afuera, y en caso que no hayas escuchado, las clases de mañana fueron
canceladas”
“no, Jasper está conmigo. Emmet y Rosalie están en su cuarto. Regresaron unos
minutos después de que te fuiste del cuarto corriendo, completamente
empapados, me imagino” pude notar que ella sonreía desde el otro lado de la
línea.
“ok. Solo era por saber… bueno, gracias de nuevo” dije y colgué el teléfono.
Edward estaba recargado contra la pared con las manos en los bolcillos, “así
que… ¿tienes hambre?” pregunto.
“uh…” estaba a punto de mentirle pero mi estomago gruño, y se rio entre dientes.
“iré a buscar algo de comer” me guiño, saco sus llaves del escritorio y salió por la
puerta. Me levante del sillón y camine por la habitación, examinándola por
primera vez, ya que la primera vez que había venido estaba pensando en mi
mama. Era limpia y ordenada, ciertamente no era lo que yo esperaba. Había
libros y Cd´s ordenadamente categorizados en los estantes, en el lado oeste de
la habitación, una televisión de plasma sobre un estante lleno de Dvd’s y un
poster de la NBA colgado sobre su escritorio. El sillón donde yo estaba sentada
estaba forrado de cuero negro, y combinaba con la habitación perfectamente, era
de un estilo moderno y minimalista.
Tenía un porta retrato en la mesita de al lado de su cama. Era una foto de él y yo,
tomada por Alice por supuesto, los dos sonreíamos tomados de la mano en el
patio. Me senté en el borde de su cama y tome la foto en mis manos. ¿Quién lo
diría, yo, Bella Swan, se conseguiría alguien tan increíble y atractivo como
Edward de novio cuando llegue aquí? Incluso ahora, sigo teniendo problemas
creyendo esto.
“no había mucho de donde escoger. Traje todos los M&MS y doritos de la
maquina” dijo Edward con expresión avergonzada, aventó la comida chatarra en
la mesa, tomo dos latas de coca cola del mini refrigerador. Me pare rápido de su
cama, poniendo la foto de nuevo en su lugar.
“sabes, me asustaste” susurro “estaba tan preocupado cuando Alice me dijo que
habías salido corriendo hacia la lluvia. Ella no tenía idea de que había sucedido,
pero me dijo que tú estabas llorando. Estaba tan asustado de no poder
encontrarte, y que tu estuvieras escondida en algún lugar del campus”.
“está bien… todo va a estar bien ahora” decía suavemente, poniendo sus brazos
alrededor mío de manera sobre protectora. Desearía poder creerle así de fácil;
aunque sabía que mi madre sobreviviría, ella estaba muy débil para hablar por
teléfono. Y sabia que no estaría realmente tranquila hasta que no pudiera
escuchar su voz.
“¿si, Bella?”
“gracias” dije, mientras veía sinceramente sus ojos ”si no fuere por ti yo estaría
aun afuera quien sabe dónde. Gracias” susurre y puse mis manos alrededor de su
cuello.
“no hay de qué. Siempre estaré aquí para ti. Recuérdalo” me susurro. Era
imposible dudar de su sinceridad. Mis ojos se rozaron de nuevo, pero estaba
determinada a no llorar enfrente de el de nuevo. Hoy ya lo había hecho
demasiadas veces.
El resto de la velada Edward me tuvo entre sus brazos, con música suave de
fondo y una luz tenue. Trajo una manta al sofá para mí, para que no tuviera frio.
Dulce y caballeroso, como era siempre. La atmosfera era muy romántica y
pacífica, así que nos quedamos en el sofá por quien sabe cuanto tiempo.
“ya sé, yo solo… no me sentiré bien hasta que no la vea” confesé ”se que eso
suena un poco paranoico”.
“no” dijo rápidamente “tu te preocupas por tu mama, es perfectamente normal.”
Dijo mientras acariciaba mi mejilla. Luego me pregunto mas por mi mama; le dije
que era lo que solíamos hacer juntas cuando yo era más joven, como podía
hablar de todo con ella. Para mi sorpresa me sentí mucho mejor después de
decirle a Edward todas esas cosas, yo pensé que me iba a sentir deprimida, pero
fue todo lo contrario. Me escucho paciententemente, no había en su rostro ni una
pizca de aburrimiento.
“lo es” dije, sintiéndome bien porque mañana la volvería a ver. Bostece; aunque
era muy temprano, las 9:30 de la noche, o eso decía en el reloj digital de Edward
que estaba colgado de una pared.
“¿sueño?” rio entre dientes “deberías de ir a la cama, tuviste un día muy duro”
dijo cariñosamente mientras juntaba sus dedos con los míos.
Edward rodo sus ojos hacia mi “muy graciosa”. Hizo mi sonrisa preferida en todo
el mundo, esa que me hacia olvidar todo lo que estaba diciendo hace algunos
segundos. Me tomo un momento regresar al presente.
“no… yo tomare el sofá. Es suficientemente malo que este de intrusa, como para
también quitarte tu cama!” proteste. Me callo con uno de sus dedos.
“bella no te pongas difícil por favor” susurro, acercándose a mi “ ¿realmente
crees que yo te haría dormir en el sofá?, enserio, ¿que tipo de novio seria?” una
sonrisa burlona apareció en su cara “toma la cama…¿ ok? Déjame ganarte solo
por esta noche”.
¿Porque siempre me tenía que ganar? “siempre consigues lo que quieres” sonreí.
“buenas noches Bella” beso mi frente y camino alrededor de la cama para tomar
la otra almohada. Me senté apoyándome con los brazos. Solo supéralo Bella…
¿qué era lo peor que él podía hacerme? ¿Rechazarme?.
“buenas noches… Edward…” y la noche cerro mis ojos antes de darme cuenta.
“Buenos días”.
Se rió entre dientes; y esa era la cosa más maravillosa para oír por la mañana.
Mi cara se encogió con horror. Por un segundo, pensé que me iba a desmayar.
Qué conveniente que ya estuviese en una cama.
“¡No!” Grité. Pero era cierto, por supuesto. Sabía por mi madre que decía
cosas en mis sueños, pero la mayor parte no tenían sentido. Miré fijamente a
Edward, completamente aterrorizada, “¿Qué dije?”.
“Relájate Bella” Se rió. “Te preocupas por tu madre”. Acarició mi cabello muy
suavemente, pero no era esa parte la que me asustaba. Continué presionando.
Yo suspiré, “¿Mucho?”.
“Te puedo asegurar que fue en torno a un centenar” Dijo con humor. Le di un
codazo en el estómago y se rió. Entonces sus pensamientos parecían estar en
otro sitio.
“¿Edward?”.
“En serio”.
“Como quieras, Edward. Hey, no se me ocurría otra cosa que ponerme para el
camino de vuelta a mi habitación. Ya sabes, mi ropa esta...”
Él rió, “No es eso. Es sólo que... no sé si podré controlarme si veo a los chicos
mirarte lujuriosamente mientras caminas. Digo, Técnicamente no estás usando
pantalones, y la camiseta se transparenta al sol. Te lo juro, cualquier silbido, y
me abalanzo sobre ellos”Dijo amenazante mientras que le miraba asombrada.
“Caray,.. Me estoy yendo por las ramas. Y se que no debería culparles porque
no puedan mantener las manos para si mismos, porque yo tengo este mismo
problema” Sonrió con suficiencia, mientras recorría con sus manos mis costados.
“Voy a llamar a Alice”
Media hora más tarde, Alice llegó con mi ropa, o al menos pensé que sería mi
antigua ropa, con Emmett, Jasper y Rosalie siguiéndola.
“Te ves bien, Bella. Siempre supe que las camisas de Edward te irían bien”
Emmett bromeó antes de sentarse. Yo le eché una mirada asesina.
“Parece que hoy han cancelado las clases por nada, que no me estoy
quejando...” Dijo Rosalie mirando por la ventana.
Emmett se levantó del sofá y fue a la cocina para tirar algo a la papelera.
“Wow, ¡Mira toda esta comida basura!, ¿Eso fue lo único que cenasteis ayer?”
Preguntó emocionado y con envidia “¡La máquina del dormitorio de las chicas
estaba vacía! ¿Tíos, fuisteis muy afortunados!”.
“Buen punto. Bueno, ahora estás vestida, ¡Vamos!” Ella agarró su bolso y me
arrastro hacia fuera de la puerta.
Por la tarde, Charlie llamó para decir que me pasaría a recoger a las cinco y
media, por lo que podríamos cenar juntos en el avión. No era la idea más
emocionante pero me figuraba que era el mejor plan que tenía para pasar más
tiempo conmigo.
Alice tenía razón sobre la escuela, no estaba totalmente en ruinas, pero era
un lío. Había árboles caídos por todas partes, mesas dadas la vuelta... era
desastroso. Pero la escuela había prometido que las cosas volverían a la
normalidad antes del inicio de la próxima semana.
“Gracias, Alice”.
“Nos tienes a todos en la marcación rápida. Y... hey, si algún tipo te intenta
algo contigo, estaré allí tan rápido de lo que puedo decir mi nombre”, dijo
Emmett, guiñándome un ojo.
“Voy a omitir el discurso” dijo Rosalie sonriendo con suficiencia “Te echaré de
menos, amiga”.
“¡Yo también os echaré de menos! Nos vemos en unos días” Les despedí y salí
de la habitación.
“Si, gracias”.
Estaba inquieta con la mano de Edward entre las mías, agarrándolo tan fuerte
como podía. Cada vez que pasaba un coche, apretaba la malo mas fuerte,
pensando que podía ser Charlie. Edward notó mi tensión, arqueó una ceja y sus
labios se movieron, divertidos.
“Lo siento” me disculpé “El pensamiento de ver a mi madre era bonito... pero
ahora que realmente la voy a ver... estoy nerviosa. No se si podré soportarlo, al
verla con los tubos y las intravenosas...” Me recliné sobre su hombro.
“Eso espero”.
Un reluciente BMW negro se detuvo unos segundos mas tarde. Sabía que era
Charlie. Edward me tranquilizo con su mano y me ayudó a levantarme.
Mi papá llevaba unas gafas de sol, pero se las quitó rápidamente en cuanto
salió del coche. Él sonrió, pero frunció un poco el ceño en cuanto vio a Edward en
pie junto a mí. Sin embargo, recuperó la compostura mientras caminaba hacia
nosotros.
Ahora sólo éramos Edward y yo, uno frente al otro en la parte trasera del
coche. Miré sus ojos verdes, y estos se llenaron de preocupación e inquietud.
“Vas a estar bien” dijo, mas para sí mismo que para mí. Se acercó un paso
más y envolvió mi cintura ligeramente con uno de sus brazos mientras que yo
reposaba mi cabeza sobre su pecho.
“Edward, gracias. No se que habría hecho sin ti” dije agradeciéndole, sonreí
después de darle un beso en el pecho. Él sonrió de vuelta,
“De nadas. Espero que las cosas vayan bien, y yo voy a estar aquí cuando
regreses” Eso fue el sello de la promesa.
Alguien aclaró su garganta a unos pocos metros, mi padre estaba ahí parado
torpemente, observándonos.
“Por mucho que me gustaría que te quedases más, dudo que a tu padre le
guste que le hagamos esperar más.” Él sonrió abiertamente. Tenía razón. Miré a
mi padre, quien estaba comprobando su reloj con nerviosismo.
“Así que.... ese chico, Edward, ¿es tu novio?” Preguntó tratando de jugar frío.
“Sí... lo es.” Tragué, mientras me volvía rojo escarlata. No quería que Charlie
supiese sobre Edward, pero siendo una adolescente, discutir con la persona que
estás saliendo con tu padre no es lo que más interesa.
“Tiene buena presencia también. ¿Eso fue lo que te llamó de él?” Bromeó.
“Sí, es muy guapo, pero es más que eso” Rodé mis ojos. “Es muy amable y
comprensivo. Sabe lo que estoy pensando.”
“Está bien... sólo ten cuidado, ¿vale? Sé que probablemente es un buen
tipo...”
“Está bien... pero como tu padre, tengo que ser exigente y cuidadoso con el
novio de mi hija” suspiró “No hagas nada de lo que puedas arrepentirte más tarde
¿de acuerdo?”.
“Claro papá” Suspiré yo también. Edward había sido más que un caballero las
últimas semanas, siempre pendiente de mis necesidades... dándome su hombro
para llorar cuando me entristecía... si Charlie conociese a Edward, olvidaría todas
sus preocupaciones.
Charlie revolvió mi pelo con su mano. “Mi niña está creciendo realmente.
Estaba pensando... que antes de que te dejase en la academia, no mostraste
interés en ningún chico. Tres semanas después, ¡BAM! Ella me presenta a su
novio...” Murmuró agitando la cabeza.
Me tomó el pelo y se rió. Unos segundo más tarde, empecé a reír también.
Nos tomó media hora llegar al aeropuerto. Charlie había comprado billetes de
primera clase, cosa totalmente innecesaria. Después de la cena, dormí todo el
camino a Nueva York hasta que él sacudió mis hombros para despertarme.
El hospital estaba muy cerca del aeropuerto JFK. La enfermera nos llevó a la
habitación #605, y nos sonrió deseándonos buena suerte. Respiré
profundamente y abrí la puerta...
“Bella, que bueno verte cariño”, ella me sonrió débilmente y cogió mi mano
mientras me sentaba en la silla de plástico de al lado de su cama.
“No seas ridícula. Por supuesto que habría venido” se burló un poco,
haciéndose el ofendido.
Ella soltó una risita y sacudió su cabeza. “No cariño. Estoy un poco agotada
por todos los medicamentos que me han puesto. Sigo diciendo que estoy bien,
¿pero ellos escuchan? ¡No!”.
“No seas tan difícil, Renee. Ellos están haciendo su trabajo” Escuché la risa de
Phil, quien entraba por la puerta. “Hola Bella, Charlie”, dijo, amigablemente,
mientras intercambiaba un apretón de manos con mi papá.
Él suspiró. “No tanto como yo. Relájate, ¿vale? No te estreses por nada” Dijo
pensativo. Asentí con la cabeza y, a continuación, me di cuenta de que no podía
ver mi gesto, por lo que se lo dije por teléfono.
“Claro. Lo haré. Y tú tienes que hacer lo mismo y dejar de preocuparte por mí,
¿de acuerdo?”.
Él se rió entre dientes, “Lo haré lo mejor que pueda. Voy a dejarte ir a ver a tu
madre ahora; nos vemos en unos días”.
“Te ves más alta ahora, y son sólo algunos meses desde la última vez que te
vi” Dijo mi mamá, apretando mi mano fuertemente para alguien que acaba de
tener un accidente.
“Bueno muchachita, cuéntame sobre ti . Tus amigos, tu vida” exigió, con los
ojos llenos de preguntas. Le di algunos detalles sobre Alice, Rosalie, Emmett,
Jasper, y por supuesto, Edward. Le expliqué las confusas relaciones que tienen
entre ellos, ya que seguramente por mail no lo habría comprendido. Quiero decir,
ni siquiera yo misma podía entender lo que había escrito.
Tal y como esperaba, ella captó que había algo diferente con Edward de lo que
había con los otros nombres que había mencionado. Quizá porque me sonrojaba,
o porque ella era una buena lectora de mentes. No la conté que estaba saliendo
con él, pero mi madre es una mujer inteligente.
“Oh, emm... Edward. Le llamé yo para decirle que había llegado bien.” Dije
tímidamente, inclinando mi cabeza para que no se diese cuenta de que enrojecí.
Ella sonrió enormemente, “¿Y estás saliendo con Edward?”.
Mi mamá se recostó sobre mi hombro “Es tan bueno saberlo, Bella. Me alegro
de que finalmente hayas encontrado a alguien. Estaba un poco preocupada, tal
ves mi divorcio con Charlie te hubiese complicado las cosas... solía pensar que
quizá estuvieses insegura y que esa fuese la razón para que no trajeses a nadie
a casa” Su cara era solemne.
Mi mamá se rió, “Charlie dice que es muy amable y de buena presencia. Estoy
dolida de que hablases con él en primer lugar”, bromeó.
Yo gemí, “¿Te contó eso? Dios, si solo estuve al teléfono alrededor de...
¿cuánto? ¿Cinco segundos?”.
“Fue lo suficiente para ver el brillo de tu cara cada vez que pronuncias su
nombre. Y te juro que tenías la sonrisa más grande en la cara que te haya visto
antes”. Ella sonrió son suficiencia.
Mamá apretó mi mano, “Oh sí. Una muy buena” ella me guiñó el ojo.
Para: Bella
De: Edward
Fue muy dulce por parte de Edward que hiciese una cosa así. Después de que
clické el botón de respuesta, llegó otro mensaje.
Me sentía un poco triste cuando cerré la puerta detrás de mí. Quién sabía cuando
iba a volver a ver otra vez a mi madre, pero el pensamiento que me recordó que
tenía otra familia esperándome, allí en la Academia, me hizo sentir mucho más
feliz.
Cuando embarqué en el avión, sentía mi corazón más ligero que antes, después
de ver a mi madre y saber que se estaba recuperando bien. Mi padre y yo
caminamos hacia su BMW después de desembarcar y recoger nuestro equipaje.
Estaba aparcado en el parking del aeropuerto mientras estuvimos fuera.
“Bueno, ciertamente estuvo bien volver a ver a Renee. Debería decir que no bajo
las mejores circunstancias, pero una visita agradable, es lo mismo” dijo Charlie
relajado una vez que nos alejábamos del aeropuerto en coche, rompiendo el
silencio.
Lo consideré por un momento. “Sí, eso creo” una sonrisa se expandió por mi
rostro.
“Bien”
Luego, el resto del camino fue tranquilo, lo que era totalmente esperado. Charlie
fue lo bastante bueno como para dejarme manejar a mí las emisoras de la radio,
elegí la de música clásica y lo vi por el rabillo del ojo aliviarse de que no fuera a
poner esa música pop de ahora a un volumen súper alto.
Era el amanecer; el precioso color del cielo era una mezcla entre rojo y naranja.
Mi padre me firmó los papeles en la oficina y sacó mis maletas del maletero
después de rellenar los formularios.
“¿No lo soy siempre?” puse mi cara inocente como estuviera dolida por incluso
haber sacado eso a la luz. Se rió y me abrazó. Después de nuestras tonterías, se
fue.
Estaba un poco asfixiada cuando llegué a la entrada del edificio. Gracias a Dios
que teníamos ascensores en este colegio. No creo que hubiera disfrutado el
cargar todo el camino de escaleras con unas maletas detrás de mí.
“¡Jasper! ¿Has visto mi…?” Alice se paró al escuchar el sonido de mis llaves. Abrí
la puerta.
“¡Hey compi, hey novio de compi!” los saludé burlonamente cuando ella lanzó sus
brazos por encima de mi cuerpo.
“¡Bella! ¡Pensábamos que no volverías hasta hoy por la noche!” olvidando que
tenía una pesada (vale, al menos para mí) maleta en mi mano, Alice me abrazó
más tiempo del que hubiera deseado.
“Umm ¿Alice? Creo que Bella se está muriendo” dijo Jasper de broma desde el
sofá, sus labios formaron una sonrisa. Alice dio un grito ahogado y dejó caer sus
brazos al mismo tiempo que yo soltaba mis maletas en el suelo con un fuerte
golpe.
“Ve a ello, amiga” Alice me guiñó y me movió hacia la puerta, dándole a Jasper
una mirada llena de significado. Había que querer a mis amigos.
Lo observé desde unos metros más allá cuando saltó con gracia hacia el aro para
tirar un tiro desde atrás de la línea de tiro libre. No entró; rodeó el aro y cayó
afuera. Me sorprendió ya que Edward nunca fallaba ningún tiro. Quiero decir, es
Edward Cullen.
Llevaba una camiseta negra con unos pantalones cortos azul marino. La línea de
sus músculos era perfectamente visible bajo su los rayos naranjas del cielo, y
cuando empezó a botar otra vez el balón, observé que falló de nuevo otro tiro.
Vale… eso era totalmente inesperado.
“¿Bella?”
Corrí hacia él y me tiré a sus brazos; me cogió y empezó a darme círculos, feliz.
Sus ojos esmeraldas brillaban de felicidad. “Yo diría que ‘echar de menos’ se
queda corto para mí”
Alcancé su rostro de nuevo y lo traje más cerca del mío de nuevo “Enséñame lo
mucho que me has echado de menos entonces” dije, esperando que tuviera la
suficiente seducción que buscaba. Aparentemente la tuvo porque los labios de
Edward empezaron a moverse contra los míos con la misma urgencia que lo
hicieron en nuestro último beso. Estaba completamente perdida en nuestra
sesión de besos.
“Y…” dije; sin respiración y recuperándome de sus besos “¿Me puedes decir cómo
fallaste esos tiros?”
Se rió, era música para mis oídos, y sonrió “Sólo perdí la concentración”
“¿eh?” sonreí y cogí la pelota del suelo que él había lanzado hace un momento
para abrazarme e hice un rápido tiro a canasta “aún lo tengo”
“Voy a hacer que te arrepientas de incluso haber pensado eso” se rió a la vez que
me despeinaba y yo gritaba.
“¡Ah! ¡Para!”
Sus labios se curvaron “Mis disculpas. Has sonado como Emmett, a todo esto.”
Se rió mientras yo gruñía y le pegaba juguetonamente en el hombro.
Compararme con Emmett era definitivamente un insulto.
“Estoy seguro de que Alice y Rosalie no me querrán mucho después de esto pero,
quiero pasar la noche a solas contigo, si te parece bien” dijo, mirándome a los
ojos y sonriéndome con esa sonrisa torcida. La sonrisa que hacía derretirse a las
chicas de cualquier edad. Incluida yo.
“Por supuesto que me parece bien. Prefiero pasar mi primera noche de vuelta a
California con mi novio también” dije dulcemente, devolviéndole la sonrisa.
Sonrió “Perfecto”
Pedimos algo para llevar y nos sentamos en la hierba a disfrutar de nuestra cena.
Era como un picnic, y realmente no había casi nadie ya que elegimos el sitio
menos lleno de gente del campus. Enfrente de nosotros había un lago artificial, el
mismo sitio donde hablamos después de todo el incidente de Mike; y parecía
incluso más bonito de noche, con el brillo de la luna reflejado en el agua. Era
absolutamente romántico.
“Por tu madre, por sobrevivir, y por ti, por volver” sonrió Edward.
“Salud”
“Dios mío, esto está muy bueno” dije, mi voz sonaba casi en un murmullo
después de darle un bocado a la hamburguesa ya que no lo había tragado
todavía. Tragué “No sabes lo que comí en Nueva York. Mi padre es fan del
marisco” puse una mueca de horror recordando esa ostra que Charlie pidió
anoche. Podía jurar que eso estaba aún vivo.
Se rió “Así que de todas las cosas que podías echar de menos ¿Echaste de menos
la hamburguesa?” su tono era incrédulo ahora.
“Gracias por herir mi ego. Mi novia me pone en el segundo lugar de la lista, y voy
detrás de un trozo de carne con verduras. Estoy herido, Bella, de verdad” fingió
una mirada herida pero fue rápidamente reemplazada por una ingeniosa sonrisa
que vino de repente a su rostro “y… ¿Has dado con algún dependiente de
hamburguesería mientras estabas allí? Ya sabes, ellos prácticamente trabajan
con hamburguesas las 24 horas al día, y los 7 días de la semana.”
Dejó un espacio entre nosotros con una sonrisa petulante “No sabía que fueras
tan medio ambientalista”
“Hmm” quité mi mano “Quizás” dije, frunciendo los labios para esconder mi
sonrisa.
“Desde la última vez que miré, no regáis el césped los Domingos por la noche”
dijo Edward defensivamente. El hombre forzó una sonrisa.
“Relájate. Sólo estoy aquí para dejar las cosas listas para mañana” con eso, se
fue.
“Suficiente risa a mi costa. Ya sabes que te salvé la otra vez de que te mojaras”
gruñó.
“La última vez no estuvo nada mal” le recordé. Pensó en ello y sonrió
“Verdad”
“¡Oh dios mío! ¿Viste eso? ¡Una estrella fugaz!” grité señalándolo. Sabía que
probablemente estaba sonando como una tonta… pero en Nueva York los únicos
objetos brillantes que veías en el cielo eran los aviones.
“No” dije sin dudar “No necesito un deseo. Tengo todo lo que necesito justo aquí”
“Ya somos dos” susurró mientras sus labios chocaban suavemente contra los
míos.
Posters, posters y posters. Había posters colgados en todo el campus con listones
azules y amarillos, recordándonos que había un partido esta noche. Como si
nadie lo supiera… o sea, ¡vamos! Nadie se pierde los partidos, no a menos que
estén en su cama muriéndose.
“¿Qué vamos a llevar para el partido?” Rosalie pregunto mientras se miraba las
uñas, examinándolas bajo la luz del sol.
“Humm… odio romper tu burbuja, pero todavía tenemos horas para decidirlo
señorita” dije burlándome.
Alice bufo burlonamente, “Quieres decir… ¿solo horas? ¡Tenemos que alistarnos
desde ahora en ese caso!”.
Bufe y rodé los ojos a mis dos mejores amigas. Podían ser algunas veces tan
obsesionadas.
“Ok… vamos a enfocarnos en algo mas importante. ¿Qué vamos a cenar?” dije
cuando sentí que mi estomago empezaba a gruñir.
“¿Chicas? ¡¡¡Vamos a comer algo!!!” Rosalie dijo muy entusiasta. Yo sabía que
había una razón por las cual éramos amigas.
“Hey, ahí está el club de fans” Alice murmuro, apuntando a un grupo de chicas de
segundo y de primer año que sostenían posters con el nombre de Edward. Oh si,
¿mencione que estaba rodeado de grandes y rojos corazones?
“Mira, parece que Bella tiene algo de competencia”, Rosalie bromeo, dándome un
suave golpe en el hombro. Le saque la lengua como una niña.
“Ok, si alguna de las zorras te ataca, sabes nuestro teléfono celular…” dijo Alice
con una sonrisa.
“Hola Bella” me dijo con una sonrisa, un poco sorprendida cuando me vio por el
reflejo del espejo.
“Hola Ángela” le sonreí de vuelta “Nunca te había visto antes en los juegos de
baloncesto”
Suspiro, “Lo es. O sea digo, es que es tan… lindo. Y es tímido igual que yo, así
que nos llevamos bien” dijo mientras me lavaba las manos.
“Bueno, te vas a divertir esta noche” le asegure con confianza, tirando el papel
con el que me había secado las manos al cesto de basura.
Salimos del baño juntas, y nos dijimos adiós ya que ella tenía que regresar con
su cita. Cuando abrí la puerta que me llevaba al lado opuesto del gimnasio,
estaba más que sorprendida de ver quien estaba del otro lado de la puerta, con
su equipo que estaba calentando para el juego.
El sonrió, “Hola…” y dio un paso hacia mí, “vi que no estabas con Rosalie y Alice,
así que imagine que estarías en el baño…” luego me tomo entre sus brazos y me
abrazo, “Yo solo tenía que verte antes del partido”.
Sonreí con mi cara enterrada en su pecho. ¿Podría ser el más dulce? Cuando me
separe de él, me encontré perdida de nuevo… en sus perfectos e hipnóticos ojos
verdes.
“Oh Dios mío” murmure cuando vi que todos los pares de ojos que estaban en
el gimnasio nos veían a Edward y a mí en la pantalla gigante y luego a nosotros
en persona, una y otra vez… como si decidieran cual era el que tenia mejor vista.
“Uh… mejor me voy”, dije dando un paso hacia donde estaban mis amigas
sentadas. Inesperadamente, Edward me tomo de la cintura y me giro para darme
un beso apasionado en los labios. El Gimnasio estallo en “Awes”, pero tenía
demasiado en mi cabeza como para que me importara. En todo en lo que podía
pensar en ese momento era en lo dulce que eran sus labios…
“BEEEP!!!” el silbato sonó, ya era la hora del partido. Despegue mis labios de los
suyos y le di un beso en la mejilla antes de irme.
“¡Oh Dios mío! ¿Por qué es tan afortunada? Solo ha estado aquí ¿por cuánto
tiempo? ¿Tres semanas? Y ya tiene a Edward Cullen de rodillas enfrente de ella.
¡Hablando de injusticia!” escuche que una chica sentada detrás de nosotros
decía, envidiosamente.
“Swan es afortunada. O sea, amigo, ¡vamos! Edward es… ¡tan sexy!” escuche
que alguien más decía, de otra dirección. Rosalie y Alice me levantaron las cejas,
como si dijeran, “explícanos”; pero por suerte para mi, el juego comenzó en ese
instante.
“¡¡Whoo!! ¡Vamos Edward! ¡Vamos Bulldogs!” esas chicas, quien quiera que
sean, parecía que se habían recuperado rápidamente cuando el partido comenzó.
Nuestro equipo tenía primero el balón, y el primer punto se consiguió en
segundos, gracias a nuestro capitán. No podía prestar mucha atención al partido
en sí, pero sabía perfectamente que mis ojos estaban en Edward todo el
tiempo, con mi corazón palpitando rápidamente dentro de mi pecho.
“¡SI!” Alice choco las manos conmigo y con Rosalie cuando Jasper anoto pasando
a un chico del otro equipo.
Baloncesto es lo que hacemos
Jasper y Jamie chocaron los puños cuando llegaron al otro lado de la cancha,
parecían felices pero cansados a la vez.
Cody le paso el balón a Edward tan pronto como este fue lanzado. Edward, como
un fantasma, corrió hacia el lado opuesto de la cancha sin que se le atravesara
ningún chico del otro equipo y anoto con un excelente tiro. Los del otro equipo se
veían desconcertados, con un gran signo de interrogación en la cara. Sin
embargo, el capitán, que se veía como un universitario y se veía que tenía más
experiencia que los de su equipo, se acerco a Edward con aire amenazante y con
una sonrisa burlona en su cara, Edward se giro en dirección a sus compañeros y
les dio una mirada no-muy-alegre. Esto no es bueno…
Después de que volvieron a sacar, ninguno de los dos capitanes parecía tener su
vista en el balón, sino que, tenían la vista fija entre ellos.
“¡Hey!” Emmet le paso el balón a Edward, quien estaba abierto cuando por fin
cruzo la defensiva del otro equipo, y corrió entre ellos, haciéndose camino para
poder llegar hasta el aro. Solo que esta vez, lo bloquearon.
Los chicos más grandes del otro equipo, dos de ellos, prácticamente se le
echaron encima a Edward y al balón, tomándolo por sorpresa. O sea, imagina
esto: estas a punto de anotar, pero estos chicos saltan en tu espalda para
bloquearte. Yo grite, junto con el resto del gimnasio, mientras me paraba de mi
asiento.
“Hijos de su puta madre… esos… esos…” Rosalie gruño entre dientes. Alice los
miraba con enojo, silenciosamente intentando contenerse.
“¡¡Boo!! ¡¡Boo!!”
Esos chicos cometieron un gigante, gigante error. O sea, saltar sobre alguien
que es malo está bien, ¿pero saltar sobre Edward? Eso es simplemente un
suicidio. Ellos estarían asesinados por el club de fans de Edward para cuando el
juego terminara. Edward carraspeo,
Victoria Victoria
Victoria Victoria
Lanza esa V
Apunta esa I
“Felicitaciones, ¡Bulldogs! ¡Una vez más ganaron! ¡Ahora chicas, este viernes es
nuestro evento Anual de caridad Bulldog! ¡Así que tengan ese dinero preparado!”
el locutor dijo con mucho entusiasmo.
“Oh, lo sentimos Bella, ¡es que muchas veces olvidamos que eres nueva!” Rosalie
dijo con una sonrisa.
“Es una tradición, y se ha hecho todos los años desde que la escuela fue fundada.
Los del equipo de baloncesto son subastados, y si compras a alguno tienes que
pasar la noche con él”. Alice me explico.
“¡Oh mi dios! ¿Escucharon? ¡La subasta! ¡Yo voy a ganar esa oferta! O sea, ¿se
imaginan? ¡Tener una noche especial con Edward!” por el rabillo de mi ojo vi a
unas chicas saltando en las gradas, fantaseando.
Como lo suponía, estaba rodeado por un puñado de personas. Me detuve con mis
brazos cruzados alejada de la gente, sonriendo. Y unos segundos después, me
vio con una mirada que decía que el ya me había visto también.
El refunfuño “¿Eso es todo lo que obtengo? ¿Buen partido? Debo decir que estoy
decepcionado”
Estaba un poco agitado cuando nos despegamos, “Algo como esto”, sonrió, sus
dientes blancos centellearon bajo las luces del gimnasio.
“Yo… uh… necesito disculparme por mis compañeros. Estoy más que
avergonzado por lo que sucedió”.
“No hay problema chico” se dieron la mano; el chico me dio un rápido vistazo y
se fue con los de su equipo.
“Estaba segura de que lo último que te pediría seria perdón” dije parándome
frente a él.
Hizo una mueca “¡No todos los capitanes de baloncesto somos unos idiotas!”
“Ya sabía eso” lo abrace, mirándolo directamente a los ojos. Se agacho otra vez,
y volví a sentir esos dulces labios en mi boca.
“¡Hey Cap!” Cody grito, corriendo hacia nosotros “El periódico quiere sacarnos
unas fotos. ¿Vienes?”
Cody rodo los ojos; “Tan pronto como termines con tus cursilerías…” murmuro y
se fue.
“Vete” le dije.
“podría faltar…” sugirió suavemente, sus cejas se levantaron y sus manos- Que
estaban en mis caderas- empezaron a acercarme hacia él.
“Claro. Como si ellos no se pudieran dar cuenta de que el Señor Súper estrella no
está en la foto” dije sarcásticamente.
Alice, Rosalie y yo decidimos vernos con los chicos afuera del gimnasio, ya que
estaba muy lleno y muy ruidoso dentro del edificio.
“Lo juro, otro minuto en esa… jungla, y quedaría sorda para toda mi vida” Dijo
Alice meneando su cabeza.
“Nah, Alice, los chillidos que haces al comprar nos dejan eternamente sordas a
Rose y a mí, estos sonidos no son nada comparado con eso” Rosalie se rio,
mientras que Alice me daba una mirada asesina.
“¿Se divirtieron chicas?” Una voz chillona demasiado nasal pregunto con una
sonrisita que iba con su tono. Lauren cruzo los brazos sobre su pecho, luciendo
orgullosa en su traje de animadora cuando la vimos en la salida del gimnasio.
“Ah, sí, fue muy divertido…” Dijo Alice, sarcásticamente. Lauren bufo y volteo a
verme.
“Yo apoyo a todo el equipo, no solo a Edward” replique, dándole una mirada
asesina.
Rodo sus ojos “Como sea. Necesito hablar contigo” dijo, mirando en la dirección
de mis amigas “A solas”.
“Bueno, nos vemos luego Bella” Rosalie dijo rápidamente “no puedo estar otro
minuto viendo esta… esta cosa” apunto a Lauren, obviamente disgustada. Trate
de retener una carcajada cuando Lauren puso cara de impresión por el
comentario de Rosalie.
“Solo lárgate de aquí, Perra” Lauren dijo cuando Rosalie estaba lo bastante lejos
para no escucharla gallina….
“Estoy aquí para advertirte” dijo, con su cara seria, pero emocionada.
“Si. Advertirte antes de que hagas el ridículo” dijo con una mueca burlona.
Sonrió levemente “Ahora escúchame muy bien. Siempre desde que la academia
fue fundada, la capitana de las animadoras y el capitán del equipo de baloncesto
han sido la pareja de la escuela. Ha sido de esta manera todos los años, y no
habrá excepción en este” me toco con uno de sus dedos y continuo, “Sabes que
Edward y yo terminaremos juntos al final. Es solo cuestión de tiempo… para que
él se dé cuenta de que estamos hechos el uno para el otro. Capitana de
animadoras, capitán de baloncesto. ¿Entiendes? Así que te sugiero que te hagas
a un lado ya, antes de que te avergüences a ti misma enfrente de toda la maldita
escuela”.
“Lauren” puse todo mi esfuerzo para mantener una expresión de paz, “Edward
tuvo más de dos años para preguntarte si querías salir con él antes de que yo
llegara”.
“No… te creo… dios… mira la hora, me quedaría a platicar; pero tengo cosas más
importantes que hacer, como pasar el tiempo con mi novio” le sonreí.
“Estas cometiendo un gran error” sus ojos eran oscuros y fríos. Nunca la había
visto tan furiosa antes. Pero yo no me iba a echar para atrás.
“Entonces será un error que aceptare…” le dije muy calmada. Por el rabillo del ojo
vi a Edward caminando hacia nosotros con el ceño fruncido.
“¿Hay algún problema aquí?” se paro detrás de mí y le mando una mirada hostil
a Lauren, quien aun me observaba a mí.
Lauren le dio una sonrisa muy fingida “Ninguno. Para nada” luego ella se fue.
Cuando por fin se fue, Edward me observo con una expresión no muy feliz “¿te
estaba molestando?”
“No. Solo estábamos teniendo una linda platica” sonreí, intentando subirle el
ánimo.
Edward me dio una mirada de incredulidad y rodo los ojos hacia mí. Tal vez esa
no era la mejor manera de ponerlo; ya que los dos sabíamos que las
probabilidades de que eso pasara eran las mismas de que Emmett no comiera.
“Gracias” paso uno de sus brazos por mis hombros y me pregunto cómo había
estado mi tarde y mi noche desde que él no había estado conmigo, mientras
caminábamos hacia la pizzería más cercana. El se comporto como un caballero,
escuchándome educadamente. Aun tenía ese problema a veces; como cuando él
me observa, mi corazón se acelera y empiezo a balbucear cosas incoherentes,
gracias a los nervios. Pero a él parece no importarle; todo el tiempo, me observo
con una expresión divertida y sonriéndome.
Se rio y se fue. Puse mala cara; parecía que sabia lo ansiosa que estaba por tener
una sesión intensa de besos. Y solo se tuvo que ir para tentarme. Como si no
pudiese ver la desesperación en mi cara.
Se fue directo a su habitación; podría jurar que vi sus labios curvarse en una
sonrisa antes de irse. Le tomo un poco de tiempo a mi corazón poder volver a latir
normalmente. La luz en mi habitación estaba prendida, así que supuse que Alice
ya estaba de vuelta. ¿Qué hora era? ¿Demasiado tarde? Sentí como si no hubiese
pasado más de 25 minutos con Edward; pero mire mi reloj y eran las diez
menos diez.
Mientras que el agua fría recorría mi cuerpo, pensé en lo sobre protector que se
había comportado Edward cuando vio que Lauren me estaba molestando. Esto
me hizo sonreír, el ver cuánto se preocupaba por mí.
Alice estaba sentada en su cama cuando salí del baño, viendo una repetición del
programa One Three Hill. Pero lo apago cuando me vio.
“Ya lo había visto” dijo, mientras se volteaba hacia mi “Hey ¿que sucede?”
“Pero, eso es imposible, ¿cierto? O sea, no lo conozco desde hace tanto tiempo
como para sentir eso” aunque sienta que lo conozco desde siempre… me asuste
por la voz de mi interior que me lo decía.
“No es imposible Bella” dijo suavemente “de hecho esperaba para traerlo al
tema, pero me imagine que te debería dejar darte cuenta a ti sola. Estas
enamorada de Edward; al menos eso es lo que yo pienso. Pero claro, confía en
tus propios sentimientos en este caso. Yo no te puedo decir que es lo que debes
de sentir, o como te deberías de sentir. Solo tú puedes…” sonrío.
“¿Por qué lo dices Alice?, ¿qué es lo que te hace pensar que estoy enamorada de
él?” Susurre.
Ella sonrío “Esa clase de cosas son obvias. Ustedes dos hablan como si hubiesen
olvidado de que el mundo gira alrededor de ustedes. Y la manera en que se
miran… como se sonríen cada uno, más de lo que lo hicieron en todo el día
mientras estuvieron separados… si eso no es amor, entonces ¿qué es?”
Empecé a reflexionar sobre todo esto. Ahora que lo pienso, me pregunto cuantas
veces he ignorado a mis amigos en presencia de Edward. Ellos siempre me
molestaban con que tenían que llamarme más de tres veces para obtener mi
atención. Y como sonrío y me río más cuando estoy cerca de él…cómo él me podía
calmar tan fácilmente abrazándome cuando me sentía insegura y enojada…
cómo su dulce voz era lo único que yo quería escuchar por las mañanas al
despertarme… cómo él era la última imagen que yo veía antes de dormirme.
Alice sonrío “Como supuse…. ¿Bueno porque no te duermes ya? Es muy tarde.”
“Si” respondí, aun sin aliento. Alice se bajó de mi cama y se fue a la suya, no sin
antes apagar las luces. En algunas situaciones, era como la hermana mayor que
nunca tuve. Siempre me daba los mejores consejos, me ayudaba en todo y
siempre estaba ahí cuando necesitaba hablar con alguien.
“¿SI?”
Ella se carcajeo y dijo con tono de promesa “No te preocupes. Este será nuestro
pequeño y sucio secreto.”
“Gracias”
Aunque tuve una razón bastante buena para no hacerlo. No iba a confesar mi
amor por él en frente de un salón de clases lleno de estudiantes o en el pasillo,
con todo el mundo pudiendo escuchar nuestra conversación. Excusas, lo se. Vale,
lo admito. Yo se cual era la verdadera razón: mi falta de coraje. Cada vez que lo
veía, en vez de decir las palabras que había estado practicando en mi cabeza,
inventaba alguna excusa lamentable. Lo cual era totalmente patético de mi
parte.
Caminé hacia el almuerzo con Edward después del cuarto período, nos sentamos
en medio de uno de los grandes cotilleos de Emmett, sobre -no tendría por qué
sorprenderme- sí mismo.
“¡Y entonces BUM! Mientras estaba montando mi bici, este tipo me golpeó por
detrás con una motocicleta. Yo lo acusé, y él se bajó de su moto y ¡trató de darme
un puño! Y el tipo estaba como en sus veintes más o menos, ¿pero saben qué?
¡Yo me lo bajé! ¡Lo tiré al suelo y lo dejé sangrando ahí!” él estaba moviendo sus
manos en el aire todo emocionado. Jasper resopló, atorándose con su Pepsi.
“Nah, Emmett, lo que yo recuerdo es que tú te caíste al suelo por el primer puño
del tipo, pero te levantaste y trataste de embestirlo de nuevo. Sin embargo, él te
lanzó hacia su motocicleta accidentalmente, y tú le diste un puño mientras
estaba gritando, ¡mi bebe!” Se rió Jasper. Todos nos le unimos a él mientras
Emmett se ponía rojo como un tomate.
Esto hizo que Emmett se animara, “gracias Rosalie. Te amo,” y besó sus labios.
“Oh si, no faltaba más,” respondió él de modo sarcástico mientras rodaba sus
ojos.
Vale. Película. Eso no sonaba tan malo. Pero, ¿y si la chica termina recostándose
contra el hombro de Edward al final? Temblé ante la imagen en mi cabeza,
rogando secretamente que no resultara así.
“¿Y tú qué, Bella? No vas a pujar por Edward, ¿o si?” Preguntó Jasper.
Ellos se rieron, Edward incluido. Me sorprendió como pude hacer una broma en
un momento como este. Entonces él le dio un apretón a mi mano.
“Esta noche va a ser un asco. Estaré pensando en lo que voy a hacer contigo
mañana mientras veo alguna estúpida película de chicas con quienquiera que
gane la puja,” Edward se inclinó y susurró en mi oído. Sonreí; palabras sencillas,
pero me trajeron tanto consuelo. Durante el resto del día traté de no dejar que
los pensamientos me molestaran demasiado. De todas formas, no había uso en
hacer un lío de ello, ¿qué bien haría?
Aunque Alice, Rosalie y yo no íbamos a pujar, estábamos curiosas por ver quien
ganaba. Nos quedamos en el fondo, de modo que resultáramos pisoteadas
cuando las chicas corrieran al escenario a reclamar sus premios.
“Lo siento. Sólo estaba asegurándome que la gente supiera de mi grandeza, eso
es todo. Como sea ¡este año tenemos once jugadores de los Bulldogs para la
subasta! Déjenme explicar las reglas para las recién llegadas. A: Manténgalo
amigable. Sólo porque pagaron por ellos no quiere decir que sean sus esclavos.
B: Nada de acoso sexual…”
“Vale, Jamie aquí es uno de los chicos más graciosos de nuestro equipo. Él es un
total e indefenso ingenuo….” Dijo Dylan en broma.
“¡Vale! Ochenta y cinco a la una, a las dos… ¡vendido!” Dylan anunció mientras
los otros aplaudían y silbaban. “¡Paga el dinero por allá y él será tuyo!” Apuntó a
una pequeña mesa junto al escenario, donde la Srta. Loughiln, la secretaria,
estaba sentada.
Emmett y Jasper también recibieron ofertas altas. Ambos se las arreglaron para
pasar de los doscientos dólares. Alice y Rosalie chocaron los cinco.
“Esos son nuestros novios,” dijo Alice con orgullo, completamente fresca sobre
todo el asunto.
“Bromeando, Bella. Tenemos cosas más constructivas que hacer. Ahora que ellos
no están alrededor podemos hacer comentarios sobre los sensuales modelos y
estrellas de TV,” Alice me guiñó el ojo. Yo me reí entre dientes, por un segundo
pensé que estaban hablando en serio sobre lo del espionaje.
“Por último, pero no por eso menos… definitivamente no menos,” Dylan se rió
entre dientes, “tenemos al #16…” fue interrumpido por las chicas gritando.
“¡Trescientos!”
“¡Trescientos veinticinco!”
“¡Trescientos cincuenta!”
“¡Quinientos dólares!” Una voz gritó fuerte desde atrás. Conocía esa voz… esa
molesta y enfermiza voz. De repente todo estaba en silencio, todos se dieron la
vuelta para ver quien se saltó del número tres al cinco, y no estábamos hablando
de unidades o decenas sobre la mesa de valores del lugar. Esto era en cientos.
Lauren estaba satisfecha con la atención que estaba recibiendo. Sonrió mientras
sacudía las tarjetas de crédito en sus manos, presumiendo.
Las otras chicas murmuraron con discreción, todavía demasiado intimidadas por
Lauren para hablar frente a ella en persona.
Rosalie rodó sus ojos, “es tan típico de ella hacer un gran entrada.”
Lauren caminó hacia Dylan con una sonrisa, al mismo tiempo que empujaba a las
chicas y las quitaba de su camino.
De repente, había esta furia en mi interior que nunca antes había experimentado.
Había celos, había rabia. Sin pensarlo dos veces…
Mi corazón se hundió; ¿qué estaba pensando? Yo no podía ir más alto que eso.
¿Setecientos verdes? Aún si yo ofreciera más, ella no iba a ceder. ¿Y cuan alto
íbamos a llegar? ¿Mil? ¿Dos mil? Quizás ella podía costearse eso, pero yo no
podía. Una sonrisa burlona jugó por su cara cuando vio mi silencio.
No hubo silbidos o aplausos, sólo… murmullos. Las otras chicas todavía estaban
demasiado aturdidas para decir nada más, y Edward se veía casi decepcionado,
parado allí tan inmóvil como una estatua. Lauren se deslizó hacia le mesa de
pagos alegremente, dejando caer sus tarjetas sobre esta, apurando a la
secretaria. Vi a Dylan dándole una palmada al hombro de Edward, deseándole
buena suerte. Vi a Edward sacudiendo su cabeza sin poder hacer nada,
horrorizado.
Mientras Dylan fue hablando, Lauren todavía seguía en la mesa, pero su rostro ya
no se veía tan animado. Estaba tan blanco como su camisa mientras escarbaba
frenéticamente a través su bolso, buscando algo. Entonces, la Srta. Loughlin se
acercó al escenario para susurrar algo en el oído de Dylan.
“Um… veo…” dijo él mientras movía su cabeza. “Bueno, debido a ciertos
problemas, Lauren no estará pasando la noche con Edward después de todo. Él
es subastado a la siguiente postora más alta, Bella Swan.”
“¡AGH! ¡No me lo creo! ¡Revise otra vez! ¡No pueden no estar trabajando! ¡Papi
acaba de conseguírmelas todas hace dos meses! ¡Está estúpida jodida máquina!
¡Estúpida jodida escuela!” Gritó, tirándole las tarjetas de nuevo a la señorita,
“¡revise de nuevo!” Chilló. La Srta. Loughlin se veía frustrada.
“Jovencita, no use ese tono conmigo. Ya le dije, todas sus tarjetas han sido
rechazadas. Si usted quiere quejarse, discuta esto con su padre. ¡Ahora quítese
del camino para que la siguiente persona pueda pagar!
La Señorita Loughlin generalmente era muy paciente y amable, pero nadie tenía
la paciencia cuando se trataba de Lauren. Lauren la miró con el ceño fruncido y
soltó otro chillido, tirando su mano coléricamente al aire y pasando la otra
furiosamente por entre su cabello. Era chistoso de ver, pero nadie se atrevió a
reírse.
“Es bueno verte de nuevo, Bella. Bueno, si tengo los números correctos, son
quinientos setenta y cinco, ¿cierto?” La Señorita Loughlin sonrió.
Mientras ésta pasaba por la máquina, pensé en cuánto tiempo había estado
ahorrando todo ese dinero. Era de todos los veranos que cuidé niños y que
trabajé en el último par años… Y te lo gastaste todo en una noche, sólo porque
estabas celosa. Dios. ¿Qué estaba pensando? Demasiado tarde para arrepentirse
ahora.
“Aquí corazón... si sólo te puedo hacer firmar esto...” ella me largó el recibo.
Recibí la tarjeta de crédito de regreso y suspiré antes de ponerla de regreso
dentro de mi cartera. Así se hace, Bella. Quinientos setenta y cinco verdes. Idos.
Cuando me volví a dar la vuelta, encontré a Adonis parado casualmente ahí, con
sus brazos cruzados frente a su pecho, su pierna doblada contra el tablón de
madera del escenario, sonriendo con aire de suficiencia.
Lo miré con los ojos casi cerrados, ya sabiendo lo que se venía, “no empieces. Por
favor.”
“Así que… ¿se me permite hablar ahora?” Preguntó mientras arrojaba uno de sus
brazos sobre el sofá.
“No hay problema,” dijo sonriendo. Me miró fijamente, no de forma intensa, pero
si lo suficiente para hacer sentir cohibida. Mis mejillas se estaban volviendo de un
rosa intenso.
Sonó tan sorprendido que casi se atoró con su bebida. Ubicó la lata de Coca-Cola
sobre la mesa,
“Por actuar como una de esas novias celosas en TV. Sinceramente, no se que me
pasó. Cuando las otras chicas pujaron por ti, no estaba feliz, pero al menos no
estaba furiosa por ello. Pero cuando Lauren llegó, esta parte de mí… no lo se, esta
parte de mí simplemente quería pasar mis brazos a tu alrededor y decirle que se
perdiera. Que tú eras mío… Dios, me siento como una tonta,” Gemí mientras
miraba fijamente sus hombros, demasiado apenada para mirarlo a los ojos.
“Bella,” él me acercó a su pecho, “no tienes que disculparte. Deja de ser tan
absurda,” murmuró dentro de mi cabello.
“No tienes idea cuan contento estaba de verte pujar. No me malentiendas, no
estoy encantado con que hayas pagado casi seiscientos dólares, pero… verte
celosa, esa parte fue un poco divertida,” se burló y yo le di un codazo en el
estómago.
“Deja de disculparte,” dijo con una risa frustrada, tratando de mantenerse serio,
“además, eres terriblemente linda cuando estás celosa. Me gustaría ver más a
menudo eso,” sonrió burlonamente y tocó mi nariz con la yema de sus dedos. Yo
me sonrojé, por supuesto.
“Entonces… ¿qué quieres hacer ahora?” Sonrió él, “no quiero que vayas
diciéndole a todo el mundo no hice mi parte. Después de todo, pagaste
quinientos setenta y cinco dólares por esto.”
“Bueno, hasta que te decidas,” sonrió, sus labios levantándose en una sonrisa.
Justo entonces, supe lo que yo quería hacer. OH, definitivamente sabía lo que
quería hacer.
Te amo… su suave y gentil voz resonó en mis oídos. Él me ama… esto no era una
alucinación, esto… era real. No vayas a hiperventilar, Isabella Swan. No. Vayas.
A. Hiperventilar.
“Te amo, Edward, te amo. He estado tratando de decírtelo hace un par de días,
pero nunca encontraba el momento indicado y siempre terminaba
acobardándome al final…” Miré dentro de sus ojos, dentro de esos verdes y
profundos ojos que me atrajeron desde el momento en que lo conocí. Tan pronto
como pronuncié las palabras, sus ojos estaban llenos con una mezcla de
diferentes clases de emociones. Había sorpresa, desconcierto, satisfacción,
alegría…
“Conocerte fue lo mejor que jamás me ha pasado, Edward,” susurré. Ambos nos
recostamos contra el sofá de cuero, yo aún acomodada cómodamente contra él.
Cuando asimilé las palabras que él dijo, todo lo que pude pensar era en cuan
descerebrada había sido. Yo. Era. Una. Idiota. ¿Cómo pude haber sido tan lenta?
Incluso mi corazón...incluso éste supo que yo estaba enamorada de él antes que
yo supiera. De verdad, pero de verdad que tenía mucho que aprender cuando se
trataba de estas cosas. Espera. ¿Dijo segundo?
“Te amo,” lo dije de nuevo, mi mano sobre su mejilla, “mucho, pero mucho.”
“Yo también. Tanto,” entonces chocó sus labios contra los míos de nuevo. Esta
vez no tan gentilmente como la última. El beso no se sintió como ningún otro
beso que habíamos compartido antes.
“Lo haré. No hay lugar donde preferiría estar,” sonreí y estiré mi mano para
enredar mis dedos en su cabello, besándolo intensamente con mi pecho
presionado contra el suyo. Amo las subastas de gente. Por supuesto, a excepción
de la parte en que Rosalie, Alice, Jasper y Emmett iban totalmente a molestarme
por ello más tarde. Pero en el momento, no me importó. Nada de eso importaba.
Porque aquí estaba yo, recostada sobre el más increíble y perfecto chico que
jamás existió. Y él me amaba.
Estaba haciendo frío cuando desperté la mañana siguiente. Subí más la sábana a
mi cuerpo y me estiré. Edward estaba acostado junto a mí con su pecho subiendo
y bajando visiblemente bajo las sábanas, aún dormido. Se veía tan inocente con
su mejilla presionada contra la almohada blanca; uno de sus brazos sobre su
estómago mientras el otro estaba ubicado bajo su cabeza. Sonreí ante la imagen;
la última vez me quedé a dormir él se despertó primero, por lo que no tuve la
oportunidad de ver como se veía cuando no estaba despierto. Mi
–extremadamente guapo- novio también se veía extremadamente guapo cuando
estaba dormido.
No pude evitarlo. Estiré mi mano y toqué su cabello con el más ligero de los roces
que me las pude arreglar para usar. Él se estiró y abrió sus verdes ojos… oops…
“Buenos días para ti también, Bella Durmiente,” sonrió, estirándose. “No, era
hora de despertarme de todas formas.” Sus ojos estaban al mismo nivel que los
míos y soltó una de sus sonrisas torcidas. La corriente del aire acondicionado me
hizo temblar y eso no pasó inadvertido para él.
“¿Frío?” Se rió entre dientes, cepillando mi cabello con sus largos dedos.
“Pensé que estaba soñando cuando desperté esta mañana y te encontré junto a
mí,” susurró, su voz involuntariamente seductora.
“Hmm…” le dio unos golpecitos a su cabeza, “las grandes mentes piensan igual.”
“Creo que estoy en un sueño. Sabes, desde que te conocí, todas esas cosas que
pasaron entre nosotros… creo que me estoy inventando todo esto…” sonreí con
tranquilidad.
Cerró sus ojos y se inclinó para besarme; pasé mis brazos a su alrededor y me
permití derretirme en él y en su cuerpo.
“Umm… seguro.”
“¡Genial! Bueno, nos encontramos allí a las dos. Eso les deja suficiente tiempo
para seguir haciendo cualquier clase de actividad que tu y Edward estén haciendo
en su cuarto justo ahora…” cantó ella.
“Que vayamos a nadar con ellos esta tarde. Más o menos le dije que si, tú sabes,
ya que realmente no teníamos opción. Conoces a tu hermana, ella no acepta un
no por respuesta.”
Sus labios se elevaron en una sonrisa traviesa, “nadar... y eso implica que estés
en tu traje de baño…” se rió entre dientes, “definitivamente tenemos que ir.”
Le rodé mis ojos, “tal vez sólo quieres echarle un ojo a las alocadas chichas
rubias,” dije, bromeando.
“Esa es la cosa más absurda que jamás he escuchado. Sabes que las otras chicas
no me causan ningún interés en absoluto,” dijo suavemente, besando mi frente.
“Quedémonos en la cama.”
“¿Edward?” Murmuré.
“¿Si?”
“¡Vaya! Esto se ve bueno,” sonreí, sentándome con las piernas cruzadas sobre el
sofá, sosteniendo el cubierto que él me dio.
“Sólo me toma como tres minutos cocinar todo esto,” bromeó, sonriendo con
suficiencia.
Cogí el bikini negro de tiras que empaqué conmigo desde Nueva York. Busqué
algunos pareos para usar mientras íbamos para allá, es decir, ¿a ver? De ninguna
manera voy a caminar a través del campus en un conjunto de baño. No podía
recordar la última vez que fui a la piscina. Sinceramente, no tenía ni idea si la
gente recogía su cabello o lo dejaba suelto. Rosalie sabría, ella tenía el cabello
largo como yo… pero no contestó cuando traté de llamarla.
Al final decidí recogerlo en una cola de caballo. Agarré una toalla y la metí en mi
maleta. Me puse un par de shorts color caki y una bata de playa roja que encontré
en mi closet. Me senté en mi cama y esperé. Sobre mi mesa de noche, una copia
de Lo que el viento se llevó estaba simplemente tendida ahí, gritando mí nombre
para que la abriera. Con un suspiro, la cogí y comencé a leer desde donde la dejé
para matar el tiempo hasta que Edward viniera.
“Umm… ¿Bella? ¿Hola?” Entró Edward, mirándome con una expresión divertida,
“toqué, pero supongo que no escuchaste… y entonces la puerta estaba abierta
por lo que entré.”
“Claro,” me puse las sandalias y pasé mi brazo por el suyo. Él llevaba una
camisa color verde lima sobre su bañador azul, y debo decir, esta resaltaba sus
ojos.
“¿Qué estás mirando tan fijamente?” Preguntó, notando mi mirada sobre él.
“Nada,” escondí una sonrisa. Por el rabillo de mi ojo, vi que él también estaba
sonriendo.
“¡Edward! ¡Bella!” Nuestros amigos nos hicieron señas desde donde estaban
sentados. La piscina estaba en el exterior y era un enorme rectángulo con
jacuzzis al lado. Tú sabes, la clase de piscina que esperas ver en un hotel en esas
películas de verano. Había palmeras rodeando la piscina, haciéndola ver toda
tropical.
Emmett y Jasper estaban sentados sobre la silla plástica, sin camisa, mientras
Rosalie y Alice estaban acostadas sobre las toallones con sus esculturales
cuerpos, todos usando gafas. Por supuesto, todos se veían guapísimos en sus
trajes de baño, Rosalie usando un bikini azul y Alice uno color lila.
“Hola tío,” los chicos extendieron los puños mientras las chicas sonrieron, “¿se
divirtieron?”
“Oh si, ¿entonces Bella de verdad pagó casi 600 dólares por ti? Porque sabes, de
verdad no vales tanto.”
“Emmett, le prometimos a las chicas que no íbamos a preguntar sobre eso,” siseó
Jasper.
Rosalie miró rayado a Emmett, “es trabajo mío y de Alice curiosear. Ustedes
chicos arrinconen a Edward cuando estén completamente solos.”
“Tú sabes, Bella, para poder hacer eso tienes que quitarte los shorts y la bata,” se
rió Alice.
Edward removió su camisa y la tiró sobre la silla; algunas chicas chiflaron desde
lejos y se rieron tontamente. Pude entender por qué; Edward se veía totalmente
deslumbrante bajo la radiante luz del sol con su cuerpo desnudo. Si decías que se
veía como uno de los modelos masculinos que estaba trabajando para una
compañía de trajes de baño, eso sería quedarse corto.
“Puedes quedarte,” dije con timidez. Él se acercó, y su sombra bloqueó el sol que
se reflejaba sobre mi rostro.
Desabotoné mis pantalones y los tiré sobre la silla, como Edward, y me quité la
bata deslizándola por mis hombros. Él besó mi cuello,
Me sonrojé, “gracias.”
No me di cuanta de eso hasta que Emmett lo señaló. Era cierto; mi bikini negro
iba con sus bañadores de oscuro azul marino.
“Qué lástima. Ahora estás toda mojada,” se rió y se hundió en el agua y nadó
lejos. Le hice una mueca y él comenzó a reírse de nuevo.
Emmett vino a mi lado, con todo el considerable movimiento de agua tenía que
ser Emmett, “Bella, deberías haber visto tu cara cuando te jaló. ¡Fue
comiquísima!”
“¡Tío! ¡Eso no es justo! ¡Es dos contra uno!” Se quejó Edward mientras se hundía
y salpicaba agua hacia las caras de Jasper y Emmett.
“¡Aquí, Bella, toma uno de estos y disfruta y disfruta el show!” Alice me lanzó un
flotador que era lo suficiente grande para sentarse en él. Las chicas y yo flotamos
de modo relajante sobre el agua, viendo a los chicos haciendo el ridículo.
Cerramos nuestros ojos y nos pusimos nuestras gafas de sol para disfrutar del
pacífico calor. A una distancia, escuché algunas canciones de rap sonando, y por
supuesto, montones de risitas y carcajadas de los otros que estaban en el
jacuzzi. Luego, de la nada, escuché a Rosalie gritar. Mis ojos se abrieron de golpe
y entonces encontré la razón de su histeria.
Ella estaba sacándose el agua de los oídos y escupiendo el cloro que se metió en
su boca. Su expresión se veía asesina.
“Estás muerto, Emmett Cullen,” pronunció cada palabra con tanto veneno que
incluso me asustó a mí.
“¿Oye, Emmett está trabado o algo?” La preguntó Jasper a Edward, quien estaba
parado detrás de mí, mirando. “No sabía que era suicida.”
Rosalie le sonrió con milicia mientras hacía chasquear sus nudillos, “yo te
mostraré diversión.” Lo siguiente que supe es que Emmett se salió de la piscina
y empezó a correr.
“Tío, Emmett es tan idiota. Él mejor que nadie sabía de meterse con mi hermana
de ese modo,” se rió Jasper, sacudiendo su cabeza.
“Hay una razón por la que lo llaman hot tub y no cold tub, Edward.” Me burlé.
(NT. Es un juego de palabras entre frío y caliente, hot tub es jacuzzi, pero no hay
ninguna es español para cold tub, es más, eso no existe xD)
Se acercó más a mí, “¿te he dicho cuan hermosa te ves?” Dijo, sus labios tocando
mi oído.
“Si, eso creo…” respondí con una sonrisa. Entonces sus manos estaban sobre mi
espalda, atrayéndome a un beso.
“¡Whew! ¿Está caliente aquí o qué? OH, espera un minuto; son sólo Bella y
Edward en una intensa sesión de besuqueo,” se rió Alice, metiéndose en el
jacuzzi con Jasper. “Disculpen la interrupción, chicos.”
Edward bufó, “Ustedes saben que realmente no lo dicen en serio. O de otra forma
no habrían interrumpido en primer lugar.”
“Bueno, lo escuché gritando hace un rato. Supongo que esos eran signos de que
estaba vivo,” bromeó Jasper. Entonces Rosalie y Emmett aparecieron finalmente
de nuevo, caminando hacia nosotros.
“Por supuesto hermanito. Soy un conciliador natural,” Emmett sonrió con orgullo.
Rosalie lo miró mal, de modo que agregó rápidamente, “pero definitivamente no
podría haberlo hecho sin el súper misericordioso y amable corazón de Rose.”
“No pueden culparme. Algunas de esas películas son real, realmente patéticas,”
protestó Emmett.
“Seguro, y nosotras las chicas hablaremos sobre como se ven de sensuales los
actores cuando están haciendo sus roles de héroe,” Alice les tomó el pelo
ingeniosamente. La cara de Emmett cambió de colores; Jasper y Edward lo
miraron que se lo comían.
“¿Saben qué? ¿Por qué no nos quedamos con romance o comedia?” Se rió
nervioso.
“Las chicas son crueles. Especialmente tú,” se rió él ente dientes, sacudiendo su
cabeza.
Ya habían pasado dos meses desde que empecé a estudiar en East Coast
Academy. Con la obra estrenándose este domingo, la Sra. Caughman estaba más
nerviosa y tensa que nunca. Yo estaba muy asustada también, ya que yo no era
exactamente Miss Brodway, si saben a lo que me refiero. La ultima vez que había
actuado algo frente toda la clase, fue en… oh si, en el jardín de niños. Y esta vez
ni siquiera sería frente a toda la clase, sería la escuela entera. Esto iba hacer pan
comido.
Mentira.
Ya se había disculpado numerosas veces por pasar menos tiempo conmigo y por
no poder acompañarme a mi cuarto después de terminar los ensayos, y por ir a
la práctica de baloncesto por otras dos horas. Yo de verdad no sabía de donde
sacaba tanta energía; porque la mayoría de las veces después de los ensayos, mi
cuerpo estaba atontado de la cabeza a los pies. Mi garganta estaba tan seca que
creerías que acababa de cruzar un desierto.
“Gente, por favor repasen sus líneas cuando lleguen a casa. ¡La presentación
será en dos días! ¡Por favor, por favor memoricen sus líneas! ¡Padres, maestros,
estudiantes, y el director estarán ahí! ¡Buena suerte a todos!”
Era viernes, y era el último de nuestros ensayos. Cuando el reloj marcó las cinco
en punto, mucho de nosotros dejamos salir un desesperado suspiro de alivio.
Alivio de que terminaran los ensayos, para siempre, pero horror porque íbamos
actuar frente toda la escuela este domingo. Justo cuando estaba por recoger mi
mochila, mi voz favorita en todo el mundo me llamo por mi nombre.
Se río por lo bajo y puso sus brazos alrededor de mis hombros, “Preocupada por
deshacerte de mi, ¿eh? Estoy dolido”
Puse los ojos en blanco, “Sabes que no quise decir eso. ¿Qué pasa, enserio?”
“El entrenador nos dejo la tarde libre. Pero claro, a cambio, tenemos que
levantarnos temprano en la mañana para compensarlo. Para estar entrenando
hasta en la tarde. Y no se si recuerdes esto… pero,” buscó mi mano y la tomó
firmemente en la suya, “Mañana será nuestro aniversario de dos meses, si
cuentas desde el día del baile. Así que quería hacer algo especial mañana por la
noche, solo nosotros dos,” sonrió angelicalmente, “Parece como si no tuviera
suficiente tiempo para estar solos últimamente.”
Mis ojos brillaron; arroje mis brazos alrededor de su cuello y besé sus labios,
“¡Edward! ¡Eso suena genial!”
Su sonrisa se ensancho más y estaba por besarme otra vez hasta que vimos a
Jamie caminando hacía nosotros. Jamie, quien obviamente no sabía que estaba
interrumpiendo algo, gimió.
“¡Gracias a Dios que esto por fin se termina! Hemos estado practicando esto por
tanto tiempo ¡Que soñé con Romeo y Julieta ayer por la noche! ¿Puedes creerlo?
Y esa no es la peor parte. Soñé que era el personaje de Jessica Stanley, Sra.
Capuleto, quiero decir, ¡Por favor! ¿Una mujer?” exclamo Jamie. Nosotros, claro,
nos burlamos.
“Si, tu y Eric Yorkie serian una gran pareja,” Edward bromeó, y yo rompí a
carcajadas.
Jamie nos miró feo, “Oh si. Ja ja. Solo porque obtuviste el papel protagónico
junto con la chica de tus sueños, Edward,” dijo desdeñosamente, “No significa
que el resto de nosotros tengamos la misma buena suerte que tú. Quiero decir,
mírame, soy un fraile. ¿Debo besar a una chica en el escenario? No,” Bufó.
“Lo siento mucho, Jamie,” Edward sonrió burlón, sin parecer que lo sentía en lo
absoluto.
“Si, si… como sea. Mi vida apesta,” suspiró. “Bueno, debo irme. Oh por cierto,
capitán, si fuera tú, no iría por ese camino.” Apunto con la cabeza las puertas
delanteras del auditorio, “Ahí un montón de chicas afuera esperando para
desearte suerte”, dijo con una risita.
Edward hizo una mueca y se estremeció, “Gracias por el aviso. Te debo una, J.”
“Me debes una de por vida,” el rió, “Hasta luego hombre. Te veo después, Bella”
se despidió con la mano y se alejo caminando.
“Sip” sonreí.
Hacia el mismo calor que hacia antes de que saliéramos del auditorio. Le dije a
Edward que lo vería en su habitación después de pasar a mi cuarto y tomar los
CDs que él había dejado. Dijo que mientras tanto se bañaría para refrescarse del
agobiante calor.
Como fuera, saque los CDs de mi estéreo y los puse en sus cajas. Las noches del
viernes eran usualmente noches de películas para nosotros desde que le insistí
en que debíamos relajarnos, que el debía de alejarse de los ensayos y las
practicas de baloncesto. Y tal como el hombre terco que era, siempre me decía
que me preocupaba mucho. Pero cedió al final, así que los viernes por la noche,
nos relajábamos.
Fue pura mala suerte. Cuando estaba por tomar el elevador para subir al cuarto
de Edward, la puerta se abrió para revelar uno de mis menos favoritos chicos de
esta escuela, Mike Newton.
Hice una mueca y me dirigí hacia las escaleras, pero tuvo el descaro de
tomarme de la muñeca. De repente su mano se sacudió por la mía después de
que la arrojara lejos.
“Hey, mantén tus manos para ti,” Cody lo miro con furia y le dio un golpe en el
pecho.
“Mira amigo, solo quiero hablar con ella,” rió rodando sus ojos.
La expresión de Cody no se relajo, “Escucha tu, amigo. Bella dejo muy claro que
no quiere hablar contigo. No mereces hablar con ella. Rayos, ni siquiera mereces
respirar en la misma habitación que ella. Solo porque Edward no esta aquí para
romperte el cuello en este momento, no significa que no pueda hacerle el favor.
Y cuando el escuche de esto, sabes que estarán para un segundo round,” crujió
sus nudillos después de terminar su largo discurso, “Ahora piérdete, fenómeno.”
Cody le gruñó y se giro hacia mi con una expresión de disgusto, “Lo juro, ese tipo
se vuelve mas raro cada vez que lo veo.”
“Gracias Cody, por ahorrarme el esfuerzo de gritarle para que me dejara en paz,”
le sonreí agradecida.
“No hay problema. Es nuestra responsabilidad cuidar a la chica de nuestro
capitán. El equipo entero esta contigo,” me sonrió, “Oh si. Buena suerte este
domingo. Tu y Edward van a estar en el escenario, ¿cierto?”
Suspire, “Desafortunadamente.”
“Si, gracias…” el elevador volvió a abrirse, y oprimí para el tercer piso después de
agradecerle a Cody por última vez. Me miré en el espejo y me reí. ¿Desde cuando
me importa como me veo? La puerta se abrió, y camine hacia el cuarto de
Edward-que estaba hasta el final del pasillo, donde estaban todas las
habitaciones individuales. Estaba a punto de tocar, pero me paralice cuando
escuche que no estaba solo.
“¡Maldición!¡Lárgate de mi cama!”
“Una mierda nos sentimos. Mira Lauren, no me gustas de ese modo. Ni siquiera
me gustas como amiga. La única chica que me gustará, la única chica que voy a
amar es Bella. Y no tú. Ahora vete o llamare a seguridad. Voy a decírtelo otra vez,
saca tu trasero de mi cama y ¡quédate afuera!”
“Bella,” respiró, con los ojos muy abiertos. Su intensa mirada estaba sobre mi, y
yo solo estaba parada ahí, paralizada en la entrada, “Te juro, esto no es lo que
parece.”
Una voz femenina soltó una risita, “Esto es exactamente lo que parece.”
“¿Sabes que? Si quieres ser una perra o una zorra, esta bien. Pero hazlo en otra
parte,” dijo ácidamente, sus ojos tan fríos como piedras, “Ahora, mejor te largas
de mi cama, o te juro, no me hago responsable a lo que le sea que le pase a tu
cara,” Edward le bramó con ira. Lauren sonrió con satisfacción.
“Claro, Edward. Llámame si alguna vez quieres diversión verdadera,” se encogió
de hombros y salto fuera de la cama. “Y ahora puedo ver porque las chicas de
esta escuela están totalmente enamoradas de ti. Te ves mas sexy sin playera.” y
le guiño un ojo.
“Bella…”
No me había dado cuenta que había tenido mis manos apretadas a mis lados todo
el tiempo hasta que las solté cuando Lauren desapareció. Mi respiración estaba
irregular.
Todavía estaba en estado de shock como para decir algo. Después de unos
segundos, asentí. Mantuvo la puerta abierta y la cerró detrás de él. Lo vi pasar su
mano por su cabello, frustrado y nervioso. Me senté en la orilla de su cama, ya
que estaba mas cerca que el sofá.
Se arrodillo frente a mi en una sola rodilla, “Por favor déjame explicarte. No tenía
idea… ni idea de que ella estaba en mi cuarto. Ella debió meterse mientras me
estaba bañando. Cuando salí del baño, ella estaba acostada en mi cama. Le grité
que se fuera… pero ella no lo hacía. Entonces tu llegaste…” cerró los ojos pero los
abrió otra vez,
“Tienes que creerme. Sabes que odio a Lauren mas que a nadie en el mundo,
talvez mas que Newton, si eso es posible. Yo nunca te lastimaría así. Nunca
consideraría lastimarte así…”
Sus ojos estaban llenos de miedo, de irritación. Abrí mi boca lentamente para
hablar,
“Puedo entenderte si tu no… quiero decir, no tengo ninguna razón para forzarte a
que me creas…espera,” se detuvo con un ceño, “¿Qué dijiste?”
Solté una risa débil, “Dije que te creo. Te escuche gritándole al otro lado de la
puerta. Solo estaba… en shock. Pensé que te había olvidado, de verdad lo pensé,
por lo que dijo la última vez”
“¿Qué dijo?” pregunto, frunciendo el ceño. Eso me recordó que el nunca supo lo
que ella me dijo esa noche en el partido de baloncesto.
“Ella eh… me dijo que no deberíamos estar juntos. Dijo que ella era mejor para ti,
ya que ustedes dos son capitanes y todo eso. Entonces ella me advirtió que te
tendría al final… y yo pensé que lo había olvidado después de dos meses de paz.
No tenía idea de que ella tenía guardado esto en su cabeza… yo estaba…en
blanco hace un rato, estaba confundida. Pero no dude de ti, Edward. Ni por un
segundo.”
“Gracias. Dios… no tienes idea de lo preocupado que estaba. Tenía tanto miedo
de que malinterpretaras todo… no puedo perderte, te amo. Por favor grábate
eso” susurró, lo sujeté mas fuerte.
“Lo haré. Yo también te amo” le susurre. Cuando nos separamos, sus ojos
estaban llenos de pasión.
“Bella, la próxima vez que ella te llegue a molestar con algo así o te amenace, me
tendrás que decir, ¿ok? Y yo me ocupare de eso.”
“Podrás decirlo otra vez. ¿No sientes que cada vez que intenta separarnos, solo
hace que nos acerquemos mas?” pregunto, levantándose del piso y sentándose a
lado mió en la orilla de su cama.
Sonreí, “Si. Y si no fuera por ella, nunca hubiéramos estado juntos tan rápido,
todo gracias a nuestra testarudez.”
Se rió de eso, “De verdad estamos hechos el uno para el otro.” Su voz llena de
sinceridad y gratitud. Lo rodee con mis dedos.
Vimos ‘¿Dónde están las rubias?’ esa noche, imaginando que necesitábamos
reírnos para relajarnos. Me quede dormida en el sofá, así que Edward tuvo que
llevarme a su cama.
“Buenos días,” se arrodillo en el suelo, sus ojos al mismo nivel que los míos.
“Adiós amor,” Beso mi cabeza y se puso su mochila del gimnasio por los
hombros. Con un guiño, cerró la puerta al salir. Me fijé en el reloj; eran las siete
y media de la mañana. Así que decidí dormir un par de horas más, solo para no
estar agotada en la noche, otra vez.
“Le pedí a Charlie que me lo grabara,” me dijo por teléfono, “Así que aun así
podré verte.”
Le di un “Genial” sin mucho entusiasmo, no estaba muy contenta con el todo este
asunto de grabar las cosas. Quiero decir, si lo arruinaba, estaría grabado, una
evidencia de mi total vergüenza.
“¡Hey! ¿Así que ya decidiste que vas a usar en la noche? Por que estamos aquí
para ayudar,” dijeron emocionadas, cerrando de golpe sus revistas.
Alice soltó una risita, “Nada se nos pasa. Especialmente cuando tiene que ver con
ropa.”
“No hago esto por ti, Bella,” me dijo Alice ese día, “Lo hago por mi hermano.
Imagina que feliz se pondrá cuando te vea en ese vestido, viéndote más hermosa
que de costumbre. Tú amas a Edward ¿no? Bueno, hazlo por él.”
¿Qué se supone que iba a decir? Y sabia que no había oportunidad de ganar
cuando mi oponente era Alice. Así que me rendí. Las dejé que me escogieran
alguna ropa mientras me concentraba en mi examen de historia. Y ni siquiera se
molestaron en preguntarme por mi talla, ya que ya lo sabían por las últimas
veces que íbamos de compras.
Además las compras por Internet tenían una gran ventaja: no tenía que
probarme la ropa.
Como sea, Alice y Rosalie aprobaron mi ropa –ya que ellas fueron las que me la
compraron en primer lugar- e insistieron en que tenían que hacer algo con mi
cabello. Cuando les dije que todavía teníamos unas horas, se vieron
decepcionadas.
Edward llamó a las cinco para decirme que acababa de salir de la práctica. Dijo
que me vería frente a las puertas a las seis para nuestra cita. Le pregunté a Alice
si sabía a donde iríamos ya que Edward se mostraba muy misterioso, pero ella
solo sonrió y me dijo “es-un-secreto.”
Las chicas también iban a ir a algún lado con sus novios. Cena y películas,
dijeron.
“La forma en que te ves me ha dejado sin aliento,” susurró, sus labios tocando mi
cabello.
Me sonroje, “Gracias. Tu también te ves muy bien.” Estaba por besarme, pero
Alice surgió por la ventana del cuarto y nos gritó,
Edward rodó los ojos a su hermana y murmuro en mi oído, “Esta bien. Hay mucho
tiempo para besarnos después,” me sonrió. Mi corazón daba saltos como loco en
mi pecho.
Pensé que iríamos a la sección de los restaurantes, pero en vez de eso, me llevo
a la dirección opuesta. Nos detuvimos frente al Winston Hall, el edificio donde se
hacían todas las fiestas y bailes.
“Edward… que…”
“Shhh…” puso su dedo sobre mis labios. “Solo confía en mi, ¿esta bien?”
ronroneo. Caminamos por el pasillo oscuro y nos detuvimos frente a una puerta
que reconocí como el salón donde se daban los bailes. Abrió la puerta con una
sonrisa, todavía sujetando mi mano en la suya…
“¡Oh Edward!” ahogué un grito.
Oh, el jarrón no era el único lugar donde había rosas. ¿Mencioné que
absolutamente todo el salón estaba repleto de primorosos ramos de rosas rojas
y frescas? Debía haber, por lo menos, una docena. Era… ¡una locura! Con un
suave reflector iluminando únicamente la mesa… parecía una escena tomada de
un cuento de hadas.
“Ven, nos espera una cena,” tomó mi mano y me llevó hasta la mesa.
“¿Cómo… cómo te las ingeniaste para hacer todo esto?” susurré, echando otra
mirada a mi alrededor. “Pensaba que el salón de baile estaba reservado
únicamente para los eventos escolares.”
“Te sorprenderías de cuántas cosas puedes hacer siendo el presidente del cuerpo
de estudiantes,” aseguró, un tanto avergonzado. Rodé los ojos, y le devolví la
sonrisa.
“Tiene que ser una broma. ¿¡Dylan!?” Exclamé, pasmada. Dylan llevaba puesto
un uniforme, pero estaba demasiado oscuro como para permitirme ver el
logotipo.
Mis ojos destellaron de adoración por él, “Bueno, gracias. Todo esto es increíble,”
y extendí la mano buscando la suya. Él bajó la mirada, levemente azorado.
“Comencemos a comer.”
La cena estuvo deliciosa, por supuesto. Sabía que había una razón por la cual
Buca Di Beppo era uno de mis restaurantes preferidos. Edward ordenó todos mis
platillos favoritos, así que ya estaba completamente llena antes de que
pudiéramos comernos todo aquello.
“Todo esto tuvo que haberte costado una fortuna. Sabes que no necesito nada de
esto… la cena, las flores… y hablando de eso, ¿una docena? ¿Te volviste loco?”
Exclamé.
Él sonrió. “Dos docenas, para ser exactos. Un ramo de rosas por cada mes que
estuvimos juntos,” rió entre dientes “Y ya sé que no necesitas nada de esto. Esa
es la cuestión. A diferencia de otras chicas, a ti no te interesan las citas de lujo o
las flores caras,” agregó, acariciando mi mejilla, “Pero hago esto porque quiero
hacerlo. Te amo, y quiero que esta noche sea especial.”
“Todas las noches que paso contigo son especiales para mi,” murmuré.
“Bien. Entonces quiero que sea aún más especial,” replicó, besando la parte
superior de mi cabeza.
“¿Edward?”
“¿Sí, amor?”
Esbozó una sonrisa torcida y entrecerró un poco los ojos. “El día en que tu padre
te llamó por el accidente de tu madre.”
Dejamos de bailar. “Me mató ver cuán triste estabas, Bella. En ese momento me
di cuenta de que era más, mucho más que un simple enamoramiento de
secundaria. Además,” buscó mi mano y la apoyó sobre su corazón, “¿Sientes
cómo late cuando estoy contigo? Así fue como lo supe.” Sus ojos brillaban con
tanta intensidad sobre los míos que no podía apartar la mirada. Dejé escapar una
risita ahogada y envolví mis brazos alrededor de su cintura con fuerza para
enterrar el rostro en su pecho y que no pudiera ver las lágrimas rodando por mis
mejillas.
“¿Estás llorando?” Murmuró en tono que sonaba divertido.
“Lo siento,” levanté la cabeza, limpiándome las lágrimas con el dorso de la mano.
“Es sólo que estoy muy sensible últimamente. No te preocupes, no estoy en mi
período premenstrual… ni nada por el estilo.”
Edward se rió; y ese sonido era para mí como una nana. No sé cuánto tiempo
más estuvimos así, sólo bailando tranquilamente. Hizo algunas bromas mientras
bailábamos, y yo respondía dándole un golpe o un pisotón. Pero así era como nos
tratábamos siempre, y se sentía maravillosamente cómodo pasar tiempo juntos.
Al final de la velada volvimos caminando hacia mi habitación. Él había puesto su
chaqueta sobre mis hombros; el mismo gesto dulce que tenía conmigo desde que
habíamos comenzado a salir.
“No lo sé,” una sonrisa burlona se dibujó sobre sus labios, “¿Quieres que me
quede?” susurró, apartándome el cabello de la cara.
Rió entre dientes, “Entonces, supongo que me quedo. Y, Bella, ¿me harías un
favor?”
“Bueno… tú sabes que esas flores que ordené tenían que quedarse en algún
lugar, ¿cierto? Quiero decir, no podría dejarlas en el salón de baile para siempre,”
sonrió, ahora con cierto aire de suficiencia.
“Sólo prométeme que no vas a gritar cuando veas las dos docenas de ramos de
rosas en tu habitación.”
Cuando entramos a mi cuarto y encendí las luces, creí que iba a desmayarme.
Estaba completamente cubierto de rosas: en los estantes, junto a la cama, en mi
escritorio… apenas había espacio para caminar alrededor de ellas. ¿Había tantas
en el salón de baile? ¿O sólo era mi impresión porque mi habitación era más
pequeña?
“¡Respira, Bella!” Edward me miraba ansioso, sosteniéndome con una mano por
la espalda. Saqué el aire de mis pulmones y volví a respirar profundamente.
“Y bueno, ¿te vas a quedar ahí toda la noche? ¿O te decides a entrar de una vez?”
Bromeó.
“¿Estás seguro de que hay suficiente espacio para los dos ahí dentro?”
“Ya… ya basta… ¡te creo!” Reí tontamente cuando empezó a hacerme cosquillas
otra vez en el estómago. Finalmente me liberó, y me regaló una deslumbrante
sonrisa.
“Vale.”
“Aquí te espero.”
Con una última mirada, convenciéndome de que esta criatura divina realmente
estaba conmigo en mi habitación y no era sólo producto de una alucinación, me
metí en el baño dando saltitos como una niña pequeña.
-
Edward todavía estaba sentado en mi cama cuando salí, cambiando los canales
de la televisión.
“Hola.”
“Hueles fantástico. Se me hace difícil resistirme a las ganas de besarte,” dijo, sus
labios moviéndose sobre mi cabello.
Eso me hizo gemir, “Lo que me recuerda… nos vamos a meter en un lío mañana,
cuando la señora C. sepa que no estudiamos los diálogos.”
“Sí, pero… ¿qué tal si me pongo nerviosa en el escenario y olvido todas mis
líneas? Seré el hazmerreír de ECA…” a estas alturas ya estaba vociferando.
“Pero no vuelvas a hacer nunca algo como esto. Hablo en serio,” advertí, y
Edward se rió. “Sí, señora.”
“Sabes, Em, por mucho que deteste admitirlo… cuando se trata de impresionar a
una chica, Edward te supera con creces. Quiero decir, ¿cuándo fue la última vez
que me enviaste flores por nuestro aniversario?”
Abrí los ojos lentamente, un poco cegada al principio por la claridad del cuarto.
Cuando pude acostumbrarme a la luz, lancé un chillido.
El rostro de Emmett estaba a sólo unas pulgadas del mío, mirándome con
curiosidad con los ojos muy abiertos, y sonriendo locamente como un idiota; todo
al mismo tiempo.
Él se me quedó mirando con una sonrisa traviesa, pensativo. “¿De verdad? ¿Es
útil gritar para eso?”
Edward por fin comenzaba a despertarse. Se frotó un poco los ojos y los abrió
apenas, un poco cegado por la luz del día. “¿Bella?” Pensé que debía estar
durmiendo muy profundamente hasta ese momento. Cuando por fin abrió los
ojos completamente, se sentó y miró a los demás, entre confundido y frustrado.
“¿Qué demonios están haciendo todos ustedes aquí?”
Al menos reaccionó mejor que yo. “Bueno, yo sólo venía a recoger algo de ropa.
Pensé que ustedes iban a dormir en tu habitación, Edward, así que los chicos me
siguieron y entraron también,” explicó Alice con aparente inocencia.
Emmett resopló, “No trates de echarnos la culpa, hermanita. Si mal no recuerdo,
fuiste tú la primera que dijo ‘¡Oh, chicos, miren esto! ¡Están acurrucados
durmiendo juntos! ¡Son tan tiernos…!’” su imitación de Alice era perfecta, pero a
ella la exasperó.
“¿De verdad necesitas preguntar?” Rosalie miró fijamente a Emmett, que todavía
estaba arrodillado junto a la cama.
“Ya me imagino,” Edward puso los ojos en blanco. “Bueno, ¿ya tienes tus cosas,
Alice?”
Les escuché murmurar entre dientes mientras se dirigían hacia la puerta. Y pude
oír claramente a Emmett rugir desde el pasillo, “Lo único que puedo decir es…
¡gracias a Dios no estaban desnudos…! ¡Ouch! ¡Eso duele! ¡Para!”
“Juro que Emmett me quitó algunos años de vida con ese susto. Qué linda
manera de empezar la mañana, ¿eh?” Murmuré.
“Oh, sí, la mejor manera de despertar,” replicó Edward con sarcasmo, y luego se
metió en el baño mientras yo me cambiaba en un par de jeans y una camiseta.
“Hey, ustedes dos, ¿ya terminaron, o se tomarán todo el día ahí dentro?” Alice
nos apremiaba desde el otro lado de la puerta, golpeándola con los nudillos, “¡Me
estoy muriendo de hambre!” Con un suspiro, Edward me llevó hasta la puerta.
La obra empezaba a las siete en punto, pero Edward y yo, junto con los demás
actores, teníamos que estar a las seis para ponernos nuestro vestuario y
preparar la escenografía. Alice y los demás nos desearon suerte, que era
justamente lo que yo necesitaba.
Fuimos hasta el auditorio, y cuando llegamos vimos que casi todo el equipo ya
estaba allí. Casualmente, Lauren llegó unos segundos después que nosotros.
Edward esbozó una maliciosa sonrisa torcida. “Vamos a divertirnos un poco con
ella.”
“¿Cómo… cómo?” articuló con voz estrangulada cuando Edward tomó mi mano
para llevarme hasta ella, que parecía demasiado conmocionada como para
moverse.
“No seas tan ingenua. ¿En verdad creíste que romperíamos por culpa de alguien
tan patético como tú?” le gruñó.
Lauren dio un paso hacia atrás, como si intentara mimetizarse con la pared que
tenía justo detrás. “No lo entiendo,” dijo, sin fuerza y con el rostro pálido, “Hice
todo lo que pude para que se separaran…”
“Bueno, pues no nos separamos,” espetó Edward ácidamente, de repente sin una
nota de humor en el tono de su voz, “Y considera esto una advertencia: si te
metas con Bella, yo me meto contigo. Si la jodes a ella, yo voy a joderte a ti.” A
cada palabra su tono se volvía más feroz, y el agarre de su mano en la mía se
hacía más hermético, protector. Levanté la vista y vi sus ojos fríos como el hielo,
muy diferente a las suaves y gentiles expresiones que yo solía ver en él.
“Vale…” respondió Lauren con la voz cortada y los ojos anegados en lágrimas.
Puedo decir que estaba tratando con todas sus fuerzas de retenerlas, pero no lo
consiguió. Algunas lágrimas rodaron por sus mejillas, aunque se las limpió
inmediatamente.
“¿No crees… que tal vez fuimos un poquito rudos con ella?” pregunté en voz baja.
Edward me miró con incredulidad. “Bella… Lauren se comportó contigo como una
perra desde que llegaste aquí ¿y tú le tienes compasión?”
“Ahí estás, Bella. Estaba a punto de enviar a alguien por ti,” ella llevaba puesto
un traje marrón y el cabello rubio recogido en un broche, y estaba sonriéndome
alegremente. “Vístete y encuéntrate con nosotros afuera.”
El vestido rojo que había visto hacía ya más de un mes estaba colgado junto con
las otras ropas de Julieta. Recogí el otro vestido para mi primera escena y me
dirigí a la parte posterior del salón, donde estaban los cambiadores individuales.
Las otras chicas se veían nerviosas y entusiasmadas al mismo tiempo,
ensayando las líneas entre ellas.
No es que las otras chicas fueran malas, ni nada por el estilo. Es sólo que yo no
les gustaba a ellas, especialmente a las animadoras que alentaban ruidosamente
a Edward en los partidos de baloncesto. Pero algunas de ellas eran amables; me
saludaban cuando nos encontrábamos en los baños o cuando nos tocaba
sentarnos juntas en clase. Ni falta que hace mencionar que las más hostiles
solían ser Lauren y su pandilla.
Por otro lado, me había vuelto muy cercana a los amigos de Edward. Jamie, Cody
y Dylan pasaban mucho tiempo con nosotros, e incluso a veces nos sentábamos
juntos a la hora del almuerzo. Era algo triste tener que reconocer que tenía más
amigos hombres que mujeres, aunque por otro lado, estaba muy agradecida de
tener a Rosalie y a Alice.
“¡Bella! ¡Te ves preciosa!” Ángela salió de los vestidores vistiendo un largo
vestido marrón oscuro que le llegaba más allá de las rodillas. Era sencillo, pero a
ella le quedaba muy bien.
Edward no estaba por ningún lado cuando salí. Me senté en una de las sillas junto
a las bambalinas mientras Ángela hablaba con Ben. Enterré la cara entre las
manos y me hundí en la silla, algo desesperada. ¿Qué demonios estaba pensando
cuando me comprometí a hacer esto? Debería haberme negado a hacerlo.
“Estoy bien,” mentí, aunque no soné convincente. Ella me regaló una sonrisa
piadosa antes de volverse hacia los camerinos. Inspiré y exhalé profundamente
tratando de calmarme…, pero no funcionó.
“Hey.”
“Lo siento,” se disculpó, tomando asiento en la silla vacía junto a mí, “Jamie tuvo
un problema con su vestuario. Se le atascó el cabello en la cremallera, así que
todos nosotros tuvimos que ayudarlo a liberarle la cabeza. Es un milagro que no
se rompiera la tela,” sonrió.
“Bueno, chicos, tenemos cinco minutos antes de empezar. ¡Vengan todos aquí y
prepárense!”
Edward me ayudó a ponerme de pie y juntos nos acercamos hasta donde estaban
ya los demás, detrás de las bambalinas. Lauren estaba enfurruñada en una
esquina lejos de nosotros, junto a su fiel seguidora Jessica. Una turba de
aplausos recibió a la señora Caughman cuando caminó hasta el centro del
escenario.
“Es todo un honor tenerlos aquí reunidos esta noche. Estos chicos han estado
trabajando muy duro para hacer esta presentación según la tradición de la
Academia de la Costa Este…”
Sacudí la cabeza, “No puedo hacerlo con toda esta gente mirándome,” murmuré
como la perfecta cobarde que era.
Edward me soltó la mano y puso las suyas firmemente a cada lado de mi rostro.
Hasta entonces no me había dado cuenta de que estaba literalmente temblando.
Asentí con la cabeza con aprehensión. Sólo esperaba que fuera tan fácil como él
lo hacía parecer.
“Bien, chicos… Tienen que actuar la primera escena justo allí adelante,” señaló
Janet, indicando la abertura de las cortinas que se usaba para cubrir la entrada
del otro lado del escenario, “Los demás, sólo relájense hasta que les llegue su
turno. Les haré una señal cuando sea el momento.”
Al principio me aferré más fuerte a la mano de Edward, pero al final tuve que
dejarlo ir, de mala gana. Él le dio un apretón a mis mejillas antes de dejarme ir.
“Recuerda…, mírame a los ojos, Bella. Sólo tú y yo,” susurró.
La señora C. salió de detrás de las cortinas y dijo en una voz entusiasta: “¡Bueno
chicos, ¡el espectáculo va a comenzar!”
Capítulo treinta y ocho: Bajo del foco
Después de la primera escena, Jessica y Eric fueron a otra parte del escenario,
seguidos por Lauren y poco después por Henry. La voz le temblaba a Lauren al
hablar; me pregunté si era porque estaba nerviosa o porque aún estaba furiosa
por lo que paso antes de la obra.
Finalmente, la voz de Edward se oyó por los altavoces. Su voz era tan irresistible
y aterciopelada como siempre. Podía imaginar al público femenino solo
mirándolo a él con adoración. De hecho, estaba segura de que la mitad del
cuerpo estudiantil había venido solamente por él y no por la obra.
- Por qué, entonces, ¡oh tempestuoso amor!, ¡oh adorado odio! ¡Oh, cualquier
cosa, de nada primeramente creado! ¡Oh pesada ligereza! ¡Vanidad severa!
¡Deformado caos de bien parecidas formas! ¡Pluma encaminada! brillante humo,
frío fuego, ¡enferma salud! Sueño despierto, ¡aquello no es lo que es! Esta
sensación de amor yo, que no siento amor en esto. ¿No os reís?
Había una pantalla en los camerinos que nos mostraba que estaba pasando en el
otro lado de la cortina. Las chicas que se hallaban a mí alrededor suspiraron y se
apoyaron en otras como si estuvieran teniendo problemas respiratorios ya que
miraban a la pantalla con sus ojos pegados a Edward. Como era de esperar, él
recitó sus líneas con perfecta fluidez. Edward tenía razón; él no
necesitaba prepararse para ello.
“Sí. Hazme un favor, mira y asegúrate que no me falta ningún cabello” dijo sin
aliento. Inspeccioné su cabello y sonreí.
“Menos mal. Gracias. Los chicos solo lo empeoraron, sabes. Contra más trataban
de ayudar, más lo enredaban.” Hizo una mueca “Dolió.”
Paré en la cortina antes de caminar por ella. Con un largo y profundo suspiro,
empecé a caminar hacia mi pesadilla.
La Señora Caughman estaba sentada en la primera fila, al lado del rector. Quite
mis ojos del público y me recordé a mí misma de concentrarme.
Jessica había mejorado bastante este mes. Al menos era capaz de pronunciar
bien las palabras y de hecho a veces aceleraba su ritmo al hablar. Por supuesto,
a veces la necesidad de golpearla por alargar nuestros ensayos seguía ahí, pero
no era tan fuerte como antes.
“¡Un honor! No fuera yo vuestra nana, diría que no has aprendido nada.”
“Bien, pensad en casarse ahora; más jóvenes que tú, aquí en Verona, damas de
alta estima ya son madres: según mis cuentas, ya era tu madre mucho antes de
esta edad. Eres ahora una doncella, así que en breve: El valiente Paris te solicita
por su amor.” Dijo Jessica mientras una imagen de Mike aparecía en mi cabeza.
No era exactamente placentero.
Tan pronto como Ángela terminó la última línea, las luces se apagaron y la gente
empezó a moverse para la próxima escena. La piel de Edward y la mía se tocaron
brevemente cuando nos topamos en la oscuridad. Sabía que era él ya que nadie
más podía oler o hacerme sentir tan bien.
Me devolví a los camerinos para ponerme el vestido rojo del baile de mascaras.
La habitación estaba vacía ya que las demás chicas que actuaban como extras
se habían puesto sus trajes mientras yo estaba en escena. Pasé las manos por mi
cabello después de ponerme el vestido, pensando en como hace un par de meses
estaba diciéndome que todavía había mucho tiempo para la obra; pero ahora,
estaba pasando realmente.
“¿Bella? ¿Bella? ¡Apúrate!” Janet golpeo la puerta, y se asomó “Oh bueno, estás
lista. Entras en dos minutos.”
La escena del baile de las mascaras había iniciado, y Julieta aparece en la mitad
de esta. Espere detrás de las cortinas, con los dedos cruzados. La voz de Edward
hacia eco en el auditorio mientras hablaba con Tyler. Al fondo, los extras
hablaban y reían entre sí, siguiendo las instrucciones.
Luego entraron Tyler con Henry -quien supuestamente era mi padre-, que recitó
sus líneas con dificultad, mientras miraba frenéticamente a la chica con los
libretos quien le vocalizaba las palabras. Afortunadamente, se recupero rápido
después de eso.
Ahora, iba mi escena con Edward. Tragué en seco. A pesar que las chicas del
fondo aun charlaban, me sentía tan nerviosa como un pavo en acción de gracias.
“Si con mi mano, por demás indigna profano este santo relicario, he aquí la
gentil expiación: Mis labios, como dos ruborosos peregrinos, están prontos,
están prontos a suavizar con un tierno beso tan rudo contacto.” citó. Sus ojos
eran tan suaves como para fundir la miel, y eso me recordó uno de nuestros
primeros ensayos.
“Los labios del peregrino son para rezar,” Sonreí de vuelta. Mi corazón
martillando dentro de mi pecho; Trate de olvidar que estaba frente cientos de
personas que miraban todos mis movimientos. O como algunos de ellos,
esperando que me equivocara.
“¡Oh, qué santa! Truequen pues de oficio mis manos y mis labios. Rece el labio y
concededme lo que pido.”
“El santo oye con serenidad las súplicas,” Incline mi cabeza hacia él. No era parte
de las instrucciones que la Señora C me había dado, pero era solo…. Una
respuesta voluntaria de mi cuerpo.
Entonces me besó. Sus manos atraparon mi cara gentilmente cuando rozó sus
labios contra los míos. Era un beso rápido, pero yo anhelaba que se prolongara
más. Él era mucho mejor actuando; al menos controlaba sus emociones. Mi
hombro al descubierto se estremeció cuando el lo tocó; el vestido era sin
mangas, pero sabia que no fue el frío lo que me hizo tiritar.
Mis ojos se abrieron cuando se apartó, “En mis labios queda la marca de vuestro
pecado,” dije sin aliento.
“¿Del pecado de mis labios? Ellos se arrepentirán con otro beso” se inclinó hacia
abajo y estuvo apunto de besarme nuevamente.
“Vuestra madre desea deciros una palabra,” Angela apareció por la espalda de
él. Le sonreí a Edward y camine fuera del escenario.
Empujaron las escaleras hacia el centro del escenario tan pronto como las luces
se apagaron. Subí por ellas rápidamente haciendo parecer que estaba en un
patio. La señora Caughman cambió un poco la escena. En vez de que Romeo le
hablara a Julieta desde abajo, quería que el subiera al patio. Edward se empujaba
a sí mismo hasta el árbol y pasó su pie sobra la madera que se suponía iba a ser
la valla del patio. En un parpadeo el estaba frente a mí.
“Habla. ¡Oh! ¡Habla otra vez ángel resplandeciente!… Porque esta noche
apareces tan esplendorosa sobre mi cabeza como un alado mensajero celeste
ante los ojos extáticos y maravillados de los mortales, que se inclinan hacia atrás
para verle, cuando él cabalga sobre las tardas perezosas nubes y navega en el
seno del aire.” murmuró.
Sentí como mis manos se agitaban. Abrí mi boca, pero ninguna palabra salio de
ella. Escuche como mi respiración salía por los altavoces. Hablando de
vergüenza. Cada tictac del reloj se escuchaba por el silencio; mis labios
entreabiertos. Los ojos de Edward miraron fijamente los míos mientras yo miraba
atrás de el frenéticamente.
“Solo piensa en mí y en ti. Nadie más. Solamente nosotros dos…” Sus palabras
surgieron en mi cabeza antes de que iniciara la escena. Me regañe a mi misma;
no practiqué todo este tiempo para salir con este lío a todo el mundo. Yo era
mucho mejor que esto. Al instante, me sentí un poco más valiente. Edward esta
conmigo; no estoy sola. Pensé en como se sintieron sus labios al juntarse con los
míos hace un momento… como se sintieron sus brazos en mi cintura la noche
pasada cuando estábamos bailando…
“¡Oh Romeo, Romeo! ¿Por qué eres tú Romeo? Niega a tu padre y rehúsa tu
nombre; o, si no quieres, júrame tan sólo que me amas, y dejaré yo de ser una
Capuleto. ”
Cuando termine de decir mis líneas, tomó mi mejilla y me besó nuevamente. Eso
fue… inesperado. No era parte de la obra. Pero fue solo un breve beso en los
labios; fue como si tratase de torturarme. Continuo citando la obra:
“Te tomo la palabra. Llámame sólo "amor mío" y seré nuevamente bautizado.
¡Desde ahora mismo dejaré de ser Romeo!”
“¿Quién eres tú, que así, envuelto en la noche, sorprendes de tal modo mis
secretos?” Me estiré para poner mi mano en su mejilla.
“¡Muchas gracias a todos por estar aquí esta noche! Espero que hallan disfrutado
del show, por favor vuelvan nuevamente la próxima semana para la otra obra
con mi otra clase 'Hamlet'...”
No encontré a mi papá ya que había mucha gente al rededor. Pero sobre todo,
imaginaba y estaba preparada para su reacción después de vernos a Edward y a
mí besándonos. Obviamente, era por la obra, pero así son los papás. Ellos tenían
que exagerar todo.
Nos inclinamos por última vez y salimos al backstage para cambiarnos a nuestras
ropas. Edward pasó su brazo por mis hombros mientras hacíamos nuestro
recorrido al camerino,
“Buen trabajo.”
“No pude haber hecho eso sin ti. A decir verdad, si tu no hubieses estado, nunca
hubiera considerado hacer esto”, dijo casualmente. Pare de camine y lo encaré.
“¿Qué?”
Rió, “Bueno, vi como eras con los clásicos. Entonces calculé que tal vez te podría
gustar Shakespeare. Pensé que podría ser la oportunidad perfecta para
impresionarte. Por supuesto, no considere hacerlo realmente; solo trataba de
impresionarte, como dije. Pero después que recibiste el papel de Julieta,” se
encogió de hombros, “Me dije que tenía que ser Romeo para estar cerca tuyo.”
Edward estaba inclinado contra uno de los pilares cuando terminé de cambiarme.
Tenía unos jeans y un polo negro. Los otros estudiantes nos decían el excelente
trabajo que hicimos cuando nos encontrábamos, y respondíamos con un
agradecimiento amable y tratamos de ir a la salida del backstage. Dije tratamos
porque del otro lado del auditorio, una avalancha de personas vertiginosas
esperaban a Edward para llenarlo de elogios.
“¡Edward, Oh por dios, estuviste imponente” una chica gritó con sus manos en las
mejillas.
“Gracias, discúlpenos señoritas” trató de avanzar fuera de la multitud.
“¡Lo hiciste genial, Edward!” algunos de ellos estaban gritando. A pesar de que el
auditorio estaba lleno de la habladuría de padres, profesores y otros estudiantes,
los gritos eran lo suficientemente altos para que la gente se volteara y nos
mirara.
“Lo hiciste bien, Bells. ¿Quien iba a pensar que tenías eso en ti?”
Carmen vestía como Carmen. Usaba un vestido azul sin mangas, y su cabello
rubio fresa recogido en perfectos y pequeños rizos. Estaba fuera de lugar, con las
manos a los lados.
“Que gusto verte de nuevo, Edward. Ella es mi esposa, Carmen.” Suspire con
alivio cuando mi padre dijo bien su nombre. En el teléfono, se refería a Edward
como "Edwin" o "Edmund".
“Bueno, nosotros mejor nos vamos. Tengo un vuelo a Florida en dos horas y
media,” mi padre me acaricio el hombro, “Cuídala, Edward”
“Lo hare, señor” dijo Edward con sinceridad. Le deseé suerte a Charlie y fuimos
en busca de nuestros amigos.
“Bella, déjame presentarte a mis padres. Mamá, papá… esta es Bella. Bella, mis
padres,” Edward hizo una rápida introducción. Intente que la sorpresa no se viera
en mi rostro. Se veían tan jóvenes. Por sus treinta y muchos, máximo, y sin
embargo… sus hijos ya eran adolescentes, pronto adultos.
La cogí con una sonrisa, “Lo mismo, Dr. Cullen.” Edward me había dicho que su
padre era medico cirujano, por lo que lo llame por su título. Él rió,
“¡Lo hicieron increíble, chicos!” Emmett chocó las cinco y nos atrapó a Edward y
a mí en un abrazo aplasta huesos. Alice y Rosalie estaban emocionadas por el
vestido rojo que use, mientras que Jasper solo estaba ahí, sonriéndonos en
silencio, como es él habitualmente.
“Así que, Bella, oí a Alice decir que te habías mudado de Nueva York” dijo Esme.
Rió. “No sabes la forma en que se han encariñado contigo. En todos los correos,
las llamadas… te mencionan en cada uno de ellos. Edward especialmente,” miro
a su hijo con una sonrisa, viendo como el y Emmett bromeaban con su marido,
por delante de nosotras.
“Estoy tan alegre de que te haya encontrado, cariño. Edward luce mucho más
feliz ahora, hay como un brillo que irradia de su sonrisa. Estoy segura que sabes
de los verdaderos padres de Edward…” dijo gravemente.
“Desde que murieron, Edward no era aquel chiquillo que sonreía y jugaba todo el
tiempo. El no se sinceraba con nadie, ni siquiera con Carlisle o con migo.
Tratamos con consejeros, terapeutas… pero nada funcionó. Mejoró cuando llego
acá y empezó a jugar en el equipo de la universidad. Pero aun no estaba bien,”
Esme suspiró, “No era feliz interiormente. Era casi como si tratara de mostrarse
feliz para hacer a todo el mundo feliz.”
“Si estuviéramos hablando cosas malas de ti, no hallaríamos que hacer mañana
en la mañana,” Esme bromeó de vuelta. Edward rodó sus ojos y puso uno de sus
brazos en mi cintura. Su madre nos miró mientras me sonrojaba de vergüenza
bajo los brazos de Edward. Con una amorosa sonrisa, apuro el paso para unirse
a su hija.
“Muy buena. Tus padres son tan amables,” dije con envidia. Su sonrisa creció
mientras se acercaba más.
“¡Hola Edward! ¡Hiciste un buen trabajo allí! ¡Estuviste genial!” Una chica de las
animadoras, Cristal –creo que ese era su nombre-, dijo emocionada cuándo ella
y otras animadores pasaron al lado. Su vista se dirigió al brazo de Edward, “Tu
también, Bella.” Añadió de mala gana.
“Gracias” respondimos. Le sonrió a Edward, camino con sus amigas hacía otra
dirección, chismoseando, sin duda. Envolví firmemente mis brazos alrededor de
la cintura de Edward mientras caminábamos, escuche como reía.
“Es agradable no ser el que esta celoso por una vez,” suspiró.
“¿Bromeas? ¿No has visto donde están las miradas de los chicos cuando pasas
por algún sitio?
“Lo dice el hombre número uno. En la parte superior de la lista de los Bulldog que
están buenos,” murmuré. El frunció el ceño,
“¿La lista de los Bulldog que están buenos? ¿Qué diablos es eso?”
“Ah cierto, tu no sabes de eso... Solo es la estúpida lista que las animadoras
hicieron. Esta escrita en la pared del baño de las chicas. Y honestamente, ¿Estás
celoso? Tengo que tratar con el hecho que todas las niñas de la escuela te
desean. A veces siento como si esperaran a que te deje para que me releven.”
Rió, “No es nuestra culpa que ambos seamos irresistiblemente atractivos, ¿No?,”
Me burlé, “Arrogante.”
“¿Que?”
“No es como si pudiera hacer algo con eso,” dije un poquito más alto.
“Lo siento Bella, mis oídos no están funcionando bien por las chicas que chillaban
hace poco. ¿Qué es lo que no puedes hacer?” se burló, sonriendo con
satisfacción.
“Dije que no puedo hacer nada respecto a que este enamorada de ti”
prácticamente grité. Lo lamente al instante.
“Yo...eh...”
“¿Ves mamá? ¿Papá? ¿Que les dije de aquellos dos con sus peleas diarias y sus
coqueteos?” Emmett rió nuevamente. Edward fulmino a su hermano con la
mirada mientras que Esme le pegaba en el hombro,
Decidí correr en la tarde. Cuando iba saliendo del cuarto, por fin encontré mi
chqueta. No me di cuenta de que probablemente la dejé en el vestidor desde la
última vez que recuerdo haber estado ahí. Con esta señal de mi falta de habilidad
para buscar cosas, corrí al gimnasio y caminé en silencio, tanto como pude, hasta
los vestidores. No quería interrumpir su práctica, especialmente con el partido
tan cerca.
-La caja de objetos perdidos está allí. Si no está ahí busca en la oficina-me dijo y
sus ojos se pegaron de nuevo al papel. Me sentí mal por interrumpirlo en un
momento como este, pero la chaqueta era importante para mí. Me la había dado
mi madre antes de venir a California.
-Gracias-dije antes de salir. Estaba tan concentrado en lo que sea que estuviera
haciendo que dudo que me haya escuchado.
-Trabaja más en las muñecas, Cody… inténtalo así-le dijo-Gran tiro, Jasper. Tú
también Jamie…
Todos los miembros del equipo giraron veloces sus ojos en mi dirección y
sonrieron cuando me ruboricé con vergüenza. He aquí una razón por la que
estaba en la esquina. Era para prevenir que algo así sucediera.
-¡Hey!
Sonreí tras el viéndolo trotar de vuelta con su equipo. Ellos no se la hicieron fácil,
le hacían caras de besos y le chiflaban. Edward rodó los ojos y les golpeó en los
hombros.
-¡Hey! ¡El entrenador ahí viene!-siseó Jamie. Dejaron a un lado las risas y
comenzaron a driblear y hacer tiros como lo hicieron todo el rato. Aguanté una
sonrisa; como los buenos actores.
-Si entrenador. Bueno, mi tobillo ya está mejor. Gracias por mostrarme la caja de
objetos perdidos-Me paré del banco y caminé hacia la puerta. Edward me miró
atento por el rabillo del ojo, simulando un ángulo de tiro. Le guiñé un ojo antes de
escurrirme por la puerta y alcancé a verlo esconder una sonrisa.
-¡Hello! Disculpa, pero déjame decirte que existe un día antes del lunes llamado
domingo-se burló Rosalie y me lanzó un cojín del sofá.
-Tú sabes cómo odio hacer tareas al último minuto-murmuré tirándole de vuelta
el cojín.
Después de un rato, ya tenía el suficiente espíritu para salir del cuarto. Alice
peinó mi cabello en una coleta alta con un listón azul que compró en la tienda.
Vestíamos la misma blusa de equipo azul, pero Alice las modificó para darles más
estilo y un look diferente. Con jeans ajustados y tenis, tomamos nuestras
bolsas y caminamos hacia la puerta.
Había varios autobuses en el estacionamiento con las puertas abiertas, listo para
cargar estudiantes. La vista de ellos me dejó ciega, o sea, todos ellos eran
amarillos y la luz del sol reflejada sobre ellos no era exactamente muy
favorecedora para los ojos.
-¡Vallamos a desearle suerte a los chicos antes de entrar al autobús! Tal vez no
tengamos tiempo antes del juego-sugirió Alice.
-¡Oigan!-les gritamos.
-¿Qué pasó señoritas? Demonios Rose, luces muy sexy en esa camisa-Emmet
lamió sus labios. Jasper le hizo un sonido de asco.
-Realmente te ves muy bonita-me dijo Edward y tomó mi mano.
-Yo digo que solo somos tu y yo, pero realmente no estaré ahí jugando
contigo…-sonreí-Lo harás genial, te lo prometo-le di un abrazo.
-Suena a que nos tenemos que ir-besé a Edward en las mejillas. Me giré y cuando
avancé unos tres pasos él me envolvió en sus brazos desde atrás.
-¿A dónde cree que va, hermosa chica?-su voz de terciopelo sonó en mi oído y
sentí como su aliento chocó en mi piel. Aún cuando ya llevábamos juntos un
tiempo, su hermosa, atractiva voz, aún era capaz de disparar lejos mi pulso y mi
respiración. Sus palabras me derritieron, tomó toda mi fuerza poder contestar.
Los chicos rieron bajito cuando Rosalie golpeó su pie con molestia. Emmet
decidió hacerle de chico bueno al explicar.
-¡Oh!-dijimos sorprendidas.
-Oh vamos chicos, en serio es suficiente con el PDA. ¡Vámonos!-se quejó Emmet.
Cuando lo tiramos fuera alcancé a verlo rodar sus ojos.
-No soy un bebé, Emmett. Soy inteligente. Éste asiento es el más alejado de las
animadoras-golpeó su cabeza engreído.
Sonrió satisfecha.
-Dime algo que no sepa ¡Jessica! ¿Qué demonios?-gritó cuando vio a Jessica con
los chicos de la primera fila hablando con ellos.
La cara de Jessica se volvió de un brillante rojo y los demás rieron por lo bajo.
Edward, Emmett, Jasper, Rosalie, Alice y yo no encontramos nada gracioso en
ésta situación después de todo. Honestamente, me sentí mal por Jessica. Claro,
seguramente era una cualquiera. Pero viniendo de su mejor amiga frente a todo
el autobús…eso era muy cruel.
-¿Qué clase de amiga eres tú, Lauren?-le espeté enojada. Las risas y murmullos
se detuvieron. El autobús estaba de pronto en completo silencio.
Ella tosió.
Algunos chicos rieron, pero nadie se atrevió a hablar por el ambiente tan tenso.
La cara de Lauren se ruborizó cuando Emmett se giró y le extendió el puño a su
hermano. Pero Edward no lo golpeó.
-Si tienes algún problema porque ellas están en el autobús, entonces ¿por qué no
te vas?-le sugirió Jamie. Se oyeron murmullos por todas partes de acuerdo con
él. Pero todos se callaron cuando vimos al entrenador Reynolds salir del
gimnasio. Miró sospechoso al entrar al autobús.
-¿Hay algún problema aquí?-su voz grave hizo eco en el silencio.
No me di cuenta de que Edward tenía las manos hechas puños. Corrí mi mano por
su musculoso brazo y abrió sus puños.
-¿Estás bien?-susurré. Sus ojos eran fáciles de leer; estaba enojado, estaba
frustrado.
-Seh-susurró- ¡Waj! ¿El autobús de la élite? ¡Es la cosa más ridícula que he oído
nunca!-siseó.
-Cierto.
-Bien. No dejes que te afecte antes del gran partido. ¡Se supone que hoy debe ser
emocionante!
-¿Por qué me besaste tan de repente? No lamento que lo hagas. Amo cuando
haces eso, pero…-tartamudeó y luego se golpeó en la frente-Bien hecho,
Cullen-dijo para sí mismo.
-El entrenador no estará feliz si te ve liándote con alguien antes del gran juego.
Hago esto por tu bien.
-Está bien-Sonreí y puse mis audífonos en mi Ipod y él hizo lo mismo. El resto del
camino, estuve sentada muy cómoda en los brazos del hombre que amo con mi
rostro presionado contra su pecho. Edward tenía razón; este era el mejor asiento
del autobús.
“¡Oh Dios mío! ¡Me quedé dormida en frente de Emmett!” empecé comprobando
mis zapatos, mi ropa, mi pelo… Gracias a dios todo estaba aún en su sitio. Me
acordaba de la última vez…
“¿Bella?” Edward dobló sus labios debido a la risa “¿Qué estás haciendo?”
Me ruboricé mientras Edward, por otro lado, estaba haciendo lo contrario. Sonrió
“Nadie dijo que tuvieras que mirar”
“Lo siento mucho” dije culpablemente. Sabía lo extraño que debía ser ver a tu
mejor amigo, en este caso, hermano, besarse con su otra mejor amiga. Créeme,
lo sé- tenemos el ejemplo de Rosalie y Emmett.
“Y en serio tío, voy a tener que estar de acuerdo con Emmett con eso del PDA”
bromeó Jasper mientras se unía a la risa de Alice.
El lugar era increíblemente enorme. Era al menos tres o cuatro veces más grande
que el gimnasio de la ECA. A pesar de que aún teníamos una hora hasta que
empezara el primer partido, el sitio estaba ya lleno de gente, estudiantes y
padres, llevando los colores de su escuela para apoyarlos. De lo que había
escuchado de Edward en el autobús, había seis equipos compitiendo contra los
otros hoy. Los mejores en el distrito.
“Oh, sí, pero está bien. Tenemos muchas camisetas azules para animar a los
Bulldogs” dijo Alice alegremente.
“Edward, mejor nos vamos. No tengo muchas ganas de que nos griten por llegar
tarde” dijo Jasper dándole una mirada significativa.
“Son demasiado confiados para su propio bien, creo que se les está pegando de
Edward” se burló.
Suspiré, si ella supiera. Edward podría parecer relajado, pero solo estaba
poniendo esa cara por sus compañeros, su escuela. Sabía que había muchísimo
estrés debajo sólo por esa mirada que tiene en los ojos, pero siempre lo escondía
bajo esa sonrisa para que no supieran realmente como se sentía, para que nos
ahorráramos el preocuparnos por él. Ese era el típico comportamiento de
Edward. Sólo deseaba que hubiera algo que pudiera hace por el, lo que sea.
“Sé lo importante que es este día para ti, pero por favor no te fuerces demasiado”
le rogué.
“Sólo… quería asegurarme que se lo toma con calma” sonreí, viendo la espalda
de su figura. Alice me golpeó en el hombro,
“Sólo estaba bromeando, Alice. Tu sabes que eres mi mejor amiga, ¿verdad
compi?” la abracé.
“Por supuesto. Pff, te quiero a morir” me apretujó. Nos sonreímos la una a la otra
mientras buscábamos los servicios de señoras.
Me quedé fuera y esperé a que saliera mientras ella se hacía cargo de sus
necesidades. La puerta se abrió, y esperé que fuera Alice la que saliera.
“Eso fue rápido…” me paré cuando vi que no era Alice. Definitivamente no era
Alice.
“Hey…” estaba completamente impresionada. Esta era la primera vez que ella se
refería a mí con mi primer nombre.
Se miró a los pies “Escucha… sólo que te quería agradecer por apoyarme en el
autobús. Nadie había hecho eso por mí. Gracias”
“No hay problema. Lo hubiera hecho por cualquiera. Estoy segura de que tú lo
hubieras hecho también” intenté animarla, pero ella sacudió su cabeza en
remordimiento.
“No. No lo habría hecho. No soy tan valiente como tú. Y sólo quería que supieras
que he terminado de ser el perrito faldero de Lauren. Sé que la gente piensa que
soy tonta, dejando a Lauren que me maneje… pero realmente pensaba que era
mi amiga. Y lo que dijiste esta mañana hizo que abriera los ojos. La verdad es…”
suspiró.
“No sé cómo voy a encajar sin ella. Era fácil estando a su lado; la gente me ve
como una animadora, una de las populares y la mejor amiga de Lauren Mallory.
Y hoy… me di cuenta… que no quiero ser reconocida como su esclava, quiero ser
reconocida como yo”
Este fue probablemente el discurso más largo que he escuchado de ella. Siempre
era Lauren la que hablaba.
“Pero yo no soy como tú Bella. Desde que llegaste aquí, todo el mundo te quiere.
Los Cullens, los Hales… todo el equipo de baloncesto. Es decir, ¿Has visto como te
defienden? Eso es algo que nunca le ocurrirá a Lauren. ¿Y quieres saber por qué
te odia tanto? ¿Además del hecho de que estés saliendo con el chico mas guapo
de todo el colegio?”
La miré.
“Es porque está amenazada. Está asustada de que tú ocupes su lugar. Tú eres la
única popular en la historia de ECA que no es animadora.” Sonrió.
“Estoy muy arrepentida por haber sido tan zorra contigo en el pasado. Pero no
voy a ser esa chica nunca más, lo prometo” dijo sinceramente.
“Gracias, por todo, te veo por ahí” se despidió y corrió hacia los vestuarios. Tan
pronto como se alejó, Alice dio un paso sonrientemente.
“Por supuesto que lo estabas. Y… ¿Lo escuchaste todo claramente? ¿O tengo que
repetirte toda la conversación?” le pregunté burlona.
“Suficientemente claro. Pero, Oh dios mío. ¿Jessica Stanley?” exclamó “¿Estás
segura que no estaba tocada o algo? ¡Espera a que Rose y los demás escuchen
esto!”
“Bueno, las personas cambian, Alice…” Sabía de alguien que sería una gran
prueba para esa afirmación. Pareció pensativa por un minuto, y me pregunté si
sus pensamientos volaron hacia Edward al igual que los míos.
Rosalie nos saludó desde la grada cuando la vimos. Nos traía a ambas un vaso de
limonada y nos guió a nuestros asientos. Estaban geniales, no muy lejos ni a la
esquina… y casualmente, estábamos en el centro de la grada azul.
“He guardado dos asientos para mis padres” dijo Alice cuando le pregunté por
qué ponía el bolso en el asiento de su lado. Rosalie dijo que sus padres no podían
venir ya que estaban en Europa.
Mientras el comentarista hablaba por el altavoz, vimos a Carlisle y Esme subir las
escaleras.
“¡Es genial veros de nuevo niñas!” Esme nos abrazó y nos dio un beso en la
mejilla a las tres.
“¿Cuándo empieza el partido?” preguntó Carlisle, con su voz cálida y alegre como
siempre.
“En veinte minutos o así…” contestó Alice “Tío, realmente espero que vuelvan a
ganar el torneo”
“Oh cielo, tu sabes que quieres que el equipo gane tanto como lo hace Alice” se
rió Carlisle. Esme lo miró y se giró hacia la multitud.
“¡Vale señoras y señores! ¡Inaugurando el torneo este año son los Crawford High
Yellowjackets y los Beaumont High Huskies!”
Vimos al equipo salir con un brillante y rojo jersey, y el otro con jerséis verdes
desde la dirección contraria. El partido terminó rápidamente; Beaumont ganó y
avanzamos hacia la siguiente ronda. El siguiente partido era entre Buena Vista
Academy y Richmond High. Me estaba poniendo ansiosa de ver a nuestro equipo
jugar, pero me recordé a mí misma ser paciente.
“¡Ahora os presentamos a los campeones de estado del año pasado… East Coast
Academy Bulldogs!”
Los ánimos del otro equipo sonaban a nada comparados con los nuestros. O al
menos eso fue lo que a mí me sonó. Las animadoras de ambos equipos estaban
compitiendo también, haciendo esa variedad de piruetas y movimientos para
animar. Estar con la multitud era como una tonificante experiencia. No creo que
haya estado tan entusiasmada y activa en mi vida; podía sentir mi corazón latir
fuertemente contra mi pecho.
El sonido de los altavoces bajó de manera que los ánimos y gritos bajaron el
volumen un poquito mientras los jugadores tomaban sus posiciones. Alice,
Rosalie y yo nos apretamos las manos las unas a las otras.
El resto de la tarde fue muy rápida. Vimos a nuestra escuela jugar y avanzar en
el torneo ganando todos los partidos.
“Lo estamos haciendo genial” grité por encima de los ánimos del partido previo.
“¡SÍ!”
Cuando los ánimos bajaron de volumen un poco, Alice me recordó que había
otros equipos jugando en el otro gimnasio. Me había olvidado de eso totalmente.
Había pasado mucho tiempo desde que había estado en un torneo de baloncesto.
Rosalie sugirió de ir a ver a los equipos ganadores al otro gimnasio al ver que aún
quedaban nueve minutos para que comenzara el último partido de hoy. Carlisle y
Esme nos dijeron que ellos mirarían nuestras cosas y que no nos despistáramos
ya que esto estaba lleno de muchísima gente y nos costaría encontrar nuestros
asientos.
Los Wolves, al igual que los Bulldogs, tenían que ganar un solo partido más para
ir a la final.
“Oh no… esto es como una repetición del año pasado” gimió Rosalie.
“¿Qué?”
Alice tragó “Sabes que ECA y Horizon High llegaron a la final los años pasados
¿Verdad? Incluso aunque nosotros ganáramos el torneo, ellos solo se quedaron a
nueve puntos. Fue un partido muy reñido y Jasper dice que tienen unos
jugadores geniales este años… eso me preocupa”
Miramos hacia el tablón hasta que Rosalie nos recordó que mejor volviéramos. Lo
hicimos justo a tiempo. Esme nos tendió a cada una un vaso de Coca Cola; estaba
genial, la cafeína normalmente me calmaba.
Un tío alto del otro equipo iba a entrar a nuestra parte del campo. Jasper saltó en
el momento exacto en el que el jugador iba a tirar. Él prácticamente enroscó el
balón y se lo pasó a Cody, el cual estaba esperando el balón a mitad de campo.
Depsues Cody se lo pasó a Jamie y la pelota fue en círculos por los bordes.
Edward le dio un golpe en el hombro y cogió el balón. Cuando iba a dirigirse hacia
la canasta, este tipo alto del otro equipo le cargó en el hombro.
“¡Cabrón!”
Edward se quedó detrás de la línea e hizo tres tiros libres sin esfuerzo; el partido
continuó. Emmett y Dylan eran increíbles en defensa, el otro equipo tenía
problemas en quitárselos de encima. Al final, ganamos de goleada cuando
Edward acabó con un increíble remate. Alice y yo nos abrazamos mutuamente
felices y alegres. Los gritos de las animadoras apenas eran audibles debido a la
multitud. El coro de ECA volvió de nuevo mientras el otro equipo desplomaba los
hombros en derrota. Sobre escuché que esta era la primera vez que los Sharks
llegaban tan lejos, pero tenían otra oportunidad para el tercer lugar.
“¡Victoria para la East Coast Academy Bulldogs! Este es nuestro último partido
por hoy, y mañana por la mañana, veremos que nuestro equipo es el primero,
segundo o tercero. ¿Quién ganará el titulo del estado? Vengan con nosotros a la
una en punto mañana por la tarde en este gimnasio. Tengan una maravillosa
tarde, señoras y señores. ¡Mucha suerte a todos!”
Las chicas y yo nos encaminamos hasta los chicos, los cuales tenían unas
enormes sonrisas en la cara. Arrojé mis brazos alrededor de Edward y lo besé en
los labios. Se rió y me devolvió el beso entusiasmadamente mientras hundía sus
manos en los bolsillos traseros de mi pantalón.
Abracé a Emmett y Jasper y los felicité por el gran trabajo que habían hecho.
Esme y Carlisle finalmente se deshicieron de la multitud y vinieron a felicitar a los
chicos.
“Jasper duerme con Emmett, Cody con Dylan, así que yo me quedo con Jamie…”
rodó sus ojos “Pero tú sabes, puedes volver a ser asignada. Pasa la noche
conmigo, ¿compañera?” susurró dulcemente en mi oído mientras sus manos se
posaban en mi cintura. Respiré irregularmente mientras sus labios viajaban
hasta mi cuello.
“Hueles muy bien” susurró,
“¡Otra vez con el PDA!” Emmett arrojó sus brazos dramáticamente. E ruboricé
cuando vi muchos pares de ojos mirando en nuestra dirección con curiosidad.
Edward se rió suavemente y me dijo que ignorara a Emmett.
“Habitación 602” Edward leyó cuando consiguió las llaves. Emmett, Jasper,
Rosalie y Alice habían desaparecido así que cogimos el ascensor solos con
algunos chicos que no conocía. Edward insertó la tarjeta cuando llegamos a la
habitación. Dejó caer mi bolsa en el suelo sin mirar.
“¿¡Qué!?” la voz de Jamie me recordó a la de los niños que discuten con sus
padres paa conseguir caramelos. “¡Oh hola Bella! ¡No te había visto con Edward
encima de ti! ¿Qué pasa?”
Suprimí una risa. Eran graciosísimos. Era como si hubiera pedido el servicio de
entretenimiento. Decidí sentarme y echarme contra la pared para disfrutar del
show.
“Bueno, siempre hay bañeras. Adiós Jamie” Edward cerró la puerta en la cara de
Jamie y aún pude escuchar sus protestas en el pasillo.
“Joder” Edward soltó cuando volvía a entrar. Se pasó la mano por su pelo,
frustrado, y murmuró “¿Qué necesita hacer un tío para tener un poco de paz y
tranquilidad por aquí?”
Me reí tontamente y le señalé el espacio vacío que había a mi lado. Se sentó y se
echó contra el cabezal de madera. Incliné mi cabeza hacia su hombro y jugué con
sus largos dedos.
“Sí” sonreí.
“Por supuesto” incliné mi cabeza y posé mis labios contra los suyos. Se rió y me
respondió impacientemente. Pero como siempre, fuimos interrumpidos.
“Oh sí, me olvidé mi propósito totalmente cuando vi la vista” sonrió otra vez
“Mamá y Papá quieren que cenemos con ellos. Por supuesto Bella debería venir
también”
“Yo me debería quedar aquí… suena como una comida familiar y no quiero ser
una intrusa” dije incómodamente.
Edward se rió “Vamos Bella. Contra antes se vaya Emmett de aquí, mejor. No
queremos que se quede atado a nuestra habitación”
Me reí “¡Rosalie!”
“Ya sabes, me puedo imaginar a Edward haciendo eso en sus últimas” se burló
Emmett, dándole un codazo a su hermano.
“Oh, mierda”
Cuando abrí los ojos la siguiente mañana, Edward me estaba sonriéndome con
una hermosa y arrebatadora sonrisa, con su cabeza apoyada en su mano. La
simple vista de él hacía a mi corazón volar. Era como si estuviera mirando a un
Dios Griego, el cual también estaba devolviéndome la mirada. Se rió suavemente
mientras lo miraba como una imbécil. Un sonrojo cubrió mi rostro.
“¿Qué estás pensando?” susurró, presionando mi pelo con sus labios. Iba a
decirle la verdad, pero no quería que pensara que estaba obsesionada o algo. Así
que dije la primera cosa que se me vino a la cabeza.
“¿Es verdad que en este sitio hay buffet gratis para desayunar?”
“Yo también tengo hambre. Vistámonos” Justo cuando iba a bajarse de la cama,
su teléfono móvil sonó. Respondió mientras yo le estudiaba el rostro; se volvió de
una clara sonrisa, en mi opinión, a un ceñido.
Cerró su móvil y empezó a ponerse una camiseta nueva, con su rostro alarmado.
“Emmett no me lo ha dicho, pero sonaba muy urgente. Era algo relacionado con
el comedor… mejor bajemos lo más rápido que podamos.”
“Claro. Déjame que me vista…” me vestí muy rápido y me dirigí a la puerta junto
con Edward. Cuando el ascensor se abrió, corrimos hacia donde estaba el buffet
y vimos a un montón de gente rodear la fuente de chocolate. Cuando nos
acercamos, nos dimos cuenta de que era Conner. Estaba en el suelo,
agarrándose el tobillo; estaba sangrando. Oh no… sangre.
“Edward está aquí” escuché a alguien decir. Aclararon el paso para que pudiera
pasar.
“Papá está consiguiendo algo para que deje de sangrar” dijo Emmett “Gracias a
dios que tenemos un doctor por aquí”
“Lo siento pero no vas a jugar hoy. Empeorará si lo haces” Carlisle tenía a dos
muchachos llevando a Conner a una mesa y lo dejó para ir a buscar algunos
calmantes. El entrenador se fue a una esquina para llamar a sus padres, dejando
a todos los demás con caras expectantes mirándose unos a los otros.
“Esto es malo” suspiró Cody “Milo y Ralph se fueron esta mañana temprano
porque tenían una emergencia familiar. Sus suegros murieron o algo así. Dalton,
Travis y Brandon no están siquiera aquí ya que estaban suspendidos. El brazo de
Dylan no está bien porque ese tío lo empujó ayer y cayó al suelo durante el
partido así que su herida se volvió a abrir. Y ahora Conner no puede jugar, esto
es malo.”
Tenía razón; ahora que miraba alrededor; habían perdido a cinco jugadores. Por
eso es porque habían sitios extra en el autobús, finalmente me di cuenta.
Los otros chicos fruncieron el ceño y empezaron a murmurar cosas los unos a los
otros. Edward respiró hondo antes de comenzar a hablar,
“Vale… pero aún tenemos cinco jugadores. La única manera de que esto marche
bien es si esos cinco juegan todo el partido.”
Jamie interrumpió “Cody no puede jugar tanto rato, ¿recuerdas? Tiene asma y se
le olvidó traer el inhalador”
Emmett gimió “Tío, esto cada vez va a mejor y mejor. ¡Hoy no tenemos nada de
suerte!”
“O…” Jasper habló por primera vez. “Podemos coger a alguien para que juegue
mientras Cody recupera aire”
Todos se miraron los unos a los otros sin palabras. Y de repente, el rostro de
Jamie se iluminó con una brillante sonrisa después de mirarme “Ya sé- ¡Bella!”
“Es decir, ella ha jugado innumerables de veces con nosotros. Conoce el juego, y
es buena. ¡No puedo creer que no lo pensara antes!”
“Oh Dios mío Jamie… ¡Eres un genio! Te besaría, pero no eres una chica y
definitivamente ¡no eres mi tipo!” se rió Emmett, abrazándolo. Jamie sonrió
tímidamente al resto del equipo, el cual estaba chocándole los puños.
“Bueno Bella ¿Qué dices?” Me preguntó Edward, con los ojos emocionados de al
menos darme la oportunidad de elegir.
“Y será una total sorpresa para los Wolves” Dylan añadió sonriente. Los otros
chicos estuvieron de acuerdo entusiasmadamente, todos los trazos de
preocupación abandonaron sus rostros.
Jasper puso sus manos en mis hombros “Bella… has estado en cada uno de los
partidos que hemos jugado”
“Y todos te hemos visto jugar. Contigo y con Edward en el equipo, ¡seremos
imparables!” Cody me animó.
“Pero…”
“Bella” Dylan me miró directamente a los ojos. “Tú eres nuestra última y única
esperanza de ganar este torneo. Tú eres la única lo suficiente buena como para
dar el papel en el equipo.”
“¡Sí Bella! ¡Creemos en ti!” Jamie dijo fielmente. Edward rodeó con su brazo mi
hombro,
Era tan caballeroso. Estudié los rostros que me rodeaban; me había vuelto el
centro de atención. Sus inocentes y grandes ojos estaban llenos de mucha
esperanza… no podía fallarles a mis amigos. Me reservé los ojos de Edward para
el final; me dio una animadora sonrisa, aún dejándome a mí la decisión. Una
enorme parte de mí quería jugar. Amaba el baloncesto, y sabía que no tendría
otra oportunidad como esta. Pero no quería decepcionarlos al no jugar como ellos
esperaban. Me dije a mí misma que lo tenía que intentar; por mis amigos. Por
Edward.
“¿Cuál es el plan?” el entrenador dijo, confuso ante la imagen que tenía enfrente
de él. Los chicos me dejaron ir para poder anunciar las noticias.
Los chicos me animaron y abrazaron otra vez. Edward sonrió y plantó un suave
beso en mi mejilla. Era muy halagador ver que todos creían en mí y lo felices que
se veían al saber que iba a jugar con ellos.
“Ahora sí que vamos a patear traseros” Dylan se rió confidentemente antes de
que nos fuéramos de nuestras mesas.
Se rió “Eso pensé. Mejor date prisa; ya se están preparando para salir. Edward
tenía que estar pendiente de todo así que me llamó. Alice nos está esperando en
la entrada” me explicó mientras me ponía la negra y apretada camiseta sin
mangas y el jersey por encima de ella. Rápidamente me recogí el pelo en una
cola de caballo.
“Edward las cogió. ¡Vamos!” agarró y mano y salimos disparadas hacia fuera de
la habitación.
“Genial Bella” Alice omitió una risa cuando caminamos hacia ella “Muy a lo
Bulldog”
“No soy buena con eso de la moda e incluso yo sé que estoy muy graciosa”
Ambas sonrieron y nos dirigimos hacia el autobús.
“¡Tía! ¡Aun no me creo que vayas a jugar con ellos!” exclamó Alice “¡Mola!”
Me ruboricé y miré abajo, a mis pies, ignorando las miradas de las animadoras.
Entonces sentí como los brazos de Edward envolvían mi cintura desde atrás.
“Te quiero por intentar que me sienta mejor, pero no tienes porqué mentir” le
sonreí.
Sonrió “Es en serio. Creo que te ves… sexy con eso” murmuró seductoramente en
mi oído.
Me reí “¿Sexy?” tenía muchos adjetivos para describir como me quedaba este
jersey y Sexy no era uno de ellos. Asintió con la cabeza y sonrió maliciosamente,
“Muy sexy” dijo “Y gracias por hacer esto. Significa mucho para ellos. Para mí”
Antes de que pudiera decir de nadas, una brisa me hizo tener un escalofrío. No
era muy inteligente por mi parte llevar una camiseta sin mangas en medio
Noviembre, aunque no tenía otra opción. No estaba hecha como los chicos del
equipo. Edward lo captó y me frotó el brazo con su mano.
“Estás helada…” murmuró. Corrió hacia el autobús y volvió con una chaqueta de
cuero azul que siempre llevaba a todos los partidos.
“Aquí…” puso su chaqueta por encima de mí mientras encogía mis brazos dentro
de las demasiado largas mangas. Su preocupación y atención me hacía
preguntarme que había hecho para merecer a alguien tan atento y maravilloso
como él. Siempre me ponía a mí por delante de él. Siempre cuidándome…
Levanté la mirada hacia él con sinceridad y gratitud.
“Gracias” recé para que mi voz no se quebrara en medio de las sílabas. Mis ojos
se estaban volviendo llorosos, pero probablemente él pensara que se debía al
viento.
Sonrió y tocó mi mejilla “Me gusta que tengas mi nombre en ti. Es más fácil
reclamarte así como mía…”
Lauren no se dio cuenta ya que estaba en una conversación muy profunda con
Crystal, la cual había tomado el puesto de Jessica de ser su fiel esclava. Jessica,
por otra parte, estaba tan alejada de Lauren como podía. Me sonrió débilmente
cuando me pilló mirándola y le devolví la sonrisa.
Jacob gruñó. “Lo que quisieras… He oído sobre tus jugadores, debe de ser
horrible, como vuestro equipo” soltó “Déjame ver… tres de ellos suspendidos,
dos de ellos se han ido, y otros dos heridos. Estaba esperando más de vosotros
chicos… será una victoria fácil” silbó. Entonces su ceja se arqueó cuando se dio
cuenta de mi presencia al final; empezó a reírse.
“¡Oh Dios mío! Por favor díganme que no es lo que estoy viendo. ¿Tenéis a una
chica sustituyendo a los chicos de vuestro equipo? ¿No hay otros jugadores de
baloncesto en ese colegio tan rico, pijo e internado al que vais?”
“¿Qué pasa con las chicas?” pregunté mientras me fui acercando al lado de
Edward y lo miré a los ojos. Jacob sonrió, realmente pareciendo sincero,
“No te lo tomes a mal, cariño. Sólo digo… que chicas guapas como tú no deberían
involucrarse en temas serios como este. No sé si mi corazón podrá soportar si
uno de mis compañeros accidentalmente te golpea y daña tu hermoso y pequeño
rostro” alcanzó mi mejilla y la acarició. Rápidamente lo aparté.
Edward gruñó “Tócala una vez más y me aseguraré de que seas tú el que se dañe
la cara”
“Muy sobre-protector, ¿no? ¿Debo tomarlo como que estáis juntos? Qué monos”
se burló “Ya sabes Bella. Siempre pensé que lo harías mejor. Quizás con alguien
como yo” me guiñó, sonriendo.
Edward dio un paso hacia delante, con los puños apretados y listo para darle un
puñetazo a Jacob en la cara; lo rodeé con mis brazos mientras Emmett lo retenía
por la espalda.
“Chicos, vosotros no tenéis nada que hacer aquí.” El entrenador Reynolds dijo,
con su voz llena de autoridad. Jacob no apartó la mirada de Edward, tampoco
borró esa sonrisa de sorna de su cara.
“Quiero que sepáis que estoy muy orgulloso de vosotros al jugar las finales. Sé
que todos vosotros tenéis deseos de ganar – y yo también. Pero quiero que
recordéis que ganemos o perdamos, sois los ganadores. No son los resultados de
un panel los que dicen lo que sois, es lo que va dentro de vosotros…”
Era interesante ver lo atentos que estaban los chicos a sus palabras. Nunca
prestaban esa atención en clase.
“¡Sí!” los chicos alzaron los puños y gritaron. Todos salieron de los vestuarios en
una fila de a uno, ansiosos y emocionados.
“¿Sí entrenador?”
“Te vi jugando una vez con Edward por la noche antes de dejar el campus. Y
había escuchado muchos halagos de ti de tu profesor de gimnasia; estaba muy
impresionado. Sólo hazlo lo mejor que puedas” sonrió.
Ellos sonrieron “Por supuesto. No vamos a dejar que salieras sola. Además,
Edward nos dijo que lo hiciéramos”
Los Wolves intimidaban con esos tamaños enormes y esas fieras expresiones.
Hicieron mucho ruido con los pies cuando salieron al campo, sus ojos lanzaban
miradas oscuras en nuestra dirección. Ambos equipos nos colocamos en dos
círculos. Los ánimos no cesaron, así que fue difícil escuchar lo que el entrenador
nos decía.
Edward y Jacob saltaron a por la pelota. Edward fue un segundo más rápido que
Jacob, así que nuestro equipo tuvo la ventaja de poder encanastar los primeros.
Si pensaba que los partidos que jugaron ayer eran difíciles, tío, estaba
equivocada. Este partido era increíblemente nervioso e intenso. Casi se podía ver
la tensión entre los dos equipos. Todos eran muy rápidos; en un minuto estaban
ahí, al otro minuto estaban en la otra parte contraria.
Los Wolves eran buenos también. Se mantenían con nosotros, sólo un par de
puntos por debajo. Parecía que Jacob les había dicho a sus compañeros que sería
el único cubriendo a Edward. Fijaron sus miradas en los demás beligerantemente
mientras Jacob jugaba de defensa. El otro equipo hacía también muy buenos
tiros; habían mejorado desde la última vez que habíamos jugado con ellos. Alice
estaba en lo cierto al estar nerviosa.
El primer cuarto, terminó; los Bulldogs estaban liderando por siete puntos. Los
chicos se bebieron de un trago botellas de agua y se secaron el sudor con las
toallas del banquillo. Observaba silenciosamente como el reloj hacía tic-tac;
estaba llena de un sudor frío.
“¿Bella? ¿Estás bien? Estás pálida” Edward me dijo, con la voz llena de
preocupación.
Esta vez, el otro equipo obtuvo el balón primero. Fui horrorosa en los dos
primeros minutos del partido; la multitud y el otro equipo me intimidaban y
estaba absolutamente horrorizada y sin ideas de lo que hacer. Mi mente se quedó
en blanco. Este tipo del otro equipo me lanzó una sonrisa de burla mientras los
bloqueaba. Las palabras de Jacob de repente me volvieron agresiva- Chicas
guapas como tú no deberían involucrarse en asuntos serios como este. Iba a
demostrar que estaba equivocado. Le enseñaría lo absurdo que era al discriminar
la habilidad de alguien en baloncesto solo por su sexo.
Corrí hacia el balón y pillé a la persona que dribleaba por sorpresa. Había tenido
el ojo puesto en Emmett, ya que era el jugador más corpulento del equipo, así
que esperaba que él fuera quien lo cubriera. Le cogí el balón y lo lancé a Edward.
Dos chicos del equipo contrario rápidamente se fueron hacia él, pero Edward
siempre estaba un paso adelantado. Él me volvió a lanzar el balón, cuando
estaba un poco más atrás de la línea de tres puntos. Jamie y Jasper estaban bien
resguardados en ese momento; Emmett estaba intentando abrirse, pero uno de
los Wolves estaba enfrente de él, rehusándolo a ello. Así que lancé la bola… ¡y
encanasté!
Estoy segura que tomé a mucha gente por sorpresa ya que había escuchado
algunas exclamaciones de la multitud. Incluso yo me había pillado por sorpresa.
Los Wolves gruñeron incrédulos.
Ahora íbamos dos puntosa por debajo; pero eso sólo duró durante cinco
segundos. Hice otro tiro desde el córner y Edward terminó el medio partido con
uno de sus infames tiros circulares. Era bueno ir por delante; nos daba más
confianza. Tuvimos diez minutos de descanso por ser la mitad del partido; corrí
hacia el banquillo y me bebí media botella de golpe. ¿Quién sabía que el
baloncesto podría ser tan cansino?
“Eso fue genial, Bella…” Edward me dijo dulcemente, moviéndome la cola de
caballo.
Me reí y se lo agradecí.
“¡Tío! ¡Estuviste completamente genial ahí! ¿Viste la cara del tipo ese cuando le
arrebataste el balón? ¡Fue súper gracioso!” Dylan exclamó, con los ojos llenos de
emoción.
“Tío, van a perder” Conner se rió maliciosamente. Cody chocó su puño con el
mío.
“Fue muy divertido. Mucha presión al principio, pero pareció que todo
desapareció cuando toqué el balón.” Me encogí de hombros. “Lamento que no
puedas jugar, Dylan. Debe ser muy duro para ti estar sentado aquí el último
partido.”
Sonrió. “Está bien. Ya tuve mi tiempo ayer. Me siento muy emocionado solo
viéndolo…”
El partido continuó. Edward me pasó a mí el balón pero cuando iba a correr hacia
el aro Jacob sonrió y movió sus brazos para bloquearme.
¿Qué pasa si lo pierdo? La verdad era que no había utilizado el tiro circular por no
sé cuánto tiempo. Solo era necesario cuando se jugaba con jugadores más altos
que tú como Edward, pero Edward había estado practicando muchísimo y yo sólo
los cuarenta minutos en el gimnasio todos los días, con Ryan y todos los demás
compañeros. Pero no lo necesitaba cuando estaba jugando con ellos; no eran
mucho más altos que yo.
No es que tuviera otra elección. Quitando la de saltar e intentar lanzar el balón sin
que Jacob lo cogiera. Contorsioné mi cuerpo, doblé mi cintura y lancé el balón por
debajo de sus brazos; fue bueno que no estuviera muy alejada de la canasta.
Observé, mis nudillos estaban cerrados fuertemente mientras el balón salía
disparado en una forma poco familiar. Voló hacia el lado izquierdo primero, y
pensé que lo iba a perder como la vez esa en la lección privada con Edward. Pero
para mi sorpresa, y la de todo el mundo, golpeó en la canasta y entró dentro del
aro justo a tiempo para que terminara el tercer cuarto.
Al principio hubo murmullos en la audiencia. Pero eso fue sólo por un corto
periodo de tiempo hasta que se escucharon los altos y animados gritos de
nuestra escuela. Me encantaba esta sensación. La sensación que siente cuando
consigues algo que tu pensabas que no irías a conseguir. Y sentir a la multitud
gritar… era increíble.
“Sabes cómo hacer el tiro circular.” Dijo Jacob calmadamente, todos los trazos de
humor se esfumaron.
Me encogí de hombros.
“¡Tío! ¡Eso fue genial! ¡Pensé que Edward era el único en hacer el tiro circular en
nuestra escuela!” Conner dijo cuando salimos del campo para descansar un
minuto. “¿Visteis al balón? ¡Estaba loco!”
Hizo muchísimos tiros desde el córner- uno de los más difíciles en mi opinión- y
recibió una gran reacción de la multitud. Era impresionante como parecía tener
todos los ángulos bien y el balón salía disparado hacia el aro, y entraba sin
siquiera tocarlo. Jamie se veía cansado comparado con los otros; pero siguió
lleno de determinación en sus ojos azules.
Jasper me pasó el balón y lo llevé hasta la otra parte del campo después de
deslizarme entre esos guardias del Horizon. Lo pasé a Jamie, el cual estaba al
lado del aro, y marcó con un simple salto. Me dije a mí misma que tenía que
ignorar el reloj; no tenía tiempo para distracciones y miedos. Jacob estaba
gritando a sus compañeros por no haberlo cubierto; la atmósfera para lo Wolves
era terrible.
Intentaba alejarme del tipo que supuestamente tenía que cubrirme. Era más de
10 centímetros más alto que yo, así que dejé los saltos. Jaspe estaba buscando a
alguien que estuviera abierto para pasarle el balón ya que estaba demasiado
lejos de la canasta. Miré a la figura del enorme tipo que tenía enfrente de mí y
una idea me vino a la cabeza mientras movía los brazos en el aire. Señalé a la
apertura de sus piernas; Jasper sonrió y lo lanzó por debajo del tipo para que yo
pudiera cogerlo.
“¡Sí!” grité y me dirigí hacia el aro. Hice un tiro desde un lado y escuché gritos de
la audiencia y mis compañeros.
Unos segundos después estaba intentando parar el balón cuando fue pasado de
Jacob a uno de sus compañeros. Me lancé a por el balón sin cuidado alguno,
pensando en que sería lo suficientemente rápida, y colisioné con un enorme tipo
del otro equipo que también estaba yendo a por el balón desde la dirección
contraria. Nuestras cabezas chocaron la una contra la otra con un fuerte Bang y
ambos caímos al suelo, con él encima de mí. Él prácticamente aterrizó sobre mi
pierna izquierda. Sentí un dolor intenso en la rodilla cuando intentó levantarse.
“¿Bella? ¿Estás bien?” sus ojos eran frenéticos cuando se arrodilló para
examinarme la rodilla. No se atrevió a tocármela, pero parecía que quería.
“Estoy bien” hice una mueca cuando intenté levantarme. No tuve éxito, al final,
terminé en el suelo- qué vergonzoso.
“No te muevas…” me instruyó.
Entonces dos tipos del centro médico me ayudaron y me llevaron a la oficina. Era
una luminosa habitación con una pequeña cama en el centro; había posters
colgados en las cuatro paredes. Buscaron si había alguna herida en la cabeza y
luego examinaron mi rodilla. Al final, la enfermera vendó mi cabeza ya que decía
que tenía un pequeño corte y me dio algo para mi pierna casi pierna rota. Me
preguntó cómo me sentía; le dije que estaba perfectamente bien y que
realmente tenía ganas de ver lo que quedaba de partido muy rápidamente, casi
grosera. Dudó al principio; pero después de leer mi rostro, me escoltó hasta el
banquillo con un suspiro.
Conner y Dylan me preguntaron si estaba bien; les dije que no era para tanto.
Sólo parecía peor por las vendas. Vi a Edward echarme algunas miradas desde el
rabillo de sus ojos.
Se deshacía de todos los que le bloqueaban tan rápida y fieramente que hizo el
partido mucho más intenso de lo que ya era. El entrenador de los Wolves estaba
gritando furioso a su equipo por dejar a Edward encanastar tanto. Su equipo
parecía irritado. No los culpaba; yo no estaba siquiera en su equipo y estaba
empezando a sacarme de quicio.. Los Wolves estaban ahora por detrás con unos
buenos 13 puntos. Con menos de un minuto de partido que quedaba, Los Wolves
se estaban poniendo más nerviosos y ansiosos cuando el reloj avanzaba.
“Lo siento Jacob. Parece que aún vamos a ganar este año…”
El balón salió volando impresionantemente hacia dentro del aro cuando el último
pitido sonó. Había terminado.
Las animadoras saltaban arriba y debajo de felicidad; las gradas estaban de pie,
abrazándose los unos a los otros mientras gritaban animadamente por nuestra
victoria. Algunos de los estudiantes levantaron las manos y chiflaron. Sus altos y
locos gritos de ánimos se escuchaban en medio de toda la locura mientras en la
parte contraria del gimnasio, Jacob y sus compañeros de equipo se hundían
débilmente en el suelo de rodillas, con los ojos muy abiertos cuando aceptaron su
derrota. Miraba a Edward, no con odio… sino con envidia. Su entrenador lanzaba
los brazos al aire dramáticamente mientras sacudía la cabeza con furia.
“No puedo creerlo… ¡otra derrota!” gritaba mientras daba zapatazos en el suelo.
Las animadoras y los jugadores de baloncesto corrían para encontrarse con su
capitán prodigio el cual, para su sorpresa y confusión, estaba alejándose hacia la
dirección contraria. Dylan corrió para unirse a sus compañeros mientras Conner
cojeando seguía detrás, pero todos pararon a mitad de camino cuando vieron que
Edward se acercaba al banco más cercano y vacío en vez de celebrar con sus
compañeros la maravillosa victoria.
Edward pareció no oírle. Jamie, junto con el resto del equipo y las animadoras, se
encogieron de hombros y siguieron a Edward con brillantes sonrisas plasmadas
en sus rostros. Ninguno de ellos parecía saber hacia dónde los estaba dirigiendo
Edward, pero tampoco parecía importarles. Sólo lo comprendieron cuando lo
vieron acercarse a mí y detenerse a un metro de distancia. Jamie pareció
desconcertado, y estuvo a punto de acercarse otro paso hacia Edward para
preguntarle a Edward qué estaba haciendo cuando Emmett lo retuvo
extendiendo su enorme brazo. Le susurró algo al oído, y vi a Jamie asentir con
aprehensión.
Me soltó, y desvió la vista de mi frente fruncida hacia mi pierna con una mirada
apesadumbrada. Se puso en cuclillas y me acarició la mejilla.
“No debería haber permitido esto. ¿Qué estaba pensando al dejarte jugar contra
estos tipos que te doblan en tamaño? Lo siento tanto…, se supone que debía
protegerte, y sin embargo.... Mírate. Estás toda vendada, estás herida…,” su voz
estaba llena de remordimiento. Mi corazón se encogió por la culpa que cubría su
precioso rostro.
“Lo sé,” suspiró. “Es que quisiera…, hubiera querido estar ahí contigo para
prevenirte antes de que pasara esto. Me sentí impotente al verte en el suelo
encogiéndote de dolor y sabiendo que no había nada que yo pudiera hacer. Odié
verte lastimada. No me importa cuán tonta sea la herida…, detesto esto” dijo
gravemente con los labios apretados.
Sonreí con picardía. “Por supuesto que lo sé. ¿Por qué más podría ser que me
ames?” Bromeé, tratando de levantar su ánimo decaído. Edward rió
sinceramente, transformando completamente su expresión seria y preocupada.
“¿Sería inapropiado si te beso ahora mismo?”
“Bésame,” susurré.
Se rió entre dientes y presionó sus labios sobre los míos. No hay nada en el
mundo que pueda compararse con estos delicados, pero espectaculares besos.
Tomó mi rostro entre sus manos con suavidad, teniendo cuidado de no tocar las
abultadas vendas de mi pierna con su cuerpo y entrelazando mis dedos con los
suyos.
“Te amo,” suspiró cuando nos separamos, descansando su frente sobre la mía.
Su rostro estaba todavía un poco agitado por el juego y sus mejillas estaban
teñidas de un ligero tinte rosado; se veía adorable.
“Yo te amo más,” dije, en un tono aún más bajo que el suyo. Sonrió de vuelta y
afianzó su agarre sobre mis dedos.
Edward se puso de pie y sonrió a todos ellos, “Un día de estos vamos a cobrarles
entrada, ¿saben?”
Emmett desordenó mi cabello. “Lo hiciste genial, Bella. Si necesitas que le patee
el trasero a ese tipo, solo tienes que pedírmelo.”
“Umm…. No, gracias. Creo que pasaré…,” tragué saliva.
Dylan se rió entre dientes y le dio a Jasper y Emmett una mirada significativa. “La
danza de la victoria.”
A continuación todo sucedió tan rápido que no supe cómo pasó. Edward estaba
frente a mí, y lo siguiente que vi fue a Edward siendo levantado del suelo para ir
a parar en los hombros de Emmett y Jasper. Me reí por la cara de sorpresa de
Edward.
“¿Qué es esto?”
“¡Victoria, Victoria!
¡Ese es nuestro canto!
¡Victoria, Victoria!
¡Ese es nuestro rezo!
¡Lanza esa V,
dame esa I,
forma esa C-T-O-R-I-A!
Yo me podría haber puesto de pie sobre el banco, pero mi pierna aún estaba en
mal estado y no quería arruinar el momento de los Bulldogs cayéndome. Otra
razón para no mantenerme paralizada era la deslumbrante sonrisa de Edward. El
aire se me atoró en la garganta cuando me fijé en su expresión llena de júbilo,
siendo sostenido en los anchos hombros de Jasper y Emmett con todos los otros
chicos y las animadoras a su alrededor. Se veía…, como una deidad. Los niños
más pequeños lo miraban con admiración, como si fuera un héroe. El cuerpo
entero de estudiantes estaba entonando su nombre a lo largo de toda la
escuela…. La atmósfera era extremadamente alegre.
Por los intercomunicadores anunciaron que había llegado la hora de presentar los
trofeos. Toda la muchedumbre de espectadores se sentó y el equipo volvió a las
gradas para sentarse también. Edward pasó un brazo por mis hombros y tomó mi
mano entre la suya. Me guiñó el ojo y yo me ruboricé. Era imposible escapar de
su belleza.
Los Huskies gritaron felizmente y corrieron alrededor del gimnasio mientras sus
seguidores los alentaban por su gran hazaña. Algunos fotógrafos sacaron varias
tomas del equipo sosteniendo la copa, y el resto del gimnasio esperó
impacientemente por el siguiente anuncio.
Jacob tomó la copa con una sonrisa renuente a la cámara. La multitud comenzó
a silbar y su sonrisa se hizo un poquito más amplia. Edward lo alentó igual que
todos nosotros. Ya no había tensión. Ahora todos veían a los Wolves de otra
manera, ya no como enemigos, sino como camaradas. Me pregunté si los Wolves
actuarían igual con nosotros si la situación hubiera sido exactamente contraria.
Me pregunté también si ellos se mostrarían tan comprensivos con la Academia de
la Costa Este. La mirada de Jacob se encontró brevemente con la de Edward.
Sonrió indiferente, con la misma sonrisa que compuso para la cámara, y luego le
dio unas palmaditas en el hombro a uno de sus compañeros.
“¡Vamos Bulldogs!”
Edward sonrió y rodó los ojos al escuchar este último. Yo le di un codazo juguetón
con una sonrisa divertida.
Cuando por fin nos separamos vi cintas blancas y azules volando por todos lados
en el aire. Las porristas se nos habían unido en la cancha, tan emocionadas como
nosotros. Uno pensaría que los fanáticos perderían los pulmones por gritar tanto,
y sin embargo continuaron chillando. De todos modos yo no podía siquiera tener
una visión clara de todo eso porque estaba demasiado ocupada sintiendo los
labios de Edward sobre los míos.
Fue entonces cuando la audiencia saltó de sus asientos para venir a felicitar a los
jugadores. Alice y Rosalie besaron a Emmett y Jasper profundamente, ignorando
todo lo demás a su alrededor. Era difícil no perderse en ese tumulto de gente,
pero Edward sostuvo mi mano fuertemente entre las suyas todo el tiempo para
asegurarse de que nos manteníamos juntos. Al final logramos encontrarnos con
los padres de Edward. Esme le dio a su hijo un apretado abrazo y luego sus
brazos me rodearon a mí.
“No…, no es para tanto. En este mismo instante no puedo sentir ningún dolor.”
Rosalie se rió, “Casi le das a Esme un ataque al corazón. Te veías medio muerta
debajo de ese gigante.”
“¿No es genial? Tenemos a la mayor parte del equipo justo aquí.” Nos recordó
Emmett con una sonrisa jocosa.
“Estoy muy feliz por ustedes cuatro. Prometí que no iba a llorar…, pero mis niños
están creciendo tanto,” los ojos de Esme se llenaron de lágrimas cuando volvió a
abrazar a Emmett y a Edward. Ellos se rodaron los ojos el uno al otro en broma,
dando suaves golpecitos a Esme en la espalda y diciendo “Está bien, ma.”
Después de saludar a los padres de Edward, recogimos nuestras cosas del los
casilleros sin volver cambiarnos en nuestras ropas habituales. Era un honor estar
vestidos con nuestros jerseys deportivos; ninguno sintió deseos de quitárselo.
Dejé mi cabello suelto sobre uno de mis hombros y traté de peinármelo un poco
con los dedos. Lamentaba no tener un cepillo a mano en ese momento.
Edward se rió. Se veía muy relajado ahora. Era como si la enorme carga que
había estado llevando sobre la espalda se hubiera ido para siempre. Tomó mi
mano y salimos de la zona de los casilleros con una multitud a chicos animados
detrás. Todos ellos venían hablando del juego aún. El último tiro… la última
campanada…
“¿Cómo está tu pierna?” Me preguntó Edward cuando salimos al aire libre y el frío
me golpeó en la cara. Él me había puesto su chaqueta para mantenerme
calentita.
“Cul… ¡Edward!”
Era una voz familiar. Los dos nos giramos al mismo tiempo, e hicimos el mismo
gesto de alarma cuando vimos a Jacob apoyado contra uno de las farolas de la
calle con el rostro ilegible.
Compuso una sonrisa amistosa cuando comenzó a caminar hacia nosotros con
una mano extendida. “Felicitaciones. Dieron un excelente juego.”
Edward sacudió la cabeza con modestia. “Ustedes también dieron una increíble
actuación ahí dentro.”
Jacob ensanchó su sonrisa. “Lo hicimos, ¿cierto?” Su tono era bromista, parecía
sincero. Entonces suspiró. “Pero ustedes fueron mejores. Eran menores en
número…, y aún así se las arreglaron para darnos una buena sacudida. Con un
sustituto inesperado,” Jacob me sonrió tímidamente. “Estuviste increíble, Bella.
En serio. Siento mucho mi… comportamiento anterior. Estaba realmente muy
nervioso por el juego…, y la verdad es que los nervios sacan lo peor de mí,”
siguió, aparentemente sereno. “Generalmente me comporto mejor que eso.”
“Eres afortunado, ¿sabes, Cul… digo, Edward? El año próximo te van a llover
oportunidades para la universidad…” Jacob suspiró con envidia.
“¡Jacob!” Siseó su entrenador con enojo cuando lo vio hablando con nosotros.
“¡Nos vamos de aquí!”
Edward lo miró con disgusto, “¿Cuál es el problema de ese tipo? Deberían hablar
con el comité de la escuela o algo.”
“Seh. Está empezando a sacarme de quicio también a mí. Creo que vuestro
entrenador fue rival del mío en sus tiempos…, creo que es por eso que está tan
podridamente enfadado.” Informó Jacob, frunciendo el ceño. “Un imbécil, si me
preguntas a mí.”
“¡Jacob Black!”
“Lo haré,” Edward le dio un leve apretón a mi mano. “Sabes, Jacob, si no fueras
mi rival en el deporte y no hubieras estado persiguiendo a la chica que amo…
bueno, me caerías bien,” se rió.
“Bueno, será mejor que me vaya antes de que ese imbécil se la tome contra el
resto de mi equipo. Así que,” Jacob sacó las manos de sus bolsillos. “Los veré el
próximo año. Y ten en cuenta este consejo, Señor Gran Tiro: si quieres dar una
buena impresión en tu último año en el baloncesto, será mejor que trabajes duro,
porque nosotros también estaremos entrenando mucho para patearte el
trasero.” A pesar de la dureza de sus palabras, su tono era bromista.
“Hey, perdón por interrumpir. Eres Bella, ¿cierto?” Preguntó con nerviosismo.
“Está bien… sé que fue un accidente. Estoy bien. No me rompí la pierna ni nada
de eso,” aseguré. Él suspiró aliviado.
Jacob rodó los ojos cuando escuchó al entrenador gritándole de nuevo. “Vamos,
Embry. Adiós chicos, nos veremos por ahí,” los dos asintieron hacia nosotros
como saludo y luego corrieron a su propio autobús. Me sentí mal por ellos
sabiendo que tendrían que estar atascados en el pequeño autobús con su
enfurruñado entrenador durante la próxima hora.
“Eso fue sorprendente,” dije cuando me di la vuelta para entrar a nuestro bus.
“Sí que lo fue…, tal vez fue sólo un sueño.” Edward me alzó en sus brazos y entró
en el bus, cargándome a pesar de mis protestas.
“Puedo caminar, ¿sabes?” Dije entrecerrando los ojos una vez me hubo apoyado
en mi asiento. Sus dientes brillaron en la oscuridad.
“Oh, ya lo sé.”
“¡Bella, canta con nosotros!” Exclamó Alice entre risas. Rosalie y yo rodamos los
ojos.
“Las ruedas del autobús dan vueltas y vueltas, vueltas y vueltas, vueltas y
vueltas…”
“Vueltas y vueltas…”
Me reí disimuladamente. “No recuerdo haber hecho nada tan infantil desde que
estaba en el segundo grado.”
“¡Todos canten! Los Bulldogs del autobús patearon traseros, patearon traseros,
patearon traseros…” La voz de Emmett se hizo oír desde la oscuridad. Edward y
yo nos giramos y reímos a carcajadas; él tenía razón. Esto no era algo que haría
una persona cuerda.
Nos detuvimos en un McDonald’s para cenar porque el entrenador dijo que era el
único lugar donde podría llevarnos sin pasar vergüenza por nuestro estado de
hiperactividad. Dijo que estábamos siendo tan infantiles que nos podría haber
llevado al sitio de juegos de los niños para que estuviéramos con los pequeñitos
de tres años. Era tarde cuando por fin volvimos hacia la escuela. Aún así la gran
mayoría de los estudiantes estaban más energéticos y animados que nunca.
Cualquiera diría que acabábamos de llegar de un picnic a mediodía.
“Voy a tomar una ducha y luego te busco en tu cuarto,” me dijo Edward cuando
bajamos del bus después de besarme en la mejilla.
“Está bien,” sonreí. Él se fue caminando con Jamie y el resto de los chicos. Rosalie
y Alice me siguieron con cautela, listas para prevenir que mi rostro se estrellara
contra el piso si daba un paso en falso.
“En serio, no me voy a caer ni nada por el estilo,” rodé los ojos, internamente
emocionada por su preocupación hacia mí.
Alice sonrió con picardía, “Bueno, tenemos que estar seguras. La verdad es que
no tengo ganas de que mi hermano me arranque la cabeza por dejarte tropezar.”
“Yo no. A mí me gustaba el hotel,” dije con satisfacción, recordando lo bien que
se sentía tener a Edward encima de mí, besando mi cuello y presionándome
sobre las sábanas. Ellas me dieron codazos amistosos, evidentemente
adivinando hacia dónde se habían dirigido mis pensamientos.
“Por supuesto que sí. Tu cuarto tenía la mejor vista.” Replicó Alice con un
puchero.
“Muy inteligente, Alice. ¿Por qué no lo habré pensado antes?” Exclamó Rosalie
con sarcasmo. “Además, fue una de esas escenas que te quedan en la memoria
por el resto de tu vida, aún si todo lo que viste fue de pasada y no duró más que
un momento.”
“Ouch”
Alice y yo nos bañamos por turnos. Yo me quité las asquerosas vendas y casi
pego un brinco cuando vi lo que había debajo. El golpe se había puesto feo, justo
debajo de mi rodilla había un oscuro moretón púrpura con sangre seca alrededor.
Hice una mueca de dolor cuando traté de limpiarlo. Sin dolor no hay logro, pensé
con un suspiro.
Edward llegó justo cuando Alice estaba a punto de salir a buscar a Jasper.
Alice le sonrió. “¡Diviértanse, chicos! ¡No hagan nada que yo no haría!” Y luego
cerró de un portazo.
Edward vestía una camiseta que se cernía sobre su perfectamente escultural
pecho. Tuve que ahogar un gemido y mantener mis emociones bajo control. Él
me regaló una de sus sonrisas deslumbrantes mientras se acercaba caminando
hacia mí para sentarse a mi lado en la cama. Luego se apoyó en el respaldo de
madera.
“Hey…”
“Hola,” dije.
“Te quitaste las vendas,” dijo él. Intenté torpemente ocultar el golpe. No quería
que él hiciera todo un drama de esto; lo había visto tan estresado estas últimas
semanas que no quería agregarle otro motivo de preocupación sin importancia
justo ahora que el juego ya había terminado.
Él titubeó y luego dio un suspiro vencido. “Pero lo primero que haremos por la
mañana será ir a la enfermería para que te hagan un chequeo.”
“Ven aquí,” levantó su brazo y me hizo un lugar para que me acomodara sobre él.
Empujé la colcha sobre nosotros y cerré los ojos para prolongar el encantador
momento al máximo. Entonces recordé algo que había estado pensando en
preguntar.
“¿Edward?”
“¿Sí?”
“¿Qué quisiste decir con eso de que no vas a jugar al baloncesto en la
universidad?”
Él dirigió la mirada hacia mí dubitativo. Lo que sea que haya visto debe haberle
dado valor para hablar. Con un profundo suspiro, cerró los ojos y los volvió a abrir
mientras hablaba. “El entrenador Reynolds me llamó a su oficina hace algunos
días. Él me explicó lo importante que iba a ser este torneo y todo el próximo año
si lo que yo quería era impresionar a los seleccionadores. Mi futuro podría estar
determinado por eso, según dijo, si yo continúo jugando como hasta ahora. Me
dijo que después de la universidad podría tener un lugar en la NBA…” sonrió, y
luego continuó, “Pero no quiero seguir jugando al baloncesto, Bella. No como
carrera. Quiero hacer algo más… Quiero…” Y se detuvo.
“Esto te va a parecer raro…, pero quiero ser doctor, Bella. Quiero salvar vidas,
quiero salvar la vida de los niños. Quiero ser más que otro jugador de baloncesto.
Yo sólo…, sólo quiero hacer algo diferente, aportar algo más para el mundo.”
Me di cuenta de que sus ojos habían brillado de una manera especial cuando dijo
‘salvar la vida de los niños’. Lo miré con adoración mientras rodeaba su cintura
con mis brazos. Él me devolvió la mirada confuso, pero aún así afianzó su agarre
alrededor de mi cuerpo.
“¿Absurdo? Oh, Edward, creo que si fuera posible, esto sólo haría que estuviera
más enamorada de ti.” Repliqué con una enorme sonrisa.
Él dejó escapar un suspiro. “Bueno, eso fue inesperado. Pensé… pensé que me
ibas a decir que estoy loco por pensar así,” dijo entre dientes.
“Edward,” lo besé en los labios. “Creo que es maravilloso que quieras hacer algo
más con tu vida. De verdad lo creo.”
“Gracias,” murmuró. “¿Y qué hay de ti? ¿Cuáles son tus planes a futuro?” Sus
labios se crisparon en una sonrisa.
“Lo que yo quiero hacer no es nada comparado con lo que tú planeas. Quiero…,
quiero ser periodista. Me encanta leer, supongo que tú ya sabes eso,” sonreí y él
asintió. “Y me encanta escribir también. Es algo que quise hacer desde que era
pequeña.”
“Gracias. Sabes que es lo mismo para ti, ¿cierto? No importa lo que suceda,
Edward Cullen,” susurré.
“Gracias…,” su voz también fue un susurro. Luego apagó la tenue luz de al lado
de mi cama. “Es tarde. Deberías descansar un poco.”
"Llamaré una ambulancia," dije bromista, " Edward, voy a estar bien, " acentué la
palabra.
Él sonrió abiertamente e hizo rodar sus ojos hacia mí cuando entramos al edificio.
Las chicas miraron a Edward con aún más deseo que antes. Se reirían
tontamente o suspiraban cuando él caminaba por ahí; unos trajeron sus camisas
de equipo a la clase para que él las firmara. Las animadoras se le acercaban y
felicitaban; no se marcharon sin pestañear o dirigir una risa coqueta. Miré como
las olas de decepción aparecieron sobre sus caras alegres cuando vieron que
Edward aún no se mostraba ni un poco interesado. Contestaba con un simple
"gracias" indiferentemente y dimos un paseo lejos, de la mano.
"Hoy será un día largo. Será un milagro si mi mano derecha sobrevive, "
refunfuñó , haciendo reventar su nudillo después del firmar el duodécimo dedo de
espuma.
" Mucho… " reí en silencio. Un grito ruidoso interrumpió lo que él había querido
decir.
"¡Yo Edward!"
Dylan se dirigió hasta donde nosotros estábamos con una pluma en su mano. Él
saco un cuaderno de su mochila y se lo dio a Edward,
Edward lo miró airadamente, "Qué gracioso, Dylan. ¿Alguna vez has considerado
ser un cómico en un futuro próximo?" dijo, presionó sus labios en una línea dura.
Dylan se rió y sacudió su cabeza, " No a ti. ¿Por qué en el mundo querría yo tu
firma? Me gusta mi nombre, esta muchísimo mejor que el tuyo, " dijo él con aire
de suficiencia, "es para mi hermana. Fue a nuestro partido, y ahora está
enamorada de ti. ¿Puedes creer que se fue a casa y bajó todos los posters de su
pared para sustituirlos por un cuadro tuyo por el cual se las arregló para
conseguir ayer? " Su voz era incrédula.
"¿Cuántos años tiene, Dylan? " Yo refrené una risa. Edward fijó sus ojos en mí,
silenciosamente amenazándome para que no riera.
" se llama Tori " añadió Dylan. Edward suspiró desvalidamente y empujó el
cuaderno a Dylan cuando termino, Dylan fingió parecer horrorizado con un jadeo
burlón,
" Nos vemos en P.E., " Dylan rió y me guiñó antes de que se alejara. Yo todavía
temblaba con la risa, después alcé la vista hasta Edward, que fruncía el ceño
hacia Dylan desde atrás.
"¿ Ya, acabamos con las risas? " preguntó, con insinuaciones de irritación en su
voz.
" lo siento, eso fue grosero. Pero gracioso, " noté como sonrió con satisfacción,
después hizo rodar sus ojos,
" No la parte del autógrafo. La parte que encontré graciosa es que ella fijó tu
imagen en la pared de su cuarto " me reí disimuladamente. " será mejor esperar
que Dylan no le diga nada a Emmett sobre esto, te torturaría. "
Edward frunció el ceño " será mejor que Dylan no diga nada, o va ser hombre
muerto… si es que no muero primero de la irritación que recibiría de Emmett. "
Unos minutos más tarde, Edward me dio un beso de despedida, después de que
un profesor le recordara que solo tenía unos segundos hasta la segunda
campana. Me dio un beso ligero … pero era bastante para enviar mi corazón al
estado de frenesí. Después del terminar el ensayo en la clase, pasé el resto del
período garabateando en mi cuaderno, pensando en Edward . Lo que él estaba
haciendo … lo que él estaba pensando. ¡Maldita sea, Bella! Me estoy convirtiendo
en una de aquellas chicas patéticas embobadas por el amor. La siguiente cosa
que haría sería que garabatee su nombre en mi libreta y dibujo corazones
alrededor. Solté mi pluma con horror. Yo nunca, nunca iba a ser una de aquellas
chicas que desprecié. Pero de todos modos, solamente porque dejé caer el objeto
peligroso, no significaba que pudiera controlar mis pensamientos.
Después de la escuela, Edward me esperó fuera del aula como siempre. Se rió,
Ambos nos despertamos media hora antes de que el despertador zumbara esta
mañana. Nos quedamos en la cama hablando hasta que era hora de levantarse,
le conté sobre la idea de comenzar un equipo de baloncesto de chicas en ECA.
Después de todo, yo no podía quedarme el equipo de baloncesto. Edward me
animó a hablar con el Entrenador para conseguir su permiso.
"No importa … esto es estúpido. Sólo tengo un año más en el Instituto. ¿Dónde
voy a encontrar a doce muchachas que constituyan el equipo? todos piensan que
estoy loca de todos modos. El único deporte que a ellas les interesa es ser
animadoras… Olviden que dije algo. Mi cabeza solamente no funciona bien a esta
hora de la mañana...".
"Bella," dijo acariciando mi mejilla "no es estúpido, ¿ok? Creo que ya es hora de
traer algo nuevo a esta escuela para las chicas. El baloncesto es una gran idea."
“nunca vas a saberlo a menos que lo intentes, "me incitó él, con su cara gloriosa
, rió, " inténtalo. Si no te hubieran perseguido ese día en el baile … si yo no
hubiera ido hacia fuera porque tuve miedo de que no tuvieras los mismos
sentimientos … las cosas habrían sido diferentes para nosotros. Sé que estaría
todavía negando que me gustaras, y para ti sería el mismo. Pero míranos ahora,
" rió en silencio, sus labios se enroscaron en una sonrisa torcida.
No estaba acostumbrada a ver una sala vacía a esta hora. Las luces se fueron,
pero hubo una fuente de luz procedente de la oficina del entrenador.
"No tan rápido," murmuró y me empujó hacia la oficina. Yo era ingenua al pensar
que sería capaz de escaparme.
Me congelé sobre mis pies delante de la puerta. Edward tuvo que darme una
palmadita cariñosa antes de que volviera a mis sentidos y llamara a la puerta.
El Entrenador sonrió, "Ah … señorita Bella Swan y Sr. Cullen. ¿En qué puedo
servirles? ¿Cómo esta esa pierna? Mejorando, espero … "
"Sí … esta mejor," me moví, "Umm … en realidad, tengo algo que me gustaría
decirle a usted solo … si no está ocupado." Miré en la dirección de Edward y él rió
en el estímulo.
Edward arrastró una de las sillas para mí. Respiré otra vez y continué después de
que Edward tomara su asiento también.
"Entrenador, después del partido con Edward y el resto de los chicos en el torneo,
me hizo comprender cuánto omití jugar al baloncesto. Sé que es difícil para mí
recibir un puesto permanente sobre el equipo, y no lo pido. Pero yo pensaba … tal
vez … solamente tal vez podríamos comenzar un equipo de baloncesto de chicas
en esta escuela …" me calmé y estudié su cara. Era despreocupada. Esto me puso
increíblemente nerviosa.
"oh …" Mi cara pasó a la decepción. Podía oír el reloj hacer tictac en silencio. Mis
manos sudaban otra vez.
"No bromeo sobre el baloncesto, muchacho. La mayor parte de estas chicas van
a ser principiantes. Necesitarán toda la ayuda que puedan conseguir. Y tú has
sustituido prácticas por mí antes," indicó él.
"Esto es diferente," masculló él. "Yo no sabría qué hacer. Nunca he enseñado a
nadie a cómo jugar antes."
Edward me miró y me reí de él, "Está bien, Edward. No tienes por qué hacerlo …"
"No," él anunció, "lo haré. ¿Una hora después de escuela los martes y los jueves?
Lo haré, " sonrió con satisfacción él.
El entrenador cabeceó en aprobación, "Bueno. Bien, les dejo esto a los dos
entonces. Mucha suerte y me dicen cómo va."
"Esta bien, Bella. Quiero hacerlo. ¿Además así consigo pasar más tiempo contigo,
verdad?“ me guiñó.
"¿Cuánto me amas?"
"En cada periódico. ¡Unos aún os ponen en la primer página!" Rosalie dijo, "Lee
esto. ' La Academia de Costa oriental Bulldogs, campeón del torneo de California
de este año, ganó otro triunfo fantástico con sólo seis jugadores. ¡Este año, ECA
tenía Isabella Swan, una junior en la Academia de Costa Este, sustituyendo a uno
de sus jugadores ausentes y heridos … ' Dios Bella, al final de la semana, cada
estudiante en este estado te conocerá" rió en silencio ella, "¡Mira!"
"¿Se ha helado el infierno? ¿ Desde cuándo Emmett mira las noticias?" bromeó
jasper.
"Saldremos en las noticias del canal cinco" cantó Emmett alegremente, "no se tu,
pero estoy ansioso de ver lo bueno que salgo en la T.V. Espero que no te pongas
celosa, Rosalie, cuando todas las muchachas babeen sobre mí delante de la
pantalla."
Rosalie se rió y enrolló sus brazos alrededor de él para susurrarle algo al oído que
hizo que sus ojos se encendieran del entusiasmo. Alice estaba ya en los brazos de
Jasper, su cuerpo diminuto descansaba contra el amplio hombro de Jasper.
"Vamos, Bella," Edward me tiró al sofá. Me senté sobre su regazo y eché los
brazos alrededor de su cuello. Con una risa conmovedora, puso los brazos
alrededor de mi cintura y beso mi pelo.
La reportera era muy guapa, tendría más o menos los veinte años. Había niños
que miraban fijamente y curiosamente detrás de ella.
“Buenas tardes. ¡Soy Astucias Rachelle y estoy aquí en el Torneo de Baloncesto
de chicos Anual para Alaska-California! ¡Como ustedes pueden ver, varios
equipos comienzan a llegar y la atmósfera es insanamente alegre! todos nosotros
estamos desesperados por saber: ¿Quién llevará el título estatal a casa? ¿Quién
será nuestros campeones estatales?... ¡permanezca con nosotros, y lo
averiguará!"
Él aclaró su garganta, "estoy muy orgulloso de ellos. Han trabajado con fuerza
para ponerse donde ahora están … no puedo pedir un mejor grupo de jugadores."
"¡sí! ¡Se siente imponente recibir el título estatal!" dijo Emmett en la T.V.
sonriendo con satisfacción. Edward y yo hicimos rodar nuestros ojos; era típico
de Emmett.
"¡Hola mamá! ¡Hola papá! ¡Hola Scott! ¡Nos vemos en Navidad!" Jamie se
sacudió en la cámara, sonriendo abiertamente.
Yo a mi pesar estaba muy regocijada, enamorada. Apareció sobre la pantalla mi
frente pegada a la de Edward, ambos inconscientes de que la cámara nos estaba
grabando. Me ruboricé cuando Emmett se rió disimuladamente. Edward
entrelazó sus dedos con los míos, recogió nuestras manos y las beso.
"¡oh! " Jadeé en la cámara al mismo tiempo Edward saltaba hacia atrás.
Componiéndonos, miramos fijamente al torpe chico que nos grababa, riendo
afiladamente.
"muy modesto de ti. ¿Y Isabella, sabías que jugarías antes de que vinieras?
Seguramente fue un partido aterradro, jugar contra gente que era dos veces más
tu tamaño."
"No, no . Fue totalmente en el último minuto," dije nerviosa "y sí. Era aterrador."
"¿Entonces Edward … tu e Isabella son pareja? los vi muy cómodos a los dos hace
un rato," guiñó ella.
"También lo hizo el resto del estado," Emmett tosió; Edward le tiró una almohada
y le dio en la cabeza.
El Edward de la T.V. dirigió su mano por mi pelo castaño con una sonrisita suave,
y mi cara se puso ligeramente roja. Con una risa dirigida a través de su cara
jubilosa unos segundos más tarde dijo,
"Ojalá alguien declarara su amor eterno por mí en la T.V. en vez de reírse como
un idiota de la pantalla," gritó Rosalie, acentuando cada palabra para Emmett.
"miren todos esto," Jasper indicó la pantalla como Lauren salía riendo
dulcemente en la cámara.
"¿Qué piensas del funcionamiento de los Bulldogs? ¿Eres buena amiga de ellos?"
"¡Absolutamente! ¡¡Todos son muy cercanos a mí!! " ella se rió tontamente con el
resto de las animadoras.
"¿Ha visto alguna vez a Isabella jugar algo como esto antes?" Rachelle preguntó.
"nos sorprendió a muchos de nosotros hoy."
"¡Desde luego!" se rió tontamente, " es una de mis mejores amigas y yo siempre
supe que ella podría hacerlo! ¡ Al principio, no estaba muy ... segura pero yo la
animé ... y allí esta ella! ¿Esto es lo que los amigos hacen, no? "
" Tengo hambre. ¿Quién quiere ir a comer hamburguesas? " se puso de pie,
ayudando a Rosalie .
" Solamente estoy jugando Bella. No tienes que hacer nada … " él rió en silencio,
jugando con un enredo de mi pelo. Él involuntariamente usaba la psicología
inversa.
“¿Qué pasa si quiero hacer algo agradable contigo?" Susurré, tocando sus labios
con la punta de mi dedo.
Estaba sin aliento. Mordí mi labio y se rió otra vez, astuto, con risa débil.
Reteniendo su aliento, se inclinó abajo,
“Soy un hombre afortunado entonces. " presionó sus labios contra los míos y me
derretí ante su tacto.
“¿Has visto cuantas se han presentado? ¿Por qué están siquiera aquí, de todas
formas? Ninguna de ellas ha estado interesada en baloncesto antes. Esto no va a
funcionar…” gemí, el pánico atravesaba mi voz.
“Cálmate, Bella. Tienes que relajarte” Rosalie rodó sus ojos, sentándome en el
banco. “¿No es fácil adivinar por qué quieren unirse? Mírate. Desde que jugaste
en el torneo de baloncesto, te has convertido en una leyenda y en la chica más
popular del colegio. Esto es el sueño hecho realidad de todas” se rió,
mordiéndose el labio.
“Vale Bella. Se una chica buena. Sal allí y sé una capitana” Alice me empujó hasta
las puertas, con sus diminutas y forzosas manos. “Puedes hacerlo Bella. Tú eres
Bella Swan”
¿Y eso ayuda?
“¡Oh, por favor! Espera… ¿Dónde está Edward? ¿No os entrenaba él?” Alice
preguntó, arqueando las cejas.
“¡Shh! ¡Se supone que nadie tiene que saber eso! Me explico, que si lo supieran,
vendrían por él, no por el baloncesto. Y créeme, no puedo tratar ahora mismo con
sus fans. Estoy ya a punto de perder los nervios” murmuré.
“¿A punto? Chica ya los has perdido” Alice rodó sus ojos con una gran sonrisa. Les
saqué la lengua juguetonamente y se rieron cuando me vieron abochornarme.
“Vale. Dinos luego como fue. Buena suerte, y dáselas a Edward por mí, la va a
necesitar.” Rosalie me echó una mirada significativa “Las chicas se le van a tirar
encima nada más que se presente allí. Espero que hayas traído tapones, Bella.”
El resto de la escuela se volvió loco también. Chicas que nunca antes me habían
hablado vinieron a mí y me hablaron como si nos conociéramos de toda la vida.
Recibí un montón de “¡Oh dios mío! Te vi en la tele ayer” y muchas preguntas
sobre las pruebas de baloncesto. Algunas de ellas elogiaron mi ropa, era
insoportablemente abrumador. Sólo porque había un segundo en televisión y
porque estaba comenzando un equipo de baloncesto, había conseguido de
repente más amigos de los que pude saber que tenía.
“El gimnasio está reservado para nosotras” dijo fríamente, con los brazos
cruzados enfrente de su pecho.
Me miró con satisfacción otra vez “Este. Es. Mí Gimnasio. Y puedo estar por el
tiempo que quiera” me soltó y se volvió hacia las chicas que estaban sentadas en
los bancos para la prueba. “¿Vosotras perdedoras no tenéis nada mejor que
hacer que estar con esta zorra?”
Le gruñí “¿No te quieres ir? Bien, quédate. Pero déjanos de una maldita vez en
paz. Oh, y si somos esas perdedoras de las que hablas, ¿Por qué estás hablando
con nosotras? A menos que quieras ser categorizada en nuestro grupo, mejor
empieza a andar si no quieres que la gente asuma cosas equivocadas” me reí
maliciosamente, sarcástica.
Gruñó “Lo que sea, Swan. Vamos chicas. Este es nuestro gimnasio, practiquemos
allí” señaló con su cabeza hacia la izquierda. Las animadoras la siguieron mudas
mientras las chicas de las gradas guardaban silencio ante su comentario.
Intenté mantener mi voz lo más entusiasmada que pude “Lamento eso y gracias
a todas por venir hoy. Umm… me alegro de ver que habéis venido la mayoría de
ustedes vestidas con pantalón corto ya que vamos a entrenar hoy. Aún estoy
esperando a alguien que nos ayudará hoy… Ah, ¡Ahí está!”
“Como ha dicho Bella, estaré por aquí. ¿Alguna pregunta antes de empezar?”
“¿Y tenemos que comprar nosotras los bates y los guantes o eso ya lo compra la
escuela?”
Ciara se ruborizó avergonzada “Oh, lo siento. Creí que decía béisbol en los
carteles. Es muy confuso, ambos empiezan por B” murmuró. (N/T: En verdad
ponía “Ambos empiezan por B-A-S, pero obviamente eso no pegaba en
español.)
“Ahora que ya estamos seguros del deporte que jugamos ¿Alguna pregunta
más?”
“Umm… has dicho doce ¿verdad? Pero hay como treinta chicas aquí… ¿Cómo
podrás elegir las que jugarán o no?”
“No elegiremos así sin más. Sabemos que casi todas sois nuevas en esto, así que
os daremos un mes antes de que el equipo oficial comience. Por supuesto,
durante el mes, esperamos que vengan a cada práctica y trabajaremos en todo lo
que sea que os haga falta. El entrenador Reynolds se pasará por aquí de vez en
cuando, para ver cómo van yendo las cosas. Y él será quien decida quién juega y
quien no al final”
“oh”
“Vale, ¿Puede alguna de vosotras realizar algún tiro libre?” preguntó con las cejas
arqueadas. Las manos cayeron, respiré profundamente.
“Parece que tenemos mucho trabajo por delante” murmuró en vano “Muy bien
chicas, cojan un balón y empezaremos calentando”
Las chicas se levantaron y corrieron hacia la red. Empezaron a hacer tiros sin
rumbo; el gimnasio era de repente peligroso con una cantidad de pelotas
naranjas volando por todos lados. Había muchos grititos, me recordó al día que
fui a la guardería en la que Renee enseñaba. Edward fruncimos el ceño y dejamos
caer los hombros.
“Lo siento mucho” le dije mientras él observaba la escena de enfrente de
nosotros con horror. “Estaré en deuda contigo por una década”
Suspiró “Vale, quizás no puede ser peor que esto. Probablemente deberíamos
ponernos a trabajar entonces. Oh, y si no sobrevivo a esto, te amo, Bella” besó
mi mejilla y con ruedo de los ojos, se alejó y se encaminó hacia el centro del
campo agachando la cabeza bajo sus hombros en todo el camino.
“Vale, eso fue muy… Mmm…” se paró, inseguro “¿Por qué no empezamos con
algo más fácil? Como… ¿Driblear?”
La mirada de las chicas me hacía creer que harían todo lo que Edward sugiriera.
Suspiré en alivio; al menos nuestras vidas no estarían en peligro. Era dribleo-
¿Qué era lo peor que podía ocurrir?
“Estaré bien. Sólo volveré a mi habitación. Volveré mañana si mi mano está bien”
dijo enfurruñada.
“Por favor no estés” Samantha rodó los ojos, murmurando bajo su respiración.
Me reí.
Gruñí. Por supuesto que no las preocupaba. Miraron a Lauren, su heroico modelo
a seguir. Intenté apartar esos pensamientos de mi mente. Podrían hacer todo el
flirteo que quisieran, mientras que Edward no los devolviera. ¿Por qué me
importaba? No es que Edward lo estuviera disfrutando. Ponía muecas cada vez
que estaban en a 3 metros de radio de distancia.
Era fácil decir quiénes iban a formar el equipo- por supuesto eran las chicas que
no estaban lanzándose contra Edward y que en verdad tenían la mente en jugar.
Como Samantha o Ángela por ejemplo, eran las que más duro trabajaban.
Samantha es en verdad muy atlética; por lo que he escuchado, solía jugar al
Softball (N/T: Softball es como el béisbol pero para las mujeres. No es
exactamente igual, pero muy al estilo.) Pero ya que no había equipos de
Softball aquí, ha decidido irse por el baloncesto. Ángela no era tan fuerte como
Samantha, pero estaba esforzándose mucho. Seguro que aún no podría hacer
algún tiro libre, pero sabía que era cuestión de tiempo para que lo consiguiera.
Yo asistía a la mitad de las chicas, mostrándoles como tenían que trabajar con
sus codos, como hacerlo mejor… algunas de ellas estaban cerca de encanastar,
pero siempre terminaban unos centímetros fuera. Pero eso estaba bien; la
práctica lo hace perfecto ¿no? Y baloncesto no era así de fácil- especialmente no
para principiantes.
“¿Bella? ¿Supuestamente tengo que tirar así?” Lana preguntó, frunciendo el ceño
mientras intentaba mantener el balón con una sola mano.
“Sí, sólo no hinques las uñas en el balón. Sosteniéndolo así está bien” le dije
burlonamente. Me lo agradeció, riendo, y continuó practicando con sus amigas.
El gimnasio había sido dividido en dos secciones; la civil, y la malvada.
Afortunadamente, obtuve la normal, muy buena. Por otra parte, Edward no
parecía demasiado dichoso…
“¿Edward? ¡No puedo hacer el tiro libre!” Kelsey lo llamó con su voz de pito y
enfermizamente dulce al mismo tiempo. Suspiré. Pobre Edward. Estaba muy
sorprendida de que no lo hubiera dejado ya.
Parecía una eternidad, pero finalmente, llegaron las cinco. Alcé la mirada
agradecida a la bocina - ¡Al fin! El final de la pesadilla. Las chicas se tiraron al
suelo, tendidas. Todas estaban sudando, incluso las animadoras,
sorprendentemente. Quiero decir ¿Qué han hecho además de torturar
indulgentemente a Edward con sus poco convincentes flirteos? Rechiné los
dientes ante la última parte. Esas asquerosas y sinvergüenzas criaturas…
“Vale… pararemos aquí hoy. Eso no estuvo…” Edward luchó por las palabras de
nuevo, lo que era inusual para él “tan mal. ¿Algo que quieras añadir, Bella?”
“Está tan bueno” Kelsey le dijo a su amiga, con su cara totalmente sonriente.
“Especialmente cuando está sudado” otra animadora concordó con una sonrisa.
Le guiñó y comenzaron a reír tontamente otra vez. Ni siquiera intentaron
mantener sus pequeñas fantasías para ellas. Vi a Edward moverse incómodo de
donde él estaba de pie, con sus ojos llenos de molestia.
“A decir verdad, hay algo. Varias cosas, para ser honesta” entrecerré los ojos a
Kelsey.
De repente, escuché chiflidos desde la salida del gimnasio. Jasper, Emmett junto
con Dylan y Cody estaban echados casualmente contra la puerta, riendo a
carcajadas.
“¡Se lo has dejado claro, Bella!” Emmett me animó, con su voz tremendamente
fuerte.
“¡Sí! ¡Vamos Bella!” Dylan silbó mientras los cuatro empezaban otra ronda de
risas.
“Vale… es todo por hoy, sois libres de iros ahora.” Edward les avisó, aún
sonriendo. Suspirando, las chicas se dieron la vuelta y desequilibradamente
caminaron hacia la salida y los vestuarios.
Edward se rió; no por lo que la muchacha había dicho, sino por lo que yo había
dicho hace un momento.
“¡Ja ja! ¡Bella eso fue graciosísimo! ¡Deberías haber visto la cara de Kelsey!
¡Estaba con sudores fríos por la forma en que la mirabas!” Emmett comenzó de
nuevo.
“Tío, sin ofender, pero esas chicas realmente…” Dylan paró, pero Cody terminó la
frase por él,
“No lo podría poner en mejores palabras, hermano” Dylan se rió, chocándole los
cinco.
“Sed agradables” murmuré “No todos podemos ser ganadores, ya sabéis” les
recordé.
Caminé hacia la habitación de Edward ya que era la que estaba más cerca. Aún
no podía dejar el abrumado humor de antes. Era imposible que cesara la
irritación.
“Lo siento, mi fallo” dijo sarcásticamente “Pero en serio, lo que les dijiste las
tomó con la guardia baja. Mi Bella- ¿Quién hubiera pensado que hubieras sido tan
directa?” bromeó.
“No estaba siendo agradable” le respondí, con mi voz no tan fuerte como antes
“Sólo me estaban sacando de quicio. Edward esto, Edward lo otro… No podían
mantener sus bocazas cerradas ni cinco jodidos minutos. Y ahora Lauren va a
empezar a darme el coñazo con que le he robado su equipo. Ojalá se lo quede ella
enterito ¿Quién en su sano juicio se lo quiere quedar? No soy una suicida. Un día
con ellas, y voy a terminar en un hospital psiquiátrico. Estúpida Kelsey, estúpida
Crystal, estúpida… estúpida… estúpida…” murmuré la última parte para mí, pero
sabía que él aún podía escuchar. Se rió.
“Como he dicho, estás muy mona cuando haces morritos” su voz era grave y
ronca- la siguiente cosa que sabía era que sus labios estaban haciéndose paso
hacia mi mandíbula. Los lugares donde tocaba estaban ardiendo.
“Edward, realmente no estoy de humor” respiré, mi voz me traicionaba.
Edward se separó para quitarse la camisa. Con una sonrisa, dejé que mis dedos
recorrieran su perfecto pecho, apreciando cada parte de él. Tenía el mejor cuerpo
que nadie podía pedir; gemí cuando dulcemente me succionó el labio inferior, sus
manos descendían por mis hombros y cuello. No podía respirar, no podía pensar.
No había nada más en mi mente que Edward, Edward, Edward…
Caímos al suelo con un golpe, él estaba encima de mí. Gracias al cielo por la
alfombra. Nos miramos el uno al otro por un segundo, nuestros ojos eran
incrédulos y escandalosos. Dándonos cuenta de lo que había ocurrido, nos
reímos.
Empecé a reírme tontamente “¿Hemos… nos hemos caído del sofá?” no podía
parar las risas que venían – sonaba muy a lo Rosalie y Emmett.
“Eso creo…” murmuró, doblando sus labios en una sonrisa. Rodeé su cuello con
mis brazos, rehusándome a dejar algún espacio entre nosotros.
Suspiré. No tenía sentido discutir con Alice. Me deslicé hasta el espejo para
examinarme una última vez. Alice había elegido un sedoso vestido azul que era
absolutamente extravagante. La forma a palabra de honor se quedaba
fuertemente alrededor de mi cuerpo y se expandía con suaves olas en el bajo. Me
gustaba el vestido que había elegido; lo que no me gustaba era el precio que lo
acompañaba.
Estaba bien con todo eso del maquillaje Guinea Barbie. Pero fueron los enorme y
altos tacones los que me hicieron casi desmayarme. Pegaban impecablemente
con los pendientes que mi madre me había enviado, pero ¿Cómo podría no
caerme llevando esos mortíferos zapatos y un vestido largo? No tenía deseos de
caerme en medio del baile. Desafortunadamente, como he dicho, no tenía
sentido discutir con Alice y Rosalie cuando se trataba de moda. Mi única opción
era rezar porque no me rompiera ninguna parte de mi cuerpo esta noche.
Rosalie y Alice estaban más que guapas. Alice llevaba un vestido, elegante y
escarlata que enfatizaba las curvas de su diminuto cuerpo. Estaba sin duda
alguna angélica. Rosalie era… bueno, Rosalie. Su brillante y glamuroso vestido
negro estaba incuestionablemente hecho para ella. Me sentía diminuta e
insignificante estando en la misma habitación; rompía el corazón mirarlas.
Era el baile de invierno en ECA. Más que eso, era el MVP Awards Assembly para
el equipo de Baloncesto, uno de los eventos más importantes del año escolar.
Todo el mundo lo esperaba con anhelo, yo incluida. No me perdería la gran
sonrisa que sabía que Edward tendría cuando lo nombraran MVP de algo.
Un toque en la puerta me hizo dar un bote. Alice se puso de pie con gracia para
abrirla.
“Alice, te ves impresionante” Jasper la rodeó con sus brazos y miró a sus ojos
profundamente. Aunque Jasper y Alice no eran tan descarados y exuberantes al
mostrar su afecto como Emmett y Rosalie, era difícil no sentir el amor que se
tenían el uno por el otro. Cuando se miraban a los ojos, las palabras no eran
necesarias. Era casi como si supieran lo que el otro estaba pensando.
Emmett besó a Rosalie en los labios profundamente “Te ves hermosa, Rosalie.
Una belleza enviada del cielo”
Rosalie se rió tontamente y puso su mano en su brazo. Caminaron hasta fuera de
la habitación, susurrando y riendo mientras salían.
Avanzó unos cuantos pasos más mientras mis manos caían nerviosas a los lados.
“Diría que te ves hermosa, pero la palabra no es lo bastante buena para describir
como luces ahora mismo” respiró, su mano se elevó para tocar mi mejilla. Me
sonrojé, mi corazón se aceleró ante su tacto.
“Oh. Estas son para ti” se rió y me tendió un ramo de rosas que tenía en su mano
libre. Estaban bien envueltas en un lazo rojo; las olí y suspiré. Él estaba muy
pensativo.
“Gracias Edward” besé su mejilla y fui a buscar un jarrón para ellas. Podía sentir
su mirada aún mirándome la espalda cuando me movía. Eso sólo me hizo sentir
más tímida aún.
Mis ojos se llenaron de adoración cuando alcé la mirada hacia él. No era sólo el
hombre más guapo en todo el planeta, sino que también era el más dulce que
había conocido. ¿Cómo ha terminado un chico como él con alguien como yo? Es
un misterio ¿no?
El salón estaba diferente desde la última vez que lo había visto. En el centro de él.
Había una escultura de hielo tallada con la forma de un reno. Un enorme trineo se
encontraba elegantemente en la esquina derecha cubierto con nieve falsa y flores
blancas.
“Wow” jadeé.
Ya había ido a bailes de invierno antes pero no era nada comparado con este. Una
música lenta estaba sonando cómodamente de fondo; involuntariamente,
Edward y yo seguimos a nuestros amigos hacia el centro de la sala de baile
mientras los otros se movían para dejarnos espacio. Nos miraron en adoración
cuando mantenían la distancia; era como si hubiera una pared invisible que
impedía que los otros se unieran a nosotros.
Me balanceé a ritmo de la música con los brazos alrededor del cuello de Edward
para el baile lento. Su frente estaba presionada contra la mía; cerré los ojos para
prolongar el momento al mismo tiempo que sus brazos rodeaban mi cintura.
Abrí los ojos para encontrarme de frente a Lauren Mallory, la cual me estaba
mirando con envidia y odio unos metros más allá. Parecía que si estuviera dolida,
viéndome a mí en los brazos de Edward. De forma cobarde, aparté la mirada de
esa dirección general, con miedo de ver esos ojos enemigos de nuevo. No quería
sentir lástima por ella.
“¿Puedo suponer que Alice te ha obligado a vestirte con este vestido?” se rió
suavemente.
Se rió, con los ojos felices “No sabes lo completamente arrebatadora que te ves
ahora mismo. ¿Te das cuenta de cuántos corazones estás rompiendo mientras
hablamos?”
Después de una canción o dos la música paró. Un clic realizado por el micrófono
se escuchó a través de los altavoces. La señorita Grey, mi profesora de geografía,
nos sonrió desde el escenario,
“Ya es la hora de presentar los MVP Awards de los Bulldogs de ECA. Dejemos al
entrenador Reynolds hacer los nombramientos, ¿vale?”
Le mostré a Edward una sonrisa y él me sonrió. Cogió mi mano y me sentó al lado
de Alice, Rosalie, Emmett y Jasper alrededor de la grande y redonda mesa. El
entrenador Reynolds subió al escenario y se aclaró la garganta. La habitación
estaba en silencio.
“Otra gran temporada de los Bulldogs de ECA. Estoy muy orgulloso de todos
vosotros por haber recibido el título del estado, pero lo más importante de todo,
estoy orgulloso de los vínculos que habéis formado con vuestros compañeros.
Baloncesto nunca ha sido cuestión de ganar, es importante que lo aprendáis, y
estoy orgulloso de decir que todos en nuestro equipo han aprendido el concepto.
Ahora, tengo este trofeo en la mano esperando ser presentado. Creo que todo el
mundo aquí estaría de acuerdo en quién se lo merece más. Damas y caballeros-
Edward Cullen, el Jugador Más Valioso (N/T: El premio es MVP, Most
Valuable Player, pero en español pues cambia… xD) del equipo de
baloncesto de la East Coast Academy”
Edward sonrió con la sonrisa que estaba esperando ver en toda la noche. Al
instante, me sentí más orgullosa de él que de lo que había estado por mí misma.
Tomó algo de tiempo para que los ánimos y gritos se calmaran. Y cuando
finalmente lo hicieron, habló en el micro,
“Gracias. Sólo quiero decir que no lo habría conseguido de no ser por mis
compañeros, mis comprensivos compañeros que son más casi como mis
hermanos que amigos. Bueno, técnicamente uno de ellos es mi hermano” sonrió
juguetonamente “Desafortunadamente”
“Así que gracias chicos y disfruten el resto de la noche” Alzó el trofeo y otra tanda
de aplausos sonó mientras bajaba del escenario.
Edward rodó los ojos “Gracias Rosalie. Esa es la única cosa que me has dicho que
se parezca a un cumplido” se giró hacia mí con una sonrisa “¿Bailas otra vez
conmigo, Bella?”
“Más vale que no me dejes caer, Edward. Dios, ¡Me siento como una niña
pequeña!” me reí.
Se rió “No pareces como una niña pequeña. Y para que lo sepas, nunca dejaré
que te caigas. Jamás”
“Te lo voy a recordar siempre” grité por encima de la música, aún riéndome
tontamente.
Nos reímos mientras los chicos seguían haciendo el tonto. Otros estudiantes se
estaban riendo también. Parecía que otra vez éramos el centro de atención.
No muy feliz de que la atención recayera en nosotros, Lauren chasqueó los dedos
y se fueron a la pista de baile con Kelsey y Crystal detrás de ellas cuando una
nueva canción comenzó – Low de Flo Rida. Hizo pasos de baile realmente
lascivos, dejando a los chicos de 1º y 2º curso con las bocas abiertas.
“Alguien que le dé una barra a esa chica” gruñó Rosalie, apartando la mirada con
disgusto.
No pasó mucho tiempo hasta que el profesor puso fin al baile lascivo. Lauren tuvo
la cara dura de no sentirse ni avergonzada siquiera.
“¡Muy bien, chicas!” Rosalie chocó los cinco con nosotras y eructamos otra tanda
de risas.
Sobre las doce menos cuarto de la noche, la música cambió hacia algo más
suave, más calmado. Por una vez más estuvo capacitado para un baile lento;
mantuve mis brazos alrededor del cuello de Edward mientras mi rostro lo
presionaba contra su chaqueta.
“¿Cansada?” se rió.
“Bien. Porque no creo que pueda soportar que aceptaras bailar con el vil de Mike
Newton o el molesto Tyler Crowley” sacudió la cabeza con furia “¿Sabes que
Crowley vino hacia mí ayer y me dijo que lo estabas mirando en clase de
Matemáticas?”
Mis labios se torcieron del shock y de la furia “¿cómo podía no estar mirándolo en
su dirección? ¡Si se sienta delante de mí! ¡No puedo bajar lam irada y estar toda
la clase sin mirar la pizarra!”
Se rió “Cálmate, amor. Lo sé. Le dije que se quedara con sus fantasías para él.”
La señorita Gray encendió otra vez el micrófono mientras Casey, una chica sobre
el comité de baile susurraba algo en su oído. Ella asintió comprensivamente y nos
saludó con otra cálida sonrisa.
“Vale… ¡Ya es casi medianoche! ¡Lo que significa que ya es hora de anunciar a
nuestro rey y reina del baile de invierno de este año!”
Vi a Lauren alisar su vestido no muy lejos del escenario. Crystal y las otras
animadoras le susurraban cosas que la hizo reír confidencialmente.
“Votados como Rey del baile de invierno, Edward Cullen y nuestra reina…
¡Isabella Swan!”
Eso era imposible. Indudablemente imposible. Miré con los ojos abiertos al
cuerpo de estudiantes, que nos estaban animándonos vivamente, sonriendo- y
esperé a la señorita Grey que dijera algo como “Ups, lo siento. Dije el nombre
equivocado”
“¡No! ¡Tiene que haber algún error! ¿Cómo diablos ha terminado ella siendo la
reina?” Lauren gritó mientras subía enfadada hacia el escenario con las manos
agarradas al collar de Casey.
“Compruébalo otra vez, zorra. Debe haber habido algún fallo. Esa tiara es mía.
¡Mía!”
Ella giró su atención hacia mí, con los ojos asesinos “¡Tú! ¿Qué hiciste? ¿Correo
negro? ¡No te lo mereces! Yo fui la reina del baile de invierno y la del
Homecoming el año pasado. ¡No puedes caminar por aquí tan fresca y robarme
todo! Tú y esos perdedores a los que llamas amigos…”
“¡Eh!” la interrumpí de forma cortante, avanzando dos pasos hacia ella. “¿Tienes
algún problema conmigo? Genial. ¡Pero no te atrevas a meter a mis amigos en
esto!”
Agua salía a borbotones de su pecho, dejando dos marcas redondas en sus senos
y fácilmente visibles. La miré con ojos como platos mientras los otros ahogaban
gritos y hacían lo mismo.
“¡Oh Dios mío! ¡Lauren Mallory lleva un sujetador relleno de agua!(N/T: será un
nuevo invento americano… eso no lo había escuchado en toda mi vida…
los water bra.. xd)” Un alumno de último curso se rió y los demás se le unieron,
riendo a carcajadas, tomando fotos y grabándolo en sus móviles. Lauren gritó;
era un chillido de pito, tan alto que me tuve que tapar los oídos. Con los brazos
cruzados enfrente de su pecho, salió de la habitación frenéticamente, gritando
cuando se iba.
“Excelente” Emmett mostró sus dientes, luciendo más feliz de lo que lo había
visto nunca.
No sabía que estaba haciendo o por qué lo estaba haciendo. Murmuré “Un
minuto” a Edward y salí detrás de ella. Y encontré a Lauren, sentada con el rostro
escondido entre sus manos, llorando en un banco.
Su cara se chasqueó cuando escuchó mi voz. Me miró con tanto odio que me
estremecí.
“¿qué quieres, Swan? ¡Tú ganas! Tú ganas, ¿vale? Tienes a Edward, robaste mi
equipo, tienes esa maldita tiara sobre la cabeza, y tienes a todo el colegio
riéndose de mí. Me lo has quitado todo, ¿Es eso suficiente para ti?” sollozó.
“¿Piensas que yo quería que esto ocurriera? Por el amor de Dios, no quiero
vérmelas contigo. Y por esta estúpida cosa” me arranqué el trozo de metal de la
cabeza “Tómala. No significa nada para mí”
“No necesito que sientas pena por mí” dijo, disgustada “No es justo. Yo era “esa
chica” del campus antes de que tú llegaras. De repente, me lo arrebatas todo”
tragó furiosamente.
“¿Qué tienes tú que yo no? ¿Por qué Edward te eligió a ti en vez de a mí?
Supuestamente el tendría que haber sido mío” su voz era más débil, toda su
fiereza se había ido “Todo eso supuestamente tendría que haber sido mío”
Suspiré “No vine aquí para hacerte sentir miserable. Te ignoré, Lauren. ¡Ignoré
tus putadas, pero tú no parabas! ¿Y todo es mi culpa? ¿Siendo tú la que lo
empezó todo?”
Ella se sorbió la nariz, muda por primera vez mientras apartaba la mirada de mí.
“Me preguntó por qué demonios te estoy contando todo esto. Nadie sabe de mi
madre, ni siquiera Kelsey y Jessica” respiró “Oh, y si mencionas esto a alguien…”
“Eh Lauren”
“¿Qué?”
“Pongámosle fin a esta locura. Estoy cansada de ella y sé que tú también. Así que
¿Qué dices? Estoy dispuesta a pasar página si estás de acuerdo” le sonreí,
tendiéndole la mano.
Ambas nos reímos; la atmósfera era más ligera, más como de dos chicas que
tenían una conversación.
“¿Por qué viniste? Si no estás aquí para reírte de mí ¿Por qué te molestaste
siquiera?” preguntó, con el ceño fruncido.
“Porque recordé como me sentí cuando fui yo la que salió corriendo de ese lugar
unos meses atrás. Fue genial tener a alguien que viniera detrás de mí” sonreí, mi
mente voló hacia esa noche- mi primer beso con Edward.
No dijo nada por un momento. Su postura se tensó y cerró los ojos antes de abrir
la boca.
“No estaré aquí el próximo semestre” susurró “Mi madre quiere que vuelva a casa
porque estoy suspendiendo las clases. Quiere tenerme vigilada, así que hoy es mi
último día, por eso era tan importante el baile de invierno para mí”
Una oleada de pena me atravesó y miré a la chica que solía ser mi enemiga.
Aunque no me gustara Lauren, entendía por lo que tendría que pasar. Mudarse a
otro colegio no era fácil; de hecho, yo no hubiera podido sobrevivir mucho tiempo
en la ECA de no ser por los Cullens y los Hales. Una parte de mí estaba triste por
verla irse; ni siquiera tuvimos la oportunidad de ser amigas, y se iba. Hoy sería
probablemente el último día que vería a Lauren Mallory.
“Solía estar molesta por eso, pero después de lo que ha pasado esta noche, es en
verdad un alivio. Sinceramente, no creo que pueda volver a mostrarme delante
de ellos otra vez después de lo que ha ocurrido hoy” se rió secamente.
“Está bien, ve. Prefiero estar sola por unos minutos.” Dijo, con la cabeza echada
hacia atrás, mirando al cielo.
Se encogió de hombros.
“¿Sí?”
“Claro” le sonreí.
Me encontré con Jessica en la entrada del edificio. Estaba corriendo con un bolso
en sus manos. Parecía preocupada “Hola Bella, ¿Está Lauren…?”
No tenía ganas de volver al baile. La luna estaba preciosa esta noche; parecía un
desperdicio estar dentro mientras hubiera un gran escenario del que disfrutar. No
había nadie aquí; a parte de la música que se escapaba del otro lado de la puerta
de vidrio y cortinas finas, estaba silencioso.
Estaba muy intrigada con lo que veía que no me di cuenta de que la puerta se
abrió.
Se rió; su preciosa risa sonaba tan adictiva para mí “Porque te conozco” recorrió
con su dedo mi nariz lentamente “Nunca lo harías. Tienes el corazón más amable
en el mundo”
“¿Qué estabas pensando antes de que llegara? Parecías muy pensativa…” notó,
con los ojos curiosos.
“Sólo estaba pensando en lo que dijo Lauren…” paré “Me preguntó cómo habías
terminado tú conmigo, y no tenía ni idea de qué contestar porque yo me
pregunto cada día esa pregunta ¿Por qué yo, Edward? Hay toneladas de chicas
bonitas en esta escuela. Yo sólo no sé… por qué quieres estar conmigo… yo…”
Él cogió mi rostro entre sus manos y me miró directamente a los ojos “Isabella
Marie Swan, ¿Tienes alguna idea, alguna idea de lo especial que eres? Las otras
chicas jamás pueden compararse contigo, ni en lo más mínimo” sacudió su
cabeza,
“Me diste algo por lo que luchar cada día. Me levantaba por la mañana deseoso de
ver su maravillosa sonrisa, tu precioso rubor… incluso durante el tiempo en que
no nos llevábamos bien, estoy avergonzado de admitir esto…” paró, riéndose,
Me mordí el labio, las lágrimas se formaban en mis ojos cuando arrojaba los
brazos a su alrededor.
“Tanto como yo te amo a ti” se inclinó para besarme en el pelo y entonces añadió
de manera casual “A todo esto, tu eres la chica más guapa de todo el campus. No
intentes siquiera negarlo, es la absoluta verdad”
En ese momento, supe que no había nada que pudiera dar para que esa visión
ocurriera. Lo quería en mi futuro. No, lo necesitaba a él en mi futuro. Mi vida
antes de que lo conociera parecía tan alejada; como si fuera la memoria de otra
vida. Me entró un escalofrío ante el pensamiento de no haberlo conocido, de no
haber venido aquí a la ECA y no encontrar mi otra mitad. No podía imaginar mi
vida sin él.
“Estoy pensando en lo bueno que es tenerte rodeándome así con tus brazos.
Estoy pensando en lo guapo que estás con traje. Estaba intentando ver cómo
sería nuestro futuro” murmuré.
“Yo puedo verlo, Bella” sonrió, tan glorioso como siempre. “Puedo ver mi futuro,
y es contigo. Puedo verme a mí aún enamorado profundamente de ti porque mi
afecto por ti nunca cesará. Tu presencia para mí es permanente e irrompible,
Isabella Marie Swan. Mi corazón es tuyo – sólo tuyo- siempre y para siempre.”
“No” le dije sonrientemente, apretando mi agarre “No, no tengo frío, para nada”
Ávidamente acerqué su cara más a la mía y pude volver a besarlo. Pude sentir su
entusiasmo cuando nuestros labios estuvieron en contacto; no quería parar. Ni
tampoco él, por lo que parecía.
E+B
Me giré para ver a Edward y para mi sorpresa; tendió a mano para que le diera la
roca,
“¿Puedo?”
Unos minutos después, dio un paso hacia atrás y me sonrió con esa sonrisa
torcida que tanto adoraba. Miré curiosa hacia la corteza, y mi corazón iba a saltar
exuberante.
Bien distinguido bajo mi escritura estaba la palabra que hizo que las lágrimas
cayeran por mis mejillas otra vez.
FOREVER
--
Fin