Filosofía Peruana
Filosofía Peruana
Filosofía Peruana
1. PRE HISPANICA CONCEPCIÓN DEL MUNDO Los antiguos peruanos creían que el universo no
era infinito, sino limitado y estaba dividido en tres zonas: Janan Pacha Kay Pacha Ukju Pacha.
2. La filosofía que llego al Perú a través de los españoles, fue la escolástica, aproximadamente
en el año 1550. Fue difundida por las órdenes religiosas como: Dominicos, mercedarios,
jesuitas y franciscanos. El autor más estudiado fue Santo Tomás de Aquino, a quien le
siguieron las doctrinas de Duns Scoto, San Agustín, etc. VIRREYNATO Representantes: Fray
Jerónimo de Valera Esteban de Avila José de Acosta Martín de Jáuregui
3. El pensamiento de la ilustración abarca desde la segunda mitad del siglo XVIII y el primer
tercio del siglo XIX Esta filosofía se orientó en la Revolución en la Revolución Burguesa de
Francia y fue introducida al Perú principalmente por la sociedad Amantes del País y por otros
viajeros ilustrados que visitaron el Perú. EMANCIPACIÓN.
4. Los partidarios de la ilustraron pusieron la razón en contra del dogma y el fanatismo
religioso. Contribuyo a que naciera el deseo de buscar la emancipación americana de
España, levantando sus ideales de igualdad, fraternidad y libertad. Representantes: Pedro
Peralta y Barnuevo, Hipólito Unanue, Toribio Rodríguez de Mendoza, etc. Propicio la
aparición de profesores partidarios de las disciplinas exactas y empíricas.
5. Este período que es posterior a la proclamación de la independencia se ve la supremacía de
la filosofía política dándose sendas discusiones -entre conservadores y liberales - con
respecto a la organización de la sociedad y el ejercicio del poder. Se caracteriza,
fundamentalmente, por el predominio de temas políticos sobre los especulativos.
REPUBLICA-
6. Las cuestiones filosóficas más importantes provienen de las polémicas políticas entre
monárquicos y republicanos, federales y unitarios, y principalmente entre los liberales y los
conservadores. Representantes: Liberales: Benito Laso, Francisco Javier Mariátegui y
Francisco de Paula Gonzáles Vigil. Conservadores: Bartolomé Herrera.
7. Esta filosofía fue introducida al Perú hacia 1860, pero alcanza su máxima vigencia
doctrinaria entre 1870 y 1900 aproximadamente. El positivismo peruano aparece como una
respuesta filosófica frente a ala crisis total que se vivía como resultado del caudillismo y de
las consecuencias de la guerra con Chile; señalando la preponderancia del factor económico
para la reconstrucción nacional. POSITIVISMO.
8. 1. POSITIVISMO NO UNIVERSITARIO. Denominado también positivismo extra -académico,
se desarrolló fuera de las aulas universitarias. MANUEL GONZÁLEZ PRADA 2. POSITIVISMO
UNIVERSITARIO. Llamado también positivismo académico JAVIER PRADO MANUEL VICENTE
VILLARÁN POSITIVISMO
9. ESPIRITUALISMO Jorge Polar y Javier Prado Ugarteche representan el punto más avanzado
del positivismo peruano, ambos viraron, al final de su vida hacia el espiritualismo
pensamiento marcadamente antipositivista. El mas destacado representante fue Alejandro
Deustua quien forjó una doctrina estética fundada en la vivencia de la libertad El
pensamiento de Deustua se articula en dos ideas fundamentales: libertad y orden, ideas
que se entrelazan. Entiende la libertad como una actividad creadora, como una suerte de
energía que por un íntimo dinamismo evolutivo renueva constantemente sus efectos. Por
su parte el orden representa lo establece del ser, lo permanente y lo acabado, aquello que
se impone a la acción humana como estructura regular y fija.
10. ESPIRITUALISMO REPRESENTANTES Víctor Andrés Belaúnde, Óscar Miro Quesada, José de
la Riva Agüero, Manuel Ibérico entre otros, representan la corriente espiritualista
influenciada fuertemente por Bergson, influencia que alcanzó a la literatura, el arte y a la
política. Pedro Zulen (1829 -1925) abre una crítica a la filosofía bergsoneana con su Filosofía
de lo Inexpresable.
11. GENERACIÓN DEL CENTENARIO JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI LA CHIRA (1895 - 1930) Fue el
creador y conductor del movimiento peruano Fundó la revista Amauta. Expuso sus ideas
especialmente en sus siete ensayos de interpretación de la realidad peruana; en ellos se
aplica el método del materialismo histórico de Marx, para interpretar nuestra historia y
señalar los caminos de la transformación social.
12. GENERACIÓN DEL CENTENARIO VÍCTOR RAÚL HAYA DE LA TORRE (1895 - 1979) Fundo en
Lima (1930) la fuerza política peruana más poderosa de los últimos años (Partido Aprista
Peruano). Desde una perspectiva distinta influida por Marx, pero también por Ortega y
Gasset, empleando el relativismo (cada sociedad se desarrolla en su propio espacio y
tiempo) y el subjetivismo, plantea así como alternativa el capitalismo industrial nacional.
Obras: Espacio - tiempo histórico, El antiimperialismo y el Apra, etc.
13. GENERACIÓN DEL CENTENARIO ANTENOR ORREGO ESPINOZA (1892 - 1960) Tiene una
orientación metafísica y vitalista. Nos dice que el conocimiento es el secreto de la felicidad
del hombre, ya que consuma la integración del cosmos y del hombre, considerando así que
los pueblos de América deben unirse como un pueblo - continente, con el fin de superar la
imitación de los modelos europeos de cultura. Pero para esto plantea un humanismo
americano, basado en un principio que reconozca la validez universal del marxismo, el cual,
sin embargo, debe aplicarse de acuerdo a cada sociedad. Obras: Pueblo - continente, Notas
marginales, El monólogo eterno, Estación primavera, Hacia un humanismo americano, etc.
14. 1940 - 1960 A. CESAR GUARDIA MAYORGA Es el más importante representante de la
filosofía marxista universitaria. Señala que la única filosofía correcta es le materialismo
dialéctico. Obras: Filosofía y ciencia, Fascículos de psicología, Historia de la filosofía griega,
etc. B. ALBERTO WAGNER DE REYNA Representante del existencialismo cristiano en el Perú.
Expone sus ideas sobre la contingencia de la muerte a través de la fe, donde el hombre se
encuentra con Dios. Obras: La ontología fundamental de Heidegger, su motivo y su
significación; La filosofía en Iberoamérica, etc.
15. C. FRANCISCO MIRO-QUEZADA CANTUARIAS (1918) Considera que la filosofía científica es
la teoría de los principios basados en la razón. La teoría del ser es la metafísica Expone su
ateísmo nostálgico. Concibe a la solidaridad como un valor histórico concreto y considera
que la persona humana es un fin en sí misma (Humanismo). Plantea la creación de una
sociedad justa basada en la racionalidad. Defiende la objetividad de la verdad. Obras: La
filosofía como actividad raciona, Humanismo y revolución, Lógica, etc. 1940 – 1960.
16. AUGUSTO SALAZAR BONDY Las características de la filosofía latinoamericana - dice Bondy -
tienen como causa principal al subdesarrollo y dependencia de nuestra sociedad. Asimismo,
para lograr el desarrollo de una filosofía autentica propone las siguientes alternativas: Se
debe llevar a cabo una revolución socialista - humanista. Debe haber un cambio de
conciencia. Se debe generar una identidad nacional. Obras: Historia de las ideas en el Perú.
B. GUSTAVO GUTIÉRREZ MERINO Recibió el premio Príncipe de Asturias 2003 -
Humanidades Trata de articular el cristianismo con el socialismo marxista, pero sin aceptar
el materialismo dialéctico. Plantea que la sociedad capitalista es anticristiana y debe ser
superada por una nueva sociedad que es la socialista. Señala también que la teoría nace de
la praxis de la sociedad y debe ser iluminada por la luz de la fe, así el reino de Dios se debe
comenzar a construir aquí, en la tierra (reino de justicia, igualdad y paz). Obra: Teología de
la liberación (1970). 1960 - 1980
FILOSOFIADELPREUNIVERSITARIO
Filosofía Latinoamericana
La filosofía Latinoamericana se caracteriza por se una Filosofía paralela a la Filosofía europea y
norteamericana, imitativa, dependiente y carente de originalidad sin embargo analiza la realidad
social, económica y política en que están inmersos los pueblos latinoamericanos.
Representantes: Carlos Vaz Ferreira (uruguayo); Alejandro Deustúa, Francisco Miro Quesada y
Augusto Salazar Bondy (peruanos); Leopoldo Zea, José Vasconcelos y Antonio Caso (mexicanos);
Alejandro Korn, Francisco Romero, Resieri Frondizi y Mario Bunge (argentinos); entre otros.
Los antiguos peruanos creían que el universo no era infinito, sino limitado y estaba dividido en tres
zonas:
Zona superior o cielo (Janan Pacha). Habitada por los dioses celestes: sol, luna, estrellas.
Zona media o tierra (Cay Pacha). Aquí vivian los hombres, los animales, los plantas y los ciertos
espíritus terrestres.
Zona inferior o sub-suelo (Ukju Pacha). Residencia de los muertos y los gérmenes.
Religión Andina
Fue animista, ya que consideraba que todo esta animado y en constante transformación.
Para los andinos, Dios es reconocible a través de sus diversas formas, pues adoraban al cerro, al
lago, al rayo, etc. (Panteísmo). Consideraban que la naturaleza o materia es eterna. La tierra (mama
pacha) fuente de vida y de sustento y por eso debía merecer respeto, cariño y agradecimiento.
La clase dirigente utilizó las contradicciones y estimularon las rivalidades para vencer el atraso y
mantener a los pueblos ordenados. Se practicó el trabajo común: Ayni, Minka
Hubo un sometimiento colectivo (pueblos) y sometimientos individuales (Acllas y yanaconas).
La Moral en la Sociedad Incaica
La Escolástica
Este tipo de filosofía llego al Perú a través de los españoles, aproximadamente en el año 1550. Fue
difundida por las ordenes religiosas como: Dominicos, mercedarios, jesuitas y franciscanos.
El apogeo de la escolástica comprende, por lo tanto, los siglos XVI y XVII y se prolonga hasta
mediados del siglo XVIII
La escolástica encaró el decisivo problema teológico de la condición humana de los indígenas. Sin
embargo, en el Perú, su principal idea estuvo orientada a forjar en los vasallos una conciencia
condicionada por la aceptación de una jerarquía social y política rígida.
Representantes: Fray Jerónimo de Valera (1568-1625)., Esteban de Avila (1519-1601), José de
Acosta (1539-1600), Martín de Jáuregui, etc.
Filosofía De La Emancipación
La Ilustración
El pensamiento de la ilustración abarca desde la segunda mitad del siglo XVIII y el primer tercio del
siglo XIX.
Esta filosofía fue introducida al Perú principalmente por la sociedad Amantes del País. Los
partidarios de la ilustraron pusieron la razón en contra del dogma y el fanatismo religioso.
Contribuyo a que naciera el deseo de buscar la emancipación americana de España, levantando sus
ideales de igualdad, fraternidad y libertad.
Representantes: Pedro Peralta y Barnuevo, Hipólito Unanue, Toribio Rodríguez de Mendoza, etc.
El Romanticismo
Representantes:
Liberales: Benito Laso, Francisco Javier Mariátegui y Francisco de Paula Gonzáles Vigil.
Conservadores: Bartolomé Herrera.
El Positivismo
Esta filosofía fue introducida al Perú hacia 1860, pero alcanza su máxima vigencia doctrinaria entre
1870 y 1900 aproximadamente. El positivismo peruano aparece como una respuesta filosófica
frente a ala crisis total que se vivía como resultado del caudillismo y de las consecuencias de la
guerra con Chile; señalando la preponderancia del factor económico para la reconstrucción
nacional.
Manuel Gonzáles Prada (1846-1918): Fue una de las figuras más notables de la literatura peruana y
entre sus ideas tenemos: Fue antirreligioso, anarquista y antihispanista. Estuvo en contra de la
sociedad capitalista El Perú verdadero, profundo, es el que pertenece a los indígenas. Afirmó que la
única responsable de la crisis en el Perú fue la oligarquía.
Obras: Páginas libres, Horas de lucha, Anarquía, Nuevas páginas libres, etc.
La Reacción Espiritualista.
Recibe influencia de Henry Bergson. Desarrolla la metafísica y prioriza el aspecto espiritual, moral y
educativo del hombre. Considera que la educación tiene como objetivo la formación de elites para
que estas dirijan los destinos del país.
Entre sus principales representantes tenemos
Alejandro Deustua (1849 - 1945). Obras: La cultura nacional, Los sistemas de moral.
Mariano Iberico (1882 - 1974). Obras: La filosofía estética, La unidad dividida, La aparición, etc.
Abarca el periodo comprendido entre los años 1920 - 1940. Entre sus principales representantes
tenemos.
José Carlos Mariátegui La Chira (1895 - 1930)
Mariátegui expuso sus ideas sobre la sociedad peruana especialmente en su obra “Siete ensayos de
interpretación de la realidad peruana”, en ellos se aplica el método del materialismo histórico de
Marx, para interpretar nuestra historia y señalar los caminos de la transformación social.
Obras: Defensa del marxismo, 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana.
Considera que la filosofía científica es la teoría de los principios basados en la razón. Concibe a la
solidaridad como un valor histórico concreto y considera que la persona humana es un fin en sí
misma (Humanismo). Obras: La filosofía como actividad raciona, Humanismo y revolución, Lógica,
etc.
Asimismo, para lograr el desarrollo de una filosofía autentica propone las siguientes alternativas:
Se debe llevar a cabo una revolución socialista - humanista. Debe haber un cambio de conciencia.
Se debe generar una identidad nacional.
Comienza a desarrollarse principalmente las ideas del Neoliberalismo, cuya mayor fuerza se da a
partir de 1990.
FILOSOFÍA EN EL PERÚ
Índice
o 2.1Etapa colonial
2.1.2Ilustración peruana
2.1.3Romanticismo peruano
o 2.2Etapa cosmopolita
2.2.1Positivismo
2.2.2Espiritualismo
o 2.3Etapa nacional
2.3.4Nuevas tendencias
3Véase también
4Bibliografía
Tesis negativa: No existió filosofía. El concepto de filosofía que manejan los autores que
defienden esta tesis es el «estricto», es decir, aquella forma de conocimiento surgida en
la Antigua Grecia, que en la actualidad se caracteriza por totalizadora, radical, sistemática,
metódica, etc. Obviamente, esas características no existieron entre los antiguos peruanos.
Por ende, se concluye, sólo cabe hablar de un «pensamiento» complejo, que no deslindó
nunca con las creencias mítico-religiosas. Esta tesis fue postulada por Augusto Salazar
Bondy, María Rivara de Tuesta y David Sobrevilla.
Tesis afirmativa: Sí existió filosofía. El concepto de filosofía que manejan los autores que
defienden esta tesis es el «amplio», es decir, como cosmovisión o concepción del mundo.
Todo pueblo ha tenido y tiene cosmovisión (y por lo tanto, filosofía en este sentido amplio).
Por ende, entre los antiguos peruanos también hubo filosofía. Se suele derivar esta posición
de las investigaciones que el mexicano Miguel León Portilla hizo sobre el
pensamiento maya. Sin embargo, recientemente se le ha dado un «giro intercultural» a esta
tesis, siendo encabezada por el suizo Josef Estermann (autor de un libro titulado Filosofía
andina). El último giro decisivo a la filosofía andina ha sido dado por el filósofo Gustavo
Flores Quelopana en su libro Filosofía mitocrática y mitocratología. Plantea la tesis que sin
una reconceptualización de la filosofía misma no se puede sostener coherentemente la
existencia de la filosofía andina.
Etapa colonial
En los casi tres siglos del Perú colonial la filosofía colonial peruana es de una riqueza inusitada. La
filosofía colonial peruana no es simplemente una meditación teológica-filosófica del mundo, sino
que se da vinculada con la realidad del indio y los problemas intrínsecos que representa la
instauración de un nuevo reino cristiano. Se presenta la tendencia escolástica, la mística y el
naturalismo cristiano. En escolástica se hacen presentes la tendencia tomista, el escotismo, el
agustinismo, y una fuerte impronta de la neoescolástica del siglo de Oro español (1550-1650) con
Bañez, Vitoria, y Suárez. Un intento de periodificación permite ver con mayor claridad el dinamismo
filosófico del periodo: 1. Neoescolástica Facista Novoperuana (1550-1600) 2. Neoescolástica
Innovista Novoperuana (1600-1650) 3. Neoescolástica Parola Novoperuana (1650-1700) 4.
Neoescolástica Exhibicionista Novoperuana (1700-1750)
En la neoescolástica renacentista novoperuana (1550-1600) predomina el tema del indio. Por un
lado se presenta el pensamiento escolástico más conservador, de la contrarreforma tridentina. El
objetivo de este pensamiento es justificar la invasión española, con pretextos guerreristas o de
dominio imperial. Por otro lado se produce un debate filosófico: se discute la humanidad del
indígena americano (y por ende peruano) y se da una lectura evangélica a la construcción de un
nuevo reino. Al respecto existieron dos posiciones:
Ilustración peruana
En este período, también llamado la emancipación criolla, la llamada «clase criolla» colonial
(descendientes de españoles, pero nacidos en el Perú) preparó ideológicamente la independencia
política. Existieron influencias del pensamiento racionalista e ilustrado francés. Se fundaron
órganos de difusión de ideas «peruanistas» (por ejemplo, el Mercurio Peruano). Este proceso es
paralelo a las luchas indígenas por la recuperación de su autonomía, encabezadas por Túpac Amaru
II.
Se fundó la sociedad Amantes del Perú.
Romanticismo peruano
Este período es posterior a la independencia criolla. Sin discutir cambios sobre la estructura
económica colonial (de carácter feudal), se procedió a elaborar un debate sobre la forma de
gobierno que debe tener la nueva República del Perú (fundada en 1821). Se sostuvieron dos tesis:
Debe haber «soberanía del pueblo». Tesis liberal, propalada por Benito Laso.
Etapa cosmopolita
Positivismo
Influenciado por el inglés Herbert Spencer, se exalta la ciencia como generadora de orden y
progreso. El principal representante de esta corriente fue Manuel Gonzáles Prada. Con influencias
del anarquismo, Gonzáles Prada establece una crítica a los grupos de poder tradicionales en el Perú,
culpables del desastre de la guerra, y de la ruina moral de las grandes mayorías indígenas. Propone
ruptura total con las formas de pensamiento colonial y, mediante la educación científica, elevar a la
población a la modernidad. También se encuentra Manuel V. Villarán.
Espiritualismo
Surge como oposición al positivismo, con influencias del francés Henri Bergson. Proclama «libertad
académica» en los claustros universitarios, y empieza a hacer una sistematización del pensamiento
europeo, pero no hay un abordaje riguroso la problemática nacional. Los principales representantes
de esta tendencia fueron Alejandro Deústua y Mariano Ibérico.
Etapa nacional
Aprismo. Ligado a los sectores de clase media en el Perú. Interpreta al país como una nación
feudal, necesitada del inversionista extranjero para desarrollarse de modo capitalista, y
generar un empresariado nacional fuerte. Promueve el anti-imperialismo nacionalista como
método de lucha y cambio. El fundador de esta tendencia fue Víctor Raúl Haya de la Torre.
Se establece, a partir de los años sesenta un cuestionamiento por la ligereza con la que los claustros
universitarios venían procesando la realidad nacional. Se promueven maneras de integrar el trabajo
académico al progreso del Perú.
El principal representante fue Augusto Salazar Bondy. Dicho autor cuestiona el carácter imitativo y
carente de originalidad del pensamiento peruano y latinoamericano. La «falta de autentidad» se
debe a la dominación económica y social a la que es sometido el pueblo peruano. Por otro
lado, Francisco Miró Quesada Cantuarias, desde una óptica humanista, propone pautas para
desarrollar el «proyecto del filosofar latinoamericano».
Nuevas tendencias
En constante polémica con la tendencia eurocéntrica (Rivara, David Sobrevilla) han cobrado vigencia
en los últimos tiempos las investigaciones filosóficas sobre la Filosofía andina (Antero Peralta,
Pacheco Farfán, Ladislao Cuéllar, Díaz Guzmán, Víctor Mazzi, Luis Alvizuri, Odilón Guillén, Flores
Quelopana). Especialmente Flores Quelopana ha postulado una hermenéutica remitizante con dos
propósitos: 1. explicar la existencia de la filosofía mitocrática no sólo en el filosofar precolombino
sino en todo el filosofar ancestral no occidental, y 2. distinguir diacrónica y sincrónicamente las
diversas visiones metafísicas por las que atravesó el hombre a lo largo de su historia (metafísica de
visión, metafísica de la esencia, metafísica de la existencia, metafísica del percipi y la metafísica de
lo virtual).
Otras corrientes recientes son el posmodernismo (Víctor Samuel Rivera), comunitarismo (Miguel
Giusti), neokantismo (Odilón Guillén), analítica (Quintanilla), anetismo-hiperimperialismo-
hermenéutica remitizante (Gustavo Flores Quelopana), de la esperanza (Noe Zevallos), filosofía de
la historia (Augusto Castro, Juan Huamanía Córdova, Ladislao Cuéllar), realismo moderado (Pedro
Rodríguez.
1. Introducción
7. Reflexión Crítica
8. Conclusión
9. Bibliografía
Introducción
El presente trabajo monográfico cuyo tema es "La filosofía en el Perú, el contenido de este trabajo
trata de cómo el pensamiento filosófico en el Perú y su reflexión de la misma es motor de
innumerables cambios especialmente en la educación del pueblo peruano (social, político, cultural,
económico). Con ello se vive una nueva etapa en el Perú que es la reflexión profunda por medio de
la razón (logos), y esto interfiere con el desarrollo de la cosmovicion andina, imponiéndose sobre
ella y dejándola a un lado.
El trabajo monográfico tiene una visión extensa de la explicación de cuando aparece la filosofía en
el Perú y su evolución hasta nuestros días y eso lo hemos explicado en tres capítulos que van dando
paso a la explicación del tema.
El capitulo dos que tiene como titulo "El Pensamiento europeo desde la conquista hasta la filosofía
actual". Comenzamos a hablar desde la introducción del poder español que trajo consigo el
transplante de nuevas ideas, como consecuencia de las sugerencias practicas de la colonización, que
arraigaron rápidamente y sirvieron de base doctrinaria por parte de ellos, en este caso se debió a la
influencia de la escolástica. Luego comenzamos a hablar sobre el pensamiento de la ilustración y
con ellos las primeras señales del conocimiento de los sistemas filosóficos modernos, la difusión de
nuevas ideas que comenzaron a difundirse en las universidades y colegios a lo largo del siglo XVIII y
trajo consigo una lucha abierta contra los escolásticos. El pensamiento romántico, el tercer periodo
del pensamiento filosófico peruano se caracterizo por el predominio de los temas políticos sobre lo
especulativo. El positivismo, el desenvolvimiento de las filosofía positiva en el Perú cubre un largo
ciclo del pensamiento comprendido entre las ultimas décadas del siglo XIX y la primera del siglo XX,
la filosofía contuvo bastante importancia de este pensamiento la reacción espiritualista, el
positivismo y el intelectualismo metafísico que sobrevivió en algunos cursos universitarios fueron
desplazados por el espiritualismo gracias a la acción de varios profesores, con ellos se quería iniciar
un verdadero movimiento de renovación y consolidación filosófica
CAPITULO I
Antecedentes y Consecuentes de la existencia de una filosofía en el Perú
Estado en cuestión
En los últimos veinticinco años de este siglo, en mas de una ocasión se ha escrito acerca de la
Filosofía Inka; así en 1965 la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad San
Antonio Abad del Cuzco organiza un Coloquio sobre Cultura v Filosofía Incas; luego
el profesor Víctor E. Díaz Guzmán, 1991, escribe un pequeño libro intitulado Filosofía en el Antiguo
Perú; en 1994, Víctor Mazzi Huaycucho. En la Presentación de Juan Yumpa, hace mención a la
existencia de una Filosofa Inka seguidamente el Dr. Juvenal Pacheco Farfán, en 1995, escribe un
libro cuyo titulo es La Filosofía Inka Y su proyección al futuro, expresa claramente el contenido y
el objetivo del trabajo.
Así mismo, en el primer Congreso Nacional de Filosofía, el Prof. Héctor Isaías Loayza Guerra,
sustento una ponencia intitulada Reflexiones Acerca de la Religión Indígena en el Perú, en el que
hace referencia a la existencia de una filosofía incaica y trata específicamente de la filosofía religiosa
incaica.
En el IV Congreso Nacional de Filosofa, que tuvo como sede a la Universidad San Agustín de
Arequipa, el Dr. David Sobrerilla Alcázar, expuso la ponencia intitulada: Filosofía o pensamiento
precolombino.', ponencia en la que a través de la critica del libro "c, 1956), demostró que no era
posible La filosofía nauhatl de Miguel León Portilla (México 1956), demostró que no era posible
hablar de filosofía precolombina, sino también de un pensamiento precolombino.
A través de esta ponencia queremos iniciar un dialogo en torno a la existen e la Filosofía Inka,
exponiendo primero las tesis de los autores arriba señalados, para luego por analogía y diferencia
demostrar que los incas no alanzaron este nivel de conocimiento que los griegos y la posteridad
denominaron filosofía.
El autor sostiene que en el Tawantinsuyo: "Se alcanzo a desarrollar una sociedad equilibrada,
con producción excedentaria, donde se materializo el ideal del bienestar general. En donde
podemos inferir que toda la organización socio-económica, política y cultural estaba sustentada en
una filosofía".
De las premisas anteriores, no necesariamente se puede inferir que el desarrollo estuvo sustentado
en una filosofía. Si esta afirmaci6n fuera correcta toda sociedad que hubiera alcanzado un desarrollo
equilibrado y una producción excedentaria habría tenido filosofía, de los pueblos que no alcanzaron
un equilibrio y una producción excedentaria no la fueron. Nosotros consideramos que para alcanzar
una producción excedentaria o el bienestar general no es necesaria la filosofía, esto se puede
alcanzar tambien a partir de una colectivista o individualista.
Para nosotros la filosofía surgió con la división del trabajo en la sociedad, grandes al grupo de
personas exceptuados del trabajo, se dedicaron a la reflexión como en Grecia mas son también
condiciones sino que, la existencia de cierta democracias y el para poder manifestar la discrepancias
y la critica que diferencia a la filosofía de las formas de saber así donde se concibe que el saber es
dogma, y no hay posibilidad de pensar de manera diferente y estas discrepancias no puede ser
expresada con cierta libertad, es posible que surja la filosofía, porque ella es un saber critico hostil
a todo dogma.
En la Cultura Griega CIasica se dio una democracia una democracia esclavista pero democracia al
fin, que permitió a los amantes de la sabiduría, la discrepancias. Ninguno de estos elementos se dio
en el Tawantinsuyo, pues el gobierno fue teocrático y como tal había la posibilidad de discrepancia
Por otro lado la filosofía surge cuando los limites religiosos míticos y mágicos han ido superados por
el saber filosófico, como en Grecia, o pueden provenir también de la suficiencia explicativa de los
fundamentos de la ciencia, porque el conocimiento filosófico es un conocimiento racional, critico
trascendental, universal y teocrático.
Es verdad que en muchos campos del saber los inkas estuvieron alcanzando la explicacion científica.
esto es porque sus conocimientos fueron aprendidos en observación, experirnentacion,
comparación y generalizaron, como es el caso de la ingeniería hidráulica, la genética,
la arquitectura, la medicina y algunas leyes en el campo de lo que hoy podemos llamar
la sociología y laplanificación. En cambio sus reflexiones sobre el principio y fundamento de la
realidad, sobre sus primeras y ultimas causas como hoy no fue de carácter filosófico, ya que no
pudieron desligarse de la explicación mítico-religioso. En consecuencia, puede hablarse de la
existencia de una cosmovisión o en pensamiento inka, mas no así de una filosofía inka
Entre los filósofos que niegan absolutamente la existencia de una filosofía inka, mas no así de un
pensamiento o cosmovisión, tenemos al Dr. David Sobrevilla y la Dra. Maria Luisa Rivara de Tuesta
así mismo aquí expondremos también algunos puntos de vista del Dr. Jesús Mosterin, respecto al
pensamiento arcaico, porque esta de acuerdo con nuestra tesis de que no existió filosofía inka, sino
un pensamiento o cosmovisión inka.
1.-El ser siempre directo o transitivo...No es auto reflexivo, no explicita ni analiza si propia
2.-Trata todos los fenómenos como un tu personal que nos confronta y nos concierne.... Es un
pensamiento emocionalmente comprometido.
4.-El estupor y desasosiego producidos por una realidad en primera aproximación multiforme,
cambiante e incomprensible son mitigados no por la construcción de teorías que interrelacionen
conceptos y proporcionen explicaciones, sino mediante la elaboración y transmisión de mitos
5.-La preocupación por la buena vida se traduce en el pensamiento arcaico por el interés en
sobornar a los dioses mediante cuidados, cultos ofrendas, etc.
La ansiedad por el futuro da lugar a las diversas técnicas de Adivinación. Como acabamos de ver
tanto David Sobrevilla, como Maria Luisa Rivara de Tuesta niegan la existencia de una filosofía Inka
en los andes precolombinos. De igual manera Jesús Mosterín, niega indirectamente tal posibilidad.
Ahora bien expuestos estos tres puntos de vista, pasamos a la parte final de nuestra exposición.
Una vez expuestas la tesis de Juvenal Pacheco, de Víctor Mazzi y de Víctor E. Díaz que defienden la
existencia de una filosofía inka, y expuestos también los criterios de David Sobrevilla, Maria Luisa
Rivara de Tuesta y la de Jesús Mosterín que niegan tal posibilidad, podemos concluir manifestando
que, no hay nada a lo cual pueda llamarse específicamente Filosofía Inka, porque el saber o
conocimiento que tuvieron, los pueblos andinos precolombinos, no se ajusta al saber critico racional
teorético y trascendental que exige la filosofía. En todo caso podemos llamarle pensamiento
prefilosofco o cosmovisión ancestral, pero no filosófico, por carecer de las características antes
señaladas y por no ser teorético sino, más bien mítico
Sin embargo, no hay que considerar que porque los andinos, mayas y aztecas, no tuvieron una
filosofía, fueron retrasados o salvajes de ninguna manera. Los amautas incas no hicieron reflexión
filosófica esto es no usaron la razón para teorizar sino, para hacer ciencia, esto es conocer a través
de observación, experimentación, comparación y la generalización, en campos como la biología,
la física la matemática y la sociología. Si los inkas hubieran proseguido con su desarrollo cultural, sin
la presencia de los conquistadores europeos en el siglo XVI, por unas décadas mas probablemente
hubieran formalizado una ciencia en los campos arriba mencionados. Para nosotros, de ellas hubiera
surgido la filosofía, por ser nuestra cultura de hombres transformadores de la naturaleza antes que
especuladores.
En los andes la ciencia habría sido madre de la filosofía, y no como en Grecia en que la filosofía era
la madre de las ciencias. Filosofía, debemos contribuir creativamente al desarrollo de una Filosofía
Universal, haciendo una reflexión desde nuestro espacio tiempo y naturaleza andinas a través de
las categorías del Runasimo que es nuestro idioma y refleja nuestra identidad y autenticidad andinas
Podría sin embrago, objetarse que es arbitrario a partir de la época la penetración europea en el
continente dejando todo en la sombra, todo el rico de pasado cultural de los pueblos indígenas,
fuera de este mismo criterio para historiar nuestro pensamiento su sentido histórico.
Cabe señalar que solo poseemos datos bastantes precisos y fidedigno del pensamiento
hispanoamericano a partir del siglo XVI; que además, solo desde este siglo podemos
encontrar productos culturales definidamente filosóficos (esto es elaborados con independencia de
los mitos y leyendas tradicionales). Y por ultimo que la comunidad histórica que se suele llamar
Hispanoamérica, que define el área de implantación de la filosofía que queremos estudiar, no existe
antes desde la época de la conquista y no únicamente por el hecho obvio de que antes no opera un
factor cultural español, si no además, porque no hay entre los pueblos
precolombinos integración cuando menos intercomunicación social y cultural suficiente. Estas
razones explican, siquiera metodológicamente, el punto de partida campo histórico del trabajo.
Se traen de América y se propaga en nuestros países aquellas doctrinas que armonizan con los
propósitos de dominación política y espiritual de la península. De este modo, los hispanoamericanos
aprenden como primera filosofía esto es, como primer modo de pensar en plan teórico universal
un sistema de ideas que respondan a las motivaciones de los hombres de ultramar.
La conquista rompe una tradición histórica en el Perú e inaugura otra en la cual son totalmente
dominantes al comienzo de la cultura europea en su versión hispánica. Entre esos componentes se
halla la reflexión filosófica, de vieja… grecolatina, esta se la concibe y practica por la interculturalidad
española de XVI. A raíz de la conquista se funda así en el Perú una tradición filosófica (con lo demás
cargado con fuerte acento teológico) directamente entroncada con la evolución del pensamiento
europeo y sin continuidad ni contacto inmediato con el tipo de pensamiento que predomina en la
cultura anterior. En la antigüedad, en la edad media y la europea moderna e inclusive en el oriente,
hay por cierto también y una disparidad considerable entre la reflexión filosófica y las formas
tradicionales del pensamiento pre científico o metico; pero hay también en ellas, pese a esto, una
conexión histórica interior y una constante incorporación de motivos e incluso especulaciones, que
hacen posible ver en la filosofía la manifestación superior de una cultura determinada cuyas formas
rediementarias serian precisamente las del pensamiento popular, en cambio en la filosofía que
encontramos en el Perú a partir del siglo XVI esta y seguirá estando por mucho tiempo movido por
impulsos y alimentadas por motivos ajenos y en lo fundamental contrario de la cultura anterior y a
las formas de subsistencia de ellas que nutren a las grandes masas indígenas. Con la filosofía
intervienen de este modo una nueva concepción del mundo y de la vida, respecto de la cual las
personas de la cultura popular no son lo con respecto a la reflexión filosófica griega fueron las
manifestación pensamiento mítico religioso antiguo, a saber su cuna y su fragmento hay, pues una
evidente rotura histórica que impide comenzar hablar del proceso del pensamiento en la época pre
hispánica y continuar luego con las tendencias filosóficas que aparecen al partir de la conquista.
CAPITULO II
El Predominio de la Escolástica:
La introducción del poder español en el Perú trajo consigo el trasplante de nuevas ideas que, como
consecuencia de las urgencias prácticas de la colonización, arraigaron rápidamente y sirvieron de
base doctrinario a la tarea de dominación política y económica. La cultura hispánica floreció muy
pronto en tierras peruanas.
Es éste el sentido que presidio desde su iniciación las funciones docentes de la Universidad de San
Marcos de Lima (cuya real cédula de aprobación tiene fecha 12 de mayo de 1551); las de las
universidades menores de Cuzco y Huamanga y los colegios que fundaron las diversas ordenes
religiosas por ejemplo, los de santos Toribio, San Martín, San Felipe, San Pablo y San Idelfonso. Cabe
anotar, sin embargo, que la gestión de las diferentes reglas determino por lo general, cada una
prefería servirse en la cátedra de las doctrina y comentarios de sus propios doctores. De este modo,
los dominicos, jesuitas introdujeron y divulgaron a Santo Tomas y mas tarde, las dos últimas órdenes
dieron a conocer también a Suárez. Por otra parte, San Agustín el enseñado por los de su orden y
Duns Scoto por los Franciscanos. Pero si bien existían discrepancias, que a veces sobrepasaron los
limites de la polémica ideológica y se convertían en ruidosos conflictos de jurisdicción y
prerrogativas, cuya franca motivación era el predominio académico, se mantuvo siempre la unidad
ultima de la filosofía católica a cuya difusión cada orden contribuyo desde su ángulo partícular.
La introducción y el apogeo de la Escolástica en el Perú, comprende los siglos XVI y XVII y se prolonga
hasta mediados del XVIII. Durante este periodo, las lecciones universitarias y las páginas de las
exposiciones y comentarios estaban dedicadas a los temas y disciplinas tradicionales.
De la escolástica. Se estudiaban los filósofos clásicos y medievales a través de la lectura de sus obras
originales o las de sus comentaristas. Pero no solo las cuestiones planteadas en los libros obtuvieron
la acogida de los pensadores de este primer periodo. Siguiendo la línea de una noble tradición
intelectual española, ellos encararon el decisivo problema teólogo de la condición humana de los
indios y otros que, como el de la justificación del servicio personal, constituían desde los primeros
días de la conquista las cuestiones más vitales y dramáticos de este mundo, que se proponía al
pensamiento occidental.
El siglo XVI, en que se establecieron las órdenes religiosas, vio aparecer expositores destacados de
las doctrinas de Santo Tomas, que fue el autor mas estudiado. También se expusieron las doctrinas
de Duns Scoto, San Gregori y San Agustín. Y de autores modernos como Suarez. Y Victoria.
Posiblemente los mas importantes autores fueron los franciscanos Fray Jerónimo de Valera (1568-
1625) y Fray Alfonso de Briceño (1590-1668), que cronológicamente alcanzaron su madurez
intelectual en el siglo XVII, y los primeros maestros jesuitas, españoles ambos, Esteban de Ávila
(1519-1601) y José de Acosta (1539?-1600). Este calor humanista y científico notable, que ha dejado
una de las primeras y mas penetrantes, interpretaciones de la realidad física e histórica del Nuevo
Mundo.
En el curso del siglo XVII surgieron los representantes mas destacados de la Escolástica peruano,
que pertenecen en su mayoría a la Compañía de Jesús, orden que ya desde el siglo anterior había
logrado dominar la enseñanza publica de la Colonia.
Las primeras señales del conocimiento de los sistemas filosóficos modernos se perciben ya en los
años finales del siglo XVII, no solo fuera de los círculos escolásticos, sino incluso en sus propios
representantes. Así en el P. José y de una teología, es perceptible un contacto con los modernas que
también, y mas explícitamente, muestra la obra del P. Nicolás de Olea (1635-1705). Con ellos
estuvieron acceso al público peruano, aunque con visible retraso, teorías y nombres renacentistas
como los de campanella, Ticho Brahe y Giordano Bruno, antes ya en 1650 encontramos circulando
en Lima un opúsculo sobre Galileo, del español Juan Vázquez de Acuña.
La difusión de las nuevas ideas se realizo sin embargo, a lo largo del siglo XVIII y en lucha abierta
contra los escolásticos que dominaban las universidades y colegios. Paralelamente a ella se cumplió
la reforma de los estudios que, como remedio para la notoria decadencia de la enseñanza oficial,
propicia un grupo de jóvenes profesores partidarios de las disciplinas exactas y empíricas y de las
nuevas direcciones del pensamiento político y social europeo.
Operaron a favor de este movimiento, que llevo luego a la constitución de un ambiente espiritual
semejante en muchos aspectos al de la época de las luces en Europa y que permite hablar de una
"Ilustración" peruana, varios factores. Uno muy principal es la difusión de la literatura filosófica y
política europea del setecientos, por la que se mostraron vivamente interesadas las clases cultas
peruanas. Las doctrinas fueron conocidos algunas veces en sus formulaciones originales,
exposiciones o reseñas y aun por medio de aquellas obras destinadas a refutarlas y que, por efecto
contrario, servían para popularizarlas. Otro factor muy importante fue la influencia ejercida por los
viajeros ilustrados que visitaron el Perú en el siglo XVIII y comienzos del XIX. En contacto con las
minorías intelectuales peruanas, científicos del tipo de Alexander Von Humbolt y Tadeo. Haenke
dieron nuevo impulso a las tendencias reformistas de los intelectuales criollos.
Análoga acción desarrollaron los miembros de las expediciones científicas que llegaron a las costas
del país en el curso del siglo: en 1735, la de Jorge Juan y Antonio de Ulloa, junto con la comisión de
la Academia de Paris, compuesta por Pierre Bouger, Louis Gaudin y Charles de la condamine, que
venían a medir el arco meridiano en 1778; la expedición botánica de Dombey, Ruiz y Pavon ; y en
1790 la de Malaspina por otra parte, algunos profesionales europeos que se radicaron en el Perú,
como los médicos Pablo Petit, Federico Battoni y Martín Delgar, contribuyeron también en una
forma u otra al mejor conocimiento de las nuevas doctrinas científica y por ellos deben ser citados
aquí.
Los cambios que se operaron en España gracias a la acción de los ministros de Carlos III y también
por esfuerzos privados, entre los que sin duda el mas influyente fue el del P. Feijoo, coadyuvaron a
la ampliación y afirmación del movimiento ilustrado peruano, que va a cobrar un ritmo acelerado
con la creación de sociedades u academias científicas como la sociedad de amantes del País de Lima,
establecida en 1790 y en la escuela de Medicina entre las que destaca el Mercurio Peruano.
Continuador de la obra de Peralta fue el naturalista español Cosme bueno (1711-1798), quien ocupo
los mismos cargos y, además dicto la cátedra de métodos de galeno en la Universidad de San
Marcos. Educado en Lima, bueno siguió estudios de farmacia y medicina y bajo la influencia de
Peralta y de los miembros de la comisión de la Academis de Paris, abandono las doctrina
peripatéticas, convirtiéndose en un propagandista de la física Newtoniana y de las doctrinas de la
escuela medica de Boerhaave y de las doctrinas de la escuela medica de curso de aritmética y
algebra que contribuyo en mucho al progreso de la enseñanza de las ciencias exactas. Esta labor
matemática, la difusión de boerhaave y, en especial, la introducción de las doctrinas de Newton en
los círculos cultos de la época señalan los aspectos mas interesantes de la obra de bueno para
la historia de las ideas en el siglo XVIII.
Figura de importancia fue también el limeño José Eusebio de Llano Zapata (alt. 1720-1780), cuyos
meritos no son afectados por la discutible originalidad de sus obras. Critico declarado y acerbo de
la escolástica, su interés teórico se extendió por el campo de las ciencias naturales de la filología de
la historia y de la educación publica, sus cartas que han sido publicas separadamente, acompañando
otras textos o en breves colecciones, constituyen uno de los mas interesantes ejemplos de literatura
científica epistolar en el Perú.
A medida que avanzaba el siglo iba aumentando la oposición a la escolástica, que habría de cobrar
gran puerta con la expulsión de los jesuitas en 1767. La filosofía y la ciencia, que en algún modo
fueron reintegradas a la unidad primera por el movimiento renovador, reconocieron otros
mentores. Así como Descartes y Gassentes habían suplantado a Aristóteles y santo tomas, así fueron
remplazados ellos mismos por Locke y Condillac en el favor de los hombres cultos del Perú;
Copérnico y Galileo, a su vez, fueron sustituidos por Newton, Lavoisier y Linneo. Las viejas
exposiciones fueron desplazadas por los nuevos textos del P. Almeida, de Jacquier, Pará,
Muschenbroek y Boils, y la polémica que había permanecido hasta entonces dentro de las aulas
universitarias fue llevada, como en Europa, el terreno de la sátira y la burla públicas. Un ejemplo
pintoresco de esta literatura polémico es la Sentencia burlesca dado en el Parnaso en favor de los
maestros en artes, médicos y profesores de lo Universidad de Stagira en el país de las Quinleras, por
la conservación de la doctrina Aristotélica.
El movimiento renovador no se circunscribió a Lima. Voces que reclamaban una reforma se oyeron
con igual energía en Huamanga, Cuzco y Arequipa. Ya en 1771, el Doctor Ignacio de Castro (1732-
1792), Rector del Real Colegio de San Bernardo del Cuzco, pedía en 1771: que se desterraron las
vanas sutilezas; que se estudiara la física, conformando no la Naturaleza a las ideas sino las ideas a
los efectos observados en la Naturaleza. Que se estudiara eso física que, libre de preocupaciones y
prejuicios, guía sin embarazo por el vasto campo del mundo natural. Porque con
su dirección desterramos las vagas nociones del Peripato que jamás ha arribado a la explicación
genuina de un fenómeno.
Por el celo del obispo Pedro José Chávez de la Rosa (1740.18191), el Seminario Conciliar de San
Jerónimo de Arequipa se convirtió hacia 1791 en uno de los más activos focos de propagación de
las ideas enciclopedistas. Y en todo el país el Mercurio Peruano era el órgano de expresión de estas
inquietudes. Sorprende, en efecto, al recorrer sus páginas la activa presencia de los
diversos grupos intelectuales, no sólo de Lima, sino de los más diversas provincias y de los pueblos
más apartados del país.
A fin de dar una imagen general de este movimiento cabe trazar, o manera de resumen, el siguiente
cuadro de las corrientes e influencias dominantes en él:
4. Un eclecticismo de tipo especial sobre el que ha llamado la atención José Goos que se
elabora en España y Portugal como producto de la introducción de las ideas modernas, y se
difunde a través de manuales escolares, como el del P. Almeida...
6. Las doctrinas de los economistas modernos, especialmente las de las escuelas fisiocrática
y mercantilista (de lo cual dan prueba, entre los trabajos de Baquíjano y Carrillo y Manuel
Lorenzo Vidaurre). Los nombres de Jeremías Benthan y Adam Smith comienzan a cobrar en
esta poca una marcada importancia.
Todos estas corrientes intervienen de modo disparar, y no siempre en su forma pura originaria, en
el movimiento ilustrado peruano, y se entremezclan y oponen entre ellas en más de un punto, dando
un cuadro variado de influencias que ofrece un rico campo de estudio aún no explorado. Pero es
evidente que la introducción de los modernos sistemas y el uso del métodoexperimental fueron
manifestaciones de un fenómeno que repercutía en el campo de la política. Lo que en el orden del
conocimiento constituía el reconocimiento de la autonomía de la razón humana, en la vida política
y social significo el despertar de la libre e independiente del país.
El Convictorio de San Carlos, fundado en 1770, vino a llenar el vado dejado en la enseñanza por la
expulsión de los jesuitas. Dos sacerdotes, el peruano Toribio Rodríguez.
Los estudiantes del Convictorio debían estudiar las corrientes modernas, entre las que figuraban
el racionalismo de Descartes y Leibniz, el empirismo de Locke y el sensualismo de Condillac. Este
tipo de enseñanza promovía el rechazo de la filosofía escolástica y los estudios hacia una nueva
forma de eclecticismo muy característico de esta época. Rodríguez de Mendoza, en su
celebre Informe de 1791, asegura que los estudiantes, de acuerdo con los estatutos del Convictorio
"cultivan una Filosofía libre y se hallan dispensados de la obligación de adoptar sistema alguno, y el
que hasta hoy es preferido, al Peripatético.
Junto con la nueva filosofía se fomentaba el conocimiento de las ciencias matemáticos y físicos
sobre la bese de un trato directo con los autores y las teorías más recientes. De estos conocimientos,
Rodríguez de Mendoza veía desprenderse en un futuro breve frutos preciosos no sólo en el orden
teórico, sino en el práctico del dominio de la naturaleza, frutos negados - hasta entonces al hombre
de esto parte del globo justamente a causo de la ignorancia en que había vivido. En carta al rey, de
fecha 23 de noviembre de 1794, decía el Rector corolino:
Es muy feroz el suelo de América y encierra inmenso tesoro no conocido: y cuantas hallazgos no se
harán así en los objetos propios de la Historia Natural, o como en la Geografía del Reyno con las
facilidades que ministren la Física y las Matemáticas. La falta de estos conocimientos ha formado
hasta el dio un obstáculo invencible al progreso de estos dos ramas y en otros de igual importancia.
Rodríguez de Mendoza, a quien sus contemporáneos llamaban el "Bacón peruano" dando fe con
esto de su actitud modernista y reformadora, era espíritu templado en la lectura de los racionalistas
ingleses y franceses. Desde temprano comprendió claramente la esterilidad de saber meramente
especulativo y la necesidad del sustento experimental e inductivo del conocimiento del
conocimiento de la naturaleza y el hombre.
Queda también demostrado por la historia que el modo de tratar la Teología ha sido varios según la
variedad con que ha sido cultivada la filosofía; pues en los tiempos en que la Filosofía se depravó
con fútiles argucias, mucho más fue oprimida la Doctrina Sagrada con extrañas e inútiles disputas,
hasta el fastidio; con luz, a qué majestad, a qué dignidad parece restituida, desde que la Filosofía
gradualmente ha salido de las tinieblas a la luz.
Cuando decimos Filosofía, no nos referimos a aquella sectaria o de Aristóteles, o de Descartes o de
Gassendi o de Leibniz, o de Newton, sino a aquella que teniendo por guía a la razón se saca del
sentido común. La filosofía de Aristóteles inútil a la física produjo muchos ateos; del Cartesianismo
procede el Berkelianismo y el Spinozismo, de la secta de Gassendi, el materialismo; Leibniz pretende
al idealismo y Newton al mecanismo. El teólogo no debe jurar en las palabras de ningún Maestro, ni
ser sectario, sino que ha de elegir un sistema ecléctico de filosofar
Eclecticismo setecentista, pues con apelación al sentido común y cuanto a la razón que no excluye
las convicciones religiosas, sino que puede armonizarse bien con esas. Hay una norma de justo
medio también en teología, un punto de equilibrio entre la credulidad y la superstición, que
Rodríguez formula en estos términos
Así como no puede ni establecerse ni entenderse la relevación sin la razón, así, sin la revelación la
recta no puede llegar a todo, ni es inmune de todo error. Los que consultan a sola la razón
en materia teológica, poco a poco se hacen libertinos y ateos, los que solo aprenden de la revelación
sin uso de razón, caen en la superstición
Puede decirse entonces que, inclusive en materia teológica, sujeta en la época, como es bien sabio,
a controles mucho mas severos que otras disciplinas, Rodríguez piensa en moderno, aunque no
queda hablar propiamente, a propósito su heterodoxia, como también ocurre, según hemos dicho,
con la mayoría de los escritores peruanos del setecientos.
La renovación de la enseñanza filosófica tuvo uno de sus promotores mas entusiastas y doctos en el
P. Isidoro Celis, ya citado autor de un Curso Filosófico (1787) y de una filosofía de la costumbre
(1793). El primero, inspirado en el celebre manual de Jacquier, fue muy utilizado en las escuelas del
Perú y tuvo éxito inclusive en otros países. El ilustrado mexicano Antonio Alzate lo elogio diciendo
que era "un compendio muy bien formado de ella. Pero un compendio a veces mas claro y mejorado
de método"
Pero es cierto también que la eficacia de la reacción oficial no es muy grande por hacer fines del
siglo, las nuevas ideas habían ganado ya a la parte más valiosa de la juventud peruana. Científicos
como José Gregorio Paredes (1778-1839) continuaron la línea de Bueno y Unanue e la enseñanza
de las ciencias exactas y aseguraron el imperio del espíritu renovador en las generaciones siguientes.
Al tal fin que contribuyo singularmente, desde 1808, el funcionamiento de la Escuela de Medicina
de San Fernandon, que por aquellos años fue el centro mas avanzado de enseñanza científica del
país. En ella se dictaban cursos de varias disciplinas naturales y exactas a los que concurrían tanto
estudiantes como personas ajenas al aula. Al respecto, es un raso bien significativo del cambio de
espíritu apoderado en las últimas décadas del siglo XVIII y las primeras del siglo XIX que, en 1809,
las autoridades académicas, en vista de la afluencia de público, se vieron obligadas a limitar el
numero de asistentes a las clases de matemáticas de Paredes.
San Fernando fue establecida gracias a los esfuerzos de Unanue, que contó en esta ocasión con el
apoyo del Virrey Abascal, cuyo papel a favor de la reforma educativa hace interesante contraste con
la posición ultra conservadora que asumió tan eficazmente durante las luchas de la Independencia.
Según Hermilio Valdizan en "comunicación fechada en 17 de junio de este año (1808), dirigida por
el Rector de la Universidad de San Marcos…, insinuaba (el virrey) la convivencia de la supresión de
dos cursos de filosofía Aristolica para crear en el Colegio de Medicina y Cirugía dos cátedras de Física
Experimental y Química. El año de 1811 agrada el mismo autor Abascal continua prodigando sus
benéficos al Colegio de Medicina y Cirugía. Es fechada en ese año la comunicaron de Abascal al Rey,
solicitando para el Colegio de la creación de las siguientes cátedras: Física, Química, Instituciones
Medicas, Materia Medica, Botánica, Cirugía, Partos y Farmacia. Esta enumeración equivales a todo
un programa de transformación de la ciencia peruana que tuvo gran influencia en la consolidación
de la modernidad filosófica.
La nueva disposición respecto a las ciencias y la filosofía moderna no tuvo efecto únicamente en el
ambiente universitario. Promovió igualmente nuevas actitudes político-sociales que encarnaron en
hombres como Manuel Lorenzo Vidaurre, José Faustino Sánchez Carrión, Francisco Javier
Mariátegui, José Manuel Valdés, Manuel Pérez de Tudela, Francisco Javier de Luna Pizarro, José
Pezet y otros procederes de la independencia que propagaron en la cátedra y en la tribuna, en el
libro y en el periódico durante las primeras décadas del siglo XIX, una nueva ideología que refleja el
espíritu de la ilustración. Este movimiento se prolonga en la acción de los políticos y pensadores de
la Republica, que debemos considerar ahora.
El Pensamiento Romántico
El tercer periodo del pensamiento filosófico peruano se caracteriza por el predominio de los temas
políticos sobre los especulativos. El pensamiento puramente teórico aparece condicionado por las
urgencias practicas de la época y es llevado muchas veces a conclusiones que no se hallan
necesariamente implícitas en sus contenidos y son aun extrañas a su intención filosófica como
muchas de las complicaciones teológicas que encontramos en las obras de los pensadores del siglo
XVI y XVII provienen del repertorio ideológico de las polémicas políticas entre monárquicos y
republicanos, federales y unitarios, liberales y conservadores, que ocupan ese lapso de nuestra
historia. Urgidos por las exigencias de los debates que tenían lugar en las legislaturas, los periódicos
y las cátedras, los bandos opuestos buscaron en la filosofía un enfoque y una solución universales
de los problemas sociales, aunque estos, en última instancia, habrían de decidirse por la fuerza de
las armas.
En el ambiente académico, los conservadores iniciaron el ataque contra la corriente empirista que
desde fines del siglo XVIII había estado asociada al movimiento liberal. Esa filosofía, como hemos
señalado, provenía del sensualismo de Condillac y de los ideólogos franceses (especialmente Desitut
de Tracy) y había sido reforzada por el utilitarismo de Smith y Benthan. En este proceso es
importante la introducción a la filosofía del Common Sense , también conocida como la escuela
escocesa, cuyas figuras mas notables son Thomas Reid y Dougald Stewart, introducción que fue obra
del escritor y maestro español José Joaquín de Mora (1783-1864). Mora llego al Perú en 1831 y se
decido a la enseñanza en varios colegios. A poco de haberse establecido entre nosotras publico un
cursó de Lógica y Ética según la escuela de Edimburgo. Mas tarde, Perú, apareció en Lima
una traducción suya del Tratado de la evidencia de Campbell, con una selección de pasajes de otros
autores de la mencionada escuela. En la introducción de esta obra Mora escribe:
Hubo una época en que la filosofía escolástica era indispensables para todas las carreras que exigían
educación científica; luego ella cedió a los ataque de Bacon, Descartes,Vives, Locke, pero no hubo
en las escuelas otro modo de llenar el vació que el estudio de unos tratadistas superficiales e
insípidos como Jacquier, Rosello, el arzobispo Leon, Pritchot y otros, entre los cuales es doloroso
colocar a Henecio, cuya reputación para sus trabajos jurídicos servia de apoyo a un mezquino curso
de filosofía como texto de enseñanza. A principios de este siglo XIX empezó algo no menos graves:
las doctrinas de Condillac y las innovaciones de Desttut fr Tracy; pero felizmente la nueva teoría de
la evidencia, que puede llamarse la parte vital de la Lógica, nos pone en contacto con la verdad.
Hacia 1840, el empirismo y el sensualismo habían cedido el campo al eclecticismo espiritualista del
francés Cousin, próximo en muchos respectos al idealismo alemán, por el cual los pensadores
peruanos se sentían también atraídos. Entre todas las direcciones del idealismo, la más conocida
fue el krausismo que a la razón enseñaban en España Sanz del Rio y Francisco Giner, y tanto proceder
ni. La doctrina de Krause tuvo también muchos adeptos en el Perú, pero su introducción, que estuvo
indirectamente determinada por el movimiento español, se realizo no por las vías propiamente
filosóficas, sino por las del pensamiento jurídico. Se le conoció más que por la lectura de Krause, por
la de las obras de su discípulo Ahrens.
Importa señal aquí que las ideas krausistas en derecho fueron utilizadas mismas por liberales que
por los conservadores en sus polémicas acerca de los problemas centrales tocantes a
la organización de la sociedad y al ejercicio del poder. Y como el krausismo, el eclecticismo y el
idealismo son las fuentes que se inspiraron, al igual que sus contrincantes, los pensadores laborales,
aunque si quisiéramos señalar algún rasgo distintivo en el repertorio ideológico de estos habría que
referirse quizás a la influencia de Benjamín Constant y a un contacto, sensible, con los teóricos
del socialismo utópico
Había sin embargo, una diferencia formal, y quizás más decisiva, entre conservadores y liberales. El
pensamiento conservador poseía un cuerpo de doctrina más trabado y coherente, que había sido
elaborado poco a poco, con la experiencia de los combates perdidos desde el siglo XVIII y teniendo
a la vista la gran lucha por reconquistar el prestigio que las fuerzas de la ilustración habían ganado
para si.
Esa fue en el Perú la obra de Bartolomé Herrera, principal representante del conservadurismo
doctrinario. Desde el convictorio de San Carlos, Herrera emprendió en 1842 la tarea de formar una
generación propicia al establecimiento de gobiernos autoritarios y a la limitación de
los derechos populares. Para ello recogió y expuso las tesis tradicionalistas que en Franciadefendían
De Bonald y De Maestre y la escuela doctrinaria DeGuizot y Royes Collard, a las que complemento
con ideas similares en que abundaba el pensamiento europeo coetáneo y que condensaba el
sistema de Cosuin. Herrera tradujo y publico el texto de Derecho Natural de Ahrens. Esta traducción
y a del Compendio de derecho publico e internacional de Pinherio Ferreira, le sirvieron para dar una
nueva orientación a los estudios jurídicos en San Carlos. El principio fundamental de su doctrina era
el de la soberanía de la inteligencia, en oposición a la soberanía del pueblo, que expuso
principalmente en un memorable sermón pronunciado el 28 de julio de 1846 y en polémica con el
publicista Benito Laso Provocada por dicho sermón
No tengo para que cien tenerme a describir los estragos producidos en el país en casa familia.
Contra lo que proclamaba la escuela jusnoturalista de los siglos XVII y XVIII y era tesis principal
del liberalismo ochocentista, la soberanía no pertenece por esencia a los ciudadanos o a la
comunidad publica, radica en una instancia única y trascendente: la divinidad. Reconocer este hecho
es la única garantía de la paz social
El pueblo no puede libertarse de las desventuras e que lo precipitan sus mas crueles enemigos, sus
aduladores; no pueden establecerse la paz y la armonía social sin una autoridad que obligue al
ciudadano en lo intimo de su conciencia, de la que se sienta realmente súbdito y de quien tenga una
dependencia necesaria y esta autoridad es solo la de Dios, soberano del universo.
En el hombre solo se puede respetar pues la autoridad que emane de Dios, como emana sin duda
la de los jueces, la de los legisladores, la del jefe de cada Estado. Suponiéndola emana del pueblo,
cada enemigo de Dios, quiero decir, del sosiego publico, ha podido invocar el nombre del pueblo
para derrocar al gobierno y el poder de las leyes; y para que la miseria, la ruina y la afrenta hayan
caído sobre esta desdichado pueblo.
La tesis de la soberanía popular no es, sin embargo objetable solamente en razón de sus
implicaciones religiosas. Según Herrera, carece además de consistencia como doctrina jurídica y
filosófica, pues pone la fuente de deberes y derechos en las decisiones de la voluntad de la cual no
puede desprenderse ningún principio genuinamente normativo.
¿Y Cómo podrá fundarse la legitimidad del gobierno en la voluntad del pueblo? Rousseau dijo, y
mucho tiempo se ha seguido diciendo para la vergüenza del entendimiento humano, que cada
ciudadano ha renunciado todos sus derecho en la sociedad y ha convenido en obedecer a la
voluntad de la mayoría; que esta ha querido que haya gobierno que dirija al Estado, conforme a la
voluntad de ella; y que, por consiguiente, estamos obligados a obedecer al gobierno en todo aquello
en que no se aparte de la voluntad de la mayoría. Toda la base de nuestras obligaciones sociales,
según esto, es la renuncia de los derechos y un acto de la voluntad que ha querido obligarse a
obedecer.
Pero ni derechos pueden renunciarse, ni la voluntad obligarse por solo su querer. Los derechos son
preceptos sagrados de Dios.
Tampoco se concibe más fácilmente que a voluntad por si sola produzca obligaciones. Lo que quiere
la voluntad, o esta prohibido por la ley divina, o es indiferente, o esta mandando por la misma ley.
Cuando se quiere lo prohibido, lejos de que se nos ocurra que estamos obligados, la conciencia nos
dice que faltamos a nuestra obligación. Cuando se quiere lo que se ve como indiferente, no nos
sentimos obligados; así nadie experimente remordimiento por no haber ido al paseo. Cuando se
quiere, en fin, lo que esta mandado, se obedece a una obligación preexistente, pero no es
uno autos de ella
Planteos de este tipo ponían a Herrera en la línea de la tradición más antigua del pensamiento
católico y la predisponían para aceptar la filosofía que más cerca estaba de la Iglesia, es decir, la
escolástica. Y por cierto que, en sus últimos años, apostándose del espiritualismo de los filósofos de
la Restauración, el líder conservador compuso manuales de Lógica, Estética y Tedicea y dictó curso
dentro de una orientación rigurosamente escolástica.
Del lado liberal pueden mencionarse algunas figuras de destacada actuación en la vida pública
peruana a lo largo del siglo XIX. En primer lugar, el mencionado Benito Laso (1783-1862), abogado,
periodista y político de larga actuación. Laso ataca frontalmente a los conservadores, a quienes ve
irremediablemente divorciados de la justicia y el progreso humanos. He aquí su definición:
Conservadores son los que no reconocen en las sociedades sino el principio de autoridad, es decir
que los pueblos no tienen derecho para pensar ni menor para arreglar y fijar la verdad de sus
respectivos gobiernos. Son los que limitan el pensamiento a sólo los mandones, no dejando ni
permitiendo a los individuos asociados discurrir, reflexionar y mucho menos censurar los actos y
disposiciones de los que bien o mal se han colocado en el trono del Gobierno. Los que tienen por
máxima absoluta que los mandatarios son la cabeza del cuerpo político, a quienes únicamente
pertenece discurrir, y el resto los miembros pasivos a quienes les incumbe sólo obedecer.
Los que no ven el orden público sino cuando sólo el que manda tiene derechos para pensar, hablar
y hacer cumplir sus mandatos, mientras que al pueblo toca una ciega sumisión a la que se le ordenó.
Son aquellos que en cada adelanto de la libertad del pensamiento no ven más que el trastorno y
ruina de las sociedades, que juzgan que conceder los derechos políticos a los asociados es hacer
una revolución que debe evitarse a toda costa. Son los que se empeñan en "conservar" los
privilegios, las distinciones de castas y familias, para que una sean las dominantes y otras las
esclavizadas. Son aquellos a quienes suena tan mal la palabra igualdad que la toman en un sentido
anárquico y desorganizador; los que aún en su sentido religioso, y a pesar del plan del Evangelio, no
comprenden la doctrina de la fraternidad cristiana, sino la doctrina ellos ejercen un acto de caridad
con ese espíritu de orgullo que es la herencia de sus privilegiados antecesores.
Es esencia, según Laso, los conservadores no reconocen más principio social que el de la autoridad
y no conceden al pueblo otro derecho que la obediencia y la sumisión. Enfrentado así a la opinión y
a los intereses de las grandes mayorías, que reconocen y siguen naturalmente el principio de la
libertad, los conservadores no pueden sustentar su principio en la voluntad popular y tienen que
recurrir a tres medios inconfesables: la fuerza, la ignorancia y la corrupción.
Sépase – exclama Laso lleno de fervor libertario – que lo que se llama impropiamente la opinión
pública es la resistencia que hace el clero a la extinción del fuego, que por ignorancia de unos y por
malicia de otros se empeña en persuadir que es de derecho divino, o por lo menos que el poder civil
no tiene facultad de quitarlo.
El mismo énfasis sobre la educación como factor de cultura y progreso social encontramos en otros
autores liberales de la generación siguiente, como José María Químper (1828-1902), para quien la
instrucción de los pueblos es fuente y garantía de justicia y moral. Con el optimismo típico de los
teóricos del individualismo liberal, Químper da por sentado que, no obstante los esfuerzo contrarios
de los grupos conservadores y tradicionalistas, el reinado del Derecho, que es el de la justicia y el
de la moral, se establecerá, a pesar de ellos, en todos los pueblos cuando la instrucción se difunda
y la educación se propague suficientemente. El porvenir pertenece a la san doctrina.
Esta "sana doctrina" que invoca Químper tenía como columna vertebral el principio de libertad,
inspirado en el concepto idealista y romántico, del ser libre del hombre que propagaron las doctrinas
de Krause y que nuestros liberales bebieron en los textos de Ahrens. De este principio abstracto,
que como norma política requiere el factor complementario del consentimiento de la mayoría,
Químper desprende los derechos fundamentales del ciudadano, como la inviolabilidad del domicilio,
la seguridad personal y las libertades de imprenta, opinión, sufragio y asociación, a las cuales se
agregar las muy importantes para el concepto de la época, de trabajo e industria.
También Simeón Tejada (1826-1873), quien como ministro de Estado tuvo decisiva participación en
la reforma universitaria de mediados del XIX, puso especial énfasis en la libertad de la industria y
el comercio, el planteamiento de corte clásico individualista, con marcada influencia del utilitarismo
benthamiano. Este defensa de la libertad económica, por general que sea en su formulación en la
obra de Tejeda y otros autores peruanos, revela bien la orientación político-social del pensamiento
liberal y su función consolidadota de los intereses de la clase dirigente peruana de la época. Las
vacilaciones y ambigüedades doctrinarias del liberalismo peruano se explican mejor teniendo en
cuenta esta vinculación político-social.
Figuras liberales destacadas son, asimismo, los hermanos José (1819-1866) y Pedro Gálvez (1822-
1878), cuyos nombres están estrechamente ligados, juntos con el del español Sebastián Lorente
(1813-1884), al Colegio de Guadalupe, baluarte del pensamiento liberal de la época, frente a
la propaganda conservadora que irradiaba del Convictorio de San Carlos. En sus lecciones de
derecho Pedro Gálvez, según testimonio del joven escritor y político Enrique Alvarado, acusaba
influencia del panteísmo idealista con reminiscencias de Kant y Fichte. Los Gálvez seguían la
orientación krausista de Ahrens, cuyas ideas expuso también otro liberal, José Silva Santisteban,
autor de Derecho natural o filosófica del derecho, conforme a las doctrinas de la escuela alemana,
profesadas por Ahren (1854).
Por lo que le toca a la filosofía universitaria la influencia del espiritualismo romántico se dejó
también sentir en a enseñanza. Hoy que decir sin embargo que los manuales, lecciones
y memorias escolares de la época carecen por completo de originalidad y nervio. Si bien se reconoce
la importancia del rigor científico, prevalece el ánimo especulativo acrítico y recurso o principios
metafísicos cuya justificación teórica se toma casi como obvia.
En la facultad de Letras de San Marcos, que volvió a funcionar regularmente a partir de 1866,
profesaron Manuel Puente Arnae, Daniel Ruzo, Pedro Manuel Rodríguez y Sebastián Lorente. Entre
ellos se destaca Lorente por su seriedad intelectual y sus dotes pedagógicas; es recordado, además,
como historiador y estudioso de la sociedad. En filosofía, sin embargo, él, como sus colegas de
Facultad, se mantuvo en una posición irresoluta entre las exigencias críticas de la filosofía más
avanzada en el momento y los supuestos y conceptos del pensamiento tradicional de cepa católica,
renaciente en Europa y que en España estuvo representado principalmente por Donoso Cortés y
Jaime Balmes. Este último, por lo demás, constituyó una importante fuente
de información filosófica para los profesores de la Universidad Peruana. Pero las exigencias de la
época unidas a la esterilidad de la actitud conciliadora impulsaron a las mentes más jóvenes y
decididas hacia una dirección ideológica distinta. Este es el caso de Carlos A. Listón (1823-1891)
quine cruzado el puente de lecturas que lo llevaron primero Kant, arribó finalmente a la filosofía
positiva. En 1890, prolongado el libro de Javier Prado sobre el derecho penal, declaraba a propósito
de Comte: aunque su lectura no me hizo partidario de su sistema sobre la ley de los tres estados, sí
satisfizo mi espíritu su método positivo, y resolví seguir por ese camino. Lo mismo ocurrió con los
intelectuales de varias promociones peruanas que marcan una nueva época de nuestro
pensamiento.
El Positivismo
Como los profesores citado, otros de las facultades de derecho y ciencias sociales son influido por
las doctrinas positivistas, las que se han sentir también en el campote las ciencias naturales. Las
teorías transitorias y el experimentalismo de Claude Bernard se difundieron mucho, en efecto, entre
los profesores de la Facultad de Medicina, los que no desconocieron tampoco las ideas de Comte.
Daniel A. Carrión, estudiante de medicina que se sacrificó por lograr el adelanto de la
investigación de la verruga, estuvo influido por las ideas positivistas, lo que revela el grado de
penetración de éstas en el ambiente de médico. Se comprende que la enseñanza de la filosofía
también terminará por ceder al impulso de las nuevas ideas, cambio de dirección éste que estuvo
precedido y facilitado por el interés creciente que hacia fines del XIX y comienzos del XX despertaron
los estudios Kantianos.
Dentro del grupo positivista el famoso poeta y ensayista Manuel Gonzáles Prada (1848-1918) ocupa
un lugar especial, no sólo por su militancia social y política sino, además, por su condición de
pensador ajeno a la Universidad. Crítico implacable de los vicios político del país y de la ineptitud y
medrosidad de sus contemporáneos para llevar la aplicación de la ciencias hasta sus últimas
consecuencias en la conducción de la sociedad humana, Gonzáles Prada veía en el saber positivo el
instrumento que habría de regenerar el carcomido organismo republicano sacado a luz por la
derrota de la guerra con Chile.
Si la ignorancia de los gobernantes y lo servidumbre de los gobernados fueron nuestros vencedores
- decía, en 1888, en el resonante discurso que pronunció en el Teatro Politeama de Lima - acudamos
a la Ciencia, ese redentor que nos enseña a suavizar la tiranía de la Naturaleza; adoremos la Libertad
esa madre engendradora de hombres fuertes. No hablo, señores de la ciencia momificada que va
reduciéndose a polvo en nuestras universidades retrógradas: hablo de la Ciencia robustecida con
la sangre del siglo, de la Ciencia con ideas de radio gigantesco... de la Ciencia positiva que en sólo
un siglo de aplicaciones industriales produjo más bienes a la Humanidad que milenios enteros de
Teología y Metafísica.
En Gonzáles Prada son claras las huellas del pensamiento positivo, su más amplia gama, que cubre
el naturalismo, el materialismo, el evolucionismo y otras filosofías típicas del siglo XIX Sus
convicciones más firmes se orientan, en filosofía, en la dirección de un monismo causalista. Para él,
el hombre constituye excepción en este punto, pues siguiendo la concatenación de causas y efectos.
Podemos deducir lo que sucederá mañana en el orden humano, como si se tratara de un eclipse o
de una marea.
Como la sustancia es una, la ley es también una y rige tanto lo que ustedes llaman el orden moral
como lo que nombran el mundo físico.
Sin embargo, reconoce la influencia de la voluntad como factor determinante en los sucesos
humanos, aunque siempre dentro del cuadro general de la legalidad natural.
Pero el apologista de la ciencia y el naturalista tenía otra faz que lo alejaba de la figura del simplista
e ingenuo prosélito de la nueva doctrina y lo mostraba como espíritu capaz de vivir y expresar con
dolida sinceridad los más hondos sentimientos de la existencia:
Dondequiera que nos transportemos con la imaginación, donde concibamos la más rudimentaria o
la más complejo manifestación del ser, allí están la amargura y la muerte. Quien dijo existencia dijo
dolor; y la obra más digna de un Dios consistiría en reducir el Universo o la nada.
La irreligión de González Prada, en la que no se excluyen los matices y las variantes de tono y de
énfasis, debe verse en gran porte en el contexto de esta actitud pesimista y en una sensibilidad
moral aguda, que se aplica no sólo al hombre sino al conjunto de lo creado. La salida del pesimismo
es la protesta, la lucha por la vida, contra los dioses y su obra, para imponer el reino del hombre,
que es el reino de la justicia y la libertad. González Prada es un rebelde metafísico. Y en él la rebeldía
metafísica alimenta y exige la protesta social. De allí su evolución ideológico, que no lo llevó al
socialismo marxista sino a las filas del anarquismo, en cuyo credo libertario veía una garantía contra
la entronización de cualquier poder opresor. Es preciso emancipar al hombre de toda tiranía, de
toda tutela y constricción, y esto vale tanto para el yugo del rey o el dictador, cuanto para el de los
parlamentos, las multitudes y la clase obrera o cualquier otra clase que pretenda gobernar. Por eso
González Prada, a quien se debe uno de los primeros enfoques del problema indígena peruano como
problema socioeconómico, cree que, a la postre, sólo el indio puede dar solución a su problema y
esa solución es la rebelión.
Sus convicciones filosóficas son, sin embargo; claramente positivistas. He aquí, como texto muy
representativo, una declaración del más clásico sabor fenometista:
La ciencia, señores, limitada por la infranqueable relatividad del conocimiento, será siempre de los
fenómenos y nunca de las sustancias; ciencia de las leyes y de los hechos, y no ciencia de las cosas,
ciencia del ser; noción del movimiento y sus transformaciones, incapaz de resolver la lucha del
materialismo con el espiritualismo, fuera del radio luminoso d la razón humana.
Por otra parte, acepta el esquema naturalista y reduce sin residuo los fenómenos sociales a
fenómenos derivados de la energía y la materia, sujetos el principio general de la evolución, que
Cornejo define en estos términos:
Joaquín Capelo (1852-1928) ingeniero dedicado a las ciencias, es otro figura importante en la
sociología positivista por su Sociología de Lima (1895-1902). Doctrinariamente es, como Cornejo, un
evolucionista convencido, que sigue los pasos a Spencer en su intento de formular una ley general
explicativa de toda suerte de fenómenos. Tras esta ley, Capelo avizora la existencia de una sustancia
única, "múltiple en su número y varia únicamente por su estado de relativo desarrollo". Su respuesta
final es, sin embargo, de corte leibniziano:
Con lo cual el positivismo resultaba sorprendentemente armonizado con los postulados de una
metafísica espiritualista e inclusive de una ética religiosa cuyos postulados, en la interpretación de
Capelo, pueden ser evolutivamente fundados.
El historiador Carlos Wiesse (1859-1945) debe ser también mencionado dentro del movimiento
positivista en sociología. Fue asimismo profesor de historia de la filosofía y estética en San Marcos.
Su opúsculo sobre Los sistemas filosóficos lo sitúo netamente en la línea del pensar positivo pues
asigna a la filosofía la tarea de ordenar los conocimientos empíricas, formular una síntesis final de
las ciencias e indagar sobre lo incognoscible en lo medido en que éste toca a lo cognoscible. De otro
lodo, su Programo de Estética (1885) lo mostraba influido por la orientación analítica y experimental
que difundió en España el texto de Revilla.
En el campo del derecho es muy importante la figura de Manual Vicente Villarán (1873-1958), ya
mencionado a propósito de la educación. A él se debe lo reforma de la enseñanza, del derecho,
gracias o la cual, desde 1896, las doctrinas positivista desplazaron al idealismo de cepa Krausista
que dominaba aún en San Morcas y en otros Universidades peruanas. Los nombres de los tratadistas
ingleses y Franceses, como J. Stuart Mill, Villey, Letourneau, Durkheim y Fouille reemplazaron a las
autoridades de jusnaturalismo germano y acercaron el estudio dé las ciencias jurídicas al terreno de
lo investigación positiva.
El fondo filosófico de esta reforma en postulado ético psicológista y antropocentrista que Villarán
formula así en el opúsculo. Las ciencias morales contemporáneas y su tendencia positiva:
Tenemos por bueno lo que se ama y por malo lo que se repele. Si concibiéramos seres insensibles,
incapaces de amor y de odio, de atracción o repulsión, no habría para ellos nada que no fuera
indiferente y neutro, la idea misma del bien y del mal desaparecería.
Dos otras figuras del movimiento positivista deben ser mencionadas aparte pues representan los
puntos más avanzados del pensamiento filosófico peruana de esta dirección. Ellos son Javier Prado
Ugarteche y Jorge Polar Prado (1871.1921) desempeñó también un importante papel en la
introducción del positivismo en derecho, a cuya rama penal dedicó su tesis de 1890. El método
positivo en el derecha penal. Fue profesor de historia de la filosofía en San Marcos y desde su
cátedra, quizá más que a través de su obra escrita, ejerció poderosa influencia en el desarrollo de
los estudios filosóficos. Admirador del método positivo definido por Comte, poso luego a sufrir la
influencia de Spencer, en quien ve el más legítimo representante de la filosofía del momento, digno
de ser puesto al lodo de Kant entre las cumbres de la reflexión filosófica:
Así como Kant crea de un golpe todas las leyes del pensamiento, Herbert Spencer crea todas las
leyes de los organismos sociales, antes del todo desconocidas. Kant y Spencer son los dos genios del
pensamiento científico del siglo XIX.
Critico convencido de la metafísica como saber riguroso, Prado se inclina por un concepto de verdad
basado en la coincidencia entre el encadenamiento de los pensamientos y el movimiento de los
fenómenos. Defiende el principio de la relatividad del conocimiento que limita a lo dado el campo
de ejercicio de nuestra facultad cognoscitiva. Pero de esta tesis, tal como la sostiene nuestro autor,
se extrae una consecuencia práctica en el orden de la conducta social, el principio de la limitación
del poder y la libertad, axioma fundamental de la teoría demo-liberal del Estado. En efecto, según
Prado, dicho principio, al limitar nuestro pensamiento limita también nuestra actividad en presencia
de los otros hombres, y nos impone restricciones cuya regla es la justicia derivada de la naturaleza
misma de nuestras relaciones. De este modo, la limitación de nuestra libertad práctica por lo
voluntad de otro es la expresión legitima, la figura exterior de nuestra limitación científica.
Prado, sin embargo, no se mantuvo fiel al credo positivista. En 1907 piensa que lo hora de Spencer
ha pasado y que "un idealismo espontáneo y renovador, representado en su formo más vigorosa y
sugestiva en la novísima concepción de Bergson", satisface más las exigencias del pensar filosófico.
No ha dejado, por cierto, de considerar indispensable el recurso a la experiencia, pero en un sentido
más amplio y fecundo, el que han introducido los pensadores supérstites del positivismo, como
Fouillée, Wundt, Guyau, Hoffding, o los maestros del nuevo vitalismo, como Nietzsche. James,
Eucken, Boutraux. Además de Bergson. Adoptando un enfoque historicista al estilo de Dilthey se
propone esclarecer el problema del contenido y función de la filosofía mediante la consideración
del desarrollo histórico de ésta como experiencia del pensamiento. Arriba así o uno interesante
clasificación de los sistemas coordinada con una visión diacrónica de la filosofía, Según ella, cabe
distinguir tres pero dos fundamentales de lo reflexión, cada uno de los cuales presenta tres
momentos, uno de organización y sistematización, otro de desenvolvimiento y otro de culminación.
Estos tres períodos son el substancialita, el idealista y el evolucionista, en que predominan,
respectivamente, el valor del ser, de la conciencio y el del acto.
La amplitud del nuevo concepto de experiencia que presidió su pensamiento en su segunda etapa
permitió a Prado entender lo filosofía como un saber capaz de trascender los limites de la
circunscrita observación perceptiva o de la prueba científica, un saber integrador de los
contenidos objetivos y subjetivos, externos e internos de la conciencio. No negó por eso lo
existencia de un horizonte más amplio de problemas que, si bien rebosan los medios cognoscitivos
de la ciencia, no por eso dejan de interesar al filósofo en cuanto ser racional y conciencia concreto.
Este es el caso de las cuestiones que han constituido los temas tradicionales de la metafísica y la
teología y que comprometen a la fe religioso. La única respuesta a tales problemas que Prado podía
reconocer como valida en la posición en que se encontraba se aproximaba a ese pensamiento de
transición que fue la metafísica inmanente de Fouillée o la proclama idealista de Guyau. No pudo
así librarse de un cierto dejo de pesimismo, nacido de la conciencia de los límites del saber, que él
mismo había señalado como característico del pensamiento de su época.
Jorge Polar (1856-1932) es una figura muy distinguida de la Universidad de Arequipa, de la cual llegó
a ser Redar, para luego desempeñar altas funciones de gobierno, como el Ministerio de Instrucción.
En filosofía tiene particular importancia su contribución o lo estético, a través de sus lecciones
universitarias y de su libro Lecciones de Estética, que dieron un impulso decisivo al cultivo de estos
estudios en el Perú- Polar sufrió el influjo de Taine, Guyau y Spencer, en cambio no parece haber
estudiado a Comte. La filosofía kantiana es otra de sus coordenadas intelectuales, como ocurre con
buena parte de nuestros positivistas, que veían en el maestro de Konigsberg sobre todo el critico de
lo metafísica, el gran curador de las ilusiones del conocimiento absoluto. Esta formación lo lleva a
sostener tesis de corte idealista, al estilo del fenomenismo ochocentista:
Cuando el hombre cree ver las cosas, lo que ve, en realidad, es su propio ser modificado en las cosas.
Lo que exista del otro lado de la conciencia, pertenece al dominio del misterio, de lo incognoscible,
para usar la terminología spenceriana. La influencia de Spencer no se tradujo, sin embargo, en un
especial resalto de las tesis evolucionistas como lo hay en otros positivistas. De lo noción de
incognoscible, en cambio, se aprovechó poro justificar una prolongación metafísica de
la estética positiva y armonizar las conclusiones de la ciencia con las creencias de la religión. En las
páginas finales de las Nociones de estética, en que había fundado fisiológica y psicológicamente
el carácter fenoménico de lo bello, Polar acepta, en efecto, lo posibilidad de una belleza no relativo,
independiente del hombre, la belleza propia de lo divino, que está, sin embargo, fuera de nuestro
alcance. Por otra parte, en la doctrino del conocimiento no descartó la viabilidad de
un idealismo religioso, fundado en la dualidad de la experiencia y la razón.
Polar tampoco permaneció en las filas del positivismo. En los años terminales de su vida derivó hacia
el espiritualismo que en Francia defendían Boutroux y Bergson. Con ellos, Polar sigue a James y a
Croce, dentro de una orientación del pensamiento filosófico marcadamente antipositivista que va a
ser la dominante en la segunda y tercera década del siglo XX.
La Reacción Espiritualista
Influido en un principio por el positivismo, Deustua atraída por la psicología de Wundt y la teoría de
las ideas-fuerzas de Fouillée, que resaltaban los aspectos volitivos del psiquismo. A partir de aquí
abordó el problema del ser espiritual en busca de una respuesta menos simplista o abstracta que la
que ofrecían las filosofías vigentes en la Universidad y también menos tributaria de la actividad
práctico que consideraba extraña y aun opuesta a la genuina esencia y a los más altos finos de la
vida anímica. En este empeño interpretativo, retomó motivos del pensamiento krausista y los
aprovechó paro forjar uno doctrina estética fundada en la vivencia de la libertad, que habría de
desarrollarse y asentarse más tarde sobre fundamentos teóricos más firmes que Deustua ganó del
contacto con Bergson. –
El maestro sanmarquino expuso los frutos de sus meditaciones en numerosos artículos y libros, en
los que, al lado del propio pensamiento, ofrece una nutrida y quizá excesiva información sobre otros
autores, que si bien lastra el contenido es buena prueba de su honestidad intelectual y de la
inquietud por conocer que alentó en él bosta sus últimos días.
¡El pensamiento filosófico de Deustua se articulo por e! juego dialéctico de das ideas
fundamentales: libertad y orden. Entiende la libertad no en el sentido del indeterminismo, ni como
ausencia de coacción exterior e interior; tampoco como simple capacidad de obrar, o de obrar según
motivos morales, sino como una actividad creadora, como una suerte de energía que por un íntimo
dinamismo evolutivo renueva constantemente sus efectos. Por su parte el orden representa lo
estable del ser, lo permanente y acabado, aquello que se impone en la acción humana
coma estructura regular y fija. Este concepto es, sin embargo, relativo a la subjetividad. Lo es en un
doble sentido, que revela los íntimos lazos que unen entre si a la libertad y el orden. En efecto, por
una parte, el orden es un límite necesario a la libertad, puesto que sin existencia ella se disiparía
como energía en el vació; por otra parte, el orden debe ser considerado como la impronta del
espíritu sobre el mundo exterior, como la ordenación ce la diversidad de lo existente. Esta diferencia
entre los aspectos del arden se hace más clara cuando se refiere o casas concretos. Por ejemplo, la
libertad sin ley es pura arbitrariedad; lo que no impide reconocer que los sistemas legales mismos
son producto de la actividad creadora del espíritu humana. De igual modo, el estilo de uno obra
dearte es al mismo tiempo una limitación y un recurso creador, un molde que canalizo lo visión del
artista y, a la vez, un recurso creador que el artista utiliza para vencer la resistencia de
las materiales con los que trabaja.
Existen, por lo demás, diversos grados de realización del ser libre en el orden y de ordenaciones que
traducen los varios estadios del dominio que el hombre ejerce sobre la naturaleza y
del desarrollo de su espíritu. Deustua ha estudiado esta dialéctica de los factores esenciales del ser
en Las ideas de orden y libertad en la historio del pensamiento humano, así como en su manual de
Estética general y en sus apuntes sobre Los sistemas de moral. Veamos:, a grandes rasgos, su
planteamiento.
Hay una jerarquía de las actividades humanas, según los valares y logros de ellas, que corre paralela
con el desenvolvimiento histórico de la cultura y de sus categorías: economía, ciencia, derecho y
moral, religión y arte. Según Deustua, las funciones económicas están dirigidas a satisfacer las
necesidades de la conservación de la vida y obligan al sujeto a adecuar su conducto a la regularidad
del mundo exterior, de donde surge el orden.
Del obrar y cotidiano. La ciencia que es un paso adelanto en el camino de lo que podríamos llamar
la creciente liberación de la libertad, permanece no obstante dentro de la sujeción a la naturaleza,
a ala existencia. Es, en esencia, para Deustua "una conciliación del pensamiento con la realidad", de
lo subjetivo y lo objetivo, por la cual "el orden excluye la libertad". Los sistemas jurídicos y, más
ampliamente, las normas morales señalan un ascenso en la realización de la libertad. Pero el
elemento restricto no queda incluido, como tampoco queda excluida en la religión, que si bien
sanciona la emancipación respeto al mundo, somete al individuo a la cual no tiene apelación.
Sólo la actividad estética ofrece esa forma de libertad que, sin oponerse a su propia casualidad, ni a
la necesidad representada por su propia resistencia, responde al impulso del espíritu hacia lo mejor,
hacia un ideal, que aspira a la expansión interior sin resistencia, que expresa la realidad creando su
propio orden y su ley propia.
En la vivencia estética se expresa y alcanza status real, el más alto valor de la existencia. Esto no
quiere decir que ella no tenga defectos. Hay un ciertos sacrificios de lo real a lo ideal en el vivir
estético, superado mas bien, según nuestro filosofía, por lo conciencia moral que "produce una
compenetración de lo ideal con lo real al servicio de éste". Por otra parte, en el arte hay variedades
de libertad, es decir, mayor o menor entrabamiento del poder creador por factores exteriores de
orden, como es el caso, de la preeminencia de la simetría en las obras clásicas frente a la libre
expresión de otras manifestaciones del arte. Sin embargo, toda vez que se dan una integración del
orden y la libertad, una adecuación de lo exterior a lo interno, con preeminencia del espíritu, lo que
permite a Deustua definir la belleza como.
La conciliación ideal y sentida de la naturaleza y la fuerza y la fuerza libre expresada por la gracia.
Esta misma función de la libertad y el orden y su adecuación presidida por al fuerza creadora del
espíritu explican para Deustua el concepto de valor. Siguiendo a Della Valle, piensa que el valor es
la única categoría primitivo, irreductible, coexistente con el espíritu, por que está asentado en la
libertad. La axiología de nuestro filosofo es, pues eminentemente libertarista, aunque no por eso
pueda situársela entre las doctrinas psicologista. Más bien se trata de una tesis que sin, dejar de
afirmar la vigencia de la objetividad, funda el valor en una instancia transempíirica pero inmanente,
esa instancia que es la fuerza creadora a la libertad del espíritu.
El énfasis en la espiritualidad marcó también las doctrinas pedagógicas de Deustua, que tuvieron
gran resonancia en el país. La reforma de la educaciónque él principio tiene como premisa básica la
necesidad de acentuar la formación humanística de los educandos y de dar prioridad a
la constitución de una élite dirigente capaz de promover la transformación del país sobre sólida
bases morales. En esto se enfrento a la tendencia practicista y técnica que defendieron las positivas
y especialmente Villarán, con el cual sostuvo una memorable polémica.
Por otra parte desde el ángulo marxista fue criticado por José Carlos Mariátegui, quien vio en
Deustua, especialmente por su actitud negativa respecto al factor económico y su elitismo, una
encarnación del espíritu feudal, mientras, para él Villarán representaba más bien el punto de vista
de la burguesía progresista que reconoce el justo valor trabajo productivo.
La primera está integridad por un grupo de brillantes intelectuales interesada en los estudios
de literatura, historia, y ciencia social, cuyas posiciones ideológicas fundamentales se orientan hacia
la restauración de los valores y principios tradicionales, aunque varían en ellos el ritmo y la data de
la opción conservadora. En filosofía destacan: Francisco García Calderón (1883-1953), autor de
serios ensayos sobre la cultura y la sociedad pe ruanas. Como filosofo no produjo
ningún libro orgánico, sino ensayo y crónicas, a través de las cuales difundió en el Perú y en
Hispanoamericana las ideas y doctrinas de los franceses. Aparte de Bergson, su pensamiento está
influido por Guyau, Fouillée, Nietzsche, James y Boutroux, así como por el ensayista uruguayo José
Enrique Rodo, que fue mentor de toda su generación.
Víctor Andrés Belaúnde (1883-1967) se intereso también por los estudios sociales e historias,
además del derecho y la política. En filosofía, que profeso en San Marcos y, luego en la Universidad
Católica, evoluciono desde el positivismo hasta el agustinismo, pasando por periodos de fuerte
influencia de Bergson, Kant y Spinoza. Vuelto a la fe catolica, abraza con el la filosofía de la iglesia,
en la que ve potenciado la substancia del saber filosófico de todos los tiempos.
Desde la cumbre suprema de la síntesis cristiana puede contemplarse lo que Wilson ha llamado
acertadamente: unidad de la experiencia filosófica. La filosofía perenne ha resistido en el transcurso
de los siglos el huracán de las doctrinas y la violencia conmoción de las revoluciones. Se ha
enriquecido con los despojos de todos los sistemas que sus direcciones extremadas; y se yergue hoy
mismo majestuosa, con juventud eterna.
Otra representante de esta generación es Oscar Miró Quesada (1884) quien se intereso
tempranamente por Nietzsche y por Guyau y ha mostrado, a diferencias de sus coetáneos, una
persistente inclinación por los temas de epistemología y por los puntos de vista .críticos y
agnósticos. A través de sus numerosos escritos se delinea una suerte de positivismo crítico según el
cual la filosofía es un saber meramente hipotético, encargado de unificar elconocimiento científico,
reflexionar sobre sobres sus condiciones e investigar los factores subjetivos del conocimiento. De
otro lado, acepta una fundación última de las matemáticas. Para él en efecto, el apriorismo
matemático no es obstáculo al reconocimiento de este hecho, pues como dice en su ensayo sobre
El número y la realidad.
Los datos arrojados por el cálculo, que coinciden con la realidad, son los mismos que le pedimos
prestados a esa realidad y que ella nos otorga mediante la medida directa o indirecta de los
fenómenos y de las cosas.
La viva inquietud intelectual de Oscar Miró Quesada y su amplitud de intereses teóricos, gracias a
la que ha mencionado, finalmente al notable historiador José de la Riva Agüero (1885-1944), que
contribuyo decisivamente a la renovación de los estudios de derecho en los que introdujo los
conceptos y doctrinas de la escuela teórica de Savigy, STAHL y Von Ihering. Riva Agüero fue también
influido poderosamente por Bergson, antes de retronar al catolismo y de adoptar su filosofía oficial,
así como otras posiciones conservadoras en doctrinas social y política. En el teorico de
la Evolucióncreadora vio una rica veta de motivos doctrinarios capaces no sólo de renovar la filosofía
sino de impulsar cambio nacional.
La Filosofía Actual
Con Mariano Ibérico (1893), el vitalismo bergsoniano prolonga su influencia en la filosofía actual
peruana. Partiendo de esta orientación especulativa, con cuyo seno maduro los temas de su
especulación ulterior, Ibérico ha llegado a una sugestiva de la animación del cosmo. Aunque hinca
sus raíces en la experiencia estética, la tesis de Ibérico va más allá, pues acentúa el momento de
posiividad, de plenitud real del nexo fenoménico que la comtenplación entrega al sujeto. El
momento realista e interior de la conciencia del mundo, que el subraya, deja trasparecer las
motivaciones hondamente religiosas que mueven su pensar. Conciente de este movimiento interno
de su pensamiento, el propio filósofo a propósito de los ensayos reunidos en su libro el nuevo
absoluto:
Es fácil observar que el interés concedido en los primeros estudios de esta serie q la vida, estética,
se desplaza en los últimos hacia la vida religiosa. ¿Por qué? Sin duda porque una concepción estética
de la existencia por profunda que se la suponga, adolece de cierto desde espectacular respecto de
los contenidos vitales que examinan, mientras que la concepción religiosa con la mas profunda
seriedad metafísica y ética. De esta suerte la religión aparece como la única posibilidad de devolver
al hombre en esta época turbada, junto con el sentido cósmico, el sentido interior de la vida.
La vivencia metafísica y religiosa nos pone en contacto con el absoluto, pero un absoluto que no hay
que concebir al estilo de instancia rígida y consumada de tradición ontológica, sino como principio
dinámico en que todas las diversidades en momentos facticos son, a la vez , conservados y
consumados por la vida: en absoluto viviente el pasado subsiste, pero como un resto arqueológico,
sino como una resonancia como una resonancia incluida en el destino imprevisible del todo. Y en
general el pasado, el presente y todos los momentos de la existencias son eternos y efímeros;
permanentes y fugaces ningunos se repiten porque cada cual trae un mensaje único, pero todos
quedan integrando la confidencia interminable del espíritu universal.
Influido por el pensamiento de Ludwig klages, aunque sin segar la frente bergsoniana de su
inspiración metafísica, ibérico integra su doctrina como una teoría de las formas del. Conocimiento,
según la cual, frente al pensar racional y decisivo, existe una especie de conocimiento simbólico no
intelectual. Cuando opera este último, el sujeto se vale de expedientes metafóricos y analógicos
para penetrar en el hondo del mundo y aprehender su sentido último. Hay por esto, a lado de la
filosofía racional una filosofía simbólica que llega a certezas absolutas por comunicación directa,
de alma, a alma, con la vida cósmica y sus sino. Ahora bien " como lo que viene de la vida y se dirige
a la vida el destino-dice nuestro autor – resulta que la filosofía simbólica es en el fondo una intuición,
para emplear esta palabra en su asencion mas literal, acaso la mas profunda y autentica, una teoría
del destino" la concepción de Ibérico, que se inicio en la superación del positivismo por la critica del
mecanismo y de la defensa de la evolución creadora, a venido a convertirse así en una doctrina
metálica de fuertes acentos místicos al estilo neoplatónico.
Psiquiatra de acendrada vocación filósofo, Honorio Delgado (1892) ha profundizado en los aspectos
especulativos de la psicología y la biologíadisciplinas de la que es serio conocedor. En su concepción
subraya el momento bélico de la realidad, reflejo de un orden supertemporal absoluto de valores,
queda unida a lo creado. Para el.
Sin ésta declara lo. Inmanente quedo coma puro hecho empírico: no se ilumina ni sehace
transparente, dejando al hombre reflexivo en la desesperación de su insignificación con el espíritu
abocado o lo nodo como fin último.
Este "idealismo objetivo" que así quiere llamar Delgado o su posición recoge muchos de sus
elementos rectores de la filosofía helénico, sin dejar de dar un lugar importante en lo economía de
la doctrino al momento cristiano de la fe; se mantiene, a lo vez, muy cerco. De ciertas corrientes del
pensamiento contemporáneo axiológico y metafísico,como las que representan Blondel, Hosserl,
Scheler, Jaspers y Nicolai Hartmanil Las consecuencias éticas y educativas de sus tesis mayores, que
han sido expuestas principalmente en el libro La formación espiritual del individuo poner el énfasis
en un concepto aristocrático de la vida que está en la ribera opuesta a los ideales de
la democracia burguesa y proletario de lo edad moderna.
Esa orientación tiene la siguiente promoción filosófica. En ella, Enrique Barboza (1903-1967) fue
influido inicialmente por el historicismo idealista de Croce y Gentile y luego hizo suyos los puntos
de vista de corte fenómeno lógico y existencia lista. Manuel Argüelles (1904) estudió a Eucken y
también derivó a la fenomenología. Julio Chiriboga (1896-1956), que tuvo una notable influencia en
la renovación de la enseñanza filosófica en San Marcos, en donde implantó el sistema de los
seminarios, se reconoce cerca de la orientación de Nicolai Hartmann. Por su porte, Ramiro Pérez.
Reinoso adoptó y divulgó el pensamiento de Spengler.
Hartmann, cuyas ideas ha expuesto en sus trabajos escritos y en sus cursos universitarios; se ha
preocupado especialmente por los problemas de la metafísica y de filosofía de la educación. José
Russo Delgado (1917-) ha sido influido por el historicismo y el existencialismo; destacan sus trabajos
sobre Nietzche y Martín Heidegger, filósofo este último a quien, además, ha traducido. Nelly Festini
(1921) se ha interesado por el temo kantiano de lo imaginación y se ocupo preferentemente de
estético, disciplina en la que muestra huellas de la influencia de Geiger y lo corriente
fenómeno lógica. En los promociones más jóvenes, sobresale Víctor Li Corrillo (1928), cuyos trabajos
de historio de la filosofía griego se cuentan entre los más serios de la América Latina; ha traducido
y expuesto a Heidegger, con quien estudió en Friburgo, así como a otros pensadores
contemporáneos. Son asimismo de gran mérito los trabajos de Antonio Peña Cabrera (1928) sobre
filosofía medieval campo en el que es el más destacado especialista peruano.
En los últimos años se han difundido mucho entre nosotros las filosofías .de lengua francesa e
inglesa. Estas últimas han penetrado en la medida en que se acentúa el interés por los temas lógicos
y epistemológicos. El profesor que más ha contribuido en este sentido y a quien se debe la reforma
de lo enseñanza de la lógica en la Universidad peruana es Francisco Miro Quesada (1918). Sus
primeros estudios lo sitúan en el circulo de la filosofía fenomenalógica, de la que habrá de
desplazarse hacia los temas lógica-matemático y de teoría de la ciencia, sin dejar, por esa, de
interesarse por los problemas especulativos y antrapalógicos que, para él, ofrecen la materia de un
filosofar no riguroso, ineliminable incluso indispensable en el conjunto de la filosofía.
Las investigaciones epistemológicas de Miró Quesada, centradas en el problema de, la explicación
científica y la validez matemática, lo han llevado a reconocer la existencia de principios válidos o
priori dentro del cuadro de una razón que es, sin embargo, histórica.
La razón es histórica dice en su libro más reciente porque sus principias evolucionan a través del
tiempo. El complejo originario de evidencias que hace posible la constitución del conocimiento
racional lógico-matemático sufre mutaciones, va perdiendo cuerpo, se va disgregando a través de
la historia. Pero este procesa no conduce a una disolución final, a una relativización total de la razón.
Este procesa tiene una dirección; está impulsado por un vector: la depuración de las evidencias
racionales a través del rigor de la formalización.
Este racionalismo histórico, al por que da cuenta del cambia de las certezas del conocimiento, no
descarta, según Miró Quesada, la existencia de principios suprahistóricos de validez, con lo cual
quedo neutralizado todo conclusión escéptico lo mismo tiempo que todo tentación dogmática y
absolutista.
Centro filosófico importante está también lo Universidad de Arequipa, en donde han sido formados
y ejercen la docencia Eduardo Azálgaro Bollón (1917), y Eduardo Gómez Becerra (1918), Manuel
Zevallos Vera (1919), y el psicólogo Miguel Ángel Rodríguez Rivas (1920). Entre los estudiosos más
jóvenes destacan Luís Castillo (1928), interesado en lo problemática de lo teoría de la ideología y la
filosofía del trabajo, Armando Barreda, que ha estudiado el problema de la expresión, Walter
Garaycochea (1928), cuyo tema central es el conocimiento histórico, Gustavo Quintanilla Paulet
especializado en estética, y Edgar Guzmán Jorquera, cultivador de la lógica y la filosofía analítica.
En derecho se han interesado por la problemática filosófica Juan Bautista de Lavalle, José León
Baronniarán y Mario Alzamora Valdez. Desde la perspectiva histórica, por el tratamiento explícito
de temas de filosofía de la y historia y por su interpretación de la historia peruano de aliento
filosófico, se inserta en el desenvolvimiento de la filosofía, Jorge Basadre (1903), que es uno de los
más notables historiadores del continente. También se ha interesado por la filosofía de la historia
Carlos Daniel Valcárcel y por los estudios de historia de las ideas Alberto Tauro; Raúl Ferrero, José
Durand Flores, Pablo Macera, Manuel Mejía Valera y Maria Luisa Rivara de Tuesta Otro contribución
interesante es la de los estudiosos del arte y la literatura, entre los que debe mencionarse al poeta
José María Egurren, autor de ensayos llenos de aliento filosófico, y al crítico Guillermo Salinas Cossío,
que enseñó estética en San Marcos.
Como en los anteriores periodos del pensamiento peruano, en la actualidad el debate ideológico
político es también un fermento de análisis y difusión de conceptos y doctrinas filosóficos. Entre las
nuevas corrientes políticas, la del Acción Popular se orienta en el sentido de una revaloración del
espíritu de la cultura antigua del Perú, que intenta conciliar con los principios de la moderna
civilizaci6n técnica. Son figuras representativas de esta dirección ideológica, el fundador del partido,
Fernando Belaúnde Terry, y el filósofo, ya mencionado, Francisco Miró Quesada. De otro lodo, el
abogado y político Héctor Cornejo Chávez es la más destacada figura del grupo demócrata –
cristiano, que se inspira en los principios de la filosofía la social de la iglesia católica. Como figura
independiente, debe consignarse aquí el nombre del expresidente José Luís Bustamante y Rivero.
Finalmente, el Movimiento Social Progresista, busca conciliar en sus tesis doctrinarias los postulados
del socialismo y los aportes de la antropología existencial y se muestra así fuertemente influido por
los pensamientos filosóficos contemporáneos.
Nació en Cajamarca, el 11 de Abril de 1842. Hijo de Mariano Ibérico y Concepción Rodríguez. Estudió
en el colegio "San Ramón" (Cajamarca). Realizó Doctorado en Letras, Ciencias Políticas y
Administrativas y Derecho, en San Marcos, donde fue Catedrático de Filosofía Subjetiva e Historia
de laFilosofía Contemporánea.
Gracias a una beca, proporcionada por la universidad (1927), realiza estudios de perfeccionamiento
en Francia. Ejerció la Magistratura en la Corte de Huánuco, Junín y Lima. Fue representante del Perú
ante el Comité Jurídico Internacional del Río de Janeiro. Fue rector de la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos (1952 - 1955); y ejerció, fugazmente en el Ministerio de Educación (Diciembre -
1955).Es considerado como uno de los más distinguidos filósofos contemporáneos del Perú; su obra
muestra la influencia de Bergson y Klages. Es autor de las obras: "El Nuevo Absoluto" (1926);
"Meditaciones Filosóficas"; "El sentimiento de la Vida Cósmica" (1939 - 1946); "Perspectivas sobre
el Tema del Tiempo" (1958).En colaboración con Honorio Delgado, publicó un tratado de Psicología.
Publicó "La Transrealidad del Objeto Poético" (Rev. Letras).
Su obra es muy amplia, pero hemos distinguido, dentro de ella, tres etapas (Cf. las periodificaciones
de J.G. Llosa en La filosofía humanista de Mariano Ibérico, Lima 1952, Salazar Bondy, Historia de las
ideas..., 1967, Miró Quesada, Despertar y proyecto de filosofar latinoamericano, México (1974):
La bergnosniana, que comprende: la fase estetizante: Una filosofía estética (1920), y la fase religiosa:
El nuevo absoluto (1926). La etapa de la madurez, en la que se distinguen cuatro fases: la del
descubrimiento de las contradicciones en la unidad, que abarca el artículo Él viaje del espíritu"
(1928) y el libro La Unidad divina (1932); la del hallazgo del ritmo cósmico, sobre todo en el paisaje,
que comprende las notas sobre el paisaje de la Sierra (1937) y El sentimiento de la Vida cósmica
(1939) - y cronológicamente - los Principios de Lógica jurídica (1944), la filosofía de la Aparición.
Ensayos sobre el ser y el aparecer (1950) y, las obras posteriores vinculadas a esta última:
Perspectivas sobre el tema del tiempo (1958), El espacio humano (1969) y La aparición histórica
(1971), en que se bosqueja una filosofía del tiempo del espacio y de la historia, pero que no llega a
constituir una etapa aparte. Nosotros nos ocuparemos aquí sólo de La aparición, el mejor libro de
Ibérico, y de su crítica de la época contemporánea. La aparición comprende dos partes.
- La primera trata, la poesía, que según Ibérico, es un testimonio invalorable para estudiar el tema
que lo ocupa y, porque es una zona de meditación preliminar a la intuición de la problemática y de
la significación del aparecer.
- La segunda parte trata del objeto de la investigación. Existen tres modos de concebir el ser: el
lógico, el existencias, y el esencial. Iberico se constriñe al estudio del ser según el modo existencial.
El análisis de la idea de ser, lleva al autor a formular dos proposiciones: que el ser es uno y que es:
alteridad. Por otro lado, la intuición del ser particular, muestra que es aparición y desaparición, que
el ser se determina como existen por su esencia y que el ser es para ser contemplado, es decir, que
el reflejo es espectacular del aparecer, es condición de existir. El ser está vinculado al aparecer, por
la creación y él retorno.
¿Existe una unidad entre el ser y el aparecer? Sí, piensa Iberico, es la realidad, cuyas características
son: la participación, la aparición y la transitividad. Una descripción del aparecer muestra: El es una
heterogeneidad inexhaustible, que se despliega en el espacio y en el tiempo. El es un aparecer a un
alma. El está sujeto a las leyes empíricas del contraste y de la alternación rítmica. El se da según
modos y relaciones comparables a las existentes en el mundo de la luz. Todo aparecer expresa o
dice relación al ser. El desarrollo de estas proposiciones enseña que estas tres unidades ontológicas
o existenciarias - ser, aparecer y reflejo espectacular del aparecer - se corresponden, se implican y
se reclaman: el ser aparece, la aparición es y el reflejo del alma aparece y es.
La primera está contenida en su libro El nuevo absoluto (1926) en el ensayo que da su nombre
al volumen. Según el autor, la agitación de la época está caracterizada por la soledad del hombre
actual en el tiempo, por la voluntad religiosa que se advierte y por el Nuevo Absoluto que irrumpe.
Para lo primero, la solución es crear mediante la técnica de la cultura un nuevo anhelo sacro. La
ruptura con la tradición ha puesto de manifiesto precisamente una nueva voluntad religiosa, como
se nota en el socialismo y en la nueva metafísica. Esta última postula un Nuevo Absoluto, que ya no
es estático como en el pasado sino dinámico.
La segunda crítica de nuestro tiempo se encuentra en el volumen "La aparición histórica" (1971) en
el artículo "Homogeneidad y división". La tesis de este ensayo es, mientras en el mundo
contemporáneo aumenta la homogeneidad - como se puede observar del predominio del sentido
económico de la vida, de la universal fe en la técnica y del creciente pragmatismo -, no se produce
paralelamente un mayor crecimiento de la armonía, del entendimiento y de la paz, sino una división
cada vez mayor. Esta división es horizontal, entre grupos y Estados; y vertical, en el propio seno de
las diversas comunidades nacionales. La solución que Ibérico propone para remediar este problema
es "defender y preservar el acervo tradicional, la idiosincrasia de la propia nación contra la marea
de la igualación cosmopolita", con lo que cree que no sólo se sirve a la causa del particularismo, sino
además al imperativo de mantener la viviente unidad de lo diverso. Fallece en 1974.
José Carlos Mariátegui nació en Moquegua, el 14 de junio de 1894 en una familia muy modesta. Sus
padres fueron María Amalia La Chira Ballejos y Francisco Javier Mariátegui Requejo, tuvo dos
hermanos: Guillermina y Julio César. Cuando José Carlos era muy niño su padre abandonó el hogar
por lo que la familia se trasladó a Huacho, ciudad de origen de su madre. En 1902 Mariátegui sufre
un accidente en la escuela y es internado en la clínica Maison de Santé de Lima. Su convalecía es
larga y queda con un problema en las piernas que lo acompañaría el resto de su vida. Este mal le
impide terminar sus estudios primarios. En 1909, con apenas 14 años ingresa a trabajar en el diario
"La Prensa" como ayudante de linotopista, y luego se desempeña como corrector de pruebas. A
pesar de no haber culminado sus estudios escolares, José Carlos publicó su primer artículo
periodístico en 1911, firmando con el pseudónimo "Juan Croniqueur", a partir de allí comienza a
escribir regularmente en "La Prensa" y a colaborar con la revista"Mundo Limeño" y otras
publicaciones, cultivando varios géneros literarios, desde policiales hasta sociales,
desde cuentos hasta hípica, desde obras deteatro hasta artículos para revistas femeninas. En 1916
ingresa a trabajar en el diario "El Tiempo", como redactor principal y cronista parlamentario. En
1917 publica su propio diario "La Noche", opositor al gobierno de José Pardo. Luego estudia latín,
recibe un premio periodístico de la Municipalidad de Lima y es elegido vicepresidente del Círculo de
Periodistas de Lima.
En 1918 colabora con el diario socialista "Nuestra Época" donde critica la estructura social vigente.
En 1919 creó el diario "La Razón" desde donde apoyó la Reforma Universitaria y las luchas obreras.
Critica al presidente Augusto B. Leguía y se vuelve la voz de los obreros al fundar la Federación
Obrera Regional Peruana. El diario "La Razón" fue clausurado por el gobierno de Leguía.
José Carlos viajó a Italia gracias a una beca del propio gobierno de Leguía, que quería deshacerse de
él. En Génova conoce a Anna Chiappe, con quien se casó en 1921 y juntos tuvieron cuatro hijos.
Mariátegui recorre varios países europeos y se alinea al marxismo. Desde allí colabora con el diario
"El Tiempo".
En 1922 funda la primera célula comunista peruana, junto con César Falcón, Carlos Roe y Palmiro
Machiavello. Luego asiste a la ConferenciaInternacional convocada por el Concejo Supremo de la
Sociedad de las Naciones.
En 1924, su salud sufre un revés, logra salvar su vida pero le fue amputada una pierna. Sin embargo,
su producción literaria se incrementa. Sale la revista "Claridad", dedicada a Lenin y funda la Editorial
Obrera Claridad. También colabora con la revista "Mundial" con su sección "Peruanicemos al Perú".
En 1925 publica su primer libro, "La Escena Contemporánea" y funda la Editorial Minerva.
En setiembre de 1926 sale a circulación la revista "Amauta", donde publica sus "7 Ensayos de
Interpretación de la Realidad Peruana", por capítulos. En 1927 el gobierno de Leguía denuncia la
existencia de un "complot comunista", por lo que se inicia una represión contra obreros, sindicatos e
intelectuales. La revista "Amauta" es clausurada y Mariátegui es recluido en el Hospital Militar. Sin
embargo, en diciembre de ese año, la revista "Amauta" logra volver a circulación.
En 1928 Mariátegui rompe con el APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana, del líder Víctor
Raúl Haya de la Torre) y funda el Partido Socialista y la revista proletaria "Labor". Un año más tarde,
funda también la Confederación de Trabajadores de Perú (CTP). Envía delegados al IV Congreso de
la Sindical Roja en Moscú, definiendo su orientación ideológica.
En 1929 publica su libro "La Novela y la Vida". Se forma la Central General de Trabajadores del Perú
(CGTP) y Mariátegui es nombrado miembro del Concejo General de la Liga Anti-Imperialista por la
Tercera Internacional Socialista. En setiembre de ese año su casa fue allanada por la policía y
clausurada su revista "Labor".
El 16 de abril de 1930 José Carlos Mariátegui falleció en Lima con apenas treinta y seis años de edad
y debido a su ardua labor política en defensa del sindicalismo y el proletariado, así como por su
innovador pensamiento político, es reconocido como "El Amauta" del Perú , es decir, el Maestro, en
quechua. El pensamiento mariateguista ha marcado el siglo XX en el Perú y ha influenciado a muchos
movimientos políticos peruanos y latinoamericanos.
Nació en Lima, el 21 de Diciembre de 1918. Sus padres fueron Oscar Miro-Quesada De La Guerra y
Josefina Cantuarias. Inició sus estudios en el Colegio de los Sagrados Corazones de Passy (Francia) y
la Secundaria en el Colegio Antonio Raimondi (Lima). Estudió en la Universidad Católica,
graduándose de Abogado y en la Universidad Mayor de San Marcos, donde optó el grado de Dr. en
Filosofía. En 1940, ejerció la docencia en la Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos, en
la especialidad de Filosofía Contemporánea. Años más tarde (1952), viajaría a Francia, Italia
e Inglaterra, becado por la UNESCO, para estudiar la formación del profesorado secundario. Sus
principales actividades han sido la filosofía y el periodismo.
Francisco Miro-Quesada fue por años el ideólogo de Acción Popular. Para Miró-Quesada es
fundamental la concepción de un Humanismo Situacional, postulado no en nombre de ideas, sino
del reconocimiento de la condición del hombre del otro.
Dictó las Cátedras de Filosofía del Derecho en la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima, a
la vez, que dirigió el Instituto de Investigaciones Filosóficas del mismo Centro Superior.
En el primer gobierno del Arq. Fernando Belaunde Terry, fue nombrado Ministro de Educación
Pública (1963-1964), pero renunció al cargo al ser censurado por el Parlamento compuesto en su
mayoría por la coalición de los partidos Apra y Unión Nacional Odrística.
Ha publicado libros sobre diversos temas, como la lógica matemática, filosofía de la cultura y
filosofía del derecho.(Julio 1963 - Setiembre 1964)
En Apuntes para Una Teoría de la Razón (1963), Miró-Quesada ha afrontado la primera tarea, en
donde, expone que el sistema de evidencias tradicionales de la razón ha caducado parcialmente. Sin
embargo, hacer esta constatación, cree que no lleva simplemente a rechazar la razón, sino a la
comprobación de que hay un proceso de depuración de las evidencias racionales a través del rigor
de la formalización. Por esto, es fundamental plantear el problema de la relación entre
conocimiento y lenguaje. El paso de los lenguajes vernáculos a los formalizados atestigua, que el
hombre pasa de una visión del mundo subjetiva genéricamente a una visión objetiva y universal,
esto es, racional.
En su artículo "Metateoría y razón" (1968), Miró-Quesada ha llevado esta investigación un paso más
allá, al distinguir dentro de la razón dos vertientes: una algo rítmica o mecánica y otra poética o
creadora (que encuentra soluciones aunque no existan algoritmos que conduzcan a ellas).
En otro trabajo, "Sobre el concepto de razón" (1975), el autor ha sostenido que la reflexión sobre la
multiplicidad de las lógicas (instuicionista, polivalente, de la probabilidad, modal, lógicas
heterodoxas) nos muestra coincidencias que prueban:
Hay principios racionales comunes a estos sistemas, tales principios, revelan una estructura racional
profunda, la razón es un sistema de principios universales y necesarios, la razón se expande
históricamente manteniendo su unidad dentro de una diversidad, Humanismo y Revolución (1969)
busca exponer la manera sistemática y asequible la ideología humanista y mostrar las posibilidades
de rigorización del análisis ideológico utilizando ciertos métodos desarrollados por el pensamiento
filosófico contemporáneo. La ideología humanista se apoya en el principio de la autotelia -la
afirmación kantiana de que todo hombre es un fin en sí mismo, del que se derivan otros más. La
revolución consiste en el cambio de estructuras, su meta es la velocidad justa y es sentido la
desaparición de la violencia. En opinión de Miró-Quesada, el humanismo permite fundamentar la
revolución mejor que la Filosofía Dialéctica, ya que ésta no admite una confrontación con los hechos
ni es coherente con los resultados de las Ciencias Naturales y Sociales.
Según este principio "a toda norma corresponde una proposición verdadera"- aunque la inversa no
sea cierta -, lo que posibilita "una aplicación directa de la lógica proposicional a la derivación
normativa". Despertar y Proyecto del Filosofar Latinoamericano, (1974) sostiene que en el Filosofar
Latinoamericano hay cuatro generaciones: la primera es la de los "patriarcas" o "fundadores", la
segunda es la de los "forjadores", la tercera es la generación "técnica" y la cuarta es la
provisionalmente última. Miró-Quesada habla de Filosofar y no de Filosofía Latinoamericana.
Francisco Miró-Quesada C. fue por años el ideólogo de Acción Popular. Este partido fue fundado por
Fernando Belaúnde Terry, que procuró delinear su doctrina en La conquista del Perú por los
peruanos (1959), Pueblo por pueblo (1960) y El mestizaje de la economía. En estos libros, en sus
manifestaciones y proclamas, Belaúnde planteó las tesis de "el Perú como doctrina" de Acción
Popular, que se fundamentaría sobre todo en la gran tradición del Imperio Incaico. Miró-Quesada
trató de desarrollar este planteamiento en La ideología de Acción Popular (1964) y en Manual
ideológico. En su opinión, los principios que dicho partido toma del pasado son la "tradición
planificadora del Perú, la acción popular y la justicia agraria". Es fundamental para Miró-Quesada,
la concepción de un humanismo situacional, postulado no en nombre de ideas, sino del
reconocimiento de la condición del hombre del otro.
Augusto Salazar Bondy, ilustre maestro y filósofo humanista peruano, hermano del célebre escritor
Sebastián Salazar Bondy, nació en Lima el 8 de diciembre de 1925. Inició sus estudios en el Colegio
Alemán y cursó la Primaria y la Secundaria en el Colegio San Agustín hasta 1941. Su formación
superior (1945-1947) la realizó en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, consiguiendo su
Doctorado en 1953 a los 28 años de edad. Estudió también en la Universidad Autónoma de México
(1948-1950), y en las Universidades de París y Munich (1951-1953).
Desde muy pequeño mostró inquietudes por la investigación y la enseñanza. Es así como se inicia
en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos como profesor asistente. En 1953 fue nombrado
Catedrático Principal de las Facultades de Letras y de Educación. En dicha casa de estudios enseñó
durante casi veinte años las cátedras de Introducción a la Filosofía, Axiología, y también la
de Didáctica de la Filosofía.
Fue presidente de la Sociedad Peruana de Filosofía, Presidente del Consejo Superior de Educación
del Perú y miembro del Consejo Directivo del Instituto de Educación de la UNESCO. Inicialmente
interesado en la Fenomenología y después en la Filosofía Analítica, trabajó posteriormente en el
campo de la Axiología y la Ética, la Filosofía e Historia de las ideas en el Perú y Latinoamérica y en la
Educación.
Salazar Bondy tuvo el ímpetu creador y el ímpetu de la acción. Sostenía que el pensamiento valía en
la medida en que se plasmaba en actos concretos. Salazar fue una fuerza inteligente y creadora al
servicio desinteresado del Perú.
El análisis crítico característico de su pensamiento refleja su insatisfacción en los enfoques
tradicionales, e incluso modernos, en los campos de la ética y la axiología. Afirmó que no hay ciencias
humanas y sociales neutrales y que el intelectual -filósofo, científico o artista- tiene un compromiso
ineludible con la realidad, son pena de in autenticidad.
Su conocida tesis sobre la Cultura de la Dominación permitió entender la necesidad de una cultura
libre, es decir, sin dependencia política, económica o cultural, como requisito indispensable para
fundar un pensamiento vigoroso y auténtico. Denunció así las características negativas del
pensamiento peruano: mistificación de valores, in autenticidad de la conducta, sentido imitativo de
las actitudes, superficialidad de las ideas e improvisación de los propósitos. La solución que sugiere
Salazar al problema de la falta de un pensamiento propio se basa en la cancelación
del subdesarrollo económico y de la dominación política y cultural.
El maestro Salazar Bondy es autor de innumerables obras sobre Educación y Filosofía, entre las que
podemos mencionar: Historia de las ideas en el Perú Contemporáneo, (2 tomos; 1965), La cultura
de la dominación (1966), ¿Existe una filosofía de nuestra América? (1968), Entre Escila y Caribdis
(1969), Para una filosofía del valor (1971), Bartolomé o de la Dominación (obra póstuma).
Este hombre bueno, laborioso y desinteresado en todas sus actividades, nos abandonó
prematuramente, cuando estaba a punto de consolidar un pensamiento maduro, vigoroso y
auténtico, el 6 de febrero de 1974, a los 49 años. Sin embargo, los valiosos textos que nos dejó
constituirán durante muchos años una fuente de aprendizaje, reflexión e inspiración para futuras
generaciones de jóvenes pensadores peruanos.
Reflexión Crítica
Conclusión
Tenemos conocimiento del gran debate que viene ocurriendo en los últimos tiempos en el Perú
La filosofía en el Perú no existe. Porque se trata de un pensamiento influenciado por los grandes
pensadores europeos
Bibliografía
SALAZAR BONDY AUGUSTO. Existe una filosofía de nuestra América. Siglo veintiuno Editores
de Colombia. Primera edición 1968
LA FILOSOFIA EN EL PERU. Panorama histórico. Librería studium S.A. Plaza Francia 1164 lima Perú
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