Querella de Podemos Contra El Magistrado Díez-Picazo
Querella de Podemos Contra El Magistrado Díez-Picazo
Querella de Podemos Contra El Magistrado Díez-Picazo
1) Por medio del presente escrito y en la representación que ostento vengo a interponer
QUERELLA al amparo de lo establecido en el artículo 270 de la LECr, y de conformidad
con el artículo 125 de la Constitución Española y artículos 101 y 277 de la LECr en el
ejercicio de la ACUSACIÓN POPULAR por los hechos y contra la persona que se
menciona a continuación, por la presunta comisión de un delito de prevaricación judicial
tipificado en el artículo 446.3 del Código Penal, según calificación inicial de esta parte y
sin perjuicio de que se modifique una vez finalizada la instrucción.
2) Asimismo solicito mediante otrosí la medida cautelar de suspensión del Pleno de la Sala
de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo convocado para el día 5 de
noviembre de 2018 por su presidente.
I. COMPETENCIA JUDICIAL
La presente querella se interpone ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, por ser
competente de conformidad con lo establecido en el artículo 57.1.2º de la Ley Orgánica del
Poder Judicial, ya que las conductas objeto de la querella han sido realizadas presuntamente
por un Magistrado de este alto Tribunal.
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II. IDENTIDAD DEL QUERELLANTE
CIF G86976941
C/ Princesa. 2, 3ª
28008 Madrid
La persona contra quien se dirige la acción penal ejercitada mediante esta querella es:
Y todo ello sin perjuicio de dirigir la acción penal contra los que puedan resultar imputados
en el transcurso de las diligencias que se incoen.
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La sentencia de casación anula el artículo 68.2 del Reglamento del Impuesto sobre Actos
Jurídicos Documentados aprobado por Real Decreto 828/1995, de 25 de mayo que
establecía que el prestatario es el sujeto pasivo del impuesto.
Primero.- Dejar sin efecto todos los señalamientos sobre recursos de casación
pendientes con un objeto similar.
Este Pleno ha sido convocado personalmente y al amparo del art. 197 LOPJ por el
querellado D. Luis María Díez-Picazo para el día 5 de noviembre de 2018.
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3. Resolución del señor Díez-Picazo dictada con vulneración flagrante del
artículo 197 de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ)
Tal y como determina la Jurisprudencia del propio Tribunal, en particular la STS Sala 3ª de
8 de abril de 2009 , recaída en el recurso contencioso-administrativo numero 197/2006 en su
fundamento de derecho segundo:
“(...)el acto por el que el Presidente de la Sala llama a todos sus componentes a
resolver un asunto, en uso de la potestad que le concede el artículo 197 es un acto
jurisdiccional."
“(…) el artículo 197 de la LOPJ , aun con características propias, contempla una
modalidad de llamamiento a formar Sala (a ello se refiere la STC 207/2000 ),
cuando se den las circunstancias previstas en el mismo, propiciando el llamamiento
de todos los componentes de la Sala. A diferencia de las demás previsiones, que
anudan la composición de la Sala a la naturaleza de la actuación procesal
establecida de forma concreta, en el caso del artículo 197 el llamamiento de todos
los miembros de la Sala se supedita: objetivamente, a la necesidad para la
administración de Justicia y, subjetivamente, a la apreciación de dicha
necesidad por el Presidente o la mayoría de los Magistrados de la Sala."
Dice esta misma sentencia que “los órganos judiciales han de velar especialmente por la
imagen del poder judicial en los ciudadanos y por la consiguiente confianza de estos en el
servicio que se les presta desde aquél…”.
Es decir, que no cuestionamos que el Presidente pueda convocar el Pleno para los recursos
pendientes, sino que consideramos que el Presidente de la Sala 3ª señor Díez-Picazo ha
dictado una resolución jurisdiccional motivado por un interés totalmente contrario a la
ley y a la propia administración de Justicia, motivado por un claro interés particular
de defensa de los intereses económicos de la banca española y en perjuicio de los
intereses generales de la sociedad y de los miles de ciudadanos que han sufrido el abuso
de las entidades financieras.
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El acuerdo del querellado don Luis María Díez-Picazo Giménez solo pretende beneficiar de
forma especial y particular al sistema financiero de una sentencia que, según apreciaciones
totalmente subjetivas de la propia banca y sin que existan pruebas mínimamente objetivas
en el proceso, podría ser contraria a sus intereses económicos.
Es más que notorio que la decisión del querellado de paralizar los recursos y convocar el
pleno no se ha fundamenta en criterios estrictamente jurídicos y de justicia material, sino en
una clara defensa de los intereses económicos particulares de las entidades financieras,
juzgando, valorando y anticipando, desde un punto de vista totalmente parcial e interesado,
el posible carácter retroactivo de la decisión y sus efectos en las cuentas de resultados de
las entidades financieras.
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No es aceptable socialmente ni justificable jurídicamente que bajo el paraguas de una
supuesta “administración de justicia” exigida por el artículo 197 de la LOPJ se
adopten decisiones, como el acuerdo de fecha 19 de octubre de 2018 del señor Ruiz-
Picazo, totalmente contrarias a derecho y que atentan contra la independencia judicial,
que sirven exclusivamente a intereses económicos particulares de las entidades
financieras y que en nada benefician el interés social.
Además, no hay precedentes de que se convoque un Pleno después de una sentencia solo
porque esta pueda perjudicar —elemento no acreditado-- a un sector particular de la
economía, con la excusa de que tiene “repercusión económica y social”.
Claro que la sentencia tiene repercusión económica y social, pero una repercusión que ha
sido favorable a los contribuyentes particulares prestatarios, que son todos los ciudadanos y
empresas del estado que contratan hipotecas, no solo a los bancos prestamistas, que son la
parte fuerte de los contratos.
Por este motivo consideramos que la decisión del querellado señor Díez-Picazo es
presuntamente prevaricadora y justifica la presentación de esta querella, en orden a
investigar los motivos reales y espurios que han podido llevar al magistrado a, tras dictarse
una sentencia que beneficiaba a los prestatarios, adoptar la resolución de 19 de octubre de
2018 suspendiendo señalamientos y convocando el Pleno, una resolución que beneficia
únicamente a las entidades financieras y no al conjunto de la sociedad.
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4. Indicios de presuntos conflictos de intereses del querellado por su vinculación
profesional previa con las entidades financieras. PROFESOR DE CUNEF
(Colegio Universitario de Estudios Financieros)
Haciéndonos eco de noticias publicadas estos días en la prensa a raíz de este asunto, la
relación profesional del querellado con la Asociación Española de Banca plantearía la
cuestión de la presunta existencia de un conflicto de intereses y ha podido conducir al
Magistrado querellado a dictar la resolución de dejar sin efecto los señalamientos
pendientes y avocar al pleno para conocer de ellos.
“La página de transparencia del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)
confirma que Díez-Picazo obtuvo compatibilidad para ejercer la docencia en Cunef
como profesor de Derecho Constitucional durante el curso 2016-2017.
Pero con anterioridad, ya había impartido clases en ese centro, y así lo constata la
propia cuenta de Cunef en Twitter. "Luis María Díez-Picazo, profesor de Cunef,
nuevo presidente de la Sala Tercera del Tribunal Supremo", es decir, la de lo
Contencioso, decía el tuit publicado el 27 de julio de 2015 por el centro
universitario.
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5. Dudoso acceso a la Presidencia de la Sala Tercera del Tribunal Supremo por
falta de independencia judicial. Informe de RIGHTS INTERNATIONAL
SPAIN, JUECES PARA LA DEMOCRACIA y FORO JUDICIAL
INDEPENDIENTE de fecha 28 de julio de 2015, dirigido a la Relatoría
Especial de Naciones Unidas sobre Independencia de los Jueces y Abogados
En este informe las entidades que lo firman consideran especialmente lesivos para la
independencia judicial en el Estado Español el hecho del nombramiento del presidente de la
Sala Tercera de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Supremo, señor Luis María
Ruiz-Picazo:
“Principio 10. Las personas seleccionadas para ocupar cargos judiciales serán
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El 22 de julio de 2015, la mayoría del Pleno del Consejo General del Poder
Judicial (el acuerdo cuenta con un voto particular discrepante de varios vocales)
decidió no renovar como Presidente de la Sala Tercera del Tribunal Supremo –Sala
a la que, entre otras competencias, le corresponde el control en vía administrativa
de los actos dictados por el Gobierno de la Nación- al Magistrado José Manuel
Sieira Míguez, quien hasta esa fecha, y durante los últimos cinco años, había sido
Presidente de esa Sala.
Está legalmente previsto que es al Pleno del Consejo General del Poder Judicial a
quien corresponde el nombramiento de los Presidentes de Sala del Tribunal
Supremo, así como de otros órganos, con arreglo a los principios de mérito y
capacidad.
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1.- El día 13 de julio de 2015, en la comparecencia que efectuaron los candidatos a
la presidencia de la Sala Tercera, el Magistrado Sr. Sieira Miguez alertó sobre
posibles presiones a los Vocales del Consejo General del Poder Judicial para que
no votaran su renovación. Los medios de comunicación se hicieron eco de tales
manifestaciones del Magistrado Sieira. Así lo recogió ese mismo día la Agencia de
Noticias Europa Press, y fue luego recogido en los diarios de tirada nacional del
día siguiente (ABC, La Vanguardia, El Mundo, el Diario.es y Diario Público, entre
otros).
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6. El 22 de octubre de 2018 la asociación “Juezas y Jueces para la Democracia”
ha publicado el siguiente comunicado criticando duramente la decisión del
querellado Díez-Picazo:
Esta es una de las funciones que tiene encomendada la Sección Segunda de la Sala
de lo Contencioso-Administrativo especializada en Derecho Tributario, y le
corresponde, conforme al art. 123 de la Constitución, unificar doctrina legal y
criterios jurisprudenciales válidos para toda la población, incluidas las entidades
financieras y bancarias.
Somos conscientes que las resoluciones de juezas y jueces tienen impacto, no sólo
en la vida y economía de la ciudadanía en particular, sino en la sociedad en su
conjunto; algunas de nuestras resoluciones pueden tener un gran impacto, pero esta
es la labor que nos encomienda la Constitución.
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El Sr. Díez-Picazo Giménez tiene que recordar que él mismo, como presidente de la
Sala Tercera del Tribunal Supremo, firmó el Auto de 15 de enero de 2018 que
admitía a trámite dicho Recurso 5357/2017. En él ya se recordaba, con la firma del
Sr. Díez-Picazo Giménez, que “(…) el reciente criterio contrario sentando por la
Sala Primera ha abierto un debate doctrinal que requiere una nueva respuesta por
parte de este Tribunal Supremo, máxime cuando (…) es una materia que afecta a un
gran número de situaciones y tiene una importante trascendencia social, más allá
del caso objeto del proceso”.
Por todo ello, desde Juezas y Jueces para la Democracia, pedimos y exigimos la
inmediata dimisión de D. Luis María Díez-Picazo Giménez como Presidente de la
Sala Tercera del Tribunal Supremo.
22 de octubre de 2018
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De este comunicado debemos destacar una conclusión fundamental: “Consideramos que el
Sr. Díez-Picazo Giménez (…) ha utilizado indebidamente las facultades legales que la
legislación le encomienda a un Tribunal colegiado y de la entidad del Tribunal
Supremo (…).”
José Antonio Martín Pallín, juez emérito del Supremo, ha afirmado ante la prensa que "Es
inadmisible, un presidente no puede interferir en la independencia judicial", "Es una
situación inédita e indeseable", esta decisión "hipoteca la figura del tribunal ante la
sociedad y su posición en el sistema democrático".
Por su parte, el profesor de economía Gonzalo Bernardos González, tras la decisión del
Supremo sobre las hipotecas, ha afirmado "Por encima de los jueces y del presidente del
Gobierno están los banqueros".
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Mención especial merece la opinión jurídica de don Joaquim Bosch Grau, Magistrado y
portavoz territorial de Juezas y Jueces para la Democracia, en declaraciones realizadas
a través de su cuenta de Twitter el 22 de octubre de 2018:
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7. Además, la rectificación no se propone con argumentos jurídicos, sino a causa de
la supuesta “enorme repercusión económica y social” que existiría si los bancos
pagan el impuesto. Un tribunal no puede hacer esas valoraciones, ni ceder a los
intereses de las entidades bancarias.
10. El nombramiento del presidente de la sala 3ª, Luís María Díez-Picazo, fue
denunciado en su momento ante la ONU por dos asociaciones judiciales, como una
interferencia más del poder político en el sistema judicial. Su actuación aquí merece
la crítica más enérgica.
11. Este episodio nos muestra otra vez la necesidad de apartar a los partidos políticos
de los nombramientos de los altos cargos judiciales. Desde Juezas y Jueces para la
Democracia hemos reclamado la dimisión inmediata de Díez-Picazo (fin)”
Sobra manifestar que nuestro Tribunal Supremo, órgano cúspide del sistema
Judicial, desempeña un papel de guía en sus resoluciones y manera de actuar para
todos los operadores jurídicos, jueces y magistrados incluidos. A dicho Tribunal,
por esta razón, le es especialmente exigible motivación y claridad en sus
resoluciones y ello porque sus decisiones, de una u otra manera, inciden en la
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imagen del conjunto de la Carrera Judicial frente a la ciudadanía. Precisamente en
aras de esta idea, la Asociación Judicial Francisco de Vitoria quiere manifestar su
postura sobre la nota de prensa que se hizo pública el pasado viernes en la web del
CGPJ, en la que el Presidente de la Sala Tercera del Tribunal Supremo, Luis María
Díez-Picazo, manifestaba que la Sentencia nº 1505/2018 dictada por la Sección
Segunda del tribunal que preside suponía un “giro radical” en el criterio
jurisprudencial de la Sala y, por ello, anunciaba dejar sin efecto los señalamientos
sobre recursos semejantes, así como «avocar al Pleno de la Sala» el conocimiento
de alguno de ellos para decidir si consolidar ese giro jurisprudencial.
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ahora, la Sala en esta concreta materia de sujeto pasivo del Impuesto de Actos
Jurídicos Documentados, se había pronunciado en un sentido. La admisión de
recursos sobre esta cuestión previsiblemente tendría como objeto la posible
variación del criterio jurisprudencial. En todo caso, el Presidente, miembro de la
Sala de Admisión del tribunal, era conocedor de lo que sucedía y la avocación
debería haberla realizado con el primero de los asuntos pendientes de resolver por
la Sala Tercera en materia de IAJD.
El Presidente de la Sala Tercera es miembro de la Sala de Admisión del tribunal y por esta
razón era conocedor del recurso de casación. Por lo tanto, la avocación al Pleno debería
haberla realizado con el primero de los asuntos pendientes de resolver por la Sala Tercera en
materia de IAJD y no a partir de una sentencia que se ha antojado perjudicial para las
entidades financieras.
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Este hecho es fundamental para valorar qué sucedió tras la sentencia del 16 de octubre de
2018 como para que el Presidente de la Sala Tercera, que ya era conocedor de las posibles
“repercusiones económicas y sociales” que tendrían las sentencias que se dictaran sobre esta
materia tributaria, tomara ahora y no antes la decisión de suspender los señalamientos y
avocar al pleno el conocimiento de los recursos pendientes sobre esta materia.
No cabe duda de que las actuaciones del Presidente de la Sala 3ª del Tribunal Supremo
encajan perfectamente en el tipo penal de prevaricación, tal y como se detallará en el
apartado V de tipificación de los hechos.
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V. TIPIFICACION DE LOS HECHOS
Esta es una cuestión ya pacífica en este Tribunal. La STS 2669/2010 de la Sala Tercera,
Sección Octava, de 10/05/2010, nos indica que:
"El juez o magistrado que, a sabiendas, dictare sentencia o resolución injusta será
castigado: [...]
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Los elementos constitutivos de esta infracción penal, de conformidad con la STS 308/2009,
de 23 de marzo, son:
3º. El elemento subjetivo de este delito viene recogido en la expresión "a sabiendas"
que, como ya dijeron dos antiguas sentencias de esa Sala, las de 14.10.1884 y
22.11.1901, consiste en actuar con conciencia e intención deliberada de faltar a la
justicia, lo que ha de aparecer así de una manera que no deje lugar a dudas. Esa
conciencia e intención deliberada no ha de confundirse con el móvil que puede ser
incluso loable.”
b) "A sabiendas" implica la conciencia de estar dictando una resolución con total
apartamiento del principio de legalidad y de las interpretaciones usuales y
admisibles en derecho.
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El propio art. 244 LOPJ establece que las resoluciones judiciales “de las Salas de
Gobierno y las de los Jueces y Presidentes cuando tuvieren carácter gubernativo, se
llamarán acuerdos”.
Y ya hemos visto que ciertos de estos acuerdos, en ciertas circunstancias como en el caso
de la avocación al pleno, no tienen carácter gubernativo sino judicial (STS 2669/2010 y las
que cita)
No puede ser de otra forma ya que no nos encontramos ante una mera actuación de
ordenación y desarrollo de un procedimiento sino que en resolución objeto de disputa
contiene dos decisiones concretas con efectos materiales inmediatos, esto es,
independientes del resultado final del pleno: por un lado la suspensión de todos los
señalamientos sobre recursos de casación pendientes con un objeto similar, y por otro
impedir que los Juzgados y Tribunales ordinarios apliquen ya su contenido al supeditar sus
efectos a la decisión del pleno convocado.
Por tanto, nos encontramos ante la decisión de un juez que aplica el derecho objetivo
(tanto material como procesal) mediante reglas lógicas a ciertas condiciones de hecho
previamente establecidas; es decir, nos encontramos ante una resolución judicial
encaminada a producir efectos en un proceso.
En este caso, no solo produce efectos en la Sentencia a cuyo Pleno avoca, sino que los
efectos se extienden a todos los procedimientos con objeto similar cuyo señalamiento esté
pendiente. Pocos actos judiciales tienen, pues, tal capacidad modificadora sobre la
realidad.
Tan resolución judicial es este acuerdo que no se entendería que la Sala Tercera
incumpliera la decisión de dejar sin efecto los señalamientos de recursos con contenido
similar, pues “Las Administraciones Públicas, las autoridades y funcionarios, las
corporaciones y todas las entidades públicas y privadas, y los particulares, respetarán y, en
su caso, cumplirán las sentencias y las demás resoluciones judiciales que hayan ganado
firmeza o sean ejecutables de acuerdo con las leyes.” (Art. 17.2 LOPJ)
Finalmente, el art. 1.2 del Acuerdo de 28 de octubre de 2010, del Pleno del Consejo
General del Poder Judicial, por el que se aprueba el Reglamento 3/2010, sobre
reutilización de sentencias y otras resoluciones judiciales, nos indica que “A efectos de
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este Reglamento se entenderá por sentencias y otras resoluciones judiciales todas las
resoluciones de carácter jurisdiccional dictadas por Jueces y Tribunales a excepción de
aquéllas que tengan por objeto la mera ordenación material del proceso.”
Desde luego, dejar sin efecto una sentencia del Tribunal Supremo, ordenar dejar sin efecto
los señalamientos pendientes similares y convocar al Pleno de la Sala Tercera para
decidir, nuevamente, sobre los efectos de una sentencia ya dictada no puede ser nunca
considerado una mera ordenación material de un procedimiento.
En los casos de prevaricación “el sujeto activo del delito no aplica la norma dirigida a la
resolución del conflicto, sino que hace efectiva su voluntad, sin fundamento técnico-jurídico
aceptable.” (STSJ 18/2014, de 16 de octubre).
Salvo en aquellos casos en que lo sucedido haya sido un apartamiento ostentoso del
procedimiento legal a seguir —y por lo tanto perfectamente acreditable con la ley procesal
en la mano—, el componente subjetivo será muy difícil de acreditar por encontrarse
únicamente en el campo del pensamiento y la volición del Magistrado investigado, pero
hábilmente camuflado bajo resoluciones con una motivación en apariencia legal.
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planteamiento es incompatible con los postulados del Estado democrático de Derecho".
(ATS 14-04-2014, Rec. Casación 20073/14)
En este caso, sin embargo, el apartamiento del procedimiento legal ha sido tan ostentoso que
no sería, en puridad, ni siquiera necesario acudir al levantamiento del velo de estos
presuntos argumentos encubridores. A pesar de esta innecesariedad, sí hemos hecho constar
en nuestro Hecho Cuarto el origen o justificación espuria de este dolo prevaricador, a
efectos informativos y para dar sentido a esta actuación delictiva.
Como decíamos, el apartamiento del procedimiento legal ha sido ostentoso puesto que:
o La única causa válida para tomar tal decisión de convocatoria es por estrictas
necesidades “para la administración de justicia” y no la “enorme repercusión
económica y social” de una sentencia. Enorme repercusión que se da, se ha
dado y evidentemente se dará en multitud de casos.
Por tanto, la resolución es, no solo meridianamente ilegal desde el punto de vista procesal,
sino también injusta, puesto que a través de la misma deja sin efecto señalamientos
pendientes que pudieran confirmar la tesis de esta sentencia y evitar que actuales Juzgados y
Tribunales puedan utilizar a su vez esta sentencia —reiteramos, perfectamente válida y legal
— para dictar sus respectivas resoluciones.
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El dolo del Magistrado Querellado también está acreditado.
Nada hizo en todos esos numerosos momentos anteriores. Ello significa que para este
Magistrado querellado no existía repercusión económica y social cuando la doctrina previa de
este Tribunal Supremo (Notablemente, las STS 848 y 849/2018, de 15 de marzo, de la Sala de
lo Civil) desplegaba efectos favorables a las entidades bancarias, pero que sí existía cuando
dichos efectos han pasado, de manera cierta, a favorecer a los consumidores y usuarios de
entidades financieras, ello sí supone tal riesgo.
Por tanto, no nos encontramos ante una nueva “enorme repercusión económica y social”, la
cual ya existía antes, sino ante un uso abusivo e inaudito del art. 197 LOPJ con la única
intención de, eventualmente, alterar una resolución firme emanada de la más alta autoridad
judicial en España en materia tributaria, la Sección 2ª de la Sala Tercera del TS.
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¿Por qué un Magistrado Presidente de la Sala Tercera del Tribunal Supremo se ha apartado
tan conscientemente y tan ostentosamente del procedimiento legal en un supuesto tan
determinado?
Por supuesto que el fuero interno de una persona queda siempre cubierto por el velo de la
duda y que traspasar la mente ajena es, en todo caso, un ejercicio futil e inútil, pero no
podemos dejar de aventurar que entre posibles causas para la toma de esta sorprendente
decisión se encuentra su propio beneficio personal y no en una aplicación recta del derecho,
tesis avalada indiciariamente por las relaciones enumeradas en los Hechos Cuarto y Quinto,
esto es:
Por todo lo anterior, que el Magistrado acordara esta resolución plenamente consciente de
que no tenía ni habilitación legal ni interés legítimo para ello supone la comisión de un delito
de prevaricación judicial del art. 446.3º CP, del cual debe responder el Magistrado en calidad
de autor.
Para la comprobación de los hechos, y, sin perjuicio de la práctica de aquéllas que acuerde el
Sr. Juez Instructor, interesa que, para el debido esclarecimiento de lo sucedido, se practiquen
las siguientes diligencias:
1. DECLARACIÓN del querellado Excmo. Sr. don Luis María Díez-Picazo ante la
autoridad judicial.
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con un objeto similar al de la sentencia y a avocar al Pleno de la Sala el
conocimiento de alguno de dichos recursos pendientes” del 19 de octubre de 2018
y siguientes.
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1) OTROSÍ PRIMERO DIGO: FIANZA. De conformidad con el artículo 280 de la Ley
de Enjuiciamiento Criminal esta acusación popular prestará la fianza que el Tribunal
establezca en la clase y cuantía que se determine para responder a las resultas del juicio.
SUPLICO A LA SALA: Tenga por realizada esta manifestación a los efectos legales
oportunos sirviéndose fijar la cuantía de la fianza en atención a lo expuesto.
SUPLICO A LA SALA: Tenga por realizada esta manifestación a los efectos legales
oportunos.
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4) OTROSÍ CUARTO DIGO: Que se de traslado inmediato del presente escrito al
Ministerio Fiscal por tratarse de un presunto delito público y dada la gravedad de los
hechos, puesto que el acuerdo objeto de la querella supone un ataque a la independencia
judicial, la destrucción de uno de los pilares del estado de derecho y la confianza en la
administración de justicia.
SUPLICO A LA SALA: Acuerde dar traslado inmediato del presente escrito al Ministerio
Fiscal.
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