Juicios Valorativos
Juicios Valorativos
Juicios Valorativos
las cuales pueden ser morales, políticas, religiosos etc. En la ficha de juicio valorativo se da una
explicación resumida y clara del contenido de dicho razonamiento.
Un juicio es una opinión, un parecer o una valoración que alguien efectúa acerca de algo o de
alguien y a partir de la cual normalmente una persona determina cuando algo es bueno o malo,
cuando es verdadero o cuando es falso, cuando es confiable o no, desde su óptica claro está.
Mientras tanto, el juicio de valor no es otra que la valoración que realiza una persona acerca de
algo o alguien y que es el resultado de someterlos a sus ideas, valores personales, experiencias,
creencias y entorno particulares.
Es decir, las personas nacemos y nos desarrollamos en un determinado contexto que por supuesto
moldeará nuestra personalidad, nuestra manera de percibir al resto del mundo, entre otras
cuestiones. Entonces, esto además de generar que cada individuo sea diferente a otro y mucho
más a aquel que nació y se desarrolló en circunstancias totalmente opuestas, incidirá en la manera
con la cual se juzguen hechos, personas.
Si nos criamos en una familia híper conservadora no veremos bien, con buenos ojos, que nuestra
hija decida irse a convivir con su novio sin casarse. O si siempre nos rodeamos de un círculo muy
religioso tenderemos seguramente a evaluar todo desde el punto de vista de la religión católica y
por caso nos guiaremos por sus preceptos a la hora de aceptar o rechazar determinados hechos.
Mayormente los juicios de valor están vinculados a ideas, decisiones, comportamientos y se los
estima en cuanto a buenos, malos, útiles o inservibles.
Pero como decíamos, el juicio de valor dispone de una carga subjetiva fundamental e
importantísima y por ello es que ese juicio que alguien emite debe considerarse en función de ello,
de quien proviene y entender que esa persona llega a ese juicio como resultado de sus creencias,
experiencias y entorno.
Esta situación que mencionamos debe tenerse en cuenta especialmente cuando el juicio de valor
que alguien emite sobre algo o alguien es ciertamente malo o condenable y termina afectando a la
persona sobre la cual recae. En muchos casos se debe a como dijimos apreciaciones muy
personales, que incluso hasta pueden estar totalmente alejadas de una verdad o coherencia.
Por eso, hay que tener en cuenta este aspecto recién dicho y no rendirse ante un juicio de valor
que es solamente la visión muy particular que tiene alguien de la vida.
Arturo José Sánchez Hernández: Especialista de Primer Grado en Medicina General Integral. Hospital Psiquiátrico
René Vallejo Ortiz. Carretera Central Este, Km. 7 y medio. Camagüey. Teléfonos: 271567, 271324, 271302 E.Mail:
asanchez@finlay.cmw.sld.cu
Resumen
El autor comienza planteando la posibilidad de que este estudio pudiera no ser válido
para los valores de todas las zonas axiológicas por lo que se referirá solamente a los
valores ético -morales. Continúa definiendo los conceptos de valor ético moral,
exigencia de autorregulación ético moral, sujeto, objeto, actividad, conciencia,
voluntad, lo subjetivo, lo objetivo y lo objetivo subjetivo. Más adelante argumenta que
aunque la voluntad y la conciencia tienen una gran importancia en el dominio de los
valores ético morales, no los determinan, por lo que no son subjetivos, al menos de
manera absoluta. Prosigue planteando que aunque las características del objeto, de las
circunstancias y del contexto socio histórico, son también imprescindibles en el análisis
de los valores ético morales, tampoco los determina, por lo que los valores de este
dominio axiológico no son objetivos de manera absoluta. Concluye argumentando que
los valores ético morales se dan en una relación sujeto objeto, y en este tipo de
relación participan al mismo tiempo factores tanto objetivos como subjetivos, por lo
que estos valores tienen una naturaleza objetivo subjetiva.
Debido a que todas las normas y principios morales que existen en una sociedad
determinada no son valiosos para las relaciones que establecen los seres humanos en
su actividad practica y para la satisfacción de necesidades normales de nuestra
especie, todas no califican como valor ético moral, por lo que es importante
diferenciar estos conceptos.
También hay que diferenciar valor ético moral de conciencia moral, no solo en el
sentido de que todas las normas y principios morales que existen en una sociedad no
son valiosas para la dignidad humana y la satisfacción de necesidades normales de
nuestra especie, sino también en el sentido de que cuando se habla de los valores del
dominio axiológico analizado, dígase valentía, paciencia, perseverancia, optimismo,
solidaridad, etc, se hace referencia a individuos concretos que los portan a través de
elementos del psiquismo. El valor ético moral existe como convicción, y para que los
elementos de la conciencia moral alcancen esta categoría tienen que haber sido
asimilados por el individuo.
No todos los procesos psíquicos que participan en los valores ético morales tienen un
carácter consciente, sino que algunos se efectúan al margen de esta. Cuando la norma
o principio moral ha sido bien internalizada, el individuo no necesita una reflexión
consciente para que esta se exprese en conductas o en estados emocionales intensos,
sino que en determinadas circunstancias, relacionadas con estos valores, aparece la
reacción de aprobación o desaprobación y las conductas con ellas relacionadas de
manera prácticamente automática. (4) En tales casos el individuo no es consciente del
procesamiento interno de la información y mucho menos del código para tal
procesamiento, aunque si lo será de sus actos, y con posterioridad pudiera ser capaz
de concienciar como se efectúa tal manejo interno de la información.
Es importante señalar que en el caso de los valores analizados esta participación del
subconsciente se efectúa, no contraponiéndose a la conciencia, sino actuando
sinérgicamente.
Desde una óptica psicológica pudiera enfocarse a los valores ético morales desde
varias categorías, en el presente estudio solo se hará referencia a tres de ellas:
actitudes, jerarquía de motivos y tomas de decisiones. Estos valores existen en los
individuos en forma de una jerarquía de motivos y actitudes ante el mundo
circundante, ante los demás y ante ellos mismos que tienen grandes probabilidades
de expresarse en tomas de decisiones de las cuales se derivan conductas (actos u
omisiones) que garantizan su adaptación a escala social. Estas formaciones
psicológicas se forman en la interacción del individuo con el medio social a través de su
actividad.
Para concluir este intento de definición conceptual pudiera decirse que los valores ético
morales son la significación positiva de propiedades de elementos de la conciencia
social previamente internalizados, así como de la conciencia individual y del
subconsciente, para la dignidad humana, en el sentido de que contribuyen a la
adaptación social de agentes sociales por medio de una orientación con relación al
mundo de los valores, y una influencia directa en la autorregulación de la
conducta. Ellos existen como potencialidades a través de elementos del psiquismo del
individuo como son: la jerarquía de motivos y las actitudes, los cuales tienen grandes
probabilidades de expresarse conductualmente en determinadas circunstancias y ante
determinados objetos.
El objeto puede ser una relación sujeto objeto, por ejemplo un niño que juega con un
carrito es sujeto de actividad lúdica orientada al carrito que es el objeto, pero si ese
niño juega en la consulta de un psicólogo que lo está observando, su relación con el
juguete será objeto de la actividad valorativa del psicólogo, y si este último está siendo
inspeccionado, su relación con el niño jugando será objeto de la actividad valorativa
del inspector.
Voluntad: (del Latín "voluntas", derivado de "volo", "yo quiero") deseo consciente que
lleva al hombre a realizar determinadas acciones. El carácter volitivo de una acción o
de un acto de conducta aparece con máxima claridad en los casos en que el hombre
para alcanzar un objetivo, ha de vencer obstáculos exteriores e interiores. El eslabón
inicial del acto volitivo consiste en el establecimiento y en la comprensión del fin;
luego, en tener la decisión de actuar, en elegir los procedimientos más adecuados para
dar cumplimiento a la acción. Lo decisivo para caracterizar como volitiva una acción
dada es que la decisión tomada se haya cumplido. (5)
Uno de los requisitos que debe cumplir la actividad humana para que tenga implicación
ético-moral es que haya sido el fruto del libre ejercicio de la voluntad del individuo.
LA OBJETIVACIÓN Y LA DESOBJETIVACIÓN
La objetivación es el proceso en virtud del cual el mundo intrapsíquico del ser humano
se materializa en objetos, procesos o fenómenos a través de la actividad.
¿De qué criterio se parte para catalogar a los valores de una u otra forma?
Los seres humanos pueden participar en las relaciones con los demás y con el mismo
lo mismo como sujeto que como objeto, y lo que es subjetivo en una relación sujeto
objeto, es objetivo en otra relación de ese tipo. Y dentro de esta madeja de sujetos y
objetos, ¿cuál relación se tomará como punto de referencia en este estudio? No
importa cual, lo importante es asumir siempre la misma durante todo el análisis.
Hasta aquí hemos visto que el papel de la voluntad es realmente grande, pero
¿determina ella a los valores ético-morales?. Nadie es portador de determinado valor
ético-moral por el sólo hecho de desearlo. De ser así la formación de valores de esta
zona axiológica se reduciría a la formación del deseo de portarlo.
Por otro lado tenemos que la valoración hacia sí mismo (autovaloración) constituye un
componente esencial en el dominio de los valores ético-morales, a través de
su contribución a la autorregulación de la conducta.
Hasta aquí existen elementos para plantear que los valores ético-morales no son
subjetivos, al menos de manera absoluta. Tanto la voluntad como la
conciencia valorativa constituyen elementos de los valores ético-morales, pero no los
determinan. Nos queda por analizar las posiciones objetivistas y objetivo-
subjetivistas.
La posición objetivista: Estos valores se dan en una relación sujeto objeto contexto
social, y en una relación de este tipo no es posible, sin caer en error, obviar la
subjetividad del sujeto, por lo que puede decirse que los valores ético - morales no son
objetivos, al menos de manera absoluta.
Estos valores se dan en una relación constante entre la psiquis del individuo y la
realidad objetiva a través de los procesos de objetivación y desobjetivación.