Monte Grande y San Tegen
Monte Grande y San Tegen
Monte Grande y San Tegen
1. Montículo de Montegrande
Está ubicado a 2,54 km de distancia de la plaza de armas de la ciudad de Jaén, a una altura de
749,489 m.s.n.m. antiguamente San Isidro, Montegrande y otros montículos formaron parte de
un gran complejo cultural, que pertenece a la cuenca de Amojú y que actualmente se cree que
desaparecieron o simplemente están sepultados bajo la actual urbe de Jaén.
En un inicio al momento del trabajo inicial se tenía pocas expectativas de que si se fuera a tener
algún tipo de vestigio aun intacto porque se podía observar piedras y material cerámico que
había sido removido por las construcciones y por los profanadores de tumbas.
3. Arquitectura
La excavación de la gran trinchera de sur a norte permitió observar gran parte de lo que fueron
las base de la iglesia, las cuales utilizaron las misma piedras de las construcciones prehispánicas.
Las excavaciones de las zanjas destruyo gran tramo de la arquitectura prehispánica. Por tal
razón, se tomó la decisión de excavar hasta definir las zanjas que había formado las bases que
tenían una orientación de este a oeste. A pesar de las excavaciones aún no se tenía una noción
de la forma de la arquitectura. Y en medio de estos alineamientos se encontró un muro enlucido
que estaba cortado posiblemente por una excavación anterior. El muro enlucido identificado se
proyectaba de forma semicircular de sur a norte; y la sección que había sido destruida, permitió
identificar alineamientos de piedras que formaban también parte del núcleo de la estructura.
Asimismo se evidenciaron gradas o escalinatas de acceso superpuestas: las que estaban
asociadas al muro enlucido eran las más conservadas.
Con la finalidad de definir mejor las escalinatas, las excavaciones se ampliaron hacia el lado Este,
registrando otro muro con la fina capa de arcilla de color blanco que mantenía la misma
orientación de sur a norte en forma semicircular. Adosado a este muro, un alineamiento de
piedras con argamasa funcionaba como relleno entre el primero y el segundo muro. Las
excavaciones se lograron constatar que todos los muros se encontraron unos contextos
funerarios con entierros múltiples, que al parecer se relacionaban con niños que participaron en
entierros rirtuales de cierre de recinto arquitectónico. Asimismo se identificaron algunos
cambios en la coloración en la tierra que parecía indicar la presencia de posibles elementos
arquitectónicos, orientados de Este a Oeste; sin embargo, ninguno de ellos mantenía
continuidad.
En el transcurso de que avanzaban las excavaciones se plantearon preguntas como: ¿Cuál había
sido la forma y función de este complejo recinto arquitectónico? ¿Qué espacio encerraban estos
espacios semicirculares? Para resolver lo planeado se decidió excavar en la oeste y después de
retirar una capa de arcilla fina se encontró hileras de piedras con argamasa de barro y luego un
relleno de tierra con pachilla. Se logró comprobar que este tipo de relleno fue colocado en otros
espacios al momento de su abandono.
Por otro lado la destrucción de que provocaron las zanjas pertenecientes a la base de iglesia se
utilizaron de una forma positiva en donde se pudo determinar una superposición de
remodelaciones. Siguiendo la orientación de las escalinatas se comprobó que culminaban en un
vano de acceso clausurado por piedras y tierra de color beige oscura. Este terminaba en un muro
que posiblemente estaría encerrando el atrio principal o altar mayor donde se llevaban a cabo
las reuniones.
En marzo del 2012, con el apoyo de ALAC (Asociación Los Andes de Cajamarca) y la Minera de
Yanacocha, en coordinación con el gobierno Regional del Cajamarca y la Autorización del
Ministerios de Cultura se inició una segunda temporada, con la expectativa que había dejado el
atrio o altar mayor en el lado Este del Montículo. En, 2010 se llegohasta el vano de acceso que
había estado sellado.
Se procedió de nuevo al retiro de la vegetación y de la arena que había sido colocada como
protección de la arquitectura encontrada en la anterior temporada. Y al retiro de ello se
encontró un recinto de forma circular y luego al ampliar las excavaciones se encontró otro muro
circular que lo encerraba. Al excavar el recinto se encontró piedras la parecer estaban
desordenada y algunas conservaban un alineamiento. Luego el muro interior estaba enlucido y
tenía una orientación sur y el muro exterior que rodea el recinto aparentemente fue construido
en el preciso momento en que se procedió a sellar la arquitectura del templo durante la fase
ultima de ocupación.
Siguiendo el curso que seguían las alineaciones del recinto se definió una forma de especial que
terminaba en el centro de este, en el centro bajaba de forma vertical. En el lado sureste del
recinto se visualizó un individuo de sexo masculino con la cabeza ubicada hacia el Este y los pies
que se metían debajo del muro, al parecer seria que este entierro seria parte de las ofrendas
colocadas antes de construir la última fase constructiva de este recinto. Aquí se hizo un alto por
falta de financiamiento nuevamente hasta esperar una nueva temporada.
La forma de espiral o de caracol constituye uno de los símbolos más antiguos y universales de la
historia de la humanidad, para lagunas culturas representan la unión y reconexión espiritual e
intuitiva del hombre con el universo y con dios. Por ejemplo, el caracol en la cultura maya indica
que el tiempo es cíclico, se encuentra vinculado al inicio de las siembras, a la concepción al parto
y a la prosperidad de una generación sobre la anterior. Es posible que esta forma guarde relación
directa con las estructuras halladas por francisco Valdez Palanda, Santa Ana- La Florida, en la
naciente del rio Chinchipe en Ecuador.
3.4- contextos funerarios.
A- En la temporada del 2010 se hallaron en la parte norte del montículo cuatro contextos
funerarios. Tres de ellos eran entierros de niños y uno era un entierro múltiple.
A tres metros de distancia al lado norte del entierro múltiple se hallaron los restos de un
niño en estado de deterioro. A estos restos se asoció en la parte inferior de los pies una
aguja de cobre, el cual indica el desarrollo de la actividad metalúrgica para estas sociedades.
Asociado al perfil oeste de la unidad de excavación se hallaron dos entierros más en mal
estado de conservación, sin embargo uno de ellos estaba circulado por piedras como si fuera
una tumba, asociado a fragmentos de cerámica.
Entierro de niño hallado al norte del entierro Aguja de cobre asociado a entierro de niño.
múltiple. Tomada de Quirino, 2014. Tomada de Quirino, 2014.
B- Las excavaciones en el recinto arquitectónico en forma de espiral o caracol, durante la
temporada 2012, se registraron dos entierros.
El primero presenta una posición de cúbito dorsal, extendido con la mirada al este, que había
sido colocado con los pies debajo del muro que encierra el recinto. Este entierro carece de
objetos asociados a excepción de dos dientes humanos, hallados a la altura del mentón, con
perforaciones en la parte media denotando haber formado parte de un collar. El segundo
entierro estuvo depositado en medio de las paredes de la estructura en espiral, en posición
de cúbito dorsal flexionado. Este personaje fue es de sexo masculino y mantenía la cabeza
3.5-
cerámica
La cerámica
en
Solo se han hallado tres vasijas completas y fragmentos de cerámica asociado a los entierros.
Una de las vasijas fue encontrada cerca al entierro múltiple, y se caracteriza por ser un pequeño
reciente de forma globular, con algunos defectos de cocción y aplicaciones incisas alrededor del
borde, mientras que en el cuello se aprecian algunos espacios pintados de color blanco. La
segunda vasija hallada junto a los restos óseos de un infante también es de forma globular, en
el cuello presenta decoración con pintura de color negro y en la parte media de este aparece
una pequeña escultura con la cabeza de un animal que no se ha podido identificar. La tercera
vasija completa que aparece junto a dos piedras, es una botella de cerámica con el cuerpo
globular que tiene dos pequeñas asas en ambos lados del cuerpo; el cuello es de forma tubular
y culmina con un orificio de entrada en el extremo superior. Así también, entre el cuello y la
parte superior del cuerpo se apreciaron líneas de color amarillo sobre una base de engobe de
color blanco. Un fragmento encontrado también en esta capa de relleno fue dibujado y la
reconstrucción permitió obtener una botella con similares características. Este estuvo junto a
otros dos que parecen haber sido parte de vasijas con cabezas escultóricas con ojos granos de
café.
Vasija #1. Tomada de Quirino, 2014. Vasija #2. Tomada de Quirino, 2014. Vasija #3. Tomada de Quirino, 2014.
En la capa de relleno del lado norte del montículo, se registró un fragmento que habría formado
parte de una botella, pintado e inciso y con la forma de una chacana. Otros cuatro fragmentos
de color gris oscuro fueron también registrados en esta capa cuyas características son
totalmente diferentes a los demás fragmentos. Sus formas y estilos mantienen decoraciones en
los bordes, similares a la cerámica de Valdivia en Ecuador. Otro grupo de fragmentos está
conformado por la cerámica incisa sin pintura. Finalmente, un último grupo de fragmentos de
cerámica que aparentemente tiene una mayor representatividad, está conformada por la
cerámica incisa policroma.
Fragmento con decoración en forma de chacana. Tomada de
Quirino, 2014. Fragmentos de botellas con ojos en forma de granos de café.
Tomada de Quirino, 2014.
Fragmentos con decoración en los bordes similares a la cerámica Valdivia. Tomada de Quirino, 2014.
Fragmentos de cerámica incisa. Tomada de Quirino, 2014.
El Montículo de San Isidro:
San Isidro es un montículo arqueológico ubicado al Sureste de la plaza de armas de la ciudad de
Jaén, a 4.11 km de distancia y a sólo 1.67 km de Montegrande. Tiene una altitud de 726,311
m.s.n.m y un área de 3326,31 m2. El sitio arqueológico forma parte del proyecto de investigación
y valoración del Patrimonio Cultural en la Zona Nororiental del Marañón.
Las excavaciones, las cuales se desarrollaron en dos temporadas (2010 y 2012), tuvieron el
objetivo, en un principio de identificar evidencias de cerámica vinculada a la cultura moche. Esto
es debido a que durante la excavación de un canal que pasaba por el lado sur del montículo de
San Isidro, un poblador aseguraba haber encontrado una vasija con representación del dios
Aiapaec. Dicha pieza terminó siendo analizada por expertos quienes determinaron que se
trataba de una réplica muy bien acabada. Caso parecido ocurrió con dos pieza pertenecientes a
un colegio en Jaén pero que de la misma forma, no eran de origen prehispánico. Sin duda la
presencia de cerámica vinculada a la cultura Moche en esta parte de la Amazonía, significaría un
aporte trascendental a la arqueología peruana, no obstante, las excavaciones realzadas en San
Isidro no han logrado registrar ningún fragmento afiliado a esta cultura costeña.
Arquitectura:
Con los antecedentes de las excavaciones en Montegrande, los investigadores, suponían que se
encontraría la misma configuración en este lugar, así que se trazaron las unidades de excavación,
cuadriculando todo el área del montículo. Las excavaciones en el perfil de la carretera
permitieron registrar una capa compacta de tierra que formaba parte del relleno, asimismo
mucho material estaba removido debido a la disturbación de la carretera. En la parte sur, se
registraron dos pisos arqueológicos superpuestos con relleno de piedra pachilla. En la superficie
de cada uno de ellos, aparecían cenizas y huellas de tierra quemada, lo cual evidenciaba
ceremonias rituales realizadas con el motivo de la renovación arquitectónica del templo. Debajo
de los dos pisos apareció un muro que ingresaba en forma semicircular en dirección hacia el
Norte.
Estos elementos evidenciaban que debajo de los pisos registrados y del nivel de la carretera
existen construcciones más antiguas, las cuales, de las misma forma que las capas anteriores,
fueron renovadas mediante la acción del fuego. Luego del retiro de los pisos en el lado Sur, se
excavó la cima del montículo, con la finalidad de encontrar la proyección de los pisos
mencionados o algún tipo de arquitectura que estuviera relacionada con las fases constructivas
del monumento. Los elementos arquitectónicos registrados en esa capa fueron muros de forma
rectangular que forman recintos dentro de los cuales estaban depositados un conjuntos de
entierros con fragmentos de cerámica, huesos de aves, cuyes, caracoles de tierra y objetos
trabajados en concha spondyllus.
Las excavaciones de la temporada 2012 estuvieron concentradas en el lado Oeste del montículo,
donde se esperaba identificar y definir los muros de forma rectangular encontraron
anteriormente. Luego del retiro de la capa superficial, se encontraron varias piedras sin orden
alguno, y tan sólo en algunas partes parecían seguir una orientación de Sur a Norte. Por ello es
que optaron por excavar de manera cuidadosa cada uno de estos alineamientos de muros, los
cuales medían hasta 0,80 m de ancho, encerrando de recintos de forma rectangular que no
poseían ni salida ni entrada. Los investigadores supusieron que al igual que en Montegrande
estos espacios arquitectónicos fueron construidos para sellar y cubrir el templo antes de su
abandono. El relleno que se encontró al interior estuvo conformado por fragmentos de
cerámica, restos óseos humanos y tierra suelta con ceniza.
En uno de los recintos se registró ceniza y arcilla apisonada de color amarillo, un batán y un
hacha de piedra, así como un fragmento de enlucido donde se pueden ver las improntas, las
cuales indicarían que habría estado fijado una estructura de caña. No obstante el hallazgo de
mayor importancia al profundizar las excavaciones fue el borde superior de una estructura
enlucida, que se proyectaba en forma de L. La fragilidad del enlucido requería un trabajo de
conservación muy ameno. Posteriormente se logró definir un recinto de forma circular cuyo
acceso estaba ubicado al lado Sur.
Dentro del recinto de forma circular aparecieron numerosas piedras dispersas y en el lado
Noreste, la proyección del muro circular se cortaba por la presencia de un muro que mantenía
las mismas formas de los arquitectónicos rectangulares, registrados en las primeras capas. En la
parte interna y externa del acceso al recinto circular, apareció un apisonamiento de forma
irregular que tenía huellas con cambio de coloración de tierra en forma de círculos, estos fueron
recabados encontrando piedras amontonadas y tierra suelta. La parte superior de este muro
estaba con una capa de arcilla de color beige claro a manera de un piso. Cuando excavaron la
parte externa del recinto, bajando la capa de relleno, se apreciaba otro muro enlucido de forma
circular pero un poco más pequeño, muy similar al descubierto en el interior del recinto. Los
estudios al interior y exterior del recinto de forma circular evidenciarían segmentos
correspondientes al núcleo central del templo de San Isidro.
Las dos temporadas de excavación en San Isidro han aportado valiosa información acerca de la
arquitectura que se presenta en este sitio. Es menester mencionar que las investigaciones son
aún preliminares como para lograr establecer las fases de ocupación de los recintos
arquitectónicos. Por último al parecer los muros enlucidos de forma circular serían el núcleo
central arquitectónico del templo que posteriormente sería sellado antes de su renovación con
la arquitectura hallada en capa superiores.
Contextos funerarios:
Todos los contextos identificados en el sitio san isidro se encuentran en la sima del montículo del
mismo nombre, la disposición de estos en el espacio están de acuerdo a los puntos cardinales, y
la posición de cada individuo o al menos de los que se han conservado mejor son de cubito dorsal
y con una de las piernas ligeramente flexionada.
Uno de los grandes inconvenientes al momento de excavar, y por ende a la hora de registrar es la
mala conservación de los restos, esto depende directamente con la humedad de los suelos, también
se menciona que la acides y la amplia vegetación de lugar hacen posible que estos se degraden
más rápido, para que los materiales no se destruyan, se aplica como metodología el estudio in situ
de estos.
“El señor de los caracoles” es uno de los personajes más emblemáticos descubiertos en el sitio de
san isidro, el contexto funerario, se ubica al final de un muro y junto al cadáver se encontró dos
vasijas de boca ancha, además, al extremo inferior se encontró un feto decapitado; a uno de los
extremos también se logró identificar un joven de sexo masculino el cual portaba un cerámica en
la cara, según el autor, esta representaría una máscara, el cráneo del señor de los caracoles, está
en orientación al este, es decir que está mirando hacia donde sale el sol, una peculiaridad es que
también en ese lugar se encuentra un cerro que aparentemente seria el eje del sitio San Isidro.
Junto al cadáver del señor, se encontró una piedra de color negro, es algo peculiar ya que en la
actualidad los pobladores de esta zona conocen a este objeto como piedra de trueno, se cree que
al llevar consigo este objeto se está protegiendo de los relámpagos y los rayos, su uso es exclusivo
de las mujeres en periodo de gestación y también es utilizado por los niños. El antropólogo físico
Mario Millones menciono dentro de sus conclusiones que los estudios realizados este individuo
tenía entre 30 a 35 años de edad, la muestra es básicamente los maxilares y los dientes
desgastados.
Ente los entierros también figura el de una mujer decapita, en el lado sur del montículo se
registraron varios entierros de niños con la pierna ligeramente flexionada, en el lado norte se
registró la presencia de entierros con huesos de guacamayo. Fuera de los contextos se encontró 5
piezas elaboradas en concha spondyllus.
Señor de los Caracoles
En resumen de los contextos excavados se puede clasificar en tres bloques:
1. El señor de los caracoles está acompañado de individuos de sexo masculino, asociados a
dos fetos.
2. Una mujer decapitada con un feto en brazo izquierdo, asociado a dos infantes, un
adolecente y un feto.
3. Un niño con un collar de conchas de origen marino, varios huesos humanos y huesos de
guacamayo.
Cerámica:
Olivera toma como antecedentes los estudios de Lathrap en el sitio selvático de Tutishcainyo en
cual está directamente relacionada con las culturas tempranas del callejos de Huaylas, también se
menciona los descubrimientos de Valdez en Palanda Ecuador, la ceramica de este lugar es muy
parecida a la de Cupisnique, también se menciona raudamente la clasificación hecha por Shady
para Bagua, este clasificación recibe el nombre de Morerillo.
La cerámica encontrada en el sitio de san isidro pertenece solo a la capa de relleno, se además, se
han identificado solo en dos entierros (21-22) cerámicas completas, en primer lugar se registraron
cuatro vasijas, una botella y tres vasijas de boca ancha, la botella de doble gollete representa en
uno de ellos a un personaje de forma humana con la boca abierta, y en otro gollete desempeñaría
la den silbador.
La mayoría de fragmentos de cerámica encontrados en el sitio de san isidro, son de carácter
ceremonial, se identifican técnicas como alisado, pulido, bruñido en zona pintura negativa, pre
cocción y post cocción asi mismo se observan botellas incisa y con pasta monocroma.
Las botellas policromas presentan dos variantes con engobe y sin engobe:
1. Este grupo tiene un acabado fino y brillante, con pintura post cocción en color blanco y
negro sobre engobe rojo también tienen asa puente que funciona generalmente como
silbador. Algunas de este grupo están asociadas al señor de los caracoles.
2. El otro grupo son de acabado burdo y pintura post cocción, se encuentran asociados a
fragmentos de cerámica doméstica y en contextos de relleno del templo.