Libro Futbol y Sectores Popular - Wolf
Libro Futbol y Sectores Popular - Wolf
Libro Futbol y Sectores Popular - Wolf
POPULARES
LA HISTORIA DE ADEFUL
1
2
FÚTBOL Y SECTORES
POPULARES
LA HISTORIA DE ADEFUL
Javier Alejandro Nestares
EDUCO
Editorial de la Universidad Nacional del Comahue
Neuquén – 2017
3
Nestares, Javier Alejandro
Fútbol y sectores populares: la historia de Adeful / Javier Alejandro Nestares.
1a ed. - Neuquén: EDUCO - Universidad Nacional del Comahue, 2017.
256 p.; 23 x 16 cm.
ISBN 978-987-604-490-5
EDUCO
Departamento de Diseño y Producción: Enzo Dante Canale
Departamento de Comunicación y Comercialización: Mauricio Bertuzzi
4
A mi madre, gran ejemplo de vida…
5
6
ÍNDICE
AGRADECIMIENTOS 09
PRÓLOGO 11
1 INTRODUCCIÓN 15
1.1. FÚTBOL: APUNTES Y CONSIDERACIONES 24
7
6 CONSIDERACIONES FINALES 209
6.1. PEQUEÑOS GRANDES CAMBIOS 209
6.2. TENSIONES Y DESAFÍOS 216
6.3. UNA NUEVA ASOCIACIÓN: LA ASOCLUBA 219
6.4. AL FINAL, MUCHO MÁS QUE FÚTBOL 228
EPÍLOGO 237
BIBLIOGRAFÍA 249
8
AGRADECIMIENTOS
9
La lectura de las siguientes páginas puede ser de su agrado o no. Usted
puede estar de acuerdo o no con lo escrito producto de la
interpretación que hice de las fuentes consultadas. El trabajo puede
estar a la altura de sus expectativas o no. El mismo puede tener
errores involuntarios y seguramente es mejorable en múltiples
aspectos, pero sepa el lector que está aquí mi mayor esfuerzo,
sinceridad, seriedad y honestidad profesional. A todos gracias y les
deseo una buena lectura.
10
PRÓLOGO
11
una interesante mirilla desde donde observar los pliegues de la
sociedad barilochense. La puntillosa caracterización que el autor hace
de la trayectoria seguida por el fútbol barrial no constituye tan solo un
catálogo de resultados caprichosos, camisetas curiosas o goles
extraordinarios. Junto a esa información, que bien podría ser hallada
en libros elaborados por periodistas deportivos, Nestares nos ofrece la
oportunidad de acceder a dimensiones claves de la historia reciente
barilochense.
Sin ánimos de ser exhaustivos, podríamos mencionar dos
puertas que el autor abre a través del fútbol. La primera de ellas es el
estudio de la ciudad y su expansión. La historia de la Asociación
Deportes y Fútbol Libre de Bariloche es una metáfora del crecimiento
urbano que la otrora “Suiza argentina” experimentó en las tres últimas
décadas. Claro que no es una historia tradicional, esas que tienden a
mostrar un Bariloche de postal, asociada a los pioneros de origen
europeo. Nada más lejos de la realidad. El autor, con singular
maestría, pone al descubierto una cara menos conocida de la ciudad:
esa que está en los márgenes o, mejor dicho, en el “Alto”. La historia
de los equipos que fueron formando la Asociación es la historia de los
barrios se fueron abriendo paso en la periferia; es una historia de
sociabilidades populares, con un fuerte anclaje territorial. Y es
precisamente este aspecto lo que permite a Nestares realizar una
aproximación al siempre complejo mundo de las identidades. No es
este un tema nuevo en la historiografía norpatagónica, aunque sí la
provocativa hipótesis que vertebra alrededor del tema: desde su
mirada, coincidente con autores de la talla de Hobsbawm, ser parte de
un club, sea como jugador o simpatizante, era una forma de
inscripción al interior de una ciudad que extendía sus límites y en una
sociedad que, en su mayor complejidad, se volvía un mosaico. Ser
hincha de un club constituía una forma de fijar una ciudad cuyos
12
límites eran todavía difusos y cuya sociedad no dejaba de comportarse
de forma magmática.
En segundo lugar, el libro de Nestares nos brinda un retrato,
particularmente vívido, de una parcela de la sociedad civil. La
ADEFUL es parte de esa compleja trama de instituciones que, por lo
general, se definen por la negativa, ya sea por no ser una agencia del
Estado o bien por tomar distancia de una empresa privada. El culto a
los detalles profesado por el autor se nos presenta como un potente
recurso para reconstruir la historia de una institución, ya no por lo que
no es, sino por lo que efectivamente es. Entre medio de las anécdotas,
que son muchas y amenizan el relato, encontramos las causas que
llevaron a agrupar los distintos equipos de Bariloche, la estructura
operativa que permitió llevar adelante ese propósito, los desafíos que
la ADEFUL debió enfrentar en sus primeros años de vida
(especialmente, la endémica violencia), los dispositivos que
permitieron sortear tales escollos, las formas de financiamiento, la
formación de liderazgos asociativos, entre otros muchos temas. Pero
junto a estos temas que hacen a una muy buena historia socio-
institucional debemos señalar un aspecto adicional: Nestares, por
medio de su texto, realiza un significativo aporte a la historia política
de Bariloche. Después de todo, la ADEFUL, lejos de ser una isla,
constituía (y aun constituye) un actor de relevancia en el campo
político de la ciudad y, por su envergadura, también de la provincia.
Para no robarle más tiempo al lector, me gustaría terminar este
prólogo retomando mis palabras iniciales. En tiempos de reluctancia a
la investigación en ciencias sociales, Nestares nos ofrece una historia
social del fútbol que se encuentra en la intersección entre la historia
urbana, la “historia desde abajo” y la historia socio-institucional. Solo
ese mestizaje de enfoques justificaría la pertinencia de la obra. Pero el
autor redobla la apuesta: sin rehuir a los cánones académicos, algo que
13
salta a la vista echando un vistazo a las fuentes trabajadas, el libro de
Nestares irradia pasión. En pocas palabras, este libro comete dos
saludables “pecados”, que espero se repitan de aquí en más: por un
lado, pensar a la práctica deportiva como una plataforma desde donde
se puede construir un saber de lo social; por el otro, pensar que, para
lograr este propósito, no es necesario renunciar a la capacidad de
emocionar.
14
1. INTRODUCCIÓN
1
Navarro, Ricardo. Entrevista realizada por Nestares Javier
Alejandro el día 15/06/15.
15
de los equipos de primera división de nuestro país no pueden ir a la
cancha, debido a reiterados hechos de violencia, el hecho que un grupo
de personas (antes rivales con antecedentes de fuertes agresiones
físicas entre sí) hayan encontrado la forma de disfrutar el fútbol de
una manera sana y ordenada es importante para destacar y analizar.
Con el correr de las paginas veremos algunas de las causas que
motivaron la creación de la Asociación de Deportes y Fútbol Libre
(ADEFUL) en San Carlos de Bariloche, provincia de Río Negro, a
mediados de los „80 y analizar las consecuencias que esto trajo para
los involucrados directamente como así también para gran parte de la
población de esta localidad. Sabiendo de la trayectoria que tiene la
institución en la ciudad y de los múltiples aspectos, que están
involucrados en la creación y consolidación de esta organización, no es
para nada casual que intente usar a la ADEFUL como una interesante
rendija para ver algunas cuestiones que trascienden lo interno y
deportivo, y ponen en la mesa de discusión elementos generales de la
realidad local. En resumidas cuentas pretendo, a partir de la
descripción y el estudio de este caso de organización de sectores
populares en torno al asociativismo deportivo, abordar tensiones
características de la compleja sociedad barilochense.
A modo de adelanto y como para ir marcando la cancha (más
que válida la expresión) señalo ahora algunos datos y tempranas
reflexiones:
En la conformación de la ADEFUL coincidieron inicialmente 22
equipos barriales y, con tres décadas de actividad ininterrumpida, la
Asociación cuenta con 34 clubes activos, que juegan todo el año. En
invierno, las actividades se centran en su gimnasio; mientras que en la
primavera y el verano comienzan los torneos de cancha grande, en un
predio de su propiedad. La actividad es masiva, pues se desarrolla con
16
casi 80 equipos,2 esto se debe a que los clubes tienen categoría sub-15
(hasta 17 años), primera división (mayores de 18 años), veteranos
(mayores de 33 años), seniors (mayores de 39 años) y masters
(mayores de 49 años). También se creó un torneo paralelo en primera
división debido a la cantidad de interesados en jugar en los
campeonatos de la Asociación. Cada jugador tiene sus familiares y
amigos que lo acompañan a la cancha, haciendo que la ADEFUL sea la
institución de deportes que más gente moviliza en Bariloche.
La Asociación nació como respuesta a la crisis que atravesaba el
Fútbol Libre (también llamado por los protagonistas Fútbol Barrial)
en 1986. La agresividad entre jugadores e hinchas de distintos clubes
barriales se incrementó con el paso del tiempo y se hizo sistemática,
tanto en los encuentros deportivos propiamente dichos (jugadores
contra jugadores e hinchas contra hinchas) como en la vida social
(agresiones en algún festejo, en un boliche, entre otras situaciones). A
esta problemática se agregó la falta de espacios físicos en la medida
que las canchas tradicionalmente usadas para los torneos de fútbol
barrial fueron ocupadas producto del crecimiento poblacional y
edilicio de la ciudad de Bariloche. Una a una, las canchas fueron
reemplazadas por viviendas, la mayoría de las cuales fueron
construidas por el Instituto de Planificación y Promoción de la
Vivienda de la provincia de Río Negro (IPPV); todo ello sin asignar
otro lugar para la recreación deportiva.
La inacción - o directamente la ausencia - de distintas instancias
estatales en Bariloche en los sectores más vulnerables de la población
fue - en cierto punto - causante de conductas violentas en algunas
personas que practicaban fútbol libre. La violencia interpersonal entre
2
Este número varía y es aproximado porque no todos los clubes
presentan todas las categorías todos los años.
17
actores se utilizó para manifestar la inscripción territorializada en
torno al barrio, sentimiento que parte de considerar al lugar de
residencia como motivo - y medio en caso de ser locales - de defensa,
algo así como una “muralla” que protegía de los peligros “externos”. A
pesar que los enfrentamientos físicos se producían en las canchas de
fútbol los actos violentos no fueron aislados, sino que, en conceptos de
Auyero y Berti; 2013; diferentes formas de violencia se conectaron
formando una cadena que unió (y disolvió las líneas entre) la calle y
hogar, las esferas públicas y domesticas. De momento solo presentaré
esta reflexión, pero parece interesante adelantar que el contexto de
conflictividad y sus posibles categorías de análisis serán protagonistas
en algunos pasajes de este texto, tanto así que veremos su centralidad
en algunos capítulos.
La Asociación – al igual que todas las organizaciones deportivas
– es una entidad cultural y simbólica, esto hace necesario indagar la
producción de significado originada a través de la experiencia
asociativa.3 Partiendo de esta premisa es que enfatizaré en algunos
aspectos del momento fundacional de la ADEFUL porque sin dudas
tiene elementos relevantes que la determinan, y en cierta medida
permiten explicar su pervivencia. Por ejemplo, hay muchos elementos
que no quedan expresados en el acta legal de constitución, como el
3
Conceptos tomados de Nicolás Porro, 1997. El autor también señala
que es imprescindible entender la historia organizativa definida por lo que
refiere a su estructura (gestión, estructura de los asociados), atender la
dimensión que interpreta la organización como ámbito cognitivo en el
contexto del cual se gesta gradualmente el sentimiento de identificación con
los objetivos y sistemas de lealtad y el que analiza las relaciones de la
asociación con otros actores organizativos con el marco de una red
cooperativa.
18
momento preciso en que los padres fundadores4 definen la “misión”
estableciendo al mismo tiempo otros fines implícitos de la aventura
asociativa. Muchos de sus deseos se pueden rastrear en el análisis del
mito fundante: el cual se encarga de rememorar el acontecimiento y
reelabora simbólicamente las intenciones y anhelos más profundos. El
mismo sirve también para generar dedicación y evocar una imagen
ideal fijada en los orígenes, todo con el fin de producir sentimientos
de adhesión comunitaria, derribando y levantando muros y límites
simbólicos. Claramente veremos que el mito fundacional en este caso
se ve fuertemente reflejado en la lucha y búsqueda de la conquista
material de un territorio entendiéndolo al mismo casi como un espacio
vital.
La elaboración de símbolos y normas de identificación puede
entenderse como el momento culmine de un rico proceso fundacional.
En este sentido resulta sugestivo destacar que las normas de
caracterización van mucho más allá de símbolos externos, ya que de
modo gradual, van constituyendo códigos de comportamiento, formas
de convivencia y reglas en relación con el otro. La vida asociativa se
convierte así en un lugar social que produce significados para quienes
participan en ella, estimulando la lealtad y guiando la actividad, pero
como señala Porro en general - y este caso no es la excepción -, los
procesos no son lineales o indoloros. La definición de objetivos, los
4
Las personas que han sido parte del ciclo de entrevistas se pueden
enmarcar en el término padres fundadores. Sin embargo reconozco que no
son la totalidad, ya que por ejemplo en los testimonios aparecen nombres de
personas que han fallecido y que al día de hoy son recordados por la
comunidad de ADEFUL como importantes al momento fundacional, es el
caso de Tomás Vera (“Pomada”) y Bernardo Rodolfo Venturi (“Don
Venturi”).
19
compromisos que se asumieron, las tensiones entre personas con
pensamientos distintos, la resistencia a la innovación o al cambio han
generado conflictos internos, desaparición o expulsión de clubes, entre
otras experiencias no gratas.
La práctica deportiva no es únicamente una práctica social. Se
trata también de una actividad organizada de manera muy precisa. Es
así que veremos como con la institucionalización del movimiento
deportivo se pasó a formar parte de uno o más sistemas, que
potenciaron la comunicación entre experiencias. También como se
recibió algún grado de legitimación y se pasó a formar parte de una
red de intercambios, de asistencia técnica y deberes de todo tipo, por
ejemplo: obligaciones fiscales. Definitivamente el paso del tiempo
significo – entre otras muchas cosas - para la ADEFUL el
achicamiento de espacios informales.
Resumiendo puedo decir que durante la lectura seremos
testigos de cómo algunos barrios populares barilochenses elaboraron
una forma de acción colectiva en respuesta al abandono institucional y
la pobreza material que sufrían. En este sentido es legítimo sostener
que la ADEFUL se transformó en una inscripción territorial que les
permitió a sus integrantes participar de un sistema de intercambios y
de protección. El jugador de fútbol libre construyó un sistema de
solidaridades con la familia como centro. Esto le produjo sentimientos
de pertenencia hacia ese colectivo social debido a que estableció
distintos grados de afiliación con la institución.
La formación de una Asociación que ordenó –o que salvó, como
muchos sostienen- la práctica del fútbol libre significó el comienzo de
un fuerte proceso de construcción identitaria en torno a la misma.
Este se desarrolló a su vez reforzado y marcado por coyunturas
internas y por destacadas actitudes externas a la ADEFUL. Con esto
último hago referencia por ejemplo a los sentires que despertó la
20
respuesta negativa brindada por dirigentes de la Liga de Fútbol de
Bariloche (LIFUBA) ante un pedido realizado por representantes del
fútbol libre de fusionar e integrar ambas entidades.
Algo por demás destacable (y espero que no se pase por alto la
lectura de esos pasajes sin hacer un necesario ejercicio de ponderación
de esas interpretaciones) es que el orden y las pautas de convivencia
pactadas – inicialmente - para jugar al fútbol se asimilaron de tal
manera que implicó un fuerte cambio en la forma de establecer
vínculos entre quienes participan de una manera u otra en actividades
de la Asociación; cambio que logró permear lo meramente deportivo y
en algunos puntos actuó efectivamente para disminuir violencia entre
grupos antagónicos de barrios populares de la ciudad. Una agradable y
sintética reflexión en torno a esto podría ser que el amor y la pasión al
juego fueron protagonistas tan destacados que tuvieron consecuencias
sociales positivas. Las mismas fueron de una importancia
trascendental para disminuir un alto grado de conflictividad entre
jóvenes barilochenses, algo que hasta el momento –a mi entender-
no se ha valorizado como se debiese por muchos sectores de la
comunidad.
Antes de terminar este apartado considero interesante dar
algunas pequeñas pistas de resguardos y referencias que se
contemplaron para realizar la investigación de la cual parte el presente
libro.
Para el estudio de organizaciones se pueden distinguir tres
niveles de análisis. El primero es lo que se llama las expresiones
visibles, las cuales serían deducibles a partir de la simple observación
directa y la documentación oficial; otro nivel sería el de los valores, los
cuales pondrían de manifiesto las razones y motivaciones consientes
que condujeron a la experiencia organizativa. Y el tercer nivel es el de
los asuntos implícitos, es lo aceptado como algo natural por todos, a
21
través de lo cual se puede detectar la identidad profunda de la
organización. 5
Para realizar una indagación, que intente considerar los puntos
aquí presentados, utilicé fuentes escritas por los mismos integrantes
de la ADEFUL y las puse en tensión con textos de referentes teóricos
que se aproximaron a la problemática abordada. En este sentido debo
mencionar al estudio del reglamento interno de la Asociación y su
Estatuto Social, ya que fueron documentos base para el entendimiento
de su funcionamiento interno. Así también consulté resoluciones
municipales en busca de confirmación “oficial” de fechas y datos.
Recurrí también de manera sistemática recortes de diarios y revistas
de tirada local y regional que en algún punto hacían referencia al
fútbol libre.
Al ser una problemática temporalmente cercana, en lo que
puede significar mirar la propia época, según Aróstegui (2001), con
ojos de quien lucha por entender su propia historia, el trabajo puede
ser ubicado dentro del concepto de Historia del Presente. Para nutrir
de recursos a esta perspectiva, he dado especial énfasis a varios
testimonios de los protagonistas. Esto se debe a que el relato
historiográfico necesitó de los mismos ya que no existe otra fuente que
cuente lo vivido y sentido en torno al ADEFUL que permita relatar su
historia y la de sus actores. De ahí que este escrito tenga mucho de
Historia Oral. En relación a esto Ricardo Daniel Fuentes dice que:
5
Porro destaca estos puntos de Edgar H. Schein, un psicólogo nacido
en Suiza en 1928. Entre otras obras autor de Coming to a New Awaress of
Organizational Culture (1985).
22
las personas comprenden su pasado, como conectan
experiencias individuales con su pasado para interpretar
sus vidas y el mundo que los rodea” (Fuentes, 2013:
11,12).
6
Así también debo mencionar la gran cantidad consultas a otros
informantes – conocedores de algunos aspectos puntuales - que a través de
muchas charlas y entrevistas no formales contribuyeron con información de
imponderable valor para quien escribe.
23
Dando cierre a esta breve pero necesaria introducción/presentación,
me parece atrayente – a modo de guía - compartir algunas de las
preguntas a las que espero el lector encuentre pistas para elaborar sus
respuestas en el desarrollo: ¿Qué referencia tuvieron los actores que
les permitió buscar alternativas ante una etapa crítica para el fútbol
libre?, ¿qué características tenía el fútbol barrial antes de la Asociación
de Deportes y Fútbol Libre?, ¿por qué es posible hablar de una crisis
del fútbol libre antes de la conformación de ADEFUL?, ¿cómo era el
contexto socio-político en el cual estaban inmersos los practicantes de
este deporte?, ¿qué situaciones debieron atravesar los interesados
para lograr consolidar su proyecto?, ¿qué elementos actuaron en la
conformación de una identidad compartida?, ¿qué cambios y
continuidades se pueden señalar en las vidas de las personas ligadas a
la ADEFUL? y finalmente ¿qué cambios y continuidades se pueden ver
en la sociedad de Bariloche después de tres décadas de creada la
ADEFUL?
Las respuestas a estos interrogantes en complemento con otras
inquietudes surgidas a partir del ejercicio de la escritura histórica
serán las protagonistas de las paginas que siguen, pero antes invito a
repasar algunas breves e interesantes consideraciones sobre el deporte
en sí y el fútbol en particular. El siguiente apartado presenta algunos
escritos destacados que pueden ser un marco de referencia y de
comparación para pensar el juego de la pelota de una manera más
amplia, ver aunque sea una parte de los múltiples aspectos que lo
constituyen y poder hacer un ejercicio de reflexión en torno al mismo.
24
se han hecho y se seguirán haciendo en relación al mismo. 7 A
sabiendas de la casi imposibilidad que representa dar cuenta de todas
las voces que manifiestan algo en relación al fútbol, es necesario aclara
que no es el objetivo de estas líneas ni mucho menos. Aquí solamente
daré lugar a algunas consideraciones en relación a investigaciones y
reflexiones que estime plausibles de tener en cuenta al momento de
exponer este trabajo debido a su cercanía con él y porque pienso que
pueden nutrir al lector de manera tal que el posterior relato sea
contextualizado, placentero y aun más interesante.
Comencemos mirando estos postulados: “El fútbol es una de las
realidades de nuestro tiempo que con más fuerza reclaman ser
pensadas” (Goñi Zubieta, en Carrión Mena, 2006:215); “El fútbol no
7
Por ejemplo aquí presento repaso de algunas funciones asignadas al
deporte (y por ende al fútbol como tal) según el trabajo de autores
especializados en el tema: a) como promotor de conductas cívicas
(Elias,1992), b) como alternativa a la rutina (Dunning,1992), c) como
diferenciador de clases (Practica elitista/deporte amateur) (Bordieu,1993), d)
como medio de control y formación moral (Bordieu, 1993, Barbero,1993), e)
como recreador de identidades (Laguillaume, 1978; Callede, 1985), f) como
generador de actividad económica (Mandell, 1986; Elias y Dunning, 1992;
Brhom,1993), g) como promotores de “ideales morales” (Bordieu, 1993), h)
como alternativa al papel socializador de otras instituciones (Callede, 1985),
i) como práctica profesional (Dunning,1992), j) como promoción social
(Dunning,1992), k) como agente alienante (Laguillaume, 1979), l) como
fuente de prestigio local, nacional e internacional (Cazorla, 1979;
Barbero,1993), m) como signo de calidad de vida y salud (Mandell, 1986;
Cazorla, 1979; Barbero,1993; Laguillaume,1978) y n) como legitimador del
orden (Laguillaume, 1978).
25
es solamente un juego; constituye un hecho social total, ya que
analizando todos sus componentes -lúdicos, sociales, económicos,
políticos, culturales, tecnológicos- , se puede descifrar mejor
nuestras sociedades contemporáneas, identificar mejor los valores
fundamentales, las contradicciones que conforman nuestro mundo. Y
comprenderlos mejor” (Ramonet, en Carrión Mena, 2006:223); “Nace
como un juego, se convierte en deporte, pasa a ser un espectáculo y
termina siendo un gran negocio: hablamos del fútbol, indudablemente
el fenómeno socio-cultural más importante en la historia de la
humanidad” (Brizio Carter, 2002:1). Todas las líneas anteriores sin
dudas me generan algún grado de aceptación, sin embargo adhiero en
mayor medida a que “el fútbol no es un espejo ni un reflejo de la
sociedad, es simplemente parte de ella y como tal, un escenario de la
representación social donde, por un lado, se visibilizan muchos de sus
componentes y, por otro, se materializa un símbolo colectivo” (Carrión
Mena, 2006:9). Hecha esta manifestación, que puede – en algún
grado - aclarar y resumir mi juicio, démosle paso a lo que otros
autores han manifestado en relación al deporte, el fútbol, su historia y
algunas de sus características.
El deporte suele adquirir todas y cada una de los rasgos que
caracterizan a una determinada sociedad: burocratizada, racional,
formalizada, jerarquizada, técnicamente eficiente y muy
comercializada. Este, como institución, reproduce a modo de
microcosmos todas las facetas de la vida política, económica y social.
Se puede decir que constituye un hecho social con la peculiaridad de
manifestarse en estado masivo, a tal punto que es muy difícil
encontrar ejemplos de sucesos político, religioso o cultural que supere
al deporte en lo que refiere a su capacidad de aglutinamiento y poder
de convocatoria. El hecho de que, en términos generales, el deporte
no solo se haya desarrollado y perdurado, sino que se erija como una
26
de las más importantes instituciones de nuestro tiempo, puede
tomarse como una muestra de que es funcional para los intereses de la
sociedad de la que forma parte.8
Realizando un interesante panorama del devenir que ha sufrido
el deporte, Francisco Jiménez Jiménez (2012) comienza diciendo que
el mismo tiene una multiplicidad instrumental en la sociedad que ha
evolucionado a lo largo del tiempo. Por ejemplo, además de la
distinción de clase, que daba la exclusividad de la práctica les otorgaba
a las élites sociales en el siglo XIX en Inglaterra, se vinculó al deporte
con muchas funciones como, por ejemplo, a la pacificación y a la
adopción de modos de conducta cívica que eran necesarios para el
progreso social y político. También cumplió la función de control y
formación moral de los alumnos en las Public Schools, las cuales eran
destinadas a formar parte en el futuro de las clases dirigentes
(Bordieu, 1993, Barbero 1993, en Jiménez Jiménez, 2012). Del mismo
modo, efectuó un papel destacado ante la pérdida de las funciones
socializadoras por parte de otras instituciones (por caso: el barrio, el
parentesco o fiestas sociales), mostrando así una enorme capacidad
para recrear identidades individuales y colectivas, así como para
marcar pertenencias geográficas, regionales, religiosas, profesionales o
de clase (Callede, 1985, en Jiménez Jiménez, 2012).
Existen dos formas básicas de concebir al deporte: por un lado,
está la práctica amateur cargada de valores morales como carácter,
fuerza de voluntad, respeto por las reglas; por el otro, está la práctica
8
Muchas ciencias han demostrado que la actividad física poseen un
gran potencial para la solución de conflictos (y también generarlos) y otros
problemas de tipo social. (Iglesias Rodríguez Osmani. Disponible en:
http://www.inder.cu/indernet/Provincias/hlg/documetos/textos/SOCIOLOGI
A/SOCIOLOG%C3%8DA%20.PDF [Consultado el día 25/05/15]).
27
profesional cuando a lo anterior se le agrega la obtención de réditos
económicos. Entre finales del XIX y principios de XX, es posible
señalar una tendencia hacia la profesionalización de las prácticas
deportivas. El acceso a la misma de personas de bajos recursos
económicos, como organizadores, jugadores y espectadores, dio lugar
al surgimiento de una ética del deporte de afición como ideología
elaborada y definida (Jiménez Jiménez, 2012). En el momento mismo
en que el deporte como tal comienza a extenderse y a
profesionalizarse, recibiendo aporte de las capas medias y bajas de la
población (a lo largo del periodo de desarrollo industrial), las clases
sociales más poderosas económicas no solo trataron de establecer un
espacio restringido de práctica deportiva de alto nivel bajo la forma de
deporte amateur, con código de valores, actitudes y conducta
determinado, sino también dejaron las modalidades deportivas
asociadas a las clases populares refugiándose en otras (como golf,
tenis, hípica, etc.) cuyo requerimientos para su práctica fueran
inaccesible para las clases trabajadores y permitiesen conservar y
reproducir los códigos de conducta y estilos propios de su clase
(Bordieu, 1993, en Jiménez Jiménez, 2012). En torno a esto, Jiménez
Jiménez rescata una interesante cita:
28
Coincidiendo con el autor, esta sobredimensión del deporte
profesional puede ayudar a explicar la facilidad con que se ha
impuesto en las sociedades industriales los valores, actitudes y
conductas propias del deporte profesional sobre los atributos del
deporte amateur.
Resumiendo, puedo decir que en la popularización de la
práctica deportiva coexisten dos modelos de entenderla: por un lado,
el deporte espectáculo (o de alto rendimiento o profesional) que se
orientó hacia la búsqueda de resultados y rendimiento, vinculado a
estructura jerarquizadas donde la autonomía del deportista está
mediatizada, con un marcado carácter selectivo y donde existen
intereses económicos, comerciales, políticos, etc. los cuales
trascienden lo meramente deportivo; por otro lado, está el
denominado deporte amateur, claramente orientado hacia el disfrute
del tiempo libre, vinculado al mantenimiento de la salud y a fomentar
las relaciones sociales, con un carácter participativo e integrador. 9
Esta coexistencia no está exenta de conflicto. Por el contrario, muchas
veces existen tensiones, como la que es producida por el
sobredimensionamiento del deporte espectáculo y su omnipresencia
en los medios de comunicación, lo cual muchas veces ejerce una
influencia nociva sobre los rasgos que deberían caracterizar al deporte
para todos.
En esta revisión de bibliografía no están ausentes las fuertes
críticas al deporte en general y al fútbol en particular como fenómeno
de masas. El deporte se ha configurado como una amalgama de
9
La vida grupal desarrollada en torno al esparcimiento y el juego ha
coexistido con los aspectos institucionalizados. “Dicho de otro modo se sigue
jugando a la pelota en terrenos baldíos, escuelas, playas, etc. sin estar
organizados” (Rodríguez, 1996:45).
29
interés, generador, impulsor y cohesionador de múltiples y diferentes
fuerzas políticas, sociales y económicas que interactúan y que, entre
otras cosas, hacen posible la vida moderna. Es así que se está ante una
realidad compleja, a veces contradictoria en cuanto a valores que
produce y reproduce. En este sentido Fernando Carrión (2006) dice,
acertadamente en mi opinión, que desde el punto de vista público, los
Estados por medio de sus gobiernos, han intervenido de manera
decisiva en la forma en que el deporte se ha configurado durante el
tiempo, sobre todo debido a que ha encontrado enormes posibilidades
que ofrecía la actividad para satisfacer determinado tipo de interés
político. Esto claramente es porque al ser un asunto de interés social,
lo es por definición, de interés político.
Por su lado, Sergio Villena (2002), remarca la creciente
comercialización del deporte. Según este autor los analistas (con
orientación humanista) han advertido -y no con faltas de argumentos-
las consecuencias negativas que tiene y que tendría a futuro la
creciente mercantilización del deporte, a la que hay que añadir su
transnacionalización en aumento, ya sea para el cumplimiento de sus
funciones de integración y cohesión social como para el juego en sí
mismo (ética y estética). Esto se debe principalmente a que el deporte
está dejando de ser una práctica desinteresada y lúdica, para asumir el
carácter de rama central del entretenimiento, sobre todo mediático,
con los consecuentes problemas de alienación del trabajo y
expropiación del tiempo libre. Por ejemplo, se ha destacado
puntualmente el elevado grado de disciplinamiento corporal, con el
propósito de elevar su rendimiento deportivo con el fin último de
aumentar la rentabilidad económica de los futbolistas. Por otro lado,
el aumento de la comercialización actuaría en detrimento de la
función de sociabilidad del deporte, ya que la presencia del aficionado
(seguidor, hincha, etc.) estaría siendo desplazada del lugar de
30
participación comunitaria e iría inexorablemente hacia el
consumismo. Esto se debe a que ya no es interpelado en función de
sus pertenecías sociales, sino que lo es por su capacidad de consumo
(Villena, 2002).10 Parece propicio aquí remarcar que, lejos de esto
último, la ADEFUL es un caso que revalida lo que hasta aquí llamamos
deporte amateur, con aditamentos específicos que hacen de la
Asociación un caso particular.
Con una perspectiva un poco más clara sobre el deporte como
fenómeno social, estamos en condiciones de explorar más
específicamente el fútbol argentino como un fenómeno histórico y
social. Para esta tarea, dos son los referentes ineludibles. Uno de ellos
es Eduardo Archetti,11 pionero del abordaje antropológico de los
deportes y su relación con los imaginarios colectivos, considerado uno
de los científicos sociales más originales de América Latina. El otro es
10
En Argentina por ejemplo el fútbol ha desarrollado el turismo
deportivo, la producción masiva de programas de entretenimientos, la
transmisión del mismo evento en canales de aire de manera simultánea, la
permanente comercialización de símbolos y marcas y desarrollo del mercado
publicitario en gran escala.
11
Eduardo Archetti antropólogo y sociólogo que nació en Santiago del
Estero, Argentina en el año 1943 y murió en Noruega en el año 2005.
Escribió sobre temas relacionados con el fútbol, el tango, el polo, el boxeo y
el automovilismo. Algunas de sus obras fueron: Explotación familiar y
acumulación de capital en el campo argentino (1975); El cuy (1992);
Hibridación, diversidad y generalización en el mundo ideológico del fútbol y
el polo (1997); El potrero, la pista y el ring: Las patrias del deporte
argentino (2001); Masculinidades: fútbol, tango y polo en la Argentina
(2003).
31
Julio Frydenberg, historiador que lleva más de 20 años trabajando en
temas asociados con la historia del deporte en Argentina. Cada uno,
desde su propio enfoque, ofrece en su lectura un punto de partida para
todo aquel que se interese en hacer del fútbol un trabajo social.
Según Archetti (2005), la expansión y masificación del deporte
en Argentina se vincula al desarrollo de la sociedad civil ya que las
organizaciones y clubes deportivos producen espacios de autonomía y
participación al margen del Estado. Gracias a su trabajo se puede
entender mucho el camino que ha transitado el fútbol como fenómeno
social de masas en nuestro país. Dice, entre otras cosas, que la
profesionalización de este deporte, hacia comienzos de la década de
1930, fue impulsada por los clubes más ricos, aquellos que tenían más
socios. Los denominados cinco grandes del fútbol argentino, (Boca,
River, Independiente, Racing y San Lorenzo que tenían un
aproximado de 55.000 socios), se unieron a Estudiantes de la Plata,
(que contaba con 8.000 socios), para dar nacimiento en 1934 a la
Asociación Argentina de Fútbol (AFA). Desde el primer momento, los
clubes de las provincias, pese a pertenecer a AFA, por medio de la
afiliación a distintas ligas, quedaron relegados por su escaso poder
económico, aunque comenzaron a funcionar como semillero de los
clubes grandes. El profesionalismo convirtió a los clubes de fútbol en
verdaderas asociaciones de masas, las cuales articulaban gran parte de
la vida social de los barrios. El dominio porteño se fue acentuando con
el paso del tiempo: los clubes grandes hacían recorridas anuales por
las provincias, reclutando futuras promesas del deporte. Es así que los
aficionados del interior pasaron a hinchar por dos clubes, el de su
provincia/localidad y el club grande porteño con el que entablaron
alguna afinidad. Esta hegemonía simbólica y emocional se acentuó y
creció con el paso del tiempo.
32
Por su lado, Julio Frydenberg (2011) describe cómo, durante la
primera década del siglo XX, muchos jóvenes de las clases populares
dieron comienzo a una militancia futbolera, que consistía en asistir
como público a los partidos oficiales y también en fundar un equipo-
club lo que los convertía en jugadores-socios-dirigentes en las ligas
independientes. En su extenso recorrido, el autor describe, por
ejemplo, las dificultades que tenían los aficionados para poder dar con
un espacio apto para tener su cancha propia. Resalta también que los
clubes en un principio estaban vinculados a sectores acomodados y,
por ello, fueron muy selectivos en su reclutamiento, ya que las cuotas
sociales eran altas. Sin embargo, y pese a estos mecanismos
excluyentes, el fútbol muy pronto se difundió entre las capas más
amplias de la población y, con él, las practicas asociativas que le eran
propias.12 Esto es visto también por otros autores como Sábato y
12
El fútbol practicado por sectores populares adquirió importancia
relevante en dos aspectos. El primero es la competencia, donde el juego
comienza a cobrar sentido en la búsqueda del triunfo, más que el sólo hecho
de practicarlo, ya no solo es importante competir sino también ganar. El otro
aspecto es que adquiere importancia practicarlo hábilmente, virtuosamente,
buscando lucimiento individual y colectivo. Eduardo Achetti rescata algunos
extractos de publicaciones nacionales que se han transformado en pilares de
lo que tenemos incorporado como características del fútbol criollo como por
ejemplo: “En 1925 la célebre gira de Boca Juniors por Europa había
consagrado un estilo en donde no solo se “juega al fútbol” sino que por el
virtuosismo individual, parecido al de un pianista o un violinista, los
europeos dicen que los argentinos “toca el fútbol” y legitiman la idea del
“toque” como un sello que marca de un estilo nacional” (El Gráfico, 1941, en
Archetti, 2005:6). Este autor afirma que el imaginario del estilo de juego
criollo (opuesto al británico) no fue solo una creación de la prensa argentina
33
Romero, en una compilación a cargo de Eilida Cecconi (2002), donde
afirman que “sólo bastaba la reunión de once jugadores para dar lugar
a un club, el cual elegía nombre, autoridades y diseñaba sus símbolos”
(Sabato, en Cecconi, 2002:160).
No considero al fútbol un deporte estrictamente perteneciente a
una clase, a pesar de que el imaginario lo vincula a las clases populares
como producto de su masificación.13 Es hoy, sin dudas, un deporte
policlasista. Sin embargo, sí me permito afirmar que es el deporte más
practicado entre las clases populares, pero esto (como dije antes) no lo
convierte en un deporte de clase. Dicho esto, pienso que es necesario
rescatar a quienes han trabajado la tradicional relación entre fútbol y
clase. Las palabras de Julio Frydenberg, publicadas en un artículo
llamado Práctica y valores en el proceso de popularización del
fútbol, Buenos Aires 1900-1910, me dan el pie para introducirme en
una controversia histórica sobre esta práctica deportiva. El autor dice
que “la adopción de la práctica futbolística por los jóvenes de los
sectores populares quedo indisolublemente ligada al esparcimiento y
al uso placentero del ocio, junto a experiencias que fueron más allá de
la mera utilización del tiempo libre como la organización de clubes de
fútbol” (Frydenberg, 1997:30).
34
Esta insinuación sobre la relación entre la práctica del fútbol y la clase
social, no ha sido dejada de lado por otros cientistas sociales. Es así el
caso de Gabriela Gómez Rojas, Marcela Grinszpun y Gonzalo Seid, que
presentaron en el año 2012, un trabajo en el que analizan diferentes
datos en relación a género, edad, niveles de vida y su relación con el
uso de su tiempo libre, condicionadas por los distintos habitus de
clase. Los autores concluyen en su investigación que:
14
Si bien la práctica del rugby puede poner en tensión eso de que los
de un mejor pasar económico tienden a no elegir deportes de contacto físico y
grandes esfuerzos, parece ser solo una excepción a la regla.
35
obligatoriamente, porque por sus características le
permite jugar con cualquier cosa –una chapita, una
pelota de trapo- y en cualquier lugar –un terreno baldío,
una esquina” (Menotti, en Vilamitjana, 2014:3).
36
la hora de escoger. En Argentina, claramente es el deporte más
popular y parece que no va a dejar de serlo por mucho tiempo. Su
masificación se debe, entre otras cosas, a que el club de barrio, la
cancha, las tribunas y el bar de la asociación de clubes, producen
necesarios espacios de participación autónoma al margen del
Estado, aparte del disfrute del deporte en sí. Esa participación
genuina articula gran parte de la vida social de los sectores populares
que, lejos de querer perder, pretenden mantener o ampliar. En el
caso que nos convoca, este postulado será reafirmado en la lectura
de los anhelos y deseos de los entrevistados en relación al
crecimiento de su espacio.
En las líneas anteriores he repasado las lecturas que considero
son relevantes como antecedentes a tener en cuanta sobre el devenir
histórico del deporte en general y de lo que representa en nuestra vida
cotidiana. También repasé lecturas sobre la producción en torno al
fútbol y su historia en nuestro país, sus orígenes y masificación.
Ahora, pienso que es necesario indagar sobre producción local y/o
regional que se aproxime a nuestra temática. En esta búsqueda doy
con los avances de investigación de Mariano Chiappe (2013), quien
trabaja la historia del fútbol barilochense. El mismo afirma que los
primeros clubes de fútbol de esta ciudad hacen su aparición en la
década de 1910, pero no hubo una estructura que los organice de
manera formal hasta varios años después. Expone que:
37
El autor, tomando como referencia publicaciones del diario La Voz
Andina, afirma que ya a fines de la década de 1930 el fútbol en la
localidad rionegrina era una realidad más que concreta. La
popularización de la práctica de este deporte y la gran cantidad de
partidos que se organizaban de manera informal generó la
indefectible necesidad de estructurar una liga local. Es así que en el
mes de septiembre de 1939 nació la primera organización formal de
fútbol (Chiappe, 2013),15 lo que parece ser el origen de la
organización pionera en términos futbolísticos en San Carlos de
Bariloche. El éxito que tuvo la organización de la liga de fútbol hizo
que “los partidos comenzaran a necesitar de una conducción mejor
preparada, (…) Fue así que luego de varios años de aparecida la liga
de fútbol, se creó la Asociación de Árbitros en 1945” (Chiappe,
2015:6).
En la década de 1940 fueron muchos los artículos de índole
periodística y de opinión que aparecieron a nivel nacional que
marcaron la preocupación de la educación infantil y su “correcto”
comportamiento, exigiéndoles a las autoridades que busquen una
solución. Tales ideas circundaban con fuerza por todo el país que
arribaron a la órbita del fútbol local. Esto fue entendido como una
herramienta esencial para la formación infantil y se comenzó a
proclamar que tanto los aficionados como los clubes deben alentar
el Baby Fútbol para, entre otras cosas, aprovechar las horas libres de
forma sana, alejándolos de la mala vida (Chiappe, 2015). Estas
15
El diario La Voz Andina se hacía eco de lo sucedido: “Se ha logrado
en esta forma otorgar a los entusiastas de este popular deporte, las
seguridades de un correcto comportamiento por parte de los que en recias
contiendas defienden los prestigios del club que representa” (La Voz
Andina, en Chiappe, 2013:14).
38
consideraciones dan un indicio interesante para pensar, a nivel local,
en los más chicos vinculados al deporte, que como vimos ya era
popular entre los mayores.
Resulta interesante el trabajo realizado por Gabriel Carrizo
(2006) que pretende avanzar en el análisis de espacios de recreación
en donde los trabajadores elaboraron su pertenencia a las distintas
comunidades obreras de Comodoro Rivadavia. El autor sostiene que la
práctica del fútbol permitió la consolidación de lazos entre
trabajadores como una forma de integración que fortalecía los
vínculos en su ámbito de trabajo. Así también los clubes que
conformaron se constituyeron en un lugar de participación política.16
Carrizo ve que la proliferación de equipos de fútbol en la
Patagonia fue adquiriendo relevancia en varias regiones a partir de la
década de 1920, vinculada a dos objetivos principales: moralizar y
disciplinar a algunos sectores de la sociedad. Por medio de este
deporte se buscaba argentinizar un territorio que hasta ese momento
mantenía un débil lazo con el conjunto de la nación (Carrizo, 2006).
Los comienzos de la práctica del deporte fueron complejos, marcados
por la violencia y el desorden. En su estudio el autor sostiene que
16
“El proceso de popularización del fútbol en Comodoro Rivadavia se
inscribió en el marco de una explosión de asociacionismos a partir de la
segunda década del siglo XX. La participación dentro de los clubes, que
permitían una primera experiencia democrática, perseguía fines culturales y
se orientaba fundamentalmente a fortalecimiento de la dimensión recreativa”
(Carrizo, 2006:4).
39
su apogeo y la tensión entre moralidad y corrección
deportiva encontraba eco en la prensa. Desde las páginas
periodísticas se instaba a los dirigentes a que identifiquen
a los desordenados para evitarles el acceso a las canchas”
(Carrizo, 2006:6,7).
40
trabajaban los jugadores, y que después de un hecho puntual
(despidos, desacuerdos entre empleados y empleadores) cambió de
nombre.
Los textos aquí apuntados aportan valiosos datos y dan cuenta
de un arduo y serio trabajo sobre la cuestión que convoca, brindan
pistas y abren caminos para pensar, en clave regional y local, este
interesante y complejo tema. No obstante, parece que es mucho el
camino que queda por recorrer para poder dar cuenta del devenir
histórico del fútbol en Patagonia y Bariloche.
Ahora, miraremos algunos escritos sobre identidad en relación
con el fútbol. Esta revisión resulta oportuna porque el concepto en
cuestión se transforma en una clave explicativa del fenómeno
ADEFUL, esto lo veremos en el capítulo numero 4.
Javier Rodríguez diferencia tres tipos de hinchas: por un lado, el
denominado espectador que es aquel para el cual el partido es solo
una alternativa más para ocupar su tiempo libre, una opción más entre
otras tantas posibles. Su afición termina cuando finaliza el partido,
mostrando que su interés se manifiesta únicamente en grandes
ocasiones. Por otro lado, se puede distinguir al fanático, para quien el
fútbol es más que un espectáculo; es una ceremonia; es él
acontecimiento de la semana. Vivencia una unidad simbólica con su
equipo, su asistencia a los partidos es compromiso ante lo cual no hay
alternativa posible. Y, por último, podemos mencionar al aficionado,
el cual está entre los dos extremos antes descriptos (Rodríguez, 1996).
Tomo como interesante esta diferenciación de hinchas por su
nivel de implicancia con el acto deportivo y, por ende, su relación con
el deporte, porque el fanatismo cumple un rol muchas veces decisivo
en actos relacionados con la violencia. Aporta en este sentido Pablo
Alabarces (2013), para quien la barra, la hinchada o la banda
constituyen una comunidad de pertenencia que se define por la
41
posesión del aguante. Es parte del día a día de los espectadores
(fanatizados) dedicar tiempo a planear los aspectos festivos del
partido, lo que denomina la fiesta de la popular: “por la asistencia
regular e incondicional a los partidos de fútbol, tanto de local como de
visitante, y por la perseverancia en el aliento, llamamos a estos
espectadores hinchas militantes” (Alabarces, 2008:2).
El hincha militante en este caso construye un nosotros
incluyente, con un sentido de apropiación colectiva del espectáculo del
cual es parte; esto se debe a que ahí se representa y es representado.
Existe en este proceso la conformación de identidad por oposición,
porque entiende que en la confrontación está la esencia del fútbol y la
base de su propia identidad. No tan acertadamente, a mi entender, se
sostiene que las rivalidades son la vida del fútbol, que el rival existe
porque la alteridad es su condición de existencia. Es por esto que no
comparto el pasaje donde Carrión Mena dice que:
42
del barrio que brinda espacio y tiempo de disfrute compartido
consolidando vínculos sociales.
Lejos de ser homogénea, estática y sin conflicto, la
identificación es un proceso dinámico, que incluso se puede analizar
debido a las circunstancias en que se plantean. En torno a esto, Luis
H. Antezana (2003) dice que en el fútbol se pueden reconocer en
juego tanto identidades culturales particulares como
metaidentidades. Se tienen las identidades por clubes, pero (por
otro lado) implica una manifestación de metaidentidades cuando se
juegan -por ejemplo- campeonatos mundiales, donde todos hinchan
por la selección nacional. El autor avanza y habla de la posibilidad de
identificar una supraidentidad a lo que va más allá de la
metaidentidad, esto ocurriría, por ejemplo, cuando en una final del
mundo juega un equipo latinoamericano contra uno europeo
(Antezana, 2003).
Fransesc Xavier Medina (2002), en su trabajo Deporte,
inmigración e interculturalidad, dice que como parte de un
imaginario construido en torno a un nosotros, por ende, como
elemento de identidad, el deporte (y el fútbol en particular) también es
susceptible de convertirse en un instrumento clave de integración, es
decir, un elemento que tiene la capacidad de introducir a los otros en
el nosotros, brindando elementos a favor de la convivencia. En su
escrito rescata una interesante cita de Fernandez-Martorell:
43
el F.C. Barcelona. En este caso es consciente, con
seguridad, de que este hecho contribuye a la integración
de su hijo en Cataluña (…) (aunque) no podemos
interpretar que con esta inscripción (…) pretenda que su
hijo abandone la identidad judía” (Medina, 2002:20).
17
En términos de Bourdieu, los autores visualizan al campo futbolístico
como un campo social relativamente autónomo, estructurado de acuerdo a
sistema de reglas propias (formales como informales) situadas en el devenir
futbolístico y en su historicidad. “El habitus asociativo futbolístico se ha
constituido en una estructura estructurante capaz de generar y moldear
practicas, así como de hábitos asociados a formas de organización y
participación transmitidos de generación en generación en muchos casos y a
través de las instituciones de socialización (como la escuela y la familia por
ejemplo)” (Aguirre y Pinto, 2006:79).
44
podemos encontrar un interesante antecedente para pensar al club y al
fútbol amateur. Los autores dicen que el fútbol como fenómeno social
no se agota ni mucho menos en lo que se entiende como deporte
industria o deporte espectáculo. Junto a esta dimensión de mayor
visibilidad, coexiste un ámbito menos mediatizado, claro heredero de
los orígenes de este deporte en cuanto a práctica asociativa. 18 Este es el
fútbol de base, clara expresión de sociabilidad en el ámbito del espacio
urbano; entorno voluntario de interacción asociativa, lugar de
significados y actos compartidos, cuyas implicancias se ven
directamente relacionadas con la participación de los sectores más
populares.
En Chile, como en Argentina, el amateurismo es una actividad
masiva y de extensión nacional. Pero en el país trasandino, a
diferencia del nuestro, existe la Asociación Nacional de Fútbol
Amateur (ANFA), una organización que nuclea y coordina este espacio
deportivo. A su vez, los clubes se relacionan entre sí a efectos de la
18
“La asociatividad viene a formar parte del mundo de la
intersubjetividad y códigos de realidad compartidos por un conjunto de
sujetos en un espacio-tiempo común, singular y por ellos reproducido. Los
actores sociales se asocian voluntariamente, generan un nosotros y un nivel
identitario al momento de co-participar de la realización y satisfacción de un
objetivo o necesidad convocante. (…) la cualidad asociativa se sustenta en
una trama de relaciones internas, y acciones basadas en la existencia de
pautas comunicativas con las cuales se negocian reflexivamente las
pretensiones de validez de la coordinación de acciones de un modo
horizontal, simétrico y libre de coacción, por lo tanto, orientado en pos del
entendimiento reflexivo en los sujetos” (Habermas, en Aguirre y Pinto,
2006:85).
45
preparación y la competencia dentro de las diversas asociaciones
locales y regionales. “Para ANFA, el club es la organización encargada
de realizar la actividad deportiva en beneficio de sus socios, dentro del
marco reglamentario de esa organización. Cada club funciona de
forma independiente” (Aguirre y Pinto, 2006:75).
Los cientistas sostienen que el habitus deportivo es el lugar
donde se producen determinadas prácticas sociales que reestructuran
y/o actualizan diversos hábitos cotidianos como la forma de
organizarse, relacionarse, ayudarse y participar. Destacan los autores
también que en este habitus asociativo futbolístico existe determinada
memoria social e histórica, así como el apego a la misma, vecindad y
proximidad geográfica. Concluyen en su estudio que esto potenciaría
la emergencia del capital social como práctica comunitaria y las
vivencias compartidas y el vínculo que los une forman parte de su
fuerza motivacional, remarcando que el capital social es parte
integrante de las comunidades y las organizaciones colectivas.
En su trabajo se hacen eco de lo postulado por Durston (2000),
quien sostiene que existen dos tipos de capital social, uno es el
individual y otro es comunitario.19 Los dos tipos nacen y se desarrollan
en el seno de las relaciones entre las personas, pero el capital social
individual es el crédito que ha acumulado la persona de la forma de
reciprocidad que puede reclamar en momentos de necesidad a quien
antes había ayudado. El capital social comunitario consta de las
normas y estructuras que conforman las instituciones de cooperación
grupal, no reside en las relaciones interpersonales diádicas, sino en
complejos sistemas, en sus estructuras normativas gestionadoras y
19
La división entre capital social individual y comunitario es
meramente analítica, ya que las relaciones comunitarias se basan en
relaciones entre personas y toda comunidad se compone de individuos.
46
sancionadoras. Según Durston, las instituciones son sistemas de
normas y de relaciones sociales estables que son producto de las
interacciones en un grupo de personas, y que tienden a provocar
satisfacción de las necesidades de algunos o todos ellos. Todo se
obtiene a un costo menor que si se hiciera de manera individual. 20
Tanto para Bourdieu como para otros referentes, las relaciones
sociales pueden traer consigo el recurso del capital social; es decir, que
un determinado conjunto de relaciones sociales o de instituciones
puede significar una red de beneficios, contactos o ayuda mutua. 21
Aguirre y Pinto estiman que las redes en el club de fútbol estarían
dadas por su contexto local de reproducción del mundo de vida
fundado en vínculos de parentesco o amistad, los cuales son
20
Durston ha identificado características institucionales y funcionales
del capital comunitario: control social a través de imposición de normas
compartidas por el grupo, con sanciones para quienes las incumpla, creación
de confianza entre los miembros de un grupo, cooperación coordinada en
tarea que exceden las capacidad de una red, resolución de conflictos por
líderes, movilización y gestión de recursos humanos comunitarios,
legitimación de líderes con función de gestión y administración, generación
de ámbitos y estructuras de trabajo mancomunado, prevención y sanción de
individuos que quieren beneficiarse del capital social sin aportar esfuerzos
propios y la producción de bienes públicos creados por estas formas
colectivas de capital social.
21
Según Lominitz, “las redes sociales son construcciones abstractas
que el investigador define de acuerdo al criterio que le interesa; es decir, estas
relaciones se determinan por algún criterio subyacente, lo que permite
identificar estructuras sociales que generalmente no están formalmente
definidas por la sociedad y que de otra manera no serian identificables”
(Lominitz, en Aguirre y Pinto, 2006:83).
47
emergentes de lazos sanguíneos, de cercanía espacial o vivencial, las
cuales dan un tipo particular de solidaridad. Concluyen así, en este
caso, que el club estudiado por ellos (Juventus), es esencialmente de
base comunitaria y territorial. La mayoría de sus miembros
pertenecen al mismo barrio y por ende el club es parte de su
cotidianeidad. Para quienes les gusta el fútbol el ingreso es efectuado
de forma natural, dicha inserción es realizada por intermedio de
familiares o amigos, principalmente de padre a hijo, existiendo una
transmisión generacional (Aguirre y Pinto, 2006).
Lo visto aquí es un ejemplo de asociatividad deportiva de un
club de barrio, donde se puede ver que el habitus asociativo en
relación a un equipo de fútbol fortalece relaciones personales y es un
ejemplo de cómo la ayuda mutua potencia capacidades individuales. A
diferencia del análisis aquí presentado, que gira en torno a un solo
club, a continuación abordaremos el devenir histórico del proceso
asociativo de varios clubes de características similares. Y es aquí -en la
cantidad y diversidad de involucrados-donde radica gran parte de la
riqueza de lo acontecido.
48
2. FÚTBOL Y SECTORES POPULARES
22
La historia de los sectores populares designa más que un concepto
de lugar. Implica también múltiples aspectos de la cotidianeidad.
49
dinámica que sirve para explicar algunos elementos de la
cotidianeidad aquí presentados.
23
Datos arrojados por el censo poblacional hecho por el INDEC en el
año 2010. Disponible en http://www.rionegro.com.ar/diario/segun-el-indec-
bariloche-tiene-112-887-habitantes-1154502-53285-nota_cordillera.aspx
(Consultado el día 1/09/2015).
50
tuvo un rol decisivo a través de la Ley Luelmo (1958) mediante la cual
Parques Nacionales cede la jurisdicción de las tierras fiscales ubicadas
dentro del ejido de San Carlos de Bariloche. El incorporar nuevas
tierras y loteos propiciaron la dispersión; dificultando una adecuada
gestión territorial. El proceso de esta intensa subdivisión no estuvo
acompañado por una ocupación efectiva del territorio (Matossian,
2008).
51
niños de diverso origen, “aunque con una fuerte impronta de gente
llegada de Chile y de las áreas rurales de la provincia, en particular de
tramos cercanos de la Línea Sur” 24 (Lezcano, 2010:4). En torno a esto,
una serie de trabajos realizados por un grupo de profesionales,
encabezado por el arquitecto Carlos Alberto Abaleron sobre 19 barrios
del alto barilochense en el año 1990, pueden ayudar a entender
algunos aspectos del cotidiano de los actores aquí presentados, y como
adelanté en la introducción, pueden ayudar a percibir un eslabón de la
cadena de violencia que sufren los sectores de bajo recursos en la
ciudad donde el Estado municipal tiene un rol clave.25 Como sostiene
Matossian,
24
Se denomina Línea Sur al área mayormente esteparia y de mesetas al
interior de la provincia de Río Negro, caracterizada por la actividad ganadera
orientada al ovino.
25
La encuesta comprendió más de 140 variables, con módulos como:
el demográfico, el migratorio, de vivienda, de salud, de educación, de
trabajo y de participación. Se observó que una gran proporción de la
población de estos 19 barrios se encontraba al margen, en referencia al acceso
a bienes y servicios, a un hábitat digno y a una educación según estándares
aceptables.
52
chapas de cartón alquitranado, un 93% paredes hechas con madera
de desechos sin ninguna clase de aislamiento o protección contra el
frio, un 18% sin ninguna clase de piso, un 93% tenían retretes fuera
de la casa sin descarga de agua, y solo un 55% contaba con
electricidad. Este complejo panorama de viviendas, poco preparadas
para habitar una zona fría, dificultaba la vida de buena parte de la
población local. Así pues, ocurrieron dos situaciones que
potenciaron la precariedad en las condiciones de vida de los sectores
populares: las personas que menos recursos tenían para afrontar las
inclemencias del tiempo fueron quienes, a su vez, se (los) ubicaron
donde más precisaban de estos recursos.26 En claras palabras,
Abaleron sostiene que:
26
“Según las normas IRAM N° 11603 y de acuerdo a la latitud y
altitud del lugar, el clima corresponde al de la zona bioclimática “muy fría”
(Zona VI) (…) La zona de desarrollo urbano presenta un relieve de planicies
y colinas (70 por ciento de superficie del ejido), con orientación
predominante al Norte y al Noroeste, con cotas que van desde los 760 hasta
los 800-900 m.s.n.m.” (Abaleron, 1991:02,03) (Negrita en original).
53
Pienso que existen elementos que puede ayudar a atenuar una
situación de precariedad habitacional, pero es evidente que existen
posibles consecuencias de que una vivienda no cumpla con la función
de facilitar el comportamiento y no brindar el confort de las personas
que las habitan. Los posibles (y negativos) efectos pueden ser:
abandono del hogar o demasiado tiempo fuera del mismo con la
consiguiente falta de control de los padres, dificultades para realizar
tareas vinculadas a la escolaridad, con la consiguiente posible
deserción, posible integración de los jóvenes (o niños) a otros
individuos en condiciones similares con posible ingreso a la
delincuencia por necesidad. 27
Este complejo panorama de configuración urbana cuenta con
procesos de erradicación forzada de barrios enteros. No son de
despreciar los casos en se desalojaron sectores de Bariloche con la
intención de mantener la postal. En referencia a esto Lezcano dice
que:
“la historia de desalojos y desplazamientos de
asentamientos data de 1903, coincidiendo con la
revalorización de la tierra, con ímpetu renovado en la
década „infame‟ del 30‟ y los desalojos violentos de la
última dictadura en la gestión municipal de Omar
Barberis (barrios Mutisias y Arrayanes). Este último es
27
“Entre otras cosas, la vivienda debiera, al menos idealmente, actuar
como un filtro contra el clima y como facilitadora del comportamiento
humano. Si este doble rol no se cumplimenta o si se hace parcialmente, serios
efectos sobre la salud física y mental de sus ocupantes es dable esperar. Si ese
fenómeno se verifica de manera concentrada en vastos sectores de Bariloche,
como en realidad sucede, es probable que aparezcan productos negativos que
vayan más allá de la comunidad originalmente afectada. Sería el caso concreto
de una endemia o de trastornos de conducta antisociales masivos” (Abaleron,
1990:04).
54
un caso extremo de acción política que se dio en 1977
para contribuir al imaginario de ciudad postal y a
intereses inmobiliarios, a partir de una serie de medidas
tomadas por la dictadura militar en el marco del Plan de
Erradicación de Villas. En plano local significó la
adopción de una política destinada a alejar la pobreza del
centro urbano y provoco a corto plazo la concentración
espacial de la misma en los espacios considerados ajenos
a la ciudad” (Lezcano, 2010:5).
55
alejaban los terrenos de la costa del lago disminuía su valor. A la vista
de esto no es incorrecto decir que:
“El avance del casco urbano con sus servicios, y el
incremento del costo del suelo, obra para “expulsar” a los
pobres y marginales (…) que se van buscando otro sitio,
en una atmósfera de precariedad (…) Todo ello ha
provocado un corrimiento hacia el Sur y hacia el
Suroeste, que tiene un límite natural constituido por el
margen izquierdo del Ñireco, por un lado, y las
estribaciones Sur del Cerro Otto, por el otro” (Abaleron,
1991:04).
28
Disponible en www.digestobariloche.gov.ar/ordenanzas/1995/O-95-
529.DOC (Consultado el día 20/06/2015).
56
permanente de hombres ya mayores, especialmente de aquellos que
habían sido niños a mediados de los años 1960. En efecto, el Padre
Videla29 logró ser ampliamente reconocido por la comunidad deportiva
de Bariloche por la trascendencia que tuvieron los torneos de fútbol
infantil que organizó por casi una década, logrando concentrar, los
domingos desde muy temprano, una gran cantidad de niños/jóvenes de
todos los puntos de la ciudad. Nadie pasa por alto esas reuniones
domingueras, cualquiera sea el rol que les tocase. Recuerda Demesio
Espinosa (socio fundador del Club Gamberro y de la ADEFUL) que:
29
El Padre Videla era comúnmente conocido como El amigo de los
niños, nació en Villa del Rosario, provincia de Córdoba el 1° de mayo de
1907, realizó el Noviciado Salesiano y recibió la sotana el 29-X-1924, siendo
ordenado Sacerdote en Córdoba el 8 de diciembre de 1933 por el Obispo
Buteler. Entre sus artes desempeñadas puede nombrarse también el ejercicio
de la docencia en Historia, Dibujo y Ciencias Naturales. Estuvo encargado de
varios Oratorios Festivos, entre los cuales se pueden nombrar el Colegio
Domingo Savio de General Roca entre 1950 y 1963, el Colegio de la Piedad
en Bahía Blanca hasta 1958, en San Carlos de Bariloche entre los años 1959
y 1973, en Trelew en dos periodos (entre 1974 y 1975 y entre 1979 y 1985),
también en Junín de los Andes (entre 1976 y 1978 y entre 1986 y 1988). Los
dos últimos años de su vida residió en la ciudad de Bahía Blanca, falleciendo
en la Casa Inspectorial de la Obra de Don Bosco el 14 de marzo de 1989.
57
Esos campeonatos eran la primera vez para todos
nosotros de ser parte de algo organizado.” 30
30
Espinosa, Demesio. Entrevista realizada por Nestares Javier
Alejandro el día 10/07/2015.
58
mucho. Porque solo podía jugar el torneo el que tenía el
carnet sellado por el que daba constancia de asistencia a
la misa, sino tenías el carnet firmado, aunque patalees no
jugabas.” 31
31
Ledesma, Luis. Entrevista realizada por Nestares Javier Alejandro
el día 09/07/15.
32
Valderas, Luis Alfonso. Entrevista realizada por Nestares Javier
Alejandro el día 12/05/15.
59
muchos vivimos de chicos, con lo que hicimos de grandes.
Ya sea de manera consiente u inconsciente sin duda nos
marcó y copiamos mucho de eso. El cómo nos
organizaban, cómo cada uno tenía su carnet de asistencia,
donde para poder juagar tenías que haber participado en
la misa, también donde cada equipo tenía organizado
donde jugar, quien era el árbitro, todo.” 33
33
Navarro, R; 2015.
34
En un artículo de Ariruma Kowii reflexiona en torno a las diferentes
formas de resistencia a la ideología dominante por parte de los pueblos
indígenas, se puede ver (una vez más) que el fútbol es más que un deporte y
puede guardar relación con los procesos de lucha y resistencia (Carrión;
2006).
60
que no querían faltar a la misa, ya que era el paso obligado para
después poder jugar a la pelota.
Este antecedente de organización deportiva liderado por el
Padre Videla puede ser tomado como un punto de partida, formativo y
referencial para esa generación de jóvenes, que, transformados en
adultos pasaron a participar en las actividades dirigenciales de clubes
deportivos barriales, emprendiendo luego la aventura asociativa. Pero
claramente no fue el único: muchos otros anónimos amantes del
deporte también acompañaron a esos chicos en la práctica del
deporte;
35
Espinosa, D; 2015.
61
el barrio La Cumbre estaba Estrella del Sur, en el barrio El Mallín
estaba Juventud Unida, en el centro geográfico de la ciudad solían
militar Nueva Argentina, Once Corazones, Estrella Roja, y en la zona
noreste de la ciudad, contra la costa del lago Nahuel Huapi, el club
Ferrocarril y club Comunicaciones.
En las narraciones existe coincidencia en marcar que esos
equipos fueron los pioneros en sostenerse en el tiempo como equipos
barriales, manteniéndose por fuera de la liga federada y cuya
formación estuvo fuertemente ligada a un barrio específico.
La práctica del fútbol libre con el paso del tiempo se hizo
tradicional. En torno a esto, el diario El Cordillerano, de San Carlos de
Bariloche, en su edición del jueves 29 de diciembre de 1994,
puntualmente en su suplemento Crónica Deportiva, hace un repaso
breve (pero contundente) del fútbol no federado (también llamado por
el matutino Fútbol independiente). Destacaba que la actividad del
fútbol libre contaba con una larga trayectoria en la ciudad. Ya desde la
década de 1950 se habían llevado a cabo algunos encuentros y, en la
década de 1960, los torneos tuvieron el nombre de Campeonato
Comercial de Fútbol. Denominación que se debía a que la mayoría de
los equipos representaba a distintas entidades comerciales de la
ciudad. La convocatoria de estos torneos se hacía en la cancha
denominada El picadero, que se emplazaba a metros del Centro Cívico
de la ciudad, precisamente, donde actualmente se encuentra el edificio
denominado Bariloche Center.
A modo de cierre de este apartado, puedo decir que la
experiencia de jugar torneos infantiles llevados a cabo por Videla entre
los años 1959 y 1973, fue el único espacio organizado para niños de los
barrios populares de Bariloche que deseaban jugar al fútbol de manera
amateur, ya que no existen registros de otras organizaciones masivas
de tinte barrial para equipos informales de infantiles o jóvenes que
62
organizase los torneos y que se sostuviese en el tiempo. A su vez esta
experiencia marcó la infancia de los hombres que en muchas
ocasiones formaron sus equipos/clubes, de los cuales muchos dieron
inicio a la ADEFUL.
63
barrio La Cumbre (identificados con el barrio) están:
Estrella del Sur, El Trébol, La Cumbre, Atlético La
Cumbre y Atlanta.” 36
36
Valderas, L; 2015.
64
sea motivo de reuniones sociales antes o después de los partidos. Esto
hizo que participen de las actividades del club ya no solo jugadores e
hinchas, sino todo aquel que, por un motivo u otro, ya se sintiese
parte.
A continuación, un par de ejemplos que relatan cómo se
formaron los clubes que actualmente integran:
37
Espinosa, D; 2015.
38
Cuevas, Miguel Ángel. Entrevista realizada por Nestares Javier
Alejandro el día 14/07/15.
65
disciplina en 1978 se haya disputado en Argentina y, además, que el
mismo haya sido ganado.
Más allá de la incidencia que pudo tener el mundial la
conformación de estos clubes se multiplicó conforme el crecimiento de
la población de la ciudad y la natural expansión superficial del ejido
municipal. Es así que no todos los equipos confluían en un mismo
punto de encuentro. Puede hablarse aquí de una cierta sectorización:
la práctica deportiva se realizaba en las cercanías del lugar donde se
vivía, en el barrio o muy cerca del mismo. La elección de ir a un lugar
poco habitual era tema de debate hacía el interior del grupo. Cuenta
Hermenegildo “Palito” Ortega que era habitual juntarse con los
amigos o compañeros de un barrio y ver donde había un torneo para
participar y “se evaluaba cual convenía jugar por los premios que
habían en disputa y por la distancia que implicaba transitar.”39
La aparición de nuevos equipos acompañó el incremento,
sistematización y masificación de los campeonatos que empezaban y
terminaban en el fin de semana o incluso se desarrollaban el mismo
domingo. Se denominó a esta modalidad campeonatos relámpagos,
en los que “dependiendo la cantidad de equipos podías llegar a jugar
cinco partidos en un día si es que ibas ganando.”40 Los mismos eran
organizados por un equipo que, se encargaba de publicitar, para una
fecha determinada un relámpago. En un encuentro anticipado se
fijaba el monto de inscripción como así también los premios que se
otorgaban. “Se hacía una reunión previa, por ejemplo el día jueves, de
los equipos que querían jugar el domingo y se pagaba la mitad de la
39
Ortega, Hermenegildo. Entrevista realizada por Nestares Javier
Alejandro el día 18/05/15.
40
García, Armando. Entrevista realizada por Nestares Javier
Alejandro el día 17/07/15.
66
inscripción, se hacía un sorteo con una gorra me acuerdo y ahí salían
con quien te tocaba jugar y el horario.”41
Los premios estaban directamente vinculados a la cantidad de
equipos que participasen y el monto de la inscripción. Los mismos
podían ser: un juego de camisetas, pantalones y medias al campeón;
pantalones y media al segundo y el tercero se alzaba con un juego de
pantalones solo. También existía la posibilidad de que hubiese dinero
en efectivo. Otros premios habituales eran una vaquillona y un par
corderos con algunos litros de vino. La cantidad de asado y bebida
otorgada era también conforme el puesto alcanzado en el torneo. Este
tipo de premios eran los tradicionales y eran (en muchos casos)
combinados para hacer más atractivo un encuentro de fútbol barrial.
Según algunos entrevistados existieron algunas mutaciones a
destacar. Afirman que antes de la década de 1980 los torneos solían
ser un poquito más largos: podían durar más de un fin de semana,
pero después solo había relámpagos. Otro cambio que advierten son
las diferencias en los premios otorgados. Lo que era atractivo para
tener una exitosa convocatoria en un periodo no lo era en otro. Por
ejemplo, en plena etapa formativa de la mayoría de los equipos
(mediados y fines de 1970) fueron comunes y tentadores los premios
que incluían indumentaria deportiva. No fueron pocos los equipos que
consiguieron sus primeras camisetas en una cancha de fútbol, e
incluso el haber obtenido así sus camisetas les determinó el color con
el que se identificarían hasta el día de hoy. Nelson Rasini recuerda que
eran tan tentadoras las indumentarias al punto que una compra fallida
podía convertirse en motivación para organizar un relámpago:
41
Marín, Raúl Fabián. Entrevista realizada por Nestares Javier
Alejandro el día 21/07/15.
67
“Una vez comenzamos a juntar fondos para comprar
nuestros buzos, organizamos torneos de truco, etc.
porque teníamos un hermano de un compañero que
estaba en el norte y nos podía comprar buzos. Juntamos
la plata y los mandamos a pedir. Cuando llegaron nos
dimos cuenta de su calidad, era mala y además que eran
chicos. Asique optamos por organizar un campeonato y
darlos como premio, mostramos los dos únicos talles
grandes que había y largamos. Esa vez ganó El Cóndor,
les entregamos los premios cerrados y rajamos… y
recuerdo ¡cómo nos reclamaban la calidad y el tamaño de
los buzos!” 42
42
Rasini, Nelson. Entrevista realizada por Nestares Javier Alejandro
el día 10/06/15.
43
Ledesma, L; 2015.
68
definir un torneo así, alegría si se ganaba, tristeza si se
perdía, se sentía mucho. El que lo vivió solo sabe la
intensidad con que se vivía eso.” 44
44
Montecinos, Ricardo. Entrevista realizada por Nestares Javier
Alejandro el día 11/08/15.
45
Oviedo, L; 2015.
69
2.4. LAS CANCHAS
Hasta ahora, entre otras cosas, repasamos quiénes eran los que
jugaban y se caracterizó algunos aspectos del cómo se jugaba. Ahora
haré un relevamiento de dónde solían disputar los equipos los torneos
relámpagos o en otras palabras: dónde se juntaban a jugar a la pelota.
Los torneos se disputaban, por lo general, en canchas hechas por los
mismos practicantes del fútbol, donde podemos distinguir varias de
uso común. Como veremos, también se prestará atención a la fuerte
división de los espacios que ocupaban los equipos de arriba y los que
ocupaban los equipos de abajo, una división que parecía
infranqueable antes de la conformación de la ADEFUL.
Los equipos que militaban en la zona Sur de la ciudad, zona
construida sobre montañas (paisaje característico de Bariloche),
ubicados a aproximadamente 800 metros sobre el nivel del mar,
reciben la denominación de los de Arriba. Equipos como: Estrella del
Sur, La Cumbre, El Trébol, Alborada, El Cóndor, La Giralda y Pepona
eran habitué de:
70
* “Cancha de Capraro”, ubicada dentro del campo que
pertenecía a la familia de ese apellido, lo que le otorgaba el nombre. El
mismo espacio físico también era llamado “Cancha de Valderas”,
situado al lado de la “Cancha de Aguirre”; tan solo las separaba un
alambrado.
46
Oviedo dice: “a nosotros (Alborada) nos dieron permiso para usar lo
que ahora es la cancha de SOyEM, antes ese predio lo manejaba Teléfonos del
Estado, nos dieron permiso porque una vez nos vinieron a sacar con
Gendarmería por usar la cancha, y uno de los que jugaba con nosotros al pín
pong acá atrás de mi casa, un tal López, era el cuidador y consiguió que nos
autoricen a usarla, éramos los únicos que teníamos permiso” (Oviedo, L;
2015).
47
Montecinos, R; 2015.
71
Av. Jardín Botánico, es aún muy recordada por los grandes cipreses
que la rodeaban.
48
Aquí pienso que es necesario aclarar que el término de abajo no
hace referencia a la zona del centro de la ciudad como podíamos ver en el
apartado 2.1. de este trabajo, en donde se destaca la dicotomía el alto y el
bajo. Todos los equipos (más allá de su característica particular) aquí
presentados pertenecen a equipos que representan barrios catalogados como
del alto.
72
* “Las canchas del Lera”. Estaban donde actualmente
están los barrios 112 y 150 viviendas, construidos por el Instituto de
Planificación y Promoción de la Vivienda de la provincia de Rio Negro
(IPPV); es importante destacar que eran las más concurridas de la
zona y podían ser dos o tres, ya que la cantidad de espacio a utilizar
dependía del estado del terreno, el cual eventualmente variaba por su
cercanía con el arroyo Ñireco.
73
Entre el espacio de la ciudad que quedaba entre estos dos extremos,
estaban las que podríamos denominar canchas del medio. Las mismas
solían ser espacios de encuentro eventual entre algunos equipos de
arriba y de abajo, así también comúnmente usadas por los más
cercanos a su emplazamiento. Es necesario mencionar que por su
ubicación (centro geográfico de la ciudad), fueron los primeros
espacios que, llegado el momento, se ocuparon. Estas canchas eran:
49
Espinosa, D; 2015.
74
parece interesante destacar lo siguiente: durante los últimos años,
distintas delegaciones municipales, dependientes de diferentes
gobiernos de turno, han intentado – sin éxito al momento de escribir
estas líneas - evitar la permanencia de puestos “ilegales” o manteros e
impedir su multiplicación sobre esta cuadra (y las otras calles que
forman la manzana). La tensión, claro, pasa por el reclamo que hacen
los dueños de locales “en regla”, que se ven afectados debido a la
competencia desleal que entienden se produce entre ellos y quienes
“no pagan los impuestos que deberían”. Salteando este amplio y
complejo debate, lo que intento señalar aquí es una posible respuesta
a lo que muchos se preguntan: ¿por qué esto ocurre en esta cuadra y /
o manzana, pudiendo generarse polos de comercio “puesteros” en
cualquier lado? El análisis que parece imponerse es que el antes
espectáculo futbolero hacia que los puesto de choripanes, cervezas,
gaseosas y golosinas (primero presentes solo en los días de partidos)
se hicieron habitúes del lugar por la demanda del consumidor. Estos
se transformaron en pioneros (y atrayentes) de otros que encontraron
en esa cuadra un ámbito propicio de socialización y comercialización.
75
Puede verse aquí como lo popular del fútbol se propagó y dejó
(muchos años después de desaparecida la cancha) una marca que
parece imborrable del paisaje barilochense.
Más abajo, en el sector Norte de la ciudad, contra la costa del
lago Nahuel Huapi, se puede mencionar algunos espacios que eran
concurridos por los equipos más allegados a la zona, como así también
hacían de espacios neutrales para algún torneo eventual, donde
asistían equipos de todos lados de la ciudad, estas eran:
50
Ortega, H; 2015.
76
“Siempre éramos los mismos equipos, alguna vez algún
invitado por ejemplo recuerdo una vez bajo Alborada
¡uhhh, era todo un acontecimiento! ¡Mira los de
Alborada! Era muy dividido, éramos los de arriba y los de
abajo, era así por las distancias, antes nadie tenía un
vehículo, era muy raro, entonces todo parecía más lejos,
las distancias eran otras, antes subir a La Cumbre por
ejemplo era todo un acontecimiento, y que ellos bajen
igual.” 51
Por lo visto hasta aquí, puedo decir que los chicos que solían
participar de los torneos del Padre Videla, en la década de 1970 la
mayoría (exactamente 16 de los 21 entrevistados) fueron parte de la
creación de sus equipos barriales. Estos equipos, por medio de la
habitualidad del juego y las reuniones pre y post partido, ampliaron su
círculo social, haciendo parte de sus encuentros a familiares y amigos,
lo que con el paso del tiempo derivó en sólidas relaciones humanas en
torno al fútbol. Base que originó un sentimiento de pertenencia e
identificación con el equipo del barrio, en muchos casos ya devenidos
en clubes. Si bien había excepciones, 52 lo habitual era que los equipos
participasen de torneos relámpagos en las canchas cercanas a su zona
de la ciudad. Esto hizo posible identificar a los equipos de arriba y a
los de abajo y sus tradicionales espacios de participación.
51
Ortiz, Juan Esteban. Entrevista realizada por Nestares Javier
Alejandro el día 29/07/15.
52
Algunos se trasladaban a jugar fuera de Bariloche, empresa compleja,
porque implicaba una logística de entablar contactos, tener alimentos, medio
de transporte, etc. Por ejemplo Marín dice que: “Nuestro equipo, 12 de
Octubre, (…) También teníamos la costumbre de viajar a Pilcaniyeu o a
Comallo. Varias veces fuimos a jugar también torneos relámpagos a
Pichileufu” (Marín, R. F; 2015).
77
Ahora bien, este sistema de usos y costumbres, con estos actores, tuvo
lugar por más de una década en distintos puntos de San Carlos de
Bariloche, pero como veremos a continuación, existieron algunos
agentes que dificultaron esta práctica del fútbol libre e invitó a los
interesados a debatirse en el difícil terreno de la permanencia.
53
Agradezco al Joaquín Perren por sugerirme esta lectura y llamarme la
atención sobre la posible pertinencia del uso de esta categoría para este
trabajo.
78
los jugadores en torno al lugar en que habían nacido y crecido
afloraba en conductas violentas en situaciones en que el barrio debía
ser defendido, en este caso; en encuentros de fútbol. Si aceptamos que
“el enorme dinamismo barrial nos permite reconocer que hay
elementos que favorecen la participación, como por ejemplo el sentido
de pertenencia y la historia de lucha común” (Nuñes, en Matossian,
2008:13), podemos entender algunos de los motivos por el que los
individuos formaron una identidad fuertemente ligada a su barrio. En
este caso, cuando se disputaba un partido, no sólo el equipo era el que
ganaba o perdía sino su lugar de pertenencia. Mirando así comparto
planamente que el barrio no debe considerarse una simple división
jurisdiccional, administrativa o física, ya que es también una
formación histórica y cultural, de importancia material y simbólica
para sus habitantes (Matossian, 2015).
Ante algunas situaciones adversas, el barrio constituyó la base
principal de la estabilización de la experiencia dando algunas
posibilidades de superar (de forma colectiva) los problemas sociales
derivados de su precariedad y ser así un poco menos vulnerables. Los
barrios se constituyeron en lugares de valorización social que
multiplicaron las afiliaciones a nivel local y funcionaron como un
seguro social de múltiples dimensiones que les permitió a los
individuos hacer frente a los riesgos permanentes que afrontaban
(Merklen, 2005). Retomando el concepto de cadena de violencia, no
se debe pasar por alto la ejercida por el Estado Municipal por inacción
o acción ineficiente en muchos sectores de la ciudad. Esta “violencia
estructural”, con el paso del tiempo fue absorbida por algunas
personas y exteriorizada en actos de agresiones directas ante sus
rivales deportivos de turno. Siendo como dijimos anteriormente un
eslabón de esta cadena.
79
El análisis y el esbozo de un ejercicio explicativo que incluye estas
categorías teóricas en combinación con otras se expresan en el
apartado de conclusiones, de momento con lo dicho alcanza para
contextualizar y darle lugar a lo que viene: ejemplos de expresiones
violentas explicitas.
Los equipos que obtenían un triunfo deportivo en esta brava
época, pocas veces podían hacerlo por superioridad deportiva, es
decir, jugando bien al fútbol. En muchos casos se imponía el simple
amedrentamiento; esto era muy notorio, por ejemplo, si se
enfrentaban equipos más experimentados con otros que recién
comenzaban.54 Demesio Espinosa dice: “Imagínate nosotros teníamos
17 años, los primeros campeonatos no podías ganar, hasta tenias que
entregar el partido. Teníamos que perderlo.” 55 En otras palabras, si se
ganaba el encuentro había muchas posibilidades de ser golpeados y
heridos por el rival de turno. Si bien en la disputa de los encuentros
futbolísticos siempre había que meter y existió la pata fuerte, el juego
rústico, la banca,56 entre fines de 1970 y comienzos de 1980, se
comenzó a perder el control dentro y fuera de las canchas.
54
“Era bravo jugar, se jugaba fuerte, se quería ganar a lo guapo.
Realmente era difícil jugar, nosotros éramos muy pibes, y cuando te tocaba
jugar con algún equipo de gente más grande que ya venía de años jugando,
era bravo, muchas veces no se ganaba jugando a la pelota, se ganaba a lo
guapo, a lo pesado” (Montecinos, R; 2015).
55
Espinosa, D; 2015.
56
“Se jugaba mucho más fuerte, no había tanto manejo de pelota como
se puede ver ahora, era un juego más aguerrido, más brusco. El que hacia
uno o dos goles se la tenía que bancar porque te venían a buscar muy fuerte”
(Marín, R. F; 2015); “Se jugaba diferente, se jugaba fuerte, a lo “guapo”, era
el que pegaba más, se “metía” más de lo que se jugaba, habían chicos que
80
Los actos agresivos se repetían en las canchas y comenzaban a dejar
lamentables antecedentes, debido a que existieron casos de agresiones
con distintos tipos de armas, cuchillos y/o armas de fuego en algunos
casos. Esto hace suponer que antes de salir de sus casas muchos se
iban preparados para eventuales enfrentamientos. Había un grado de
logística que marcaba la naturalización del conflicto. En torno a esto
Luis Oviedo recuerda que: “Salíamos a las piñas muchas veces.
Nosotros con los del Cóndor dos por tres nos agarrábamos a las piñas,
(…), siempre nos dábamos, (…) Siempre habían peleas, eran muy
bravas”.57 Algunos partidos lejos estaban de ser solo un encuentro
deportivo, como venimos viendo, había en ellos elementos que
muchas veces hacían que un encuentro se dispute con bravura
desmedida. Cuevas dice en torno a esto:
“Se defendía mucho y no de buena manera el barrio, tu
equipo, el otro equipo era no un rival sino un enemigo. A
mi (…) me lesionaron un riñón cuando tenía 18 años, fue
una patada de frente pero afecto al riñón, tarde tres años
en recuperarme. No había límites.” 58
jugaban muy bien pero no podía jugar porque era ir a buscarlos para pegarle”
(Ortiz, J. E; 2015).
57
Oviedo, L; 2015.
58
Cuevas, M. Á; 2015.
59
Ortiz, J. E; 2015.
81
entrevistados hayan sido parte de uno u otro, lo que hace suponer que
el periodo en cuestión era en muchos casos más que bravo, era
peligroso. Aquí el relato de otro suceso:
“A nosotros nos ocurrió en la cancha de Pinino en una
final que se armase un lio tremendo. Entonces un
gendarme joven recién llegado del norte, salió a separar,
y quiso tirar al aire, resulta que le pego a Alberto Ortiz, un
jugador nuestro que jugaba de 9, la bala lo atravesó de
lado a lado en el vacío, no murió porque no le tocaba
nada más.” 60
60
Oviedo, L; 2015.
61
“Ya había pasado que una vez se organizó un torneo en la cancha
de Belgrano, de noche, y ahí mataron a un árbitro. Era así, complicado a
veces, te podían lastimar feo” (García, A; 2015).
62
Espinosa, D; 2015.
82
a tal punto sólo porque no se dio un golpe que cause la muerte o porque
alguien intercedía para evitar tal desenlace. Por ejemplo:
63
Ortiz, J. E; 2015.
64
Cuevas, M. Á; 2015.
65
Espinosa, D; 2015.
83
tan arriesgado oficio no se recompense más que con un choripán y una
cerveza.66
La impronta territorial de la conflictividad aumentaba los riesgos
que implicaba ir de visitante, es decir; ir a competir a un sector de la
ciudad identificado con otros equipos. Sin dudas, el equipo que decidía
ir a jugar en canchas que no estaban ubicadas en el sector donde
habitualmente lo hacía consciente de lo que esto implicaba, pero de
igual manera se aventuraban. Por ejemplo cuentan que: “Al [barrio]
Arrayanes íbamos siempre, también siempre terminábamos mal, pero
ellos iban después allá donde nosotros y ellos la pasaban mal, entonces
siempre se mantenía.67 Puede verse que había cierto grado de riesgo
que hacía que la jornada fuese más especial de lo común, porque el
hecho de lograr un triunfo deportivo en condición de visitante era
cuanto más una gran hazaña a pesar de los peligros. “Si ibas por
ejemplo a las canchas de allá abajo a la de Rivadavia o Araucaria, y si
ganabas tenias que salir corriendo (risas).”68
Me animo a hablar en este apartado de una forma de violencia
generalizada exteriorizada entre algunos individuos, que dificultó los
encuentros del fútbol libre de Bariloche, porque fue algo que ocurrió
en todos los sectores de la ciudad, en todas las canchas habituales: en
las de arriba, en las de abajo y en las del medio. Bien lo grafica
Esteban Ortiz cuando dice que “a veces jugábamos dos torneos
relámpagos uno en una cancha y otro más en otra, (…) a veces te
venias de una cancha porque se había hecho lio y cuando llegabas a la
66
Los árbitros “eran personas que arbitraban por gusto nomas, solo por
un choripán” (Espinosa, D; 2015); “lo hacían por un choripán y una cerveza,
ese era siempre el pago” (Cuevas, M.Á; 2015).
67
Espinosa, D; 2015.
68
Oviedo, L; 2015.
84
otra también se había armado.”69 Como venimos viendo la clave
explicativa centrada en lo territorial brinda posibilidades de
entendimiento a la mayoría de los hechos relatados pero se debe tener
en cuenta que “cada episodio violento percibido deberá ser entonces
ubicado en su contexto estructural más amplio, así como en su
contexto situacional más especifico” (Auyero y Berti, 2013:26). Las
peleas y desencuentros no estaban determinantemente ligados a la
típica rivalidad entre barrios o entre zonas de la ciudad, o entre
equipos puntuales, sino podían ocurrir hechos violentos con cualquier
rival de turno, así estuviese compuesto por familiares o muy allegados.
El siguiente relato seria un caso a considerar en torno a esto:
69
Ortiz, J. E; 2015.
70
Ídem.
71
Como se habrá dado cuenta el lector este periodo caracterizado como
bravo en cuanto a los episodios de violencia física entre ciertos protagonistas
del fútbol libre coincide en gran parte con el Proceso dictatorial que atravesó
nuestro país entre 1976 y 1983. Proceso caracterizado por el ejercicio de la
violencia de forma directa del ejército sobre la población civil, reprimiendo,
secuestrando, desapareciendo y matando a quienes consideraban un peligro
para su “orden”. Sin embargo, carezco, hasta el momento, de evidencia que
85
sino que también los practicantes de este deporte sufrieron una lenta
pero constante pérdida de espacios físicos donde disputar los
encuentros. Esto se debió, entre otras cosas, a un crecimiento poco
planificado de la ciudad como vimos en el apartado que se caracterizó
brevemente a Bariloche.72 Para ser claros, los equipos barriales se
fueron quedando sin canchas donde jugar porque como aclara un
informante “el sector político nunca interpretó que el deporte era
importante.”73 Los entrevistados no pasaron de largo esta cuestión ni
muchos menos. Así analiza el tema de la falta de espacios físicos
Ricardo Navarro:
86
muchas y ya empezamos a notar la falta. Porque ocurría
algo que se combinaba, como es lógico, por un lado la
merma de canchas y por otro un aumento en la demanda,
porque al haber más gente, empezaron a existir más
equipos.” 74
74
Navarro, R; 2015. Algunos datos de referencia e interés en torno a esto:
el Barrio Lera, sobre la Barda oeste del Ñireco fue fraccionado en 1950. En
1953 se fracciona La Cumbre en el borde oeste de casco urbano. En 1962 se
loteo La Cumbre Sur (son 5.8 hectáreas a continuación de la dirección nombrada
del barrio homónimo). La población de Bariloche en el año 1970 era de 29.963
habitantes, en 1980 era de 51.229 habitantes y ya en 1991 era de 77.750
habitantes (Abaleron; 1992: 19-25).
75
Valderas, L. A; 2015.
87
repertorio no quiere decir que la totalidad de los individuos recurran a
ella para resolver sus problemas. Pero si que había una percepción de
la regularidad de los hechos violentos, como vimos en los testimonios
donde se afirmaba que era bravo jugar aquí o allá, o sabíamos que si
ganábamos teníamos que salir corriendo, etc. La percepción del
riesgo a ser víctima de violencia interpersonal estaba fuertemente
determinada por relaciones territorializadas.
Un eslabón destacado de esta cadena de violencia fue la
manifestación de violencia interpersonal con fuertes rasgos de
inscripción territorial pero la explicación no se agota aquí. Si
entendemos que “el Estado es al mismo tiempo, una entidad
estructural, macro y abstracta y un conjunto de instituciones concretas
que actúan a nivel micro estableciendo relaciones cara a cara con los
ciudadanos de manera directa e inmediata” (Auyero y Berti,
2013:122), entonces claro que cabe preguntarse: “¿cómo, cuándo y
produciendo qué efectos es que el Estado interviene en las disputas de
los más pobres en los lugares en que viven?” (Auyero y Berti,
2013:120). Las respuestas a estos interrogantes transforman al Estado
en un eslabón más de esta cadena de violencia que a su vez se refuerza
y reproduce.
88
3. ASOCIATIVISMO Y ORGANIZACIÓN POPULAR
89
Este enfoque considera a la acción colectiva como el resultado de
intenciones, recursos y límites, con una orientación construida por
medio de relaciones sociales dentro de un sistema minado de
oportunidades y restricciones. Los individuos construyen su acción
mediante inversiones organizadas; esto es, estar juntos para los fines
que persiguen. Claramente los individuos crean un nosotros colectivo,
compartiendo (y muy trabajosamente articulando) constantemente las
orientaciones relacionadas con los fines de la acción (o sea el sentido
que tiene la acción para el actor), las vinculadas con los medios
(límites y posibilidades) y las referidas a las relaciones con el ambiente
(el campo en el que tienen lugar).
La acción colectiva debe contener en sí, solidaridad; es decir, la
capacidad de los actores de reconocerse a sí mismos y ser reconocidos
como integrantes del mismo sistema de relaciones sociales. La
motivación, para ser parte de una acción colectiva, no puede
considerase exclusivamente como una variable individual, aun
teniendo en cuenta que opera en el nivel del individuo. La misma está
ciertamente enraizada en las diferencias psicológicas individuales y en
los rasgos personales, pero sin dudas se construye y consolida en la
interacción. Una influencia determinante en la motivación es ejercida
por la estructura de incentivos, cuyo valor se lo da la red de relaciones
entre los individuos. Es por todo esto que “la acción colectiva nunca se
basa exclusivamente en el cálculo de costos y beneficios, y una
identidad colectiva nunca es enteramente negociable” (Melucci,
1999:31). No toda acción u organización es solamente instrumental
hacia los objetivos, es un objetivo en sí misma.
La acción colectiva a la que referimos aquí se materializó en una
asociación de los interesados, es por eso que no quiero pasar por alto
90
el abordaje del concepto de asociatividad. En relación a esto José Luis
Coraggio76 dice:
76
Líneas que están en el prólogo del trabajo encabezado por Elida
Cecconi (2002) denominado De las cofradías a las organizaciones de la
sociedad civil: historia de la iniciativa asociativa en Argentina, 1776-1990,
donde también existen importantes aportes hechos en relación a esta
temática por referentes como Roberto Di Stefano, Hilda Sábato, Luis Alberto
Romero y José Luis Moreno.
77
El texto nos advierte que en la historia de nuestro país el avance de
la normatividad jurídica (como la Ley de Cooperativas de 1926) para
controlar el asociativismo no puede comprenderse por fuera de las luchas por
la hegemonía en una sociedad atravesada por los conflictos. Luchas y
conflictos que nunca dejaron de existir, tampoco en una etapa de auge
91
Deseo destacar dos grandes disyuntivas que atravesaron la mayoría
(por no decir todos) los que han encarado el camino del asociativismo
y por ende pueden ser considerados como “grandes debates” que
también conviven – en mayor o menor medida, según coyuntura - en
el interior de la ADEFUL: a) desde el comienzo surge el dilema de
mantener las reglas de oro del mismo (igualdad, un miembro un voto,
corresponsabilidad en proceso productivo y en uso de excedente) o
adoptar modelos empresariales, distinguiendo gestión del trabajo
productivo y de la participación de los usuarios. b) La otra es ¿qué es
realmente la asociación de unos y no de otros? En este sentido el
debate pasa por considerar a la misma como una forma de inclusión a
la sociedad – es decir “nos asociamos para ser parte de la sociedad de
la antes no nos sentíamos integrantes” - o en realidad es un
mecanismo de diferenciación respecto de ella – es decir “nos
asociamos para hacer nuestro mundo, para indicar que somos
diferentes a todos”-. Sea cual fuesen los pensamientos en relación a
estas disyuntivas, el estar asociados demanda un cambio profundo del
estadio previo que generalmente es de conflictividad. De ahí que
parece regla general que las crisis siempre abren una inmensa
asociativo como la que vivimos a comienzos del nuevo siglo XXI. Este
reflujo de la iniciativa asociativa se debe a múltiples factores, como por
ejemplo la perdida sistemática de legitimidad de la sociedad política y del
Estado. “El programa asociativista, incluye, en la actualidad la gestión
democrática del sistema de necesidades y el desarrollo de sistemas completos
de producción social y de defensa de los derechos de todos ante la
centralización y desplazamiento del poder político al directamente
económico” (Coraggio, en Cecconi, 2002:19).
92
posibilidad de asociatividad para las bases que buscan mejorar sus
condiciones de vida.78
Después del último Proceso dictatorial en nuestro país, que
culminó en 1983, la recuperación de las libertades públicas y privadas,
y de las garantías constitucionales, sin duda constituyeron los trofeos
más valiosos que podía obtener la sociedad argentina. La tradición
republicana y democrática habían sido las banderas del radicalismo,
las cuales respeto el alfonsinismo, garantizando la libertad y la
democracia en amplios sectores de la sociedad los cual permitió el
gran desarrollo de las sociedades civiles. Se puede decir que en este
clima se produjo un renacer y la explosión de asociaciones civiles en
todo el país. La ADEFUL no parece desentonar en este contexto; por
el contrario, parece ser un claro ejemplo de individuos que se supieron
sujetos políticos 79 y actuaron en consecuencia.
78
Las redes de relaciones solidarias que se tejieron en nuestro país a
partir de 1852 (en lo que denominan la explosión asociativa) les permitió a
una gran cantidad de personas hacer frente a problemas originados en la
difusión de las relaciones sociales y económicas. Esta contribuía a generar y
consolidar identidades, vínculos de pertenencia y de defensa de intereses
colectivos, o simplemente festejos y actividades recreativas (Di Stefano, en
Ceccini, 2002).
79
Martín Retamazo Benítez (2009) dice que todos los sujetos son
políticos y que organizados, pueden poner en tensión algunas variables del
orden social establecido, buscando alternativas no solo desde la palabra sino
también desde acciones concretas. Estos son sujetos sociales que ven nuevas
posibilidades de acción histórica, y usan espacios que se generan en la
imposibilidad de poder ejercer una hegemonía plena y por ende se abren (o
amplían) instancias de acción y construcción de oposiciones. La subjetividad
colectiva da paso a la conformación de sujetos políticos, con posibilidad de
93
Veamos, ahora si, como fueron los sucesos más próximos a la
asociación de los interesados.
94
basado más en lo organizacional que en lo pasional. Así lo recuerda
Luis Ledesma:
81
Ledesma, L; 2015.
82
A continuación comparto algunos testimonios que recuerdan esa
particular jornada: “Un domingo que organizaba Alborada un campeonato en
la cancha de Belgrano, fueron temprano para comenzar con los preparativos
del torneo, como era costumbre. Pero cuando llegaron se encontraron con un
alambrado, una maquina sacando tierra, etc.” (Navarro, R; 2015); “El
detonante fue cuando Alborada organizaba un campeonato en la cancha de
Belgrano, pero cuando llegaron para armar estaba cercada y las maquinas
adentro. Listo ya no había más cancha de Belgrano” (Ledesma, L; 2015);
“Nosotros participamos del último campeonato que se empezó en cancha de
Belgrano y se terminó en cancha de Aguirre, y ahí fue cuando se empezó a
conversar la posibilidad de juntarnos, de armar algo más organizado”
(García, A; 2015).
95
los que ya estaban prestando atención y quienes no estaban alerta a
esto, lo pasaron a estar.”83 Esta cancha era considerada por todos un
lugar de encuentro tradicional e importante, es por esto que “su
desaparición marcó una perdida grande para el fútbol barrial.”84
La situación general era compleja. Eran comunes los
inconvenientes tanto en lo disciplinar como en lo espacial para los
equipos de arriba como de abajo, y para cualquier otro que
participase en esta clase de eventos. Pero ambos hechos detonantes,
como vimos, se produjeron arriba: en la “Cancha de Aguirre” en
cuanto a actos violentos y en la “Cancha de Belgrano” en cuanto a la
pérdida de espacios. Esto puede ser de ayuda para explicar por qué la
iniciativa de plantear un ordenamiento provenga de los de arriba.
83
Navarro, R; 2015.
84
Riquelme, Luis Eduardo. Entrevista realizada por Nestares Javier
Alejandro el día 22/05/15.
85
García, A; 2015.
96
todos los referentes de los equipos interesados. 86 Mario Aguilar,
referente del club El Trébol, piensa que el entusiasmo de Luis fue
heredado de su padre, quien siempre se involucró en eventos y
situaciones organizativas en torno al deporte, en particular al fútbol.
“Cuando Luis tomó la iniciativa (…) Todos acompañamos la idea,
porque era lo que necesitábamos.”87
La propuesta tuvo una idea abarcadora e integradora: no se
limitó a los equipos de un sector de la ciudad, sino que se convocó a
todos los equipos que por ese entonces militaban frecuentemente en el
fútbol libre. Así lo vivió Esteban Ortiz, del Club 9 de Julio, uno de los
de abajo:
86
Así lo expresan algunos entrevistados: “Valderas fue en ese
momento quien tomó la iniciativa de juntar a todos los interesados. Convocó
a una gran reunión entre quienes estaban interesados y preocupados por la
situación. Muchos fuimos porque era algo que ya veníamos pensando varios,
algo de lo que ya se comentaba, faltaba que alguien encare, y ese como te
dije fue Valderas. Fuimos varios los que respondimos y nos interesamos de
manera inmediata” (Navarro, R; 2015); “Valderas lideró una convocatoria de
todos los clubes que jugábamos regularmente y comenzamos a reunirnos, ver
qué alternativas había” (Rasini, N; 2015); “Luis Valderas fue un iniciador y
empezó a llamar a los clubes para ver cuántos éramos en total y que
podíamos hacer. Comienzan así largas reuniones entre todos los que
queríamos seguir” (Riquelme, L.E; 2015).
87
Aguilar, Mario. Entrevista realizada por Nestares Javier Alejandro el
día 27/07/15.
97
lo que pasaba, ya muchos andaban con la idea, entonces
era cuestión de que alguien “pique en punta” para que
todos, o una gran mayoría, lo siga.” 88
88
Ortiz, J. E; 2015.
89
“Yo creo que muchos equipos ya estaban cansados de estar
desordenados, y de jugar siempre así. Además como que querían jugar todos,
para hacer torneos más interesantes” (Marín, R. F; 2015).
90
Ortiz, J. E; 2015.
98
corriendo.”91 Porque se “iba con la familia a la cancha (…) pero
muchos partidos no terminaban, eso se convertía en un problema
familiar, había lastimados en el hospital porque le pegaron un
piedrazo, un botellazo o lo que fuere.”92
Ante los sentires y pensamientos expresados muchos
interesados, comenzaron a buscar alternativas que le permitiesen
permanecer en el tiempo sin tener que poner en riesgo su seguridad y
la de los suyos. Una alternativa que brindara respuestas a asuntos que
no eran atendidos ni entendidos por autoridades de turno. Es así que;
91
Espinosa, D; 2015.
92
Ortega, H; 2015.
93
Valderas, L. A; 2015.
94
Ledesma, L; 2015.
99
La necesidad crea la determinación de buscar nuevas salidas, de
encontrar nuevos caminos. Estos elementos son necesarios pero no
suficientes para lograr solucionar y ordenar la práctica deportiva. Sin
dudas, el nuevo camino lejos estuvo de no tener asperezas, de no tener
incertidumbres, de no tener tensiones. Se puede decir que muchos
acordaban en el punto de que así no se podía seguir, pero eso no
implicaba que acordasen la manera en cómo se podía seguir. Varias
personas, por ende muchas voluntades, de distintos barrios de San
Carlos de Bariloche, con fuertes inscripciones barriales, (donde
muchos ni siquiera se conocían), debieron entablar un dialogo que les
permitiese poder acordar punto por punto la normativa que los iba a
regir.95
Nada fue fácil, ni siquiera la unanimidad del convencimiento.
Un grupo de personas convencidas que el camino era el trabajo
asociativo y normativo de la actividad debieron ser foco de contagio
con sus pares, algo que demandó tiempo y energía. Este trabajo de
militancia se recuerda como clave en el proceso formativo; “habíamos
un grupo de dirigentes convencidos de que lo que se quería hacer era
lo mejor para todos, pero muchos descreían, no estaban convencidos,
entonces hubo mucho trabajo primero en lograr un acompañamiento
de todos”.96
Una vez que se pudo lograr un acompañamiento mayoritario,
para emprender una búsqueda de soluciones de forma colectiva, se
toparon con un inconveniente no menor: lidiar con la falta de espacio
propio para las reuniones, las cuales nunca tenían menos de
95
“Fueron muy duros los primeros tiempos, había que ponerse de
acuerdo y consensuar entre un grupo numeroso, con distintas miradas. Fue
difícil organizar, había costumbres muy arraigadas” (Ortega, H; 2015).
96
Rasini, N; 2015.
100
veinticinco integrantes. La casa de algún interesado, un bar ubicado
convenientemente, el quincho de otro dirigente y la sede de algún club
son algunos de los lugares donde se empezó a trabajar en la
organización del fútbol libre. Con reuniones que iban y venían
durante el invierno de 1986 decidieron plantearse el objetivo de
empezar organizados la temporada 1986/1987.
101
estén, expresamente prohibidos por las leyes o por estos
Estatutos.” 97
97
Estatuto Social de la Asociación de Deportes y Fútbol Libre.
102
lo que siempre fue: el Club Deportivo Estrella de Sur. Identifican
como clásico rival a La Cumbre y El Trébol por ser del barrio, y fuera
de él a Almirante Brown. Un aspecto que resalta la importancia de
“Estrella” en la comunidad que lo conforma, y a la cual representa, es
(entre otras cosas) que en los inicios del barrio La Cumbre supo tener
un rol central en concentrar y encabezar demandas puntuales de los
vecinos. Mucho tuvo que ver la participación del club en la
construcción de la red de agua corriente con sistema de bombeo y
alimentación propios del barrio. También se menciona una activa
participación en la recaudación de fondos para conseguir la luz
eléctrica y la sala de primeros auxilios para los vecinos. Esto hace
recordar que esta entidad no solo es una de las que más años de vida
tienen dentro del grupo de los que conformaron la ADEFUL sino que
además puede ser nombrado entre los clubes con más historia social y
deportiva dentro de la comunidad barilochense.
103
Club Social y Deportivo El
Trébol. Equipo fundado el 5 de
abril de 1984, se referencia con el barrio
La Cumbre. Puntualmente, concentraba
a los jóvenes que jugaban siempre en la
calle O‟Higgins entre Lanin y Puyehue.
Su denominación se debe a la adhesión y
simpatía que causo un bar homónimo que estaba frente a su
improvisada cancha. Cuando se comenzó a comentar que se podía
formar una Asociación de los clubes de barrio, se fusionaron con el
club Frutillar. Ambos equipos por cercanía y simpatía decidieron unir
fuerzas para ser deportivamente más competitivos. La decisión de
unir fuerza tuvo tempranas y positivas consecuencias en lo deportivo,
ya que son el primer campeón de ADEFUL. Algo que no fue una
coincidencia, pues su muy buen desempeño fue ratificado a lo largo de
los años, tanto así que este club es dentro de la Asociación reconocido
por sus pares como uno de los grandes campeones (por la cantidad de
títulos obtenidos) tanto en cancha grande como en fútbol de salón.
Los clásicos deportivos son con Estrella del Sur y con La Cumbre.
104
Diablos Rojos. Uno de sus fundadores y referentes históricos, Luis
Oviedo, destaca algunos puntos que hacen a la historia de su club,
donde caracteriza a la familia como centro del mismo:
Recuerda también que su casa supo ser, en más de una ocasión, lugar
de reunión cuando tocaba juntarse la totalidad de los Asociados para
tratar los temas de agenda:
98
Oviedo, L; 2015.
99
Ídem.
105
Club Social y
Deportivo El
Cóndor. Este club
se fundó el 13 de
diciembre de 1982. El
nombre se debe a
que algunos de los
iniciadores del mismo
jugaban en un equipo
homónimo en Chile,
por simpatía buscaron replicarlo una vez instalados en Argentina,
precisamente en el barrio 3 de Mayo de esta ciudad. La combinación
tradicional de los colores de este equipo es bordó y blanca, la cual se
mantiene desde el momento fundacional. Su clásico rival es La
Giralda.
La rica historia del Cóndor, tanto deportiva como social, en
este último tiempo se vio marcada por la temprana y desafortunada
partida de uno de sus jugadores estrella. En mayo de 2015, Juan
Manuel Ampuero falleció victima de un accidente laboral. Por ser
reconocido y respetado tanto por su club como por la totalidad de la
comunidad adefulera, es que este suceso conmociono a toda la
Asociación, al punto que fue unánime la decisión de llamar al torneo
de salón de la temporada como el destacado jugador. El cartel con su
nombre combinado los colores de su club fue parte del paisaje de la
ADEFUL durante todo el año. Sin dudas sucesos como este marcan y
dejan huella en un grupo humano, pues el sentimiento mancomunado
fortalece relaciones personales preexistentes, formando parte –
aunque no se quiera muchas veces- de la historia de un club. Veremos
que este no es el único caso.
106
Club Social y Deportivo
La Giralda. El 10 de
noviembre de 1982, un grupo de
personas que trabajaban en la
panadería La Giralda se reúnen
para participar en un
campeonato de fútbol entre
distintos comercios del mismo
rubro. El nombre (del negocio
primero y del equipo después) se debe a la idea del dueño del
comercio panadero. El mismo era oriundo de la ciudad de Sevilla,
España; lugar donde está el campanario la Giralda de la reconocida
Catedral Santa María de la Sede. La Giralda inicio sistemáticamente
la participación en torneos organizados por otras entidades panaderas
obteniendo muy buenos resultados deportivos. Fue a mediados de
1986, reunidos en el domicilio de Armando Dagoberto García
(iniciador del equipo, referente y presidente del club), que se decidió
establecer un ente más formal para participar de la inminente
formación de la Liga de Fútbol Libre. A partir del 1° de agosto de 1986
quedó constituido el Club Deportivo La Giralda y se ha destacado en
los últimos años por campeonar reiteradas veces en el fútbol de salón,
siendo para muchos el gran campeón de la primer década de del XXI.
Se referencian con el barrio 3 de Mayo y son ecertadamente apodados
los panaderos.
107
Club Social y Deportivo
Pepona. A mediados de 1980,
un grupo de jóvenes comenzó a
jugar campeonatos barriales como
Gastronómico, que era el mismo nombre
del barrio donde vivían la mayoría. El 10
de noviembre de 1982, en un
desafortunado episodio marcado por la
violencia interpersonal, el equipo tuvo la
desgracia de perder a un compañero
llamado Roberto Miguel Ichazo de 19 años de edad, a quien todos le
decían Pepona en alusión a “Pepona” Rinaldis, (por ese entonces
jugador de primera división del fútbol argentino). Desde esa fecha se
decidió cambiar el nombre del club y, como homenaje a su
compañero, se pasan a llamar como su apodo. La selección de la
combinación de colores azul y rojo se debió a que varios referentes son
hinchas del Club San Lorenzo de Almagro.
Este club tiene la particularidad de tener de amigos a Pepona
Puerto Madryn y Pepona Rawson. Esto es porque:
“amigos que estuvieron en Pepona acá en Bariloche, la
pasaron tan bien que cuando por trabajo o porque la vida
lo lleva por otros caminos decidieron replicar lo que
vivieron de chicos, de jóvenes, en otro lado. Adrián Torres
por ejemplo armó Pepona Puerto Madryn, y tienen sus
distintas categorías y todo. Lo mismos hicieron Miguel y
Segundo Figueroa en Rawson. Nosotros los vamos a
visitar con todas las categorías y ellos vienen para acá, eso
es muy lindo. Incluso por Adrián, por ejemplo, tenemos
lazos con la liga amateur de Madryn, porque él está
presidiendo la liga allá ahora (Liga Amateur del
Golfo).”100
100
Rasini, N; 2015.
108
Club Deportivo Alcaidía. Este
determina su nombre el 26 de
noviembre de 1985. Pero sus inicios son
marcados por la intención de un grupo de
amigos de participar de torneos barriales,
mucho antes de dar formalidad al equipo. El
nombre del club se debe a que se formó con
habitantes de las inmediaciones de donde se
encuentra la alcaidía de la ciudad de Bariloche, en la intersección de la
calle Beschtedt y Chubut; también porque así es referenciada toda la
zona aledaña. El equipo adoptó como diseño y colores identificativos
los mismos que el Club Vélez Sarsfield del barrio de Liniers en la
Ciudad de Buenos Aires. Identifican como clásico deportivo a Diablos
Rojos.
109
Bariloche. Participó de las primeras temporadas de la ADEFUL, pero
también desapareció a causa de las deudas.
101
Cuevas, M. Á; 2015.
110
típicos son el celeste y blanco. La categoría infantil inicio sus
actividades en el 2005 participando como asociado de la liga de futbol
infantil Bariloche, con la categoría „94. En el año 2007 el club formó el
equipo de fútbol femenino con dos categorías, oportunidad en la
categoría 5ª se alzó como campeona. En esto de multiplicar su
participación, varios escenarios se pueden destacar (entre muchas
otras cosas) la participación en el 2010 y 2011 del mundialito de fútbol
infantil, viajando con las categorías „97 y „98 respectivamente a la
ciudad de San Antonio Oeste. Para cerrar, se puede mencionar que su
histórico clásico deportivo es con el Club Los Pumas. Esto se debe a
que representan la misma zona de la ciudad.
111
admiración de la comunidad de la ADEFUL por su sostenido trabajo y
dedicación plena con la causa común. Este reconocimiento se plasmó
el 4 de noviembre de 1996, cuando se llamó a la sala de Consejo
Directivo – y centro de reuniones y trabajos varios – con su nombre.
112
Club Social y Deportivo
Pistachón. El 11 de mayo de
1974 se formalizó la conformación del
club y se creó su primera comisión
directiva. Se referencia con el barrio
Lera, donde también tiene su sede
deportiva. El grupo de amigos
fundadores participaban con
nombres casuales en distintos torneos
relámpagos, hasta que, en el año
1973, el dueño de la chocolatería De Marli, les pagó la inscripción a un
torneo de salón en el Club Nahuel Huapi. La intención de
promocionar un nuevo sabor del chocolate, en combinación con el
fruto pistacho, derivó en el nombre Pistachón, denominación que
generó simpatía entre los jugadores y allegados tanto que se consolidó
como nombre del club que nacería un año más tarde. Los colores
tradicionales del club son distintas combinaciones de azul y amarillo,
producto de haber obtenido sus primeras camisetas con esos colores
en un torneo relámpago. Su clásico deportivo es con el Club Rivadavia.
Se puede destacar que el club fue, desde los orígenes uno de los
grandes que impulsaron la Asociación, no solo por su trayectoria
deportiva sino por su compromiso con los aspectos organizacionales.
Su sede, en el barrio Lera, actuó muchas veces como punto de reunión
de pares y fue el sitio donde se tomaron decisiones cruciales que
marcaron el rumbo de la por ese entonces naciente ADEFUL.
113
Club Social y Deportivo
Gamberro. En el año
1976 se reunieron un grupo de
amigos para jugar al fútbol en los
baldíos del barrio Lera, práctica
que se hizo común con el paso del
tiempo. Ya en 1977, el grupo se
integró en los torneos relámpagos
que se organizasen. Hasta ese
momento, el equipo no tenía
ningún nombre. El año 1978 (año
del Mundial de Fútbol organizado
por Argentina) hizo que los medios de comunicación transmitiesen
programas deportivos y que la temática futbolera se instalara aún más
en el corriente. Fue así que el 10 de julio de 1978, en la casa del señor
Muñoz, los amigos se dispusieron encontrar un nombre para su
equipo. Muchas fueron las propuestas y, después de dos horas de
charlar sobre el tema, alguien dijo Gamberro, idea surgida producto
de escuchar a un capo cómico de la televisión mencionar un club con
ese nombre. Hecho a destacar es que construyeron su sede en 1979 en
un predio cedido por su presidente y, en el año 1986, donaron la
construcción a una familia. Su clásico deportivo es con el Club
Pistachón.
114
Club Deportivo,
Social y Cultural 9
de Julio. El mismo tiene
fecha de fundación el 9 de
noviembre de 1983, y es
producto de la iniciativa de
un grupo de chicos que
vivían y jugaban todo el
tiempo a la pelota sobre la
calle 9 de Julio en cercanías
con la intersección con la
calle Vilcapugio. Pasado el
tiempo, los jóvenes comenzaron a disputar torneos relámpagos (por
ejemplo en las “Canchas del Lera” o en la “Bombonera”, un campito
que estaba entre lo que ahora es la calle Neuquén y los Coihues).
Cuenta “Cuchin” que:
115
“Una vez íbamos a jugar un torneo relámpago, en la
cancha de Lera, con los chicos que siempre jugábamos
en la calle, y nos pedían un nombre recuerdo, y
empezamos a tirar nombres y decidimos ponernos 9 de
Julio, porque era la calle donde jugábamos y donde la
mayoría vivíamos. Así nace el equipo que se transformó
en club hasta ahora.”102
102
Ortiz, J. E; 2015.
103
Navarro, R; 2015.
116
Club Social y Deportivo
O’Higgins; nació el 12 de
febrero de 1978. Antes de llamarse
O‟Higgins el equipo se llamaba
„Alegría‟, a causa de que casi la
totalidad de los jugadores trabajaban
para una maderera con ese nombre. La
denominación es cambiada producto
de haber tenido diferencias con la
empresa. Debido a que la mayoría de
los jugadores eran de nacionalidad chilena o descendientes directos de
ellos, decidieron ponerle a su club el nombre de un prócer del país
trasandino. El elegido fue Bernardo O‟Higgins. La mayoría de los
jugadores tradicionales y sus familias se referencian con el barrio San
117
Francisco III. Su larga historia les permite ser reconocidos como el
equipo más antiguo que representa al popular barrio de la ciudad.
118
había que decía “Independiente, los Diablos Rojos”, entonces dije:-
listo ya tenemos el nombre: Los Diablos Rojos.”104
En el año 1987, después de haber discontinuado por unos años
la práctica deportiva volvieron a jugar y se juntaban a patear en la
cancha de Alborada;
104
Venturi, Juan Carlos. Entrevista realizada por Nestares Javier
Alejandro el día 19/08/15.
105
Ídem.
119
Atlanta Fútbol Club; fue
fundado el 9 de septiembre de
1986 por un grupo de amigos que se
juntaban para jugar campeonatos
barriales. Después de unos años jugando
campeonatos relámpagos decidieron -en
1989- ingresar a la Asociación de
Deportes y Fútbol Libre, hecho que les
abrió la posibilidad de buscar nuevos
horizontes tanto en lo deportivo como
en lo organizativo. Se destaca que una de las familias fundadoras del
club –Maliqueo- fue la primera en vivir y cuidar de las instalaciones
del flamante Gimnasio de la ADEFUL. Se representan con la
combinación de colores azul francia y blanco. En su escudo se puede
ver una pelota, el sol y la nieve, elementos que conforman un paisaje
característico de un Bariloche futbolero todo el año.
120
en el primer campeonato lograron el ascenso al obtener el
subcampeonato. Este fue solo el comienzo de lo que sería una
trayectoria futbolística llena de alegrías, donde se destaca –entre
otros logros- la obtención de tres torneos de fútbol de salón de manera
consecutiva, lo que convierte al club en el primero –y hasta ahora-
único en realizar tal hazaña dentro de la Asociación. Se representan
con el color verde en alternancia con el negro. Referenciándose con el
barrio La Cumbre, se suman a las clásicas disputas con sus pares
también identificados con el mismo sector de la ciudad. De ahí la
rivalidad deportiva con Club La Cumbre, El Trébol y Estrella del Sur.
121
Club Atlético Mandriles Unidos
(C.A.M.U.); dio formal inicio a
sus actividades el 25 de mayo de 1995. La
determinación y organización de 8 amigos
(integrantes de O‟ Higgins) de buscar
caminos alternativos fueron las causales
principales de su formación. La
espontaneidad de los jóvenes entusiastas,
que en la cotidianeidad acostumbraban a saludarse con frases tales
como: “¿qué haces mandril?, ¿cómo andas mandril?, ¿todo bien
mandril?”, causo simpatía y adherencia al punto tal que determinó el
nombre de su nuevo club. En su escudo insignia –como es de esperar-
se ven sus iniciales, una pelota y dos monos mandriles que la
acompañan. Los colores que los representan son el azul con detalles
blancos. Recuerdan como especial su partido debut en la ADEFUL, ya
que fue victoria contra O‟Higgins por 3 a 1. Se presentó así el C.A.M.U.
como el tercer exponente del popular barrio San Francisco III que
conforma la Asociación.
122
“El nombre surgió muchos años atrás, porque en el barrio
Arrayanes ya había un equipo de hace muchos años con el
nombre Arrayanes, como fue creciendo el barrio
empezaron aparecer Arrayanes B, Arrayanes C, etc. Una
vez uno dijo pongamos otro nombre mejor, antes de
empezar un relámpago y alguien dijo Pincharrata, gusto y
largamos así, (…) Todos del barrio Arrayanes sí. Nos
prestaban las camisetas el [club] Arrayanes. Con eso
jugamos un relámpago y ganamos unos pantalones. Y así,
con cambalaches con otros equipos del barrio nos
hicimos unas camisetas. En eso se larga un interjuntas
acá, entonces entró Arrayanes, nosotros representando al
Eva Perón Quinta 59 (porque si o si había que
representar a un barrio) y Junior también entra
representado al barrio El Progreso, pero todos éramos del
Arrayanes. Llegamos los tres equipos arriba, salimos
campeones nosotros por un punto, y ahí nos dieron de
premio un juego completito de camisetas blancas.
Muchos tienen fotos con esas camisetas, nuestro primer
juego. Esto fue en el ‟93. Ya andábamos jugando
relámpagos donde se armase.
En 1998 ingresamos a la ADEFUL como Pincharratas.
El ingreso fue medio complicado. Porque anteriormente
había ingresado Arrayanes y fue expulsado por hacer
quilombo. Entonces como que habían reparos para los
que éramos del barrio. Pero no había forma de negarnos
ingresar solamente porque éramos del barrio, entonces
un día acá dijimos hagamos una nota diciendo que
queremos jugar si total el no ya lo tenemos. Nos dijeron
en consejo que lo iban a pensar. Entonces nosotros
hicimos otra nota, donde pusimos que él %95 de los que
queríamos jugar como Picharrata ya estábamos jugando
en otros equipos, en Gamberro, en Diablos, en Alcaidia,
en Atlanta, que ahora queríamos juntarnos nada más si
ya todos estábamos jugando. Hasta que entramos con la
condición de no hacer ningún lio ni nada de eso. Nos
cobraron en ese tiempo $1100, más $200 de inscripción,
era todo 1 a 1 con el dólar, era mucha plata para nosotros.
La mayoría trabajábamos allá en Lago Escondido y ahí un
patrón nos dio a ojos cerrados 300 pesos, nos ayudó un
montón. Y después vendimos empanadas, llenamos el
barrio de empanadas, hicimos, rifas y los campeonatos
relámpagos que se jugaban por plata y ganábamos
guardábamos el premio, todo para poder ingresar. Si
123
ganábamos camisetas las vendíamos nuevas para juntar
plata. Eso arrancamos a hacerlo en marzo [de 1998], para
poder empezar en octubre ya en ADEFUL. Y juntamos la
plata, nos fue bien al día de hoy somos los máximos
campeones de cancha grande. Actualmente Pincharrata
tiene primera, veteranos, senior y sub-15.
Deportivamente no nos costó acomodarnos porque
como Pincharrata ya habíamos ganado 4 interjuntas,
asique el equipo era el mismo nada más que ahora en
ADEFUL. Nosotros nos entrenamos en la semana, ahora
en gimnasio, pero si deja el clima lo hacemos afuera,
porque si queremos ganar tenemos que entrenarnos,
hacer lo mejor posible. Todos son del barrio. ¡Si querés
salir campeón hay que entrenarse! (…)
El clásico deportivo acá en el barrio es con Arrayanes,
en ADEFUL con Estrella salen lindos partidos, antes era
con Brown (…). Pero eso se fue haciendo antes era bravo,
nosotros mismos éramos complicados, le tuvimos que
decir a muchos de nuestros hinchas que no vayan más a
vernos porque ellos se ponían más nerviosos que
nosotros y se la agarraban con el árbitro o con cualquiera.
Nos seguían muchos del barrio. Tuvimos que pedir que
no vayan tantos. Todo para bien, hay gente que no va a la
cancha porque prefiere que ende bien el equipo y no traer
problemas.
Siempre priorizamos a los chicos del barrio, siempre
integramos a los chicos para que tengan su lugar en el
equipo. No somos de traer jugadores de afuera, tratamos
que sean de acá, que sientan el barrio y defiendan su
camiseta.”106
106
Travilao, Marcelino Raimundo. Entrevista realizada por Nestares
Javier Alejandro el día 08/09/15.
124
reconocen que para jugar en Pincha se comenzaron a cuidar de
excesos y algunos vicios que podían llegar a tener. Ahora el club
también ingreso a la liga federada después de varios intentos fallidos;
consideraciones sobre este tema serán tratadas en el capítulo 4.2.
Club Deportivo 3 de
Mayo, es uno de
los últimos adherentes de
la ADEFUL y tiene sus
comienzos en la práctica
de fútbol continua que
desarrollaron los trabajadores
de la tradicional empresa
de transporte urbano de
pasajeros de la ciudad.
Con trayectoria de participar –y de manera exitosa- en los
campeonatos “Interinstituciones”, desde mediados de la década del
„90, el grupo de jugadores-trabajadores de la firma encabezaron la
formación de un club que dio comienzo a sus actividades– de manera
más formal- a principios de la década del ‟00, temporalidad
coincidente con su ingreso a la Asociación. Este equipo siempre fue
mayoritariamente nutrido con trabajadores, hijos, y allegados a las
empresas de transportes, lo que hace que sean orgullosamente
llamados “los colectiveros”. Los colores que los identifican son el rojo,
en combinación con el azul y detalles amarillos (como los colectivos de
la ex-empresa homónima). Se destaca que su identidad ha
permanecido en el tiempo, tanto que se mantiene después del cese de
actividades en la ciudad de la firma representada en sus orígenes.
125
Club Sáenz Peña, se fundó el 6 de junio de 1987. Nace de la
iniciativa de amigos del barrio Nueva Esperanza. El nombre
hace alusión a la calle donde solían coincidir para jugar a la pelota. Su
lugar de encuentro habitual es en Ruiz Moreno al 1772. Supo
coronarse campeón en el torneo “corto” de la Asociación en 2004
vistiendo sus colores tradicionales, a saber: combinaciones de verde,
amarillo y blanco. Actualmente se identifican con el popular barrio las
Quintas.
126
carnicería del mismo nombre. La 2° etapa de este club comienza
cuando un grupo de amigos representantes del barrio 28 de Abril -
habituales militantes de los campeonatos “Interjuntas”- decidieron
participar de las competencias de la Asociación. Para cumplimentar
dicho objetivo compraron los derechos del tradicional adherente,
obteniendo resultados deportivos inmediatos; como lo fue su primer
título en 1° en 2015. Sus colores distintivos son el celeste con azul y/o
celeste y blanco. Identifican clásico con el Club 9 de Julio.
Club Deportivo 12 de
Octubre; se fundó –como no
podía ser de otra manera- el 12 de
Octubre de 1983. La habitualidad con
la que amigos amantes del fútbol
coincidían en el bar “Don Pedro” -
propiedad de Miguel Ángel Castillo-,
ubicado sobre la Avenida 12 de
Octubre en la intersección con la calle
Jorge Newbery, en combinación a que
muchos de los integrantes del equipo (línea fundadora) vivían sobre la
mencionada y tradicional Avenida, hacen al conjunto de causales que
dan razón de ser a su nombre. Con mucha tradición deportiva en
campeonatos relámpagos son convocados a conformar la ADEFUL,
invitación que aceptan, transformándose en uno de los primeros
adherentes de la Asociación. Se distinguen con indumentaria que
combina el negro y blanco. Representan a la zona del Ñireco y señalan
como un antiguo – y clásico- rival al Club O‟ Higgins.
Eventos que marcan. El 10 de Agosto de 1997 no fue un día más
en el gimnasio de ADEFUL. Fue la fecha del deceso de Vicente Roldan
– “El Santiagueño”- a sus 37 años de edad. El jugador, querido por
127
propios y extraños, falleció dentro de la cancha al finalizar un partido
representado a su siempre querido 12 de Octubre. Un hecho
destacable que ha marcado un antes y un después en la memoria de
los integrantes de su club y de toda la comunidad adefulera, la cual –
llegado el momento- se congregó en las instalaciones de la Asociación
para una despedida emotiva y multitudinaria. El paso del tiempo no es
escusa para el olvido ni mucho menos, tanto es así que en la confitería
de planta baja del gimnasio hay un cuadro -ya tradicional del paisaje-
que lo mantiene presente en el recuerdo de toda la comunidad del
fútbol libre. Su tres hijos varones –por ese entonces niños- crecieron,
convirtiéndose en habituales jugadores de la Asociación y varias veces
han vestido la camiseta del club de su padre.
128
filas son actualmente nutridas de jugadores y seguidores desde
distintos puntos de Bariloche.
129
consolidan al grupo, hasta que en 1997 aceptan la invitación de
integrar la ADEFUL. Deciden la participación asociada manteniendo
el nombre ya que el por ese entonces presidente barrial (Rubén
Espano) ayuda económicamente al equipo. Sin embargo es necesario
aclarar que el mencionado grupo de jugadores ya tenía experiencia en
la Asociación, ya que por ejemplo jugaron un par de años como El
Trébol, cuando este participo unas temporadas en la liga federada. En
la actualidad tienen como punto de referencia el barrio Eva Perón de
la ciudad donde se emplaza el comercio de la familia Pino. Sus colores
tradicionales son el blanco con detalles azules y rojos. Su clásico en los
inicios fue el Club O´Higgins.
130
Los colores adoptados son una combinación particular de blanco, rojo
y negro que también solía usar un equipo español. El clásico deportivo
es con Gamberro, producto de sus orígenes inmediatos como dijimos.
***
107
“En ese momento (…) se juntaron todos los barrios de Bariloche
(…), ahora hay muchísimos más, pero en ese momento estaban todos”
(Marín, R. F; 2015).
131
formó la Asociacion no hay un resgistro de los palmares que
obtuvieron los clubes en estos más de treinta años de actividad. En
otras palabras; la ADEFUL no lleva la “cuenta” de los torneos que ha
ganado cada equipo, y lo más curioso aún es que la gran mayoría de
los clubes tampoco tiene relevado sus títulos alcanzados. En relación a
esto confieso que al comienzo de la investigación me había propuesto
hacer el computo detallado de palmares innovando en la búsqueda de
información, por ejemplo: haciendo un minucioso rastreo de copas y
medallas de cada club (donde por medio del grabado hubiera podido
obtener fecha y logro), pero es algo que no pude lograr. Una
explicación a mi fracaso puede ser la imposición del espiritu amateur
de la organización, donde se muestra que si bien el triunfo deportivo
es significativo, no es una prioridad para los asociados. Aquí les
presento una de las situaciones con las que me encontré al momento
de rastrear trofeos y similares: Mario Aguilar, referente del Club El
Trebol (señalado por sus pares como “uno de los clubes más
ganadores”) me dijo que:
108
Aguilar, M; 2015.
132
133
134
3.2.2. EN RELACIÓN AL “CLUB”
135
atravesar momentos complejos cuando el trabajo en obra es escaso, lo
cual puede traer complicaciones, generar deuda o no tener tiempo
para asistir a reuniones porque la jornada laboral se extendió.
El sostener en el tiempo un equipo/club demanda compromiso,
seriedad y mucho tiempo extra laboral, esto hace que nada sea fácil.
Así lo manifiesta un referente de los Pumas: “Era y es complicado,
porque si bien nosotros los llamamos “Clubes”, en realidad son
algunos amigos que se juntan o tres o cuatro familias la que encabezan
los clubes, eso es lo que son nuestros clubes.”109 Es por esto que
algunos deciden marcar la diferencia y prefieren no usar la
denominación club. Por ejemplo lo hace explicito Ricardo Montecinos,
destacado e histórico jugador de La Cumbre: “A mí no me gusta decir
la palabra “Club” porque nunca nosotros por ejemplo llegamos a ser
un club y todo lo que implica eso y muchos otros tampoco. Somos
equipos de barrio, de familias que se organizan para jugar a la
pelota.”110
Esta distinción entre unos y otros, (producto muchas veces del
trabajo organizado de los interesados, de la mayor o menor suerte
deportiva que acompaño su desempeño o del compromiso de muchos
o pocos involucrados), dio como resultado que algunos se hayan
mantenido en el tiempo, que otros además hayan crecido en cuanto
a infraestructura (sede social, cantidad de seguidores, etc.) y que
otros, hayan desaparecido.111
109
Riquelme, L.E; 2015.
110
Montecinos, R; 2015.
111
“Hicimos de todo, rifas, el prode, etc. y siempre se fue estricto, se
daban 50 números y los vendías o los comprabas pero tal día la plata se
rendía. Eso costó perder algunos clubes que no pudieron mantener el ritmo.
El caso de Copihue, Diego Rosales, Alianza Juvenil, Defensores, todos
136
Esta última fue la suerte que corrieron los clubes fundadores Club
Social y Deportivo Copihue, Deportivo Padre Enrique Monteverde,
Club Deportivo y Cultural Defensores Diego Rosales. En estos tres
casos lo que ocurrió fue algo similar. El compromiso asociativo no sólo
implicaba respetar un reglamento y algunas normas de convivencia,
sino que también significaba cumplir con la cuota que se acordó para
hacer funcionar la institución. Pagar el alquiler de canchas y gimnasio
para los eventos deportivos, el pago de árbitros y cualquier otro gasto
común era un compromiso asumido por los flamantes asociados. La
ocurrencia sistemática y sostenida de irregularidades a la hora de
pagar, hizo que el resto de los equipos debieran cubrir lo que no se
aportaba. Llegado un momento determinado, esta condición de deuda
fue tan grande que significó la desafección de los clubes y su posterior
desaparición.
Por resolución de Consejo Directivo se optó dividir la deuda de
cada equipo desasociado en 10. Esto hizo que los jugadores de esos
clubes que quisieran seguir jugando para otro equipo de la ADEFUL
debiesen abonar parte de la deuda dejada. La modalidad adoptada
precisamente fue: la deuda total del club se dividió en 10 partes, los
10 primeros jugadores de ese club interesados en volver a jugar en la
Asociación pagaban 1/10, logrando así quedar en condición de libre y
autorizado para ficharse en otro equipo.
137
jornadas maratónicas de debate y de aprendizaje. 112 Los temas a tratar
eran muchos, pero uno sobresalía del resto. La agresión entre algunos
jugadores, entre hinchas y el amedrentamiento para con los árbitros,
era lo que se imponía resolver con máxima determinación y en el
menor tiempo posible. “A medida que pasaba algo hacíamos un
reglamento que cortase eso, teníamos que darle un corte a la
violencia.”113 “La violencia en los primeros tiempos de la ADEFUL
estuvo presente, no se logra erradicar algo que se había hecho común
de la noche a la mañana. Hubo agresiones a los árbitros, entre
jugadores (…) Se sancionó y hasta se expulsaron clubes.”114
La organización y la escritura del reglamento interno fue uno de
los logros más destacados, no sólo por el tiempo y el debate que
implicaba agregar, sacar o corregir algún artículo en particular, sino
porque significó un cambio de raíz en la mentalidad de quienes lo
escribían. Cambio que no sólo debían asimilar como delegados del
club del que formasen parte, sino que a su vez debían convencerse
112
“Fuimos aprendiendo en el transcurso, nadie tenía una experiencia
en organizar algo así. Nos reuníamos largas horas, 5 hs en sesiones
maratónicas, donde había reunión de deportes, o sea se programaba la fecha
que seguía, se designaban los árbitros, se trataban los temas disciplinarios, se
avanzaba con lo normativo y reglamentario, etc. Todo se hacía en esas
reuniones” (Navarro, R; 2015); “Imagínate funcionaba todo a la vez,
comisión de deporte, tribunal de disciplina, comisión directiva, definíamos
los árbitros, estábamos elaborando a su vez el reglamento interno, todo junto.
Iban los jugadores a apelar su sanción, etc. todo junto, reuniones larguísimas
de 4 o 5 horas. Una vez que se votó la expulsión de un club votamos a las 4 y
media de la mañana” (Ledesma, L; 2015).
113
Riquelme, L.E; 2015.
114
Ortega, H; 2015.
138
tanto como para ser capaces de persuadir a toda persona allegada a su
equipo. En resumen: debían ser focos de contagio y garantes de las
nuevas reglas.115
Destaco a continuación uno de los testimonios que explica lo
vivido y lo aprendido. Seleccioné este, porque, a mi entender, logra
sintetizar lo que muchos han expresado en cuanto a los cambios
profundos que debieron transitar en los complejos primeros tiempos;
“y nos costó mucho, (…) tuvimos que ser muy duros con
nosotros mismos, porque los vicios de la violencia no los
podíamos sacar de la noche a la mañana. Los que éramos
delegados hacíamos el reglamento, y lo incumplíamos
nosotros mismos y nos sancionábamos nosotros mismos.
Cuando un punto no tenía efecto, endurecíamos más
todavía. Costó mucho „cambiar la cabeza‟, aprender. Mira
era tanta la ignorancia nuestra que nos teníamos bronca y
ni sabíamos quién era el otro, por ejemplo cuando se hizo
ADEFUL, teníamos las planillas y ahí veías los nombres,
entonces mirabas y decías:- „¿pero este no era Juan?, no
115
“La construcción de nuestro reglamento interno nos llevó mucho,
porque tuvimos que aplicarnos leyes durísimas a nosotros mismos, para
terminar la violencia y poder seguir jugando al fútbol sino no íbamos a poder.
Si vos lees el reglamento es durísimo, pero no encontramos otra manera”
(Ledesma, L; 2015); “En las reuniones se trataba todo y nuestra mayor arma
fue el reglamento que íbamos construyendo. Fue un proceso largo y duro.
Pero la determinación de los dirigentes de cortar la violencia fue clave para
que podamos seguir” (Riquelme, L.E; 2015); “Se sancionó y nos auto
sancionamos, así controlamos, por ejemplo un jugador nuestro se
emborracho, salió a fuera a hacer lio, orino en la entrada, listo, eso se
sanciona, paga multa Alborada, después nosotros (los dirigentes de cada
club) ve como lo resuelve, yo siempre prefiero tener un jugador no tan bueno
pero que se comporte a tener uno muy bueno y que sea liero” (Oviedo, L;
2015).
139
este es Pedro, te decían‟. Y ahí veías que ni nos
conocíamos, nos teníamos bronca porque si nomas, por
las dudas.” 116
116
Espinosa, D; 2015.
117
“Capítulo VIII. Artículo 35: El juzgamiento y la sanción de la
transgresiones, violaciones o infracciones a los Estatutos, reglamentos y
demás disposiciones por parte de los clubes, afiliados, dirigentes, atletas,
colaboradores, jugadores o aficionados, asimismo por parte de técnicos, es de
competencia exclusiva del Tribunal de Penas y apelable únicamente ante la
Asamblea General. (…) Capítulo VIII. Artículo 37: El Tribunal de Penas
podrá aplicar las siguientes sanciones disciplinarias; a) Amonestación, b)
Suspensión, c) Inhabilitación. d) Multas, las que serán graduadas por la
Asamblea en forma anual, previendo la indexación trimestral
140
extiende a todos los individuos, que de una manera u otra, se
relacionen con un club.118 En relación a esto Valderas dice:
141
luchar contra la violencia interpersonal. Claro está, que lo peor que
podía pasar era no poder jugar, no participar. Aquí es donde la
“guapeza” en defensa del equipo del barrio con violencia desmedida se
empezó a transformar en un elemento de reproche y estigmatización
por sus pares si la misma comprometía al equipo ya sea con multas o
suspensiones.
Avanzando con la caracterización normativa, importante es
destacar que el reglamento cuida desde el respeto al compañero hasta
la imagen de la Asociación,120 tanto que es señalado por muchos como
muy duro, pero a su vez –como vimos- necesario y conforme las
necesidades del momento.121 La necesidad marcó la agenda, tanto en
120
“Capítulo IV. Articulo 36 – Solicitud para el uso de la palabra – El
delegado que desee expresarse, deberá solicitar el uso de la palabra, que será
concedida por orden cronológico por el Presidente de la Sub comisión de
Deportes. El Delegado debe expresarse en todo momento en forma correcta,
ordenada, utilizando buenos modales. Capitulo V. Artículo 37 – Expulsión –
La expulsión de uno o más representantes, podrá ser decretada por los
distintos gobiernos de la ADEFUL pero tal decisión debe ser tratada por el
Consejo Directivo, que deberá ratificar la medida dispuesta.(…) Capitulo V.
Articulo 40 – Expulsión por infracción grave – La expulsión podrá aplicarse
a quien cometa una infracción grave, como por ejemplo comprometer
indebidamente a la ADEFUL, tanto en la faz económica como en lo
deportivo o bien dañado la imagen de la Asociación y/o sus afiliadas. – Este
ejemplo es solo enunciativo y no taxativo, quedando a criterio de los
delegados integrantes del Consejo Directivo, el regular la aplicación de esta
medida” (Reglamento Interno de la ADEFUL).
121
“Capítulo VII. Artículo 49. – Desordenes cometidos por personas
integrantes de una entidad afiliada – Jugadores o dirigente/s de un club
afiliado que cometa desordenes, agreda o intente agredir al árbitro o a sus
142
la temática a plantear como en el énfasis necesario para dar solución a
lo emergente.122 Así lo expresa un anexo al reglamento que buscó
puntualmente erradicar definitivamente la violencia:
143
custodios, comisiones u otras personas afiliadas o no a
ADEFUL, la categoría del club infractor será inhabilitada.
Quedando inhabilitado los jugadores, técnicos y/o
ayudantes que hubieren firmado la planilla como
así también infractores que hayan sido reconocido e
informado ante el Tribunal de Disciplina o comisión de la
Institución. 1° El Tribunal de Disciplina determinara las
multas y/o sanciones correspondientes de acuerdo a lo
estipulado por el Código de Pena, el anexo y/o estatuto.
2° Así mismo se deja aclarado que igual medida se
tomara para los casos de agresiones o riñas o disturbios
entre terceras personas o hinchas. 3° Si alguna persona
intentare agredir a otra mediante la utilización de
cualquier tipo de arma o intimidase, el sólo hecho de
portarla (si esta situación es comprobada e
individualizada esta persona con algún club) y el caso es
denunciado a ADEFUL, dicho club será expulsado de la
institución. Aplicándose el ART. 19 del estatuto social.
(…)
Participación en Eventos: 1°La división y/o las personas
sancionadas no podrán participar de ninguna actividad
deportiva o social programada por la Asociación. En caso
de sanción solo podrán participar los delegados del club
para la entrega de premios. (…) F) Respecto a los
jugadores de la división sancionada, no podrán participar
en ningún club afiliado a ADEFUL por el tiempo que dure
la inhabilitación.” 123
123
Anexo Reglamento Interno de la Asociación de Deportes y Fútbol
Libre.
144
dirigente.”124 En relación a esto Montecinos recuerda que: “yo era
árbitro (…) en un partido entre Baripool y Arrayanes, los de Arrayanes
estaban armados, con muchas armas en el costado de la cancha, eso se
informó y además que todos los vieron, entonces se expulsó al club, no
podía pasar eso.”125 También el club Maitenes corrió esta suerte por
un hecho de similares características.
La expulsión de estos equipos tampoco marcó el impedimento
definitivo de los jugadores que los representaban. Sin embargo, se
acordó algunos puntos previos a su reincorporación. Debido al
antecedente de violencia que los había llevado a la expulsión, se
dispuso que los jugadores podían integrar otros equipos asociados,
pero no podían coincidir más de dos en cada club. Esto se hizo con la
intención de permitir jugar al fútbol a quien quisiese, aunque evitando
que confluyeran y se potencien actitudes agresivas que había
caracterizado a la entidad que anteriormente representaban.
124
Valderas, L. A; 2015.
125
Montecinos, R; 2015.
126
Valderas, L. A; 2015.
145
desarrollado en el período pre-ADEFUL ayuda a explicar la
permanencia de algunas actitudes a pesar de haber un acuerdo previo
de cambio y convivencia.
Las reuniones maratónicas, prontamente se volvieron un
problema que también necesitó una solución. Se vio la necesidad de
dividir y ordenar temas, de crear entes que se ocupen de asuntos
particulares. “Nos fuimos dando cuenta que era mejor crear un
tribunal de disciplina, una comisión de deportes, una comisión
directiva, un colegio de árbitros, etc.”127 Lo primero que se hizo fue
delegar el Tribunal de Disciplina, el cual nació con gente externa al
ADEFUL. Los informes eran llevados al nuevo tribunal y ellos
sancionaban. Quien deseara apelar una decisión debía dirigirse a un
lugar determinado y en un horario acordado. Y debía tener
argumentos sólidos para hacerlo, ya que una queja infundada
duplicaba la sanción dictada.128 En relación con esto, es sumamente
interesante cómo vivió esa experiencia un delegado al momento de
apelar una sanción para su club:
127
Navarro, R; 2015.
128
“Posas y Navarro, eran de afuera, nosotros enviamos los informes,
ellos leían y sancionaban. Si querían apelar tenían que ir a verlos a ellos. Se
implemento que si no era un reclamo bien justificado, responsable, le
duplicaban la sanción al jugador, así nadie apelaba por apelar. Se fueron
corrigiendo solos. Así funciono el primer tribunal. Después, lo conformamos
de manera interna, pero ya con un antecedente” (Ledesma, L; 2015).
146
y recuerdo me dijo:- „mira, si tenes un descargo
fehaciente y justificado preséntalo, pero si no llega a tener
argumentos sólidos, le duplicamos la pena al jugador‟, fue
una gran enseñanza en lo personal, no presente el
descargo.” 129
129
Riquelme, L.E; 2015.
130
“Me entristece mucho siempre las agresiones a los árbitros, a los
líneas, porque sé lo que es arbitrar en fútbol libre. Y es muy complicado, por
eso cuando agreden a un árbitro me entristece mucho. Es lo que más me
marcó y me marca” (Ortega, H; 2015).
147
preocupo de movida, fue el arbitraje, (…) a veces no se conseguía
árbitro y se pedía a alguien de los que iba a mirar el partido si hacia el
favor de arbitrar.”131 La tarea de encontrar árbitros era compleja,
cansadora y hasta demandaba por los interesados un esfuerzo
puntual; “por ejemplo me despertaba a las 8 am los domingos para ir
casa por casa de los árbitros para despertarlos y prepararlos para la
jornada, y donde faltaba uno, arbitraba.”132 La solución a este
inconveniente fue la creación de un Colegio de Árbitros, el cual fue
iniciativa y responsabilidad de Luis “Pichi” Ledesma, quien ante mi
consigna: Contame del Colegio de Árbitros deja una gran síntesis de
su motivación, génesis y primeros pasos:
131
Navarro, R; 2015.
132
Valderas, L. A; 2015.
133
Ledesma, L; 2015.
148
La conformación de una entidad no resuelve el problema. Debe existir
un reconocimiento de las otras partes interesadas, una voluntad
colectiva de aceptación. Lo nuevo debe resolver problemas, más que
crearlos. En este sentido “Pichi” analiza que:
134
Ídem.
135
Ídem.
149
analizábamos, así se fue conociendo el reglamento y se fue respetando
a los árbitros. Todos los jueves iba con un club distinto.”136
Por norma general, cada club asociado debe aportar, por lo
menos un integrante al colegio de árbitros. Esto dio origen a una gran
distinción con el fútbol federado, ya que la ADEFUL permitió que una
misma persona pudiese ocupar un doble rol: jugador de un equipo y
árbitro dentro de la misma Asociación. Situación que no se permite
según reglamento de AFA. Todos los integrantes del colegio son
jugadores, hinchas identificados o dirigentes de un club, lo que hace
necesario tener algunos reparos al momento de designar los árbitros
para cada encuentro. Se cuida que las autoridades de un partido (sea
juez principal o líneas) no estén identificados con los equipos que
disputan el encuentro. Si es posible también se evita que estén en un
encuentro donde participe su clásico rival, o cualquier otra situación
que pueda generar alguna tensión extra. En definitiva, la pertenencia
de un árbitro a un club es una característica fundamental a tener en
cuenta para la designación de un encuentro.
El Colegio de Árbitros de ADEFUL se transformó en una
entidad sólida, que supo forjar su propio camino dentro de la
Asociación. Puede entenderse como un fuerte elemento cohesionador
el tener compañeros muertos y/o muy gravemente heridos durante el
ejercicio de su tarea antes de organizarse, algo para nada despreciable
al momento de formar y producir motivos de adhesión. Otro elemento
interesante a mencionar es que para personas que trabajan de manera
eventual, por lo general en labores que se discontinúan debido a las
inclemencias del tiempo, el arbitrar les proporciona ingresos
necesarios para pasar la “baja”. Como me han manifestado más de una
136
Ídem.
150
vez de manera informal: “somos muchos los que a veces salvamos el
puchero arbitrando acá arriba.”
151
territorializada que reforzaba identidades barriales y que formaba
parte de la cadena de violencia, que había formado parte importante
del mundo del fútbol libre, comenzó a perder fuerza en la medida en
que su manifestación implicó sanciones que podían comprometer la
permanencia del equipo en la ADEFUL.
Organigrama de la ADEFUL:
137
“Los comienzos fueron complejos, implicaron mucho trabajo.
Inversión de tiempo y dinero propio de algunos. También eran marcados por
152
“Cuando vimos que esto seguía, empezamos a ver que
necesitábamos nuestro espacio, un lugar donde juntarse a
hacer las reuniones en principio, dejar de andar dando
vueltas por todos lados. Nace así la posibilidad de encarar
la compra de algo que le pertenezca a la Asociación.”138
153
marzo de 1989 y que incluía un compromiso de pago en dólares. Este
nuevo emprendimiento (osado según algunos) lo cuentan algunos de
sus protagonistas;
“Primero había que hacer un plan de pago, un arreglo de
cómo se hacia el negocio. (…) Comenzó una escalada del
dólar terrible, algo nuevo para nosotros, (no como ahora
que todo el mundo sabe y conoce del dólar, nosotros en
esa época ignorábamos eso, no se sabía), estaba por
ejemplo a 1 y en poco tiempo se fue a 3 o a más, era algo
terrible. Como habíamos hecho el compromiso de pago
en dólares, el precio que habíamos arreglado en poco
tiempo se había triplicado, una locura. En una reunión
final que hicimos en la sede del club Pistachon,
debatimos si seguíamos a delante como sea o si
desistíamos perdiendo lo que ya habíamos puesto. Se
decidió seguir adelante, pusimos plata de nuestro bolsillo
la cual después se nos devolvería cuando pasáramos el
“temporal”. Algunos, como yo por ejemplo, perdimos
mucho porque yo puse en pesos por ejemplo y otros
aportaron en dólares, quienes aportaron dólares se les
devolvió en su momento los dólares que habían puesto y
quienes pusimos pesos los pesos que habíamos puesto.
Claro el dólar siguió subiendo y el peso cada vez valía
menos;”141
141
Ídem.
154
después pagar las cuotas que debíamos, es más creo que
pagamos las dos últimas cuotas juntas para que nos
hagan descuento y todo. Pero la pasamos brava.”142
142
Ledesma, L; 2015.
143
Boleto Compra-Venta de los terrenos del actual gimnasio y sede
social de la ADEFUL.
155
de 65000 dólares, donde en el momento de celebrar dicho documento
se entregaron 9000 dólares, en concepto de adelanto y que también
hace que se le otorgue a la ADEFUL la tenencia provisoria. Los
restantes 56000 dólares se pagarían de la siguiente forma: al 30 de
diciembre de 1989, la suma de 2000 dólares; al 10 de abril de 1990, la
suma de 7500 dólares; al 10 de agosto de 1990, la suma de 6500
dólares; al día 9 de noviembre de 1990, la suma de 6500 dólares; al
día 10 de febrero de 1991, la suma de 6500 dólares; al día 10 de mayo
de 1991, la suma de 6000 dólares; al día 10 de agosto de 1991, la suma
de 6000 dólares; al día 10 de diciembre de 1991, la suma de 5000
dólares; al día 10 de marzo de 1992, la suma de 5000 dólares y al día 6
de junio de 1992 los últimos 5000 dólares. Aclara el documento que la
cotización del dólar billete estadounidense se tomará de lo que
informa la página denominada “URUGUAY” del diario “Ámbito
Financiero”. Con el pago final de la última cuota se recibiría la total
posesión del bien.
En el ciclo de entrevistas nadie pasó por alto las muchas y
variadas labores que debieron afrontar para poder sostener el plan de
pago acordado. Recordemos que, en esto, no sólo se ponía en juego la
adquisición de un bien inmueble, sino que además el incumplimiento
de lo pactado implicaba perder la condición de socio de la ADEFUL.
Esto puede explicar que muchos no sólo actuasen motivados por el
proyecto, sino que sabían que no había lugar para medias tintas. A
continuación, presento algunas de las tantas tareas que se hicieron
para generar fondos que permitieron su continuidad. Nótese que
existe coincidencia en que durante los primeros tiempos algunos
debían prácticamente vivir para la Asociación:
156
pagar la cuota, hicimos algunos en el Club Nahuel y en la
escuela N°16. Por ejemplo, una vez conseguimos una guía
de leña y dos camiones de Parques Nacionales, porque
uno de los jugadores nuestros tenía al padre que laburaba
en Parques. Nos fuimos los 20 que éramos a buscar leña,
trajimos 2 camionadas de leña y acá teníamos una
motosierra y la cortábamos a „30‟ y la vendíamos, porque
antes había mucho consumo de leña. Todo eso para pagar
la cuota en ADEFUL. Había que laburar, hacíamos de
todo, vender el Prode, campeonatos de truco, rifas, todos
los viernes había que organizar algo. Se optó por hacer
crecer la Asociación, pero eso implicó que no crezcan los
clubes creo yo. Incluso muchos clubes desaparecieron,
tuvieron que integrarse con otros equipos;”144
144
Montecinos, R; 2015.
145
Rasini, N; 2015.
146
Cuevas, M. Á; 2015.
147
García, A; 2015.
157
El trabajo cooperativo equitativo y la posibilidad de distribuir entre
los clubes los ingresos no fue una opción sino que se tomó como regla
para cumplir con el objetivo y los compromisos asumidos. Como
vimos en los testimonios, ideas no faltaron a la hora de buscar
recursos, pero una creación resalta por sobre las otras, tanto por su
masividad como por su continuidad e ingenio. La tarjetita de un Prode
semanal con los partidos de la Asociación fue sin dudas un hecho que
merece atención. La idea original, sacada del Club El Cóndor, se
adoptó y masificó para toda la institución producto del interés que
despertaba entre los aficionados al deporte. Se le daba por fecha la
cantidad de 50 tarjetas a cada club de rendición obligatoria, aquel
equipo que vendiese más se dejaba la ganancia obtenida. Se guardaba
las tarjetas que vendía cada club en sobres con nombre cerrado y
laqueado en una caja fuerte, al finalizar la fecha, los delegados de los
clubes abrían y controlaban las tarjetas y se premiaba al ganador.
Lo novedoso tuvo sus frutos, pero el ordenar y distribuir una
práctica tradicional también dejó satisfacciones desde un principio. El
tradicional buffet con venta masiva de choripanes, hamburguesas,
vino caliente (en época fría), cerveza y golosinas permitió a todos los
clubes beneficiarse económicamente la jornada que les tocase, a pesar
del sacrificio que eso significaba.148
148
“Antes de tener nuestro lugar, o sea lograr la sede y el gimnasio, y
las canchas nuestras con el buffet, era bravo, porque cuando a tu club le
tocaba el buffet, tenias que irte a las 7 de la mañana a armar todo, lona,
chulengo, todo, y cuando estaba frio te pasabas de frio y cuando hacía calor
también la pasabas mal. Pero era algo necesario porque con lo que
sacábamos en el buffet pagamos la cuota” (Cuevas, M. Á; 2015).
158
recauda para sí. También fue complejo porque cuando
tocaba había que estar, y estar todo el día, con los palos,
la lona, las garrafas, chulengo, etc. desde que empezaba
hasta que terminaba, ¡si se habrá pasado fríos bravos en
las canchas! Pero se hizo.”149
149
Rasini, N; 2015.
150
Navarro, R; 2015.
159
“Yo por ejemplo tuve que convencer a mucha gente de
hacer nuestro gimnasio. Pero en un momento estuve solo,
pero seguí, seguí. Y conseguí que un gobierno municipal
me diera bolilla y por medio de gestiones logré que
alguien me haga los primeros planos del gimnasio. Y
después de dar vueltas y encontrar gente que me ayude,
logre tener los primeros planos, apenas los tuve me fui
para mostrárselo a todos y convencer a los que faltaba.
Vieron que la cosa empezaba a tomar forma, se
entusiasmaron. En eso se acercan a mi Valderas y el
“Pichi” Ledesma y me dan la mano de impulsar eso, sino
se hubiesen acercado ellos, no sé si habríamos hecho
algo. Ahí fuimos tres empujando por todos lados,
golpeando puertas, hasta que lo hicimos.”151
151
Navarro, R; 2015. En relación a esto el siguiente testimonio: “A mi
Navarro me contó el proyecto del gimnasio, un día me trajo de una reunión y
me contó como 2hs en su camioneta la idea del gimnasio, los planos, como
seria, era algo de no creer, porque apenas podíamos organizar los torneos, y
plantear algo así parecía mucho. Pero gente con ese empuje y sueños ha sido
generador de lo que tenemos hoy” (Rasini, N; 2015).
160
Se emprendió la tarea enorme, y nuevamente desafiante, de construir
un gimnasio con vestuarios, baños y tribunas ocupando casi la
totalidad de los lotes comprados. Emprendimiento que contó en
muchas formas claramente con el trabajo voluntario de sus asociados.
Miguel Ángel Cuevas, resume el recuerdo de muchos de los
entrevistados en los momentos de la construcción del gimnasio:
“Cuando teníamos que terminar el gimnasio para largar
el torneo de invierno, faltaba el piso, metimos días
enteros de pala y hormigón y hormigonamos todo el
gimnasio, para poder jugar en nuestra cancha, con frio,
lluvia, lo que sea, dejando de lado el laburo de uno, el
tiempo, la familia, todo.”152
152
Cuevas, M. Á; 2015.
153
Diario “El Cordillerano”, San Carlos de Bariloche, jueves 29 de
diciembre de 1994.
161
La obtención de un predio donde finalmente se emplazaría la sede
social y el gimnasio resolvería claramente una parte del problema
espacial que los aquejaba, pero no todos. La falta de canchas grandes
seguía siendo un inconveniente a resolver. Los primeros torneos se
jugaron en las pocas canchas que todavía quedaban disponibles, como
la del “Trébol”154, la de “Aguirre”, la de “Alborada” y “Las del Lera”;
154
“Déjame que te cuente como tuvimos nuestra cancha. Una vez,
estaban las maquinas de hacer la ruta en donde ahora esta nuestro gimnasio,
yo fui a hablar con los maquinistas y les dije como podíamos hacer para
desmontar un terreno para hacer una cancha, ¡me dijeron que si!, que cuando
tengan franco lo hacíamos, yo estaba muy feliz. Fue así que pudimos hacer la
que se conoció como la cancha del “El Trébol”, donde actualmente está el
barrio 400 viviendas, linda cancha porque tenía una bardita al costado que
hacían de tribunas, la usamos mucho esa cancha hasta que se hizo el barrio”
(Aguilar, M; 2015).
162
pero sabían que el uso de las mismas era condicionado, limitado en el
tiempo. Esas tierras ya tenían dueño y, peor aún, ya eran requeridas
por los mismos. Esto hacia preponderante articular los medios para
lograr tener un predio propio. La necesidad nuevamente creó la
búsqueda de respuestas. Se golpearon puertas hasta que la insistencia
y las ganas hicieron que el por ese entonces intendente de Bariloche,
Eduardo Gagliardi, tenga un gesto con la ADEFUL.155 Ricardo Navarro
cuenta, con lujos de detalles, como se gestó y concretó lo que tanto se
anhelaba y necesitaba, invito a leer el interesante relato:
155
“Nunca fue reconocida ADEFUL, salvo la intendencia de Gagliardi,
fue el único que supo ver lo que queríamos hacer y nos cedió las tierras
donde están las canchas grandes de fútbol, condicionados a que las usemos,
trabajemos, etc. La realidad supero las expectativas y las exigencias y hoy
tenemos posesión total de los terrenos y las canchas” (Valderas, L. A; 2015).
163
Dijo él: - „no creo que ustedes junten tanta gente.‟
Fue ahí donde le dije: – „nosotros, ahora dentro de un
mes, tenemos nuestra cena de aniversario de la
Asociación, le apuesto que juntamos más de 1000
personas en una cena donde cada uno se paga su entrada
y su comida. Y va ver usted que es verdad lo que decimos.‟
Entonces hicimos una apuesta, nos dimos la mano y todo.
Quedamos en que si cumplíamos realmente él delante de
todos firmaba la sesión de tierras por 10 años. Hicimos la
cena aniversario en el gimnasio de Bomberos (el más
grande de la ciudad), juntamos mucha más de 1000
personas que pagaron su cena y todo eso. Él fue a la cena,
comprobó que lo que decíamos era verdad y había llevado
los papeles y todo, delante de todos firmó la cesión de
tierras, cumplió con la apuesta y su palabra. Eso fue una
gran alegría también. Con el tiempo esa sesión provisoria
fue tenencia definitiva, ahora son totalmente nuestras las
tierras.”156
156
Navarro, R; 2015.
164
colaboración de la Comisión Directiva y el cuerpo de delegados de la
ADEFUL, es la que finalmente otorga posesión definitiva de los
terrenos, pero previo a esto fundamenta el camino recorrido:
157
Ordenanza Municipal N° 2199-CM-11. Descripción sintética:
Desafectar uso espacio verde. Donación con cargo parte parcela a ADEFUL
19-2-E061-01B. Resaltado en negrita es mío.
165
La búsqueda de espacios que les fueran propios articuló relaciones
personales y estimuló el trabajo cooperativo, transformándose (en
muchas ocasiones) en el eje central de las motivaciones de los
interesados. Como hemos visto, la falta de espacios producto del
crecimiento de la ciudad, sin una proyección que contemplara los
intereses de los practicantes del fútbol libre, fue uno de los pilares que
motivó el acercamiento entre los equipos antes distantes. Por ende, la
obtención y construcción de espacios propios y de uso común
producto del trabajo asociativo actuaron de base para el futuro de la
ADEFUL. El proceso significó una solidificación de las relaciones
interpersonales a pesar de las inevitables diferencias que pueden
existir en todo grupo humano y puede verse como la génesis de una
nueva inscripción territorial identificada con la flamante institución.
Pero, como veremos a continuación, la cohesión de los integrantes de
la Asociación también fue forjada por algunos agentes externos, a mí
entender no tan plausibles.
166
4. CONSTRUCCIÓN IDENTITARIA
158
La antigua lógica de una identidad estable y definida se puso en
tensión después de que Marx hablase de los hombres y mujeres haciendo la
historia pero bajo condiciones que no son de su propia elección. Y habiendo
siempre colocado al sujeto (individual o al colectivo) dentro de las practicas
históricas, nosotros no podemos ser ni haber sido el origen único o los únicos
actores de esas prácticas. Constituyó esto una profunda descentralización
histórica. A esto se le suma Freud diciendo que la identidad se fija también a
parir de la vida psíquica sobre la cual no se sabe, es el gran continente del
inconsciente que no se puede dominar. La antigua lógica también sufre el
167
en lo individual coexiste con una simultánea fragmentación y erosión
de la identidad colectiva social. Las grandes identidades sociales
colectivas consideradas abarcadoras, homogéneas, que posicionaban y
estabilizaban el yo individual; (las grandes identidades colectivas
sociales de raza, nación, de género y de Occidente),159 han dejado de
ser referencia.
Esta descentralización de la identidad nos hace tomar
conciencia de que las mismas nunca se completan, nunca se terminan,
que siempre están (como la subjetividad misma), en proceso. Es
posible afirmar entonces que todos nosotros estamos compuestos por
múltiples identidades sociales y no por una. Todos fuimos construidos
de manera compleja, a través de diferentes categorías, diferentes
antagonismos, y estas pueden tener el efecto de colocarnos
socialmente en múltiples posiciones. Las identificaciones cambian y se
mueven. El proceso de identificación también significa, el proceso de
decir que esto aquí es lo mismo que eso, o que nosotros somos esto,
con respecto a esto otro. No hay identidad sin la relación dialógica con
el otro, por ejemplo: “los ingleses son racistas no porque odien a los
negros, sino porque no saben quiénes son sin los negros. Tienen que
saber quiénes no son, para saber quiénes son” (Hall, 2010:344). En
este sentido es importante tomar conciencia de la dificultad
168
conceptual que nos implica tratar de pensar al mismo tiempo
identidad y diferencia.160
Veremos a continuación algunos rasgos del proceso formativo
indentitario que experimentaron los integrantes de la ADEFUL. Es
decir los elementos que confluyeron y se transformaron en claves para
que ellos se reconozcan con un nosotros (en referencia a una identidad
nueva) en relación a un ellos.
160
“La noción de que la identidad está relacionada con personas que se
parecen, que se sienten lo mismo, que se llaman lo mismo, es una tontería.
Como un proceso, como una narrativa, como un discurso, se cuenta siempre
desde la posición del Otro (…) La identidad no es algo que se forme afuera y
sobre la que luego contamos historias. Es aquello narrado en el yo de uno
mismo (…) Estas son maneras sumamente importantes de intentar pensar una
identidad, que no es una totalidad sellada ni cerrada” (Hall, 2010:321).
169
enmarcar en una diferenciación entre clases sociales.161 En lo que
vamos a ver a continuación, la identificación no solo pasa por la
dicotomía fútbol libre, amateur, barrial por un lado y fútbol federado,
profesional, por otro, sino que hay en los relatos una fuerte dicotomía
entre un nosotros, los de arriba, los negros de los barrios – ellos, los
de abajo, los blancos del centro. Aquí considero oportuno aclarar que
esta distinción entre unos y otros y los consecuentes sucesos que
veremos a continuación ocurren dentro de lo que entendemos como
sectores populares locales. Ya que pensar o leer literalmente que
quienes tradicionalmente jugaron de manera federada son de un buen
pasar económico es cuanto menos un error. El Club de Regatas, Club
Andino, Club de Caza y Pesca, sin dudas encuadrarían mejor dentro de
las instituciones que centran actividades mayormente inidentificadas
con sectores de la élite local.
Como disparador del análisis propuesto, presentaré algunos de
los sentires y pensares que fueron expresados en el ciclo de entrevista.
Pienso que es adecuado comentar que estas respuestas tuvieron como
disparador una misma pregunta, a saber: “En los comienzos de la
Asociación ¿le plantearon a la Liga Federada de Bariloche (LIFUBA) la
posibilidad integrarse conformando una división B? Si esto ocurrió,
¿qué respuesta obtuvieron y como lo viviste?”
161
El Materialismo Histórico como teoría es continuamente debatido,
complejizado y multi-problematizado tanto en aspectos generales como en
asuntos puntuales. Ejemplo: podemos dar cuenta de mucha bibliografía que
discuta para este caso la pertinencia del uso o no del concepto luchas de
clases, y tantos otros. Un interesante y actual libro que dialoga y nos
aproxima -si quiera un poco- a los debates más actuales en relación a esto es
“Materialismo Histórico: interpretaciones y controversias” de Ariel
Petruccelli (2010).
170
A continuación, la selección de algunos testimonios:162 “La
negativa de LIFUBA, molestó, fue un rechazo rotundo, dolió mucho,
porque fue despectivo lo que nos hicieron. La gente lo tomó malísimo
eso, quedamos muy dolidos. Después vinieron ellos a proponer pero
dijimos que no, porque habíamos quedado muy dolidos;”163 “Cuando
intentamos varios clubes conformar la división B de LIFUBA ellos no
quisieron, nos negaron la posibilidad. Yo creo que fue porque ellos se
creían profesionales y nos veían a nosotros como amateurs, como
siempre fuimos. Ponían muchas trabas;”164 “La negativa de LIFUBA de
aceptar conformar una divisional B una vez organizado la ADEFUL
generó una tensión entre las dos ligas. Ellos dijeron:- “¡no! Jugar
contra los negros, los cabecitas negras ¡no! Nos van a matar a
patadas;”165 “Teníamos la intención de unir el fútbol de Bariloche, así
también compartir recursos materiales y humanos. Pero dijeron que
no, de manera muy fea. Dolió mucho porque nos rechazaron sin
darnos la posibilidad;”166
162
Resalto en negrita los nosotros y ellos expresados en los extractos de
testimonios.
163
Ortiz, J. E; 2015.
164
Aguilar, M; 2015.
165
Ortega, H; 2015.
166
Navarro, R; 2015.
171
no. Ahí nace como una tensión entre ADEFUL y la Liga,
tal vez menos acentuada ya, porque pasa el tiempo y
porque algunos clubes de ADEFUL juegan en la liga, pero
la espinita siempre quedó;”167
167
García, A; 2015.
168
Espinosa, D; 2015.
169
Oviedo, L; 2015.
172
conformación de un nosotros, porque si alguno todavía no se asumía
como parte de la ADEFUL, por el motivo que fuese (distanciamiento
con los dirigentes de turno, asimilación del novedoso proceso
asociativo, etc.), a partir de ese momento todos fueron los
rechazados/discriminados. Hecho que no pasan por alto algunos
testimonios y que aseguran tuvo un efecto positivo en cuanto a los
resultados cohesionadores que causó en el grupo asociado. A LIFUBA
“le debemos agradecer, sin darse cuenta nos ayudaron a crecer
más;”170 “Mirando para atrás es verdad que debemos agradecer que no
nos incluyeron, porque seguramente no hubiésemos crecido, no
seriamos lo que somos ahora;”171 “Eso dio a muchos el envión y la
motivación para seguir trabajando y con más fuerza. Demostrar que
podíamos;”172
170
Espinosa, D; 2015.
171
Navarro, R; 2015.
172
Ledesma, L; 2015.
173
Rasini, N; 2015.
173
defender una misma camiseta. Es el momento donde los jugadores
defienden al club del barrio y su vez a la Asociación de clubes barriales
de la cual son parte, es una manifestación de lo que Antezama llamó
metaidentidad. Es un hito que marca el principio de la consolidación
de una inscripción territorial que nuclea los barrios barilochences
identificada con el fútbol libre, que supera y rompe con las
fragmentaciones e identidades territoriales ancladas en los barrios
vistos como unidades aisladas y rivales unos de otros.
Claramente el efecto positivo de cohesionar e impulsar un
grupo por la negativa, tuvo consecuencias que se sostuvieron en el
tiempo. Fue este el origen de cierta tensión entre un nosotros y un
ellos, una diferenciación entre las dos ligas de Bariloche, que va desde
lo deportivo/pasional hasta lo organizacional, diferencias que según
algunos no permitió unir el fútbol de la ciudad.174
Ahora comparto algunos relatos que marcan otros aspectos
distintivos entre unos y otros:
174
“Eso fue un empuje para muchos. Eso fue bueno, pero lo malo que
hasta el día de hoy mucha gente quedo resentida, porque nos marginaron,
entonces no quieren saber nada con la Liga, están con ADEFUL a muerte.
Pero no es bueno el rencor. Es verdad que tampoco nunca hubo como algún
tipo de reivindicación, no sé algún tipo de acercamiento de parte de ellos, una
copa por el aniversario de la ciudad o algo así, por eso también persiste
mucho de aquella negativa” (Rasini, N; 2015); “Y ahí siempre quedo una
tensión entre ADEFUL y la Liga, yo creo que eso hizo que el fútbol de
Bariloche no creciese como tal vez podría haberlo hecho” (Marín, R. F;
2015).
174
ellos no supieron ver hasta dónde podía llegar el fútbol
barrial organizado. Han perdido un caudal de gente
impresionante en las canchas con hacer esa división.
Mucha gente va a mirar fútbol decide ir a ADEFUL. Esto
es porque cuando juega tu club o sea tu barrio, vos
jugador te gusta que te acompañe, tu familia, tus
hermanos, amigos, etc. Y eso pasa en la ADEFUL, jugar
en la liga es frio. No hay comparación, más en las
instancias finales, es mucha la diferencia. Cuando están
las instancias decisivas en ADEFUL va todo ADEFUL a
ver, todos los que entren; queda gente afuera a veces, en
la liga no van ni los parientes. Tuve en la división B de mi
equipo un jugador que estuvo conmigo desde los 13 años
que lo hice debutar en primera, excelente goleador, muy
destacado, siempre goleador, perdía el equipo pero el
igual era goleador, estuvo 17 años jugando conmigo, lo
tentaron muchas veces de jugar en la liga, una vez
accedió, jugó dos partidos y nunca más volvió a ir.
También, por ejemplo, tuve en mi club a los hermanos
Cifuentes, que jugaron conmigo y después se fueron a
jugar a un equipo federado, jugando el Argentino C,
recuerdo haber ido al Estadio Municipal a verlos, y me
daba vergüenza, éramos 10 personas en la tribuna, los
visitantes tenían más gente que los de Bariloche, una
vergüenza, muy frio, ni siquiera las familias;”175
175
Cuevas, M. Á; 2015.
176
Ortega, H; 2015.
175
“Vemos muchas diferencias de nosotros con ellos,
ADEFUL siempre trabajó y se conformó de manera
cooperativa, todos por un bien común, para fortalecer su
institución madre de la que también son parte. Esta
forma de trabajo permitió mantener los clubes en los
peores momentos de crisis económicas. Pero la liga
federada no, cada club es y trabaja de forma
independiente y no con mucho resultado. Hoy por hoy la
liga mira nuestra forma de trabajo y copia algunas cosas
porque nos ha dado resultados.”177
177
Valderas, L. A; 2015.
176
La conformación de una asociación de fútbol que reunió en su
momento a veintidós clubes y que, con el paso de los años, sumó a
otros interesados en calidad de clubes adherentes (dando un total
actual de treintaicuatro), significó también el comienzo de un proceso
de conformación identitaria para todos ellos. En este caso, para la
conformación de una identidad común existieron importantes factores
previos (problemáticas comunes que impulsaron una salida conjunta)
y factores que se sumaron una vez comenzada la etapa asociativa.
Entre estos agentes catalizadores de la cohesión e identificación
compartida por los integrantes de la ADEFUL, hay que distinguir dos
grandes grupos: un grupo de elementos son los que podría denominar
como internos; con esto hago referencia por ejemplo a la decisión de
trabajar de manera conjunta para lograr reglamentar la actividad
como así también para obtener espacios propios, asumiendo
compromisos comunes. Las situaciones similares que les tocó
atravesar para cumplir con lo acordado (ventas de rifas, prode, poner
bines personales de garantía, etc.), generó lazos interpersonales que
les permitió sentirse como pares e iguales ante las mismas y complejas
situaciones. El segundo grupo está compuesto por lo que podría
denominar agentes externos; con esta denominación hago referencia a
las situaciones que atravesaron como grupo asociado frente a
referentes de LIFUBA.
177
Las situaciones vividas y sentidas por los practicantes previo al
ADEFUL y después de su conformación (así estas hayan sido
alentadas por factores internos o externos), formaron parte de una
construcción identitaria que se sostuvo en el tiempo. Esto hace
posible, al día de hoy, llamar a la comunidad de ADEFUL muchos
casos y de manera acertada como los de ADEFUL, haciendo
referencia a que se reconocen en muchos aspectos como uno.
178
tenido siempre a la ADEFUL a la vanguardia nucleando
históricamente a los mejores exponentes de esta disciplina en sus
torneos de salón.
179
manteniendo su participación también en la ADEFUL. 178 El caso es
destacado y merece atención, pero no solo porque puede ser visto
como un elemento que ayudar a limar ciertas asperezas, sino que
puso de manifiesto que el nivel deportivo de la ADEFUL nada tenía
que envidiarle a la liga federada, tanto es así que Estrella en su
primera temporada de competencia logra doble corona. Algo que no se
pasa por alto ni mucho menos:
“Es muy bueno el paso de Estrella Del Sur al torneo
federal, para pasar el techo deportivo que tenemos en
ADEFUL, muy nutrido con jugadores de todos los clubes
de la Asociación y con excelentes resultados. En el 1° año
campeón de la B, en el segundo campeón de la A y a
jugar el Argentino. Le han dado la oportunidad a muchos
de nuestros chicos de los barrios a buscar otros
horizontes en lo deportivo” 179
178
Es importante aclarar que no fue el primero, el club El Trébol varios
años antes ya había tenido una experiencia federada, pero fue breve y
tampoco mantuvo su participación en la ADEFUL.
179
Rasini, N; 2015.
180
Montoya, Luis. Entrevista realizada por Nestares Javier Alejandro
el día 02/05/15.
180
Sin embargo estos signos alentadores son contradichos por una nueva
e inexplicable actitud de algunos referentes de la LIFUBA de negar –
en más de una ocasión- la participación en sus campeonatos a
Pincharratas, actos que volvieron a poner en la mesa cuestionamientos
de antaño y permitieron hablar de manera renovada de un nosotros y
un ellos en los términos en que lo veníamos haciendo.181
Así se referenció al tema de manera expectante el referente
“Pincha” Raimundo Travilao (antes de conocer una nueva negativa):
181
Al momento de escribir estas líneas el Club Pincharratas fue
aceptado en las filas de LIFUBA para disputar los torneos de cancha grande.
Hecho que causó alegría y fue celebrado por toda la comunidad futbolera de
la ciudad. Pero esto no borra ni quita importancia a los sentires expresados
por la comunidad de la ADEFUL ante las anteriores negativas de la mayoría
del conjunto federado de permitirle al “Pincha” su participación.
182
Travilao, M.R; 2015.
181
tomamos una cerveza juntos y listo queda ahí. (…)
Siempre priorizamos a los chicos del barrio, siempre
integramos a los chicos para que tengan su lugar en el
equipo. No somos de traer jugadores de afuera, tratamos
que sean de acá, que sientan el barrio y defiendan su
camiseta. Si entramos a la liga vamos competir en
ADEFUL y en la liga. Yo, por mi prefiero siempre jugar
en ADEFUL, porque si se entra en la liga pocos van a
quedar de Pincha, empiezan a venir de afuera, como pasó
con Estrella que quedaron 4 ó 5 de Estrella y los otros son
de afuera, por eso la gente del barrio ve que queda el
nombre nomas, ya no ve a su hijo, sobrino, nieto jugando.
Ojala que no nos pase que siempre sean jugadores
Pinchas del barrio, pero va a ser difícil creo.”183
183
Ídem.
182
organizaron una parte grande de su barrio que era tenida
como muy conflictiva. Participan en orden, respetan y
han logrado muchos triunfos deportivos, con mucha
gente de su barrio que los acompaña. Ellos entrenan e
integran a los más jóvenes. La formación de „Pincha‟ ha
ayudado en lo social a su barrio muchísimo. Demuestran
que son buena gente, que el ser señalado de una forma
por ser de un barrio u otro es totalmente malo. Los chicos
se han superado y ayudan a su gente, soy admirador de
ellos.”184
184
Rasini, N; 2015.
183
barrio solicita incorporarse te miran si sos rubio y de
ojos celestes mejor, por supuesto te miran la billetera
aunque no tengas trayectoria como club te abren las
puertas, si sos de un barrio te piden todo, te ponen
trabas, votan y te dicen no, no podes. 185
185
Rasini, N; 2015.
184
El decir que: “Siempre va existir (…) la diferencia entre lo que es el
fútbol libre y el federado,”186 puede estar fundado por varios posturas:
por ejemplo en la sostenida lucha por seguir construyendo espacios
propios:
Por lo visto hasta aquí, podría ser plausible sostener que si bien
ambos espacios (tanto ADEFUL como LIFUBA) están centrados en la
misma actividad deportiva y, que incluso muchos actores se
desempeñan en ambas ligas, las características principales que se
186
Marín, R. F; 2015.
187
García, A; 2015.
188
Ledesma, L; 2015.
185
destacan en la fundación de la ADEFUL, (relacionado fuertemente a lo
familiar y el barrio de pertenencia) marcan una diferencia sustancial
entre estos ámbitos. Pertenencia, juego con familiares, “jugar por el
barrio”, jugar contra rivales “históricos”, la disputa del clásico del
barrio, etc. son elementos que se transmiten de generación en
generación y que se tornan determinantes a la hora de tomar
decisiones, tanto que muchas veces hacen que un jugador –de darse el
caso- priorice la competencia en la ADEFUL y no en LIFUBA. Algunos
testimonios en relación a esto:
189
Cuevas, M. Á; 2015.
186
era tu camiseta, eso no se cambiaba por nada, no se
negociaba. A muchos chicos les pasaba.”190
190
Montecinos, R; 2015.
187
188
5. LA ASOCIACIÓN DE DEPORTES Y FÚTBOL LIBRE
189
Álvaro García Linera (2004) en el texto ¿Qué son? ¿De dónde vienen?
Movimientos Sociales dice que, en líneas generales, un movimiento
social es un tipo de acción colectiva, que con marcada intención,
pretende modificar los sistemas sociales establecidos o defender algo
de su interés. Para esto se organiza y con cooperación mutua
despliega acciones públicas en sus objetivos. También agrega que no
solo son organizaciones que expresan determinadas demandas y
necesidades colectivas (que por ejemplo los partidos políticos no
canalizan), sino que también son sistemas organizativos de
participación social, de formación de discursos identitarios y de
elaboración de propuestas con capacidad de cambio e injerencia
institucional.191
Según esta generalización pareciera que la ADEFUL podría
caracterizase como un movimiento social sin mayores dificultades,
pero cuando se ahonda en las características específicas del objeto de
estudio y de la conceptualización encontramos algunos reparos que
son relevantes atender.
Siguiendo a García Linera, todo movimiento social posee por lo
menos tres grandes componentes que lo definen como tal:
1. Debe tener una estructura de movilización o sistema de
toma de decisiones, de deliberación, de participación, de
191
En lo que se llama Teoría de los Nuevos Movimientos Sociales,
Alain Touraine coloca los movimientos sociales como sujetos portadores de
tres componentes básicos, identidad, oposición (el adversario) y la totalidad
(sistema de acción histórica en la que se da el movimiento). Las acciones
colectivas que propiamente él denomina movimientos sociales, son los que
apuntan a modificar la utilización social de recursos en nombre orientaciones
culturales aceptadas en la sociedad considerada (García Linera, 2004).
190
tareas, de procedimientos y de jerarquías que se hace
posible su funcionamiento.
2. También deben jactarse de una identidad colectiva y
registros culturales que le permiten diferenciarse
colectivamente, articular así experiencias preexistentes,
cohesionar a sus miembros, legitimar sus acciones,
también así poder identificar sus objetivos y obstáculos
comunes.
3. Cuenta también con unos repertorios de movilización o
métodos de lucha a los cual recurre para intentar lograr
sus objetivos.
191
delegados de cada categoría (sub-15, primera, veteranos, seniors y
masters), donde deciden asuntos puntuales a sus intereses. Se resalta
que toda toma de decisiones denominadas macro, las cuales pueden
afectar a la ADEFUL por su trascendencia (ejemplo: compra de bienes,
alquiler de bienes, aprobación de inversión, ingreso o expulsión de
algún club, etc.), es tomada en Consejo Directivo con plena y
obligatoria participación de todos los clubes, y dependiendo de lo dicte
el reglamento la decisión se toma por mayoría simple o requiere de
2/3 de aprobación.
En cuanto al punto 2, y a modo complementario de resumen de
lo trabajado en el capítulo 4 (“Construcción Indentitaria”), afirmo que
la identidad como Asociación de Deportes y Fútbol Libre es marcada:
todo club asociado ya sea como socio fundador o adherente es
vinculado a la ADEFUL no solo en lo deportivo sino también en lo
social. Como vimos, simplemente es necesario hablar con jugadores,
dirigentes e hinchas y ninguno duda en autoreferenciarse como
nosotros, los de ADEFUL. Tienen eventos que toda la comunidad del
fútbol libre espera como lo es la fiesta aniversario, los bingos, las
carreras de postas entre clubes e incluso las finales deportivas a las
cuales muchos concurren a pesar que no sea su equipo uno de los que
la disputen, lo hacen por el sólo hecho de lo significativo del
acontecimiento. También existe un escudo que representa a la
Asociación el cual es reconocido por todos como su símbolo
identificatorio. Desde 1990 se conforma una selección de jugadores
pertenecientes a distintos equipos de la ADEFUL y se disputa con este
combinado partidos amistosos dentro y fuera de la ciudad, evento muy
vinculado a la celebración del aniversario de la Asociación. Más allá de
lo meramente simbólico, los referentes de cada club entrevistados por
este autor, afirman que nada se podría haber hecho, ni sostenido en el
tiempo, ni mucho menos crecido si no se hubiese construido por parte
192
de todos los integrantes de la ADEFUL una fuerte e inquebrantable
identificación con total sentido de pertenencia.
Cuando miramos el punto 3
planteado por García Linera, vemos
algunos matices. ADEFUL no cuenta
ni contó con un repertorio de
movilización o métodos de lucha,
considerando a los mismos como un
abanico de alternativas a las cuales
acudir para desarrollar sus anhelos y
planteos. El grupo de personas que
buscó dar respuestas concretas al
problema que atravesaba el fútbol
barrial lejos estuvo de tener múltiples
opciones: desde un primer momento
la única alternativa posible (y a la que acudieron no sin dificultades)
fue reglamentar su participación para luchar contra la violencia y
organizar una estructura que les permita permanecer en el tiempo. Me
permito aquí decir que mientras un movimiento social se mueve en su
búsqueda aquí siempre se necesitó y se fue en busca de lo contrario,
permanecer.
Dice García Linera: “los movimientos sociales pueden tener
como destinatario de sus acciones algún grupo particular de la
sociedad, (como por ejemplo el empresariado) o alguna conducta o
valor en cuestión (como por ejemplo el machismo).” Aquí nuevamente
noto un acercamiento entre el objeto de análisis y el concepto en
cuestión, ya que un claro destinatario fueron los sujetos que tenían la
violencia arraigada como forma de participar en eventos deportivos,
quienes veían en sus rivales de turno enemigos. Con la conformación
de la ADEFUL un grupo de personas decidió actuar contra otro que no
193
representaba el fútbol libre y que contrariamente a esto, lo estaba
matando. Se actuó contra los sujetos violentos y contra la violencia
como conducta.
194
6. La preocupación por la organización del trabajo y su
relación con la naturaleza. Rehúyen a la organización
jerarquizada con una clara diferencia entre quienes
dirigen y ejecutan. Las formas de organización de los
movimientos actuales tienden a reproducir vida
familiar y comunitaria.
7. Las formas de acción instrumentales de antaño
(ejemplo paradigmático es la huelga), tienden a ser
sustituidas por formas autoafirmativas, por los cuales
los nuevos actores se hacen visibles y reafirman sus
rasgos y señas de identidad.
192
Expresión que resume las motivaciones que expresan los
entrevistados en relación al trabajo que hicieron y siguen haciendo dentro de
la ADEFUL.
195
agrupación política que significase la obtención de beneficios
concretos para la ADEFUL el trabajo conjunto sería algo a considerar.
Sobre el punto 3: como vimos la identidad es algo relevante que
revaloriza la cultura por el fútbol barrial que reafirma fuertemente sus
logros en condición de clase social humilde con tradición de trabajo.
En lo que respecta a la formación de intelectuales propios, es
algo que no ha ocurrido. La Asociación no registra acciones que
puedan enmarcarse en este punto, tampoco hay difusión integral de
sus actividades, a excepción de lo meramente deportivo. En cuanto a
esto último, es imperativo hacer mención a un comunicador social que
forma parte importante de la ADEFUL. Luis Norberto Montoya es
quien informa semana a semana en su programa radial las novedades
de lo acontecido en la Asociación y esta permanente e ininterrumpida
tarea hizo que a partir de noviembre de 2002 la cabina de transmisión
del gimnasio pase a llevar su nombre. Así cuenta él sus inicios:
196
salón, dirigí a Gamberro, también trabajé con el Club
Tres de Mayo, nunca tuve drama en ayudar a quien me
pida o me deje.”193
193
Montoya, L; 2015.
194
Salgado, Sandra. Entrevista realizada por Nestares Javier Alejandro
el día 26/05/15.
197
Importante es aclarar que no es un hecho aislado, surgen otros
nombres; como el de Karina Stojacovich, quien estuvo involucrada
desde el principio en la organización y dirigencia de la división Sub-15,
y el de Alicia Curapil, quien supo ser vicepresidenta de la Asociación y
actualmente ejerce el rol de presidir el Club Atlanta. Estos casos
pueden ser ejemplos de que (si el fútbol es de su interés) la mujer
puede destacarse en el ámbito directivo y dirigencial dentro de la
ADEFUL.
En relación a esto, también deseo señalar casi la totalidad de los
entrevistados dijeron explícitamente que no habría sido posible la
construcción de la ADEFUL, sino fuese por el acompañamiento y el
trabajo de sus compañeras de vida. Las características de clubes
barriales hacen que los equipos siempre estén en torno a pocas (3 o 4)
familias, esto hizo que las mujeres siempre se vean involucradas en
aspectos como: cobro de cuotas, organización de eventos particulares
y sean protagonistas en el momento de tomar decisiones que
involucren a su club, ya sea en lo organizativo/administrativo como en
lo deportivo. Me animo a decir que hay una característica especial del
género femenino dentro de la ADEFUL, que se ubica en algún punto
entre lo meramente subalterno y lo protagónico. Dicho esto, marco
que esa ubicación está claramente más cerca de lo primero –lo
subalterno-, una prueba de esto es que no exista una división de fútbol
femenino en la Asociación, a pesar del interés que este deporte
despierta en muchas mujeres “ADEFULERAS”. Se impone por lo
dicho aquí que Género y la ADEFUL es una interesante propuesta para
trabajos futuros.
En relación al punto 6. Si bien la toma de decisiones está
reglamentada (como vimos más arriba), no es notoria la diferenciación
entre quienes deciden y quienes ejecutan. Se prioriza el trabajo
cooperativo, sin diferenciación del cargo que se ejerza.
198
La forma autoafirmativa de mostrase y referenciarse ha sido la
organización asociativa, tanto que es marcada por muchos como
ejemplar. Quienes han logrado ver esto buscan asesoramiento para
lograr mejorar sus ya tradicionales instituciones (como el caso de
LIFUBA), o nuevas organizaciones como es el caso de ASOCLUBA. 195
Como vimos, la ADEFUL comparte muchos rasgos similares a
las definiciones teóricas planteadas, pero a mi entender no calificaría
como un Movimiento Social ya que los rasgos en los cuales
no se identifica son determinantes para lograr una coherente
caracterización según los autores referenciados. Este ejercicio de
poner en tensión una definición punto por punto sirvió además como
escusa para ahondar en características específicas de la Asociación,
lo que plantea inexorablemente el desafío de buscar nuevas
denominaciones que expliquen el fenómeno.
195
Me explayare en relación a este interesante emergente en las páginas
de las conclusiones de este libro. Aquí solo sirve saber que la Asociación de
Clubes Barriales (ASOCLUBA) es una nueva organización de Fútbol Libre
en Bariloche, que a partir de su formalización (en 2009) lucha por organizar
otro gran sector del fútbol barrial de la ciudad. Su nacimiento se debe –entre
otras cosas- a que la ADEFUL ha colmado su capacidad receptora
principalmente a lo que refiere a la infraestructura.
199
conjunto de otros entrevistados, reconociéndolos como grandes
artífices y promotores en la creación de la ADEFUL, así también
porque sus testimonios resumen y reflejan lo dicho por la totalidad.
Luis Valderas dice que ADEFUL es: “Una institución que nuclea
un sector social barilochense de carencias económicas, vulnerable y
que ha logrado contenerlos, darle un cable a tierra en los peores
momentos, sociales y personales que les ha tocado vivir, (…) es un
centro importante de contención social y deportiva.”196 Aquí se hace
hincapié en que la Asociación ha actuado en muchos momentos como
“el” lugar donde las personas allegadas encuentran un grupo social
que los contiene y que los individuos con los que participa tanto sea
en actividades deportivas o sociales actúan de sostén anímico (o
muchas veces económico llegado el caso) en momentos complejos de
la vida personal.
Según Ricardo Navarro la ADEFUL es:
196
Valderas, L. A; 2015.
197
Navarro, R; 2015.
200
“Es una institución social referente de Bariloche. Que
con lo deportivo, en este caso el fútbol, ha cubierto y
sigue cubriendo necesidades de contención social. Lo
que no han hecho otros lo hicimos nosotros haciendo lo
que nos gusta. Hoy, por ejemplo, el barrio Arrayanes es
distinto de hace 20 años. Ahora lo chicos se cuidan para
poder jugar, dejan la calle porque mañana juegan, lo
pibes están más preocupados en el próximo partido que
en andar jodiendo en la calle. Y eso es lo que hizo
ADEFUL en todos los barrios populares de
Bariloche.”198
198
Ledesma, L; 2015.
199
Ortiz, J. E; 2015.
201
Las características antes trabajadas de los movimientos sociales
y las definiciones expresadas por los protagonistas dan una
interesante base para iniciar la búsqueda de una definición que
explique la Asociación de Deportes y Fútbol Libre, desafío que ahora
me propongo transitar.
202
“murallas” entre barrios populares. Proceso que significó un
reconocimiento entre iguales como sujetos políticos capaces de
intervenir en una realidad que la entendieron producto de un proceso,
y por ende, sujeta a cambios. La vigencia de la institución puede ser
tomada como una muestra de que “la vida cotidiana no es únicamente
una realidad naturalizada sino, y principalmente, una realidad
susceptible de ser modificada” (Fuentes, 2013:95). Quienes decidieron
organizarse claramente pusieron en tensión la naturalización de los
sectores populares como inmutables, dependientes de políticas
públicas, violentos y sin solución posible.
La Asociación formó en los practicantes del fútbol libre una
inscripción amplia, representativa de los barrios populares creadora
de una nueva identidad. La legitimidad con la que contó la ADEFUL,
desde su génesis, brindo las bases para su crecimiento y estabilidad,
dando en algún aspecto regularidad a la vida de los asociados. Esta
última es una característica a destacar, ya que la irregularidad es la
principal característica de la vida cotidiana, por lo que las clases
populares luchan por estabilizar su presente y anticipar los más
posible su futuro. Es por eso, como dice Merklen, que la multiplicación
de las afiliaciones (en este caso a la ADEFUL) no debe ser
comprendida como una sociabilidad caótica y aun menos como el
producto de una racionalidad incoherente, sino por el contrario es el
producto de una forma específica de solidaridad y normatividad.
Expresión de esto es la promoción de dispositivos democráticos que
desde el momento fundacional hicieron de la Asociación un autentico
espacio público local.
203
Por lo dicho aquí la ADEFUL es, una inscripción territorial, pero
además, como veremos, tiene algunos rasgos contraculturales200 que
se basa en la toma de conciencia de sus protagonistas.
Si bien al día de hoy existe un convencimiento que en el corto y
mediano plazo la negativa de inclusión de parte de dirigentes de
LIFUBA, a fines de la década de 1980 favoreció el desarrollo de la
ADEFUL, la actitud peyorativa y despectiva de parte algunos sectores
de la ciudad para con otros de menos recursos parece ser una
constante en el tiempo. Esto hace ver que la práctica de fútbol, fue en
este caso, una ventana más que sirvió para presenciar una constante
de marginación y exclusión que caracteriza a la sociedad barilochense.
Esta mirada que trasciende lo meramente deportivo y que ahonda el
razonamiento con perspectiva histórica la hace Ricardo Navarro:
200
Sincero agradecimiento a Rolando Bel, gran docente y amigo que en
tempranas correcciones de escritos que conforman este trabajo me sugirió la
potencialidad del concepto de contracultura para dar cuenta de algunos rasgos
característicos de la ADEFUL.
204
demostramos y podemos seguir demostrando que los
trabajadores del „Alto‟ podemos hacer muchas cosas y
mucho mejores que los otros. La discriminación que
sufrimos fue lo que marcó a muchos a trabajar tanto por
el Fútbol Libre.”201
201
Navarro, R; 2015.
202
Ledesma, L; 2015.
205
La lucha consiente de los actores por el cambio social posee sentido
teniendo en cuenta de que siempre existen un conjunto de sentidos
políticos y culturales que, por definición, resultan dominantes, pero
jamás lo son de un modo total. Por ende siempre existen sentidos que
ejercen una fuerza opuesta a la ideología preponderante. Si bien existe
un complejo proceso social total con la hegemonía,203 también existen
fuerzas que ejercen presiones por una hegemonía alternativa y otras
fuerzas significantes que resultan contra-hegemónicas. Esto significa
que se pueden ejercer actividades que resulten transformadoras de lo
social. La ADEFUL fue en muchos sentidos una institución que
cambio la forma de organizar el fútbol en Bariloche, abrió nuevos
caminos y, que ante la negativa de inclusión creó algo propio, generó
sus espacios y en muchos aspectos supero la organización “oficial”
federada hegemónica.
Para reforzar lo antes dicho debemos considerar que la
hegemonía no es solo el nivel superior articulado de la ideología,
tampoco sus formas de control habitualmente conocidas como
manipulación o adoctrinamiento, sino que constituye todo un cuerpo
de prácticas y expectativas en relación con la totalidad de la vida, en
203
Raymond Williams nos dice que el pensador italiano Antonio
Gramsci planteó la diferencia entre dominio y hegemonía. El primero se
expresa en formas directamente políticas y, en los tiempos de crisis, se
manifiesta mediante una coerción directa. La hegemonía, en cambio, es una
situación más habitual, la cual consta de un complejo entrelazamiento de
fuerzas políticas, sociales y culturales. Williams expone que: “en una
sociedad de clases existen fundamentalmente desigualdades entre las clases.
En consecuencia, Gramsci introdujo el necesario reconocimiento de la
dominación y subordinación en lo que, no obstante, debe ser reconocido
como un proceso total” (Williams, 1997:130).
206
este caso la práctica y organización del fútbol. Dice Williams que es un
vivido sistema de significados y valores que parecen confirmarse
recíprocamente a medida que son experimentados. Por ende, es un
sentido de realidad para la mayoría de las personas de una sociedad.
Una hegemonía dada es siempre un proceso, jamás puede ser
individual y no se da de modo pasivo. Esta debe ser constantemente
renovada, recreada, definida y modificada, así mismo es
continuamente resistida, limitada, alterada y desafiada. De ahí que es
necesario agregar conceptos como contrahegemonía y hegemonía
alternativa, ya que son elementos reales y persistentes de la práctica.
La cultura dominante produce y limita a la vez sus propias
formas de contracultura. Por lo tanto, el proceso cultural no debe
asumirse como si fuese simplemente adaptativo, extensivo e
incorporativo. Las verdaderas rupturas dentro y más allá de él, en
determinadas condiciones sociales específicas, pueden variar desde
una situación de extremo aislamiento hasta trastornos
prerrevolucionarios y una actividad revolucionaria. En la estructura de
toda sociedad real, y en especial en su estructura de clases, existe una
base social para los elementos del proceso cultural que son
alternativos o de oposición a los elementos dominantes. La teoría
marxista en su centro describe esto, la formación de una nueva clase,
su concientización y dentro de esto el surgimiento de una nueva
formación cultural.
La acción consciente de organizar una nueva liga de fútbol que
unió a los equipos barriales, tomando como referencia un reglamento
oficial pero adaptándolo a sus necesidades, dieron origen a una
institución de formación novedosa. Esta formación, entendiendo a la
misma como tendencias y movimientos conscientes en el ámbito
cultural, le dio un carácter independiente a la institución, que ejerce
un tipo de fuerza. Esta fuerza puede ir en oposición a las tendencias
207
dominantes o puede reforzarlas. Claro está, que la ADEFUL, por lo
antes expresado, es de las que se oponen al dominio hegemónico. Esta
oposición tuvo como eje organizativo lo deportivo, donde se generó
una cultura “ADEFULERA”, en la que el barrio es representado por un
equipo pero esa representación está marcada por la inclusión de los
sectores populares. Todos los participantes están detrás de un
proyecto común de real asociatividad. Esto es, en muchos sentidos,
opuesto a la tradición hegemónica del fútbol donde en la mayoría de
las situaciones prima el individualismo, la competencia desmedida
entre pares y donde el éxito deportivo suele ser el único causal de su
buen o mal estadio.
Bajo esta mirada, la cultura de ADEFUL ejerce desde sus
actividades impactos efectivos en los modos en los que se organiza la
vida social produciendo nuevos significados y valores, nuevas
prácticas y modos de relacionarse entre pares. Y donde su crecimiento
está íntimamente ligado con la producción de significados propios.
Por lo aquí expresado es que encuentro plausible definir a la
Asociación de Deportes y Fútbol Libre como una inscripción
territorializada abarcativa de sectores populares de Bariloche con
algunas expresiones contraculturales.
208
6. CONSIDERACIONES FINALES
El fin de un recorrido hace indispensable mirar lo producido y
hacer observaciones que resuman e intenten clarificar –y porque no
sumar- algunos aspectos sobre lo expresado.
209
estaba su nombre, porque no sabían leer su nombre. Así
todos fuimos aprendiendo, algunos como te conté,
aprendieron a firmar y a leer su nombre.”204
204
Espinosa, D; 2015.
205
Ledesma, L; 2015.
206
Espinosa, D; 2015.
210
El proceso como tal llevó tiempo, nada ocurre de un día para otro; no
fue sencillo el aceptar al otro, entenderlo y pasar a ser compañeros de
ruta. Con el paso del tiempo se hizo común lo que antes era visto
como improbable o podía significar una clara muestra de tensión
entre un grupo de personas. Pre ADEFUL, e incluso durante los
primeros años de la Asociación, era impensado que algún jugador
tradicionalmente identificado con un equipo jugase para otro, que
deje su camiseta y defienda otros colores sin que esto le traiga
consecuencias negativas con su grupo de origen. Hoy, sin dejar de
pertenecer o identificarse con su club, el eventual cambio de equipo no
se asocia a una traición o a venderse, sino que se entiende por lo
meramente deportivo. Por ejemplo, si un jugador no tiene lugar en su
equipo de origen, porque existen muchos jugadores que tienen
mejores condiciones que él para jugar, éste puede buscar participar de
otro equipo de su simpatía donde si sea tenido en cuenta sin que esto
sea motivo de discordia o algún tipo de señalamiento negativo.
Cambio positivo que es reconocido:
211
buenas personas, que saben respetar, que saben ganar y
perder, eso es muy bueno.”207
207
Aguilar, M; 2015.
208
Cuevas, M. Á; 2015.
209
Espinosa, D; 2015.
212
Estos relatos se enmarcan en la satisfacción de mirar el presente y
contrastarlo con el pasado, a pesar de que no haya sido una meta o un
objetivo en sí al momento de comenzar. En este sentido muchos de los
gestores de la ADEFUL se muestran sorprendidos de lo que ocurrió
con el paso del tiempo, ya que no imaginaban los múltiples efectos y el
amplio alcance que iba a tener una propuesta que en principio sólo
buscaba ordenar para poder seguir jugando a la pelota.
Una cosa lleva a la otra. El crecimiento sostenido de la infraestructura
propia marco para la Asociación y para el fútbol local posibilidades de
poner en tensión prácticas arraigadas en Bariloche. Por ejemplo la
conclusión de la cancha N°1 de la ADEFUL, la cual cuenta entre otras
cosas con una impecable superficie de césped sintético y luminarias
que permiten desarrollar encuentros deportivos sin luz natural, ha
abierto la posibilidad de que equipos federados hagan una mejor
preparación para sus compromisos. También estas instalaciones
plantea la alternativa de no interrumpir la competición en época
invernal y sostener un trabajo continuo a lo largo del año. Esto como
sabemos es (o era) una constante que se repetía para todos los equipos
y en todas las categorías año tras año por las conocidas condiciones
climáticas de la ciudad. El “parate” de invierno es para muchos una
dificultad con la que los barilochenses deben lidiar en esto de poder
lograr una preparación optima y elevar el nivel de competitividad en el
plano regional y nacional.
Si bien el jugar en cancha grande todo el año es parte de
inquietudes y desafíos llevados a cavo por distintos actores del deporte
local que accede al entorno exclusivo de la ADEFUL, se puede alertar
que avances como el señalado (en cuanto a infraestructura) son
catalizadores y animadores de otros proyectos. Lo que fue una
promesa fallida de campaña electoral –aportar fondos para la
213
concreción de la cancha de césped sintético-, fue realidad gracias al
trabajo mancomunado de los asociados y tuvo tal éxito la aventura que
al día de hoy se destaca porque no hay en la ciudad y alrededores una
infraestructura similar.
Aquí considero oportuno señalar lo interesante que es la
relación ADEFUL y clase política dirigente de turno. A vista de
algunos testimonios la relación ha mutado en el tiempo conforme
situaciones puntuales, generando una relación singular que merece
atención. A continuación destaco algunos dichos puntuales en torno a
esto que pueden despertar el interés:
210
Marín, R. F; 2015.
214
todos, en un repaso rápido te dijo el San Francisco con
O‟Higgins, la Unión y C.A.M.U, en el barrio el Mallín
tenes Diablos Rojos y Alcaidía, más arriba tenes a
Alborada, en el Barrio La Cumbre tenes a Estrella del
Sur, El Trébol, La Cumbre, Atlético Cumbre, Atlanta,
más acá tenes Alianza, a San Telmo, para el lado de la
barda tenes a Pistachon, Gamberro, 9 de Julio,
Rivadavia Baripool, en el medio tenes a los Pumas y
Brown, en el Ñireco tenes a 12 de Octubre, o sea se copa
Bariloche;”211
211
Ledesma, L; 2015.
212
Ortiz, J. E; 2015.
213
García, A; 2015.
215
“Discutimos con NN (candidato a gobernador por la
UCR) la convocatoria de algunos clubes de la asociación
de fútbol barrial para que nos „de una mano‟ en las
elecciones provinciales del 2011. Llegamos a juntar
gente de muchos barrios, pusimos mucha guita,
camisetas de fútbol, asado para todos, la verdad
pensábamos que nos iba a redituar, pero perdimos
como en la guerra. Los muchachos „se nos dieron
vuelta‟, no fueron leales. (Ricardo, militante radical, 63
años, 2013)” (Fuentes, 2013:193).
216
así como también su infraestructura, pero los escasos recursos con los
que contaban solo hicieron posible una participación asociativa. Si
bien existe un reconocimiento de la necesidad del trabajo asociativo y
que en definitiva el club tiene lo que la Asociación, el proyecto de
hacer crecer también al club en algunos casos, es un pendiente.
Existe un deseo unánime entre los asociados de crecer tanto en
lo que refiere a infraestructura como en lo deportivo, pero el camino
que debe recorrerse para lograrlo es un punto que marca algunas
opiniones contrapuestas. Por ejemplo, todos desean que la ADEFUL
tenga una infraestructura amplia, donde haya: canchas con tribunas,
un gimnasio más grande, salones de eventos, grandes vestuarios, un
gran salón comedor, un albergue para equipos que vienen de otros
lugares e incluso un predio que no desentone en el momento de ser
una oferta real para que un equipo grande de primera división haga su
pretemporada. Esta gran infraestructura debería ser acompañada con
el anhelo de dar inicio formal y de forma ininterrumpida a una
selección de la Asociación que participe de torneos federales y que
incluso pueda llegar a primera división. Ahora bien, los objetivos
aparentemente nadie los contradice y todos desean su concreción.
Pero la respuesta a ¿en qué focalizar el esfuerzo primero? Es lo que da
distintos puntos de vista. Hay quienes sostienen que no se puede
construir un equipo de fútbol que aspire a grandes cosas sin la
infraestructura que lo sostenga. Esto se debe a que por ejemplo la
profesionalización de jugadores implica compromisos económicos que
no pueden ser asumidos con la especulación de ventas de entradas o
algún sponsor. Esto sería similar a la construcción de un techo sin
bases solidas.
Por otro lado, hay quienes sostienen que no están dadas las
condiciones para asumir el compromiso que implicaría la construcción
de infraestructura a gran escala. En otras palabras no hay compromiso
217
generalizado que garantice el cumplimiento de pagos de cuotas, como
por ejemplo si existió cuando se hizo el actual gimnasio. Ante este
panorama, una alternativa seria primero organizarse deportivamente
dando por ejemplo funcionamiento permanente a la selección de
ADEFUL, y que ese equipo competitivo sea la motivación que impulsa
a todos sus allegados a trabajar para crecer con la infraestructura.
La fundamentación de esta última postura da pie para señalar
una preocupación común en muchos de los iniciadores de la
Asociación. Lo que podríamos llamar la línea fundadora de la
ADEFUL, los que participaron desde un principio en el proyecto y
concreción del mismo, alertan que no ven en muchos jóvenes un
compromiso con la institución que vaya en consonancia con lo que
hicieron ellos. Por ejemplo hay quienes manifiestan que son raras las
ocasiones en que delegados de consejo proponen proyectos y que
buscan el acompañamiento de sus pares para llevarlo a cabo; dicen
que “muchos solo van a las reuniones porque si no corre multa”.
El régimen de multas se debe aplicar muchas veces para que los
clubes cumplan con obligaciones acordadas en consejo. En este
sentido es que alertan que muchas de las obligaciones que antes se
asumían con compromisos basados en la elaboración de un proyecto
común, hoy necesitan de un régimen de castigos económicos para
concretarse. Estas situaciones pueden encontrar una arista de
explicación en las vivencias que les tocó transitar a unos y a otros
debido al normal paso del tiempo. En otras palabras, es complejo, por
no decir imposible, que un joven sienta y piense como alguien que
vivió en carne propia el trabajo que implicó la construcción de la
ADEFUL y que actúe en consecuencia. Pero esto no significa que no
valore, entienda y se comprometa con la institución desde el lugar que
siente tener. En fin, la Asociación no escapa a las tensiones producto
218
de una brecha generacional que también puede manifestarse en otros
ámbitos del cotidiano.
La ADEFUL tampoco escapó a casos de mala administración de
fondos comunes que dieron lugar a comprometer económicamente a
la Asociación. Existieron administraciones que debieron reconocer su
fallida acción e incluso devolver el dinero que faltaba para poder
seguir siendo parte de la institución.
Como cierre de este punto, considero pertinente destacar que a
pesar de los contrapuntos señalados en torno a la forma de
continuidad y situaciones conflictivas puntuales,214 la voluntad
asociativa primó por sobre situaciones coyunturales que podían
invitar a una ruptura de la ADEFUL. Esta decisión de superar,
matizar inconvenientes y continuar a partir de ellos puede entenderse
como una demostración de la legitimidad e importancia que los
individuos intervinientes le reconocen a la institución de la que son
parte.
214
Durante el proceso investigativo del cual es resultado este texto se
tomó conocimiento de muchas más tensiones de las aquí apuntadas. Por los
más 30 años de vida de la Asociación y por su masividad es esperable que
estas ocurran. Sin embargo las intenciones de estas líneas solo fueron dar
cuenta que se cuidó de caer en sesgos producto de admirar el objeto
estudiado; y mostrar que por el contrario el mismo siempre fue interpelado.
219
nuevos desafíos- hacen a este caso también único e interesante. Ya
mencionamos en algún pasaje a la ASOCLUBA (Asociación de Clubes
Barriales), conozcamos más de esta nueva propuesta.
La ASOCLUBA nace oficialmente el 28 de junio de 2009
(identifican esta fecha por ser el día que obtuvieron su sello), pero se
comenzó a gestar por lo menos 5 meses antes. Se origina a partir de
una propuesta de Javier Ríos, luego de que este viviese (una vez más)
una jornada lamentable de violencia interpersonal entre jugadores y
espectadores del torneo denominado “Interjuntas”. Ríos así recuerda
ese día:
215
Ríos, Javier. Entrevista realizada por Nestares Javier Alejandro el
día 14/10/2016.
220
“Se hizo una selección de equipos al principio. No todos
los del „Interjuntas‟ pasaron a conformar. Empezamos
con equipos que tenían ganas de hacer un cambio. Le
aclarábamos lo que queríamos hacer y si les parecía
venían, así se empezaron a formar las comisiones. La
primera reunión fue en el salón de la Iglesia [del barrio
Malvinas] que nos prestaron y fuimos 8 equipos, a la
siguiente semana éramos 16 equipos, y después éramos
24, se iban sumando cada vez más. Hoy somos 23
equipos en primera (A y B) y 16 de veteranos. Tuvimos
fútbol infantil pero nos costo, no tenemos gente
capacitada para trabajar con los chicos ni mucho
espacio.”216
216
Cornejo, Héctor Ramón. Entrevista realizada por Nestares Javier
Alejandro el día 14/10/2016.
217
Ríos, J; 2016.
221
Con sus particularidades, constantes desafíos y en continuo proceso de
revisión, el tema de lo reglamentario puede asumirse como un paso
medianamente dado, así como el sistema de funcionamiento
adoptado. El cual también fue tomado de la ADEFUL, es decir que
hay: un Consejo Directivo (integrado por los delegados de los clubes),
una Comisión Directiva (electa entre los integrantes del Consejo), un
Tribunal de Faltas, sub comisión de deportes y un Colegio de Árbitros.
En relación a esto cuenta Ríos algunos detalles más:
218
Ídem.
222
situaciones que ameritan ser duramente sancionadas para evitar su
reincidencia.
“Ojo que es difícil arbitrar acá. No es fácil salir a dirigir.
Si bien tenemos reglas y eso, no hemos erradicado la
violencia. Apenas un poquitito nomas, es complicado
todavía. No tenemos expulsados. Si han habido
suspendidos. Por ejemplo ahora Racing del Frutillar,
está suspendido hasta el campeonato de fulbito del año
que viene. Se mandaron la macana de pegarle al árbitro,
listo suspendido. Han habido otros también.”219
Ríos señala que tampoco es fácil el acuerdo entre pares, así lo expresa:
“igual es difícil ponerse de acuerdo con los delegados porque no saben
separar lo que es su club de lo que es para el ASOCLUBA.”220 Este
pasaje, aunque escueto, permite inferir la no consolidación aun de una
identidad compartida por la totalidad de los asociados. Algo que es
entendible, porque como vimos en el caso de la ADEFUL, el proceso de
identificarse plenamente con su institución madre llevo varios años y
muchas “batallas” comunes. Claramente a la ASOCLUBA le falta un
camino largo en ese sentido.
La lucha por el espacio es algo que tiene en vilo a la incipiente
Asociación. Claro que contar con este es condición necesaria para la
práctica del deporte que los acomuna, pauta rectora que la totalidad de
los iniciadores y seguidores del proyecto son conscientes. El punto
referencial de la ASOCLUBA es el barrio Nuestras Malvinas, ubicado al
sur de la ciudad en el bajo que finalmente colinda con el arroyo Ñireco.
Pues ahí viven quienes tomaron la posta organizacional y donde se
disputa el derecho sobre un lugar que entienden –y con razones- les es
propio para su uso. Veamos lo que nos cuenta Héctor Cornejo sobre la
lucha y las tensiones que pasan por sostener sus canchas:
219
Ídem.
220
Ídem.
223
“Yo estaba muy preocupado con lo que pasaba con las
peleas [en el Interjuntas], porque tenía un hijo jugando.
Cuando Javier me viene a ver yo estaba en la comisión
del barrio en la parte de deporte. Pero no había hecho
nada, estaba por estar nomas tenia a los chicos de
Juventud nomas. Cuando me propone hacer las
canchas ahí donde están ahora, las hicimos. Porque era
un lugar que estaban a punto de usurparlo. Ya lo
tomaban. Hicimos una cancha cruzada que tenía como
200 metros por 200 metros, para que no la ocupen.
Todo el espacio lo teníamos en una sola cancha. Pero
esos arcos simbolizaban que no lo tenían que ocupar.
En una oportunidad pusieron 9 casitas y fuimos
nosotros a hablar con la gente. Le dijimos que este lugar
estaba destinado para esto, que si un poquito más abajo
había lugar, que si podían ir ahí. Lo reubicamos y
recuperamos nuestro lugar. Ahora sentimos muy
nuestro ese lugar, porque era un basurero, tiraban
cosas, de todo. Nosotros con pala y carretilla
limpiamos, emparejamos y cuidamos. Se contrató
maquinas, todo. Hoy nos sentimos con derecho sobre
esa tierra. Nosotros hicimos todo lo que teníamos que
hacer. Fuimos a la municipalidad y todo eso.” 221
221
Cornejo, H.R; 2016.
224
el lugar cedimos el espacio inmenso que es el
hospitalito. Después se le dio el especio para el SUM de
la escuela N° 315 (…) Ahora con el lugar que queda
diagramamos tres canchas para poder seguir jugando. Y
la comisión del barrio ahora pide un espacio. Todos
piden pero ese lugar lo hicimos nosotros, porque era un
basural y/o estaría todo tomado.”222
222
Ídem.
225
estar más en desencuentro con otros. Vamos a tratar de
agotar todas las instancias. (…) Lo importante que es
tener un lugar, cómodo, cuidado, etc. Porque es para la
familia, porque ¿Quién te viene ver en un partido de
veteranos? Y es tu mamá, tu hermana, tu tía, los hijos,
es así.”223
223
Ríos, J; 2016.
224
Ídem.
226
en referencia a este mismo tema. Incluso hicimos mención a que este
tipo de negativas excluyentes son al día de hoy bases explicativas para
entender los rechazos a las propuestas de fusión de ligas y dotan de
total sentido la perseverancia para obtener espacios propios. Las
problemáticas que aquejan a la ASOCLUBA en muchos aspectos se
parecen –por no decir son las mismas- que debió atravesar su par
experimentado. Pero no solo por los disparadores motivacionales de su
creación y sus pesares, sino por las características de índole social que
comparten, ya que como sostiene uno de sus iniciadores los
participantes son todos equipos de los barrios populares de Bariloche:
Como vimos, son los de “arriba” los que nuevamente copan las
canchas de fútbol y pregonan por la construcción asociativa de una
institución que contenga y permita seguir participando de torneos
organizados, con la menor cantidad de hechos violentos posibles. No
obstante el camino iniciado no parece sencillo en relación a su
permanencia y desarrollo si es que las voluntades del sector político
responsable de entender y atender las necesidades de estos emergentes
no se encamina en la concreción de actos coyunturales determinantes
como lo pueden ser la sesión definitiva de los terrenos donde están
emplazadas las canchas y la ayuda necesaria para construir un
gimnasio para las actividades masivas de la época invernal. Este tipo de
actos no solo resolvería algunos de los reclamos de una gran cantidad
de personas de la ciudad, sino que por ejemplo (con el tema de las
tierras puntualmente) evitaría la concreción de un conflicto mayor,
227
pues como vimos hay voluntades –a mi entender legitimas- de defensa
aguerrida de las canchas ante una posible perdida.
228
por ejemplo, en la dificultad de acceso a la salud pública, a la
educación y a la seguridad in situ. Por si fuera poco esto se ve
potenciado por una clara deficiencia del transporte público que no
facilita la movilidad de los habitantes que busquen trasladarse para
dar con los servicios señalados. Las distancias al centro (lugar de
trabajo de la mayoría) se amplían por la mencionada mala prestación
del transporte público, esto hace que una jornada laboral de los padres
sea aún más larga, lo que implica menos tiempo de los mismos en la
casa. Hecho que genera falta de contención a los menores de la
familia. La poca presencia de los padres en la casa hace difícil el
seguimiento y el acompañamiento de los hijos en asuntos relacionados
con la escolaridad, lo que en muchos casos deriva en deserción escolar.
El abandono de la escuela genera tiempo libre que se ocupa en la calle.
Con los consiguientes peligros que trae, por ejemplo: enfermarse,
optar por malos hábitos (ingerir bebidas alcohólicas, drogas, etc.) y/o
unirse a grupos que tengan como forma de expresión la violencia o la
delincuencia. Esto aquí brevemente expuesto es solo una muestra de
cómo “el espacio urbano es al mismo tiempo resultado y productor de
complejos procesos que profundizan las desigualdades sociales y
culturales y contribuyen a generar segregación urbana” (Matossian,
2015:180).
Lo antes descripto, produce en algunas personas del sector
mejor acomodado de la ciudad, tanto económicamente como
espacialmente, un sentimiento de cierto desprecio hacia los habitantes
de las zonas altas de la ciudad. Esto ocurre porque se hace una rápida,
homogénea y desacertada asociación de la condición de pobreza y
pertenencia al alto con la delincuencia y los malos hábitos. Quienes
han logrado permanecer al margen de este círculo nefasto de pobreza
también se ven condicionados y sufren estigmatización por la simple
situación de habitar en el alto, por ejemplo: no son pocos los casos en
229
que son rechazados de un puesto de trabajo por vivir en tal o cual
barrio periférico de Bariloche.
Ante el panorama de pobreza económica y marginalidad, los
individuos vieron en su espacio de residencia un lugar de resguardo
con el que se identificaron. Su barrio se transformó en elemento
referencial de su cotidianeidad. La relación con los otros barrios, la
relación con las autoridades; en cuanto demandas de servicios y
asistencia, la forma de identificarse con el resto de la ciudad, pasó por
una fuerte inscripción territorializada.
El equipo de fútbol que representaba al barrio se convirtió en
algo que traspasó las barreras deportivas. Cuando jugaba el equipo
que representaba al barrio también lo hacía en defensa de los
sentimientos que pertenencia territorializada y todo lo que esto
significaba: su casa, su familia, sus compañeros de reclamos comunes
y sus amigos en condiciones iguales condiciones de habitabilidad. En
un partido de fútbol se defendía al barrio como esa “muralla” que los
“resguardaba”, los “contenía”, los identificaba y les permitía sobrevivir
en una compleja realidad. En estas circunstancias de exposición y de
“defensa”, la violencia interpersonal fue un instrumento al alcance de
la mano para quienes entendieron al partido de fútbol barrial como un
modo de conservación de sus intereses.
Pienso necesario decir que lo trabajado hasta aquí puede ser un
comienzo para entender la situación particularmente compleja de
fines de la década de 1970 y comienzos de 1980, pero soy consciente
de la complejidad de implica describir y entender “la violencia” de
manera total. La explicación de que un Estado presente de manera
deficiente se transformó en un eslabón de una cadena de violencia
reforzando y reproduciendo otros, como los actos de violencia
interpersonal, los cuales se repetían en “defensa” del barrio producto
de una inscripción territorializada, puede ser una manera de
230
contextualizar la gran mayoría de los actos violentos de la época aquí
presentados, pero claramente, no todos. Es importante entender que
una de las características principales de situaciones que tienen a la
violencia como protagonista (en cualquiera de sus formas), es su
singularidad. Comparto en que:
“la violencia es, en más de un sentido, como el clima:
complicada, cambiante y, en cierto sentido, impredecible,
pero resulta de causas similares que, en combinaciones
variables en distinto tiempos y lugares, la producen.
Siguiendo este razonamiento, explicar la violencia
implica vislumbrar causas, combinaciones y contextos”
(Auyero y Berti, 2013:27).
231
como vemos, en relación a la violencia, quedan algunos ¿cómo? y ¿por
qué? en el tintero, todos elementos que pueden ser un interesante eje
de futuros estudios en busca de respuestas al ejercicio de la violencia.
Después de este paréntesis que resalto posibles desafíos a
futuro, continuamos con el resumen. Árbitros armados, desmanes
incontrolables, todos contra todos, verdaderas batallas, etc. fueron
saliendo del mundo de lo esporádico y raro y se instalaron en el
mundo de lo posible y habitual. Como si esto fuera poco, la dificultad
de poder seguir jugando también se iba incrementando porque las
canchas desaparecían, ya que no se planificaba el crecimiento de la
ciudad o si se hacía se hacía mal, sin contemplar a quienes buscaban
en esos espacios un lugar para la recreación.
Lo expuesto parece dar luz sobre algunos de los motivos que
llevaron a buscar posibles cambios para quienes querían seguir
jugando fútbol libre. Sentimientos y preocupaciones que buscaron una
respuesta en la conformación de una liga de fútbol barrial fundada
sobre los pilares del asociativismo.
Durante el año 1986 los referentes de veintidós clubes
interesados en ordenar y reglamentar su práctica realizaron múltiples
reuniones debatiendo y comenzado a acordar sobre algunos puntos
que permitan, a fines de ese año, dar comienzo con la ADEFUL. El
proceso y el trabajo que llevó conformar un reglamento interno,
aceptarlo, internalizarlo y que actúe de garante de sus relaciones fue
también un agente de integración de un grupo de personas que antes
se comunicaban sólo a través de la práctica deportiva con eventuales
enfrentamientos violentos. Fue este el comienzo de una forma de
inscripción territorializada amplia de sectores populares creadora de
una identidad compartida; que además, se vio fuertemente reforzada
ante un acto de marginación por parte de la tradicional liga federada.
Esto último actuó como refuerzo cohesionador del grupo y estímulo
232
para los nuevos asociados, pero que dividió el fútbol barilochense
hasta el día de hoy a pesar de algunos matices.
A pesar de tensiones internas que pueden atravesar las
relaciones humanas, la ADEFUL, creció y pudo obtener espacios
propios para jugar a la pelota y transformarse en un ejemplo a imitar
en aspectos organizacionales. Esto último ocurrió en el plano local,
(referente a la nueva ASOCLUBA como a la propia liga federada) y en
el plano regional. La conformación de Pepona Puerto Madryn y
Pepona Rawson han hecho que la Liga Amateur del Golfo también se
transforme en una entidad que refleja algunos aspectos característicos
de la ADEFUL.
La asociación voluntaria de los distintos clubes de barrios
populares hizo que la conducta dentro de la cancha de fútbol comience
a replicarse en algunos aspectos de la vida social de los jugadores e
involucrados. Fue tal el efecto, que parece que el jugar a la pelota en
ADEFUL disminuyo enfrentamientos de grupos antagónicos de
algunos barrios populares. Esto se debió a que muchos prefirieron
dejar malos hábitos y cuidarse para representar a su equipo y/o
porque algunos integrantes de estos grupos coincidieron dentro de
una cancha de fútbol en un entorno decidido a erradicar actos de
violencia interpersonal y/o porque se encontraron participando de
actividades comunes para la ADEFUL: como bingos, aniversarios,
festejos del día del niño, etc.
Este cambio, dentro y fuera de la cancha, es notorio y no pasó
desapercibido por los propios impulsores de la asociación:
233
libre. Todo esto creo yo fue nuestra forma de decir que no
éramos lo que pensaban, que podíamos organizarnos.”225
225
Navarro, R; 2015.
234
ADEFUL puede ser entendida también como un patrimonio cultural
producido por los sectores populares de Bariloche.
Teniendo como eje el fútbol este trabajo pretendió analizar
tensiones de una sociedad fragmentada y describir la forma en que el
trabajo cooperativo en base al asociativismo actuó, para muchas
personas de esta ciudad, como un elemento para superar
estigmatizaciones y situaciones complejas de su cotidianeidad. Por eso
sostengo que el ADEFUL es mucho más que fútbol, es una expresión
contracultural popular que cubrió y cubre necesidades de contención
social en torno al deporte a muchas personas de gran parte de los
sectores vulnerables de Bariloche, forjando y mejorando relaciones
sociales.
235
236
EPÍLOGO
En el correr de las páginas se describieron situaciones y esbozaron
explicaciones de las mismas con la ayuda y la interpelación de algunas
definiciones conceptuales que considere convenientes. Aquí retomare
las de inscripción territorial y violencia estructural pera explicitar
algunos pensamientos devenidos del sentir una preocupante realidad
socioeconómica barilochense. Es esto la razón principal de este
epílogo. Sin embargo también veremos algunas consideraciones
aclaratorias en relación a una época compleja de la ciudad que en el
texto hemos mencionado tangencialmente. Se aborda un tema poco
(por no decir nada) estudiado, por ende poco entendido y que se
presenta como una asignatura pendiente en la construcción de la
historia local.
La descomposición social en Argentina –siguiendo a Merklen-
comienza fuertemente en los años 1970 y se produjo de manera
continua durante todos los gobiernos hasta alcanzar su máxima
expresión en los incidentes del año 2001. El carácter continuo de la
desarticulación del sistema social se encontró ligado a la
concentración del mercado interno, a la desindustrialización y al
desmembramiento del Estado. Los efectos conjuntos de estos
fenómenos implicaron una desinstitucionalización de la relación
laboral. Ante este panorama, de precariedad masiva y acentuada, las
clases populares argentinas elaboraron nuevas formas de afrontar un
día a día complejo.
En lo que se denomina un nuevo “repertorio de acción”, los
asentamientos fueron el puntapié de este nuevo escenario. En un
primer momento, las organizaciones se movilizaron con el objetivo de
la construcción de un barrio, así como por la promoción de una
estructura de solidaridad territorial. En un segundo momento, estas
“salieron” hacia el sistema político para obtener las intervenciones
237
institucionales que le permitan realizar el proyecto de inscripción
social territorializada. Ante la pobreza y el proceso de “desafiliación”
masiva, muchos encontraron su principal refugio en el barrio,
convertido al mismo tiempo en lugar de repliegue y de inscripción
colectiva. Merklen destaca que a partir de los años 1980 los sectores
populares pasan de la politicidad centrada en el mundo del trabajo a
una politicidad centrada en la inscripción territorial. Es así –en muy
resumidas cuentas– como el proceso de “desafiliación” (que alcanzó a
esta parte importante de las clases populares, compuesta
mayoritariamente por hogares jóvenes), encontró un sustituto de
reafiliación en la inscripción territorial.
Aquí hay una interesante pista para comenzar a entender el
porqué a medida que la deficiencia institucional se extendió y que
aumentó el número de individuos que no encontraron soportes
suficientes en el mundo del trabajo, la inscripción territorial ganó
importancia. El barrio se presentó –casi como única alternativa-
como un lugar privilegiado para la organización de solidaridades y
cooperaciones, base de la acción colectiva y fuente de identificación. El
lugar de residencia se transformo en una fuente identitaria e incluso
dadora de prestigio en algunos casos.
El territorio de los barrios se constituyó a partir de círculos de
pertenencia (por ejemplo la iglesia, la salita de salud, la plaza y el
equipo de fútbol) y es en el conjunto de todo esto donde el barrio
toma sentido para los individuos. La violencia interpersonal que
existió en algunos encuentros de fútbol barrial, (que caracterizó el
periodo pre-ADEFUL y los primeros tiempos de la Asociación), pude
encontrar una plausible explicación en esa defensa exacerbada del
lugar que los contenía. Acto que lo entendían como una forma de
pertenecer, de ser parte, aunque eso haya implicado en más de una
238
oportunidad poner en riesgo la vida, pues una violencia desmedida
muchas veces copaba la parada en sus interacciones.
Dado este pie, aprovechamos para ampliar un poco más sobre
“la violencia”, tantas veces mencionada a lo largo del texto. Sin dudas
algo interesante para mirar si acordamos que las agresiones físicas
pueden ser una (mala) forma de vincularse entre personas (vecinos,
jugadores e hinchas de fútbol), pero son relaciones que no se generan
de la noche a la mañana ni de un día para el otro, ni mucho menos de
manera inexplicable. Por eso que (siguiendo a Auyero y Berti) resulta
interesante pensar la violencia interpersonal como un eslabón de una
cadena de violencia. Donde los límites de ésta no son precisos y por
ende no es posible estudiar los hechos violentos de manera aislada,
sino, por el contrario, deben verse interconectadamante, debido a que
cobran sentido a través de esa articulación. Así lo manifiestan los
autores:
“La cadena hace referencia a las maneras en que distintos
tipos de violencia, usualmente pensados como fenómenos
apartados y analíticamente distintos (por el lugar donde
ocurren, por los actores a los que pone en contacto, etc.),
se vinculan y responden unos a otros: un intento de
violación seguido por un linchamiento, un ajuste de
cuentas entre vendedores y consumidores seguido de una
pelea entre hermanos, un intento de robo seguido por
una paliza a un hijo” (Auyero y Berti, 2013:94).
239
dentro como fuera del hogar, que trascienden el intercambio
interpersonal y adquieren una forma menos demarcada, más
expansiva. La violencia aparece y se perece a veces a una cadena, que
conecta distintos tipos de daños físicos, y otras veces a un derrame: un
vertido que se origina en un intercambio violento que después se
expande y contamina todo el tejido social de la comunidad (Auyero y
Berti, 2013).
Teniendo este marco de situación y su complejidad lo
interesante aquí, como vimos, es que la creación de la Asociación
generó –con el paso del tiempo- una inscripción territorial que
superó esa inscripción barrial fragmentada (o sea barrios “separados y
enfrentados” unos de otros) y rompió en parte esa cadena nefasta de
violencia interpersonal. La ADEFUL, fue en este sentido, un valioso y
genuino punto de encuentro entre los barrios populares
barilochenses.
Antes de continuar con lo que se entiende como violencia
estructural y algunas consideraciones; un paréntesis: la lectura de los
capítulos anteriores (palabras más, palabras menos) dicen que la
conformación de la Asociación de Deportes y Fútbol Libre colaboró
con disminuir situaciones violentas en sectores populares de la ciudad,
algo que efectivamente ocurrió. Pero alguien -y también con razón-
podría decir que una de las épocas más complejas en relación a la
violencia que vivió Bariloche se sucedió varios años después de
conformada la ADEFUL, ya que las conocidas “patotas” barriales
tuvieron su época de mayor protagonismo en la segunda mitad de la
década del ´90. Bien, reseñemos brevemente el tema (que, como
otros, seria en verdad motivo de varios textos más) y veamos que se
puede decir en relación al mismo.
Nombres como “Los Cobras”, “Los Gorritas”, “Las Intocables”,
“Los Bori Bori”, “Los Panduro”, “Los Chascones”, etc. no son
240
desconocidos ni mucho menos para los barilochenses; de hecho, la
mención de cada uno de estos nombres es rápidamente vinculado al
barrio o sector de la ciudad en que solían concentrarse. Estas
“patotas” en verdad eran grupos de jóvenes y adolecentes, que
producto de intereses –o desintereses- comunes, tanto propios como
ajenos, coincidían en compartir espacios y tiempo de su cotidianeidad.
Viéndose y sintiéndose excluidos de todo practicaban adoptar algún
nombre y/o símbolo que los identificase y acostumbraban
visibilizarse a través del “control” de “su barrio” de residencia o por lo
menos de un sector del mismo. Este control era territorial y se podía
manifestar de distintas formas. Por ejemplo: podían pedir una especie
de “peaje” para pasar por donde estaban ellos o simplemente no
permitían el paso a su sector en cierto horario. También había una
ambientación del lugar característico de donde acostumbraban estar a
través de grafitis con su nombre (solía verse el nombre de su grupo y
más pequeños el de quienes los integraban) o leyendas que aludían a
su valentía, coraje, etc. Dependiendo de quienes se tratase y de su
estadio, el “dominio” y sus consecuencias se ejercía por igual tanto
para ajenos como para vecinos del mismo barrio.
En algunos casos tenían un líder característico; lo que también
podía derivar en enfrentamientos endógenos por la disputa del
mando. Por otro lado, estos grupos solían ser antagónicos entre ellos y
sus enfrentamientos eran frecuentes y marcados por la violencia
interpersonal extrema. Había en esos cruces la disputa del título de la
“banda más brava”, y cómo podemos inferir, luego de un
acontecimiento se sucedían respectivas venganzas; lo que hacía que la
cadena violenta se fortaleciera y reproduzca. Varias muertes fueron a
causa de duelos entre ellos.
Medios locales, regionales y nacionales solían hacerse eco de
manera constante de lo que ocurría. Por ejemplo el Diario Clarín llegó
241
a enviar corresponsales especiales a la ciudad y elaboró una nota
titulada Una ciudad asediada por patotas que fue publicada en enero
de 1998. La misma la hace a partir de un informe hecho por la Policía
de Río Negro que se le presentó a Carlos Corah, por ese entonces
Ministro del Interior. En la misma se describen las actividades de
“grupos de jóvenes violentos”, que en total suman unos “200”
miembros que “roban y cometen actos vandálicos, pero no suelen
atacar el centro turístico”. Así se explayaba el relato:
242
las ciudades de la Línea Sur de la provincia: Pilcaniyeu,
Comallo, Ingeniero Jacobacci..., explica el concejal
frepasista Julio Accavallo, miembro de la Comisión de
Seguridad del Concejo Municipal. (…)”226
226
Diario Clarín; 15 de Enero de 1998. Disponible en
http://edant.clarin.com/diario/1998/01/15/e-03201d.htm (Consultado el día
1/10/16).
227
Diario la Nación; 6 de Abril de 98. Disponible en
http://www.lanacion.com.ar/92698-llego-a-bariloche-la-ola-de-
inseguridad (Consultado el día 1/10/16).
243
Hay mucho para decir y pensar en torno a esto. Asumiendo que no
ignoro de plano el tema y su posible interpelación con lo que he
sostenido, aquí solo podría plantear la pregunta: ¿cuánto más
complejo hubiera sido el conflicto sino existía la ADEFUL como una
opción para aquellos que en alguna medida decidieron alejarse y
buscar otras formas de vincularse con sus pares? En respuesta a la
misma, sostengo que habría sido muchísimo más grave. Porque como
vimos en algunos testimonios no fueron pocos los casos de jóvenes
que encontraron en el fútbol de la Asociación y en las naturales
relaciones sociales forjadas a partir de estos encuentros una salida a
un círculo de exclusión y violencia nefasto.
Hecha esta pausa –o apéndice explicativo-, que también sirve
para nutrir de argumentos empíricos lo que viene, continuamos el
desarrollo antes propuesto. La presencia precaria del aparato estatal
local,228 en términos de la existencia de un grupo de burocracias
razonablemente eficaces y de la virtud de una legalidad
adecuadamente sancionada (O‟ Donnel, en Auyero y Berti, 2013),
“profundiza el abismo social y simbólico que separa a los residentes de
las sociedad que rodea” (Auyero y Berti, 2013:12). Por ejemplo: un
Estado que es cómplice, cuando no actor principal, de la expulsión de
personas con escasos recursos económicos a sectores de la ciudad sin
los servicios básicos de agua, luz y gas, con clima inhóspito para
priorizar el negocio inmobiliario y mantener la postal de la ciudad,
también genera y ejerce la violencia.
228
En este caso hago referencia al municipio de San Carlos de
Bariloche, que a través de los funcionarios a cargo de aspectos como
planificación urbana y desarrollo social entre otros han desatendido
claramente sectores populares de la ciudad.
244
Aportando en este sentido, cualquier vecino del barrio Nahuel Hue por
ejemplo tiene razones más que validas para sentirse violentado cuando
ve que se usan recursos del Estado Municipal para hacer una fuente en
una rotonda de ingreso a la ciudad –la cual solo derrocha agua a la
calle, si es que anda– y no se hace nada para garantizarle agua potable
en sus viviendas en verano. Y tampoco se hace nada para que no se
inunde en invierno.
También vecinos de tradicionales barrios populares de la ciudad
(Frutillar, Lera, Malvinas, Pilar, Arrayanes, San Francisco, Unión,
Omega, Quimey Hue, etc.) pueden sentirse víctimas de una violencia
estructural si prestan atención que los colectivos -medio que les
permite ir a su trabajo, al hospital, al supermercado, etc.- se rompen
en los mismos pozos de calle hace 20 años (expresión representativa,
no literal) y no hay para eso una propuesta sólida que busque mitigar
el problema. Muchos –me incluyo– sostenemos que una solución para
los sectores populares en este sentido seria encarar un programa serio
de pavimentación barrial por las calles de los tradicionales recorridos
de los colectivos.229 Algo así tal vez contribuiría a que los micros
229
Se es consciente de que no sería algo sencillo el desarrollo de una
infraestructura de esa envergadura, pues demandaría gran cantidad de
recursos y tiempo, entre otros desafíos como logística y planificación, etc.
Pero el ser testigo de que los micros pasan por las mismas calles (en pésimo
estado la mayor parte del año por las lluvias y nevadas; rompiéndose una y
otra vez) hace tanto tiempo y que se destinan recursos para -por ejemplo-
pavimentar calles muy poco usadas –o por lo menos no tan estratégicas-,
hace necesario preguntarse si quienes toman decisiones no ven la
potencialidad que tendría obras de este estilo para la mejora de la
cotidianeidad de una gran cantidad de vecinos de muchos barrios de la
ciudad.
245
urbanos no se destruyan, circulen a horario y sus pasajeros –lo más
importante y su razón de ser– tengan un regreso a casa más rápido,
más efectivo, no tan problemático, en definitiva: un poco más feliz. En
vez de ver respuestas a este problema ya histórico de Bariloche, los
vecinos contemplan como se suceden los diferentes gobiernos de turno
y se pelean –más o menos según coyuntura– con las empresas, por
temas como el costo de mantenimiento de las unidades, la no
rentabilidad, la impuntualidad de paso del micro, etc.
Por esto y mucho más -no hay espacio aquí para tanto-, es que
coincido en que la violencia interpersonal es efecto de una compleja
cadena causal cuyos orígenes se pueden encontrar –y con razón- en
los efectos que produce en las personas las acciones e inacciones del
Estado, artífice protagónico de la violencia estructural.
La experiencia compartida en cuanto a identificar necesidades
comunes, problemáticas habituales (como el ser víctimas de la
violencia estructural que mencionamos) y en consecuencia idear
estrategias y acciones dirigidas a la solución concreta de las mismas
son elementos claves para entender la formación de la ADEFUL.
Donde la experiencia concreta “les permitió reconocerse y relacionarse
con otros en un universo simbólico compartido (…) Quienes viven en
un barrio buscan estabilizar las adversas situaciones socioeconómicas
a partir de organizarse para controlar pequeñas variables” (Fuentes,
2013:102). En torno a esto, lo interesante, del caso trabajado, es que
varios sectores de distintos barrios buscaron estabilizar situaciones
adversas y controlaron una gran variable, como lo es la práctica del
deporte y la convivencia sana entre distintos sectores populares de la
ciudad.
***
246
Bien ahora si hemos llegamos al final. Pero este final no es otra cosa
que un nuevo punto de partida, si es que prosperé en generar interés,
nuevas dudas y otras preguntas. También tendré satisfacciones si
produzco voces que no concuerden con lo manifestado aquí, pues en el
debate y el contrapunto se construye. Más que bienvenidas las críticas
y sugerencias.
En cuanto al relato histórico espero haber tenido algún grado de
éxito en forjar en los lectores un conocimiento sobre situaciones que
atravesaron un grupo de personas que decidieron modificar una parte
importante de su cotidianeidad. Esta premisa impone entender que la
realidad que nos toca vivir no es algo dado y determinado sino que es
lo contrario: es producto de un proceso y como tal es susceptible de
ser entendido y modificado. Es posible actuar en el presente para
orientar nuestra vida hacia horizontes de expectativas que
seleccionemos. La ADEFUL es una muestra clara, que no solo en el
plano individual es así, sino que el éxito es mayor cuando las
esperanzas y esfuerzos son compartidos.
247
248
BIBLIOGRAFÍA
249
*AUYERO, Javier; BERTI, María Fernanda. La violencia en los
márgenes. Una maestra y un sociólogo en el conurbano bonaerense,
Buenos Aires, Katz, 2013.
*BACZKO, Bronislaw. Los imaginarios sociales. Memorias y
esperanzas colectivas, Buenos Aires, Nueva Visión, 1999.
*BUONUOME, Juan. Reseña de Julio D. Frydenberg, Historia social
del fútbol: del amateurismo a la profesionalización. Boletín del
Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”,
2013, vol. 37, no 37.
*CARRIZO, Gabriel. Los trabajadores y su tiempo libre. El fútbol en
las comunidades obreras de Comodoro Rivadavia durante las
primeras décadas del siglo XX. Disponible en URL:
http://www.conicet.gov.ar/new_scp/detalle.php?keywords=&id=369
21&congresos=yes&detalles=yes&congr_id=848327 (Consultado el
día 25/05/2015).
*CARRIÓN, Fernando; TORRES, Raúl Pérez; LUCAS,
Kintto. Biblioteca del fútbol ecuatoriano: Mete gol, gana: el fútbol y
la economía. FLACSO, 2006.
*CECCONI, Elida (ed.). De las cofradías a las organizaciones de la
sociedad civil: historia de la iniciativa asociativa en Argentina, 1776-
1990. Grupo de Análisis y Desarrollo Institucional y Social GADIS,
2002.
*CHIAPPE, Mariano Carlos. La patria futbolera llega a la Patagonia.
Relación entre el fútbol y la utilización del tiempo libre en San Carlos
de Bariloche. 1910-1950. Disponible en URL:
http://www.conicet.gov.ar/new_scp/detalle.php?keywords=&id=218
27&inst=yes&congresos=yes&detalles=yes&congr_id=1893568
(Consultado el día 10/05/2015).
-----------------------------------Fútbol con pelotas. Imaginario social,
masculinidades y socialización en el futbol de Bariloche. 1920-194”.
3° Encuentro del ISHIR, Neuquén, 2015
*DELGADO, Julián. Julio Frydenberg, Historia social del fútbol: del
amateurismo a la profesionalización. Buenos Aires, Siglo XXI, 2011,
301 p. Nuevo Mundo Mundos Nuevos.
*DE LA VEGA, Eduardo. La función política del deporte. Notas para
una genealogía. Disponible en URL:
http://www.efdeportes.com/efd17/edelav.htm (Consultado el día
25/04/2015).
*FRYDENBERG, Julio David. Historia social del fútbol: del
amateurismo a la profesionalización. Siglo XXI Editores, 2011.
---------------------------------------Práctica y valores en el proceso de
popularización del fútbol, Buenos Aires 1900-1910. Artículo
publicado en Entrepasados, 1997. Año VI, N°12, Buenos Aires.
250
Disponible en URL: http://www.efdeportes.com/efd10/jdf10.htm
(Consultado el día 06/05/2015).
*FUENTES, Ricardo Daniel. El Descuartizador de San Carlos de
Bariloche. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, De los Cuatro Vientos,
2013.
*GARCÍA-DEL-BARRIO, Pedro; PUJOL, Francesc. El papel del fútbol
en la sociedad actual. Fútbol: ocio y negocio. Empresa y Humanismo,
2008, vol. 11, no 1/08, p. 89-108.
*GODIO, Matías; SAZBÓN, Daniel. FÚTBOL Y POLÍTICA. Disponible
en URL:
https://www.bancoprovincia.com.ar/Jauretche/pdf_forjando/godio.p
df (Consultado el día 28/04/2015).
*GÓMEZ ROJAS, Gabriela; GRINSZPUN, Marcela; SEID, Gonzalo.
Clases de deporte y deportes de clase: La distribución de los gustos y
prácticas deportivas en el espacio social. 2012. Disponible en URL:
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/library?a=d&c=eventos&d=J
ev1990 (Consultado el día 06/05/2015).
*GRUSCHETSKY, Mariano; FRYDENBERG, Julio David. Evolución
masa societaria de los clubes de fútbol argentino 1900-2012. Vínculos
y autonomía con el contexto sociohistórico. Avance de investigación en
curso Grupo de Trabajo Nº23 “Sociología del deporte, ocio y tiempo
libre”. Disponible en URL:
http://actacientifica.servicioit.cl/biblioteca/gt/GT23/GT23_Frydenbe
rg_Gruschetsky.pdf (Consultado el día 20/04/2015).
*HALL, Stuart. Sin garantías: Trayectorias y problemáticas en
estudios culturales. Eduardo Restrepo, Catherine Walsh y Víctor Vich,
2010.
----------------------Introducción: ¿Quién necesita identidad?
Cuestiones de identidad cultural, 2003, p. 13-39.
*HEINEMANN, Klaus. Aspectos sociológicos de las organizaciones
deportivas. Apunts: Educación física y deportes, 1997, no 49, p. 10-19.
------------------------------ Ética de la responsabilidad en las
organizaciones deportivas. Revista internacional de Sociología, 2006,
vol. 64, no 44, p. 153-176.
*IGLESIAS RODRIGUEZ, Osmani, disponible en URL:
http://www.inder.cu/indernet/Provincias/hlg/documetos/textos/SO
CIOLOGIA/SOCIOLOG%C3%8DA%20.PDF (Consultado el día
25/05/2015).
*JIMENEZ JIMENEZ, Francisco. El Deporte como fenómeno socio-
cultural portador de valores. 2012. Disponible en URL:
https://campusvirtual.ull.es/ocw/pluginfile.php/3700/mod_resource
/content/0/TEMA2ide-11-12.pdf (Consultado el día 20/04/2015).
*KORNBLIT, Ana Lía. Metodologías cualitativas en ciencias sociales:
Modelos y procedimientos de análisis. Editorial Biblos, 2004.
251
*KROPOTKIN, P. H. 1902. Mutual aid: A factor in evolution, 2010.
*LEZCANO, Maximiliano J. Sí o no a Wal-Mart en Bariloche?: una
perspectiva desde los sectores populares del" alto. Revista Pilquen,
2010, no 13, p. 00-00.
*LINERA, García. ¿Qué son?¿ De dónde vienen? Movimientos
sociales.Barataria, 2004, vol. 1, no 1.
*MERKLEN, Denis. Pobres ciudadanos. Las clases populares en la era
democrática (Argentina 1983-2003). Ed. Gola. 2005.
*MASES, Enrique. Política y tiempo libre en el mundo de los
trabajadores. Argentina 1900 – 1930. De la recreación y la cultura
política al disciplinamiento social. Ponencia presentada en las
Jornadas Interescuelas / Departamentos de Historia. Rosario, 2015.
*MATOSSIAN, Brenda. Expansión urbana y migración. El caso de los
migrantes chilenos en San Carlos de Bariloche como actores
destacados en la conformación de barrios populares. Scripta Nova:
revista electrónica de geografía y ciencias sociales, 2010, no 14, p. 76.
------------------------------ Migración y segregación urbana en
ciudades medias: Chilenos en San Carlos de Bariloche, Patagonia-
Argentina. Editorial Académica Española, 2012.
*MEDINA, Fransesc Xavier. Deporte, inmigración e
interculturalidad. Apunts: educación física y deportes, 2002, no 68,
p. 18-23.
*MELUCCI, Alberto. Acción colectiva, vida cotidiana y democracia.
El Colegio de México, Centro de Estudios Sociológicos, 1999.
*PETRUCCELLI, Ariel Germán. Materialismo Histórico:
interpretaciones y controversias. Buenos Aires: Prometeo Libros,
2010
*PIZARRO, Cynthia. Las narrativas sobre el pasado como formas de
marcación comunitaria en un contexto local: Coneta, Catamarca en
Población y Sociedad, Diciembre, 1996-N°4, pp. 109-133.
*PORRO, Nicola. El asociacionismo deportivo como modelo
organizativo. Apunts: Educación física y deportes, 1997, no 49, p. 20-
30.
*RAMÍREZ, Francisco Muñoz. El deporte como instrumento de
transmisión de valores: por un modelo de cohesión social y de
tolerancia. Revista de educación, 2004, no 335, p. 153-161.
*RETAMOZO BENÍTEZ, Martín. Lo político y la política: los sujetos
políticos, conformación y disputa por el orden social. Revista
mexicana de ciencias políticas y sociales, 2009, vol. 51, no 206, p. 69-
91.
*RODRIGUEZ, Javier. Origen y Futuro de una Pasión (Fútbol,
cultura y modernidad). 1996. Disponible en
http://repositorio.uchile.cl/handle/2250/123639 (Consultado el día
4/08/2015).
252
*SCATIZZA, Pablo. Violencia política y conflictos sociales.
Representaciones del diario Rio Negro durante el onganiato (1966-
1970). UNCo -FAHU- Dpt. Historia, Tesis de Licenciatura. 2005.
*SHARPE, Jim, “Historia desde abajo”, en: Peter Burke, Formas de
Hacer Historia, Madrid: Alianza Editorial, 1999.
* VACCOTTI, Luciana Sofía. Reseña: Una maestra y un sociólogo en el
conurbano bonaerense (2013). Cadernos de Estudos Sociais e
Políticos, 2013, vol. 3, no 5, p. 144-156.
*VILLENA, Sergio. El fútbol y las identidades. Balance preliminar
sobre el estado de la investigación en América Latina. Íconos-Revista
de Ciencias Sociales, 2013, no 14, p. 126-136.
*WILLIAMS, Raymond; CASTELLET, Josep Maria; DI MASSO, Pablo.
Marxismo y literatura. Península, 1980.
*ZIBECHI, Raúl. Los movimientos sociales latinoamericanos:
tendencias y desafíos. Osal, 2003, vol. 9, p. 185-188.
FUENTES
253
*Nota Periodística Diario El Cordillerano: Disponible en
http://www.elcordillerano.com.ar/index.php/deportes/item/2321-
estrella-del-sur-del-futbol-libre-a-campeon-del-torneo-oficial-de-
lifuba (Consultado por última vez el día 10/08/2015)
*Nota Periodística Diario El Cordillerano, Suplemento Crónica
Deportiva. Jueves 29 de diciembre de 1994
ENTREVISTAS:
254
*Cuevas, Miguel Ángel. Entrevista realizada por Nestares Javier
Alejandro en barrio 169 Viviendas, Casa 167. Sobral y Calle 7. San
Carlos de Bariloche, Rio Negro, el día 14/07/2015.
*García, Armando. Entrevista realizada por Nestares Javier
Alejandro en la calle Onelli N° 1268, San Carlos de Bariloche, Rio
Negro, el día 17/07/2015.
*Marín, Raúl Fabián. Entrevista realizada por Nestares Javier
Alejandro en barrio 150 viviendas, Casa N°18, San Carlos de Bariloche,
Rio Negro, el día 21/07/2015.
*Aguilar, Mario Enrique. Entrevista realizada por Nestares Javier
Alejandro en Bar de calle Onelli, San Carlos de Bariloche, Rio Negro,
el día 27/07/2015.
*Ortiz, Juan Esteban. Entrevista realizada por Nestares Javier
Alejandro en la sede social del Club 9 de Julio, ubicada en la calles La
Paz y Elordi, San Carlos de Bariloche, Rio Negro, el día 29/07/2015.
*Oviedo, Luis. Entrevista realizada por Nestares Javier Alejandro en
barrio Alborada, casa N°10, San Carlos de Bariloche, Rio Negro, el día
6/08/2015.
*Montecinos, Ricardo. Entrevista realizada por Nestares Javier
Alejandro en barrio La Cumbre, calle Los Andes N° 1632, San Carlos
de Bariloche, Rio Negro, el día 11/08/2015
*Colegio de Árbitros de ADEFUL. Entrevista grupal realizada por
Nestares Javier Alejandro en la sede social de ADEFUL en calle
O' Higgins 1770, Barrio La Cumbre, San Carlos de Bariloche, Rio
Negro, el día 26/08/2015.
*Travilao, Raimundo. Entrevista realizada por Nestares Javier
Alejandro en barrio Arrayanes, calle Lengas, San Carlos de Bariloche,
Rio Negro, el día 08/09/2015.
*Iniciadores de la ASOCLUBA. Javier Ríos, Héctor Ramón
Cornejo y Luis Ríos. Entrevista realizada por Nestares Javier
Alejandro en barrio Nuestras Malvinas, Escuela N° 315, San Carlos de
Bariloche, Rio Negro, el día 14/10/2016.
255