Cuentos y Leyendas de La Selva Peruana
Cuentos y Leyendas de La Selva Peruana
Cuentos y Leyendas de La Selva Peruana
Chulla Chaqui
El chulla chaqui es el diablo burlón de los bosques de
la selva, que suele aparecerse a la gente en forma de
animal o de mismo hombre, para engañarla y llevarla
al fondo de la selva. Sin embargo, cuando se
transforma en hombre es fácil reconocerle, porque
uno de sus pies es como de una criatura recién nacida
o como raíz de árbol o como pata de jaguar, aunque el
condenado, procura ocultar ese pie de cualquier
modo. Además, se delata por el fuerte olor a chivo que
despide, y la gente, entonces, ya se halla en guardia:
reza y hace cruces con los dedos o con ramas. Pero son
a los niños, generalmente, a los que rapta.
Cuentan así mismo los pobladores, que en Aymayarí,
un bello pueblo enclavado en la selva del
Departamento de San Martín a un Km.
aproximadamente de la población, se encuentra la
guarida o casa de los Chullachaquis. Relatan que un
día a horas de la tarde un muchacho llamado Nicolás,
después de haber bebido una gran cantidad de masato
decidió ir a al chacra para ayudar a su padre quien se
encontraba realizando las labores agrícolas. Al pasar
por el referido lugar, improvisadamente se le presentó
una persona igualita a su padre y sin dejarlo avanzar
le dijo; "He venido a esperarle, sígueme vamos a la
chacra".
El muchacho un poco sorprendido obedeció al ver que
era su padre y siguió caminando junto con su
inesperado acompañante por un camino bastante
ancho pero a medida que iban avanzando el camino se
hacía cada vez más angosto. En ese trayecto
sorpresivamente se detuvo y le dijo: "Hasta aquí te he
acompañado, tú te quedas y yo me voy, y desapareció
del lugar, riendo burlonamente. Recién el muchacho
se dio cuenta que se encontraba perdido en un enorme
bosque y por más que busco el camino para regresar a
su casa no lo encontró. Al darse cuenta los familiares
que Nicolás no se encontraba ni en su casa ni en la
chacra, de inmediato salieron a buscarlo, logrando
localizarlo después de cuatro días de intenso trajín.
Pero Nicolás nunca más regreso a su hogar.
La Runa Mula
La Runa Mula, es una mujer casada que tiene
relaciones sentimentales con el cura. Ésta, en las
noches de los martes y viernes, toma la forma de una
blanca y hermosa mula, la misma que es montada por
un pequeño jinete con látigo en la mano. Cuando éste
llegaba a la casa de la mujer, ella se revolcaba por el
suelo y al instante quedaba convertida en mula.
La gente sabía entonces que había allí una mujer que
mantenía relaciones prohibidas.
Entonces, los más valientes, perseguían al animal
encantado para ver en qué casa se metía o hacia donde
se dirigía cuando terminaba el encantamiento. La
infiel descubierta, tenía que ser llevada ante un buen
curandero para que la curara, mediante baños y
sesiones de Ayahuasca, liberándola del hechizo que
sufría por mantener amores prohibidos.
El Tunchi
Es el espíritu de los muertos, que regresan del otro
mundo a cumplir alguna penitencia o el alma de los
que van a morir y están recogiendo sus pasos antes de
abandonar la tierra. Estas almas en pena, son en tes
etéreos que se anuncian a los vivos con un silbido
lúgubre muy característico, con la resonancia de sus
pisadas o con ruidos de las cosas o muebles que tocan
causando temor y espanto a los que escuchan. Algunas
veces los tunchis se materializan bajo la forma de
espectros o fantasmas de blancas vestiduras, que se
desplazan a baja altura sin tocar el suelo.
El Yacuruna
El Ayahuasca
Se dice que antiguamente había un inmenso valle llamado Tierra Eterna. En la Parte donde ahora
está el lago se desarrolló un pueblo muy grande llamado Pueblo Eterno.
En aquellos tiempos todos eran felices. Nadie sabía qué era el sufrimiento. La tierra era buena: daba
abundantes frutas y plantas, todo lo que uno quería ahí se encontraba. Había también plantas en las
que salía la lana y con ésta podían confeccionar sus ropas. El clima era muy bueno en esa época no
había mucha lluvia tampoco había sequía; los hombres y los animales vivían en armonía porque los
animales eran mansos. Los hombres eran poderosos porque ellos convertían las montañas en
llanuras con solo disparar sus hondas. Todos tenían oro y plata. En las calles del pueblo había
grandes palacios, templos y santuarios que estaban cubiertos de oro y plata.
Pero con el tiempo estas personas cambiaron y desobedecieron el mandato divino cometiendo una
falta grave y el Dios Padre muy enojado se dirigió a ellos diciendo: Ustedes ya no viven bajo mi
mandato, por lo tanto les prohíbo subir la cumbre sagrada; nadie tendrá derecho a subir al santuario
y si alguien sube entonces morirá.
Y lo que dijo Dios lo había escuchado el diablo que desde ese momento se dedicó a tentar a los
hombres del pueblo, él les decía: Si escalan el santuario entonces ustedes tendrán el mismo poder
que el Dios.
Entonces los hombres intentaron subir el santuario, cuando Dios supremo con su cólera les envió
miles de pumas para que se comieran a todo el pueblo; estos, de miedo le pidieron ayuda al diablo y
éste se los llevó abajo del lago, en las profundidades, en donde siguen viviendo y penan convertidos
en espíritus malos.
Esto le produjo mucho dolor al Dios supremo, porque los hombres del pueblo le habían pedido ayuda
al diablo. Entonces todos los seres celestiales empezaron a llorar amargamente y con esto provocaron
inmensas lluvias y tormentas que duraban toda la noche y todo el día, y así poco a poco el pueblo fue
desapareciéndose, con las lluvias, e inundándose y quedando en lo más profundo del lago. No quedó
nada vivo; solo una pareja que por obra divina se salvó, esta pareja de humanos logró cogerse de un
tronco que se mantuvo flotando, entonces el Dios supremo sintió compasión por esta pareja e hizo
que parara la lluvia. Pasada la tormenta la pareja vio cómo millares de pumas estaban muertos y
flotaban en el agua con sus vientres de color gris hacia arriba.
Narrada por: Bacilia Ticona Quispe, recopilada por: Jorge Apaza Ticona - Puno
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EL ZORRO Y EL HUAYCHAO
En los anteriores post les dimos a conocer acerca de algunos relatos mitológicos y algunas
leyendas, pues esta vez les daremos a conocer sobre un relato singular, que explica el porqué el
zorro tiene el hocico largo.
Cuentan que el zorro tenía hace muchos años la boca menuda y discreta. Un día que andaba de
paseo vio sobre un cerro cantando a un huaychao. Era este menudo como un zorzal, de plumaje
gris claro y cantar movía alegremente las plumas blancas de su cola. El zorro se quedo mirando el
pico largo y aflautado del ave y le dijo modosamente :
- ¡ Que hermosa flauta amigo huaychao y que bien tocas! ¿Podrías prestármela sólo por un
momento? Yo la tocaré cuidadosamente.
El ave se negó, pero el zorro zalamero insistió tanto que al fin el huaychao le prestó el pico,
recomendándole que para tocar se cogiera el hocico a fin de que la flauta se adaptara mejor, y así
sobre el monte, el zorro se puso a cantar soplando la flauta largo y tendido, después de algún rato,
el huaychao reclamo su pico, más el zorro se negó Decía clave :
Al ruido despertaron unos añases y salieron de sus cuevas y subieron al cerro, al ver al zorro tocar
se pusieron bailar y con ellos bailaron todos los animales del campo.
El zorro al verlos no pudo contener la risa y rompió al reír y al hacerlo se le descosió el hocico,
mucho más de la medida y se le quedó grande y rasgado de oreja a oreja. El huaychao antes de
que el zorro saliera de su sorpresa recogió su pico y se echo a volar. Desde allí se dice quedaron
los zorros con la boca enorme en castigo de su abuso de confianza.
Bibliografía:
En la tierra de los Huancas, el gran Wiracocha envío a dos dioses, cada uno con características y
rasgos diferentes. Estos dioses fueron el Apu Huallallo Carhuincho o Huallullo Carhuancho y el Apu
Pariacaca o Pariaqaqa. Ambos dioses se enamoraron de distintas wanblas y tuvieron una familia
muy extensa.
Pero si todo iba bien, ustedes se preguntarán porque estos dioses fueron rivales, pues según
cuentan esto habría sucedido por lo siguiente:
Cuenta la historia que la primogénita de Huallallo Carhuincho, llamada Huaytapallana era muy
hermosa, tanto que para ocultarla de los haris este, su padre la escondió al abrigo de las montañas
y sembró para ella un jardín lleno de flores.
A su vez el Apu Pariacaca tuvo un hijo varón a quien llamo “Amaru” este joven amante de los
viajes y quien, por ser hijo de un Apu, podía tomar la forma de cualquier animal y de esta manera
trasladarse por los valles de su padre, encontró a una bella wanbla con quien se casó y tuvo una
hija.
Un día en el que Amaru sobrevolaba unas montañas, observ a lo lejos un jardín de flores como
nunca antes había visto y sin saberlo salió de los terrenos de su padre y tomando forma humana
nuevamente se adentro en este paraje escondido.
Al pie de la laguna Carhuacocha se encontraba una wanbla tan hermosa que Amaru, olvidando
todo, quedo al instante perdidamente enamorado de ella y, esta doncella cuyo nombre era
Huaytapallana también se enamoro de él. Ambos tuvieron cinco hijos.
El Apu Huallallo Carhuincho quiso saber quien era este joven hari que había tomado el corazón de
su hija de esta manera y preguntando a los vientos se entero que ese joven hari no era otro que
Amaru, el hijo de su rival Pariacaca, y que además de ello él estaba casado y tenía una hija.
Herido en lo más profundo por el adulterio cometido, el Apu Huallallo Carhuincho suplicó a los
vientos que traigan, a los odios de Amaru noticias de su esposa y de su hija.
Al recordar Amaru a su esposa e hija y tomando conciencia de todo lo que había hecho salió a
caminar, mientras avanzaba lentamente y meditaba por una quebrada el Apu Huallallo Carhuincho
se acercó y de un golpe mortal que terminó con la vida de Amaru, este al momento de caer grito a
su padre para que tome venganza de este ataque traicionero.
El Apu Pariacaca en su dolor ahogó a Huaytapallana en la laguna Carhuacocha y a los cinco hijos en
las lagunas aledañas.
De esta manera ambos Apus iniciaron una terrible batalla arrasando a su paso todas las aldeas,
pueblos y cultivos que existían en la zona, dando forma, durante este batallar a la accidentada
geografía de la zona.
Al enterarse de estos destrozos el gran Wiracocha, juzgó tales acciones como maldades muy
grandes y decidió apresarlos por un largo tiempo. Tomó a Pariacaca y lo convirtió en Nieve sobre
las colinas mas altas de sus montañas que hoy llevan su nombre, y a Huallallo lo convirtió en nieves
perpetuas asentandolo sobre las colinas y picos de la que fue la morada de Huaytapallana.
Se dice que solo cuando esas nieves se derritan ambos Apus podrán liberarse de esa prisión, y
parece que ese tiempo esta por llegar...
Webgrafía:
http://www.8020internet.com/camycam/pariakaka_cosmovision.htm
Consultado: 21-03-09
Como ya es sabido en la mitología andina, el creador del mundo fue Wiracocha, quien creó la
tierra y los seres que en ella poblaron.
Cuentan que como una de sus creaciones hizo brotar un Manantial Sagrado en Huari de donde salió
la primera pareja Huanca, Atay Imanpurancapia (varón) y Uruchumpi (mujer).
Ellos fundaron en ese lugar el primer pueblo y sus hijos poblaron otras comarcas. Pero sus
descendientes ingratos con el tiempo se olvidaron de su creador y adoraron al Dios Huallallo
Carhuancho.
Ante esta ofensa el dios Wiracocha, muy enojado los castigó, fueron sometidos por los invasores
Huari que vinieron del Sur. El Dios Huallallo huyó al este pero fue convertido en el nevado
Huaytapallana.
Los huancas arrepentidos por haber obrado en contra del dios Wiracocha y para honrarlo
nuevamente como su creador y guardar memoria de su origen construyeron el templo de
Huarivilca, allí se realizaban grandes ceremonias y le presentaban ofrendas y sacrificios. El templo
de Huarivilca era una imponente construcción cuadrangular de piedra que se convirtió en el centro
milagroso de toda la región. De él emergía un manantial sagrado de aguas cristalinas.
Por ser este un centro milagroso hasta allí iban las grandes parcialidades del mundo Huanca:
Xauxa; Lurinhuanca, Ananhuanca y el último Chuncos y Chongos; y hasta ahora van turistas
nacionales y extranjeros para obtner un milagro de este centro sagrado.
Webgrafía: http://www.huaytapallana.com
Consultado: 21-03-09
El origen de Huancayo
Dicen que hace hace ya mucho tiempo, todo el Valle del Mantaro era una inmensa laguna. Desde
Jauja y Concepción, hasta el sur llegando a Sapallanga y Pucara, todos esos lugares estaban bajo el
agua. Los pobladores del valle en aquel entonces tenían sus casas en las alturas de los cerros,
incluso hasta ahora podemos ver vestigios de sus construcciones.En el centro de la gran laguna se
podía observar desde las alturas un enorme peñón oscuro que salía de las aguas cada mañana.
Esta gran peña se llamaba Huanca y estaba donde hoy esta la Plaza Huamanmarca, junto a la
Municipalidad de Huancayo. Paso el tiempo y la laguna se iba llenando y llenando con las aguas de
las lluvias (recordemos que en esta parte de la sierra las precipitaciones son altas).Una vez,
cuando los pobladores estaban en sus labores del campo, porque ellos siempre se dedicaron a la
agricultura; se escucho un enorme estruendo en una de las quebradas y tras el sonido pudieron ver
que las aguas de la laguna iban disminuyendo rápidamente. Sucedió que la quebrada de Chupuro
se había roto y por allí desaguaba la laguna.Pasaron pocas semanas y el valle se fue quedando
seco, para acortar distancias entre los pueblos, los pobladores tuvieron que bajar hacia las partes
planas; siendo allí en donde lograron hacer nuevas construcciones para poder habitarlas. Pero la
laguna no vació del todo. En jauja se quedo la Laguna de Paca y en Ahuac la Laguna de
Ñahuinpuquio.Una vez las aguas rompieron la quebrada de Chupuro y por allí desaguo la laguna. El
valle se fue quedando seco y se fundaron pueblos. Pero la laguna no vació del todo.
El hijo favorito iba cargado en la espalda por Huascarán. Cansados de tanto caminar se fueron a
descansar, toda la familia se transformó en la Cordillera Blanca, y de sus lágrimas se formaron los
arroyos que dieron origen al río Santa y al Marañón.. Canchón se volvió de piedra y llegó a ser la
montañamás bella de la Cordillera Negra, su amante Sutoc y sus hijos también se transformaron en
otras montañas de la Cordillera Negra y sus lágrimas formaron los cauces y arroyos de esa región.
Es por ello que se dice que la forma de la cordillera blanca es algo echada, Porqué ahi llacen
Huascarán y sus hijos convertidos en esta hermosa cordillera.
Webgrafía:
http://www.viajeros.com/diarios/callejon-de-huaylas/callejon-de-huaylas-ancash-parte-8-provincia-de-yungay
Consultado: 20-03-09
Se debía tomar acción. Luego de meditarlo con cuidado, el gran jefe ordenó a sus mejores
guerreros ir en busca del jefe de los cusqueños y exponerle una política de paz. Así fue. Días
después, los soldados volvieron con Huáscar, el más reconocido guerrero de la tribu invasora,
quien había sido encargado por su líder llevar un mensaje de no agresión. A parte de ello, Huáscar
debía quedarse en la tribu del gran jefe hasta que la comitiva cusqueña llegara, de manera que
con su presencia garantizaba las relaciones de paz.
Al recibir la noticia del joven guerrero cusqueño, el gran jefe se alegró tanto que mandó le dieran
al huésped la mejor habitación, comida y vestimenta. Todo iba perfecto y la relación entre el gran
jefe y el joven era ideal, hasta que un día apareció, jugando en un pozo de agua, una bella
muchacha de 15 años. El cusqueño quedó prendido: pronto averiguó su nombre, Huandy, y con ello
supo también que era la hija del mismísimo gran jefe. ¿El inicio de la desgracia? Probablemente sí.
Pero lo peor para Huáscar no fue que él la había mirado ni que era hija del jefe, sino que ella lo
había mirado también, ruborizándose y sonriendo al viento en su inocencia. ¿Era correcto un amor
en semejante contexto? Huáscar no lo sabía, y tal vez no le importaba saberlo. Y, según se daba
cuenta, a la muchacha tampoco.
Se conocieron por primera vez una tarde que ella le llevó los alimentos. Conversaron, se
enamoraron y acordaron encontrarse en la orilla del río, cuando la noche estuviera en su apogeo.
Sucedió tal y como lo planearon. Aquella noche se entregaron su amor y se prometieron el uno al
otro no abandonarse jamás. Huandy entonces reaccionó: ¿su padre la dejaría quedarse con un
hombre que no era de su tribu? No, no lo haría nunca. Si de verdad querían que ese amor
floreciera, debían huir, y debían hacerlo cuanto antes. Y huyeron, pero no llegaron muy lejos. Por
su parte, el gran jefe ya estaba al tanto de los sucesos. Decepcionado de la poca deferencia del
invitado para con su cortesía y de la desobediencia extrema de su hija, dejó que escaparan para
luego atraparlos en el camino y mostrarles ahí su verdadera furia. Y así los atrapó; los humilló y,
ya satisfecho, los ató a palos colocados en lugares estratégicos, desde donde uno podía ver al otro
sufrir hasta la muerte. Huáscar, en su delirio, pensó que su gente, al llegar y verlo así, lo salvaría.
Era su única esperanza.
Pero su tribu no hizo nada, y por el contrario, alabó la determinación del gran jefe. Ya sin
ilusiones, viendo como su amada moría, viendo que sólo un riachuelo lo separaba de ella, sintiendo
la impotencia de la resignación, juró entonces vengarse algún día de aquellos que no les
permitieron ser felices. Empezó a llorar, y ella también lloró, y lo hizo hasta secarse por dentro;
de las lágrimas de la doncella se formó el lago Chinanchocha (laguna hembra), y de las de Huáscar,
el lago Orconcocha (laguna macho). Fue el último aliento.
Al ver tanto amor, el dios sol se compadeció de ellos y apoyó en la venganza de Huáscar. Lluvias,
trueno, rayos y granizo fue lo que envió a las tribus en cuestión, y fue tanta y por tanto tiempo
que cubrió a los cadáveres, convirtiéndolos así en los nevados Huascarán (por Huáscar) y Huandoy
(por Huandy). Pero la venganza no quedó ahí: en 1970, el Huascarán dejó caer 10000 toneladas de
hielo sobre los pueblos de los descendientes de las tribus de antaño, cumpliendo con ello su
promesa de venganza.
Según dicen, se cree que en 100 ó 200 años los nevados se quedarán sin nieve y Huáscar y Huandy
revivirán y se encontrarán nuevamente, pero esta vez ya para toda la eternidad.