Los Macronutrientes
Los Macronutrientes
Los Macronutrientes
EL CROMO
Las cantidades requeridas de cromo por nuestro organismo van a ser muy
pequeñas. Gran parte de lo que almacenamos se encuentra en el hígado, en el
bazo, en los tejidos blandos y en los huesos. A medida que vamos cumpliendo años,
vamos perdiendo capacidad de almacenaje de este mineral.
Las funciones que cumple en el organismo son las de controlar el nivel de azúcar
en la sangre, ya forma parte de lo que se conoce como factor de tolerancia de la
glucosa, o GTF. Este GTF es el encargado de iniciar la unión de las moléculas de
insulina a los receptores de insulina que la redistribuirán en el organismo.
Tiene un papel importante en el mantenimiento de los niveles adecuados de
colesterol en la sangre, ya que regula el metabolismo de las grasas.
Los alimentos de los cuales podemos obtener el cromo son el brócoli, el fiambre de
pavo, el zumo de uva, las patatas o los ajos.
Padecer una deficiencia de este elemento es algo muy extraño, pero dado el caso,
se podrán dar complicaciones relacionadas con estados de hiperglucemia y de
bajos niveles de colesterol HDL.
Una persona adulta requiere una dosis diaria de 25 mg.
EL COBRE
El cobre es un mineral que cumple multitud de funciones en el organismo, entre
ellas la de actuar como antioxidante reduciendo el daño celular.
Resulta importante para la producción de energía a nivel celular en forma de ATP,
forma parte de la melanina, encargada de la pigmentación del cabello, la piel y los
ojos.
Este mineral lo podemos obtener de alimentos como el hígado, los riñones y otras
vísceras animales. También lo vamos a encontrar en las semillas de sésamo, ostras,
nueces, cacahuetes y aguacates.
La dosis diaria recomendada para una persona adulta es de 900 microgramos.
EL HIERRO
El hierro es un mineral cuyas principales acciones en el organismo están
relacionadas con el transporte y el almacenamiento de oxígeno, ya que su nivel está
asociado al nivel de glóbulos rojos de la sangre, los cuales son los encargados de
transportar el oxígeno hasta los puntos en los que es requerido, por lo que nos
podemos hacer una idea de la importancia que tiene no solo a nivel de salud en
general, sino también a nivel deportivo.
También interviene en el transporte de energía a las células mediante los
citocromos.
Resulta especialmente necesario para lograr una correcta depuración y
detoxificación del organismo tras haber consumido ciertos medicamentos, ya que
forma parte de las enzimas citocromo p450, encargadas de la degradación de
sustancias de desecho del propio organismo y de las aportadas exteriormente.
A la hora de obtener el hierro de los alimentos vamos a encontrar dos formas
distintas:
El hierro hémico, de origen animal (carnes rojas, vísceras, moluscos enlatados y
yema de huevo), y del cual nuestro organismo absorbe entre un 20 y un 30 %.
El hierro no hémico, que es de origen vegetal (legumbres, hortalizas de hoja verde,
frutos secos y trigo), y del cual absorbemos entre un 3 y un 10%. Dado que este
elemento se aprovecha en muy poca cantidad, resulta conveniente realizar un
correcto aporte de vitaminas A y C, y resulta necesario conocer que bebidas como
el té y el café, y alimentos como la clara de huevo, los lácteos y la soja inhibe dicha
absorción.
La cantidad recomendada de hierro diaria para una persona adulta es de 18 mg.
Una deficiencia de hierro va a producir la conocida anemia, siendo, a nivel mundial,
la primera deficiencia a nivel alimenticio. Antes esta carencia de hierro, la
hemoglobina es incapaz de nutrir de oxígeno los principales órganos y tejidos
musculares, apareciendo sensación de cansancio, debilidad, palidez cutánea,
aumento de la frecuencia cardíaca y una mayor facilidad para contraer infecciones.
EL ZINC
Este mineral está presente en músculos, huesos, testículos, cabello, uñas y tejidos
pigmentados del ojo. Cumple diversas funciones en el organismo, entre las que
destacan la regulación de las glándulas sebáceas cutáneas, procurar el correcto
funcionamiento de la próstata, facilitar la cicatrización de las heridas, contribuir
al buen estado del sistema inmunológico y del hígado, es muy necesario para
el correcto funcionamiento de los órganos sensoriales, en especial los referentes
gusto, olfato y vista.
El zinc se puede obtener de alimentos tanto de origen animal como vegetal, siendo
la absorción de los primeros mucho mayor que la de los segundos, ya que las
proteínas de origen animal facilitan su absorción. Así pues, lo podemos encontrar
en las ostras, cereales, carnes blancas, garbanzos, quesos y habas.
Un nivel bajo de zinc en el organismo es muy infrecuente, aunque a esta situación
se puede llegar como consecuencia de diversas enfermedades como la cirrosis
hepática, la diabetes o la insuficiencia renal, las cuales provocan un descenso de
los niveles de dicho mineral.
La dosis diaria recomendada es de 11 mg para los hombres y de 8 mg para las
mujeres.