Discurso Motivacional
Discurso Motivacional
Discurso Motivacional
Grupo I
Profesora
Mag. Marcela Poblete Ibaceta
Julio 2018
Discurso Motivacional
“El tiempo lo cambia todo, eso es lo que la gente dice, pero no es verdad. Hacer cosas
cambia las cosas. No hacer nada, deja las cosas exactamente como están”.
En primer lugar, quiero darles un cordial saludo a todos ustedes, esperando que se
encuentren bien en todos los aspectos de su vida, laboral y personal.
El Doctor Gregory House, estoy seguro que lo conocen, es un personaje de una serie de
televisión norteamericana que ha dejado huella por su especial personalidad y, por lo
mismo, guarda directa relación con el motivo por el que nos hemos reunido hoy. Todos
sabemos que House es un personaje imperfecto, pero sumamente inteligente y perspicaz.
De alguna forma, a todos nos gustaría parecernos a él. Quizá su carácter práctico lo hace
tan atractivo y llamativo. Creo que su frase deja en evidencia esa característica; su actitud
frente a nuevas situaciones y problemas. Él no espera que las cosas sucedan, sólo actúa.
La rutina no le sirve. Su vida es un constante cambio porque así se lo propone.
Si pensamos que la forma y las condiciones en que hacemos nuestro trabajo serán siempre
las mismas, estamos equivocados. Debemos ser flexibles, manteniendo siempre una
actitud receptiva frente a lo nuevo, a lo desconocido. Es difícil, pero reconocerlo es el
primer paso para afrontarlo, ya estamos haciendo algo. No permanecemos de brazos
cruzados. Hoy, las personas realmente importantes para una empresa son las que siempre
están preparadas para el cambio, lo esperan como algo natural y positivo, que los
beneficiará directamente y también a su entorno.
La seguridad no es ajena al cambio. Cada día sabemos más de los riesgos a los que nos
exponemos en el trabajo, desde las tareas más simples a las más complejas y
especializadas. Cubrir cada detalle y posibilidad no es solo una responsabilidad
empresarial, sino también personal. Estas dos clases de responsabilidad, la personal y la
social, trabajan una con la otra, pero la más importante es la personal, ya que solo
podemos responsabilizarnos de nuestras acciones y como éstas afectan a los demás.
Al hacernos responsables de nuestras propias decisiones en el trabajo, ganamos confianza
y seguridad para enfrentar nuevos desafíos.
Todos hemos sido informados respecto a las nuevas normas de seguridad de nuestra
empresa. Como usar siempre el equipo de protección que la labor requiera o no realizar
un trabajo si no se cuenta con todas las herramientas necesarias.
Nos capacitamos y entendemos la importancia que tienen para nuestra seguridad, para
nuestra vida y para nuestras familias, pues son ellas quienes nos esperan al final de cada
jornada. Aun así, tenemos problemas para adaptarnos a ellas. Es cierto que es un cambio
difícil y que parece exagerado, pero en materia de seguridad nada es excesivo. La empresa
puede entregar todos los implementos, las instrucciones, normativas e incluso podemos
imponerlo como una regla estricta, pero nada funcionará, ni será efectivo, si no somos
responsables de llevarla a cabo. No es algo que derive de una obligación, debe nacer del
interior de cada uno.
Tenemos que incorporar estas normas como algo cotidiano, una parte más del trabajo,
algo tan natural como alimentarnos todos los días, tenemos que tener siempre la
necesidad de cumplirlas. Según la Asociación Chilena de Seguridad en el último año se han
producido más de setenta mil accidentes laborales, no podemos esperar estar exentos de
ellos. Puede que un día, alguno de nosotros, no llegue a casa luego de concluida la jornada
laboral, por culpa de un accidente fatal.
Nos hemos reunido aquí, para que hoy nos detengamos, dejemos de lado nuestra atareada
vida y nos tomemos un respiro. A veces, es bueno bajar el ritmo, mirar hacia atrás y
considerar las cosas que están pasando y que nos han pasado. Vivimos tan sumergidos en
la rutina, sin levantar la cabeza para mirar a nuestro alrededor, que perdemos el sentido
del tiempo. Como no percibimos los cambios, la vida se nos pasa en un parpadeo, los
meses y los años transcurren sin sentido y lo único que notamos es que todos los días se
vuelven el mismo. En cambio, si nos concentramos en atender a los detalles, a todo eso
que diariamente se nos plantea como desafíos, creceremos como personas y cada día
tendrá un sentido diferente, ya no serán todos iguales. De eso se trata la vida, de superar
obstáculos, lo importante no es la meta sino el camino. Gabriel García Márquez, destacado
escritor colombiano, decía: “He aprendido que el mundo quiere vivir en la cima de la
montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en subir la escarpada”.
Creo en sus capacidades personales y aún más en nuestra fuerza como equipo. Somos un
gran sistema, donde nada debe dejar de hacerse, ni el más pequeño detalle cómo ponerse
un implemento de seguridad o respetar una señal. Nada sobra en lo que hacemos, todas
las acciones se coordinan para que seamos eficientes. Todo lo que hacen y deciden es
importante. Por eso, quiero que comprendan la situación, no solo eso, espero que sientan
que ser responsables no es algo que se deba tomar a la ligera, ya que tiene una importancia
vital en nuestro desarrollo como empresa y como personas.