Resolución Del Tribunal Constitucional: EXP. N.° 03123-2011-PA/TC Junín Wilfredo Rómulo Cifuentes Quintana
Resolución Del Tribunal Constitucional: EXP. N.° 03123-2011-PA/TC Junín Wilfredo Rómulo Cifuentes Quintana
Resolución Del Tribunal Constitucional: EXP. N.° 03123-2011-PA/TC Junín Wilfredo Rómulo Cifuentes Quintana
° 03123-2011-PA/TC
JUNÍN
WILFREDO RÓMULO
CIFUENTES QUINTANA
VISTO
ATENDIENDO A
RESUELVE
Publíquese y notifíquese.
SS.
ÁLVAREZ MIRANDA
URVIOLA HANI
BEAUMONT CALLIRGOS
EXP. N.° 02132-2008-PA/TC
ICA
ROSA FELÍCITA ELIZABETH
MARTÍNEZ GARCÍA
En Lima, a los 9 días del mes de mayo de 2011, el Pleno del Tribunal
Constitucional en sesión de Pleno Constitucional, con la asistencia de
los magistrados Mesía Ramírez, Álvarez Miranda, Vergara Gotelli, Beaumont Callirgos,
Calle Hayen, Eto Cruz y Urviola Hani, pronuncia la siguiente sentencia, con el voto en el que
convergen los magistrados Álvarez Miranda, Vergara Gotelli y Urviola Hani; y el fundamento de
voto del magistrado Beaumont Callirgos; que se agregan.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña
Rosa Felícita Elizabeth Martínez García contra la Sala de Derecho
Constitucional y Social de la Corte Suprema de Justicia de la República, de
fojas 344, su fecha 21 de agosto del 2007, que revocando la apelada declaró
improcedente la demanda de autos.
ANTECEDENTES
FUNDAMENTOS
La accionante refiere en su demanda (fojas 132) que el artículo 2001º, inciso 4) del
Código Civil no es aplicable a su caso “por tratarse de pensiones devengadas, que se
encuentran dentro del ámbito de la imprescriptibilidad y por tanto el tiempo no le
afecta ni produce su extinción”, y que por otro lado “no se tuvo en consideración que
las pensiones alimenticias devengadas se encuentran dentro del ámbito de la esfera de
los derechos personales, por constituir una deuda que atañe a la persona, lo que
significa que aplicado al caso concreto, éstas prescriben a los diez años”, por lo que
su derecho de acción se encuentra vigente.
2. De lo expuesto, este Colegiado estima que el problema central del presente caso se
circunscribe a verificar si en la etapa de ejecución del proceso de alimentos
cuestionado es de aplicación o no el artículo 2001º, inciso 4) del Código Civil, que
establece un plazo de prescripción de 2 años para aquella acción que pretenda el cobro
de la pensión fijada en una sentencia. Entonces, para dilucidar la controversia
generada, este Colegiado considera que debe seguirse los siguientes pasos: primero,
identificar el contenido constitucional del derecho a la motivación de las resoluciones
judiciales, específicamente cómo se motiva la premisa normativa y qué rol juega el
control difuso de constitucionalidad de las leyes, en especial el principio de
proporcionalidad en la justificación de tal premisa normativa; segundo, cuáles son las
reglas para aplicar el control difuso de constitucionalidad de las leyes;
y, tercero, verificar si la medida estatal cuestionada (artículo 2001º, inciso 4 del
Código Civil), que limita el derecho a la efectividad de las resoluciones judiciales y
el derecho de los niños y adolescentes a percibir alimentos –determinados en una
sentencia– supera o no el test de proporcionalidad.
La protección del interés superior del niño, niña y adolescente como contenido
constitucional
6. La mencionada Convención sobre los Derechos del Niño establece, entre otras
disposiciones, las siguientes:
Artículo 3
1. En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas
de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una
consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño.
2. Los Estados Partes se comprometen a asegurar al niño la protección y el cuidado que sean
necesarios para su bienestar, teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus padres, tutores u
otras personas responsables de él ante la ley y, con ese fin, tomarán todas las medidas legislativas
y administrativas adecuadas.
Artículo 27
1. Los Estados Partes reconocen el derecho de todo niño a un nivel de vida adecuado para su
desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social.
2. A los padres u otras personas encargadas del niño les incumbe la responsabilidad primordial de
proporcionar, dentro de sus posibilidades y medios económicos, las condiciones de vida que sean
necesarias para el desarrollo del niño.
(…)
4. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para asegurar el pago de la pensión
alimenticia por parte de los padres u otras personas que tengan la responsabilidad financiera por el
niño (…) (Resaltado agregado).
7. Teniendo en cuenta que el artículo 55º de la Constitución establece que “Los tratados
celebrados por el Estado y en vigor forman parte del derecho nacional” y que la Cuarta
Disposición Final y Transitoria de la Constitución prevé que “Las normas relativas a
los derechos y a las libertades que la Constitución reconoce se interpretan de
conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y con los tratados
y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por el Perú”, no
queda sino convenir en que los contenidos de tal Convención sobre los Derechos del
Niño resultan vinculantes en el ordenamiento jurídico peruano.
(...) es necesario precisar que, conforme se desprende la Constitución, en todo proceso judicial en
el que se deba verificar la afectación de los derechos fundamentales de niños o menores de edad,
los órganos jurisdiccionales debe procurar una atención especial y prioritaria en su tramitación.
En efecto, como uno de los contenidos constitucionalmente protegidos del artículo 4º de
la Constitución que establece que “La comunidad y el Estado protegen especialmente al niño, al
adolescente (...)”, se encuentra la preservación del interés superior del niño y del adolescente como
una obligación ineludible de la comunidad y principalmente del Estado. Desarrollado tal contenido,
el Código de los Niños y Adolescentes ha precisado en el artículo IX que “En toda medida
concerniente al niño y al adolescente que adopte el Estado a través de los Poderes Ejecutivo,
Legislativo y Judicial, del Ministerio Público, los Gobiernos Regionales, Gobiernos Locales y sus
demás instituciones, así como en la acción de la sociedad, se considerará el Principio del Interés
Superior del Niño y del Adolescente y el respeto a sus derechos” (resaltado agregado).
Tal atención a prestarse por los órganos jurisdiccionales, como se desprende de la propia Norma
Fundamental (artículo 4º), debe ser especial en la medida en que un niño o un adolescente no se
constituye en una parte más en el proceso sino una que posee características singulares y
particulares respecto de otras, por lo que más allá del resultado del caso, debe procurarse un
escrupuloso tratamiento y respeto de sus derechos durante el proceso. Asimismo, tal atención deber
ser prioritaria pues el interés superior del niño y del adolescente tiene precedencia en la actuación
estatal respecto de aquellas decisiones judiciales en las que no se encuentran comprometidos sus
derechos fundamentales.
Que, dentro del orden de prelaciones y jerarquías existente al interior de una Constitución, es
decididamente un hecho incontrovertible, que mayor importancia reviste para un Estado y su
colectividad, el proteger a la infancia y más aún, si se encuentra en situación de abandono, que
promover la seguridad como valor aislado, pues independientemente de que tal dispositivo reposa
directamente sus fundamentos en el artículo 1° de la Norma Fundamental y es, por consiguiente,
rigurosamente tributario del principio "Dignidad de la Persona", a la larga, del cumplimiento de un
dispositivo, depende, en los hechos, la eficacia y vigencia del otro. No es posible, que un Estado
proclame la Seguridad Ciudadana como valor preciado de hoy cuando alimenta las condiciones de
su propia alteración a futuro. Si una colectividad permite, de espaldas a su propia realidad, que la
desprotección a la niñez se solvente con actitudes de indiferencia crónica, lo único que engendra
son las condiciones, para que la seguridad que hoy proclama como bandera, no vaya mas allá de
su propia existencia, como si el futuro de sus descendientes, paradójicamente la seguridad de ellos,
no le interesara en lo absoluto [Exp. N.º 0298-1996-AA/TC].
10. De este modo, el principio constitucional de protección del interés superior del niño,
niña y adolescente se constituye en aquel valor especial y superior según el cual los
derechos fundamentales del niño, niña y adolescente, y en última instancia su
dignidad, tienen fuerza normativa superior no sólo en el momento de la producción
de normas, sino también en el momento de la interpretación de ellas, constituyéndose
por tanto en un principio de ineludible materialización para el Estado, la sociedad en
su conjunto y la propia familia, incluidos claro está el padre, la madre o quien sea el
responsable de velar por su derechos fundamentales.
11. El hecho de que un niño o una niña tengan un padre, madre o responsable de su tutela,
no implica en modo alguno que la protección de su dignidad o su desarrollo físico,
psíquico o social se vean supeditados a la voluntad de tales personas adultas. Ni el
interés del padre, madre o responsable de su tutela, ni aquellos intereses del Estado o
de la sociedad pueden anteponerse a aquellos derechos fundamentales de los niños,
niñas y adolescentes.
16. Teniendo en cuenta que la recurrente cuestiona la aplicación del artículo 2001º, inciso
4) del Código Civil, en el sentido que prescribe a los 2 años la acción que proviene de
aquella pensión alimenticia a favor de menores de edad fijada en una sentencia,
conviene ahora verificar los criterios para inaplicar tal norma en el caso de autos.
Previamente, debe aclararse que si bien es frecuente que el control judicial difuso de
constitucionalidad de las leyes es utilizado respecto del control de una disposición
que a su vez contiene un único sentido interpretativo o norma, se pueden presentar
casos como el presente, en el que una misma disposición (artículo 2001º, inciso 4 del
Código Civil), puede contener varias normas (sentidos interpretativos con alcance
normativo). Con ello, se alude a la distinción entre disposición (conjunto de
enunciados lingüísticos) y norma (sentido interpretativo que se desprende de la
disposición). Por tanto, si una de estas normas que se desprende del artículo 2001º
inciso 4) del Código Civil ha sido aplicada por un determinado órgano jurisdiccional,
entonces, al ser relevante para la solución del caso, cabe efectuar el control difuso de
tal norma (prescribe a los 2 años la acción que proviene de aquella pensión
alimenticia a favor de menores de edad fijada en una sentencia).
17. Este Tribunal tiene dicho que el control judicial difuso de constitucionalidad de las
normas legales es una competencia reconocida a todos los órganos jurisdiccionales
para declarar inaplicable una ley, con efectos particulares, en todos aquellos casos en
los que aquella resulta manifiestamente incompatible con la Constitución (artículo
138º de la Norma Fundamental). El control difuso es, entonces, un poder-deber del
juez consustancial a la Constitución del Estado Democrático y Social de Derecho.
Conviene siempre recalcar que la Constitución es una auténtica norma jurídica, la Ley
Fundamental de la Sociedad y del Estado, y un derecho directamente aplicable.
En general, los criterios que deben seguirse para proceder al control judicial difuso de
constitucionalidad de normas legales son los siguientes:
18. Debe verificarse si en el caso judicial se aplica o amenaza aplicar (Art. 3° CPCons)
una norma legal autoaplicativa, es decir aquella cuya aplicabilidad, una vez que ha
entrado en vigencia, resulta inmediata e incondicionada (Cfr. Exp. N.º 04677-2004-
AA/TC, fundamento 3 y ss.), o de ser el caso verificarse si en el acto o
norma infralegal cuestionados en el proceso judicial se ha aplicado la norma legal que
se acusa de inconstitucional.
19. El control de constitucionalidad sólo podrá practicarse siempre que la ley sobre la que
se duda de su validez sea relevante para resolver la controversia sometida al juez. En
ese sentido el juez sólo estará en actitud de declarar su invalidez cuando la ley se
encuentre directamente relacionada con la solución del caso, término este último que
no puede entenderse como circunscrito sólo a la pretensión principal, sino que
comprende incluso a las pretensiones accesorias y también a las que se promuevan en
vía incidental.
El juicio de relevancia que subyace al ejercicio válido del control de
constitucionalidad no sólo tiene el propósito de recordar el carácter jurídico del
control de constitucionalidad de las leyes, sino también se establece como un límite a
su ejercicio, puesto que, como antes se ha recordado, está vedado cuestionar hipotética
o abstractamente la validez constitucional de las leyes.
20. En tercer lugar y directamente relacionado con el requisito anterior, es preciso que
quien plantee al juez la realización del control judicial de constitucionalidad de la ley
acredite que su aplicación le haya causado o pueda causarle un agravio directo, pues
de otro modo el juez estaría resolviendo un caso abstracto, hipotético o ficticio.
A su vez, para que un planteamiento de esta naturaleza pueda realizarse en el seno del
proceso constitucional de amparo contra resoluciones judiciales, es preciso que su
aplicación (real o futura) repercuta en el ámbito constitucionalmente protegido de
algún derecho sometido a este proceso y que el afectado lo haya cuestionado
oportunamente en el proceso ordinario, ya que de otro modo no sería posible atribuir
al juez la lesión de alguno de los contenidos del derecho a la tutela procesal, en los
términos del artículo 4º del Código Procesal Constitucional.
21. Asimismo, el ejercicio del control judicial de constitucionalidad de las leyes tampoco
puede realizarse respecto de leyes o normas con rango de ley cuya validez haya sido
confirmada por este Tribunal en el seno de un control abstracto de constitucionalidad.
Tal límite tiene el propósito de poner en evidencia que si bien este Tribunal no tiene
el monopolio del control de constitucionalidad, pues su "cuidado" es una tarea que
compete a la sociedad abierta de los intérpretes jurisdiccionales de la Constitución,
sin embargo es en este Tribunal en el que la Constitución ha confiado su custodia
“especializada”.
22. De ahí que el segundo párrafo del artículo VI del Título Preliminar del Código
Procesal Constitucional prevenga que “Los jueces no pueden dejar de aplicar una
norma cuya constitucionalidad haya sido confirmada en un proceso de
inconstitucionalidad o en un proceso de acción popular”,ytambién que la Primera
Disposición Final de la Ley N.º 28301, Orgánica del Tribunal Constitucional,
establezca que “Los Jueces y Tribunales interpretan y aplican las leyes y toda norma
con rango de ley y los reglamentos respectivos según los preceptos y principios
constitucionales, conforme a la interpretación de los mismos que resulte de las
resoluciones dictadas por el Tribunal Constitucional en todo tipo de procesos, bajo
responsabilidad”.
23. Expuestos los alcances de este límite al ejercicio del control judicial de
constitucionalidad de las leyes, este Tribunal advierte que, como toda regla, ésta tiene
sus excepciones. A saber:
Ese es el caso por ejemplo de las Leyes de Amnistía N.os 26479 y 26492, que
fueron consideradas incompatibles con la Convención Americana de Derechos
Humanos por la Corte Interarmericana de Derechos Humanos en la sentencia del
Caso Barrios Altos, de 18 de septiembre de 2003 (Cf. STC 0275-2005-PH/TC).
24. Dadas las consecuencias que el ejercicio del control difuso puede tener sobre la ley,
que es expresión de la voluntad general representada en el Parlamento, el Tribunal ha
recordado que la declaración de inconstitucionalidad debe considerarse como
la última ratio a la que un Juez debe apelar (STC 0141-2002-AA/TC, fundamento 4
“c”; STC 0020-2003-AI/TC, fundamento 5), habida cuenta que “Los jueces y
Tribunales sólo inaplican las disposiciones que estimen incompatibles con la Constitución
cuando por vía interpretativa no sea posible la adecuación de tales normas al ordenamiento
constitucional”, conforme dispone la Segunda Disposición General de la Ley N.º
28301, Orgánica del Tribunal Constitucional.
26. Luego de haber agotado los pasos antes referidos, debe verificarse si la norma legal
objeto de control difuso de constitucional es manifiestamente incompatible con la
Constitución, y si es así, disponerse su inaplicación al caso concreto. En tal
verificación resultará de particular importancia identificar aquel contenido
constitucionalmente protegido así como la manifiesta incompatibilidad de la norma
legal respecto del mencionado contenido constitucional, procedimiento en el que
resultará importante superar el control de proporcionalidad, entre otros que se estime
pertinente, de modo que se argumente correctamente la decisión judicial.
Examen de idoneidad
30. Para determinar el objetivo, esto es, el estado de cosas en que el respectivo legislador
pretendió a través del establecimiento de un plazo de prescripción de 2 años en el caso
del reclamo de las pensiones alimenticias fijadas en una sentencia, es importante
verificar, entre otros aspectos, la exposición de motivos tanto del Libro VIII, sobre
prescripción y caducidad del Código Civil, como del aludido artículo 2001º inciso 4)
del mismo cuerpo normativo:
“(…) En el Derecho moderno constituye verdadero axioma que el transcurso del tiempo es un hecho de
relevancia jurídica. La prescripción extintiva se sustenta en el transcurso del tiempo y su efecto es el de
hacer perder al titular de un derecho el ejercicio de la acción correlativa. El fundamento de la prescripción
es de orden público, pues conviene al interés social liquidar situaciones latentes pendientes de solución. Si
el titular de un derecho, durante considerable tiempo transcurrido no ejercita la acción, la ley no debe
franquearle la posibilidad de su ejercicio. De allí también que se establezcan plazos para la conservación
de documentos y se haga factible la destrucción de aquellos de los que puedan invocarse derechos. La
seguridad jurídica sustenta el instituto de la prescripción, pues al permitirse la oposición a una acción
prescrita se consolidan situaciones que, de otro modo, estarían indefinidamente expuestas.
Incuestionablemente, pues, la prescripción ha devenido una de las instituciones jurídicas más necesarias
para el orden social (…)”.
Artículo 2001º, inciso 4), prescripción de la acción “que proviene de pensión alimenticia”
“(…) Como lo que pretende el Código es la unificación de plazos, dentro del mismo inciso 4 hace referencia
a la prescripción de la acción que proviene de pensiones alimenticias, a la que el Código de 1936 le da un
plazo de tres años. En realidad, conforme a la doctrina informante, esta acción, por lo general, es
una actio judicata, pues el derecho a los alimentos no es susceptible de prescripción; lo que prescribe es la
pensión fijada en una sentencia judicial. Y si la pensión ha sido establecida sin mediar resolución judicial,
es el derecho a percibirla el que prescribe; prescribe siempre la pensión, no el derecho a pedir alimentos.
Dada la naturaleza del derecho alimentario, también se plantea un plazo especial”.
32. Ahora bien, este objetivo se justifica con la prosecución de determinados principios
constitucionales tales como el principio de seguridad jurídica y el principio de orden
público, los cuales se desprenden de la fórmula de Estado de Derecho contenida en
los artículos 3º y 43º de la Constitución.
33. Así las cosas, se advierte que el objetivo de la disposición legal cuestionada se
justifica en la prosecución de fines que tienen cobertura constitucional.
34. Se trata ahora de determinar si la medida adoptada, esto es, la prescripción en un plazo
de 2 años de las pensiones de alimentos establecidas en una sentencia, es adecuada o
conducente al objetivo del artículo 2001º, inciso 4) cuestionado. La respuesta es
afirmativa. El objetivo de impedir situaciones de indefinición respecto del cobro de
pensiones fijadas en una sentencia ante la inacción de quien se encuentra legitimado
para exigir tal cobro, puede lograrse a través del establecimiento de un plazo de
prescripción de 2 años de tales pensiones.
35. Es importante destacar que la verificación sobre si una determinada medida estatal es
adecuada o no para lograr un objetivo basado en un fin de relevancia constitucional
no implica un pronunciamiento respecto de si tal medida es la mejor, o no, o si es
necesaria, o no, pues tal pronunciamiento recién se realizará en el siguiente examen
(el de necesidad).
Examen de necesidad
37. Pese a haberse determinado que la medida estatal examinada no supera el examen de
necesidad; y en consecuencia, es inconstitucional, cabe, adicionalmente, someter tal
medida al examen de ponderación. Conforme a éste se establece una relación según
la cual cuanto mayor es la intensidad de la intervención en el derecho fundamental,
tanto mayor ha de ser el grado de realización u optimización del fin constitucional.
39. Si bien lo antes expuesto podría indicar que la medida estatal examinada se encuentra
justificada (debido a que existe un elevado grado de realización de la seguridad
jurídica y el orden público frente a una grave restricción del derecho a la efectividad
de las resoluciones judiciales y el derecho de los niños, niñas y adolescentes a percibir
alimentos –determinados en una sentencia–), dada la naturaleza del presente caso, en
el que precisamente se encuentran involucrados los derechos fundamentales de una
niña y atendiendo a que de la Norma Fundamental (artículo 4º) se desprende
el principio constitucional de protección del interés superior del niño y del
adolescente, entonces tal aparente empate debe ser resuelto a favor de los derechos de
niños, niñas y adolescentes, de modo que la medida estatal cuestionada no supera
tampoco el examen de ponderación o proporcionalidad en sentido estricto, debiendo,
como ya se ha afirmado antes, declararse inconstitucional.
40. En suma, la aludida medida estatal examinada (norma el sentido interpretativo del
artículo 2001º, inciso 4 del Código Civil, que establece que prescribe a los 2 años la
acción que proviene de aquella pensión alimenticia a favor de menores de edad fijada
en una sentencia), al no superar los exámenes de necesidad y ponderación
resulta incompatible con la Norma Fundamental, existiendo otras medidas tales como
aquella contenida en el inciso 1) del mencionado artículo 2001º del Código Civil –
que establece la prescripción de la acción que nace de una ejecutoria en un plazo de
10 años–, que logra el mismo fin constitucional (impedir situaciones de indefinición
respecto del cobro de pensiones fijadas en tal sentencia ante la inacción de quien se
encuentra legitimado para exigir tal cobro), pero con una menor restricción de
los derechos de los niños y adolescentes a la efectividad de las resoluciones judiciales
y a percibir alimentos.
41. Teniendo en cuenta los criterios establecidos para la aplicación del control difuso de
constitucionalidad de las leyes, cabe verificar su aplicación en el presente caso.
En primer lugar, se aprecia que las aquí cuestionadas resoluciones judiciales (N.º 5,
de fecha 19 de marzo del 2004, que confirmó la resolución N.º 79 de fecha 16 de
diciembre de 2003, que a su vez declaró la prescripción de la ejecución de sentencia
de las pensiones alimenticias devengadas; y N.º 8, de fecha 1 de abril de 2004, que
resolvió integrar la resolución N.º 5 estableciendo la prescripción de la ejecución de
sentencia de las pensiones alimenticias desde el 21 de febrero de 1994 hasta el 20 de
febrero del 2001), constituyen un acto de aplicación del artículo 2001º, inciso 4 del
Código Civil (entiéndase ésta como una disposición) que en una de las normas que de
ella se desprende establece que prescribe a los 2 años la acción que proviene de
aquella pensión alimenticia a favor de menores de edad fijada en una sentencia.
En segundo lugar, es relevante el control de la mencionada norma legal pues la
solución del caso gira en torno a su aplicación o inaplicación en el proceso de
alimentos. En tercer lugar, existe un perjuicio ocasionado por la norma legal en
cuestión, pues como consecuencia de haberse declarado la prescripción de la acción
para cobrar determinadas pensiones alimenticias fijadas en una sentencia, una menor
de edad se ha visto privada de gozar de las aludidas pensiones. En cuarto lugar, se ha
verificado la inexistencia de pronunciamientos previos del Tribunal Constitucional en
los que mediante procesos de inconstitucionalidad se hubiese controlado la
cuestionada norma legal: En quinto lugar, teniendo en cuenta la norma cuestionada
(prescribe a los 2 años la acción que proviene de aquella pensión alimenticia a favor
de menores de edad fijada en una sentencia), no existe otro sentido interpretativo
respecto de ésta que pueda resultar compatible con la Constitución. Y en sexto lugar,
habiéndose verificado que la norma cuestionada no supera el control de
proporcionalidad y que por tanto vulnera el derecho a la efectividad de las
resoluciones judiciales y el derecho de los niños, niñas y adolescentes a percibir
alimentos –determinados en una sentencia–, además del principio constitucional de
protección del interés superior del niño, niña y del adolescente, debe declararse
inaplicable al caso concreto, y en consecuencia dejar sin efecto las resoluciones
cuestionadas y ordenar que se expidan otras conforme a la Constitución y a la leyes
que resulten compatibles con ésta.
HA RESUELTO
2. Remitir los actuados a la Corte Superior de Justicia de Ica, para los fines de ley.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
ETO CRUZ