STC #01460-2009-PA-TC-motivación-CNM

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EXP. N.

° 01460-2009-PA/TC
LIMA
BEATRÍZ MERCEDES
ARENAS ALVARADO
 
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
 
En Lima, a los 15 días del mes de junio de 2010, el Pleno de Tribunal Constitucional en
sesión de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los señores magistrados Mesía Ramírez,
Vergara Gotelli, Landa Arroyo, Beaumont Callirgos, Calle Hayen, Eto Cruz y Álvarez Miranda,
pronuncia la siguiente sentencia, con el fundamento de voto del magistrado Vergara Gotelli, que
se adjunta y el voto singular de los magistrados Landa Arroyo y Beaumont Callirgos, que se
agrega
 
ASUNTO
 
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Beatriz Mercedes Arenas
Alvarado contra la resolución de la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de
fojas 1016, su fecha 11 de julio de 2008, que declara improcedente la demanda de autos en el
extremo que rechaza su reincorporación como magistrada y dispone que se la cite a entrevista
personal y que prosiga el procedimiento de ratificación.
 
ANTECEDENTES
 
Con fecha 1 de agosto de 2001 la recurrente interpone demanda de amparo contra el
Consejo Nacional de la Magistratura y contra los consejeros señores Teófilo Idrogo Delgado,
Luis Flores Paredes, Jorge Angulo Ibérico, Ricardo La Hoz Lora, Jorge Lozada Stambury,
Daniel Caballero Cisneros y Fermín Chunga Chávez, solicitando se declare inaplicables a su
persona y sin efecto alguno el Acuerdo del Pleno del Consejo Nacional de la Magistratura de
fechas 14 y 15 de mayo de 2001; el comunicado mediante el cual se le informa su no
ratificación; la Resolución N.º 073-2001-CNM, de fecha 2 de julio de 2001, que declara
improcedente el recurso de reconsideración interpuesto contra el referido Acuerdo; la
inhabilitación de reingresar al Poder Judicial; y la Resolución N.º 046-2001-CNM, del 25 de
mayo de 2001, que resuelve dejar sin efecto su nombramiento y cancela su título de Juez de Paz
Letrado del Distrito Judicial de Lima; y que en consecuencia se ordene su reincorporación a la
magistratura en el mismo cargo que venía desempeñando –nombrada como Juez Titular del
Segundo Juzgado de Paz Letrado de Breña, Pueblo Libre y Jesús María de la Corte Superior de
Justicia de Lima, y designada Juez Provisional de Primera Instancia en la citada Corte–, y se le
reconozca todos los derechos inherentes al cargo de magistrada dejados de percibir.
 
Sostiene la actora que mediante Resolución Suprema N.º 460-84-JUS, de fecha 11 de
diciembre de 1984, fue nombrada Juez Titular del Segundo Juzgado de Paz Letrado de Breña,
Pueblo Libre y Jesús María; y que posteriormente, en el año 1997, fue designada Juez
Provisional de Primera Instancia a cargo del Primer Juzgado Corporativo Especializado en lo
Contencioso Administrativo de la Corte Superior de Justicia Lima, cargo que desempeñó hasta la
fecha de su arbitraria separación. De igual manera manifiesta haber desempeñado el cargo con
ética y conforme a ley, sin tener en contra de su actuación queja ni reclamo alguno; y que sin
1
embargo los emplazados de manera arbitraria, sin justificación ni motivación alguna y sin
entrevistarla, resolvieron no ratificarla en el cargo de magistrada, vulnerando sus derechos
fundamentales al debido proceso, de defensa, a la igualdad ante la ley, de trabajo y de petición.
 
La Procuradora Pública a cargo de los Asuntos Judiciales del Poder Judicial, encargada
de la Procuraduría Pública del Consejo Nacional de la Magistratura, contesta la demanda
argumentando que el proceso de ratificación, al cual la actora se sometió de manera libre y
voluntaria, fue realizado en estricto cumplimiento de lo dispuesto por el artículo 5 de la Ley
N.º 27368, que dispuso la convocatoria a Concurso Nacional para magistrados del Poder Judicial
y del Ministerio Público, y la Sétima Disposición Complementaria y Final del Reglamento de
Procesos de Evaluación y Ratificación, aprobado por la Resolución N.º 043-2000/CNM, y en
concordancia con los artículos 150 y 154, inciso 2, de la Constitución. Asimismo manifiesta que
el proceso de ratificación no constituye un proceso disciplinario sino que es una facultad
discrecional otorgada por la Constitución al Consejo Nacional de la Magistratura, y que dicha
decisión es inimpugnable por mandato del artículo 154, inciso 3, de la Carta Suprema.
 
El Cuarto Juzgado Especializado en lo Civil de Lima, con fecha 11 de julio de
2006, declaró fundada la demanda por estimar que la recurrente no fue entrevistada por la
entidad emplazada, acreditándose la vulneración de su derecho a tener una audiencia.
 
La Sala Superior competente confirmó la apelada en el extremo que declara inaplicables
y sin efecto legal el Acuerdo del Pleno del Consejo Nacional de la Magistratura de fechas 14 y
15 de mayo de 2001; el comunicado mediante el cual se le informa su no ratificación; la
Resolución N.º 073-2001-CNM; la inhabilitación de reingresar al Poder Judicial; y la Resolución
N.º 046-2001-CNM; y revocándola la  declara improcedente en los extremos referidos a la
reposición de la demandante en el cargo de magistrada y al reconocimiento de los años fuera del
cargo para efectos pensionables y del cómputo de antigüedad en el mismo, ordenando que en el
caso de la demandante se convoque a un nuevo proceso de ratificación, por considerar que si
bien ha quedado acreditado que se vulneró el derecho de la actora a ser citada a una entrevista
personal, ello no da lugar a su inmediata reposición, debiéndose ordenar que se cite a entrevista a
la recurrente y se prosiga con el procedimiento de ratificación, de acuerdo con lo establecido por
el Tribunal Constitucional en la STC N.º 2955-2002-AA/TC.
 
FUNDAMENTOS
 
Consideraciones previas
 
1.        En primer término el Tribunal Constitucional debe precisar que mediante la STC N.º 01412-
2007-2007-PA/TC, publicada en su página web el 7 de abril de 2009, resolvió dejar sin
efecto el precedente vinculante establecido en la STC N.º 03361-2004-AA/TC, sentando
como nuevo precedente, al amparo de lo dispuesto en el artículo VII del Título Preliminar
del Código Procesal Constitucional, que “Todas las resoluciones evacuadas por el Consejo
Nacional de la Magistratura, en materia de destitución y ratificación de jueces y fiscales
deben ser motivadas, sin importar el tiempo en que se hayan emitido; este criterio deberá ser
tenido como fundamento a tener obligatoriamente en cuenta  por los jueces de toda la
República como criterios de interpretación para la solución de casos análogos” (el subrayado
2
ha sido adicionado). En ese sentido, el nuevo criterio constituye una interpretación
vinculante en todos los casos relacionados con los procesos de evaluación y ratificación de
magistrados efectuados por el Consejo Nacional de la Magistratura.
 
Análisis de la controversia
 
2.        En el caso de autos este Colegiado sólo se pronunciará sobre el extremo de la demanda
materia del recurso de agravio constitucional; es decir, sobre la solicitud de reincorporación
de la recurrente como magistrada en el cargo que venía ejerciendo hasta antes de su no
ratificación por acuerdo del pleno del Consejo Nacional de la Magistratura de fecha 14 y 15
de mayo de 2001, así como que se le reconozca todos los derechos inherentes a su cargo
dejados de percibir como consecuencia de su no ratificación.
 
3.        Este Supremo Tribunal ha señalado, en reiterada jurisprudencia[1] –relacionada a los casos
de magistrados cesados sin motivación alguna al amparo de los decretos leyes emitidos por
el Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional (Decretos Leyes N.os 25446 y 25580,
entre otros)–, aplicable mutatis mutandis, al caso de autos, que en los casos en que un
magistrado es cesado a consecuencia directa o indirecta de la aplicación de mecanismos
inconstitucionales, su nombramiento, indebidamente cancelado, nunca perdió su validez; es
decir, sigue vigente, motivo por el cual tiene expedito su derecho a la reincorporación, y
que, en ese sentido, las autoridades respectivas del Ministerio Público, Poder Judicial y/o del
Consejo Nacional de la Magistratura deben reincorporarlo en el cargo que desempeñaba,
siempre que no exista impedimento legal alguno para ello.
 
4.        Por ello, habiendo sido estimada la demanda en el extremo relacionado a la inaplicación del
Acuerdo del Pleno del Consejo Nacional de la Magistratura que determinó la no ratificación
de la recurrente, debido a que dicha decisión careció de motivación y fue tomada sin
audiencia previa de la interesada, este Colegiado estima que, reponiéndose las cosas al
estado anterior a la vulneración de los derechos de la actora, se debe ordenar su
reincorporación en el cargo que venía ejerciendo en el momento de su separación,
debiéndosele reconocer todos los derechos inherentes al cargo de magistrada.
 
5.        Sin perjuicio de lo anterior este Colegiado considera pertinente señalar que de conformidad
con el artículo 154, numeral 4 de la Constitución y el inciso d) del artículo 21 de la Ley
N.º 26397, Orgánica del Consejo Nacional de la Magistratura, le corresponde al Consejo
Nacional de la Magistratura extender a los jueces y fiscales el título oficial que los acredita
como tales; es decir, en los casos de expedición y reexpedición de títulos oficiales la referida
entidad debe verificar que el juez o fiscal no esté incurso en ninguna incompatibilidad
señalada por ley para ejercer el cargo.
 
6.        De otra parte, este Tribunal considera pertinente precisar cuáles son los efectos de la
STC 01412-2007-PA/TC sobre los procesos concluidos al amparo de la STC 03361-2004-
PA/TC, a fin de despejar cualquier duda sobre su aplicación a procesos resueltos.
 
Al respecto, debe establecerse que las resoluciones judiciales emitidas conforme a la
STC 03361-2004-PA/TC constituyen cosa juzgada y, por ende, son inmutables, debido a
3
que fueron emitidas conforme al precedente vinculante vigente en ese momento. Ello quiere
decir que los jueces y/o fiscales cuya demanda fue desestimada en aplicación del precedente
vinculante de la STC 03361-2004-PA/TC no pueden volver a demandar bajo el argumento
de que la STC 01412-2007-PA/TC les sería aplicable, toda vez que ello atentaría contra la
seguridad jurídica y la garantía de la cosa juzgada.
 
Por dicha razón, toda demanda interpuesta por jueces y/o fiscales que ya cuenten con una
sentencia judicial que resuelva de manera definitiva su proceso de evaluación y ratificación
conforme al precedente de la STC 03361-2004-PA/TC, deberán ser declaradas
improcedentes pues dichas sentencias constituyen cosa juzgada, y porque el precedente
vinculante de la STC 01412-2007-PA/TC sólo resulta aplicable a los procesos que se
encuentren en trámite, mas no a los procesos concluidos.
 
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
 
1.    Declarar FUNDADA la demanda de amparo en el extremo materia del recurso de agravio
constitucional, debiendo el emplazado emitir nuevo pronunciamiento conforme a lo señalado
en la presente sentencia.
 
2.    ORDENAR la reincorporación de doña Beatriz Mercedes Arenas Alvarado en el cargo de
Juez Titular del Segundo Juzgado de Paz Letrado de Breña, Pueblo Libre y Jesús María de la
Corte Superior de Justicia de Lima, reconociéndosele todos los derechos inherentes al cargo,
debiendo la emplazada observar lo señalado en el fundamento 5, supra.
 
3.    PRECISAR, al amparo del artículo VI del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional, que el precedente de la STC 01412-2007-PA/TC no produce los efectos de
revocar las sentencias judiciales firmes emitidas al amparo del precedente de la STC 03361-
2004-PA/TC ni revivir los procesos concluidos conforme a él.
 
Por ello, las demandas interpuestas por jueces y/o fiscales que ya cuenten con una sentencia
judicial que resuelva de manera definitiva el resultado de su proceso de evaluación y
ratificación conforme al precedente de la STC 03361-2004-PA/TC, deberán ser declaradas
improcedentes.
 
Publíquese y notifíquese.
 SS.
 MESÍA RAMÍREZ
VERGARA GOTELLI
CALLE HAYEN
ETO CRUZ
ÁLVAREZ MIRANDA

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EXP. N.° 01460-2009-PA/TC
LIMA
BEATRÍZ MERCEDES
ARENAS ALVARADO
 
FUNDAMENTO DE VOTO DEL MAGISTRADO VERGARA GOTELLI
 
      Emito el presente fundamento voto por las consideraciones siguientes:
 
1.      La recurrente interpone demanda de amparo contra el Consejo Nacional de la Magistratura y
contra los consejeros señores Teofilo Idrogo Delgado, Luis Flores Paredes, Jorge Angulo
Iberico, Ricardo La Hoz Lora, Jorge Stambury, Daniel Caballero Cisneros y Fermin Chunga
Chávez, solicitando que se inaplique a su persona y se deje sin efecto el Acuerdo del Pleno
del Consejo Nacional de la Magistratura de fechas 14 y 15 de mayo de 2001; el comunicado
mediante el que se le informa su no ratificación; la Resolución N° 073-2001-CNM, de fecha
2 de julio de 2001, que declaró improcedente el recurso de reconsideración interpuesto contra
el referido Acuerdo; la inhabilitación de reingresar al Poder Judicial y la Resolución N° 046-
2001-CNM, de 25 de mayo de 2001, que resuelve dejar sin efecto el nombramiento y cancela
su titulo de Juez de Paz Letrado del Distrito Judicial de Lima, y que en consecuencia se
ordene su reincorporación a la magistratura en el mismo cargo que venía desempeñando –
Juez Titular del Segundo Juzgado de Paz Letrado de Breña, Pueblo Libre y Jesús Maria de la
Corte Superior de Justicia de Lima, y designada Juez Provisional de Primera Instancia de la
citada Corte–, debiéndosele reconocer todos los derechos inherentes al cargo de magistrada
dejados de percibir.
 
Refiere que se ha desempeñado en el cargo con etica conforme a ley, sin que exista queja ni
reclamo alguno, siendo separado de manera arbitraria, sin justificación, motivación ni
entrevista, resolviendo finalmente no ratificarla en el cargo, lo que vulnera sus derechos
fundamentales al debido proceso, de defensa, a la igualdad ante la ley, de trabajo y e
petición.
 
2.      Estoy de acuerdo con la resolución en mayoría que resuelve reincorporar a la demandante en
el cargo que venía desempeñando, puesto que el Acuerdo del Pleno en el que se determinó su
separación no motivó dicha decisión vulnerando su derecho al debido proceso,
específicamente el derecho a la motivación. Pero considero que debe realizarse una precisión
respecto a los efectos de inaplicar el citado acuerdo, es decir inaplicado éste al caso concreto
por carecer de motivación, corresponde al órgano emplazado emitir nuevo pronunciamiento
respecto a la situación de la demandante, debiendo en consecuencia retrotraerse las cosas al
estado anterior, esto es la reincorporación, claro siempre y cuando no se encontrase
inhabilitada, hasta que el CNM se pronuncie nuevamente.
 
3.      En tal sentido es necesario realizar la precisión respecto a la actuación que el ente emplazado
debe tener después de emitida la presente sentencia, puesto que el disponer sólo la
reincorporación supone dejar un vacío en el proceso de ratificación, ya que inaplicado el
citado acuerdo a la demandante, por falta de motivación, debe emitirse nueva decisión que
responda las causas de la decisión a que arribe el ente emplazado.
 
5
Por estas consideraciones mi voto es porque se declare FUNDADA la demanda de amparo, en el
extremo materia del recurso de agravio constitucional, puesto que inaplicado el Acuerdo Pleno
del Consejo Nacional de la Magistratura, las cosas se deben retrotraer al estado anterior a la
vulneración del derecho, esto es reincorporarse en el cargo que venia desempeñando, debiendo
emitir el emplazado nuevo pronunciamiento debidamente motivado.
 
SS.
VERGARA GOTELLI

 
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EXP. N.° 01460-2009-PA/TC
LIMA
BEATRÍZ MERCEDES
ARENAS ALVARADO
 
VOTO SINGULAR DE LOS MAGISTRADOS LANDA ARROYO Y BEAUMONT
CALLIRGOS
 
Con el debido respeto por la opinión vertida por nuestros colegas magistrados disentimos de los
fundamentos y del fallo de la sentencia dictada en mayoría, por los argumentos que a
continuación exponemos:
 
1. En primer lugar, en la STC N.º 01412-2007-PA/TC, con la cual la mayoría resuelve
ahora el presente caso, los suscritos han emitido un voto singular en el que precisamente
cuestionan la decisión de “dejar sin efecto” el precedente vinculante establecido en la STC
N.º 03361-2004-AA/TC. A diferencia de lo que corresponde realizar al momento de
establecer un precedente o de modificarlo, en la STC N.º 01412-2007-PA/TC la mayoría no
sustenta de manera precisa y clara las nuevas reglas procesales y sustantivas que se
establecen como precedente constitucional. El fallo se limita a decir que se deja sin efecto el
precedente vinculante establecido en la STC N.º 03361-2004-AA/TC y establece como
“nuevo precedente” que todas las resoluciones del CNM deberán ser motivadas, sin importar
el tiempo en que se hayan emitido; consideramos, pues, que tal razonamiento adolece
de  falta de claridad y precisión, y no crea certeza jurídica; por el contrario, concluye en una
aplicación arbitraria del artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional.

2. En segundo lugar, la alusión de la mayoría en la STC N.º 01412-2007-PA/TC a la


relación entre la jurisprudencia constitucional y la internacional (vid. fundamentos 6, 7 y 19,
entre otros) no es coherente con la STC N.º 05854-2005-PA/TC (fundamentos 22 y ss.),
además, impertinente, pues los efectos de la solución amistosa de un Estado y la Comisión
Interamericana no se equiparan a los de una sentencia de la Corte IDH. Es inadecuado, pues,
que la mayoría considere, cual mandato judicial, que la Comisión haya “ordenado” al Estado
peruano o al Consejo Nacional de la Magistratura (vid. fundamento 17) o que existe un
mandato de la Comisión, pues ésta carece de tales atribuciones.
 
3. En tercer lugar, es válido señalar que los derechos fundamentales tienen un doble
carácter, subjetivo y objetivo, como bien lo ha señalado reiteradamente el Tribunal
Constitucional en su jurisprudencia. Consideramos, sin embargo, inadecuado invocar tal
carácter si, finalmente, en la sentencia de la mayoría se insiste únicamente en el ámbito
subjetivo del derecho invocado por la recurrente, tal como más adelante se precisa.
 
4. En cuarto lugar, según el propio Código Procesal Constitucional (artículo VII del Título
Preliminar) el Tribunal Constitucional tiene la capacidad de variar un precedente
constitucional. El Código exige para ello el cumplimiento de tres elementos formales:
fundamentos de hecho y de derecho, expresión de las razones declarativa y suficiente, y la
determinación de los efectos en el tiempo. Además de los presupuestos sustantivos, que
también deben concurrir para el cambio de un precedente, la variación planteada en la
7
sentencia de la mayoría no cumple, cuando menos,  con los requisitos formales que son
ineludibles, y menos aún explica con claridad los motivos que ameritarían este cambio.
 
5. En efecto, en la STC N.º 01412-2007-PA/TC la mayoría considera, contradictoriamente,
que el uso del precedente vinculante a futuro o prospective overruling en la jurisprudencia
sobre ratificación de magistrados (vid. STC N.º 3361-2004-AA/TC) ha sido un elemento que
imposibilita “una efectiva protección y tutela de los derechos fundamentales”, pese a que la
utilización de dicha técnica es un ‘verdadero avance’ (vid. fundamento 16). Al respecto,
cabe subrayar que la utilización de tal técnica siempre conlleva una protección diferenciada,
lo cual no es necesariamente inconstitucional, y lo que hace es que por criterios objetivos y
razonables se decide diferir los efectos en el tiempo de una determinada sentencia en base a
un principio de seguridad jurídica; con la consecuente restricción, no anulación, en los
beneficios de la tutela subjetiva del derecho fundamental del accionante. Esto fue justamente
lo que sucedió con el precedente en mención con relación a la ratificación de magistrados.
 
6. Precisamente, a través de una sentencia como la que fuera emitida en el pasado, lo que se
buscaba era tanto la tutela del ámbito subjetivo como de la dimensión objetiva de los
derechos fundamentales, en la medida que los derechos fundamentales no son absolutos,
sino relativos; es decir, pueden ser restringidos razonablemente en función de otros bienes
constitucionales, como el fortalecimiento de la independencia del Poder Judicial a través de
la lucha contra la corrupción judicial. Más allá de la tutela de los derechos de los
magistrados no ratificados, se consideró pertinente por cuestiones de índole de política
jurisdiccional (plazas para los jueces, o actualización de estas luego de su alejamiento) o
económica (el desembolso por parte del Estado), que no era conveniente disponer el retorno
inmediato de las personas y el pago de las remuneraciones devengadas. 
 
7. En la STC N.º 01412-2007-PA/TC de la mayoría también se afirma que se ha dado un
“trato diferenciado en la aplicación de la ley” a la hora de permitirse el prospective
overruling (vid. fundamento 16). En principio, como ya se ha sostenido, no es
inconstitucional que se otorgue un trato diferenciado –lo que sería si se diese un trato
discriminatorio–; de ahí que la afirmación de una supuesta vulneración del derecho a la
igualdad de los magistrados que no fueron ratificados a través de resoluciones
“inmotivadas” requiere de la aplicación del test de igualdad, a fin de determinar si hubo o
no violación del principio-derecho a la igualdad; más aún si éste se invoca como motivo
para una modificación del precedente constitucional emitido.
 
8. Por el contrario, es justamente la sentencia de la mayoría la que podría tener algún viso
de discriminación, puesto que la variación del precedente se aplicaría a poquísimos casos; es
decir, sólo se beneficiarían con una aplicación inmediata de la sentencia, a diferencia de los
múltiples casos que han sido resueltos desde el 2005, año en que se emitió el precedente
vinculante. Ello, desde luego no se condice con la vocación de permanencia ni generalidad,
rasgos que generan predictibilidad y certeza jurídicas, que son inherentes a la naturaleza del
precedente constitucional. En consecuencia, así como la Constitución proscribe que se
dicten leyes especiales por diferencias de las personas sino por la naturaleza de las cosas
(artículo 103º), igualmente no cabe que se establezcan precedentes constitucionales ad
hoc para determinadas personas, sin un análisis previo de su diferenciación.
8
 
9. En quinto lugar debe precisarse que, conforme a los fundamentos 6, 7 y 8 de la
STC N.º 03361-2004-AA/TC, los criterios establecidos antes de la publicación de dicha
sentencia en el diario oficial El Peruano –esto es, con anterioridad al 31 de diciembre de
2005– constituyen la interpretación vinculante en todos los casos relacionados con los
procesos de evaluación y ratificación de magistrados efectuados por el Consejo Nacional
de la Magistratura (CNM) y, por ende, los jueces deben aplicar la jurisprudencia del
Tribunal Constitucional en los términos en que estuvo vigente, toda vez que, hasta antes de
la referida fecha de publicación, la actuación del CNM tenía respaldo en la interpretación
efectuada respecto de las facultades que a tal institución le correspondía en virtud una
restrictiva orientación del artículo 154º.2 de la Constitución.
 
10. Ahora bien, en el caso concreto, la recurrente solicita que se declare inaplicables y sin
efecto legal alguno el Acuerdo de Pleno del Consejo Nacional de la Magistratura de fechas
14 y 15 de mayo de 2001, en el extremo que no lo ratifica como magistrado; el comunicado
por el cual se le informe su no ratificación; la Resolución N.º 046-2001-CNM, de fecha 25
de mayo de 2001, que resuelve dejar sin efecto su nombramiento y cancela su título de Juez
de Paz del Distrito Judicial de Lima; la Resolución N.º 073-2001-CNM, de fecha 2 de julio
de 2001, que desestima el recurso de reconsideración interpuesto contra el citado Acuerdo;
así como la inhabilitación de reingresar a la carrera judicial; y que, en consecuencia, se
ordene su reincorporación a la magistratura y se le reconozca todos los derechos inherentes a
su cargo.
 
11. Al respecto, debe señalarse que en todo Estado constitucional y democrático, la
motivación debida de las decisiones de las entidades públicas –sean o no de carácter
jurisdiccional– es un derecho fundamental que forma parte del contenido esencial del
derecho a la tutela procesal efectiva. El derecho a la motivación debida constituye una
garantía fundamental en los supuestos en que con la decisión emitida se afecta de manera
negativa la esfera o situación jurídica de las personas. Así, toda decisión que carezca de una
motivación adecuada, suficiente y congruente, constituirá una decisión arbitraria y será, en
consecuencia, inconstitucional, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 139º inciso 5
de la Constitución y con la STC N.º 00728-2008-PHC/TC (fundamento 6 y ss.).
 
12. En el supuesto particular de los procedimientos de evaluación y ratificación de
magistrados ante el Consejo Nacional de la Magistratura, si bien el ejercicio per se de tal
atribución discrecional no vulnera derechos fundamentales, sí lo hace cuando dicha facultad
se ejerce de manera arbitraria, esto es, cuando no se motivan debidamente las decisiones
adoptadas y/o no se siguen los procedimientos legalmente establecidos para su adopción.
Por ello, si bien es cierto que con la emisión de la Resolución N.º 046-2001-CNM, expedida
en atención a los Acuerdos del Pleno del Consejo Nacional de la Magistratura de fechas 14 y
15 de mayo de 2001,  podría considerarse que se ha vulnerado el derecho al debido proceso
–toda vez que dicha resolución carece de motivación alguna respecto de las razones que
hubiesen justificado la decisión de dejar sin efecto el nombramiento de actor como
magistrado, cancelando su título como tal, por no haber sido ratificado en el cargo de Juez
de Paz del Distrito Judicial de Lima–, sin embargo, en el fundamento 7 de la
STC  N.º 03361-2004-AA/TC, el Tribunal Constitucional ha establecido, “[...] en lo
9
sucesivo y conforme a lo que se establezca en el fallo de esta sentencia, los criterios
asumidos en este caso deberán respetarse como precedente vinculante conforme al artículo
VII del Título Preliminar del CPC, tanto a nivel judicial como también por el propio CNM.
Es decir, en los fututos procedimientos de evaluación y ratificación, el CNM debe utilizar
las nuevas reglas que se desarrollarán en la presente sentencia”.
 
13. Se advierte entonces que se ha aplicado, como en las STC N.os 03788-2007-PA/TC y
00172-2008-PA/TC, entre otras, el precedente constitucional a futuro o prospective
overruling, que consiste en un mecanismo mediante el cual todo cambio en la jurisprudencia
no adquiere eficacia para el caso decidido sino para los hechos producidos con posterioridad
al nuevo precedente establecido. En el caso de autos, la Resolución N.º 046-2001-CNM y
los cuestionados Acuerdos del Pleno del Consejo Nacional de la Magistratura datan de mayo
de 2001; es decir, han sido emitidos con anterioridad a la emisión del precedente STC N.º
3361-2004-AA/TC, razón por la cual, somos de la opinión que la demanda debe ser
desestimada; más aún si de autos no se advierte que el demandante esté comprendido en el
acuerdo de solución amistosa que obra en el expediente (fs. 1032).  
 
14. Finalmente, debemos reiterar que la STC N.º 01412-2007-PA/TC expedida por la
mayoría, quiebra la unidad de la jurisprudencia que debe emitir un Tribunal Constitucional.
Cambiar un precedente constitucional sin demostrar sustento objetivo y de aplicación
limitada a unos cuantos casos no se condice con la política jurisdiccional que debe observar
el Colegiado Constitucional. Más aún, la insuficiente fundamentación que sustenta el
cambio de precedente no se condice con el principio-derecho a la igualdad, que requeriría
aplicar el test de igualdad. Por ello, si bien el Tribunal  Constitucional tiene la facultad para
modificar un precedente constitucional, ello no puede contradecir los propios criterios
emitidos para realizar tal cambio: en el presente caso, no se aprecia que exista fundamento
suficiente que amerite esta variación; las razones declarativas y suficientes para ello no
quedan claramente establecidas, y tampoco se ha previsto, bajo el principio de prevención,
las consecuencias jurídicas y económicas de la sentencia en mayoría.
 
15. Todo ello no obsta para que, de considerarse lesionada en sus derechos, la demandante
haga valer sus derechos en la vía supranacional.
 
     Por estas razones, nuestro voto es porque la presente demanda se declare  INFUNDADA.
 
Sres.
LANDA ARROYO
BEAUMONT CALLIRGOS
 
[1]
 STC N.os 06393-2006-PA/TC; 00853-2007-PA/TC; 03528-2007-PA/TC; 07629-2006-PA/TC, entre otras.

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