Manual Del Caballero Cristiano
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Ángel Galindo
2) ESPIRITUALIDAD
Hay que saludar con gozo una nueva traducción de una de las joyas
de Ia literatura religiosa y reformística de todos los tiempos, bestseller en
el siglo xvi, no obstante Ia desconfianza de muchos hacia su autor, sin duda
uno de los más egregios escritores humanistas. Entre sus innumerables
deros humanistas. Y, sobre todo, después del año 1559, cuando se publicó
el índice de libros prohibidos, en el que se incluye el Enquiridion, Ia estre-
lla de Erasmo declina, y es a partir de ese momento cuando Ia ciencia y
Ia experiencia de los grandes místicos españoles llegará a su cenit y no se
podrá demostrar en todos y en todo Ia influencia erasmiana directa, aun-
que tengan puntos de paralelismo.
La obra que presentamos supuso una reforma hacia un cristianismo
interior, un evangelismo no moralizante, fundado en Ia Escritura y en Ia
sabiduría, no en Ia ignorancia de los ritos y ceremonias. Esa aportación de
energía interior, de seriedad en Ia práctica del cristianismo, el interioris-
mo militante, Ia tolerancia, el talante crítico en una Iglesia semper refor-
manda en un retorno a Io esencial del cristianismo, son valores perma-
nentes que pueden ser recuperados en una Iglesia puesta en situación y
en trance de constante renovación. Esa situación invita a desenterrar una
obra que revolucionó espiritualmente a Ia Europa cristiana del siglo xvi
impulsando un cristocentrismo práctico, una moral y un culto ajenos a
todo tipo de supersticiones y credulidades. Por estas razones de fondo vale
Ia pena dar Ia bienvenida a Ia república de las letras y de Ia praxis cris-
tiana a esta obra antigua pero no vieja.
Daniel de Pablo
Después de Ia lectura del libro, aunque breve, cabe exclamar: ¡lo que
cabe en un poema! Quizá Ia razón está en que esos breves versos están
compuestos por un altísimo poeta, san Juan de Ia Cruz, que escribe en
poesía desde Ia experiencia mística de Dios. A decir verdad, hay que
recordar que las Obras en prosa de san Juan de Ia Cruz —Subida—,
Noche, Cántico Espiritual, Llama de amor viva, tienen un esquema básico
en sendos poemas cargados de experiencia, y de las que existen largos
comentarios. Desgraciadamente no glosó este hermoso poema del Pastor-
cito. No es extraño, pues, que a un enamorado del eminente poeta como
es el P. Lucinio se Ie haya ocurrido Ia idea. Y a fe que Ie ha salido un libro
breve, pero redondo, a mi modo de entender. El autor es una de las plu-
mas más autorizadas para introducirse en el universo poético del santo
de Fontiveros, así como en todas sus Obras en prosa, pues pasó toda su
vida activa —recientemente fallecido en Ia madurez de su tercera edad—
dedicado a Ia tarea de leer códices sanjuanistas, de catalogarlos, dándo-
nos desde hace años una de las ediciones más prestigiosas del vate car-
melita. Así, pues, el misterio teológico que san Juan de Ia Cruz dejó inédi-
to, inexplorado, se ha atrevido a desvelarlo el P. Lucinio con tanto cariño
como conocimiento de causa. De eso trata Ia obra que presentamos: inter-
Daniel de Pablo
mento de todas las virtudes y perfecciones del alma (libro XI). Y, finalmente,
«consejos para progresar en el amor divino» (libro XII y último, que conclu-
ye con un espléndido arco triunfal: «El monte Calvario es la verdadera aca-
demia de Ia caridad»). Son abundantes los «índices», uno de «referencias
bíblicas» (pp. 743-755) y otro «de nombres propios y de materias» (pp. 757-
774). Es de agradecer esta edición, que pone en manos de espirituales y teó-
logos una obra clásica que interesa también al pueblo fiel.
Daniel de Pablo
autor de estas páginas, y creo que con éxito. El autor es jesuita, profesor
de Ia vida consagrada en Ia Universidad Gregoriana de Roma y en 1990
fundó Ia Casa Balthasar, siendo su director actualmente.
La obra consta de dos partes muy diferenciadas. En Ia primera teje
una biografía de von Balthasar, con testimonios de primera mano, con Ia
intención de vincular su vida y su misión a Ia causa de san Ignacio de
Loyola. Datos fundamentales son su vocación a Ia Compañía de Jesús y
su formación jesuítica; el encuentro decisivo para su vida con Ia médico
y escritora carismática Adriana von Speyr; Ia misión o llamada divina
para fundar, en compañía de Adriana, un instituto secular, Ia Johannesge-
meinschaft (comunidad de San Juan), pensada como vida consagrada en
el mundo, cuyos primeros atisbos son del año 1944, tomando cuerpo
en 1948 (pp. 69-70), estructurada antes de su muerte como instituto con
tres ramas: masculina, femenina y sacerdotal. Junto a ella, Ia editorial
Johannes Verlag (en Einsiedeln) en 1947, para difundir el mensaje de
Adriana von Speyr (pp. 67-68). Este capítulo inicial de Ia primera parte es
sumamente interesante porque de él resulta Ia auténtica personalidad de
von Balthasar, su dimensión de teólogo sirviendo a Ia causa de Ia Iglesia
en el espíritu de san Ignacio y que para cumplir una misión, que él consi-
deró divina (Ia fundación de Ia Johannesgemeinschaft), tuvo que sacrifi-
car hasta Io más querido por él: Ia pertenencia jurídica a Ia Compañía de
Jesús, considerada por él su «patria espiritual»; debido a su arraigo en Io
más puro del espíritu ignaciano, dedicó su vida al servicio de Ia Iglesia,
como director de los Ejercicios, escritor de teología y espiritualidad,
comentarista a su manera del libro ignaciano, viviendo, en Ia nueva comu-
nidad, según una versión renovada de ese mismo espíritu. Murió sin
haberse podido integrar en su patria espiritual originaria. Este capítulo
resulta rico en extremo, apasionante al ofrecernos las fuentes originales
que documentan el atormentado itinerario de von Balthasar hasta Ia sepa-
ración de Ia Compañía de Jesús. En un segundo capítulo de esta primera
parte expone el autor el -interés constante» de von Balthasar por Io igna-
ciano como traductor e intérprete de los ejercicios, en debate con los
grandes intérpretes teólogos de los mismos: P. E. Prziwara, Karl Rahner y
Gastón Fessard, y como editor de Ia «Ignaciana», de Adriana von Speyr.
Además de algunos trabajos más concretos con los Ejercicios como fondo
de su pensamiento.
En Ia segunda parte, mucho más amplia, verdadero núcleo doctrinal
del libro, elabora Io que se puede llamar una teología sistemática en «frag-
mentos» con las aportaciones de von Balthasar como intérprete de san Igna-
cio. Todo ello revela que, si bien san Ignacio no es un teólogo de oficio, tiene
un mensaje teológico comparable, según el autor, a los doctores de Ia Igle-
sia santa Catalina de Siena, santa Teresa de Jesús y san Juan de Ia Cruz
(p. 11 y contraportada). TaI mensaje no es puramente práctico y pastoral,
sino que el libro de los Ejercicios sitúa al ejercitante ante un saber verdade-
ramente teológico y espiritual. Este quehacer teológico de von Balthasar Io
sitúa junto a los grandes teólogos que han sistematizado las doctrina de los
Ejercicios espirituales, como son los ya citados (pp. 16-23).
dando a luz una obra del jesuita paduano Achile Gagliardi, que vivió a
caballo de los siglos xvi-xvii, que había gozado de merecida fama en los
siglos XVH y xviii con unas cincuenta ediciones, eclipsándose después hasta
Ia tercera década de nuestro siglo. Mérito suyo es también el haber publi-
cado Ia edición crítica de otro escrito redactado por el mismo P. Gagliar-
di, pero flel reflejo de Ia experiencia espiritual de su dirigida, Ia joven mís-
tica milanesa Isabela Cristina Berinzaga (1551-1624), con el título Per via
d'annichilazione (Roma-Brescia, 1994). Ambos textos son una especie de
compendio de teología espiritual ante litteram, utilizando en el primero
una metodología y lenguaje apropiados para dar a Ia espiritualidad una
estructura científica, siendo tributario en ambos escritos de su propia
experiencia espiritual y Ia adquirida en el contacto con su dirigida Isabela
Cristina Berinzaga. De dos partes consta Ia presente edición. Precede una
larga Introducción y culmina con Ia edición del texto del P. Gagliardi.
Antes de nada, el «saggio introduttivo», una auténtica pieza científica,
seria, repleta de datos históricos, de precisiones y reflexiones teológicas,
de aclaraciones de términos. Puede que a alguno Ie parezca demasiado
abultado porque ocupa más de Ia mitad de Ia publicación; pero, en reali-
dad, da categoría científica a Ia edición crítica de un texto antiguo que
merece ser contextuado debidamente para ser mejor entendido y apre-
ciado en su justo valor intrínseco e histórico. Tres cuestiones dilucida con
sobreabundantes pruebas. La primera, Io que el editor llama «preámbulos»
al texto, incluyendo entre ellos el encuentro con Ia obra y trabajos prece-
dentes, especialmente su posible influjo en el quietismo; Ia obra y su autor,
insistiendo en el influjo de Isabela Cristina Berinzaga, los avatares de Ia
publicación desde una inicial censura jesuítica hasta Ia expansión edito-
rial. En ía segunda escribe sobre «los contenidos» de Ia obra, fuentes, des-
tinatarios, finalidad de Ia reflexión, categorías de un lenguaje espiritual
de índole teológica y antropológica, como Ia perfección, Ia Scala, Ia Apát-
heia, el pati divina, Ia aniquilación, Ia indiferencia, Ia conformidad, el apex
animae, y otros similares. Incluye también en esta parte el análisis de los
tres «estados» de perfección, que no son los clásicos «estados de vida», sino
tres momentos escalonados de acceso a Ia unión transformante en Dios.
Y, finalmente, Ia novedad de Ia reflexión teológica y perspectivas de futu-
ras investigaciones sobre el autor y sus obras de espiritualidad. La tercera
es todavía mucho más técnica, pero necesaria; se refiere al estudio de los
manuscritos en los que se conserva Ia obra de Gagliardi y los criterios usa-
dos en Ia edición. Como ya advertimos, las pruebas documentales aduci-
das, Ia minuciosidad del trabajo, Ia seriedad con que se expone el argu-
mento, hacen de estos llamados «preámbulos» una auténtica introducción
a Ia obra que agradecerán todos los interesados en Ia teología y sobre todo
en teología espiritual.
La segunda parte está dedicada íntegramente a Ia edición crítica de
Ia obra del P. Achile Gagliardi, el Breve compendio. Trabajo ímprobo por-
que, eligiendo como texto base del códice H, conservado en el Archivum
Romanum Societatis Iesu, en Ia casa general de los jesuitas en Roma,
señala meticulosamente en nota las variantes de otros once códices con-
Daniel de Pablo
juicio, el tema del «sujeto de Ia vida espiritual» es uno de los más ricos
por Ia novedad y Ia riqueza en el tratamiento. Es de agradecer Ia insisten-
cia en Ia dimensión experiencial referida a Ia vida espiritual como algo
específicamente propio de un manual de teología espiritual. Pero resulta
pobre Ia lista bibliográfica con referencias a fuentes, manuales, historias
de Ia espiritualidad, etc. (p. 15). Hay silencios altamente sospechosos, como
Io demuestran dos ejemplos. El primero es Ia ausencia de bibliografía
española, que resulta escandalosamente pobre tanto en autores, revistas,
obras, como colecciones de espiritualidad. El autor sabrá el porqué. Si es
chauvinismo o desprecio, mal; si es ignorancia, peor. Otra ausencia llama-
tiva es Ia teología de Ia liberación que no Ie dice nada al autor, Io cual
resulta sospechoso en un manual que parece completo y que trata de Ia
«acción» del cristiano en el mundo mediante Ia caridad-servicio. Por últi-
mo, también me parece excesivo el tratamiento de Ia vida mística en un
manual de estas características.
Daniel de Pablo