Huy Que Miedo PDF
Huy Que Miedo PDF
Huy Que Miedo PDF
edebé
© Ricardo Alcánta
ra. 1992
© Ed. Cast.: Edeb
é 1992
Paseo San Ju an
Bosco, 62
08017 Barcelona
WWw.edebe.com
Diseño de la col
ecc ión: David C
Para una nzna a quien no conozco,
abús.
Ilustraciones int
eriores y portad
a: G
aunque sé que se llama Montserrat.
usti.
10.ª edición
ISBN 84-236-255
9-1
Depósito Legal. B
. 14275-2000
Impreso en Espa
ña
Printed in Spain
EGS - Rosario. 2
- Barcelona
No está permitid
a la reproducció
tamiento informá n total o parcial
tico, ni la trans de este libro, ni
medio, ya sea misión de ninguna su tra
electrónico, mec forma o por c
métodos, sin el ánico, p or fotocop ualquier
permiso previo ia, por registro
y por escrito del u otros
editor.
7
armado! Aquello
iba de mal en p Golpeó con fuerza la canica Y··.' ¡zas!
eor.
Sus compañeros Quizá a causa de los nervios, erró el
la observaban co
cara de pocos am n tiro. La canica salió disparada.
igos. y ella no se
vía ni siquiera a atre Fue a parar bajo el pie de un niño
sonreír.
Tampoco se sentí que corría a lo loco. y el niño acabó con
a con ánimos de
guir ayudándolo se la nariz contra el suelo.
s si no sabían
puesta. la res -¡Aaahh! -chilló con todas sus
Así p ues, perm fuerzas y empezó a llorar sin consuelo.
aneció quieta e
asiento, mientras n su -¿Qué ha pasado? -quiso saber la
luchaba contra e
sánimo. l de maestra, cuando fue en su ayuda.
-¡Pancheta lo ha tirado! -dijo uno.
-Sí, ha sido ella
-apoyó otro-
la he visto. . Yo El resto de la clase fue un auténtico
.
Incluso aquello
s que no sabían tormento. Sólo respiro . ,, a 1iv1·ada cuando
había pasado ta lo que oyó decir. a la maestra:
mbién la acusar
-iEs muy ma on. -Ya os pode1s ,, . marc har. Hasta
la! -dijeron to
coro. dos a mañana.
Pancheta estuv .
o a punto de co Quieta en su asiento, ag uardó a que
escoba para no ger su
volver más.
-Ve a la clase
-le dijo la ma
en tono severo. estra
Ella obedeció si
n rechistar.
Se que dó sola e
n la clase, hasta
el recreo llegó a q ue
su fin.
Los niños entrar
on muy serios.
deaban al herid Ro
o y obser vaban
cheta con gest a Pan
o de enfado.
Pancheta jamás
había imaginado
era posible sen que
tirse tan mal.
todos se marc
haran. Luego,
lento, ella tamb con paso Profundamente ofendida, Pancheta
ién salió.
Para su sorpres les enseñó la lengua. y les hizo una
a, sus compañe
esperaban en ros la mueca, con la ayuda de las manos.
la puerta.
Al verla apare -Cuidado, ¡está tratando de encan
. cer, comenzar
gritar: on a tarnos! -advirtió uno, y todos huyeron
-Bruja mala, asustados.
no te queremos
jVete! aquí En cuestió n de segundos, no se veía
ni rastro de ellos.
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Pancheta mo
ntó en su esc
fue a casa . oba y se
«Quizá Pancheta ya no quiera volver
Su madre la a la escuela», pensó, bastante inquieta.
. ,, esperaba imp
-e.Que tal te aciente
ha ido?· - 1e ¡Qué va! Al día siguiente, se marchó
-,·Psse ... ! -re preguntó
s· ,,
m mas explica
spondió panc h
eta .
,,
tan contenta.
Sabía que, sólo si insistía, consegui
ciones ' se enc
su habitación. erro en
ría tener amigos.
Allí se estuvo rato Y mientras volaba por encima de las
Y rato. Ni. si. qui
tenía ganas d era casas, no dejaba de pensar: «Puede que
e merendar.
Ya era de noc hoy ya no estén tan asustados. »
he cuando
su madre. y . ,, fue a ver a
sm mas, le p Pero se equivocaba de medio a me
reguntó:
-e.. Todas la b dio. Las cosas no se habían arreglado,
s ujas son malas?
r
-Claro que no. sino que habían empeorado. Y la pe
-Gracias -d queña bruja no tardó en descubrirlo.
,, ijo Pancheta '
so a su habit y regre-
ación. Junto a la puerta del colegio se ha
Su madre pront bían reunido unos cuantos padres.
o se di·o cue
que h ab,,ia suc nta de 1o
Hablaban entre ellos y parecían en
edido Enton
peor. . ces temió lo
fadados. Bastaba con mirarlos para no,
tarlo.
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No entendían p or
qué el director ha
bía admitido a una Al verlos, Pancheta rápidamente
bruja en la escuel
-jEsa niña es un p a. montó en su escoba. Tras un vuelo ve
eligro para nues
tros hijos! - excla loz, aterrizó en el patio. No quería lle
maban, sin impor
les un comino que tar gar tarde.
Pancheta los pu
ra oír. die 1·Menuda sorpresa se llevaron sus
Y Pancheta los oy compañeros al verla aparecer.1
ó.
Se asustó tanto, q Tampoco la maestra pudo disimular
ue no se atrevió a
acercarse. Se ocult su disgusto.
ó en la torre del cam
panario y desde «¡Mecachis!», pensó, y las mejillas le
allí los espió.
En vista de que la cambiaron de color.
bruja no se pre
sentaba, unos y otr -¡Buenos días! -saludó Pancheta,
os fueron recupera
do la calma. Estaban n y se sentó en su sitio.
seguros de que y
no volvería. a Allí se estuvo, muy quieta y muy se
-jQué bien! Nos h ria ' hasta la hora de salir al patio.
emos salido con
la nuestra -se dec Tampoco aquel día sus compañeros
ían victoriosos.
Felices con el triunfo, quisieron jugar con ella.
regresaron a sus
casas. Y los niños Desde un rincón, Pancheta observa- -
entraron en la cla
se. ba cómo los demás se lo pasaban en
grande. jHubiera
dado cualquier co
por ser uno de ell sa
os!
Pero ellos continu
aban enfrascados
en sus juegos. Na
die le hacía caso.
Entonces dos niño
s empezaron una
fuerte discusión.
-Si no te gusta, v
ete -dijo la niña
con gesto de rabia
.
-jVete tú, mando
na! -protestó el
chiquillo y le dio
un empujón.
La niña puso morr
itos y, a grandes
pasos, se separó de
l grupo. Sin dejar
refunfuñar, se ace de
rcó a P ancheta y
sentó a su lado. se
P ancheta sintió q
ue el corazón le
daba un vuelco a
causa de la alegrí
jPensaba que aqu a.
ella niña quería ser
amiga! su
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-Miguel es un
bravucón. jNo v
a jugar con él! olveré y sin más, se marchó con su enfado
-le dijo muy enf
Pancheta no s adada.
abía qué respon a otra parte.
nía ganas de pr der. Te -Vaya ... -dijo Pancheta a media
egun tarle si qu
ería jugar
con ella, pero
no se atrevió. voz, y se cruzó de brazos.
M ien tras pensa Comenzaba a perder las esperanzas.
ba, la otra se le
có m ás. E n un acer Para colmo de males, en aquel mo
1
1 pidió:
tono confiden
cial, le mento un señor pasó por la calle de la
.I - Oye, ¿por qu
é no lo convie
escuela. Era el padre de uno de aque
un sapo viejo rt es en llos niños.
y feo? jSe lo
m erece!
-Yo ... , yo ... - Se detuvo y, con aspecto de espía,
tartamudeó Pan
-Si lo haces, cheta. observó el patio. Pronto descubrió que
seré tu a miga.
-Pero ..., es q Pancheta estaba allí.
ue no sé có mo
lo -le respondió hacer- Él creía que la bruja no había vuelto
la pequeña bruja
decía la verda y a clase. Pero ... ¡con espanto comprobó
d.
-No quieres a que se había equivocado!
yudar me -pr
niña-. Eres pe otestó la
or que Miguel. Se quedó muy pálido y el corazon le
mala! iEres muy
latió con fuerza. Decidió que era nece- -
sario hacer algo cuanto antes.
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Rápido como el viento,
se encaminó Minuto a minuto, llegaban más y más
a casa de otros padres
. Con gritos y pro personas. Y todos expresaban su des
testas, alborotó a tod
o el vecindario. contento con grandes gritos.
Por su culpa, aquel
día se organizó ¡Vaya espectáculo!
una manifestación. Tod
os pedían que Fue tal el jaleo que armaron, que tu
echaran a Pancheta
de la escuela . vieron que suspender las clases.
-¡Es _un� amenaza p
ara nuestros hi Detrás de los cristales, los niños ob- ,
jos! -gritaban, reuni
dos ante la puerta. servaban boquiabiertos aquel terrible re-
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