Zipi y Zape
Zipi y Zape
Zipi y Zape
Lanzamientos 4
Sobre Bruguera 5
Escobar, más que un historietista 6
Zipi y Zape protagonistas. Un poco de historia 7
Evolución de sus protagonistas 8
Entrevista a Escobar 12
¿Cómo ve Ibañez a Escobar? 14
ZIPI Y ZAPE DE NUEVO EN LAS LIBRERÍAS COINCIDIENDO
CON EL 25 ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE
JOSEP ESCOBAR
• Tras cinco años sin presencia en las librerías, vuelven las
historietas de la pareja de hermanos más divertidas del cómic.
• La nueva colección que sale editada bajo el renovado sello
Bruguera, se ha revisado y adecuado a los tiempos actuales.
• El 31 de marzo se celebra el 25 aniversario de la muerte de
Josep Escobar.
• Fnac Triangle contará con una muestra de ilustraciones
originales de Zipi y Zape desde el próximo 26 de marzo.
Barcelona, 26 de marzo de 2019.- Zipi y Zape, los famosos gemelos más traviesos de la historia de
España, volverán a estar en las librerías desde el próximo 4 de abril con la reedición de sus historias largas
en la colección “Magos del Humor” del sello Bruguera que edita Penguin Random House Grupo Editorial.
Las aventuras de Zipi Zape, que llevaban cinco años sin editarse, llegan con un nuevo diseño de cubiertas,
nuevo logotipo y rotulación, y con una revisión de estilo en la que se han adaptado textos y expresiones
para que tanto los nuevos lectores de la serie, como los nostálgicos que crecieron con ellos, los disfruten
tanto como sucedió en anteriores generaciones.
El plan de publicación de 2019 comienza el 4 de abril con el lanzamiento de las historias La Vuelta al
Mundo y El Tonel del Tiempo. En junio se completará con Dectectives en acción, otra historieta larga y en
otoño saldrá un ejemplar de Lo mejor de Zipi y Zape.
Se cumplen 25 años sin uno de los autores de la historieta más importantes de nuestro país, y Bruguera
recupera sus personajes más conocidos dentro de su plan editorial. En palabras de Sergi Escobar, nieto
del genio de la historieta “los lectores de Zipi y Zape han pasado horas de su infancia, incluso juventud,
leyendo y disfrutando de sus aventuras. Desde viajes por el mundo hasta la vida más cotidiana con Pantu-
flo y Jaimita, Don Minervo, Peloto, El Manitas o Don Ángel. Para los nietos, Josep Escobar es el abuelo
que siempre dibujaba, mientras nos custodiaba las pastillas Juanola o los chiclets del domingo. Nuestro
juego era el campo y el suyo las viñetas”.
Fnac Triangle (Barcelona) contará con la exposi-
ción “Zipi y Zape, en formato original. Una exposi-
ción de dibujos de Escobar” que cuenta con una
muestra de doce ilustraciones originales y objetos
personales no exhibidos hasta ahora, propiedad
de la colección privada de la familia del dibujante.
La exposición se podrá visitar en las instalaciones
de la céntrica tienda desde el próximo 26 de
marzo hasta el 30 de mayo.
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Lanzamientos
4 abril 2019
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Sobre
Bruguera
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Escobar, más que un historietista
Josep Escobar i Saliente, nació en Barcelona Tras la Guerra Civil y una estancia de un año y
un 22 de octubre de 1908 y falleció el 31 de marzo medio en la cárcel, vuelve a la historieta y reapa-
de 1994. rece en la revista Pulgarcito en la que formó parte
Además de uno de los historietistas más impor- del grupo de primeros colaboradores. Es a partir
tantes de nuestro país, fue motor de la cultura de de ahora cuando entran en acción Zipi y Zape, el
su tiempo en muchos ámbitos, ya que también hambriento Carpanta, símbolo de una época en la
destacó como inventor, creador de dibujos anima- que se pasaba más hambre que vergüenza,
dos, caricaturista e incluso hizo sus pinitos como Doña Tula, Petra y Toby entre otros…
actor y autor de piezas teatrales. En 1957, junto a Cifré, Conti, Eugenio Giner y
Sus personajes más importantes, Zipi y Zape, Peñarroya, abandonó Bruguera para iniciar su
Carpanta, y Petra, criada para todo, le situaron en propio proyecto de revista humorística: Tío Vivo.
una dimensión dentro del universo de las historie- Dos años después, tras el fracaso de esta iniciati-
tas, como a él le gustaba definirse, en la que va y absorción por parte de Bruguera, Escobar
conectó con muchas generaciones de niños y aún vuelve a trabajar para la editorial barcelonesa, y
siguen siendo figuras indispensables de la cultura allí sigue creando nuevos personajes y nuevas
popular de nuestro país. aventuras para sus personajes más famosos.
Hijo de funcionario de Correos, se esperaba que Incluso los gemelos Zipi y Zape llegan a tener
siguiera los pasos de su padre (y así lo hizo revista propia a partir del año 1971.
durante un periodo de tiempo en el que simulta- Tras el cierre de Bruguera en 1986 Escobar fichó
neó este trabajo con algunas colaboraciones), para la nueva revista Guai! de Editorial Grijalbo, y
pero Escobar sabía desde pequeño que su en 1987 llegó a un acuerdo para volver a dibujar
afición al dibujo le conduciría por derroteros sus personajes para Ediciones B, empresa que
diferentes. adquirió los fondos históricos de Bruguera.
Después de trabajos puntuales con varias
revistas, en el año 1924 entra a trabajar en Sigro-
net, propiedad de El Gato Negro (después
Bruguera) y desde entonces se integra en el
Sindicat de Dibuixants Professionals. Papitu,
Pichila y TBO son algunas de las revistas en las
que aparecerán sus historietas, y en esta
época compatibilizará estos trabajos
con otras facetas como la creación
de películas de animación.
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Un poco
de historia
Escobar creó a los hermanos Zipi y Zape en torno al año 1948 inspirándose en los célebres “Max
und Moritz”, una de las primeras parejas del cómic de todos los tiempos. Nacidos a finales de siglo
en Alemania de la mano de Wilhelm Busch, pasaron luego a EEUU con distinto nombre y nuevos
dibujantes, siendo la denominación más popular de la serie “The Katzenjammer Kids” y sus autores
Rudolph Dirks y R. Knerr.
Max y Moritz –o Hans y Fritz, como también se llamaron- eran dos hermanos rebeldes, revoltosos y
destrozones que empeñaban todo su ingenio en desafiar la autoridad paterna, haciendo trastadas y
provocando contratiempos a cada paso. Esta malignidad recalcitrante no gustó a Escobar, quien,
además de variar el aspecto de los terribles germanos y dotarles de una mayor expresividad, trans-
formó del todo su carácter inventando, aunque resulte paradójico decirlo hoy, dos niños de buenos
sentimientos.
Zipi y Zape no podían ser malos y de hecho no lo han sido nunca. Muy al contrario, se les puede
calificar de respetuosos, obedientes y cumplidores… pero a su modo: acatan las órdenes al pie de
la letra, idean remedios desproporcionados para sus problemas o simplemente equivocan medios y
fines en sus cabecitas infantiles, para acabar corriendo ante su severo e iracundo progenitor. Su
delito no es ser malos, sino ser demasiado niños.
Así pues, Escobar hizo de los taimados personajes alemanes dos almas cándidas, dos ingenios
llenos de buenas intenciones, pero reos del error. Y precisamente esa buena voluntad constituye su
principal encanto, a la vez que es fuente de la mayor parte de conflictos. Zipi y Zape son, en
resumen, unos incomprendidos. ¿Y no lo son alguna vez todos los niños?
Esta idea es la que movió a Escobar al diseñar a sus personajes: “Yo quería –dice el autor- reflejar
en mis historietas los problemas de los propios niños, de los que iban a ser lectores de Zipi y Zape.
Creo que ese es uno de los méritos de los gemelos, tocar los temas que preocupan a los chavales y
con los que ellos se sienten identificados: la escuela, el maestro, los compañeros, las notas, los
padres, etc…”
Escobar ha sabido plasmar, bajo el manto de la paradoja y el humor a raudales, las preocupaciones
y aventuras de dos gemelos en el mundo de los adultos, un mundo que comprenden a su manera y
que muchas veces no les comprende.
A través de casi 10.000 páginas de producción
propia ininterrumpida, Zipi y Zape se han
erigido en protagonistas de una parte
importante de la historia de humoR española,
consiguiendo quizá que los mayores
entiendan un poco más a los pequeños
y que tanto unos como otros disfruten
de lo lindo con sus geniales ocurrencias.
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Evolución de sus Protagonistas
Desde su nacimiento en 1948 Zipi y Zape han cambiado mucho, pudiendo decirse que hasta finales de los años cincuenta
no fueron tal y como hoy los conocemos. Las cinco etapas por las que atravesaron nuestros héroes antes de alcanzar su
forma definitiva son las siguientes:
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1948. Al nacer, Pantuflo Zapatilla se llamaba Raguncio
Feldespato. Era más bajito y rechoncho que el actual, no
tenía pelo en el cogote y sus piernas eran más cortas. Ya
llevaba levita por aquel entonces, aunque los pantalones
rayados y la pajarita con el cuello duro decimonónico
cambiarán pronto.
1.
Entre 1948 y 1955 Don Pantuflo crece y se
robustece, convirtiéndose en un apuesto cuarentón calvo.
Precisamente será característica de esta época su cabeza
ahuevada sin un solo pelo. Ya lleva corbata y pantalones
negros. Escobar lo dibuja con trazo rectos, dando al
2. personaje una estructura triangular muy curiosa.
2.
Estamos acostumbrados a valorar en mucho a los historietistas extranjeros, olvidándonos de los que nacieron en casa,
de los que crearon un estilo que se ha internacionalizado. Iniciador de una escuela, leído con fruición fuera de nuestro país,
galardonado y premiado docenas de veces, quizás el más sobresaliente de nuestros dibujantes de cómic infantil sea
Escobar, un autor famoso y, sin embargo, un hombre modesto, tranquilo, incansable fumador de pipa y buena persona
donde las haya.
A sus 75 años sigue tan jovial como siempre, y una sonrisa de pillín ilumina su rostro cada vez que le viene a las
mientes un chiste o un rasgo de humor, cosa que ocurre a menudo. Tú eres el inventor de la historieta…
Hombre, no. Que yo nací en el año 8 de 1900, no en el año 8 de la Creación. Cuando yo empecé, la historieta ya
estaba inventada.
Pero tú has contribuido a darle la imagen actual. Las historietas de antes de Escobar eran menos historie-
tas. ¿Sabes que cuando yo era niño ya leía a Zipi y Zape?
Pero tú sigues siento un niño. Mientras tengamos una pizca de humor, una sonrisa en los labios y un deseo de
vivir, seremos niños –dice poético.
¿Echamos la vista atrás?
Bueno. Nací en Barcelona en octubre del año 8, pero mi padre se tuvo que trasladar a Granollers, a unos treinta
kilómetros de la capital, poco después. Por supuesto no se fue solo, sino que llevó a su familia.
¿Cuándo empezaste a dibujar?
¡Uf! Recuerdo que los palotes que hacía en el colegio los adornaba siempre con algo, y poco después ya me hacía
yo solito revistas enteras imitando distintos tipos de dibujo, unos tebeos artesanales que luego prestaba a mis
compañeros… Pero los primeros intentos de verdad fueron sobre las fachadas de alguna casa de Granollers,
cuando tenía 12 años. Pintaba caricaturas de mis héroes de entonces: Samitier, Zamora…
Gratis, supongo.
No, no… recibía en pago algún grito y alguna vez un escobazo.
Es lógico que persiguieran a Escobar con una escoba…
Me has pisado el chiste –se queja.
¿Y por qué dibujabas en las fachadas de las casas?
Confiando que algún editor de Barcelona pasara por la calle Sant Roc, de Granollers, y me fichara; pero se ve que
los editores de Barcelona pasaban de largo.
¿Te sentías frustrado?
Lo que me sentía era apostrofado por los dueños de las casas. Cuando alguna señora me reñía yo le contestaba
que los egipcios habían llenado de dibujos las paredes de sus casas y habían pasado a la historia.
¿Cuándo levantaste el vuelo como dibujante?
A los 14 años. Tomé parte de un concurso de la revista “Virolet” y me publicaron una historieta de cuatro viñetas.
Estaba predestinado a estudiar e ingresar en el cuerpo de Correos, como mi padre, pero el dibujo era superior a mis
fuerzas y enviaba historietas a todas las revistas. Cuando me publicaron la primera sentí al verla impresa una extraña
emoción, como unas ganas de llorar de alegría, y eso decidió que siguiera dibujando.
En tu vida has tenido tres etapas importantes. Tu toma de contacto con Editorial Bruguera, desde donde
has proyectado tus personajes a todo el mundo, tu etapa cinematográfica, pionero de los dibujos anima-
dos en España, y tu etapa como autor teatral.
Entré en contacto con Editorial Bruguera, cuando aún no era Editorial Bruguera, sino Editorial “El Gato Negro”.
Esto fue en 1924. ¿Y sabes dónde estaba situada la redacción? ¡En el propio comedor del señor Bruguera!
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Y empezó tu carrera de dibujante en serio…
Bueno, lo cierto es que empecé como escritor, porque lo primero que publiqué en esta editorial fue un cuento para la
revista “Pulgarcito”, que aún subsiste, y que firmé Pepito Escobar. Después empecé a dibujar una página cada quince
días en la revista “Cigronet” (Garbancito).
¿Y cuánto te pagaban? (José Escobar se ríe recordando aquella época).
Antes había que hacer el aprendizaje y no cobrabas nada durante unos meses. Era norma en todos los oficios, en el
teatro, en todas partes.
¿Cuándo empezaste a cobrar por primera vez?
Cuando dibujé para “La Esquella de la Torratxa”. Me daban diez o doce pesetas por página, un precio normal en
aquellos tiempos.
Pero luego viene la guerra y…
Sí, en el 39 me depuraron de Correos, de modo que me vi obligado a subsistir únicamente de mis dibujos. En los años
cuarenta empecé a trabajar en firme en Bruguera colaborando en “Pulgarcito” poco después.
¿Y tu primer personaje?
Era un oficinista, pero no me gustaba y creé Carpanta en 1945.
¿Por qué Carpanta pasa tanta hambre?
Porque nació en una época de escasez. Los años cuarenta fueron terribles, salíamos de una guerra y los demás se
metieron en otra. Había cartillas de racionamiento para la comida, para el tabaco, para todo.
Tus personajes más populares quizá sean Zipi y Zape. Tienen incluso una revista…
Sí, los niños se identifican con sus travesuras, de ahí su popularidad.
¿Tú fuiste un niño travieso?
No me puedo quejar. Lo era en la medida de entonces, claro. Dibujar en las paredes era una travesura, no cabe duda…
¿Se te ocurren los argumentos con facilidad?
Depende. A veces me he quedado pensando diciéndome, ¿Qué es lo que no habrán hecho todavía Zipi y Zape?
¿Cuántas historietas de Zipi y Zape habrás dibujado?
¡Huy! De diez a quince mil.
Hubo un momento en que se habló de los “cinco grandes del humor”, que erais Cifré, Peñarroya, Conti, los
tres ya desgraciadamente desaparecidos, Giner un dibujante serio y tú.
Juntos creamos “Tio Vivo” con la intención de hacer una revista más moderna que las existentes, con más texto,
independizando la labor de los dibujantes. La fórmula funcionó muy bien al principio; luego, por una mala administración
del editor, empezaron a fallar los números y la revista la compró Bruguera, con lo que “Tio Vivo” pasó a engrosar el
bloque de publicaciones humorísticas de la editorial.
¿Es cierto que creaste una escuela de dibujo?
Sí, pero por correspondencia. Enseñaba dibujo humorístico, caricatura y dibujos animados. La fundé en 1957, pero
enseguida no pude atenderla por exceso de trabajo en Bruguera, así que la vendí a la primera oferta aceptable.
¿Podrías haberte dedicado a otra cosa que no fuera la historieta?
Rotundamente no. Todo lo que he hecho los he alternado con mi dedicación a la historieta, que es donde me siento más
identificado. Cuando me he visto obligado a decidir entre una cosa u otra, lo he hecho sin vacilar. Soy un historietista
nato.
Escobar vive hoy entre su finquita de Santa Eulalia de Ronsana y su piso
de Barcelona, aunque trabaja en los dos sitios porque le piden más y más
páginas de sus personajes. Escobar, si te diera una goma y pudieras borrar
con ella lo que quisieras de tu vida, ¿Qué borrarías?
Creo que no borraría nada. En todo caso, algunas cosas que he dejado
a lápiz las pasaría a tinta, para darles más intensidad.
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¿Cómo ve Publicado en el libro Escobar, Rey de la Historieta 1985. Editorial Bruguera
a
Pasarán los lustros, las centurias, los siglos, y el mundo continuará hablando de Escobar. Porque
desde que realizara sus primeras historietas en las paredes de Altamira, todavía hoy admiradas, por
todo quisque, hasta el momento presente, ninguno de sus colegas hemos conseguido igualar sus
dotes artísticas, sus recursos profesionales, sus creaciones, sus trazos, sus años...
Y no digamos de su faceta humanística. Escobar es el amigo, el compañero, el hombre que jamás
ha tenido un NO para nosotros. ¿Que le invitamos a un cafetito? Ya adivinamos su respuesta... “
¡Hombre; pues sí!”. ¿Hace un cigarrete...? “¡Hace, hace!”.
¿Pues y su generosidad? Escobar no guarda nada para sí; todo lo comparte con los compañeros.
Aún recordamos con emoción, cuando agarró su última gripe, la cantidad de bacilos que repartió a
porrillo entre todos nosotros...
Sus habilidades alcanzan un amplísimo horizonte; desde la realización de historietas, el dibujo de
animación y la caricatura, hasta la siembra de la patata, el cultivo del repollo y la fumigación del
bicho, nada ofrece dificultades a este genio... ¡Qué hombre, señor, que hombre!
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"Simplemente tienes
que copiar en el
papel lo que ves en
tu cabeza."
Josep Escobar i Saliente (1908-1994)