II° A Ejercitación Evaluada Narración
II° A Ejercitación Evaluada Narración
II° A Ejercitación Evaluada Narración
TEXTO1
A mis doce años de edad estuve a punto de ser atropellado por una bicicleta. Un señor cura que pasaba me salvó con un
grito: ¡Cuidado! El ciclista cayó a tierra. El señor cura, sin detenerse, me dijo: Ya vio lo que es el poder de la palabra?
1. Determine el tipo de narrador en el texto anterior.
a) Omnisciente.
b) Protagonista.
c) Testigo
d) Personaje
e) Objetivo
TEXTO2
Jonathan se preguntaba qué aspecto tendría aquel nuevo planeta. Se llamaba Anderson 2 y era el último planeta
conquistado por seres humanos. Estos habían establecido su nuevo territorio en una pequeña zona del planeta, donde
cultivaban plantas terrestres.
Isaac Asimov
Texto 3:
Cuando los Selk’nam habitaban Tierra de Fuego se agrupaban en diversas tribus, dos de ellas se encontraban en gran
conflicto, los jefes de ambas comunidades se odiaban hasta la muerte. Uno de ellos tenía un joven hijo, que gustaba de
recorrer los campos. En una ocasión se encontró con una bella niña de ojos negros intensos y se enamoró de ella.
Lamentablemente, era la hija del enemigo de su padre, la única manera de verse era a escondidas, pero el brujo de la tribu
de la niña los descubrió. Vio sin embargo, que no podría separarlos y condenó a la niña, transformándola en una planta que
conservó toda la belleza de sus ojos negros, pero con espinas, para que el joven enamorado no pudiera tocarla. Pero el amor
era tan fuerte que el joven nunca se separó de esta planta y murió a su lado. Por eso cada quien que logre comer el fruto de
este arbusto estará destinado a regresar a la Patagonia, pues uno no puede separarse del poder de amor que hay en el
calafate, nos atrae a él y no nos permite que nos marchemos por mucho tiempo.
"Nos embarcamos en Bristol el día 4 de mayo de 1699, y navegamos sin inconvenientes hasta las Indias
Orientales. Allí, un furioso temporal nos sorprendió y nos arrojó al noroeste de la Tierra de Van Diemen (...) Doce
hombres de nuestra tripulación fallecieron a consecuencia de las fatigas y de la deficiente alimentación, el resto
quedó en muy malas condiciones".
“El coordinador del Sector frunció el ceño, estudiando el informe que reposaba sobre su escritorio. A pesar de
que estaba redactado con la concisa simbología del cálculo sociodinámico, cubría varias páginas.
-¡Absurdo! –dijo-. ¡Completamente absurdo!
-Completamente –dijo-. Pero válido.
-Es ridículo. Su prognosis señala la completa autoexterminación de los nativos de ese planeta…hum… “Tierra”, en
menos de un trimestre galáctico. Es… bueno, absurdo.
-Exactamente –dijo el observador.”
“La llegada de Agustín y algunos buenos negocios habían predispuesto el ánimo de don Dámaso hacia la
benevolencia con que hemos visto acoger a Martín Rivas y hospedarle en su casa. Estas circunstancias le habían
hecho también olvidar su constante preocupación de la higiene, con la que pretendía conservar su salud, y
entregarse con entera libertad de espíritu a las ideas de política que, bajo la forma de un vehemente deseo de
ocupar un lugar en el Senado, inflamaban el patriotismo de este capitalista.”
(Alberto Blest Gana: Martín Rivas)
14.- El tipo de narrador es:
a) Protagonista
b) Testigo.
c) Omnisciente
d) Conocimiento Relativo
e) Heterodiegético.
“Igualmente, se declaró exenta de toda culpa y complicidad en los pecados de Eva, a quien, por otra parte, dijo no
haber visto nunca.” (Federico Andahazi: El anatomista)
15.- El tipo de narrador es:
a) Protagonista
b) Testigo.
c) Omnisciente
d) Conocimiento Relativo
e) Heterodiegético.
“Antonio José Bolívar Proaño leía novelas de amor, y en cada uno de sus viajes el dentista le proveía de lectura.
–¿Son tristes? –preguntaba el viejo.
–Para llorar a mares –aseguraba el dentista.”
(Luis Sepúlveda: Un viejo que leía novelas de amor)
17.- El estilo narrativo y narrador es:
a) Modo directo- narrador protagonista.
b) Modo indirecto- narrador omnisciente.
c) Modo indirecto libre- narrador testigo.
d) Modo directo- narrador conocimiento relativo.
e) Modo directo- narrador omnisciente.
“Mamá Elena le ordenó a Tita que fuera a la cocina por unos bocadillos para repartir entre todos los presentes.”
(Laura Esquivel: Como agua para chocolate)
Texto 1
Sobre el techo de la casa, recortados contra la luz del amanecer, los jotes semejan un par de viejitos acurrucados, vestidos
de frac y con las manos en los bolsillos. Estáticos como figuras de veletas, y nimbados por un vaho de podredumbre, parecen
dormir hondamente uno junto al otro. Sin embargo, cuando desde el interior de la vivienda, por un forado en el techo, les son
arrojados los primeros trozos de carnaza, enarcan nerviosamente sus cabezas coloradas y, emitiendo sus guturales gruñidos
de aves carroñeras, se dan a una barullosa rapiña sobre las planchas de zinc.
Mientras oye el raspilleo de las garras resbalando sobre las calaminas, Olegario Santana, aún en camiseta, termina de
devorar su propio trozo de carne sangrante, acompañado de una porción de cebolla picada como para pavo, como dice su
amigo Domingo Domínguez. Después, tras beberse un tacho de té bien amargo, acerca el rostro a la cocina de ladrillos y
enciende su segundo Yolanda
del día (el primero se lo fuma en la cama y a oscuras). Acodado en la mesa desnuda, deja pasar entonces los minutos que
faltan fumando parsimoniosamente, mientras contempla el rostro de la mujer dibujado en la cajetilla de cigarrillos.
Santa María de las flores negras, Hernán Rivera Letelier (fragmento)
Tipo de narrador
Ambiente físico
Ambiente social
Personajes
Estilo
Focalización
Texto
El leve roce de las hojas secas que tapizaban el suelo hizo volverse a la joven rápidamente, y una expresión de sorpresa y
de marcado disgusto se pintó en su expresiva fisonomía.
El visitante se detuvo frente a un cuadro de coles y de lechugas que lo separaba de la moza, y se quedó inmóvil, devorándola
con la mirada.
La muchacha, con los ojos bajos y el ceño fruncido, callaba enjugando las manos en los pliegues de su traje.
-Rosa -dijo el mozo con tono jovial y risueño, pero que acusaba una emoción mal contenida-, qué a tiempo te volviste. ¡Vaya
con el susto que te habría dado!
Y cambiando de acento con voz apasionada e insinuante prosiguió:
-Ahora que estamos solos me dirás qué es lo que te han dicho de mí; por qué no me oyes y te escondes cuando quiero verte.
La interpelada permaneció silenciosa y su aire de contrariedad se acentuó. El reclamo amoroso se hizo tierno y suplicante.
-Rosa -imploró la voz- ¿tendré tan mala suerte que desprecies este cariño, este corazón que es más tuyo que mío?
¡Acuérdate que éramos novios, que me querías!
Con acento reconcentrado, sin levantar la vista del suelo, la moza respondió:
-¡Nunca te dije nada!
-Es cierto, pero tampoco te esquivabas cuando te hablaba de amor. Y el día que te juré casarme contigo no me dijiste que
no. Al contrario, te reías y con los ojos me dabas el sí.
-Creí que lo decías por broma.
Una forzada sonrisa vagó por los labios del galán y en tono de doloroso reproche contestó:
-¡Broma! ¡Mira! Aunque se rían de mí porque me caso a fardo cerrado, di una palabra y ahora mismo voy a buscar al cura
para que nos eche las bendiciones.
Rosa, cuya impaciencia y fastidio habían ido en aumento, por toda respuesta se inclinó, tomó el balde y dio un paso hacia la
puerta. El mozo se interpuso y con tono sombrío y resuelto exclamó:
-¡No te irás de aquí mientras no me digas por qué has cambiado de ese modo!
-Nada tengo que decirte y si no me dejas paso, grito y llamo a mi madre.
Baldomero Lillo, El pozo ( fragmento)
Tipo de narrador
Ambiente físico
Ambiente social
Personajes
Estilo
Focalización