Falacias, Tarea
Falacias, Tarea
Falacias, Tarea
Guzmán
Filosofía De La Lógica
Falacias
No voy a intentar esclarecer estos problemas en mi presente trabajo (tampoco creo que
pudiera hacerlo). Mi pretensión es mostrar la enorme dificultad que está en un análisis que
tome categorías de pensamiento producto de un contexto y aplicarlo a otro. Intentare ser
más claro en el uso de un ejemplo.
Platón inicia “La República” intentando definir que es la justicia. Después de varias
definiciones y refutaciones Sócrates sintetiza la definición de justicia que ha dado
Polemarco.
Tesis -Así, pues, ¿pretendes que añadamos a la idea de lo justo algo más sobre lo que
primero decíamos, cuando afirmábamos que era justo el hacer bien al amigo y
mal al enemigo; diciendo ahora, además de ello, que es justo el hacer bien al
amigo que es bueno y mal al enemigo que es malo?
Argumento 1
(Falacia de accidente Inverso)
-¿Y es, acaso, propio del hombre justo –dije yo- el hacer mal a quienquiera que
sea?
-Bien de cierto –dijo-; a los perversos y malvados hay que hacerles mal.
-y cuando se hacen daño a los caballos, ¿se hacen éstos mejores o peores?
-Peores.
-¿Acaso en lo que toca a la virtud propia de los perros o en lo que toca a la de
los caballos?
-En las de los caballo (…)
Conclusión -¿Y no diremos también, amigo, que los hombres, al ser dañados, se hacen
peores en lo que toca a la virtud humana?
-Ni más ni menos.
Argumento 2
(Falacia de accidente Inverso)
-¿Y la justicia no es virtud humana?
-También esto es forzoso.
-Necesario es, por tanto querido amigo, que los hombres que reciben daño se
hagan más injustos.
-Eso parece.
¿Y acaso los músicos pueden hacer hombres rudos en música con la música
misma?
-Imposible.
-¿Ni los caballistas hombres torpes en cabalgar con arte de la equitación?
-No, imposible.
-Porque, según pienso, el enfriar no es obra del calor, sino de su contrario.
-Así es.
-Ni el humedecer de la sequedad, sino de su contrario.
-Exacto.
-Ni del bueno el hacer daño, sino de su contrario.
-Eso parece.
-¿Y el justo es bueno?
-Bien seguro.
Conclusión -No es, por tanto, ¡oh, Polemarco!, obra propia del justo el hacer daño ni a su
amigo ni a otro alguno, sino de su contrario el injusto.
-Me parece que en todo dices la verdad, ¡oh, Sócrates! –repuso él.
-Por tanto, si alguien afirma que es justo el dar a cada uno lo debido y entiende
con ello que el hombre justo debe daño a los enemigos y beneficio a los
amigos, no fue sabio el que tal dijo, pues no decía verdad; porque el hacer mal
no se muestra justo en ningún modo.
• Platón, 1997, Republica, Madrid, Alianza editorial, Tr. José Manuel Pabón
y Manuel Fernández-Galiano