Taller de Religion
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Dios
creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, hombre y mujer los creó" (Gn1,27). El
hombre ocupa un lugar único en la creación: "está hecho a imagen de Dios"; en su propia
naturaleza une el mundo espiritual y el mundo material. En la Creación, Dios se dirige al
hombre como a un ser responsable, pues tal indudablemente lo es. Sabemos por el Génesis
que: "Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, hombre y mujer los creó"
pero ¿Qué significa "a imagen de Dios"? ¿Quién es realmente el hombre? ¿Por qué y para qué ha
sido creado? ¿Es un ser más en medio de la naturaleza? ¿Dónde está su alma? Dios amó al mundo
de tal manera, que estuvo dispuesto a entregarse a sí mismo para redimirlo. Lo amó de tal
forma que estuvo dispuesto a crear al hombre, sabiendo que la salvación de su criatura le
costaría su propia vida. Eso fue lo que afirmó el Creador cuando dijo: “Nadie tiene mayor
amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Jn 15:13).Por haber sido hecho a
imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien.
Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras
personas; y es llamado, por la gracia, a una alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta
de fe y de amor que ningún otro ser puede dar en su lugar. Todos y cada uno de los hombres
pasan la vida buscando la felicidad eterna, el ser siempre feliz. Se busca algo que nunca se
acabe, una felicidad infinita que sea capaz de llenarle. Esto trae como consecuencia la
necesidad de certezas, de algo en qué agarrarse. En el interior del hombre existe un afán de
felicidad y de realización, que es parte de la naturaleza humana, las personas están llamadas
a vivir en comunión con Cristo. Únicamente el amor de Dios puede llenar al hombre
completamente. Como esta felicidad tan ansiada, este amor que no cesa es difícil de encontrar
muchos se desvían en su búsqueda poniendo la felicidad en cosas, o personas que nunca van a
dar la satisfacción plena. Otros desisten y otros desesperan.