Masa Hereditaria. Indivision

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Masa

hereditaria.
Indivisión

Derecho
Privado VII
0
Masa hereditaria. Estado de
indivisión
Masa. Definición. Clases. Fines perseguidos
Masa hereditaria

Es el conjunto de bienes que componen la herencia, es decir, los que


pertenecían al causante al momento de su muerte y que se transmiten a sus
herederos. En ella entra toda la actividad patrimonial del difunto, con
excepción de aquellos derechos que no son transmisibles.

Masa partible

Apunta el art. 2376 del Código Civil y Comercial de la Nación (C.C.C.N.) que:

La masa partible comprende los bienes del causante que


existen al tiempo de la partición o los que se han subrogado
a ellos, y los acrecimientos de unos y otros. Se deducen las
deudas y se agregan los valores que deben ser colacionados
y los bienes sujetos a reducción1.

Con la determinación de la masa partible neta, podrán conformarse los lotes


y adjudicarse las hijuelas a los herederos.

Masa a los efectos de determinar la legítima

Tiene por finalidad saber si la legítima de los legitimarios ha sido afectada


por el difunto con donaciones hechas en vida o por medio de disposiciones
testamentarias. Para el cálculo de la legítima: al activo neto que resulta de
restar las deudas al activo bruto, deben sumarse las donaciones hechas en
vida por el causante, tanto las efectuadas a favor de los legitimarios como a
favor de terceros.

1
Art. 2376- Ley N° 26.944 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación

1
Indivisión hereditaria. Definición. Caracteres

El Código Civil solo contenía algunas normas dedicadas a la indivisión


hereditaria; en cambio, el Código Civil y Comercial en el título VI, Caps. 1 y 2,
la regula de manera más completa.

Al momento del fallecimiento del autor de la sucesión, puede suceder que


hubiera un solo heredero o que concurrieran varias personas al llamamiento
realizado por ley o por testamento. En el primer caso, el heredero único
adquiere en forma simultánea su derecho a la herencia y la propiedad de los
bienes que componen el acervo. En el último supuesto, se forma la
comunidad hereditaria, en virtud de la cual los herederos son cotitulares de
la herencia. Sostiene Borda (1994) que cuando ello ocurre, los bienes no
pertenecen a ningún heredero en particular, sino a todos en común; de
manera que no podrán alegar derecho a ningún bien determinado, sino a
partes o porciones ideales de ellos. Se trata de una comunidad forzada por
las circunstancias y cuyo término natural es la partición. Es decir, se presenta
ante una comunidad sobre toda la masa hereditaria, donde cada comunero
tiene una cuota ideal en proporción a su derecho. Sobre su cuota ideal, cada
heredero puede disponer libremente (por ej., cesión de derechos
hereditarios). Por otra parte, durante la indivisión ningún heredero tiene
título de dominio sobre bienes concretos y tampoco tiene cuota sobre cada
uno de ellos. Por tanto, ningún heredero tiene una porción sobre cada una
de las cosas que componen la masa hereditaria.

La comunidad hereditaria implica como supuesto necesario la aceptación


del llamamiento por parte de dos o más sucesores universales.

La comunidad puede estar conformada por herederos legítimos, herederos


testamentarios o por ambos.

Caracteres:

 Universal: Comprende toda la herencia o una parte


alícuota de ella.
 Forzosa: Se forma ante la muerte del causante, en el
caso que hubiera más de un heredero; es decir, no se
constituye por voluntad de sus integrantes.
 Transitoria: Ello obedece a que no debe durar de
manera indefinida; por ello, los interesados en la
partición podrán pedirla en todo tiempo, salvo
disposición del testador o convenciones en contrario.
Por lo tanto, la comunidad hereditaria culmina con la

2
partición. Además, aunque una parte de los bienes
hereditarios no pueda ser objeto de división
inmediata, se puede demandar la partición de
aquellos que son actualmente partibles.

Naturaleza jurídica

Se puede señalar distintas teorías:

1) Teoría de la personalidad jurídica de la comunidad hereditaria. Esta


posición ha recibido fuertes críticas; a saber:

a) Carece de patrimonio propio, pues pertenece a los herederos, ya que


ellos adquieren la propiedad de los bienes a la apertura de la
sucesión.
b) La comunidad hereditaria no tiene un fin propio, distinto del de los
herederos, y está destinada a terminar.
c) Carece de un órgano que la represente y que obre con independencia
de la voluntad de los herederos.

2) Teoría del condominio.

La teoría de que la comunidad hereditaria es un condominio guarda armonía


con el sistema de la sucesión en la persona y la transmisión instantánea de
los bienes a los herederos. Sin embargo, hay importantes diferencias:

a) El condominio solo puede recaer sobre cosas; en cambio, la


comunidad hereditaria se constituye sobre cualquier clase de
bienes.
b) En el condominio prevalece la decisión de la mayoría en los actos de
administración; en cambio, en la comunidad hereditaria la mayoría
no obliga a la minoría y es el juez quien debe decidir en casos de
desacuerdos.

Contenido

La comunidad hereditaria tiene por contenido todas las cosas y derechos


trasmitidos por el causante, que constituyen la masa ( ej., derechos de autos,
cosas sobre las que era propietario o tenía bajo otro derecho real, créditos,
etc.).

3
El C.C.C.N. recepta una modificación respecto a los créditos divisibles, los
que – ahora– componen la masa hereditaria sean o no indivisibles. En
cambio, el Código Civil establecía que eran ajenos a dicha masa los créditos
divisibles, los que se fraccionaban ipso iure desde la muerte del causante.

Según el C.C.C.N., el administrador deberá cobrar los créditos y pagar las


deudas – sean o no divisibles–.

El activo de la masa hereditaria no se mantiene inalterable durante la


indivisión, es decir que puede aumentar y disminuir en su cuantía o
modificar su estructura. Por ejemplo, aumentan la cuantía: las accesiones,
los frutos2, los bienes comprados con dinero de la sucesión, etcétera; la
disminuyen: la pérdida de cosas y su destrucción parcial; por último,
modifican la estructura: el bien comprado con dinero de la sucesión, la
indemnización por un bien destruido.

Principios aplicables para su regulación

En la comunidad hereditaria se producen distintos tipos de relaciones.

De tal manera, si se trata del derecho de los coherederos sobre la masa


hereditaria, rige el principio de subordinación, pues los derechos de cada
heredero quedan limitados por los de los demás coherederos.

Si se trata de los derechos de los coherederos sobre la propia cuota, se


impone el principio de autonomía, ya que cada heredero puede disponer
libremente de la cuota ideal que le corresponde sobre la herencia, sin ser
necesario el consentimiento del resto de los herederos.

Casos de indivisión forzosa. Oponibilidad frente a terceros

La indivisión forzosa fue receptada en nuestro sistema legal por medio de la


Ley N° 14.394, la que se derogó con la sanción del Código Civil y Comercial
que regula en varios artículos los supuestos comprendidos en la ley anterior.

En los fundamentos del anteproyecto del Código Civil y Comercial se señala:

2 Art. 2329- Ley N° 26.944. Op. cit.

4
 que la regulación de la indivisión forzosa se realiza
con base a la Ley 14394;
 se prevén supuestos en los que el cónyuge puede
oponerse a la división de determinados bienes;
 se incorpora el derecho del heredero que antes de la
muerte del causante ha participado activamente en
la explotación de la unidad económica a oponerse a
su división; 
 se determinan los efectos de las indivisiones respecto
a los terceros acreedores;
 y se especifican los casos en que el resto de los
partícipes pueden pedir el cese de la indivisión.

El fundamento de la indivisión forzosa radica en evitar las consecuencias


negativas de la partición inmediata de la herencia y en la protección de las
sociedades familiares.

La indivisión puede ser impuesta por el testador, por el cónyuge, por pacto
de los herederos o por un heredero.

Afirma Rolleri (2014, p. 161) que la indivisión de la herencia constituye una


excepción a dos principios:

1) Que la partición puede ser solicitada en cualquier momento, luego de


aprobadas las operaciones de inventario y avalúo.
2) Y que el testador no puede imponer gravamen o condición a las
porciones legítimas.

Impuesta por el testador:

Este supuesto es regulado por el art. 2330 del C.C.C.N., que dice:

Indivisión impuesta por el testador: el testador puede imponer a sus


herederos, aun legitimarios, la indivisión de la herencia por un plazo no
mayor de diez años.

Puede también disponer que se mantenga indiviso por ese plazo o, en caso
de haber herederos menores de edad, hasta que todos ellos lleguen a la
mayoría de edad:

a) Un bien determinado.
b) Un establecimiento comercial, industrial, agrícola, ganadero, minero, o
cualquier otro que constituye una unidad económica.

5
c) Las partes sociales, cuotas o acciones de la sociedad de la cual es
principal socio o accionista.

En todos los casos, cualquier plazo superior al máximo permitido se entiende


reducido a este.

El juez puede autorizar la división total o parcial antes de vencer el plazo, a


pedido de un coheredero, cuando concurren circunstancias graves o razones
de manifiesta utilidad.

La norma reproduce el art. 51 de la Ley N° 14.394, pero incorpora una


novedad, pues establece que la indivisión puede recaer sobre las partes
sociales, cuotas o acciones, siempre que el causante sea el socio o accionista
principal.

La indivisión debe ser hecha por medio de testamento.

En cuanto al plazo, es de diez años –si se dispusiera un plazo mayor, se


reducirá al plazo legal–, y en los casos de los incisos a, b y c, hasta que los
herederos menores de edad alcancen la mayoría de edad. Asimismo, el juez
podrá permitir la división cuando concurran los extremos que la autorizan.

Oposición del cónyuge:

La oposición del cónyuge está regulada en el art. 2332 del C.C.C.N. que
postula:

Si en el acervo hereditario existe un establecimiento


comercial, industrial, agrícola, ganadero, minero o de otra
índole que constituye una unidad económica, o partes
sociales, cuotas o acciones de una sociedad, el cónyuge
supérstite que ha adquirido o constituido en todo o en parte
el establecimiento o que es el principal socio o accionista de
la sociedad, que sin adquirir ni constituir el establecimiento
participa activamente en su explotación, puede oponerse a
que sean incluidos en la partición, excepto que puedan serle
adjudicados en su lote…

La indivisión se mantiene hasta diez años a partir de la


muerte del causante, pero puede ser prorrogada
judicialmente a pedido del cónyuge sobreviviente hasta su
fallecimiento.

6
Durante la indivisión, la administración corresponde al
cónyuge.

A instancia de cualquiera de los herederos, el juez puede


autorizar el cese de la indivisión antes del plazo fijado, si
concurren causas graves o de manifiesta utilidad económica
que justifican la decisión3.

Por último, la norma regula el derecho del cónyuge a oponerse a que:

La vivienda que ha sido residencia habitual de los cónyuges al


tiempo de fallecer el causante y que ha sido adquirida o
construida total o parcialmente con fondos gananciales, con
sus muebles, sea incluida en la partición, mientras él
sobreviva, excepto que pueda serle adjudicada en su lote. Los
herederos sólo pueden pedir el cese de la indivisión si el
cónyuge supérstite tiene bienes que le permiten procurarse
otra vivienda suficiente para sus necesidades4.

De esta manera se observa que la norma sigue la línea del art. 53 de la Ley
N° 14.394.

Un aspecto novedoso es que la indivisión podrá mantenerse hasta el


fallecimiento del cónyuge.

Si la indivisión recae sobre una sociedad –supuesto incorporado por el


C.C.C.N.–, el cónyuge debe ser el accionista principal, aunque no el
mayoritario. Podrá solicitar la indivisión aún cuando no hubiese contribuido
a adquirir ni constituir el establecimiento, pero haya participado
activamente en su explotación.

Otro aspecto importante de la norma es la protección del cónyuge supérstite


por medio de la indivisión de la vivienda que ha sido la residencia habitual
de los cónyuges y que ha sido construida o adquirida, aunque sea
parcialmente, con fondos gananciales. Ello a fin de tener su uso –y el de las
cosas muebles que la integran– mientras viva.

Excepciones:

3 Art. 2332- Ley N° 26.944. Op. cit.


4 Art. 2332- Ley N° 26.944. Op. cit.
7
a) Podrá realizarse la partición si el bien se adjudica al lote del cónyuge
supérstite.
b) Que el cónyuge tuviese otros bienes que le permiten procurarse una
vivienda suficiente para cubrir sus necesidades.

Es dable destacar que este derecho es distinto del derecho real de habitación
del cónyuge supérstite previsto por el art. 2383 del C.C.C.N., que dispone
que ese derecho es vitalicio y gratuito, recae sobre el inmueble de propiedad
del causante que constituyó el último hogar conyugal y que no se tenía en
condominio al momento de la muerte del causante.

Para algunos autores, el art. 2383 deja sin sentido al art. en 2332; en
consecuencia, consideran que debería haberse suprimido el último párrafo
de esta norma (Pérez Lasala, J., 2014, p. 631).

Por último, en el caso de separación de hecho sin voluntad de unirse entre


los cónyuges o el de matrimonio in extremis, el cónyuge supérstite no tiene
vocación hereditaria, por lo tanto, tampoco podrá ejercer los derechos
reconocidos por la norma en análisis.

Oposición del heredero:

Prescribe el art. 2333 del C.C.C.N.:

Oposición de un heredero. En las mismas circunstancias que


las establecidas en el artículo 2332, un heredero puede
oponerse a la inclusión en la partición del establecimiento
que constituye una unidad económica si, antes de la muerte
del causante, ha participado activamente en la explotación de
la empresa5.

Para que pueda solicitarse esta indivisión, deben darse una serie de
requisitos; estos son:

 En la herencia debe haber un establecimiento


comercial, industrial, minero, etcétera, que
constituya una unidad económica; o debe haber
cuotas o acciones de una sociedad.
 El heredero debe haber participado activamente en
la explotación de la empresa.

5 Art. 2333- Ley N° 26.944. Op. cit.


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Atento a la aplicación del art. 2332 del C.C.C.N., podría el heredero
exceptuarse del requisito si puede serle adjudicada la unidad económica.

Una cuestión que genera dudas es el plazo de indivisión, pues conforme al


art. 2332, el cónyuge puede pedir que se mantenga la indivisión hasta su
fallecimiento. De tal manera, por la remisión a esa norma, el heredero podría
pedir que se mantenga la indivisión hasta su muerte. Ello ha generado
opiniones opuestas en la doctrina, pues para algunos el plazo puede ser por
diez años, renovables por período igual; en cambio, otros consideran que
rige lo dispuesto por el mencionado artículo.

Oponibilidad frente a terceros:

Podrá ser oponible a terceros la indivisión, que comprenda bienes


registrables, cuando hubiese sido inscripta en los registros
correspondientes.

Los acreedores de los coherederos no pueden ejecutar el bien, pero podrán


obtener las utilidades de la explotación que le correspondan a su deudor.

Las indivisiones no impiden el derecho de los acreedores del causante al


cobro de sus créditos sobre los bienes indivisos. Es decir, las indivisiones no
afectan sus derechos.

Pacto de indivisión

Los herederos pueden pactar la indivisión de la herencia por un plazo de diez


años que puede renovarse por igual tiempo.

El art. 2331 del C.C.C.N. expresa que:

Pacto de indivisión. Los herederos pueden convenir que la


indivisión entre ellos perdure total o parcialmente por un
plazo que no exceda de diez años, sin perjuicio de la partición
provisional de uso y goce de los bienes entre los copartícipes.

Si hay herederos incapaces o con capacidad restringida, el


convenio concluido por sus representantes legales o con la
participación de las personas que los asisten requiere
aprobación judicial.

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Estos convenios pueden ser renovados por igual plazo al
término del anteriormente establecido.

Cualquiera de los coherederos puede pedir la división antes


del vencimiento del plazo, siempre que medien causas
justificadas6.

Este artículo contiene una regulación similar a la del art. 52 de la Ley N°


14.394.

Para que proceda la indivisión, debe haber acuerdo unánime de los


herederos, pues se trata de un acto de disposición de los bienes. Además, la
voluntad de uno de los herederos resulta suficiente para que se realice la
partición; por lo tanto, esto justifica aún más el hecho de que, para
mantenerse la indivisión, deben prestar su consentimiento todos los
herederos.

A los fines de la protección de los herederos con discapacidad o capacidad


restringida, el convenio que dispone la indivisión debe haberse celebrado
con la participación de su representante o de la persona que lo asista y debe
ser aprobado por el juez de la sucesión.

La indivisión puede tener una duración de diez años, renovable por igual
término. El plazo no es obligatorio, pues puede ser dejado sin efecto antes
de su vencimiento siempre que el heredero que lo haya pedido acredite
causas justificadas. A diferencia del art. 2330, estas causas no deben ser
graves, pero sí fundadas y sobrevinientes al convenio.

Derechos de los comuneros durante la indivisión. Uso y goce de


los bienes. Posesión. Frutos

En cuanto a las relaciones que determina la comunidad hereditaria, se puede


señalar:

a) Relaciones internas o relaciones de comunidad: son las relaciones entre


coherederos, permiten a cada uno asumir frente a los demás la cotitularidad
sobre la cuota que le pertenece en la comunidad.

6 Art. 2331- Ley N° 26.944. Op. cit.


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b) Relaciones externas o relaciones en comunidad: las que frente a terceros
permiten a cada coheredero oponer la cotitularidad sobre la comunidad
hereditaria como objeto único.

Se detalla cada una.

En las relaciones de comunidad o internas cada uno de los herederos puede


ejercer sus derechos sobre los bienes hereditarios, pero siempre respetando
los derechos de los demás coherederos. Esto se debe al principio por el cual
los bienes no pertenecen a un heredero en particular, sino a todos en
común.

En tal sentido, respecto al uso y goce de los bienes, el artículo 2328 recepta
este principio cuando se refiere al uso compartido de las cosas que
componen la herencia, en cuanto prescribe que el heredero puede usar y
disfrutar de la cosa indivisa conforme a su destino, en la medida en que sea
compatible con el derecho de los otros copartícipes. Ante la falta de
acuerdo, será el juez quien de manera provisional regulará el ejercicio de
este derecho.

Asimismo, la norma regula el supuesto de uso exclusivo de cosas


hereditarias, en cuanto expresa que si uno de los comuneros utiliza
privativamente la cosa indivisa, deberá una indemnización desde que le es
requerida, salvo que hubiesen acordado lo contrario. Esta solución guarda
armonía con el principio de que un heredero no puede usar de manera
exclusiva tales cosas. Así, un heredero puede tener el uso exclusivo de la
cosa hereditaria en virtud de un convenio con el resto de los coherederos;
en ese caso, habrá que estar a lo que se hubiese acordado. Si no hay acuerdo
y un heredero usa de manera privativa la cosa hereditaria deberá compensar
con dinero tal uso. Sostiene Rolleri (2014, p. 155) que admitir lo contrario
importaría un ejercicio actual e inmediato del derecho de propiedad
prohibido por la ley, por parte de su beneficiario, quien recibiría un
enriquecimiento sin causa. Tal compensación solo podrá fijarse con
retroactividad a la fecha de notificación de la demanda y no con
anterioridad, pues se considera que ha habido un consentimiento tácito a
que se la use de manera gratuita por el tiempo anterior. Esta solución
coincide con lo previsto para el condominio en el art. 1988.

Otro supuesto que se da con frecuencia en la práctica es el del


arrendamiento a uno de los coherederos de un inmueble, que compone la
masa hereditaria. Si el arrendamiento fue realizado entre el causante y el
heredero, el contrato subsiste luego de la muerte del autor de la sucesión y
debe respetarse. También se admite la celebración del arrendamiento a

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favor de uno de los coherederos, efectuada por el administrador de la
herencia con el consentimiento de los coherederos.

Frutos: En el art. 2329 del C.C.C.N. se regula lo relativo a los frutos de los
bienes hereditarios. Así, se prescribe que tales frutos acrecen a la masa
hereditaria, salvo partición provisional. Cada heredero se beneficiará y
soportará las pérdidas en proporción a su cuota.

La solución adoptada por la norma asegura la igualdad entre los coherederos


y permite salvaguardar los intereses de los acreedores del causante.
Además, se aplica el principio de accesoriedad, así los frutos se consideran
accesorios.

En las relaciones externas o relaciones en comunidad, respecto a la


posesión, el Código de Vélez disponía que la posesión de la herencia por
alguno de los herederos aprovechaba a los otros. En cambio, el Código
vigente no contiene una norma específica sobre ello; sin embargo, surge de
los artículos 2328 –sobre uso y goce de los bienes hereditarios– y 1986 -
sobre uso y goce de la cosa en el condominio–, puesto que se puede usar y
gozar de la cosa si se tiene la posesión de ella. De tal manera, como la
posesión es un hecho material que no puede dividirse en cuotas, se concluye
que lo poseído por un heredero aprovecha a los demás. Misma solución se
aplica para el ejercicio de las acciones posesorias.

Acciones: Los herederos podrán ejercer las acciones que correspondían al


causante en cuanto sean transmisibles y se refieran a bienes que integran la
masa hereditaria. Aun antes de iniciar el proceso sucesorio, podrán ejercer
las acciones posesorias para proteger la posesión que tenía el causante.

Extinción de la comunidad

El modo normal de extinción de la comunidad hereditaria es la partición. Sin


embargo, también puede suceder que desaparezca la comunidad por la
procedencia de las siguientes causales:

1) Porque no han quedado bienes (luego del pago de las deudas).


2) Por no haber personas entre quiénes repartir la herencia.
3) Por constituir los herederos una sociedad aportando sus partes
alícuotas.
4) Cuando se adjudican pro indiviso los bienes hereditarios remanentes; en
este caso, la comunidad hereditaria desaparece y surge un condominio.

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Relaciones de los coherederos entre sí
Como se dijocon anterioridad, en las relaciones de comunidad o internas
cada uno de los herederos puede ejercer sus derechos sobre los bienes
hereditarios, pero siempre respetando los derechos de los demás
coherederos.

El Código Civil y Comercial distingue la administración extrajudicial y la


administración judicial, las que se analizarán a continuación.

Administración extrajudicial de la herencia. Tipos. Actos


conservatorios y medidas urgentes. Actos de administración.
Actos de disposición. Regulación legal

El art. 2323 del C.C.C.N. postula que las disposiciones del Título VI se aplican
a toda sucesión en la que hubiese más de un heredero, desde la muerte del
causante y hasta la partición, siempre que no se hubiese designado un
administrador.

Actos conservatorios y medidas urgentes:

Se aplica el art. 2324 del C.C.C.N., en virtud del cual, mientras no se designe
administrador, cualquier heredero puede tomar las medidas necesarias para
la conservación de los bienes que integran la masa hereditaria. Para ello
puede utilizar los fondos de la comunidad hereditaria que se encuentran en
su poder y, a falta de estos, puede exigir a los coherederos que contribuyan
en el pago de los gastos incurridos.

Asimismo, antes de la apertura del proceso sucesorio, cualquiera de los


herederos podrá solicitar al juez que disponga las medidas urgentes que
hagan al bien común de la comunidad. Esta regla es receptada por el art.
2327 del C.C.C.N., que enumera una serie de actos que pueden ordenarse,
como la autorización para ejercer derechos que surgen de títulos valores,
acciones o cuotas societarias; la percepción de fondos de la comunidad; la
autorización para la celebración de actos en caso de que la oposición de
otros herederos haga peligrar el interés común; la designación de un
administrador provisorio; la prohibición del desplazamiento de cosas
muebles; la atribución del uso personal de estas cosas a uno u otro heredero.

Ausencia o impedimento de uno de los herederos:

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En el caso de que uno de los herederos se encuentre ausente o impedido
transitoriamente, otro coheredero podrá realizar actos en su
representación, los que se regirán por las normas aplicables a la gestión de
negocios.

Actos de administración y actos de disposición:

El art. 2325 del C.C.C.N. sienta la regla que exige el consentimiento de todos
los coherederos. Tal consentimiento puede otorgarse de manera personal o
por medio de otro heredero, o un tercero que tuviese mandato general de
administración. Si se trata de actos que exceden la explotación normal de
los bienes o para la contratación y renovación de alquileres, se requiere que
se hubiesen conferido facultades expresas.

Por último, se considera que se ha otorgado mandato tácito al heredero que


asume la administración de los bienes, que no requiere facultades expresas,
con conocimiento y sin oposición de los demás herederos.

Administrador judicial: capacidad, designación, funciones. Fin


de las funciones del administrador

La figura del administrador judicial se encuentra regulada en el capítulo 4,


del título VII. Sostiene Pérez Lasala, J. (2014, p. 635) que, respecto al
administrador judicial, el Código vigente:

a) Amplía su campo de acción, pues no requiere el consentimiento de los


herederos.
b) Tiene a su cargo el cobro de los créditos y el pago de las deudas, siendo
indiferente que sean o no divisibles.

Capacidad:

En el Código Civil las disposiciones generales de capacidad resultaban


aplicables a los administradores judiciales. En cambio, el Código Civil y
Comercial contiene una norma que se refiere específicamente a la
capacidad. Así, el art. 2345 expresa que podrán ser administradores
judiciales: “las personas humanas plenamente capaces, y las personas
jurídicas autorizadas por la ley o los estatutos para administrar bienes
ajenos”7. Esto constituye una novedad, pues se confiere la posibilidad de
designar a una persona jurídica como administrador.

7 Art. 2345- Ley N° 26.944. Op. cit.


14
Designación:

En la designación del administrador judicial pueden plantearse distintas


situaciones:

 Que el testador hubiese designado administrador de


la herencia, así como el modo de reemplazarlo. Así,
puede suceder que el testador de manera expresa lo
designe o, también, que lo nombre como liquidador,
albacea, ejecutor testamentario o denominación
similar.

Se prevé que pueda ser nombrado el albacea pese a que el C.C.C.N., al


regular sus funciones, solo le otorga facultad para administrar los bienes
en caso de inexistencia de herederos; por ello, algunos autores
consideran que deben armonizarse esas normas y, en consecuencia, la
función administrativa se limitaría al supuesto del art. 2529.

 Que hubiese acuerdo entre los herederos respecto a


la designación del administrador y el modo de
reemplazarlo. El acuerdo entre los herederos no debe
ser unánime, basta con que se hubiese alcanzado la
mayoría. La norma no aclara cómo se compone la
mayoría: si por número de herederos o por porciones
hereditarias.

Si no hay acuerdo, a pedido de cualquiera de los intervinientes, la


designación será judicial y recaerá preferentemente en el cónyuge
supérstite, salvo que existan motivos que justifiquen el apartamiento de la
preferencia; si este no puede, alguno de los herederos. Por último, si
existieran razones que hiciesen inconveniente tal designación, recaerá sobre
un tercero.

Para algunos autores, el art. 2347 colisiona con el art. 2346, pues aquel
amplía las posibilidades del testador para determinar quiénes estarán a
cargo de la administración de su sucesión, mientras que el art. 2346 impone
una preferencia para el cónyuge supérstite y solo contempla la participación
de terceros de manera restringida (Gitter, 2014, p. 200).

Otro aspecto a tener en cuenta es el de la pluralidad de administradores,


aquí se deben diferenciar:

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 Que el cargo será ejercido de manera sucesiva en el
orden que fueron designados, salvo que se hubiese
establecido que deben actuar de manera conjunta.
 Que la designación fuera conjunta y uno de los
administradores se encuentre imposibilitado para
actuar; los demás podrán solamente realizar actos
conservatorios y urgentes.

De tal manera, la pluralidad de administradores puede ser conjunta o


alternada.

Remuneración y gastos:

El administrador podrá exigir que se le restituyan los gastos necesarios y


útiles que debió efectuar en el ejercicio de su función. Parte de la doctrina
considera innecesaria tal regulación, ya que el administrador nunca debe
soportar los gastos de su labor (Gitter, 2014, p. 155).

Aquí es aplicable lo dispuesto por el art. 1938 del C.C.C.N. (pago de mejoras).

Asimismo, el administrador tiene derecho a que se le remunere su tarea.

Puede suceder que la retribución hubiese sido fijada por el testador o por
acuerdo del administrador y la comunidad hereditaria; de lo contrario, la
determinará el juez.

Garantías:

Conforme al art. 2350 del C.C.C.N., la regla es que el administrador no está


obligado a garantizar el cumplimiento de sus obligaciones.

Excepciones:

 Que le imponga tal obligación el testador.


 Que se lo exijan los herederos.
 Que lo ordene el juez a pedido de un interesado que
acredite la necesidad de la medida.

Si el administrador no constituye la garantía o no lo hace en el plazo fijado,


será pasible de remoción del cargo.

De la norma no se desprende con claridad a quiénes se refiere con el término


“interesado”.

16
Remoción:

El art. 2351 del C.C.C.N. contempla la posibilidad de cualquier interesado de


pedir al juez que remueva al administrador ,tanto por mal desempeño del
cargo como por imposibilidad de ejercerlo. En este caso, el administrador
continuará en el ejercicio de sus funciones mientras se sustancie el proceso
(que debe tramitar por la vía más breve), salvo que el juez designe un
administrador provisional.

De similar manera que el art. 2350 garantías la norma en análisis se refiere


a “interesado”, lo que resulta impreciso.

Medidas urgentes:

Tales medidas pueden ser solicitadas por cualquier interesado a fin de


asegurar sus derechos cuando no se hubiese designado administrador,
cuando este no acepte el cargo, demore en aceptarlo o deba ser
reemplazado. Asimismo, puede el juez disponer otras medidas que estime
convenientes y designar un administrador provisional.

Aclara la norma que los gastos que se generen por tales medidas pesan
sobre la masa indivisa.

Funciones:

Son funciones del administrador (arts. 2353 y 2354):

 Realizar los actos conservatorios de los bienes.


 Continuar el giro normal de los negocios del causante.
 Asimismo, puede (sin necesidad de autorización
judicial) enajenar las cosas muebles susceptibles de
perecer, depreciarse rápidamente o cuya
conservación es manifiestamente onerosa; para la
enajenación de otros bienes, necesita acuerdo
unánime de los herederos o, en su defecto,
autorización judicial.
 Por otra parte, debe gestionar los bienes de la
herencia y promover su realización en la medida
necesaria para el pago de las deudas y legados.
 También deberá cobrar los créditos del causante,
continuar las acciones que este hubiese promovido,
iniciar las necesarias para hacer efectivos los
derechos y presentarse en los procesos en los que el

17
difunto fue demandado. Para esto deberá contar con
autorización judicial o de los herederos, si fueran
todos plenamente capaces y estuvieran presentes.

El Código de Vélez preveía que los créditos divisibles no integraban la masa


indivisa, ya que se dividían de pleno derecho desde la muerte del causante.
Los créditos quedaban comprendidos en la masa. En cambio, el Código Civil
y Comercial no distingue si los créditos son o no divisibles y siempre
corresponde al administrador realizar los actos necesarios para su cobro. Por
lo tanto, cada heredero no puede exigir al deudor el pago proporcional a su
parte. En consecuencia, si un heredero cobrara su parte proporcional en el
crédito, esto carece de validez, pues esto es propio de las funciones del
administrador.

Por otra parte, el administrador no puede realizar actos de disposición. Pérez


Lasala, J. (2014, p. 661) considera que, en realidad, la norma se refiere a que
el administrador no puede realizar tales actos sin el consentimiento unánime
de todos los herederos o, en su defecto, con autorización del juez.

Por último, es dable señalar que pesa sobre el administrador la obligación


de rendir cuentas de su administración de manera trimestral, salvo que la
comunidad hereditaria o el juez establezcan otra periodicidad.

Pago de las deudas y legados:

A fin de obtener el pago de sus acreencias, los acreedores del causante,


cuyos créditos no tuviesen garantía real, deben presentarse a la sucesión y
denunciar sus créditos. En el caso en que estos no hayan sido fijados de
manera definitiva, corresponde denunciarlos de manera provisoria con base
en una estimación.

A los acreedores hereditarios, que son titulares de garantías reales, no les


hace falta comparecer al proceso sucesorio, pues pueden obtener la
satisfacción de sus créditos por vía ejecutiva.

Aquí resultaba aplicable lo dicho respecto a los créditos, en cuanto a que en


el Código de Vélez las deudas divisibles se dividían en tantas partes como
herederos, en la proporción de la parte de cada uno; así el acreedor se
encontraba a la muerte del causante con varios deudores. Las deudas
divisibles de dividían de pleno derecho al momento de la muerte del autor
de la sucesión. El art. 2356 del C.C.C.N. no establece una preferencia para el
pago del crédito que se hubiese denunciado primero; ahora esta depende
del origen del reclamo y de que se encuentre determinada o no la cuantía.
Asimismo, los acreedores pueden solicitar la “declaración de legítimo
18
abono” de sus créditos a los herederos que podrán reconocérselos. Una vez
efectuada tal declaración por el juez, se pagará al acreedor reconocido
conforme al orden establecido por el art. 2358. Si los herederos no
efectuaran el reconocimiento de manera unánime y expresa, el acreedor
podrá ejercer las acciones que sean pertinentes.

Bagnasco (2014) define la declaración de legítimo abono como la acción por


la cual el acreedor del causante solicita ser reconocido como tal por los
herederos en el juicio sucesorio y que se le pague de manera inmediata, sin
más dilación que la declaración del juez, previo traslado a los herederos para
que efectúen tal reconocimiento de forma unánime y expresa.

J. Pérez Lasala (2014) dice que se trata de una solicitud efectuada por quien
se titula acreedor del causante, formulada dentro del proceso sucesorio,
para que se le reconozca su crédito. Postula que la finalidad inmediata es el
reconocimiento del crédito como real y la finalidad mediata es la habilitación
para oponerse a que se entreguen a los herederos sus porciones
hereditarias, hasta no quedar pagado su crédito (Pérez Lasala, 2014, p. 665).
Con esta solución se persigue evitar dilaciones y costos. Sin embargo, si uno
de los herederos no presta su conformidad, el acreedor deberá reclamar su
crédito vía incidental ante el juez del sucesorio. En caso de silencio, se
entiende que se rechazó el pedido del acreedor, pues la norma manifiesta
que el reconocimiento debe ser expreso.

La declaración de legítimo abono permite al acreedor ejecutar su crédito por


la vía de ejecución de sentencia. En caso de negativa a tal declaración, el
acreedor podrá ir por la vía judicial ordinaria.

Procedimiento de pago:

El art. 2358 postula que “el administrador deberá pagar a los acreedores que
se presenten a la sucesión según el rango de preferencia de cada crédito
según la ley de concursos”8. Una vez pagados los acreedores, los legados se
cumplen conforme al siguiente orden:

a) “Los que tienen preferencia otorgada por el testador.


b) Los de cosa cierta y determinada.
c) Los demás legados. Si hay varios de la misma categoría, se pagan a
prorrata”9.

8 Art. 2358- Ley N° 26.944. Op. cit.


9 Art. 2358. Ley N° 26.944. Op. cit.
19
La norma consagra la autonomía de la voluntad, pues el causante puede
determinar el orden de preferencia de pago en los legados.

Por último, a fin de obtener la satisfacción de sus créditos o la entrega de


sus legados, los acreedores del causante, los acreedores de cargas de la
sucesión y los legatarios podrán oponerse a que se entreguen los bienes a
los herederos hasta que se paguen sus créditos o se cumplan los legados. Si
la masa hereditaria resulta insolvente, los copropietarios de la masa o los
acreedores podrán pedir el concurso preventivo o la quiebra. Se aplica en
este supuesto la normativa concursal.

Conclusión de la administración judicial:

Una vez finalizada la administración, pesa sobre el administrador la


obligación de presentar la cuenta definitiva. Tal rendición puede realizarse
de manera privada cuando los coherederos sean plenamente capaces y
estuviesen de acuerdo. De lo contrario, debe realizarse judicialmente. Una
vez presentada la rendición, se corre traslado a los coherederos para que
puedan impugnarla. Si no se presentan impugnaciones o resueltas las que se
hubiesen realizado, el juez aprueba la administración por resolución judicial.

Responsabilidad de los herederos y legatarios


La sanción del Código Civil y Comercial pone fin a la distinción entre
aceptación con beneficio de inventario y aceptación pura y simple; bajo tal
distinción, según cómo había sido efectuada la aceptación, la
responsabilidad del heredero se limitaba a los bienes de la herencia o
comprendía su propio patrimonio, respectivamente. Ahora el código recepta
una única forma de aceptación que apareja una responsabilidad limitada del
heredero. Asimismo, resulta innecesario el beneficio de la separación de
patrimonios, pues el régimen vigente directamente diferencia los
patrimonios. El heredero solo responderá ilimitadamente en los casos
expresamente establecidos por el Código, en su art. 2321.

Regla sobre la responsabilidad de los herederos.


Responsabilidad con los propios bienes: casos

El principio es sentado por el art. 2317 del C.C.C.N., que regula que el
heredero queda obligado por las deudas y legados de la sucesión solo hasta
el límite del valor de los bienes hereditarios recibidos. Si fueran varios los
herederos, responden con la masa hereditaria indivisa.

20
El heredero responde por las deudas y cargas de la sucesión con los bienes
hereditarios o con el valor de tales bienes, según los tenga o no en su poder.
Si bien la norma habla del valor de los bienes, el art. 2880 prescribe que
responden con los bienes recibidos o con su valor, si los hubiese enajenado.
Asimismo, si luego de la partición aparecieran acreedores tardíos del
causante, el heredero responderá con el valor de los bienes recibidos. La
responsabilidad se transformará de cum viribus en pro viribus.

Conforme a esta última norma –contraria al Código Civil–, las deudas de la


sucesión no se dividen de pleno derecho a la muerte del causante, sino que
los herederos responden con toda la masa indivisa. Es decir, la deuda no se
divide en tantas partes como herederos hubiese; el acreedor del causante
podrá exigir su acreencia al administrador de la herencia y no a cada
heredero.

Supuestos de responsabilidad con los propios bienes:

El art. 2321 del C.C.C.N. expresa que responde con sus propios bienes, por
el pago de las deudas del causante y cargas de la herencia, el heredero que:

a) no hace el inventario en el plazo de tres meses desde que los


acreedores o legatarios lo intiman judicialmente a su
realización.
b) oculta fraudulentamente los bienes de la sucesión omitiendo
su inclusión en el inventario [Este inciso comprende la
ocultación fraudulenta y los supuestos previstos por el art.
2295 del C.C.C.N.
(aceptación forzosa). La omisión de los bienes en el inventario
debe ser intencional, pues si fuese por una inadvertencia, el
heredero podrá ampliar el inventario en un plazo extra
otorgado por el juez.].
c) exagera dolosamente el pasivo sucesorio.
d) enajena bienes de la sucesión, excepto que el acto sea
conveniente y el precio obtenido ingrese a la masa10.

Esta norma consagra la pérdida de la responsabilidad limitada ante


determinadas conductas del heredero, quien responderá con sus propios
bienes por las deudas y cargas de la sucesión.

10 Art. 2321- Ley N° 26.944. Op. cit.


21
Por su parte, el art. 2322 regula el orden de cobro de los acreedores sobre
los bienes del heredero, ante la procedencia de alguno de los supuestos del
art. 2321, así lo expresa :

1º) Si se trata de créditos de los acreedores del heredero, que son anteriores
a la apertura de la sucesión, gozan de preferencia respecto a los acreedores
del causante y los legatarios.

2º) Si los créditos de los acreedores del heredero se originan con


posterioridad a la apertura de la sucesión, concurren a prorrata con los
acreedores del causante.

Solo pueden dirigirse contra los bienes del heredero si resultan insuficientes
los del causante.

Reembolso:

Si el heredero abonara una deuda o legado mayor a su porción en la


herencia, tiene derecho a accionar contra los coherederos o legatarios a fin
de obtener el reembolso del excedente y hasta el límite de lo que cada uno
debe soportar, aun cuando medie subrogación. Conforme al art. 2358,
corresponde al administrador pagar las deudas de la sucesión y entregar los
legados; por lo tanto, el heredero no debería haber abonado la deuda y
quedar así con derecho al reembolso.

Algunos autores entienden que el caso se refiere al supuesto de que se


hubiesen efectuado todos los pagos y el administrador hubiera cesado en
sus funciones.

Los acreedores del causante frente a los acreedores de los


herederos. Preferencia sobre los bienes del causante

Los acreedores por deudas del causante y por las cargas de la sucesión y los
legatarios tienen derecho al cobro de sus créditos y legados sobre los bienes
hereditarios, con preferencia a los acreedores de los herederos. Esta
solución guarda armonía con el principio de responsabilidad limitada del
heredero respecto a las deudas y cargas de la sucesión; de tal manera, se
otorga mayor protección a tales acreedores que así no verán disminuido el
patrimonio sobre el cual satisfacer su crédito, lo que sucedería de concurrir
con los acreedores del heredero sin gozar de preferencia sobre estos.

El art. 2358 establece el orden en que deben efectuarse los pagos:

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1º) Los acreedores de las deudas y cargas de la sucesión, conforme al rango
de preferencia regulado por la ley concursal.

2º) Los legados, en el límite de la porción disponible, y dentro de estos:

a) “los que tienen preferencia otorgada por el testador,


b) los de cosa cierta y determinada, 
c) los demás legados. Si hubiese varios legados se pagan
a prorrata”11.

Luego que hubiesen cobrado todos ellos, podrá pagarse a los acreedores de
los herederos.

Legado de universalidad

Prescribe el art. 2318:

Legado de universalidad. Si el legado es de una universalidad


de bienes y deudas, el legatario solo queda obligado al pago
de las deudas comprendidas en aquella hasta el valor de los
bienes recibidos, sin perjuicio de la acción subsidiaria de los
acreedores contra los herederos y los otros legatarios, en
caso de insuficiencia de los bienes de la universalidad12.

Se recepta, en la norma en análisis, la responsabilidad limitada del legatario.


El límite es el valor de los bienes recibidos. Sin embargo, los acreedores
podrán ir contra los herederos y demás legatarios si los bienes que
conforman la universalidad resultaran insuficientes para satisfacer su
crédito.

Acción contra los legatarios

Los acreedores del causante pueden entablar acción contra los legatarios,
pero solo hasta el límite del valor de lo que reciban. Asimismo, se fija un

11 Art. 2358- Ley N° 26.944. Op. cit.


12 Art. 2318- Ley N° 26.944. Op. cit.
23
plazo de caducidad para ejercer la acción, que es de un año desde que
cobraron los legados. Esta norma reduce el plazo de tres años previsto por
el artículo 3398 del Código Civil, que tiene similar redacción. El fundamento
de tal solución radica en que el derecho de los legatarios a percibir sus
legados se encuentra subordinado a que se hubiesen cancelado las deudas
y cargas de la sucesión (Pérez Lasala, F. 2014, p. 139).

Si el legatario abonara una deuda mayor a su legado, tiene derecho a


accionar contra los herederos o colegatarios a fin de obtener el reembolso
de lo que pagó en demasía y hasta el límite de lo que cada uno debía
soportar.

 

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Referencias
Bagnasco, D. (2014). Título VII: Proceso Sucesorio – Capítulo 5: Pago de
deudas y legados. En J. C. Rivera y G. Medina (Dirs.), Código Civil y Comercial
de la Nación Comentado. Buenos Aires: Thomson Reuters – La Ley

Borda, G. (1994). Tratado de Derecho Civil – Sucesiones, tomo 1. Buenos


Aires: Abeledo Perrot.

Gitter, A. (2014). Título VII: Proceso Sucesorio – Capítulo 4: Administración


judicial de la sucesión. En J. C. Rivera y G. Medina (Dirs.), Código Civil y
Comercial de la Nación Comentado. Buenos Aires: Thomson Reuters – La Ley.
Ley N° 340 (1869) Código Civil. Honorable Congreso de la Nación Argentina

Ley N° 14.394 (1954) Régimen de menores y de la familia. Honorable


Congreso de la Nación Argentina.

Ley N° 26.944 (2014) Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable


Congreso de la Nación

Pérez Lasala, J. L. (2014). Tratado de Sucesiones. Tomo 1. Santa Fe: Rubinzal


Culzoni.

Pérez Lasala, F. (2014). Título V: Responsabilidad de los herederos y


legatarios. Liquidación del pasivo. En J. C. Rivera y G. Medina (Dirs.), Código
Civil y Comercial de la Nación Comentado. Buenos Aires: Thomson Reuters –
La Ley.

Rolleri, G. (2014). Título VI: Estado de indivisión – Capítulo 1: Administración


extrajudicial. En J. C. Rivera y G. Medina (Dirs.), Código Civil y Comercial de
la Nación Comentado. Buenos Aires: Thomson Reuters – La Ley.

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