Albacea o Ejecutor Testamentario (Cuestionario Final)

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CONCEPTO DE ALBACEA O EJECUTOR TESTAMENTARIO

En nuestro sistema legal, el testamento es normalmente ejecutado y cumplido por el mismo


heredero: Este se ocupa directamente de pagar y entregar los legados dispuestos por el
causante, así como de atender al cumplimiento de las demás cargas y obligaciones que el
mismo haya impuesto. Y si son varios los herederos, todos ellos proceden de consuno a
cumplir tales legados, cargas y obligaciones.

Por otro lado, puede suceder que el testador –por un motivo u otro– no tenga la suficiente
seguridad o confianza en que su o sus herederos habrán de cumplir y de acatar debida y
oportunamente su voluntad; o que estime –por las circunstancias del caso que afecten al o a los
herederos– que él o ellos, necesitan cierta protección o asistencia, a los efectos del
cumplimiento de los legados, cargas y obligaciones establecidos en el testamento.
Por eso, la ley autoriza al de cujus a encargar a una o más personas, que designa en su
testamento, para que cumplan o para que velen por el cumplimiento de su última voluntad:
ellas se denominan, indiferentemente, albaceas, testamentarios o ejecutores testamentarios.
Según Pothier, “albacea es un mandatario impuesto por el testador a sus herederos o
legatarios universales, con el objeto de obtener una más segura, más exacta y más diligente
ejecución de sus últimas voluntades.”
A nuestro pensar la raíz más remota de la institución del albaceazgo, es la del fideicomiso
romano: la disposición de última voluntad mediante la cual el causante rogaba al heredero que
cumpliera determinada manda u orden, en beneficio de un tercero. Sin embargo, la generalidad
de la doctrina se inclina por considerar que se originó más bien en la figura del Saltman, que
intervenía en las adopciones in hereditatem (affatomia) del antiguo Derecho Germánico.

Adopción Affatomia: Adopción anómala, efectuada testamentariamente por la que el


padre instituía heredero a quien, en el mismo acto imponía la obligación de llevar su
apellido, sin la intervención del Colegio de Pontífices.

Sea lo que fuere, existe consenso respecto de que, cuando en realidad floreció y se desarrolló
el albaceazgo –en forma más o menos parecida a la que se tiene en las legislaciones
modernas– fue en la alta Edad Media y bajo el patrocinio del Derecho Canónico.

Durante el medioevo, la iglesia influyó de manera decisiva en la generalización de la


costumbre de testar y en la inclusión, en el acto de última voluntad, de liberalidades a favor de
obras pías y caritativas (las cuales incluso se presumían ordenadas por el de cujus, cuando este
fallecía sin haber recibido los sacramentos). Inicialmente, el testador acostumbraba encargar a
alguno de sus parientes, amigos o personas de confianza, el cumplimiento de esas
liberalidades; pero con el tiempo, la ley canónica designó al obispo de la respectiva diócesis,
como ejecutor testamentario de pleno derecho de todos los legados píos, independientemente
de lo que el de cujus estableciera al respecto en su acto de última voluntad.
Con el tiempo fue arraigando también la costumbre de designar uno o más albaceas, para que
se encargaran del cumplimiento de las disposiciones testamentarias distintas de los legados
píos. Más aún, en ciertas religiones –como en Inglaterra– se llegó a negar validez al
testamento que no incluyera el nombramiento del ejecutor; y en otras –como Francia– si el
causante no lo había designado o si la designación resultaba ineficaz, se entendía que el
albaceazgo correspondía, de pleno derecho, al obispo, al señor de la tierra o al juez civil, según
el caso.

La institución de la ejecutoría testamentaria llegó a su apogeo en Europa, en el siglo XIII y


comenzó a decaer en el inmediato siguiente, sobre todo porque a partir de entonces, «el
testamento se desarrolla en un ambiente de juristas animados por sentimientos religiosos más
fríos que los de sus antecesores…» (O. Martin por Lepointe).

El ejecutor testamentario, en aquellas épocas, tenía por misión ejecutar y cumplir las
mandas dispuestas por el testador y sostener la validez del acto de última voluntad, ya
que de ello dependía la eficacia de dichas liberalidades. Y a los efectos de poder llevar a cabo
sus funciones de manera cabal, la ley lo autorizaba para apoderarse o tomar posesión de los
bienes muebles e inmuebles que figuraban en el patrimonio hereditario.

Por lo que concierne al Derecho contemporáneo comparado, cabe señalar que «el albaceazgo
presenta dos modalidades modernas: a) En las legislaciones latinas y germánicas es función
secundaria y subordinada a la voluntad del testador. b) En las legislaciones anglosajonas es
institución esencial, pues no se permite a los sucesores liquidar la herencia, siendo ésta la
función propia del ejecutor testamentario o judicial».

En el derecho anglosajón, el albacea (si se trata de sucesión testada) o el administrador (si es


intestada), no sólo es una figura legalmente indispensable, sino que –además– sus funciones
son amplísimas: es el representante legal de la herencia y, por otra parte, le corresponde
administrarla; satisface el pasivo hereditario y los gastos del sepelio del causante; paga los
legados y distribuye el patrimonio entre los herederos del de cujus, en base a las
disposiciones testamentarias de éste o de la ley.

NATURALEZA JURÍDICA DEL ALBACEAZGO


Bastante se ha escrito y discutido sobre la naturaleza jurídica del ejecutor testamentario.
Algunos han considerado que la función del albacea equivale a una tutela o a una curatela;
otros han estimado que el ejecutor juega un papel del árbitro. Generalmente, sin embargo, se
sostiene que, por cuanto el albacea se limita a cumplir un encargo ajeno, actúa en realidad
como mandatario.

Dentro de la última corriente aludida, no existe unanimidad de opinión, respecto de quien es


en realidad el mandante del ejecutor testamentario.
 Algunos han dicho que es el de cujus, pues él lo ha designado y le ha señalado sus
funciones; pero otros piensan que mal podría ser así, toda vez que el mandato se
extingue con la muerte del mandante, y, en cambio, al albaceazgo precisamente
comienza cuando tal cosa ocurre.

 Un segundo grupo doctrinario mantiene que el albacea es mandatario de los herederos,


en razón de que ellos –a su vez– son los continuadores del causante y las personas a
cuyo cargo estaría el cumplimiento de los legados y cargas de la herencia, de no
haberse designado un ejecutor; pero también ha resultado complicado defender esta
posición, puesto que el testamentario no actúa en realidad por los herederos y en
beneficio de ellos, sino más bien en su contra (precisamente porque, en términos
generales, se trata de que el de cujus desconfía de sus sucesores universales).

 Otros autores se pronuncian en el sentido de que los mandantes del albacea son los
legatarios, sin embargo, al respecto cabe argumentar que los sucesores particulares no
han nombrado al albacea de ahí que parezca muy cuesta arriba considerar que éste los
representa,además, el testador puede designar albacea aunque no haya nombrado
legatario alguno, por lo cual resulta absurdo sostener que el ejecutor representa a
alguien que no siempre existe.

 Un último grupo afirma que el albacea simplemente representa la herencia, pero tal
criterio se basa en la suposición de que el patrimonio hereditario tiene de por sí
personalidad jurídica lo cual carece de toda base y fundamento, en sistemas legales
como el venezolano.

Otro sector más moderno de la doctrina estima que el albaceazgo no tiene que ver con el
mandato, sino que se trata de un cargo o de una función de índole privada, que se gobierna
exclusivamente por las disposiciones del testador y por las de la ley.

A primera vista pareciera que el albacea es una especie de mandatario póstumo del causante,
encargado por él; se trataría entonces de un mandato con características y rasgos muy
peculiares y diferentes de los de un mandato ordinario. Diferencias:

 El mandato es un contrato, un negocio jurídico bilateral; en cambio, el nombramiento


de albacea es un acto unilateral del causante, y la aceptación del mismo es otro acto
natural y completo de por sí.

 El mandato se extingue con la muerte del mandante; por el contrario, el albaceazgo es


establecido para que sea eficaz y se cumpla después de fallecido el mandante y no en
vida de este.
 El mandatario puede ser un incapaz; pero únicamente se puede designar como albacea
a aquel que tiene capacidad para obligarse. La razón de eso viene dada porque pueden
resultar perjudicados el heredero o los mismos legatarios, que nada tuvieron que ver
con la escogencia de dicho ejecutor testamentario. Por otro lado, el testador puede
nombrar tanto a personas naturales, como a personas jurídicas, además, nada impide
que el causante nombre al efecto a una persona que además sea su sucesor universal o
particular.

 El mandato es revocable por voluntad del mandante. El nombramiento de albacea


también puede ser revocable por el de cujus mientras él viva, luego de fallecido los
herederos no tienen la facultad de hacerlo.

 El mandatario rinde cuentas de su gestión al mandante; el albacea rinde cuentas a los


herederos.

 El mandatario puede sustituir su mandato en otra persona; al albacea no le es dado


hacerlo, en principio. A menos, que haya sido autorizado por la autoridad judicial
pertinente.

 Cuando existen varios mandatarios estos no responden solidariamente de su gestión;


cuando son varios albaceas estos sí responden de manera solidaria. La excepción a esto
radica en el caso de que el causante hubiera dispuesto otra cosa, o que haya dividido
entre los varios albaceas las distintas funciones del albaceazgo.

 El mandatario actúa en nombre de su mandante; el albacea, por el contrario, actúa en


nombre propio y no como apoderado de otra persona.

Todo esto nos lleva a pensar que la naturaleza del albaceazgo es compleja: tiene ciertos
rasgos de un mandato; lo cual obliga a aplicarle por analogía las reglas legales
concernientes a ese contrato, aunque también es, incuestionablemente, un cargo o función
de índole privada.
CARACTERISTICAS DEL ALBACEAZGO

 De origen testamentario: Sólo ha de surtir efectos después de la muerte de la persona


que lo efectúa; de ahí que únicamente pueda hacerse de manera valida, mediante
testamento.

 Voluntario: No es de obligatoria aceptación para la persona nombrada; pero una vez


aceptado este es de carácter obligatorio, no es renunciable.
Ahora, sobre la aceptación:

a) La aceptación debe llevarse a cabo ante un juez de primera instancia en materia


civil, con jurisdicción en el lugar de apertura de la sucesión del testador.

b) En caso de que el albacea tarde en aceptar o rechazar el cargo, cualquier


interesado puede solicitar a la autoridad judicial que fije un término razonable
para que aquél comparezca a manifestar su postura. Si no concurre, el juez
puede declarar caducado su nombramiento.

c) A pesar de que al albacea no le es dado renunciar al cargo luego de haberlo


aceptado, la ley admite que la autoridad judicial correspondiente lo excuse de
continuar ejerciéndolo, siempre que existan motivos que así lo recomienden.
Esto sólo puede darse a solicitud de parte interesada.

d) La declaración de caducidad del albaceazgo o de la excusa de continuar


ejerciéndolo, no afecta a los demás ejecutores testamentarios, que hayan
aceptado el cargo o que deseen hacerlo. Si el que ha sido excusado o declarado
como caducado su oportunidad es el único que había sido designado por el
testador, las cargas impuestas en el testamento recaen directamente sobre los
herederos de la persona fallecida, tal como si ésta no hubiese nombrado
ejecutor alguno.

 Personalísimo: De haber fallecido el ejecutor testamentario designado, el cargo se


extingue y no pasa a sus herederos. Dicho cargo no es susceptible de delegación o de
sustitución, a menos que el testador lo hubiere autorizado expresamente. Esto no
impide a los albaceas utilizar los servicios auxiliares de terceras personas (peritos
avaluadores, contadores, administradores de bienes, abogados, entre otros) a los
efectos de llevar adecuadamente sus funciones.

 Temporal: El albacea tiene que cumplir su encargo dentro del término que al efecto
haya establecido el testador y que, si no existe tal fijación, debe hacerlo en el curso de
un año, contado desde la fecha de la apertura de la sucesión. (En la actualidad este
plazo es absolutamente irreal, casi siempre se va a hacer necesario solicitar al juez de
una prórroga razonable del plazo del que dispone para cumplir su misión.) La misma
norma autoriza al juez a prorrogar el plazo, según las circunstancias, a solicitud del
albacea o de cualquiera de los herederos; pero no así cuando el término lo ha fijado el
causante.
Ahora bien, la autoridad no puede prorrogar el plazo de un año cuando:
o Existan legados o sustituciones fideicomisarias, cuyo término inicial o
condición suspensiva esté aún pendiente de vencimiento o cumplimiento.
o Existan deudas cuyo pago se ha encomendado al albacea, respecto de las cuales
estuviere pendiente el plazo de su cumplimiento, la condición suspensiva a que
estuvieren sujetas, o su liquidación.

La excepción a este principio se presenta cuando el testador ha otorgado al albacea la


tenencia material o posesión material de los bienes objeto del legado instituido a
término inicial o bajo condición suspensiva. En dicho caso, la prórroga del albaceazgo,
se limita exclusivamente a la tenencia o posesión de tales bienes, a fin de entregarlos
en el momento oportuno al legatario instituido.

 Gratuito: A pesar de que la ejecutoría testamentaria es oficio de amigo, el testator


puede prever en su testamento alguna remuneración para el albacea, caso en el cual
éste tiene derecho a ella una vez que le hayan sido aprobadas las cuentas de su gestión.
o Si el testador dispuso de algún legado u otra remuneración conjuntamente para
los varios albaceas, la parte de los que no acepten el cargo acrece la de los que
sí lo hagan.
o Si el testador fija separadamente la remuneración de cada uno de ellos, no hay
lugar al antes mencionado acrecimiento.

En todo caso, el albacea tiene derecho de cobrar a la herencia el reintegro de todos los
gastos en que hubiere incurrido en el desempeño de sus funciones; tales como los de
inventario, los de rendición de cuentas y los otros de carácter indispensable, que haya
tenido que sufragar con motivo de su gestión.

FUNCIONES DEL ALBACEA


Si bien la función básica y fundamental del albacea es velar por el cumplimiento de todas las
disposiciones testamentarias, particularmente de los legados y de las otras cargas dispuestas
por el causante, éste perfectamente puede restringir o regular dicha función y también
conferir al testamentario atribuciones adicionales, siempre y cuando las mismas no
contradigan preceptos legales de orden público.

Ejemplos:

RESTRICCIONES AMPLIACIONES
Que el albacea designado sólo deba vigilar la Que se encargue al albacea cumplir él
ejecución de ciertos y determinados legados directamente las mandas, cargas y
o cargas. obligaciones. (Y no sólo ser vigilante)
Que la vigilancia del ejecutor, en relación al Que se ordene al testamentario la formación
cumplimiento de los legados por parte del del inventario del patrimonio hereditario.
heredero, se limite a la notificación por él a
cada legatario de la institución que lo Que se le de la facultad de actuar como
favorece. partidor de la herencia.

Que simplemente fije como atribuciones Que el albacea lleve a cabo la preparación y
algunas de las que figuran en el artículo 973, la presentación de la correspondiente
aclarando que no podrá ejercer las restantes declaración de la herencia a los fines de la
que aparecen en dicha norma. liquidación y pago del impuesto sucesoral.

Entre las atribuciones que el testador no puede dar a su albacea, porque contradicen
preceptos de orden público, conviene destacar:

- Las que significan cargas o condiciones impuestas a la legítima que corresponde a


los herederos legitimarios: La legitima no puede someterse a carga o condición
alguna. Es por ello que el testador no puede autorizar válidamente al albacea para que
se apodere o asuma la tenencia y posesión material de los bienes de la herencia, cuando
hay herederos forzosos.

- Las que contradicen la finalidad misma de la institución del albaceazgo:


Ejemplo» Que el testador facultara al ejecutor para que continúe en el ejercicio de su
cargo, durante todo el término establecido al efecto por el testamento o por la ley,
aunque ya se hubieran satisfecho todos los legados y cargas dispuestas por el testador,
toda vez que, en tales supuestos, la ley autoriza al heredero a exigir la terminación de
la ejecutoría testamentaria.

- Las que implican desconocimiento de la capacidad de los herederos o legatarios,


que gozan de ella: Si todos los herederos son capaces, no es dado al causante ordenar
al albacea que forme inventario solemne del patrimonio hereditario, pues el legislador
venezolano estima que tal facultad sería atentatoria contra la plena capacidad de que
gozan los herederos, es a estos a quienes corresponde decidir si la herencia debe ser o
no inventariada.

Por otro lado, puede verse esto como una justificación ilógica, puesto que la misma
finalidad del albaceazgo, que consiste en proteger a los legatarios de las irregularidades
que puedan cometer los herederos y velar por el cumplimiento de las cargas
establecidas. En efecto, para alcanzar esto, lo normal sería que el albacea iniciara su
gestión con la formación del inventario de la herencia, independientemente de que el
testador lo hubiese o no autorizado a ello de manera expresa.

Dominici afirma que los herederos sólo pueden oponerse a la formación del inventario
ordenada por el testador al albacea, si al propio tiempo consignan dinero suficiente
para el pago de las deudas de la herencia, de los legados y de las demás cargas
impuestas por el de cujus, o si efectúan todos los pagos correspondientes, o si los
aseguran debidamente.

¿Puede facultar al albacea a representar judicial o extrajudicialmente a su sucesión?


pero la respuesta tiene que ser negativa. En efecto, cuando son varios los instituidos, la
sucesión es una simple comunidad que, por carecer de personalidad, no puede ser sujeto
pasivo de representación; por otro lado, si el heredero es capaz, el causante no puede
imponerle mandatario. Excepciones a este principio:

- La ley autoriza al sucesor que no ha aceptado todavía la herencia que le ha sido


deferida, a representarla en juicio –como curador– en los procesos que se intenten
contra la misma (sin que ello implique aceptación de la sucesión). Por eso, el testador
puede dar igual facultad al albacea, pero únicamente durante el período comprendido
entre la fecha de la apertura de la sucesión y la de la aceptación de la herencia por el
heredero.
- Cuando el heredero es un incapaz, la ley, permite al testador nombrarle curador
espacial para la administración de bienes que le transmite. El testador puede otorgar
estas funciones al albacea.
ATRIBUCIONES LEGALES DEL ALBACEA (Arts. 973, 976 y 977 CC; Art. 128. COT)

1. Disponer y pagar los funerales del testador: El albacea debe atenerse a lo que al
efecto haya ordenado el propio causante; y, a falta de previsiones sobre el particular,
debe proceder de acuerdo con las costumbres del sitio donde deban efectuarse y
tomando además en cuenta la cuantía del patrimonio hereditario. Cuando en la
herencia no hubiere dinero suficiente y los herederos no lo suplen, el ejecutor puede
solicitar autorización judicial para proceder a la venta de bienes hereditarios, previa
notificación a los herederos, a los fines de obtener el efectivo necesario.

2. Pagar los legados que consistan en cantidades de dinero: La indicada facultad


únicamente puede ser ejercida por él cuando ha sido autorizado por el testador para
apoderarse de los bienes hereditarios, ya que de lo contrario no tendría su tenencia
material y, por ende, mal podría pagar legados con ellos.

Por otro lado, aunque el causante lo no haya hecho expreso, el albacea podría proceder
al pago de los legados en dinero en efectivo, utilizando al efecto su propio peculio y
habiendo recibido autorización por parte de los herederos; de hacerlo, las cantidades
que haya sufragado deben serle reintegradas por el sucesor universal.

3. Vigilar o velar por el cumplimiento y la ejecución de todo lo ordenado en el


testamento del de cujus: El albacea tiene que velar por el cumplimiento y la ejecución
de los legados, cargas y demás obligaciones establecidas en el testamento, toda vez que
ello constituye la misma razón de ser del albaceazgo. Pero dada la amplitud de la
norma legal en referencia, el ejecutor debe también vigilar el cabal cumplimiento de
las instituciones universales hechas por el de cujus.

4. Sostener la validez del testamento, en juicio o fuera de él, si así lo considera justo:
Tiene también la atribución de defender la validez del testamento, puesto que de la
eficacia de éste depende la posibilidad de su ejecución, cuando ello sea justo (la
apreciación de dicha justicia y legitimidad, queda a criterio del propio albacea). Abarca
el caso de que éste en juego la validez del testamento en sí, como acto o negocio
jurídico, pero también la eficacia o nulidad de determinada institución particular o
universal del mismo, o de cualquier otra disposición allí contenida.

5. Pagar las deudas de la herencia, si está en posesión de todos los bienes de la


misma: Puede pagar con su dinero y luego serle retribuido; y también puede, si no hay
dinero en la herencia y los herederos no lo suplen, vender bienes del patrimonio del de
cujus –previa notificación a los herederos–.

6. Proceder al inventario de los bienes dejados por el causante: Nuestra ley no


siempre considera esta una función del albacea; únicamente reconoce esa facultad
(cuando no haya oposición de los herederos y estos no sean capaces) en los siguientes
casos:
a. Cuando el testador lo ha facultado expresamente a formar el inventario de la
herencia.
b. Cuando lo ha autorizado a apoderarse de los bienes de la herencia; lo cual
considera el legislador como el conferimiento tácito de la atribución de
inventariar el patrimonio hereditario.
En ambas situaciones no puede iniciar el inventario sin haber notificado a los sucesores
universales, a fin de que los mismos puedan ejercer, si así lo desean, su referido
derecho de oposición.

Por último, la ley dispone que el inventario debe llevarse a cabo con las mismas
formalidades exigidas para el inventario de la aceptación a beneficio de inventario.

7. Cumplimiento de los deberes formales tributarios relativos a la herencia: El


principal de ellos sería la preparación y presentación de las correspondientes
declaraciones fiscales. En lo referente al impuesto sobre la renta, el albacea sólo puede
llevarlo a cabo si está en posesión de todos los bienes sucesorales.
EL APODERAMIENTO DE LOS BIENES DE LA HERENCIA
En nuestra legislación el apoderamiento de los bienes de la herencia, por el albacea, no es una
facultad legal de éste, sino sólo una atribución que el testador es libre de conferirle o no.

Algunos autores consideran que esta facultad debe ser expresa, otros que puede ser tácita; a
nuestra manera de ver, lo que importa es que no queda duda alguna de que el causante haya
querido otorgarla a su albacea, independientemente de la manera como se haya expresado al
efecto.

El Código Civil venezolano no permite el apoderamiento de los bienes de la herencia por el


albacea, cuando existan herederos legitimarios, ya que, para éstos, se trata de una cuota de la
herencia que se les debe en plena propiedad y que no se puede someter a carga o a condición
alguna. Sin embargo, el testador puede ordenarles a estos que, a los efectos de tomar posesión
material de los bienes, sea necesaria la intervención de un albacea, a fin de que exista
constancia precisa de los bienes que han quedado en poder de dichos legitimarios.

Aun cuando no existan herederos legitimarios y el testador a otorgado al ejecutor tal toma de
posesión material, esta tampoco puede llevarse a cabo sin la intervención o citación de los
herederos; se trata de una medida prevista por el legislador, para que igualmente quede
constancia indiscutible de los bienes que han quedado en posesión del albacea.

Cabe mencionar que, sin el apoderamiento el albacea sólo vigila el cumplimiento por el
heredero de las disposiciones; mientras que con la posesión material cumple o hace cumplir él
mismo, tales previsiones de última voluntad.

Y, adicionalmente, los herederos pueden hacer cesar en todo momento la tenencia,


mediante alguno de los siguientes procedimientos:

- Consignando al ejecutor el dinero o las otras especies para el pago de las deudas y de
los legados.

- Demostrando al testamentario haber satisfecho todos los legados y deudas de la


herencia.

- Constituyendo cauciones reales o personales, suficientes y bastantes, para asegurar el


pago de dichos legados y deudas, en el modo y en la oportunidad ordenados por el
causante.

TERMINACIÓN DEL ALBACEAZGO: CONSECUENCIAS.


 Anulación del testamento: La declaración de nulidad de éste, determina la ineficacia
de dicho nombramiento.
 No aceptación del cargo: Si la persona designada a tal efecto no acepta, su
nombramiento caduca.

 Muerte y la inhabilitación, la interdicción, la quiebra o le cesión de bienes del


albacea: El primero lo consagra expresamente la ley; los otros cuatro están previstos
para la extinción del mandato y por ende deben aplicarse por analogía.

 Excusa del ejecutor, por causa justificada y aceptada por la autoridad judicial.

 Remoción del albacea por autoridad judicial: Solicitado por cualquier interesado
mediante demanda en forma, que sigue los trámites del juicio ordinario.Procede por el
incompetente desempeño de la misma, como también por la infidelidad de quien la
ejerce.

 Conclusión de la misión antes del vencimiento del plazo.

 Vencimiento del término fijado por el testador.

 Vencimiento del término de un año, si el testador no estableció plazo.

Extinguido el albaceazgo, el o los ejecutores deben rendir cuentas de su gestión a los


herederos del testador. Este debe haber cumplido con sus funciones con la diligencia de un
buen padre de familia y responde a quine resulten lesionados por su actuación.
Las acciones judiciales contra el albacea, intentadas antes de la partición de la herencia o de
que transcurra el plazo de un año, se pueden proponer ante el tribunal civil competente del
lugar de dicha apertura o del sitio donde el albacea tenga su domicilio; pero cuando se intenta
después de efectuada la partición o cuando ha transcurrido el plazo de un año, se tienen que
incoar ante el juez competente del domicilio del ejecutor testamentario.

(*) Herederos Legitimarios o Herederos Forzosos: Descendientes, ascendientes, cónyuge.


Sección VIII legados que consistan en cantidades de
De los Albaceas o Testamentarios dinero, haciéndolo saber al heredero y no
contradiciéndolo éste. 3º Vigilar la ejecución
Artículo 967. El testador puede nombrar uno de lo demás ordenado en eltestamento; y
o más albaceas. sostener, siendo ello justo, su validez en
juicio o fuera de él. 4º Si por disposición del
Artículo 968. No puede ser albacea quien testador está en posesión de todos los bienes,
no puede obligarse. sus atribuciones se extienden a pagar las
Artículo 969. El menor no puede ser deudas.
albacea, ni aun con la autorización del Artículo 974. En el caso del artículo anterior,
padre o del tutor. si no hubiere en la herencia dinero bastante
Artículo 970. El Juez, a instancia de para hacer los pagos de que trata dicho
cualquiera de los interesados en la sucesión, artículo, y los herederos no lo afrontasen de
debe señalar un plazo razonable dentro del lo suyo, solicitarán los albaceas autorización
cual comparezca el albacea a aceptar su cargo del Tribunal para la venta de bienes, previa
o a excusarse de servirlo. Si el albacea está en notificación a los herederos.
mora de comparecer, puede darse por Artículo 975. Los albaceas no podrán, so
caducado su nombramiento. pretexto de pagos de legados y funerales,
Artículo 971. Las atribuciones de los proceder al inventario de los bienes del de
albaceas serán las que designe el testador con cujus, contra la voluntad de los herederos.
arreglo a las leyes. Existiendo herederos Artículo 976. Procederán a la formación de
forzosos, no podrá el testador autorizar a los inventario siempre que el testador lo hubiere
albaceas para que se apoderen de los bienes ordenado o entraren en posesión de los
hereditarios, pero sí ordenar que para bienes, a menos que, siendo los herederos
apoderarse de ellos los herederos, sea capaces de administrar sus bienes, se opongan
necesaria la intervención, o citación en forma, a ello. Si alguno de los herederos no tuviere
de los albaceas. A falta de herederos forzosos, la libre administración de sus bienes o fuere
podrá el testador autorizar a los albaceas para alguna corporación o establecimiento público,
que se apoderen de dichos bienes, mas, para deberán los albaceas poner inmediatamente
ejecutarlo, será siempre necesaria la en conocimiento del padre, tutor, curador o
intervención y citación en forma de los administrador, que debe procederse a la
herederos, si el testador no hubiere dispuesto formación del inventario, y hallándose éstos
otra cosa. fuera del domicilio del de cujus, procederán
Artículo 972. El heredero puede hacer cesar los albaceas a la formación del inventario sin
la tenencia de los albaceas, consignando una necesidad de aquella participación. Si el
cantidad de dinero suficiente para el pago de heredero libre en la administración de sus
las deudas y legados, o justificando haberlos bienes no se hallare presente, bastará darle el
satisfecho, o asegurando su pago en el modo aviso ordenado anteriormente, si fuere
y tiempo ordenados por el testador; salvo, en posible.
el último caso, disposición en contrario de Artículo 977 En todos los casos de los
éste. artículos anteriores se observará para la
Artículo 973. Las atribuciones de los formación del inventario, lo dispuesto en el
albaceas, además de las que designe el Parágrafo 3º, Sección II, Capítulo III de este
testador, serán las siguientes: 1º Disponer y Título.
pagar los funerales del testador con arreglo a Artículo 978. El albacea debe cumplir su
lo ordenado por éste, y en defecto de tal encargo en el término señalado por el
disposición, según la costumbre del lugar y testador. Si el testador no lo señaló, tendrá el
las facultades de la herencia. 2º Pagar los de un año, a contar desde la muerte de aquél,
término que el Juez podrá prolongar, según Artículo 983. El cargo de albacea es gratuito
las circunstancias, a petición de cualquiera y voluntario; pero una vez aceptado pasa a ser
heredero o del mismo albacea. obligatorio, si no sobreviniere excusa
admisible al prudente arbitrio del Juez.
Artículo 979. Los herederos pueden pedir la
terminación del albaceazgo desde que el Artículo 984. Si el testador legó o señaló
albacea haya cumplido su encargo, aunque no conjuntamente a los albaceas alguna
esté vencido el plazo señalado por el retribución, la parte de los que no admitan el
testador o por la Ley. cargo, acrecerá a los que lo admitan.
Artículo 980. No es motivo para la Artículo 985. Los gastos hechos por el
prolongación del plazo ni para que continúe albacea para el inventario y el rendimiento de
el albaceazgo, la existencia de legados o las cuentas, y los demás indispensables para
fideicomisos cuyo día o condición esté el desempeño de sus funciones, le serán
pendiente, a menos que el testador haya dado abonados de la masa de la herencia.
expresamente al albacea la tenencia de las
respectivas especies, o la parte de bienes
destinada a cumplirlos, caso en el cual se Artículo 1.032. Durante el plazo concedido
limita el albaceazgo a esta sola tenencia. Lo para hacer inventario y para deliberar, el
dicho se extiende a las deudas cuyo pago se llamado a la sucesión no está obligado a
ha encomendado al albacea, y cuyo día, tomar el carácter de heredero. Sin embargo,
condición y liquidación estén pendientes, y se le considerará como curador de derecho de
sin perjuicio de los derechos conferidos a los la herencia, y con tal carácter se le puede
herederos en los artículos precedentes. demandar judicialmente para que la
represente y conteste las acciones intentadas
Artículo 981. Si muchos albaceas han contra la herencia. Si no compareciere, el
aceptado el encargo, uno solo puede Juez nombrará un curador a la herencia para
intervenir a falta de los demás, salvo ese caso.
disposición contraria del testador; pero están
obligados solidariamente a dar cuenta de los Artículo 311. El que instituye heredero,
bienes que se les haya confiado, con tal que el legatario o hace donación a un menor o a un
testador no haya dividido sus funciones y que entredicho, puede nombrarle un curador
especial para la administración de los bienes
cada uno de ellos se haya limitado a los que
que le trasmite, aunque el menor esté bajo la
se le hubieren atribuido. patria potestad, o el entredicho tenga tutor; y
Artículo 982. Sin expresa autorización del aun podrá dispensarlo del deber de rendir
testador, el albacea no puede delegar sus cuentas de la administración y de presentar
funciones, las cuales terminan por su muerte estados anual.
o remoción o por la expiración del lapso
señalado por el testador o por la Ley.

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