Sucesiones Tema Albaceas o Ejecutores Testamentarios

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TEMA 13 ALBACEAS O EJECUTORES TESTAMENTARIOS

13.1 ANTECEDENTES HISTÓRICOS. – Etimológicamente la palabra albacea proviene del árabe "Alwasi", que
significa ejecutor; aunque algunos doctrinarios sostienen también que proviene de la voz árabe "vaseya"; y
otros, de las voces árabes "AI-wasiyya"; sin embargo, todos coinciden en que proviene de una. locución árabe y
que su significado es "Ejecutor".

Acerca del origen del albaceazgo, aún existen discrepancias, pues mientras unos sostienen que contrariamente
a lo que sucede con la mayor parte de las instituciones del Derecho Sucesorio, el albaceazgo no tiene origen en
Roma: otros estudiosos del Derecho Romano, sostienen que existen suficientes elementos para afirmar que la
ejecución testamentaria tiene origen en Roma; aunque allá. tenía otra denominación la persona que tenía las
facultades que hoy se asignan al albacea.

Empero, la mayor parte de los estudiosos del Derecho, convienen en que la figura jurídica del albacea tiene su
origen en la Edad Media; y que el instituto adquirió connotación bajo la influencia del cristianismo; ya que en
esa época se concedió a la iglesia notable intervención en la ejecución de las últimas voluntades.

En el Derecho Germánico, aparece la figura del ejecutor testamentario, cuando aún no existía el testamento;
pues, cuando una persona deseaba disponer de sus bienes debía acudir a una enajenación entre vivos en favor
de otra llamada salman que encarnaba al ejecutor de la última voluntad.

En el Derecho Anglosajón, a decir de Pérez Lasala, - citado por Armando Villafuerte - los bienes no pasaban
directamente del de cujus a los herederos, sino que entre ellos está la figura del personal representative que
era el ejecutor designado en el testamento; y en el caso de una sucesión intestada, era el presidente de la Alta
Corte de quien nombraba un administrador. En general en las legislaciones anglosajonas, el albaceazgo era una
institución esencial, ya que los herederos no estaban facultados para liquidar la herencia, porque se trata de
una función del ejecutor testamentario o judicial.

En el Derecho Francés, el albaceazgo, surge como una idea de proteger la voluntad del testador, ante el temor
de que la mala voluntad o la inercia de sus herederos, pretendan incumplir el contenido de la disposición de
última voluntad; esta función por lo general se confiaba a algún familiar; empero luego de la invasión de los
bárbaros, se comenzó a confiar a un tercero el cuidado de los bienes de la testamentaria.

En el antiguo Derecho Español, el albacea tuvo sus fuentes en el Fuero Real, las Ordenanzas de Castilla y
también en el Código de las Partidas, que reguló a este instituto jurídico con mayor amplitud, disponiendo
normas para su funcionamiento, responsabilidad y obligaciones.

Finalmente, en nuestra legislación, el Código de 1831, bajo la influencia de la legislación española, legisló sobre
los albaceas o ejecutores testamentarios; designándolos precisamente a la inversa, pues los llamaba ejecutores
testamentarios o albaceas; dicho compilado determinaba sus características, forma de designación, clases de
albaceas, término para el ejercicio del cargo y cesación de funciones.

13.2 DEFINICIÓN. – El albaceazgo es una institución del derecho sucesorio que tiende a asegurar el
cumplimiento de las disposiciones contenidas en el testamento. Su fundamento radica en la necesidad de que
exista una persona que luego del fallecimiento del testador; ejecute y haga cumplir las disposiciones de última
voluntad del testador con arreglo al deseo del mismo; o eh su caso conforme a las disposiciones de ley;
evitando así que la voluntad del mismo sea burlada por los herederos, legatarios o por terceros interesados.

El albacea designado, generalmente es una persona de absoluta confianza del testador, y su designación
obedece al deseo de evitar que herederos, legatarios y terceros interesados distorsionen su voluntad
expresada en testamento; esto con el advertido de que la función del albacea, comprende también la
preservación y administración de los bienes de la herencia, la elaboración de inventarios, pago de deudas de
entierro, etc.
Cafferata, citado por Kenny Prieto, define al albacea indicado: “el albacea es aquella persona a la cual el
testador encarga el cumplimento de sus últimas voluntades". (120)

El Código Civil vigente, no define al albacea, pues en su artículo 1220, únicamente da una noción al indicar que:
"El testador puede designar uno o varios albaceas para el cumplimiento y la ejecución del testamento". (121)
En síntesis se puede decir que: "Albacea o ejecutor testamentario, es la persona encargada de ejecutar y
cumplir la voluntad del causante contenida en testamentos a quien designa el testado', la ley o el juez".

13.3 NATURALEZA JURÍDICA DEL ALBACEAZGO. – Acerca de la naturaleza jurídica del instituto, existe
diversidad de criterios que se plasman en una amplia variedad de teorías, de las mismas que tomarnos
únicamente las más representativas que son las siguientes:

13.3.1 SISTEMA FUNDADO EN LA IDEA DE REPRESENTACIÓN. – Este sistema, que tiene a Mazzoni, como a su
abanderado; considera que el albacea es un representante de los legatarios; en cambio otros tratadistas,
consideran que por el contrario el albacea, es un representante del testador; algunos consideran que el
ejecutor testamentario, es un representante de los herederos; y finamente, otros sostienen que es un
representante de la herencia; de nuestra parte diríamos que si el albacea fuera un representante; sería un
representante tanto de los legatarios, del testador y de los herederos al mismo tiempo.

13.3.2 SISTEMA FUNDADO EN LA IDEA DE MANDATO. – Probablemente esta es la teoría que mayor
aceptación ha merecido, pues la mayor parte de los tratadistas del Derecho la aceptan; según la misma, el
albacea es una especie de mandatario post mortem del causante, quien lo designa para que haga cumplir sus
disposiciones contenidas en el testamento.

Colín y Capitant, sostienen que el albacea o ejecutor testamentario, es "UN MANDATARIO ESPECIAL, SI SE
QUIERE SUI GENERIS, PÓSTUMO, SOMETIDO A LAS REGLAS PROPIAS DEL DERECHO SUCESORIO'. (122)

Esta teoría que tiene a sus mayores defensores en las legislaciones francesa, española y argentina sin embargo
ha merecido varias observaciones entre las que destacamos el hecho de que, el mandato es un instituto que se
extingue con la muerte del mandante, mientras que el albaceazgo comienza precisamente con la muerte y
consiguiente apertura de la sucesión; además el mandato no siempre es un acto formal, ya que puede
otorgárselo aun mediante documento privado, por carta o verbalmente; mientras que el albacea sólo puede
ser nombrado en testamento y excepcionalmente por los propios herederos o el Juez. Por otra parte el
mandatario puede substituir el mandato, sino está expresamente prohibido; mientras que el albacea, no puede
en ningún caso delegar funciones por el carácter personalísimo del albaceazgo; y finalmente el mandato puede
ser revocado en cualquier momento por el mandante, cosa que no sucede con el albacea, quién únicamente
puede ser removido por negligencia en el desempeño de sus funciones; consiguientemente, decir que el
albacea es un mandatario, en rigor de verdad no se adecua estrictamente a nuestra legislación.

13.3.3 SISTEMA FUNDADO EN LA IDEA DE "OFICIO". – Este sistema tiene su origen principalmente en la
legislación italiana, y conforme a la misma el ejecutor testamentario, únicamente es titular de un cargo de
derecho privado; y como tal no es representante ni mandatario, sino que el albaceazgo es algo, diverso de
mayor trascendencia, "es un oficio". Sobre el particular Messineo, sostiene que: "El albaceazgo no es un oficio
de carácter público, sino más bien de derecho privado; ya que el ejecutor testamentario, obra en nombre
propio, tal como dispone el artículo 703 del Código Civil italiano". (123)

Para concluir debernos indicar que el albaceazgo es en realidad un instituto propio del derecho sucesorio, cuya
naturaleza es mortis causa y especialísima, que se justifica por la necesidad de cumplir y hacer cumplir la
voluntad del causante, siempre que la misma no contradiga disposiciones legales vigentes; ya que de contener
el testamento disposiciones contrarias a la ley; únicamente se hace cumplir aquello que no contradice el
mandato de la ley.

13.4 QUIENES PUEDEN SER ALBACEAS Y QUIENES LOS DESIGNAN. – Por regla general pueden ser albaceas
todas las personas mayores de edad, que tengan capacidad para obligarse, así lo determina el artículo 1222 del
Código Civil; consiguientemente los hereden y legatarios, pueden igualmente ser designados albaceas, pues su
llamamiento no, es incompatible con las funciones que el albaceazgo importa.

Sin embargo, es del caso referir el detalle de que en lo concerniente a la capacidad de obligarse exigida para ser
albacea; en la doctrina existen dos posiciones claras; una que sostiene que dicha capacidad debe temerla el
albacea en el momento de su designación; y la otra posición, en sentido de que la capacidad de obligarse, debe
tenerla el albacea en el momento de ejercer el cargo; siendo esta última posición la que actualmente tiene
mayor aceptación. Por otra parte, algunas legislaciones, como la chilena, permiten que el albaceazgo pueda ser
ejercido tanto por personas naturales, así como por personas jurídicas; mientras que otras como la nuestra,
solamente permiten ser albaceas a las personas naturales, no así a las personas jurídicas.

En cuanto a las prohibiciones para el ejercicio del albaceazgo, por determinación de la segunda parte de la
disposición legal precedentemente citada, (art. 1222) no pueden ejercer el cargo de albaceas, los magistrados y
jueces, quienes hubiesen sido condenados por delitos con penas privativas de libertad, y quienes, en general
por su conducta o antecedentes no ofrezcan las seguridades necesarias para esa función.

La disposición legal citada textualmente dispone: (Capacidad para ser albacea; prohibiciones)

I. El albacea debe ser mayor de edad y tener capacidad para obligarse.


II. No pueden ser albaceas: 1) Los magistrados y jueces. 2) Quienes hubiesen sido condenados por
delitos con penas privativas de libertad. 3) Quienes, en general, por su conducta o antecedentes
no ofrezcan las seguridades necesarias para esa función". (124)

En cuanto concierne a la designación del albacea, conforme a previsiones del artículo 1220 del Código Civil, los
ejecutores testamentarios pueden ser designados por el testador, quien puede asignar esta función a una o
varias personas. Sin embargo, cuando el testador no ha designado albacea alguno, por determinación de la ley,
ejercerán esa función los herederos, los mismos que igualmente podrían ponerse de acuerdo para designar
como a tal a un tercero; finalmente, cuando los herederos no pueden ponerse de acuerdo para la designación,
es el Juez quien nombra al albacea de oficio; así lo dispone el artículo 1221 del Código Civil.

13.5 CARACTERES DEL ALBACEAZGO. – La institución del albaceazgo, tiene características propias que la
configuran e individualizan dentro de la esfera del Derecho Sucesorio; así el albaceazgo es voluntario,
indelegable, renunciable, reemplazable y remunerado.

13.5.1. EL ALBACEAZGO ES VOLUNTARIO. – Porque, así como es potestad privativa del testador designar o no
su albacea; está también permitido que el albacea nombrado, acepte o no el cargo; aceptación esta que puede
ser expresa o tácita, requiriéndose para ambas modalidades la voluntad positiva del designado. Sobre el
particular el artículo 1223 del Código Civil, sostiene: "(CARGO VOLUNTARIO) El cargo de albacea es voluntario,
excepto si se ha aceptado expresa o tácitamente esa función. Puede, sin embargo, renunciarse por hechos
sobrevivientes atendibles; en caso contrario, perderá el albacea lo que le hubiere dejado por testamento el
causante, excepto el derecho que tuviese a su legítima". (125)

13.5.2 EL ALBACEAZGO ES INDELEGABLE. – El albacea una vez aceptado el cargo, debe ejercer la función
personalmente) en vista. de la confianza depositada por el testador en él; así además lo determina el artículo
1224 del Código Civil; consiguientemente no puede delegar las funciones que ha recibido, ni por su muerte
dicha responsabilidad pasa a sus herederos. Sin embargo, por determinación del mismo Código Civil, en casos
justificados, ciertas funciones pueden ejercerse mediante mandatarios, bajo las órdenes y responsabilidad del
titular. El artículo mencionado indica: "(FUNCION INDELEGABLE) El cargo de albacea es indelegable; pero
podrán ejercerse en casos justificados ciertas funciones mediante mandatarios, bajo las órdenes y
responsabilidad del titular". (126)

13.5.3 EL ALBACEAZGO ES RENUNCIABLE. – Debido a que el albacea puede dejar el cargo por cuestiones
atendibles que sobrevengan al acto de aceptación de la función; e inclusive cuando el designado antes de
aceptarlo renuncia a la responsabilidad. Esta posibilidad, se halla inmersa en la Segunda Parte del artículo 1223
del Código Civil, renuncia que puede realizarla por hechos sobrevivientes atendibles; los mismos que deben
ser valorados por el Juez; ya que de renunciar sin justificativo alguno o por hechos no atendibles, el albacea
renunciante pierde lo que el testador le hubiese dejado en testamento.

13.5.4 EL ALBACEAZGO ES REEMPLAZABLE. – Porque la enorme responsabilidad que conlleva el ejercicio del
albaceazgo, exige que el albacea sea idóneo y capaz para ejecutar la voluntad del causante; por otra parte
tampoco está permitido que el albacea cometa graves irregularidades, actos de negligencia y otros que afecten
a la testamentaria; de manera que sí se presentan estas situaciones, o sobreviene una incapacidad, a solicitud
de parte interesada, puede reemplazarse al albacea originalmente designado; ocurriendo lo propio en caso de
renuncia del albacea designado; y por otra parte el albacea, en caso de haber incurrido en graves
irregularidades, puede también ser removido judicialmente; tal como dispone el artículo 1230 del Código Civil,
en su parte in fine, cuando dice: "También puede ser removido judicialmente por graves irregularidades
cometidas en su desempeño o por falta de idoneidad". (127)

13.5.5 EL ALBACEAZGO ES REMUNERADO. – En nuestra legislación, el albaceazgo es remunerado, cuando la


designación recae en personas que no son herederos ni legatarios; por cuanto de acuerdo a previsiones del
artículo 1229 del Código Civil, la persona o personas que ejerzan el albaceazgo deben recibir por su trabajo el
4% del valor total de los bienes bajo su administración. Si son varios los albaceas y actúan conjuntamente, el
porcentaje indicado como remuneración, será dividido entre ellos. El citado artículo dispone: "(Retribución)
Llevará el albacea, por su trabajo, siempre que no sea heredero legatario, el 4% del valor total de los bienes
bajo su administración. Si son varios los albaceas y actúan conjuntamente, el porcentaje será dividido entre
ellos". (128)

13.6 CLASES DE ALBACEAS. – Los albaceas o ejecutores testamentarios, se clasifican en consideración a


diferentes aspectos; tales como:

13.6.1 DE ACUERDO A LA FUENTE DE DONDE PROVIENE SU NOMBRAMIENTO. – Conforme a este criterio, los
albaceas pueden ser: albaceas testamentarios, albaceas legales, albaceas voluntarios o electivos, albaceas
dativos o judiciales.

13.6.1.1 ALBACEAS TESTAIVIENTARIOS. – Albaceas testamentarios, son aquellos albaceas que son designados
por el testador, en la disposición de última voluntad; nombramiento que generalmente recae en una persona
de confianza del testador.

13.6.1.2 ALBACEAS LEGALES. – Son aquellos albaceas que son por mandato de la ley; cuando no existen
albaceas testamentarios, los herederos deben cumplir estas funciones por mandato de la ley; generalmente se
asigna esta función a los herederos forzosos.

13.6.1.3 ALBACEAS CONVENCIONALES O ELECTIVOS. – Sin embargo, cuando no existe acuerdo entre los
herederos, acerca del heredero que debe desempeñar las funciones de albacea; o cuando el designado por el
testador no acepta desempeñar dichas funciones; la misma ley les permite a los herederos proceder a designar
como albacea, a una tercera persona ajena a la sucesión.

13.6.1.4 ALBACEAS DATIVOS O JUDICIALES. – Se conocen con este nombre a los albaceas que son designados
por el Juez a falta de albaceas testamentarios, convencionales y legales.

13.6.2 DE ACUERDO A LA EXTENSIÓN DE SUS FUNCIONES. – De conformidad a este parámetro y en función de


lo dispuesto por el articulo 1220 II Parte del Código Civil, los albaceas pueden ser: universales v particulares;
dicha disposición legal sostiene: "II. De dos clases puede ser el albacea: universal para todos los asuntos de la
testamentaria, o particular para cosas determinadas por el testador". (129)

13.6.2.1 ALBACEAS UNIVERSALES. – Albaceas universales, son aquellos que ejecutan la voluntad del testador
contenida en testamento, en su integridad, o sea para todos los asuntos de la testamentaria, sin restricción ni
limitación alguna hasta su conclusión.
13.6.2.2 ALBACEAS PARTICULARES. – Son aquellos albaceas que se encargan de ejecutar, solamente algunos
actos expresamente por el testador; por ejemplo, proceder únicamente a la entrega de legados.

13.6.3 DE ACUERDO A LA RESPONSABILIDAD QUE ASUMEN. – Desde este punto de vista, los albaceas en
nuestra legislación, pueden ser albaceas solidarios, albaceas mancomunados y albaceas sustitutos; la tercera
parte del artículo 1220 del Código Civíl, sobre el particular indica: "III. Podrá también nombrarse, más de un
albacea en forma solidaria o mancomunada, sujeto en ese supuesto a las obligaciones de tal carácter; en el
caso de ser nombrados con designación ordinal, las obligaciones y responsabilidades corresponden al que
haya ejercicio el cargo por ausencia o renuncia del que le procede numeralmente,". (130)

13.6.3.1 ALBACEAS SOLIDARIOS. – Los albaceas reciben esta denominación cuando son varias, las personas
que ejercen el albaceazgo, de modo que son válidos los actos realizados por todos, por algunos o por uno solo
de los albaceas consiguientemente los herederos pueden dirigirse a su elección a de ellos o contra todos
simultáneamente; puesto que lo ejecutado por sólo algunos, o por uno de ellos igualmente reata a todos por la
responsabilidad del ejercicio del albaceazgo en su integridad.

13.6.3.2 ALBACEAS MANCOMUNADOS. – Los albaceas son mancomunados cuando siendo dos o más los
albaceas designados, deben actuar siempre conjuntamente en la ejecución de su cometido; o sea que todos
deben realizar los actos de ejecución en consuno, porque se encuentran reatados a la responsabilidad del
albaceazgo en su integridad; consiguientemente la obligación mancomunada de los albaceas en este caso es
indivisible.

13.6.3.3 ALBACEAS SUSTITUTOS. – Este tipo de albaceazgo se da cuando se designa albacea a una persona; y
para el hipotético caso de falta, impedimento, o renuncia de ésta se designa a un segundo albacea; y, para el
caso de que el segundo albacea, tampoco pueda ejercer el cargo; se designa a un tercer albacea y así
sucesivamente en forma ordinal; de manera que las obligaciones y responsabilidades de albacea corresponden
al que haya ejercido el cargo.

13.7 PLAZO PARA EL EJERCICIO DEL ALBACEAZGO. – La función del albaceazgo, debe ser cumplida dentro el
plazo establecido por ley; en nuestra legislación, por expresa disposición del artículo 1226 del Código Civil, el
término para que los albaceas cumplan la función es de un año, computable desde la muerte del testador, o
desde que aceptó la función. Sin embargo, el testador o el juez, pueden prorrogar ese plazo por 6 meses
adicionales en casos absolutamente indispensables, o cuando existan razones justificadas. Sobre el particular el
artículo 1226 del Código Civil, establece: "(PLAZO DEL ALBACEAZGO) El término señalado por la ley a los
albaceas para cumplir su encargo es de un año desde la muerte del testador o desde que aceptaron las
funciones, siempre que no las hubiesen concluido antes". (131)

13.8 OBLIGACIONES DEL ALBACEA. – En atención a que es el testador quien señala las atribuciones del
ejecutor de su última voluntad; cuando el mismo, no ha especificado para el albacea obligaciones específicas, el
albacea conforme al artículo 1225 del Código Civil, tiene las siguientes obligaciones:

a) Cumplir y ejecutar el testamento y asumir la representación de la testamentaria.


b) Procurar la seguridad de la testamentaria.
c) Formar inventario de los bienes administrados.
d) Pagar las deudas y legados de la testamentaria.
e) Promover la división y partición de los bienes relictos.
f) Prestar fianza para el ejercicio del cargo, a menos que haya sido expresamente dispensado por los
herederos.

13.9 REMUNERACIÓN PREVISTA POR LEY. – El albacea por disposición del artículo 1229 del Código, siempre
que no sea heredero o legatario, debe recibir por su trabajo, el 4 % del valor total de los bienes administrados;
más, si son varios los que ejercen el cargo, los mismos deben dividirse ese porcentaje.
13.10 CAUSAS QUE DETERMINAN EL FENECIMIENTO DEL ALBACEAZGO. – El artículo 1230 del Código Civil,
dispone que las funciones del albacea terminan a la expiración del plazo señalado o con su muerte, excepto el
caso de renuncia contemplado por el artículo 1223; y el de quien hubiese terminado antes del plazo su
cometido. O sea que la función de los albaceas, expresamente termina en los casos siguientes:

a) Por el cumplimiento del albaceazgo hasta su culminación.


b) Por la expiración del plazo concedido y la prórroga.
c) Por la muerte o renuncia del albacea.
d) Por la remoción Judicial del albacea.

13.11 GASTOS Y PROHIBICIONES. – Todos los gastos que se realicen como consecuencia del ejercicio del cargo
de albacea; tales como los del inventario, partición de bienes, rendición de cuentas y otros, son cancelados con
dineros de la testamentaria. El artículo 1231 del Código Civil dispone sobre el particular: “(GASTOS) Los gastos
hechos por el albacea para el inventario, rendición de cuentas, partición y los demás indispensables y
justificados en el ejercido de sus funciones son a cargo de la testamentaria". (132)

Por otra parte, en materia de prohibiciones, el albacea por razones obvias no puede comprar ningún bien de la
testamentaria a su cargo, hasta los dos años después de la aprobación de sus cuentas. Toda adquisición
realizada en contravención de esta prohibición es anulable. Sobre el particular el artículo 1232 del Código Civil
preceptúa: "(PROHIBICIÓN DE COMPRAR) Los albaceas no pueden comprar ningún bien de la testamentaria
hasta dos años después de la aprobación de sus cuentas, Es anulable la compra hecha en contravención de
esta regla". (133)

Pese a la disposición anterior, es del caso referir la situación sui géneris del albacea que al mismo tiempo es
heredero; porque si el mismo no pudiera adquirir bienes de la testamentaria; en rigor de verdad conforme a la
doctrina, el mismo no estaría en igualdad de condiciones con los demás coherederos; que sí pueden
adjudicarse por ejemplo un bien hereditario en una subasta. Es más, pese a que la jurisprudencia, ha sido
uniforme y concluyente en este aspecto, determinando la anulabilidad de la compra hecha por el albacea;
consideramos que la situación es injusta, porque con la prohibición de marras, se hace una discriminación al
heredero - albacea; quien ya no estaría en el mismo plano jurídico que el resto de los coherederos, que sí,
pueden adquirir bienes de la sucesión; coincidiendo con un criterio jurisprudencial de la Corte Suprema de
Chile, creemos que el albacea-heredero, no debiera tener dicha prohibición. Dicho criterio jurisprudencial
sostiene: "Quien ostenta la calidad de heredero, así tenga también la de albacea, puede comprar para si las
cosas hereditarias que se saquen en subasta pública, llenando los mismos requisitos exigidos a todo postor.
De la misma manera y con los mismos requisitos, el acreedor hereditario, aunque a la vez sea el encargado
de ejecutar el testamento, puede rematar para si las cosas sacadas a remate dentro del proceso de ejecución
en que se hace efectivo su crédito". (134)

13.12 FIANZA RENDICIÓN DE CUENTAS. – En atención a que el albacea, en rigor de verdad se constituye en el
amo y señor de una sucesión, misma que en casos puede tener un activo importantísimo; la ley ha previsto que
el albacea debe prestar una fianza para el ejercicio del cargo; esto debido a que el mismo está sujeto a
responsabilidades emergentes del manejo de la testamentaria; la misma que puede en casos ser civil y también
penal. Sin embargo, de ello, el mismo Código, en algunos casos, exime a los albaceas del deber de ofrecer
fianza, cuando los herederos así lo determinan expresamente; y esto puede darse por el hecho de que el
albacea sea uno de los herederos; o también en caso de que el albacea sea una persona que goce de la
confianza de los herederos y legatarios. Por otra parte, no existe un parámetro para el ofrecimiento de la
fianza; por lo que se entiende que ella deberá satisfacer las expectativas de los herederos; más, si existiera
desacuerdo entre ellos, deberá ser el Juez, quien decida el cuantum de la fianza conforme a su prudente
arbitrio. Sobre el particular el artículo 1228 del Código dispone: "(RESPONSABILIDAD Y FIANZA) El albacea,
como todo administrador, está sujeto a las responsabilidades consiguientes debiendo prestar fianza, para el
desempeño de su cargo, excepto si es expresamente dispensado por los herederos". (135)
En lo referente a la rendición de cuentas, es de conocimiento general que quienes administran bienes o
derechos ajenos, tienen la obligación de rendir cuentas; en nuestra legislación, el artículo 1227 del Código Civil,
dispone que, el albacea, una vez vencidos el plazo del albaceazgo y su prórroga; debe rendir cuentas de la
administración de la testamentaria, haya acabado o no de cumplir su cometido, Esta rendición de cuentas
puede realizarla el albacea, extrajudicialmente o también con intervención de la Autoridad Jurisdiccional; en el
primer caso, el albacea culminado su trabajo, por propia iniciativa, o a pedido de la parte de parte interesada,
puede rendir cuentas ante los herederos, legatarios acreedores en su caso; si los mismos están de acuerdo, se
da por bien hecha esta obligación, aprobándosela por los interesados; mencionados. Empero, si existe
desacuerdo con la rendición de cuentas extrajudicial; o a la sucesión concurren menores de edad o incapaces,
la rendición de cuentas deberá ser siempre judicial, conforme, a la establecido por el procedimiento civil.

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