Actividades de Lengua
Actividades de Lengua
Actividades de Lengua
REGLAS DE ACENTUACIÓN
SAL - AVISO - PAZ - MES -AZUCAR - VIO - INUTIL - AUTOMOVIL - ANTES - EXAMENES - FIN -
AVE
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
TRAMAS TEXTUALES
Ahora, el agua cae continua, torrencialmente, redobla en los techos y en las hojas de los
árboles que rodean la casa, se quiebra con mil chispas de plata en la orilla del alero, levanta
móviles estalagmitas en el suelo encharcado, raya el aire como si fuera un espejo cortado por
millones de diamantes, susurra y cloquea en tanque australiano, muge dentro de las paredes
en los caños colectores el aljibe, mide el tiempo campanada a campanada en una gotera del
techo.
La nube era alargada, recortada con curvas caprichosas cual copos de algodón en los
contornos cercanos, blanquísimos, que cambiaban de forma, ancha orla de plumón de cisne
que corría de Norte a Sur, de cuerpo fusiforme y ceniciento, muy opaca en el centro, algo más
clara luego como si se esfumara su límite, indeciso, y quisiera confundirse con el azul casi
blanco del cielo.
Amanecía. Un joven acarreaba afanosamente las bolsas de granos hacia el galpón. Cerca de la
puerta, sobre un barril, descansaba indolentemente un cachorro. El muchacho, en cada
recorrido, le dedicaba una sonrisa afectuosa o una palabra cariñosa.
De repente, en el desdibujado horizonte apareció una mancha oscura que, poco a poco, se
hizo más grande: era un gato que, con cauto movimiento, se acercaba.
El cachorro no lo encontró y volvió por los mimos de su dueño, feliz de haberse deshecho del
invasor. Mientras lo veía volver ufano, el joven se rascaba la cabeza calculando cuánto habría
perdido de la recolección de huevos que había en esa canasta.
Texto 24:
Sherlock Holmes pareció encantado ante la idea de compartir sus habitaciones conmigo.
– Le tengo echado el ojo a un departamento en la calle Bakes –dijo-, que nos vendría como
anillo al dedo. Espero que no le importe el aroma a tabaco fuerte.
– Eso está muy bien. Por lo general hago experimentos. ¿Es algo que le resultaría molesto?
– Para nada.
– Déjeme ver… ¿Cuáles son mis otros defectos? A veces me deprimo y no abro la boca en días.
Simplemente, déjeme en paz y estaré bien. ¿Qué defectos tiene usted para confesar? Es bueno
conocer los defectos del otro, si dos personas planean compartir un departamento.
– Tengo un cachorro bulldog –respondí seriamente, sin embargo- y me molestan los ruidos
estrepitosos, porque tengo los nervios quebrantados.