Etica Política
Etica Política
Etica Política
ETICA Y MORAL
Se utilizan con mucha frecuencia los términos “ética” y “moral”. Se dice por ejemplo ”no es ético
hablar de alguien en su ausencia”; “los jueces deben ser intachables desde el punto de vista moral y
ético”; “es inmoral que un asesino sea entrevistado por un periodista y que sus palabras sean
difundidas por televisión”; “la corrupción ataca nuestros valores éticos y morales”, etc. Desde el
punto de vista etimológico, “ética” y “moral” tiene un mismo significado. “Etica” proviene de la
palabra griega “ethos” y significa “costumbre, hábito”. “Moral” proviene de la palabra latina “mos” y
también significa “costumbre, hábito|”.
Sin embargo se suele hacer una distinción entre ambos términos. La moral es el conjunto de normas
que consideramos justas y obligatorias. Estas normas regulan nuestra conducta y pueden ser diferentes
según la cultura y la época a la que pertenezcamos. Por ejemplo los diez mandamientos son un
conjunto de normas que conforman parte de la moral judeo cristiana. Cuando juzgamos la conducta de
los demás o cuando decidimos que hacer en una situación determinada, tenemos en cuenta estas
normas. La moral que rige en nuestra sociedad no ha sido inventada por nosotros pero somos nosotros
quiénes las aplicamos.
Conviene hacer una diferencia entre las normas morales y las jurídicas. Estas últimas son establecidas
por el Estado con carácter de obligatorias y es el Estado el que establece las sanciones para quienes no
las cumplan. Los individuos están obligados a cumplir las normas jurpidicas aunque no estén de
acuerdo con ellas. Las normas morales, en cambio, no están escritas en un código, ni contienen
sanciones concretas. Las sanciones a las que nos sometemos cuando incumplimos normas morales
entán relacionadas con el rechazo o desaprobación de nuestros semejantes, repudio, menosprecio,
desconfianza, etc. Otra diferencia respecto de las normas jurídicas es que las morales obligan a
quienes las consideran justas, la persona que actúa “bien” lo hace porque está convencida de que esa
es la forma correcta de actuar.
La ética es la reflexión sobre por qué esas normas nos parecen justas y obligatorias: la ética es una
reflexión sobre la moral. Nuestra moral dice que no se debe mentir. La ética se pregunta ¿por qué no
se debe mentir?. La ética trata de explicar la conducta moral. Estudia las diferentes morales y sus
cambios a lo largo del tiempo, tratando de discriminar a qué llamamos “bondad” y “maldad”. Trata de
definir qué es lo bueno; se interesa por dar las razones de cómo debería ser.
La ética pues, no es un conjunto de normas, es una reflexión sobre ellas.
Existen diferentes morales, los caníbales por ejemplo, no consideran malo comer carne humana. La
ética estudia las diferentes morales y se pregunta: ¿existe una mejor que otra? ¿es posible plantear
criterios universales para determinar si una conducta es correcta? ¿se puede afirmar que existe
progreso moral?
En la mayoria de las situaciones en que se nos plantea un problema moral, lo resolvemos acudiendo a
las normas que consideramos obligatorias sin preguntarnos por qué. Pero a veces nos surge la
pregunta: ¿qué debo hacer en esta ocasión? Y sentimos que la respuesta no es clara, que no consiste en
acatar mecánicamente una regla. Es en estas ocasiones cuando nos hacemos una pregunta de tipo
ético.
Las normas morales, si bien regulan nuestra conducta y nos permiten saber como actuar y como
juzgar la conducta de los demás, no son de aplicación automática. Si lo fueran no surgiría la necesidad
de reflexionar sobre ellas.
ETICA POLÍTICA.
Si la política es el arte de gobernar a los pueblos, la ética es el arte de gobernarse a sí mismos. La ética
es una disciplina filosófica que fundamenta los criterios para actuar con relación a uno mismo y con
los demás. Buena parte de las discusiones sobre la ética teórica también se presenta en las decisiones
cotidianas, cuando una persona tiene que escoger como orientarse y tomar decisiones en la vida.
Ahora bien ¿cómo se relaciona la ética personal con la ética pública?
Para los antiguos griegos, el campo de la política se vinculaba directamente con la reflexión ética,
pues la vida pública tenía dimensiones mucho más amplias que hoy, en tanto el individuo no se había
recluido en el ámbito de su vida privada. La felicidad de cada ciudadano estaba asociada a la felicidad
de la polis, y, por eso, en el pensamiento de Aristóteles, la ética desembocaba en la política y se
subordinaba a ella, en la medida en que la voluntad individual tenía que subordinarse a la voluntad de
toda una comunidad.
Al mismo tiempo la política permitía que el Estado educara a los hombres e las diferentes virtudes y,
particularmente en la justicia. En este sentido la educación de los gobernantes resultaba
imprescindibles para evitar que se cometieran actos indebidos. Esta conducta no se liograria solo a
través de controles externos en la función pública, sino que se fomentaría principalmente a través de
la sensibilización y el desarrollo de la conciencia, es decir, de principios éticos asumidos
concientemente por las personas que se ocupan de los asuntos públicos.
Esta relación estrecha entre ética y política se continuo durante el período del medioevo durante el
cual el pensamiento cristiano deducía los mandatos morales de la fé religiosa y subordinaba la política
a esos mandatos.
En el siglo XVI, Nicolás Maquiavelo planteó un pensamiento provocador al proponer una diferencia
tajante entre la política y la moral. Desarrolló su pensamiento en el contexto de un proceso histórico
en el que las metas religiosas iban perdiendo centralidad en la vida de cada hombre y eran
reemplazadas por la búsqueda de progresos materiales. De este modo los desafíos de la sociedad
sevolvaban cada vez más a alcanzar la riqueza, gloria, poder y conocimiento.
En su obra “El Príncipe”, Maquiavelo valora la fuerza y la astucia como virtudes principales de un
gobernanteque conoce la naturaleza competitiva e interesada de quiénes lo rodean. Maquiavelo deja
de lado la pureza y la bondad que pregonaba la moral cristiana, y considera que es preferible ser
temido a ser amado, yu que ser bueno políticamente es saber escoger cuando conviene apegarse a las
normas éticas y cuando alejarse de ellas. En consecuencia, Maquiavelo considera que un buen fin, una
intención valiosa, podría justificar la adopción de medios éticamente reprochables: robar para hacer
justicia, mentir para lograr la libertad; matar para garantizar la paz, etc.