Los Bioplásticos Laura Ballestero USBCTG 2014

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LOS BIOPLASTICOS COMO ALTERNATIVA VERDE Y SOSTENIBLE DE LOS

PLASTICOS BASADOS EN PETROLEO

Laura Vanessa Ballesteros Paz*


* Estudiante Ingeniería Química, Universidad de San Buenaventura Cartagena
laurapaz704@hotmail.com

Resumen

El uso de plásticos obtenidos a partir del petróleo es parte fundamental del modus vivendi
contemporáneo, en gran medida gracias a sus propiedades mecánicas y fisicoquímicas, que
permiten sustituir el uso de otros materiales más caros o menos resistentes. La mayoría de
los objetos que están a nuestro alrededor están constituidos total o parcialmente por alguno
de ellos. Esto ha dado lugar a un gran desarrollo de la industria, pero a su vez a graves
problemas ambientales como el calentamiento global, contaminación, debido a la
inadecuada gestión de los residuos y escasez de recursos naturales no renovables.
Es por esto que el uso de recursos renovables para su producción y la biodegradabilidad de
los plásticos constituyen la oportunidad estratégica para la exigencia medio ambiental
gestada durante estos últimos años, debida a la acumulación de materiales sintéticos.

El objetivo de esta revisión es ampliar el panorama que se tiene sobre los bioplásticos, así
como las fuentes de recursos renovables sobre las que se han desarrollado, las nuevas
tecnologías para mejorar sus propiedades y profundizar tanto en las ventajas potenciales
como en las desventajas que acarrea su uso masivo.

Abstract

The use of plastics derived from petroleum is a fundamental part of the modus vivendi
contemporary, largely due to their mechanical and physicochemical properties that allow
you to replace the use of other more expensive or less resistant. Most of the objects around
us are made wholly or partially by any of them. This has led to a great development of
industry, but at the same time to serious environmental problems such as global warming,
pollution, due to inadequate waste management, and scarcity of non-renewable natural
resources.
The use of renewable resources for production and biodegradability of plastics are the
strategic opportunity for the environmental requirement gestated in recent years, due to the
accumulation of synthetic materials.
The aim of this review is broaden the outlook that we have about bioplastics, renewable
sources about which have developed new technologies to improve their properties and
deepen both the apparent potential advantages as disadvantages caused by their massive
use.

Palabras clave: bioplásticos, biodegradabilidad, recursos renovables, contaminación.


INTRODUCCIÓN

Durante los últimos 50 años, los materiales plásticos, en diversas aplicaciones, han ido
sustituyendo gradualmente el metal tradicional, la madera y materiales de cuero. Los
plásticos se usan en casi todos los campos, en los hogares y en el sector industrial.
Se encuentra ventajosos porque como polímeros sintéticos su estructura puede ser
manipulada químicamente en gran variedad de formas y resistencias definidas, a ello se
suman propiedades como un peso molecular alto, baja reactividad y larga durabilidad.
Irónicamente, siendo esta la propiedad preferida de los plásticos, la durabilidad, es la que
ejerce también la mayor amenaza al medio ambiente, debido a que permanecen en el
ecosistema por largos periodos de tiempo y persisten incluso a condiciones ambientales
adversas y al ataque de microorganismos y productos químicos, por lo cual los residuos de
plásticos se convierten en un problema ecológico (Marjadi, 2011).

Por otro lado, estos compuestos acarrean también desventajas de manera inherente: se
obtienen a partir de un recurso no renovable como lo es el petróleo, por lo que su
producción se ve afectada por el incremento al precio del mismo debido a la disminución
en las reservas, el aumento en el consumo y cambios geopolíticos críticos para la industria
petrolera (Masuda, 2008).

La anterior problemática por el uso indiscriminado de plásticos sintéticos y su persistencia


en el ambiente ha estimulado la investigación para el desarrollo de nuevos materiales y
métodos de producción que permitan generar plásticos provenientes de fuentes naturales
renovables y que presenten las mismas propiedades pero que tengan un periodo de
degradación más corto, estos son los llamados “bioplásticos”.

Los bioplásticos han llegado cada vez más a la luz pública como una solución para ayudar a
reducir tanto las emisiones de dióxido de carbono como el calentamiento global que se ha
convertido en una seria preocupación para la sociedad en general. Mientras que la
producción de plásticos comunes requiere una introducción neta de carbono en la ecósfera,
el CO2 liberado por los bioplásticos originalmente provienen de la biomasa, y por lo tanto
es potencialmente de carbono neutral en su ciclo de vida.
Figura 1: Plásticos tradicionales vs Bioplásticos.

Fuente: http://www.cereplast.es/bioplastics/

El campo de los bioplásticos es apenas emergente. Un gran número de ellos se han


sintetizado recientemente y algunos microorganismos y enzimas capaces de degradarlos
han sido identificados.

Plásticos basados en petróleo

Hoy día no hay lugar por donde no se vea objetos multicolores, livianos, de múltiples
formas y tamaños, arrojados por doquier, colgando de árboles y hasta volando por los aires,
son los “Plásticos”, los objetos moldeables, eso es lo que el término significa, y esa es la
palabra con que se popularizó mundialmente el gran invento del primer cuarto del siglo
XX. La idea de la macromolécula no fue aceptada por la mayoría de los que trabajaban con
estas cosas a principios de siglo; ya entrados los años 20, un gran científico: Hermann
Staudinger, laureado luego con el premio Nobel, en 1953, por sus trabajos, logró que
muchos otros colegas entendieran la idea de que existían compuestos macromoleculares,
que no eran agregados moleculares ni coloides. Al darse este paso el mundo de la ciencia
pudo entonces abrir una área con nombre propio, con sus leyes y principios, y gracias a los
descubrimientos del momento ya se podía hablar de macromoléculas de origen natural y
sintético (Perdomo, 2002).

Los polímeros son macromoléculas, que pueden ser de origen sintético o de origen natural,
cuya unidad estructural es el monómero. Éste, mediante una reacción de polimerización, se
repite un número elevado de veces formando la macromolécula.

El plástico se obtiene por la combinación de un polímero o varios, con aditivos y cargas,


con el fin de obtener un material con unas propiedades determinadas.

Son compuestos de naturaleza orgánica y en su composición intervienen fundamentalmente


el Carbono y el Hidrógeno, además de otros elementos en menor proporción, como
Oxígeno, Nitrógeno, Cloro, Azufre, Silicio, Fósforo, etc.
Los polímeros no naturales son obtenidos del petróleo por la industria mediante reacciones
de síntesis, lo que les hace ser materiales muy resistentes y prácticamente inalterables.

El 99% de la totalidad de plásticos se produce a partir de combustibles fósiles, lo que


provoca una excesiva presión sobre las limitadas fuentes de energía no renovables (Ortiz,
2012).

Gestión de residuos de plásticos convencionales

Una de las estrategias que se ha venido utilizando para deshacerse de los plásticos
derivados del petróleo es la incineración, pero la quema de plásticos es altamente
contaminante y causa efectos negativos en el ambiente, tales como el incremento de CO2
en la atmósfera y la liberación de compuestos químicos muy peligrosos, como las dioxinas,
el cloruro y el cianuro de hidrógeno.

Otra estrategia es el reciclaje, esta consiste en la recolección, acopio, reprocesamiento y


remercadeo de productos plásticos que podrían ser considerados desecho. Algunos de los
inconvenientes de esta alternativa son que para su reciclaje los plásticos deben ser
manejados adecuadamente, no sólo en su recolección y procesamiento, sino en la limpieza,
selección y separación adecuada de los materiales a reciclar, y esto no se da en muchos
casos. Además, los artículos plásticos no pueden ser reciclados indefinidamente, sólo se
pueden reciclar tantas veces como lo permitan las condiciones físicas y químicas en las que
queda el material después de su procesamiento. Adicionalmente, sólo pueden ser reciclados
los termoplásticos, los plásticos termoestables (aquellos que al ser moldeados sufren
modificaciones irreversibles) no pueden ser reciclados.

Recientemente, se habla del suprareciclaje, una técnica que consiste en transformar un


objeto de uso residual en otro de mayor valor que pueda ser de utilidad. Esta técnica reduce
el consumo de nuevos productos, minimiza el gasto de materias primas vírgenes y las
reutiliza, para alargar la vida útil de las cosas. La idea consiste en dar una segunda vida a
todo lo que es para tirar, todo de una forma diferente e incluso mejor a la original.

Una estrategia que se suma como opción es la recuperación química que implica
despolimerizar los plásticos y reducirlos hasta sustancias químicas sencillas. El objetivo es
recuperar esos componentes químicos individuales para reusarlos como químicos o
producir nuevos plásticos con las mismas características y propiedades de los materiales
vírgenes. Hay distintos procesos desarrollados y en permanente optimización: Metanólisis,
Glicólisis, Hidrólisis, Pirólisis, Crackeo Térmico.

También cabe mencionar el relleno sanitario como una de las acciones más practicadas, los
desechos deben ser encarados bajo normas seguras de emplazamiento, es decir, rellenar no
implica arrojar los residuos en una gran depresión a cielo abierto.
Las instalaciones deben contar con una impermeabilización de la superficie a cubrir para
evitar drenajes que pudieran afectar napas de aguas subterráneas, así como un sistema
dirigido de drenaje y colección de efluentes líquidos para ser posteriormente tratados en
una planta destinada a tal fin. Luego se alternan capas de basura, fuertemente compactada,
y tierra. Por último se coloca una capa de aislamiento y, ya en la superficie final, suelo
vegetal.

Sin embargo, a pesar de que estas alternativas posiblemente ayuden a minimizar el impacto
final de los plásticos en el medio ambiente, un producto de plástico ocasiona contaminación
en todas las etapas su existencia: primeramente, es un derivado del petróleo, su
manufactura ocasiona productos secundarios altamente tóxicos, despide químicos
dañinos durante su vida útil, y cuando se desecha crea contaminación en forma de basura y
partículas tóxicas, por lo que se ha pensado en innovación desde la producción como una
solución más limpia llegando así a los plásticos basados en fuentes naturales que puedan
biodegradarse.

Biodegradabilidad

Figura 2: Ciclo de Vida de un Bioplástico.

Fuente: http://www.cereplast.es/bioplastics/life-cycle/

Se trata de procesos que describen la mineralización de las estructuras orgánicas por medio
de microorganismos. Estos, convierten los bioplásticos en dióxido de carbono, metano,
agua y biomasa. Los procesos de biodegradación comprenden dos categorías:
biodegradación primaria y biodegradación secundaria o mineralización. Durante la
biodegradación primaria se producen discretas alteraciones estructurales en la molécula
original, lo que hace que esta pierda sus propiedades físico-químicas. Durante la
biodegradación secundaria o total, la sustancia química es metabolizada por los
microorganismos como fuente de carbono y energía, siendo completamente transformada
en compuestos inorgánicos. La descomposición puede llevarse a cabo en presencia de
oxígeno (aeróbica) o en su ausencia (anaeróbica). En los materiales degradables el proceso
biodegradativo puede verificarse en condiciones anaerobias o aerobias.

Todos los plásticos son biodegradables, pero la mayoría requiere condiciones adecuadas y
largos periodos de tiempo. Cuando se habla de biodegradabilidad, se desean polímeros que
puedan degradarse en condiciones de los rellenos sanitarios y en tiempos no mayores de 12
semanas. Se han desarrollado cuatro tipos de plásticos biodegradables: fotodegradables,
semi-biodegradables, biodegradables sintéticos y completamente biodegradables naturales.

Los plásticos fotodegradables tienen grupos sensibles a la luz, como grupos carbonilos en
poliestirenos y polietilenos, incorporados directamente al esqueleto del polímero. Con la
luz ultravioleta (en varias semanas o meses) la estructura polimérica puede desintegrarse en
una estructura abierta que le permite ser descompuesta a partículas de plástico más
pequeñas, que en algunos casos son susceptibles de degradación por bacterias.
Los plásticos semi-biodegradables tienen azúcares unidos a fragmentos cortos de
polietileno. En este caso, las bacterias degradan los azúcares y dejan libre el polietileno. En
la actualidad se ha desarrollado otro tipo de plástico sintético degradable; es un plástico
basado en alcohol polivinílico con estructura parecida al polietileno. La presencia de grupos
hidroxilo en este polímero lo hacen hidrofílico y por tanto, soluble en agua.
Por último, el cuarto tipo de plásticos son los completamente degradables naturales, estos
sufren la degradación del material por medio de microorganismos hasta llegar a dióxido de
carbono, agua, metano y biomasa en un periodo de tiempo razonable.

Los bioplásticos tienen su origen en materias orgánicas renovables, según la International


Standard Organization (ISO), los bioplásticos son definidos como aquellos plásticos que se
degradan por la acción de microorganismos.

Son estructuras poliméricas que permiten mantener completamente la integridad física


durante su manufactura, posterior almacenamiento, envasado, vida en estanterías y uso por
el consumidor, pero al final de su vida útil son desechados y sufren cambios químicos por
influencia de agentes ambientales y microorganismos, que lo transforman en sustancias
simples o en componentes menores que eventualmente se asimilan al medio ambiente
(Escudero, 2011).

Gracias a su biodegradabilidad, la mayor parte de la producción de bioplásticos se dedica al


embalaje y envasado de alimentos, también se utilizan en otros campos como la agricultura,
la construcción, los productos sanitarios, sistemas dispensadores de fármacos, implantes
médicos o hilos de sutura, (Rodríguez 2012)
Materias primas de los bioplásticos

En la actualidad, la industria modifica los plásticos a base de petróleo, principalmente las


poliolefinas tales como polietileno de baja densidad con aditivos a la cadena polimérica que
dan lugar a la descomposición. Los aditivos pueden ser almidón, ácido poliláctico, ácido
polihidroxibutiratos o alcohol polivinílico.

Entre las materias primas de origen biológico, se suelen consideran tres familias:

 Polímeros extraídos directamente de la biomasa: polisacáridos tales como el


quitosano; almidón, son generalmente hechos de trigo, maíz, arroz, papas, cebada y
sorgo; carragenina y celulosa (comúnmente de la madera); proteínas, tales como
gluten, soja y zeína, y diversos lípidos.

El almidón es un material económico, renovable, derivado del maíz y otros cultivos. Los
bioplásticos a base de almidón conforman la mayor parte del mercado de los bioplásticos.

La biodegradación de los productos amiláceos recicla CO2 atmosférico atrapado por las
plantas productoras de almidón. Todos los almidones contienen amilasa y amilopectina, en
proporciones que varían con la fuente de almidón. Esta variación proporciona un
mecanismo natural regulador de las propiedades de los materiales de almidón.

Los bioplásticos basados en almidón pueden ser producidos por combinación o


mezclándolos con polímeros sintéticos. Mediante la variación del componente para la
combinación sintética y su miscibilidad con el almidón, la morfología y por lo tanto, las
propiedades, pueden ser reguladas fácil y eficientemente (Dharaiya, 2011).

 Una segunda familia hace uso de monómeros derivados de la biomasa pero utiliza
rutas sintéticas químicas clásicas para obtener los polímeros biodegradables y / o
renovables, incluyendo termoplásticos y termoestables, tales como los obtenidos
derivados de los aceites vegetales, como el de soja, palma, etc.

 La tercera familia hace uso de polímeros producidos por microorganismos naturales


o modificadas genéticamente tales como polihidroxialcanoatos (PHA) y
polipéptidos.
Investigaciones desarrolladas a partir de diversas fuentes biológicas.

Se han realizado estudios para desarrollar bioplásticos utilizando como materia prima las
algas verdes, debido a ventajas, tales como un alto rendimiento, la capacidad de crecer en
una diversidad de entornos, alta tasa de crecimiento de todas las plantas, proteína natural y
de polímeros a base de carbohidratos, se puede remediar aguas residuales y las emisiones
de CO2 como fuente de nutrientes, recolección frecuente y se puede cultivar durante todo el
año en climas cálidos y que no compite con la producción de alimentos. El uso de estas
abre la posibilidad de la utilización de carbono, neutralizando las emisiones de gases de
efecto invernadero de las industrias y centrales eléctricas.

Los polímeros obtenidos a partir de altas concentraciones de algas verdes muestran relativa
alta resistencia y un color negro profundo. La durabilidad y elasticidad varían de acuerdo a
la cantidad de algas verdes utilizadas. Es evidente en los estudios que altos niveles de algas
produjeron plásticos ecológicos de calidad. El plástico de algas podría ser comercializado
para la producción de materiales que requieren fuerza relativa (Hillary, 2012).

También se han producido bioplásticos a partir de gluten de trigo, que constituye la proteína
subproducto de la fabricación de almidón, es una interesante materia prima para el
desarrollo de biopolímeros, porque es fácilmente disponible en grandes cantidades y a
precios bajos.

Una característica sobresaliente del gluten de trigo de entre otras proteínas es su propiedad
viscoelastica. Sus propiedades termoplásticas y su alta capacidad para la modificación
química pueden ofrecer la posibilidad de desarrollar una serie de materiales que encuentran
su aplicación en el sector no alimentario, por ejemplo, materiales compuestos, películas
para uso agrícola u objetos moldeados (Domenek, 2004).

Además, por mezcla directa de las proteínas de la clara de huevo, con un plastificante,
glicerol, y, finalmente, un proceso de moldeo térmico el cual le da forma a la materia y les
propina propiedades mecánicas adecuadas para ser utilizados como materiales sustitutivos
de polímeros sintéticos para aplicaciones concretas en el desarrollo de nuevos materiales
bioplásticos. Las proteínas de la clara de huevo de gallina (albúmina) se han utilizado con
frecuencia como ingredientes en la elaboración de alimentos por sus propiedades
funcionales únicas, tales como gelificación, formación de espuma, la termofijación y la
adhesión de los enlaces. Los bioplásticos a partir de proteínas de clara de huevo han
demostrado ser más termoestables que los hechos a partir de gluten de trigo (Jerez at el,
2007).

Otra de las alternativas es el ácido poliláctico (PLA), polímero del ácido láctico obtenido en
la fermentación del almidón. Las investigaciones de Tejeda (2007) y Silva (2012)
demostraron la alta producción de almidón a partir de ñame espino y también de la papa
Para la producción de ácido láctico por fermentación de este almidón se pueden utilizar
microorganismos que pertenezcan a los géneros: Lactobacillus, Carnobacterium,
Leuconostoc, Pediococcus, Streptococcus, Tetragenococcus, Lactococcus, Vagococcus,
Enterococcus y Aerococcus.

Mediante la polimerización del ácido láctico se obtiene el ácido poliláctico, el ácido


poliláctico es un biopolímero termoplástico biodegradable que ha encontrado numerosas
aplicaciones como empaques para la industria de alimentos, como yogurt, mantequilla,
margarina y quesos debido a que ofrece una barrera protectora contra la luz, grasas,
humedad y gases. Gracias a su transparencia y brillo y su facilidad de procesado en la
extrusión y el termoconformado, se utiliza ya en piezas rígidas de termoconformado. Su
rigidez permite además utilizar paredes más delgadas, rebajando el peso de las piezas frente
a las mismas hechas en polietileno. Se usa como implante en cirugía estética y
reconstructiva. Se ha usado en la fabricación de vasos desechables, platos y similares, así
como en otros ámbitos como el de la telefonía o tarjetas inteligentes sustituyendo
materiales como el PVC (Shafer, 2002).

El poli- hidroxialcanoato (PHA), es un tipo de poliéster que muestra propiedades térmicas


similares a los plásticos a base de petróleo, pero que es producido por bacterias, algas, y
plantas modificadas genéticamente. Se encuentra entre los más conocidos, en contraste con
los plásticos convencionales, el PHA es totalmente biodegradable y derivado de recursos
renovables es completamente biosintético y produce cero residuos tóxicos (Jiang, 2012).
Este bioplástico

Los PHAs son eficientemente degradados en el medio ambiente debido a que muchos
microorganismos en los suelos son capaces de secretar polihidroxibutirato (PHB)
despolimerasas, enzimas que hidrolizan los enlaces éster de un polímero a monómeros y
oligomeros solubles en agua. Los microorganismos metabolizan estos productos de
degradación a agua y dióxido de carbono.

El microorganismo de elección para la producción industrial de PHA varía en función de


factores que incluyen la capacidad de la célula para utilizar una fuente de carbono de bajo
costo, el costo del medio, la tasa de crecimiento, la tasa de síntesis del polímero, la calidad
y cantidad de los PHA, y el costo de procesos aguas abajo.

Aunque más de 300 microorganismos diferentes sintetizan PHA, sólo unos pocos, como
Cupriavidus necator (antes conocido como Ralstonia eutropha o Alcaligenes eutrophus),
Alcaligenes latus, Azotobacter vinelandii, Pseudomonas oleovorans, Paracoccus
denitrificans, Protomonas extorquens, y E. coli recombinante, son capaces de producir
suficiente PHA para la producción a gran escala (Chanprateep, 2012).

Los microorganismos los sintetizan en varias formas químicas, entre los cuales el
polihidroxibutirato (PHB) que es el poliéster de cadena más corta en esa familia, es una
forma bioplástica del poliéster. Se comportan de manera similar al polipropileno. La
materia prima utilizada es el azúcar. Es mezclado comúnmente con otros plásticos. En
forma mezclada es utilizado en muchas aplicaciones como el pegamento y goma dura.

El acetato de celulosa es el aditivo más común de PHB. El almidón, y diversos compuestos


orgánicos también se pueden añadir a PHB para cambiar sus características.

Una disciplina importante en el área de tecnología de los alimentos, es el embalaje para


alimentos, la cual se encarga de la conservación y protección de todos los tipos de
alimentos y sus materias primas, particularmente de deterioro oxidativo y microbiano y
también extender sus características de vida útil. Los plásticos basados en petroquímicos
tales como poliolefinas, poliésteres, poliamidas, etc. se han utilizado cada vez más para el
embalaje de materiales, debido a su disponibilidad en grandes cantidades, a bajo costo y
características favorables de funcionalidad tales como buena resistencia a la tracción y
resistencia al desgarro, buenas propiedades de barrera al oxígeno y compuestos aromáticos
y capacidad de sellado térmico. Sin embargo estos polímeros son totalmente no
biodegradables y por lo tanto dan lugar a contaminación del medio ambiente, que plantean
graves problemas para el ecosistema (Peelman, 2013).

En los últimos tiempos, el paradigma ha cambiado, por la creciente conciencia ambiental se


han buscado películas y procesos de embalaje, que sean biodegradables y por lo tanto
compatibles con el medio ambiente.

Una ventaja adicional de los materiales de embalaje biodegradables es que en la


biodegradación o la desintegración y compostaje pueden actuar como fertilizante y
acondicionador del suelo facilitando un mejor rendimiento de los cultivos. Aunque un poco
caro, el bio embalaje es una necesidad de mañana para el embalaje especialmente para
algunos productos de valor agregado de alimentos (Tharanathan, 2003).

La mayoría de estos empaques se hacen con almidón, este satisface los requerimientos de
una adecuada estabilidad térmica, mínima interferencia con propiedades de fusión y la
alteración de la calidad del producto.

Se han llevado a cabo estudios para producir películas de empaque de alimentos sobre la
base de residuos cítricos agroindustriales con benzoato de sodio, como agente
antimicrobiano. Las películas resultantes presentaron características físico-mecánicas y de
barrera aceptables para ser consideradas como potencialmente útiles en la fabricación de
empaques activos, además de mostrar estabilidad en la propiedad de permeabilidad con la
adición del conservador (Arévalo at el, 2010).

Los materiales lignocelulósicos, que son un conjunto de materiales de origen forestal,


agrícola o urbano residuales, representan una fuente importante de materiales poliméricos
de interés industrial debido a su origen renovable y biodegradabilidad de sus derivados.
Nanotecnología aplicada en Polímeros Biodegradables

Diversos estudios han demostrado que la adición de sólidos inorgánicos a los bioplásticos
(nanocargas) mejora las propiedades mecánicas del material resultante, incrementando su
estabilidad frente a la degradación térmica y confiriéndole una mayor rigidez y mayor
resistencia al impacto. Esto es debido al incremento de interacciones a nivel nanométrico
entre ambos componentes.

Los materiales complejos constituidos por dos o más fases solidas reciben comúnmente el
nombre de materiales compuestos (composites), siendo los más comunes aquellos
constituidos por un polímero orgánico que constituye la fase continua (matriz) y un sólido
inorgánico como fase dispersa que actúa como agente o carga reforzante del polímero.
Cuando la fase dispersa presenta al menos una dimensión en la escala nanométrica, estos
materiales híbridos de naturaleza órgano- inorgánica se denominan “nanocompuestos”.

El término nanocompuesto se refiere a materiales compuestos que contienen típicamente


bajas adiciones de algún tipo de nanopartículas. Específicamente en el sector de
bioembalaje de alimentos, el termino se refiere a los materiales que contienen, por lo
general, 1e-7 porcentaje en peso, de nanoarcillas modificadas (Lagaron et al, 2005.).

Investigaciones recientes han comenzado a desarrollar nanocompuestos basados en


biopolímeros. La finalidad es producir materiales avanzados que además de presentar las
excelentes propiedades mecánicas de los nanocompuestos, ofrezcan la ventaja añadida de
ser respetuosos con el medio ambiente y biodegradables, además de poder presentar
biocompatibilidad y determinadas propiedades funcionales, por lo que han sido
denominados bio-nanocompuestos.

Entre las diversas nanotecnologías existentes disponibles, la que ha llamado más la


atención en el campo de los bioplásticos son los nanocompuestos basados en nanoarcillas.
En la literatura científica ha sido ampliamente descrito el hecho de que la adición de bajas
cargas de capas de nano partículas de arcilla, es decir, nanoarcillas, de espesor en la escala
nanométrica, a biopolímeros pueden tener un profundo efecto potenciador sobre algunas
propiedades de los materiales, tales como propiedades mecánicas, estabilidad térmica, la
protección UV, conductividad, procesamiento y propiedades de barrera de vapor y que por
otra parte, la adición de bajas cantidades de nanoaditivos no alteran en una medida
significativa las buenas propiedades de las matrices poliméricas tales como la transparencia
y la flexibilidad (Darder at el, 2007).

Los temas importantes asociados a la utilización de bioplásticos, tales como la migración


no deseada de los componentes de plástico a los alimentos, también puede ser
potencialmente reducido por el uso de estas nanoarcillas y también ofrecen grandes
ventajas en la formulación de las tecnologías de envasado activo sobre la base de
bioplásticos tales como antioxidantes más eficiente, eliminación de oxígeno o bio embalaje
antimicrobiano, que tiene implicaciones directas en el aumento de la calidad y la seguridad
de los alimentos envasados.

La biocompatibilidad de los polímeros naturales hace que la aplicación de los bio-


nanocompuestos resultantes pueda extenderse a un área tan vital como es el de la
biomedicina. Así, se están desarrollando materiales que tratan de imitar la composición y la
organización del hueso. Asimismo son destacables otras aplicaciones biomédicas basadas
en el uso de bio-nanocompuestos como sistemas de transporte y liberación controlada de
fármacos o como vectores no víricos para terapia génica.

Limitaciones y Retos para el Futuro

A pesar de los beneficios que ofrecen los materiales plásticos a partir de recursos naturales,
se ha demostrado que ninguno de los que actualmente se encuentran en uso comercial o en
desarrollo es totalmente sostenible. Algunos de ellos son preferibles desde una perspectiva
de salud y seguridad y otros son preferibles desde el punto de vista del medio ambiente. En
general, los producidos a base de almidón, PLA y PHA son los preferidos sobre otros
polímeros de base biológica.

Debido a que estos plásticos requieren tierras para su producción, ellos podrían competir
con los terrenos necesarios para producir alimentos para el consumo humano. Las materias
primas de base biológica son generalmente cultivadas utilizando métodos de producción
agrícola industrial y por lo tanto se utilizan cantidades significativas de pesticidas tóxicos,
que pueden contaminar agua y suelo, e impactan los hábitats de vida silvestre. Cuando las
materias primas son procesadas para producir plásticos, se utilizan cantidades significativas
de energía y el agua, así como productos químicos, aditivos peligrosos, organismos
genéticamente modificados o materiales de nano-ingeniería.

La biodegradabilidad de los plásticos de fuentes biológicas se ve afectada cuando son co-


polimerizados con compuestos derivados del petróleo.

Para hacer frente a estos posibles problemas de la producción de bioplásticos, se han


planteado recomendaciones tales como:

 Utilizar subproductos agrícolas o industriales como materia prima en sus procesos


de fabricación: Las posibles opciones incluyen ligno-celulósicos de la madera o el
rastrojo de maíz, un subproducto de la industria del maíz, y los residuos de la papa
(Papas fritas o chips de desecho).

El uso de subproductos a partir de la agricultura para producir plásticos de base


biológica crearía una oportunidad para dar valor económico a estos materiales de
desecho, reducir los costos de producción, minimizar la cantidad de tierras utilizadas
para la producción de polímeros en lugar de la producción de alimentos, y crear nuevos
puestos de trabajo.

 Utilizar métodos de agricultura sostenible en los cultivos de bioplásticos: Esto


significa la eliminación del uso de plaguicidas altamente peligrosos y fertilizantes,
así como velar por la diversidad de cultivos, la gestión del suelo para mejorar la
calidad, el uso eficiente del agua y muchos otros factores.
 Educar a los consumidores para que cambien sus actitudes: promover la
reutilización de los materiales y buscar materiales alternativos que son más
sostenibles. La reutilización de los materiales y el uso de papel, vidrio, aluminio u
otros materiales sustitutos en ciertas aplicaciones para reducir el consumo de
materiales plásticos, la generación de residuos sólidos y sus posibles efectos.

 Que se evite mezclar almidón con los plásticos a base de petróleo ya que esto
reduce la biodegradabilidad, mientras que una mezcla de polímeros basados en
fuentes biológicas probablemente será compostables (Edwards, 2012).
CONCLUSIONES

Los bioplásticos se presentan como una oportunidad en el conjunto de estrategias


ambientales demandadas por la sociedad para mitigar el problema de la contaminación
ambiental y sin lugar a dudas son una alternativa mucho más ecológica y limpia con el
medio ambiente que los plásticos tradicionales. Sin embargo, las limitaciones técnicas a la
hora de gestionar de manera sostenible sus residuos, son aun elevadas. Se precisaría
desarrollar una infraestructura para recoger y procesar polímeros biodegradables como una
opción disponible para la eliminación de residuos y desde el punto de vista social, la
educación y concienciación sobre los biopolímeros. Los consumidores tendrán que
aprender que los biopolímeros deben ser separados con los residuos orgánicos (si se
dispone de separación) ó para reciclar (cuando corresponda) y se desarrolle la tecnología
precisa.

Los plásticos biodegradables tienen el potencial de reducir el uso de combustibles fósiles y


los impactos ambientales y de salud, y a su vez evitar los desechos plásticos no degradables
y voluminosos. Pero de igual forma tienen también impacto en la salud ambiental y
ocupacional en todo su ciclo de vida. Se necesita más investigación para producir nuevos
plásticos amigables con el medio ambiente y más seguros, y es además necesario crear una
nueva política para abordar la amplia gama de cuestiones relacionadas con la sostenibilidad
de la industria de plásticos de base biológica.

Además, desde el punto de vista de la producción y mercadeo, surgen dudas como:

 ¿Qué capacidad de producción de biopolímeros se necesitará para satisfacer el


mercado cuando éste se desarrolle masivamente?
 ¿Qué previsiones de futuro hay para el mercado de los bioplásticos?
 ¿Cuál va a ser el porcentaje de sustitución de los plásticos tradicionales en los
envases por bioplásticos?
 ¿Cuál es el efecto ambiental que tiene la producción frente al reciclado de los
plásticos existentes?
Existe una combinación de factores que está impulsando el crecimiento y aceptación de los
bioplásticos biodegradables, estos son:
 El precio ascendente y alto de las resinas derivadas del petróleo.
 La concienciación de los consumidores sobre la necesidad de proteger el medio
ambiente, adquiriendo productos “más ecológicos”.
 La madurez tecnológica ya alcanzada en la generación básica de productos con estas
resinas.
 Las leyes gubernamentales que se están gestando en varios países fomentando el
uso de estos productos biodegradables.
Si todos los plásticos de todo el mundo fueran reemplazados por los bioplásticos y la
energía utilizada en el proceso proviniera de fuentes renovables el ahorro de combustibles
fósiles sería de aproximadamente 3,49 millones de barriles al día (López, 2012).
Sin embargo, los bioplásticos actuales no tienen las propiedades para reemplazar todos los
plásticos del mundo y no toda la energía utilizada en la producción es probable que sea
renovable. El ahorro del petróleo varía de un proceso a otro y también de un lugar a otro.

El cambio a los bioplásticos tiene el potencial de afectar el suministro de alimentos del


mundo en muchas formas. Los bioplásticos derivados de cultivos alimentarios como el
maíz, la soja, la caña de azúcar, y otros disminuirían directamente la cantidad de los
cultivos que estarían disponibles para alimentos.

Para concluir, los bioplásticos son una tecnología naciente, a pesar de que pueden no ser
factible en la actualidad, se podría celebrar una gran promesa para el futuro.
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