Este fallo del Consejo de Estado francés de 1903 estableció principios clave del derecho administrativo, determinando que la jurisdicción contencioso-administrativa es competente para conocer los litigios entre la administración y los particulares. El caso involucraba a un Sr. Terrier a quien se le negó el pago de una recompensa por matar una víbora, por lo que acudió al Consejo de Estado. El fallo definió la noción de servicio público caracterizado por la búsqueda del interés general.
Este fallo del Consejo de Estado francés de 1903 estableció principios clave del derecho administrativo, determinando que la jurisdicción contencioso-administrativa es competente para conocer los litigios entre la administración y los particulares. El caso involucraba a un Sr. Terrier a quien se le negó el pago de una recompensa por matar una víbora, por lo que acudió al Consejo de Estado. El fallo definió la noción de servicio público caracterizado por la búsqueda del interés general.
Este fallo del Consejo de Estado francés de 1903 estableció principios clave del derecho administrativo, determinando que la jurisdicción contencioso-administrativa es competente para conocer los litigios entre la administración y los particulares. El caso involucraba a un Sr. Terrier a quien se le negó el pago de una recompensa por matar una víbora, por lo que acudió al Consejo de Estado. El fallo definió la noción de servicio público caracterizado por la búsqueda del interés general.
Este fallo del Consejo de Estado francés de 1903 estableció principios clave del derecho administrativo, determinando que la jurisdicción contencioso-administrativa es competente para conocer los litigios entre la administración y los particulares. El caso involucraba a un Sr. Terrier a quien se le negó el pago de una recompensa por matar una víbora, por lo que acudió al Consejo de Estado. El fallo definió la noción de servicio público caracterizado por la búsqueda del interés general.
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INTRODUCCIÓN
Un Consejo general había tomado una decisión en cuyos términos, un premio
sería concedido a todo individuo que justificara haber matado una víbora; siéndole denegado el pago del premio al Sr. Terrier por parte del Director de Policía, demandó del Consejo de Estado censurar la violación del contrato que el departamento había tenido con los cazadores de víboras. El Consejo de Estado se reconoció competente, "pues de la denegación del Director de Policía de admitir el reclamo nace entre las partes un litigio que al Consejo de Estado le es propio conocer". De esta frase lacónica, la Alta Asamblea ha tomado unas decisiones muy importantes del Derecho Administrativo: para esclarecerla hace falta reportarse a las célebres conclusiones pronunciadas por el comisario del Gobierno Romieu sobre este asunto EL FALLO TERRIER DEL CONSEJO DE ESTADO DE FRANCIA DE FEBRERO 6 DE 1903. Es el caso del arrêt Terrier del Consejo de Estado Francés, del año 1903, en el cuál se exponen principios generales del derecho administrativo, especialmente, en lo relativo a la competencia de la jurisdicción contencioso-administrativa y la delimitación administrativa y judicial propiamente. De hecho, este fallo tiene un aporte doctrinario de gran valor, pues en él se enseña que la Administración puede obrar como persona de derecho público, pudiéndose ubicar voluntariamente en las condiciones de un particular. Aquí se observa la noción del servicio público caracterizada por el elemento de búsqueda del interés general. Lo acontecido en este “arret” Terrier (Fallo Terrier) fue lo siguiente: El Departamento de Saon Et Loire acordó dar primas por la destrucción de víboras. Como al Señor Terrier se le negó el pago de la respectiva prima bajo el argumento de que ya no había fondos para pagarle, él presentó su problema ante el Consejo de Estado, quien manifestó que si tenía competencia para conocer de este pleito. Las conclusiones las redacta el Comisario de Gobierno Romieu, quien unifica el contencioso estatal con el contencioso local y supera marcadamente la tesis perfilada por los actos de autoridad y los actos de gestión. Como se sabe en el arret Blanco se atribuye al Consejo de Estado Francés las acciones de daños y perjuicios, contra la esfera estatal; sin embargo, aquellas orientadas contra la administración local y establecimientos públicos se mantenían atribuidos a los tribunales ordinarios. Con el Arret terrier, se elimina esta división, y todas las querellas se ventilan en la jurisdicción administrativa. Los “arrets” siguientes: Therond, del 4 de marzo de 1910, para los contratos comunales; y Jouillie del mismo año, realizan la misma integración de jurisdicciones en el campo de la responsabilidad de departamentos, comunas y establecimientos públicos respectivamente. (Romero Pérez, 1999).Por consiguiente, la labor jurisprudencial del Consejo de Estado de Francia y del Tribunal de Conflictos, ha sido y es una fuente de gran valor para el derecho administrativo, de ella se han nutrido las doctrinas y muchos tribunales del mundo. En este sentido, ha afirmado uno de los más destacados administrativistas franceses que "sin la jurisprudencia del Consejo de Estado no habría derecho. Administrativo en Francia", incluso, tanto es así, que se le ha considerado como guardián de los principios de la Revolución Francesa. Asimismo, los aportes políticos y jurídicos de la Revolución Francesa, enmarcan el derecho administrativo, pues sus principios son desarrollados por el Consejo de Estado Francés, así como por la doctrina del derecho público que sufre dicha influencia. Ahora bien, como hemos señalado ut supra, el derecho administrativo nace con la Revolución Francesa. Sin embargo, debemos destacar, que frente a esta concepción clásica y hasta ahora dominante, no han faltado autores -Alexis de Tocqueville, Gallego Anabitarte, Jean-Louis Mestre, Cannada Bartoli-, que han defendido la tesis contraria, afirmando que los límites al poder y la división del mismo son anteriores a la Revolución liberal de 1789; que el derecho administrativo existió en tiempos anteriores a esta fecha; y, que, por tanto, la instauración del denominado Estado de Derecho no es más que la continuidad de algo que ya existía. En efecto, esta tesis cuyo postulado es absolutamente contrario a la primera, en virtud de que niega categóricamente que el derecho administrativo haya surgido como una derivación o consecuencia de la Revolución Francesa, sostiene que el verdadero origen de dicha disciplina jurídica debe buscarse en el estadio anterior a la Revolución Francesa, esto es, en el Estado Moderno o "Antiguo Régimen", ya que el examen del asunto en el contexto del desarrollo histórico de ambos períodos lo que revela, según los partidarios de esta postura doctrinaria, es la existencia de un proceso de continuidad y perfeccionamiento de las instituciones básicas del derecho administrativo durante la Revolución Francesa, precisamente porque habían surgido durante el período histórico correspondiente al Estado Moderno. De modo, pues, que la tesis en comento postula como premisa fundamental que el derecho administrativo surgió en el "Antiguo Régimen", en razón de que los principios como la división del poder así como los límites del mismo, ya estaban presentes en el referido régimen, por consiguiente, su aplicación es anterior a la fecha de inicio de la Revolución Francesa. En este sentido, uno de los autores que es partidario de esta tesis es el español Gallego Anabitarte, quien siguiendo a Alexis de Tocqueville (L’Ancien Régimen et la Révolution), afirma que en la Monarquía Francesa ya existía una jurisdicción de autoridades reales para asuntos públicos administrativos, semejante a la que será instaurada después de la Revolución. Por otra parte, el autor francés Jean-Louis Mestre es partidario de la existencia dela autonomía del derecho administrativo durante el "Antiguo Régimen" porque, en su criterio, en ese período se aplicaban a la Administración verdaderas reglas de derecho, las cuales tenían una finalidad propia y resultaban sustancialmente distintas a las del derecho civil, debido a que esa finalidad consistía precisamente en colocarle límites al poder. Por tal razón, concluye, el referido autor, predicándola existencia de la disciplina, haciendo notar que los juristas del Estado Moderno, a pesar de que conocían sus principios y particularidades, desconocían, en cambio, la expresión "derecho administrativo", la cual viene aparecer por primera vez en el siglo XIX. Asimismo, ha señalado el catedrático español García de Enterría, que la Administración y con ella el derecho administrativo (como disciplina jurídica singularizada) nace en el siglo XIX de la mano de los principios revolucionarios de legalidad y división de poderes, así como, de la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano. En efecto, es en el siglo XIX y no antes cuando surge de una manera un tanto sorpresiva la poderosa Administración, que adviene porque ha absorbido todos los poderes que coexistían con el Rey absoluto, porque ha establecido la centralización y porque va a tener que organizar todo un vasto sistema de servicios públicos para hacer frente a la igualdad de condiciones que la Revolución instaura. Esta Administración va a tener que ser a partir de ahora, y ésta es una novedad formidable en la historia del derecho, una Administración legalizada, organizada desde la ley y cuya función es servir los intereses generales, pero dentro de los ámbitos que la ley de una manera previa le reserva. Pero, ocurre que al lado de la ley están los derechos fundamentales, los derechos del hombre y del ciudadano. En efecto, el ciudadano no es un simple destinatario de la acción administrativa, no es un simple instrumento del poder; está en el origen del poder. Por tanto, del cruce de esos dos principios, la legalidad de la Administración y posición del ciudadano como sujeto de derecho y de libertades, surgirá el derecho administrativo.
ESTADO ACTUAL Y NUEVAS PERSPECTIVAS DEL DERECHO
ADMINISTRATIVO El derecho administrativo es de reciente creación, en efecto, su elaboración parte, propiamente, del último cuarto del siglo XIX y, por tanto, podemos decir, que esta disciplina nació con el Estado de Derecho. CONCLUSIÓN Fue uno de los grandes fallos de la jurisprudencia administrativa francesa de finales del siglo XIX y comienzos del XX que concluyeron que la nueva noción clave era la del servicio público, caracterizada por un elemento fundamental, la búsqueda del interés general. Esta idea definió al derecho administrativo como el derecho de los servicios públicos, cuando la administración realizaba actividades ajenas al servicio público, se aplicaba el derecho común y la competencia correspondía a la jurisdicción común. EN QUE CONSISTE: → Un consejo general había deliberado y decidido que una recompensa seria concedida a todo individuo que justificara haber destruido una víbora. → Al señor Terrier el prefecto le rechazo el pago de la recompensa, invocando como motivo que el crédito previsto para ese pago estaba agotado. → El citado señor solicita al consejo de estado que censure la violación por el departamento del contrato que él había firmado con los cazadores de víboras. (Presenta Recurso). → El consejo de estado se reconoció competente ya que “de la negativa del perfecto de aceptar la reclamación que se le sometió, nació un litigio entre las partes que corresponde al consejo de estado conocer” con esta frase, el alto tribunal tomo una de las más importantes decisiones del derecho administrativo. → Para aclararla es necesario remitirse a las célebres consideraciones pronunciadas por el comisario del gobierno Romieu en este caso. En cuanto al fondo considerando que el estado de la instrucción no permite apreciar en el momento presente si se le asiste derecho al señor Terrier en su reclamación y si hay lugar en consecuencia al reenviarla ante el prefecto para que se proceda a la liquidación de la suma a la que puede tener derecho… (El recurso del señor Terrier se reenvió ante el prefecto para que se procediera a la liquidación de la suma a la que puede tener derecho).