Reflexión y Refracción en Superficies Planas

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REFLEXIÓN Y REFRACCIÓN EN SUPERFICIES PLANAS

Cuando un rayo luminoso llega a la superficie de separación de dos medios


distintos, se producen dos rayos, uno reflejado y otro refractado o transmitido.
En general, solo una parte de la energía luminosa incidente pasa al otro medio.
Además, las direcciones de propagación de los rayos reflejado y transmitido son
distintas de la del rayo incidente. Experimentalmente se han podido deducir las
leyes de la reflexión y de la reflexión:
Leyes de la reflexión:
 El rayo incidente, el reflejado y la recta normal en el punto de incidencia
están contenidos en un mismo plano.
 El ángulo de incidencia y el de reflexión son iguales.
Leyes de la refracción:
 El rayo incidente, el refractado y la normal en el punto de incidencia están
contenidos en un mismo plano.
 El cociente entre el seno del ángulo de incidencia y seno del ángulo de
refracción es igual al cociente de las velocidades de ambos medios.
En esta sección deduciremos estas leyes experimentales a partir del Principio de
Fermat.
PRINCIPIO DE FERMAT.
Supongamos un rayo luminoso que parte de un punto P y llega a un punto P’
recorriendo la distancia s1 en un medio de índice n1; a continuación, recorre una
distancia s2 en un medio de índice n2 y así sucesivamente. Cada uno de los
medios se supone homogéneo e isótropo, por lo que la velocidad de la luz en
cada trayecto será constante, y vale vk = c/nk. El tiempo empleado por la luz en
ir de P a P’ será:
t = ∑ sk/vk = 1/c ∑ nksk
A la magnitud ∑k nksk se la denomina camino óptico y se la suele representar
como L. El significado físico es el camino que recorrería la luz en el vacío durante
el mismo tiempo. Hacia 1658, Fermat estableció que la trayectoria de un rayo
luminoso de un punto a otro es la correspondiente al tiempo mínimo. En rigor, el
tiempo invertido en la trayectoria real es máximo o mínimo, esto es, extrema. Por
consiguiente, si se modifica ligeramente la trayectoria, la diferencia de tiempo
entre la trayectoria real y la modificada es un infinitésimo de orden superior al del
desplazamiento entre las trayectorias. En la mayor parte de los casos, la
trayectoria real es la del tiempo mínimo.
LEY DE REFLEXIÓN.
Supongamos un rayo luminoso que parte de A, se refleja en O y sigue hasta B.
Supongamos que O pudiera encontrarse en cualquier punto de la recta
horizontal. Trazando las perpendiculares desde A y B, y la normal en O, los
ángulos i y r son respectivamente, los ángulos de incidencia y de reflexión.
Representemos por v la velocidad de propagación. Si definimos s1 = AO y s2 =
OB, la longitud de la trayectoria es s1 + s2, y el tiempo t a lo largo de la misma
será t = (s1 + s2)/v. Es fácil ver en la figura que:
s1 = a sec(i), s2 = b sec(r)
y de las ecuaciones anteriores se deduce que:
t = 1/v (a sec(i) + b sec(r))
Si desplazamos ligeramente el punto O, los ángulos i y r experimentarán
variaciones di y dr, y la correspondiente variación del tiempo dt será:
dt = 1/v (a sec(i) tan(i)di + b sec(r) tan(r)dr)

Si el tiempo es mínimo, resulta ser dt = 0 y obtenemos: a sec(i) tan(i)di = −b


sec(r) tan(r)dr
Pero las diferenciales di y dr no son independientes entre s´ı. De la Figura 3 se
deduce fácilmente que: c + d = cons. = a tan(i) + b tan(r)
Diferenciando ahora ambos miembros, se obtiene: 0 = a sec2 (i)di + b sec2 (r)dr
Combinando esta condición con la de tiempo mínimo, resulta:
sin(i) = sin(r) =⇒ i = r
Por lo tanto, la trayectoria luminosa AOB recorrida en el tiempo mínimo es
aquella para la que el ángulo de reflexión es igual al de incidencia. Cuando se
produce una reflexión, no toda la energía del rayo incidente pasa al medio de
transmisión.
La reflexión que aquí se ha descrito constituye la reflexión especular. Esta se
produce ´ cuando la superficie de separación es lisa. Existe otro tipo de reflexión
más frecuente, la llamada reflexión difusa, en que la superficie es rugosa y los
rayos entran en el ojo procedentes de muchos puntos de reflexión en la
superficie, de modo que no existe una imagen.
IMAGENES EN ESPEJOS PLANOS.
se muestra un haz de rayos luminosos que proceden de una fuente puntual P y
se refleja en un espejo plano. Después de la reflexión, los rayos divergen
exactamente como si procediesen de un punto P’ detrás del plano del espejo. El
punto P’ se denomina imagen del objeto P. Cuando estos rayos entran en el ojo,
no pueden distinguirse de los rayos que procedieran de una fuente luminosa
situada en P’ sin que hubiese espejo. La imagen se denomina virtual debido a
que la luz no procede realmente de la imagen.

Un tipo de reflector retroversor, que se utiliza frecuentemente como indicador de


peligro en carreteras, consiste en una cazoleta metálica de varios centímetros
de diámetro.
Comenzando con unos 3 cm en la boca, se aplastan las caras para formar tres
superficies reflectantes normales entre sí que se encuentran en un punto romo
en el fondo de la cazoleta. La boca está herméticamente cerrada con una tapa
de vidrio rojo o ámbar. Las tres superficies reflectantes interiores de la cazoleta
tienen la propiedad de que cualquier rayo de luz que se refleje sucesivamente
en las tres cambia exactamente de sentido, manteniendo una dirección paralela
a la de entrada. Así, un haz procedente de un faro que incida sobre el reflector
se proyecta directamente hacia atrás en la dirección del foco emisor, aunque
este no esté frente al reflector. En la mayor parte de los casos, el objeto del cual
un sistema óptico forma una imagen tiene tres dimensiones. Puesto que cada
punto del objeto le corresponde un punto imagen, esta tiene también tres
dimensiones. La interpretación completa de la formación de la imagen sólo
puede obtenerse mediante un estudio de los objetos tridimensionales y de sus
imágenes.
REFRACCIÓN EN UNA SUPERFICIE PLANA.
Consideremos la superficie de separación de dos medios con distintos índices
de refracción, como se ilustra en la figura 7. Supongamos que los rayos
luminosos proceden de un punto P situado en el medio inferior a una distancia y
por debajo del plano X-Z, que separa ambos medios. Supongamos además que
el índice de refracción del medio inferior es n, el del superior n 0 y que se verifica
que n > n0 . Se trata de calcular la distancia y 0 del punto P 0 por debajo de la
superficie límite

En virtud de la Ley de Snell, podemos poner: n sin(φ) = n 0 sin(φ 0 )


De la figura se deduce: y tan(φ) = y 0 tan(φ 0 )
Dividiendo ambas ecuaciones, obtenemos:
y tan(φ) n sin(φ) = y’ tan(φ 0 ) / n’ sin(φ 0 ) =⇒ y’ = y n’/n cos(φ 0 ) / cos(φ)
El cociente cos(φ 0 )/ cos(φ) varía con el ángulo de incidencia φ, de modo que la
distancia y 0 no es la misma para otros rayos que divergen desde P bajo ángulos
distintos que los representados en la figura. Esto equivale a decir que los rayos
refractados no parecen propagarse desde un punto común. Ahora bien, si
consideramos a un observador que mira verticalmente hacia abajo desde un
punto situado sobre el eje Y por encima de la superficie limite y suponemos que
el cono de rayos que recibe queda limitado a un ángulo extremadamente
pequeño, el cociente cos(φ 0 )/ cos(φ) se aproxima a la unidad, con lo que la
anterior ecuación se convierte en:
Y’ = y n’ / n
Dicho de otro modo, un estrecho pincel de rayos próximos a la normal forma un
punto imagen de P en P 0, y un observador mirando verticalmente hacia abajo
ve imágenes bien definidas de objetos situados por debajo de su superficie a una
profundidad aparente dada por la expresión (23). Cuando la visual no es
perpendicular a la superficie refringente, el caso resulta más complicado. No
existe ningún punto desde el cual parezcan divergir los rayos refractados y no se
forma una imagen puntual de P. Se dice que el pincel de rayos refractados es
astigmático. Una forma sencilla de poner de manifiesto este efecto se ilustra en
la Figura 8, experiencia que ya era conocida por los griegos clásicos. Se coloca
una moneda en el fondo de una taza vacía y se sitúa el ojo del observador en
una posición tal que la moneda quede justamente oculta debajo del borde del
recipiente. Si se vierte agua, la moneda parece elevarse y aparece a la vista.

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