El Cuento en El Perú
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Resumen
El presente artículo hace una revisión de un conjunto de 30 libros de
cuentos publicados en el Perú entre los años 2015 y 2017. Se atiende a
las características de las ediciones, la organización de los contenidos,
los temas más recurrentes y algunos motivos o metáforas que se repi-
ten en varios de los libros.
Palabras clave: Cuento peruano; Premio Nacional de Literatura; Edi-
ciones; Historia; Familia.
Abstract
The following article reviews a group of 30 short story collections
published in Peru between 2015 and 2017. It takes into account the
characteristics of the editions, the organization of contents, the most
prevalent topics and some motifs or metaphors which recur in several
of the collections.
Keywords: Peruvian short story; Literature National Prize; Editions;
History; Family.
1. Punto de mira
El año 2017, el Ministerio de Cultura del Perú convocó a la primera edición del
Premio Nacional de Literatura. Según recordó el entonces ministro Salvador del
Solar en la ceremonia de entrega del premio, se trata del retorno, después de
más de tres décadas, de un reconocimiento histórico en las letras peruanas, que
ha servido para distinguir a autores tan importantes en nuestra tradición como
Martín Adán, Julio Ramón Ribeyro y Jorge Eduardo Eielson. Sin embargo, el
retorno es más bien nominal, pues el anterior Premio Nacional de Literatura era
un premio consagratorio y un reconocimiento a la trayectoria conjunta de un
escritor1, siguiendo el mismo cariz que tiene el premio, por ejemplo, en Chile
o en Cuba. En cambio, el nuevo Premio Nacional de Literatura tiene carácter
promocional y no consagratorio. Siguiendo el modelo de España y Paraguay, se
ha optado por premiar libros publicados, práctica sin precedentes en el Perú; hasta
ahora, los premios más importantes —como el COPE o el de la revista Caretas,
para mencionar los más representativos en el género del cuento—, reconocen a
manuscritos de cuentos individuales e inéditos, con el habitual procedimiento de
la participación bajo seudónimo. El nuevo premio concibe al texto literario no
solamente como creación de un autor individual, sino como parte de un circuito
cultural, por eso se establece que sean las editoriales, indispensables y valiosas
mediadoras entre el autor y el lector, quienes presenten los libros al concurso.
En su primera edición, el certamen premió las categorías de Cuento, Poesía y
Literatura Infantil y Juvenil, mientras que para el año 2018 se reconocerá a la
Novela, la No Ficción y la Literatura en Lenguas Aborígenes.
distintos lugares, pero que además provenían de distintas disciplinas, sin dejar de
reconocer por cierto la creciente importancia de la mujer en todos los campos de
la cultura. Se reunieron, pues, diversas miradas sobre la literatura y sus criterios
de valoración, y aunque por momentos fue difícil la conciliación de perspectivas,
el resultado fue enriquecedor.
Lo primero que habría que observar es que, si bien Lima mantiene su predominancia
como centro cultural del país, también existe una interesante actividad editorial en
otras regiones. De los 26 libros, 16 fueron publicados en la capital, 9 en diversas
partes del Perú y 1 en el extranjero (Barcelona). En las regiones, Arequipa y Piura
parecen disfrutar de un buen momento editorial, con 3 libros de cuentos cada
una; también se registraron ediciones en Ica, Cusco y Juliaca. No es propiamente
una sorpresa que Arequipa, ciudad con una larga y nutrida tradición literaria,
aparezca en este puesto; en cambio, llama la atención el caso de Piura, por lo que
futuras investigaciones, especialmente locales, deberían ofrecer más luces sobre
el ambiente literario actual en dicha región. Aparentemente, la movida literaria en
Piura no tiene todavía una industria editorial que la articule, pues dos de los tres
y otras, más cautelosas, como Hijos de la Lluvia, prefieren no sobrepasar los 300.
Habría que complementar esta información con la de las ventas de los libros.
¿Qué títulos logran agotar su tiraje o incluso pueden demandar una reimpresión?
¿Cuántos ejemplares se entregan a los autores y qué otras condiciones se acuerda
con ellos en cuanto al financiamiento de la edición, pago de regalías, etc.? La
actividad editorial en el Perú requiere de mayor investigación.
los cuales presenta una suerte de compendio de la historia del Perú. Solamente
un lector extremadamente paciente (u otro interesado en los temas propuestos
por el paratexto) podrá descubrir que las unidades que componen este índice son
cuentos o relatos. Este libro fallido, que expulsa al lector literario para atraer
a un supuesto lector “ejecutivo”, es un interesante caso de cómo el paratexto
puede llegar a anular el texto; y viceversa, pues el lector corporativo quedaría
desconcertado e insatisfecho de no encontrar más que relatos sin ninguna guía de
lectura ni moraleja claramente establecida.
4. Temas
La historia parece ser uno de los temas y discursos que más atrae la atención
de los cuentistas peruanos. Algunos toman como inspiración a la Historia con
mayúsculas, monumental, esa historia compuesta de grandes personajes y
eventos claves. Otros se ocupan menos de las grandes figuras históricas como de
contextos específicos que determinan la vida de personajes ficcionales.
personajes de la historia del Perú (que son los menos, pero Atahualpa también
aparece por partida doble); científicos (Einstein es la figura inevitable); escritores
o artistas (Bram Stoker, la única coincidencia) y figuras míticas o ficcionales
(Don Quijote se duplica). En Tránsitos, Alfredo Dammert elige detenerse en una
escena histórica, ya sea célebre o que permita sintetizar la vida del personaje. La
literatura ilustra la historia, la hace más atractiva. En cambio, en Bioficciones de
Benjamín Román la historia es un punto de partida muy básico para dispararse,
sobre todo, hacia la ciencia-ficción. Más que dejarse fascinar por la historia, lo
que hace es aprovechar esa fascinación de muchos lectores para dar rienda suelta
a su imaginación. Incluye un índice de personajes para facilitar a los lectores
su búsqueda. Finalmente, Relámpago inmóvil, de Pedro Ugarte Valdivia, el más
logrado de los tres, no opta, como los anteriores, por una profusión de figuras,
sino que elige algunos eventos históricos (los atentados del 11M en Madrid,
las misiones jesuitas en la selva cusqueña) o personajes (Sara Ellen, Niccolo
Paganini) para plantear, en la primera parte, otras posibilidades alternas del
tiempo, especialmente su congelamiento; y, en la segunda, cuestiones estéticas,
especialmente la fascinación que ejerce la obra de arte.
Por cierto que las figuras centrales de la familia son el padre y la madre.
Sobre el primero, además, se puede recordar que varias novelas publicadas en
la década presente han sido calificadas como “novelas del padre”, y sin duda,
es una figura de importancia también en la narrativa corta. Además de los libros
mencionados, otros como Las visitaciones, de Pedro Llosa y Bitácora del último
de los veleros, de Orlando Mazeyra indagan en la figura paterna. En muchos casos
el padre es presentado bajo una luz negativa, ya sea estragado por el alcoholismo
(Caro, “Árbol de Navidad”; Mazeyra, “Espejo roto”, “Feriado de octubre”, entre
otros), el deterioro físico y mental (Caro, “Las palabras”) o directamente el
suicidio (Adaui, “Agapornis”). Su carácter está marcado por un autoritarismo que
llega a la agresión física y verbal (Mazeyra, “Espejo roto”) o por una carencia
de afecto (Adaui, “Todo lo que tengo lo llevo conmigo”). Cuando el padre es
reemplazado por el padrastro, las relaciones se encaminan a la perversión (Solano,
“Familia”). Es cierto que también hay momentos de complicidad, sobre todo en
las relaciones padre-hija, pero esa admiración suele terminar en una decepción
(Caro, “Zancos”; Adaui, “Todo lo que tengo lo llevo conmigo”). Sin embargo,
también hay cuentos que buscan una visión más global y balanceada del padre
(Mazeyra, “Mi viejo”; Vega, “El japonés Fukuhara”) o incluso elogiosa (Llosa,
“El olvido que seremos”).
5. Motivos
Para finalizar, quisiera llamar la atención sobre dos escenas que se repiten en
diferentes libros y que podríamos entender, acaso, como metáforas que logran
concretizar algún anhelo o angustia flotante en nuestro imaginario social. Una es
la escena del hombre que vuela; la otra, la del cruce riesgoso o suicida.
Notas
Referencias bibliográficas
Acevedo Borrego, A. (2016). Lecturas para la dirección científica en las
organizaciones. Lima: Edición del autor.
Ildefonso Huanca, R. (2016). Niños de otros mundos. Lima, Edición del autor.