Ministerio de Educación Santiago de Chile (2007) PDF
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santiago de chile
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Santiago de Chile
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Ninguna parte de este libro, incluido el diseño de la portada,
puede ser reproducida, transmitida o almacenada, sea por
procedimientos mecánicos, ópticos, químicos o electrónicos,
incluidas las fotocopias, sin permiso escrito del editor.
ISBN 978-956-292-159-6
Se terminó de imprimir esta
PRIMERA EDICIÓN
de 500 ejemplares,
en los talleres LOM, Concha y Toro 25,
Santiago de Chile, en noviembre 2007
Coordinación Editorial
Textos Escolares, Unidad de Currículum y Evaluación,
Ministerio de Educación
Diseño y Diagramación
Carolina Gana y Claudia Morales
Traducción del inglés
Paul Beuchat y Ailsa Shaw
Traducción del portugués
Luciano Menezes
Corrección de estilo
Alejandra Bottinelli
La primera versión del Seminario Internacional de Textos Escolares -SITE- se desarrolló en Santia-
go en abril de 2006, y sus principales objetivos fueron:
¿Qué hace que un texto de estudio sea bueno y cómo nos aseguramos de que todos
los estudiantes reciban uno?
Ingibjörg Ásgeirsdóttir 17
Altos estándares y grandes logros a través del aprendizaje y los recursos educativos:
el contexto canadiense
Raja Panwar 30
Interrogantes acerca del análisis de contenido y del discurso en los textos escolares
María Helena Zapico Barbeito 149
Análisis de textos escolares chilenos relativos a la evolución biológica
Manuel Tamayo Hurtado 156
Diseño gráfico y libros de texto. Un modelo conceptual del libro en la sala de clases
Ximena Zepeda Harasic 228
A priori, in fíeri y a posteriori. Una evaluación integral de los libros de texto escolar
William Mejía Botero 350
Conferencias Plenarias
Colaboradores 362
Textos pedagógicos y portafolios digitales
Bente Aamotsbakken y Susanne V. Knudsen 363
Colaboradores
César Uribe Neyra es Psicólogo educacional de la Universidad Nacional Federico Villarreal, Lima,
Perú, y Master en Democracia y Educación en Valores, Universidad de Barcelona, España. Director
de Educación Primaria, hasta mayo 2007, y actualmente Coordinador de la Comisión Técnica del
Plan Nacional Educación para Todos, Ministerio de Educación, Perú.
Ángela Skrabonja Crespo, Maestra de Educación Primaria, Pontificia Universidad Católica del Perú.
Fue editora del área de Comunicación Integral–Primaria para Editorial Norma, Perú. Consultora para
el Programa Aprendes-AED-, y para la Dirección de Educación Primaria del Ministerio de Educación
del Perú, donde participó de las áreas de Materiales Educativos y de Comunicación Integral.
Jeanete Beauchamp, Maestra en Educación por la Pontificia Universidad Católica de São Paulo, es,
desde el año 2004, Directora del Departamento de Políticas de Educación Parvularia y Enseñanza
Básica del Ministerio de Educación (MEC) de Brasil. Fue directora del Departamento de Estudios,
Acompañamiento y Evaluación de la Secretaría Extraordinaria para la Erradicación del Analfabe-
tismo/MEC, y Secretaria Municipal de Educación en dos municipios de São Paulo.
Roger Díaz de Cossío es Ingeniero Civil de la Universidad Nacional Autónoma de México, Maestro
y Doctor de la Universidad de Illinois. Fue director del Instituto de Ingeniería de la UNAM y subsecre-
tario de Educación Pública. Actualmente es Investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM.
Eva Danisova es asesora del Ministerio de Educación de la República Eslovaca con amplia experien-
cia en creación, edición y evaluación de textos escolares para educación primaria y secundaria. Es
la responsable de la entrega de textos a los establecimientos escolares. Anteriormente fue autora
de textos para editoriales privadas.
En este contexto, considerando que “el texto escolar es un elemento clave para hacer viables
los procesos de innovación educativa” , el Ministerio de Educación de Perú mantiene aún como
una acción prioritaria la dotación de materiales educativos a los centros escolares de gestión
pública a nivel nacional, con el fin de contribuir al mejor desempeño de los procesos de en-
señanza-aprendizaje. Esta decisión se encuentra en el marco del Plan Nacional de Educación
Para Todos-Perú, enunciada en la política G, objetivo estratégico G.2: Mejorar el equipamiento
y material educativo especialmente en instituciones educativas de mayor carencia.
1 Parcerisa Aran, Artur ( 1997). Materiales curriculares. Cómo elaborarlos, seleccionarlos y usarlos. Editorial Graö
12 César Uribe Neyra y Ángela Skrabonja Crespo
también, adoptar el sistema o modelo más adecuado para elaborar o adquirir textos escola-
res. Del mismo modo, es preciso diseñar estrategias de recojo y sistematización de aquella
información que nos permita tomar decisiones sobre las políticas a ejecutarse.
Esta es la razón por la cual la Unidad de Desarrollo Curricular y Recursos Educativos de Educa-
ción Inicial y Primaria (UDCREEIP) presenta este estudio sobre el uso, valoración y adecuación
al nuevo diseño curricular, de los textos escolares distribuidos. Del mismo modo, se pretende
estudiar los procesos administrativos desarrollados durante los últimos 10 años.
1. Objetivo general
Se espera que la información recogida permita al Ministerio de Educación:
2. Objetivos específicos
2.1 Generar elementos que permitan diseñar criterios para elaborar los materiales edu-
cativos que se repartirán en el año 2008, para que sean utilizados por los maestros
con el objetivo de generar aprendizajes en los niños y niñas.
2.2 Prever estrategias de acción que colaboren con el docente para el máximo aprove-
chamiento de los materiales educativos recibidos.
Antecedentes
En el año 2000 se contrató al instituto Apoyo para hacer el estudio de “Evaluación de los efectos
y resultados del programa MECEP” en el que se evidenció la mejora paulatina de la educación
que incluía la oportunidad de llegada de los textos entre 1997 y 2000 así como la constatación
del poco uso de los textos escolares entregados por el Ministerio de Educación.
En el año 2004 se realizaron dos estudios. Uno de ellos sobre “Procesos de dotación de
material educativo durante la implementación del programa de mejoramiento de la calidad
de la educación Primaria–MECEP (1996-2004)”, que nos permitió conocer los procesos de
Bases para una definición de política en la elaboración de textos 13
manera descriptiva, aunque no fue posible sacar conclusiones acerca de las decisiones to-
madas durante el período en estudiado.
En el año 2005 se realizó el estudio “Proceso de validación de los cuadernos de trabajo del
Área de Lógico Matemática del primer y segundo grado de educación primaria”, con el fin de
determinar si éstos cumplen con los requerimientos de calidad exigidos. Se recogió la infor-
mación de los docentes, alumnos y padres de familia de doce aulas de escuelas de gestión
pública. Se evidenció la valoración positiva de los textos como materiales que favorecen los
aprendizajes. El diálogo con los maestros también dio información sobre la forma en que los
textos eran incluidos o no como recurso en la programación de corto plazo.
El año 1998 se intentó completar la serie de Comunicación Integral y Ciencia y Ambiente, para
lo cual se convocó a un grupo de maestras con experiencias exitosas de modo que, usando su
práctica educativa, elaboraran textos para los primeros grados. No se obtuvieron productos
adecuados a las necesidades de los estudiantes. Posteriormente, en el año 2002 se vencieron
los derechos de autor adquiridos y era necesario tomar una decisión sobre los textos del año
siguiente. Al mismo tiempo, se acabó el convenio con el Banco Mundial, razón por la cual el
tesoro público asumió la dotación de materiales por primera vez.
Para el 2003, se adquieren textos escolares comerciales, decisión que fue malinterpretada
por la opinión pública. Ello llevó al Ministerio de Educación de Perú a optar por renovar su
fondo editorial para el año 2004. Se elaboraron textos para todas las áreas, con la intención
de enfatizar contenidos fundamentales, los cuales debían concertar esfuerzos en mejorar
las capacidades de lectura y escritura de los alumnos. Se contrató un equipo técnico de
autores, diagramadores e ilustradores, donde los especialistas del MED se desempeñaron
como editores. Debido a la premura del tiempo y la poca experiencia en procesos editoriales
de tal magnitud, no se obtuvieron los resultados esperados. La contratación y coordinación
con el grupo de autores dificultó el cumplimiento de este proceso.
14 César Uribe Neyra y Ángela Skrabonja Crespo
Con la lección aprendida, el año 2005 se dedicó a mejorar los textos: se hicieron nuevos
cuadernos de trabajo de Lógico Matemática de 1º y 2º grado con actividades variadas. Para
el año 2006 se ha elaborado un libro y cuaderno de trabajo de Comunicación Integral para
1º grado bajo el mismo sistema que el anterior.
En síntesis, podemos decir que desde el año 1995, el Ministerio de Educación ha desarrolla-
do esfuerzos por definir una política de elaboración de textos escolares que colaboren con
el aprendizaje de los niños y niñas de las escuelas estatales del país. No se ha logrado un
sistema que se considere satisfactorio. Existen distintas explicaciones para esta conclusión
-o inicio de reto-, entre otras, las relativas a la formación docente y a las diferentes políticas
priorizadas en el sector.
El presente año se consiguió entregar a cada unidad de gestión educativa los textos
escolares en los meses de febrero y marzo, sin embargo hay que sistematizar los
procedimientos de modo que este hecho se repita en los próximos años. Del mismo
modo, es preciso tomar medidas para que los gobiernos regionales se vean en la obli-
gación de distribuir los textos entregados a las UGELs (Unidad de Gestión Educativa
Local) de manera oportuna. Continuamos pues, en la búsqueda de un sistema que
responda a estas necesidades.
Por otra parte, corresponde hacer un estudio de los procesos seguidos en las Direcciones
Regionales para que, desde el Ministerio de Educación, se produzcan documentos normativos
sobre la asignación de presupuesto regional para la distribución de textos.
a. Analizar los textos escolares de todas las áreas y grados en relación con el enfoque
implícito y la adecuación al Diseño Curricular Nacional. Esta actividad será realizada
por el equipo técnico de especialistas de la Unidad de Desarrollo Curricular y Recursos
Educativos del MED.
b. Recoger las necesidades y apreciaciones (uso y valoración) de los maestros sobre los
textos escolares.
d. Indagar sobre los efectos que dichos materiales generan sobre la motivación de los
niños en cuanto al aprendizaje.
f. Generar estrategias de apoyo a los maestros para el uso adecuado de los textos.
16 César Uribe Neyra y Ángela Skrabonja Crespo
Sobre este último punto, el MED está elaborando un plan que incluye capacitación, monitoreo
y acompañamiento en aulas seleccionadas. Si bien esta acción involucra varios procesos
pedagógicos, se dará un espacio -de forma intencionada- al acompañamiento en el manejo
de textos.
4. Metodología
4.1 Selección de la muestra
Se pretende, en esta oportunidad, cubrir las 24 regiones del Estado peruano, de modo
que sea una muestra verdaderamente representativa. Para la selección se han utilizado los
criterios:
Se trabajará con dos tipos de muestra: una muestra focalizada, donde se aplicarán entrevis-
tas y reuniones de grupo, que corresponderá a la muestra seleccionada para el monitoreo
y acompañamiento, formada por 338 Instituciones educativas. Y otra muestra general, que
comprende 488 instituciones educativas, distribuidas igualmente en todas las regiones. Ello
hace un total de 826 instituciones educativas.
Para la aplicación de los instrumentos se utilizará el sistema creado para el plan de monito-
reo y acompañamiento. Los instrumentos se aplicarán en las visitas de los meses de junio
y septiembre.
E stas son preguntas importantes, y por supuesto, no es posible para mí dar una
respuesta definitiva a ellas. Lo que sí intentaré hacer en esta corta presentación es
sugerir algunas normas que podríamos adoptar y algunas exigencias para los libros
escolares. Estas normas y exigencias podrían aplicarse a quienes diseñen, escriban y publiquen
textos escolares y pueden, además, ser útiles para personas que estén en posición de evaluar
y seleccionar textos para su clase, colegio o para todos los colegios de su comunidad.
Pero en primer lugar, para aquellos de ustedes que no sepan mucho de la situación en Islan-
dia en el campo de la educación, permítanme hacer una muy breve introducción al sistema
escolar de este país, el currículum y la producción de material educacional.
• Educación preescolar
El currículum nacional
En Islandia tenemos una Guía del Currículum Nacional (para todos los niveles de educación)
diseñada por el Ministerio de Educación. Esta guía define y describe los objetivos educa-
cionales comunes a los que debe apuntar el sector de educación obligatoria y especifica el
mínimo de horas pedagógicas que deben rendir los alumnos en ramos y áreas específicas.
Los estudiantes están sujetos a exámenes nacionales estandarizados en cuarto, séptimo y
décimo año de educación.
Con el fin de mantenerse al corriente de los nuevos avances en la educación y las necesidades
de los profesores, el centro coopera con la Universidad de la Educación de Islandia, asociacio-
nes de profesores y editoriales de materiales educativos en otros países. Somos miembros de
dos grupos de editoriales especialistas en la producción de material educativo: IGEP (Grupo
Internacional de Editores Educativos) e ICEM (International Council for Educational Media).
Listado de verificación
Todos los materiales deben cumplir en todo momento con la legislación vigente y el currí-
culum nacional.
En Islandia tenemos currículum nacional que se supone debe proporcionar orientaciones para
todo lo que ocurre en los colegios. Los productores de materiales educativos deben asegu-
rarse de cumplir con las pautas del currículum. Esto es igual en todos los países nórdicos y
en muchos otros países europeos.
¿Qué hace que un texto de estudio sea bueno ...? 19
Los objetivos que hay detrás de cada publicación deben plantearse claramente en la intro-
ducción o en la guía para el profesor, así como también información sobre cuál es el grupo
Debemos saber por qué se ha publicado el libro, qué debe enseñar y mediante qué métodos,
y a qué grupo etario va dirigido. Todos habremos, alguna vez, encontrado un texto escolar
con un título que nada dice acerca de su contenido, y buscado información acerca de dicho
contenido y claves sobre los destinatarios del libro. En Námsgagnastofnun publicamos un
texto escolar llamado “El círculo” y otro titulado “¿Quieres intentarlo?”. ¿Cuál piensan us-
tedes que es el contenido de estos libros? Si se desea utilizar títulos como estos, debería
al menos proporcionarse información relativa a sus contenidos en la parte de atrás o en la
primera página del libro.
Debemos asegurarnos de que existe una estructura natural en la manera cómo se organiza
la educación del estudiante. Lo que aprenden hoy se basa en lo que aprendieron ayer y al
diseñar un texto escolar uno debe estar consciente de qué es lo que viene después y lo que
debe anteceder para que puedan entender la materia más compleja que se sucederá. Un texto
escolar no puede ser como una isla, debe ser parte de un archipiélago, solo que quizás más
sistemático, como una cadena.
La estructura del material educacional debería organizarse dejando claro cuáles son las teorías
de enseñanza y aprendizaje en las que dicho material está basado.
Existen muchas teorías e ideas que pretenden explicar la manera cómo un niño aprende, y el
profesor que elige un nuevo texto escolar debería poder ver en cuáles de esas ideas se basa
el texto. Si el autor cree en el aprendizaje por la práctica, si él o ella promueve el trabajo en
equipo o el aprendizaje independiente, o el aprendizaje a través de un maestro, etc. ¿Se basa
el libro en las investigaciones más recientes sobre el aprendizaje de idiomas o la enseñanza
de la matemática?
La presentación, uso del lenguaje y conceptos deberán estar de acuerdo con la edad y madurez
de los estudiantes y el tratamiento de la materia.
Eso puede parecer un poco obvio, pero no es así. Déjenme darles un ejemplo. En Islandia
estamos en un proceso de acortamiento de la educación secundaria, de 4 a 3 años. Las
editoriales que han publicado para la educación secundaria han sugerido que tomemos los
libros para estudiantes de 17-18 años y simplemente los utilicemos en la educación obligatoria
con estudiantes de 14 y 15 años. No creo que esta sea una buena solución. A medida que
descendemos en el nivel de edad, se hace cada vez más evidente que debemos considerar
la edad y madurez de los estudiantes para quienes escribimos.
20 Ingibjörg Ásgeirsdóttir
Por cierto que esto significa que debiésemos ser capaces de cambiar los materiales con la
frecuencia que exijan los nuevos conocimientos basados en nuevas investigaciones, y los
cambios experimentados en el mundo, como por ejemplo, en geografía e historia. Natural-
mente que esto es caro, y es uno de los más serios problemas en Islandia donde nuestros
colegios usan libros que datan de cerca de 10, 15 ó incluso, 20 años. Una de las grandes
ventajas de publicar en la red Internet, es que podemos fácilmente renovar la información
tan pronto como se necesite.
En la preparación de material educacional debe tenerse en cuenta que los padres u otros
miembros de la familia pueden participar en los estudios del menor.
Creemos que es importante que los padres o la familia inmediata del niño puedan involucrarse
en la educación de éste. Un texto escolar puede apoyar este proceso incorporando preguntas
y proyectos en los que es necesario involucrar a la familia proporcionando información acerca
de su juventud, participando en experimentos en casa o solicitándoles su confirmación de
haber escuchado leer al niño, por dar solo algunos ejemplos.
Es deseable que estudiantes de la edad para la cual se concibió el material educacional lean
el manuscrito, prueben el material electrónico y realicen comentarios. Hemos tratado de hacer
esto, pero demanda mucho tiempo y por lo general no obtenemos resultados satisfactorios.
Aún creo que es algo importante, pero pienso que posiblemente sea poco realista.
Las circunstancias y los problemas deben describirse con la mayor imparcialidad posible y fi-
jarse de que se ofrezcan distintos puntos de vista en materias en que corresponda hacerlo.
Recientemente leí un manuscrito para un nuevo libro de geografía de Islandia. En él, el autor
decía, entre otras cosas, que muchos ríos en Islandia están siendo arruinados por ser apro-
vechados para la generación de electricidad. Continuaba diciendo que la mayor parte de esta
electricidad está siendo utilizada para producir aluminio, que contamina la tierra. Este libro
está dirigido a estudiantes de diez años de edad que deberían aprender, en primer lugar, que
la luz que utilizan para leer se produce gracias a esa electricidad, y que su computador al
igual que su televisor, funcionan por la misma razón, etc. Después es importante abrirse al
debate acerca de la protección del medio ambiente y el importante equilibrio entre conservar
la naturaleza y vivir de la tierra. Pero cuando ese momento llegue, los estudiantes deben
conocer más de un punto de vista y debe dárseles la oportunidad de discutir el tema desde
las distintas realidades de cada caso.
Por ejemplo, se ofreció a los colegios un libro de higiene dental que estaba lleno de publicidad,
y otro libro acerca de cómo llevar una vida sana patrocinado por un productor de cereales que
El material educacional debe promover la protección del medio ambiente, el uso sustentable
de los recursos naturales y el respeto por todos los seres vivos. También debería promover los
derechos humanos y la igualdad de todas las personas, sin considerar su género, étnia, religión
y nacionalidad, y debe adoptar una postura contra todo tipo de violencia y opresión.
Habrá quienes digan que los textos escolares deben estar libres de todo valor, que deben ser
completamente objetivos. No creo que eso sea posible. Los valores de los autores de alguna
manera aparecerán y es mucho mejor que sean visibles, que adopten una postura y que
dicha postura sea clara desde el principio. Como editorial, en Námsgagnastofnun queremos
representar ciertos valores y queremos que esos valores se reflejen en los materiales que
producimos. La protección del medio ambiente, el respeto por la vida y los derechos humanos,
la igualdad y la paz se encuentran entre esos valores.
Y noten las palabras “adoptar una postura en contra de”. En mi opinión, no es suficiente con
ser imparcial y no decir nada en contra de estos temas en los textos de estudio; al contrario,
los textos de estudio deben hacer pensar a los estudiantes acerca de ellos y hacerles saber
que no es suficiente con hacerse a un lado y no participar en la violencia o en la destrucción
del medio ambiente. Debe estimulárseles a trabajar activamente en contra de estas prácticas.
Aquellos de ustedes que hayan podido leer un libro publicado el año pasado titulado “The Kite
Runner”, de Khaled Hosseini, se habrán enfrentado a esta pregunta acerca de la diferencia
entre hacerse a un lado y no participar en la violencia u otras acciones igualmente destruc-
tivas y, por otro lado, actuar y hacer algo para cambiar el mundo en una dirección positiva,
aún si esto es en pequeña escala. Más aún, los materiales educativos deberían promover la
auto-estima y el respeto por las demás personas.
• Estimular a los estudiantes para que asuman la responsabilidad por sus propias
vidas y su salud, evitando comportamientos que puedan resultar riesgosos para ellos
o para otros (por ejemplo, alimentarse bien, hacer ejercicios, no fumar, no consumir
drogas y no utilizar o tolerar la violencia).
y habilidades de estudio.
Debemos comprender que el rol actual del colegio no es solamente enseñar a los niños
matemáticas y lectura, y las llamadas realidades (de todos modos las realidades siempre
cambian). Una buena educación también involucra la educación en el hogar. Esto es más
cierto hoy que nunca antes, cuando es tan frecuente que ambos padres trabajen fuera del
hogar y no tengan suficiente tiempo para los niños. Es entonces la sociedad, a través de
los colegios, la que debe aceptar parte de la responsabilidad de enseñar a los niños cómo
vivir su vida, cómo comunicarse y trabajar con otras personas, cómo estudiar, etc. Parte de
la aceptación de esta responsabilidad puede evidenciarse en muchos países en la creación
de nuevos temas y áreas de estudio como “Habilidades para la vida diaria” y “Civismo”, y la
producción de libros escolares y páginas Internet relativas a estos temas.
Aparte de estos temas, en el listado de verificación hemos incluido algunas advertencias más
prácticas relativas a cuestiones como ilustraciones, tablas de contenidos, información acerca
del derecho de autor, etc. Pero no voy a referirme a ellos aquí. ¿Cómo podemos asegurarnos
de que todos los niños tengan acceso a textos de buena calidad?
Una cosa es producir textos escolares de buena calidad y otra cosa es asegurarse de que
todos los niños tengan igual acceso a ellos. En el caso de aquellos países que tienen un cu-
rrículum nacional, debemos preguntarnos cómo podemos asegurarnos de que los materiales
educativos estén de acuerdo con ese currículum nacional y apoyen los valores en los cuales
se sustenta. En muchos países, el currículum para la educación obligatoria es simplemente
publicado por el Ministerio de Educación y depende de las editoriales decidir hasta qué punto
los materiales que publican están de acuerdo con él.
Este no es el caso de la educación obligatoria de Islandia. El Estado tiene su propia casa editora
para la producción de textos escolares para esta etapa. Pero en el caso de los colegios de la educa-
ción secundaria superior, son editoriales independientes las que publican los libros y las escuelas
secundarias eligen aquellos textos que desean usar, pero nadie verifica que tales publicaciones
cumplan plenamente con el currículum, si presentan los hechos correctamente o si apoyan o no
los valores básicos que las autoridades escolares desean que los estudiantes incorporen.
Recién el mes pasado se publicó un artículo en el diario más importante de Islandia, criticando
los textos escolares utilizados en las escuelas secundarias. El periodista, junto con expertos
en las respectivas materias, revisó los libros y encontró varios errores serios. El peor ejemplo
fue un libro que contenía 22 errores en un mismo capítulo y si bien es cierto que los demás
no estaban ni remotamente tan mal, sigue siendo un asunto serio.
Y cuando de escoger libros se trata, debemos preguntarnos por los criterios con que los
profesores eligen los textos que utilizan en sus clases. ¿Hasta qué punto la elección depende
de la apariencia del libro, de si tiene bonitas ilustraciones, si es suficientemente largo, o si
ha sido escrito por un autor que el profesor conoce? ¿Tienen acaso los profesores las pautas
curriculares a la mano o aplican otro criterio profesional al elegir el texto escolar que desean
utilizar en sus clases?
¿Qué hace que un texto de estudio sea bueno ...? 23
Otra pregunta que vale la pena considerar es ¿quién debería pagar por los textos: el Estado,
las autoridades locales o los padres? ¿Tiene importancia? Sí, tiene importancia en el con-
En Islandia, en estos días, se está considerando cambiar el método a través del cual se
proporcionan materiales de estudio a los estudiantes que están cursando su educación
obligatoria. El Estado continuará pagando, pero en lugar de tener una editorial administrada
por éste, serán las editoriales privadas las que poco a poco asumirán la tarea de publicar
dichos materiales.
En años recientes, en la mayoría de los países del mundo, la privatización del mayor número
posible de organizaciones estatales ha sido una política popular. Las agencias gubernamentales
han tenido mala reputación y muchos han pensado que el sector privado puede hacer casi
cualquier cosa mejor que el Estado. El tipo de reinvención general de los gobiernos, basada
en esta ideología, también ha ocurrido en Islandia.
Sin embargo, la pregunta básica que debe hacerse en cualquier parte del mundo y en particular,
en países pequeños como Islandia, es si el mercado es lo suficientemente grande como para
soportar una competencia real. Se supone que un mercado competitivo tiene por objeto asegurar
una buena calidad y bajos precios. Si el mercado no es lo suficientemente grande, tendremos
una situación de monopolio, libros caros y una calidad limitada. En Islandia tenemos alrededor
de 4.000 estudiantes de cada grupo generacional, ¿cuántas compañías pueden competir en
un mercado como ése? ¿Cuántos libros de matemáticas habrá para elegir para los estudiantes
del grupo de diez años? Creo que en un país pequeño como Islandia, el Estado debe continuar
proveyendo los materiales educativos para el nivel de educación obligatoria.
Pero permítanme desviarme de la situación en mi propio país para referirme de manera más
general a la importancia de los textos escolares. Creo que la educación de nuestros niños es
la base de nuestro futuro. Los países que invierten en educación tendrán un buen futuro. Pero
para tener una buena calidad de educación se requieren libros escolares de buena calidad
y gratuitos para todos los niños.
Un seminario como éste es una gran oportunidad para compartir información, ideas y resul-
tados de procesos de investigación. Proporciona la posibilidad de mejorar la calidad de los
libros escolares en todos nuestros países. Sinceramente, agradezco a los organizadores por
hacer posible este seminario y espero que sea el primero de muchos.
24
E l Programa Nacional de Textos Escolares fue creado a través del Decreto-ley nº 91.542,
de 1985, con el objetivo de proporcionar a los alumnos de la red pública material
didáctico gratuito. El programa tiene, desde su origen, tres características básicas:
• los libros son reutilizables (excepto los de primer año de primaria) por tres años;
• los libros se adquieren con recursos del Gobierno Federal y son distribuidos gratui-
A partir de 1995, con el objetivo de promover la mejoría en la calidad de esos libros de texto,
el MEC pasó a evaluar las obras que serán distribuidas a las escuelas públicas. Para realizar
esta evaluación, se firmaron convenios con universidades públicas brasileñas que cuentan
con experiencia en evaluación de materiales.
Además de las universidades, el MEC cuenta, con una comisión técnica nombrada con el pro-
pósito de subsidiar la Secretaría de Educación Básica en la elaboración de políticas para los
libros de texto, además de dar seguimiento a la evaluación hecha por las universidades.
1. Pre-análisis
En esta etapa son observadas cuestiones relativas a las alteraciones solicitadas en evaluaciones
anteriores (para obras reinscritas), entre otros aspectos previstos en la convocatoria.
5. Lectura, análisis y debate sobre el material producido por los asociados en la Coordinación
General de Estudios y Evaluación de Materiales de la Secretaría de Educación Básica
Etapa en que la Secretaría de Educación Básica analiza el trabajo e identifica eventuales
problemas o propone alternativas para los textos escolares.
7. Criterios de evaluación
Aquellos libros que contienen errores conceptuales, inducción a errores, incorrección e insu-
ficiencia metodológica, falta de actualización, prejuicios o discriminaciones, son excluidos del
proceso de evaluación. En gran parte de los casos, los errores conceptuales están explícitos en
el mismo texto, pero también hay errores por inducción. Estos errores evidencian el desconoci-
miento de los contenidos básicos del área del conocimiento. Frecuentemente estos problemas
surgen asociados a otros de naturaleza didáctico-pedagógica, que se manifiestan en diferentes
momentos a lo largo del texto. Por más diversificadas que sean las concepciones y prácticas
de enseñanza y aprendizaje, proporcionar al alumno la apropiación del conocimiento implica
elegir una opción de enfoque, ser coherente con relación a este enfoque y, a la vez, contribuir
satisfactoriamente a la realización de los objetivos, ya educacionales en general, ya de la materia
y del nivel de enseñanza involucrado. Asimismo, las estrategias propuestas deben movilizar
y desarrollar varias competencias cognitivas básicas, como la comprensión, la memorización,
el análisis (de elementos, relaciones, estructuras, etc.) y la planificación. Por lo tanto, el libro
26 Jeanete Beauchamp
de texto no podrá privilegiar una de las competencias en detrimento de las demás so pena
de inducir a un dominio efímero de los contenidos escolares y poner en riesgo el desarrollo
cognitivo del estudiante. Ejercicios sin sentido, enfoques inconexos, experimentos que ponen
en riesgo la integridad física de los alumnos, son ejemplos de prácticas que perjudican la
enseñanza y el aprendizaje.
Siendo así, son criterios de evaluación eliminatorios comunes a todas las áreas:
• los diccionarios se entregaron a todos los alumnos del primer año de primaria,
considerando que serían utilizados durante toda la enseñanza básica;
años– eran más adecuados para los últimos años de la enseñanza básica.
Política nacional de textos escolares en Brasil 27
Para el Programa Nacional de Textos Escolares 2006, el MEC optó por cambiar la estrategia de
distribución de esos libros. En primer lugar, se han establecido parámetros pedagógicos para
1. Diccionarios de tipo 1
• Número de entradas: un mínimo de 1000 y un máximo de 3000.
2. Diccionarios de tipo 2
• Número de entradas: un mínimo de 3.500, un máximo de 10.000.
3. Diccionarios de tipo 3
• Número de entradas: un mínimo de 19.000 y un máximo de 35.000.
adecuada a alumnos de las últimas series del primer segmento de la enseñanza básica.
Esta acción ha tenido impactos significativos para la calidad del material distribuido en las
escuelas, como son:
• Adquisición de obras lexicográficas con más calidad editorial, con orientación hacia
utilizarán.
Además de los diccionarios para los primeros años de la enseñanza básica, también se han
proporcionado diccionarios a los alumnos de los últimos años de esta fase educacional. El
Programa Nacional de Textos Escolares en su versión 2006-diccionarios involucró, en total,
la adquisición de 4.672.701 ejemplares para 519.189 salones de clase de primer a cuarto año
(primaria) y 1.731.058 ejemplares para 245.865 salones de clase de quinto a octavo año.
28 Jeanete Beauchamp
Adquisición de periódicos
Aún dentro del Programa Nacional de Textos Escolares, el Ministerio de Educación distribuye a las
escuelas públicas los periódicos Nova Escola, Ciência Hoje das Crianças, Pátio Pedagógica y Pátio
Infantil. Esos periódicos tienen el objetivo de proporcionar al profesor informaciones actualizadas
y reflexiones sobre la práctica pedagógica. En el 2005 fueron distribuidos 4.339.552 ejemplares
para 106.867 escuelas. La inversión fue del orden de R$ 8.799.015,10 (USD 4.632.043,00).
1. Concepciones
1.1 La lectura supera los límites del texto escrito, aunque en nuestra sociedad el “libro como
soporte” aún sea prioridad. Así, una política de lectura debe considerar otras formas de
manifestación cultural.
1.2 La lectura es una práctica social y, como tal, debe insertarse en un conjunto de acciones
sociales, no exclusivamente en el ámbito escolar.
2.2 Instalación de Centros de Lectura Multimedia y de la Red de Lectura. Éstos serán espacios
para el fomento del debate y la participación de la comunidad, y para el desarrollo de las
capacidades de lectura de alumnos y profesores.
2.4 Seguimiento de los trabajos desarrollados en las comunas. El objetivo aquí es apoyar a
las regiones y comunas en la implementación de sus propuestas de lectura.
Política nacional de textos escolares en Brasil 29
El PNBE/2005 entregó 5.918.966 obras de literatura a las escuelas de primer a cuarto año
de primaria, beneficiando 16.990.819 alumnos. Fueron invertidos R$ 47.268.337,00 (USD
24.977.456,00) para la adquisición de esas obras.
En 2006, el PNBE benefició a 13.504.986 alumnos de quinto a octavo año, con una inversión
del orden de R$ 49.000.000,00 (USD 25.794.946,00). Fueron distribuidos cerca de 7.233.000
libros de diferentes géneros, títulos y tipos de texto.
30
Introducción y contexto
C anadá es uno de los países más grandes y a la vez menos densamente poblados del
mundo, con una población de aproximadamente 33 millones, en casi 10 millones
de kilómetros cuadrados. El país consta de 13 jurisdicciones -10 provincias y 3 te-
rritorios– con poblaciones que van desde los 30 mil habitantes a los 12.5 millones. Un gran
porcentaje de la población habita los grandes centros urbanos. Por lo tanto, uno de los grandes
desafíos para la educación en Canadá es satisfacer las necesidades de los estudiantes tanto
urbanos, como de aquellos que habitan en comunidades pequeñas y remotas.
En la mayoría de las jurisdicciones, la autoridad de los ministerios para aprobar recursos edu-
cativos, por ejemplo, libros de texto, ha sido incorporada a la legislación provincial o territorial
llamada Ley Escolar, Ley de Educación o Ley de Administración de la Educación. Estas leyes asignan
ciertos derechos y responsabilidades a los ministerios, juntas escolares y otros partícipes en el
proceso de educación. Los aspectos específicos de esta legislación y las políticas relativas a la
misma varían considerablemente en dos aspectos principales, basándose en si:
• los materiales aprobados son obligatorios u opcionales para su utilización por parte
de los colegios;
32 Raja Panwar
• además de los recursos básicos para los estudiantes, se aprueban recursos com-
plementarios para estudiantes, por ejemplo textos educativos.
En Québec, por ejemplo, los colegios deben utilizar el material instructivo básico aprobado
por el Ministerio, pero las juntas escolares pueden elegir recursos complementarios. En Sas-
katchewan, por el contrario, los recursos seleccionados son por vía de sugerencia solamente,
la decisión final acerca de cuáles recursos utilizar recae en los profesores, de acuerdo con
las políticas de sus juntas escolares. En la mayoría de los casos, estas especificidades no se
encuentran contenidas en la legislación misma; en lugar de eso, los ministerios han desarro-
llado políticas y procedimientos por separado, en base a su autoridad legal.
En general, especialmente en las provincias con una mayor densidad de población, las revi-
siones de posibles recursos de aprendizaje se llevan a cabo en una ubicación centralizada
por parte de un equipo de profesores y personal del Ministerio. En la mayoría de los casos, el
Ministerio solicita a la junta escolar que designe profesores para que participen en un comité.
Estos profesores están orientados al proceso y criterios de revisión y luego recomiendan los
recursos potenciales que estiman apropiados para su aceptación; estos recursos pueden
ser evaluados en una oficina del Ministerio y/o utilizados experimentalmente en las salas
de clase. En algunas provincias, estos profesores pueden participar simultáneamente en la
revisión y aprobación de los objetivos curriculares. La aprobación definitiva de los recursos
pasa por el personal del Ministerio, que actúa en representación del Ministro. Existen algu-
nas excepciones a este proceso; en Ontario, los textos educativos son evaluados por una
agencia independiente nombrada por el Ministerio con este fin. La agencia evalúa los textos
educativos sobre la base de exigencias y criterios definidos para la provincia y somete sus
recomendaciones a revisión por parte del Ministerio.
• diseño educativo;
Muchas veces, estas pautas se formalizan en documentos normativos que pueden ponerse
a disposición de las casas editoriales y el público en general. Los procesos y criterios para
la autorización de recursos educativos se encuentran actualmente bajo revisión y revisados
en Newfoundland y Nunavut.
1. El contexto de Alberta
Alberta tiene la cuarta población más grande de Canadá (aproximadamente 3.2 millones) y una tasa
de crecimiento relativamente alta, en gran medida debido a la migración desde otras provincias
y territorios. Alberta es una de las provincias más ricas, con una economía fuerte basada en los
recursos naturales. El idioma principal es el inglés. La mayoría de la población vive en centros
urbanos, pero hay una considerable población rural, así como una gran población aborigen,
parte de la cual vive en reservaciones de las Primeras Naciones (First Nation). Alberta tiene casi
600.000 estudiantes en edad escolar entre la escuela de párvulos y último año de educación
secundaria y se espera que la población en edad escolar aumente en los próximos 10 años. En
el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA), los estudiantes de Alberta
compartieron los más altos puntajes en Lectura y ocuparon el segundo lugar en Matemáticas
y el cuarto en Ciencias. Las autoridades educacionales de Alberta también realizan estudios
de desempeño estudiantil a nivel de toda la provincia, los que están estrechamente alineados
con los objetivos curriculares y, por extensión, con los recursos educativos autorizados para
apoyar dichos objetivos curriculares. El desempeño estudiantil en estas pruebas se utiliza para
ayudar a evaluar la efectividad y coherencia del sistema educacional.
3. Categorías de autorizaciones
Alberta autoriza recursos en tres categorías:
• Recursos básicos para el estudiante –recursos para el aprendizaje que mejor cumplan
• Recursos para la enseñanza –recursos para la enseñanza que mejor cumplan con los
4. Métodos de adquisición
Cuando se necesitan recursos para apoyar a un determinado curso, programa o iniciativa
educacional, Alberta Education invita a las editoriales, productores, desarrolladores y pro-
veedores a responder a una solicitud de recursos, propuestas o solicitud de propuestas:
a. Preparación
• Identificar a los miembros del equipo dentro del Ministerio, así como a los profeso-
res-revisores a través de una carta a cada junta escolar.
• Establecer cronogramas para asegurarse de que los recursos estén listos a tiempo
para la implementación del nuevo currículum.
36 Raja Panwar
b. Evaluación
• Completar la revisión de primer corte para eliminar recursos/propuestas que no
cumplan con los criterios. Esta evaluación la puede realizar personal del Ministerio
o los profesores.
• Realizar una evaluación en profundidad a fin de determinar en qué medida las exi-
gencias pedagógicas y demás se ajustan al programa de estudios, y seleccionar los
mejores recursos que se deben proponer para su autorización. Esta revisión por lo
general la realizan profesores.
y temas delicados.
• Examinar recursos actualmente autorizados e identificar aquellos a los que deba reti-
rarse la autorización por estar obsoletos o no cumplir ya con los objetivos curriculares.
Este paso asegura que a medida que se publican recursos o se revisan programas de
estudio solamente se aprueben los mejores recursos.
c. Aprobación
• Preparar y revisar documentación.
• Firma y envío por Gerente, Director y Director Ejecutivo para autorización provincial.
d. Comunicación
• Preparar un nuevo listado de recursos autorizados y bibliografía con anotaciones,
si fuera necesario.
un llamado solicitando propuestas, el personal del Ministerio revisará los borradores del
recurso y entregará opiniones. El producto definitivo es de propiedad de la editorial pero
• Congruencia curricular. Los recursos autorizados como “Recursos Básicos del Es-
tudiante”, en general deben cumplir con la mayoría de los resultados de aprendizaje
esperados para el curso o programa; los recursos autorizados como “Recursos de
Apoyo al Estudiante” solo cumplen con ciertos componentes o resultados.
• Diseño de enseñanza. Todos los recursos autorizados deben ser diseñados de manera
• Diseño técnico. Todos los recursos son evaluados para verificar si cumplen con
ciertos criterios, por ejemplo, legibilidad del tipo de letra, tamaño y complejidad de
los archivos y cantidad de ilustraciones, sonido y/o elementos gráficos. Los recursos
digitales deben cumplir con ciertos estándares y especificaciones.
• Diseño funcional, si corresponde. Los recursos digitales son evaluados para de-
terminar el grado de facilidad de uso de sus características y comportamientos, por
ejemplo, pantallas de menú, botones, retroalimentación, pantallas de glosarios y
funciones de ayuda.
los recursos son examinados para asegurarse de que ofrezcan imágenes de edad, género,
raza o grupo étnico, religión, gente discapacitada, materias sociales u económicas, sis-
temas políticos o de creencias y/o temas controvertidos de manera justa y equitativa.
a las Primeras Naciones, los pueblos o puntos de vista métis o inuit son evaluados
para determinar su precisión y lo sensible de su representación.
• Características físicas. Todos los recursos son examinados para determinar su du-
rabilidad y atributos físicos; por ejemplo, tipo de encuadernación, tamaño y peso del
papel, así como formato de DVD/CD-ROM.
38 Raja Panwar
• Costo. Los recursos deben estar al alcance de los presupuestos de los colegios.
Bibliografía
Por favor asegúrese de referenciar las versiones Ministerial Order No 004/98 – Goals and Standards
Anexo A
Política 3.2.2
Boletín informativo
Recursos para el Aprendizaje y Enseñanza
Esta política y sus procedimientos cumplen y honrar y respetar los valores comunes y
cuatro importantes propósitos, permitiendo creencias de los habitantes de Alberta.
(c) Los recursos básicos para los los números de recursos autorizados por
estudiantes podrán autorizarse hasta el curso y/o programa.
día 31 de diciembre del año anterior a la
(i) Recursos básicos para los estu-
implementación a nivel provincia (cuando
diantes.
el recurso básico en francés es una tra-
• Idealmente no más de 7 ítems o
ducción de un recurso básico en inglés,
series-colecciones por grado, curso o
deberá estar disponible el verano anterior
programa.
a su implementación a nivel provincial).
(ii) Recursos de apoyo para los estu-
(d) Los recursos desarrollados por Alber-
diantes.
ta Education serán autorizados a medida
• Idealmente un máximo de 30 ítems
que sean desarrollados.
o series-colecciones por grado, curso
(e) Los recursos serán autorizados lo o programa, excluyendo las listas de
antes posible antes de su implementa- novelas a leer en el curso de idioma
ción a nivel provincial y preferiblemente inglés.
antes de la implementación opcional de
(iii) Recursos de enseñanza.
un programa nuevo o revisado.
• Idealmente un máximo de 30 ítems
cuando no cumple con los criterios por Alberta Education. Para efectos de
para su autorización en su categoría esta política, nos referiremos a tales
9. Otros recursos
(a) Alberta Education a su entera
discreción podrá difundir información
acerca de recursos para el aprendizaje y
enseñanza, incluyendo recursos en red,
que hayan sido recomendados a Alberta
Education por parte de un colegio, auto-
ridad escolar u otra organización, pero
que no han sido formalmente evaluados
50 Raja Panwar
4 COMUNICACIÓN
Nuevo Listado de Recursos
Autorizados: Externa:
• Notificar a las editoriales de los resultados
• Preparar un nuevo listado de recursos
de la evaluación de los recursos.
autorizados.
• Publicar información en el sitio web de
• Notificar a LCR de las nuevas
Alberta Education.
autorizaciones.
• Comunicar acerca de la nueva lista de
• Completar una bibliografía comentada, si
recursos a los profesores y administradores.
fuera necesario.
3 APROBACIÓN
Preparar Documentación:
Proceso
de
revisión
• Evaluarrecurso y documentación y
confirmar los resultados de la evaluación,
categoría y grado.
Firmas de autorización:
• Lasfirmas de autorización incluyen:
Gerente de Recursos / Sub-Director; Director,
Rama de Iniciación; Director, Rama LTR;
Director Ejecutivo, PSP.
consulta
Recursos Actualmente Autorizados:
• Revisarrecursos básicos, de apoyo y
autorizados para la enseñanza e identificar
recursos que deban retirarse de circulación o
retenerse.
Anexo B
Rama de Recursos de Aprendizaje y Enseñanza
• Establecer plazos.
material.
solicitudes a superintendentes).
2
colaboración
EVALUACIÓN
Evaluación de primer corte:
• Completar evaluaciones de primer corte.
• Procesar recursos (potencial, inelegible,
no adecuado).
• Seleccionar propuestas exitosas.
Evaluación en Profundidad:
• Orientación del equipo de evaluación
en profundidad. Socios externos:
• Realizar evaluaciones en profundidad • Editoriales, distribuidores y otros productores de
Anexo C
Componente 6
daciones hechas en First Nations, Métis, Inuit (FNMI) Education Policy Framework
(http://www.learning.gov.ab.ca/nativeed/natibvepolicy/).
• Promover la integración del programa de estudios Information and Communication
duzcan a equívocos.
• Proporcionar medidas en unidades del Sistema Internacional (SI).
según se indica en Guidelines for Significant Digits, Manipulation of Data and Rounding
for Science Diploma Examinations. (http:www.learning.gov.ab.ca/k_12/testing/diplo-
ma/bulletins/essential/sci_guide.asp).
• Limitar los contenidos casuales.
• Apoyar la reflexión y pensamiento de más alto nivel (por ejemplo, que los estudiantes
vantes para el aprendizaje, que interesen a los estudiantes por el contenido; contextos
que apoyen el desarrollo de conceptos; que los materiales de aprendizaje incorporen
aplicaciones, ejemplos y anécdotas).
El producto definitivo para el recurso de enseñanza vinculado al ramo Biología 20-30 debe:
• Proporcionar estrategias efectivas y apoyo para los puntos a que se refiere la Parte
más efectivamente.
• Ofrecer sugerencias para diferenciar la instrucción y adaptarse a las necesidades
del estudiante.
• Proporcionar apoyo para evaluar las muestras de material de evaluación del apren-
dizaje del alumno (por ejemplo, proporcionar materiales listos para usar, materiales
prácticos, incluyendo preguntas / tareas para los estudiantes y pautas de corrección
claras); proporcionar apoyo para una variedad de formatos de evaluación.
estudiantes.
Nota: algunos recursos de calidad pueden reflejar puntos de vista particulares sobre hechos
históricos, sociales o religiosos que pueden ser controvertidos. El recurso del profesor debe
54 Raja Panwar
ofrecer sugerencias acerca de los enfoques que puede usar un profesor al enseñar tales
conceptos.
Para obtener una descripción más detallada de los criterios para reconocer la Diversidad y
Promover el Respeto (RDPR) consulte: hhtp://www.learning.gov.ab.ca/resources/calls/ en el
sitio web de Alberta Education.
PARTE 6.4: Validación del contenido aborigen
Los productos finales de Biología 20-30 recurso básico del estudiante con recurso de ense-
ñanza conexo, deben referirse a las Pautas para la Evaluación de Recursos de Aprendizaje
por y acerca de los Pueblos Aborígenes de Aboríginal Content Validation (ACV). Si desea
una completa descripción de estos criterios, por favor consulte: http//www.learning.gov.
ab.ca/resources/calls/ en el sitio web de Alberta Learning.
gado (durabilidad).
• Contar con un diseño visual, elementos gráficos, impresión e ilustraciones apropiadas desti-
propuestos y las realidades fiscales de las Juntas escolares de Alberta. Este costo NO debe
aumentar por un mínimo de doce (12) meses luego de su autorización.
E n México, la tesis del libro de texto gratuito no es nueva. El presidente Valentín Gómez
Farías incluyó, en 1833, la necesidad de que el gobierno entregara a los niños, sin
costo, los libros que necesitaban para el proceso de enseñanza-aprendizaje. Varios
decenios más tarde, el presidente Benito Juárez recogió la idea y el proyecto de Gómez Fa-
rías en el “Manifiesto a la Nación” y en la Ley Orgánica de Instrucción Pública. Sin embargo,
la intención no pudo materializarse debido a la inestabilidad política y económica del país
durante el Siglo xix.
El gobierno del presidente Porfirio Díaz, hacia 1900, otorgó concesiones a cinco editoriales
extranjeras para que vendieran sus libros en todas las escuelas primarias del país. Los
editores que formaban el oligopolio eran: D. Appleton y Compañía, de Nueva York; la Vda.
De Ch. Bouret, de Francia, Herrero Hermanos, de España, y dos casas editoriales católicas:
G. M. Bruño y F. T. D. En un determinado mes de cada año, estos cinco negocios enviaban a
sus respectivos agentes de ventas, para promover sus mercancías ante los gobernadores,
presidentes municipales, miembros de la comisión técnica responsable de elaborar la lista
oficial de libros escolares, directores generales de educación y directores de las escuelas
primarias. Su método de trabajo era ofrecer comisiones, descuentos y plazos a cambio de
que impusieran sus libros como obligatorios, es decir, únicos.
Este mecanismo orientaba la educación mexicana hacia valores ajenos a nuestra realidad
e intereses, ya que los autores, dibujantes, grabadores, impresores, encuadernadores e
incluso los agentes distribuidores, eran extranjeros. El célebre maestro Gregorio Torres
Quintero escribió que esos libros eran “contrarios a los verdaderos intereses nacionales e
inculcaban la idea de que el pueblo mexicano necesitaba imitar al pueblo anglosajón para
no sucumbir por debilidad en las luchas por la existencia”.
Se abrió el abanico de los negocios editoriales del porfirismo de suerte que, en los años
cincuenta, 40 empresas editoriales estaban dedicadas exclusivamente a la producción y
venta de libros de texto para los seis grados de educación primaria.
Los libros escolares mexicanos 1959-2006 57
En 1935, un joven abogado llamado Adolfo López Mateos, advirtió que el principio de
gratuidad de la educación básica, establecido en la Constitución, no estaba siendo plena-
Los fundadores no contaban con papel, ni talleres, ni originales, ni grandes recursos finan-
cieros o tecnológicos. Pero supieron construir la institución que, desde entonces, dotaría a
todos nuestros niños de libros de texto gratuitos de la más alta calidad por su contenido y
presentación.
Introducción
La situación educativa de los niños mexicanos era bastante crítica. En 1960, la población
escolar de primaria era de cinco y medio millones de niños y niñas en poco más de 33 mil
escuelas. Solo una quinta parte tenía libros escolares de editoriales particulares.
Esta gran decisión educativa tuvo como todas, su parte política. Había sectores de México
que la objetaron, principalmente sectores de la iglesia y de la derecha. El argumento que
se usaba era que al ser los libros no gratuitos sino únicos, se estaba aprisionando la mente
de los niños con la ideología del Gobierno. También se decía que se afectaban los intereses
económicos de la industria editorial. En 1961 se dio una gran manifestación en contra de los
libros de texto en la ciudad de Monterrey. Cuando grupos de maestros acudieron a hablar con
los manifestantes y les preguntaron si habían leído los libros, todos contestaron que no, pero
que estaban ahí porque les parecía muy mal que fueran textos únicos del Gobierno.
Pero se siguió adelante. Una medida muy inteligente que tomó el secretario Torres Bodet fue
designar a uno de nuestros mayores escritores, Martín Luis Guzmán como presidente de la
que desde entonces se llamó Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos. Guzmán
58 Roger Díaz de Cossío
era una figura señera y nadie podía dudar de su honestidad intelectual. Se le dieron poderes
totales para elaborar los libros. Controlaba el proceso de creación y aprobación de originales,
la ilustración, el diseño gráfico, la producción física de los libros y su distribución por todo
el país.
Desde entonces todos los niños de primaria han tenido libros de texto nuevos cada año, que
se llevan a sus casas, y los maestros los usan como base de su enseñanza y como instrumento
de capacitación.
A partir de 1997, se prestaron a los alumnos de secundaria los libros que los maestros elegían
de entre los que se publican y el gobierno compraba. Desde 2004 los libros de secundaria
también se regalan. Finalmente, en la presente administración se empezaron a formar bi-
bliotecas de aula en todas las escuelas del país que son más de 150 mil con unos 900 mil
grupos escolares.
1200
Bibliotecas
1000 848 955
Secundaria
800
610 668 726
537 Primaria
600 474
413
3ª fam. (1992)
400 258
117 2ª fam. (1973)
200
1ª fam. (1962)
0
1959-1964
1965-1970
1971-1976
1977-1982
1982-1988
1989-1994
1995-2000
2001-2006
La población de primaria pasó de 4.5 millones de alumnos en 1959 a 15.2 millones en 1982:
casi se cuadruplicó. Fue la época en la cual el sistema educativo mexicano ha tenido su mayor
crecimiento. La cantidad de libros mostrados en la gráfica crece en la misma proporción. En
Los libros escolares mexicanos 1959-2006 59
Primaria
Los libros de primaria en México proceden de tres familias distintas:
• La primera, que trabajó de 1959 a 1964, elaboró 40 libros y cuadernos de trabajo para los
seis grados de primaria. Los libros fueron hechos por maestros mexicanos y otorgados por
concurso con las reglas y los índices fijados por la Comisión Nacional de los Libros de Texto
Gratuitos. Cuando un concurso se declaraba desierto porque ninguna presentación satisfacía
a un jurado de eminentes maestros y escritores que se formó ex profeso, los libros se asig-
naban directamente a maestros de reconocida reputación.
• La segunda familia se elaboró entre 1971 y 1974: aquí hubo muchos cambios respecto a las
maneras de hacer las cosas. De antemano se decidió que los libros se desarrollaran en cuatro
áreas básicas: Matemáticas, Español, Ciencias Naturales y Ciencias Sociales. La Secretaría
de Educación (el Ministerio) designó directamente a los líderes de los equipos de redacción
que formaron grupos multidisciplinarios de maestros y académicos de diversas especiali-
dades. Los líderes fueron dos mujeres y dos hombres: una lingüista y una historiadora; un
matemático y un biólogo. Se contrataron directamente, por obra específica, a innumerables
colaboradores e ilustradores. En total se hicieron 30 libros para los seis grados, 5 por grado.
Además, para cada grado y área se elaboró un libro para el maestro. La Comisión Nacional
de los Libros de Texto Gratuitos se limitó a financiar, formar e imprimir los originales que le
proporcionaba la Secretaría.
• La tercera familia de libros se empezó a elaborar en 1991. Aquí hubo también grandes dife-
rencias respecto de las anteriores. Los libros se hicieron más lujosos, a todo color, en mejor
papel y en tamaño carta. Se abrió el área que era Ciencias Sociales y se transformó en Historia,
Geografía y algo de Civismo. Se produjo también, para cada estado de la República, un libro
de Historia y Geografía Estatal. Así resultaron más libros, con más páginas. En total, para la
primaria, 39 libros, que incluyen dos excelentes atlas. Algunos de estos libros fueron asignados
por concurso y nuevamente cuando esto falló, se contrató directamente a los autores.
60 Roger Díaz de Cossío
Secundaria (grados 7, 8 y 9)
Los libros de texto de secundaria siempre han sido elaborados por los editores privados,
siguiendo los lineamientos fijados por la Secretaría de Educación en cuanto a temas, capí-
tulos y materias. A partir de los años 70 se ha desarrollado una industria editorial mexicana
de calidad internacional en la que también participan editoriales cuya matriz está en España
o en otros países. Una vez que los editores elaboran los libros, los someten a una comisión
de la Secretaría de Educación, que los aprueba. Para dar una idea, en los últimos años han
competido para ese mercado más de 400 títulos distintos. Hasta 1997 los alumnos compraban
el título recomendado por el profesor. A partir de ese año los títulos los compraba la Comisión
Nacional de los Libros de Texto Gratuitos y los prestaba a los alumnos. Cada año había que
reponer como un 20 por ciento. Desde 2004 se acordó regalar también esos mismos libros
de secundaria. La calidad de los libros es en general excelente, pero los alumnos tienen que
ver muchos textos distintos cada año, unas 2,500 páginas en total por grado. Por esta razón
se está ajustando el plan de estudios.
*Por cada libro se produjo un cuaderno de trabajo. En la primera familia se llamó “Estudio de la naturaleza” a lo que ahora
son Ciencias Naturales.
En la Tabla 1 se muestra un concentrado de las materias que se han dado a lo largo de los años
en los distintos grados de primaria y el número de libros que se produjo en cada familia. Es
notable que las materias generales siempre hayan sido las mismas: Español, Matemáticas,
Ciencias Naturales. Salvo que en la segunda familia se trató de concentrar el material en lo que
se llamó Ciencias Sociales, en las otras están las materias de Historia, Geografía, Civismo.
Pero aunque las materias aparentemente son las mismas, sus tratamientos han sido muy
distintos unos de otros. Pondré algunos ejemplos: en Matemáticas se pasó de una manera
tradicional y casi japonesa de enseñanza a la explicación por teoría de conjuntos en la segunda
familia, hasta llegar a lo actual, con la noción de enseñar Matemática por descubrimiento, en
la que el alumno tiene que derivar los algoritmos. En Español se trató de introducir el análisis
estructural en la segunda familia, pero en la tercera se volvió al sujeto-verbo-predicado. En la
segunda familia tratamos de simplificar y enseñar a escribir solo un tipo de letra en que todos
los caracteres se hacen con rectas y círculos. Pero los de la tercera familia se escandalizaron
y dijeron “¡Cómo, desapareció la letra manuscrita!” y la volvieron a introducir, con lo que el
niño vuelve a tener cuatro alfabetos: mayúsculas y minúsculas, de imprenta y manuscritas.
Desde la segunda familia y hasta hoy se enseña educación sexual y la teoría de la evolución
en Ciencias Naturales.
62 Roger Díaz de Cossío
Avatares políticos
Como empecé a apuntar en la introducción, la elaboración gubernamental de los libros para la
primaria no ha estado exenta de problemas políticos. Tanto la primera como la segunda familias
tuvieron que enfrentar dos grandes manifestaciones en Monterrey. A los argumentos de la primera,
que era texto único y oficial, se añadió, para la segunda familia, que la enseñanza de la educa-
ción sexual lanzaba a las niñas a la perdición y que al hablar de soviéticos y chinos estábamos
llevando el país al comunismo. La Iglesia objetó particularmente a Darwin y pidió que se enseñara
creacionismo. La industria editorial privada se queja todos los años de que el gobierno le arrebata
su pan al volverse editor. Ahora, sin embargo, están bastante contentos por las compras masivas
que hace la Comisión de libros de secundaria y títulos para bibliotecas de aula.
La tercera familia tuvo un tropiezo inicial. Publicó un libro de Historia completamente inaceptable
para la comunidad mexicana, por los temas que trataba y por los que dejo de tratar. El escándalo
fue mayúsculo y el libro tuvo que ser retirado. Se hizo otro después, bastante morigerado que
no pisaba callo alguno.
Tres críticas
1. Cambios bruscos
Quizá por nuestra aritmética sexenal, en la que cada nuevo presidente quiere cambiar todo,
no ha sido posible hasta el día de hoy que los libros de texto para niños, siempre perfectibles
y muy difíciles de hacer, se vayan modificando gradualmente para no introducir choques al
sistema con el cambio total, cada vez que una familia se ha introducido. Se dan enormes
problemas de capacitación de docentes en servicio.
Sería más racional modificar un libro o cuando mucho dos por año, para que con calma se
hagan y se den, al mismo tiempo, los procesos de aprendizaje de los maestros.
2. Atiborramiento
En la Tabla 2 se muestran el número de páginas por grado de los libros de texto de la segunda
familia y los actuales de la tercera familia.
El número de páginas de los libros de texto ha sido excesivo, desde 1974, pero actualmente
es descomunal. Los maestros tienen que galopar a través de un mar de contenidos y nunca
Sin duda se deben disminuir los contenidos -considero que como a la mitad de los actuales-,
dejando aquello que es fundamental y básico para que se repase y se aborde desde diferentes
puntos de vista. Como dijo Ortega y Gasset, aquí hay que proceder a rajatabla, y dejar lo que
en realidad se pueda aprender.
3. Asincronía
Los procesos de formación de maestros en las escuelas normales siempre han sido indepen-
dientes de la elaboración de los libros de texto de todos los niveles, sobre todo frente a los
cambios bruscos que han representado los nuevos libros.
Los libros de texto siempre han sido elaborados por equipos independientes que no han
tenido ninguna relación con las escuelas normales. Esto se ha dado por la misma presión de
hacer todos los libros nuevos simultáneamente. Es una enorme cantidad de trabajo manual
e intelectual.
Para terminar
Las quejas de la derecha se han calmado y la sociedad mexicana ha aceptado los beneficios
que trae el hecho de que ahora no haya ningún hogar sin libros. El proyecto ha contribuido sin
duda, de modo importante, al desarrollo del país. En muchos aspectos estamos atrasados,
pero en la elaboración de libros escolares México ha sido modelo en el mundo. Habremos
de llegar, en pocos años, a libros mucho más breves y amplias bibliotecas de aula de uso
regular, diario, así como a la utilización pertinente de las tecnologías de la información y las
comunicaciones.
Agradecimiento
El autor agradece cumplida y profusamente la colaboración sin límite que recibió de Don Jorge
Velasco Félix, Director General de la Comisión de Libros de Texto Gratuitos, que está trabajando
mejor que nunca. Sin embargo, las opiniones expresadas son solo las del autor.
64
La educación obligatoria comienza, por norma, en el período escolar siguiente al año en que
el niño cumple seis años de edad y finaliza con el período escolar en que el alumno cumple
dieciséis. La asistencia obligatoria a clases se completa en la educación primaria, que tiene
nueve grados y en el primer año de educación secundaria. Existe un currículum nacional para las
escuelas primarias y secundarias, el cual ha sido aprobado por el Ministerio de Educación.
Los colegios secundarios están divididos en los siguientes tipos: gimnasio (escuela secundaria
general), colegio secundario especializado y colegio secundario vocacional.
Actualmente estamos construyendo sobre los cimientos de una tradición basada en el pensamiento
del gran pedagogo y humanista Jan Amos Comenius. Sin embargo, al mismo tiempo buscamos
modernizar nuestro sistema de educación en pleno cumplimiento con las más recientes tenden-
cias de los países europeos. Queremos instalar nuestro sistema nacional de educación como
parte de la esfera común de la educación europea. El Gobierno de la República de Eslovaquia
se ha propuesto establecer el concepto de educación en el largo plazo, para los próximos 10
a 15 años. Parte importante del mismo es la política referente a los libros de texto.
Política para la publicación de libros de texto en la República de Eslovaquia 65
La importancia de los libros de texto deriva del rol que cumplen en el proceso educacional. En gran
escala, su importancia dice relación con las posibilidades económicas de proveer textos de estudio
para toda la población en edad escolar. De acuerdo con la actual legislación escolar, el Estado debe
proveer textos de estudio para los alumnos de colegios primarios y secundarios de instituciones
dependientes del Ministerio de Educación, utilizando fondos del presupuesto fiscal.
Los libros de texto se entregan a los alumnos y alumnas en calidad de préstamo sin costo.
Los libros están generalmente adaptados a los distintos niveles escolares. Al término del año
escolar, los alumnos devuelven los libros al colegio y reciben los del siguiente año escolar. La
adquisición de libros de texto para colegios es considerada una de las mayores inversiones
económicas del Estado. Es una inversión a largo plazo que requiere un análisis profundo en
cada fase de su realización.
2. Creación y producción
La iniciativa para la creación de un libro de texto puede provenir del Ministerio de Educación, del
Instituto Pedagógico del Estado o del Instituto para la Educación Vocacional del Estado, además
de centros metodológicos, organizaciones educativas públicas o personas particulares.
66 Eva Danisova
Si la oferta es presentada por una editorial, también deberá contener cotizaciones de precios
y un programa de publicación.
Las ofertas para la licitación son evaluadas por comités de licitación que garantizan la co-
rrección científica y la idoneidad educacional del proyecto seleccionado (oferta). Los comités
de licitación están constituidos principalmente por profesores activos, expertos científicos y
representantes de los institutos científicos y metodológicos. Con ocasión de cada licitación
se forma un comité de expertos asesores que deben revisar y recomendar la mejor oferta al
Ministerio de Educación. El comité se reúne generalmente dos veces. En la primera reunión,
se presentan las ofertas y se acuerda un determinado período de tiempo para estudiarlas
en profundidad. En la segunda, se selecciona la mejor oferta. Las licitaciones son anónimas.
El Ministerio de Educación puede invitar a expertos adicionales para que participen en las
reuniones del comité. Estos expertos, así como los representantes del Ministerio de Educa-
ción, el Instituto Pedagógico del Estado o el Instituto para la Educación Vocacional del Estado
participan sin derecho a voto.
5. Recomendación de compra
Luego de emitirse el certificado de aprobación de un manuscrito, el libro de texto publicado
se incluye en la lista de libros recomendados a los colegios. Puede haber más de un libro de
texto recomendado para determinado ramo (libros de texto alternativos para que los colegios
puedan elegir).
A continuación, se entrega un ejemplo de los principales criterios que debe cumplir un libro
de texto para ser aprobado:
13. ¿En qué forma los ejercicios ayudan al desarrollo de la creatividad de los alumnos?
14. ¿En qué medida ayuda el libro de texto a utilizar los métodos para crear actividades
independientes y creativas?
15. ¿Cuán atractivo es el libro de texto?
16. ¿Cuán completo es el libro de texto para los alumnos?
17. ¿Representan los gráficos, ilustraciones, etc. realmente una ayuda para los niños?
18. ¿En qué medida cumplen las especificaciones de impresión y el proceso gráfico
del libro detexto las normas sobre higiene mental?
Una de las necesidades esenciales de nuestra época son los conocimientos computacionales,
la capacidad de usar técnicas computacionales en el trabajo. Los procesos educacionales de
los colegios también se han adaptado a esta exigencia. En el proceso educacional se utilizan
cada vez más los computadores y especialmente la Internet, no solamente en el estudio de la
ciencia de la informática, sino en la enseñanza de otros ramos. Esto se ha logrado gracias a
una importante mejora del equipamiento computacional de los colegios. Todos los colegios
primarios y secundarios están equipados con al menos un computador por sala de clases y
conexión a Internet. El año pasado se pudo disminuir en los colegios el número de alumnos por
computador a 20. Además de la técnica de la computación, los colegios reciben los llamados
“paquetes multimedia” que contienen aparatos audiovisuales para el profesor, presentacio-
nes, enciclopedias, etc. Una efectiva enseñanza de la computación en los colegios necesita
profesores con una buena base. Hacia el final del 2006, cada profesor debió graduarse en
técnicas computacionales de enseñanza.
Anuncio de la licitación
Licitación
No
Declaración de los revisores
Si
No
Declaración de SPI o SVEI
Sí
Impresión
En general, se han hecho pocos estudios acerca del gasto e inversión en textos de estudios y
TIC. Los estudios de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico),
por ejemplo, revelan que los costos y gastos atribuidos a materiales de instrucción y escolares
son considerados en su conjunto, lo cual dificulta hacer comparaciones internacionales y
nacionales. Asimismo, tampoco ha sido posible comparar los gastos en libros de texto y las
nuevas inversiones en TIC. Dado que no ha sido posible comparar tales inversiones, también
ha sido difícil evaluar la efectividad del gasto realizado en distintas formas de apoyo a la
enseñanza y el aprendizaje. Este estudio presenta nueva información sobre el gasto nacional
en libros de texto y las inversiones nacionales e internacionales en TIC. Los datos se utilizarán
para realizar evaluaciones preliminares acerca de los distintos tipos de gasto educacional
en apoyo de la enseñanza y el aprendizaje en las salas de clase.
Antecedentes
Las recientes tendencias en la administración de colegios se caracterizan por la delegación
de la toma de decisiones respecto de los presupuestos de los colegios y la introducción de
presupuestos escolares globales. Sin embargo, los colegios enfrentan múltiples y crecientes
demandas financieras, la mayoría de ellas derivadas de exigencias gubernamentales. Como
resultado, existe un menor ingreso disponible para gastar en recursos de aprendizaje para la
sala de clases y para el apoyo de la enseñanza. En el Reino Unido, por ejemplo, para superar
este problema, la asociación de editoriales produjo una guía titulada: Recomendaciones
para la inversión en libros en los colegios, pero la metodología desarrollada para calcular
Comparando diferentes tipos de gasto en materiales de enseñanza y aprendizaje 71
la cifra del gasto se basa en modelos de referencias comparativas, debido a que aún no se
han desarrollado estudios que vinculen el gasto en materiales de enseñanza y aprendizaje
Gastos y logros
Estudios anteriores sobre los factores clave que influencian los logros de los estudiantes se
han enfocado en la calidad de los profesores y el nivel socio-económico de los estudiantes
(Rowe, 2003). Análisis más recientes del desempeño de los estudiantes en el Tercer Estudio
Internacional sobre Ciencias y Matemáticas (en los EE.UU.) examinaron los programas de es-
tudio y libros de textos escolares como factores que explican el desempeño de los estudiantes
(Schmidt, McKnight, Raizen 1997, Stigler, Gallimore, Heibert 2000). Investigaciones anteriores
en los países en desarrollo, revelaron que la inversión en enseñanza y materiales de estudio
tenía un impacto significativo en los resultados de los estudiantes (Heynemann 1980). En el
contexto de una menor discrecionalidad en el uso de recursos financieros en los colegios,
y los desafíos que representa la tecnología en términos del proceso de toma de decisiones
sobre recursos de enseñanza y aprendizaje, existe además la necesidad de realizar estudios
sistemáticos acerca del nivel y patrón de gastos en recursos de enseñanza y aprendizaje y
su impacto en los resultados obtenidos por los estudiantes.
Hipótesis uno
El impacto de la caída en términos reales que han experimentado las ventas de materiales de
enseñanza y aprendizaje en general se verá magnificado en los colegios gubernamentales
con un bajo nivel socio-económico, conduciendo a un marcado crecimiento en la falta de
equidad en el acceso a materiales de enseñanza y aprendizaje, impactando negativamente
los logros de los estudiantes.
y aprendizaje en colegios privados y gubernamentales de Nueva Gales del Sur revelaron que
en muchos colegios privados los estudiantes tenían acceso a seis veces más recursos de
enseñanza y aprendizaje que en los colegios públicos. Además, estos estudios demostraron
que el acceso diferenciado a materiales de enseñanza y aprendizaje restringía la elección de
estrategias de enseñanza y aprendizaje por parte de los profesores y explicaría los logros de
aprendizaje de los estudiantes (Laws y Horsley, 1992). Este acceso diferenciado y no equitativo
tenía consecuencias en términos de la fijación de tareas escolares, la administración en la sala
de clases, el tiempo de dedicación a lo académico y la provisión de recursos de enseñanza
y aprendizaje adecuados para los alumnos en los colegios públicos. Sabemos por estudios
limitados de las cifras de ventas de las editoriales dedicadas a la publicación de materiales
de aprendizaje (Horsley, 2004), que el gasto total en libros de texto y material de enseñanza y
aprendizaje del sector escolar completo está decreciendo. Estos gastos están cercanamente
vinculados a cambios en el programa de estudios en lugar de intentos por mejorar el acceso
a recursos de enseñanza y aprendizaje. Se plantea la hipótesis de que esta disminución de la
disponibilidad de materiales didácticos se ve magnificada en los colegios públicos, y por lo
tanto, aumenta la falta de equidad preexistente. Estudios anteriores revelaron que los pro-
fesores y colegios que no tenían acceso a materiales didácticos desarrollaban una cultura de
bajas expectativas y de arreglárselas con recursos inadecuados (Informe NSW DET respecto
al Colegio Secundario Mt. Druitt, 1996; Horsley y Walker 2003).
Hipótesis dos
El gasto en tecnología computacional está quitando espacio al financiamiento de otros
materiales de enseñanza y aprendizaje.
Cuban y otros (2001) han esgrimido fuertes argumentos para explicar el fracaso de los colegios
en asumir el desafío de la tecnología como resultado de que la inclusión de la tecnología en
Puede resultar tentador imaginar que la tecnología, especialmente la Internet, está revolucio-
nando la enseñanza y el aprendizaje, alterando los métodos de enseñanza y el aprendizaje
de los estudiantes y permitiendo a los estudiantes mejorar su desempeño académico. Sin
embargo, el cuadro que emerge de las investigaciones contradice algunos de los argumentos
esgrimidos en favor del uso de tecnología y la Internet con fines educacionales (OCDE 2004).
Las limitadas cifras de ventas de software de información y comunicaciones a colegios es
evidencia adicional de que los colegios no están utilizando las inversiones en tecnología
computacional para apoyar la enseñanza y el aprendizaje en la sala de clases. Varios estudios
realizados por Twining (2002) han destacado el tema de cómo el aumento en la inversión
en tecnología computacional ha desplazado el gasto en otros recursos pedagógicos más
inmediatos, prácticos y apropiados.
Hipótesis tres
El uso de fotocopias proporciona cada vez más recursos de aprendizaje como resultado de
procesos de transferencia de costos dentro de los presupuestos escolares.
Muchas veces no se reconoce el hecho de que los profesores, bibliotecarios, profesores jefe y
profesores de mayor jerarquía como rectores, seleccionan los recursos de enseñanza y aprendizaje
que utilizan los alumnos en clases. De hecho, la planificación de la instrucción y ubicación de re-
cursos adecuados son algunas de las principales funciones de los profesores. Debido a la manera
en que los colegios asignan fondos y administran los presupuestos, gran parte de este material
didáctico lo constituyen páginas fotocopiadas, muchas veces de baja calidad de lectura.
Cada año, Copyright Agency Limited (CAL) encarga un estudio independiente sobre el derecho
de autor en 120 colegios de tres estados de Australia. El estudio es representativo de los
colegios urbanos y rurales, privados y públicos y se realiza durante todo el año. En el año
2001, el estudio reveló que cada año se copiaba un promedio de 243 páginas por estudiante
secundario y 203 páginas por estudiante primario, principalmente de textos de estudio.
Estos registros se utilizan para asignar los fondos que son recolectados por CAL en nombre
de los autores y editoriales del material fotocopiado (16 millones de dólares australianos en
2002). Existe evidencia que indica que los estudios de CAL presentan cifras conservadoras
del fotocopiado que se realiza en los 10.000 colegios de Australia. Estudios realizados por
Horsley (1994, 2002), revelaron que, por lo general, los profesores copian dos páginas por
estudiante por lección. Sin embargo, la información acerca del fotocopiado de textos de
estudio recabada por CAL proporciona una rica fuente de información acerca de la selección
y uso de recursos en la enseñanza y aprendizaje.
74 Mike Horsley
Las cifras sobre fotocopiado demostraron que de los 50 títulos más copiados, la mayoría
fueron títulos primarios. Esto refleja la situación existente en Nueva Gales del Sur, en donde
a las escuelas primarias públicas y no públicas no se les asignan fondos específicos para
materiales de enseñanza y aprendizaje. La mayoría de las copias de estos títulos tuvieron por
objeto producir conjuntos de hojas fotocopiadas para la clase. Los conjuntos de fotocopias
eran en su mayoría actividades y ejercicios para la clase, y posiblemente tareas para la casa.
Gran parte de las fotocopias se sacaron debido a limitaciones en recursos. Ante la ausencia
de inversiones en materiales de enseñanza y aprendizaje, los profesores sintieron que ne-
cesitaban fotocopiar grandes cantidades de páginas para sus alumnos, lo que muchas veces
resultaba más caro que adquirir títulos completos o equipos de enseñanza y aprendizaje. Sin
embargo, el servicio de fotocopiado es generalmente proporcionado por el presupuesto global
de todo el colegio, en tanto que la inversión en otros materiales se obtiene de presupues-
tos muy limitados a nivel de facultad y estatales. Así, el proceso de asignación de recursos
dentro del colegio contribuye al desarrollo de recursos de baja calidad y poco efectivos (lo
cual explica su impacto sobre el aprendizaje). El fotocopiado de textos provee cada vez más
recursos de aprendizaje y enseñanza (muchas veces de baja calidad) como resultado de un
proceso de traslado de costos dentro de los presupuestos escolares.
Hipótesis cuatro
Los colegios han estado experimentando dificultades en el desarrollo de procesos y princi-
pios para manejar decisiones de inversión en la obtención de recursos para la enseñanza y
el aprendizaje.
Actualmente no existe mucha investigación que ayude a los colegios y a los educadores a
tomar decisiones informadas sobre recursos de enseñanza y aprendizaje. Además, aunque
actualmente tenemos un mejor entendimiento de los procesos de administración de colegios
en un ambiente de asignación de presupuestos globales, existe la necesidad de explorar a
través de investigaciones, entrevistas y estudio de casos para obtener un conocimiento más
profundo de los procesos de toma de decisiones a medida que los colegios y educadores
luchan por apoyar la enseñanza y aprendizaje de sus estudiantes proveyendo materiales para
ello. ¿Se dan cuenta los profesores y profesoras de colegios públicos que en un plazo de cinco
años habrá una menor necesidad de libros de textos, equipos de enseñanza y aprendizaje y
otros materiales didácticos? Estudios anteriores (Laws y Horsley) demostraron que los cole-
gios con más recursos financieros incrementaron sus gastos en materiales pedagógicos en
términos reales para satisfacer las necesidades de sus educandos. Como resultado, existe una
particular necesidad de comparar los procesos de toma de decisiones en colegios de altos y
bajos recursos económicos. ¿Cómo pueden los colegios de bajos recursos alcanzar niveles
superiores de equipamiento y recursos? ¿Que procesos de toma de decisiones contribuyen
a las culturas de bajas expectativas en gestión? ¿Cómo pueden cambiarse?
Investigaciones anteriores
Investigaciones realizadas anteriormente con un pequeño número de casos de estudio (Young
y Horsley, 1995), revelaron una amplia y creciente brecha entre colegios privados y públicos
en la provisión de textos de estudio para un currículum recientemente implementado. Los
colegios privados, con mayores recursos económicos, proporcionaron 20 veces la cantidad
de textos de estudio que algunos colegios estatales en los casos investigados. Actualmente,
los colegios que fueron estudiados en estudios de casos anteriores gastan hasta $500.000
AUD en TIC para sus estudiantes. Esta diferencia en la provisión de materiales educacionales
amenaza con crear un sistema escolar residual, de dos niveles, para la mayoría de los niños
australianos que asisten a colegios públicos, negándoles acceso a los recursos de enseñanza
y aprendizaje que necesitan. A medida que las fuerzas del mercado ejercen una creciente
influencia sobre el sector escolar y que crece el sector escolar privado, esta diferencia en la
entrega de recursos se acentúa y agrava. Investigaciones anteriores que identifican la calidad
de los profesores y ofrecen explicaciones socio-económicas de los resultados académicos
de los estudiantes, deberán modificarse a la luz de una creciente falta de materiales de
enseñanza y aprendizaje.
3. Estudios OCDE
La OCDE ofrece una recopilación de los principales estudios del gasto y financiamiento escolar.
En la sección B 6 de la OCDE Education at a Glance 2004, se resume el Gasto por Servicio y
Categoría de Recurso. Este análisis muestra que en las economías OCDE el 70% o más de los
actuales gastos educacionales corresponden a salarios del personal.
Sin embargo, al analizar los costos atribuidos a la instrucción no hay un análisis significativo
de los materiales de enseñanza y aprendizaje. Eso se debe en parte a la falta de desarrollo
de tal información en las economías OCDE. En particular, los gastos en enseñanza escolar y
materiales de aprendizaje se consideran en conjunto. No hay una mención específica a los
libros de texto o gasto TIC. Como resultado no hay un análisis detallado de estos elementos
en términos de los logros, desempeños o estándares académicos.
Las siguientes conclusiones aparecidas en Education at a Glance 2004, parecen no estar apo-
yadas por los estudios acerca de la función de la enseñanza y los materiales para la enseñanza,
especialmente los libros de texto, en la explicación de los logros educacionales:
“El modelo tradicional de educación en salas de clase, el cual requiere una labor
intensa por parte del profesor, explica la preeminencia de los salarios de los pro-
fesores en los costos generales. Las diferencias en el tamaño del curso promedio
y la proporción de estudiantes en relación con el personal de educación (Indicador
D2), en patrones de contratación de personal, salarios de los profesores (Indicador
D3) y en los materiales de enseñanza y aprendizaje e instalaciones, influencian
las diferencias en costos entre los niveles de educación, tipos o programas y tipos
de colegios” (OCDE Education at a Glance 2004, página 201).
calculó el gasto en libros de texto como un porcentaje del presupuesto total de los colegios
en 2004 y para el período 1990-2004.
Para empeorar las cosas, aún en aquellos casos en que los libros de texto refle-
jaban los estándares académicos estatales, simplemente no había suficientes
libros de texto para cada estudiante. Este mismo estudio constató que casi uno
de cada tres profesores dice que no pueden asignar tareas escolares porque
no hay suficientes libros para que los estudiantes los lleven a casa. Incluso
en la sala de clases, los estudiantes muchas veces deben compartir sus libros
durante la clase. El mismo estudio reveló que uno de cada seis profesores
dice que sus alumnos se ven forzados a compartir libros en clases” (Las tres
citas anteriores fueron tomadas de Market Data Retrieval The Instructional
Materials Shortage: Crisis in the Classroom AAP).
80 Mike Horsley
Este tipo de estudio ha sido utilizado para definir una tabla de gastos en libros de texto y
resultados tributarios estandarizados. En un principio, las tablas fueron utilizadas para con-
vencer a los estados con un nivel más bajo de gasto para que lo incrementaran. Sin embargo,
el análisis del tipo de función de producción basado en el aporte/rendimiento propuesto por
Hanushek sostenía la inexistencia de una relación causal entre un incremento en el gasto y
los resultados. Por lo tanto, las débiles correlaciones entre el gasto en libros de texto y los
indicadores estandarizados de resultados de exámenes convencieron a los responsables de
la definición de políticas que “el dinero no importa”.
El estudio llegó a varias conclusiones, tales como: uno de cada seis profesores de educación
primaria y secundaria que utiliza libros de texto dice que no tiene suficientes libros para cada
alumno en su clase y casi uno de cada tres profesores informa que no tiene suficientes libros
de textos para que todos los alumnos puedan llevar uno a casa.
2004). Ninguna de estas medidas de costos o suficiencia han presentado al material educa-
cional como ítem aislado o separado. En el desarrollo de presupuestos globales realizado
Burke y White (Price Measures in Education and Training: opening a discussion, CEET 2004)
argumenta que el actual sistema de índice de costo/precio utilizado para la asignación de
financiamiento para la educación es demasiado limitado. Su ejemplo relativo a Tecnología
de la Información es revelador:
Sea cauteloso con los índices de precios de tecnología que es rápidamente actualizada
Si usted compra mañana una computadora de última generación, probablemente pagará lo mismo
que hubiera pagado por el modelo de última generación hace dos años. La calidad de la máquina
que comprará mañana por el mismo dinero será mucho mejor que la comprada hace dos años:
más y mejor memoria, mucho más rápida, almacenamiento de datos infinitamente mayor.
Esto crea un problema para los desarrolladores de índices, que pretenden comparar precios
año a año para artículos de exactamente la misma calidad. Tendría que compararse la máqui-
na que usted compró hace dos años con la que compraría mañana, con la misma memoria,
velocidad de reloj, capacidad de almacenamiento, y demás. Esta sería una máquina mucho
más barata y por lo tanto aparecería como que los índices de precios para las computadoras
estarían bajando. Parece obvio ¿verdad? Todos sabemos que los costos de las tecnologías
están bajando, así que ¿de qué hay que tener cautela? Si se utiliza un índice de precios
para proyectar las necesidades de financiamiento para la compra de computadoras, esto
llevará a una disminución en los niveles de financiamiento. Sin embargo, los usuarios de las
computadoras dependen del aumento en su productividad, el cual viene de la mano con el
aumento de la calidad de los computadores, por lo tanto deben mantener o incrementar sus
niveles de financiamiento.
Los índices de precios pueden inducir a equívocos en relación con servicios básicos u otros servicios
que disminuyen sus costos al mismo tiempo que aumentan su calidad. Esto es particularmente
cierto cuando una mayor productividad es el ímpetu que impulsa una mejor calidad.
De más está decir que esos problemas también se aplican a la adquisición de libros de texto
y otros materiales de enseñanza y aprendizaje.
hizo como una medida para disminuir gastos. El monto asignado en 2005 para esta categoría
será de $9.5 millones AUD; 36.10 para estudiantes entre 7-10 años y 89.22 para estudiantes
entre las edades de 11 y 12 años.
Esta asignación para la compra de libros de texto para los colegios públicos que está incluida
en el financiamiento global, pero actualmente excluida del régimen de costos escolares del
gobierno, será incorporada ahora en el régimen de costos que determina las actuales becas
per cápita. Como resultado, el creciente costo de la adquisición de libros de texto será incluido
en el régimen de costos y el creciente ítem de costos escolares del gobierno fluirá hacia los
colegios no estatales en la forma de becas per cápita como resultado del acuerdo del 25%.
No estoy seguro de lo que significa este flujo de 25%, pero la cadena de eventos sería algo
parecido a esto. Si en 2006 la asignación gubernamental para la adquisición de libros de texto
hubiera sido de alrededor de $16 millones AUD (no estoy seguro de esta cifra) entonces 25% de
esto se incluiría en las becas per capita recurrentes, por ejemplo, 4 millones. Sin embargo, dado
que se perdería la asignación separada para la adquisición de libros de texto para la educación
secundaria ($9.5 millones AUD), el monto asignado para la compra de libros de texto en los
colegios no estatales se vería reducido significativamente, por ej. 9.5-4, es decir, una pérdida
de alrededor de 5.5 millones de dólares. Esto disminuiría el financiamiento disponible por es-
tudiante para la compra de libros en alrededor de 60% (en términos per capita por estudiante,
aproximadamente $20 AUD en el caso de estudiantes de entre 7 y 10 años de edad y $38 AUD
en el caso de los estudiantes de entre 11 y 12 años de edad).
Evidentemente dos procesos influenciaron esta decisión. El Grimshaw Review y la dificultad de nom-
brar cualquier cosa como una asignación para la compra de libros de texto, ya que la definición de lo
que constituye un libro de texto se ha expandido y cambiado desde que se introdujo la Secondary
Textbook Allowance, en 1966.
A pesar de la marejada de inversión en educación, pocos estudios han buscado cuantificar los
costos de la TIC en la educación o vincular estos costos a la efectividad y eficiencia y relación
Twining (2002 ICT en Schools: measuring the level of investment) hizo ver que el gobierno
del Reino Unido había gastado 1.6 billones de libras esterlinas en TIC entre 1985 y 2001 en
colegios primarios y secundarios y el gasto recurrente fue del orden de los 400 millones de
libras esterlinas por año entre 2000-2003. Twining comparó tales inversiones en el contexto
internacional. Entre 1995-2000 el Gobierno Federal de los Estados Unidos gastó 8 billones
de dólares de los EE.UU. en apoyo del uso de TIC en la educación. El estudio realizado por
Twining demostró que muchos países gastaron más en tecnología y TIC para colegios primarios
y secundarios que el Reino Unido y los EE.UU.
En 1999, el Auditor General de Nueva Gales del Sur realizó un estudio de resultados de la política
de computadores en los colegios del Gobierno de Nueva Gales del Sur. El informe hizo ver que:
“el gasto en el Programa de Computadores en los Colegios (para colegios estatales) en sus pri-
meros cuatro años de aplicación fue de $170.6 millones AUD y el presupuesto para el programa
en 1999-2000 es de $92.8 millones AUD. El gasto realizado por el Gobierno de Nueva Gales
del Sur en educación escolar en 1999-2000 será de aproximadamente 4 billones AUD. Durante
1999-2000 el Programa, como una proporción del gasto total en colegios estatales, será más
de 2% (Informe de Auditoría de 1999)”. La idea central del informe era que aunque el programa
proporcionaba fondos para la adquisición de hardware, software y desarrollo profesional, se
observó muy poco uso de las TIC en la enseñanza y aprendizaje de acuerdo con la metodología
basada en casos utilizada en la investigación sobre la gestión y rendimiento.
Por lo demás, los actuales estudios sobre inversión y gasto en TIC en educación revelan
costos de alrededor de $150.000 a $300.000 AUD en un colegio no estatal con un número
aproximado de 1.000 estudiantes.
Action Plan, Learning Architecture Framework, Schools Online Curriculum Content Initiative (The
Learning Federation), con un valor de $72 millones AUD.
Los colegios enfrentan un continuo aumento de capital y gastos recurrentes relacionados con
las TIC. Estudios desarrollados en Australia revelan que para un colegio de 1.000 estudiantes,
con una proporción computador-estudiante de 1:5, esto demandará 400 computadores con
un ciclo de reemplazo de 5 años, requiriendo el reemplazo de 80 computadores por año.
Hay una creciente demanda por demostrar el valor recibido de esta considerable y permanente
inversión. Hay cada vez más presión por basar las decisiones en evidencia en lugar de creen-
cias y de identificar y cuantificar los beneficios. Sin embargo, comparado con otras formas de
gasto, esto no se ha intentado en relación con las decisiones de invertir en TIC.
“Aunque sería conveniente poder establecer una relación directa entre el uso de TIC y el des-
empeño académico, la mayor parte de los investigadores actuales de la educación de cierto
Hay estudios que han tratado de identificar este impacto mediatizado de las TIC sobre la educación y han
encontrado imposible eliminar por completo los efectos de otros elementos del ambiente de aprendizaje”.
(www.eddept.wa.edu.au/cmis/eval/pd/reading/reading1.htm)
Aunque no existe un vínculo directo entre el uso de TIC y el aprendizaje de los estudiantes, el
peso de la evidencia demuestra ahora que indirectamente puede haber un impacto positivo
significativo. Durante los últimos 30 años ha habido un número creciente de estudios realiza-
dos con el fin de investigar este impacto, con hallazgos cada vez más claros que demuestran
el positivo impacto que tiene el uso apropiado de las TIC.
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2TEXTO ESCOLAR Y
NUEVAS TECNOLOGÍAS
88
Colaboradores
Gerardo Moënne Rivas, Ingeniero Civil Industrial mención Computación y Magíster en Ciencias
de la Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica de Chile; candidato a Doctor en Educación en
la Universidad de Bristol, Inglaterra. Miembro del equipo fundador de la Red Enlaces del MINEDUC.
Dirige el Magíster en Informática Educativa en el Instituto de Informática Educativa de la Universidad
de La Frontera, y tiene a su cargo distintos proyectos de investigación sobre el impacto de modelos
educativos apoyados con TIC en escuelas de alta vulnerabilidad escolar.
El presente trabajo describe algunas ideas básicas preliminares sobre cómo las tecnologías
de información y comunicación pueden apoyar y/o complementar los procesos de enseñan-
za y aprendizaje basados en el uso de textos escolares. Las propuestas tienen tanto base
teórica como empírica en proyectos de intervención pedagógica que combinan la utilización
de recursos digitales y no digitales.
En general, los recursos digitales se conciben como una extensión del texto escolar que,
gracias a su rol motivador y desafiante, permiten reforzar los aprendizajes producidos a
partir del uso de los textos. Sin embargo, desde nuestra perspectiva, los recursos digitales
que apoyan textos escolares deben constituir un complemento que amplifique la efectividad
del proceso de enseñanza-aprendizaje. Esto se logra aprovechando la naturaleza interactiva,
dinámica y multimedial, de los recursos digitales que posibilita la puesta en práctica de
diversas alternativas para manipular, representar e interactuar con el conocimiento, de tal
forma de adaptarse a los distintos estilos de aprendizaje. Los ejemplos de material digital
van desde una simple presentación gráfica de contenidos hasta un complejo software inte-
ractivo, pasando por animaciones, videos, juegos, etc.
a) Para entregar información o contenidos previos al uso del texto (nivelación). Por
ejemplo, para la nivelación de las condiciones de entrada a un curso por parte de los
alumnos.
c) Para complementar la información del texto escolar con otro tipo de explicaciones o
representaciones del contenido que apunten a una mejor comprensión.
En cada una de las funciones anteriores se aprovechan las características de los materiales
digitales buscando mejorar la entrega de contenidos a los alumnos (interactividad, multime-
dialidad, adaptabilidad, etc.). Estas características son potencialidades que posee el material
digital pero que requieren de un uso intencionado y pertinente para trasformarse en ventajas
en términos del proceso de enseñanza-aprendizaje.
1. Ejercitación
Una de las posibilidades que abre el uso de los materiales digitales es la de implementar
diversas actividades de ejercitación. Los programas computacionales se prestan para alma-
cenar y presentar a los alumnos una batería casi ilimitada de instancias de un mismo tipo
de ejercicio, de tal forma que el alumno practique y mejore su velocidad de respuesta. Esta
alternativa es muy utilizada, por ejemplo, en el caso de ejercicios de matemática para que el
alumno adquiera un mejor manejo de los algoritmos y/o agilice su cálculo mental.
2. Interactividad
Una de las características más distintivas de los materiales digitales es su capacidad de inte-
ractuar con la persona que los manipula. Existen distintos grados de interactividad, desde la
simple acción sobre un botón play para ver un video, hasta la realidad virtual donde todos los
Oportunidades que ofrecen las TICs como apoyo a los textos escolares 91
3. Multimedialidad
Otra característica esencial de los materiales digitales es su naturaleza multimedial, la cual
enriquece fuertemente las posibilidades de representación de información en formas (canales)
más apropiados y efectivos para los aprendices. Por ejemplo, las TICs entregan la posibilidad
de reproducir el sonido real de instrumentos musicales como los que aparecen en la Figura 2,
cosa imposible de hacer en un texto escrito. La Figura 3 muestra un típico diagrama utilizado
en los textos escolares para representar y explicar los efectos de los movimientos de traslación
y rotación de la tierra y su relación con las estaciones climáticas del planeta. La efectividad
de esta figura puede incrementarse largamente mediante una animación computarizada que
muestra al planeta trasladándose y rotando alrededor del sol.
92 Gerardo Moënne Rivas y Leonardo López Neira
4. Representación común
Brown y Campione (1990) nos hablan de la importancia de la representación común en los
procesos de aprendizaje colaborativo o social, al referirse a acciones como el profesor es-
cribiendo o dibujando un diagrama en un gran pizarrón visible para todo el grupo curso. En
términos del entendimiento colectivo, cobra mucha importancia el que todos los alumnos
tengan un mismo referente y ese referente sea claro y accesible para todos. A través de la
proyección de la pantalla del computador en un telón no solo se logra este mismo efecto,
sino que, adicionalmente, los objetos presentados se vuelven manipulables a través de la
interacción con el computador, alcanzando así un efecto más poderoso en términos educa-
cionales. Un ejemplo de lo anterior es la proyección de un cuento digital donde el profesor y
los alumnos pueden hacer clic sobre las palabras para escuchar su pronunciación, esconder
palabras, llenar palabras en blanco, etc., con la posibilidad de que participe todo el curso.
Además, esta alternativa didáctica es coherente con el uso habitual que hace el docente del
típico pizarrón que existe en las aulas escolares.
6. Comunicación
Una extensión al trabajo con textos escolares, que ofrecen las tecnologías, es la posibilidad
de establecer comunicación entre los distintos actores que participan del proceso de ense-
Oportunidades que ofrecen las TICs como apoyo a los textos escolares 93
Nuestra experiencia
El Instituto de Informática Educativa de la Universidad de La Frontera (http://www.iie.ufro.cl) ha
desarrollado una serie de proyectos de intervención en el aula de escuelas con alto índice
de vulnerabilidad escolar y bajo rendimiento, buscando determinar la contribución de las
TICs en combinación con material escrito, con el propósito de mejorar el aprendizaje de los
alumnos.
En general, el modelo cuenta con 4 componentes principales (ver Figura 4): el método de en-
señanza, la capacitación de profesores, los recursos tecnológicos (computadores, proyectores,
Internet, etc.), y los recursos pedagógicos digitales y no digitales. Estos últimos consisten
en el libro de textos, clases estructuradas en una presentación multimedial con contenidos
Las evaluaciones realizadas en proyectos que utilizan este tipo de modelo han permitido
determinar que en grupos experimentales existe el doble de aprendizaje que en aquellos
alumnos que tuvieron clases tradicionales (grupos de control).
Una de las principales características del modelo propuesto es que permite abordar de forma
concreta un conjunto de problemas que forman parte de la normalidad en las escuelas con las
que se está trabajando. En primer lugar, las falencias en la preparación de los profesores se
encuentran tanto en los contenidos como en la metodología de enseñanza. En segundo lugar,
los profesores han reportado mucho menor desgaste al realizar clases con estos recursos,
ya que no deben dictar/escribir los contenidos, pueden repetir los contenidos cuantas veces
94 Gerardo Moënne Rivas y Leonardo López Neira
estimen necesario sin mayor esfuerzo, etc. Muchas veces las tecnologías, en especial los
simuladores, le permiten a la escuela contar con recursos que de otra manera resultarían muy
caros y/o muy peligrosos, además de demostrar en un tiempo razonable fenómenos muy rápidos
o muy lentos. También el nivel de motivación que se logra en los alumnos con la integración
de este tipo de recursos es claramente mayor, con los consecuentes efectos en el aprendizaje.
Finalmente, el mejor aprovechamiento del tiempo permite, entre otras cosas, que los profesores
alcancen a tratar todos los contenidos establecidos para los distintos niveles.
Para referirse a este conjunto individuo-herramientas del entorno, Perkins (1993) acuñó el
término person-plus. En nuestro caso, este conjunto correspondería a un alumno o grupo
de alumnos trabajando con herramientas digitales y no digitales, tratando de aprender un
tema específico. Entonces, el desafío consiste en ver de qué forma debe estar distribuido el
conocimiento y la capacidad de representar información entre los materiales digitales, no
digitales y el aprendiz.
Para decidir en qué tipo de medio se debe representar un tipo de contenido y la forma de
representarlo dentro del medio, se debe considerar: el tipo de conocimiento involucrado, qué
tan fácil es representar el conocimiento, qué tan difícil es recuperar el conocimiento y qué tan
fácil sería para el alumno generar nuevo conocimiento a partir del existente.
Bibliografía
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tional Considerations, Cambridge University Press,
Cambridge.
95
C
Tema 2 Texto escolar y nuevas tecnologías
hile necesita crear las condiciones para la transición del país hacia una economía
basada en el conocimiento, preparando a sus ciudadanos en las competencias y
habilidades necesarias para insertarse con éxito en una sociedad global altamente
competitiva. Dos competencias claves para enfrentar los nuevos desafíos, acordadas por
los ministros de educación de las economías APEC (Santiago, Chile, 2004) y en el APEC Fu-
ture Education Forum (Busán, Corea 2005), son el aprendizaje de idiomas extranjeros y el
manejo de las tecnologías de información y comunicaciones (TICs). El aprendizaje del inglés
se ha convertido en una prioridad para acceder al conocimiento, propiciar la comunicación
intercultural, y facilitar una participación proactiva de los chilenos en una economía que ha
abierto tratados de libre comercio con los Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda, la Unión
Europea y la región del Asia Pacífico, ampliando el espectro de oportunidades y desarrollo
profesional a un escenario global.
En la actualidad, el uso del inglés está tan ligado a la tecnología, que el aprendizaje de esta
lengua a través del uso de los medios tecnológicos es un hecho que los profesores de inglés
deben asumir para adaptarse a las necesidades de los estudiantes innovando sus prácticas
pedagógicas habituales (Rassool, 1999; Murray, 2000; Warschauer, 2000; Chapelle, 2001; Kern
& Warschauer, 2001). Miembros progresistas de esta profesión han sugerido que la naturaleza
de la competencia comunicativa ha cambiado en el mundo actual, en donde gran parte de la
comunicación con otras personas se realiza a través de los computadores:
aspectos metodológicos, que en la práctica a menudo los profesores no logran conectar, sino
que paralelamente debe enfocarse en comprender y profundizar los conocimientos básicos
de los procesos de adquisición de una segunda lengua y a cómo explotar el potencial de los
medios tecnológicos para poner en práctica estos principios teóricos, de manera de optimizar
el desarrollo de las habilidades lingüísticas de los estudiantes chilenos para que sean capaces
de funcionar efectivamente en el idioma.
las TICs propician el desempeño de nuevos roles por parte de profesores y alumnos. El trabajo
con TICs en la clase de idiomas hace posible que el profesor pueda ocupar su tiempo en el
trabajo directo con los alumnos monitoreando el proceso, ayudándolos a desarrollar sus
habilidades lingüísticas, reforzándolos y retroalimentándolos, mientras ellos trabajan con los
computadores (Levy, 1997; Squires y MacDougall, 1997; Gallimore y Tharp, 1990; Stoller, 1997;
Davis, 2002, Bañados 2003b). El profesor puede ocupar su tiempo en diseñar actividades
auténticas y significativas con uso de TICs o simplemente recurrir a replicar las innumerables
actividades y proyectos realizados con éxito por otros profesores de idiomas en el mundo,
disponibles en Internet. Con el apoyo de las TICs el profesor puede ayudar a sus alumnos a
desarrollar una conciencia cultural (Byram & Fleming, 1998; Canale y Swain, 1980; Bañados
2003b), factor fundamental para el aprendizaje integral de un idioma extranjero. En relación
con los roles del estudiante, el integrar TICs en la clase de inglés potencia el desempeño de
un rol participativo, involucrándolos en su propio aprendizaje, estimulando sus habilidades
de pensamiento de alto nivel, dando como resultado una comunidad de aprendizaje coope-
rativo, en que los estudiantes investigan, se comunican, colaboran y resuelven problemas
(Stoller, 1997; Bañados 2003b).
Las tecnologías de información y comunicación posibilitan que profesores y estudiantes de
idiomas tengan oportunidades para:
en los foros de discusión disponibles en Dave’s ESL Café, (en http://eslcafe.com ); usando
software tales como ICQ (“I seek you” en http://www.icq.com), NetMeeting de Microsoft (en
http://www.microsoft.com/netmeeting ), o el CU-SeeMe (en http://www.cuworld.com/).
Hay evidencia de que los estudiantes que usan el e-mail y participan en listas de discusión
y grupos de interés desarrollan en un mejor nivel sus habilidades de producción escrita
(Warshauer, 1997; Trokeloshvili &Jost, 1997; Bauman, 1998; Lally, 1997), tienen una mayor
conciencia del mundo que los rodea, y una comunicación activa. El e-mail posibilita la inte-
racción lingüística (Sierra, 1999), permitiendo comunicarse en forma real y natural con miles
de estudiantes (Warshauer, 1995), por lo cual su uso en la clase de inglés puede potenciar
el desarrollo de las habilidades comunicativas y de pensamiento en los estudiantes (Kroo-
nenberg, 1994/1995; Frizler, 1995). También se ha proporcionado evidencia respecto a que
los proyectos que involucran el intercambio de correspondencia entre estudiantes que se
comunican a través del e-mail (Pen Pals o Key Pals) además de ser motivantes, son experien-
cias que causan un profundo impacto en la actitud de los alumnos hacia la lengua objeto y
su cultura (Robb, T. 1996).
temas, tales como: cultura, salud, ciencia, hobbies, deportes, cine, familia, música,
viajes, computación, etc. (http://www.eslcafe.com/discussion).
• SchMOOze University, un MOO de simulación y discusión sincrónica para profesores
de inglés y estudiantes de todo el mundo (http://schmooze.hunter.cuny.edu:8888).
Actualmente, el profesor puede explotar la creación de weblogs en sus cursos. Las posibili-
dades de su uso en la clase de idiomas son ilimitadas, especialmente para el desarrollo de la
habilidad de producción escrita. El usuario escribe y publica la información instantáneamente
en Internet, como una especie de diario con sus palabras, ideas y pensamientos. Algunos de
los principales sitios gratuitos para la creación de éstos son:
• Blogger http://www.blogger.com/start
• Motime http://www.motime.com/
• Blog-city http://www.blog-city.com/bc/
• Bravenet http://www.bravenet.com/
100 Emerita Bañados S.
El profesor de idiomas puede integrar en su clase actividades de aprendizaje del tipo Web-
quest, actividad orientada a la búsqueda de información en la red Internet, diseñada para
aprender a usar la información encontrada en forma óptima y para apoyar las habilidades
de análisis, síntesis y evaluación de los estudiantes. Toda la información se encuentra en el
sitio oficial de Webquest: http://webquest.sdsu.edu/materials.htm
Ejemplos de Webquest:
Conclusiones
Las TICs favorecen un proceso de alfabetización dual de aprendizaje de inglés y manejo de TICs,
siendo ambas competencias necesarias para tener oportunidad de participar proactivamente
en la sociedad actual y satisfacer las demandas de los nuevos perfiles profesionales.
Frente al potencial de TICs para revitalizar los procesos de enseñanza-aprendizaje, los profe-
sores de idiomas actualmente se enfrentan al desafío de innovar sus prácticas pedagógicas
para satisfacer las necesidades, ritmos y estilos cognitivos de un alumnado heterogéneo,
nacido en la era de la información, altamente motivado por los medios tecnológicos.
con oportunidades de práctica auténtica explotando las herramientas de TICs, se pueden vencer
las dificultades impuestas por las limitaciones económicas, sociales y de lejanía geográfica de
nuestro país, posibilitando el acceso a participar en el mundo global real en donde se interactúa
en inglés, e integrar el uso de este idioma como parte de la vida cotidiana.
Es fundamental que los profesores de idiomas extranjeros tengan una visión de cómo usar las
TICs como recurso pedagógico complementario al texto escolar para potenciar el ambiente
de enseñanza-aprendizaje, explotando al máximo su potencial en actividades pedagógicas
auténticas, con un propósito significativo para los estudiantes, que les permitan aprender y
usar el idioma en un contexto real, más allá de las fronteras de la sala de clases.
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¿Confusos y peligrosos?
Textos educativos para la pantalla
y medios educativos digitales
Susanne V. Knudsen
Pero también se escuchan voces de alarma en relación con el uso de medios digitales por
parte de niños y adolescentes. Afirman que la práctica de conversar a través de la Internet
y el uso frecuente del teléfono celular para enviar mensajes de texto (práctica que se ha
expandido como un incendio fuera de control en Escandinavia), causan que las generaciones
jóvenes presenten serias deficiencias en ortografía; afirmando además, que los niños y ado-
lescentes no son capaces de desarrollar actitudes críticas en relación con la gran cantidad de
información que reciben cuando navegan como mariposas en el mundo de Google, Yahoo y
Jubii. El hecho es que no disponen de los medios para distinguir la diferencia entre mentiras
y verdades y por lo tanto, ingieren toda la información tal y como les llega.
Sin embargo, estos textos interactivos no son sinónimos de pedagogía moderna –en este
caso, visiones modernas acerca de cómo enseñar literatura–. Al igual que muchos otros
¿Confusos y peligrosos? Textos educativos para la pantalla ... 105
105
textos educativos interactivos en formato digital, el Quiz sobre H.C. Andersen aplica la teoría
del aprendizaje basado en un comportamiento determinado por el estímulo y la respuesta
a dicho estímulo, generando preguntas en las que las respuestas pueden ser verdadero o
falso. Citaré aquí a dos investigadores noruegos de los medios, quienes dicen: “Francamen-
te hablando, el software educacional por lo general representa un paso adelante en lo que
respecta a la tecnología utilizada, pero dos pasos atrás en lo que se refiere a pedagogía”
(Schwebs y Otnes, 2002, p.98, mi traducción).
En este caso, bien pudiera haber sido reemplazado por el libro de texto mismo o una
fotocopia.
3. Como una función independiente en la que hay espacio para el uso de hipertextos, in-
teractividad y medios múltiples. Estos por lo general son elementos típicos en los trabajos
de proyecto, pero también pueden usarse en geografía, especialmente si utiliza la reciente
innovación de la Internet, Google Earth. No hay manera que el libro de texto pueda competir
con Google Earth.
1. Colegio A
Hay una sala de computación con aproximadamente 15 computadores que deben cubrir las
necesidades de 25-30 alumnos en un colegio con entre 500 y 750 alumnos. El profesor debe
solicitar el uso de la sala con tres meses de anticipación. Esta era la situación de una escuela
rural diversificada en Dinamarca, en la que observé tres clases de 8º grado con estudiantes
de 14 años, durante la primavera de 2005.
2. Colegio B
Los corredores se utilizan, ellos están amoblados con escritorios computacionales los cuales
pueden ser utilizados por grupos de distintos cursos. En una pequeña ciudad provincial de
Noruega observé cómo tres clases de 8° grado utilizaban los computadores en un colegio
secundario, en la primavera del 2005 (alrededor de 75 estudiantes).
Los computadores eran utilizados durante los recreos, momento en el cual algunos estudiantes
navegaban en la Internet. También los utilizaban cuando los estudiantes tenían períodos de
trabajo independiente, cuando algunos de ellos se preparaban para un examen de ciencias
naturales y para responder preguntas que les habían sido asignadas por el profesor de religión.
Sin embargo, no se los usaba durante períodos específicos para materias específicas y no se
los utilizaba para buscar información. No se los usaba para la enseñanza de matemáticas o
la resolución de problemas matemáticos y no estaban siendo utilizados en temas prácticos,
creativos y estéticos.
3. Colegio C
Hasta ahora, he observado los ejemplos más avanzados de salas de clases y lugares de en-
señanza en un colegio danés diversificado en la capital, Copenhague. En años recientes, las
salas de clases y corredores de los colegios han sido reconstruidos de manera de obtener una
mayor y mejor utilización del espacio. En agosto de 2005 me encontraba observando una clase
en el grupo del 7º año, y una clase en el grupo del 8º año. Había cinco computadores en cada
una de sus salas de clase, uno de ellos cerca del escritorio del profesor. En una sala de clase,
¿Confusos y peligrosos? Textos educativos para la pantalla ... 107
el computador del profesor estaba conectado a un proyector, el cual hacía posible mostrar a
los estudiantes cómo maniobrar cuando comenzaban a realizar las tareas que él les asignaba.
Además de estos computadores, había otros 15 en un corredor que era utilizado por ambas
clases, y salas más pequeñas que tenían entre 2 y 4 computadores disponibles. Y además
de aquellos, había 11 computadores adheridos a las paredes. Los estudiantes tenían plena
libertad de movimiento cuando se les asignaban tareas individuales o de grupo, y los grupos
de otros años podían utilizar los computadores en el corredor y en las salas más pequeñas.
Obviamente, el colegio C contaba con las condiciones más favorables para crear diálogos o
interactividad entre los estudiantes y los medios digitales.
En la clase de estudiantes del 7º grado que pude observar, los estudiantes estaban haciendo
preparativos para una semana dedicada a trabajar con el tema asignado: “Riqueza”. Se pidió
a los alumnos que encontraran toda la información pertinente en la Internet. Cada estudiante
debía encontrar un artículo y preparar un resumen a ser presentado oralmente a la clase.
El profesor recomendó el sitio web del colegio y los sitios web de los principales diarios,
utilizando Yahoo o Jubii.
Estos profesores, un hombre y una mujer, sabían cómo manejar un computador, pero no
a un alto nivel. Sin embargo, incluso esto constituye un avance de los años 90 -en que los
estudiantes enseñaban a los profesores a utilizar los computadores- hasta hoy, en que los
profesores pueden explicar a los estudiantes cómo utilizar los computadores.
Importancia de los estudiantes, con ejemplos tomados del octavo y séptimo grado del
colegio C.
A los estudiantes de 8º grado se les demanda trabajar con la novela interactuando con la
computadora, en la búsqueda de información en la Internet. Un grupo se reúne alrededor
de las computadoras en el corredor. Un niño está sentado frente a la pantalla controlando el
teclado. A su lado hay dos niñas, y dos niños están detrás de él.
El niño junto al teclado dice: “¿Qué creen ustedes que debemos hacer, por dónde debemos
entrar?”, y navega un poco utilizando Google. Uno de los niños se hace cargo del mouse, no
sabe cómo utilizar Google y va donde otro grupo para ver cómo resuelven la tarea. Cuando
108 Susanne V. Knudsen
han discurrido sobre cómo avanzar, una de las niñas imprime una página, diciendo: “Para
recordar qué hacer”. Pero el grupo no ha logrado avanzar desde esta posición: han olvidado
o no desean ingresar al sitio que les ha recomendado el profesor y en el cual, se les ha dicho,
podrán encontrar la información concerniente al contexto histórico y a las pinturas relacio-
nadas con la novela, así como información acerca de la novela misma.
4º niño a 2º niño (inclinándose sobre él): “¿Estás escribiendo sobre las espadas
y lanzas también?”.
Pasado cierto tiempo en su proceso, el quinto miembro del grupo -una niña- entra en la sala y
se acerca a los niños con un libro acerca de su tema, que ha sacado de la biblioteca. No logra
establecer contacto con los niños, de modo que se dirige al computador del profesor.
Cuando los niños comienzan a contestar su ejercicio, cada uno escribe su interpretación de
lo que leyeron en el sitio web. Todos lo hacen de la misma manera. Primero cortan cuatro
o cinco líneas de texto de la red y las pegan en un documento Word. Luego, reformulan las
palabras usando su forma personal de expresarse.
En el séptimo grado, hay algunas niñas en la sala de clase que están ocupando un computador
cada una. Tres niñas -probablemente amigas- se sientan juntas. Están tratando de ingresar
al portal del colegio; obviamente no se han dado cuenta de las dificultades experimentadas
por el profesor para ingresar al sitio. Eventualmente, se ven forzadas a admitir que el sitio no
está en funcionamiento. Se supone que los estudiantes deben realizar el ejercicio individual-
mente, pero parecen no haber escuchado las instrucciones del profesor. Al sentarse frente a
los computadores, una de las niñas pregunta al profesor si se supone que deben cooperar:
¿Confusos y peligrosos? Textos educativos para la pantalla ... 109
“No” responde el profesor, “el ejercicio debe realizarse individualmente”. La niña pregunta:
“¿Individualmente?”. (A continuación me referiré a esta niña como la “niña 1”.)
Niña 1: “Kurt” (nombre del profesor) “deme mi hoja de papel con su nombre de
usuario”.
Niña 1 a niña 3: “¿Dónde debo navegar?”, “¿cuál botón debo presionar?”. (Golpea
el piso con el pie mientras le canta a la niña 3). “¿Dónde hago clic, dónde hago clic,
Numse?”.
Las tres niñas están sentadas en diferentes computadores e intentan distintas opciones, man-
teniendo la conversación. Cuando una de las niñas encuentra en un periódico un artículo que
viene al caso, otra niña va a su computador y presiona el botón “volver” para saber cómo se
encontró el artículo. Imprimen tres copias del artículo pero tienen dificultad en concentrarse
Durante la siguiente reunión plenaria, el profesor le pide a la niña 1 que inicie la discusión
informando a la clase lo que ha encontrado. Mientras se balancea en su silla y masca papel,
dice: “muy poco en realidad, solamente tomará un minuto”. El profesor la interrumpe diciendo:
“No es aceptable. Estás balanceándote en la silla. Te vas a caer”. Entonces ella comienza a
leer el artículo. El profesor la detiene con las siguientes palabras: “¿Entiendes el contenido
de lo que estás leyendo? No es aceptable: ¿qué es lo que tienes en la boca? No se supone
que debas leer en voz alta el artículo”. Luego pregunta a los otros estudiantes, uno por uno,
pero nadie es capaz de recordar alguna información útil.
Por lo tanto, el profesor concluye que la tarea de búsqueda de información en la Internet acerca
del tema “Riqueza” fue más difícil de lo que anticipó. Los insta a no utilizar Google, porque
van a recibir más información de la que pueden manejar. Concluye con estas palabras: “El
asunto es tratar de entender cómo buscar información, y debemos seguir practicando”.
He dado ejemplos que no revelan que la computadora inhibe un gran potencial para aprender.
Mi intención ha sido enfatizar la necesidad de educar, de actualizar, de recibir entrenamiento
adicional, e investigar la manera de usar medios digitales y libros de texto independiente-
mente, pero, más importante, en diálogo entre sí.
Los medios digitales en los colegios pueden hacer muy confuso el proceso de enseñar, incluso
demasiado confuso. Aunque la confusión es una parte necesaria de la educación moderna
para entender la dinámica, lo siempre cambiante, lo infinito y lo impredecible; esto es lo que
ofrecen los medios digitales y esto va mucho más allá de dar vuelta las páginas de un libro
de texto. Los medios digitales en el colegio pueden parecer peligrosos en el sentido de que
110 Susanne V. Knudsen
los estudiantes obtienen acceso a mucha más información de la que pueden manejar, y son
incapaces de ordenarla y sistematizarla. La visibilidad de la estructura de los libros de textos
es claramente preferible en estos casos.
¿Cómo podemos abarcar todas las posibles maneras de crear significado cuando se está
utilizando medios digitales en los colegios?
¿Cómo podemos descomponer (o desglosar) el error de concepto de que los medios digitales
deben verse como suplementarios al libro de texto, o lo opuesto, que el libro de texto debe
verse como suplementario al medio digital?
• Observar cómo los profesores y estudiantes usan los medios digitales en los colegios
• Observar y cuestionar el significado del contexto: de qué manera utilizan los colegios
la superficie de piso disponible, sus salas de clase, los salones y corredores; cómo
ampliar el radio de acción de los alumnos en lugar de encerrar 25-30 estudiantes
dentro de los límites de una sala de clase.
Conclusiones
Existen cursos TIC para profesores y para la capacitación de profesores en los países es-
candinavos. Pero lo que discutimos es aún un campo relativamente reciente en términos de
enseñanza e investigación, que requiere detallar no solamente su componente tecnológico
(cómo utilizar los elementos técnicos), sino las posibilidades comunicativas y pedagógicas
de los textos educativos en pantalla y los medios educativos digitales.
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112
M ediciones como PISA 2000 muestran que los adolescentes chilenos no interpretan
correctamente la información presentada en textos escritos, mapas y gráficos.
Esta es una de las evidencias documentadas. En su conjunto, dichos resultados
han conducido a un juicio experto del tipo: “Nuestros adolescentes tienen un bajo desarrollo
de competencias para la vida en el área de Lenguaje y Comunicación”.
Los ambientes virtuales generados por la revolución de las TICs desafían la pertinencia
del texto escrito como indicador de competencias relevantes. El golpe es acusado por las
editoriales, las cuales se lanzan a producir textos escolares cuyas páginas intentan simular
características de las páginas Web. Como estas últimas simulan páginas de texto, la situación
adquiere ribetes de hiper-realismo: el objeto real se somete a la simulación. El resultado no
deja de ser paradójico: textos escolares que simulan ser páginas Web… sin interactividad.
Los interesados en el desarrollo de estos puntos pueden consultar Boden (1995). Lo que nos
interesa destacar es que la tecnología informática apunta a reproducir procesos cognitivos
humanos. Ello explica su rápida adopción y consumo incluso por personas con una bajísima
alfabetización. Sin embargo, para que las máquinas simulen formas de pensar humanas se
requiere de lenguajes de programación orientados a ese objetivo.
Por otro lado, la recursividad es una estrategia de la mente para resolver el problema de manejar
Para los efectos de nuestra presentación queremos destacar que todo mundo virtual propio
de un juego de computadora es una estructura modularizada y recursiva, es decir, organizada
de acuerdo al modo como trabaja la mente. Por el contrario, la experiencia del texto escrito
que proporciona la escuela, oculta esos aspectos básicos a la experiencia de nuestros niños
y adolescentes. En la escuela el texto se transforma en una caja negra que se observa pero
que no se manipula. Así, por ejemplo, los poetas son vistos como seres hipersensibles, no
como máquinas productoras de metáforas. Sin embargo, el ser humano está diseñado para
operar con procedimientos (reales o virtuales) recursivos que producen sistemas operativos.
El texto escrito de la escuela no es concebido, por la “Razón Curricular”, como un sistema en
funcionamiento. Más bien aparece como un ente mágico digno de ser reverenciado. ¿Podrá
sorprendernos que nuestros adolescentes no se identifiquen con la poesía adolescente de
Neruda y sí con los relatos de mundos virtuales como Final Fantasy?
Bibliografía
Boden, M. Mente Creativa: mitos y mecanismos. MINEDUC. Estudio PISA 2000. Mineduc, 2004.
GEDISA, 1994. Reggini, H. Alas para la mente. Galápagos, 1985.
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Harvey, B. Symbolic Computing. MIT Press, 1997.
3
DESARROLLO PROFESIONAL
DOCENTE A TRAVÉS DEL
TEXTO ESCOLAR
116
Colaboradores
Bente Aamotsbakken, Profesora, Dr. Philos. Profesora de Ciencias en el Vestfold University College,
Noruega. Actualmente líder de dos proyectos financiados por el Norwegian Research Council por el
periodo 2006 - 2009. Intereses de Investigación: textos pedagógicos y nuevos medias. También ha
hecho investigación en Ciencia literaria durante los últimos años.
María Cristina Rinaudo es Doctora en Ciencias de la Educación y profesora titular en las cátedras
de Didáctica y de Psicología Educacional, en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad
Nacional de Río Cuarto (Córdoba, Argentina). Sus investigaciones han estado orientadas hacia la
comprensión de textos escritos, área en la que ha publicado numerosos artículos y dictado cursos
en diversas universidades de Argentina, Latinoamérica y España.
Jan van den Akker es Director del Netherlands Institute for Curriculum Developement (SLO). Profesor
de Diseño e Implementación Curricular en la Facultad de Behavorial Sciences, Universidad de Twente,
Enschede, Holanda. Sus intereses de investigación se enfocan en el cruce del desarrollo curricular,
docente y escolar.
117
Capacitación docente
en el uso de libros de texto
Bente Aamotsbakken
E n muchos países se presta poca atención a los libros de texto. Existen como parte de
la literatura común, tradicionalmente utilizada por los estudiantes y sus profesores,
pero no son considerados lo suficientemente importantes como para ameritar una
evaluación más cuidadosa. La literatura de ficción se critica y analiza en diarios y publica-
ciones periódicas, pero rara vez se evalúa o discute seriamente sobre los nuevos textos de
estudio publicados. Por lo tanto, podemos considerar a los libros de texto como un tipo de
literatura de un interés relativamente menor para el público. Esta situación constituye una
paradoja, ya que los textos de estudio son el tipo de literatura con la cual la mayor parte de
los individuos entra en contacto durante sus años de formación escolar, lo que implica que
éstos, junto a los demás materiales de estudio son de gran importancia para la creación de
identidad y las posibilidades de identificación.
En Noruega, varios periódicos de circulación nacional han evaluado libros de texto en años
recientes. Este año parece ser que la evaluación se ha institucionalizado. Sin embargo, estas
valoraciones se caracterizan por tener extremas limitaciones de espacio y por una tendencia
Tema 3 Desarrollo profesional docente a través
Para los profesores dependientes de una segunda opinión acerca del flujo de libros de textos que
del texto escolar
se edita año a año, resulta difícil atenerse a lo que dicen las críticas. Frecuentemente, los libros de
texto son elegidos hacia el final del período escolar, cuando el trabajo es más intenso. No hay tiempo
suficiente para evaluar y comparar los textos antes de que se tomen las decisiones. Esto es lamen-
table, ya que puede coadyuvar a que los libros de texto resulten insuficientes o inadecuados.
Con el fin de que los estudiantes y futuros profesores tomen conciencia de la importancia de
contar con libros de textos adecuados, Vestfold University College, en Noruega, ha introducido
el tema en un curso titulado “El conocimiento y los medios educativos”, dictado en lengua
materna. La intención es desarrollar este tema e integrarlo como un componente natural en la
118 Bente Aamotsbakken
mayoría de los cursos ofrecidos a los estudiantes en las facultades de formación de profesores.
Es necesario que todos los docentes tengan una mayor conciencia acerca de la calidad de los
libros de texto y demás material de aprendizaje. El uso de textos de estudio es una práctica
común a los docentes, por lo tanto, es urgente prestar una mayor atención al tema.
Otra explicación para los vínculos entre profesor y texto puede encontrarse en la calidad del
propio libro. Muchos textos ofrecen una gran variedad de ejercicios y tareas para los estu-
diantes y, además, están diseñados de una manera compleja, pudiendo por tanto, aportar
a satisfacer una gran cantidad de necesidades y expectativas a través de sus páginas. Por
esta razón, el profesor puede encontrar libros de texto con componentes de gran utilidad. La
mayoría de los profesores entrevistados en los proyectos mencionados hacía uso de los libros
de texto en combinación con material de aprendizaje propio. Tal práctica revela creatividad
e innovación en relación con el material de aprendizaje.
Los contenidos de la tabla revelan que, como objeto, el libro de texto es vital en muchas salas
1 El primer proyecto debía durar tres años y el informe de conclusión es: Dagrun Skjelbred (2002): Valg, vurdering og kvalitet-
sutvikling av lærebøker og andre læremidler. Sluttrapport. Tønsberg: Vestfold University College. Rapport 12/2003 (Selección,
evaluación y desarrollo cualitativo de libros de textos y otros materiales de aprendizaje. Informe en conclusión).
El segundo proyecto fue resumido en este informe: Dagrun Skjelbred & Bente Aamotsbakken (2003): Det flerkulturelle
perspektivet i lærebøker og andre læremidler. Tønsberg: Vestfold University College. Rapport nr. 14 (El punto de vista multi-
culturalista en los libros de texto y demás material educativo).
El tercer y cuarto proyecto han dado como resultado los siguientes informes: Dagrun Skjelbred, Trine Solstad & Bente
Aamotsbakken (2005): Kartlegging av læremidler og læremiddelpraksis. Tønsberg: Vestfold University College (Cartografía
y práctica en el uso de medios educativos), y Bente Aamotsbakken, Norunn Askeland, Eva Maagerø, Dagrun Skjelbred &
Anne Charlotte Torvatn (2005): Vurdering av læremidler med fokus på flerkulturelt perspektiv. Tønsberg: Vestfold University
College (Evaluación de material pedagógico con un enfoque en perspectivas multiculturalistas).
Capacitación docente en el uso de libros de texto 119
de clase de Noruega y que el material de aprendizaje adicional utilizado parece más bien
tradicional. Es notable que los profesores entrevistados no parezcan haberse beneficiado
de los recursos de la red Internet. Los colegios que visitamos tenían pleno acceso a equipo
TIC y conectividad a la Internet. La explicación para este fenómeno puede estar oculta en las
respuestas dadas en relación con otros medios educacionales.
Las investigaciones a las que me he referido también han revelado que la dependencia res-
pecto de los textos de estudio parece ser más alta en colegios secundarios que en los niveles
inferiores de la educación primaria. Esto puede explicarse por el hecho de que los profesores
de educación secundaria deben enseñar a un número mayor de estudiantes por curso que
los profesores en los grados inferiores. Por lo tanto, los profesores de colegios secundarios
tienen que realizar una mayor preparación, lo que explicaría que necesiten de un mayor apoyo
en el libro de texto. Pero puede haber otras razones. Las visitas a los colegios participantes de
los proyectos mostraron una gran variedad en lo que a estructuras y equipamiento de salas
de clase y a soluciones arquitectónicas -tanto al interior como el exterior de los edificios-, se
refiere. Una visita a una clase y a su profesor en el primer grado de educación primaria reveló,
por ejemplo, que casi no se utilizaban los libros de texto. En aquella clase, los profesores ha-
Tema 3 Desarrollo profesional docente a través
bían desarrollado su propio material didáctico, el cual se utilizaba frecuentemente afuera del
edificio del colegio. Se permitía a los alumnos construir recursos educacionales alternativos en
materias como ciencias naturales y matemáticas en el colegio. Por otra parte, el colegio mismo
estaba construido sin la regularidad de las salas de clase que pueden verse en la mayoría de
del texto escolar
los establecimientos. Aquí, los alumnos se reunían en salas mucho más grandes, con muros
de vidrio transparentes que ofrecían una vista a la biblioteca y otras salas con computadores,
juguetes y muebles de diseño contemporáneo. Como investigadores, al ingresar a este colegio
experimentamos una atmósfera mucho más calmada y relajada que en los colegios vecinos.
Nuestras breves visitas no pueden ofrecer una descripción confiable de la vida cotidiana en
dicho colegio, pero daba una impresión de una dinámica extraordinaria.
Un ejemplo como esta visita a una clase de primer grado en esta escuela primaria puede hacer
sospechar que el uso frecuente del texto de estudio es un valor negativo. Pero los libros de
120 Bente Aamotsbakken
texto y demás medios educacionales pueden utilizarse de manera creativa e innovadora. Como
profesor, usted puede entrenar a sus alumnos a pensar de manera crítica acerca de los libros
de textos y demás literatura. Puede hacer preguntas como: “¿Es este el único punto de vista a
destacar en esta materia?” o “¿Se han olvidado otros aspectos en este texto?”. Por cierto que
la reflexión crítica es más fácil de desarrollar en las clases más avanzadas que en los cursos
inferiores, pero los textos educativos constituyen una herramienta básica para tal reflexión en
muchos niveles de escolaridad. Asimismo, los alumnos pueden verse estimulados a reemplazar
un libro de texto por otro o, alternativamente, por una versión mejorada. El ejemplo anterior,
con los alumnos de primer grado participando en la construcción de su material de aprendizaje
o medios pedagógicos, puede considerarse como un primer intento en esta dirección.
En el tema del “Conocimiento de los medios educativos”, Vestfold University College ha intro-
ducido una idea de conciencia crítica respecto del significado de los libros de texto y medios
educativos. Se presenta a los estudiantes varias maneras de escribir textos dentro de los marcos
del formato corriente de un libro educativo. Se los entrena para analizar secuencias de textos,
páginas web u otros componentes pertenecientes a un libro de texto. También se los hace tomar
conciencia de lo que constituye un buen libro desde el punto de vista cualitativo, y cuándo se
considera que no funciona bien. Esta tarea tiene mucho que ver con lingüística y semiótica.
Se analiza el material visual utilizado en los libros de texto. Por otra parte, los alumnos deben
aprender a resolver problemas prácticos durante los períodos de práctica en colegios, los cua-
les pueden consistir en observaciones acerca del uso de los textos educativos, y entrevistas o
conversaciones con el profesor guía acerca de las ideas subyacentes al uso del libro de texto.
De esta manera, los estudiantes deberían tener una real posibilidad para desarrollar puntos
de vista críticos acerca de la producción, diseño y uso de textos de estudio.
Estudios comparativos sobre los libros de texto y su uso pueden constituir un tema de interés
cuando los estudiantes están cumpliendo sus diferentes tareas y también en los exámenes finales
en el curso de formación para profesores. La comparación de libros de texto en términos de su
presentación, claridad de objetivos y transparencia puede servir como posible documento para
los exámenes finales. La idea de los estudios comparativos frecuentemente se enfoca, también,
sobre proyectos de investigación que dicen relación con libros de textos y medios educativos.
Bibliografía
Skjelbred, Dagrun. 2002: Valg, vurdering og kval- Skjelbred, Dagrun, Trine Solstad y Bente Aamotsbakken.
itetsutvikling av lærebøker og andre læremidler. 2005: Kartlegging av læremidler og læremiddelpraksis.
Sluttrapport. Tønsberg: Vestfold University College. Tønsberg: Vestfold University College (Cartografía y
Rapport 12/2002. (Selección, evaluación y desarrollo práctica en el uso de medios educativos).
cualitativo de libros de textos y otros materiales de
aprendizaje. Informe en conclusión). Aamotsbakken, Bente, Norunn Askeland, Eva
Maagerø, Dagrun Skjelbred y Anne Charlotte Tor-
Skjelbred, Dagrun y Bente Aamotsbakken. 2003. vatn. 2005: Vurdering av læremidler med fokus på
Det flerkulturelle perspektivet i lærebøker og andre flerkulturelt perspektiv. Tønsberg: Vestfold University
læremidler. Tønsberg: Vestfold University College. College (Evaluación de material pedagógico con un
Rapport nr. 14 (El punto de vista multiculturalista en enfoque en perspectivas multiculturalistas).
los libros de texto y demás material educativo).
121
La decisión de hablar sobre los textos escolares en el marco de la formación y del perfecciona-
miento docente obedece al convencimiento de que éste es un camino promisorio para avanzar
hacia las metas de proporcionar más y mejor educación en los distintos niveles y ámbitos en
los que se concretan acciones pedagógicas. La ponencia que desarrollaré tomará dos líneas
Tema 3 Desarrollo profesional docente a través
perfeccionamiento docente.
Un supuesto que entrelaza ambos planteos es que los planes tendientes a mejorar la calidad de
los textos escolares y la calidad de su uso dentro de las clases se definirán mejor si los podemos
avalar por un amplio conocimiento del campo de los estudios en lectura. Creo que las decisiones
que llevan a adoptar uno u otro texto, una u otra actividad de lectura, deben apoyarse en el
mejor conocimiento disponible acerca de la naturaleza y sentido de la alfabetización.
Algunos sostienen que deberíamos haber aprendido que los problemas complejos reclaman
soluciones complejas (…y recíprocamente, que las perspectivas restrictivas harán muy difícil
la obtención de avances significativos). Por estas mismas razones se entiende también que
ningún componente singular del proceso de lectura –no importa cuán básico éste sea– puede
responder de manera acabada y efectiva las diversas y complejas necesidades de cada lector
(Alexander y Buehl, 1999). Trasladado al problema que hoy nos reúne, podríamos decir que
atender al problema de los textos con independencia, por ejemplo, de lo que ocurre en los
contextos familiares o escolares, no sería el mejor camino. Los profesores siguen siendo factores
claves para el éxito de una práctica instructiva, en tanto son ellos quienes constantemente
valoran y ajustan la enseñanza a las fuerzas y necesidades de los estudiantes.
En los últimos años, los estudios sobre la lectura produjeron avances significativos tanto
en lo concerniente a los procesos básicos implícitos en el acto de leer, como en los aun más
complejos procesos ligados a su enseñanza. Aunque queda mucho por conocer, hay también
mucho conocimiento disponible que puede ayudarnos a establecer mejores contextos para
el logro de las metas de alfabetización. Por otra parte, si bien es cierto que durante muchos
años las producciones del campo de la investigación en lectura estuvieron algo alejadas de
los problemas que se presentan en la enseñanza, también lo es que los investigadores fue-
ron conscientes de ese desvío y que se han realizado muchos esfuerzos serios por cambiar
el rumbo y proporcionar mejores respuestas. Algunos campos antes descuidados como la
lectura en el área de diferentes disciplinas (es decir, la lectura de textos de Matemática, de
textos de Biología, de textos de Historia) empiezan a cobrar relevancia a tal punto, que se
habla ahora, por ejemplo, no sólo de aprender Ciencia a partir de la lectura de textos escolares
específicos, sino también de aprender a leer mejor a partir de las lecturas de libros sobre
Ciencias (Magnusson y Palincsar, 2004). Estos estudios, como los que conforman la amplia
línea orientada a describir y enseñar estrategias de lectura para favorecer los aprendizajes,
están proporcionado resultados útiles para orientar las prácticas pedagógicas.
Sin embargo, vale la pena preguntarnos, ¿cómo llegan las producciones de este campo a los
futuros educadores?, ¿de qué manera se trasmiten?, ¿en qué tipos de contextos? Esto es de
interés porque las imágenes que nos devuelven las investigaciones sobre los textos, sobre su
uso en clase, dejan en evidencia que mucho de ese conocimiento no se integra efectivamente
en las prácticas cotidianas de clase (Ford, 2004; Rinaudo, 1994; Rinaudo y Galvalisi, 1998,
2002). Pasemos, entonces, a analizar los dos temas prometidos.
veces las preguntas que planteaba Ferreiro (1998) en uno de sus escritos, como ejemplo de
lúcidas interrogantes que pueden seguir a esta nueva forma de entender la alfabetización;
las transcribo una vez más:
del texto escolar
Estas preguntas tienen relevancia porque el interés por estudiar las habilidades que se po-
nen en juego en los procesos de lectura y escritura no siempre estuvo acompañado de uno
similar por conocer cuál es el sentido de la alfabetización y qué implicancias tiene en la vida
124 María Cristina Rinaudo
de las personas. Por el contrario, “las nuevas concepciones sobre lectura sugieren la idea
de que sentirse alfabetizado va más allá de saber que uno es capaz de reconocer y recrear
palabras, sonidos y letras. Hay un sentido más profundo de alfabetización que se liga a las
representaciones que las personas construyen acerca de sí mismas, de sus posibilidades
de relacionarse con otras personas mediante actos de lenguaje y de mantener una armonía
dentro del mundo en que se vive” (Rinaudo, 2006, en prensa).
Desde una perspectiva pedagógica, interrogarse acerca de los modos en que podemos ayudar
a los alumnos a forjar estas identidades debe de conducir a enfocar de manera diferente la
selección de los textos y las prácticas de lectura. Si enseñar a leer forma parte de un proceso
de apoyo a la formación de individuos tolerantes, deberemos atender al modo en que los
textos y las tareas que proponemos presentan, tratan y valoran los problemas de tolerancia;
si enseñar a leer forma parte de un proceso de apoyar la formación de individuos capaces
de contribuir creativa y solidariamente en la identificación y solución de problemas sociales,
deberemos atender al modo en que los textos y las tareas que proponemos presentan, tratan
y valoran la diversidad y los conflictos sociales.
Pienso que estos cambios en las concepciones de lectura, abren el camino a la consideración de
tópicos que no han hallado aún su lugar en los currículos de formación docente. Los estudios
relativos al papel de la lectura en diferentes etapas de la vida, diferentes tipos de respuesta
a la lectura de obras de ficción, alfabetización en el seno de las familias, incidencia de la
motivación y conocimientos previos del lector, estrategias de aprendizaje, diversos modos
de organizar el currículo, integración de las distintas áreas que estudian el lenguaje en torno
de la lectura de obras literarias, integración de las prácticas de lectura en la escuela con la
lectura en los contextos familiares, entre otras, constituyen líneas de trabajo prometedoras
a las que sería bueno prestar mayor atención.
¿De qué manera se modifica y amplía la noción de texto en estas nuevas perspectivas?
Veámoslo a través de la definición que se presenta en una de las revisiones mencionadas:
“(Los) Textos… son redes organizadas que la gente genera o usa para construir
significado, ya sea para ellos mismos o para los otros. Los textos pueden
ser formalizados y permanentes, reproducidos como libros o discursos... O
bien, pueden ser informales y efímeros –listas escritas o notas garabateadas
El conocimiento acerca de los textos escolares en la formación ... 125
Como se ve, la definición nos induce a considerar el papel de muchos textos a los que escasa-
mente prestábamos atención. Escritos de los alumnos –con diferentes grados de formalidad y
con diferentes propósitos–, guiones de clase y guías de trabajo elaboradas por los docentes,
textos leídos o generados en interacción con las nuevas tecnologías de la comunicación, notas
tomadas por los alumnos durante las exposiciones del profesor, revistas de humor, artículos
de divulgación, textos orales o escritos que circulan en las familias, dramatizaciones, películas
y canciones, comparten ahora, en forma legítima, un espacio con los textos escolares y las
obras de referencia y consulta tradicionalmente valorados.
Ahora bien, estos cambios en las ideas acerca de los textos escolares, cambian también las
ideas acerca de lo que cuenta como aprendizaje. Al ampliar el concepto de texto se amplía
también la gama de conocimientos a los que se dará entrada en la escuela. Wade y Moje
(2000) argumentan, con mucho criterio, que el nivel de formalidad o permanencia de un texto
no disminuye su posibilidad de constituirse en medio para la construcción de significados,
ni tampoco las posibilidades de que sea relacionado con otros tipos de textos más o menos
formales. Bien utilizados, estos textos pueden ser auxiliares valiosos para la comprensión
de los textos escolares y para aprender a partir de su lectura.
A modo de cierre de esta sección, añadiría que los aspectos revisados no nos eximen de un
estudio pormenorizado acerca de los criterios puntuales que deben seguirse para examinar
la calidad de los textos escolares. Es importante que quien elige un texto conozca los crite-
rios y orientaciones que pueden guiarlo en esa tarea; contamos con trabajos relevantes en
ese sentido y el programa de este congreso incluye ese tópico entre sus temas centrales. La
intención aquí fue mostrar que ese conocimiento debe integrarse con los nuevos aportes que
provienen desde el campo de la investigación en lectura, ampliamente considerado.
Tema 3 Desarrollo profesional docente a través
cabo. En este sentido, hay estudios donde se sugiere que las dificultades o retrasos en la incor-
poración del conocimiento de teorías o resultados de la investigación educativa en las prácticas
pedagógicas tienen que ver con la naturaleza de las relaciones entre los miembros de ambos
grupos -docentes e investigadores- (Rinaudo y Donolo, 1999). Cuando estos vínculos se entien-
den bajo lo que podríamos llamar una lógica aplicacionista, lo usual es tratar que los docentes
apliquen de manera ajustada prescripciones generadas en el ámbito de la investigación.
126 María Cristina Rinaudo
Un modo diferente de entender esos vínculos fue presentado en un trabajo de Corno y Randi
(1997) sobre motivación, voluntad e innovación. Fue en ese artículo donde leí por primera
vez acerca de las innovaciones cooperativas; un proceso donde profesores e investigadores
trabajan juntos en el diseño, implementación, documentación y evaluación de nuevos modos
de enseñanza. Se trata de reunir las fortalezas del conocimiento derivado principalmente
de la investigación con aquellas que caracterizan al conocimiento derivado de la práctica;
docentes e investigadores aportarían experiencias singulares pero igualmente necesarias en
la elaboración de nuevos diseños para la enseñanza. Así:
Pienso que es ése el tipo de contextos que deberíamos tratar de crear para el diseño e imple-
mentación de los planes de perfeccionamiento docente. Naturalmente, ello no implica solo
conquistar la voluntad de docentes e investigadores, sino también lograr los avales políticos
que permitan sostener este tipo de trabajo en el tiempo.
Unas palabras más para expresar que no veo en los planteos que he propuesto una nueva
panacea; se trata de ideas que parecen fértiles para pensar acerca de contenidos y contextos
propicios para la formación. Quisiera que ellas resultasen útiles para quienes han tomado
a su cargo el trabajo de mejorar la calidad de los textos y de su uso dentro de las clases y,
de ese modo, nos acerquen a las metas que soñó Mabel en su amplia y productiva tarea en
pos de la alfabetización.
El conocimiento acerca de los textos escolares en la formación ... 127
Bibliografía
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III, pp. 691-718). Mahwah: Erlbaum. Erlbaum.
E n este artículo recogemos algunas razones que pueden ayudar a entender la nece-
sidad de que desde los diferentes colectivos e instituciones se potencie y favorezca
el que los profesores elaboren o adapten sus propios recursos. En este sentido, no
me atrevería a decir que la elaboración de los materiales por los propios profesores sea en
estos momentos la alternativa a los libros de texto, pero sí una de la preocupaciones, junto
con otras, que debe tener un gobierno, sobre todo al momento de tomar decisiones sobre
los recursos. Conviene plantear la posibilidad de que los docentes que estén interesados o
tengan posibilidades de elaborar sus materiales, puedan contar con el apoyo y los recursos
suficientes para la elaboración de los mismos.
De igual manera, somos conscientes de que resulta difícil concebir una realidad educativa en
la cual se ha generalizado la producción de materiales por los propios profesores. Imaginar un
cambio del profesorado en esta cuestión, además de ser imposible, con toda probabilidad nos
llevaría a un claro desfase con la realidad. Es decir, pensar que nuestros profesores dedicarán
parte de su tiempo en los centros educativos a elaborar sus materiales, que rechazarán los
maravillosos y prácticos materiales que llegan de las editoriales, que se modificarán los proce-
sos de producción editorial, que dejaremos de seleccionar los materiales fundamentalmente
a través de las decisiones de las editoriales, que los profesores desaprovecharán la gratuidad
de los materiales que se les ofertan resulta, al menos a corto plazo, inverosímil. Pero no es
menos cierto que vivimos un momento de cierta crisis en los procesos de profesionalización
de los docentes y que todas las medidas que nos ayuden a recuperar este espacio de profe-
sionalización serán bien acogidas. Pensar en la idea de profesor productor de materiales se
encuentra muy en consonancia con la idea de profesor innovador, de profesional reflexivo
que se cuestiona su actividad, que no acepta sin más que los materiales lleguen definidos
desde el exterior y con la intención de imponer un modo de entender el currículum; lo que
supone pensar en un profesor constructor del currículum. Un profesorado que elabora ma-
teriales para el alumnado nos transmite la idea de personas inquietas y preocupadas por la
La elaboración de los materiales curriculares por los propios profesores... 129
calidad de la enseñanza, en la cual juegan un papel destacado los recursos en general, y los
materiales curriculares específicamente (Parcerisa, 1996:60).
Por otra parte, cuando planteamos la elaboración y adaptación de los materiales por los
propios docentes, nos encontramos ante la necesidad de reconsiderar y reconstruir los otros
componentes curriculares. Se trata de una posibilidad que supone analizar las característi-
cas que presentan los materiales, analizar cómo aparecen planteadas las funciones de los
materiales en los documentos de la reforma, conocer los modelos y guías de evaluación
que pueden ayudar a los profesores en la selección adecuada de los recursos, entre otras
cuestiones. La propuesta de elaboración de materiales por los propios profesores supone
no solo asumir al profesor como un profesional reflexivo, crítico, sino que implica, además,
tener presente la investigación sobre el tema, el papel de la universidad en estos procesos,
conocer y plantear estrategias de evaluación adecuadas que permitan la buena marcha del
proceso, ver en qué medida la elaboración y adaptación de los materiales puede constituir
una alternativa a los libros de texto, conocer las reacciones que tendrán lugar en el centro
educativo en relación con el tema, etcétera.
materiales que sirvan de ejemplo, etc. Asimismo, en los materiales elaborados por los propios
profesores se pueden introducir cambios en función de los propios intereses y necesidades
de los alumnos, dejando más pie a la improvisación y a la incorporación de nuevas ideas en
el contexto en el que se están empleando. De igual modo, la elaboración de los materiales
por los propios docentes presenta una posibilidad más efectiva para que dentro del aula
los recursos puedan adaptarse a las exigencias que algunas reformas educativas formulan:
aprendizaje significativo, responder a la diversidad, atender a las diferencias contextuales y
psicoevolutivas de los alumnos, etc. De igual manera, entre otras cosas, este proceso supo-
ne una adecuación a las exigencias de los diversos niveles que hay en una clase; genera un
espacio o una oportunidad importante de investigación-acción; permite contextualizar mejor
la enseñanza y atender a la diversidad; implica la ruptura de las fronteras entre el espacio
escolar y el espacio extraescolar (“por cuanto la diversificación de materiales exige, antes
o después, el uso de recursos y fuentes ajenos a la institución escolar” (Reyes Santana,
1998:240)); y facilita que puedan participar en el proceso profesores, padres, alumnos y
distintos profesionales.
En cuanto a las medidas que cabe adoptar, Reyes Santana (1998: 241) propone algunas
disposiciones institucionales que podrían contribuir a favorecer un cambio en la situación
actual en relación con los materiales curriculares y la investigación escolar: incluir la for-
mación en competencias relacionadas con la elaboración de materiales curriculares en la
formación inicial de los maestros y maestras (diseño, producción audiovisual, tipografía,
programación informática); promover la formación sobre el mismo tema en los cursos y
actividades de capacitación pedagógica para quienes pretenden acceder a la enseñanza
-por ejemplo, titulaciones directamente relacionadas con el tema-; entrenar al profesorado,
tanto en su formación inicial como posterior, en la evaluación de materiales y en el diseño
de instrumentos y protocolos propios para esta tarea; promover la justificación razonada
de las decisiones relativas a la selección de materiales curriculares; convocar actividades
de formación permanente e incluir en la formación inicial cuestiones relacionadas con la
investigación en y sobre la acción; promover debates sectoriales sobre la autonomía de los
centros y las concreciones e implicaciones de ésta; dotar a los centros de profesorado de
recursos mínimos para la elaboración de materiales propios y ofrecer a dichos centros los
La elaboración de los materiales curriculares por los propios profesores... 131
recursos destinados a la elaboración o replicación de materiales que, por su alto coste o nivel
de uso, no puedan poseer estas instituciones docentes.
Por otra parte, Gimeno (1995) plantea las siguientes estrategias que pueden ayudar a mejorar
la calidad de las decisiones con los materiales curriculares: clarificar la política curricular y,
especialmente, el control de la misma; financiación pública dirigida a fomentar productos
de calidad, asegurando su distribución entre los centros; la información y formación de los
consumidores y potenciación de la vertebración profesional. En todo este proceso, la admi-
nistración desempeña un papel muy importante ya que puede favorecer la innovación del
siguiente modo (Parcerisa, 1996:148):
• Estimular a las editoriales para que arriesguen más en innovación. Se podría plan-
tear un plan de trabajo conjunto entre las editoriales y la administración, de cara a
reflexionar en común y buscar vías alternativas de innovación (difusión institucional
de nuevos planteamientos para darlos a conocer a la opinión pública, premios u otro
tipo de apoyo público a las editoriales, etcétera).
Por otra parte, tanto si nos referimos a materiales curriculares elaborados por editoriales,
Tema 3 Desarrollo profesional docente a través
como por los propios profesores, estos reunirán una serie de requisitos: contener alternativas
que permitan atender a la diversidad y por lo tanto, a la adaptación a múltiples contextos
educativos; diversificar los recursos de tal manera que el profesor pueda disponer de más
de una única fuente de información; ofrecer la posibilidad de análisis y reflexión; recoger
del texto escolar
Para finalizar, podríamos decir que aunque somos conscientes de las dificultades que entraña
la elaboración de los materiales por los propios profesores, lo cierto es que alrededor de esta
propuesta también giran ciertos temores que son propios de cualquier intento de innovación
en los centros educativos. Desde luego, sí es cierto que elaborar los propios materiales resta
tiempo, que es necesario poseer formación sobre el tema para llevarlo a cabo adecuadamen-
te, que se necesita disposición en el centro para llevar a cabo este tipo de propuestas, que
supone una oposición en buena medida a las decisiones habituales que se toman en los
centros educativos, pero no es menos cierto que cualquier propuesta de innovación en un
centro educativo implica luchas y dificultades, y que cualquier intento de desestabilización
o de “incomodo” en dichos centros provoca frecuentemente malestar docente, pero,
“Los lugares por donde se nos llama son escarpados y peligrosos. ¿Y qué? ¿Se
llega a las alturas a pie llano? Y ni siquiera son tan abruptos como algunos creen.
Solamente la primera parte tiene rocas y piedras y apariencia de inviable, tal
como muchos caminos, que cuando se miran de lejos suelen parecer cortados
y tortuosos, porque la lejanía engaña a la vista, y después, cuando uno se
aproxima, las cosas, que el error de la vista había acumulado hasta hacerles
formar parte una sola imagen, se destacan poco a poco; entonces lo que se
les aparecía como precipicios debido a la distancia, se transforma en ligeras
pendientes” (L.A. Séneca: Diálogos, “Sobre la firmeza el sabio”).
La elaboración de los materiales curriculares por los propios profesores... 133
Bibliografía
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Beas, M. Libro de Texto y Construcción de Materiales de Huelva.
Curriculares. Granada: Proyecto Sur.
134
V iniendo desde una doble perspectiva curricular (tanto académica como de práctica
profesional), no puedo hacer otra cosa que considerar los libros de texto -el tema
general de este seminario- a través de la visión del desarrollo de planes de estudio.
Esto significa considerar a los textos de estudio como ejemplos parciales de las estructuras
curriculares y herramientas básicas potencialmente útiles, pero ciertamente no como objetos
para el aprendizaje por sí mismos. De hecho, mis puntos de vista en relación con los textos
de estudio son un tanto ambiguos. Pueden ser recursos eficientes para los profesores y sus
alumnos, pero también pueden crear una excesiva dependencia en los profesores, convir-
tiéndolos en esclavos de los textos de estudio. Cuando se realizan esfuerzos para introducir
cambios en los planes de estudio, los textos educacionales pueden transformarse más bien
en un problema que en una ayuda para el proceso de mejoramiento.
En mi país, Holanda, tenemos una política más bien descentralizada con limitadas estructuras
curriculares a nivel nacional. Los colegios y los profesores tienen mucha autonomía educacional,
lo que en principio apreciamos, pero también constituye un gran desafío para los profesionales.
Nuestro gobierno no cumple rol alguno en el desarrollo y distribución de los libros de texto.
Existe un libre mercado para editoriales especializadas en educación y en general se considera
que actúan profesionalmente, entregando libros de bastante buena calidad.
Para mí, el concepto currículum (esencialmente un plan para el aprendizaje) es bastante amplio
y cubre, entre otras cosas, el fenómeno de los libros de texto. Pero dado que el desarrollo de
los currículum es un planteamiento mucho más amplio que la producción de libros de texto, el
esclarecimiento de la perspectiva de un plan de estudio contribuye a que veamos los libros de
texto en una posición menos estática y aislada de la que frecuentemente percibimos.
Algunos aspectos de la perspectiva de un currículo (ver van den Akker, 2003, 2006):
Materiales pedagógicos ejemplares como catalizadores ... 135
del contenido pedagógico, a lo cual me referiré más adelante con mayor detalle);
• el desarrollo del colegio (apoyo continuo al desarrollo del profesor en un contexto
de colaboración); y
• el desarrollo de los procesos de evaluación (pruebas, exámenes).
Estas últimas observaciones destacan la importancia de considerar a los libros de texto desde
un punto de vista dinámico e integral. También es necesario combinar diversas perspectivas
debido a las posibles diferencias de enfoque para apreciar los diferentes problemas relativos
al currículum (incluyendo los textos):
Tema 3 Desarrollo profesional docente a través
• esencial, relacionada con la pregunta clásica relativa a los currículos: ¿qué se debería
aprender?
• técnico-profesional, relacionada con los métodos de desarrollo de los currículos;
• socio-política, referente a las influencias ejercidas por las diferentes partes interesadas.
del texto escolar
Estas tres perspectivas son también evidentemente importantes para el desarrollo, produc-
ción, selección y uso de los textos de estudio.
Muchas reformas de planes de estudio (especialmente las más ambiciosas) tienen implicancias
en tres dimensiones sobre el repertorio del profesor: estos no solamente deben abordar mate-
rias y programas diferentes, sino que por lo general también deben adaptar sus estrategias de
enseñanza (aprendiendo nuevas funciones y muchas veces olvidando otras), y finalmente, pero
no por esto menos importante, dichos cambios también tienen repercusiones en sus creencias,
actitudes y opinión respecto del tema que enseñan, sus alumnos y su propias funciones. Por
tal motivo, la mayoría de los cambios curriculares requiere una gran dedicación para reforzar
el “conocimiento del contenido pedagógico” de los profesores (Shulman, 1986).
El enfoque moderno acerca de cómo aprenden y se desarrollan los profesores (ver, por ejemplo,
Borko, 2004; Darling-Hammond & Bransford, 2005) implica varios principios (que en gran
medida también son válidos para el aprendizaje de los estudiantes):
Cualquier esfuerzo para cambiar el plan de estudios (incluyendo los cambios en los textos de es-
tudio) debe tomar muy seriamente en cuenta el punto de vista del profesor como estudiante.
• ¿En qué forma se relacionan las nuevas intenciones con mis actuales ideas y
práctica?
• ¿Cómo puedo utilizarlas en mi sala de clases?
• ¿En qué forma influenciarán a mis estudiantes?
Por cierto, no todas estas interrogantes necesitan ser contestadas al mismo tiempo. Algunos
problemas son más apremiantes y preocupantes que otros. Sin embargo, los materiales
pueden apoyar a los profesores en sus preocupaciones de “supervivencia” anticipando,
dentro de lo posible, eventuales problemas y ofreciendo consejos prácticos para prevenir o
solucionar dichos problemas.
Los materiales sirven para activar y apoyar la planificación de las clases y para proporcionar
orientaciones claras en la enseñanza, apuntando a los aspectos críticos de las lecciones y
ofreciendo sugerencias acerca de como resolver los problemas que puedan surgir durante el
proceso de instrucción. Cuando dichas orientaciones se traducen en un plan de acción más
preciso y razonado, aumentan las posibilidades de un mejor equilibrio entre las intenciones
propias de una persona y la influencia de la situación en la ejecución de la tarea. Los profesores
deberían contar con una base fructífera para reflexionar posteriormente acerca del proceso y
su función en el mismo. Estas actividades meta-cognitivas aumentan el potencial para dirigir
el propio proceso de aprendizaje.
Sería deseable entonces que los materiales destinados a ser utilizados inicialmente por los
profesores contengan un gran número de especificaciones sobre la forma de proceder. Con
esta ayuda, los profesores deberían sentirse estimulados a orientar sus tareas y a concretar la
experiencia de asumir sus funciones.
Los materiales parecen ser más efectivos cuando estimulan a los profesores a entablar un
diálogo más elaborado y preciso acerca del qué, cuándo, cómo y por qué de su propia función
en la enseñanza y les ofrecen claras sugerencias acerca de las implicancias de estos asuntos
en la práctica dentro de la sala de clases. Sin embargo, se debería evitar el riesgo de abrumar
al profesor con exhaustivas listas de obligaciones. Por lo tanto, las especificaciones de proce-
dimiento deberían enfocarse en aspectos esenciales de comprobada vulnerabilidad durante
Tema 3 Desarrollo profesional docente a través
Queda pendiente la interrogante relativa a por cuánto tiempo y hasta qué punto se debería
apoyar al profesor con material altamente específico. La respuesta podría variar con cada
del texto escolar
innovación, con el contexto del usuario y otras condiciones que faciliten la implementación.
Algunos argumentan (por ej.: Ben-Peretz, 1990) que solamente una adaptación activa por
parte del profesor, apuntando a la exploración y al uso del valor potencial de los materiales
puede contribuir en última instancia a un efectivo aprendizaje por parte del alumno y también
al desarrollo profesional del profesor. Este punto de vista se puede incorporar a una estrategia
por etapas, que comienza estimulando a los profesores a enfrentar la nueva situación con
la ayuda de “materiales de práctica” específicos. Dichos materiales pueden reducir la incer-
tidumbre personal que es la consecuencia casi inevitable de la implementación de cambios
138 Jan van den Akker
El formato de los materiales puede variar. En nuestro programa de investigación hemos rea-
lizado la mayor parte de las experiencias con materiales de papel destinados a módulos de
unas cuantas clases. En años recientes, también hemos estado experimentando con aplica-
ciones multimedia para enriquecer la variedad de información y oportunidades de práctica.
Los elementos ITC/multimedia presentan obviamente un gran potencial para el aprendizaje
y el desarrollo del profesor (van den Berg, Blijleven & Jansen, 2004).
La estructura de tela de araña también ilustra un dicho común: Una cadena es tan fuerte
como su eslabón más débil. Esta parece ser otra metáfora muy adecuada para un currícu-
lum, apuntando a la complejidad de los esfuerzos para mejorar el currículum en una manera
equilibrada, coherente y sustentable.
La estructura de tela de araña puede servir como herramienta conceptual completa durante el
proceso de orientación y reflexión de los profesores acerca de su modo de enseñar aplicado a,
e integrado con los materiales educativos. Los materiales ilustrativos también pueden apoyar
funciones concretas, aprovechando las experiencias de los profesores cuando dirigen expe-
Materiales pedagógicos ejemplares como catalizadores ... 139
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riencias piloto con nuevos enfoques pedagógicos. Los materiales pueden facilitar esfuerzos
relativamente seguros de experimentación, ayudando a los profesores a resolver problemas
de supervivencia en su práctica como maestros. Ciertas pautas específicas pueden ayudar
igualmente a evitar diluciones prematuras de posibles innovaciones y al mismo tiempo esti-
mular posteriores adaptaciones y apropiaciones. La experimentación con dichos materiales
en las salas de clases ofrece a los profesores excelentes oportunidades de intercambio de
hallazgos, comentarios, discusiones y reflexiones. Además, este tipo de colaboración esti-
mula el desarrollo de la competencia curricular de los profesores, quienes se vuelven más
Tema 3 Desarrollo profesional docente a través
Un desarrollo docente efectivo no puede ser rápido. Debe estar vinculado al desarrollo del
colegio si se desea lograr un proceso continuo en el largo plazo. La organización y la cultura
del colegio deberían ofrecer un poderoso ambiente de aprendizaje para los profesores. Los
líderes escolares deberían combinar ambiciosas aspiraciones con metas realistas en el tiem-
po, así como oportunidades para una implementación flexible de las mismas. Por lo general,
dicho enfoque requiere una combinación de aplicar cierta presión y mucho apoyo. Aunque
se debe alimentar la autonomía y el compromiso de los profesores, es necesario asimismo
realizar esfuerzos para mejorar y mantener una coherencia.
Un enfoque productivo para coordinar el diseño cíclico y la evaluación formativa de los mate-
riales educativos con la cooperación de los docentes se logra a través de la investigación de
su creación (McKenney, Nieveen, & van den Akker, 2006). El énfasis de dicho enfoque tiene
que ver más con mejorar la consistencia, la practicidad y la efectividad de los materiales
que con demostrar su impacto fundamental. Las principales contribuciones combinan los
resultados prácticos con la adquisición de conocimientos: materiales mejor evaluados, la
articulación de principios de diseño y el impulso para lograr un desarrollo profesional basado
en la colaboración.
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4
ANALISIS DE CONTENIDOS Y
DEL DISCURSO EN TEXTOS ESCOLARES
142
Colaboradores
Paola King Delgado es Licenciada en Literatura y Lengua inglesa, Profesora de Inglés, y Magíster
en Lingüística Aplicada por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, donde actualmente se
desempeña como docente y Jefa de la carrera de Pedagogía en Inglés. Anteriormente, fue profesora
en la Escuela Naval Arturo Prat, en el Centro de Idiomas de la Armada y en el Duoc.
Manuel Tamayo Hurtado, Profesor de Estado en Biología y Ciencias, y Magíster en Ciencias Biológicas
con Mención en Morfología, Universidad de Chile. Doctor en Didáctica de las Ciencias Experimentales,
Universidad de Granada, España. Profesor titular de la Universidad Católica del Maule, Talca, Chile,
donde es Director del Área de Ciencias Biológicas y Química del Instituto de Ciencias Básicas.
María de la Luz Domper Rodríguez es Ingeniero Comercial con mención en Economía y Master en
Macroeconomía Aplicada de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Desde 1993 es investigadora
del Instituto Libertad y Desarrollo y actualmente tiene a su cargo los estudios relativos a derechos de
agua, infraestructura sanitaria, concesiones viales, sector eléctrico y telecomunicaciones, regulación
y libre competencia. Sus análisis son publicados en: Temas Públicos y Serie Informe.
Rodrigo Delaveau Swett es Abogado, Magíster en Derecho Público, Universidad Católica de Chile.
Investigador del Programa Legislativo de Libertad y Desarrollo.
en textos escolares
como lengua extranjera
Paola King Delgado
Introducción
En el marco del programa Inglés Abre Puertas impulsado por el Ministerio de Educación de
Chile a fines de abril del año 2003, el aprendizaje del inglés como lengua extranjera ya no se
plantea solo como un valor agregado a la formación general, sino también como un requisito
indispensable para aprovechar las alternativas laborales que ofrece la internacionalización
de nuestra economía.
Relacionado con lo anterior, el Ministerio de Educación (2004) plantea cinco objetivos que
los alumnos deben lograr al término de la enseñanza media, dos de los cuales implican el
desarrollo de la oralidad:
144 Paola King Delgado
En este sentido, nos pareció interesante investigar si los materiales didácticos, es decir, los
textos que se utilizan para el desarrollo de la comprensión auditiva presentes en los textos
entregados por el Ministerio de Educación a los colegios públicos, se condicen con los ob-
jetivos planteados. Se investigó no solo si dichos textos escolares presentan muestras de
intercambios comunicativos naturales, tales como conversaciones telefónicas, conversaciones
cara a cara, debates, entrevistas, informes noticiosos, entre otros, sino que también si dichas
muestras se ajustan a los cánones de la comunicación oral genuina en inglés.
En la segunda etapa, se etiquetó el Corpus global para poder describir el grado de adecuación
del discurso oral en los textos escolares. Es decir, se determinó la co-ocurrencia de ciertos
rasgos lingüísticos y se aplicaron técnicas estadísticas multivariantes (análisis factorial). La
identificación de los rasgos lingüísticos (o marcaje computacional) se realizó en el Corpus
Research Laboratory en el Department of English de la Northern Arizona University en Esta-
dos Unidos.
Text 50D: “Here we are today to discuss about the Internet. I am here with psychologist Dr.
Horton and Internet expert Dr. Beales. Good morning to both. Dr. Beales what do you think
en textos escolares
• > ^>++++=EXTRAWORD • Dr ^npt++++=Dr.
• Here ^rn+pl+++=Here • . ^.+clp+++=EXTRAWORD
• we ^pp1a+pp1+++=we • Beales ^np++++=Beales.
• are ^vb+ber+vrb++=are • . ^.+clp+++=EXTRAWORD
• today ^nr+tm+++=today • Good ^jj+atrb+++=Good
• to ^to+inf+++=to • morning ^nn++++=morning
• discuss ^vbi++++=discuss • to ^in++++=to
• about ^rb++++=about • you ^pp2+pp2+++=you
• the ^ati++++=the • both ^abx++++=both.
• Internet ^np+++??+=Internet. • . ^.+clp+++=EXTRAWORD
• . ^.+clp+++=EXTRAWORD • Dr ^npt++++=Dr.
• I ^pp1a+pp1+++=I • . ^.+clp+++=EXTRAWORD
• am ^vb+bem+vrb++=am • Beales ^np++++=Beales
• here ^rn+pl+++=here • what ^wdt+who+whq++=what
• with ^in++++=with • do ^vb+do+aux++=do
• psychologist^nn+nom+++=psychologist • you ^pp2+pp2+++=you
• Dr ^npt++++=Dr. • think ^vb+vprv+++=think
• . ^.+clp+++=EXTRAWORD • of ^in++++=of
• Horton ^np++++=Horton • the ^ati++++=the
• and ^cc++++=and • Internet ^np+++??+=Internet?
• internet ^nn+++??+=internet • ? ^?+clp+++=EXTRAWORD
Resultados Preliminares
Primero, durante el proceso de construcción del Corpus global público-privado se constató
que, como se observa en la tabla 1, los discursos orales presentes en los textos escolares
entregados por el Mineduc el año 2004 (Sub-corpus público) corresponden a una variedad
mayor de registros de la oralidad que los discursos que se encuentran en los textos escolares
que se utilizaron en los colegios bilingües particulares de la zona.
146 Paola King Delgado
Segundo, el análisis estadístico de los resultados permite afirmar que, a diferencia de lo que sucede
en situaciones comunicativas auténticas, los discursos en los textos escolares entregados por el
Mineduc (Sub-corpus público) tienden a entregar gran cantidad de información. Esto se debe a
que contienen un número importante de sustantivos, adjetivos atributivos, preposiciones y pala-
bras más largas. Por su parte, los registros más prototípicos de la oralidad (conversaciones cara
a cara y conversaciones telefónicas) son más interactivos y, por lo general, no tienen propósitos
informativos. Los discursos más involucrados (discursos orales prototípicos) tienen gran cantidad
de verbos privados, tales como feel y think. Estos verbos se utilizan para expresar emociones,
pensamientos y actitudes. Además, en los registros prototípicamente orales se hace una referencia
constante a los participantes utilizando pronombres personales en primera y segunda persona
(ver gráfico 1, primera dimensión: producción involucrada versus producción informativa).
Por otra parte, al igual que los registros más prototípicos de la oralidad, los discursos en los
textos escolares entregados por el Mineduc tienden a ser no-narrativos (ver gráfico 1, dimen-
sión 2: narrativa versus no-narrativa). En general, estos discursos se caracterizan por ser más
estáticos y expositivos. Como se observa en el ejemplo, los verbos en tiempo presente y los
adjetivos atributivos son bastante comunes en estos discursos (los verbos están subrayados
y los adjetivos están con negritas).
Tanto este trabajo, como el “Estudio multidimensional de la oralidad a partir del discurso de
los textos escolares para la enseñanza del inglés como lengua extranjera”, constituyen un
esfuerzo concreto del quehacer universitario por acoger la petición del Mineduc de realizar
investigaciones referidas a los textos escolares.
Por otra parte, en el ámbito pedagógico, el hecho de abordar un área poco explorada dentro
del campo de la lingüística aplicada en nuestro país, como es la comprensión auditiva de
discursos orales en inglés como lengua extranjera, resulta de interés y relevancia. Se cree
que, por sí sola, la descripción del conjunto de discursos de acuerdo a las dimensiones
establecidas por el Análisis Multirasgos y Multidimensiones de Biber (1988), constituye un
factor importante para mejorar la calidad de los textos escolares que entrega el Ministerio
de Educación, como también para enriquecer las metodologías de enseñanza.
148 Paola King Delgado
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Harris, M. y Mower, D. (2002). Opportunities. Chile:
Pearson Education Limited.
149
en textos escolares
en los textos escolares
María Helena Zapico Barbeito
Sin embargo, en la actualidad nos encontramos metodológicamente ante una inexorable encru-
cijada de caminos: la disyuntiva entre el análisis de contenido y el análisis del discurso, como
estrategias de evaluación del libro de texto. Surgen ante nosotros dos enfoques metodológicos,
dos caminos y modos de proceder, tan complejos como diametralmente divergentes, que se
cruzan sin embargo en un punto: ambos constituyen perspectivas de estudio susceptibles de
ser utilizadas en los procesos de evaluación de textos escolares. Ambos podrían erigirse, por
tanto, en guías eficaces o candiles que arrojasen luz sobre el arduo camino que constituye el
análisis de materiales curriculares de cara a la mejora de la calidad de la enseñanza.
Pero, ¿cuáles serían algunas de las posibilidades y limitaciones que ofrece cada uno de estos
modelos metodológicos en el marco en el que nos encontramos? ¿Cuál de los caminos podría
resultar más acertado a la hora de afrontar la tarea de reflexión en torno a la representación
que de la vejez se ofrece en los libros de texto? ¿Podría existir la posibilidad de complementar
ambas estrategias en un proceso de enriquecimiento mutuo y de diálogo pluridireccional y
multidimensional constante?
Entendemos que para llegar a estar en condiciones de ofrecer una respuesta a estas cuestiones
clave, debemos necesariamente profundizar e intentar descubrir los entresijos últimos de
cada una de las dos opciones metodológicas que ahora parecen situarse en la balanza.
Así pues, comenzaremos por analizar muy sintéticamente –a modo de pinceladas– algunas
de las características y elementos definitorios básicos de la metodología del análisis de
150 María Helena Zapico Barbeito
contenido, para ir determinando cuáles son sus posibilidades el campo en el que nos situa-
mos y poder contrastarlas, posteriormente, con las que parece ofrecernos la estrategia del
análisis del discurso, tratando finalmente, de arrojar algo de luz respecto de la idoneidad o
pertinencia de cada una de ellas en el marco que nos ocupa.
En tanto que esfuerzo de interpretación, señalaba Bardin (1986:7), se mueve entre dos polos: el
rigor de la objetividad (irrenunciable en toda investigación científica) y la fecundidad de la sub-
jetividad (de modo que llega a disculpar en el investigador esa atracción por lo oculto, lo latente,
lo no-aparente, el potencial inédito atrapado en todo mensaje, identificándose, en definitiva, con
una paciente empresa de desocultación, fruto de una preocupación honesta de rigor científico).
Puede poseer un corte descriptivo e inferencial, de tal modo que, por una parte, permite
describir exhaustivamente el contenido del material, la forma en que se presentan texto
e imagen y el fondo de los temas abordados, realizando comparaciones entre los diversos
manuales objeto de estudio; y, por otra -como destaca Castiello (2002)-, ofrece la posibili-
dad de establecer inferencias sobre el contraste entre el contexto teórico (en nuestro caso,
el discurso educativo de tolerancia intergeneracional respecto a las personas mayores), el
contexto social y económico (realidad social de transformación demográfica, que incluye ac-
titudes de revalorización de la figura del mayor y otras de desprestigio e infravaloración fruto
de la idealización de imágenes juveniles) y el contexto ideológico y curricular (contribución
o no de los manuales escolares al conocimiento de la realidad social del envejecimiento y a
la comprensión intergeneracional).
• localizar y seleccionar, en primer lugar, las partes de las unidades de muestreo que
presenten datos sobre el fenómeno a estudiar (entendiendo, en nuestro caso, como
en textos escolares
“datos” toda referencia existente en los textos escolares en relación a la vejez);
una lectura atenta de cada material y lecturas sucesivas de los distintos recursos, aplicando
técnicas para la selección y codificación de datos -que irían desde la inducción analítica
a la comprobación constante-, efectuando una interpretación de los datos obtenidos,
asignando sentido y significación al análisis, explicando los posibles modelos descriptivos
detectados, buscando vínculos entre las dimensiones descriptivas y desarrollando una
construcción teórica de relaciones entre los datos y su contexto.
Situándonos en ese marco, el concepto de discurso debería ser entendido –según estos
autores– como verdadera práctica social; como lugar en el que se ejerce la creatividad y se
comunican creencias; como forma de interacción social contextualizada que, en el caso de
los textos escolares, vendría a establecerse entre autores y usuarios del material curricular.
Estamos, por ende, ante una estrategia metodológica que estudia la conversación y el texto
152 María Helena Zapico Barbeito
Por otro lado, es preciso destacar que se trata de una perspectiva metodológica que adopta
un claro enfoque crítico, fundamentado en el estudio de los problemas sociales relevantes,
el poder y las múltiples formas de desigualdad social (sexismo, racismo, colonialismo, dis-
criminación por razón edad o condición social, etc.), abrazando un análisis de carácter social
y político que vendría a exigir un cierto grado de compromiso por parte del investigador/a,
el que habría de responder a la tarea social que le corresponde: dilucidar y comprender los
problemas sociales; en un enfoque que pretende, por tanto, desvelar y denunciar cómo el
discurso puede contribuir a la reproducción de la desigualdad y la injusticia social. En tanto
que modo sociopolítico consciente de estudiar la comunicación (van Dijk, 1993), el análisis
del discurso intentaría descubrir las posibles ideologías que desempeñan un papel de “repro-
ducción de” o de “resistencia a” la desigualdad o la dominación (en nuestro caso concreto,
se trataría de detectar una posible corriente ideológica y de pensamiento que idealiza los
valores y cualidades de la juventud, en detrimento o desvalorizando las implicaciones de la
vejez), todo ello desde una perspectiva global de solidaridad.
En otro orden de cosas, el análisis crítico del discurso parte de la existencia de determina-
das premisas respecto del proceso de lectura, de modo que se entiende que el lector es el
auténtico protagonista de éste, es decir, es un sujeto activo en la construcción del sentido
del texto, que establece una interacción comunicativa con su autor, erigiéndose la lectura,
así, como un proceso de construcción de conceptos y significados fruto del diálogo entre el
material curricular y el alumno/a.
Asimismo, este modelo metodológico atiende a los aspectos o dimensiones visuales del dis-
curso (a menudo obviados en los estudios lingüísticos tradicionales); analiza la combinación
de diferentes códigos semióticos (icónicos, diagramas, esquemas, figuras y tablas, soporte,
formato, tipología y diseño gráfico); y toma como ejes de indagación diversos niveles analíticos
(van Dijk, 2000) que entendemos deberían ser también tomados en consideración en los pro-
cesos de evaluación de textos escolares: un macronivel del sentido del discurso que, dejando
atrás la lingüística y gramática tradicional, se adentra en el estudio de temas y tópicos y un
micronivel del sentido del discurso, centrado en el análisis de las relaciones de coherencia que
se establecen entre las oraciones y otros elementos discursivos, a fin de intentar determinar
en qué medida una imagen puede influir en los destinatarios de los recursos.
Interrogantes acerca del análisis de contenido y del discurso ... 153
El gran interrogante por resolver a la hora de plantear la evaluación de textos escolares desde la
perspectiva del análisis del discurso es el que se refiere a cómo llegar a operativizar el proceso.
en textos escolares
búsqueda de crítica estructural de instituciones y grupos (editoriales) -refiriéndose al abuso
de poder cometido por grupos o instituciones-, para pasar a una focalización en actos y ac-
titudes inaceptables que indiquen abuso de poder o evidencien dominación (en este caso,
a través de la presentación de posibles imágenes estereotipadas respecto a la figura del
mayor), llegando finalmente a alcanzar y adoptar una posible perspectiva de disentimiento,
solidaridad y resistencia ante el texto (en nuestro caso, en defensa de la dignidad de la vejez
y la necesidad transmitir valores igualdad y respeto ante esta realidad generacional).
A modo de síntesis
En definitiva, entendemos que las líneas básicas o polos esenciales de la disyuntiva inicialmente
planteada se sitúan en torno a los puntos sintetizados en el siguiente cuadro, de modo que las
posibilidades de cada una de las dos estrategias de evaluación de libros de texto deberían ser
valoradas rigurosamente en función de los intereses específicos de cada investigación, pues
de ello dependerá, en última instancia, la mayor o menor idoneidad de una u otra estrategia
metodológica (cuyas fronteras resultan ser, en cualquier caso, ciertamente difusas):
154 María Helena Zapico Barbeito
Por último, tan solo quisiéramos destacar que nuestro objetivo no era otro que el de suscitar
y potenciar un debate, abrir líneas de diálogo y lanzar posibles ideas que estimulen una
reflexión –que consideramos necesaria– en torno a la necesidad de valorar rigurosamente
las estrategias metodológicas más idóneas para evaluar y enriquecer la calidad de las he-
rramientas didácticas más frecuentemente empleadas para vehicular el conocimiento en
las escuelas, y que tantas veces se erigen como pilares fundamentales en los procesos de
enseñanza-aprendizaje: los libros de texto. En ese sentido, somos conscientes de que el
camino que surge ante nosotros es largo, arduo, complejo y rico en matices y posibilidades
futuras que aun están por descubrir.
Interrogantes acerca del análisis de contenido y del discurso ... 155
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156
Palabras clave: didáctica de las ciencias experimentales, análisis de textos escolares, evo-
lución biológica, diálogo entre ciencia y fe.
Marco teórico
La llegada del darwinismo a Chile ha sido abordada desde el estudio del pensamiento social
o mediante la descripción de la estancia de Darwin. No existe un estudio profundo sobre
las repercusiones del darwinismo en la enseñanza de las ciencias en Chile. La ideología de
los autores de texto influye en sus posiciones frente al tema evolutivo. Los más modernos
se limitan a exponer los contenidos biológicos sin entregar un trasfondo extracientífico,
en cambio, en los textos más antiguos se descubren, directa o veladamente, posiciones
filosóficas o ideológicas que orientan el tratamiento de la materia.
Desarrollo
La incorporación de la Historia Natural en la enseñanza chilena fue fuertemente resistida
por grupos conservadores. En 1863 surgió un movimiento impulsado por Diego Barros Arana
que pretendía la modernización de la enseñanza secundaria en Chile y que manifestaba una
seria preocupación por la enseñanza de las ciencias. En este contexto aparece el primer libro
de ciencias naturales para su uso en la enseñanza secundaria en Chile, publicado en 1866 por
el médico alemán Rodulfo Amando Philippi: Elementos de historia natural. Este libro fue ata-
cado por la prensa y los medios conservadores, aunque tan solo exponía las ideas de Darwin,
dudando incluso de su validez.
Análisis de textos escolares chilenos relativos a la evolución biológica 157
Los primeros textos de estudio que incorporan las ideas evolucionistas se publican en 1902:
Teoría de la evolución, de Otto Burger y La teoría biolójica de la evolución natural de los
en textos escolares
ticas a favor y en contra de las posiciones de Etienne Geoffroy de Saint Hilaire, Jean Lamarck,
Charles Darwin, Hugo De Vries, etcétera. Otto Burger es un evolucionista que pone en duda
la herencia de los caracteres adquiridos y defiende la posición del hombre dentro del reino
animal. El texto de Quijada es decididamente evolucionista, da un centenar de argumentos a
favor del evolucionismo y no recoge ninguna objeción creacionista, acepta la herencia de los
caracteres adquiridos y la evolución humana. El texto sufrió profundas críticas en la prensa
conservadora y en conferencias dictadas en los Liceos. El autor recibió grandes presiones que
le llevaron a suavizar o eliminar partes relativas al ser humano en las ediciones posteriores
a 1917. En la séptima edición, Bernardino Quijada parece aceptar el evolucionismo teísta y
amplía las objeciones al principio lamarquiano del uso y desuso de los órganos.
Bernardino Quijada no recoge las objeciones creacionistas, de modo que tampoco las refuta.
Para Quijada la evolución biológica está aceptada, solo falta conocer su mecanismo: “Conquista
es, pues exclusiva de los tiempos modernos, en que los espíritus avanzados poco a poco
llegan a convencerse de una evolución o transformación gradual de las especies; quedando
sólo por resolver la cuestión del proceso que esta transformación sigue”. Este libro marcó un
hito importante porque fue muy utilizado en los establecimientos educacionales, consultado
y discutido, polarizó rápidamente a entusiastas partidarios y a furibundos detractores de la
evolución orgánica.
El sacerdote Alejandro Vicuña Pérez, profesor de Idiomas y Filosofía replicó, en 1918, en con-
ferencias sobre la teoría de la evolución en las que dijo: “En el sexto año de humanidades de
los Liceos de la República, como os decía en un momento atrás, se estudia con minuciosidad
la teoría de la Evolución. El profesor del ramo se atiene en sus explicaciones al “Texto para la
enseñanza de la Biología en el sexto año de humanidades”, titulado “Teoría de la Evolución”,
escrito por el profesor fiscal D. Bernardino Quijada. El fin de tal estudio es sin duda alguna
imponer a los alumnos de una de las teorías científicas que más ha apasionado los ánimos en
el siglo XIX. ¡Laudable objeto! Pero tal teoría científica ha sido transformada por el Sr. Quijada,
probablemente a impulsos de la misma ley evolucionista, en doctrina asentada e incontrovertible.
¡Triste evolución! El Sr. Quijada no es un simple expositor de la hipótesis evolucionista; es su
más ferviente apologista; de modo que en vez del modesto título con que encabeza su obra,
“Teoría de la Evolución”, debiera colocarse este otro: “Defensa de la Evolución”.
vista meramente científico el testo del señor Quijada no merece, a mi juicio, una crítica des-
favorable, si bien habría sido de desear que algunas de las enseñanzas en él contenidas se
hubieran espresado en forma menos categórica, a fín de evitar que los niños tomen como
verdades inamovibles, teorías que aún se discuten apasionadamente. Encuentro, sobre todo,
justificadas las objeciones que algunos señores Consejeros i padres de familia han hecho
contra ciertos pasajes i figuras del libro que se refieren a la especie humana; pero puedo
comunicar a la Facultad que en una nueva edición del testo, publicada recientemente, han
desaparecido todos esos pasajes i figuras, de manera que no veo motivos ya para negarle al
autor la aprobación universitaria”. A partir de la cuarta edición se eliminó el texto relativo a
el hombre, y la cabeza de Julia Pastrana, que ilustraba la portada, se reemplazó por el dibujo
de un pez emparentado con el hipocampo, el pejetiras.
En 1913, el sacerdote y naturalista Felix Jaffuel publicó un libro sobre Zoología para estu-
diantes del Colegio de los Sagrados Corazones. En su introducción dice: “Naturalistas más
recientes, llamados transformistas, y encabezados por Lamarck y sobre todo por Darwin,
sostienen que todas las especies actuales, tanto los animales como los vegetales, provienen
de 3 ó 4 especies primitivas, y aún de un tipo único tal vez. Estos tipos primitivos, creados
por Dios, se han modificado en el transcurso de los siglos, bajo la influencia de los medios
en que se han encontrado, lucha por la vida (struggle for life, de Darwin), selección natural,
clima, alimentación, etc., hasta dar las especies actuales. Para ellos esta transformación de
las especies no ha terminado aún, y su evolución, obra lenta pero incesante, ha de modificar
con el tiempo todas las especies actuales. Esta segunda opinión, que tantos partidarios ha
encontrado en la escuela atea, para la cual la creación de los tipos primordiales es obra del
acaso, no es condenada por la sana filosofía ni por la Iglesia Católica, siempre que se admita
la Creación por Dios de las especies primitivas. Con todo, el transformismo o evolución de
las especies, no pasa de ser una mera hipótesis”.
En 1923 se publicó La evolución orgánica, de E. Santier Saint Gabriel, con alrededor de 105
argumentos u opiniones antievolucionistas. Contradice y ataca abiertamente a Quijada, a
quien cita 40 veces. Por ejemplo: “El Sr. Quijada, haciéndose eco de los demás, escribe en
la pág. 66 “Es cierto que ni la vida individual de un hombre, ni la de 3 ó 4000 años de que
tenemos documentos históricos, bastan para darse cuenta de las variaciones que constituyen
el primer paso de la formación de una especie visiblemente determinada””. En 1925 se editó
el texto de estudio Compendio de la teoría de la Evolución Orgánica para el uso de colegios,
de Theo Drathen, sacerdote alemán contratado por la Congregación del Verbo Divino para
trabajar en el Liceo Alemán de Santiago. Comienza con una “Advertencia previa”: “En el último
año de Biología se les exige a los alumnos en Humanidades los conocimientos elementales
de la Teoría Evolutiva. Ya que no alcanzan a aprovechar los trabajos científicos alemanes,
franceses e ingleses de estas materias, ni menos podrán discernir el valor lógico de los datos
e hipótesis, en ellos depositados, existe la necesidad de proporcionales Compendios que
traten esta cuestión con claridad, sobriedad y verdad”. Presenta argumentaciones evolucio-
nistas con sus respuestas a favor del creacionismo fijista. Las opiniones de Theo Drathen en
Análisis de textos escolares chilenos relativos a la evolución biológica 159
favor del fijismo son más moderadas que las de Santier, incluso critica un texto que defiende
el fijismo; manifiesta que la evolución orgánica es una suposición que cuenta con el mayor
en textos escolares
interesa conocer de la doctrina transformista, piedra angular en que descansa todo el edificio
de la educación moderna”. Este texto puede considerarse como continuación del texto de
Quijada, dada su similitud de enfoque y contenidos. Sostiene que la evolución biológica está
aceptada por los biólogos, aunque reconoce que existen detractores. En la última edición
se encuentran unos 23 argumentos o pruebas a favor del evolucionismo y no se mencionan
ni discuten las objeciones fijistas a los mismos. En 1933 se editó La evolución orgánica: ex-
posición y examen de las principales ideas evolucionistas, de Valentín Panzarasa, sacerdote
salesiano, similar en contenido y críticas al texto de Santier. En 1935, el programa oficial
de Biología para el sexto año de Humanidades incluyó contenidos de evolución y genética.
Al año siguiente se publicó Temas de Biología General conforme al programa de 1935, del
sacerdote jesuita Guillermo Ebel Beiler. Su posición es decididamente antievolucionista. Cita
con frecuencia a Quijada con objeto de desmentirle. En 1936 apareció la primera edición de
Biología e higiene, de Carlos Silva Figueroa, del cual se editaron 12 ediciones o reimpresiones
hasta 1957, continuador de los textos de Quijada y Vivanco Mora, pero el programa oficial
de Biología para sexto humanidades de 1940 contemplaba el creacionismo, que presenta
como una hipótesis en sus ediciones posteriores. En 1960 surge Nociones de Biología, de
Alejandro Horvat y Carlos Weiss, sacerdotes salesianos, que alcanza doce ediciones -la última
en 1989-. En esta obra, los autores tratan de mantener una posición neutral en el conflicto
evolucionismo-fijismo, pero las primeras ediciones son pro-fijistas. Su posición se modifica
en 1979, aceptando un evolucionismo teísta.
En los textos de estudio elaborados en Chile se produjo una clara tendencia a la disminución
del porcentaje dedicado al tratamiento de la evolución biológica, reducción que se justifica por
el importante desarrollo de otros campos biológicos de interés general: biología molecular,
problemas ambientales, adelantos en materia de reproducción, el abuso de drogas, etc. Su
reducción pudo deberse además a que es difícil seleccionar actividades prácticas adecuadas
acerca de evolución y se trata de un tema muy amplio, lo que dificulta su enseñanza.
Conclusiones
En los textos de estudio elaborados en Chile se produjo una tendencia a la disminución del
espacio dedicado al tratamiento de la evolución biológica. El concepto de evolución biológica
tiene distinta connotación en diferentes textos y es posible encontrar en ellos imprecisiones o
errores conceptuales de diversa índole. En un comienzo, se dieron ejemplos relacionados con
especies nacionales, pero textos más recientes se han preocupado escasamente por entregar
ejemplos chilenos. No hay unanimidad en cuanto a la importancia de la obra de los diversos
científicos vinculados a este campo, aunque casi sin excepción se considera a Charles Darwin
y a Jean Lamarck como los dos principales teóricos del evolucionismo. La comparación de
textos de diversos años muestra en forma aproximada el reemplazo de algunas corrientes
como predominantes dentro del pensamiento evolucionista, y la pérdida de crédito de ciertas
escuelas, como el lamarquismo, el ortogeneticismo y el evolucionismo teísta. Se dan opinio-
nes muy diversas respecto a las supuestas ideas evolucionistas de San Agustín y de Santo
Tomás. Ediciones sucesivas de los mismos textos presentan a veces diferencias en mayor o
menor grado; los cambios en sus contenidos suelen mostrar cómo fueron cambiando algunos
puntos de vista, en otros casos se ha buscado suavizar las confrontaciones con posiciones
antagónicas o enmendar errores. Los primeros textos se limitaban a comparar evolucionis-
mo y fijismo, valorar diferentes evidencias a favor del evolucionismo y discutir argumentos
a favor o en contra de los mecanismos propuestos, posteriormente, la biología evolutiva se
amplió gracias a la genética de poblaciones, el sinteticismo, la especiación, del origen de la
vida, y macroevolución. Los textos publicados en Chile a partir de 1960, cubren entre el 27%
y el 49% de los aspectos más relevantes del evolucionismo actual. Temas importantes no
tratados en los libros revisados son: objeciones creacionistas, evolución teísta, ortogénesis,
mimetismo, mecanismos de especiación parapátridos y peripátridos, procesos de anagénesis
y cladogénesis, coevolución, evolución en mosaico, origen de los virus, y temas que relacionan
a la evolución con las ciencias sociales.
161
en textos escolares
educativas y de la enseñanza
de la Historia de Chile (siglos XIX-XX)
Pamela Olivares Felice
Considerando estos aspectos, este estudio propone un análisis de los manuales, entendién-
dolos como potentes vectores que participan en la construcción simbólica de la nación y
demuestran en qué medida sus contenidos son dependientes del contexto histórico.
sobre textos escolares: MANES, de la Universidad a distancia UNED, de Madrid y del Georg-
Eckert-Institut de Braunsweig, Alemania, que la investigadora visitó en calidad de becaria y de
colaboradora.
El estudio y análisis de las diferentes publicaciones sobre el tema permite concluir que el texto
escolar es un producto de primera importancia en la transmisión del conocimiento en el aula.
Muchas veces soporte imprescindible para el profesor, aparece como el principal material de
apoyo. A menudo se enfatiza en su función pedagógica, en su legibilidad para transmitir conoci-
miento de acuerdo a los programas y al nivel de los alumnos, sin embargo, su dimensión cultural
e ideológica es menos explorada y analizada al momento de elegir un texto para la clase.
Sujeto a cambios y a modificaciones según las nuevas técnicas editoriales, el desarrollo del
conocimiento, los contenidos educativos y las orientaciones pedagógicas, el manual escolar
es también sensible a las referencias culturales y a las intenciones políticas del momento.
Nuestra reflexión sobre el contenido de los manuales toma en cuenta aquel aspecto, no menos
importante para este material didáctico, considerándolo como un instrumento de poder: el
lenguaje y las representaciones participan directamente en la formación de las mentalidades
y de las miradas sobre la sociedad y el mundo.
Los temas y los textos, las fuentes de información, el estilo y el vocabulario utilizado, la ico-
nografía, la organización y la jerarquización del conocimiento, participan en la transmisión
explícita o implícita de valores. Las referencias seleccionadas, que caracterizan a la sociedad
y su funcionamiento, definen un imaginario común cultural e ideológico a través del cual las
nuevas generaciones están invitadas a identificarse. En este sentido, se puede afirmar que
el texto escolar es un instrumento de poder simbólico.
en textos escolares
los futuros ciudadanos. De este modo, el investigador francés en educación Alain Choppin
ha definido el manual escolar como: “El reflejo de la sociedad o lo que los contemporáneos
quisieran que fuera”.
En este sentido, los textos escolares de historia contribuyen a formar un espacio de socializa-
ción cívica de los individuos. En el sistema educativo, se asigna a la enseñanza de la historia
la función de transmisión de una herencia común, presentándose como un medio de divulga-
ción de una conciencia y de un imaginario colectivo. Es así como el curso de historia permite
presentar un modelo político y social a través de la interpretación de hechos históricos.
En relación con los textos de historia de Chile de entre 1970 y 1990, esta investigación presenta
una lista de los “valores comunes” y de los “comportamientos propios” a la comunidad na-
cional que se exponen en dichos manuales y que van cambiando según el momento histórico,
con la intención de observar cómo esta comunidad nacional se manifiesta en el contenido
de dichos manuales escolares.
En los textos de los años 80, los orígenes culturales de la nación provienen del período de la
conquista. El mestizaje es el origen étnico de la nación. La anexión de los territorios y la disemi-
nación de los indígenas se explican de forma ambigua. Los textos minimizan la exterminación
de los indígenas justificando, a través de una imagen agresiva de éstos, el carácter violento de
la conquista. Los pueblos de las diferentes civilizaciones prehispánicas están clasificados según
un grado de evolución y según su capacidad de controlar la naturaleza. El pueblo mapuche es,
en estos manuales, un pueblo reconocido por su fuerza guerrera y su resistencia. El mestizaje
es definido en los textos como una perfecta mezcla: cada grupo étnico aporta lo mejor de sí.
La nación también se define en función de los países vecinos. Los textos de los años 70
insisten en las relaciones de amistad con los países fronterizos; por ejemplo, se menciona el
problema fronterizo con Bolivia sin presentarlo como un conflicto, y se insiste, especialmente,
en la importancia de las negociaciones. En lo opuesto, los textos de los años 80 desarrollan
un discurso sobre la soberanía nacional y la unión de los ciudadanos, insistiendo en la ima-
gen de países vecinos agresores. De esa manera, el relato de la Guerra del Pacífico permite
exaltar un sentimiento patriótico.
El concepto de poder político es un elemento que define la nación. En los textos escolares
de los 70 se releva la unión latinoamericana presentada como la unión de fuerzas políticas y
económicas que permiten una mejor cooperación entre los pueblos. Este concepto está ligado
a la representación de la libertad y de la democracia, relacionada con el concepto de cultura y
de participación política de los individuos. El grupo es el fundamento de la nación. Los textos
invocan la importancia de la lucha por la democracia y por la justicia social, demostrando que
el hombre es capaz de actuar y modificar su medio; evocan una cultura política propia a Chile;
demuestran que existe una aspiración innata de los chilenos por la democracia. La historia
es la de los grupos en interrelación, cuyo objetivo es modificar las situaciones y participar
en la evolución histórica. Los textos acentúan los procesos sociales y políticos, la familia,
el trabajo, las costumbres, que son temas de la vida cotidiana y que también componen la
historia. El ciudadano es activo, participa en la organización de la sociedad y construye el
poder que lo representa.
en textos escolares
derno se constituye a partir del mérito de sus ciudadanos, que deben obrar con respeto y
amor por el país. El buen campesino, el ciudadano útil aparecen como prototipos del hombre
nuevo y de una buena integración social.
En los textos de los años 80, los problemas del subdesarrollo se explican por la existencia de una
sobrepoblación, considerada como la causa principal de la pobreza en el mundo. Esto se explica
por el desequilibrio existente entre una población muy numerosa y los recursos existentes.
Los textos de los años 70 presentan recomendaciones que incitan a los alumnos a trabajar
en grupo y a construir conocimiento a través de sus investigaciones. Llevan a los alumnos a
elaborar un análisis después de observar la realidad cotidiana y las especificidades locales.
Los textos escolares se presentan como herramientas de sensibilización. En oposición a
esto, los textos de los años 80 retoman una historia tradicional, inmóvil. Las imágenes son
meras ilustraciones del texto y no están consideradas como documentos en sí. Sin embargo,
presentan documentos de primera fuente de valor histórico.
En esta tesis se ha demostrado cómo los manuales escolares, entendidos como “productos
bajo vigilancia”, responden a imperativos y exigencias de orden científico, pedagógico, cul-
tural, económico, pero también ideológico. El contenido a transmitir y lo que se excluye de
aquél -definido como los silencios de la historia por el historiador francés Marc Ferro-, refleja
la ausencia de neutralidad en los mensajes, y por ende, la parte subjetiva de la formulación
de la historia escolar.
En fin, considerar los manuales escolares como fuentes históricas o reales documentos para la
historia de la educación en Chile, sería un tema a tomar en consideración. Nos parece interesante
poder compartir aquel material recopilado para esta investigación con profesores, quienes son
los representantes oficiales de la idea de nación y el concepto de identidad nacional.
6 Ibid., p. 24.
7 Marc FERRO, L’histoire sous surveillance, Science et conscience de l’histoire, Paris, Ed. Calmann-Levy, 1985, p. 32.
166
Entre las principales conclusiones obtenidas, destaca el hecho de que alrededor de un 88%
de los alumnos matriculados en primer año de enseñanza media estudian los ramos de Eco-
nomía y Educación Cívica con el texto que entrega gratuitamente el Ministerio de Educación
a todos los colegios municipales y particulares subvencionados, y que correspondió, para
el año 2004, al texto de la Editorial Zig-Zag, edición 2003.
La conclusión fue que tanto ese texto, como el de Arrayán Editores, recogían un pensamiento
económico y político con un sesgo importante en la dirección reguladora e intervencionista
del Estado. En ese sentido, mostraban una orientación poco moderna, al no recoger el enorme
consenso que hoy existe en torno a la economía de mercado.
El objetivo de este estudio es revisar el nuevo texto de la editorial Zig-Zag, edición 2005,
ver cómo se tratan los temas económicos y si los cambios introducidos son suficientes o no
en términos de obtener un texto de estudio más objetivo. Adicionalmente, este informe da
un paso más al analizar cómo se enseña Educación Cívica en enseñanza media, materia no
tratada en el trabajo previo.
La enseñanza de la Economía
Los resultados obtenidos muestran un avance importante en la enseñanza de la Economía
respecto a la versión anterior del texto oficial de la Editorial Zig-Zag (2003), en el sentido
de abstenerse, en muchas materias, de emitir juicios subjetivos. No obstante, todavía
persiste un sesgo en algunos temas, por ejemplo, en lo que se refiere a medio ambiente y
desarrollo sustentable. Además, en ciertos temas se entrega información incompleta que
¿Qué se enseña de Economía y Educación Cívica a nuestros niños en el colegio? 167
puede llevar a conclusiones erradas por parte de los alumnos, como por ejemplo, respecto
de las posibles explicaciones que se dan para justificar la desigual distribución del ingreso
Con relación a los modelos económicos, si bien hay un avance en la forma de presentarlos
-sobre todo al abandonar la visión absolutamente pesimista que se tenía respecto del sis-
en textos escolares
tema capitalista y del consumo- el sesgo se mantiene, aunque con menor intensidad que
en la versión anterior. Llama la atención que dicho análisis no se base, para caracterizar los
distintos sistemas económicos, en las tres preguntas básicas de economía: ¿qué producir?,
¿cómo producir? y ¿para quién producir?
De igual forma, no hay una explicación clara sobre el rol subsidiario que debe tener el Esta-
do; es así como se afirma que sería parte de su labor la producción de defensa, transporte,
educación, automóviles, agua y energía, lo que, claramente, en casi todos los casos, es
incorrecto, salvo por el caso de defensa.
Finalmente, hay materias que el texto no aborda, como son los casos de las externalidades,
de las ventajas competitivas, de los bienes públicos, entre otros.
También destaca la visión negativa mostrada respecto de la integración entre quienes per-
tenecen a una etnia y quienes no. El texto lamenta que hayan fallado los intentos de reforma
constitucional para reconocer jurídicamente la plurietnicidad y el derecho de cada pueblo
indígena a preservar su cultura. A nuestro juicio, las reformas constitucionales señaladas, tal
cual fueron formuladas, incluían el error de cuestionar el concepto unitario de nación, por lo
cual era perfectamente democrático tener una postura contraria a dicha reforma.
El texto de Zig-Zag tampoco es objetivo al describir el rol del Estado y presenta una postura
negativa sobre las consecuencias del neoliberalismo en el crecimiento de los países y sobre
el proceso de privatizaciones, respecto del acceso a los servicios básicos por parte de las
personas de menores ingresos. Tampoco reconoce el significativo rol social del Estado du-
rante el Gobierno Militar; por el contrario, de su lectura se infiere que no hubo una política
social en dicho período. Esto contradice estudios de instituciones tan relevantes como es el
Banco Mundial.
168 María de la Luz Domper Rodríguez y Rodrigo Delaveau Swett
Otros textos de estudio, por su parte, como los de la Editorial Mare Nostrum y Mc Graw
Hill, son bastante objetivos y en general presentan visiones poco sesgadas de los temas
comentados. Ambos incluyen dentro de su análisis el rol de las sociedades intermedias y
su importancia.
El texto de la Editorial Mc Graw Hill es el más completo y objetivo; presenta todos los temas
mencionados de educación cívica: estructura normativa y constitucional de Chile, participación
ciudadana y organización del Estado y poderes públicos.
También incluye dentro de su análisis la importancia de la supremacía del ser humano por
sobre el Estado, consagrada en nuestra Constitución Política y especifica que el Estado se
encuentra al servicio del ser humano y no éste al servicio de aquél.
El texto de Arrayán Editores llama la atención debido al énfasis que le otorga al objetivo trans-
versal de desarrollo sustentable, el cual es constantemente evaluado en el texto mediante
preguntas difíciles de contestar con la información que este entrega.
En conclusión, podemos señalar que debe preocupar la visión que el texto de Zig-Zag entrega
a alrededor del 88% de los alumnos de primer año de enseñanza media del país respecto de
la educación cívica. El texto de Zig-Zag muestra una posición negativa y sesgada respecto de
la Constitución y del sistema binominal; promueve una visión que atenta contra la existencia
de un Estado unitario en Chile por la forma como trata el tema indígena; y otorga un rol pri-
mordial al Estado en cuanto a políticas sociales se refiere, sin que se mencione el principio
de subsidiariedad ni el rol que deben cumplir las sociedades intermedias.
En conclusión
Si bien no se puede esperar que un texto escolar sea perfectamente objetivo, al menos puede
pedirse que éste no sea sesgado, menos aún si se trata de un texto oficial. De lo contrario, sería
bueno que se entregara real libertad en la elección de los textos, sin que estos tengan que
ser oficiales. Creemos necesario que el Ministerio de Educación analice si es más conveniente
para el país desarrollar un nuevo texto que perfeccione las materias señaladas, o bien, optar
por alguno de los existentes que son más completos en las distintas visiones existentes. La
educación no puede utilizarse como un instrumento de adoctrinamiento político. De ahí la
necesidad de mejorar y hacer más amplia y pluralista la forma como se enseña Economía y
Educación Cívica a los estudiantes de nuestro país.
169
en textos escolares
(1981-1994)
Carlos Francisco Garrido González
Antecedentes teóricos
Comencemos por plantear que los textos escolares no surgen exclusivamente desde la
particular perspectiva de cada autor, necesariamente se deben encauzar en las propuestas
curriculares planteadas desde el Ministerio de Educación.
El currículum puede ser definido como una selección de saberes -en un sentido amplio- que
una sociedad desea que las nuevas generaciones adquieran. Autores como Michael Apple
nos plantean que “el currículum nunca es una simple colección neutra de saberes, que se
manifiesta de alguna manera en los textos y aulas de la nación. Forma parte siempre de una
tradición selectiva, de la selección que hace alguien, de la visión que un grupo tiene del saber
legítimo. Se produce a partir de conflictos, tensiones y compromisos culturales, políticos y
170 Carlos Francisco Garrido González
económicos que organizan o desorganizan un pueblo” (Apple, M., 1995, p.153). Así, la selección
del conocimiento impartido en las aulas o a través de los textos escolares, nunca es neutra
y siempre contiene un fuerte carácter político; son cuotas de poder y su legitimación lo que
está en juego, hablamos de apuestas ideológicas y de sociedad. En este sentido, cuando co-
locamos nuestros ojos en quienes seleccionan los contenidos, también escrutamos a quienes
mantienen el poder y su lucha por aparecer de manera legítima ostentándolo.
No perdiendo de vista lo anterior, pasemos a discutir brevemente lo que ocurre con el racis-
mo. Como punto de partida recurrimos a lo planteado por autores como Lévi-Strauss, quien
lo describe como una doctrina en la cual se plantea la existencia de una correlación entre
el patrimonio genético y las capacidades intelectuales y disposiciones morales. Ese patri-
monio genético, del que dependen esas aptitudes y esas disposiciones, es común a todos
los miembros de determinados grupos humanos. Esos grupos, llamados razas, se pueden
jerarquizar en función de la calidad de su patrimonio genético. Esas diferencias autorizan
a las razas consideradas superiores a dominar, explotar y, eventualmente, destruir a otras
(Valdés, M., 1992-3, pág. 42).
Lo anterior nos lleva a una argumentación sobre el fenómeno racista que se asocia con una
explicación de carácter biológico sobre la diversidad. Se construye un discurso que asume
como eje principal el concepto de raza. Sin embargo, con respecto a la raza es bueno tener
presente consideraciones como las de Cameron McCarthy, quien plantea que este concepto
es un complejo inestable y descentrado de significados sociales constantemente transfor-
mados por la lucha política (McCarthy, C., 1994, pág. 18). Planteamiento éste que representa
un duro golpe a la argumentación de origen biológico del racismo, pues permite desmitificar
el supuesto carácter neutral del concepto mismo de raza. Sin embargo, esto no ha implicado
su desaparición.
Comencemos mencionando qué ocurre con los programas de estudio del período en el caso de
Historia (Decreto Nº 4002 de 1980). Lo primero es constatar que el currículum oficial acepta la
existencia de razas, lo cual se aprecia cuando se intenta dar a entender qué es una nación:
Esta definición entrega una supuesta base biológica a la nación, pues se habla directamente
de que sus miembros pertenecen a una misma raza, situación absolutamente discutible desde
Visiones racistas en los textos escolares de Historia de 7º y 8º básico, ... 171
un punto de vista científico. Por su parte, en los textos escolares no se habla explícitamente
de raza, pero sí de grupos raciales, aceptando igualmente la perspectiva de orden biológico
El origen de esta raza mencionada en los programas se encuentra en la mezcla entre españoles
y mapuches (proceso conocido como mestizaje). Ahora, con respecto a los componentes cul-
en textos escolares
turales de este nuevo grupo se puede afirmar que los más numerosos y destacados provienen
de la raza blanca-española. Esto ya se aprecia en los programas de estudio:
“-Identificar y apreciar los aportes traídos por los españoles: lengua caste-
llana, religión católica, mestizaje, la escritura, los números árabes, armas de
fuego, la rueda, el arado, cultivos del trigo y la vid, animales como el caballo
y la vaca, leyes y en general su cultura.”(Objetivo General Nº 6, Objetivo Es-
pecífico Nº 5, Planes y Programas de 6º año básico para Historia, Geografía
y Ciencias Sociales).
Lo anterior nos muestra cómo para el currículum oficial el aporte principal, en términos cul-
turales, viene desde la raza blanca-española, con lo cual se asume implícitamente que ésta
es superior a cualquier otra, en especial a las razas como la mapuche, aymará, selk’nam,
rapanui, kawésqar, entre otras.
Pero ahora observemos lo que ocurre con los textos de estudio. Lo antes mencionado también
se puede observar en éstos, por ejemplo, este encuentro biológico-cultural se plantea de la
siguiente manera:
El texto afirma que en países donde se desarrollaron grandes civilizaciones, los aportes
indígenas a la cultura son mucho más notorios. Si se menciona Chile, en este caso, es para
diferenciarlo de esos países; aquí el aporte indígena sería mínimo en la cultura desarrollada
a partir de la Colonia. Así, se desea evitar asociar el desarrollo cultural chileno con la cultura
indígena, incluso, más aún, podríamos decir que efectivamente lo que se desea es negar ese
aporte, diferenciando al mismo tiempo a Chile del resto de Latinoamérica.
Considerando lo anterior, un texto del año 1986 resulta categórico:
“Igual que en el resto de América, en Chile hubo una mezcla de tres tipos
raciales: blanco, indígena y negro. El sector mayoritario, sin embargo, fue
el de los mestizos y en él predominaron los rasgos blancos sobre los de tipo
aborigen” (Villalobos, S. y Cols., 7º Básico, 1986, pág.47).
Este texto reconoce la existencia de tres tipos raciales. Asume la mezcla entre ellos, a partir
de lo cual aparece un nuevo grupo, los mestizos. Sin embargo, realiza una afirmación tajante:
“predominan los rasgos blancos sobre los de tipo aborigen”. Esta afirmación plantea una serie
de problemas en su interpretación. En principio no existe claridad a qué hace referencia el autor
con la idea de rasgos, pueden ser de tipo físico, psicológico, cultural, etc. Ahora, todo el párrafo
está bajo el título de “Grupos raciales y sociales”, por lo cual podemos deducir lo siguiente:
probablemente la intención del autor era hablar de aspectos culturales de los mestizos, es decir,
que en ellos predominaría la cultura española por sobre la indígena. Sin embargo, al utilizar
terminología de origen biológico -como por ejemplo, la idea de racialidad-, genera un total
desajuste, pues con el lenguaje utilizado se entiende que el surgimiento de los mestizos tiene
relación con una mezcla de orden biológico, que conllevaría lo cultural. Sin embargo, una de las
razas sería superior a otra, por lo que impondría sus características físicas y culturales.
Con todo lo dicho hasta ahora, surge una situación particular: la imagen del mestizo se
construye como una instancia de blanqueo. Es decir, es una forma de rechazo hacia la cultura
indígena y no una forma de reconocimiento.
Esta imagen del mestizo busca también lograr la necesaria homogenidad en Chile una vez
producida la Independencia. En este punto se conectan el racismo con el nacionalismo. Como
lo menciona María Dolores París “el mestizaje fue el sostén de la ideología nacionalista en
varios países latinoamericanos”, junto con “inventar una suerte de origen genealógico co-
mún y fundar el sentimiento nacional sobre una homogeneidad racial y cultural” (París, M.,
pág.297). Es decir, existe una cercanía importante entre la concepción de igualdad racial y la
construcción de una nación homogénea. Así, el mestizaje surge como una idea claramente
intencionada hacia la creación de una imagen de unidad e igualdad.
A los mestizos se les presenta con otra característica: es, por una parte, el reducto de lo
español -ello sería lo positivo-, pero también de lo indígena, y esto se asume como negativo.
Por ejemplo, en la indicación a una imagen de un mestizo se señala lo siguiente:
en textos escolares
brecidos que también pertenecían a este segmento de la sociedad. Asimismo, nos parece
necesario reflexionar respecto de si el autor tiene como intención extender esta visión hasta
nuestros días; esto lo decimos por el carácter de las preguntas que se pueden apreciar al
final de la cita. De esas preguntas también parece desprenderse un interés por reforzar una
noción de superioridad de Chile frente a sus vecinos.
Todo lo anterior resulta aún más alarmante al constatar que esta asociación de los sectores
más pobres con los mestizos va de la mano con una serie de prejuicios. Por ejemplo, cuando
se habla de las diversas formas de diversión presentes en cada grupo, respecto a la aristo-
cracia se dice:
“En las clases altas eran frecuentes las TERTULIAS Y SARAOS, de tono tranquilo
y fino” (Villalobos, S. y Cols., 7º Básico, 1983, pág.76).
Luego se pasa a describir las formas de diversión de los sectores más pobres mencio-
nando que:
Esta perspectiva se mantiene en otros textos. Por ejemplo, uno de 1986 menciona que:
Se vuelve a repetir la idea de que el bajo pueblo es el foco de los vicios, los delitos, lo
indeseable.
Así, apreciamos claramente en los textos escolares una intención de asociar todo lo negativo
del mestizo con lo indígena, y lo positivo con lo español, dando una muestra más del carácter
netamente racista del discurso que se maneja.
Es evidente que en nuestra exposición hemos seleccionado solo una línea de la forma en la
cual se presentan los discursos racistas en los textos escolares. Hemos dejado fuera temas
como el tratamiento de la guerra de Arauco o vida fronteriza; la ausencia de los pueblos
originarios después de la década del 80’ del siglo XIX; la población de origen africano en
Chile y la esclavitud, etc. Sin embargo, creemos que por el momento es lo adecuado para
motivar la discusión.
174 Carlos Francisco Garrido González
Para concluir
Podemos afirmar que el racismo funciona como un tamiz ante todo aquel componente de
nuestra sociedad que no r esponda a la memoria histórica dominante. Con él se justifica la
exclusión o eliminación del otro en pro de un interés superior. Así podemos apreciar que
la recreación de la historia de Chile desde una perspectiva racista, tiene como uno de sus
orígenes la necesidad de entregar una imagen de supuesta homogeneidad de la sociedad
chilena, a la medida del contexto político de los años 1981 a 1994, resultado de lo cual se pre-
sentaba un país sin conflictos y en paz consigo mismo. Con ello se insistía en unir lo biológico
(el fenotipo) con características culturales, las cuales prácticamente serían traspasadas de
una generación a otra a través de la herencia genética. Para explicar esto, baste recordar la
insistencia en ilustrar la diversidad cultural, en particular durante la Colonia, con ejemplos
donde el fenotipo es lo esencial (como el color de la piel), llevando luego esta diferencia al
plano cultural, sin realizar ningún tipo de indicación respecto a la necesidad de separar ambos
niveles, pues el uno no determina al otro.
Todo este análisis nos lleva a plantear como propuesta la necesidad de un uso vigilante, atento,
incluso sospechoso, de los textos escolares por parte de los profesores, pues conociendo
su utilidad para el trabajo docente, es también necesario no olvidar que son portadores de
un discurso potente, a la medida de intereses curriculares -y por tanto, de poder- de grupos
que intentan instalar su cultura como la única posible de valorar. En la actualidad, particular
interés nos debe merecer el uso de un lenguaje que mantiene vivos conceptos como el de
raza en la enseñanza de la historia; asimismo, es necesario estar atentos a situaciones en
las cuales los textos escolares reconocen actitudes racistas, pero las alejan del día a día de
nuestros alumnos.
Cabe mencionar que los textos seleccionados para este estudio se desarrollaron hace algunos
años, pero, sin embargo, muchos de ellos marcaron a generaciones completas, de las cuales
son parte quienes hoy cumplen labores docentes, e incluso aún son utilizados en las aulas
por los profesores debido a que son importantes fuentes de contenido, en particular para el
caso de educación básica.
Por último, es necesario recordar que la enseñanza de la historia no debe basarse en la impo-
sición de una identidad o cultura (independiente de mi acuerdo o desacuerdo con ella), debe
inspirarse en la construcción de identidad considerando a los otros y no excluyéndolos. Este,
sin duda, es el gran desafío que existe para nosotros a partir de lo expuesto en este trabajo.
Es de esperar que lo que actualmente se está haciendo sirva para avanzar en este sentido.
Visiones racistas en los textos escolares de Historia de 7º y 8º básico, ... 175
Bibliografía
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Planes y Programas de 6º año básico para Historia, Básico. Editorial Universitaria. Santiago.
Geografía y Ciencias Sociales. Mayo de 1980.
176
E ntre los textos narrativos a los que los escolares de todo el mundo se enfrentan de
una u otra manera, están los relatos históricos sobre el pasado de su nación. El texto
emplea un lenguaje (escrito e icónico) al que se le atribuye una narratividad plena y
verdadera respecto de los acontecimientos de los que se ocupa. Este es el argumento central
de James Wertsch1 para referirse al uso del texto escolar como una herramienta cultural. El
autor agrega que los enunciados y el lenguaje considerados apropiados para producir los
textos siempre pertenecen a alguien que no es neutral, sino que existe en los contextos con-
cretos de otros y sirve a las intenciones de otros. El texto tiende a privilegiar o valorar ciertas
formas de razonar. Se trata de las formas de razonar generadas en el ámbito institucional de
la educación formal. Un individuo adquiere y refuerza su poder al invocar los discursos de
tales textos, los que son sancionados como pertinentes para producir argumentos.
El texto escolar de historia nacional es una herramienta utilizada por el sistema de educación
formal para construir y transmitir una imagen oficial de la nación. Luis Alberto Romero2, quien
desarrolló un estudio que enfoca la relación entre historia oficial y educación en la Argentina,
afirma que la Escuela forma una especie de sentido común de la historia en el que las efeméri-
des “anulan nuestra historia, la esconden en una cronología básicamente política”. Concluye
que uno de los principales propósitos de la escuela de su país es hacer argentinos.
Bajo esta perspectiva, hemos planteado el estudio del indígena de la etapa denominada
Conquista o del período fundacional del Estado colonial de Chile (1535-1598), en los textos
escolares de historia de Chile. Los objetivos del estudio son:
1 La mente en acción. Oxford University Press, 1998. 1ª edición en castellano, Aique editor S.A., Argentina. 1999.
2 Luis Alberto Romero. La Argentina en la Escuela. La idea de nación en los textos escolares. Siglo XXI editores, Buenos Aires,
2004. Páginas 19 y 24.
Los indios en los relatos históricos del pasado de la nación... 177
en textos escolares
bélico, a pesar de los avances del conocimiento científico acerca de las culturas
originarias y sobre su rol.
1. Los saberes sobre la Conquista de Chile elaborados por historiadores cuyas obras
utiliza el sistema escolar construyen y difunden una narración del período en cuestión
que explícita e implícitamente adhiere a la posición hegemónica del conquistador del
siglo XVI.
2. En los textos escolares del siglo XIX, el contenido del discurso sobre el indígena
y su papel en la formación de la nación difunde una imagen de los indígenas más
negativa que neutra o positiva.
3. El saber decimonónico impregnó a autores de la primera mitad del siglo XX, cuyas
obras actúan como discurso paralelo al discurso renovado que propone la actual
reforma educacional chilena.
4. Las imágenes difundidas por los textos escolares sobre los pueblos originarios y su
papel en la formación inicial del país han obstaculizado el efecto de las políticas de
respeto y aceptación de la diversidad cultural representada por los pueblos indígenas,
y el reconocimiento de nuestra multiculturalidad.
Para establecer la observación empírica del tema consideramos universo del estudio a los
textos escolares de historia de Chile contenidos en el Catálogo General de la Biblioteca Na-
cional de Chile, según la entrada “Historia de Chile libros de texto”. Al revisar el catálogo, se
ordenó su información: 1º, por autor/a, según siglo y década en que se registra su primer texto
y 2º, por autor/a, según títulos y años de edición. El catálogo abarca 160 años (1845-2005).
El total de autores es de 71. La dinámica de publicación es muy lenta en todo el primer siglo,
en el que se registran solo 13 autores. Sin embargo, la producción se torna muy dinámica en
los últimos 25 años, en los que aparecen 50 autores; ello se acentúa en el último quinque-
nio, que registra 18 autores. No obstante ese dinamismo, constatamos también una notable
persistencia de ciertos autores y textos, como lo veremos a continuación.
La Historia de Chile de Luis Galdames fue publicada por última vez en 1974, después de 68
años de su 1ª edición, en 1906. Francisco Frías Valenzuela publicó en 1950 su Manual de
historia de Chile, reimpreso en 28 ediciones; su uso escolar se ha prolongado por 55 años,
llegando hasta el presente. La Historia de Chile de Walterio Millar se ha reeditado también
por 50 años. La Historia de Chile de Francisco A. Encina, fue reeditada en 1983, a los 50 años
de su 1ª edición, por la editorial de la revista Ercilla, con apoyo de cinco empresas privadas.
178 Erika Zúñiga Fuentes
Este discurso continuista iniciado en el siglo XIX presenta de modo desfavorable a los pueblos
indígenas y ha tenido responsabilidad en la falta de autopercepción de los chilenos como
mestizos.
Hay que reconocer un cambio notable de óptica desde el primer Manual de historia de Chile
que consideraba a los indígenas como no chilenos, hasta los textos actuales, que incorporan
los nuevos enfoques de la historia.
Los textos escolares, desde la reforma de 1964, han recogido, en grado diverso, el cambio
historiográfico. La historiografía chilena desarrolló y desarrolla investigaciones desde nuevos
enfoques teóricos, entre los que destacamos la historia indígena. La década del 70 marcó
el desarrollo incipiente de la etnohistoria; ésta propone un paradigma diferente en el cual
el indígena ya no es el fondo breve y deshilvanado del primer plano que es la acción de los
conquistadores, sino que es un otro cultural. Es un actor social colectivo que es entendido
“como un legítimo otro en su diferencia”. Por otra parte, las ciencias sociales han sido
acompañantes de las gestiones hechas por las comunidades indígenas que han luchado por
recuperar, entre otros derechos, su derecho a la historicidad.
Al fundar nuestro estudio en los textos escolares, estamos conscientes que las variables que
inciden en la persistencia de la imagen negativa hacia los indígenas son múltiples y están
dentro y fuera del sistema escolar. Es interesante observar cómo se potencian mutuamente,
generación tras generación, los aprendizajes que proceden de los textos escolares con otras
múltiples formas de textos usados en el saber cotidiano expresados en los refranes, los chistes
o la caricatura, todos los cuales representan un imaginario de chilenos blancos.
Ahora bien, si volvemos al sistema escolar, éste contiene una multiplicidad de variables
que, conjugadas, redundan en la reproducción de la cultura blanqueada. Los textos son una
de tales variables, pero tienen la fuerza de la verdad que se atribuye a la palabra escrita.
Citamos dos testimonios del programa de perfeccionamiento “Formación para la apropiación
curricular en profesores de 2º ciclo de Educación Básica, Sub sector Educación Artística” que
realizó nuestra Universidad (Enero de 2006):
en textos escolares
en las Escuelas de la República”. Con tal respaldo oficial, ¿quiénes estarían dispuestos a
contradecir sus afirmaciones sobre los verdaderos chilenos? Aunque aún no hemos logrado
leer directamente este texto, recurrimos a una cita proporcionada por Clara Zapata. La cita
es representativa de la corriente de pensamiento que muestra de forma excluyente y nega-
tiva a los indígenas: “Sólo son chilenos, quienes hablan español, visten como los europeos,
estudian ciencias; quienes en último término son civilizados, y no así los indígenas que no
son parte de nuestra sociedad, no son nuestros compatriotas”4.
56 años más tarde, Francisco Valdés Vergara5, en 1901, escribía sobre los “Antiguos habitantes de
Chile (…) Los indios tenían tanta dificultad para procurarse alimentos que siempre andaban con
hambre, muchas veces obligados por la necesidad, comían sapos, lagartos y otras sabandijas.
También cuando estaban de guerra mataban a sus enemigos y los devoraban. No se daban el
trabajo de asar o cocer la carne: la comían cruda. Esto se explica porque los indios carecían de
ollas y demás útiles que usan los hombres civilizados para condimentar sus alimentos”. “Cos-
tumbres de los indios. Desde temprano los muchachos acompañaban a sus padres en fiestas
y borracheras. Cuando un niño mostraba gusto por la bebida, su padre, en vez de castigarle, le
aplaudía; si el niño golpeaba a su madre o a sus hermanos, el padre quedaba más contento,
porque creía que su hijo iba a ser bueno para la guerra. Una vez le preguntaron a un indio por
un niño que era su pariente, y él contestó: “Ya está grande, ya pelea con su padre y le pega a
su madre”. El indio decía esto como una gran recomendación del niño”6.
Walterio Millar en su Historia de Chile, 64ª edición, inserta un dibujo de machi; el texto que
acompaña esta lámina señala: “Tenían mucha influencia y rango entre los suyos, hacían vida
solitaria y se dejaban crecer el pelo y las uñas. Hoy se las conoce con el nombre de brujas.
Cuando un indio se enfermaba de gravedad era llamada la machi a fin de curar lo que ellos
creían un maleficio o un daño, para lo cual hacían una extravagante ceremonia llamada
machitún”7.
3 Publicación del autor argentino en 1845. Es temprana si tenemos en cuenta que solo un año antes se había publicado el
primer trabajo de investigación en historia de Chile de corte interpretativo. “Por disposición del artículo 28 de la ley que creó la
Universidad de Chile, de fecha 19 de noviembre de 1842, cada año un miembro de la Corporación debía presentar una memoria
sobre algún tema de la historia nacional. El primero en hacerlo, por encargo expreso del rector don Andrés Bello, fue don José
Victorino Lastarria, joven profesor que presentó en el año 1844 sus investigaciones sobre la influencia social de la Conquista i
del sistema colonial de los españoles en Chile”. En: Villalobos, Sergio: Historia del pueblo chileno. Tomo I. Página 13.
4 Citado por Clara Zapata Tarrés: Las Voces del desierto: identidad aymara en el norte de Chile. Colección de ensayos y
estudios. DIBAM, Centro de Investigaciones Barros Arana. Santiago. 2001. Pág. 31.
5 Francisco Valdés Vergara. Historia de Chile para la Enseñanza Primaria. 1901. Páginas 3 a 5.
6 Francisco Valdés Vergara. Historia de Chile para la Enseñanza Primaria. 1901. Páginas 5 a 7.
7 Página 66
180 Erika Zúñiga Fuentes
Estos son ejemplos de la persistencia, a través de los siglos, de la misma hegemonía española
colonial que apreciamos al observar la mayor parte de los textos españoles del siglo XVI cuando
hacen referencia al modo de vida del mundo indígena. En los textos del siglo XVI, el español
sentía que le correspondía utilizar a los indios porque era más que el bárbaro. Los indios, en-
tonces, debían emular el modelo de vida propio del español. Con esta lógica, a los indígenas
que se rebelaban contra tal política les correspondía ser combatidos, cautivados y castigados
hasta que se sometieran. En tal narración histórica hay una lógica de toma esa posición. En la
gran parte de los textos de historia de Chile escritos en los siglos XIX y XX, no se hace un análisis
crítico respecto del trascendente hecho de que los papeles de los actores indígenas derivan de
un forzado marco de interacción con la población hispana. Esa visión crítica -que se hace cargo
de la incorporación de los indios de Chile a las reglas del modelo cultural exógeno- o esta óptica
que observa a las comunidades indígenas construyendo su identidad no de forma autónoma,
sino en intercambios que, si bien son diversos y complejos, son también subalternos, recién
se observará en textos escolares de las dos últimas décadas.
En la actualidad, el programa oficial de estudio de quinto año de educación general básica del
sector Estudio y Comprensión de la Sociedad, señala entre sus nueve objetivos fundamenta-
les el siguiente subconjunto de objetivos que buscan formar en el alumno un concepto muy
diferente sobre el papel de las culturas originarias en la formación de la nación: “1. Apreciar
el sentido del tiempo histórico en el espacio cercano; 2. Localizar algunas civilizaciones de
América precolombina y conocer sus formas básicas de organización; 3. Comprender las
circunstancias que llevaron a naciones europeas a descubrir nuevas tierras; 4. Valorar el
encuentro entre las culturas originarias de América y las europeas, y sus consecuencias; 5.
Comprender la época colonial como el período en que se articulan distintas culturas y se inicia
el proceso de configuración de identidades nacionales” (Mineduc, Chile).
Sin entrar a una crítica sobre la notoria repetición de las versiones o sobre la ausencia de
las citas que respeten la autoría de las ideas usadas, o el tema generalizado de no indicar
en textos escolares
que hablaba de este pasaje desde la posición del enemigo y desde el impacto de la pérdida
económica que significaba el alzamiento de la mano de obra de los lavaderos de oro en la
población con mayor concentración demográfica de Chile.
Comentario aparte merece la presentación del acto de canibalismo con Valdivia y algún otro
prisionero. Esta práctica fue considerada la más notoria señal de inhumanidad en la literatura
que narra los descubrimientos geográficos durante el siglo XVI. La narración del canibalismo
con Valdivia por parte de los indios, instalada por el cronista Góngora Marmolejo, está pre-
sentada en 7 de los autores de los textos observados (casi el 50%). Fuera de Diego Barros
Arana, aparece en Francisco Valdés Vergara, Luis Barros Borgoño, Francisco Frías Valenzuela,
Francisco Antonio Encina; Francisco A. Encina y Leopoldo Castedo, y Carlos Fortín. Vale decir,
que aquella narración iniciada en el siglo XVI por un conquistador, soldado y enemigo de
los indígenas de Chile, persiste por más de un siglo en la historia moderna. Como lo hemos
hipotetizado, los textos de los autores persistentes son el discurso paralelo al de los textos
escolares de la actual reforma educacional y obstaculizan el efecto de las políticas públicas
de respeto y aceptación de los pueblos originarios.
182 Erika Zúñiga Fuentes
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5 TEXTO ESCOLAR Y
OTROS RECURSOS EDUCATIVOS
184
Colaboradores
María José Dulcic Rodríguez es Licenciada en Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Profesional del componente Bibliotecas Escolares/CRA de la Unidad de Currículum y Evaluación del
Ministerio de Educación de Chile.
Fidel Oteiza Morra, Profesor Titular del Departamento de Matemáticas y Ciencias de la Computa-
ción, Facultad de Ciencias, Universidad de Santiago de Chile. Director del Centro COMENIUS para la
innovación en educación de la misma universidad. Doctor en Currículum e Instrucción y Masters en
Educación Matemática, Universidad del Estado de Pennsylvania, EE.UU. y Profesor de Matemática y
Física, Universidad Católica de Chile. Áreas de interés profesional: Educación Matemática, desarrollo
curricular, formación inicial docente y uso de las tecnologías de la información en educación.
Nancy Livingston es Profesor emérita en la Brigham Young University donde se graduó en el año
1975. Anteriormente fue Directora de Artes del Lenguaje en el Departamento de Educación del
estado de Utah, hoy en día es Directora de Alfabetización en el BYU Public School Partnership. Es
columnista sobre textos para niños en ‘The Reading Teacher’, una publicación de la International
Reading Association.
185
En el momento de estructurar las diferentes líneas de investigación, fue de una gran ayuda el
trabajo de Colás (1989), desarrollado en el contexto español. Por otra parte, tuvimos muy presente
algunas investigaciones surgidas en el contexto Latinoamericano, destacando las realizadas en
Colombia y en algunos países de América Central, como Costa Rica y Honduras, por ser lugares
donde la UNESCO desarrolla un número significativo de iniciativas dirigidas a fomentar la lectura
y la elaboración de materiales curriculares impresos por parte de diversos colectivos.
Entre la diversidad de líneas de investigación existentes, podríamos destacar: análisis del uso y
rol de los materiales curriculares; motivos que determinan que los profesores seleccionen unos
u otros materiales; ideología que aparece presente en los recursos; los aspectos formales en
los materiales; el modo en que los procesos de Reforma Educativa repercuten en las caracte-
rísticas de los materiales; lecturabilidad de los textos; estudios relacionados con las diferentes
áreas del currículum, entre otros. Igualmente, las metodologías y los enfoques empleados
por las investigaciones han sido muy diversos: estudios de casos, empleo de cuestionarios,
186 Jesús Rodríguez Rodríguez
En líneas generales, los resultados de la investigación muestran una clara dependencia del
profesorado respecto de los libros de texto. En cuanto a las razones de esta dependencia,
se mencionan factores de experiencia, la cantidad de tiempo asignado a la instrucción, las
percepciones de los profesores sobre la autoridad de los libros de texto, etcétera.
Algunos estudios también revelan que muchos profesores usan y siguen al pie de la letra los
manuales que acompañan estos libros de texto. Otros ponen de relieve la dependencia de los
profesores respecto de determinado tipo de materiales curriculares impresos. Así, la Educational
Products Information Exchange Institute (1977) puso de manifiesto la dependencia de los profesores
respecto de materiales comerciales. Algunos resultados de investigación relativizan el impacto y el
protagonismo de los libros de texto en el currículum. Así, por ejemplo, Area y Correa (1992), sobre
la opinión de los profesores en relación con el uso de los libros de texto en las escuelas, señalan
que los resultados muestran que una buena parte del profesorado no admite que un modelo de
uso exclusivo y tradicional de los libros de texto sea representativo de su práctica.
En cuanto a las modalidades de uso de los libros de texto, Henson (1981, cit. por Area, 1994)
identifica diversas prácticas más o menos estandarizadas, que clasifica como sigue: utiliza-
ción del libro de texto como currículum, combinación del libro de texto con otros materiales
y sustitución del texto escolar por otros medios o materiales. Otra serie de prácticas que
podrían encontrarse son: dependencia del libro de texto, omisión selectiva, centrado en lo
básico, gestión por objetivos, etcétera. En cuanto al estilo de uso que con mayor frecuencia se
encontró, destaca la utilización del libro de texto como currículum y como autoridad máxima
en el aula. Asimismo, algunas investigaciones analizan cómo los libros de texto promueven
la descualificación de los enseñantes (Cantarero, 2000).
A modo de síntesis, podríamos decir que la investigación pone de relieve que los profesores
usan los libros de texto como el principal recurso de instrucción, no obstante, no se puede
afirmar que éste es el único medio empleado. En líneas generales, se utiliza el libro de texto
como currículum y en combinación con otros materiales, y los profesores manifiestan depen-
dencia de los materiales comerciales más que de otros materiales.
influencia que tuvo el mercado en la venta de los libros de texto, el proceso de selección y
las técnicas o estrategias de evaluación que se vienen usando para seleccionar los libros de
texto. En general, estas investigaciones identificaron que los grupos de profesionales, admi-
nistradores y especialistas juegan roles cruciales en estos procesos de decisiones. Resulta
especialmente interesante el trabajo de Jensen (1931) (cit. por Børre, 1996), quien envió un
cuestionario a 36 grandes editores de libros de texto en EEUU y recibió respuestas de 33
de ellos. Entre los aspectos más destacables que arrojó el estudio, cabe señalar que ante la
pregunta de cómo obtenían los editores los manuscritos, las respuestas indicaban, primero,
que eran ellos los que acostumbraban a tomar la iniciativa, habitualmente a través de una red
de contactos regulares en el sistema escolar; segundo, que eran esos contactos personales
los que daban por resultado la creación de libros, y solo se aceptaba una media de un cinco
por ciento de los manuscritos sometidos a consideración por parte de extraños al sistema.
Según el autor, no parece ser una práctica general imprimir ediciones experimentales para
proponerlas a prueba en el aula. La mayoría de los editores asumen que el autor ya probó su
técnica y contenido en el aula antes de verter su material en el manuscrito.
Minorías
Dentro de este subapartado se incluyen aquellas investigaciones que hacen referencia al aná-
lisis de cómo aparecen tratados aquellos grupos que tradicionalmente han sido considerados
como minoritarios y sobre los que parece haber recaído una cierta marginalidad en función de la
escasa atención prestada socialmente, y el tratamiento que se ha realizado de estos colectivos
en los materiales educativos (grupos de inmigrantes, poblaciones indígenas, etcétera). Dentro
de estos trabajos conviene destacar las investigaciones que se centraron en ver cómo aparece
reflejado el rol de la mujer en los materiales educativos, y las actitudes sexistas que parecen
recogerse en los recursos. Trabajos como los de Anyton (1987), Sleeter y Grant (1991), el grupo
Eleuterio Quintanilla (1998), García Castaño y Granados (1998) y los estudios revisados por
Børre (1996), son una muestra de este tipo de estudios, en los que se pone de manifiesto la
discriminación que sufren algunos colectivos sociales en los recursos educativos.
188 Jesús Rodríguez Rodríguez
trabajos se centran en analizar los colores y los efectos empleados en los materiales instruc-
cionales en la ideología que transmiten los libros didácticos; en el análisis de cómo la forma
y significado de los materiales textuales afecta al currículo en términos de lenguaje, etc. En
líneas generales, estas investigaciones ponen de relieve la necesidad de que los materiales
presten mayor atención a las ilustraciones, evitando las imágenes contradictorias, racistas
y descontextualizadas.
pueden considerar discriminatorios; la mayoría de las editoriales muestran una línea y unos
planteamientos unificados en los distintos materiales que editan y alrededor de una cuarta
parte del total de materiales curriculares analizados deben considerarse inadecuados.
Otras investigaciones
En los últimos años nos encontramos con algunas investigaciones centradas en el análisis de
los libros de texto electrónico; comparación de las implicaciones en los procesos de enseñanza-
aprendizaje de las diferentes modalidades de texto; procesos de apropiación de los contenidos de
los materiales en soporte impreso y digital, etc. Otras líneas de investigación que se han seguido
en los últimos años han estado relacionadas con el análisis de la identidad en los libros de texto,
el estudio de los recursos educativos utilizados en las regiones fronterizas, la valoración de los
materiales didácticos empleados para el estudio de las lenguas extranjeras, las creencias y actitudes
del profesorado hacia los medios, la formación del profesorado ante los medios, entre otros.
A modo de síntesis
Las investigaciones sobre uso, función y características de los libros de texto y materiales
curriculares, ponen de manifiesto que existen importantes carencias en estos recursos. De
igual modo, cabe destacar la alta dependencia del profesorado respecto del libro de texto,
dejando el primero, habitualmente, las decisiones sobre los materiales curriculares en manos
de las editoriales. Tras el análisis de los enfoques y de las investigaciones realizadas, parece
recomendable fomentar la investigación en ámbitos tales como análisis de los procesos y
estrategias editoriales; los procesos de distribución; características y análisis de los mate-
riales producidos en el contexto educativo no formal; impacto de las nuevas tecnologías en
los procesos de diseño, uso y evaluación de los recursos curriculares impresos; análisis com-
parativo del material elaborado en las distintas comunidades autónomas; características de
los materiales en las zonas fronterizas; estudio de las decisiones que se toman en los centros
educativos a nivel institucional sobre el tema, y formación de los asesores, inspectores y otros
profesionales de apoyo al profesorado sobre los materiales curriculares, etcétera.
La investigación sobre los libros de texto y materiales curriculares 191
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D
enseñanza.
iversos estudios han demostrado que las bibliotecas escolares desempeñan un rol
fundamental en la educación. Es por esto que en los últimos 14 años el Ministerio
de Educación les ha dado una especial importancia como un medio de apoyo a la
Las bibliotecas escolares han experimentado grandes cambios cualitativos, fortaleciendo su rol
en la implementación del currículum y como generadoras de instancias lúdicas de educación.
Estas bibliotecas escolares modernas, ya implementadas en los países desarrollados, han sido
bautizadas con el nombre de Centros de Recursos para el Aprendizaje o simplemente, CRA.
El nuevo concepto va más allá de los cambios físicos del lugar, ya que en ellas “[...] se reúne,
en un espacio dinámico y de encuentro, una diversidad de recursos educativos, que contienen
información actualizada y apoyan a través de múltiples servicios, el proceso de enseñanza-
aprendizaje, articulando las diversas acciones que resultan de la implementación de un currí-
culum escolar en permanente desarrollo”1.
Una biblioteca moderna que no es usada en forma adecuada no cumple su función de apoyar
el desarrollo de niños y jóvenes. El principal objetivo del CRA debe ser que tanto la colección,
el equipo de trabajo y los servicios que se prestan, se conviertan en facilitadores del proceso
de enseñanza, apoyando la planificación educativa.
1 Cox, Cristián y Mekis, Constanza: “El Centro de Recursos para el Aprendizaje en la Reforma Educacional de Chile”,
En: Integrando el Centro de Recursos para el Aprendizaje al Currículum, Seminario Internacional de Bibliotecarios Escolares,
Santiago de Chile, Octubre de 1999, Pág. 22.
Textos y bibliotecas escolares / CRA, ¿son un caleidoscopio para el aprendizaje? 193
a disfrutar de la lectura por placer, y por otra parte, a usarla como medio de aprendizaje de
contenidos específicos, incidiendo así de manera directa o indirecta en el fortalecimiento
del hábito lector.
Pero todo esto no podemos conseguirlo solos, sino que necesitamos de la confluencia de
distintas instancias y voluntades de la comunidad educativa.
Dentro de este contexto, saber leer va más allá de la simple alfabetización, por esto, el CRA
pretende ayudar a la implementación curricular mediante el desarrollo de las destrezas ne-
cesarias para comprender la información y aplicarla a las situaciones concretas del día a día.
El adquirir estas habilidades de lectura (e información) influye directamente en la educación
y el desempeño de los estudiantes: las habilidades de lectura son habilidades de estudio3.
Las habilidades de información deben ser transversales, es decir, ser incluidas en todos los
sectores de la educación y de la institución escolar.
2
Cox, Cristián y Mekis, Constanza: Op. Cit. Págs. 24-25.
3
Artelt, Cordula; Baumert, Jürgen y otros: Learners for Life, Student approaches to learning, Results from PISA 2000, Francia,
OCDE, 2003, Pág. 65.
4
Ministerio de Educación de Chile: Centro de Recursos para el Aprendizaje ¿Cómo Usarlo?, Santiago, Marzo 2001. Pág.53.
194 Constanza Mekis Martínez y María José Dulcic Rodríguez
Sin lugar a dudas, mediante la combinación inteligente de estos dos recursos pueden
conseguirse grandes avances en el sistema educativo. Ninguna de las dos instancias, los
textos escolares o el CRA, usados de manera independiente y excluyente, significarán una
diferencia significativa en la vida de los estudiantes chilenos, ni podrán ser aprovechados
en toda su dimensión.
Más adelante volveremos sobre el rol del profesor, pero es de gran importancia considerar
a este mediador humano en el proceso de vinculación. Será el docente quien transforme al
texto en algo vivo, en la medida que puede desarrollar todo el potencial que éste tiene.
El texto de estudio debe entenderse como un caleidoscopio, que multiplica las opciones de
aprendizaje, al ser una guía efectiva por los recursos existentes en la escuela o liceo. A su
vez, el CRA es una ventana que permite a los niños y niñas conocer nuevos mundos y dimen-
siones, tanto por placer como por conocimiento, al poner a su alcance recursos en distinto
formato. De acuerdo a las necesidades del nuevo currículum, tanto el texto de estudio como
el CRA deben buscar el desarrollo de las habilidades de información y lectoras de los estu-
5 Farrel, J.P. y Heyneman, S.P.: Textbooks in the developing world, Washington D.C., The World Bank, 1989, Pág. 5, En: Varios Au-
tores: El texto escolar. Una alternativa para aprender en la escuela y la casa, Santiago, CIDE, PUC, MINEDUC, 2000, Pág. 19.
6 OCDE: Conocimientos y aptitudes para la vida. Resultados de PISA 2000, París, OECD, 2003, Págs. 21, 220 y siguientes.
7 Varios Autores: El texto escolar. Una alternativa para aprender en la escuela y la casa, Santiago, CIDE, PUC, MINEDUC,
2000, Pág. 29.
Textos y bibliotecas escolares / CRA, ¿son un caleidoscopio para el aprendizaje? 195
diantes y esto sólo puede conseguirse mediante la motivación, aprovechando los recursos
disponibles en la biblioteca y generando prácticas pedagógicas acordes a las exigencias de la
nueva sociedad. En la medida que estas dos realidades de los establecimientos trabajen en
sintonía, se podrán ampliar los niveles y modalidades de uso del texto escolar en el proceso
de enseñanza aprendizaje.
Con el texto escolar puede esperarse lo mismo, si éste logra incorporar en sus páginas dos
cosas interesantes: práctica para los alumnos y guía efectiva para el profesor. Si a nuestros
estudiantes chilenos, les pedimos que desarrollen unas habilidades específicas, necesarias
para que puedan desenvolverse de mejor manera en nuestra sociedad, se sentirán defrau-
dados al no poder ponerlas en práctica durante las clases, equivocarse y aprender de los
propios errores, con la guía del profesor.
Los profesores chilenos señalan que en general “[...] el texto no estimula a los alumnos a ex-
plorar y utilizar los recursos didácticos de la escuela y de la comunidad y que las actividades
196 Constanza Mekis Martínez y María José Dulcic Rodríguez
Un aspecto muy importante en este camino por el mundo del conocimiento es el acercarse
a los nuevos campos de interés de niños y jóvenes. No basta con fomentar su acercamiento
a los libros si éstos no responden a sus nuevos gustos ni integran referencias al mundo en
que les toca desenvolverse.
Este ha sido un importante desafío para las bibliotecas, en la medida que su oferta de recur-
sos debe ser mucho más amplia, abarcando no sólo los distintos formatos, sino que también
temas actuales que enriquezcan la discusión en las escuelas. La idea es que a través de la
lectura de una novela, una noticia, o página web, se pueda fomentar un mayor desarrollo
del currículum, demostrando a los estudiantes que aquello que aprenden es la base para su
vida diaria y futura.
Los textos escolares “Son una herramienta sumamente eficaz para actualizar y perfeccionar
la formación del profesorado”9, siempre y cuando cumplan con su función caleidoscópica.
Recordemos por un momento la primera vez que tuvimos un caleidoscopio en nuestras manos
y pudimos mirar por su mágico ojo... creo que nadie puede olvidar esa sensación maravillosa
de descubrir que con solo girar el caleidoscopio se descubren mil colores y formas nuevas. Más
sorprendente todavía es cuando, ya más grandes, se descubre que toda esa magia es producto
de tres simples espejos y unos cuantos trozos de vidrio, maderas o lentejuelas de colores.
Una vez más volvemos a la necesidad del trabajo vinculado de textos y CRA. Ese asombro
ante el caleidoscopio es posible de replicar ante las múltiples posibilidades que entrega el
texto en conjunto con el CRA al profesor. ¿Porqué limitarse a usar un solo tipo de recursos si
el CRA puede aportar material digital, audiovisual o concreto, junto con el impreso? Es nece-
sario que el profesor conozca la colección del CRA y sea uno más del equipo que trabaja en
la biblioteca de su establecimiento. Es vital que curiosee por las estanterías hasta encontrar
aquellos elementos que apoyan y enriquecen su práctica pedagógica.
8
Varios Autores: Op. Cit. Pág. 34.
9
Eyzaguirre, Bárbara y Fontaine, Loreto (editoras): El futuro en riesgo. Nuestros textos escolares, Santiago, Centro de Estudios
Públicos, 1997, Pág. XI.
Textos y bibliotecas escolares / CRA, ¿son un caleidoscopio para el aprendizaje? 197
En los estudios Pisa, el empleo de recursos por parte de los estudiantes (OCDE, 2003) está
más vinculado con la situación económica, social y cultural que cualquier otro de los factores
que se analizan, “Ello sugiere que los estudiantes menos aventajados no tienden a emplear
los recursos escolares tan regularmente como lo hacen los estudiantes que provienen de una
situación económica, social y cultural más acomodada”10. Es en este contexto donde surge
con mayor fuerza todavía la importancia de trabajar con los profesores para actualizar sus
prácticas pedagógicas, entregándoles líneas claras de trabajo, y así brindar a estos estu-
diantes las mejores opciones de aprendizaje, con una fuerte motivación a usar los recursos
del CRA en su formación.
El texto escolar tiene una gran labor en este sentido, ya que al incorporar en sus páginas
referencias claras a los recursos existentes en la biblioteca, puede condicionar la conducta
de los profesores, motivando su uso permanente. El texto escolar puede incluir trozos de
lectura en sus páginas, pero si guía al profesor, le entrega orientaciones para complementar
lo que han leído durante las clases, inevitablemente ese camino lleva al CRA.
10
OCDE: Op. Cit., Pág. 231.
11
Ibíd. Pág. 30.
198 Constanza Mekis Martínez y María José Dulcic Rodríguez
Un texto de estudio que se apoya en el CRA puede destinar mayores energías a enseñar a
interrogar una lectura, tanto informativa como literaria, para que los estudiantes desarrollen
al máximo sus capacidades analíticas y críticas a través de las actividades de comprensión
o evaluación.
Estas lecciones son un punto de partida, ya que los estudiantes irán una vez a la semana al
CRA a realizar una actividad concreta que les permitirá ir mejorando sus capacidades. El texto
escolar puede aprovechar esta nueva instancia y potenciar los aprendizajes de los estudiantes
sabiendo que cuentan con múltiples recursos en los que se pueden apoyar.
Al mismo tiempo, el texto escolar puede replicar esta estructura y funcionamiento. El texto
debe estar alineado con los planes y programas, ya que es en ellos donde se explicitan los
pasos que se van dando a lo largo del año en cada asignatura. Para cada sector están definidas
las horas que se tendrán que cubrir a lo largo del año, por lo que el texto podría presentar
unidades cerradas para realizar en cada una de esas clases, que mantengan una continuidad
y vayan avanzando en la enseñanza de las diversas habilidades que los estudiantes deben
desarrollar. De esta manera se le entrega al docente una herramienta concreta, que permite
trabajar con los estudiantes en la práctica.
12 Raczynsky, Dagmar y Muñoz, Gonzalo: Efectividad Escolar y Cambio Educativo en condiciones de pobreza en Chile, Santiago,
MINEDUC, 2005, Págs. 19, 59 y siguientes.
Textos y bibliotecas escolares / CRA, ¿son un caleidoscopio para el aprendizaje? 199
Este formato trasciende las paredes de la sala de clases, fomentando la salida de ella para los
distintos objetivos y tareas propuestas, además de favorecer unas nuevas relaciones entre los
maestros y estudiantes, asemejándose mucho al tipo de dinámicas que se producen en el CRA.
La biblioteca puede ser el mejor aliado para conseguir esta flexibilización, si se le considera
El CRA es un espacio flexible donde los estudiantes recorren con libertad los recursos según
la tarea concreta que necesitan realizar, o de acuerdo a dónde la curiosidad los lleve. Cada
uno puede avanzar de acuerdo a su propio ritmo o interés, tomarse más tiempo en un de-
terminado contenido porque lo necesita o simplemente porque le atrae y quiere profundizar
en él. Ese abrir puertas, generar conversación, motivar a las preguntas, es una práctica que
debe importarse a la sala de clases desde las bibliotecas escolares.
Si un texto escolar fomenta que el estudiante se acerque al CRA, poco a poco se irá empapando
del mundo de los libros, hasta que éstos pasen a ser parte de su vida diaria.
13 Duarte, Jakeline: Ambientes de Aprendizaje. Una aproximación conceptual, Estudios Pedagógicos, N° 29, 2003, pág.
97-113, En: http://mingaonline.uach.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-07052003000100007&lng=es&nrm=iso
[16 de febrero de 2006].
14 Ibíd.
200 Constanza Mekis Martínez y María José Dulcic Rodríguez
8. Coordinar contenidos con el mundo de las imágenes, del sonido y del on line
A las Bibliotecas Escolares se les ha exigido una profunda transformación para estar acorde
a las necesidades de los niños y jóvenes de hoy. Este cambio no ha consistido solamente en
crear un espacio más dinámico y atractivo, sino que en abrirse a los innumerables formatos
a través de los cuales se puede complementar el proceso de enseñanza-aprendizaje.
De a poco se han ido incorporando elementos gráficos y audiovisuales mejorando los recursos
tradicionales.
La colección del CRA se preocupa no sólo de entregar excelencia en contenidos, sino que
también en el formato y edición. Entre sus recursos podemos encontrar materiales muy
buenos, que combinan de manera magistral la imagen con el texto, produciendo un recurso
mucho más fructífero.
La industria editorial de literatura infantil y juvenil ha venido desarrollándose con gran fuerza
en los últimos años. Si bien es cierto que en nuestro país todavía queda mucho por avanzar, ya
existen importantes cambios en los libros destinados a los niños y jóvenes, además, gracias
a las importaciones de países como España o Argentina, podemos acceder a productos de
gran calidad. La importancia de lo visual en el período escolar es indudable, ya que acerca a
niños y jóvenes por igual, al mundo de la lectura y del goce estético.
Esta misma exigencia puede establecerse para los textos escolares, en primer lugar, en cuanto
al formato. Un niño que es bombardeado por estímulos audiovisuales, no se sentirá atraído
por un texto escolar que no cumpla con un alto nivel de calidad en cuanto a sus ilustraciones,
fotografías, etc. En segundo lugar, las referencias que incorpore tienen que estar de acuerdo
con esta nueva sociedad multimedial, es decir, páginas web, obras musicales (clásicas y de
grupos modernos), documentales, artistas plásticos, etc.
El texto escolar puede entregar al profesor un apoyo que lo guíe a través del proceso de
aprendizaje de sus estudiantes, proponiéndoles preguntas claras y directas que le permitan
monitorear el proceso por el que se desarrollan, más que evaluar el resultado cuando ya es
muy tarde para poder orientarlos. Es complejo y sin duda exige un mayor compromiso de los
docentes, pero si el CRA y los textos escolares se convierten en verdaderos aliados, muchos
niños y jóvenes chilenos podrán enfrentar de mejor manera su vida futura, descubrir la riqueza
de la biblioteca y despertar en ellos la necesidad de conocer y el gusto por aprender.
Textos y bibliotecas escolares / CRA, ¿son un caleidoscopio para el aprendizaje? 201
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Si se observa la evolución del concepto de texto durante la segunda mitad del siglo veinte,
se puede constatar que es una consecuencia de un movimiento mayor, de una evolución del
pensamiento y de las prácticas educacionales que ampliaron los objetivos de los currículos en
todo el mundo. Progresivamente, se fue instalando una visión de la educación que amplió los
objetivos del aprendizaje, incluyendo habilidades y elementos del dominio afectivo, primero, para
desembocar, después, en el intento de comunicar competencias. Esto hizo que los textos no solo
intentasen la comunicación de conocimientos, sino que también apoyasen aspectos del saber
hacer y del sentir. La palabra, en particular la palabra escrita, apunta principalmente al saber,
al conocer, a comunicar conocimientos, y en sus primeras manifestaciones el texto escolar tuvo
principalmente ese propósito: comunicar aprendizajes eminentemente verbales. En paralelo, esa
evolución fue acelerada por la disponibilidad de medios diferentes a la palabra impresa: la gráfica,
la profusión de colores y formas posibles de llevar a la imprenta; luego las proyecciones estáticas
secuenciales, el cine, el video y, en la actualidad, los medios interactivos, virtuales y accesibles
desde cualquier parte a cualquier distancia con independencia del tiempo cronológico.
1
La información que aquí se entrega tiene como base el Modelo Interactivo para Aprender Matemática®, resultado del
proyecto Fondef IO1073, “Aprender Matemática Creando Soluciones®”, y su puesta en práctica ha sido financiada por el
proyecto nacional Enlaces, bajo la denominación de “Enlaces Matemática”.
Formación con integración de medios... 203
En este sentido, el texto y los medios en general, son concebidos como los instrumentos con
Un modelo
El “Modelo Interactivo para Aprender Matemática®”, objeto de este trabajo, hace un uso
intenso de los recursos de aprendizaje y hace del texto escrito la columna vertebral, el elemento
organizador de una diversidad de recursos seleccionados y diseñados para apoyar aprendizajes
de varios de los dominios antes referidos; lo hace teniendo como población objeto a los alumnos
y a los docentes de aulas en las que se enseña y se aprende matemática, de nivel secundario.
De este modo, se puede decir que hace uso de una noción generalizada de texto.
2 Robert Gass (1972). Desarrollo del currículo. Buenos Aires: Ediciones Marymar
4 Fidel Oteiza y Hernán Miranda (2004) Modelo Interactivo para Aprender Matemática. Santiago, Chile: Editorial Zig-Zag.
También en Publicomenius, en www.comenius.usach.cl.
204 Fidel Oteiza Morra, Gonzalo Villarreal Farah, Hernán Miranda Vera
Una visión sintética del modelo se puede expresar en las palabras del creador del Madison
Project, Robert Davis: “conjetura –trata, pon la idea a prueba– observa lo que sucede y...
aprende cómo seguir”.
Este modelo permite crear para el alumno diferentes y variados recursos que apoyen y diver-
sifiquen las estrategias para lograr su aprendizaje, permite centrar el proceso en el alumno,
sacando al profesor de la pizarra, de manera que sean los estudiantes quienes asuman un rol
activo en su aprendizaje -haciendo, conjeturando, proponiendo, discutiendo, comprobando,
ensayando, corrigiendo, solucionando y verificando-; al profesor le proporciona recursos y
soluciones diferentes para centrarse en el proceso de aprendizaje de sus alumnos -lanzar
los temas, responder dudas individuales y grupales, formalizar los aprendizajes, incentivar
la generación de discusiones, apoyando a sus alumnos a que hablen y hagan matemática-
centrarse en los avances individuales y grupales.
Las ideas medulares que caracterizan al modelo son: estar centrado en la actividad del
alumno; estar basado en fundamentos teóricos y prácticos; entregar herramientas al profe-
sor, profesora y alumnos; trabajar aspectos multidimensionales del aprendizaje; considerar
diversos momentos para el aprendizaje (exploración, generación de conjeturas, formaliza-
ción y práctica); estar basado en el nuevo currículo de matemática chileno; usar tecnología
de información y telecomunicaciones; incluir propuestas innovadoras de evaluación de
aprendizajes que van más allá de las evaluaciones basadas en papel y lápiz -aunque éstas
también son usadas, por supuesto-. A partir de esto, se desarrolló un programa de desarrollo
profesional docente que incluye:
• Lanzamiento de unidad: son sesiones presenciales con los docentes, en las cuales
se trabaja en cada una de las unidades los contenidos involucrados, además de
transferir las sugerencias metodológicas y didácticas para dicha unidad y los recursos
que la componen.
• Materiales escritos: a) para el alumno, b) para el profesor, c) para ambos -el material
de referencia, muy parecido a un texto de estudio-, y d) evaluaciones e instrumentos
de medición.
5 “Guess – try – watch what happens – learn what to do next”, una versión sintética de la filosofía del Madison Project, dirigido
por Robert Davis en las décadas del sesenta y setenta en la Universidad de Syracuse, en el Estado de Nueva York, EE.UU.
Formación con integración de medios... 205
• Acompañamiento y apoyo en aula: visitas programadas a cada sala, en las que cada
profesor recibe el apoyo de un profesional que realiza demostraciones en aula, en el
uso de las TICs en el laboratorio y sesiones de trabajo para aclarar aspectos de la apli-
cación del modelo, apoyar las necesarias adaptaciones que los materiales requieren a
situaciones específicas y apoyo en la realización y entrega de los trabajos calificados.
El material para el profesor explica en forma detallada la propuesta pedagógica, cada una de
las actividades de aula diseñadas y los énfasis y precauciones que debe considerar el profe-
sor al ponerlas en práctica con sus estudiantes. Incluye, además, el material de evaluación,
materiales de apoyo adicional y una descripción completa del Modelo Interactivo para el
Aprendizaje Matemático.
El material para el alumno incluye las guías de trabajo para apoyar la exploración, compren-
sión y apropiación de los conceptos y conocimientos relevantes establecidos en el programa
oficial de segundo año medio del Ministerio de Educación.
El material de evaluación para los alumnos hace entrega de distintos instrumentos de eva-
luaciones para diagnosticar y medir los avances de los estudiantes.
Los recursos tecnológicos son applets, software, templates y otros dispositivos digitales para
apoyar el uso de la tecnología informática en forma pertinente y adecuada a las actividades
de aprendizaje diseñadas. El aprendizaje es intencionado por medio de algunas guías que
solo funcionan con tecnología o son propuestas al docente en el material del profesor, donde
se describe cómo y cuándo utilizarlas.
206 Fidel Oteiza Morra, Gonzalo Villarreal Farah, Hernán Miranda Vera
2. Un sistema
El material de enseñanza, organizado en un sistema, es parte importante de la estrategia de
difusión de una innovación curricular y del proceso de apropiación por parte de los docentes.
Esto es, los medios permiten ampliar la gama de aprendizajes que se desea comunicar a los
actores de las situaciones de aprendizaje. Sean estos valores, sentidos, visiones o conoci-
mientos, o formas de actuación.
5. Apropiación
La participación de los docentes está presente desde el nacimiento de los recursos de
aprendizaje, y luego se trabaja en sesiones presenciales –una al inicio y otra al final de cada
año académico, y luego una por cada unidad. El acompañamiento lo realizan miembros del
equipo responsable del modelo, apoyando al docente en las fases de preparación, puesta
Formación con integración de medios... 207
A modo de cierre
Regresando a la metáfora de la partitura musical, para que estas innovaciones tengan impacto
en la sala de clases, los docentes tienen que valorarlas lo suficiente como para aprenderlas,
hacerlas propias. Se trata de instrumentos para quien está acostumbrado a actuar solo a viva
voz. Para que un intérprete sea un virtuoso se requiere de esfuerzo y de práctica. Ese es el pro-
ceso en el que estamos, el de trabajar junto a los docentes en ese proceso de apropiación.
Las ideas buscan cuerpos en los que habitar. Diferentes tecnologías fueron usadas en diferentes
momentos de la historia para crear los textos ofrecidos a los estudiantes. El papiro egipcio, el
papel de arroz chino, sirvieron de vehículo a los primeros textos. La imprenta lo generalizó,
lo amplió e hizo universalmente accesible. La tableta con arena que usaban los primeros
matemáticos para hacer geometría –parece que el soldado que, desobedeciendo a Marcelo, el
general romano, dio muerte a Arquímedes, justificó su actuación diciendo que no quería dejar
de trabajar con una de esas tabletas, mostrando la fascinación de los espacios interactivos-,
esas tabletas con arena prefiguraron los objetos interactivos, nuestras simulaciones y applets
208 Fidel Oteiza Morra, Gonzalo Villarreal Farah, Hernán Miranda Vera
en la Web. Las estrellas y otros signos que Comenio colocaba en sus textos para niños para
que luego buscasen otro que comenzaba con la misma señal, prefiguró, cuatro siglos antes,
nuestros hipertextos, forma natural de expresión de los sitios de la Web.
En el momento en que nos toca crear y utilizar textos, disponemos de una forma versátil de
tecnología que permite crear una multiplicidad de expresiones para los aprendizajes que
deseamos comunicar a los niños, niñas y jóvenes, de manera de enriquecer e integrar los
diferentes recursos.
6 Amos Comenius, filósofo y pedagogo que nació en lo que hoy es la República Checa, en el año de 1592. La obra que le dio
fama por toda Europa y es considerada como la más importante es Didáctica Magna, y su primera edición apareció en el año
de 1679. Es uno de los primeros en utilizar lo que ahora llamamos texto escolar.
209
No ha habido otro momento en la historia en que tanta información haya estado disponible,
y nunca antes nuestras vidas han dependido tanto de nuestra habilidad para usar dicha
información en pos del desarrollo de ciudadanos reflexivos y productivos. Los estudiantes
se benefician de un programa de estudios integrado, orientado a los contenidos. Ya no será
suficiente un alfabetismo básico/mínima competencia. Al menos tres factores críticos han
convergido para crear este énfasis en una alfabetización por área de contenidos: un sistema
de educación basado en estándares, niveles de exigencia estandarizados en el desempeño
en exámenes, y tecnología que exige que los estudiantes accedan y sinteticen información
proveniente de una variedad de fuentes (Moss, 2005).
Los textos escolares tradicionales en Ciencias, Ciencias Sociales, Educación para la Salud
y otros temas en el programa de estudios, son esenciales. El contenido de estos textos de
estudio está ordenado en un formato predecible. La información aparece en una manera
lógica y secuencial; se enfatizan los conceptos importantes. Los párrafos comienzan con una
210 Nancy Livingston
oración temática, continúan con hechos de apoyo que reformulan el tema y desarrollan la idea
principal. (Harvey, 1998). El conocimiento de los aspectos centrales del material temático y el
dominio de objetivos específicos en cuanto a contenidos no son solamente recomendacio-
nes, ¡son exigencias! Tunnel y Jacobs hicieron ver la importancia de los libros de estudio. Los
libros de estudio identifican la materia que se espera que todos los estudiantes aprendan,
proporcionan instrucción secuencial y recursos para áreas temáticas comunes a través de
distintos profesores/salas de clase/niveles o grados. Sin embargo, también evidencian que
si bien los textos de estudio son un recurso que vale la pena, los estudiantes necesitan más
que simplemente información, necesitan otros libros y material impreso que estimule tanto
su interés, como su curiosidad acerca del tópico respectivo y los puntos de vista relacionados
(Tunnel y Jacobs 2003, p.286).
Por ejemplo, en un texto de Ciencias tradicional, escrito por autores reconocidos y calificados,
el espacio disponible y las exigencias del tema cubierto limitan el siguiente párrafo en el cual
se describe la piel (Sund, Adams et al, 1986):
“La cubierta exterior de un... cuerpo se llama piel. La piel constituye un sistema
corporal que forma una cobertura exterior para la protección de los órganos
del cuerpo. También mantiene al (cuerpo) a la temperatura correcta. La piel
es sensible a los cambios en la temperatura exterior y al dolor... La piel puede
retener agua o liberarla dependiendo de la... necesidad”.
Comparen el texto anterior con una doble página con fotografías de gran claridad, enfocadas en
la piel, en el libro The Human Body and How it Works. (Parker, 1998). El primer párrafo dice:
“Por fuera estás muerto. Tu pelo y la superficie de tu piel están hechos de cé-
lulas muertas. Pero... bajo la superficie de tu piel están algunas de las células
mas activas de tu cuerpo... las cuales se dividen continuamente para producir
nuevas capas de células de la piel, las cuales se endurecerán y morirán para
reemplazar la capa superior a medida que ésta se desgasta. Cada día, millones
de células de la piel muertas caen de tu cuerpo cuando te lavas, te secas con
una toalla... y te mueves. Gran parte del “polvo” en tu casa es piel muerta que
cayó al piso desde los cuerpos de las personas” (Parker, p.10).
Otro ejemplo de lo vitales que son los libros complementarios que se venden en librerías para
la investigación de los estudiantes fue la ocasión en que la revista LIFE publicó una edición
especial titulada: The Life Millennium: The 100 Most Important Events & People of the Past
1,000 Years, A Pictorial History of the World—and the Discoveries that Changed It! (1998).
En esta edición de la revista, LIFE proporcionó una lista de los eventos en orden del impacto
que tuvieron sobre el mundo, y los diez más importantes incluyeron los siguientes eventos,
siendo el primero el más significativo:
Extender y enriquecer el contenido de los textos de estudio 211
Dada esta lista, los profesores de educación secundaria pidieron a sus estudiantes que
realizaran una investigación adicional respecto de cada evento y que fueran capaces de
defender el efecto histórico desde un punto de vista cultural, político, tecnológico u otro
impacto inolvidable sobre las personas en el mundo. No era posible realizar tal investiga-
ción solamente con libros de Ciencias Sociales, Ciencias o Salud. Eran necesarios múltiples
En apoyo del trabajo de clase antes indicado, Anderson sugiere que los libros complemen-
tarios cumplen un gran rol en extender el proceso de aprendizaje en el área de contenido a
través de todo el programa de estudios y afirma que se fomentan además las habilidades de
pensamiento crítico de los estudiantes a medida que comparan y contrastan libros acerca
del mismo tópico y comienzan a ver al mundo como cambiante y en constante evolución
(Anderson, N., p. 291, 2006).
Flood, Lapp, et al. (p. 704) indican que para demostrar un alfabetismo crítico, los estudian-
tes necesitan desarrollar tres tipos de conocimiento (Handbook of Research on Teaching
the English Language Arts: International Reading Association and the National Council of
Teachers of English, 2003):
(b) El Conocimiento procesal, que involucra la habilidad de hacer algo y puede ser
simple o complejo. Aquellos procesos que se tornan automáticos se conocen como
habilidades, en tanto que el conocimiento más abstracto se convierte en estrategias.
212 Nancy Livingston
(c) Las actitudes y tendencias son tan importantes como el conocimiento arriba
señalado. Un estudiante que no está interesado ni ocupado en aprender más o aplicar
tanto habilidades como estrategias, carece de un elemento crítico en su educación.
Y esta es la razón de que un texto de estudio sea solamente un recurso y las salas de
clases deban contener una rica colección de libros para que los estudiantes alcancen
su máximo potencial de educación y alfabetismo.
A medida que un lector lee, sus experiencias personales, preferencias y razones para leer
guían la selección y la construcción del significado a partir del texto y, al mismo tiempo, el
texto guía el significado que el lector construye. Rosenblatt (1978) describe este proceso
de lectura como un punto de vista transaccional de la lectura. Lo que pudiera mirarse como
conocimiento declarativo tanto como procesal, ella lo llama lectura eferente, muy similar a
leer la lección en un libro de texto escolar. Al tipo de lectura que involucra una preferencia
personal y los aspectos afectivos del significado, Rosenblatt lo llama lectura estética. Los
tipos de lectura eferente y estético no son opuestos, sino los dos extremos de una continui-
dad (Cullinan y Galda, p. 43). La lectura estética es diferente de la lectura eferente porque
la meta no es solamente la adquisición de información, sino además la participación en la
experiencia. Esto se ilustra en el siguiente diagrama (Tunnell & Jacobs, p.9):
Lectura Personal
Lectura Asignada
(Involucramiento)
Intelectual: Emocional:
• Hechos • Estar allí
• Conocimiento • Sentirlo
• Instrucciones • Vivirlo
Leer por cuenta de otro Leer por cuenta de uno
Libros bien escritos y gráficamente interesantes, sobre cualquier tema, estimulan las ac-
titudes y el conocimiento por elección a que me referí anteriormente y que deseamos que
nuestros estudiantes también desarrollen. Esto solamente puede venir de una abundancia
de materiales disponibles para lectura independiente.
Una de las principales preocupaciones de todas las personas a cargo de la toma de decisiones
en educación es si los materiales impresos están disponibles para satisfacer los diversos niveles
de lectura de los estudiantes en un grado o sala de clases. Muchos estudiantes entre el quinto y
décimosegundo grado luchan para aprender utilizando libros de textos de contenidos por área
que no se ajustan a sus habilidades de lectura. Como indica Allington en su artículo del mismo
nombre: “No vas a aprender mucho de libros que no puedes leer”. Allington hace ver que las
personas a cargo de definir las políticas deben preocuparse por la falta de coincidencia entre las
Extender y enriquecer el contenido de los textos de estudio 213
exigencias de los libros de texto y las habilidades de lectura de los estudiantes. Los estudiantes
se encuentran con vocabulario especializado, una sintaxis más compleja y un mayor énfasis en
un pensamiento basado en la inferencia. Muchos deben esforzarse -particularmente cuando
estudios demuestran que las salas de clases pueden utilizar textos escritos dos o más años
por sobre el grado o nivel de sus estudiantes (Allington, 2005)-. Este problema puede mitigarse
proporcionando varios libros sobre un tópico a distintos niveles.
A diferencia de los libros de texto, que han sido escritos para un nivel único de lectura de un
grado en particular, en muchos niveles disponen de libros informativos acerca de diversos
tópicos para lectores novicios o avanzados (N. Anderson, 2006, p. 291).
Además del problema de la legibilidad a que me refiero arriba, los profesores necesitan con-
siderar las necesidades e intereses de los lectores, así como el esquema de representación
diagramática con el fin de facilitar la comprensión de un texto. Qué saben ellos de la estructura
de un texto, de sus tópicos, conceptos, vocabulario y tema. ¿Será suficiente su conocimiento
general para permitirles establecer conexiones significativas con las ideas expresadas en el
En muchas salas de clase parece darse la percepción errónea de que las habilidades de lectura
se enseñan durante el tiempo de lectura y que existe muy poca relación con la comprensión
del tema de que se trata. Sin embargo, en los colegios con mejores resultados, la lectura y
la escritura están integradas con áreas de contenido a lo largo del día. La comprensión de
un material fáctico depende de la aplicación de las mismas estrategias usadas durante la
enseñanza de lectura. La lectura/escritura carece de contenido. Leemos y escribimos acerca
de personas, lugares, eventos e ideas. Esto ocurre en todos los cursos mínimos del programa
de estudio. Por lo tanto, incluimos a continuación un resumen de estas tareas comunes:
Los profesores y estudiantes deben aprender a obtener lo máximo de los libros de textos y
otro material impreso, y para lograr este objetivo, Daniels y Zemelman (p. 150-151) han creado
la siguiente actividad relativa al diseño y características del material:
Tipos de texto
1. Hojea el libro y haz una lista de los diferentes tipos de documentos y textos que
deberás leer (Incluye textos gráficos tales como tablas y mapas).
Recuadros e insertos
2. Encuentra ejemplos de insertos o recuadros. ¿Qué clase de información aparece
en ellos? ¿Tienen una forma estándar en todo el libro (por ejemplo: “Perfiles en la
historia”, “Las Ciencias en el lugar de Trabajo”)?
Característica: tipografía
3. Encuentra ejemplos de diferentes tipografías y estilos. Anota los ejemplos y dónde
aparecen. (Por ej.: grande, negrillas, para títulos de capítulos [por ej.: tipo de 24 pun-
tos], tipo de 18 puntos para los subtítulos en todo el capítulo.) ¿Cómo usa este libro
el tipo en negrillas? ¿Que significa cuando utiliza palabras en itálicas?
Característica: color
4. ¿Utiliza el libro de texto el color para transmitir información? (Por ej.: ¿qué significa
cuando ves palabras en tinta roja en la página?)
Organización
7. ¿Cómo se organizan los capítulos? Haz un resumen breve pero preciso.
¡Probando! ¡Probando!
9. Imagina que debes prepararte para un importante examen. ¿Qué características
de este libro te ayudarían a prepararte para dicho examen? (Sugerencia: no limites
tu respuesta a las preguntas de práctica o sugeridas).
Velocidad de lectura
10. Mientras tu profesor te toma el tiempo, lee una página del libro, tomando notas, como
normalmente lo harías para hacer las tareas. ¿Cuánto tiempo te tomó hacer esto? Ahora
saca la cuenta: si tu profesor te pide que leas la sección de introducción para mañana,
¿cuánto tiempo necesitas asignar a la realización de tus tareas escolares de esta clase?
Inquietudes
11. Luego de familiarizarte con el libro de texto es posible que tengas preguntas o
2004 por Harvey Daniels and Steven Zemelman tomado de P. 150, Subjects Matter: Portsmouth, NH: Heinemann. Utilizado
con autorización de Jim Burke de www.englishcompanion.com
A pesar de todas las características positivas, en la lista que aparece a continuación, Moss
hace ver algunas de las limitaciones que implica usar solamente libros de textos (Adaptado
de Exploring the Literature of Fact por Barbara Moss. Guilford Press, 2003). Los libros de texto
tradicionales pueden verse como textos desconsiderados porque:
• son difíciles de leer, muchas veces escritos para tres o cuatro años por sobre el grado
• suponen una cantidad excesiva de conocimiento previo por parte del lector.
tiva, de tal manera que los vínculos entre ideas no son claramente visibles;
Una gran cantidad de tareas escolares que enfatizan la capacidad de resumir, comparar
y utilizar los contenidos de un libro de texto son evidencia de un conocimiento reflexivo y
comprensivo. Para los educadores, queda la pregunta: “¿Tienen los alumnos acceso a tex-
tos de la complejidad, legibilidad e interés apropiados, con una variedad de contenido y un
atractivo material?”.
Dadas las inquietudes arriba indicadas, se exponen a continuación algunas de las caracte-
rísticas y ventajas de poseer una colección de libros de biblioteca:
• apoyan a los lectores mediante características del texto tales como elementos visua-
• apoyan a los lectores mediante características del texto tales como elementos visua-
Admitiendo que la presión por mejorar los resultados en exámenes estandarizados ha ayudado
a impulsar el énfasis en el aprendizaje basado en libros de texto, los profesores deben estar
concientes de los datos referentes a la cantidad de tiempo que ocupan los estudiantes en
lecturas independientes y el impacto que eso tiene en los logros en términos de lectura, medido
a través del desempeño en los exámenes estandarizados (Anderson, 1999). Aparentemente
si a los niños se les da entre 20 y 30 minutos por día para leer libros de su propia elección,
los resultados en las pruebas estandarizadas deberían mejorar, en promedio, 20 por ciento.
Pocos estudiantes elegirían un libro de texto para su lectura independiente.
Extender y enriquecer el contenido de los textos de estudio 217
98 90,7 4.733.000
90 40,4 2.357.000
70 21,7 1.168.000
50 12,9 601.000
20 3,1 134.000
10 1,6 51.000
En conclusión, cuando tomamos en cuenta los intereses literarios de los lectores, particu-
larmente de aquellos de los grados intermedios y entre quinto y octavo grado, notamos que
comienzan a tomar conciencia de su lugar en el tiempo y entienden mejor la cronología de
hechos pasados, se interesan en los problemas del mundo y por lo tanto, la ficción histórica
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ture, Briefly. Upper Saddle River, NJ: Prentice Hall.
6 PRODUCCIÓN DE
TEXTOS ESCOLARES
220
Colaboradores
Lis Burch, Editora internacional, Reino Unido.
Mi nombre es Lis Burch, editora internacional en Hodder Murray, una compañía editorial con
base en el Reino Unido. He trabajado en la publicación de textos educativos y académicos
por más de 15 años y en publicaciones internacionales para colegios por 5 años. Hodder
Murray publica libros de texto para colegios y forma parte de Hodder Headline, una de las
principales casas editoriales del Reino Unido, la cual es, a su vez, propiedad de Hachette
Livre, de Francia, de tal manera que ya estamos operando en un contexto internacional.
Tema 6 Producción de textos escolares
En el Reino Unido tenemos un currículum nacional que establece lo que debe enseñarse a
los niños y cómo evaluar su aprendizaje; dentro de ese marco, sin embrago, los colegios
secundarios pueden elegir los cursos que ofrecerán a sus estudiantes y los textos de estudio
que utilizarán. Existen tres principales autoridades examinadoras que producen sus propios
222 Lis Burch
De modo que el Gobierno supervisa la calidad del plan de estudios y las calificaciones, pero
no se involucra en el desarrollo o elección de libros de texto. El Departamento de Educación
y Calificación regula a las juntas examinadoras, pero las juntas examinadoras son entidades
autónomas.
de tal manera que este título ha durado bastante. Es un manual de instrucción básica en el
idioma inglés que cubre gramática, puntuación, sintaxis, vocabulario, ortografía, modismos,
pronunciación, etc. Los ejercicios son muy simples y pueden considerarse un poco anticua-
dos en su forma -los ejercicios tienen poco contexto y las actividades siguen un circuito de
práctica, repetición, refuerzo y comprobación. El libro ha sido re-editado varias veces en el
curso de los años, incluyendo la más reciente edición, publicada en el año 2004, pero su
enfoque fundamental y filosofía han permanecido inalterados. A pesar de su edad y enfoque
pedagógico, es aún enormemente exitoso y además de venderse aún en Escocia, es un éxito
de ventas en muchas partes del mundo. Un número limitado de libros tales como este puede
encontrar un mercado tanto en el Reino Unido como en el exterior, pero la mayor parte de los
libros que publicamos en la actualidad apuntan cercanamente al plan educacional del Reino
Unido y por lo tanto tienden a ser de interés solamente para los colegios internacionales
que siguen el plan de estudios del Reino Unido. Algunos mercados internacionales compran
estos libros como textos de referencia para profesores o bibliotecas en lugar de destinarlos
a libros de texto para los alumnos.
del plan de estudios local; por ejemplo, en un libro de geografía concebido para “A Level”,
estamos omitiendo algunas secciones y reemplazando otras con un texto pertinente, con
el fin de adecuarlo al uso en el Caribe, pero la estructura básica y contenidos del libro es
apropiado tanto para cursos en el Reino Unido como en el Caribe, de modo que resulta
mejor realizar cambios en este libro que publicar un libro completamente nuevo para el
examen en el Caribe.
estudian en todo el mundo y Hodder Murray produce muchos de los textos para estos cursos,
incluyendo las guías de estudio (escogí éste ejemplo porque era más liviano para traerlo que
muchos de los libros de texto que producimos, pero hay muchos otros ejemplos también).
Además de producir los libros para muchos de los cursos IGSCE, publicamos para los cursos
del Bachillerato Internacional (International Baccalaureate). Además publicamos libros para
mercados regionales, por ejemplo los cursos del Caribbean Examinations Council (CXC) y un
libro acerca de biología tropical, etc.
El proceso de publicación
De muchas maneras los temas y procesos son similares, ya sea que el libro tenga por destino
el Reino Unido o un mercado internacional, y en la siguiente sección de esta presentación,
explicaré brevemente cómo decidimos qué cosa publicar y luego, cómo lo hacemos.
En primer lugar, todos los libros que publicamos son a pedido -muy rara vez publicamos
manuscritos terminados por el autor y a instancias del mismo-. Identificamos el tipo de pu-
blicación que nos parece adecuada y luego encargamos a autores que los escriban. Además,
por cierto, la mayor parte de las editoriales son organizaciones comerciales, debido a lo cual,
si no tenemos éxito y obtenemos ganancias, muy pronto no seríamos capaces de publicar
absolutamente nada. No podemos darnos el lujo de publicar material, no importa cuán bueno
y progresista pueda ser, si los profesores y estudiantes no van a adquirirlo y no entienden
cómo usarlo. Este seminario ha escuchado muchas teorías sobre los tipos de libro de texto
que son realmente efectivos, pero incluso el libro de texto que esté más al día y refleje las
investigaciones más recientes será inútil sin el compromiso de los colegios y del Ministerio
de Educación local en la preparación para su uso. Los profesores, autoridades ministeriales,
investigadores y editoriales deben trabajar conjuntamente para identificar el tipo de libro de
texto que se necesita y comprender cómo van a ser utilizados.
4. El equipo de autores
Una vez que hayamos decidido el tipo de publicación que vamos a producir y la compañía haya
acordado publicarlo, el siguiente paso es seleccionar el equipo de autores y guiarlos a través del
proceso de escritura. Siempre estamos en busca de buenos autores -a veces los encontramos por
referencia personal o recomendaciones de otros autores-, en otros casos, habremos trabajado
con ellos en una oportunidad anterior, otros pueden haber sometido ideas o propuestas en el
pasado. En los casos en que trabajamos conjuntamente con un Ministerio de Educación, éste
muchas veces sugiere o proporciona autores para trabajar en el proyecto.
226 Lis Burch
Una vez que se ha seleccionado al autor o autores, trabajamos juntos, muchas veces en un
taller de varios días para definir la estructura del libro y cómo enfocar la tarea de la redacción,
cautelando especialmente que los contenidos del currículum sean cubiertos de una manera
lógica. Aunque los autores por lo general continúan trabajando por su cuenta, siempre estoy
disponible para consultas o conversaciones o para ayudar con la investigación, etc.
Incluso antes de que esté listo el libro impreso, pensamos y planificamos nuestras activi-
dades de comercialización y ventas. Podemos diseñar un folleto o alguna otra manera de
publicitar el libro, el cual incluiremos en nuestros catálogos y sitio web. Esto permite informar
a nuestros clientes que el libro está en camino. Tenemos un equipo de agentes y represen-
tantes en distintas partes del mundo para vender el libro y además lo venderemos a través
de librerías. En algunos casos, cuando trabajamos conjuntamente con un Ministerio para
producir un libro en particular, el Ministerio adquiere las existencias o hace los arreglos para
publicitarlo. En el caso de los libros de matemáticas de la serie “Formula One” para Malta, el
Ministerio seleccionó el libro y nosotros lo proveeremos a las librerías designadas, las cuales
lo venderán a los colegios. Hodder Murray procederá entonces a enviar a un experto a Malta
a realizar algunos talleres y sesiones de preparación para profesores, a objeto que puedan
sacar el mejor partido a los libros en su sala de clases. Esto es parte de nuestro convenio
con el Ministerio y muchas veces podemos incorporar esta preparación y apoyo a nuestro
programa de publicación.
Lucía proporcionó un equipo de autores y la editorial les pagó una tarifa como escritores-,
pero el Ministerio es el dueño de los derechos de autor sobre los libros y recibe las regalías.
Esta serie de libros ha pasado a ser el principal programa de matemáticas en el Caribe desde
hace muchos años y los pagos de las regalías han permitido al Ministerio invertir en otros
aspectos de la educación, sabiendo que sus escuelas primarias cuentan con el mejor libro
de matemáticas posible.
Hodder Murray está comprometida con la publicación de los mejores textos de estudio posi-
bles -me han pagado para que asista a esta conferencia, lo cual es una clara señal de nuestro
interés en la investigación y en nuevas maneras de entregar una educación-. Asimismo,
tenemos un claro compromiso con la internacionalización y con los colegios y profesores en
todas partes. La meta de todos nosotros -editoriales, profesores, autores, investigadores,
autoridades ministeriales- es lograr lo mejor para los niños que asisten a nuestros colegios
y, como editorial, Hodder Murray está comprometida a trabajar en sociedad con pedagogos
de todo el mundo. Juntos, espero que podamos llevar adelante muchas de las ideas de esta
muy informativa y constructiva conferencia.
E l diseño gráfico, en tanto proceso de comunicación visual, genera objetos materiales con-
tenedores de mensajes visuales que ponen en contacto a diversos agentes sociales con un
grupo objetivo determinado, como resultado de un proceso de trabajo creativo planificado.
En el caso de los libros de texto, el diseño gráfico tiene la misión de materializar los conteni-
dos y actividades, hacerlos visibles y tangibles, y de esta manera, darles una forma concreta
que les permitirá entrar en contacto con el alumno y el profesor correspondientes. Todo ello,
mediatizado por procesos industriales de impresión y encuadernación.
Dentro de este proceso, el rol del diseñador se concibe como un servicio en el cual el ser y
saber de aquél son puestos a disposición de que se produzca la comunicación entre quien
enuncia los mensajes (editorial, autores) y su grupo objetivo (estudiantes y profesor). De
este modo, el diseño gráfico puede y debe potenciar las funciones educativas del libro de
texto, facilitando su uso por parte de los alumnos y aportando a los diversos requerimientos
(cognitivos, afectivos, conductuales) que plantean las actividades y contenidos a lo largo
de sus páginas.
Se abordará dicho modelo desagregando sus cuatro componentes principales: el libro, los
estudiantes, la tarea y el contexto.
Diseño gráfico y libros de texto. Un modelo conceptual del libro en la sala de clases 229
1. El libro de texto
el libro de texto posee un carácter multi-dimensional, puesto que puede ser abordado y
estudiado desde múltiples puntos de vista (ideológico, económico, industrial, instrumental,
didáctico-informativo, comunicacional). Se trata de una realidad compleja, en la medida que
todas estas dimensiones se conjugan simultáneamente en cada obra escolar.
Como medio de comunicación, el libro de texto posee una doble realidad consistente en una
existencia material (compuesta por papel, tinta y encuadernación) y una existencia simbólica
(lenguajes). Su condición material determina posibilidades y limitaciones para el acceso y uso
por parte del usuario (tamaño, peso, resistencia del papel, calidad de impresión). Su condición
simbólica es aquella basada en los lenguajes analógico (imágenes en sentido amplio) y digital
La naturaleza multi-dimensional del libro de texto conjuga aspectos de carácter: ideológico (tanto en términos de valores,
como del enfoque educacional implícito en la concepción del libro); económico (aspecto que condiciona la configuración mate-
rial del libro, así como su acceso y cantidad por alumno); industrial (es un producto planificado, producido en serie, dentro de
la industria editorial; su producción está sujeta al desarrollo tecnológico de la imprenta); instrumental (herramienta, recurso,
medio que cumple un rol operativo dentro del proceso enseñanza-aprendizaje; se inscribe dentro del dominio de la tecnología
educativa); didáctico-informativo; comunicacional (como medio de comunicación, pone en diálogo, idealmente, a los autores
con el estudiante, a autores y profesor, a autoridades educativas y estudiantes, a autoridades educativas y profesor, y por
extensión, a las familias de los estudiantes; se basa en los códigos de la lengua escrita junto a códigos icónicos).
230 Ximena Zepeda Harasic
Dimensiones
Material Simbólica
2. Los estudiantes
A partir de los conocimientos que nos aporta la psicología, podemos desagregar cuatro di-
mensiones para enfocar los diversos procesos que ocurren en la interacción personas-entorno.
Estas dimensiones son de naturaleza cognitiva, afectiva, conductual y socio-cultural. Cada
una de ellas aporta distintos procesos psicológicos, los cuales se interrelacionan e influyen
mutuamente. Todas estas dimensiones se conjugan con una etapa o momento en el desarrollo
del estudiante, el que, entre otras cosas, ya trae experiencias con los libros de texto o con
libros de otro tipo que anteceden su encuentro puntual con un libro determinado y marcan
expectativas o percepciones iniciales.
Dimensiones
Conductual Conducta
3. La tarea
Lo central del modelo está expresado aquí, en la medida que todo artefacto diseñado es
creado para realizar una tarea. Dicha tarea recoge los requerimientos, tanto a nivel de sistema
educativo, como de la interacción libro-estudiante. Así, para el sistema educativo, el libro de
Diseño gráfico y libros de texto. Un modelo conceptual del libro en la sala de clases 231
texto cumple diversas funciones: decir algo a muchas personas (comunicar, multiplicar un
mensaje), colaborar en proceso de aprendizaje, actuar como reservorio de memoria, organizar
la presentación de temas en una secuencia. Implícitamente, en nuestro país, el libro de texto
asume una carga de autoridad equiparable a la figura del profesor. En este sentido, el libro
puede convertirse en la voz del profesor.
Materialmente, se requiere que el libro de texto ofrezca una calidad de impresión que permita
al lector percibir claramente la información (tipografías visibles y legibles, imágenes nítidas)
y que sus materiales se presten al uso (motricidad) que se les dará (papel resistente a la
escritura, borrado, coloreado, recorte, pegado; encuadernación que no se desarme; tamaño
manipulable por el estudiante; peso transportable).
explicitar la estructuración u organización global del libro, como a explicitar o hacer visibles
los diversos tipos de información presentes página a página.
Así, los requerimientos para los códigos de señalización y diagramación se relacionan con el
acceso a la información, mientras que los códigos compuestos por imágenes y textos presentan
una función principalmente vinculada a la oferta de contenido informativo para el lector, es decir,
se van aliando más estrechamente con los objetivos y tareas de aprendizaje (identificar, mostrar,
explicar, motivar, valorar, etc.). Secundariamente, les cabe un rol instrumental en cuanto acceso
a la información (por ejemplo, en la función jerarquizadora de títulos y subtítulos).
Planteado desde el estudiante, todos los códigos movilizan y requieren procesos cognitivos
(percibir, atender, comprender, recordar, relacionar, organizar, etc.) y además, afectivos (nece-
232 Ximena Zepeda Harasic
Las conductas manifiestas más evidentes asociadas al uso del libro de texto requieren de la mo-
tricidad fina y gruesa, así como de aquellos gestos vinculados a la percepción y atención.
4. El contexto
Se ha distinguido un contexto educativo (que puede enfocarse desde un nivel local y práctico)
de otro cultural, más amplio y global. Dentro del primero (contexto educativo), se tiene la
ideología educativa dentro de la que se inscribe la creación o la elección de determinado libro
de texto como la variable más envolvente y abstracta. En este sentido, cabe preguntarse por
la coherencia entre ideología o enfoque educativo y el libro en uso. A esto se agregan factores
más concretos y prácticos, como son el estilo de uso que el profesor da al libro (complemento
a las clases, guía de clases, ejercitación, repaso para evaluaciones, etc.), el tiempo asignado
a la tarea (no será igual plantearse ante una doble página llena de imágenes y textos durante
quince minutos, una hora, o dos clases). La interacción con los pares y/o con el profesor
como mediadores en la interpretación que el estudiante hace de la información contenida
en el libro, es otra variable que incide en el uso de éste. Si consideramos, por ejemplo, las
capacidades de interpretación de un grupo de estudiantes v/s la complejidad de los códigos
comunicacionales manejados en el libro, es posible preguntarse si un libro requiere o deman-
da mayor mediación que otro para ser utilizado. En cuanto proceso comunicativo, el libro ha
de compararse a otros medios de comunicación (computador, video, etc.), que representan
otras ventajas y limitaciones para el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Dentro del contexto cultural, como gran marco en que se sitúa el uso del libro de texto, en-
contramos distintos tipos y niveles de variables: globales (momento histórico: por ejemplo, el
proceso de globalización mundial) y locales (sociales: por ejemplo, el nivel socio-económico
u otras circunstancias que nos informen sobre el grupo social en el cual circula el estudiante
y sus libros de texto).
Conclusiones
Dos relaciones clave que se producen en el libro de texto, en tanto medio de comunicación,
son la coherencia y pertinencia. Coherencia, como relación lógica y consecuente entre el libro
y su contexto educativo, especialmente en lo que se refiere al enfoque educativo en que se
Diseño gráfico y libros de texto. Un modelo conceptual del libro en la sala de clases 233
inserta. Pertinencia, como relación de empatía entre el diseño del libro y las características
de los estudiantes que lo utilizarán (capacidades, intereses, motivaciones, pertenencia a
grupos sociales, etc.).
De este modo, al poner en interacción los distintos componentes del modelo (libro, estu-
diantes, tarea y contexto), surgen interrogantes que revelan estas relaciones de coherencia
y pertinencia. Así, por ejemplo: ¿es el libro pertinente a las capacidades de los estudiantes?
¿Es el libro coherente con la ideología educativa que lo sustenta? ¿El libro está a la par con
otros objetos culturales fuera del ámbito escolar? ¿El libro podría desempeñar otras funcio-
nes distintas a las convencionales? ¿Es el libro más pertinente a las dimensiones afectivas o
cognitivas de los estudiantes?
Bibliografía
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Ed. Médica Panamericana, Madrid, España. State University, USA Documento encontrado en
Tema 6 Producción de textos escolares
Marco referencial
1. Definición
Los textos escolares se enmarcan en el contexto del discurso académico, o también denomi-
nado pedagógico, cuya finalidad no se acaba en la publicación de los mismos, sino que su
mandato alcanza una relevancia social y cultural de orden superior, puesto que su intención
primera se asocia a la aspiración de promover o apoyar la promoción de aprendizajes de
distinto orden. Para tal efecto, se requieren soportes discursivos que intenten afectar al
lector-aprendiz en el marco de sus representaciones cognitivas, afectivas y valóricas.
La delimitación del discurso pedagógico como práctica discursiva involucra una gran com-
plejidad, ya que integra un amplio conjunto de características que lo diferencian de otras
prácticas discursivas. Al respecto, es factible señalar las más evidentes, aun corriendo el
riesgo de desestimar otras que también están presentes, aunque con menor énfasis.
más allá de la mera exposición de contenidos, lo cual requiere conocer y saber aplicar
una amplia gama de estrategias discursivas que interactúen con el hacer cognitivo,
afectivo y valórico del estudiante. Esto lo obliga a generar un contexto semántico y
modal al servicio del enunciatario, sin que su presencia como enunciador perturbe o
distraiga la relación entre el enunciatario y los contenidos.
2. Estrategias discursivas
El productor de discursos académicos (enunciador-autor) está en la obligación de aplicar
estrategias discursivas que promuevan la elicitación del aprendizaje, lo que se puede cir-
cunscribir al modelo de producción denominado “transformar el conocimiento” (Bereiter
y Scardarmalia, 1987). Según este modelo los expertos componen los textos, teniendo la
generación de una realidad discursiva novedosa, empática y situada. No se trata solo de
exponer el estado del arte sobre los conocimientos, sino que se busca una recreación que
es producto de la propia reflexión, en la que se pone en juego la madurez cognoscitiva del
enunciador, por medio de la cual ha logrado hacer visible las claves conceptuales y organi-
zacionales de un determinado tema y es capaz de exponerlo utilizando diversos recursos
comuncacionales, discursivos y/o retóricos; por lo tanto, es una nueva manera de exponer
creativamente los saberes ya establecidos.
a) Los antecedentes señalados permiten generar el mapa del texto, esto es, su represen-
tación cognitiva, que corresponde a los niveles de representación del conocimiento, generando
modelos cognitivos que tienen su base de sustentación en la estructuración epistemológica
general de la especialidad, que para el caso de la producción de textos escolares ha sufrido
por lo menos un proceso de adaptación a las características de comprensión de los receptores.
Todo lo cual está circunscrito al proceso de transposición didáctica. “Los modelos cognitivos
expuestos en el texto conforman estructuras conceptuales ricas que guían la labor inferencial
de acuerdo con el juego de información proporcionado por la relación texto-contexto” Victorri
(1996), Hoey (2001).
normativas de los distintos tipos de estructuras textuales, sino que, muy por el contrario, es
conveniente que sienta la libertad de integrar las distintas estructuras textuales de acuerdo
a los requerimientos de la comunicación pedagógica, puede, si lo necesita, realizar las adap-
taciones que precise, por cuanto las formas de organización retórica que poseen los textos
(narrativas, expositivas, argumentativas, etcétera) constituyen la base para la aplicación de
las estrategias didácticas, propias del discurso pedagógico, como: mapas conceptuales,
claves discursivas, ejemplos, diagramas, analogías, señalizaciones, resúmenes, ilustracio-
nes, etcétera, teniendo presente que éstas no solo clarifican la forma de presentación de las
ideas, sino que también pueden ser transferidas a los estudiantes a modo de estrategias de
aprendizaje.
2.3 Las relaciones sintácticas o relaciones de lenguaje, relacionan a los participantes mediante
el uso conveniente del lenguaje y de otros sistemas de codificación, logrando el acceso a una
lectura pausada, sin sobresaltos, por cuanto todas las unidades de información se encuentran
en una secuencia que facilita la transferencia de aprendizaje, y se coordinan y apoyan entre
ellas mediante el uso adecuado de mecanismos de coherencia y cohesión. Los conectores no
solo contribuyen a la cohesión de las partes del texto, sino que adquieren el carácter de claves
textuales, facilitan el reconocimiento de las relaciones implícitas entre dichas unidades.
2.4 Por su parte, las relaciones físicas o de medio facilitan la interacción de acuerdo al uso
de las convenciones gráficas que caracterizan al texto impreso. A través de los recursos grá-
ficos es factible visualizar en mejor medida las relaciones existentes entre conceptos, cuya
construcción no es necesariamente jerárquica.
Bibliografía
Bereiter, C. y Scardamalia, M. (1987): The Psychol- Sequeida, J. (2005) La competencia discursiva como
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Educacional, Vol. 12, Facultad de Educación, Pontificia Buenos Aires. La Pléyade.
Universidad Católica de Chile, 248-260.
239
Si preguntamos “¿Cómo son los libros de texto que enseñaron durante el Renacimiento?”,
tendremos una respuesta distinta. Posiblemente el libro de gramática más innovador y
eficiente del Renacimiento fue el Orbis sensualium pictus (El mundo visible en imágenes)
escrito por Jan Amos Comenius en el siglo XVII. Compuesto para niños menores y de un nivel
educacional inferior, tenía ilustraciones junto al texto en latín. Estas iban agrupadas por
tema, insertas en frases y traducidas al idioma vernacular en una columna paralela. Así, los
estudiantes podían aprender algo del significado del término en latín, traduciéndolo a su
propio idioma mirando la ilustración y utilizando la palabra en una frase. También constituyó
una importante contribución a la pedagogía, apoyando la meta educacional de desarrollar
el conocimiento a través de técnicas audiovisuales (Michel, 1992). Este libro de texto fue
enormemente popular, permaneciendo en circulación por más de 200 años.
240 Jhon F. Wakefield
Si preguntamos “¿Cómo son los libros de texto que enseñaron recientemente, por ejemplo,
en los años 1980?”, obtendremos una respuesta distinta. El diseño didáctico, una rama de la
psicología de la educación, constató que algunas de las características de organización del
libro de texto podrían facilitar el aprendizaje. Los investigadores se dieron cuenta de que las
expectativas de los estudiantes tenían una fuerte influencia sobre la capacidad de recordar;
por lo tanto, se recomendaba a los autores fijar expectativas a través del diseño del texto.
Los psicólogos educacionales recomendaban que en los textos de ciencias, por ejemplo, los
principios científicos específicos fuesen incluidos dentro de principios más generales, que
debían presentarse en primer lugar. El material debería diferenciarse progresivamente, desde
el inicio de una unidad de texto hasta el final. En segundo lugar, cada capítulo debía seguir el
mismo plan de organización, conducente a una ordenación en espiral para un libro de texto y,
de hecho para un currículum. En tercer lugar, las lecciones individuales debían ir precedidas
de organizadores anticipados o resúmenes verbales o visuales de la lección, con el fin de
desarrollar las expectativas de los educandos. El plan educacional de tales estrategias era
recordar el conocimiento presentado en un libro pero no la memorización del mismo.
Se vio que lo que llegó a ser conocido en psicología cognitiva como “teoría de los esquemas”
tenía otras implicancias para los libros de textos. La estructura de los discursos en cada disciplina
difiere de una disciplina a otra. Uno espera que la materia de geografía esté espacialmente orga-
nizada; la ficción, historia y biografía debían organizarse como una narrativa; las descripciones
de procedimientos debían ir organizadas en secuencias y la filosofía y matemáticas debían
organizarse a través de inducción y deducción. Se podían realizar incluso distinciones más finas,
por ejemplo, si la ficción asumía una estructura narrativa compleja y la historia una estructura
narrativa con énfasis en la causa-efecto. Se encontró que si se adoptaba un texto con una forma
de organización apropiada para enseñar a los niños a identificar la estructura en una lección o
capítulo de introducción, facilitaría el recordar. Este proceso fue descrito como “instrucción en
base a esquemas estructurales” (Armbruster, Anderson & Ostertag, 1987).
Otra característica del texto que parecía facilitar el proceso de recordar fue un conjunto de
preguntas que se insertaban antes, dentro de o a continuación del texto. Tales preguntas
podían ayudar a enfocar la atención del lector y mejorar la comprensión de la lectura (Fried-
man y Rickards, 1981; Lindner y Rickards, 1985). Otras investigaciones en el campo de la
comprensión de lectura definieron al texto considerado como aquel que estaba suficiente-
mente bien estructurado para comunicar información, era suficientemente coherente como
para excluir información irrelevante o distractiva, y era adecuado al nivel de conocimiento del
lector (Kantor, Anderson & Armbruster, 1983). Casi todas las estrategias pedagógicas para
libros de texto desarrolladas a partir de la teoría de los esquemas, en los 80, tenían como
meta común la comprensión del texto.
Se consideró que el texto comprensible (o considerado) era necesario pero no suficiente para
un cambio conceptual en el educando. Para fines de los 80, se estaban realizando investi-
gaciones acerca de cómo promover un cambio a través de los contenidos de los libros de
texto. Estas investigaciones asumieron que las creencias tempranas del educando (tal como
Textos que enseñan: estructura y diseño de textos para fines educativos 241
la percepción de que la tierra es plana) muchas veces interferían con el desarrollo del enten-
dimiento. Los textos explicativos podrían afectar el conocimiento del educando (al declarar,
ilustrar, o explicar que la tierra es redonda), pero lo harían solo de manera superficial: este
conocimiento sería pronto olvidado porque no refutaba la creencia anterior. La psicología
social, en lugar de la teoría de los esquemas pasó a ser la fuente de la investigación acerca
de la interacción entre los lectores y los textos. Una relación activa con el texto en lugar de
una comprensión de texto más pasiva pasó a ser la meta de los libros que enseñaban a los
estudiantes a pensar. Se producía un alto nivel de relación con el texto cuando el lector pensaba
en profundidad acerca de las ideas presentadas. Para inicios de los 90 ya había comenzado
la búsqueda de características textuales que lograran que el lector pensara en profundidad
acerca de un tema (por ej.: Dole, 2000).
¿Es acaso una solución que las editoriales produzcan libros con un diseño más simple? Po-
siblemente. Un libro de texto que es claro y fácil de entender (es decir, que contiene un texto
considerado) es una condición para captar el pensamiento del educando. Pero si vemos que
la pedagogía de los libros de texto utilizados en la enseñanza en el pasado cumple con las
metas educacionales de los profesores, no podemos decir que los libros de texto con textos
considerados enseñan a pensar más que los libros de texto que fomentan la memorización.
Las metas educacionales en el siglo XXI incluyen enseñar a pensar y para que los libros de
texto enseñen, deben facilitar, justamente, la instrucción en el arte del pensar.
Tema 6 Producción de textos escolares
Para cumplir con el objetivo de que los textos de estudio realmente enseñen a pensar sería
necesario observar varias recomendaciones. En primer lugar, las editoriales deberían emplear
diseñadores especialistas en pedagogía como consultores. Lo que sabemos acerca de cómo
se produce el aprendizaje a partir de los textos debe incorporarse en los diseños de nuevos
textos de estudio. El conocimiento histórico, que depende de una narrativa que enfatiza las
causas y efectos históricos, puede desarrollarse mejor en libros de texto con una estructura
narrativa que enfatice las relaciones causales. Los diseñadores especialistas en pedagogía
pueden recomendar una mayor cantidad de texto ininterrumpido para un texto de historia
que para, por ejemplo, un texto de geografía. Por otra parte, un texto de geografía debería
desarrollar un entendimiento geográfico, como una forma de conocimiento científico que
enfatiza las relaciones espaciales. Estas relaciones deberían sugerir principios de diseño para
242 Jhon F. Wakefield
los textos de geografía que fuesen significativamente distintos de los principios de diseño
aplicables a un texto de historia.
En segundo lugar, los libros de texto deben diseñarse pensando en dominios específicos. Las
características pedagógicas de los libros de texto deben ser diferentes de un dominio a otro.
Por ejemplo, las características pedagógicas de un texto de geografía se deben diseñar con
el fin de lograr que los educandos piensen como geógrafos. Las características pedagógicas
de una antología de lecturas deben diseñarse con el fin de que los lectores aborden crítica-
mente el proceso de lectura.
Muy a menudo, el acto de pensar recibe el mismo tratamiento que dábamos a la escritura
en los programas de estudio, en los que se asumía que una estrategia se ajustaba a todas
las disciplinas. De hecho, un informe sobre un libro que se ha leído no es lo mismo que un
informe de laboratorio o una crítica a un cuento. Distintas disciplinas requieren diferentes
ejercicios para estimular el pensamiento, al igual que requieren distintos tipos de ejercicios
de escritura. Los diseñadores especialistas en pedagogía deben realizar un cuidadoso trabajo
para definir los ejercicios cognitivos fundamentales que desarrollan el pensamiento dentro
de cada disciplina.
En tercer lugar, los educandos deben recibir instrucciones sobre el modo de aplicar en sus
libros de texto la nueva pedagogía, específica para cada disciplina. Existe cierta evidencia
anecdótica que sugiere que los estudiantes no utilizan espontáneamente las características
diseñadas para evocar el pensamiento (Walpole, 1999). La probabilidad de que los estudiantes
no usen la pedagogía diseñada para enseñar a pensar aumenta cuando nos damos cuenta
de que: 1) los ejercicios que requieren que el educando piense en profundidad representan
muchas veces un gran desafío, y 2) la pedagogía para enseñar a pensar diferencia cada vez
más entre un ramo y otro, de modo que aprender a pensar en mayor profundidad en una
disciplina no implica necesariamente la habilidad para pensar con mayor profundidad en otra.
Deben realizarse investigaciones sobre cuáles son las estrategias más idóneas para ense-
ñar a usar los textos escolares que enseñan a pensar, de modo que los educandos puedan
recibir instrucciones precisas acerca del uso de sus libros de texto como herramientas para
profundizar su propia comprensión.
En cuarto lugar, los educadores de profesores deberían enseñarles a estos a instruir a sus
estudiantes acerca de la pedagogía específica para los libros de texto de cada disciplina.
Esta tarea será particularmente importante para los profesores de educación básica, los
cuales deben ser versátiles en su pensamiento y métodos de enseñanza. A diferencia de los
profesores de educación secundaria, los profesores de educación primaria muchas veces
preparan lecciones para temas en cinco disciplinas. Necesitan aprender cómo enseñar a
los niños a pensar como escritores, como lectores inteligentes, como matemáticos, como
científicos sociales y como científicos de la naturaleza. La tarea de formar a los profesores
en cómo enseñar a pensar a sus alumnos en el contexto de un colegio determinado, un nivel
escolar específico, con un libro de texto y en una disciplina particular es encomiable. Requerirá
Textos que enseñan: estructura y diseño de textos para fines educativos 243
Cada una de estas recomendaciones ofrece un punto de partida diferente para investigar:
¿Cuántas editoriales emplean actualmente diseñadores especialistas en pedagogía como
consultores? ¿Cómo se diseñan (o cómo no se diseñan) los libros de texto para enseñar
a pensar de maneras específicas para ciertos dominios?, etc. Los investigadores podrán
encontrar que ya es bastante lo que sucede en relación con estas cuatro recomendaciones
a medida que el libro de texto evoluciona para ayudar a cumplir la meta de enseñar a los
educandos a pensar.
Bibliografía
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Tema 6 Producción de textos escolares
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7
PROPUESTAS PEDAGÓGICAS
Y ENFOQUES DIDÁCTICOS
EN TEXTOS ESCOLARES
246
Colaboradores
Luis Ajagan Lester , Ph.D. en Filosofía con mención en Pedagogía. Actualmente es senior lecturer
en Pedagogía en la Universidad de Estocolmo, Suecia; allí desempeña tareas de investigación y
docencia. El área de su especialidad es el texto escolar y los estudios sobre etnicidad y diversidad
cultural. Ha publicado, entre otros libros, 2000: “De Andra”. Afrikaner i svenska pedagogiska texter
(1768-1965). Stockholm: HLS förlag, (2000: “Los Otros”. Africanos en los textos pedagógicos suecos
(1768-1965). Estocolmo: Editorial HLS, 259 pp).
Pedro Milos Hurtado, Licenciado en Historia de la Universidad Católica de Chile y Doctor en Ciencias
Históricas de la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica. Actualmente se desempeña como Director
de Docencia y Director del Departamento de Historia de la Universidad Alberto Hurtado, Santiago
de Chile. También, forma parte del cuerpo docente del Diplomado en Didáctica de la Historia y de las
Ciencias Sociales de la misma universidad.
María Verónica Astroza Ibáñez, Profesora de Ciencias Naturales y Biología y Magíster en Diseño
Instruccional por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Profesora en el Departamento de Didác-
tica, Facultad de Educación de la misma universidad.
Alejandra Pellicer es Licenciada en Pedagogía por la UNAM, México, y Maestra y Doctora en Ciencias,
en la especialidad en investigaciones educativas, por el CINVESTAV, Distrito Federal. Ha trabajado en
diversas instituciones de educación superior en la Ciudad de México y ha impartido cursos, talleres
y seminarios a nivel nacional e internacional. Es autora de varios libros, revistas y artículos sobre los
procesos de enseñanza y aprendizaje de la lengua escrita.
247
en textos escolares
248
El texto escolar:
apuntes para una didáctica crítica
Luis Ajagan Lester
En esta comunicación esbozaremos algunos breves apuntes sobre el origen del texto escolar
y sobre cómo este surge de la separación del contexto de producción respecto del contexto
de reproducción y, posteriormente, reflexionaremos sobre las características de los textos
pedagógicos y sobre sus funciones.
los conocemos hoy, los libros de textos usados en la escuela surgen cuando las sociedades
modernas van dejando atrás el aprendizaje y la enseñanza de tipo contextual.
en textos escolares
era directa, resultaba superflua la mediación de un artefacto como el libro. En el terreno de
las labores artesanales, los maestros artesanos que dominaban la profesión iban formando
a los aprendices mostrándoles en la práctica cómo se manejaban los materiales, cómo se
dominaban y cómo se mantenían en buen estado las herramientas, y qué errores no había
que cometer al manejar un material determinado. En suma, los secretos del oficio, guarda-
dos celosamente, eran transmitidos a través de la tradición oral y no pocas veces sin mediar
ni siquiera una comunicación verbal, sino que simplemente mostrando cómo se ejecutaba
la tarea. El aprendiz alcanzaba el grado de maestro cuando era capaz de repetir y crear un
producto, por ejemplo un mueble, con la misma calidad con que lo hacía el maestro.
Quizás no esté de más señalar que en Latinoamérica —donde coexisten codo a codo la
modernidad y la tradición— la enseñanza oral, no mediada por textos impresos, sigue aún
vigente en muchas comunidades. ¿En qué medida aumenta esto la distancia entre los países
más desarrollados, que han descontextualizado cada vez más la comunicación (pensemos
por ejemplo en la educación a distancia, a través de Internet) y los menos desarrollados?
A continuación, precisaremos las características didácticas del texto escolar. ¿Qué diferencia
al texto escolar de otro tipo de textos? Y ¿Qué funciones cumple este tipo de textos?
Como se puede apreciar, de las preguntas citadas transciende la intención de explicar fenó-
menos y sucesos históricos; esta es una característica primordial del texto escolar compartida
con el texto científico (Ajagan Lester 2000; Zelandés 1988). Una característica del texto escolar
es su intención de reproducir la realidad; es un rasgo propio de éste género. En un texto de
otro género, como el literario, podemos ver descripciones poéticas de la realidad que no
aspiran a su reproducción fiel. Pensemos por ejemplo en los diluvios de García Márquez en
el Macondo de Cien Años de Soledad, donde llega a llover cuatro años, once meses y dos
días. A nadie se le ocurriría tomar esa narración por un intento de descripción fiel y objetivo
de las condiciones metereológicas de Colombia o de América Latina. El tipo de información
que encontramos en los textos escolares dista de formularse en esos términos. Se le exige
al texto escolar que describa al referente (esto es, el mundo real existente fuera del texto) en
términos que lo recreen en forma no poética, sino lo más cercanos posible a la realidad.
Entendemos que esta aspiración del texto escolar a reproducir más o menos fielmente la
realidad no nos puede conducir a tomarlo acríticamente como una Autoridad -con mayúscula-,
como una voz y una visión definitiva de la realidad, así éste se trate de Geografía. El deber del
maestro, en nuestra opinión, es problematizar, es desopacizar la realidad (Monclús, 1988).
Hasta aquí hemos destacado la función manifiesta del texto escolar, la de entregar información,
transmitir conocimientos, reproducir normas y presentar explicaciones. ¿Pero no entrega además
el texto una perspectiva de la realidad? ¿No implica la redacción de un libro escolar el elegir
algunos contenidos y eliminar otros, enfatizar algunos y atenuar u omitir ciertos contenidos
culturales o científicos? Sobre este tema reflexionaremos en el apartado siguiente.
El texto escolar: apuntes para una didáctica crítica 251
en textos escolares
algunas preguntas que se pueden formular son las siguientes: ¿contribuye realmente el texto
que se usa a crear ese enlace entre las experiencias anteriores de los alumnos y el contenido
escolar? ¿Qué distancia existe entre el contenido del texto y la cultura juvenil? ¿Implica el
texto escolar una negación de las experiencias de los alumnos?
No son pocos los ejemplos de negación de los intereses de los jóvenes en lo que se ha com-
prendido/creado como contenido escolar en los textos. Un ejemplo relevante para ilustrar
este tema es el siguiente: en los textos de enseñanza del idioma inglés usados en Sheffield,
cada vez que se menciona el deporte, las actividades de este tipo que se ejemplifican y se
muestran a los alumnos son el polo y el criquet, deportes absolutamente elitistas practicados
por sectores aristocráticos. Los deportes practicados por la clase trabajadora son mencionados
al pasar, como una nota secundaria. El resultado de los énfasis y de las omisiones comentadas
llega a adquirir características casi ridículas, ya que los lectores de los textos así diseñados
tienden a verlos como totalmente ajenos a la propia cultura y llegan a preguntarse en qué
país sucede lo descrito en los textos (Lamb, 2004).
¿Qué tipos de códigos culturales son aceptados por los creadores de textos escolares?,
¿cuáles son excluidos? Estas preguntas nos conducen a precisar una característica del texto
escolar y del sistema educacional en general: tanto el sistema escolar en su conjunto, como
el texto escolar en particular, seleccionan, del conjunto de productos culturales creados en
una sociedad concreta —es decir de la tradición—, algunos de ellos y excluyen otros. Esta
concepción, conocida como la tradición selectiva es, sin duda, un aporte de gran interés que
ha hecho al análisis crítico de la educación el sociólogo inglés de la cultura Raymond Williams
(Apple, 1986; Williams, 1989).
La participación de los textos en la selección de lo que será considerado como material escolar,
la delimitación de lo que debe entenderse como conocimiento escolar legítimo, ocupa un
lugar fundamental en la transmisión de la cultura dominante. Esta transmisión tiene lugar en
un proceso dinámico y contradictorio, caracterizado por la selección. Siguiendo a Raymond
Williams, podemos ver a la escuela como la institución que reproduce la ideología dominante
(Williams, 1989). Esto sucede por cuanto la escuela elige y selecciona ciertos contenidos,
ciertos mensajes, algunos productos culturales y algunos contenidos educativos como los
importantes, como los adecuados, los correctos y los legítimos. La transmisión de la cultura,
como lo indica Williams, constituye un proceso de selección y organización de los conoci-
mientos existentes durante un período histórico. Este proceso contribuye a consolidar los
valores, normas, creencias y conocimientos de las clases más poderosas como los correctos,
los dominantes y legítimos.
252 Luis Ajagan Lester
Una pregunta relacionada con la selección de contenidos, con las omisiones y exclusiones
de ciertos productos culturales es la siguiente: ¿niega o acepta el texto el código lingüístico
(el sociolecto) o la forma de hablar del alumno? Evidentemente la escuela no debe tan solo
reproducir el habla del alumno, sea ésta popular o del ámbito rural, sino intentar enriquecerla.
Sin embargo, existe una gran distancia entre que la escuela en tanto institución considere a la
forma de hablar del alumno como anomalía que debe ser corregida o que la acepte como una
variante más del habla que existe en una sociedad concreta. Sin lugar a dudas, mientras más
y mejor sea el dominio de la lengua dominante, del lenguaje oficial, por parte del alumno, más
posibilidades de comunicarse exitosamente tendrá. Pero de esta premisa no se desprende
ni se deduce que la escuela y el maestro deban considerar el habla o el lenguaje cotidiano
del alumno como una anomalía si ésta no sigue la norma culta. Si la ruptura entre el código,
el lenguaje de los textos y el de los alumnos es casi total, ¿qué capacidad de comprensión
pueden éstos alcanzar? Un dato del ámbito educacional latinoamericano puede ilustrar lo
que aquí se manifiesta. Una investigación realizada en Chile muestra que “ (...) tres de cada
cuatro alumnos de la mitad más pobre de la población no entiende lo que lee, a pesar de
encontrarse cursando el cuarto grado; que esta misma proporción de niños no alcanza ni la
mitad de las habilidades de cálculo esperadas en ese grado...” (Informe del SIMCE citado en
Figueroa Sandoval, 2003:24). Una situación como la descrita debe ser interpretada como el
producto de la conjunción de numerosos factores, pero uno de ellos consiste en la negación
de la cultura y de las experiencias de los alumnos, que muchas veces se concretiza en libros
escolares incomprensibles.
Un ejemplo de visiones de mundo seleccionadas por los textos escolares y propuestas a los
alumnos la podemos encontrar en los textos usados actualmente en la escuela paraguaya.
Existe en ellos una visión de la familia profundamente idealizada y muy distante de la familia
existente fuera de los libros escolares, en la vida cotidiana. En el mensaje de los textos usa-
dos en la enseñanza básica, un bastión de la sociedad paraguaya actual sería la familia, ésta
estaría constituida, como norma habitual, por padre, madre e hijos, además de los abuelos.
El lenguaje visual —en el cual aparecen siempre todos los integrantes de la familia sonrien-
tes— tiende a fortalecer el mensaje idealizado. En la realidad, un gran número de familias de
los sectores de campesinos y de trabajadores está formada por madres solas, que cumplen
el rol de jefas de hogar. La dura situación económica de Paraguay estimula la emigración de
los varones hacia otros países de la región. Existe en este tipo de textos una disonancia entre
la realidad social y el mensaje de los textos (Ajagan Lester, 2005).
El texto escolar: apuntes para una didáctica crítica 253
¿Qué tipos de nosotros proponen los textos?, ¿quiénes se incluyen?, ¿quiénes son exclui-
dos? Una de las funciones que, a través de la selección de contenidos ha cumplido el texto
en textos escolares
límites entre nosotros, los nórdicos, y ellos, los pueblos de países menos desarrollados
económicamente.
Los textos escolares suecos usados desde fines del 1700 hasta mediados de 1960, expresa-
ron en forma inmodificable una visión de la superioridad propia en relación a otros pueblos
(en el caso de la investigación citada, fundamentalmente respecto de los pueblos del África
subsahariana); esta visión inmodificada se basó, entre otros elementos, en la eliminación
y omisión de relatos que pusiesen en duda dicha superioridad. En los textos escolares, la
noción de la superioridad propia se expresó a través de diversas ideologías que fueron va-
riando: la religiosa primero, una visión racista basada en el color de la piel posteriormente,
para después pasar a un sistema científico basado en la craneología, y posteriormente una
visión desarrollista del progreso (y del subdesarrollo). Esas ideologías fueron usadas para
marcar los límites de la propia cultura: nosotros somos luteranos, ellos son paganos; nosotros
somos blancos y ellos son negros; nosotros somos dolicocéfalos y ellos son braquicéfalos;
nosotros somos desarrollados y ellos subdesarrollados (Ajagan Lester, 2000).
Este tipo de relatos dicotómicos sobre la superioridad propia son hoy, para usar la expresión
de Yuri Lotman, textos imposibles (Lotman, 1990). Sin embargo, resulta interesante observar
la supervivencia de ciertos relatos estereotipados que tienden a ubicar a los pueblos nórdicos
en el ahora, en la modernidad y, por ejemplo, a los pueblos latinoamericanos en el ayer, como
pertenecientes a la tradición. En el lenguaje visual que representa a Sudamérica en los textos
suecos (y en no pocos fineses) aparece siempre o bien una mujer indígena perteneciente a
la cultura andina con una guagua en brazos y ropas tradicionales, o bien un hombre con un
poncho infaltable, y siempre con hojotas, nunca con zapatos. Esta selección de imágenes
crea una metonimia, donde la parte representa al todo. El mensaje entregado a los alumnos
es: “Ellos viven en el pasado, nosotros en el ahora” (Ajagan Lester 2004).
No por evidente debemos dejar de señalarlo: los sentidos y los contenidos que un texto
escolar proponga a los maestros y alumnos no supone —con un cierto automatismo cultu-
ral— que aquellos sean ineludiblemente los que se descodifiquen en la sala de clases. Tanto
alumnos como maestros son portadores de su bagaje cultural, de sus sentidos comunes,
de sus concepciones y visiones del mundo más o menos articuladas. La lectura de un texto
lleva consigo un proceso de recreación, de recodificación. Se trata de la intersección de los
mensajes propuestos por los textos y del bagaje cultural del receptor (maestros y alumnos).
La comunicación en la sala de clases puede ser interpretada más como transformación que
como simple transferencia o transmisión de información (Lozano, 1998). ¿Qué se entendió
realmente? ¿Cómo se interpretaron los textos? Son preguntas que deben guiar el análisis de
la recepción de los mensajes ofrecidos por los textos escolares.
254 Luis Ajagan Lester
• El texto escolar posee una función pedagógica manifiesta: funciona como herramienta
• También es posible notar otra función latente y subyacente, que bien podemos denominar
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255
en textos escolares
al desarrollo de competencias
Pedro Milos Hurtado
La densidad actual del debate sobre textos escolares se debe, en primer lugar, a la reflexión
que existe sobre temas curriculares. Esta reflexión ha estado motivada por una profunda
reforma curricular que se ha producido en Chile, en el marco de una reforma educativa de
alcance mayor. En segundo lugar, el debate ha sido incentivado por la existencia de una
política pública en relación con la producción de textos escolares, guiada por términos
de referencia que orientan la producción de los textos tanto en aspectos formales como
curriculares y pedagógicos. Por último, el debate comienza a estar animado también por el
interés de conocer los resultados del uso de textos escolares, lo que ha dado origen a las
primeras evaluaciones, aunque muy escasas y generales aún.
En este contexto, queremos contribuir con una presentación que aborda tres puntos:
La estructura del marco curricular está llamada a cumplir una función de articulación y orien-
tación del quehacer educativo; se trata de una suerte de carta de navegación que define los
trazos gruesos, aunque no el recorrido específico. El marco curricular contiene y define los
Objetivos Fundamentales Verticales (OFV) y los Contenidos Mínimos Obligatorios (CMO) de
cada sector curricular y nivel, así como los Objetivos Fundamentales Transversales (OFT)
comunes al currículo.
El nuevo marco curricular de la enseñanza secundaria chilena define los Objetivos Fundamentales
como “las competencias o capacidades que los alumnos y alumnas deben lograr al finalizar
los distintos niveles de la Enseñanza Media y que constituyen el fin que orienta al conjunto del
proceso de enseñanza-aprendizaje”. Estas ”competencias”, el currículo las propone desarrollar
a través de los diferentes sectores curriculares, en la perspectiva de una educación para la vida.
Así, entre los principios del marco curricular se establece que la educación media debiera contri-
buir “a que cada hombre y mujer se desarrolle como persona libre y socialmente responsable,
a la vez que competente en los ámbitos de la ciudadanía y el trabajo”.
Luego, los Contenidos Mínimos Obligatorios son entendidos como “el conjunto de saberes
conceptuales y capacidades de desempeño práctico (conocimiento y práctica de procedimien-
tos), que requieren aprender los alumnos y alumnas y que son definidos en cada sector y
subsector como necesarios para alcanzar los objetivos fundamentales. Los contenidos agrupan
tres grandes categorías de aprendizaje: conocimientos, habilidades y actitudes”.
En un segundo nivel, se encuentran los Programas de Estudio, por sector y por nivel, estos
deben estar en sintonía con el marco curricular y pueden ser elaborados tanto por los propios
establecimientos como por el Ministerio de Educación. Así, los programas son instrumentos
que median en los procesos que dan consistencia a la relación entre los propósitos del marco
curricular y los aprendizajes de los estudiantes; teóricamente al menos, tanto los estableci-
mientos como el Ministerio tienen la posibilidad de intervenir en esta mediación.
los textos escolares. Ellos son: la necesidad de que los docentes comprendan la arquitectura
del nuevo marco curricular; la necesidad de reforzar la renovación pedagógica y la actuali-
en textos escolares
Para la generación de programas de estudio propios, en los establecimientos o, también, para
la implementación de los programas propuestos por el Ministerio, vale decir, en cualquiera de
las dos posibilidades de uso del currículo, los docentes deben profundizar en la arquitectura
del marco curricular. De acuerdo al propio Ministerio de Educación, resultaría imperativo que
los docentes entendieran cabalmente la racionalidad, la lógica, los supuestos epistemológicos,
sociales, culturales y psicológicos que sustentan el marco curricular; solo de esa manera sería
posible hacer realidad la flexibilidad curricular, manteniendo el sentido de su arquitectura. En
efecto, entender la estructura del conocimiento en cada sector y sub-sector es un requisito
básico para lograr la implementación de la reforma curricular.
Los avances en un uso apropiado, autónomo y reflexivo del currículo serán muy lentos
mientras no hayan cambios sustantivos a nivel de la comprensión del marco curricular, de la
actualización disciplinar y del rediseño de las prácticas pedagógicas. La producción de textos
escolares debe hacerse cargo, también, de este primer desafío, teniendo conciencia de él y
contribuyendo a su superación.
en textos escolares
[...] El libro de texto plasma materialmente, para cada alumno, tal currículum, permitiendo,
con independencia de las características de origen de los alumnos y la heterogeneidad de los
contextos escolares, la posibilidad de un acceso adecuado y equitativo a las experiencias de
aprendizaje definidas como relevantes” (Informe de evaluación, DIPRES, 2003).
Nos encontramos, entonces, frente a una política que se fundamenta, por una parte, en su
articulación y funcionalidad con el nuevo currículo y, por otra, en una fuerte valorización de
la cualidad de los textos de estudio como soportes fundamentales de los procesos de apren-
dizaje y de sus logros, haciéndolos parte activa de la intervención educativa.
• “Respecto del Marco Curricular, el Texto debe abordar el conjunto de los OF y CMO del
subsector y del nivel establecido, y debe estar concebido como un material de estudio que
apoya el aprendizaje de los CMO así como el logro de los OF y los OFT pertinentes.
debe ser riguroso en la información que provee y no presentar errores en los concep-
tos ni en las actividades. Debe evitar el tratamiento extensivo de contenidos que no
correspondan al nivel.
• Respecto de la consistencia metodológica, ésta debe estar acorde con los objetivos
Si analizamos estas orientaciones ministeriales, podemos ver que, si bien ellas identifican el
problema de relacionar los OF con los CMO, tienden a dar preponderancia a los contenidos
por sobre los objetivos. Esto se observa también a nivel de los programas de estudio, cuando,
por ejemplo en el caso de Historia y Ciencias Sociales, al ofrecer un cuadro sinóptico de los
contenidos del año de estudio, este cuadro se construye a partir de los contenidos conceptuales
o información histórica a tratar. O bien, en la presencia que tienen los criterios cronológicos
como estructurantes de dicho programa, por sobre el desarrollo de capacidades.
Por último, las indicaciones del Ministerio insisten bien en los aspectos actitudinales y való-
ricos del nuevo currículo, cuestiones que están reforzadas también a nivel de los programas
de estudio. Del mismo modo, orientan metodológicamente en la dirección de un aprendizaje
significativo y contextualizado, basado en la motivación, el interés y los conocimientos
previos de los alumnos. Todo ello se haría más consistente en una lógica de desarrollo de
competencias.
a) La producción de textos escolares no debiese partir del supuesto que los docentes
conocen y comprenden lo que se ha denominado la arquitectura del currículo. Por el
contrario, los textos escolares debieran ser concebidos como parte del desafío de in-
ternalizar, por parte de los docentes, la concepción y estructura del marco curricular.
b) En ausencia de una definición clara y explícita de las competencias que los estudiantes
debiesen alcanzar con sus estudios, y asumiendo que ellas están comprendidas en los
en textos escolares
sólo respecto del currículo y de los programas de estudio, sino principalmente en
relación con los aprendizajes que buscan reforzar. En este sentido, los aprendizajes
esperados, consignados en los programas de estudio, constituyen indicaciones muy
útiles, pero que requieren algún grado de reelaboración. Fundamentalmente, en una
perspectiva de agrupamiento y de síntesis.
La política pública debiera permitir transitar hacia textos que se ubiquen más cla-
ramente en una perspectiva de desarrollo de competencias, siendo éste el criterio
rector en la toma de decisiones sobre su estructura, sus contenidos y las formas de
evaluación propuestas.
c) Desde el punto de vista didáctico, los textos escolares debieran priorizar en los OF
y organizar los CMO en función de esos aprendizajes, lo cual incide en la estructura
del texto. Los OF debieran constituirse en una referencia permanente al momento de
construir actividades, de seleccionar contenidos o de reforzar el desarrollo de habili-
dades. En esta perspectiva, se trata de avanzar hacia textos en que en sus unidades
didácticas pongan el acento en generar situaciones pedagógicas que permitan la
articulación e integración de los tres tipos de conocimientos básicos que convergen en
toda competencia: conocimientos conceptuales, procedimentales y actitudinales.
En suma, textos que proponen modelos didácticos que asumen lo esencial de una
competencia: habilidades o capacidades cruzadas por contenidos en una situación
problema dada, lo que implica capacidad de movilizar e integrar
d) Los textos escolares debieran estar orientados clara y efectivamente hacia los estu-
diantes, constituyéndose en un apoyo fundamental para sus aprendizajes. La Guía
del profesor, en cambio, debiese ser concebida como un instrumento de desarrollo y
formación docente, reforzando en los maestros la comprensión del modelo didáctico
que se propone, su relación con el marco curricular y los programas, y la familiarización
con una lógica de competencias.
Esta opción, no obstante estar contenida en la actual política, requiere ser reforzada
por una estrategia de capacitación o perfeccionamiento docente que ponga en el
centro el uso y apropiación de los textos escolares. En efecto, planes de perfeccio-
namiento centrados en el uso y evaluación de los textos escolares por parte de los
docentes, permitirían no sólo hacer orgánica la actualización disciplinar sino reforzar
la comprensión y apropiación curricular, fortalecer las competencias didácticas de los
docentes, así como darle seguimiento a la efectividad de los textos escolares.
262 Pedro Milos Hurtado
e) La dimensión de los desafíos que nos plantea el actual marco curricular obliga a
transitar con una cierta cautela entre la realidad de las actuales prácticas docentes y
las prácticas deseadas. Los textos escolares no escapan a esta idea de transición. Es
necesario encontrar los medios que permitan hacer avanzar al grueso de los docentes,
a aquellos que no están a la punta de la innovación, que no cuentan con los recursos
materiales y profesionales, de modo tal que les permitan asimilar rápidamente el
cambio pedagógico y didáctico propuesto.
La tendencia de los docentes sigue siendo a optar por textos que podríamos conside-
rar tradicionales; propuestas demasiado innovadoras chocan con el estado actual de
las prácticas. Se requiere, entonces, textos que podríamos denominar de transición,
en el sentido de avanzar en innovaciones capaces de dialogar con las trayectorias
profesionales reales de los docentes.
263
en textos escolares
estrategias de aprendizaje
Un libro Alan Peacock
es la Victoria.
Vive y cae
como todos los frutos
no solo tiene luz,
no solo tiene
sombra,
se apaga,
se deshoja,
se pierde
entre las calles,
se desploma en la tierra.
Pablo Neruda (1954), ”Oda al libro”
1 Fanfani, E.T., resumen del Seminario Internacional IIEP acerca de nuevos enfoques en la educación, Buenos Aires, Noviem-
bre de 2005.
264 Alan Peacock
Expectativas sociales
La categoría que se le asigna a los libros de texto dentro de una sociedad tiene consecuen-
cias sobre su uso. Por ejemplo, puede existir un texto obligatorio en un tema, que transmite
el contenido oficial en dicho tema, o puede haber una gama de alternativas comerciales en
base a las cuales los profesores y padres pueden elegir. En ciertos casos los libros de texto
experimentan pocos cambios -en algunos países se espera que duren entre 10 y 20 años-,
en tanto que en otros se realizan revisiones constantes. Un texto puede estar destinado a
los profesores y representar el programa académico definitivo que deben enseñar, o puede
presentar puntos de vista alternativos que promueven el aprendizaje independiente de los
alumnos a partir del texto.
Contenido Pedagógico
Los alumnos pueden aprender usando un libro en distintos contextos. Por ejemplo:
• pueden leer e investigar individualmente, en clases, en una biblioteca o en casa;
• pueden usar el libro en forma conjunta, en pequeños grupos de discusión;
• pueden utilizar el libro como parte de una actividad del curso.
Por lo tanto, las intenciones de los profesores cuando piden a los estudiantes que aprendan
algo a partir de un texto pueden ser diversas. En un nivel, un texto puede ser simplemente
un vehículo para transmitir una materia que debe ser memorizada y relatada posteriormente,
de tal manera que el aprendizaje se concentra en habilidades cognitivas de bajo nivel. En el
otro extremo, un texto puede imponer mayores exigencias a los estudiantes, quienes deberán
analizar la información, reformular, identificar patrones, resumir, resolver problemas, buscar
otras fuentes y argumentar un caso. Algunos textos, por otro lado, podrían intentar simple-
mente generar interés en un tópico. Estas alternativas de funciones pedagógicas pueden
resumirse de la siguiente forma:
Desarrollo de libros de texto como herramientas ... 265
en textos escolares
• Textos "Tutores" que ayudan a los alumnos a estudiar y proporcionan exámenes de
Cualquier libro de texto puede enfocarse en una de estas funciones, o puede combinar dos o
más funciones en el mismo libro. El factor crucial es que si el texto se ha de usar de manera
efectiva, la función debe ser clara tanto para el profesor como para el alumno.
Esta situación se debe en parte a que muchas veces el uso de un texto se da por entendido en
lugar de enseñarse, tanto al nivel del profesor como de los alumnos. En un estudio efectuado
en el Reino Unido encontramos, por ejemplo, que la mayoría de los profesores recién gradua-
dos no había recibido instrucciones respecto del uso de los libros de ciencias de los alumnos
(Peacock y Gates, 2000), en tanto que Walpole (1999) pudo demostrar que muchas veces no
se enseña a los estudiantes a utilizar un texto y por lo tanto no comprenden su propósito y
exigencia. Esto ha demostrado ser igualmente cierto en el caso de materiales exhibidos en
pantalla en forma de CD y sitios web, así como en material impreso (Barba, 2004).
usuarios definitivos, pero esto no está garantizado. Por ejemplo, Langhan (1993) constató que
el material docente desarrollado por los profesores muchas veces introducía ambigüedades
en textos escolares
• Determinar las necesidades de desarrollo profesional de los profesores en relación
con las expectativas cambiantes de los mismos. Por ejemplo, en aquellos casos en
que se esté produciendo un cambio hacia un tipo de enseñanza más experimental y
participativa, los profesores deberán aprender nuevas estrategias para planificar y
administrar dicho aprendizaje y su evaluación.
• Involucrar a los profesores en la identificación del tipo de material de texto que mejor
• Consultar a los profesores respecto del desarrollo inicial de la función, estilo y for-
mato de los textos de estudio a ser desarrollados. Dentro de lo posible, desarrollar
materiales de bajo costo y rápida producción de modo que, cuando sea necesario,
puedan volver a desarrollarse en forma económica.
• Realizar pruebas del material con los profesores antes de iniciar la producción masiva.
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268
Objetivos
• Delinear un conjunto de antecedentes que avalan una propuesta para utilizar estra-
Antecedentes
Nadie duda hoy en día de la importancia que revisten los diferentes materiales curricu-
lares, entre ellos los textos escolares, como importantes instrumentos auxiliares para el
aprendizaje de los alumnos/as. Sin embargo, en observaciones de clases del primer ciclo
se ha constatado que ciertos profesores asumen un rol centrado en la administración de
Una propuesta de uso de textos escolares ... 269
las indicaciones del libro y su uso dentro de la clase tiene fundamentalmente el sentido de
mantener la disciplina de los niños mediante la realización de una o varias actividades para
Dado el elevado número de alumnos por curso, el texto es usado especialmente como
en textos escolares
instrumento de control de la clase y de homogeneización del aprendizaje de los niños. Los
profesores de algunas escuelas toman el libro de texto como eje de la clase y no ofrecen un
foco integrador de las actividades (Cardemil, Cecilia 2002). De modo que la falta de creati-
vidad que se observa en algunas realidades educativas se traduce en el uso del texto como
un medio maestro, rígido, que se sigue paso a paso según está diseñado.
Lo anterior podría tener alguna explicación en la insuficiente formación inicial y permanente del
profesorado para el óptimo uso de los textos, como asimismo, en los escasos conocimientos
teóricos y prácticos respecto de cómo funcionan los materiales curriculares en el contexto
educativo; sobre cómo aprovechar el valor comunicacional que tienen y la forma en que estos
pueden favorecer la transmisión del conocimiento; y sobre las potencialidades que portan
los textos y las diversas modalidades de uso que hoy en día se reportan.
La utilización de los medios y materiales de enseñanza por parte del profesorado exige que
los docentes lleguen a comprenderlos desde una perspectiva que podríamos denominar como
realística, es decir desde una perspectiva que relalitivice el poder que se le han asignado
desde ciertos sectores educacionales (Cardemil, Cecilia 2002).
se con mucha mayor eficacia de los contenidos disciplinares. De modo que la planificación
curricular de aula debe realzar el trabajo y promoción de aprendizajes que no solo apunten
a la adquisición de conocimientos, sino también de habilidades cognitivas y actitudes como
un todo integrado.
Pero, ¿en la comunidad de profesores realmente se han dado instancias para compartir
cuáles son las conceptualizaciones que se tienen de las diversas habilidades cognitivas que
desde cada subsector se enuncian como importantes de promover? ¿Se han analizado los
puntos de encuentro que se dan en las habilidades cognitivas identificadas por subsector
de aprendizaje? ¿Hay acuerdos explícitos sobre cuáles habilidades cognitivas son las más
abarcadoras y relevantes, siendo, además, comunes a todos los subsectores de aprendizaje?
Tal vez esta discusión exista en muchas realidades educativas; con el fin de contribuir a ella,
este trabajo abordará las principales habilidades cognitivas comunes en el 1º ciclo de EGB y
las formas didácticas de estimularlas.
Entendemos aquí por habilidades cognitivas al conjunto de operaciones mentales cuyo ob-
jetivo es que el estudiante integre la información adquirida a través de los sentidos en una
estructura de conocimiento que tenga sentido para él (Chadwick, C. y Rivera, N., 1991). Se ha
adquirido una habilidad cognitiva en la medida en que el estudiante ha alcanzado la capacidad
para resolver problemas basándose en sus conocimientos o que incorpora el desarrollo de
estructuras significativas de organización del conocimiento.
Esta definición implica que los alumnos tengan conciencia de qué aprender y de cómo
aprender. El tener conciencia de estos dos procesos, de qué y cómo se aprende, supone, por
parte del educador, enfatizar las tareas relacionadas con el pensamiento causal, alternativo,
consecuencial, de perspectiva, de medios y de fines (Segura, M., 2005), que enriquecen el
tratamiento de las estrategias de aprendizaje orientadas a la promoción de habilidades
cognitivas comunes a la mayoría de los subsectores de aprendizaje.
Para este trabajo se tomaron los tres subsectores que son medidos en la prueba SIMCE (Sis-
tema de Medición de la Calidad de la Educación) de 4º de EGB. Las habilidades cognitivas
relevantes encontradas son las siguientes:
en textos escolares
• Comprensión del Medio Natural, Social y Cultural: comprensión de textos diversos, des-
Cabe destacar que las habilidades cognitivas básicas requieren de indicadores que las tra-
duzcan para orientar las acciones a realizar para su desarrollo y, además, no se encuentran
en forma pura sino, más bien, cada una constituye una constelación de otras habilidades,
que por razones didácticas el educador intenciona para promoverlas y evaluarlas en el marco
de las actividades de aprendizaje que diseña, implementa y evalúa. En otras palabras, su
tratamiento en el aula se verá determinado por la aplicación didáctica que se le otorgue a
cada una de ellas, considerando el objetivo de la actividad y cuáles son los elementos que
permiten direccionar tal actividad hacia una habilidad cognitiva específica.
Para cada una de las habilidades cognitivas comunes de los principales subsectores de apren-
dizaje de 1º ciclo de EGB se han determinado algunas acciones que las promueven, potencian
y la complementan, a saber:
Analizar Hacer análisis oral, usar pautas de anotación, tomar apuntes, hacer aná-
lisis textuales, realizar subrayado lineal, elaborar gráficos, hacer análisis
estructural, hacer análisis visual, utilizar pauta de análisis de imágenes,
hacer análisis con preguntas, escribir soluciones a posibles problemas,
entre otras.
en textos escolares
diferentes formas de expresión del lenguaje y, evitar así, hablar en coro y dar una respuesta
única” (Cardemil, Cecilia, 2002).
Finalmente la idea es cambiar, modificar o complementar los textos escolares, por ejemplo,
con las estrategias propuestas en este trabajo.
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Güemes, R. (s/f). Algunas investigaciones en torno al bilidades cognitivas y sociales, y crecimiento moral.
uso de los libros de texto en las aulas. Departamento Nancea. España.
de Didáctica e Investigación Educativa y del Compor-
Los textos de enseñanza de las ciencias
naturales frente a los desafíos
de una nueva cultura docente
Mario Quintanilla Gatica
E
n este trabajo se presentan los aspectos epistemológicos y praxiológicos de un pro-
yecto editorial para la enseñanza de la Química, la Física y la Biología, estructurados
y orientados sobre las directrices de la ciencia escolar basada en el modelo cognitivo
de ciencia y de una educación y comunicación científica contextualizada cultural, social e
históricamente frente a los desafíos que impone una nueva cultura docente.
El principal objetivo de este trabajo es presentar algunos de los aportes que el modelo cognitivo
de ciencia puede proporcionar a la ciencia escolar desde una visión realista pragmática o lo
que se ha dado en llamar de racionalismo moderado o hipotético (Izquierdo, 2001). Interesa
especialmente que el profesor de Ciencias Naturales disponga de nuevos elementos teóricos
y prácticos para fundamentar una posición epistemológica frente al conocimiento que se
elabora en la escuela, y que es transmitido en los libros de texto de ciencia.
Objetivos
• Producir una propuesta editorial de libros de ciencia para la enseñanza media chilena
en textos escolares
lenguaje de la ciencia aparezca en la narración científica escrita de una manera tal, que enseñe
al estudiante a desarrollar habilidades cognitivo-lingüísticas para comprender los conoci-
mientos que aprende y desarrollar la creatividad en el proceso de modelizar la ciencia y hacer
evolucionar sus ideas, en un proceso que no comienza ni termina con el uso del libro.
Partimos del hecho que el aprendizaje tiene que ver con la evolución y diferenciación de las
ideas en la propia historia de la ciencia y de los diferentes puntos de vista de los estudiantes
frente al conocimiento, pero además en la propia historia del sujeto que aprende (Quintanilla,
Izquierdo & Adúriz-Bravo,2005b). Estos desarrollos, de por sí complejos, solo son posibles a
través de la interacción social que se ha de intencionar teórica y experiencialmente (Izquierdo,
2000; Labarrere & Quintanilla, 2001). Es el lenguaje, hablado o escrito, el medio por el cual
se expresa el pensamiento, y es la comunicación con los demás, la que promueve modifi-
caciones paulatinas en las ideas que se expresan y evolucionan desde modelos simples y
poco elaborados, a modelos o familias de modelos científicos más complejos y coherentes
(Candela, 1999, Lemke, 1997; Quintanilla, 2005).
Sabemos que las ciencias naturales pueden caracterizarse a lo menos por cuatro elementos
principales: su objetivo esencial (¿por qué queremos conocer, describir e interpretar el mundo?);
su metodología (¿cómo se relacionan los diferentes experimentos y las teorías entre sí?); su
racionalidad (¿cómo y porqué cambian las teorías a lo largo de la historia humana?), y la natu-
raleza de las representaciones científicas (¿nos dicen algo las ciencias sobre el mundo real?).
En los distintos enfoques curriculares acerca de y sobre la enseñanza de las ciencias, lo más
esencial es enseñar a los estudiantes a pensar sobre las situaciones diversas con las cuales se
interacciona en el mundo físico (material). Si se considera que lo más propio de las Ciencias
Naturales es el pensamiento teórico, la concepción semántica de las teorías permite una gran
flexibilidad, pues estaríamos hablando de lograr un mismo objetivo (pensar a través de las teo-
rías), aunque en diferentes contextos (el científico y el escolar) en un libro de ciencia escolar.
A partir de lo anterior, resulta razonable y no una trivialidad entender que los contenidos
científicos del libro de texto contribuyen a que los alumnos y profesores(as) comprendan
que la Química, la Física y la Biología:
• son ciencias, es decir, buscan enseñar a pensar con teorías los hechos del mundo real;
• son autónomas, ya que estos modelos deben adaptarse a las ideas de los alumnos
para que estos puedan comprenderlos creativamente y hacerlos evolucionar;
• tienen carácter experimental, que deberá argumentarse apropiadamente, enseñan-
• son discursivas, ya que el lenguaje del libro entra a dialogar con el lenguaje de los
alumnos creando nuevos significados que evolucionan permanentemente y que son
socialmente compartidos;
• son aplicadas, porque tienen que ver con el saber-hacer y con la tecnología;
• fomentan interacción y participación, puesto que el aula se transforma en un foro de
guaje del libro de texto en interacción con los procesos de aula que estimula el profesor,
se convierte en método, estrategia, instrumento y medio privilegiado para la construcción
del conocimiento científico en la escuela o ciencia escolar, epistemológica e históricamente
fundamentado (Izquierdo & Aliberas, 2004; Solsona & Quintanilla, 2005).
Cada una de las UD tiene la siguiente estructuración y sistema didáctico: una reflexión inicial
o actividad de indagación que favorece el diagnóstico de las ideas previas de los alumnos; un
listado de los contenidos (conceptuales, procedimentales y actitudinales) que se desarrollan
Los textos de enseñanza de las Ciencias Naturales ... 277
en textos escolares
revisiones bibliográficas, ilustraciones, etc., donde la idea principal es estimular y desarrollar
la creatividad de los alumnos y del profesor, enseñando a pensar con teoría (y a modelizar)
los conceptos, métodos y fines científicos de la ciencia. Para ello, favorecemos la reflexión
permanente de la autorregulación de los aprendizajes en función de lo que la persona apren-
de, cómo toma decisiones, se organiza, identifica criterios, coordina actividades, selecciona
materiales, etc. Se incluye la síntesis de la unidad, que resume los aspectos más relevantes
tratados a través del desarrollo de los contenidos. Posteriormente, se incorporan una serie de
actividades complementarias para profundizar o ampliar la información y contenidos tratados.
A continuación se sugiere un conjunto de otras fuentes de información (literatura específica,
sitios Web) y de vocabulario científico para aclarar términos o profundizar los ya estudiados.
Una sección de acciones y estrategias para orientar la toma de decisiones y la organización
de diversas actividades específicas que puede sugerir el profesor según el contexto y los
recursos alternativos disponibles. Se incluye una lectura científica para entregar algunos
datos históricos o de interés general y el diario de aprendizaje cuyo objetivo fundamental
es promover la autoevaluación y coevaluación de los alumnos. Finalmente, se incorpora un
conjunto de anexos científicos y didácticos que orientan al alumno para organizar y coordinar
con éxito diferentes situaciones de aprendizaje intencionado, tales como elaboración de
materiales, actividades experimentales, salidas de campo, encuestas, etc.
Reflexiones finales
Una buena explicación científica escolar, potenciada a través de un libro de ciencia teóri-
camente fundamentado, es aquella que responde a una pregunta en un contexto científico
escolar y cultural determinado, que está escrita correctamente a la luz de unos criterios
educativos establecidos al interior de la actividad escolar, que utiliza un modelo teórico de
ciencia y de enseñanza de la ciencia lo más robusto posible y que proporciona autonomía al
alumno (Izquierdo & Rivera, 1997). Por eso, el libro de texto favorece: la pregunta y reflexión
del estudiante, la atención a la diversidad y heterogeneidad de los sujetos que aprenden, y
la respuesta argumentada y bien escrita basada en las orientaciones del modelo cognitivo
de ciencia desde una visión naturalizada y realista pragmática (Quintanilla, 2005).
Podemos decir entonces, sin lugar a dudas, que el lenguaje de la ciencia se presenta en el
libro de texto como un instrumento-estrategia para la construcción del conocimiento escolar y
requiere de un producto trabajado social y culturalmente. Bajo esta óptica surgen interrogantes
como las siguientes: ¿cuáles son los hechos del mundo real más apropiados para que el alumno
elabore un modelo teórico a través de las diferentes actividades de aprendizaje, instrumentos de
evaluación, imágenes y símbolos formales que presenta el libro de texto de ciencia? ¿Cómo dar
278 Mario Quintanilla Gatica
un inicio adecuado al pensamiento teórico de los alumnos y saber cuáles son las proposiciones
más correctas para relacionar los fenómenos del mundo con dichos modelos en la clase de cien-
cia, haciéndolos evolucionar apropiadamente? ¿Cuáles son las estrategias de evaluación más
adecuadas y coherentes con el modelo de enseñanza de las ciencias escogido, para posibilitar
la construcción de esos conceptos, haciendo que el libro sea un instrumento mediador entre
la ciencia de los científicos y la ciencia que enseñamos a todos(as) los(as) jóvenes de Chile,
atendiendo a la heterogeneidad y diversidad de nuestras aulas?
Agradecimientos
Esta aportación forma parte del proyecto editorial de la Vicerrectoría de Comunicaciones y Ex-
tensión de la PUC, quien lo financia en su producción, así como del Programa de Colaboración
Internacional Desarrollo y caracterización de un modelo de formación inicial y continua de los
profesores de ciencias experimentales, financiado por la Facultad de Educación de la Pontificia
Universidad Católica de Chile, la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica
(CONICYT) de Chile, El Departamento de Didáctica de las Ciencias Experimentales y de las Mate-
máticas de la Universidad Autónoma de Barcelona, la Dirección de Universidades Investigación
y Sociedades de la Información (DURSI) de la Generalitat de Catalunya, España, y de la Beca
Presidente de la República de Chile que MIDEPLAN concedió al autor de este artículo en el año
2005 para desarrollar una estancia de postdoctorado en Historia y Filosofía de la Ciencia en el
Centro de Estudios de Historia de la Ciencia de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Bibliografía
Candela, A. (1997) Ciencia en el aula. Paidós. México. Sanmartí, N. (1997) Enseñar a elaborar textos científicos en
Izquierdo M. (2000) Fundamentos epistemológicos. En: las clases de ciencias. Alambique, 12,51-62.
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Perales, F.J. & Cañal, P. (eds). Alcoy: Marfil, Madrid. debat educatiu – diàctic entorn a la història de la ciència. Actas
Izquierdo M. & Rivera L. (1997) La escritura y la comprensión de las II Jornada sobre la Història de Ciència i l’Ensenyament,
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Izquierdo M. & Aliberas J. (2004) Pensar, actuar i parlar a la classe Quintanilla, M. (2005) Historia de la ciencia y formación docente:
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Labarrere, A. & Quintanilla, M. (2001) La solución de problemas
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Lemke J. (1997) Aprender a hablar ciencia. Lenguaje, aprendizaje International Conference of History and Philosophy of Science
y valores. Paidos. Barcelona. and Science Teaching, University of Leeds, England.
279
en textos escolares
Alejandra Pellicer
S
i bien es cierto que la mayoría de quienes trabajamos en diversos ámbitos del sector
educativo entendemos el significado de la noción libro de texto, también es cierto
que no necesariamente todos compartimos la misma definición de éste. Aunque -y
de manera paradójica- en contextos escolares se comparte implícitamente la misma
idea sobre la aplicación y el uso del libro de texto como material didáctico en el aula (inde-
pendientemente de que esté bien o mal valorada su calidad), no siempre se comparte de
manera explícita una definición común en los mismos contextos escolares y extraescolares.
De ahí que surja nuestra inquietud por preguntar: ¿qué es un libro de texto? y ¿por qué es
trascendente definir o conceptualizar la noción de libro de texto?
Es indispensable saber qué es un libro de texto porque saber más de él ayuda a ubicar su
papel como objeto cultural dentro y fuera de la escuela; saber más de él ayuda a reorientar
las actividades alfabetizadoras dentro y fuera de la escuela, y ayuda también a responder
a la pregunta acerca de si es necesario asentar una definición compartida para todos sus
potenciales beneficiarios.
El libro de texto no debería ser conceptualizado dentro de los límites de la escuela ni ser
considerado únicamente como objeto escolar. Al analizar el uso que tiene dentro y fuera de
la escuela tenemos que aceptar que su empleo está ligado a prácticas sociales con el len-
guaje escrito mucho más amplias y diversas de lo que se cree, porque la acción de “leer-lo”
puede exceder la meta del aprendizaje escolar (y la puede exceder porque quien lo lea no
siempre tratará de obtener información sobre lo leído ni esperará ser evaluado acerca de lo
aprendido). En ese sentido es que sostenemos que algunas prácticas de lectura con el libro
de texto rebasan el ámbito de la escuela (Chartier y Hébrard, 1994). Por lo tanto, hay que
situar al libro de texto en su dimensión sociocultural, y aún situándolo dentro de la escuela,
debemos reconocer que su uso representa una más de las múltiples prácticas sociales que
se llevan a cabo con la lengua escrita. Más aún, señalemos que, como objeto cultural, el libro
de texto es tan solo uno más de los muchos elementos y recursos didácticos que conforman
280 Alejandra Pellicer
los procesos de escolarización. No hay duda de que el universo de los libros es más amplio
que la suma de todas las variantes posibles de libros de texto. El libro de texto comparte
con otros materiales impresos (y no impresos) las peculiaridades de ser un objeto cultural,
y como tal, trasciende las fronteras escolares. Hasta acá, esto nos permite aproximarnos a
una definición de libro de texto como un objeto cultural de gran valor.
De ahí que esperamos que una definición compartida de libro de texto pueda aportar elementos
que contribuyan a enriquecer las discusiones sobre su utilidad en torno a la alfabetización
escolar y al fomento de la cultura escrita.
Ahora bien, para avanzar en la definición del libro de texto, es necesario, sí, analizarlo en
sus características técnico pedagógicas, sus condiciones de elaboración, usos, impactos
educativos, culturales e ideológicos, pero ello exige dar cuenta de la manera cómo se plas-
man, a través el lenguaje, los contenidos curriculares en los libros, ya que es por medio de
la lengua escrita como se transmite una propuesta de estudio. Por lo tanto, nos parece que
el estudio del lenguaje en los libros de texto es fundamental. Aclaremos: nos estamos refi-
riendo al estudio del lenguaje en cualquier libro de texto y no solo al de los libros de texto
que abordan la asignatura de Lengua, ya que en todo libro de texto subyace una propuesta
de alfabetización, es decir, en todos ellos hay claros lineamientos que inducen a los alumnos
a leer y escribir de cierta manera. De ahí que consideremos indispensable analizar el uso de
la lengua como un objeto de estudio particular en los libros de texto.
Objetivo de la presentación
Si bien es cierto que, como dice Michael Stubbs (1984), todo profesor es profesor de Lengua
ya que éste representa para los alumnos un modelo de forma de uso del lenguaje en tanto
propone modos de hablar y escribir en contextos académicos; también es cierto que en todo
Calidad de los textos escolares 281
Toda propuesta didáctica supone el logro de cierto número de objetivos específicos y uno de ellos
es, sin duda, el dominio del contenido disciplinar; de este objetivo se derivan otros, tales como
en textos escolares
aprender a extraer la información a través de la lectura y aprender a expresar lo aprendido a través
de la escritura. De este modo es que la evaluación de los aprendizajes y el aprovechamiento escolar
se realizan a través de la comprensión lectora y de la producción escrita de los alumnos.
En la escuela, los maestros crean contextos de aprendizaje basados en el lenguaje (ya sea a
través de la lectura la escritura o de exposiciones orales) para enseñar Matemáticas, Ciencias
Naturales, Ciencias Sociales o Español. Ellos usan el lenguaje como instrumento de comu-
nicación privilegiado para transmitir el conocimiento. La manera de leer, escribir o hablar
en los salones de clase supone, además, alcanzar otro objetivo educativo relacionado con
fomentar en los alumnos una actitud reflexiva, crítica y analítica respecto de lo leído. Para
ello el docente tiene que crear situaciones de aprendizaje basadas en prácticas sociales
adecuadas a los contenidos a enseñar.
Los libros de texto tienen, como parte medular de su propuesta didáctica, una sección
destinada a realizar actividades. Es en la manera de diseñar una actividad donde se puede
apreciar el concepto de alfabetización que está implícito en dicha propuesta. La mayoría de
las actividades invitan a los alumnos a responder ejercicios y es justamente en la lógica de la
resolución de los ejercicios donde se plasma una propuesta de lectura y escritura. Sabemos
bien que el lenguaje escrito de los libros de texto es un lenguaje particular y es particular
porque se trata del lenguaje editado del libro de texto, y en ese sentido creemos que repre-
senta una camisa de fuerza para acceder a la cultura escrita. Aclaremos: si por alfabetización
entendemos ofrecerle al alumno la oportunidad de incursionar en el mundo de la cultura
escrita, el libro de texto limita dicha posibilidad, ya que por mayor esfuerzo que se haga para
poner en una página del libro fragmentos de textos extraídos de libros científicos, revistas
282 Alejandra Pellicer
científicas, libros de literatura, entre muchos otros materiales de lectura, estos fragmentos
de texto se encuentran por lo general descontextualizados y en ese sentido, pueden llegar a
perder su valor social. Para ejemplificar nuestra postura respecto a la importancia de analizar
el lenguaje como un indicador para evaluar la calidad del libro de texto, tomaremos el caso
del libro de texto de Español que se distribuye gratuitamente en México para los alumnos
de primer grado de educación primaria.
Tomaremos para nuestro análisis las categorías más comunes que se utilizan para evaluar los
libros de texto. Estas categorías se establecen para conocer el grado de congruencia que hay
entre la propuesta didáctica del libro de texto y las metas plasmadas en los planes y programas de
estudio correspondientes (en nuestro caso, de español). Dichas categorías de análisis son:
• Contexto educativo
• Formato
• Contenido
• Actividades
• Formas de evaluación
Sin duda, estas categorías constituyen parámetros de evaluación para estimar la calidad de los
libros de texto como auxiliares didácticos. Sin embargo, con cierta frecuencia no se explicita
el marco conceptual bajo el cual se estudia cada una de estas categorías contenidas en los
libros de texto. Es decir, una vez más se toman como categorías absolutas cuya definición
1 En México, la Secretaria de Educación Pública (SEP) distribuye gratuitamente a todos los alumnos que cursan la Educación
Básica (en los niveles de preescolar, primaria y secundaria – niños y jóvenes de 3 a 15 años) libros de texto para todas las
asignaturas.
Calidad de los textos escolares 283
pareciera ser compartida por todos los evaluadores, omitiendo, en muchos casos, una clara
definición. Por ejemplo, en el caso de la categoría denominada Actividades, hay poca preci-
en textos escolares
organizados a partir de la siguiente estructura:
• Secciones
• Bloques
• Lecciones
• Textos informativos
• Ejercicios
• Actividades
• Evaluación
La estructura del libro de texto de primer grado de español presenta las siguientes caracte-
rísticas:
Generalmente, se encuentran las siguientes definiciones para cada una de las categorías
de análisis:
Sin embargo, su delimitación no es clara y con frecuencia se hace alusión a alguna de estas
categorías en complicidad con alguna otra. Veamos cómo para el caso del libro de español de
primer grado de la SEP, se usa indistintamente el término de actividad y ejercicio. Obsérvese
en el siguiente fragmento extraído del libro de texto de español la referencia a las actividades
implicadas en cada instrucción (o ejercicio):
284 Alejandra Pellicer
Es muy frecuente observar en el libro de español que la propuesta de un ejercicio posea más de
una actividad. Esto es así debido a que con mucha frecuencia los ejercicios tienen más de una
instrucción o las instrucciones implican más de una actividad (verbos en su forma imperativa).
Ahora bien, centrando nuestra atención en los 217 ejercicios que aparecen en el libro de
español, nos interesa mostrar cómo se distribuye en la estructura del libro la propuesta de
enseñanza de la lengua. La propuesta de enseñanza de español para toda la primaria está
articulada en cuatro ejes temáticos: “Hablar y escuchar”, “Escribir”, “Leer” y “Reflexión
sobre la lengua”. En el caso del libro de primer grado, los 217 ejercicios se distribuyen de la
siguiente manera en cada eje temático:
Del total de actividades propuestas (355) para todos lo ejes temáticos, vemos que sólo el
10.1% (36 actividades) están destinadas a trabajar la oralidad; 49.3% (175 actividades) están
destinadas a trabajar la escritura y 40.6% (144) a otras tareas de lectura. Como se puede
ver, las actividades y ejercicios destinados a fomentar el trabajo con la lengua escrita son la
mayoría. Sin embargo, valga señalar que de las 175 actividades de escritura, más de la mitad
(64%) le proponen al alumno escribir oraciones; el 1% son tareas de escritura de fragmen-
tos; el 8% actividades de escritura de letras y sílabas; y el 27% restante están destinadas a
la escritura de textos completos. De esta forma, se puede apreciar que la enseñanza de la
lengua escrita en el primer grado de primaria está fuertemente apoyada en la escritura de
oraciones. Nos parece claro que la concepción que subyace a la noción de alfabetización se
plasma en una propuesta de actividades centrada en la descontextualización del lenguaje.
Afirmamos esto debido a que creemos que toda actividad con la lengua escrita (aún y cuando
se trate de los inicios de la alfabetización) debe estar inserta en prácticas sociales concretas
de lectura y escritura. Solicitar un número considerable de actividades de escritura de letras,
sílabas, oraciones y fragmentos descontextualizados de una práctica social (que representa
el 73% de las actividades de escritura) limita al alumno, desde el inicio de la escolarización,
la comprensión de los objetivos implícitos o explícitos acerca de la utilidad de lengua en su
sentido funcional y comunicativo.
Calidad de los textos escolares 285
Conclusiones
en textos escolares
categorías de análisis que pretenden valorar la calidad de los libros de texto. Sabemos que
el espacio destinado a esta presentación es muy breve y por lo mismo estamos conscientes
de no haber abordado todos estos puntos en profundidad. Sin embargo, queremos concluir
esta presentación señalando que:
• Si el libro de texto de los primeros grados constituye un modelo rector de la futura alfa-
betización escolar, es fundamental estudiar cómo, desde los inicios de la alfabetización, se
solicita a los alumnos leer y escribir; y ello no solo para la asignatura de español sino para
todas las asignaturas.
En resumen, para avanzar en la definición de libro de texto es necesario considerar sus ca-
racterísticas técnico pedagógicas, condiciones de elaboración, impactos educativos, usos,
al mismo tiempo que analizar la manera cómo se plasman los contenidos curriculares en
aquel, a través el lenguaje. Es indispensable evaluar la calidad de los libros de texto, pero
no pueden ser evaluados por su unicidad, por ellos mismos, en sí mismos, sin incluir simul-
táneamente un conjunto de parámetros claramente definidos.
Bibliografía
Chartier, A.M. & J. Hébrard (1994). Discursos sobre Vargas, M. A. (1996). “Características técnico-pedagó-
la lectura. Barcelona: Gedisa. gicas de libros de texto para la enseñanza del Español.
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Primer Grado, México: SEP. Didáctica, México: Consejo Mexicano de Investigación
Stubbs, M. (1984). Lenguaje y Escuela. Madrid: Educativa (COMIE) e Editorial Iberoamérica.
Kapelusz.
Los conceptos científicos en los libros de
texto: la ilusión de enseñar Ciencias
Elizabeth Liendro
En general, cuando se analiza la enseñanza de las ciencias se enfocan los aspectos psicológicos
y didácticos de su enseñanza y muy poco el análisis de los contenidos científicos desde la
propia Ciencia. Esta carencia podría sustentarse en que la Ciencia, en el imaginario colecti-
vo, tiene un valor sociocultural, ya que tradicionalmente se la considera un instrumento de
liberación e ilustración. Cuando se establece que un contenido es científico lleva el sello de la
credibilidad, objetividad y veracidad. Sello generalmente no otorgado por los que producen
conocimiento científico, sino por quienes le otorgan a la Ciencia un valor en sí misma.
Por esta transposición se asume que hay varias propuestas de enseñanza de las ciencias
que llegan al aula. Una de ellas es la propuesta curricular elaborada por el Estado; otra, es
la propuesta editorial elaborada por empresas privadas y, por último, la propia propuesta
del docente que selecciona de una y otra, agregando factores que provienen de su quehacer
educativo y de su conocimiento fáctico.
sucede en los textos escolares cuándo estos conceptos salen del campo científico y pasan al
campo educativo; y cómo se inscriben los conceptos científicos en las páginas de un libro de
Se constató que los libros de textos presentan tres tipos de contenidos: vivenciales, escolares
y científicos:
en textos escolares
• Los contenidos vivenciales: son aquellos que cada estudiante construye a lo largo
de su vida, desde que nace, a través de sus vivencias cotidianas y los incorpora
en su lenguaje nativo. Por ejemplo, el concepto de energía, que es asociado en el
lenguaje coloquial a fuerza -siendo esta relación errónea en ciencias-; o el concepto
de volumen, asociado a sonido -desde el contexto científico un error, pero para los
estudiantes una relación útil para usar en su lenguaje cotidiano-. Conceptos que como
no se construyeron en el contexto de las ciencias, en general son erróneos para esta
disciplina, difíciles de cambiar en la escuela.
dicho campo tenemos a biólogos, físicos, químicos (y todas sus áreas relacionadas),
quienes han producido conceptos como ADN, nucléolo, volumen, masa, peso, reacción
química, elemento, átomo, célula, etc. Cada uno de ellos en un contexto teórico que
le da sentido y comprensión a algún fenómeno de la naturaleza.
Los conceptos mencionados, son aquellos que se nombran sin dar siquiera una definición,
como por ejemplo:
“Como vemos, la Naturaleza incluye cosas tan diversas que resulta difícil
definirla de una manera sencilla.
Todos los objetos naturales y aún los artificiales creados por el hombre tie-
nen un componente común, llamado materia, que se caracteriza por poseer
extensión o volumen y peso.
En este texto podemos ver las palabras Naturaleza, materia, volumen, peso (erróneo ya que es
“masa”, el peso es una fuerza); átomos, elemento químico, compuestos, oxígeno, hidrógeno,
carbono, nitrógeno, azufre, fósforo, magnesio, calcio. En este pequeño párrafo tenemos al
menos 15 conceptos que no están siquiera definidos, se expresan como si ya los conociera
el estudiante que los lee; pero estamos hablando de un libro que debe enseñar, no informar.
Se muestra la palabra escrita sin significado, como un concepto vacío de contenido y que no
aparece de otra manera en el resto del texto.
4 8 194 9 94 91 101
Otra variable analizada fueron las imágenes en los textos, las cuales son muy importantes en
los fenómenos microbiológicos. En general, los textos producen más confusión que aporte a
la comprensión de dichos fenómenos.
La siguiente imagen pretende dar a conocer el corte de un ovario, pero es algo abstracto para
el estudiante. Queda como una imagen sin representación cognitiva:
Los ovarios
trompa de Falopio
epitelio germinal
cuerpo lúteo
folículo de Graaf
folículo secundario
Folículo maduro roto
ovocito (huevo)
Para un estudiante que no comprende las estructuras internas del cuerpo, esta imagen de
un ovario le debe resultar una abstracción sin ningún significado.
A modo de conclusión
Que un libro de texto contenga conceptos científicos como átomo, célula, ribosomas, etc., no
implica que enseñe Ciencia. De acuerdo a los datos encontrados, pareciera que la propuesta
de los libros de textos analizados es una enseñanza donde se obliga a creer más que a inves-
tigar, indagar o explorar situaciones que hagan pensar a los estudiantes.
Los conceptos científicos se aprenden con una propuesta pedagógica de acuerdo a la edad
de los estudiantes, sus experiencias y motivaciones. Un libro que solo menciona conceptos
científicos y no los explica es una ilusión de enseñar ciencias.
Bibliografía
Liendro, E. Currículum presente ciencia ausente, la
enseñanza de la biología en la Argentina de hoy. Tomo
II. Miño y Dávila Editores, Buenos Aires, 1992.
8
EVALUACIÓN Y SELECCIÓN
DE TEXTOS ESCOLARES
294
Colaboradores
Alejandra Stevenson Valdés, Licenciada en Educación y Profesora de Educación Primaria por la
Pontificia Universidad Católica del Perú. Autora y editora de libros de texto para la educación pre-básica
y básica. Realizó una investigación y elaboración de Instrumentos de evaluación de textos de estudio
para la Pontificia Universidad Católica del Perú. Actualmente es Directora Editorial de Recrea libro
(www.recrealibros.cl), Directora general de Recrea (www.recrea-ed.cl), Académica de la Universidad
Alberto Hurtado e integrante del Comité de Educación del Fondef de Conicyt.
Hélène Clément, Agrégée de l’Université (París), con 10 años de enseñanza en Francia del inglés en
educación media y universitaria. Editora de textos escolares desde 1988 especializada en idiomas y
literatura, y autora y co-autora de libros de Inglés, Matemáticas y gramática francesa. Desde 1991 es
consultora especializada en currículos nacionales y evaluación de textos escolares.
Luis Ajagan Lester , Ph.D. en Filosofía con mención en Pedagogía. Actualmente es senior lecturer
en Pedagogía en la Universidad de Estocolmo, Suecia; allí desempeña tareas de investigación y
docencia. El área de su especialidad es el texto escolar y los estudios sobre etnicidad y diversidad
cultural. Ha publicado, entre otros libros, 2000: “De Andra”. Afrikaner i svenska pedagogiska texter
(1768-1965). Stockholm: HLS förlag, (2000: “Los Otros”. Africanos en los textos pedagógicos suecos
(1768-1965). Estocolmo: Editorial HLS, 259 pp).
295
Al ser el texto escolar el material curricular más usado en las escuelas como apoyo en los
procesos de enseñanza y de aprendizaje, el análisis y evaluación de este tipo de material
no puede obviarse. Es en esta perspectiva que un instrumento de evaluación de textos es-
colares puede contribuir significativamente a tomar una decisión con fundamento, según
consistencia y alineación con la propuesta educativa que se quiere desarrollar:
“Se ha dicho y se ha repetido que éste es el elemento clave para hacer viables
procesos de innovación educativa. En lo que se refiere a los materiales curri-
culares, el profesorado tiene que adquirir el hábito profesional de analizar
los materiales curriculares, tanto para elaborarlos como para proceder a su
selección y para establecer criterios de uso. Adquirir este hábito requiere
1 Minte Münzenmayer, Andrea. (1999) “Análisis de los textos escolares y su incidencia en la calidad de la educación”. En:
Revista de educación Paideia N°26, Universidad de Concepción, Concepción-Chile.
2 Parcerisa Aran, Artur (1997). Materiales curriculares. Cómo elaborarlos, seleccionarlos y usarlos. Editorial Graõ. Barcelona,
España. “Los materiales curriculares editados en soporte papel, y en especial los llamados libros de texto, constituyen uno
de los principales recursos para la tarea docente del profesorado, si no el principal recurso en muchos casos”. P.12.
296 Alejandra Stevenson Valdés
Los textos escolares repres entan propuestas curriculares para el trabajo escolar. En el caso de
los docentes, como material orientador en el trabajo de planificación, desarrollo y evaluación
del currículo, y para los alumnos y alumnas, como base y orientación en su aprendizaje.
La pregunta que surge entonces es: ¿qué función le atribuyen a los textos escolares, realmente,
los docentes? y en función de ella, ¿qué valoración hacen de ellos? y ¿cómo los eligen?
Por otra parte, los profesores de segundo ciclo o de especialidad, dicen usar más los textos
escolares que los del primer ciclo (80% - 20%).
Además, los docentes mencionan otras valoraciones del texto escolar que complementan la pre-
gunta por la función que le otorgan a éste (presentadas en orden de prioridad decreciente):
• “Para que los alumnos realicen actividades grupales e individuales” (71,9%) (elección
• “Para que los estudiantes encuentren información” (46,9%) (función que le atribuyen
principalmente los docentes de Lenguaje, coincidente con los que hacen clases en
3 o menos cursos).
3 Ibíd. P.143.
4 El universo total de colegios correspondía a 50 colegios, y la muestra consideró el 36%, es decir 18 colegios (nueve sub-
vencionados y nueve privados).
5 La muestra poblacional fue la siguiente: 35 docentes de 18 colegios
Docentes Encuestados
1° ciclo 2° ciclo
Lenguaje Historia Matemática Naturales
6 6 6 8 9
Estudio exploratorio sobre evaluación de textos escolares 297
• “Para que los estudiantes cuenten con un material donde puedan ejercitar habili-
dades específicas” (43,8%) (función preferente en docentes de Lenguaje y Estudio y
Comprensión de la Naturaleza).
En general, la encuesta revela que las mujeres le atribuyen más funciones a los textos esco-
lares y los utilizan de manera más integral. Por ejemplo, manifiestan que también los usan
para leer, hacer tareas, etc.
Es interesante constatar que los profesores que con mucha frecuencia usan los textos para
preparar sus clases, son a los que mayoritariamente les interesa la información y los conteni-
dos (60.0%), y son estos mismos los que consideran, además, muy importante o importante
contar con un instrumento de evaluación (90.4%).
En tercer lugar valoran la presencia de evaluaciones (37.5%). Son las profesoras mujeres,
de especialidad, y principalmente del sector de Estudio y Comprensión de la Naturaleza, las
que se identifican con esta opción.
Un dato interesante de la encuesta es que aquellos docentes que manifiestan usar con poca frecuen-
cia los textos para sus clases, consideran importante la presencia de evaluaciones en ellos.
Es decir, el 90,6% de los encuestados dice elegir los textos escolares que usará con sus
estudiantes; sin embargo, el 78,1% de ellos afirma no contar con un instrumento de evalua-
298 Alejandra Stevenson Valdés
ción, a pesar de reconocer lo importante o muy importante que es contar con ellos (81.3%).
Entonces, la pregunta que surge es: ¿cuál es el mecanismo que utilizan para evaluar? y/o
¿qué ámbitos les parecen importantes de ser evaluados?
Los ámbitos elegidos son coherentes con las funciones que los docentes le asignan a los
textos escolares:
• La propuesta metodológica
• La propuesta gráfica
• Los aspectos formales del texto, que parecen ser irrelevantes como aspecto a ser
evaluado10
Un aspecto interesante que nos revela la encuesta, es que los profesores que sí cuentan
con instrumentos de evaluación y que usan frecuentemente los textos con sus estudiantes,
piensan que la dimensión metodológica es prioritaria de ser evaluada, en cambio, los que
no cuentan con un instrumento de evaluación y usan con poca frecuencia los textos en sus
clases, se inclinan más por la dimensión de contenidos.
• Considero necesario difundir el potencial que ofrece un texto y las diversas funciones
6 Los aspectos metodológicos que les interesa evaluar de un texto son: actividades y guías complementarias, evaluaciones
y autoevaluaciones, variadas propuestas metodológicas por contenido, presencia de ejercitación diversa, trabajo con los
conocimientos previos, ejercicios de aplicación a otras área de conocimiento, presencia de estrategias y actividades para
potenciar los programas, actividades de desarrollo de la creatividad, del espíritu crítico, etc.4 El universo total de colegios
correspondía a 50 colegios, y la muestra consideró el 36%, es decir 18 colegios (nueve subvencionados y nueve privados).
7 Para los docentes encuestados, la dimensión curricular se refiere a lo siguiente: los textos contienen todos los conteni-
dos del programa, la propuesta es moderna y actualizada, los contenidos están en relación con los objetivos, se asumen
los planteamientos de la reforma, el desarrollo de los contenidos son coherentes con la edad y nivel de desarrollo de los
alumnos y alumnas.
8 Ante la pregunta realizada en la encuesta: “Si tuviera que elaborar un instrumento de evaluación de textos escolares, ¿qué
ítem o pregunta haría de todas maneras?” Las respuestas se orientaron hacia identificar si los valores están claros, si están
presentes los objetivos transversales, si los contenidos tratados a través de la lectura y actividades apuntan a los objetivos
transversales, si las actividades tienen los objetivos transversales como tema, etc.
9 Las variables que se identifican para este ámbito son: texto moderno y actualizado; tamaño de la letra y buena impresión
para que los niños puedan manipularlo bien; que sea atractivo y motivador para el alumno; que estén contextualizadas las
unidades del texto.
10 Lo único que se menciona es el tamaño y calidad del papel, la buena impresión y su aspecto atractivo y motivador.
Estudio exploratorio sobre evaluación de textos escolares 299
modo de potenciar los recursos que los textos ofrecen11 y de esta manera, orientar la
evaluación de manera específica.
• Si los docentes consideran que los textos escolares son importantes para el aprendizaje
de los alumnos y que sirven como insumo para la elaboración y programación de clases,
entonces es recomendable contar con instrumentos de evaluación específicos. Por ejem-
plo, uno que considere la perspectiva del aprendizaje y otro la de la enseñanza12.
11 Algunas de las funciones que se pueden considerar para los textos escolares son: estructuradores de la clase; orienta-
dores de la capacitación docente e innovación metodológica; diseñadores o programadores de la clase; diversificadores
de la actividad educativa; como textos complementarios de la bibliografía de la clase; como mediadores con los padres de
familia; como insumos para la actividad constructiva de los estudiantes; como soportes de la tarea escolar; como insumos
para la evaluación, entre otras.
12 Producto de esta investigación, elaboramos una propuesta de instrumentos de evaluación de textos de estudio según
diferentes perspectivas y/o propósitos.
13 Stevenson, Alejandra (2002) “Evaluación de los textos escolares desde la perspectiva constructivista”, Cuadernos de
Educación del CISE. Pontificia Universidad Católica del Perú.
300 Alejandra Stevenson Valdés
Estas preguntas, que te las presentamos a ti, estudiante, son para que las contestes y mediante
ellas, expreses tu opinión de lo que piensas con respecto a tu texto escolar.
Marca una X en el recuadro que mejor refleje lo que piensas (Sí, No). Luego, suma la cantidad de
marcas hechas en cada columna y podrás tener una apreciación general de tu texto escolar.
SÍ NO
1) ¿Te parece cómodo el tamaño que tiene el texto escolar para usarlo y transportarlo?
3) ¿Te parece que está bien la cantidad de texto que hay para leer y aprender en este
texto?
6) ¿Los íconos que hay en tu libro te ayudan a saber lo que tienes que hacer y cómo
hacerlo?
8) ¿Te gustan las imágenes que aparecen en el libro y piensas que son variadas y de
buena calidad?
9) ¿Hay gráficos, cuadros, esquemas, etc., que te entregan información fácil de leer y
comprender?
10) ¿En tu libro hay actividades que te proponen conversar y comentar los temas que
están aprendiendo con los compañeros y compañeras?
11) ¿En el texto están escritos los objetivos que te permiten conocer lo que debes
aprender?
12) ¿Hay actividades para hacerlas de a uno y otras para hacerlas en grupos?
16) Lo que aprendes en tu libro, ¿te ayuda a entender información de otro sector de
aprendizaje?
19) ¿En algunas actividades te piden que cuentes tus experiencias o sentimientos que
tienes del tema?
20) ¿Hay actividades en que todos tienen que opinar sobre el trabajo de los demás?
Total
301
(1) Los profesores muchas veces tienen un repertorio limitado de aptitudes para utilizar los
textos.
(2) Los textos muchas veces hacen demasiadas demandas cognitivas a los alumnos, espe-
cialmente cuando están aprendiendo un segundo idioma.
(3) Los textos muchas veces están escritos por autores que no tienen experiencia directa en
los contextos en los cuales van a ser utilizados los libros.
Con el fin de mejorar esta situación, los profesores requieren de un desarrollo profesional
que les ayude a:
Este trabajo se concentrará en dos maneras a través de las cuales se puede ayudar a los
profesores:
(1) Enseñando el uso de un Índice de Exigencias del Texto (IET) para determinar las exigencias
conceptuales, lingüísticas, visuales y de diseño del material textual.
(2) Analizando y experimentando las maneras en las que los profesores pueden ayudar a los
estudiantes a navegar en los textos a través de técnicas como enseñar la página.
Alumno
El triángulo P-A-T ilustra las tres relaciones clave presentes en una sala de clases, y el uso del
texto que cada una implica. Por ejemplo la relación Profesor-Texto se rige por el conocimiento
de los diferentes estilos de texto, su disponibilidad y las consiguientes elecciones que es
posible hacer. La relación Alumno-Texto, por otro lado, está dominada por las coincidencias
entre las exigencias de un texto y la capacidad del alumno para hacer frente a este nivel de
exigencias.
TIC en las salas de clases ha otorgado a los alumnos mismos (en teoría, si no en la práctica)
acceso a una amplia gama de textos científicos potencialmente útiles. Por lo tanto, el texto
basado en el conocimiento del profesor puede ahora potencialmente ser reemplazado por
el texto basado en las actividades de los alumnos -lo que llamaremos aquí los libros de los
alumnos- o mediante material interactivo en línea.
Pero ¿ha sido exitoso este cambio? y ¿cuáles han sido los problemas? Por ejemplo, si los
textos encontrados por los alumnos no satisfacen sus necesidades (por ej.: cultura, idioma,
conocimiento previo), esto puede romper la relación Alumno-Texto.
a) Textos que dicen, es decir, que proporcionan la información que deben aprender
los alumnos.
Es notorio (en el Reino Unido, por lo menos) que las bibliotecas de los colegios primarios
están en gran medida dominadas por libros que dicen. Las repisas de libros en las librerías
pueden estar dominadas por libros de capacitación en tanto que las repisas de los instruc-
tores de profesores, de los profesores en capacitación y de los asesores enfatizarán el tipo
de texto que pregunta. Para considerar este trilema debemos examinar lo que los estudios
nos señalan acerca de las dificultades que experimentan los niños con los libros de texto en
sus distintos formatos.
Carga cognitiva: las exigencias que hacen los libros de texto a los
educandos
Las dificultades que pueden ofrecer los libros de texto son muchas y frecuentemente, se
traducen en una excesiva demanda o carga cognitiva para el educando, esto se debe a pro-
blemas que por su naturaleza son:
• Aspectos del mensaje: que requieren interpretar de quién es la voz que habla.
304 Alan Peacock
La dificultad conceptual de un texto de ciencia depende del número y naturaleza de los con-
ceptos introducidos en una sección dada: ¿hay más de uno? ¿son conceptos abstractos?
Hasta hace poco, la Capacidad de lectura visual fue corrientemente ignorada en las investi-
gaciones de libros de texto, sin embargo, en los materiales científicos pueden cumplir un rol
clave para determinar la accesibilidad. Peacock (1994) y Gates (2004) demostraron cómo la
suposición común de que los elementos visuales ayudan a la comprensión del texto muchas
veces no es cierta y a veces puede conducir a conceptos erróneos, como este ejemplo tomado
de un texto taiwanés sobre el sonido:
Símbolos, escala, diagramas de corte transversal y lo superfluo pueden ser también importan-
tes distractores. Por ejemplo, hemos identificado al menos diez usos para flechas en textos
elementales de ciencias, usos que raramente se explican a los alumnos.
Apoyo a los profesores para evaluar la calidad del material ... 305
Pero, incluso en los textos más prestigiosos las cosas pueden salir muy mal, así lo indican
los ejemplos. Estos problemas pueden originarse en el hecho de que los ilustradores no son
306 Alan Peacock
El mensaje de un texto depende en gran medida de quien sea la voz que parece hablar. Si, por
ejemplo, el texto del alumno da una instrucción (“da un paseo afuera de la sala de clases...
escribe los nombres de diez animales que veas moverse...”) un alumno puede interpretarlo en
forma opuesta a las expectativas de su profesor(a). Asimismo, aquellos textos que impliquen una
posición cultural particular pueden estar fuera de tono con los valores y actitudes de la clase y
por lo tanto, producir actitudes contraproducentes en algunos, si no en todos los educandos.
Cada una de estas dimensiones plantea una exigencia cognitiva al educando, agregando
mayor peso a una carga cognitiva, lo que puede dificultar el procesamiento del texto por el
alumno. Tales textos han sido denominados “textos desconsiderados”. Sin embargo, como
hemos indicado, el aprendizaje a partir de textos está situado y es altamente dependiente
del contexto, por lo tanto, el nivel de exigencia es determinado no solo por el texto, sino por
los educandos y sus contextos de aprendizaje. Un texto puede ser accesible a un grupo pero
no a otro. Los textos “considerados” intentan minimizar algunas o todas las exigencias para
facilitar al alumno o al lector el procesamiento independiente del texto.
2) Analizar los materiales para determinar las exigencias que probablemente éstos generen
a los niños. Hemos desarrollado una sencilla herramienta para esto: el Índice de Exigencia
del Texto (IET), que se describirá a continuación.
3) Escoger un texto considerado, que los alumnos podrán procesar con una mínima inter-
vención del profesor.
4) Enseñar a los alumnos a navegar la página (ver más adelante).
Exigencia conceptual (¿qué tan difíciles de comprender son las ideas en el texto?):
1. ¿Es alguna de las ideas de la página nueva para ellos?
2. ¿Son abstractos algunos de los conceptos?
3. ¿Contiene la página conceptos que deben entenderse con el fin de progresar?
Exigencia visual (¿se confundirán los alumnos con las imágenes, diagramas y símbolos?):
7. ¿Contiene la página imágenes/fotografías?
8. ¿Contiene la página una tabla, diagrama o gráfica?
Enseñando la página
Enseñando la página es una técnica analizada por Walpole y Smolkin (2004) e involucra una
entrevista de diagnóstico con alumnos individuales (ver cuadro). Cada alumno debe respon-
der individualmente preguntas tales como: ¿qué es eso?, ¿por que está allí?, ¿cómo podrías
usarlo tú?, ¿qué te dice...?, ¿dónde puedes ver...? Sus respuestas permiten al profesor ayudar
al educando a usar el texto de manera más efectiva.
La Entrevista de Diagnóstico
Cuando un alumno esté utilizando una página particular de un texto, usted puede hacer
las siguientes preguntas:
1) Indique un artículo de la página y pregunte: ¿qué es eso? ¿Por qué lo puso allí
el autor? ¿Qué te dice a ti? ¿Cómo podrías utilizarlo?
2) Sin indicar una cosa específica, pregunte: ¿Dónde puedes ver...? ¿Qué te dice
sobre...? ¿Dónde buscas...?
3) Para averiguar cuánto sabe acerca del texto completo, pregunte: ¿Dónde
podrías encontrar...? ¿Cuál es el propósito de...? ¿Cómo puedes ...?
Propongo que examinemos la historia de los libros de texto escolares en Francia sin intentar
identificar errores que deben evitarse o ejemplos a imitar, sino con el objetivo de adquirir
conciencia del hecho de que los polos de educación y enseñanza están constantemente
evolucionando y que este espacio de reflexión otorgado tanto a ustedes como a nosotros
está de alguna manera inscrito en un movimiento perpetuo.
“Los libros de texto son, por naturaleza o por función libros peligrosos, no importa el autor o
su doctrina”. Esta cita, de 1978, fue tomada de la excelente revista especializada “Les Cahiers
Pédagogiques”, en una edición de diciembre de 1998 dedicada a los libros de textos, en la
cual todos los artículos llegan a la conclusión de que los libros de texto son necesarios.
La mentalidad actual con respecto a los textos de estudio ha alcanzado un nivel de madurez digno
de ser mencionado. Esto podría resumirse de la manera siguiente: el libro de texto no es una
muleta para el profesor, ni un substituto para un curso, es una herramienta pedagógica para el
profesor y una herramienta de aprendizaje para el estudiante. Visto esto, los mismos deben ser
evaluados, en primer lugar, en términos de criterios objetivos de claridad, riqueza, respeto por
los programas, etc. y, en segundo lugar, en términos de los criterios subjetivos relativos al nivel
de capacitación de los profesores y las metodologías de enseñanza utilizadas por cada uno. En
otras palabras, cuando los autores y editores se deciden con respecto a un libro de texto, deben
estar absolutamente conscientes del nivel de los instructores y profesores en términos de la
manera cómo enseñan así como de sus fortalezas y debilidades. Cualquier tipo de capacitación
para la evaluación de libros de texto debería incluir este componente subjetivo.
Capacitación para profesores en la evaluación de textos de estudios 311
De acuerdo con estas dos exigencias, el plan propuesto se concentra en cuatro categorías de
criterios comunes para estos tres niveles y será posible, en cualquier momento, analizar en
mayor profundidad cualquier punto que los participantes consideren de mayor relevancia.
Los libros de texto tienen profundas raíces en el contexto sociológico, cultural y económico
de un país. Una rápida visión global del sistema francés permitirá a los participantes chilenos
ver esta ponencia desde su propio punto de vista.
Este último punto es muy importante para todos, en el sentido de que introduce el criterio
de solidez material contenido de los libros de textos, lo cual tiene implicancias técnicas y
financieras en relación con la manufactura de los mismos. Por ejemplo, en Francia, y hasta que
los textos para la educación media fueron gratuitos, los libros para educación básica y media
baja eran de tapa dura, en tanto que los de la educación media alta (que eran pagados por
las familias de los estudiantes, quienes podían revenderlos), eran por lo general encolados,
no empastados con hilo y además, eran mejor cuidados.
El contexto económico
El campo de la publicación académica está completamente en manos de compañías privadas.
El contexto económico de las publicaciones académicas y el campo de la publicación en ge-
neral han sido modificados sustancialmente en Francia, así como en el resto de Europa. El
campo editorial académico se ha concentrado, con una participación igualitaria de grandes
conglomerados de comunicaciones, como el Grupo Hachette y el Grupo Editis. Existe sola-
mente una casa editorial independiente dedicada a lo académico, ¡la cual ha resistido desde
1776! Sin embargo, es importante mencionar que realmente no se han experimentado los
inconvenientes de la concentración en términos del contenido de los libros de texto. De hecho,
los dos grupos en competencia han sido formados a partir de casas editoriales anteriormente
independientes que han mantenido su marcada personalidad y total autonomía editorial. De
este modo, cuando aparece un nuevo programa de estudios, no se producen tres manuales
(uno por cada grupo y uno de la casa editorial independiente), sino que una docena, de las
distintas marcas que conforman cada grupo editorial.
• Las casas editoriales (como ya se ha indicado, una docena) deciden lanzar un nuevo
• El Ministerio debe informar a todas las editoriales sobre cualquier cambio en los
programas, trece meses antes de que dichos cambios entren en vigencia (un período
que las editoriales consideran necesario para diseñar un nuevo libro de textos).
• Equipos que incluyen a los autores y editoriales diseñan y producen los libros de textos.
• Se publica el texto. Con el fin de promoverlo entre quienes recomiendan los textos
de estudio, las editoriales francesas no han encontrado mejor manera que enviar una
copia gratuita a cada potencial promotor.
Algunas cifras: existen aproximadamente 40.000 escuelas básicas con un mínimo de un curso
por nivel por colegio. Esto representaría 40.000 textos gratis enviados como estrategia de
marketing. A inicios del año escolar 2005, había 24.799 profesores de matemáticas de 6º
grado, 29.129 profesores de francés y 14.538 profesores de ciencias de la tierra y la vida.
El problema económico se torna más complicado porque los precios de venta son precios
contractuales, lo que quiere decir que éstos deben ser compatibles con los presupuestos
máximos autorizados por las comunidades y que por lo tanto no han sido calculados en base
La educación pre-escolar posee tres diferentes niveles: “Sección pequeña”, “Sección mediana”
y “Sección grande”. La “Sección grande” forma parte del “Ciclo básico de educación” el cual
continúa en la “Escuela básica”.
La Escuela básica es obligatoria a partir de los seis años de edad y comienza a los cinco
años de edad. Existe un ciclo de educación en profundidad adicional al ciclo de educación
básica. Esta división en ciclos, junto con la división en grados, corresponde a la intención
del Ministerio de organizar el aprendizaje en períodos de dos y tres años, considerando las
diferentes velocidades de aprendizaje en los distintos años. Desde este punto de vista, los
estudiantes solo reprobarían un grado en casos excepcionales.
• La educación media baja es un período que incluye desde el sexto al noveno grado.
• La educación media alta es un período de tres años que incluye desde el grado
décimo al duodécimo y es diferente de la educación media baja en que existen
314 Hélène Clément
opciones de clases a distintos niveles, en tanto que las clases en educación media
baja son estándar para todos.
Los estudios secundarios se evalúan por medio de un examen nacional de admisión a las
universidades que se conoce como “Bac” (Baccalauréat).
Criterios de evaluación
Para cualquier productor de textos de estudio, ambos documentos constituyen pautas esen-
ciales para guiarse respecto de los contenidos de estos planes. Pese a esto, ni los autores ni
los editores pierden de vista el hecho de que estos textos de estudio deben ser interpretados,
y deliberadamente dejan espacio para la innovación y la sensibilidad personal del autor.
Debe mencionarse que desde hace varios años se ha enviado currículums preliminares por e-mail
a un grupo de profesores interesados con el fin de que estos puedan sugerirles enmiendas.
y lenguaje de enseñanza, etc. Se puede utilizar tablas para introducir resúmenes, palabras
y expresiones útiles.
Este primer punto se aplica tanto a los usuarios como a los productores de libros de textos. De-
pendiendo de la demanda de los participantes, podríamos referirnos en mayor detalle a aspectos
como el uso del color, la necesidad de evitar la utilización de tipos de impresión demasiado
modernos que no siempre tienen las formas necesarias (extra negrilla, negrilla, semi-negrilla,
itálicas, itálicas simples e itálicas en negrillas, etc.), la necesaria simplicidad del código gráfico
(porque demasiado código destruye la codificación y las pocas normas que deben conocerse
deben facilitar la lectura del estudiante). Básicamente, estas normas corresponden al diseño
de los caracteres utilizados y el largo de línea, interlineado y espaciado entre letras.
Los criterios de formato también caen dentro de esta categoría: algunos formatos no son muy
compatibles con la noción del libro de texto mismo, ya que o son demasiado grandes para los
escritorios de las salas de clase (que tienden a ser pequeños o angostos), o demasiado anchos,
lo cual conduce a largos excesivos o a la división del texto en dos columnas; o, por el contrario,
estos son demasiado pequeños y no permiten destacar adecuadamente los documentos. Con
• Documentos:
• Reproducción de manuscritos de la Edad Media
• Reproducción de signos
• Jeroglíficos y bajo-relieves
• Detalles de arquitectura
• Billetes de banco, estampillas, etc.
• Caricaturas
• Tiras cómicas
• Dibujos de prensa
• Mapas
• Figuras
• Gráficos
316 Hélène Clément
4. Los libros de texto como vectores de transmisión de una visión social y política del
mundo
A diferencia del conjunto de elementos de apoyo pedagógico basados en Tecnologías de
la Información, la naturaleza duradera del libro de texto educacional involucra aspectos de
preparación intelectual y cultural. Los libros de texto reflejan la sociedad que los produce y,
modesta pero eficientemente, constituyen una herramienta para modelar y preparar men-
talidades.
En consonancia con este punto de vista, el rigor intelectual y honestidad de los autores de
textos de estudio y su amplitud de criterio son tan importantes como la capacidad de discer-
nimiento de los profesores que escogen un libro de texto.
Por lo tanto, los autores deben hacerse constantemente preguntas como las siguientes:
• ¿En qué sentido puede una pregunta realizada por un alumno conducir a una res-
puesta?
• ¿Qué autores son elegidos para ser citados en consonancia con este mismo espíritu
y para todas las áreas de las ciencias humanas? ¿En qué contexto crítico?
Como conclusión de este párrafo podemos insistir que un libro de texto estándar para un
curso completo del mismo grupo etario contribuye a la creación de una herencia cultural y,
por lo tanto, de un conjunto de valores comunes.
Si bien en estas dos últimas décadas, en la república Argentina, la temática del libro escolar
ha generado numerosas publicaciones y los equipos de investigación que la abordan se
han incrementado, la transferencia a la actividad cotidiana del docente se desarrolla muy
lentamente.
Ante esta realidad, el presente trabajo tiene como objetivo realizar un recorrido por los
diferentes enfoques de investigación sobre los libros escolares y por algunos de los instru-
mentos de evaluación de uso más frecuente; así como también, exponer sobre dimensiones
y criterios de evaluación a partir de los aportes de la psicología cognitiva, de la lingüística
y de la psicolingüística. Por último, se señalan algunas consideraciones sobre el estado de
situación de la temática de referencia y se mencionan algunas propuestas.
Dejamos pendiente las diferentes condiciones y modos de uso de los libros escolares, las
características de los lectores, los resultados de las investigaciones sobre la influencia de las
adecuaciones o adaptaciones textuales sobre la comprensión lectora y sobre el aprendizaje
y las concepciones de ciencia subyacente en los libros escolares .
1 Estos temas se han constituido en ejes de nuestros estudios desde 1995. Algunos resultados se pueden encontrar en
Rinaudo, María Cristina y Celia F. Galvalisi, 2002. Para leerte mejor...cómo evaluar la calidad de los libros escolares. Editorial
La Colmena. Buenos Aires.
318 Celia Fabiana Galvalisi
• Investigaciones sobre el papel del maestro y el modo en que los libros de textos se
utilizan dentro de las clases. En este sentido, parece necesario dar un impulso mayor a
las investigaciones más aplicadas, tendientes a observar el impacto que los frutos de
una tecnología del libro escolar puedan tener sobre la enseñanza y los aprendizajes
(Sánchez Miguel, 1995; Kaufman y Rodríguez, 1993; Rinaudo, 1999).
Como vemos, a pesar de que el ámbito de la investigación del libro escolar ha progresado
considerablemente, su traslado al campo educativo como al campo editorial no ha sido tan
próspero.
• Las evaluaciones y análisis especiales: son aquellos en los que el propio investi-
gador revisa el libro a partir de una serie de dimensiones que él mismo define desde
un modelo teórico. Estas dimensiones, sin embargo, no difieren sensiblemente de las
que retoman otros instrumentos como los perfiles de legibilidad.
2 Para profundizar el conocimiento sobre la variedad de instrumentos empleados en las diferentes investigaciones, sugerimos
la lectura de Johnsen, Egil Børre. 1996. Libros de texto en el calidoscopio. Estudio crítico de la literatura y la investigación
sobre los textos escolares. Ediciones Pomares–Corredor. Barcelona.
3 La denominación “análisis especiales” es nuestra y fue elaborada con el objetivo de disponer de un concepto que incluya
un número importante de estudios que revisan los libros escolares tomando aportes de un modelo teórico particular (Sawyer,
1991, Kinder y Epstein, 1992; Alliende, 1990; Vidal Abarca, San José y Solaz, 1994; 1999).
320 Celia Fabiana Galvalisi
Para ello, consideramos los aportes de la lingüística y de la psicología cognitiva. Sin embar-
go, corresponde advertir que la relación entre estas disciplinas en el tratamiento de algunos
temas es tan estrecha que no siempre es posible delimitar claramente la identidad de las
aportaciones consideradas y que, además, entre otras, también la pedagogía, filosofía,
historia y sociología son algunas de las disciplinas tradicionales aplicadas en combinación
a los análisis de libros de texto.
Con el objetivo de integrar los aportes mencionados, definimos las siguientes dimensiones
de análisis:
• Atención a aspectos pedagógico-didácticos
• Atención a aspectos psico-lingüísticos
Vale aclarar que los criterios e indicadores que se mencionan corresponden a miradas gene-
rales y no a cuestiones de un campo disciplinar particular.
Concepción de Evaluación
Las sugerencias de evaluación son congruentes con el modo en que se viene desa-
rrollando el contenido dentro de la obra.
Los aspectos de formato (uso del espacio, tamaño de las letras, uso de mayúscu-
las, esquema de títulos y subtítulos) ayudan a identificar la organización global
Se incluye otros tipos de índices que puedan ayudar al lector a emprender diferentes
secuencias de lectura (índices temáticos, de tablas, de autores, de figuras).
segundo y tercer ciclo de EGB (educación general básica) y ciclo polimodal no prevé
espacios institucionales suficientes para que los docentes puedan reflexionar sobre
criterios de calidad y uso de los libros escolares.
ción, revisión y uso de los libros escolares, nos referimos a la formación de docentes
para primer, segundo y tercer ciclo de la educación general básica y ciclo polimodal.
• Los espacios de capacitación sobre el tema son pocos o inexistentes, tanto a nivel
institucional interno, como externos y privados.
• La reflexión acerca de las teorías docentes sobre el libro escolar y prácticas cotidianas
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nes. Marzo 2003. Versión digital. Publicación de la Educación Nacional de Colombia (MEN), Pontificia
Organización de Estados Iberoamericanos. Universidad Javeriana, Secretaria Ejecutiva del Con-
venio Andrés Bello (SECAB). Santa Fe de Bogotá.
Una premisa central de este razonamiento es que los textos escolares no son productos
culturales independientes de los procesos hegemónicos, sino que contribuyen a reproducir
la cultura dominante, pero también pueden convertirse en escenario de conflictos en la
constante producción/reproducción de conocimientos e ideologías. Una pregunta básica
es entonces, ¿en qué medida se toman en cuenta, en la formulación de los modelos de
evaluación, los procesos de construcción del currículum hegemónico?, ¿o son éstos más
bien ignorados?
Las preguntas relacionadas con el diseño gráfico y el lenguaje visual que propone el modelo
son las siguientes: ¿Hay una interacción orgánica entre textos e imágenes? ¿Son las imágenes
claras, bien proporcionadas y con poder de penetración? ¿Hay suficientes imágenes? ¿Estamos
ante un texto con una tipografía funcional y fácil de leer? ¿Cómo es la calidad del papel? ¿Cómo
es la forma de presentar/estructurar el material? ¿Hay perspectivas diversas y variadas? ¿Cuál
es el juicio de la impresión visual en su totalidad? (Johnsen y otros, 1997:205).
A nuestro modo de ver, este tipo de evaluación entrega, en general, herramientas relevantes
de análisis para precisar cómo funcionan el diseño grafico y el lenguaje visual. Bien puede
ponerse en duda el valor pedagógico de la pregunta ¿Hay suficientes imágenes? puesto que
suficientes imágenes no resulta una variable fácil de operacionalizar. ¿Qué debe ser consi-
derado como suficientes imágenes? ¿Con la ayuda de qué criterios podemos definir cuándo
hay suficientes imágenes? A pesar de esta objeción, podemos en general constatar que las
preguntas pueden ser interpretadas como relevantes. Sin embargo pocas, o más bien ninguna,
de las preguntas propuestas permiten escudriñar la presencia de mensajes visuales estereo-
tipados. En nuestra opinión, esta es una carencia del modelo, puesto que una característica
de aquello que hemos denominado el currículum hegemónico es la creación y recreación de
estereotipos sobre la propia cultura y sobre culturas ajenas.
El siguiente relato puede ejemplificar lo que manifestamos. Cada vez que en los textos nór-
dicos, en particular en los suecos, se menciona a América Latina -por ejemplo en los libros
escolares para la enseñanza del español como segunda lengua, o en los de Ciencias Socia-
les- la mención es ilustrada con la imagen de un campesino o de una campesina con ropas
tradicionales, normalmente con poncho y con hojotas. En estas imágenes la modernidad, que
coexiste con la tradición, tiende a desaparecer y el campesino de poncho o ruana (la parte)
representa al continente (el todo). Una representación de la realidad repetida constantemente
tiende a ser interpretada como la realidad; esto es -a nuestro juicio- lo que sucede con los
símbolos de la tradición incluidos en los textos escolares nórdicos. Para los consumidores
de estas imágenes, no existe la modernidad en América Latina, sino tan solo la tradición. En
esta visión de la realidad -con sus raíces en la ideología de la Ilustración (Taguieff 2004)- hay
una concepción del espacio que se ha temporalizado: “ellos viven en el pasado, nosotros
vivimos en el ahora”, es el mensaje que se propone a los alumnos que consumen esas imá-
genes. Una pregunta relevante en este contexto es: ¿de qué manera tienden a producir esas
imágenes una visión del sí-mismo como superior al otro, a los miembros de otras culturas?
Es una pregunta válida y pertinente en la medida que la descripción del otro implica en el
fondo, también, una descripción y una comprensión sobre quien describe. Al describir a otras
culturas, al mismo tiempo describimos la propia (Ajagan Lester, 2000).
Esas imágenes metonímicas, donde la parte representa al todo, pueden ser “claras, bien
proporcionadas y con poder de penetración” -tal como exige el modelo de Johnsen- y pueden
interactuar orgánicamente con el texto y ser suficientes, pero no por eso dejan de contribuir
a formar una visión exótica y estereotipada de otras culturas, aquello que el pedagogo espa-
ñol Jurjo Torres con agudeza ha denominado el currículum de turistas, es decir un contenido
Evaluando las evaluaciones 329
escolar que trivializa a las culturas distintas a la propia, presentándolas con superficialidad
y banalidad, y que deforma u oculta la historia y los orígenes de otros colectivos humanos
distintos de la cultura mayoritaria y dominante (Torres, 2000: 149).
A nuestro modo de ver, las preguntas sobre el lenguaje visual y gráfico bien podrían comple-
tarse con nuevas preguntas que apunten a precisar qué tipo de tropos se usan en los textos
analizados: ¿predomina el lenguaje metonímico?, ¿qué mensaje proponen esas metonimias?
¿O predomina un lenguaje metafórico?, ¿qué consecuencias tienen esas metáforas en el
plano del contenido?
No pocas veces en los textos escolares nórdicos el mensaje visual tiende a contradecir lo
afirmado por el mensaje escrito. Así, Brasil puede ser descrito en los textos de Ciencias So-
ciales en términos muy matizados y objetivos, para que finalmente la lectura sobre el país
sea ilustrada con la imagen de una favela; en esta clara metonimia se reduce la totalidad
del país a una pobreza sin límites. No pocas veces estas codificaciones son producto de una
absorción acrítica de la tradición iconográfica establecida; este tipo de codificación tradicional
Algunas preguntas pertinentes para el análisis de imágenes pueden ser las siguientes:
¿Coincide el mensaje de la imagen con el contenido escrito del texto? ¿Envía la imagen un
mensaje que contradice lo dicho por el texto escrito? ¿O el mensaje de la imagen es totalmente
nuevo? Este tipo de preguntas resultan, de acuerdo a nuestra interpretación, más precisas
que preguntar en forma algo vaga por la interacción orgánica entre textos e imágenes. En el
apartado siguiente reflexionaremos sobre las preguntas que el modelo analizado dirige al
tema del contenido (punto 5 en el modelo).
El contenido y su evaluación
Las preguntas que los autores del modelo evaluativo proponen como formas de medición
de la calidad del contenido del texto escolar son las siguientes: ¿Cómo ha/han organizado
el/los autores el material? ¿Se adecúa el orden a como tú deseas usarlo? ¿Hay una estruc-
tura lógica y puntos de referencia cognitivos relacionados con la materia? ¿Hay un equilibrio
entre la apelación a las emociones y al intelecto? ¿Hay precisión en la exposición? ¿Se trata
de un contenido creíble y confiable? ¿Hay una progresión clara, etapas bien definidas? ¿Es
la exposición suficientemente fluida? ¿Son interesantes y emocionantes los relatos? ¿Logra
el texto cubrir la materia en el nivel adecuado? ¿Es necesario completarlo con otro material?
¿Posee el texto un nivel de detalles adecuado? ¿Entrega el texto proporciones del material
adecuadas a los fines? ¿Cómo funcionan los ejemplos? ¿Son claros?, ¿comprensibles? ¿Fun-
ciona la terminología elegida? ¿Es la adecuada? ¿Se explican los términos técnicos nuevos en
el texto? ¿Transmite entusiasmo por el tema? ¿Tiene humor? ¿Hay un equilibrio entre show
y conocimientos concretos, específicos? (Johnsen y otros, 1997: 204).
En líneas generales, podemos manifestar que las preguntas propuestas por Johnsen y otros
para el análisis del contenido de textos pedagógicos bien pueden considerarse como valiosas
330 Luis Ajagan Lester
¿No debemos incorporar otras preguntas a los modelos de evaluación si pretendemos vincular
el texto escolar a un currículum que va a preparar a “sujetos activos, críticos, solidarios y
democráticos” (Torres 200:148)? En nuestra opinión, un modelo de evaluación del contenido
de los textos escolares debe también incluir preguntas que apunten a develar los mecanismos
de construcción del currículum hegemónico: ¿Qué relatos sobre el acontecer histórico se
incorporan en un momento determinado? ¿Qué relatos se excluyen? ¿Qué voces se escuchan
en los textos? ¿Cuáles son silenciadas? ¿Qué tipos de identidades sociales proponen los
mensajes contenidos en lo textos escolares?
Un texto escolar que proponga, por ejemplo, un mensaje eurocéntrico, puede ser reelaborado
acríticamente por el maestro en el aula; entonces lo que el texto plantea se convertirá en una
especie de verdad oficial, de dato científico y el texto tenderá probablemente a ser entendido e
interpretado como Autoridad. Pero, utilizando el mismo libro, existe otra alternativa de trabajo
y esa alternativa es la interpretación crítica del texto y de su contenido, develando su visón
eurocéntrica -en el caso de nuestro ejemplo-. Ante una estrategia de esta naturaleza, el texto
dejará de ser la voz portadora de una visión definitiva de la historia y pasará convertirse no
en una autoridad absoluta, sino en una guía de apoyo para el alumno y el maestro, en una
suerte de arcilla en las manos de maestros y alumnos.
A modo de conclusión
La revisión de algunos de los criterios pedagógicos contenidos en un modelo de evaluación
de textos escolares usados en Escandinavia, nos revela que la pregunta que formulábamos
Evaluando las evaluaciones 331
al comienzo de esta comunicación dista de ser puramente retórica: ¿En qué medida -nos pre-
guntamos- se toman en cuenta, en la formulación de los modelos de evaluación, los procesos
de construcción del currículum hegemónico? ¿O son éstos más bien ignorados?
La revisión de los criterios implícitos en las preguntas evaluativas nos indican que, siendo
éstas de valor didáctico, tienden a ignorar los aspectos vinculados a la selección del contenido
escolar. El riesgo de esta visión de las evaluaciones de textos pedagógicos es ver como un
hecho técnico lo que en rigor es una construcción sociocultural: la creación de un currículum
hegemónico, en el cual se eligen ciertos elementos de la tradición cultural y se omiten otros,
silenciándolos e ignorándolos. Las más de las veces, esos elementos culturales ignorados y
silenciados son los productos culturales creados por los sectores socialmente subordinados.
Un currículum democrático y emancipador necesita de modelos evaluativos que contribuyan
a superar concepciones culturales excluyentes y estereotipadas.
Bibliografía
Ajagan Lester, Luis (2000): “De Andra.” Afrikaner Kress, Gunther & van Leeuwen, Theo (1996): Read-
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holm: LHS Förlag. York: Routledge.
Ajagan Lester, Luis (2004): El Texto Escolar : Crítica Prendes Espinoza, María Paz, Análisis de Imágenes
de la Didáctica/Didáctica de la Crítica. Ponencia en Textos Escolares. Revista Pixel-bit. Número 6.
presentada ante el Quinto Congreso Pedagógico Enero,1996.http://www.sav.us.es/pixelbit/articulos/
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Taguieff, Pierre-André (2004): Le Sens du Progrès.
Appel, Michael W. (1986): Ideology and Curriculum. Une approche historique et philosophique. Paris:
London & New York: Routledge & Kegan Paul. Éditions Flammarion.
Johnsen, Egil Børre, Lorentzen Svein, Selander Staffan, Torres, Jurjo (2000): Globalización e interdisci-
Skyum-Nielsen Peder (1997): Kunskapens texter. Jakten plinariedad: el currículum integrado. Madrid:
på den goda läroboken. Stockholm: Universitetsfor- Ediciones Morata.
laget [trad. al sueco Marika Hagelthorn].
9
MODALIDADES DE USO
DEL TEXTO ESCOLAR
334
Colaboradores
Marcela Latorre Gaete, Socióloga, coordinadora de Seguimiento de la Unidad de Currículum y
Evaluación del Ministerio de Educación de Chile. Ha desarrollado evaluaciones de programas y de
políticas educativas sobre Texto Escolar implementadas por los Ministerios de Educación de Chile
y Paraguay, y coordinado desde el Mineduc estudios periódicos sobre Uso de Textos Escolares. En
el año 2000 publicó, junto con otros investigadores, el libro “El Texto Escolar: Una alternativa para
aprender en la escuela y en la casa”, PUC-CIDE-Mineduc.
Adela Fuentes Aravena, Profesora de Historia y Geografía, Magíster en Educación con mención
en Currículum. Docente de las Universidades Católica y de Chile y del Departamento de Historia y
Geografía de la UMCE, en los últimos 20 años. Autora de Textos de Ciencias Sociales y de artículos
sobre Geografía y Educación. Autora de textos para el Programa de Perfeccionamiento Docente del
CPEIP, Ministerio de Educación, Chile. Evaluadora de Textos escolares.
William Mejía Botero, colombiano, licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Javeriana, con
estudios de postgrado en Educación en la Eastern Washington University. Experiencia en formación
de docentes (presencial y a distancia) y diseño de materiales educativos, especialmente libros de
texto escolar. Actualmente es Director de Gestión del Conocimiento del Grupo Editorial Norma.
335
E ntre los años 2003 y 2005, la Unidad de Curriculum y Evaluación del Ministerio de Educa-
ción, desarrolla una serie de estudios sobre uso de los textos escolares distribuidos por
el Mineduc, cuya finalidad es producir información válida y pertinente para retroalimentar
los procesos implicados en la elaboración de los textos y contribuir a su mejoramiento.
A través de este estudio se recoge información sobre uso, valoración y necesidades de los
docentes respecto de los textos escolares, en los niveles y subsectores de aprendizaje cu-
biertos por la política de distribución. La información se obtiene por medio de cuestionarios
autoaplicados a muestras nacionales de escuelas y liceos subvencionados alcanzando, a
lo largo de los 3 años, una cobertura de 6.710 profesores y 43.240 estudiantes de segundo
ciclo básico y enseñanza media.
Para dar respuesta a los propósitos planteados, se abordan las siguientes dimensiones:
•Tipo de texto
• Modalidad de uso
• Cobertura de uso
Niveles de satisfacción
Necesidades y demandas
1. Uso esperado del texto
Para el trabajo de la disciplina, en todos los niveles y subsectores de aprendizaje el texto
escolar ocupa un lugar significativo entre los documentos más utilizados por los docentes.
Para la planificación figura como el documento más usado después del Programa de Estudio
del Mineduc. Para la preparación de las clases aparece como más utilizado después del
material propio de los docentes.
Como recurso didáctico es posible distinguir al menos cinco funciones asociadas al texto,
comunes a todos los niveles y subsectores de aprendizaje, pero asignadas con énfasis di-
versos según subsector:
• Asignación/desarrollo de tareas
• Estudio
1
Refiere a guías o planificaciones realizadas o compiladas por los profesores.
Dimensiones e instancias de uso de textos escolares ... 337
para los cuales se elaboran y distribuyen los textos. Con la excepción de matemáticas en
segundo año de enseñanza media, del total de profesores que declaró utilizar algún texto
escolar en sus clases (en el año consultado), entre el 87% y 100% de los casos declararon
usar el texto distribuido por el Mineduc. En el caso de matemáticas de media señalado, sólo
tres cuartas partes de los docentes declaran haber trabajado con el texto Mineduc.
1º B 2º B 3º B 4º B 6º B 8º B 1º M 2º M 3º M
Lenguaje y Comunicación 89,3 97,3 98,1 98,6 96.1 98.2 98.2 99.0
Biología 97.9
Física 93.4
Química 98.5
Inglés *93,1
87,7 89.7 96.8
* En el caso de inglés se consideró los cursos de 5° y 6°, por ser estos los únicos grados de segundo ciclo básico que contaron
con textos escolares en el año en que se realizó el estudio. La primera cifra corresponde a 5° y la segunda a 6° básico.
Independientemente de las funciones o los propósitos de uso de los libros de texto, se observa
que los docentes no usan el texto de acuerdo a un patrón fijo de uso, es más, puede afirmar-
se que ellos lo usan de manera libre y flexible de acuerdo a sus necesidades. No obstante
lo anterior, se visualizan dos modos de uso principales: de manera secuencial, sin saltarse
unidades y alterando el orden propuesto de las unidades; combinándose ambas modalidades
con la selección de contenidos, actividades y/o ejercicios, o bien en combinación con otros
materiales, ya sean estos guías u otros textos.
Tema 9 Modalidades de uso del texto escolar
y toda la educación media, las lecturas son el elemento más utilizado por los docentes.
En matemáticas, a lo largo de todos los niveles de enseñanza los ejercicios propuestos son el
elemento al que mayoritariamente recurren los docentes y, al mismo tiempo en este sector,
los contenidos son el elemento menos utilizados por ellos.
Tanto en las ciencias naturales (que incorporan biología, física y química) como en las cien-
cias sociales, los conceptos y definiciones proporcionados por el texto son el elemento más
utilizado y a la vez más valorado, tanto por docentes como estudiantes, toda vez que, en los
sectores socioeconómicos más deprivados, el texto escolar es uno de los pocos recursos
culturales que poseen las familias.
Ciencias
1º B Contenidos Ejercicios
(84,3) (92,7)
2º B Contenidos Ejercicios
(79,1) (76,9)
1° M Conceptos y Conceptos y
definiciones definiciones
(68,9) (97,8)
Láminas
(97,8)
3° M Lecturas Ejercicios
(58,2) (52,2)
Dimensiones e instancias de uso de textos escolares ... 339
En relación con la cobertura del texto, es decir, la cantidad de unidades trabajadas durante el
año, un promedio cercano al 90% de los profesores de primer ciclo básico y de 82% del segundo
ciclo declara haber cubierto las tres cuartas partes o más de las unidades. En este último ciclo,
la menor cobertura corresponde a Inglés, subsector donde la cobertura implementada de las
tres cuartas partes o más de las unidades corresponde al 66,9% y 61,6% para quinto y sexto
básico respectivamente; lo cual presenta una directa relación con lo anteriormente señalado
(complejidad del texto y bajo nivel de los alumnos en el conocimiento del idioma).
Por su parte, el subsector de inglés en enseñanza media, se observa una relación inversa en
términos de cobertura, aquí el 75% de los docentes declara haber trabajado la mitad o menos
del texto a lo largo del año escolar. La indagación acerca de las razones a través de las cuales
los docentes explican estos niveles de cobertura aluden a “falta de tiempo para abordar los
contenidos del texto”, el “elevado nivel de dificultad del texto para el nivel de conocimientos
y manejo del idioma de sus alumnos” y el hecho de utilizar el “texto como apoyo”, dado que
el trabajo de la asignatura se realiza “combinando distintos materiales”.
Ciencias
Lenguaje y Ciencias
Nivel Matemática Ciencias Biología Física Química Inglés
Comunicación Sociales
Naturales
1º B 93,5 88,0
2º B 90,2 94,4
5º B 66,9
Iº M 84,5 73,4
4. Necesidades y demandas
Aún cuando los docentes y estudiantes valoran el texto escolar, también se muestran críticos
y plantean demandas. Entre los docentes las demandas se orientan fundamentalmente al
incremento de ejemplos, recursos para la entrega de contenidos, actividades; esto es, más
material para el desarrollo de actividades de los estudiantes. Por su parte, los estudian-
tes, demandan mayoritariamente más contenidos (en sus términos, “más materia”). En el
subsector de lenguaje, es interesante observar que docentes y estudiantes coinciden en
su demanda por lecturas más entretenidas e interesantes y, por tanto, más cercanas a los
intereses de los alumnos.
Profesores Estudiantes
Antes de la clase, utilizado preferentemente por el profesor, para planificar y/o preparar las
clases. Durante la clase, utilizado por los docentes y estudiantes, para trabajar contenidos,
desarrollar actividades, resolver ejercicios, y después de la clase utilizado por los alumnos
para hacer tareas y estudiar y por la familia para apoyar los estudios de sus hijos y como único
medio disponible en una gran cantidad de hogares para conocer el curriculum.
Si bien el uso que los estudiantes hacen del texto se realiza fundamentalmente para estudiar
y hacer tareas en la totalidad de los casos de alumnos del estudio, también nos encontramos
con que para muchos de ellos el libro de texto no es sólo una herramienta que les ayuda y
orienta en los deberes escolares, sino que también constituye una fuente de entretención y
conocimiento que los motiva por iniciativa propia a recorrerlo o navegar en él. El texto que
se presenta a continuación es un extracto de un focus group realizado con estudiantes en el
marco de este estudio.
Dimensiones e instancias de uso de textos escolares ... 341
Alumnos: Alumnos: Sí (todos hablan al mismo tiempo refiriéndose a que los ocupan).
Alumna 1: Si porque hay uno de la Celia Cruz que es un trabalenguas bien divertido...
Alumna 2: Yo por ejemplo, cuando estoy así mirando, no tengo nada más que hacer,
me aburro... los saco y empiezo a ver todos los libros, pero leo mejor el de
Lenguaje. Como que me entusiasma.
T oda reforma educacional responde a fundamentos teóricos dados tanto por las
Ciencias de la Educación, como por aquellas del área disciplinar, en función de lograr
los fines que se proponen para la formación integral del educando.
El proceso de reforma educacional que se vive en Chile fijó como una de sus metas el mejo-
ramiento en la calidad y equidad del sistema nacional de educación. Hacia allá encamina sus
esfuerzos, consciente de la responsabilidad que significa formar hombres y mujeres capaces
de enfrentar los desafíos de un mundo globalizado, en el que el éxito de sus acciones pasa
por la calidad de su desempeño, pero sin perder el sentido de humanidad y trascendencia
a que apuntan los Objetivos Fundamentales Transversales (OFT), conocidos también como
objetivos valóricos del currículo escolar.
Las políticas educacionales que están en la base de la reforma que se inició a partir de 1996
han permitido implementar acciones que tienden al logro de un orden social más integrado y
participativo, con una distribución más equitativa del conocimiento y con acciones pedagógicas
que buscan potenciar todas las capacidades del alumno sobre una base valórica que garantice,
en la llamada sociedad del conocimiento, una convivencia más justa y democrática.
Entre los grandes desafíos que ha enfrentado la reforma, se cuenta el cambio en la estructura
curricular, buscando estándares más altos en el saber, en el saber ser y en el saber hacer, es
decir, en desarrollar el pensamiento reflexivo, el espíritu crítico y el aprendizaje autónomo.
Lograr este objetivo, ha significado un gran esfuerzo por dotar a las Unidades Educativas
de la infraestructura y el equipamiento necesario para hacer viable el desarrollo de la infor-
mática en los colegios.
Naturaleza y uso del texto de Ciencias Sociales en la cultura de aula 343
Otras vías por las que el MINEDUC ha reforzado el triunfo de la Reforma Educacional han
sido la capacitación de los profesores y el fortalecimiento de la formación inicial docente,
esto es, el mejoramiento de las carreras pedagógicas mediante la aplicación del programa
llamado MECESUP, destinado a mejorar la calidad y equidad de la educación superior y a
cuyos beneficios postularon las universidades formadoras de profesores.
Según cifras de OCDE (2004): “El gasto público en educación como porcentaje de PGB au-
mentó de 2,4% en 1990 a 4,4% en 2001. El gasto público en educación como porcentaje del
gasto público total aumentó de 11,9% en 1990 a 18,7% en 2001”.
Entre las áreas más beneficiadas figuran los sueldos de los profesores y los programas de
asistencia social a los niños de menos recursos, que se tradujeron en la gratuidad de desa-
yunos y almuerzos.
Pero también existe otro requisito básico para el estudiante como es el uso del Texto.
El Ministerio de Educación, proporciona textos gratis, para el alumnado de las escuelas más
desfavorecidas en las principales asignaturas o subsectores de aprendizaje: Matemáticas,
Lenguaje, Ciencias Naturales, Ciencias Sociales e Inglés: dado que los textos escolares
constituyen, entre otros recursos, un medio de uso didáctico fundamental, particularmente
Tema 9 Modalidades de uso del texto escolar
El texto escolar representa, tanto para el docente como para el alumno, una fuente de in-
formación y de sugerencia de actividades de aprendizaje, destinada a lograr aprendizajes
significativos, en el marco de los Objetivos Fundamentales (OF), propuesto por los programas
oficiales. De aquí que los textos, entre ellos el de Ciencias Sociales, deban cumplir con las
normativas generales impuestas por el MINEDUC.
Este estudio trata de responder algunas cuestiones básicas sobre la naturaleza de los textos
de Ciencias Sociales licitados por el MINEDUC, como sobre el uso que de ellos se hace en el
1 Informe de la OCDE.
344 Adela Fuentes Aravena
aula. Para estos efectos se trabajó con los datos que el propio MINEDUC proporciona, sobre
la base de una investigación realizada, por éste, a nivel nacional, a través de su Unidad de
Currículum y Evaluación.
La funcionalidad y utilidad del texto escolar dependerá - entre otros factores - de la pertinencia
y calidad de sus contenidos y su consistencia metodológica, en la medida en que incentive
en el educando el pensamiento reflexivo, la autonomía de los aprendizajes y la habilidad de
indagación, incentivándolo a buscar respuestas en la vida cotidiana, en las diversas fuentes
impresas, como en los sitios Web que el propio texto le sugiera.
Entre la diversidad de medios de que dispone el docente para su trabajo en aula, destacan,
entre otros, el Programa de Asignatura, verdadero compendio de los aprendizajes más signi-
ficativos a que aspira el sistema en la enseñanza de cada disciplina, y los textos de estudio,
cuyos contenidos y actividades apoyan el aprendizaje, respetando, en lo sustancial, las
indicaciones del programa.
• Pertinencia
• Calidad de la Información
“El texto debe constituirse en una fuente fidedigna y confiable de información, por lo
tanto, debe ser rigurosa y adecuada a la edad de los estudiantes”... y hacer referencia, en
lo posible, a fuentes originales.
2. Consistencia metodológica
Representar consistencia entre los objetivos propuestos, las actividades y el tipo de evalua-
ciones a desarrollar.
• Actividades de aprendizaje
Naturaleza y uso del texto de Ciencias Sociales en la cultura de aula 345
El texto “debe presentar equilibrio y coherencia entre los contenidos disciplinarios que se
entregan y las actividades que se sugieren”.
Deben estar diseñados considerando los procesos de construcción del conocimiento, las
vivencias cotidianas y las diversidades culturales. Deben mantener un equilibrio entre el
trabajo individual y colaborativo y motivar el aprendizaje.
En términos generales, se reconoce el texto escolar como un material de apoyo para el estudio
de los alumnos, tanto en el aula, como fuera de ella, y se espera que contribuya al nuevo
nivel formativo a que se aspira, estimulando el pensamiento creativo y autónomo. El texto
escolar ya no se concibe sólo como una fuente de información, sino como un instrumento
de trabajo que ayuda al alumno en la comprensión de su entorno, en la construcción de su
andamiaje cognitivo y en su formación valórica.
Dada la importancia que reviste el texto escolar como material de apoyo a la docencia, el
equipo de monitoreo y seguimiento curricular de la Unidad Currículum y Evaluación inició,
en el 2002, un estudio sobre uso de textos escolares en el primer y segundo ciclo básico,
cuyos resultados, extraídos del propio Resumen Ejecutivo del equipo investigador, se dan a
conocer en forma sucinta.
• Uso esperado del texto, con indicadores que consideran el texto como orientador
en el desarrollo de la asignatura, en la planificación y preparación de clases, y como
recurso didáctico.
• Uso del texto, referido al tipo de texto utilizado, modalidades de uso y cobertura
de contenidos.
• Niveles de satisfacción, esta variable está referida a la valorización global del texto
hecha por los profesores, considerando contenidos, actividades y aspectos formales.
La muestra quedó constituida por profesores de escuelas básicas subvencionadas del país.
Los informantes son los profesores que hicieron clases en las escuelas de la muestra y que
utilizaron los textos distribuidos por el MINEDUC en los años 2002 y 2003, y los alumnos que
los utilizaron. (Esta síntesis no incluye opiniones de alumnos.)
346 Adela Fuentes Aravena
A continuación, se destacan algunos resultados tanto respecto del uso del texto escolar, en
general, como del texto de Ciencias Sociales, en particular:
90% declara haber cubierto más del 75% de las unidades presentadas en el texto
durante el año escolar.
73% declara un alto uso del texto de Ciencias Sociales en el desarrollo de actividades,
y en proporción un tanto inferior, lo utilizan para el trabajo de conceptos de definiciones
y de los elementos auxiliares.
82% declara haber cubierto más del 75% de las unidades presentadas en el texto,
durante el trabajo del año escolar.
86,9% de los profesores de Lenguaje y Comunicación declara un alto uso del texto
en “lecturas”, seguido del uso de conceptos y definiciones, como de elementos
auxiliares.
59,2% de los profesores de Matemáticas, declara un alto uso, para “ejercios”, “problemas”
y “actividades”, seguido de conceptos y definiciones, como de elementos auxiliares.
76,1% de los profesores de Ciencias Sociales, declara “alto uso” del texto en el trabajo
de conceptos, definiciones y láminas.
62% declara “alto uso” del mismo texto en relación al ejercicio de lecturas y ac-
tividades.
Como se puede observar, la dotación de textos de Ciencias Sociales, en los niveles estudiados,
es muy alta, fluctuando aproximadamente entre el 80% y el 97% de los alumnos matriculados.
En cuanto al tipo de texto utilizado, en el subsector de Ciencias Sociales, la categoría “Otro
texto” (referido a cualquier otro, no entregado por el MINEDUC) no sobrepasa el 2,5%.
3º Básico Comprensión del medio natural, social y cultural 46,8 43,3 9,9
4º Básico Comprensión del medio natural, social y cultural 49,5 44,4 6,1
En ambos ciclos, el nivel de uso de todos los elementos del texto de Ciencias Sociales, es
superior al 50% de los casos, destacándose, para el primer ciclo, el uso del elemento “Acti-
vidades” por una proporción de profesores superior al 70%. En el segundo ciclo, en cambio,
son los conceptos y definiciones, y las láminas, los elementos que aglutinan el mayor uso de
los docentes, con porcentajes que varían entre el 71,4% y el 76,1%.
1er ciclo: Entre el 87,2% y el 95,2% de los profesores consideran el texto adecuado o muy
adecuado en relación a los indicadores de los variados contenidos. Esto es, en
claridad conceptual, nivel de adecuación de los elementos auxiliares y entrega
de técnicas y procedimientos propios del subsector.
2do ciclo: Entre el 68,9% y el 90,3% de los profesores, manifiesta una alta valoración de los
contenidos del texto, conteniéndose la mejor calidad de menciones en la claridad
de las definiciones y conceptos. En segundo lugar de valoración está el nivel de
adecuación de esquemas, gráficos y mapas, y en tercer lugar se valora la entrega
de técnicas y procedimientos propios de la asignatura. El indicador que presenta
una valoración más baja corresponde a la variedad de recursos didácticos para
entregar contenidos, pero aún así el rango fluctúa del 68,9% al 75,4%.
En lo relativo a los aspectos formales, existe una evaluación positiva que supera el 85% de
los profesores, considerando diagramación, tamaño de letra, nitidez de las ilustraciones y
calidad de papel. Una valoración relativamente menor, pero siempre positiva, en un rango
entre el 79,6% y 82,1%, corresponde al ítem “Extensión”.
En síntesis, se puede afirmar que el texto escolar distribuido por el MINEDUC es utilizado
mayoritariamente en primer y segundo ciclo básico de las escuelas subvencionadas estu-
diadas. Que el texto constituye un apoyo efectivo para la enseñanza y para el aprendizaje
de los alumnos durante la clase, fundamentalmente, para el desarrollo de las actividades
proporcionando ejercicios en todos los niveles y subsectores para los cuales se elaboran y
distribuyen los textos.
Otro dato importante derivado de este estudio, es el hecho de que en primer y segundo
ciclo básico, el texto escolar resulta ser el documento más utilizado en la planificación de la
enseñanza de las asignaturas, después del programa oficial.
En el primer ciclo básico, el “Texto para el profesor” o guía didáctica que acompaña al texto
escolar (del alumno), es reconocido como una herramienta “muy útil” o “útil”, por el 90% de
Tema 9 Modalidades de uso del texto escolar
“Los libros de texto se han estudiado durante mucho tiempo como si fueran artefactos inertes.
En consecuencia, se conoce muy poco acerca de las maneras específicas como los docentes
usan los libros de texto”3.
E n esta ponencia quiero plantear una tesis sencilla: la evaluación de libros de texto
escolar, y para que sea integral, requiere ser hecha en tres momentos: antes de
seleccionar el libro que va a usarse, durante su utilización y una vez que ha dejado
de emplearse en el salón de clase.
Cuando se trata la temática de la evaluación de libros de texto escolar, por lo general esta se
refiere a la evaluación que se hace con el propósito de efectuar una escogencia entre varios
ejemplares diferentes, para optar por uno de ellos. Prácticamente no se habla -al menos
en la literatura especializada- de la evaluación durante su uso, especialmente la realizada
por sus usuarios -docentes y estudiantes-, aunque sí se encuentran investigaciones sobre
la utilización de textos escolares, que suelen combinar observaciones de uso en el aula y
entrevistas sobre el uso, en especial a docentes. La evaluación a posteriori también parece
olvidada por los investigadores educativos y por las y los docentes, quienes no acostumbran
hacer un balance acerca de la utilización real del texto escogido o empleado, ni tienen el
hábito de verificar si los criterios que utilizaron al escoger el libro de texto, funcionaron en
la práctica.
1 La locución latina a priori remite a algo independiente o anterior a la experiencia –como en los juicios sintéticos a priori,
de Kant–. Por su parte, a posteriori se refiere a algo ulterior o subsiguiente a esa experiencia. Finalmente, in fíeri (del verbo
facere, hacer) significa “en el hacerse”, o sea, alude a algo que sucede durante un proceso.
2 Prefiero la expresión libro de texto escolar por varias razones: recuerda y precisa que el texto escolar es un libro; sirve
para diferenciarlo de otros libros de texto, como el de preescolar o el universitario, y lo distingue de otros tipos de libros que
también se utilizan en el ámbito escolar, sin haber sido diseñados específicamente para ello.
3 Horsley, Mike (2002), New studies on the classroom use of teaching and learning materials. En: Learning and Educational
Media. The Third IARTEM volume. Tartu University Press, 215.
A priori, in fíeri y a posteriori. Una evaluación integral de los libros de texto escolar 351
No obstante, esta evaluación inicial es también una forma incipiente de uso: en la escogencia
de un libro de texto escolar dentro de una oferta plural ya asoma un grupo de criterios que
pueden haber surgido de la experiencia de utilizar diversos textos en el pasado; o si es la
primera vez que un(a) docente va a utilizar un libro de enseñanza o estudio, hay toda una
historia de contactos previos con libros de diversa índole, que de un modo u otro, incidirá
en su valoración.
Las dimensiones de esta primera evaluación pueden orientarse, por ejemplo: a estimar si un
determinado libro de texto escolar puede facilitar más que otros el aprendizaje de las y los
estudiantes, al igual que la tarea de enseñanza de las y los docentes; si ese libro presenta
una información clara, organizada, legible, suficiente para un determinado grado escolar,
válida y actualizada; si promueve la relación del contenido que ofrece con la realidad y los
intereses de quienes estudian en él; si plasma las políticas educativas y curriculares que
plantea el Ministerio de Educación o la respectiva autoridad educativa; si constituye una
propuesta pedagógica coherente y significativa para sus usuarios; si sus actividades condu-
Tema 9 Modalidades de uso del texto escolar
4 Los criterios mencionados hacen parte de las “Pautas generales para el análisis de libros de texto escolar de grados 1º a
11º de educación básica y media” utilizados en el catálogo de libros de texto escolar que divulga el Ministerio de Educación
Nacional de Colombia en el portal www.colombiaaprende.edu.co.
352 William Mejía Botero
Por otro lado, esta evaluación antes del uso presenta un panorama muy heterogéneo. Hay
evaluaciones de libros de texto escolar bastante exhaustivas, como las que suelen hacerse
en el proceso de algunas licitaciones, en las cuales no solo se lee el libro completo, sino
que hay relecturas enfocadas a distintas dimensiones de esta obra educativa y se emplean
diversos instrumentos y formatos evaluativos. Pero hay también evaluaciones parciales (las
que suele hacer una gran parte de las y los docentes cuando los promotores de las edito-
riales les entregan los textos para su estudio y decisión de adopción), en las cuales solo se
leen partes del libro –las primeras páginas, el capítulo o los elementos más novedosos, la
tabla de contenido, los temas de actualidad o de moda, aquellos contenidos que suelen ser
más difíciles de enseñar, o los temas en los cuales las y los estudiantes suelen encontrar
mayores dificultades– y efectúan extrapolaciones a partir de lo revisado para configurar sus
conclusiones y optar por una obra en particular.
Hay también evaluaciones en las que las o los docentes se concentran en algunos o en todos los
elementos que ofrece un determinado libro de texto (talleres, lecturas, ejercicios, evaluaciones
o coevaluaciones, casos, proyectos, laboratorios, glosarios, juegos) y no pasan de allí, atraídos
por la cantidad de aspectos que contiene el libro; otras, un poco más serias, que establecen
relaciones entre dichos elementos (resultados esperados y contenidos, objetivos y evaluación,
contenidos y actividades, lo ofrecido y lo realizado y otras dimensiones de comparación), y otras
que alcanzan a percibir la estructura del proyecto pedagógico de un texto y las relaciones entre
los elementos que la componen, para establecer su consistencia, validez y usabilidad.
Pero también existen evaluaciones impresionistas, en las cuales más que ojear, los libros se hojean,
para ver qué tantas ilustraciones hay, cuántas fotografías y de qué tamaño, quiénes son los autores,
cómo es el colorido, qué tan abigarradas o aireadas se perciben las páginas, cuánto contenido hay,
cuál es la frecuencia y cantidad de actividades, o si aparece información de unos pocos meses o
semanas atrás, acercando el libro de texto a la información periodística reciente.
La evaluación de los libros de texto escolar que se hace antes de su uso es una apuesta.
Apostamos por su usabilidad, con lo que ello entraña de riesgo, de posibilidad de equivo-
carse, de entrar en un terreno no conocido, de jugar con la probabilidad de acertar. Y como
en toda apuesta, es necesario apoyarse en elementos de juicio lo más objetivos posible, que
fundamenten de algún modo que se va a alcanzar lo esperado.
Por fortuna, no hay que aguardar un largo período para comprobar que la elección fue ade-
cuada, pues el tiempo transcurrido entre la evaluación y la selección de un libro de texto
escolar y su empleo en el aula, suele ser relativamente breve.
Un libro usado, sin embargo, trae consigo una serie de marcas -subrayados, anotaciones,
destacados, signos de diversa índole- que testimonian la historia de contactos con quién lo
leyó o empleó. Esas marcas pueden hacerse de manera consciente o inconsciente, sistemática
o improvisadamente, con un propósito temporal o duradero, pasajeras o para ser revisadas
después, y para diversos propósitos, surgidos durante el estudio del libro o efectuados cuando
aparece una determinada situación en una clase o a partir de la pregunta o intervención de
un(a) estudiante.
Estas tipologías podrían incrementarse en amplitud y profundidad, porque son muchas las
variantes que pueden darse de acuerdo con los años de experiencia de las y los docentes,
con los tipos de libros de texto, con los grados escolares, con las asignaturas, la reutilización
un mismo libro, la combinación de varios libros de texto escolar en un mismo grupo de estu-
Tema 9 Modalidades de uso del texto escolar
diantes, o los objetivos que se persigan con un uso que, además, suele ser enorme y puede
5 Freeman, Donald J. y Porter, Andrew C. (1989), Do textbooks dictate the content of Mathematics instruction in elementary
schools? En: American Educational Research Journal, 26 (3), 403-421.
6 Zahorik, John A., Teaching style and textbooks. En: Teaching & Teacher Education, 7 (21), 185-195.
7 Lambert, David (1999), Exploring the use of textbooks in Key Stage 3 geography classrooms: a small-scale study. En: The
Curriculum Journal, 10 (1), 85-105.
8 Leiva González, David y otros (2000), El texto escolar, una alternativa para aprender en la escuela y en la clase. Santiago:
Ministerio de Educación – Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Educación – Centro de Investigación y Desar-
rollo de la Educación (CIDE), 36-37.
9 Campanario, Juan Miguel (2001), ¿Qué puede hacer un profe como tú o un alumno como el tuyo con un libro de texto como
este? Una relación de actividades poco convencionales. Enseñanza de las Ciencias, 19 (3), 352.
354 William Mejía Botero
llegar, en el siglo XXI, al “75% de las clases, incluso en países que dependen relativamente
menos de ellos”10 como el Reino Unido o Australia.
Esas tipologías se complementan con la frecuencia con que es utilizado el libro de texto
escolar en el aula y que puede ser diaria (en especial en el caso de docentes textocéntricos),
cada 2 a 4 días, semanal, quincenal, mensual, esporádica o irregular; y puede variar con la
preparación que traen los estudiantes, el grado escolar en que se utiliza (el empleo del texto
suele ser mayor en educación primaria que en secundaria) y con las diferentes asignaturas
escolares (puede utilizarse más en Matemáticas –por los ejercicios y problemas que contiene
y a los que recurren muchos maestros y maestras– que en Ciencias Sociales).
La evaluación del libro de texto escolar durante su utilización puede ser vista por el o la
docente como una manera de hacer investigación, como un mecanismo para evitar dejar
las observaciones de uso a la memoria o al después voy a anotarlo, como una manera de ir
afinando los criterios utilizados para evaluar y seleccionar libros de texto o como un recurso
para aprovechar mejor la oferta textual.
• ¿De qué manera mis imaginarios sobre el libro de texto escolar y mis experiencias
previas de uso -como estudiante y como profesor(a)- inciden en la manera como lo
utilizo?
• ¿En qué aspectos soy crítico(a) del texto y en qué aspectos tiendo a seguir lo que
propone, obedeciendo sus indicaciones?
en el texto escolar?
• ¿Soy creativo en el uso del libro de texto y dejo constancia de mis invenciones?
• ¿Registro sólo lo que no funcionó bien, o también anoto lo que produjo los resul-
tados esperados?
10 Horsley, Mike, o. c., 215. Estudios realizados en Estados Unidos en el siglo XX llegan a un 98% de tiempo de utilización de
los textos escolares en el aula. Cfr., Woodward, Arthur and Elliott, David L. (1990),Textbook use and teacher professionalism.
En: Elliott, David L. and Woodward, Arthur (eds.), Textbook and schooling in the United States. Chicago: National Society for
the Study of Education, Part I, 178-193.
A priori, in fíeri y a posteriori. Una evaluación integral de los libros de texto escolar 355
• ¿Consigno las buenas ideas que se me ocurren sobre la marcha, cuando estoy
empleando el libro?
• ¿Dejo constancia de qué para-texto utilizo junto con el libro de texto?
• ¿Apunto las funciones principales para las que utilizo el texto escolar?
• ¿Reviso la consistencia entre mi estilo docente y la manera cómo manejo el libro
de texto escolar?
• ¿Tiendo a mantener el mismo patrón de uso, sin efectuar cambios o innovaciones?
• ¿Llevo un récord de los errores, inconsistencias, contradicciones, ausencias que
encuentro en el texto?
• ¿Preciso los casos en los cuales la redacción del libro de texto se presta a interpre-
taciones distintas por parte de estudiantes y profesor(a)?
• ¿Destaco las partes del libro que no utilizo y las razones de ello?
• ¿Anoto las variaciones que hago del ordenamiento que trae el texto, no apegándome
Además de la realimentación que un(a) docente puede darse a sí mismo sobre el uso del
libro de texto, o que puede brindar a los autores o editores acerca del mismo, surgida de su
empleo frecuente, también vale la pena indagar por la utilización del libro de texto escolar
por parte de los estudiantes, con preguntas como:
• ¿He averiguado qué opinan mis estudiantes con respecto al libro de texto que esta-
mos siguiendo o utilizando como referente para el aprendizaje?
• ¿Anoto las dificultades que se les presentan durante el uso de los libros?
• ¿Utilizo algún formato –impreso o para uso virtual– con el fin de que mis estudiantes
Para registrar la historia de uso del libro de texto escolar, cualquier docente puede utilizar
estrategias como hacer observaciones en las márgenes del libro, anotarlas en una libreta
de bolsillo (las hojas sueltas tienden a extraviarse), o registrarlas en su computador o en su
agenda electrónica (si la tiene). Si prefiere no ser tan riguroso, puede establecer períodos
de revisión de uso y de realimentación sobre el texto escolar (mensuales, bimestrales, tri-
mestrales o semestrales).
En el libro de texto escolar confluyen múltiples factores: información de una asignatura, pe-
dagogía, transposición didáctica, referentes curriculares, elementos ideológicos, lenguaje y
diseño gráfico, que interactúan de distintas maneras y que lo constituyen en un instrumento
de enseñanza y de aprendizaje. Su potencialidad se parece a la de un instrumento musical,
que, interpretado por un virtuoso o por una persona común arroja resultados bastante dife-
A priori, in fíeri y a posteriori. Una evaluación integral de los libros de texto escolar 357
rentes. Por ello, al finalizar su uso, es indispensable hacer un balance tanto del instrumento
-libro de texto escolar-, como de su intérprete -el o la docente .
Esta valoración final debería retomar la evaluación que presidió la decisión de escoger uno
de los libros de texto de la oferta comercial o de una de las opciones de que se dispuso
inicialmente, para comparar las calificaciones otorgadas en un comienzo a los diversos fac-
tores revisados -con o sin los elementos que conforman cada uno de ellos1– (por ejemplo:
enfoque, contenido, ajuste al currículo, lenguaje, diseño gráfico, señalización, metodología,
secuenciación, tipos de actividades, graficidad -ilustraciones, fotografías, gráficas, mapas,
tablas-, tipografía, manejo de la titulación, formato, peso, papel, encuadernación, calidad de
impresión, fungibilidad, cantidad de páginas, secciones iniciales y finales, carátula, precio),
con las calificaciones finales otorgadas a las mismas dimensiones. En términos educativos,
es como comparar una prueba de conducta de entrada con una de conducta de salida.
Pero no basta con hacer esta evaluación final para beneficio del docente como usuario de
textos o como definidor de su adopción. Los resultados deben trascender hacia la institución
educativa, pues ésta es, en último término, la responsable de la calidad educativa y de la
adquisición de los libros de texto escolar, los incluye en las listas de textos y útiles escolares
y respalda su escogencia. Y también debe llegar a las entidades que otorgan licitaciones,
a los autores y a las editoriales que los publican y comercializan, pues generalmente no
cuentan con información de retorno sólida, que les permita hacer modificaciones e introducir
innovaciones en los libros de texto escolar.
Como corolario de esta evaluación, las y los docentes pueden convertirse en mejores usuarios
de los libros de texto, herramienta de trabajo para cuya valoración, selección, uso y crítica
no suelen formar las Facultades de Educación de las universidades, ni suelen haber cursos
formales para docentes en ejercicio.
A manera de conclusión
Evaluar los libros de texto escolar antes, durante y después de emplearlos conduce a una
Tema 9 Modalidades de uso del texto escolar
mejor selección y utilización de este tipo de libro. El uso que contribuye a mejores resultados
educativos muestra que una obra elaborada por grupos de expertos es una mejor alternativa
frente a la costosa opción de que cada docente desarrolle materiales propios, especialmente
cuando no dispone de suficiente tiempo ni de recursos para ello.
11 Cualquiera de estos factores puede desglosarse en un número significativo de aspectos. Por ejemplo, el lenguaje puede
evaluarse desde su adecuación al nivel lector de las y los estudiantes, su vocabulario, su corrección gramatical y sintáctica,
su claridad, su amenidad, su densidad conceptual, su ausencia de sexismo, y otras variables más.
358 William Mejía Botero
compartan sus experiencias de uso vía chats, foros, correos electrónicos y otros mecanismos,
como recurso complementario al empleo convencional de los libros de texto1.
La importancia y el sentido de la evaluación y uso de los libros de texto escolar tienen mucho
que ver con los resultados que produce su utilización en el aula y fuera de ella en términos de
los aprendizajes que contribuye a lograr o a consolidar. Varios análisis recientes lo confirman,
sumándose a estudios ya clásicos, como el de Heyneman1 sobre la correlación entre uso de
textos y rendimiento académico.
Los resultados de la prueba TIMSS, realizada en 49 países, en 2003, presentan datos muy
significativos en lo referente al uso de textos escolares. En Matemáticas, en promedio, un
65% de los docentes informó que usaba libros de texto como la base para enseñar y un 32%
adicional expresó que empleaba textos escolares como recurso complementario en sus cla-
ses. En los cinco países que obtuvieron los primeros puestos (Singapur, Corea, Hong Kong,
Taiwan y Japón), el promedio de uso del libro de texto escolar como principal recurso de
enseñanza y aprendizaje fue de 80%1. En Ciencias, en los países que ocuparon las primeras
cinco posiciones (Singapur, Taiwan, Corea, Hong Kong y Estonia), el uso de libros de texto
como principal recurso educativo fue de 81% 1.
Por otro lado, en el caso del aprendizaje y uso de la lectura, el estudio internacional de
resultados lectores -PIRLS1, efectuado en 35 países, en 20011- mostró que el promedio de
los estudiantes que asistía a planteles educativos utilizaba textos escolares como elemento
principal del programa instruccional de lectura, y que el 68% de los docentes usaba a diario
libros de texto o series de lectura en sus clases1.
12 Ver Campanario, Juan Miguel (2003), Metalibros: La construcción colectiva de un recurso complementario y alternativo a
los libros de texto tradicionales basado en el uso de Internet. Revista Electrónica de Enseñanza de las Ciencias, 2 (2).
13 Heyneman, Stephen P., Farrell, Joseph P. y Sepúlveda-Stuardo, Manuel A. (1978), Los textos escolares y el rendimiento
académico. Lo que sabemos. Washington: Banco Mundial.
14 International association for the evaluation of educational achievement (2004), TIMSS 2003 International Mathematics
Report. Findings from IEA´s trends in International Mathematics and Science Study at the fourth and eighth grades. Chestnut
Hill (MA): Boston College, 34 y 284.
15 International association for the evaluation of educational achievement (2004), TIMSS 2003 International Science Report.
Findings from IEA´s trends in International Mathematics and Science Study at the fourth and eighth grades. Chestnut Hill
(MA): Boston College, 36 y 308. Chile, único país latinoamericano que participó en esta evaluación internacional, con un uso
de textos como recurso principal del 4% en Matemáticas y 21% en Ciencias, ocupó los puestos 39 y 37, respectivamente,
entre 45 países.
16 Progress in International Reading Literacy Study.
18 International association for the evaluation of educational achievement (2003), PIRLS 2001 International Report. IEA´s
Study of Reading Literacy Achievement in Primary School in 35 Countries. Chestnut Hill (MA): Boston College, 177.
A priori, in fíeri y a posteriori. Una evaluación integral de los libros de texto escolar 359
libros, les abre la posibilidad de tener un mayor aprendizaje. También el estudio sugiere que
el trabajo profesional de los docentes es más eficaz en un aula bien equipada de materiales
instruccionales”1. Posteriormente, un estudio cualitativo de las escuelas con resultados
sobresalientes en siete de los países evaluados, mostró que en Cuba –país que obtuvo
puntajes netamente superiores al resto de naciones– cada estudiante contaba con libros de
texto y libros de actividades en todas las asignaturas20.
Dada la trascendencia del libro de texto escolar en términos de aprendizaje, se vuelve imperioso
que las instituciones que preparan estudiantes universitarios para convertirse en docentes
y las que atienden las necesidades de los docentes en servicio, desarrollen mecanismos
para hacer de ellos buenos evaluadores y usuarios de los textos escolares. Esta tarea puede
complementarse con el aporte que hagan las editoriales al manejo de sus series de textos
por parte de las y los docentes.
Quiero concluir con una aseveración de Jeanne Moulton: “el uso de los libros de texto por
los docentes está más influenciado por su propia experiencia, entrenamiento y apoyo que
por los mismos textos escolares, y mejorar el uso de los libros de texto implica mejorar a los
docentes”21.
19 Casassus, Juan (coord.) (2001), Primer estudio internacional comparativo sobre Lenguaje, Matemáticas y Factores asociados,
para alumnos de tercer y cuarto grado de la educación básica. Informe Técnico. Santiago de Chile: UNESCO, 87.
20 Mella, Orlando (coord.) (2002), Qualitative Study of Schools with Outstanding Results in Seven Latin American Countries.
Santiago de Chile: UNESCO, 87. Los siete países fueron Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba y Venezuela.
21 Moulton, Jeanne (1997), How do Teachers use Textbooks? A review of literature. Washington: U. S. Agency for International
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Report No. 74, 17.
360 William Mejía Botero
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CONFERENCIAS PLENARIAS
362
Colaboradores
Bente Aamotsbakken, Profesora, Dr. Philos. Profesora de Ciencias en el Vestfold University College,
Noruega. Actualmente líder de dos proyectos financiados por el Norwegian Research Council por el
periodo 2006 - 2009. Intereses de Investigación: textos pedagógicos et nuevos medias. También ha
hecho investigación en Ciencia literaria durante los últimos años.
Jaume Martínez Bonafé es profesor titular de Innovación del Currículum y Formación del Profesorado
en el Departamento de Didáctica y Organziación Escolar de la Universidad de Valencia. Dirige investi-
gaciones sobre las políticas de control y regulación curricular a través del libro de texto. Fundador de
los Movimientos de Renovación Pedagógica y miembro del Instituto Paulo Freire, de España.
Conferencias Plenarias
Textos pedagógicos y portafolios digitales
Bente Aamotsbakken
Susanne V. Knudsen
tanto expresiones verbales, como no verbales. Selander desarrolló, además, más tarde, el
concepto de texto pedagógico, con el objetivo de incrementar la mediación en diferentes
contextos profesionales en los que se necesitaba material didáctico, exposiciones, manuales
e instrucciones y láminas (Selander y Skjelbred 2004). Otros investigadores han señalado
que horarios de recorrido de buses, instrucciones para comunidades que habitan el mismo
edificio y centros culturales para la juventud, deberían ser considerados textos pedagógicos
(Tønnesson 2002, Berge 2003, Knudsen y Tufte 1995).
1 Parte de la siguiente sección proviene del artículo “Abriendo las fronteras a las clases y géneros, nuevas tecnologías y
nuevos conocimientos básicos” escrito por Susanne V. Knudsen (Knudsen 2005).
Textos pedagógicos y portafolios digitales 365
borradores. Los borradores son parte de los procesos que derivan en textos de un nivel que se va
superando continuamente, lo que implica un desarrollo de contenidos y formas, y la concordancia
entre los aspectos formales y el contenido. El enfoque se centra en la escritura como parte de
procesos: escritura diaria, escritura como un intercambio de experiencia y conocimiento. Esto
implica un cambio en relación con aquel aprendizaje que se realizaba preferentemente a través
Conferencias Plenarias
del intercambio oral de experiencias y conocimientos, que, como sabemos, predominaba en
las salas de clase de la posguerra en el hemisferio occidental; por supuesto que la escritura
también era una actividad en estas salas de clases, pero ocupaba un tiempo comparativamente
menor y, además, fue siempre una actividad de carácter individual.
En una sala de clases cualquiera, hoy en día, en Noruega o Dinamarca, los estudiantes pueden
utilizar portafolios de papel. En una sala de clases de Noruega en un colegio de educación
media, en marzo de 2005, observamos, por ejemplo, a estudiantes trabajando con portafolios
de papel. Los alumnos tenían dos portafolios, uno para el material de trabajo corriente y otro
para una presentación seleccionada, que constituye el objeto de la evaluación final de los
estudiantes. En el índice del portafolio de trabajo había muchas fotocopias tomadas de libros
de textos, notas escritas a mano en las clases, tareas escritas con el computador e impresio-
nes de textos bajados de la Internet. En uno de los días que observamos a los estudiantes,
se les pidió que hicieran un índice de los materiales de aprendizaje y lo mas excitante para
nosotros como investigadores fue verificar que los estudiantes tenían un índice mucho más
amplio que el de los profesores. Los alumnos querían materiales de aprendizaje y recursos
como: datos, libros, biblioteca, Internet, películas, libros de texto, presentaciones impresas,
museos, tareas escolares de los profesores, visitas de expertos profesionales competentes,
entrevistas con adultos y programas de televisión. Con toda seguridad, lo que los estudiantes
desearían incluir en los portafolios rompería los marcos de estos medios en su formato de
papel. Los portafolios actuales contienen productos que dicen relación con muchos otros
medios además de los textos verbales convencionales, películas, Internet, etc. Los distintos
deseos de los estudiantes implican que los portafolios se tornan cada día más complejos.
Por así decirlo, los deseos de los estudiantes siguen el concepto amplio de texto y de texto
educativo que mencionamos arriba, incluyendo, por supuesto, el texto escrito, pero también
palabras, fotos, ilustraciones como texto, películas, video, CD, CD-ROM. Este desarrollo se
puede observar también en los textos. En la década de los 80, el número de ilustraciones
incluidas en los libros de texto aumentó enormemente. Los estudiantes tenían que trabajar
no solamente con la parte escrita /cuerpo del texto, también debían leer las imágenes, fotos,
ilustraciones como elementos coadyuvantes a la formación de sus opiniones. El concepto de
análisis pictórico fue implementado como un estudio aparte en muchos ámbitos curriculares:
inglés, lengua materna, historia, ciencia social. El desarrollo de los textos pedagógicos y
portafolios digitales se puede observar con referencia a la definición original de portafolio.
• En primer lugar, Hunter ha desarrollado lo que ella llama “el texto de hipermedios
impulsado por el tópico” es decir, un hipertexto en el cual los usuarios establecen
vínculos entre elementos de información referentes a un tema específico. Por ejemplo,
los médicos pueden diagramar el curso de una enfermedad vinculando varios síntomas,
elementos de información aportados por el paciente y la gráfica de riesgo.
Conferencias Plenarias
• En segundo lugar, la autora propone un "hipermedio textual centralizado" para re-
colectar información desde enciclopedias alrededor de un texto central. Por ejemplo,
recopilar información acerca de un autor, el contexto histórico del autor, los textos
escritos por éste y presentaciones de la autoría en libros de texto.
las estructuras de publicaciones y revistas, vincula varios temas; puede operar, por
ejemplo, vinculando información acerca de astrología y ecología, o recopilando los
múltiples documentos de la historia de Chile en libros de texto.
• En cuarto lugar, presta atención a lo que ella llama “nidos de hipermedios”, esto es,
Asumimos el concepto interactividad con especial referencia al prefijo inter, que implica la exis-
tencia de un cierto grado de comunicación entre personas o entre personas y artefactos. Varios
modelos de comunicaciones han sido desarrollados para describir esta actividad (el modelo de
conducto, el modelo de circuito, el modelo de retroalimentación y el modelo de autopoiesis).
El enfoque centrado en los medios digitales abre la posibilidad de una cooperación entre las
personas independiente de su presencia física. En la investigación de los medios digitales
se utilizan dos definiciones principales de interactividad (Otnes & Schwebs op.cit., Knudsen
2006): la interactividad se define como una comunicación persona-a-persona según se la
practica en el chatting de la Internet; y también como la comunicación entre una persona y
una máquina tal como se efectúa en los juegos computacionales en línea. Mediante la inte-
ractividad puede darse una cooperación simultánea entre los usuarios. Y puede, también,
desarrollarse de acuerdo a una elección personal en la cual quienes interactúan usan el
espacio del chat para obtener respuesta acerca de los textos y dibujos utilizados por cada
una, o pueden discutir simultáneamente un tópico. Si los usuarios no tienen tiempo para
responderse mutuamente en tiempo real, pueden esperar hasta un momento apropiado y
posponer la contestación hasta que estén listos para ella.
Los portafolios pueden ser abiertos o cerrados. Que un portafolio sea cerrado significa que
está restringido a una persona o a un grupo de estudiantes. Los portafolios abiertos suponen
368 Bente Aamotsbakken y Susanne V. Knudsen
que todos lo que usen la Internet pueden leer los textos y ver los dibujos, escuchar la música
e incluso crear interacciones entre textos, música y dibujos.
Tradicionalmente, el foco ha sido dirigido al texto escrito. Es el texto, por así decirlo, el que
determina el género en las investigaciones relevantes, operando con entendimiento tradicional
de aprendizaje a través de libros. En gran medida, Palmer hace también esto en su artículo,
argumentando que el concepto de género es necesario para permitir la generalización y de-
limitación de un grupo de textos. En el estudio sobre el uso de los medios y la actividad de
los niños daneses entre los 6 y 16 años de edad realizado por la investigadora danesa de los
medios Kirsten Drotner, en 1998, el enfoque va dirigido al lector. Ella presenta los resultados
de esta investigación en su libro Medier for fremtiden: Børn, unge og det nye medielandskab
Textos pedagógicos y portafolios digitales 369
(Drotner 2001). Su estudio se refiere a ”los medios desde el punto de vista de los niños”
(Drotner 2001: 15, traducción del autor). En oposición a este enfoque, explica ella lo que
sucede cuando los medios son examinados desde el punto de vista adulto:
Conferencias Plenarias
formas específicas de tecnología – TV, computadores, teléfonos. Asimismo,
muchas veces hablamos de los medios de una cronología particular –los libros
existieron antes que las películas, las cuales aparecieron antes que la radio
y la TV, los videos y el computador. [...] Cuando los cambios se explican en el
debate público, muchas veces es en relación con una jerarquía cultural parti-
cular en la que el arte y la cultura popular son frecuentemente contrastados
entre sí [...]” (2001: 47, traducción del autor).
Drotner considera que la mayoría de los niños y jóvenes posee un “entendimiento contex-
tual y funcional de los medios” (2001:48, nuestra traducción), que está organizado en dos
grupos principales: entretenimiento e información. Su estudio demuestra que los medios
pueden ser utilizados de nuevas maneras y servir a distintas funciones; que varios medios
pueden usarse en distintas combinaciones, y que el computador constituye varios medios.
Ella considera a los juegos computacionales como una actividad medial; los divide en juegos
de moda/diseño, juegos de dibujo/pintura, juegos de cartas/tablero, juegos que involucran
planificación, juegos de combate, juegos de deportes, juegos de aviones/automóviles y
juegos considerados educativos. En esta lista: ¿cuáles son medios y cuáles son géneros? La
investigadora de medios Birgitte Holm Sørensen llama a los juegos computacionales el género
juega y aprende (Holm Sørensen 2000: 8). Por su parte, Anne Scott Sørensen se refiere a
varios tipos de juegos, tales como juegos de consola, juegos CD-ROM y juegos para múltiples
jugadores basados en la Internet, y opera con el concepto de género en ejemplos tales como
acción, aventura, estrategia y simulación (Scott Sørensen 2002: 38).
Estas tres investigadoras de los medios se distancian claramente de las definiciones y con-
ceptos de fronteras de género. Esto deriva del hecho de que metodológicamente separan
al lector/receptor como usuario, del medio. Al enfocarse en el receptor, demuestran que un
género cambia e ingresa en distintas combinaciones con los medios de acuerdo con la manera
en que se lo lee/usa.
Cuando se enfoca el medio a través del cual el texto/mensaje es comunicado, se hace tam-
bién una distinción significativa entre los géneros. Esto hace que las fronteras entre géneros
y medios sean cada vez más fluctuantes. Géneros y medios se construyen unos a otros y se
fusionan, por ejemplo cuando utilizamos juegos computacionales, la Internet y las e-zine
(revistas electrónicas y publicaciones en la red).
370 Bente Aamotsbakken y Susanne V. Knudsen
Evaluación
Los portafolios digitales tienen por objeto la evaluación, y han aportado a crear nuevas for-
mas de ésta enfocándose en el proceso antes que en el resultado. La evaluación orientada
al proceso es asociada con la auto-evaluación y las respuestas entre individuos y grupos.
Esta función se caracteriza por ser democrática y abierta. Existen dos tipos de portafolio: el
portafolio de trabajo y el portafolio de presentación.
La relación entre los dos tipos de portafolio puede dividirse en tres distintas fases de apren-
dizaje (Dysthe y Engelsen, eds. 2004). La primera fase se caracteriza por el diseño y organi-
zación de diferentes actividades, las que pueden ser individuales o colectivas o expresar una
combinación de estas. Se basa en las TIC, lo que significa que todas las actividades tienen la
forma de comunicaciones en el computador usando programas de chat, Internet o Classfronter
(plataforma de aprendizaje). En esta fase, los estudiantes desarrollan estrategias para escribir,
así como estrategias visuales y auditivas. Para estos procesos de aprendizaje, los alumnos
deben obtener retroalimentación de parte de sus profesores y de los demás estudiantes. La
fase de aprendizaje 1 también involucra procesos de importancia con reflexiones acerca del
tema así como las expresiones personales. En esta fase, los estudiantes recopilan su material
de trabajo en un portafolio de trabajo
Conferencias Plenarias
se ha desarrollado profesionalmente, y al hacerlo apunta al futuro de las próximas metas
de aprendizaje
Otro problema dice relación con la cantidad de tareas para estudiantes y profesores (Allern
2005). Los estudiantes deben escribir a diario y deben trabajar con diferentes géneros si-
multáneamente. Por lo tanto, la cantidad de tareas a realizar puede ser más de lo que ellos
pueden examinar, y, por ello, algunas de las tareas son almacenadas, pasan a ser borradores
y se convierten en textos muertos. El tiempo que los profesores dediquen a las respuestas
puede además aumentar enormemente.
Sin embargo, el uso de portafolios digitales no tiene por objeto aumentar la carga de trabajo
de los profesores. Por el contrario, la mayoría de las respuestas deberían intercambiarse
entre los estudiantes.
Perspectivas de aprendizaje
Tres puntos de vista principales se mencionan como perspectivas de aprendizaje utilizando
el portafolio como elemento de evaluación: el punto de vista basado en el comportamiento,
el punto de vista cognitivo y el punto de vista sociocultural (Øhra 2004a y 2004b). Todas
las perspectivas son relevantes para el uso de portafolios digitales. Sin embargo, también
podríamos hablar de confrontar el punto de vista basado en el comportamiento con PISA y
TIMMS, tal y como los conocemos.
También se utiliza en relación con los portafolios digitales el aprendizaje cognitivo inspirado
en Piaget. El aprendizaje como un proceso de construcción en el que los estudiantes poco a
poco mejoran su conocimiento está enfocado al aprendizaje cognitivo. El aprendizaje cogni-
372 Bente Aamotsbakken y Susanne V. Knudsen
Quisiéramos destacar que son las perspectivas socio-culturales las que consideramos más
útiles en el trabajo con portafolios digitales. Inspirado especialmente por Jean Lave y Etienne
Wenger, el portafolio digital abre la puerta al aprendizaje situado, es decir, a un aprendizaje
visualizado en distintos contextos: el contexto del aquí y ahora, la cultura en torno al colegio, la
sala de clases, el patio de la escuela y los ambientes de aprendizaje paralelo en los chats de la
Internet, el juego de fútbol, las culturas juveniles, etc. (Lave y Wenger 2003). Debe enfatizarse,
también, la idea de aprendizaje como práctica comunicativa, lo que significa que debe tener
lugar en un contexto de comunicación en que se comparte el conocimiento. El aprendizaje
es visto igualmente como una práctica social en las comunidades, en este sentido, no es
solamente un suceso intelectual o cognitivo que ocurre en salas de clases, sino que supone
que los estudiantes también aprenden haciendo, caminando en la naturaleza, comprando,
jugando en la sala de clases, utilizando juegos computacionales; en suma: entendiendo la
vida diaria como un proceso de aprendizaje. Finalmente, la participación periférica legítima
es importante para el enfoque de procesos en el trabajo con medios digitales y portafolios
digitales (Lave y Wegner, op.cit.). Desde el primer día que los estudiantes ingresan a la escuela
o colegio universitario, forman parte de la comunidad de enseñanza, es decir, se legitima su
participación. Pero en el primer día el concepto que los alumnos son participantes es periférica
—está en proceso— y gradualmente pasan a ocupar una posición de expertos.
tales como manuales para el profesor, panfletos, archivos, CD-ROM, casetes, videos. En la
actualidad, agregaríamos a todos ellos, medios digitales tales como sitios y páginas web; y
todas las editoriales, en sus conceptos de libros de texto desarrollan herramientas especiales
para la red que acompañan al concepto como tal.
Conferencias Plenarias
El libro de texto como recurso de aprendizaje aún predomina en las salas de clase nórdicas y
la llamada revolución digital aún no se ha producido. Sin embargo, la reforma de los planes
de estudio en 2006, en Noruega, que abarcó todos los niveles del sistema educacional,
desde el kindergarten hasta los niveles finales de educación secundaria, ha destacado cinco
habilidades básicas: lectura, escritura, cálculo, competencia verbal y conocimientos digitales.
La habilidad para usar y sacar partido a los medios digitales en el contexto escolar se ve así
integrada a todos los ramos, en todas las disciplinas y se implementará en todas las salas de
clases de Noruega. La educación de los profesores, tanto técnica como didáctica, así como
la provisión del equipamiento necesario, seguirá rápidamente a la aplicación de normativas
gubernamentales como ésta.
Los libros de texto continuarán siendo muy importantes y de uso frecuente en las salas de
clase, pero se espera que los textos interactúen con los medios digitales más que nunca
antes. Una breve mirada a los nuevos productos de las editoriales en relación con la nueva
reforma de los planes de estudio muestra una disminución de los volúmenes de libros de
texto, los que han sido parcialmente reemplazados por componentes que se supone deben
ser utilizados simultáneamente como material de apoyo. Los componentes digitales también
parecen cumplir un papel más independiente del que tenían anteriormente. Algunas asigna-
turas están orientadas hacia el recurso de aprendizaje digital como tal, en tanto que otras
están más vinculadas a los libros de texto tradicionales.
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376
C uando pensamos en libros de texto, nos inclinamos a referirnos a los libros que los
alumnos utilizan en el colegio. Para la mayoría de las personas, esos libros evocan
imágenes de aburrimiento y tareas de aprendizaje de memoria; estudio con libros
de texto resulta así, lo contrario de aprender a través de experiencias reales (Isssit, 2004).
La indicación de que un libro de texto es bueno es normalmente una afirmación relativa. Aún
cuando puede ser bueno en comparación con otros libros de texto, raramente significa que
nos encantaría ponernos cómodos en el sofá para leerlo por las tardes.
Gran parte del esfuerzo realizado para mejorar los libros de texto ha sido focalizado en mo-
dificaciones marginales. Se agregan ejemplos concretos y gráficos, se clarifica el lenguaje,
se agregan preguntas y problemas y se modifican y enriquecen las orientaciones para los
profesores, pero el concepto básico de libro de texto permanece igual. Sigue considerándose
un texto que se debe aprender de memoria y en que la estrategia del diseño y el ambiente
de enseñanza deben contribuir a dicho proceso de dominio del conocimiento. En esencia,
el dominio del libro de texto es una finalidad en sí misma.
Nuestro objetivo en este capítulo es analizar el rediseño del libro de texto en base a una
nueva conceptualización de la función del libro de texto a partir de lo que sabemos acerca
de cómo estudian las personas. A pesar que en esta discusión hay mucha teoría, hacemos
un esfuerzo para unir la teoría con la práctica actual. Es decir, deseamos entregar una serie
de ejemplos reales, a nivel mundial, de esta nueva forma de conceptuar el libro de texto.
La definición tradicional del libro de texto, la que evoca el libro escolar tradicional, se refleja
en el significado que entrega el Free Dictionary (http://www.thefreedictionary.com):
Sin embargo, ¿qué entendemos por estudio formal de una materia? ¿Y por qué hacemos una
diferencia entre aprender en los colegios y aprender fuera de los colegios? (Resnik, 1987).
Podemos ampliar un poco nuestro pensamiento acerca de los libros de texto si extendemos
el concepto con la definición ofrecida por Merriam Webster Online (http://www.m-w.com):
Conferencias Plenarias
“Un libro utilizado en el estudio de una materia es a) un libro que contiene una
presentación de los principios de una materia; b) una obra literaria relacionada
con el estudio de una materia”.
Merriam Webster ya no limita los libros de texto al estudio formal de una materia o a su uso
en el colegio. En realidad, cualquier libro que se utiliza para el estudio de una materia puede
ser considerado un libro de texto. La definición de Wikipedia (http://www.wikipedia.org)
amplía aún más el concepto de libro de texto:
Issitt (2004) entrega una definición que trata de tender un puente sobre las nociones típicas
del libro de texto y estos significados más amplios:
Aquí tenemos una función del diseño –el libro tiene el propósito de apoyar el aprendizaje. No
es necesariamente un tomo sobre una materia, sino más bien apoya un esquema de trabajo.
Es decir, no es un libro que se deba dominar, sino que se debe utilizar para apoyar el trabajo;
para apoyar algún objetivo externo.
Creemos que estas definiciones más amplias tienen más sentido por tres razones. La primera
es que no hacen diferenciación entre el aprendizaje en el colegio y fuera del colegio. Pensamos
que es importante cruzar esta frontera, porque no vemos razón para hacer esta diferenciación
en términos del proceso de aprendizaje. Efectivamente, creemos que es necesario aprender
mucho sobre el aprendizaje fuera del colegio para asegurar que el aprendizaje en el colegio
es útil (Cunningham, Duffy & Knuth, 1993; Resnik, 1987; Savery & Duffy, 1996; Wenger, 1999;
Whitehead, 1929). Más adelante en este capítulo, nos explayaremos sobre este tema. Fuera
de los conceptos de la forma en que estudian las personas, existen razones prácticas para
analizar esta diferenciación. Con una mayor focalización en el aprendizaje durante toda la
vida y la creciente distribución del aprendizaje (tanto en tiempo como en lugar; sin considerar
que esté o no basada en recursos técnicos), dentro del colegio y fuera del colegio parece ser
una diferenciación muy artificial.
La segunda razón para preferir las definiciones más amplias es que dichas definiciones convierten
al libro de texto en un instrumento en lugar de un objeto para aprender. O sea, el libro de texto
378 Thomas M. Duffy y Rodrigo del Valle
es una herramienta cuyo contenido es utilizado para lograr algún objetivo. No es un libro que
se deba conocer a fondo en beneficio de sí mismo. En esencia, el foco son los usuarios y sus
tareas, no la recopilación de información, típicamente denominada conocimiento.
Finalmente, preferimos la definición más amplia debido a que los libros de texto no tienen una
forma particular determinada. Básicamente cualquier libro que se utiliza en el estudio de una
materia es un libro de texto. Nos sentimos cómodos con la descripción de Issitt (2004), en el
sentido de que es un “programa diseñado para la educación”, puesto que se necesita cierto
apoyo para aprender. Sin embargo, debería quedar claro que esta definición incluiría entre los
libros de texto a los manuales de instrucciones, así como a fuentes primarias acompañadas
de directrices o un propósito declarado para su uso. Por cierto, esta definición nos lleva a
considerar el diseño de los libros de texto desde la perspectiva de lo que consideramos un
programa educacional. Dicho en forma más específica, se debe considerar cómo aprenden
las personas y cómo apoyamos dicho aprendizaje.
En la primera mitad del siglo XX se sostuvo una visión conductista del aprendizaje. El argu-
mento conductista sostenía básicamente que el aprendizaje ocurre a través del cuidadoso
control del estímulo (texto), la respuesta, y el refuerzo, en que el refuerzo inmediato era
muy importante. Los textos programados se transformaron en métodos populares para el
diseño de textos (Skinner, 1958). Básicamente, se insertaban preguntas después de cada
párrafo, de modo que el alumno era examinado y recompensado por su conocimiento en
estrecha proximidad con el desempeño real relativo a dicho conocimiento. Estos eran textos
de autoinstrucción. Debido a la debilidad de la instrucción programada, posteriormente se
introdujeron mediadores humanos (profesores) para que estuvieran presentes junto con el
El libro de texto del futuro: una construcción del profesor y el alumno 379
Conferencias Plenarias
del aprendizaje se situó básicamente en el cerebro, y la capacidad de asimilar información
(aprender) fue vista como una función de procesos cognitivos: capacidad de memorizar a
corto y largo plazo, atención y percepción. Por consiguiente, los libros de texto fueron dise-
ñados para contribuir a focalizar la atención de los alumnos; investigaciones o estudios en
el uso de títulos, organizadores de avanzada, destacadores y otras estrategias de atención
focalizada aportaron al diseño de textos, y continúan haciéndolo hoy en día (Duffy y Waller,
1985; Hartley, 1996). Se controló la atención presentando metas y aprendiendo objetivos al
comienzo de un capítulo. De acuerdo a la teoría, si los alumnos sabían lo que debían aprender,
se podía dirigir su atención a ello mientras estudiaban el texto. Las investigaciones relativas
a la percepción indicaban la disposición del texto, el tipo de impresión que se debía utilizar,
y el uso de ilustraciones y su relación con el texto. Las investigaciones relacionadas con la
memoria indicaban cómo se debía separar el texto y en qué forma el uso de organizadores
avanzados y la inserción de preguntas podían ayudar a manejar la memoria de corto plazo y
la transferencia a la memoria de largo plazo. Y por supuesto, la práctica era esencial. Pruebas
de práctica, investigación al final de un capítulo y preguntas insertadas dentro del texto se
consideraban una forma de auto-evaluación que permitía identificar lo que aún se necesi-
taba aprender (procesar). La práctica espaciada también ayudaba a transferir a la memoria
de largo plazo. Los editores de libros de texto fueron diligentes en la incorporación de los
resultados de las investigaciones, gracias a lo cual tenemos la posibilidad de contar hoy con
un rico conjunto de técnicas de diseño de los libros de texto.
Junto con este nuevo incremento en las investigaciones hubo una preocupación más genera-
lizada sobre la transferencia del aprendizaje, es decir, en qué forma puede utilizar el alumno
lo que está aprendiendo en un contexto diferente a aquel en que tuvo lugar el proceso de
aprendizaje. Whitehead (Whitehead, 1929) se refirió, mucho tiempo atrás, al conocimiento
inerte, es decir, a ese conocimiento que poseemos pero que jamás usamos. Él explicaba que
los resultados de la enseñanza eran en gran medida conocimientos inertes, porque pocas
veces se producía el contexto para su utilización. En aquella época, los empleadores se que-
jaban de que los estudiantes llegaban al lugar de trabajo sin saber nada –incluso después
de 12 años de colegio– y continúa sucediendo lo mismo. De esta forma, el énfasis se puso
en la transferencia del aprendizaje.
Los editores de libros de texto pusieron atención a todas estas nuevas inquietudes cognitivas.
Los libros de texto se diseñan de modo que al principio del capítulo se presenta una visión
general; a lo largo de todo el capítulo se presentan cuadros sombreados con proyectos que
se deben realizar y relatos sobre la aplicación de los conocimientos del texto -como meca-
nismos para ayudar a los alumnos a desarrollar un modelo de situación y transferirlo fuera
de la clase.
Primero, el modelo ignora los objetivos del alumno. Los alumnos se fijan distintos objetivos
en su estudio y dichos objetivos moldean su estrategia para la utilización del texto y deter-
minan lo que estudian. Bransford y Franks (1971) lo demostraron a un nivel básico pidiendo
a los alumnos que leyeran el siguiente párrafo:
A la mitad de los alumnos se les dijo que era un trozo de “El prisionero”, en tanto que la otra
mitad creyó que era de “El luchador”. Lo que los alumnos recordaban del texto dependió del
modo en que se les formuló el tema de éste.
Conferencias Plenarias
la labor experimental, en lugar de cumplir otros objetivos personales. De esta forma, sus
objetivos son más fácilmente influenciados por la forma en que se formula el tema. Sin
embargo, en ambientes reales de aprendizaje los alumnos se aproximan a un libro de texto
con sus propios objetivos y las indicaciones del texto no los desvían fácilmente de aquéllos.
Si un alumno estudia para pasar una prueba, aprenderá algo totalmente diferente que si
estudia para aplicar la información a un debate o en su hogar. Cada uno de estos últimos
objetivos conducirá obviamente a diferentes interpretaciones. Esto lo estamos observando
continuamente. Las enfermeras y los médicos leen los mismos libros o manuales, pero apren-
den diferentes cosas de ellos. No es porque uno sea más inteligente que el otro y tampoco
porque uno estudie más o menos que el otro. Sus objetivos son diferentes, buscan distintas
interpretaciones y, por lo tanto, prestan atención a diferentes cosas y también piensan de
manera distinta sobre la información en relación con su mundo –no solo prestan atención a
una información diferente, sino que también entienden de otra forma la información.
En clases, los alumnos se focalizan normalmente en pasar la prueba y, por lo tanto, es-
tudian el capítulo con el foco puesto en la materia que entrará en la prueba (Entwistle y
Smith, 2002; Entwistle, McCune y Hounsell, 2002; Entwistle y Ramsden, 1983). Ellos ven
las preguntas al final del capítulo, ponen atención a lo que destaca el texto y el profesor, y
preguntan al profesor qué es lo más importante para la prueba. De hecho, desde el punto
de vista de la información, gran parte del diseño de los libros de texto podría considerarse
como un respaldo de la definición de lo que es importante para la prueba. Sin embargo, en
realidad esta focalización en la prueba está en conflicto con el entendimiento de la materia.
En lugar de concentrarse en los puntos claves de la temática, y tratar de integrar información
alrededor de estos tópicos, es decir, construir un esquema sobre la materia, el aprendizaje
es sometido a la decisión frente a las preguntas de la prueba y, por lo tanto, los contenidos
son abordados como trozos aislados de información. En efecto, Scouller (1998) constató
que los alumnos estudian para una prueba de múltiples opciones de manera diferente que
cuando estudian para una prueba de redacción, es decir, en la primera situación se focalizan
más en comprender el nivel superficial. Uno se puede imaginar la diferencia en la estrategia
de estudio si el objetivo del alumno fuese aplicar la información de la prueba a un contexto
del mundo real, en lugar de aprender de memoria el texto para una prueba o simplemente
para ser un buen alumno. El contraste es aquí entre el conocimiento inerte del que habla
Whitehead (Whitehead, 1929) y el conocimiento útil.
Este contexto de proyecto puede compararse con el contexto de la tarea de leer el libro de
texto. En este caso, el contexto es una estructura lógica, académica del material. El propósito
de leer es aprender acerca de la materia (en lugar de hacer, a objeto de comprender el mundo)
y el ambiente es una estructura académica que le da poco sentido al uso de la información. Por
esta razón, no vemos que las simples descripciones de aplicaciones de conceptos, como hacen
los libros de texto, proporcionen el contexto aprender-haciendo necesario para transformar
la experiencia del aprendizaje desde el conocimiento inerte al conocimiento útil.
Este punto ha sido explicado por Palmier, Elkerton y Baggett (1991), en un estudio experi-
mental. Ellos dieron a alumnos de colegios universitarios la tarea de construir un helicóptero
complejo con bloques Lego. Todas las piezas necesarias del Lego se encontraban en un
montón, y al otro lado de un panel de vidrio, colocaron un helicóptero completo de modelo.
A la mitad de los alumnos le entregaron un texto en forma de un video que mostraba cómo
se construía el helicóptero. La presentación del video antes que comenzaran a trabajar en
el proyecto no ayudó en absoluto a los alumnos. Los alumnos con ayuda del video y los sin
esta ayuda lograron el mismo nivel de éxito. Sin embargo, el grupo que vio el video se pudo
desempeñar mucho mejor que el grupo de control cuando la cinta les fue presentada una vez
que ya habían comenzado a construir el helicóptero. Básicamente, esto muestra que si no
sabes lo que necesitas saber, las instrucciones no son útiles. Las preguntas que se originan
al tratar de resolver un problema proporcionan la base para organizar y priorizar información,
es decir, aquello a lo que prestamos atención, y cómo lo entendemos. El contexto del proyecto
(en este caso, la oportunidad de tratar de construir un helicóptero) ayuda a interpretar el
texto (el video), a comprender mejor qué es importante, es decir, hacia dónde se debe dirigir
la atención y cómo se debe desmenuzar la información.
Tercero, nuestro problema con el actual diseño de textos es que lo que entendemos por saber ha
evolucionado desde la base conceptual de adquisición del modelo de comunicación (traslado del
conocimiento desde el transmisor al receptor), que está presente tanto en el modelo conductista
como en el modelo de procesamiento de información, a lo que actualmente conocemos como
constructivismo. A continuación, examinaremos el esquema conceptual constructivista y las
implicaciones de dicho esquema conceptual en el diseño de los libros de texto.
Constructivismo
A través de los últimos veinte años, nuestro conocimiento respecto de cómo aprenden las personas
ha aumentado enormemente. Nuestra nueva manera de entender está reflejada en el informe
del grupo de expertos del U.S. Nacional Resarch Council: How People Learn (Bransford, Brown &
El libro de texto del futuro: una construcción del profesor y el alumno 383
Cocking, 2000). Existen muchas teorías estrechamente relacionadas que tratan de captar estas
nuevas maneras de entender: constructivismo, constructivismo social, teoría del situacionismo
o cognición situada, etc. A pesar de existir importantes diferencias entre estas perspectivas
teóricas, todas concuerdan en ciertas maneras de entender cómo aprenden las personas, y
estos aspectos comunes constituyen el punto central de nuestro análisis siguiente.
Conferencias Plenarias
Desde el punto de vista del constructivismo, el aprendizaje está situado fundamentalmente en
la práctica (Barab y Duffy, 2000; Sfard, 1998). Es decir, la participación en prácticas constituye
saber y permite comprender. La práctica no es independiente del aprendizaje, y el significado
no está separado de las prácticas y contextos en que fue negociado. En este sentido, el cono-
cimiento está situado y se desarrolla progresivamente a través de la actividad (práctica).
Esta modificación del esquema conceptual del aprendizaje tiene importantes implicaciones
sobre: la naturaleza contextual del significado; la función de los objetivos del alumno y la
naturaleza social de la participación.
Lo medular de la participación son las metas que el aprendizaje atribuye a la tarea. Las metas
determinan el tipo de información y las relaciones que una persona observa en el proceso de
participación, así como el significado que les da. Por este motivo, el simple hecho de tener pro-
yectos no asegura que el alumno haya cambiado su intención de participar como alumno que
trata de pasar la prueba por la intención de participar como estudiante que trata de comprender
y solucionar los problemas. Por este motivo, Savery y Duffy (1996) explican que un componente
clave de la instrucción en cualquier ambiente de aprendizaje, es que el alumno lleve el problema
a su casa, o sea, intentar que el alumno asuma un interés personal en el problema. Es muy difícil
lograr esta meta con los problemas y proyectos que contiene un libro de texto. La función del
384 Thomas M. Duffy y Rodrigo del Valle
Creemos que estos tres principios (la naturaleza contextual del significado; la función de las
metas del alumno y la naturaleza social de la participación) que forman parte de la perspectiva
constructivista, no son nuevos ni inusuales; la mayoría de las personas se sienten familiarizadas
con ellos. Todos hemos experimentado cambios en nuestra forma de entender un concepto
o una teoría a medida que adquirimos una mayor cantidad y variedad de experiencias. Por
ejemplo, nuestra manera de entender el Internet, sus propósitos y funcionamiento, cierta-
mente ha evolucionado con la experiencia; nuestra opinión sobre la paternidad o sobre la
vida de casados es diferente antes y después de ser padres o casarnos. El significado no es
fijo (especialmente si se lee por primera vez acerca de algo) sino que evoluciona y se hace
más condicional. Todos hemos tenido una conversación sobre una experiencia compartida
en que decimos: Yo no había entendido eso. Pero cuando volvemos a leer el libro o revivimos
la experiencia, podemos entender lo que entendió la otra persona. Simplemente, teníamos
otro objetivo y una perspectiva diferente cuando vivimos la experiencia por primera vez. Y
por supuesto, nuestras experiencias de aprendizaje influyen sobre nuestra perspectiva sobre
cómo nos identificamos con diferentes profesiones, deportes, etc., y, por tanto, cómo nos
acercamos a ellas o las evitamos.
Dado que creemos que este esquema conceptual debería resultar grato para la mayoría de
las personas, nos sorprende la resistencia a modificar las prácticas de enseñanza y el diseño
de nuestros libros de texto de modo que sean consecuentes con sus ideas medulares. Si
El libro de texto del futuro: una construcción del profesor y el alumno 385
deseamos que nuestra enseñanza prepare a los alumnos para que participen en la sociedad
y desarrollen formas de entender que les sirvan fuera del colegio, ciertamente es necesario
cambiar dichas prácticas. Puesto que el diseño de los libros de texto debe ser compatible con
el enfoque de la instrucción y la epistemología subyacente, iniciaremos nuestro análisis sobre
las implicancias del método constructivista, con un resumen de los principios de la instrucción
Conferencias Plenarias
que propone. En este esquema conceptual, nos referiremos al diseño de los libros de texto.
1. Diseñar un problema que comprometa al alumno con los temas medulares de la materia
Ciertamente se deben cumplir objetivos de aprendizaje, de modo que no es cualquier tarea
de investigación. El problema debe ser diseñado cuidadosamente para abordar dichos
objetivos.
la respuesta no solo no es factible sino que tampoco es útil en el mundo real. Por lo tanto,
no soluciona el problema.
La mayoría de los problemas realistas son mal estructurados, de modo que no hay una res-
puesta correcta o si la hay (como en los diagnósticos médicos), hay múltiples formas para
llegar a ella. Es así que el problema completo y realista enseña a los alumnos a no buscar el
método o la respuesta correcta, sino más bien a comprender verdaderamente el tema para
que puedan efectuar recomendaciones.
Finalmente, el contexto realista ayuda a los alumnos a aprender a usar toda su experiencia ante-
rior -no solo lo que aprendieron en el capítulo específico del libro de texto- para pensar sobre un
problema, enfrentándolo muchas veces desde una perspectiva interdisciplinaria. Creemos que de
esta forma los estudiantes serán más competentes para resolver problemas en la sociedad.
Se estableció el contexto, y el problema fue llevado a los hogares a través de artículos en los
diarios y video clips del hecho.
1 Este problema fue desarrollado por profesores que asistieron a un taller de la Illinois Academy of Math and Science durante
la visita del primer autor.
El libro de texto del futuro: una construcción del profesor y el alumno 387
Conferencias Plenarias
discuten ideas y se enriquecen entendimientos, es fundamental para diseñar un ambiente
de aprendizaje eficiente (Bruner, 1990).
Como alternativa, el libro de texto puede ser un libro de casos. Es decir, un libro que presenta
los casos o problemas que constituyen la base del currículum. De esta forma, se pueden ge-
nerar problemas compatibles con normas nacionales y estatales y, en cierta medida, se puede
comprobar si el profesor realmente está cubriendo el programa de estudios. Los problemas
deben tener obviamente cierta afinidad con los alumnos o debe haber alguna forma para
que el profesor los ponga a tono con la realidad. Esto es esencial. El texto también puede
proporcionar cierta estructura para trabajar con los problemas: tareas secundarias, suge-
rencia de estrategias, en algunos casos, la sugerencia de utilizar un conjunto de diferentes
recursos y posiblemente incluso advertencias, a fin de generar un ambiente guiado para la
solución de problemas (Duffy et al, 2006). Pero los recursos quedan fuera del texto formal.
Los textos son más bien libros y artículos aplicables que se encuentran en la biblioteca y en
línea y posiblemente a través de entrevistas con expertos. Nuevamente, este proceso per-
mite que los alumnos aprendan a ubicar, evaluar y utilizar recursos relativos al contenido del
programa en general y al problema en particular, los que se transforman en solucionadores
de problemas.
Finalmente, el texto puede abarcarlo todo, proporcionar el problema, la ayuda y los recursos
que se van a utilizar. Aunque Ravitz y Mergendolle (2005) están utilizando este planteamiento
388 Thomas M. Duffy y Rodrigo del Valle
En nuestro propio trabajo (Duffy, Kirkley y del Valle, en revisión), presentamos un método
algo diferente, que proporciona a los alumnos un amplio conjunto de recursos en línea. Los
recursos no se seleccionan porque aborden el problema sino más bien porque presentan
diferentes perspectivas y ejemplos relacionados con el problema. Queda entendido que los
recursos (o textos) son para utilizarlos no para memorizarlos.
En tanto que un texto bien estructurado y orientador puede resultar muy cómodo para el
profesor y a muchos profesores les permite enseñar lo que de otra forma no serían capaces
de hacer, debemos considerar las posibles consecuencias negativas para sus aptitudes pe-
dagógicas (por ej. fomentar la dependencia del texto, impedir que los profesores aumenten
su creatividad y adapten las experiencias del aprendizaje a las realidades locales) y espe-
cialmente para la naturaleza de lo que se aprende y para la identidad del niño como alumno
o su identidad emergente como científico, historiador, etc.
debe ser un experto en ayudar a otros a aprender. Dirigir una clase en base a investigaciones
no es especialmente difícil, lo difícil es renunciar al concepto de que la opinión del profesor
omnisciente es la fuente del conocimiento. Por lo tanto, es necesario apoyar a los profesores
para que aprendan a dirigir el aprendizaje en base a investigaciones, en la clase.
Conferencias Plenarias
Mergendoller, Ravitz y sus colegas del Buck Institute for Education, han focalizado el apoyo a
los profesores para dirigir la enseñanza en base a investigaciones, en un conjunto de directri-
ces relacionadas con cada problema (Mergendoller, Markham, Ravitz y Larmer, en impresión;
Ravitz y Mergendolle, 2005). Se proporciona a los docentes, directrices corrientes: objetivos,
clasificación dentro del programa de estudios, conceptos que se deberían enseñar y normas de
contenido. Además del asesoramiento, entregan sugerencias respecto de cómo presentar el
problema y llevarlo a casa por los alumnos; cómo guiar el proceso para solucionar el problema
y algunas cosas que se pueden esperar de los alumnos en base a experiencias previas en la
utilización del problema. Finalmente, la guía para el profesor entrega fundamentos básicos
sobre conceptos económicos esenciales. De esta forma el nivel de apoyo es adecuado incluso
para profesores novatos en el aprendizaje basado en preguntas.
En nuestro propio trabajo hemos focalizado el asesoramiento a los profesores para el aprendi-
zaje en base a investigación a través de desarrollo profesional en línea, en el que asesoramos
a los profesores para que diseñen sus propias lecciones basadas en investigación (Duffy
et al, 2006). El programa The Learning to Teach with Technology Studio –LTTS-(http://ltts.
indiana.edu) se encuentra en su séptimo año de aplicación y consiste en aproximadamente
60 cursos breves ofrecidos íntegramente en línea. Se ofrecen cursos en todas las asignaturas,
como asimismo, en el manejo de una clase en base a preguntas. Todos los cursos emplean
un método de investigación para ayudar a los profesores a diseñar y a manejar la enseñanza
basada en preguntas. Al practicar lo que predicamos no solo ayudamos a los profesores a
diseñar lecciones en a base a preguntas, sino que, además, les damos la oportunidad de
experimentar dicho aprendizaje.
Consecuente con los principios antes señalados, cada curso comienza con un problema del
programa de estudios, de modo que el profesor pueda seleccionar un curso correspondien-
te a un problema o a su interés especial. Todos los cursos están organizados alrededor de
un tema orientado a resolver un problema, a cuyo objeto el curso se divide en una serie de
actividades que ayudan a estructurar el trabajo del profesor. Las actividades conducen a la
solución o producto final que, en casi todos los casos, es un plan de lecciones basadas en
preguntas. Durante todo el curso se debe reflexionar, ya que el profesor debe entregar un
fundamento lógico de varios aspectos del diseño de su clase en relación con los principios
de la instrucción basada en preguntas que es materia de su estudio en este caso.
Durante los cursos, los profesores reciben consejos, uno a uno, a fin de poder abordar el contexto
de aplicación específico y las necesidades particulares de cada profesor. Este método permite,
además, que los docentes puedan comenzar el curso en cualquier momento y avancen a su
propio ritmo -el trabajo individual con el mentor reemplaza las promociones de cursos.
390 Thomas M. Duffy y Rodrigo del Valle
Los cursos han tenido una respuesta muy positiva. El nivel de egreso es de 84% y el intercam-
bio de información abierta indica que más de un 50% de los profesores aplica las lecciones
en clases y más de un 75% informa que ha adoptado una mayor cantidad de métodos de
enseñanza basados en preguntas, como resultado de la experiencia del LTTS.
El libro de texto para este curso se puede considerar como guía de procedimiento para tra-
bajar en el problema. Cada curso entrega un problema y las tareas secundarias para trabajar
en éste. Cada tarea secundaria tiene una guía para enfocarla y sugerencias respecto de los
recursos primarios que pueden ser útiles. Este libro de texto está disponible solamente en un
formato en línea, pero, obviamente, podríamos crear una versión impresa como la de Ravitz
y Mergendoller (2005). Además, existen recursos de aprendizaje que podrían considerarse
análogos a los materiales complementarios -aunque son más que complementarios, ya que
suministran el contenido clave del programa de trabajo. Se puede acceder a estos recursos
a través de enlaces con el curso –cada curso tiene entre 40 y 80 enlaces. Por este motivo, no
circunscribimos al profesor a un pequeño conjunto de materiales idóneos, ni lo dejamos sin
apoyo. Nuestra meta es proporcionar acceso rápido a una gran variedad de recursos relaciona-
dos con el problema. Los recursos son obviamente demasiados para ser incluidos en un solo
libro de texto como el de Ravitz y Margendolloer (2005). En cambio, nuestro procedimiento
puede ser considerado un apoyo guiado para utilizar la biblioteca.
En resumen, conociendo cómo aprenden las personas, la mayoría de las actuales prácticas pe-
dagógicas y diseños de libros de texto son contrarios a lo que necesitamos si queremos que los
alumnos adquieran conocimientos útiles y desarrollen sus identidades como miembros de nuestra
sociedad. Las expectativas de la enseñanza deben cambiar la idea de transmitir conocimientos a
los alumnos por la de apoyar y modelar el aprendizaje y la solución de problemas. Como hemos
visto, tanto las estrategias de desarrollo profesional como un libro de texto con una guía bien
diseñada para los profesores, contribuyen a ayudar a los docentes en este proceso. Es fundamental
que los libros de texto se transformen en libros de casos. Los casos deberían ser acompañados
de cierta orientación y estructuración para el alumno y una orientación para el profesor, pero el
libro de texto no debe ser un contenedor de información para ser memorizada.
A continuación, nos referiremos a ejemplos para implementar los métodos basados en investiga-
ciones en las salas de clases. Obviamente, existen miles de ejemplos similares, entre los cuales los
más famosos son Dewey´s Lab Schools (Dewey, 1938; Dewey, 1943; Tanner, 1997) y Bruner’s Man a
Course of Study Currículum (Cole y Lacefield, 1980). Sin embargo, el uso de métodos de investigación
en forma de problemas y el aprendizaje en base a proyectos están ampliamente divulgados (por ej.
Blumenfeld et al, 1991; Delisle, 1997; Finkel, 2000; Tepien y Gallagher, 1993; Thorp y Sage, 2002).
El sitio de recursos más extenso para el aprendizaje mediante investigaciones es posiblemente la
red Illinois Math Science Academy PBL. (http://www.imsa.edu/programs/pbln)
El libro de texto del futuro: una construcción del profesor y el alumno 391
Conferencias Plenarias
que se proporciona un amplio conjunto de recursos (LTTS, Cardean University, The Classroom
of the Future y The Back Institute for Education).
The Knowledge Forum, desarrollado por Scardamalia, Bereiter y sus colegas (Hewitt, 2004;
Scardamalia, 2003; Scardamalia, Bereiter, Malean, Swallow y Woodruff, 1989), es un enfo-
que radical sobre el rediseño de la instrucción en base a una perspectiva constructivista.
Ellos toman como premisa básica que la sala de clases es una comunidad constructora de
conocimiento. La construcción de conocimiento se basa en el esfuerzo de los miembros de la
comunidad para comprender el mundo. Es así que en la sala de clases de Knowledge Forum
son los alumnos quienes generan las preguntas que deben ser contestadas sobre un tema (por
ej. el sistema solar o el clima). Sobre estas preguntas acerca de lo que no saben y quisieran
entender, se focaliza la construcción de conocimiento. Los alumnos pueden trabajar sobre
las mismas o diferentes preguntas. Pero a medida que trabajan en sus ideas, dichas ideas
se “interconectan sistemáticamente –una idea subsume, contradice, limita o se relaciona de
otra forma con varias otras ideas. Adquirir entendimiento es explorar estas interconexiones
y sondear a mayor profundidad a la vez que uno se alza por sobre ellas, para lograr trabajos
con una perspectiva más amplia.” (Scardamalia, 2002, p. 70).
Knowledge Forum no tiene textos – ¡ni siquiera para alumnos de cuarto y quinto grado! El
foro mismo se transforma en el espacio de discusión, interrogatorio y reflexión, y todos los
libros de texto del colegio pueden ser aplicables, así como todos los libros de la biblioteca
y todos los recursos en línea. Parte del proceso constructor del conocimiento es evaluar la
exactitud de la información de los recursos, así como aprender qué tipos de recursos son más
útiles. La pantalla de la Figura 1 presenta un ejemplo de construcción del conocimiento en un
formato de discusiones en cadena. Se puede utilizar otra configuración de estructura de la red
que ayude a visualizar la capacidad de interconexión de las ideas. La figura es un conjunto
limitado de las contribuciones de los alumnos durante la primera semana de exploración de
la visión en una clase de sexto grado.
392 Thomas M. Duffy y Rodrigo del Valle
Nueva información. El ojo humano está muy bien protegido. Ellos (los ojos) están colocados en
dos cuencas de hueso y están cubiertos por los párpados. Los párpados se cierran cada par de
segundos, lo que se llama pestañear. No todas las personas pestañean con la misma frecuencia.
El propósito de pestañear es evitar que entre polvo a los ojos. Las cejas sirven para absorber la
transpiración que gotea desde la cabeza hacia los ojos. Las pestañas también alejan el polvo.
La parte posterior de los ojos no contiene nervios, de modo que si miras directamente un eclipse
solar te podría quemar todas las células y como no hay nervios no sentirías nada.
Como se indica en la Figura 1, los tres alumnos señalados generaron sus teorías sobre el fun-
cionamiento de la visión. Los datos de la mitad inferior de la figura representan las preguntas
adicionales que desean hacer, los resultados de su investigación, y las correcciones de sus
teorías. En la Figura 2 se muestra un ejemplo de una de dichas colocaciones de datos. Como
se señala, la nota presenta una nueva información sobre la visión. En la esquina superior
Conferencias Plenarias
izquierda de la Figura 2 hay botones que permiten insertar agregados a esta nota y efectuar
anotaciones en ella; además se puede enlazar esta nota con otras.
The Classroom of the Future (COTF) (La sala de clases del futuro) (http://www.cotf.edu) es un
proyecto diseñado por la NASA a fin de desarrollar las herramientas para “crear” pedagógica-
mente la sala de clases del futuro (Howard, McGee, Schwartz y Purcell, 2000). Una parte del
trabajo se concentra en crear materiales curriculares y orientaciones para el profesor sobre
la enseñanza basada en problemas. Aunque los materiales están en línea, pueden ser des-
cargados y utilizados en clases en una copia impresa. La red se utiliza principalmente como
estrategia para distribuir programas de estudios. El sitio COTF cubre varias áreas temáticas
relacionadas con ciencias. Para cada área temática se suministran varios problemas, junto con
información específica para cada situación y una variedad de recursos en gráficos y textos,
algunos de los cuales son muy similares al material de un libro de texto.
2 El sitio web de Knowledge Forum tiene una base de datos de programas de demostración para exploración. La base de
datos de programas de demostración, parte de la cual se muestra en la Figura 1, representa solo a parte de los alumnos.
394 Thomas M. Duffy y Rodrigo del Valle
Uno de los contenidos del programa es geología y más específicamente, volcanes. Esta materia
presenta cuatro problemas, uno de los cuales es presentado en un contexto realista: la necesidad
de construir un colegio y la inquietud de cuál sería el lugar más seguro en términos de actividad
volcánica y estabilidad del suelo.
La Figura 3 muestra el acceso a la información sobre este problema de los volcanes. Esta infor-
mación sobre volcanes y situaciones particulares es de categoría superior. Orting Information
proporciona la información específica sobre el pueblo y el área. Incluye artículos de periódi-
cos sobre los deslizamientos de lodo en el área y el peligro para las casas, una descripción
con fotografías del pueblo de Orting, tablas de datos sobre los deslizamientos de lodo en la
región (el origen, el año en que ocurrieron, el volumen y hasta dónde se extendieron), mapas
del área (incluyendo mapas carreteros, mapas topográficos y mapas satelitales) y datos y
descripciones de Mt. St. Helen. Las piezas restantes del rompecabezas de la Figura 3, relativo
a volcanes, son los materiales curriculares, es decir, materiales independientes del problema,
relacionados no solo con la cuestión Orting, sino con los otros tres problemas. Vulcanology
and Volcanoes y The Herat ofrecen materiales similares a los libros de texto, sobre los tipos
de volcanes y lava, lugares en que se encuentran y lo que ocurre al interior de la tierra (inclu-
yendo las placas tectónicas, y los tamaños de las erupciones, así como un dibujo animado
de una erupción -que debe ser utilizado en línea-). Analyzing Volcanoes examina estrategias
para evaluar los riesgos, que es el tema medular del problema Orting. Finalmente, Living with
Volcanoes tiene piezas escritas en forma de libro de texto que examinan el impacto sobre
el estilo de vida que tiene el hecho de vivir cerca de un volcán: el efecto sobre el clima y los
riesgos, así como las estrategias para monitorear la actividad volcánica.
El libro de texto del futuro: una construcción del profesor y el alumno 395
The Classroom of the Future proporciona un ejemplo claro de un libro de texto como un libro
de casos, con una guía para trabajar en el problema (la estructura de la información) y los
recursos de información. Nuevamente, a pesar de que este material es distribuido en línea,
puede ser descargado y presentarse como libro de casos impreso. Nótese que en este método
de solución de problemas, no se exige a la persona que memorice el texto. Tanto la informa-
Conferencias Plenarias
ción general acerca de los volcanes como la información específica para cada situación, son
aplicables al problema, y esta aplicación de la información general al contexto específico
es primordial para crear conocimientos útiles (Whitehead, 1929). El libro de texto COTF es
claramente una herramienta para aprender.
El problema presentado en el Cuadro 1 es el caso que guía todo el trabajo en un curso de finanzas.
El cuadro presenta el texto del problema, pero en un escenario animado en que el jefe le está
hablando directamente a usted, el estudiante. El texto del problema presentado en el Cuadro 1
describe el problema de tomar la decisión de invertir en una de cuatro compañías petroleras.
Cuadro 1. Texto del problema del curso sobre finanzas, Cardean University
(http://www.cardean.edu)
Proyecto Panhandle
Usted es un analista financiero subalterno recién contratado por Panhandle Energy Corporation, una
empresa nacional de energía con base en Texas occidental. En su primer día en Panhandle, encuentra
una nota de su nuevo jefe, David Spears, sobre su escritorio: “¡Bienvenido a Panhandle! Venga a mi
oficina tan pronto esté instalado. Quisiera discutir con usted los detalles de su primer proyecto”.
Cuando usted entra a la oficina de David, este se vuelve hacia usted y le dice: “¡Bienvenido! Siéntese
y en seguida entraremos en materia”.
“Le sugiero que comience leyendo las instrucciones que he preparado sobre estas cuatro potenciales
inversiones. Ah, y también necesitará saber esto: la política de la empresa Panhandle es usar un 10
por ciento de tasa de interés al evaluar todas las potenciales inversiones.
En su trabajo sobre el problema, el alumno debe completar cuatro tareas. Las cuatro tareas
no le dicen lo que debe estudiar, sino que describen lo que debe hacer como parte del
trabajo en el problema, por ejemplo, la tarea uno consiste en crear un cuadro financiero de
cada inversión, en tanto que la tarea 2 es calcular el valor neto actual de cada una. El lado
izquierdo de la Figura 4 presenta dicha lista de tareas y la lista de recursos para trabajar en
la tarea 2, calculando el valor neto actual de cada inversión. Hay un total de ocho recursos
de aprendizaje para cada tarea.
Guiados. El texto que está debajo es el resumen, en tanto que para las lecturas se recomienda
ver artículos y libros sobre el tema. Problemas Guiados es un vínculo interesante que conduce
al alumno hacia preguntas y problemas breves, similares a los libros de texto, a objeto que
pueda autoevaluar su comprensión del respectivo tema. Así, en tanto que el foco del curso
está en la capacidad de utilizar la información en el contexto del respectivo problema, los
Conferencias Plenarias
alumnos saben que deben estar seguros de comprender los conceptos y estos problemas les
proporcionan ese apoyo. Estos problemas serían más efectivos si hubiera extensiones desde
el problema del curso principal para ayudar al alumno a ampliar su pensamiento acerca del
problema y contribuir a su transferencia (CGTV, 1997; Duffy y Kirkley, 2004).
Cómo podríamos nosotros, como Junta de Alumnos, asignar las concesiones de alimentos en el patio
de comidas, de modo que la Junta de Alumnos obtenga ingresos y responda a las necesidades de las
circunscripciones en competencia.
La Mano Invisible
Cómo podríamos nosotros, como Grupo Político del Ministerio de Energía de los EE.UU., escribir un artículo
398 Thomas M. Duffy y Rodrigo del Valle
de opinión persuasivo para que el público apoye nuestra política de control de precios de la gasolina.
El texto de este problema consta de 51 páginas. Este texto contiene materiales de lectura
sobre conceptos económicos y el argumento presentado a los alumnos (por ej. el mensaje
del director, declaraciones del defensor e inquietudes de la comunidad). El resto del docu-
mento es una guía para el profesor. Estos materiales incluyen los objetivos del aprendizaje,
los criterios del plan de estudios, la forma en que la lección se ajusta al plan de estudios,
la duración (cinco clases) y los conceptos medulares del problema (se trata 13 conceptos
económicos medulares del problema y 11 que podrían surgir). Contiene una extensa guía
para que el profesor pueda manejar el proceso de aprendizaje: se describe una secuencia de
24 pasos, que comprende desde analizar el memorando del director con el curso completo,
revisar los planteamientos del problema, cuándo se deben enseñar conceptos específicos,
hasta emplear el encabezamiento para evaluar el trabajo y resumir el problema. Es clara y
sustancialmente un libro de texto o libro de casos y una guía para el profesor.
El Proyecto AMIGO, el último ejemplo que analizaremos, vincula los problemas a libros tradi-
cionales. Bransford y sus colegas (Bransford, Vye, Bateman, Brophy y Roselli, 2004) diseñaron
una estrategia a fin de que los alumnos desarrollen una perspectiva de la materia que los
motive y guíe su lectura. El esquema conceptual básico es descrito en la primera mitad de
este capítulo: la pregunta que los alumnos traen a su lectura es un importante determinante
respecto de lo que finalmente extraen de ella. Por lo tanto, el objetivo es comprometerlos con
una pregunta relacionada con el capítulo dentro del área de la materia, y generar hipótesis sobre
la respuesta a la pregunta. Luego, cuando leen el capítulo, comprueban sus hipótesis.
El Desafío
Figura 5. Interfaz AMIGO de aprendizaje basado en problemas (Bransford et al, 2004)
los alumnos generan y desarrollan sus propias hipótesis. A continuación, leen el capítulo
considerando aquellas hipótesis y en el proceso evalúan y corrigen sus planteamientos, si
es necesario. Finalmente, hay una fase reflexiva en que los alumnos recopilan y catalogan
lo que han aprendido.
Conferencias Plenarias
El modelo AMIGO es práctico para utilizarlo con libros de texto tradicionales –básicamente
diseñando problemas para focalizar la lectura de los alumnos. No obstante, este caso nos deja
dos inquietudes. La primera, es que los problemas son muy básicos, y, por tanto, requieren
poca integración de conceptos. La diferencia con los ejemplos anteriores es significativa. En
consecuencia, los alumnos no necesitan hacer mucho esfuerzo para integrar información e
ideas, sino que más bien se deben concentrar en encontrar la respuesta correcta. Nuestra
segunda inquietud es que los problemas están amarrados a capítulos. Este recurso poco
activo y especificado fomenta la búsqueda de la respuesta correcta sin integrar conceptos
alrededor de temas más amplios. En resumen, a nuestro parecer, la estrategia de tratar de
integrar la solución de problemas con el uso de libros de texto tradicionales, es cuestionable.
Fácilmente se pueden transformar en problemas de final de capítulo. Pensamos que más
bien se debería modificar el diseño de los libros de texto para que se adapten a la forma en
que estudian las personas.
Resumen y Conclusiones
En este capítulo hemos expuesto que el diseño de los libros de texto siempre se basa en
nuestro modo de entender (el del diseñador de material didáctico), explícito o implícito, cómo
aprenden las personas. Nuestra epistemología determina qué pensamos acerca de los textos
de estudio, y en consecuencia, cómo debe diseñarse un buen libro de texto.
Durante la década pasada, el diseño de libros de texto fue dominado por una epistemología
de adquisición, que incluía los métodos conductista y cognitivista; lo que importaba era que
el libro de texto pudiera comunicar adecuadamente el contenido, ayudara al profesor a cubrir
el programa de estudios, y ayudara a los alumnos a adquirir un conjunto de información y
conocimientos especiales previamente definidos. El libro de texto era diseñado para ser
memorizado y el aprendizaje de memoria del libro de texto era una finalidad en sí misma.
Gran parte del esfuerzo por mejorar los libros de texto se limitó a modificaciones marginales,
consistentes en afinar el proceso de comunicación agregando más ejemplos y medios de
comunicación, clarificando el lenguaje, o agregando preguntas y aumentando las guías para
los profesores. Sin embargo, la estrategia general del diseño se mantuvo intacta.
En base a nuestros actuales conocimientos sobre la forma en que aprenden las personas, hemos
propuesto la necesidad de rediseñar los libros de texto sobre una nueva conceptualización de la
función del libro de texto y del profesor. Nuestra comprensión compartida sobre lo que significa
saber y aprender ha evolucionado desde la metáfora de la adquisición reflejada en el modelo
tradicional de comunicación, a lo que ahora se conoce comúnmente como constructivismo, o
una metáfora de participación, en que lo esencial es la idea de que el aprendizaje está situado
400 Thomas M. Duffy y Rodrigo del Valle
Estos tres componentes tienen implicancias en el diseño de la instrucción y, por ende, en el diseño
de los libros de texto, lo que hemos resumido en lo que describimos como método de enseñanza
basado en investigaciones. Según este método, el aprendizaje se centraliza alrededor de un
problema, en la búsqueda de la solución o asunto que debe ser resuelto y que es convergente
con el programa de estudios, y es lo puede hacerse aplicable al alumno. La función del texto y
del profesor es respaldar el proceso de aprendizaje. Los libros de texto no deberían ser consi-
derados como la fuente de conocimiento, ni el conocimiento a fondo del texto una finalidad en
sí misma. No deben ser memorizados, sino que deben ser utilizados como herramientas para
ayudar a los alumnos a cumplir sus objetivos educacionales. Y las estrategias de enseñanza no
están allí para realzar un proceso de comunicación, sino para apoyar lo que hacen los alumnos
en sus esfuerzos de investigación relativos al problema y en comprender el mundo.
De acuerdo con este planteamiento, el libro de texto no es una necesidad, como pudimos
ver en Knowledge Forum. Cuando se utiliza un texto, debería considerársele como un libro
de casos que contiene problemas, consejos para trabajar en el problema y guías para que
profesor apoye (no para que dirija) las investigaciones de los alumnos. El contenido de la
asignatura también se puede incluir en el libro de casos. Sin embargo, debido a que los
problemas son complejos, están mal estructurados y están insertos en el contexto de la vida
real, ningún texto sencillo lo podrá hacer. Se requiere más bien un conjunto de recursos. Po-
siblemente más provechoso, el libro de casos puede sugerir tipos de materiales, o a medida
que los alumnos adquieren experiencia, dejar la identificación de los respectivos recursos
El libro de texto del futuro: una construcción del profesor y el alumno 401
Finalmente, junto con presentar esta nueva estructura teórica para el diseño de libros de
texto, hemos unido la teoría con la práctica actual, proporcionando un conjunto de ejemplos
Conferencias Plenarias
en que este nuevo paradigma ha sido implementado exitosamente por profesores de esta-
blecimientos de enseñanza primaria y secundaria. Los ejemplos que hemos proporcionado,
obviamente no existen o no fueron diseñados originalmente en la forma de un texto impreso,
y encuentran un excelente aliado en la tecnología, pero en la mayoría de los casos podrían
ser adaptados a formatos impresos.
El libro de texto del futuro es un libro que está vivo; es una construcción del profesor y
del alumno, dinámicamente generada con recursos significativos en su contexto único a
objeto de resolver los problemas que ayudarán a los estudiantes a entender el mundo y a
desarrollarse durante toda la vida. El libro de texto del futuro está formado por elementos
tan diversos como las noticias, la historia personal de los estudiantes y la historia local, las
fuentes de información, las ideas o inspiraciones que se pueden recoger en el charco que
está detrás de la escuela, en el río contaminado de la ciudad, en las cosas que les gusta
hacer a los alumnos en una clase, en sus problemas e interrogantes, en la información del
sitio web del parlamento, o en la entrevista que pueden hacer los alumnos a una autoridad
local. El libro de texto del futuro puede estar basado en ejemplos para resolver problemas de
matemáticas y en otros problemas y en el desarrollo del lenguaje y las habilidades analíticas
necesarias para crear un programa de reciclaje para el colegio, que como resultado generará
un paseo al campo para el curso, lo que requerirá a la vez más planificación y solución de
problemas, que ciertamente requerirán diferentes tipos de recursos de aprendizaje en todo
tipo de medios de información.
¿Significa esto que nosotros queremos sacar del negocio a las empresas editoras de libros?
Por supuesto que no. Los profesores y los alumnos necesitan problemas y guías, herramientas
y recursos para investigar, desarrollar sus esfuerzos de investigaciones y resolver problemas.
De hecho, nosotros desearíamos que los alumnos fueran estudiantes vitalicios y continúen
utilizando materiales en forma de libros de texto como recursos de información durante toda
su vida. No necesitamos rechazar recursos, sino más bien observar las fortalezas y debilida-
des de recursos alternativos, y las oportunidades y limitaciones que afrontan. No significa
un no a los libros de texto, sino al rol que han desempeñado históricamente y a su diseño
histórico. Ellos pueden ser herramientas, fuentes de información, motivación y orientación,
pero necesitan ser contextualizados en un proceso de aprendizaje a través de investigaciones
originadas por un problema auténtico y contextualizado, y cuyo centro es el compromiso del
alumno. Los profesores necesitan ideas de problemas para adaptarlas e implementarlas, los
alumnos necesitan motivaciones y desafíos para formular las preguntas adecuadas. El uso de
paquetes didácticos, materiales experimentales, software educacional, recursos electrónicos
dinámicos y actualizados, etc. es fundamental, pero no porque contienen conocimiento que
debe ser adquirido, sino porque sirven de recursos que ayudan a los alumnos a resolver
402 Thomas M. Duffy y Rodrigo del Valle
Algunos podrían argumentar que este criterio sobre el aprendizaje, con lo atractivo que es,
es más apropiado para una edad o una materia específica, o que es un criterio difícil de im-
plementar en alumnos que están aprendiendo nociones básicas de idiomas y matemáticas.
Sin embargo, si coincidimos con el criterio constructivista de cómo aprenden las personas,
en todas las áreas y a cualquier edad el aprendizaje viene de la experiencia de comprender
el mundo, de asignar sentido a nuestras experiencias y encontrar respuestas a nuestras
preguntas. Por lo tanto, la educación, en todos los niveles, debe proporcionar un ambiente
de aprendizaje que sea compatible con nuestro actual modo de entender cómo aprenden
las personas.
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405
Conferencias Plenarias
un análisis sociocultural
Mike Horsley
E l término “Textbook Pedagogy” (Didáctica del uso de libros de texto) fue utilizado por
primera vez por Lambert (2002) en su análisis de la investigación sobre el uso de libros
de texto y materiales de enseñanza y aprendizaje en las salas de clase. El término se
refiere a la forma en que los profesores utilizan los libros en clases, cómo acceden a ellos y
cómo los adaptan y crean un contexto para su uso (Lambert 2002; Horsley & Walker, 2003),
es decir, se refiere al uso de los libros de texto, hojas de trabajo y recursos pedagógicos con
la intervención del profesor. El término ha sido utilizado, además, para dar cuenta de aquellas
funciones y características de los textos que pueden mejorar o restringir el aprendizaje, en
tanto influyen sobre el uso que el profesor hace del libro de texto en la sala de clases.
Este término surgió como necesidad a partir de recientes avances en el área de la investigación
sobre textos educativos (Horsley y Lambert, 2001; Lambert, 2002). Tres son los enfoques
principales desarrollados en estas investigaciones:
Aunque varios estudios (Alvermann, 1987, 1990; Zahorik, 1990, 1991) han investigado el
uso de los textos por los docentes en las salas de clases, el centro de aquellos es la toma
de decisiones por parte del profesor y su estilo de enseñanza. Alvermann (1987, 1990) con-
cluyó que el libro de texto tiene una gran influencia en la toma de decisiones interactiva del
profesor y que los profesores utilizan los libros de texto para mediar de distintas maneras
en las discusiones profesor-estudiante. Zahorik (1900, 1991) constató que los profesores
tenían un estilo dominante en la forma en que enseñaban utilizando libros de texto y que
este estilo tenía que ver con sus creencias e ideologías. Sin embargo, estos estudios -al igual
que investigación mencionada antes sobre libros de texto basada en tres enfoques-, no han
proporcionado un mayor entendimiento acerca de cómo los profesores utilizan los libros y
recursos de estudio al enseñar, o cómo modifican estos materiales para su utilización en
la sala de clases. Esta falta de literatura acerca de investigaciones sobre libros de texto ha
llevado a los investigadores de este campo a solicitar una mayor cantidad de investigaciones
sobre el uso de los libros de texto y demás materiales de aprendizaje en las salas de clases.
(Horsley & Lambert, 2001; Pingel, 1999). Horsley y Lambert (2001) hicieron ver que muy
pocas investigaciones acerca del uso de los libros de texto se basan en una observación
directa de la selección y uso de estos materiales de estudio por parte de los profesores, y su
Didáctica del uso de libros de texto: un análisis sociocultural 407
uso con los estudiantes en la sala de clases. La investigación tampoco ha dado el siguiente
paso y, luego de examinar el uso de los textos mediada por el profesor, no ha explorado la
manera en que los estudiantes utilizan los materiales de enseñanza y aprendizaje, juntos o
independientemente, para aprender. Además, a pesar del hecho que gran parte del material
de enseñanza y aprendizaje utilizado en las salas de clases es fotocopiado (Horsley 2002),
Conferencias Plenarias
ha habido muy poca investigación que analice la forma en que los profesores seleccionan,
copian y utilizan estos materiales en su enseñanza, y los estudios tampoco han considerado
el rol que cumple el conocimiento pedagógico del profesor en la selección y adaptación de
los materiales de enseñanza y aprendizaje.
• la formación del profesor, las experiencias, los puntos de vista del educando sobre
las ciencias, y los enfoques pedagógicos preferidos;
• las características de los educandos (idioma, ideas preconcebidas, género y cultura,
etc.), y
• las características de los materiales para uso escolar (calidad, exigencias que plan-
tean a los educandos, ideas preconcebidas incluidas en diversos contextos escolares,
sociales y culturales, etc.).
para el aprendizaje del idioma checo era hacerlos más interesantes. Luego de realizar entre-
vistas a profesores de matemáticas y de idioma checo en escuelas primarias y en los niveles
bajos de la educación secundaria, Sikarova identificó las siguientes razones por las cuales
los profesores adaptaban, por ejemplo, los temas en los libros de texto:
Conferencias Plenarias
• hacer el tema más comprensible para los estudiantes (por ejemplo: incorporar más
ejemplos; proponer otras maneras de presentar la información y las ilustraciones);
• organizar mejor el tema, haciéndolo más transparente (por ejemplo: establecer
redes, mapas);
• hacer el tema más interesante, más atractivo;
• seleccionar el tema central;
• simplificar la temática, haciéndola más sencilla;
• reducir la extensión del tema;
• excluir aspectos y tareas complicadas;
• producir un texto preparado por el profesor.
Si bien existen muchas teorías socio-culturales que derivan del trabajo inicial de Vygotsky (por
ejemplo Rogoff, 1998; Greeno y el Grupo Middle-School Mathematics Through Applications
Project Group, 1998; Engestrom, 1987), todas comparten las siguientes suposiciones (John-
Steiner y Mann, 1996): el aprendizaje y el desarrollo cognitivo se consideran fundamentalmente
sociales y se originan en procesos sociales; los idiomas y otros sistemas simbólicos cumplen
un rol central en el aprendizaje y desarrollo cognitivo. Además, el aprendizaje y el desarrollo
cognitivo deben ser considerados en términos del contexto histórico de las actividades del
individuo, así como de las actividades de la comunidad y, en términos más generales, en el
marco de la cultura. Si bien es cierto todos comparten estas premisas básicas, algunos investi-
gadores socio-culturales han enfatizado el punto de vista de que el aprendizaje y el desarrollo
cognitivo involucran la participación en y la enculturación dentro de las diversas prácticas
culturales de distintas comunidades (Rogoff, 1998), en tanto que otros han fijado su atención
en los aspectos vinculados al medio ambiente (Greeno & The Middle-School Mathematics
Through Applications Project Group, 1998), que pueden facilitar o apoyar el aprendizaje y
el desarrollo cognitivo, o bien constreñir o limitar estos procesos. Otros investigadores han
desarrollado una visión socio-cultural de los sistemas de actividades (Engestrom, 1987) dentro
de los cuales los seres humanos aprenden, trabajan y manejan sus asuntos.
capaces, tales como el profesor y otros estudiantes, que definen el andamiaje para el uso
apropiado de los materiales en el proceso de aprendizaje. Por esta razón, el análisis socio-
cultural del uso de libros de texto en salas de clases hace hincapié en el grado en que los
profesores utilizan los textos de modo de crear zonas de desarrollo próximo.
Conferencias Plenarias
Según Vygotsky (1978), el aprendizaje se produce en la zona de desarrollo próximo, y es
en esta zona en la que éste contribuye al desarrollo y lo dirige. Esto contrasta con lo que
Vygotsky llamó la zona de desarrollo efectivo (ZDE). La zona de desarrollo efectivo se refiere a
aquello que los alumnos pueden hacer por su cuenta, sin asistencia. Cuando las habilidades
adquiridas en la zona de desarrollo próximo han sido completamente dominadas, pasan a
ser parte de la zona de desarrollo efectivo y ya no contribuyen al desarrollo. Por lo tanto,
cuando los profesores asignan tareas y los alumnos son capaces de completarlas sin ayuda,
las tareas están dentro de la zona de desarrollo efectivo de los estudiantes y las habilidades
requeridas ya fueron aprendidas. Asimismo, desde la perspectiva de la investigación en el
tema de los libros de texto, cuando los estudiantes utilizan los libros de texto sin la mediación
del profesor o de los demás estudiantes, y son capaces de terminar exitosamente las tareas
asignadas, están operando en la zona de desarrollo efectivo.
Dos importantes teorías socio-culturales son utilizadas en este capítulo para desarrollar la
noción de pedagogía a través de los libros y el uso mediatizado de los libros de texto por
parte de los profesores: el enfoque de la práctica cultural de Rogoff (1998, 1994) y sus colegas
(Rogoff, Matusov y White, 1996), y la extensión a la zona de desarrollo próximo por parte
de Valsiner (1987, 1997). Aunque estos dos puntos de vista teóricos son bastante distintos,
nociones clave de ambas teorías pueden aplicarse con éxito a un mejor entendimiento del
uso mediatizado de los libros de texto por parte de los profesores.
El enfoque basado en la práctica cultural (Rogoff, 1998; 1994) da un paso adelante respecto
de las ideas iniciales de Vygotsky sobre la zona de desarrollo próximo, al enfatizar la forma
en la que las personas pasan a ser miembros establecidos de una comunidad de práctica.
El término comunidad de práctica se refiere al grupo socio-cultural que colabora para lograr
metas compartidas a través de la realización de experiencias y actividades particulares.
Aunque estas prácticas pueden variar considerablemente entre distintas comunidades,
como por ejemplo, las de comunidades profesionales y aquellas de comunidades de estilos
de vida -tales como surfistas o motociclistas-, son altamente apreciadas por sus miembros
y proporcionan el contexto (Miller y Goodnow, 1995) en el cual se produce el aprendizaje.
Los miembros de dichas comunidades presentan importantes diferencias en el dominio de
las prácticas comunitarias, sin embargo, la comunidad proporciona el contexto en el que los
miembros más establecidos ayudan a los menos establecidos a lograr el dominio de dichas
prácticas mediante la participación y colaboración conjunta. A medida que las personas ad-
quieren un mayor dominio en las prácticas de una comunidad, cambia su identidad (Rogoff,
1998) y pueden asimismo contribuir a mejorar las prácticas comunitarias mismas.
412 Mike Horsley
Los colegios y las respectivas salas de clase, constituyen un tipo particular de comunidad de
práctica, a veces conocida como comunidad de educandos (Brown y Campione, 1994). En estas
comunidades, los estudiantes son enculturados en prácticas académicas en general, así como
en prácticas de disciplinas académicas específicas. Los libros de texto y demás materiales de
aprendizaje cumplen un importante rol en estos procesos de enculturación. Particularmente,
respecto de los libros de texto, a medida que los estudiantes progresan desde la educación
básica a la educación secundaria, los tipos de textos cambian, de modo que el énfasis en
las prácticas académicas generales se vuelve relativamente menos importante frente al co-
nocimiento disciplinario, que va adquiriendo mayor importancia. En los niveles superiores
de la educación secundaria, los libros de texto buscan explícitamente la enculturación del
estudiante en suposiciones centrales y fundacionales de las disciplinas, así como en las
formas de pensar y crear conocimiento dentro de las disciplinas. De esta manera, los libros
de texto se constituyen en importantes herramientas culturales mediante las cuales se busca
la enculturación de los educandos en el conocimiento académico y disciplinario, ayudando a
los profesores a definir el andamiaje para el aprendizaje de los estudiantes.
Las cambiantes nociones acerca de la naturaleza y rol de los libros de texto están muy de
acuerdo con los análisis socio-culturales de los libros de texto y su uso por parte de los pro-
fesores. El cambio en la percepción que se tiene sobre los libros de texto, como se indica en
la Tabla 1, está estrechamente relacionado con los cambios en los puntos de vista y teorías
concernientes a la naturaleza del aprendizaje de los educandos. Cuando, bajo la influencia
de las teorías basadas en el comportamiento, se consideraba que el aprendizaje involucraba
la adquisición de conocimientos, los libros de texto eran considerados principalmente como
vehículos para la transmisión de conocimiento, y por lo tanto, se enfocaban en la entrega de
información y actividades congruentes. Los profesores y los libros de textos eran las autorida-
des del conocimiento y estos últimos estructuraban los programas de aprendizaje tanto para
docentes como para estudiantes. A medida que las teorías constructivistas conceptualizaron
el aprendizaje como construcción del conocimiento, los libros de texto fueron progresiva-
mente considerados como oportunidades para que los alumnos construyan entendimiento,
proveyendo múltiples fuentes de conocimiento. Múltiples fuentes proporcionaron narrativas
paralelas, que incluían textos escritos e ilustraciones y permitían a los alumnos desarrollar
su propia comprensión de los textos. Además, los libros de texto entregaban cada vez más
a los estudiantes actividades destinadas al aprendizaje, reflejando los puntos de vista cons-
tructivistas acerca de la naturaleza activa del aprendizaje.
Didáctica del uso de libros de texto: un análisis sociocultural 413
Conferencias Plenarias
Base de transmisión. Provee múltiples el conocimiento y prácticas
Ejemplo: libros fuentes dentro disciplinarias.
de texto Autoridad de del texto para la
conocimiento. Fuente de actividades de
construcción de
consulta.
Estructura de conocimiento por el
un programa alumno. Base para enseñanza explícita.
de enseñanza y Múltiples fuentes para
aprendizaje. la selección por el
profesor.
A medida que las teorías socioculturales ocupan una posición más dominante en la forma
cómo entendemos la naturaleza del aprendizaje, y a medida que aumenta la importancia de
los análisis socioculturales de los libros de texto, nuestro entendimiento del rol de los libros
de texto probablemente cambiará. Es probable que los libros de texto sean vistos cada vez
más como agentes para la enculturación de los estudiantes en el conocimiento y práctica
de las distintas disciplinas y también, como la base del andamiaje para las experiencias del
aprendizaje y la enseñanza explícita, así como la base para actividades de colaboración entre
estudiantes. Como indica la Tabla 1, los roles de los profesores y los estudiantes también van
cambiando a medida que cambian las teorías del aprendizaje.
414 Mike Horsley
En los dos estudios empíricos sobre profesores con el programa TEXTOR, se buscó identificar
los siguientes aspectos del uso de libros de texto y materiales de aprendizaje:
Estudio 1.
Uso de libros de texto y recursos didácticos por un profesor experto
1. Antecedentes del estudio
Este estudio ofrece un examen en profundidad del uso de libros de texto y otros recursos
didácticos por parte de un profesor experto. La profesora observada en este estudio, una
Conferencias Plenarias
profesora de inglés e historia a nivel de secundaria, cumplía con los criterios de definición
de un profesor experto en varios sentidos: poseía sólidos antecedentes académicos con un
grado honorífico en una de las materias que enseña y credenciales docentes correspondientes
a estándares de educación de alto nivel; era una profesora experimentada, con cinco años
de trayectoria en dos colegios diferentes y había desarrollado un nivel de conocimientos
pedagógicos considerable. El rector de su establecimiento la identificó como “una de las
profesoras más adelantadas del colegio”; participó activamente en el desarrollo del programa
escolar del establecimiento, en actividades extracurriculares y, al momento de realizarse el
estudio, contribuía al desarrollo profesional de otros docentes a través de presentaciones
en conferencias organizadas por asociaciones vinculadas con su especialidad profesional.
Asimismo, había comenzado sus estudios en un programa de Magíster en Educación.
Esta profesora enseñaba en un colegio católico privado para niñas, con aproximadamente
ochocientas alumnas, en los suburbios ubicados al oeste de la ciudad de Sydney. Los criterios
del colegio, relativos a libros de texto, requerían que las estudiantes compraran sus libros a
partir de un listado por materia proporcionado por aquél. Tanto en inglés como en historia,
las estudiantes compraban sus propios textos, ya de segunda mano, ya a través del programa
de arriendo del establecimiento.
(una clase);
• usando libros de la biblioteca (una clase);
• usando fuentes primarias (Revistas Women´s Weekly de 1950) (una clase).
En diez de las doce clases observadas se utilizó material derivado de libros de textos y artefactos
pedagógicos. Los libros de texto se utilizaron en siete clases, aunque no durante toda la clase
y de un modo que reflejaba las metas de la profesora y no la estructura subyacente del texto.
Además, en las diez clases en que se utilizó material de texto, éste fue usado durante aproxi-
madamente cuarenta minutos o 75% del tiempo disponible, en tanto que en las doce lecciones
observadas, los materiales de texto se utilizaron durante 58% del tiempo disponible.
La profesora entregó a las estudiantes material fotocopiado en nueve de las doce clases, y
en total distribuyó 575 páginas fotocopiadas. Esto representó un total de cuarenta y ocho
páginas por clase para las doce clases observadas, o varias páginas por estudiante, por lec-
ción. Aproximadamente, seis minutos de cada clase se dedicaron a organizar la distribución
del material de clase a los estudiantes, proceso que requirió el uso de efectivas rutinas de
administración por parte de la profesora.
lectura para ayudar a las estudiantes a desarrollar esquemas de lectura, y a enfocar y dirigir
su lectura hacia fines específicos. En tres de las lecciones (25%) hubo una revisión previa
de vocabulario, en cinco de ellas se hizo preguntas antes de la lectura; y en cuatro clases se
explicó preguntas por escrito antes de la lectura (25%).
Conferencias Plenarias
Ejemplos de otras actividades previas a la lectura fueron: explicaciones, destacado y discu-
sión de algunas palabras de las fuentes primarias; recapitulación de las historias antes de
avanzar en la lectura; lectura del material entregado en clase y explicación de las actividades;
definición de la situación antes de la lectura individual; discusión del material de estímulo
(gráficos e ilustraciones en un libro de texto) y explicación de cómo realizar las actividades,
incluyendo preguntas formuladas durante la lectura.
Las tareas asignadas a las alumnas en relación con el material de texto fueron extremada-
mente variadas e incluyeron: discusión en grupos pequeños, discusión en clase, responder
preguntas de la profesora o de una hoja de trabajo, resumir, comparar fuentes textuales, y
trabajo de investigación de las alumnas.
El estudio también reveló que la profesora experta utilizó los textos en la sala de clases de
muchas maneras distintas, demostrando la importancia de la noción de pedagogía a través de
los libros de texto. Los utilizó de maneras diversas en sus clases en general y en el curso de
una clase única. Por ejemplo, ella misma leyó del texto, hizo que las alumnas leyeran el texto
en voz alta, tanto individualmente como en grupos y pidió a las alumnas que leyeran el texto
en silencio. Usó material de texto como base tanto de actividades individuales de aprendizaje
de las alumnas como en aprendizaje y discusión colaborativa. En todos los casos, sin embargo,
la profesora estructuró en gran medida la experiencia de aprendizaje de las estudiantes. Esta
estructura incluyó una variedad de actividades previas a la lectura, tales como explicaciones y
vistas previas. No hubo instancias en las que la docente no proveyera este andamiaje previo a
o durante el uso del material de texto. Desde el punto de vista de las teorías socioculturales,
estos resultados conducen a dos inferencias importantes y relacionadas. En primer lugar, dado
que las estudiantes siempre trabajaban con asistencia, pasaron poco o casi nada de tiempo en
la zona de desarrollo efectivo. En segundo lugar, la profesora, a través de este andamiaje, estaba
creando zonas de desarrollo próximo para sus estudiantes y contribuyendo a su aprendizaje
Didáctica del uso de libros de texto: un análisis sociocultural 419
y desarrollo. Las considerables adaptaciones que hizo la profesora al libro de texto y material
de texto sugieren que estaba intentando crear espacios para el aprendizaje de las estudiantes
y creando zonas que promovieran la acción. También resulta claro, desde el punto de vista
sociocultural, que los libros de texto y otros recursos didácticos son importantes artefactos de
aprendizaje tanto para profesores como para estudiantes.
Conferencias Plenarias
Estudio 2.
Uso de libros de texto y recursos pedagógicos por un profesor novato
Los profesores también prepararon material fotocopiado en tres otras lecciones. En una de
las clases, un profesor de historia preparó hojas fotocopiadas con información de múltiples
fuentes, tablas, diagramas, imágenes, documentos e ilustraciones. Estos fueron recopilados de
una variedad de libros de texto y seleccionados para proporcionar un collage de fuentes que
los estudiantes investigaron en grupos de colaboración. En otra clase, la profesora produjo
una página fotocopiada de ejercicios y actividades para los estudiantes. Los estudiantes en
esta clase tenían acceso a los libros de texto y otras fuentes de conocimiento, pero la profe-
sora las consideró demasiado difíciles y que no satisfacían las necesidades de aprendizaje
de sus estudiantes. Las nuevas tareas y actividades fotocopiadas también tenían un mayor
enfoque literario que aquellos del texto disponible. Finalmente, en una clase de arte, la
profesora compiló y produjo un collage de material ilustrativo para sus alumnos. Lo utilizó
para explicar conceptos fundamentales a sus estudiantes y para proporcionarles múltiples
fuentes de conocimiento.
embargo, hubo muchas diferencias en la manera en que estos profesores utilizaron es-
tos recursos, comparados con la profesora experta. Aunque los profesores principiantes
también estructuraron el uso por parte de los estudiantes de material de texto y recursos
de aprendizaje a través de distintas actividades, dedicaron mucho menos tiempo a este
proceso de estructuración que la profesora experta, y la naturaleza del mismo también fue
Conferencias Plenarias
diferente. Una proporción significativa del tiempo que los profesores novatos dedicaron
al andamiaje y actividades previas a la lectura, se ocupó en focalizar la atención de los
alumnos y en explicarles el propósito y estructura de la clase. Hubo un menor énfasis en
hacer notar a los estudiantes la estructura subyacente a las fuentes de conocimiento y un
énfasis significativamente mayor en el tópico y contenido que constituía el objetivo de las
clases. El andamiaje de la profesora experta, por otro lado, estaba mucho más enfocado
en el uso de los materiales para ayudar a los estudiantes a entender los temas que debían
aprender. El andamiaje de la clase de los profesores principiantes estaba mucho mas en-
focado en el contenido mismo.
Estas diferencias en estrategias de andamiaje también explican las diferencias en los materia-
les seleccionados, adquiridos y fotocopiados para las lecciones por los profesores expertos
y los profesores principiantes. La profesora experta, con una mayor experiencia pedagógica
y conocimientos, eligió el material de enseñanza y aprendizaje que mejor representara el
conocimiento de la materia y que mejor cumpliera las necesidades de aprendizaje de sus
alumnos. Muchas veces estos materiales constaban de múltiples fuentes de conocimiento
y los presentaba en formato de collage. Ella raramente utilizó actividades o ejercicios toma-
dos de los libros. Aunque los profesores principiantes también utilizaron múltiples fuentes
tomadas de libros de textos, hicieron mucho mayor uso de las actividades y ejercicios, pro-
blemas o preguntas contenidos en el libro de texto. Esto reflejó su experiencia pedagógica y
conocimientos más limitados. Por otra arte, la profesora experta tiene su propia reserva de
actividades y ejercicios a los cuales podía recurrir según fuese necesario.
También hubo significativas diferencias en el uso de libros de texto y material didáctico por parte
de los profesores expertos y los profesores principiantes. Las estrategias de aprendizaje de los
profesores novatos muchas veces incluían el trabajo individual de los estudiantes para completar
actividades y tareas, en tanto que el sistema de enseñanza de la profesora experta se enfocaba a
la colaboración y el uso en grupo de los textos y material de aprendizaje. En las salas de clases de
los profesores principiantes hubo menos énfasis en estrategias de enseñanza y aprendizaje que
estructuraban y revelaban los materiales de enseñanza y aprendizaje para los estudiantes, se dedicó
menos tiempo a enseñar a los estudiantes a desconstruir los aspectos literarios y estructurales
de las fuentes de conocimiento y hubo mucha menos colaboración y construcción conjunta de
significados entre los profesores y los estudiantes, y entre los estudiantes mismos.
Desde la perspectiva de un análisis sociocultural del uso de libros de texto por profesores
principiantes y expertos, resulta claro que los primeros estaban mucho menos preocupados de
usar libros de textos y recursos didácticos a fin de culturizar a los estudiantes en las disciplinas
académicas que se estaban enseñando. Mientras la profesora experta utilizó el material de
422 Mike Horsley
Estudio 3.
Análisis de los registros de fotocopiado de los colegios
por parte de Copyright Agency Limited (CAL)
Durante 1998, CAL entabló acciones legales para aumentar los fondos recibidos por página
fotocopiada bajo la Ley de Derecho de Autor, con el fin de reflejar los costos de publicar
material educativo. Con ocasión de la preparación de esta acción legal se puso a disposición
del segundo autor, que actuó como testigo experto de CAL, los registros de cada uno de los
colegios y los títulos de los libros de textos fotocopiados durante el período de estudios
1997-1998. Posteriormente, se identificó los cincuenta libros de texto más fotocopiados en
el período 1997-1998 y se les clasificó por categoría, de acuerdo al nivel escolar y área de
estudio y entre estos, se identificó las páginas más frecuentemente copiadas. Estas fueron
analizadas posteriormente para determinar la naturaleza de las actividades de enseñanza y
aprendizaje fotocopiadas por los colegios.
Este estudio en gran escala del fotocopiado de libros en los colegios fue seguido de un estu-
dio basado en observaciones y entrevistas. Se contactó a tres profesores, dos de educación
Didáctica del uso de libros de texto: un análisis sociocultural 423
Conferencias Plenarias
Se identificó los cincuenta libros de texto más frecuentemente fotocopiados en el estudio
CAL 1997-1998 y los cinco libros que encabezaron esta lista aparecen en la Tabla 2. La tabla
muestra que el libro más fotocopiado era un libro para la educación primaria, Heinemann’s
Observational Survey of Early Literacy Achievement, el cual fue copiado en cuarenta y cuatro
colegios con un total de 3.451 copias de páginas. Esto dio lugar a la distribución de casi $
20.000 AUD solamente a los autores y editorial que publicó esta obra. Los libros que siguen
en la lista de los más fotocopiados son Signpost Maths 6 y Mission 2000: Daily Mediatations,
los cuales fueron fotocopiados en 115 y 37 colegios respectivamente. Los dos libros restantes
de la lista fueron libros de matemáticas para educación secundaria que fueron copiados en
81 y 79 colegios respectivamente. El gran volumen de fotocopiado de material de texto en
colegios queda demostrado por el hecho de que el número de páginas copiadas de estos
libros fluctuaba entre 3.451 al tope y 2.605 al final de la lista.
Como se indicaba previamente, los cincuenta libros de texto más fotocopiados en el período
1997-1998 fueron analizados de acuerdo con el nivel de escolaridad (primario/secundario)
y área temática; y las páginas más fotocopiadas de estos libros fueron sometidas a análisis
de contenido para determinar hasta qué punto consistían en lo siguiente:
tareas escolares.
• Recursos para los profesores, tales como guías para la enseñanza.
424 Mike Horsley
Esta información sobre el fotocopiado reveló que la mayoría de los 50 textos más fotocopiados
eran títulos de educación primaria; había 34 libros de educación primaria, frente a 16 libros de
educación secundaria. Esta preponderancia de libros de educación primaria puede reflejar el
hecho -como es el caso en Nueva Gales del Sur- de que los colegios primarios públicos y pri-
vados no reciben fondos específicamente asignados a materiales de enseñanza y aprendizaje.
En consecuencia, los profesores de educación primaria tienen una necesidad mucho mayor
de fotocopiar textos para sus clases. Como puede verse en las Tablas 2 y 3, hubo diferencias
significativas en las áreas temáticas de los libros de texto fotocopiados en los colegios prima-
rios y secundarios. En los colegios primarios, los libros de texto para la enseñanza del idioma
inglés fueron los más copiados, en tanto que en los colegios secundarios, fueron los libros
de matemáticas. En los colegios primarios, los libros de matemáticas fueron los segundos
más fotocopiados, seguidos de los libros en otros idiomas y libros que contenían material
convenido para la realización de estudios independientes. En los colegios secundarios, los
libros de enseñanza de idioma inglés y los libros de ciencias fueron los siguientes en las listas
de libros más copiados, seguidos de libros en otros idiomas y otros.
Inglés 17 10 4 3
Matemáticas 8 7 1
Ciencias 4 2 1 1
LOTE* 3 1 1 1
Contrato 2 2
Inglés 2 2
Matemáticas 10 9 1
Ciencias 2 1 1
LOTE* 1 1
Otros 1 1
El análisis del contenido de las páginas fotocopiadas reveló que, por lo general, se copió
material similar en los colegios primaros y secundarios. La mayor parte del material fotoco-
piado en ambos casos consistió en actividades, ejercicios, preguntas y tareas para la clase
y posiblemente tareas para la casa. Los textos de contenido descriptivo o explicativo fueron
Didáctica del uso de libros de texto: un análisis sociocultural 425
copiados con mucha menor frecuencia, aunque se copió más material de este tipo en los co-
legios secundarios. Las cantidades menores de páginas fotocopiadas revelaron la necesidad
que tenían los profesores de contar con materiales de apoyo y recursos docentes, aunque en
los colegios primarios se copió más material de este tipo que en los colegios secundarios.
Conferencias Plenarias
3. Entrevistas a los profesores y observaciones
En esta extensión del estudio del fotocopiado de libros de texto, dos profesores de educación
primaria y uno de educación secundaria involucrados en el estudio a nivel nacional, cono-
cidos por los investigadores de TREAT, fueron entrevistados y observados en relación con
su uso de material fotocopiado. Dos de los profesores de educación primaria entrevistados
usaron la misma página, la página 83 del libro Signpost Maths 6, de diferentes maneras. Una
profesora fotocopió un conjunto de páginas para la clase y distribuyó la página como tarea
para la casa. Esto indicó que esta profesora utilizaba materiales de texto en gran parte de su
docencia en matemáticas. La profesora realizaba, por lo general, sus clases de matemáticas
demostrando a los estudiantes cómo completar un problema matemático y luego asignaba
trabajos y tareas en los que los estudiantes podían practicar soluciones individuales de los
problemas. Una parte importante de sus fotocopias estaba destinada a tareas para la casa y
a trabajos no supervisados. La otra profesora usaba esta página de manera distinta, usando
las fotocopias como base para solucionar problemas en colaboración. También fotocopió
un conjunto de copias para la clase, pero utilizó un retroproyector para proyectar la página
y trabajó junto con la clase para construir conjuntamente una solución para el problema 1.
Luego, los estudiantes trabajaban en grupo para completar algunos de los demás problemas.
Las tareas que no se terminaban en clases eran asignadas como tarea para la casa.
preguntas, tanto en las salas de clases de educación primaria como de educación secundaria.
Estos resultados sugieren que estos materiales son utilizados individualmente principalmente
para el trabajo independiente de los estudiantes. Esta deducción se apoya en las observaciones
de tres profesores durante la extensión de este estudio, así como en estudios basados en la
observación de las actividades docentes de profesores expertos y principiantes, mencionada
anteriormente. Esta deducción sugiere que los estudiantes que trabajan con estos materiales
están trabajando en la zona de desarrollo efectivo. Sin embargo, parte del material fotocopiado
había sido diseñado para experiencias cooperativas de enseñanza y por lo tanto, presumiblemen-
te, fue utilizado por profesores para trabajos de colaboración entre estudiantes y la creación de
zonas de desarrollo próximo. La constatación que el material de presentación es fotocopiado por
profesores de educación primaria y secundaria, también apoya los resultados de dos estudios
anteriores basados en la observación en la sala de clase, y sugiere que éste es un importante
recurso en su actividad docente. En segundo lugar, el estudio de los tres profesores enfatiza el
hecho de que diferentes profesores aplican el mismo material de maneras muy distintas o que
cada uno de ellos utiliza los mismos materiales de formas diversas. Este hallazgo destaca la
importancia de la investigación referente a la didáctica del uso de los libros de texto, al mismo
tiempo que recomienda cautela cuando se trata de extraer deducciones sobre el uso de material
de texto fotocopiado sin contar con observaciones empíricas sobre su uso.
Conclusiones generales
Los tres estudios a los que me he referido en este capítulo demuestran claramente que los pro-
fesores hacen un frecuente uso de libros de texto y otros recursos didácticos, y que fotocopian
considerables cantidades de material de texto para utilizarlo en sus clases. Estos resultados
sugieren que los estudios sobre la efectividad docente han ignorado o no han prestado sufi-
ciente atención a este significativo aspecto de la enseñanza. Todos los estudios demuestran
que los libros de texto y el material de texto cumplen un rol importante en culturizar a los
estudiantes en prácticas académicas en general y, en el caso de los estudiantes de los niveles
superiores de educación, en prácticas disciplinarias y conocimientos más específicos.
Los estudios basados en la observación de los profesores en las salas de clase también
demuestran que el principal argumento de la didáctica del uso de libros de texto es que los
docentes utilizan los libros y demás material docente de muy distintas maneras. De este modo,
las investigaciones respecto a los libros escolares que se enfocan en el diseño óptimo de éstos
(Chambliss/ Calfee, 2000) o en su contenido, aunque son importantes en sí mismas, ignoran
el relevante aspecto del uso que se les da a esos recursos. Además, los distintos usos que se
da a los libros de texto y recursos docentes pueden ser analizados desde la perspectiva de
las teorías socioculturales. Este análisis sugiere que existe una mayor probabilidad de que
algunos profesores expertos o más experimentados utilicen estos materiales en formas que
promuevan el aprendizaje y desarrollo de los estudiantes a través de la creación de zonas de
desarrollo próximo, en tanto que es más probable que otros profesores, menos experimen-
tados o principiantes, utilicen estos materiales para un aprendizaje no asistido, en la zona
de desarrollo efectivo. Se cree que esta diferenciación en el uso está relacionada de manera
Didáctica del uso de libros de texto: un análisis sociocultural 427
Todos los estudios mencionados en este capítulo demuestran que, desde una perspectiva
sociocultural, los libros de texto y otros materiales de texto son importantes artefactos o
Conferencias Plenarias
herramientas en la sala de clase y que los profesores, al igual que los alumnos, cumplen un
rol mediador importante en su uso al interior del aula.
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429
Conferencias Plenarias
¿De qué hablamos cuando hablamos
de los libros de texto?
Jaume Martínez Bonafé
Esto es lo que han venido mostrando las investigaciones sobre el análisis de lo que presentan los
libros de texto cuando, más allá de las diferencias obvias entre editoriales, áreas de conocimiento
o niveles educativos, han situado su punto de mira en los modos en que se especifica y presenta
una determinada concepción de la cultura, y también de los códigos de selección de esta cultura
para la organización del conocimiento escolar. Veamos algunas de esas concreciones.
En primer lugar, el sujeto que aprende con los libros de texto, aprende que la cultura tiene
un carácter estático, acabado y cerrado. Que no hay dialéctica, reconstrucción crítica, e
incertidumbre. Aprende que el saber se organiza desde la academia, y se presenta tal como
es elaborado en la propia academia: segmentado en disciplinas, especializado y ordenado
temáticamente. La complejidad, la búsqueda de relaciones, la interacción disciplinar, la
interconexión de saberes científicos, el conocimiento compartido, la mirada globalizadora,
tienen aquí poco reconocimiento. Como tampoco lo tienen los otros saberes desde los que
también se construye y desarrolla la cultura, aunque no están en el interior de las disciplinas
tradicionales de la academia. Me refiero al saber popular, el saber del sentido común, y a
un modo de acercamiento a la comprensión de nuestro mundo que tiene que ver con actitu-
des ideológicas y éticas. Ni siquiera la tienen otras disciplinas académicas que el combate
corporativo y las desiguales relaciones de poder en el interior de la comunidad científica,
marginan a un segundo plano. Por ejemplo, tras la denominación disciplinar Ciencias Sociales
se presenta un exclusivo y excluyente aglomerado de dos disciplinas: Geografía e Historia.
Sin embargo, también son Ciencias Sociales la Antropología, la Sociología, la Política, la
Economía, la Psicología, etc.
1 No debería darse esto por supuesto. Los análisis e investigaciones muestran libros plagados de errores conceptuales y
estereotipos ideológicos, además de no haber sido, en la mayor parte de los casos, experimentados y evaluados previamente
a su presentación en el mercado.
¿De qué hablamos cuando hablamos de los libros de texto? 431
Evidencian también los libros de texto una pretendida mirada universalista y enciclopédica
de la cultura y el conocimiento, como si el mundo total fuera el mundo del libro, indepen-
dientemente de las plurales realidades nacionales, étnicas, sociales, de género, territoriales,
ideológicas, subjetivas o de cualquier otro tipo, en las que se asienta la diversa, compleja y
conflictiva realidad que cada sujeto interpreta día a día. Finalmente, el libro de texto pone al
Conferencias Plenarias
sujeto en una relación alienada respecto del conocimiento, en primer lugar porque lo sitúa
fuera de sí mismo, es decir, porque el sujeto que aprende deberá buscar el conocimiento fuera
de sus problemas y de sus propios saberes, fuera de su propia experiencia. El libro de texto
deslocaliza el saber, siendo que -como muy bien nos ha enseñado a pensar el feminismo de la
diferencia- el saber que nos ayuda a crecer y que nos da autonomía es un saber que crece si-
tuado, que se construye en una relación viva con las situaciones de nuestra vida cotidiana.
El lector pensará tal vez que todo esto que estoy criticando no lo dice el libro concreto que está
utilizando para enseñar Lengua o Matemáticas o Historia. Y yo le sugiero que se detenga a
leer más allá de lo visible, para analizar la carga de poder simbólico que transmite una forma
de seleccionar, presentar, de ordenar el contenido, y que constituye todo un modo de hacer
entender cuál es la cultura y el conocimiento que la escuela –desde ese libro de texto- considera
como valioso. También me dirán que ese tratamiento globalizador, situado, interactivo que
estoy reivindicando, depende de las metodologías del profesor, pero les diré que esa es una
doble trampa discursiva del reduccionismo pedagógico: porque el problema no es didáctico
sino epistemológico, no estamos hablando de una teoría de la actividad en el aula, sino de
una teoría del conocimiento y de sus traducciones consecuentes en el currículum. Y porque
no se puede descargar sobre la iniciativa voluntaria del profesor lo que el propio sistema de
prescripción curricular está dificultando con ese modo de presentar el contenido.
¿No aprendimos con Freinet, con Freire o con Stenhouse otra posibilidad de organizar el pro-
yecto curricular?, ¿no nos está insistiendo ahora Edgar Morin sobre los saberes necesarios
y los modos de presentación en la escuela, desde una mirada que necesariamente ha de
reconocer la relación compleja entre saberes? No es independiente el modo en que presen-
tamos el currículum por asignaturas y éstas por lecciones, de un modo concreto de entender
las relaciones entre el sujeto y el conocimiento como relaciones de poder. Para continuar
manteniendo un currículum fragmentado disciplinalmente, que separa a la escuela de las
problemáticas sociales y ambientales y de su investigación crítica, para presentar ese tipo de
prescripción curricular, el libro de texto es el recurso ideal –si está bien confeccionado, cosa
que no siempre ocurre. Pero como bien nos enseñaron los autores citados, si entendemos
la cultura y el conocimiento escolar de otro modo, el libro de texto nos resulta un artefacto
inútil. Es de modelos culturales y teorías de la relación del sujeto con el conocimiento de lo
que estamos hablando, y no bondades o maldades de un artefacto que, en sí mismo, no es
más que la consecuencia tecnológica de una vieja y oxidada pedagogía.
Por otra parte, ¿en qué sociedad de la información o del conocimiento queremos situar un
modo de relacionarnos con la información que desprecia las enormes posibilidades de las
tecnologías informáticas? Los niños y las niñas se relacionan con la información a través del
libro de texto, se relacionan de esa manera con el conocimiento, simplemente porque alguien
con más poder les está obligando. El libro de texto se mantiene como forma de presentación
del contenido curricular solo por presión institucional, de otra manera, cualquiera sabe ya
que otros formatos facilitarían y enriquecerían mucho más esa relación cultural. Los políticos
que revindican la gratuidad deberían pensar sobre esta forma de violencia simbólica a la
que contribuye una política clientelista. Los informes que viene publicando la UNESCO, por
otra parte, nos dicen que cuanto más liberemos la información de formatos rígidos, y cuanto
más facilitemos las posibilidades de compartir conocimiento necesariamente plural, más nos
acercamos a ese derecho universal a la adquisición de saber.
Aunque esos argumentos hace tiempo que huelen a naftalina, es verdad que lo que pasa
realmente en las escuelas sigue estando en gran medida regulado por un discurso de poder
que hunde en la racionalidad instrumental positivista sus raíces principales. Dentro de este
marco de racionalidad los problemas de pensar el currículum, de diseñarlo, y de inventar las
mejores herramientas para su desarrollo, son un asunto de los expertos, de los científicos
académicos. Y la aplicación mecánica y técnica de lo que otros han pensado, esos son los
problemas de los maestros, rutinarios aplicadores de teorías externas. Es una vieja y tradicio-
nal división entre teóricos y prácticos, pero es también una vieja y tradicional división social,
y el libro de texto es una herramienta ya pensada, una herramienta de trabajo -un medio
de producción cultural- separado de los productores y los procesos de producción cultural.
Es en ese sentido que Miquel Apple señala al libro como un dispositivo de descualificación
laboral del docente.
Otro discurso -al que hemos venido contribuyendo autores desde diferentes países y con
múltiples investigaciones- viene a proponer una mirada desde la complejidad, la interpretación
y la crítica. En este contexto discursivo, como vengo señalando desde el principio, al libro
¿De qué hablamos cuando hablamos de los libros de texto? 433
Conferencias Plenarias
administración y control curricular, etc., etc. Hace mucho tiempo que Apple recomendó la
realización de una etnografía política del libro de texto, que diera cuenta, desde su naci-
miento hasta su muerte, de los complejos procesos de decisiones y acciones y las redes de
poder por las que pasa ese artefacto omnipresente en las aulas. En España, algunos autores
hemos realizado investigaciones (Cantarero Server, Martínez Bonafé, Fernández Reiris) que
contribuyen a esa etnografía política, incorporando al discurso crítico de los libros de texto
un saber fundamentado en una larga y profunda investigación empírica.
¿Cómo es posible que, siendo tan profundas y radicales las transformaciones que ha ido ex-
perimentando a lo largo de los siglos el mundo de la cultura y el mundo de la comunicación,
el artefacto que concreta y presenta el currículum en el interior de la institución escolar haya
permanecido casi inalterable desde la Edad Media hasta nuestros actuales días de neolibera-
lismo salvaje? Más pequeños o más grandes, con más o menos ilustraciones, nuevos colores,
formatos de imprenta, nuevos y viejos contenidos, ejercicios de siempre, añadidos para
profesores, con pruebas de evaluación o sin ellas, copiados de anteriores, reciclados o recién
creados, de amplia difusión o corta, editados en Madrid o producidos en Taiwan, en su esencia
pedagógica, el libro mantiene el sentido original para el que fue creado: la reproducción de
un saber empaquetado y previamente definido. Pero en ese mismo sentido, el libro de texto
se convierte en un código del discurso de la escuela que tiene una historicidad. Y aunque las
condiciones actuales de producción y distribución electrónica pueden modificar una larga
tradición artesana del libro de texto, lo que muestra la mirada pedagógica por el recorrido
histórico es que no se han modificado las condiciones que regulan la necesidad institucional del
texto escolar. O dicho de otra manera, en la hegemonía del discurso pedagógico institucional
prevalece una orientación de la necesidad y uso del manual escolar anclada en la Didáctica
Magna de Comenio, que es un libro cuya primera edición data del año 1657.
Es cierto que, paralelamente al discurso hegemónico, otras pedagogías han venido mostrando
la posibilidad de alternativas de renovación y cambio. Nuevos discursos y nuevos códigos
didácticos en los que ya no tiene cabida el libro de texto tradicional. En este nuevo recorrido
histórico, el siglo XX tiene, en algunos nombres propios y en los movimientos docentes que
les acompañan, una relevancia muy particular. La búsqueda de la libre expresión, el estudio
del entorno y la investigación en la escuela condujo a Freinet hacia la imprenta escolar y la
creación de las propias Bibliotecas de Trabajo. Como dice Adriana Fernández parafraseando
a Marx, Freinet puso del revés a la escuela tradicional para que caminara de pie. Y en ese
nuevo caminar, el clásico manual escolar no podía ser más que un obstáculo. La búsqueda
de un saber para la comprensión y no para la instrucción, y una concepción problemática
del conocimiento y el trabajo pedagógico, condujo a Stenhouse hacia una idea experiencial
434 Jaume Martínez Bonafé
e investigadora del proyecto curricular para la que ya no servía el libro de texto tradicional.
Valorar la calidad de los procesos y convertir a docentes y discentes en investigadores con
capacidad de creación y reconstrucción cultural, requería también de nuevos y diferentes
materiales curriculares, desde una concepción mucho más compleja del texto curricular.
Tampoco a Freire, y con él, a todo el amplio Movimiento de Cultura y Educación Popular, le
servía el libro de texto tradicional. El alejamiento de una concepción instrumental y bancaria
del saber, y la búsqueda de un conocimiento emancipatorio basado en la toma de concien-
cia de la realidad estructural que regula nuestras vidas, puso el punto de mira del trabajo
pedagógico en la propia experiencia social, y en el reconocimiento del propio lenguaje y el
saber popular. Se comprenderá entonces la huída de un empaquetado del contenido curri-
cular descontextualizado y desprovisto de significatividad para el aprendiz. Tampoco para
esta pedagogía comprometida que reconocía la palabra al oprimido era muy útil el libro de
texto tradicional. En el recorrido por las pedagogías alternativas reconocemos todavía otros
autores y experiencias: la filosofía para niños de Lipman o la enseñanza para la comprensión
en Gardner o Perkins, son algunas de las otras pedagogías para las que era necesario encon-
trar alternativas al libro de texto tradicional. Nuestros propios movimientos de renovación
pedagógica, y especialmente la tradición del Movimiento Cooperativo de Escuela Popular,
realizaron considerables esfuerzos para traducir las pedagogías renovadoras con materiales
renovadores. Si hoy nos detuviéramos a inventariar las buenas pedagogías escolares, encon-
traríamos interesantes experiencias prácticas –muchas de ellas aprendidas desde el saber de
las maestras de educación infantil, que son una auténtica punta de lanza de la innovación- que
muestran la posibilidad de otra pedagogía con otros materiales curriculares, alternativos al
libro de texto tradicional. ¿Hasta cuando, entonces, se mantendrá la hegemonía del libro de
texto, un formato para codificar el conocimiento escolar que tiene más que ver con el anti-
guo tiempo de las catedrales que con los actuales tiempos del WorldWideWeb y el sujeto
internauta? ¿Qué respuesta va a dar la escuela a la expansión de las nuevas tecnologías de
la información y la comunicación?
puede jugar la universidad, etcétera). En ese mismo texto se defiende la idea de un Centro
de Desarrollo Curricular, que quiero trasladar aquí por cuanto creo que su creación facilitaría
mucho todas esas posibilidades alternativas.
La idea del Centro de Desarrollo Curricular no es nueva, puesto que goza de una importante
Conferencias Plenarias
tradición en diversos países anglosajones a partir de la década de los cincuenta, es decir, con el
surgimiento del llamado movimiento del currículum, que vendrá a dotar de estatus profesional
a las actividades de desarrollo curricular. La premisa de la que parto es el reconocimiento del
currículum como un espacio profesional problemático sometido a perspectivas teórico-prác-
ticas diversas y a menudo enfrentadas entre sí. Y el reconocimiento también del currículum
como una construcción social y cultural que debe abrirse al debate social y democrático y
no limitarse a las decisiones de comisiones ad hoc en el interior de los departamentos de
las administraciones educativas.
¿Qué es el Centro para el Desarrollo del Currículum? Una institución independiente, con po-
sible coordinación de ámbito estatal, encargada de la investigación, elaboración, desarrollo
y evaluación de proyectos y materiales curriculares. Su misión fundamental es promover
la innovación y el cambio curricular ligado al perfeccionamiento docente y la mejora de la
calidad de la enseñanza.
¿Quién lo compone? En tanto que institución independiente de la Administración, está dirigida por
un Consejo Rector, donde están representados de un modo igualitario y democrático diferentes
elementos institucionales y organizativos: universidad, Administración Educativa, sindicatos de
profesores y profesoras, movimientos de renovación pedagógica, asociaciones de profesores y
profesoras, asociaciones de padres y madres, asociaciones de estudiantes u otras organizaciones
que intervengan en la creación curricular, la investigación educativa y la formación docente.
¿Cómo funciona? Es una institución sin ánimo de lucro que recibe apoyo económico y de
infraestructura de la Administración Educativa, pudiendo establecer también convenios de
colaboración con otras administraciones e instituciones. Dispone de taller, biblioteca, fichero
informático, inventario y muestrario de proyectos, materiales y experiencias de innovación. El
Centro recoge datos, planifica y desarrolla programas alternativos que servirán de ejemplo y
orientarán las decisiones de los profesores. Experimenta y evalúa en las escuelas la puesta
en práctica de los proyectos y materiales nuevos, y organiza actividades de formación per-
manente en conexión con los programas de investigación y desarrollo curricular. Asimismo,
ofrece servicios continuados a escuelas, Ayuntamientos, Centros de Recursos y Formación
Permanente del Profesorado, u otras instituciones implicadas en la producción de material
curricular. Sus actividades, aprobadas por el Consejo Rector, se encargan a grupos interdisci-
plinarios de profesores-investigadores de diferentes niveles del sistema, por lo que no tiene
personal propio, exceptuando los servicios de administración, gestión y secretaría.
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437
¿ Qué sucederá con los libros de texto en un sistema de educación moderno?. Dado
lo que hemos aprendido acerca de cómo adquieren y procesan información los
jóvenes, ¿será, a futuro, el libro de texto un vehículo apropiado para la educación?
¿Qué constituye excelencia en el diseño y contenido de los libros de texto? ¿Cómo se puede
identificar la excelencia? y ¿Quién está calificado para elegir los libros de texto?
¿Cuál debería ser la función del Estado en la producción de libros de texto? ¿Debería estar
abierto a concurso internacional el suministro de libros de texto? ¿Podrían, los concursos
internacionales, desalentar las publicaciones locales? ¿Constituyen las empresas multina-
cionales una competencia desleal? y ¿Qué pasa con la fabricación nacional? Los libros de
texto han servido tradicionalmente como medio de comunicación de los valores culturales
nacionales. Por otra parte, hay quienes afirman que el contenido de los libros de texto está
sujeto a la injusta influencia de grupos privilegiados dentro de sociedades que tratan de
entregar una visión hegemónica de poder y control, ¿está justificada la preocupación de estos
críticos? También han existido libros de texto que reflejaban un propósito unánimemente
considerado como siniestro (por ej. los libros de texto de la Alemania nazi), con alusiones
destructivas no solamente para la nación, sino también para la comunidad de naciones. ¿Qué
puede hacer el mundo frente a libros de textos con un contenido extremista? y ¿cuál puede
ser la función de las Naciones Unidas en este caso?
Este trabajo está basado en numerosos trabajos anteriores relacionados con la función de
los libros de texto en la Educación para Todos (Education for All - EFA) (UNESCO, 2003), e
intentará resumir las opiniones relativas a estas interrogantes. Formulará preguntas acerca
* Informe respaldado por la iniciativa, “Educación para Todos” de UNESCO, y la Oficina Internacional de Educación
(Ginebra).
1 Un sistema de educación “moderno” llega efectivamente a toda la población. Corrige con frecuencia sus estrategias y
tecnologías; revisa periódicamente su historial de logros y comparte esta información con el público.
438 Stephen P. Heyneman
de la función del libro de texto en la historia educacional, y tratará de entregar una hoja de
ruta sobre su desarrollo e importancia. Tratará de explicar los usos muy divergentes pero
apropiados del libro de texto en la enseñanza moderna. Hará un resumen de los resultados
del suministro de libros de textos por región. Además, describirá algunas de las preocupacio-
nes en el sentido que los libros de texto podrían constituir un instrumento de los poderosos
y privilegiados para canalizar ilegítimamente las actitudes de las personas más jóvenes y
susceptibles; y también hará lo opuesto: tratará de resumir la legítima necesidad de un con-
senso moral detrás de lo que las naciones eligen enseñar a los jóvenes acerca de la historia
y el mundo. Por último, averiguará cuál es la función de las organizaciones internacionales,
como las Naciones Unidas, en el control de las ediciones de libros de texto y en particular en
los temas relacionados con la cohesión social de las sociedades.
Los libros de texto y los materiales auxiliares continuarán siendo un instrumento de extraordi-
nario poder. En efecto, podría considerarse la tecnología educacional más efectiva inventada
hasta ahora, y no hay razón alguna para imaginar un sistema educacional moderno en que
los libros de texto no cumplan una función básica. Por lo tanto, es conveniente y apropiado
prestar mucha atención a su rol y función, su contenido, costo y financiamiento.
Es justo solicitar que los países de bajos y medianos ingresos adhieran a los principios eco-
nómicos relacionados con las normas sobre libros de texto y equipamiento de escuelas. Ellos
deberán desarrollar normas sobre libros de texto que estén abiertas a concursos privados e
internacionales y, por lo tanto, tengan mayores probabilidades de eficiencia y eficacia. Ellos
deberán respetar las obligaciones del derecho de autor y proteger de esta forma los intereses de
sus propios editores y potenciales exportadores. La comunidad internacional tiene el derecho
y la obligación de investigar a las naciones y posiblemente hacerlas responsables respecto
de materiales de texto que pudieran producir tensiones y amenazar la cohesión social.
materiales. Los libros escolares aparecieron ya en la década de 1750, pero los libros de texto
de colegios no aparecieron sino hasta la década de 1850 (Johnsen, 1993, p. 24). Los libros
escolares pueden incluir materiales cuyos autores originalmente no tuvieron la intención de
que fuese utilizado en colegios (las obras de teatro de Shakespeare y los ensayos de Voltaire
se utilizan en escenarios educacionales y por lo tanto, para propósitos de instrucción); pueden
Conferencias Plenarias
incluir guías de instrucción, libros de referencia, materiales de lectura complementarios que
han sido aprobados para ser utilizados en colegios, aunque puedan tener usos fuera de los
colegios. Los libros de texto de colegios son diferentes. Ellos pertenecen a una secuencia de
instrucción basada en un programa de estudios organizado.
La naturaleza de lo que se enseña en los colegios está sujeta al consenso entre la comunidad
profesional de educación, los padres y las familias, y el Estado (Gutmann, 1987, p. 19). Si han
sido diseñados profesionalmente, los libros de texto de colegios reflejan dicho consenso.
Pero el consenso puede cambiar con el tiempo. En algunos casos, el programa de estudios
puede reflejar puntos de vista profesionales particulares que pueden o no estar vigentes.
Por ejemplo, en la década de 1930 los libros de texto tendían a reflejar el progresismo de
la comunidad de educación profesional, en tanto que en la de 1940, el uso de los libros de
texto era ampliamente ridiculizado por representar un antitético pedagógico embrutecedor
en relación con los valores educacionales progresivos (Foshay, 1990, p. 25).
La distribución de libros de texto de colegios por las autoridades públicas sin costo para
los hogares, parece haber ocurrido por primera vez en los EE.UU. en Philadelphia, en 1818.
Massachussets fue el primer estado en distribuir libros de textos de colegio sin costo, en
1884. Alrededor de 1900, una decena de estados distribuía gratuitamente libros de textos de
colegio, y en 1949 se distribuían textos gratis en 36 estados (American Textbook Publishers
Institute, 1949, p. 10). En la década de 1920, la Unión Soviética incorporó el principio de
instrucción universal y por lo tanto, el principio de contar con un nivel mínimo de materiales
de lectura para respaldarla. Sin embargo, contrariamente a lo que sucedió en los Estados
Unidos, el suministro de textos escolares fue establecido y dirigido en forma centralizada.
La empresa editora centralizada (Prosveshchenie) creó, fabricó y distribuyó cada uno de los
libros del sistema educacional soviético. Las autoridades políticas ambicionaban equipar a
cada niño soviético con un libro para cada materia/año, y el museo de la empresa editora
muestra orgullosamente sus muchos premios y alabanzas por la producción de libros de texto
en las décadas de 1920 y 1930 (Kaufman, 1994; Gorokhoff, 1959; Walker, 1978; Wiley et al,
1965). A pesar de haber sido establecidos por mecanismos divergentes, los estándares de
producción de libros de textos en Norte América y en la Unión Soviética durante la primera
mitad del siglo XX, fueron en realidad muy similares.
2 Ralph Tyler enumera las características de la era progresiva que se encuentra comúnmente en libros de texto de colegios:
la aceptación de un amplio abanico de objetivos, integración de dichos objetivos, uso de distintos medios para el aprendizaje
y expresión, secuencia y continuidad, énfasis en el desarrollo y aptitudes en lugar de la memorización de hechos específi-
cos, variada categorización y organizaciones del material a veces dirigido por los estudiantes, atención a las necesidades
y recursos de la comunidad local, e instrucción basada en las necesidades personales y sociales de los estudiantes (Tyler
citado en Foshay, 1990, p. 24).
440 Stephen P. Heyneman
La labor analítica patrocinada por el Banco Mundial en la década de 1970 aportó tres lecciones:
la primera era obvia, pero con frecuencia se pasaba por alto: la disponibilidad de libros de
textos es el único concepto correlativo compatible con los logros académicos de los países
en desarrollo (Heyneman, Farell y Sepúlveda-Stuardo, 1978; Heyneman y Farrell, 1989), lo
que justifica la inversión pública en materiales de lectura educativa. La segunda la expresó el
argumento de que el suministro de libros de texto era análogo al de otros productos fabricados,
en el sentido que la calidad, eficiencia y precio eran función de fuentes privadas, en oposición
a las públicas (Heyneman, 1990a; 1990b;), justificando de esta forma la prioridad que tiene
el suministro de libros de texto como inversión legítima, señalada por el Banco. La tercera
era la evidencia de que las inversiones en libros de texto podrían modificar significativamente
los logros académicos de los niños escolares de una nación (Heyneman, 1980; Heyneman,
Jamison, Searle y Galda, 1981), y en ocasiones, alcanzar un nivel de resultados sin precedente
en las ciencias educacionales (Heyneman, Jamison y Montenegro, 1984).
El uso de libros de texto suele ser criticado desde el punto de vista pedagógico porque supone
que éstos refuerzan lo obvio y llevan a los estudiantes a memorizar trozos de información
accidentales. En realidad, su uso apropiado cubre varias funciones diferentes. Pueden ser
utilizados como: (i) una herramienta de enseñanza, (ii) un estilo artístico propio, (iii) una
3 Entre 1962 y 1980, el Banco consideró que los libros de texto eran un costo “recurrente” y no una inversión legítima del
Banco. (Heyneman, 2003, p. 320).
La función de los libros de texto en un sistema de educación moderno... 441
obra acabada y precisa de una disciplina y (iv) una atracción para los compradores (Cronba-
ch, 1955, p. 59). Un error común de un libro de texto y una señal de que un libro de texto es
pedagógicamente mundano, es la tendencia a exagerar la importancia de los últimos tres
propósitos (Cronbach, 1955, p. 60). Según nos recuerda Kilpatrick:
Conferencias Plenarias
“Si para ahorrarle tiempo a un estudiante, le suministramos la enunciación
ordenada final de nuestro pensamiento experto, de modo que simplemente lo
“aprenda” en lugar de que lo “aprenda y comprenda”, probablemente impe-
diremos que desarrolle un conocimiento adecuado de la respectiva materia”
(Kilpatrick, 1932, p. 92).
Una queja obligada de los editores de libros de texto es que las teorías pedagógicas cambian
demasiado rápidamente como para generar las herramientas de enseñanza que se espera
de ellos. Cubberley dice que:
A juicio de algunos, los libros de texto tienen una influencia conservadora por naturaleza,
porque tratan de conservar el común denominador de las necesidades públicas. Pero esta
necesidad no viene al caso en los libros diseñados como herramienta de enseñanza. En esta
función, los libros de texto son muchas veces de naturaleza revolucionaria y pueden tener
una influencia modernizadora (Cronbach, 1955, p. 13).
¿Cómo pueden tener los libros de texto simultáneamente una influencia conservadora y
modernizadora? La respuesta está en su diseño y propósito. Si se editan para atraer a los
compradores, como sucede en muchos estados de los Estados Unidos (Tyson-Bernstein,
1988; Crawford, 2003; Moffett, 1988), serán grandes en atracción pero pequeños en efec-
tividad pedagógica. Si son diseñados sobre la base de reforzar instrucciones y preceptos,
serán influyentes solamente como publicidad social básica. Si se usan como expresiones
de adhesión a una disciplina tradicional, reflejarán la erudición de los expertos pero no el
aprendizaje del receptor; en este sentido, se les puede considerar símbolos de una especia-
lización, pero como libros de texto son antieconómicos. O bien, pueden ser utilizados como
4 Una de las revoluciones más extraordinarias ocurrida después del desmembramiento de la Unión Soviética, fue la inmedi-
ata modificación de los libros de texto. De las 28 naciones que cambiaron de gobierno entre 1989 y 1991, ninguna mantuvo
los antiguos criterios marxistas/leninistas en los libros de texto de historia o educación cívica.
442 Stephen P. Heyneman
un estímulo del carácter propio. Esta función también es útil, pero al igual que la adhesión
a tradiciones disciplinarias, al final refleja la experiencia del escritor, no la del estudiante.
Como función es útil, pero insuficiente.
En este caso, es necesario elevar la categoría de la profesión docente. Los profesores que no
se pueden incorporar a la pedagogía moderna deberían ser reemplazados. Pero su dilema
no es muy diferente al de los profesores en general. Al igual que los demás profesionales,
los profesores no pueden quedar estancados en relación con los cambios de contenido, pro-
pósito o tecnología. Es necesario elevar la categoría de los profesores y estos deberían ser
juzgados conforme a la efectividad de su adhesión a los nuevos estándares de su profesión,
de la misma forma que los médicos o arquitectos.
Los profesores modernos necesitan sentirse cómodos con el hecho de que los libros de texto
eficientes puedan utilizar diferentes estrategias. Los libros de texto eficientes pueden introducir
una asignatura en forma inductiva o deductiva, o pueden alternar los métodos. Pueden pre-
sentar material utilizando un estilo propio, pueden adherir a las tradiciones de una disciplina
o incluso pueden emplear un lenguaje muy superior a la experiencia del lector para explicar un
punto. Un libro de texto pedagógicamente eficiente es accesible a toda la gama de experiencia
y capacidad de los estudiantes. Debe ser apropiado en manos del profesor. Debe establecer
la preparación para el siguiente nivel, sus módulos deben adecuarse a las preferencias y op-
ciones del profesor, y debe elegir los temas y sus secuencias en base a la comprensión de las
respuestas de los estudiantes. El hecho de entender en qué forma responden los estudiantes
La función de los libros de texto en un sistema de educación moderno... 443
a los diferentes niveles del lenguaje, sus secuencias y la mezcla de estrategias pedagógicas, es
el motivo por el cual los buenos libros de texto son escasos y siempre más caros. La clave del
uso de los libros de texto en la educación moderna es reconocer, en primer lugar, la complejidad
de su técnica y esperar el mejor resultado de dicha complejidad.
Conferencias Plenarias
Sección tres: Suministro de libros de texto
Como cualquier otro artículo fabricado, los textos escolares tienen diferentes cualidades y
costos. Los precios difieren según el propósito del texto (algunos propósitos son más caros), la
calidad de su elaboración y la rapidez y dificultad de su distribución. Debido a que la educación
es mayormente un bien social, el financiamiento de los libros de textos escolares es sobre todo
una responsabilidad del Estado. No obstante, solamente en los países poderosos los costos
son soportados en su totalidad por las rentas públicas del Estado. En países de medianos
y bajos ingresos, fuera de los ingresos tributarios generales, son las familias las que deben
financiar directamente los libros escolares. Existe controversia respecto de la equidad de este
planteamiento, puesto que las familias tienen diferentes capacidades de pago, lo que contrasta
con el hecho que la necesidad de educación de la comunidad no es menor para los hijos de los
pobres que para los hijos de los ricos. En tanto que la antigua Unión Soviética garantizó libros
de texto para todos los niños, sin costo para los hogares, no fue ésta la política tradicional en
la República Popular de China. Por otra parte, ninguno de los Estados sucesores de la antigua
Unión Soviética tiene la capacidad de mantener la política de costo familiar cero por concepto
de libros de texto. Sobre una base filosófica ninguna nación elige que las familias deban cubrir
los costos de los libros escolares; esto es más bien una cuestión de exigencia: los países de
bajos ingresos frecuentemente no pueden afrontar el costo total de la educación básica uni-
versal. El suministro y la disponibilidad de textos escolares se transforma, por lo tanto, en un
problema de orden público profundamente inquietante para todos los interesados, incluyendo
las comunidades en desarrollo de Europa, Norte América y Asia con intereses en la educación
básica universal y en la igualdad de acceso a la educación de los niveles inferiores.
La relación ideal libro de texto/niño es 1:1, pero algunos argumentan que una relación 1:3 es
aceptable (Brunswic y Hajjar, 1992, p. 19). El problema es que en los países de bajos ingresos,
el suministro de libros de texto parece no haber aumentado desde la declaración de objetivos
de “Educación para todos” de una década atrás. Los aumentos de matrículas, la recesión
económica, los conflictos civiles y las urgentes prioridades económicas de la salud pública
han reducido los presupuestos para la educación. En investigaciones realizadas en Angola,
Kenya, Tanzania se ha podido constatar que la relación libro de texto/alumno es 1:20 o peor,
en algunas áreas rurales. Por otra parte, al interior de algunos países se ha producido una
importante variación -por ejemplo, en Tanzania, donde existe una relación 1:3 en la región
montañosa del sur, que convive con una tan baja como 1:700 en la zona norte, cerca del Lago
5 La proyección de las necesidades financieras de los países de bajo ingreso debe asumir muchas veces una redistribución
de los gastos públicos menos productivos a la educación básica, y una disminución del nivel de sustracción personal en el
sector público.
444 Stephen P. Heyneman
Victoria (Montagnes, 2001, p. 7). La insuficiencia de libros escolares en los niveles primario
y secundario se refleja en las insuficiencias del nivel terciario. Muchos libros para el nivel
terciario deben ser importados y están sujetos a restricciones e impuestos de importación. Las
insuficiencias parecen ser más serias en la formación docente y en los institutos vocacionales,
que en las universidades (Buchan, Denning, Read, Lacasse y Diop, 1991, p. 16).
Pero, incluso si se pudiera disminuir los costos con un proceso de elaboración más eficiente
en abierta competencia, incluso desde el exterior de un país, ¿quedaría el sistema escolar
local expuesto al riesgo de ser sometido a valores y contenidos indeseados? (Heyneman,
2001; 2003). ¿Qué determina el contenido de un libro de texto? ¿De dónde provienen los
textos escolares en general?, y ¿Cuáles son los valores de los editores de textos escolares?
Toda la supervigilancia de los textos escolares debe comenzar con los hechos básicos del
aspecto económico de los libros de texto y las respuestas a estas preguntas.
A pesar de que unos pocos países de bajos ingresos se siguen aferrando a la proposición de
que un Ministerio de Educación puede fabricar materiales didácticos, la mayoría se adhiere a
un sistema conceptual común en relación con la función del Estado y la función del profesor
como última fuente de selección de los libros de textos. Este esquema conceptual se explica
en la Figura 1. El financiamiento de suministros escolares se realiza mayoritariamente (no
necesariamente en su totalidad) a través del Ministerio de Finanzas, cuya responsabilidad
es asegurar que los gastos públicos sean asignados en la forma más efectiva posible. El
Ministerio de Educación tiene la responsabilidad de informar respecto de la efectividad de
la asignación de los gastos públicos y de informar en una forma transparente. Puesto que los
libros escolares y los materiales didácticos constituyen una fuente común de corrupción en la
La función de los libros de texto en un sistema de educación moderno... 445
educación, es importante que se deje para constancia pública de toda la información sobre la
adquisición de libros de texto (Heyneman, 2004). La principal responsabilidad intelectual de
un Ministerio de Educación es establecer los objetivos educacionales y llevarlos a la práctica.
Estos pueden incluir las siguientes funciones:
preparar pautas claras y detalladas para los programas escolares;
Conferencias Plenarias
•
materiales didácticos;
• capacitar a los profesores en el uso y cuidado de los libros de texto y materiales
didácticos;
• proteger los derechos de propiedad intelectual a través de una legislación apropiada
Objetivos docentes
Distribuidores
Evaluadores Resultados
Alumno
446 Stephen P. Heyneman
Los ministerios más modernos organizan esto de modo que dejan un espacio considerable a
la gestión administrativa local (distribución de tiempos/materias, estilo pedagógico y elec-
ción de materiales) y a la selección de los libros de texto por parte de los profesores. Como
nos recuerda Askerund, un suministro sustentable de libros de texto requiere una industria
editora local desarrollada (Aaskrud, 1977).
Los ministerios modernos pueden contribuir al desarrollo de la industria editora local no exclu-
yendo la competencia externa, sino más bien incentivando la participación local en contratos de
textos escolares tanto nacionales como internacionales y las asociaciones entre casas editoras
locales e internacionales. El mecanismo preferido para asegurar materiales didácticos apropia-
dos es publicar solicitudes de propuestas de proveedores privados de materiales publicados y
distribuidores de bienes y servicios. Los editores responderán aplicando sus normas de calidad
técnica de acuerdo a las exigencias de limitaciones de tiempo y costos establecidas por el Minis-
terio de Educación. Si el proceso de licitación en el Ministerio de Educación es suficientemente
profesional, los editores responderán con una amplia variedad de objetivos educacionales/
técnicos en diversos niveles de precios y calidades de fabricación.
A veces se sostiene que los editores no son iguales a todos los otros capitalistas; además
de los principios de rentabilidad comercial, ellos sustentan principios de servicio público y
creatividad intelectual. Los editores de textos escolares describen sus propios motivos seña-
lando que un editor de libros de texto “atribuye mayor valor a la confianza y al respeto que a
rápidas ventajas pecuniarias” (American Textbook Publishers Institute, 1949, p. 9).
Bourdieu y Passeron (1970) hacen una diferenciación entre empresas que tratan de obtener
capital simbólico y capital financiero. Las empresas que tratan de obtener capital financiero
buscan una rotación rápida y obsolescencia. Apple insinúa que, en cambio, muchos editores
tratan de obtener capital simbólico. Al tratar de obtener capital simbólico, las ganancias
inmediatas cobran menos importancia y pueden tomar mayores riesgos con contenido ex-
perimental sobre la base que la empresa se beneficiará con retribuciones en el largo plazo,
y estas retribuciones pueden incluir un prestigio no monetario y los beneficios resultantes
de ser un educador reconocido y bien intencionado (Apple, 1986, p. 57).
Estas caracterizaciones contradictorias de los editores de los siglos XIX y XX aún continúan. ¿Son
monopolistas y tratan de obtener ganancias financieras o son una extensión de la comunidad
pedagógica y están motivados, en parte, por objetivos altruistas de capital simbólico?
Durante 2002 se gastaron 26 billones de dólares en los Estados Unidos en la compra de
libros, aproximadamente 31% de esta cifra (8 billones de dólares) se gastó en educación
(Heyneman, 2001). Esto significa un aumento de siete por ciento respecto del año anterior
en educación primaria y secundaria, y un aumento de aproximadamente 10% respecto del
año anterior en educación superior. En los Estados Unidos se distribuye aproximadamente
$34/estudiante en libros de texto, gasto que se repite en otras democracias industrializadas
de Europa y Asia (Heyneman, 2001).
Conferencias Plenarias
mente un cuarto de la cantidad de España o Italia. Alrededor de 1.900 nuevos títulos fueron
publicados en Marruecos en 2002, 5.000 en Indonesia y solamente 120 en Kenia. Esta cifra
queda pálida en comparación con los 66.000 nuevos títulos lanzados en Japón, 81.000 en
Alemania y 110.000 en Gran Bretaña, durante el mismo año.
Las publicaciones educacionales pueden ser consideradas una industria muy importante. Sin
embargo, considerando que solo un 12% de la población mundial de alumnos está en los países
de la OCDE (y menos de 2% en los Estados Unidos), el futuro mercado de materiales de lectura
se encuentra claramente en los países de bajos y medianos ingresos. Es posible que el tamaño
de estos mercados no dependa tanto de la actual asignación de recursos para materiales edu-
cacionales como del crecimiento económico y de la población. La Figura 2 muestra la asociación
entre el aumento de gastos para la educación y el crecimiento económico. A medida que se
desarrollan las naciones, gastan más en educación y en materiales de educación (Figura 2).
japón suiza
EEUU
dinamarca
suecia
finlandia
israel
españa
grecia
hungría
filipinas
Por ejemplo, Francia asignó siete veces más dinero por estudiante en materiales didácticos
que la República popular de China, que posee 17 veces la población de Francia; el mercado
para materiales didácticos en China es más del doble que el de Francia. El tamaño de los
diferentes mercados se muestra en la Tabla 3.
* Fuente: Anuario Estadístico de UNESCO, 1998 en S.P. Heyneman (2001). International Journal of Educational Development
21, 345-359.
En parte como resultado de estas cifras optimistas de una potencial demanda, los editores
están siendo actualmente absorbidos por las más importantes empresas multinacionales
de comunicaciones. Rupert Murdoch, propietario de Harper Collins, adquirió recientemente
la empresa editora Hearst, despidiendo a 80 de sus 200 empleados (Schiffrin, 2000, p.13).
Time Warner, propietario de Little Brown and Company y el Book of the Month Club, es el
conglomerado más grande, seguido por Disney y Vaicom/CBS, propietario de Simon and
Schuster. Ochenta por ciento de las ventas de libros en los Estados Unidos está controlado
por cinco importantes conglomerados; las diez empresas editoras más importantes fueron
responsables del 75% del ingreso anual.
Aun cuando no exista una conspiración consciente en la intención, como cree Apple (1986,
p.57), es posible imaginar que los materiales necesarios para la población mundial de lec-
tores, incluyendo los alumnos de educación básica, son controlados o fuertemente influen-
ciados por las mayores empresas de medios de información (Graham, 1992). ¿Aplicarán las
industrias de comunicación masiva que han comenzado a adquirir casas editoriales, sus
propios criterios al material que difunden, criterios no sujetos a los impulsos del autor o a
las necesidades educacionales de la audiencia? (Lacy, 1963, p. 43). Un ejemplo podría ser
la industria cinematográfica, que aplica normas de contenido sexual pero no de violencia.
¿Dominarán las multinacionales con sedes en Europa, Norteamérica y Japón, progresivamente,
8 Para analizar la competencia norteamericana de libros de texto, ver Taraporevala, 1970; Elliot y Woodward, 1990; o
Kerr, 1955.
La función de los libros de texto en un sistema de educación moderno... 449
el suministro de textos escolares a los países de medianos y bajos ingresos? (Altbach, 1976a;
1976b; Neaville, 1976; Cosner, 1976).
En la Organización Internacional del Trabajo (OIT) han comenzado las discusiones sobre la
reducción de las barreras internacionales en el comercio de la educación. Algunas de las
Conferencias Plenarias
discusiones incluyen qué hacer en relación con la abrogación de las normas de propiedad
intelectual de los libros de texto y la práctica aparentemente común de algunos países de
medianos y bajos ingresos de permitir la piratería de libros de texto (Bollag, 2004; Overland,
2004; Loyd, 2004; Lin-Liu, 2004).
El asunto es si estas discusiones podrían ser un punto de entrada en los mercados para los
países de medianos y bajos ingresos (ver la comparación de Francia y China en el cuadro
anterior). ¿Existirá a futuro un equivalente, en materiales didácticos de lectura, a la posición
semi-monopolizadora de Microsoft? ¿Se cumplirá la visión de Will Altbach, en el sentido
que los libros de texto representan un mundo progresivamente desigual? (Altbach, 1991, p.
242), ¿o bien, la progresiva competencia internacional y las menores barreras comerciales
aumentarán la calidad intelectual de los libros de texto, reducirán los precios y fortalecerán
las herencias culturales debido a las mayores opciones y talento técnico, y a un acceso más
amplio a medios efectivos para influenciar las herencias culturales? (Heyneman, 2003).
Un mayor suministro es un beneficio de interés internacional. ¿Pero tendrá como resultado que
el desarrollo de un mayor número de libros de texto para los países de la OCDE sea exportado
exponencialmente a países de medianos y bajos ingresos? No hay un gran riesgo que esto
suceda por razones de gastos y aplicabilidad. Más probable, y digno de incentivos a través
de normas bien informadas sobre libros de texto, es el libre comercio de componentes de
libros de texto (gráficas, etc.) y tecnologías. Su comercialización ayudaría probablemente a
los editores y fabricantes locales de libros de texto a aumentar su eficiencia y excelencia.
En los casos en que intereses particulares contribuyen a determinar los criterios, aquellos
pueden actuar en su propio beneficio, como por ejemplo, respecto de la cantidad de ilustra-
ciones que representan a su grupo étnico específico, considerando no el interés del público
o el interés general del alumno, sino el suyo propio, en la medida en que su grupo pudiera
ser afectado por las ilustraciones consideradas.
Un sistema educacional exitoso no puede ser ideológico respecto de cómo enseñar a leer; no
puede prohibir tecnologías que pudieran ser mal vistas. Una de las características de un sistema
moderno de educación es el análisis abierto e imparcial por parte de los profesores y el personal
administrativo de los colegios, de la variedad de procedimientos que tienen que ver con en el
aprendizaje; y un problema fundamental en los sistemas de selección de libros de texto en los mi-
nisterios de educación, es que tienden a establecer criterios insuficientes como criterio único.
Si una nación tiene la capacidad de distribuir el triple de los recursos del primer nivel de
calidad, se puede suministrar un libro de texto por alumno, por año escolar. Esta es una
importante mejora de la calidad educacional. Por primera vez un estudiante tendrá acceso
directo a una fuente de información pedagógica y a una forma de enseñanza. Las naciones
que han pasado de la categoría uno a la categoría dos de calidad educacional, son las que
han obtenido los mayores logros de éxito académico (Heyneman, 1980, 1981, 1984), y en esta
categoría de mejora se puede decir, con propiedad, que los libros de texto son la tecnología
educacional más efectiva que se ha inventado.
Por otra parte, si algunas naciones son capaces de aumentar 40 veces, o en el caso de los
países de la OCDE, 200 veces el nivel de inversión de una situación educacional de bajos
ingresos, deberían poder proporcionar a los estudiantes múltiples opciones de materiales
didácticos, tanto en forma electrónica como impresa. Es en estas dos últimas categorías de
calidad educacional donde se está produciendo una auténtica revolución en términos del pro-
La función de los libros de texto en un sistema de educación moderno... 451
fesionalismo de los profesores. Los profesores cuya calidad educacional está en las categorías
más bajas son proveedores de información; los profesores cuya calidad educacional está en
las dos categorías más altas son administradores de fuentes informativas. El aprendizaje
resultante es representado por un aumento de hábitos espontáneos de aprendizaje.
Conferencias Plenarias
El asunto de si se debe aplicar impuestos a los textos educacionales es un problema que se ha
extendido por mucho tiempo y respecto del cual la UNESCO ha mantenido su opinión. En gran
medida se ha aceptado el principio que si se aplica un impuesto a los materiales educaciona-
les, este debería ser inferior al de otros productos. Por otra parte, podría ser razonable que
la comunidad financiera internacional ayudara a establecer normas tributarias comunes para
separar los materiales educacionales de otros impuestos. También podría ser razonable que la
comunidad financiera internacional compensara a los países de bajos ingresos por la pérdida
de impuestos al separar los materiales educacionales de las fuentes locales del IVA.
A pesar de la competencia del cine y la televisión, la industria del libro ha ido creciendo con
el tiempo. Las editoriales produjeron 750 títulos/millón de población en Suiza en 1952 y
1.893 a la fecha. Dinamarca produjo 504 títulos/millón de población en 1952 y actualmente
publica 2.188. Los 23 países de los cuales poseemos información producen actualmente más
títulos per capita que en 1952.
La base filosófica de la educación pública, tal como se conoce actualmente, fue establecida
en el siglo XIX en Francia, por François Guizot (1787 – 1874); en Nueva Inglaterra por Horace
Mann (1796 – 1856) y en Los Países Bajos por Petras Hofstede de Groot (1802 – 1886). En
un esfuerzo para instruir a una nación dividida por creencias, idiomas y lealtades étnicas,
452 Stephen P. Heyneman
la educación popular se preocupó más bien de entregar actitudes y valores comunes, que
habilidades vocacionales o científicas. Tal como señala Glenn: “la educación popular no era
simplemente, ni siquiera principalmente, entregar rudimentos de educación u otros conoci-
mientos prácticos, sino desarrollar las actitudes y valores comunes considerados esenciales
en una sociedad en la que círculos cada vez más amplios de la población se integraban a la
vida pública” (Glenn, 1988, p. 45). Brooks observaba: “la educación ya no se podía dejar a
la iniciativa privada ni se podía permitir que tomara tantas formas diferentes como las or-
ganizaciones que la patrocinaban; era demasiado lo que estaba en juego” (Charles Brooks,
1837, citado por Glenn, 1998, p. 46).
El éxito que tuvieron los Países Bajos modernos con la fusión de las sub-poblaciones cató-
licas y protestantes se puede atribuir, en cierta medida, al éxito de la escuela pública y al
carácter distintivo predominante de tolerancia impuesto a través del Estado en los programas
escolares tanto católicos como protestantes. Sin embargo, en Nueva Inglaterra, la solución
parecía estar en una escuela común, administrada y equipada por el Estado e independiente
de todo control sectario.
¿Cuál sería el costo social si no existiera un sistema público de educación? Como señala Horace
Bushnell, el no contar con dicho sistema debilitaría la seguridad de la nación y comprometería
las libertades sobre las que está basada:
“Esta gran institución, la escuela pública única, no sólo es parte del estado,
sino que es imperiosamente necesaria como tal, para la capacitación común
de tantas clases y condiciones de personas. Es necesario que exista un lugar
en que se reúnan durante la primera infancia y se conozcan entre sí… sin es-
cuelas públicas, el perjuicio que acarrearía al estado, en la pérdida de tanto
carácter, y tantos vínculos entrecruzados de respeto mutuo y aprecio general,
el exacerbamiento tan fatal de las discriminaciones externas, y la generación
de tantos desacuerdos,… debilita inmensamente la seguridad del estado e
incluso sus libertades” (Bushnell, 1847, p. 27).
La clave para entender la importancia social de los libros de texto es entender que el principal
propósito de la enseñanza pública es social. Los libros de texto son la parte más accesible del
programa escolar, y como indica Basil Bernstein, ellos “definen lo que se considera conocimiento
válido” (Bernstein, 1975, p. 185). No es de extrañar que el contenido y el estilo de los libros de texto
constituyan un terreno fértil para el debate. ¿Qué se debería enseñar a los jóvenes sobre historia,
sobre sus conciudadanos, sobre sus vecinos, sobre anteriores o actuales enemigos? (Apple, 1984).
Incluso con los mejores motivos, ¿es posible enseñar culturas extranjeras sin ser condescendientes
o complacientes? (Ploszajka, 19996; Lieven, 2000; Manzo, 2003; Silova, 1996).
Así como ha cambiado el estilo de la pedagogía, también han cambiado los métodos profesio-
nales de los diseñadores de libros de texto. En general, la pedagogía ha sustituido a aquella
práctica en la cual la mayoría de los alumnos trataba de aprender “operaciones corrientes
limitadas a contextos específicos, por una pedagogía que acentúa la exploración de principios.
La función de los libros de texto en un sistema de educación moderno... 453
Los profesores han sustituido la utilización de libros de texto como fuente de información y
soluciones por una fuente que plantea problemas precisos” (Bernstein, 1975, p. 70).
No obstante, durante los últimos años se ha producido un desajuste en la comprensión de los libros
de texto. Algunos críticos consideran que los libros de texto son el epítome del control social. Estos
Conferencias Plenarias
críticos tienden a exagerar la importancia de la las técnicas que reglamentan y dan indicaciones en
cuanto al diseño de los libros de texto y a restar importancia o a ignorar el uso de la generalización
y leyes teóricas en el diseño de los libros de texto. Por ejemplo, Bernstein señala que:
“El libro de texto (…) tácitamente transmite ideologías (…) ordena el conoci-
miento conforme a una progresión explícita, entrega criterios explícitos, elimina
incertidumbres y anuncia jerarquías” (Bernstein, 1975, p. 138).
Apple tiende a ver en la función del libro de texto una demostración de la forma en que algunas
culturas dominantes incorporan los intereses de las menos dominantes. Según expresa, el
público puede responder a un texto de tres formas: puede ser dominado, puede negociar o
puede oponerse. Si es dominado, el público aceptará los mensajes del libro de texto al valor
nominal. Si negocia, el público puede estar en desacuerdo con determinada afirmación,
pero aceptará la tendencia o interpretación general. Si se opone, asumiría la posición de los
oprimidos (Apple y Christian-Smith, 1991, p. 14). Apple estaría de acuerdo con Bowles y Gintis
(1976), quienes sostienen que la enseñanza y los textos escolares legitiman los valores y las
posturas relativas al modo de producción y socializan aquellos de trasfondo proletario para
que cumplan pasivamente la función de disciplinar a los futuros trabajadores, apoyando de
esta forma la estratificación social del capitalismo. Sin embargo, Bernstein indica que si los
textos escolares y la enseñanza socializan a los obreros en roles deferentes y docilidad ocu-
pacional, la enseñanza y los libros escolares lo hacen con desmesurada ineficiencia, puesto
que han sido los responsables de motivar a generaciones de aquellos que desafían el sistema
social y lo conducen hacia mejoras necesarias (Bernstein, 1975, p. 188).
Para comprender la función que, en lograr consensos, poseen los libros de texto, es necesario
apreciar el hecho de que es normal que el público desee socializar. Es uno de los principales
propósitos de la enseñanza, y los libros de texto constituyen un mecanismo esencial. La
función del libro de texto en la adaptación de la historia ha sido motivo de investigaciones
durante mucho tiempo (Ahier, 1988; Brega y Schissler, 1987; Crawford, 1996a, 1996b, 1997,
2000a, 2000b, 2000c, 2000d, 2003; Matsui y Crawford, 2003; Sidhava, 2001). No existe un
sistema escolar cuyo contenido no establezca un importante punto de discusión. No se pueden
hacer recaer críticas sociales inteligentes de libros de texto sobre éstos y esperar encontrar
un sistema de educación pública en que se hubiesen eliminado los libros de texto, o en que
se hubiera puesto fin a las discusiones.
La pregunta clave es cómo guiar a los editores de libros de texto respecto de aquello que
deben incluir. Hopken señala que se acabaron las principales causas de los problemas que
enfrentaron los libros de texto en la primera mitad del siglo XX. Ya no existen las tensiones que
causaron los conflictos entre las naciones. Y agrega, ya no existen guerras tipo Clausewitz entre
454 Stephen P. Heyneman
Estados soberanos; las ideologías como causas de guerra han declinado; la mayoría de nosotros
acepta alguna forma de democracia orientada al mercado; las actuales luchas tienden a ser
causadas por identidades étnicas, y luchas étnicas por acceso a recursos. También han cambiado
los actores. Los actores principales dejaron de ser los Estados y los ejércitos convencionales;
actualmente pueden incluir grupos paramilitares, pandillas y tiranos que dominan por medio
del terror. El Estado ha perdido su monopolio sobre las operaciones militares; han disminuido
las diferencias entre los civiles y los combatientes; las diferencias entre las guerras y el crimen
organizado han disminuido. Por último, no se pueden combatir nuevas guerras sin la interven-
ción internacional. Las guerras originadas por el comercio y la identidad son más difíciles de
resolver a través de negociaciones porque la identidad no es negociable (Hopken, 2003, p. 2);
como señala Friedman (1999), las partes en conflicto a veces son capaces de arriesgarlo todo
en beneficio de una rama de olivo. Si dicho extremismo triunfa sobre las defensas y la política
social, imagínense lo que implica para el contenido de los libros de texto.
Incluso si hubieran sido identificados con anterioridad, la ineficacia en abordar los proble-
mas de cohesión social no habría evitado la tragedia en Bosnia o en Ruanda. No obstante,
el costo de la inacción puede ser elevado. Si se descubre un sistema escolar que debilita
sistemáticamente la cohesión social, como en Sri Lanka en la década de 1950, es posible
predecir futuros conflictos sociales o posiblemente una guerra civil.
¿Qué significa evitar programas escolares extremistas? ¿Existe un tribunal internacional al que
pueda recurrir un grupo étnico si siente que no se respeta su cultura o su historia? ¿Estaría
este tribunal dispuesto a considerar que los derechos y privilegios de un grupo mayoritario
son igualmente importantes que los de un grupo minoritario? ¿Existe una institución capaz
de analizar periódicamente el grado en que los sistemas escolares realizan adecuadas fun-
ciones de cohesión social? ¿Existe una institución capaz de responder a situaciones críticas
de cohesión social y de prestar asesoramiento profesional proactivo?
Hutton y Mehlinger, 1987). No prestando atención a la historia como lo hizo Europa Occiden-
tal, los programas escolares en Asia continúan exacerbando problemas que pudieron haber
sido resueltos décadas atrás.
¿Podría utilizarse un organismo de las Naciones Unidas, como por ejemplo el Banco Mun-
dial, para cumplir esta función?, probablemente no. Los miembros del Banco Mundial son
Conferencias Plenarias
gobiernos nacionales, en tanto que muchos de los problemas educacionales son de natura-
leza sub-nacional (Heyneman, 2003a; 2003b). La UNESCO ha estado manejando problemas
culturales y educacionales durante muchos años. Se ha adquirido un nivel considerable de
experiencia que combina los problemas de los programas escolares con los derechos de
las minorías, el género y otras formas sociales de discriminación, y técnicas para lograr una
efectiva gestión pedagógica y de escuelas. Sin embargo, debido a que los Estados nacionales
son miembros con derecho a voto, la UNESCO podría verse en dificultades para satisfacer la
necesidad de aplicar medidas profesionales efectivas a un nivel sub-nacional o en un contexto
altamente cargado si dos naciones están en desacuerdo respecto del contenido del programa
escolar de la otra. ¿Qué pasa con organismos especializados como UNICEF? La promoción de
causas es una especialización inveterada de UNICEF. Pero también podría tener problemas
para cumplir las expectativas en este contexto particular. La mayoría de las operaciones de
UNICEF dependen de donaciones voluntarias, y hay quienes podrían creer que la fuente de
financiamiento podría influenciar su criterio profesional.
Es el momento para pensar con creatividad acerca de nuevos organismos y nuevas funciones
dentro de los actuales organismos de las Naciones Unidas. Es el momento del realismo. Lo que
está claro es que el mundo necesita una institución profesional capaz de juzgar los problemas
de la educación y de la cohesión social. Es necesario que exista un principio para controlar los
rumbos y tendencias. Una posibilidad podría ser aumentar la capacidad de una organización
como CIVITAS en Estrasburgo, de modo que pudiera cumplir estas funciones en base a criterios
profesionales entre profesores de educación cívica. También podría haber formas de ampliar la
función de organizaciones regionales, como la Unión Europea, en estas áreas. Ciertamente sería
útil recopilar mejores estadísticas sobre la educación cívica en la OCDE y en el recientemente esta-
blecido Instituto de Estadísticas de la UNESCO (Heyneman, 2003c). Antes que ocurra un estallido
de disturbios civiles, el mundo necesita saber en qué parte existen molestias e inquietudes.
La educación debe continuar siendo mayormente una responsabilidad local a cargo de au-
toridades locales. Pero, al mismo tiempo, es necesario reconocer que sus implicaciones son
más amplias que la comunidad local. Aunque continúa siendo cierto que las comunidades
locales tienen derecho a educar a sus ciudadanos en la forma que eligen, también es cierto
que la comunidad mundial tiene derecho a saber cuándo y dónde existen instancias en que
la dirección de la educación local produce malestar entre los ciudadanos y los países vecinos
y una potencial inestabilidad en la región.
9 Aunque no es responsable ante el Secretario General de las Naciones Unidas, el Banco Mundial es oficialmente un organ-
ismo especializado dentro de la familia de las Naciones Unidas.
456 Stephen P. Heyneman
Aunque es un hecho universal que el sector privado es el proveedor natural de textos escolares,
queda la interrogante de si los proveedores internacionales podrían limitar la participación de
los editores locales. La respuesta no es sencilla. Las circunstancias difieren dramáticamente
de un país a otro y de una región a otra. Las circunstancias de los proveedores internacio-
nales pueden ser muy diferentes en mercados pequeños como África francófona, en que la
fuente de las multinacionales está dominada por un país, contrariamente a lo que sucede
en América Central, en que la fuente de las multinacionales pueden ser distintos países de
Europa, Norteamérica y Sudamérica. ¿Son los editores multinacionales menos objetables si
su origen es Singapur, India o Brasil que si es Alemania o Gran Bretaña?
Los argumentos a favor de elevar las tarifas para proteger las industrias editoras locales se
basan frecuentemente en evidencias débiles. Los proveedores internacionales que respon-
den a solicitudes de propuestas locales no son necesariamente más caros. Como todos los
proveedores, ellos fabrican un producto dentro de las limitaciones financieras que les son
fijadas. Los proveedores internacionales no constituyen necesariamente una amenaza para
las culturas locales. Respondiendo a las especificaciones del Ministerio de Educación, una
empresa puede utilizar un especialista con residencia local y otra empresa puede utilizar
un especialista que resida fuera del país. ¿Es uno de ellos necesariamente más local? Los
proveedores internacionales proveerán lo que se les solicita proveer y son tan capaces de
utilizar autores locales como los editores locales. Por otra parte, a menudo los editores
internacionales están dispuestos a participar en sociedad con editores locales, y estas
sociedades pueden ser más competitivas (Newton, 1999; Randle, 1999; Sulley, 1999; Loric,
1999; O’Donnell, 1999; Treffgarne, 1999).
Una excepción a la política abierta de la industria de libros escolares se refiere a las adquisiciones
mediante operaciones del Banco Mundial. Las directrices de las adquisiciones no son específicas
para el sector de la educación, sino que han sido concebidas para aplicarlas a todos los secto-
res. Se han presentado casos en que las directrices mismas han limitado la participación de las
casas editoras locales en el proceso de licitación. Las directrices pueden exigir a los potenciales
licitantes un nivel de capital en giro que se podría entender en un proyecto de suministro de
energía eléctrica, pero que resulta poco razonable en educación. En este caso, las directrices
de adquisición, creadas originalmente para asegurar una licitación internacional competitiva y
La función de los libros de texto en un sistema de educación moderno... 457
justa, en realidad restringen la participación de las casas editoras locales y por lo tanto, el libre
comercio. En este sentido, se podría concordar con la opinión de James Socknat:
“Las normas del Banco para adquisiciones son muy complicadas, y posiblemente
nosotros dentro del Banco deberíamos tratar que el enfoque a proyectos de
Conferencias Plenarias
libros de texto no sea licitaciones competitivas internacionales. Aunque por
el lado del Banco continúe siendo necesario utilizar licitaciones competitivas
internacionales u otros tipos de opciones específicamente financiadas por parte
de la oferta o de la demanda. No tiene sentido utilizar los escasos recursos
para enseñar a algunas personas las extraordinariamente complejas normas
y reglamentos de adquisiciones, si podemos lograr los objetivos de instruir
a una gran cantidad de personas en forma más fácil, con menos costos de
transacciones” (Socknat, 1999, p. 206).
¿Es influenciado el contenido de los libros de texto por los ricos y poderosos? En síntesis,
sí. ¿Pero, podría ilegitimar, por sí sola, la influencia de los ricos y poderosos, el contenido
de los libros de texto? No. La realidad es que los libros de texto deben adaptarse al carácter
distintivo general de una nación. Si el carácter de la nación es influenciado o distorsionado
de algún modo profundo por intereses sociales particulares, los libros de texto lo reflejarán.
No se puede esperar que los libros de texto no reflejen los valores de la nación. La pregunta
que se debería formular respecto de los libros de texto es si su contenido causa molestia a
sus propios ciudadanos o a sus vecinos.
A futuro, la pregunta tendrá menos que ver con la influencia de los ricos y poderosos que con
la influencia de lo pernicioso. Si son controlados por intereses divisivos -por ejemplo facciones
religiosas intolerantes, agresivas-, la pregunta que se debe formular es ¿qué recursos tiene
la comunidad internacional si los materiales de texto son sediciosos?
Los libros de texto son instrumentos de un poder extraordinario. Pero su poder radica en dos
características separadas. Los textos escolares contienen los conocimientos que una nación
desea traspasar a su juventud. Por lo tanto, el primer tipo de poder está en el contenido del
libro de texto. El segundo poder es más sutil y, de alguna manera, más interesante. Este se
refiere al poder simbólico del libro de texto. Los libros de texto representan más que conte-
nido. Ellos representan los resultados de la visión que de sí misma posee una nación. Este
poder simbólico es la razón por la cual la investigación sobre los libros de texto ha sido tan
interesante y productiva. La verdad es que los libros de texto son una ventana hacia el alma
de una nación (Johnsen, 1993).
Apuntalando todos los proyectos respaldados por donantes existen análisis técnicos sobre el
actual estado de los materiales de lectura y las estrategias para abordar los problemas de escasez,
calidad y financiamiento. Estos análisis tienen dos aspectos sobresalientes. En primer lugar está
el tema de quién controla los análisis, porque quien controla los análisis establece los términos
y la futura agenda de negociaciones. En segundo lugar está el tema de cómo se comunica a los
países de bajos ingresos sus opciones cuando se negocian las normas en base a los análisis10.
1. Los países pueden decidir qué analizar y quién debe realizar los análisis técnicos que
apuntalan las normas sobre libros escolares y otras normas educacionales
Una opción puede ser dejar los estudios técnicos en manos de los países mismos. Por ejemplo,
el Asian Development Bank garantiza la asistencia técnica que apuntala los préstamos11. Las
organizaciones de asistencia para el desarrollo pueden otorgar dinero para trabajos analí-
ticos. Los países solicitarían propuestas del mismo modo que lo hacen para otras formas
de asistencia técnica. Las propuestas surgirían de las universidades, empresas privadas y
posiblemente de otros organismos públicos, tanto locales como internacionales.
10 Existen varias sugerencias acerca de cómo reestructurar las organizaciones de asistencia para el desarrollo. Ver: Interna-
tional Financial Institution Advisory Commission, 2000; Cavanagh, Wysham y Arruda, 1994; Danaher, 1994; Williams y Young,
1994; French, 1994; Gilbert y Vines, 2000; Bergesen, H & Lande, L. 1999; Gibbon, 1993; Gore, 2000; Collier, 2000; Woods,
2000a, 2000b; Sanford, 1996.
11 La calidad de la asistencia técnica prestada por el donante no puede ser garantizada. Debido a que el prestatario elige el
trabajo analítico que se implementa, no hay garantía que la elección será la correcta.
La función de los libros de texto en un sistema de educación moderno... 459
2. Las normas educacionales, incluyendo normas sobre libros de texto apoyadas por el
donante, pueden ser decididas conjuntamente dentro del sistema de las Naciones Unidas
Una segunda opción podría ser reasignar la responsabilidad de los libros de texto y otros
asuntos a un consorcio de organizaciones internacionales, parecido al consorcio de organiza-
ciones que une la iniciativa Educación para Todos de UNESCO (Mundy, 1998, 1999). La virtud
Conferencias Plenarias
de esta opción sería diversificar los intereses de las normas de organizaciones específicas.
De esta forma, la responsabilidad profesional de las normas de educación recaería en la
institución cuyos términos de referencia cubre toda la gama de actividades educacionales,
no solamente las actividades relacionadas con la eficiencia interna y externa12.
12 El argumento en contra es que UNESCO está gobernada por los Ministerios de Educación y puede establecer su agenda
de normas independientemente de las restricciones fiscales. La solución puede ser una autoridad conjunta, de modo que
ambas instituciones deban aceptar propuestas de normas que tengan implicaciones fiscales.
13 El hecho que los países en desarrollo puedan disponer de asesoría técnica es especialmente importante cuando la
Millenium Challenge Account está establecida y operativa. Los fondos de la MCA serán asignados sobre la base de varios
criterios, uno de los cuales es la prueba empírica de efectividad. Entregar eficiencia, dentro de las limitaciones de capacidad
técnica y recursos, puede ser una propuesta muy complicada, sobre la cual habrá inevitablemente más de un punto de
vista obligatorio. Aún no se ha preguntado quién representará a los países en desarrollo bajo las condiciones de evidencia
estadística de efectividad (Heyneman, 2003).
460 Stephen P. Heyneman
prestada sin costo puede o no ser tan eficiente como la asesoría del otro lado de la mesa,
pero al menos un acusado tiene acceso a asesoría técnica. ¿Dónde deben representar sus
intereses los países de bajos y medianos ingresos durante las negociaciones de contratos de
libros de texto u otros temas importantes de las normas de educación? En comparación con
los organismos que recomiendan las normas, ellos cuentan con pocos recursos técnicos.
Resumen y recomendaciones
Tanto por razones simbólicas como pedagógicas, los libros de texto continuarán estando
entre los temas centrales del debate de las normas en la educación. Pero el suministro de
libros de texto y la acertada gestión del sector de la educación solo pueden prosperar en una
atmósfera en que las normas más amplias estén bien equilibradas y sean cuidadosamente
negociadas entre partes iguales. Es justo solicitar que los países de bajos ingresos adhieran
al conocimiento de principios económicos más amplios, desarrollen normas sobre libros de
texto que estén abiertas a la competencia privada e internacional y por lo tanto, tengan una
mayor probabilidad de ser eficientes y efectivas. Por otra parte, la comunidad internacional
tiene derecho a investigar y responsabilizar a las naciones por materiales de texto que puedan
encender tensiones y amenazar la cohesión social. Las naciones de bajos y medianos ingresos
deberían poder negociar importantes alternativas técnicas de las normas de educación, con
asesoría privada y experimentada. La falta de un suministro mínimo de libros de texto es una
constatación inaceptable después de las resoluciones de Jomtien. Los objetivos de “Educación
para todos” apoyados con los recursos de la Millenium Challenge Account, deberían incluir
un nivel mínimo de materiales de lectura.
• Es necesario buscar el apoyo de una ONG internacional para prestar asesoría en caso
• Es necesario buscar apoyo internacional para bajar los costos, de modo que los países
puedan reducir el IVA y otros impuestos que gravan los libros de texto y materiales
educacionales en general.
tro de libros de texto a los países de bajos ingresos hasta un mínimo internacional.
Dicho fondo debería tener como objetivo lograr la relación un libro/un estudiante, el
segundo de los cuatro niveles de calidad educacional.
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