Uniforme
Uniforme
Uniforme
Continuidad uniforme
Como paso previo para el estudio del Cálculo Integral, discutimos en este tema una nueva
propiedad que pueden tener las funciones reales de variable real, la continuidad uniforme. Será
evidente que toda función uniformemente continua es continua y mostraremos con ejemplos
que el recíproco no es cierto. El concepto de función lipschitziana permite obtener abundantes
ejemplos de funciones uniformemente continuas. Como resultado más importante, probaremos
el Teorema de Heine que, bajo ciertas condiciones, nos permitirá pasar de la continuidad a la
continuidad uniforme.
Ni que decir tiene, δ depende de ε , pero también del punto x ∈ A considerado. Fijado ε > 0 ,
unos puntos de A pueden obligarnos a tomar δ mucho más pequeño que otros dependiendo,
dicho intuitivamente, de la rapidez con que varía la función f cerca del punto que consideremos.
Pues bien, cuando podamos conseguir que un mismo δ , que dependerá sólo de ε , sirva para
todos los puntos del conjunto A , diremos que la función f es uniformemente continua en A .
Así pues, una función f : A → R es uniformemente continua cuando, para cada ε > 0 , puede
encontrarse δ > 0 tal que, si x, y ∈ A verifican que |y − x| < δ , entonces | f (y) − f (x)| < ε .
Simbólicamente:
Obsérvese la sutil diferencia entre (1) y (2): como ya hemos explicado, en (1) permitimos que
δ dependa de x y de ε , mientras que en (2) sólo puede depender de ε . Por supuesto, si f es
uniformemente continua, podemos asegurar que f es continua, pero vemos enseguida que el
recíproco no es cierto, con un contraejemplo nada rebuscado.
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6. Continuidad uniforme 54
x, y ∈ R , |y − x| < δ =⇒ |y 2 − x 2 | < 1
pero esto no es posible, pues fijado n ∈ N con 1/n < δ , tomaríamos x = n , y = n + (1/n) , para
obtener 2 + (1/n)2 = |y 2 − x 2 | < 1, flagrante contradicción. Obsérvese que la restricción de f
a R+ tampoco es uniformemente continua. Puesto que la función identidad es uniformemente
continua, vemos que el producto de dos funciones uniformemente continuas puede no serlo.
El razonamiento usado en el ejemplo anterior nos da la pista para caracterizar la continuidad
uniforme mediante sucesiones:
En el primer caso, dado ε > 0 , encontramos δ > 0 tal que, para x, y ∈ A con |y − x| < δ , se
tenga | f (y) − f (x)| < ε . Como {yn − xn } → 0 , existirá entonces m ∈ N tal que, para n > m se
tenga |yn − xn | < δ , luego | f (yn ) − f (xn )| < ε . Así pues, { f (yn ) − f (xn )} → 0 .
Recíprocamente, si f no es uniformemente continua, existe ε0 > 0 tal que, para cada δ > 0
pueden encontrarse puntos x, y ∈ A (que dependerán de δ ) verificando que |y − x| < δ pero
| f (y) − f (x)| > ε0 . Si para cada n ∈ N usamos lo anterior con δ = 1/n , obtenemos las dos
sucesiones {yn } y {xn } requeridas.
Claramente, existe una mínima constante M0 > 0 que verifica la desigualdad anterior,
| f (y) − f (x)|
M0 = sup : x, y ∈ A , x 6= y
|y − x|
y se dice que M0 es la constante de Lipschitz de f , que toma su nombre del matemático alemán
Rudolph Lipschitz (1832-1903).
De la desigualdad (3) deducimos que, dado ε > 0 , tomando δ > 0 de forma que δ M < ε ,
se tendrá | f (y) − f (x)| < ε , siempre que x, y ∈ A verifiquen |y − x| < δ . Tenemos por tanto:
El teorema del valor medio nos proporciona un criterio cómodo para saber si una función
derivable en un intervalo es lipschitziana, basta ver si la función derivada está acotada:
de donde deducimos claramente que | f 0 (x)| 6 M0 . Por tanto f 0 está acotada y, escribiendo
M = sup{| f 0 (x) : x ∈ I ◦ }, tenemos ya la desigualdad M 6 M0 .
(ii) ⇒ (i). Definiendo M como antes, para x, y ∈ I con x 6= y , el Teorema del Valor Medio nos
proporciona un punto intermedio c ∈ I ◦ que nos permite escribir
Esto prueba que f es lipschitziana con constante de Lipschitz M0 6 M , la otra desigualdad que
necesitábamos para probar (4).
En general, adivinamos una forma fácil de asegurarse la acotación de la derivada, basta
suponer que la derivada es continua y trabajar en un intervalo cerrado y acotado, para poder
aplicar el Teorema de Weierstrass:
Para concluir esta breve discusión de las funciones lipschitzianas, vemos un ejemplo de una
función uniformemente continua que no es lipschitziana.
√ √ y−x y−x √ √ √ p
y− x = √ √ 6 √ = y−x, es decir, | y − x| 6 |y − x|
y+ x y−x
La última desigualdad es obvia si y = x , y no se altera al intercambiar
√ x con y , luego es válida
+ √
para cualesquiera x, y ∈ R0 . Para conseguir que sea | y − x| < ε , bastará por tanto que se
tenga |y − x| < ε2 .
Por otra parte, la función raíz cuadrada no es lipschitziana, ya que es continua en R+
0 y
+ + ◦
derivable en R = (R0 ) pero su derivada no está acotada.
6. Continuidad uniforme 56
Este teorema nos permite poner de manifiesto que la continuidad uniforme, a diferencia de
otras propiedades como la continuidad o la derivabilidad, no tiene carácter local, suele decirse
que es una propiedad global. En efecto, si f : R → R es una función continua, su restricción
a cualquier intervalo cerrado y acotado será uniformemente continua. En particular, fijado un
δ > 0 arbitrario, tenemos que, para cada x ∈ R , la restricción de f al intervalo [x − δ, x + δ] es
uniformemente continua. Sin embargo, esto no implica que f sea uniformemente continua.
6.4. Ejercicios
1. Probar que, si f , g : A → R son funciones uniformemente continuas, entonces f + g
también lo es. Suponiendo además que f y g están acotadas, probar que también f g es
uniformemente continua.
3. Sea I un intervalo no trivial y supongamos que todas las funciones continuas definidas
en I son uniformemente continuas. Probar que I es cerrado y acotado.
5. Sean a, b ∈ R con a < b y f : ]a, b[→ R una función. Probar que equivalen las siguientes
afirmaciones:
(i) Existe una función continua g : [a, b] → R tal que g(x) = f (x) para todo x ∈ ]a, b[ .
(ii) f es uniformemente continua.