Mexico Prehispanico
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Matricula: 105066
La cultura azteca es sin duda alguna junto con la cultura española, una de
las piedras angulares más importantes del mestizaje en México, pero nosotros como
individuos poco nos interesamos en su desarrollo como individuos o seres
pensantes, ya que regularmente tomamos la enseñanza de esta cultura meramente
como dato histórico, sin adentrarnos un poco más en el pensamiento base de su
cultura.
Una vez lograda la derrota del imperio Tepaneca, el imperio Azteca logró
extender sus límites a través del Valle de México, logrando establecer ciudades
controladas por ellos en los actuales territorios de Puebla, Veracruz, Oaxaca,
Guerrero, Hidalgo, la costa perteneciente a Chiapas, así como parte de Guatemala.
Tlahtoāni: era la principal figura de poder del imperio, el cual encarnaba una
especie de Rey. El poder se transmitía por vía hereditaria, de acuerdo a la
línea de descendencia tolteca.
Huey-tlatoani: era considerado el máximo gobernante y representante de
los dioses en la tierra, por lo que en él se encarnaba el poder político y
religioso. Ejercía el poder en compañía de un consejo de funcionarios.
Chiuacóatl: podía considerarse una especie de vicepresidente, su principal
función residía en administrar los tributos hechos por las distintas regiones,
aunque también tenía incidencia en asuntos religiosos y judiciales. Era el
segundo al mando.
Tlacochcálcatl y Tlacatécatl: eran los jefes militares del Imperio Azteca, su
función principal era mantener el control y orden en las distintas regiones del
imperio.
Huitzncahuatlailótlac y Tizociahuácatl: en cuanto a estas figuras, los
historiadores han señalado que en ellas residía la Justicia, al ejercer el papel
de los jueces principales, donde residían la mayoría de decisiones en esta
materia.
Tlatoque: era el equivalente a un Gobernador de provincias, era el
encargado de rendir cuentas al poder central, así como mantener el orden y
funcionamiento de las regiones sobre las cuales gobernaban.
Tecutli: su principal función era encargarse de garantizar el pago de los
tributos de su región al poder central.
Podría decirse que la educación que recibían los hijos era 50% en casa y
50% en escuelas, ósea muy similar a nuestros tiempos; los padres se encargaban
de adiestrarlos en materia de sostenimiento, y la escuela en materia de valores, o
normas religiosas.
Los varones se consideraban listos para casarse a los 20 años, las mujeres
desde los 16. Sus padres disponían de su consentimiento para realizar la unión y
consultaban a un sacerdote para que se les dijera por no decir “asegurar” la
prosperidad del matrimonio. Se regían leyes en contra del incesto en incluso entre
dos miembros del mismo clan. El padre del novio mandaba dos ancianas de la tribu
con obsequios para los padres de la futura nuera, aunque esta petición era por
costumbre desechada. El propósito de mandar a las ancianas era para evaluar el
dote que tenía la futura esposa. Los novios después de desposados tenían que
ayunar durante 4 días al final de los cuales podían consumar su matrimonio.
El hombre podía repudiar a su mujer si esta estaba estéril o si tenía mal carácter; y
si una mujer quería libertarse de su marido era cuando este no podía sostenerla o
educar a sus hijos, o si llegaba a maltratarla físicamente ya que no era una
enseñanza de los Aztecas la crueldad.
Las mujeres gozaban de derechos, poco inferiores que los hombres, pero a
fin de cuentas gozaban de cosas como, poseer bienes, celebrar contratos y podía
también acudir a los tribunales; en cuanto a moralidad sexual estas tenían que ser
castas y fieles a sus maridos; solo se consideraba que un hombre transgredía las
normas de la decencia si la mujer con quien había practicado relaciones ilícitas era
mujer casada, ya que como vimos anteriormente estaba permitido el contacto con
concubinas e incluso con prostitutas.
Como en muchas otras culturas, la muerte era vista y abrazada con respeto
y sin temor alguno. Todo giraba en la dualidad que formaba la vida y la muerte. Los
aztecas entendían que esa dualidad generaba vida, así que después de la muerte
vendría más vida.
Un segundo lugar a donde iban era el tlalocan donde iban las personas
que habían padecido enfermedad y aquí encontraban la paz, la tranquilidad y
el descanso de su lucha fallida contra su padecimiento. El tercer lugar era el
Mictlán, donde iban las personas que habían fallecido por muerte natural”
…(Talavera Franco. La Muerte entre los Aztecas)
Como hemos visto, nuestra cultura actual, se basa en muchos aspectos, con
nuestros antepasados aztecas; aunque en muchos aspectos es cambiante la
situación, aun se ve en muchas ocasiones como las mujeres se quedan en las
labores del hogar mientras que el hombre es el encargado de sostener a la familia,
hoy en día la mujer en muchos casos es parte también de la colaboración en el
cargo de sostener a una familia, incursando en el campo laboral y sin dejar a un
lado las actividades del hogar.