0% encontró este documento útil (0 votos)
107 vistas10 páginas

Masones y Sociedades Secretas

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1/ 10

Masones y Sociedades Secretas: redes militares durante

las guerras de independencia en América del Sur


Felipe Santiago del Solar
Resumen | Índice | Plano | Texto | Bibliografía | Notas | Cita | Autor

Resumen

The historiography that has given account of the masonic participation during the South American
Independences, has been suspended during almost two centuries in the dichotomy apologist/detractive or in
the structure mystification/demystification. Our article intends to analyze the historiographic production
developed to that matter and to propose a new view of analysis complementary to the traditional one, that will
allow us to understand the implantation of lodges as a process of Atlantic circulation that owns its particular
rhythm and characteristics.
Inicio de página

Entradas del índice

Keywords :
Freemasons, Independence of South America, Lautaro’s Lodge, Secret Societies, Sociability
Palabras claves :
Independencia de América, Logia Lautaro, Masonería, Sociabilidad, Sociedades Secretas
Inicio de página

Plano

La historiografía masónica: actores y contextos


Ritmos y vías de penetración del modelo asociativo logial

Inicio de página

Texto completo
PDFEnviar el documento por correo electrónico
1La conmemoración de los bicentenarios de las independencias en América Latina, es una
excelente oportunidad para realizar balances y demarcar los límites de la producción
historiográfica concerniente a la participación de la masonería y las sociedades secretas en las
guerras de independencia.

1 Una síntesis de las diferentes corrientes de la historia atlántica en Silvia Margazalli, “Sur les (...)

2El carácter polémico con que se ha desarrollado el debate, es un antecedente suficientemente


elocuente de la necesidad de delimitar el “estado del arte” y proponer una vía metodológica que
nos permita sortear la dicotomía apologista-detractor en el momento de analizar la influencia de
este tipo de sociabilidad política durante la era de las revoluciones atlánticas1.

2 El concepto fue acuñado por el historiador francés Alec Mellor en 1963 e implica la aplicación de (...)

3Para ello, hemos dividido nuestro artículo en dos partes: en la primera, daremos cuenta a
grandes rasgos de los contextos y características de la historiografía o “masonología” 2 que se ha
preocupado del fenómeno. En la segunda parte, quisiéramos explorar una vía de análisis cuyo
objetivo no sea desmitificador, sino que intente comprender el proceso de implantación de logias
como parte de un fenómeno de sociabilidad que se inserta en un proceso de transformaciones
políticas de gran escala, pero que se desarrolla simultáneamente en distintas zonas del imperio
español según sus propias dinámicas y características.

4Para ello, analizaremos el proceso de fundación de logias entre 1807 y 1818 en un territorio
que comprende la antigua Capitanía General de Chile y los Virreinatos del Río del Plata y del
Perú. Tanto la temporalidad como el espacio están definidos según la territorialidad de las logias,
su interconexión y duración en el tiempo. De este modo, buscamos analizar el fenómeno en un
espacio que trascienda las fronteras nacionales, que nos permita visualizar el proceso de
independencia a nivel regional, como también, dialogar críticamente con las perspectivas
institucionalistas y normativas imperantes en los estudios sobre la masonería en América del
Sur.

La historiografía masónica: actores y


contextos
3 En la época se su supo de su existencia debido a las publicaciones de José Miguel Carrera en Monte (...)

5La naciente historiografía latinoamericana advirtió de la existencia de sociedades secretas


durante las guerras de la independencia desde mediados del siglo XIX, cuando los historiadores
Benjamín Vicuña Mackenna (1860) y Bartolomé Mitre (1869 y 1887), dieron cuenta de la famosa
logia Lautaro3. A partir de ese momento las historiografías sudamericanas (Barros, 1890;
Amunátegui, 1855; Paz Soldán, 1868) comenzaron a indagar en este tipo de asociaciones,
tomando como referencia las características de la Francmasonería criolla que paralelamente
comenzaba a institucionalizarse hacia la década de 1850.

6La presencia de “masones” en las primeras historias nacionales, causó inmediatamente revuelo
en la sociedad latinoamericana, debido a que en dicho periodo, comenzaba la lucha entre
liberales y conservadores, debido a los proyectos simultáneos de separación de la Iglesia y el
Estado. En esas circunstancias, la presencia de la masonería, tanto en el espacio público como
en la naciente historiografía, favoreció aun más el clima de conflicto social.

7En cierto sentido la discusión se estructuró de forma análoga al debate europeo acerca del
papel de la Francmasonería durante la Revolución Francesa. En la versión sudamericana, los
actores y los contextos políticos fueron determinantes para sostener tesis complotistas que
buscaban frenar el avance del liberalismo, por medio de la propaganda antimasónica (González,
1990a).

8Por su parte, las Grandes Logias sudamericanas en los inicios de su vida institucionalizada y
regular, no deseaban hacerse cargo de un proceso revolucionario que contradecía la norma
andersoniana de no injerencia en asuntos políticos ni religiosos, debido a que de aceptar la
genealogía común con las logias de la independencia, los sectores radicalizados de la Iglesia
católica utilizarían ese argumento como una prueba irrefutable de su finalidad complotista. Eso
explica, en parte, la cautela con que la primera historiografía, constituida por un importante
número de masones, abordó el problema.

9Sin embargo, con el advenimiento de la celebración del primer centenario de las


independencias en América del Sur, durante el primer cuarto del siglo XX, se produjo un giro en
el debate. Al momento de conmemorar el centenario, la masonería buscó hacer confluir su
historia con la historia de la Nación y de este modo legitimarse como columna del
republicanismo latinoamericano (González, 1990ª: 1043; Del Solar, 2006). Al valorar la guerra
de la independencia como un evento trascendente y fundacional, la masonería reivindico para sí
la filiación de los protagonistas del proceso. De este modo las logias que durante el siglo XIX
eran definidas como sociedades secretas pasaron a ser masónicas y junto con ellas los “padres
de la patria”.
4 Para un análisis exhaustivo de la producción bibliográfica de habla hispana, véase José Antonio Fe (...)

5 El trabajo mejor documentado de todos pertenece al único investigador que no fue masón, véase Juan (...)

10A partir de este momento comenzaron a surgir las primeras investigaciones dedicadas
específicamente a definir el papel de la francmasonería durante la independencia de América 4.
En una primera etapa, la gran mayoría de las investigaciones fueron realizadas por masones
(Gouchon, 1917; Rodríguez, 1922; Lazcano, 1927; Oviedo, 1929; Onsari, 1951) 5.

11Paralelamente, con el advenimiento de los movimientos nacionalistas, principalmente en sus


vertientes fascista y franquista, muy influyentes en algunos sectores ultra-conservadores de la
Iglesia católica, surgió una corriente contestataria a la historiografía glorificante emanada desde
las grandes logias sudamericanas. Además de revivir las teorías complotistas, ahora en su
versión judeo-comunista, buscaron rescatar el carácter confesional de los próceres de la
independencia, intentando anular con este argumento, la participación de la masonería en la
independencia.

12En síntesis, el primer siglo de debate se caracterizó por la participación de investigadores en


su mayoría provenientes de la naciente masonería sudamericana, quienes dieron vida al mito de
la masonería emancipadora sin atenerse rigurosamente a los cánones académicos. Situación
análoga sucedió con la contraparte católico- conservadora, que bajo la influencia de un ferviente
nacionalismo intentó exorcizar a los “padres del a patria” de la herejía masónica.

6 Principalmente las cartas de Carlos del Alvear referentes a la logia “Caballeros Racionales”. Juli (...)

13A partir de la segunda mitad del siglo XX se produjeron algunos avances en la investigación.
En primer lugar, gracias al descubrimiento y publicación de nueva documentación6, la cual si
bien no esclareció del todo el fenómeno, entregó nuevas pistas de investigación. En segundo
lugar, y este es quizás el factor más importante, se produjo un proceso de profesionalización de
la disciplina histórica en la región. Aun así, la dicotomía mistificador-desmitificador permaneció
como eje argumental de la gran mayoría de las investigaciones (Martínez, 1967; Carnicelli,
1970; Eyzaguirre, 1973).

14A partir de la década de 1970 algunos historiadores europeos se interesaron por el tema. En
primer lugar, de la masonería británica apareció el trabajo de Frederick Seal-Coon, miembro de
la logia de investigación Quatuor Coronati Lodge nº 2076 quien publicó dos artículos en la
revista de su logia titulados: “Simón Bolívar, Freemason” y “Spanish-American Revolutionary
Masonry” (1977 y 1981). Tiempo después, con su artículo “La mítica masonería de Francisco de
Miranda”(1995), puso en duda, con sólidos argumentos, la pertenencia del prócer venezolano a
la masonería, desvinculándolo por completo de la Logia Caballeros Racionales y, por lo mismo,
quitándole el protagonismo que una historiografía fuertemente nacionalista, le había otorgado en
el proceso de creación y difusión de logias en Europa y América. Aun así, el mito mirandista ha
permanecido en el tiempo.

15En la década de 1980, gracias a la formación del Centro de Estudios Históricos de la


Masonería Española (CEHME) bajo la dirección del más importante historiador de la
francmasonería, el jesuita José Antonio Ferrer Benimeli, se establecieron para el mundo de habla
hispana los cánones por los cuales se debían guiar las investigaciones históricas sobre la
masonería. Al mismo tiempo, se abrió un espacio de encuentro y discusión que incorporó, por
primera vez, al mundo hispanoamericano.

16Ferrer Benimeli igualmente publicó dos importantes artículos referentes al tema: “Simón
Bolívar y la Masonería” y “Cádiz y las llamadas “Logias” Lautaro o Caballeros Racionales” (1983
y 1987). En estos trabajos, además de criticar duramente a la historiografía que se ha hecho
cargo del tema, niega de forma categórica la vinculación de las logias de la independencia con la
masonería, al no responder a las formas institucionales y constitucionales que la francmasonería
regular ha manifestado desde sus orígenes hasta la fecha. Este tipo de agrupaciones, agrega el
autor, serian sociedades patrióticas similares a la masonería pero absolutamente desvinculada
de esta. A lo más, constituirían una desviación de la verdadera masonería.

17Por último, en un diálogo con la escuela de Ferrer Benimeli y con los trabajos de François-
Xavier Guerra y Maurice Agulhon, aparecen a fines de la década de 1980 las investigaciones de
la historiadora argentina Pilar González Bernaldo (1989 y 1990) quien a través del análisis de las
nuevas formas de sociabilidad en el Río de la Plata, estudia el surgimiento de las primeras logias
de Buenos Aires dentro de un proceso más amplio de transferencias y circulación de prácticas
asociativas, abriendo con ello una rica beta de investigación.

18En síntesis, las investigaciones propiamente académicas poseen una fecha de nacimiento no
muy lejana de la actualidad (no más de 30 años) lo que deja en evidencia que se trata de un
viejo problema que recientemente se ha comenzado a estudiar con seriedad.

7 El monumental diccionario de la Francmasonería dirigido por el destacado historiador Daniel Ligou, (...)

19Los importantes centros de estudios de América latina existentes en Francia, Inglaterra o


Estados Unidos, no le han dado mayor importancia al tema. Inclusive la “masonología” francesa,
que ha realizado importantes estudios para la región del Caribe y las Antillas, ha descuidado
considerablemente el espacio sudamericano7.

20En términos generales, ha faltado un diálogo internacional que permita dar cuenta de un
fenómeno de circulación atlántica de dimensiones intercontinentales y superar con ello un
debate que se ha llevado a cabo entre masones latinoamericanos y sus detractores. Las
distancias geográficas y lingüísticas, pero sobretodo la inexistencia de archivos masónicos de
carácter público, como los que existen en Francia y España, explican en parte la falta de
innovación en el tema.

Ritmos y vías de penetración del modelo


asociativo logial
21El proceso de fundación de logias fue un fenómeno dinámico, en el cual se superponen
diferentes etapas hasta armar una red militar interconectada en 1818. El problema ha surgido al
momento de definir el carácter de estas “logias”. El debate se ha centrado en determinar la
existencia o no, de una vinculación con la masonería europea, en sus vertientes británica o
francesa (considerablemente diferentes).

22Si nos atenemos a los mencionados “tipos” de masonería, las logias de la independencia,
principalmente la logia Lautaro, no posee ni los principios filantrópicos, ni la simbología
arquitectónica, ni una organización institucional como las que la masonería europea desarrolló
durante todo el siglo XVIII. Quizás las logias jacobinas de la Revolución Francesa permitirían
hacer alguna analogía (Combes, 1990). Sin embargo, no existe concordancia temporal ni
conocemos los canales de comunicación, si es que llegaron a existir, entre ese tipo particular de
logias y las logias sudamericanas.

23De todos modos la interrogante acerca de la naturaleza no nos permite explicar del todo el
fenómeno, ya que la adscripción institucional no nos habla de las particularidades del proceso,
sino que simplemente afirma o rechaza la hipótesis de su filiación, en un contexto en que el
problema mucho más complejo.

24Basta con ampliar la escala de observación, la cual tradicionalmente ha respondido a las


fronteras de los Estado-Nación modernos, inexistentes por lo demás en la época, para constatar
la simultaneidad de la proliferación de logias en todo el imperio español. Desde 1808 hasta 1814
se establecieron en la península 24 logias, de las cuales 14 eran de franceses y 9 de españoles,
estas últimas en 1809 fundaron el Gran Oriente español (Ferrer, 1980). Al mismo tiempo en
1811, tenemos noticias de la fundación de una logia de latinoamericanos que se encontraban en
la península luchando contra la ocupación napoleónica. Esta logia, denominada Caballeros
Racionales, pasaría posteriormente a América ramificada y sus miembros participarían en los
procesos independentistas de sus respectivas regiones sin mayor interconexión entre ellos.

25Al concentrarnos en la zona sur de América latina, podemos constatar que existe un proceso
de fundación de logias que va desde Europa hasta Sudamérica, pasando por Buenos Aires,
Montevideo, Santiago de Chile y el Alto Perú. Esta red militar tiene como característica común, la
centralidad de los antiguos miembros de la logia Caballeros Racionales: Carlos de Alvear, José
de San Martín y Matías Zapiola, a los cuales se les fueron sumando paulatinamente diferentes
actores locales según las facciones que fueron surgiendo de la división de este núcleo inicial.

8 El documento original se encuentra en el archivo de la Gran Logia de Uruguay. Véase Mario Dotta Os (...)

26Sin embargo, y tal como lo hemos señalado anteriormente, existe una superposición de
procesos. En las Provincias Unidas del Río de la Plata, por ejemplo, durante las invasiones
inglesas a Buenos Aires y Montevideo, entre 1806 y 1807, se establecieron dos logias que
venían con las tropas de ocupación Estrella del Sur e Hijos de Hiram las cuales iniciaron a varios
miembros de la elite local con el afán de ganar simpatías a la causa británica. Otro ejemplo es el
de Miguel Furriol, para quien existe un documento donde el 47º regimiento de infantería por
medio de su logia nº 192, con carta patente de la Gran Logia de Escocia, le otorgó el grado de
maestro en 18078.

9 Existe confluencia entre distintas fuentes en que Julián Álvarez, habría tenido una logia masónica (...)

27La existencia de logias en este periodo, tal como deja constancia en sus memorias el general
Enrique Martínez, facilitó la iniciación de un sector de criollos que vieron con simpatía las
invasiones inglesas en la medida que posibilitaban una eventual independencia de la Metrópoli
(Molina, 2001: 407-437). Este primer grupo de masones en las Provincias Unidas del Río de la
Plata, constituyó el núcleo inicial en el proceso de constitución de logias que tendría su primera
manifestación entre 1810 y 1812 en la logia masónica de Julián Álvarez9.

28De este modo ya para 1812 tenemos como antecedentes la formación de dos sociedades
secretas de latinoamericanos. La primera nace en Europa, durante el proceso de florecimiento de
logias napoleónicas; y la segunda en Buenos Aires, a raíz de un conjunto de iniciaciones que se
produjeron durante las invasiones inglesas. Estos antecedentes nos permiten constatar la
existencia de masones, como también, que estos se organizaron en logias con una fisionomía
particular. Una forma de sociabilidad hibrida, combinación de logia masónica y sociedad
patriótica, constituye quizás la manera más precisa de describirlas.

29De este modo, en 1812, tras el ingreso de la facción de la logia Caballeros Racionales a
Buenos Aires, se produjo la primera síntesis de los dos procesos de creación de logias, al ser
cooptada la organización de Julián Álvarez para dar vida a la primera logia Lautaro.

30La fundación de esta logia supuso la disolución de todas las instancias asociativas anteriores y
la incorporación de los sectores más importantes de la elite revolucionaria. Podemos apreciar
dos momentos claves de la logia: aquel que va desde 1812 a 1815, ye el que se desarrolla entre
1816 a 1820. En el primer periodo tomó el poder de las Provincias Unidas del Río de la Plata y
comenzó la guerra contra España en un desgastante conflicto en la región del Alto Perú. Durante
esa época, se llevaron a cabo una serie de reformas políticas que paulatinamente fueron
destruyendo los cimientos del Antiguo Régimen al mismo tiempo que fueron concentrando el
poder político en la nueva elite militar. En la segunda etapa continuó la guerra en dos
escenarios, uno interno, desarrollado en las Provincias Unidas debido a la resistencia de las
provincias del interior frente a la imposición de Buenos Aires como capital hegemónica, y otro
externo, centrado en el derrocamiento del Virreinato del Perú, por medio de la liberación de la
Capitanía General de Chile, que en 1814 había caído en manos de los españoles.
31La matriz inicial de la logia estuvo bajo el mando indiscutido de Carlos de Alvear, quien a su
vez dirigió la logia Caballeros Racionales en Europa. Tras la caída de su régimen político, se
produjo la ruptura de esta primera red, la cual se reconstituyó en una segunda logia Lautaro que
fue dirigida militarmente por José de San Martín y en términos políticos por Juan Martín de
Pueyrredón. Es importante hacer esta distinción, ya que el proyecto expansivo de la logia fue
prácticamente exclusivo de San Martín, quedando para Pueyrredón la administración y control
del territorio de las Provincias Unidas.

32El fraccionamiento de la matriz inicial, produjo la creación de una sociedad secreta en


Montevideo, la Sociedad de Caballeros Orientales, la cual agrupó bajo el mando de Carlos de
Alvear, a la facción contraria al régimen político directorial y, por ende, entró abiertamente en
guerra con la segunda logia Lautaro a partir de 1816.

33Un tercer proceso que viene a alimentar la red militar ya formada en sus diferentes facciones,
así como a incluir nuevos territorios de influencias, se produjo con llegada de los militares Tomás
de Iriarte y José Miguel Carrera. Ambos casos son especialmente interesantes, ya que
interconectan la red regional con redes masónicas: norteamericanas, para el caso de Carrera, y
españolas, gracias a Iriarte. Este último caso sirve para graficar la importancia de las iniciativas
individuales y de los sujetos, en la interconexión de las diferentes logias del periodo.

34En la Península, tras el regreso de Fernando VII, el régimen absolutista comenzó una
persecución descarnada contra el constitucionalismo, el liberalismo y la masonería, sectores a
los cuales reprimió a través de la policía y la inquisición. Para ello, el Rey dictó el 24 de mayo de
1814 en decreto prohibiendo “las asociaciones clandestinas”, el cual sería reforzado el 2 de
enero de 1815, por un decreto emanado por la inquisición donde se prohibía y condenaba a la
masonería (Morales, 2002). Dicha situación provocó el exilio de numerosos liberales, así como
también la disolución de las logias masónicas existentes hasta 1814. Hasta el inicio de trienio
liberal solo hay noticias de dos logias clandestinas que funcionaron en 1817: Los Amigos del
orden en La Coruña y Los Comendadores del Teyde en Santa Cruz de Tenerife. Ambas
dependientes del Gran Oriente de Francia.

35Sin embargo, paralelamente existía en Cádiz, alrededor de 1816, una logia “salvaje”, como
denomina Ferrer Benimeli a las logias que nacen sin filiación institucional a un Gran Oriente, de
la cual tenemos noticias gracias a las memorias de Tomas de Iriarte:

En Cádiz existía otra (logia) compuesta de personas notables que iniciaba a los oficiales destinados a
ultramar que más sobresalían por sus principios liberales e ilustración. El partido liberal perseguido
entonces de muerte por Fernando pretendía que de este modo formase una nueva patria en América,
si se veían obligados a abandonar la Península para evitar los furores de aquel déspota sanguinario.
(Iriarte, 1944: 8)

10 Una copia incompleta del proceso en Archivo General Militar de Madrid, Documento 5590.20, Logia c (...)

36De esta logia, surgió a bordo de un barco la Logia central la paz de América del Sud en la cual
fue iniciado Iriarte por un importante grupo de oficiales españoles liberales que partían al Alto
Perú. Tras su deserción de las filas españolas y su paso al ejército patriota de Buenos Aires, la
logia fue descubierta y se abrió un proceso en su contra10.

37En las Provincias Unidas Tomás de Iriarte se reunió con Julián Álvarez para informarle que un
corsario argentino había capturado un barco español donde se encontraba el proceso abierto en
contra de la logia del Alto Perú. El Director Supremo le había encomendado:

que conferenciase conmigo, a fin de que yo, mediante el conocimiento que tenía de los individuos de
la logia, sus relaciones y demás circunstancias, indicase el partido que podía sacarse de la posesión de
aquellos autos. (Iriarte, 1944: 174)
38Iriarte entró en contacto con la segunda logia Lautaro. Sin embargo, desencantado con el
gobierno de Pueyrredón, pasó al bando de Carlos de Alvear y participó en la creación de la
logia Caballeros Orientales en Montevideo, desde donde fue un miembro activo de la facción
contraria al gobierno de las Provincias Unidas.

39Siguiendo su trayectoria podemos observar como la importancia de un actor, permite


interconectar el segundo proceso de creación de logias en la península, con las logias
latinoamericanas, como también, gracias a su iniciación en la logia de oficiales españoles, se
convierte en un mediador entre el ejército del Alto Perú y el de las Provincias Unidas, abriendo
con ello, un canal de comunicación con las facciones liberales realistas.

40En síntesis, el proceso de implantación de logias fue un fenómeno de sociabilidad militar que
se produjo en todo el imperio español. Tuvo sus propios ritmos. En algunos casos acelerados,
como en el periodo de 1808 a 1814, en otros de estancamiento, como de 1814 a 1820. Aun así,
las logias fueron instancias organizativas para las elites militares lo cual les permitió ganar
cohesión en un espacio regional desde donde llevar a cabo la guerra, como también, enlazar el
proceso sudamericano con otros contextos que favorecieran el éxito de la empresa
independentista.

41Las logias, sean estas masónicas o no, poco importa, fueron la forma de organización del
primer partido liberal emergente de la desintegración del imperio español. Fueron un
instrumento de guerra eficiente, pero el “faccionalismo” no les permitió gobernar el proceso
revolucionario ni lograr estabilidad en las nacientes repúblicas.

Inicio de página

Bibliografía

AMUNATEGUI, Miguel Luís, La dictadura de O’Higgins, Santiago, Imprenta de Julio Belinica,


1855.

BARROS ARANA, Diego, Historia General de Chile, Santiago, Editorial Universitaria/Centro de


Investigaciones Diego Barros Arana, (1890) 2002, T. XVIII, pp. 12-16 y 112-122.

CARNICELLI, Américo, La Masonería en la Independencia de América (1810-1830), Bogotá,


Editorial Secretos de la Historia, 1970, T. I.

COMBES, André, “La Francmasonería Jacobina y revolucionaria”, en José Antonio Ferrer


Benimelli (Coordinador), Masonería, Revolución y Reacción, IV Simposium Internacional de
Historia de la Masonería Española, Alicante, Instituto Alicantino Juan Gil-Albert, 1990, pp. 147-
155.

DEL SOLAR, Felipe, “La Francmasonería y la Independencia de América: un balance


Historiográfico”, en Primeras Jornadas de Estudios Históricos de la Francmasonería Chilena,
Santiago, 2006, pp. 229-240.

EYZAGUIRRE, Jaime, La Logia Lautarina, Santiago, Editorial Francisco de Aguirre, 1973, pp. 1-
17.

FERRER BENIMELI, José Antonio, Masonería española contemporánea, Madrid, Siglo XXI de
España Editores, 1980, Vol. I.

----------------, “Cádiz y las Llamadas Logias Lautaro o Caballeros Racionales”, en De la


Ilustración al Romanticismo, Cádiz, América y Europa ante la Modernidad 1750-1850, Cádiz,
Universidad de Cádiz, 1988, pp. 149-176 .
----------------, “Les Caballeros Racionales, les loges lautariennes et les formes déviées de la
Franc-maçonnerie dans le monde hispanique”, dans Les révolutions ibériques et Ibéro-
Américaines à l’aube du XIXe siècle, Actes du colloque de Bordeaux 2-4 juillet 1989, Paris,
Editions CNRS, 1991, pp. 191-203.

GONZÁLEZ BERNALDO, Pilar, “Masonería y revolución de independencia en el Río de la Plata:


130 años de historiografía”, en José Antonio Ferrer Benimeli (Coordinador) Masonería,
Revolución y Reacción, IV Symposium Internacional de Historia de la Masonería Española,
Alicante, Instituto Alicantino Juan Gil-Albert, 1990a, T. II, pp. 1035-1054.

------------------,“La Revolución Francesa y la emergencia de nuevas prácticas de la política: la


irrupción de la sociabilidad política en El Río de la Plata revolucionario (1810-1815)”, en Ricardo
Krebs, Cristián Gazmuri, La Revolución Francesa y Chile, Santiago, Editorial Universitaria,
1990b, pp. 11-135.

------------------,“Phénomènes révolutionnaires et formes d’organisation politique au Río de la


Plata (1810-1815)”, en Michel Vovelle, L’Image de la Révolution Française, Paris, Pergamon
Press, 1989, T. II, pp. 895-908.

GOUCHON, Emilio, La Masonería y la Independencia de Americana, Valparaíso, Imprenta Roma,


1917.

LAZCANO, Martín, Las Sociedades Secretas, Políticas y Masónicas en Buenos Aires, Buenos Aires,
Pedro García Editor, 1927, 2 Vols.

MARTÍNEZ, Ramón, Historia de la masonería en Hispanoamérica, México, Editorial Costa-Amic,


1967, pp. 11-57.

MITRE, Bartolomé, Historia de Belgrano, Buenos Aires, Imprenta de Mayo, 1869, T. II, pp. 84 y
270-277.

------------------, Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana, Buenos Aires, Félix


Lajovane Editor, 1887, T. I, pp. 134-164.

MORALES, Juan José, “Fernando VII y la Masonería”, en Hispania Nova. Revista de Historia
Contemporánea, Madrid, nº 3, 2003, en http://hispanianova.rediris.es/articulos/03_002.htm
(Consultado en abril 2010).

MOLINA, Eugenia, “Las modernas prácticas asociativas como ámbitos de definición de lazos y
objetivos políticos durante el proceso revolucionario (1810-1820)”, en Universum, Talca, nº 16,
2001, pp. 407- 437.

ONSARI, Fabián, San Martín, La Logia Lautaro y la Francmasonería, Argentina, Editorial


Avellaneda, 1951.

OVIEDO, Benjamín, “La Logia Lautarina”, en Revista chilena de Historia y Geografía, Santiago,
n° 66, 1929.

PAZ SOLDÁN, Mariano, Historia del Perú Independiente, Lima, Publicado por A. Lemale, 1868,
pp. 223-232.

RODRIGUEZ ZUÑIGA, Antonio, La logia Lautaro y la independencia de América, Buenos Aires,


1922.

SEAL-COON, Frederic, “Simón Bolívar freemason”, en Ars Quator Coronatorum, Vol. 90, 1977.
------------------,“Spanish-American Revolutionary Masonry”, en Ars Quator Coronatorum, Vol.
94, 1981.

------------------, “La Mítica masonería de Francisco de Miranda”, en José Ferrer Benimeli


(coordinador), La masonería española entre Europa y América: VI Symposium Internacional de
Historia de la Masonería Española, Zaragoza, Gobierno de Aragón/Departamento de Educación,
Cultura y Deporte, 1995, pp. 107-126.

VICUÑA MACKENNA, Benjamín, El ostracismo del General Don Bernardo O’Higgins, Imprenta de
Valparaíso, 1860, pp. 268-276.

Inicio de página

Notas

1 Una síntesis de las diferentes corrientes de la historia atlántica en Silvia Margazalli, “Sur les origines
de ‘Atlantic History’. Paradigme interprétatif de l’histoire des espaces atlantiques à l’époque moderne”,
en Dix huitième siècle, Presses Universitaires de France, nº 33, 2001, pp. 17-31.

2 El concepto fue acuñado por el historiador francés Alec Mellor en 1963 e implica la aplicación de
métodos científicos al estudio de la historia de la masonería.

3 En la época se su supo de su existencia debido a las publicaciones de José Miguel Carrera en


Montevideo entre 1816 y 1819 y posteriormente en las memorias del general Guillermo Miller
publicadas en Inglaterra en 1828. Al respecto véase Guillermo Feliu Cruz, La imprenta federal de
William P. Griswold y John Sharpe del general José Miguel Carrera 1818-1820, Santiago, Editorial
Universitaria, 1965; John Miller, Memoirs of general Guillermo Miller in the service of the republic of
Perú, London, printed for Longman, Rees, Orme, Brown and Green, Paternoster-Row, 1828, T I, p.
186.

4 Para un análisis exhaustivo de la producción bibliográfica de habla hispana, véase José Antonio
Ferrer Benimelli, Susana Cuartero, Bibliografía de la masonería, Madrid, Fundación Universitaria
Española, Madrid, 2004, 3 Vols.

5 El trabajo mejor documentado de todos pertenece al único investigador que no fue masón, véase
Juan Canter, Las sociedades secretas, políticas y literarias, Buenos Aires, Imprenta de la Universidad,
1942.

6 Principalmente las cartas de Carlos del Alvear referentes a la logia “Caballeros Racionales”. Julio
Guillén, “Correo insurgente de Londres capturado por una corsario puertorriqueño, 1811”, en Boletín
de la academia chilena de la historia, Santiago, n° 63, 1960, pp. 125-155; y las memorias de Tomás
de Iriarte, principalmente los tomos I y III. Tomás Iriarte, Memorias. La independencia y la anarquía,
Buenos Aires, Ediciones argentinas “S.I.A”, 1944, pp. 7-13, 173-177 y 222-225.

7 El monumental diccionario de la Francmasonería dirigido por el destacado historiador Daniel Ligou,


pese al rigor que lo caracteriza, posee algunas impresiones en la entradas referentes a Sudamérica,
principalmente al señalar que José de san Martín fue iniciado en la logia “integridad” en 1808, que
Francisco de Miranda fue iniciado en Estados Unidos y que inició a Bolivar, O’Higgins y San Martín, o al
sostener que Eduardo de la Barra (que nació en 1839) fue miembro de la logia Lautaro chilena que fue
creada en 1817 y disuelta alrededor de 1820. Daniel Ligou (directeur), Dictionnaire de la Franc-
maçonnerie, Paris, Editions Quadrige/PUF, 6e édition, 2006. Principalmente las entradas Alvear (Carlos
María), p. 47; Chili, p. 245; Lautaro (loge), p. 691; Miranda (Francesco) (SIC), p. 816; San Martín
(José de), p. 1102.
8 El documento original se encuentra en el archivo de la Gran Logia de Uruguay. Véase Mario Dotta
Ostria, Caudillos, Doctores y masones. Protagonistas en la Gran Comarca Rioplatense (1806-1865),
Montevideo, Editorial Plaza, 2008, p. 19.

9 Existe confluencia entre distintas fuentes en que Julián Álvarez, habría tenido una logia masónica
que sirvió de base para la primera Logia Lautaro de Buenos Aires, o Gran Logia como aparece
mencionada en algunos documentos. La logia masónica, constituiría una estructura menor
dependiente de la cúpula política militar que manejaba la logia. Al respecto véase Comisión Nacional
del Centenario, Documentos del Archivo San Martín, Buenos Aires, 1910, T. X, pp. 488-491; Antonio
Zinny, Bibliografía histórica de las Provincias Unidas del Río de la Plata, desde 1780 hasta el de
1821, apéndice a la Gazeta de Buenos Aires, Buenos Aires, 1875, pp. 411-419.

10 Una copia incompleta del proceso en Archivo General Militar de Madrid, Documento 5590.20, Logia
central de la paz de América del Sur.
Inicio de página

Para citar este artículo

Referencia electrónica
Felipe Santiago del Solar, « Masones y Sociedades Secretas: redes militares durante las guerras de
independencia en América del Sur », Amérique Latine Histoire et Mémoire. Les Cahiers ALHIM [En
línea], 19 | 2010, Publicado el 31 diciembre 2010, consultado el 08 junio 2019. URL :
http://journals.openedition.org/alhim/3475
Inicio de página

Autor

Felipe Santiago del Solar


Cientista Político y doctorando en Historia por la Pontificia Universidad Católica de Chile y la
Universidad Paris Diderot- Paris 7. fdelsolar@hotmail.com

También podría gustarte