EDUCACION
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EDUCACION
social para el desarrollo de la persona dentro de las pautas de diversidad y participación, con la
finalidad de garantizar el disfrute equitativo de los derechos sociales en el ámbito educativo. Por
lo tanto, el acontecer de la humanidad en todos sus ámbitos; cultura, identidad, realidades
efectivas, conceptuales, imaginarias, virtuales, entre otras, se manifiesta entrelazado en
diversos proyectos espaciales y temporales que permiten la flexibilidad de las potencialidades
socio afectivas, cognitivas lingüísticas físicas y motoras del individuo en todas las facetas de su
vida personal o colectiva las cuales se van configurando en historias propias y ajenas, cercanas
o distantes, en constante interacción donde de algún modo todo es posible desde lo perceptible
hasta lo imaginario en un mundo heterogéneo, diverso, múltiple y, fundamentalmente
contradictorio, indeterminado, azaroso e incierto, problemático, dudoso, enigmático y
misterioso, inconcluso e inconcluyente, además de simbólico, metafórico, poético o artístico.
Considerando que todo esto son dimensiones reales de la condición humana, entonces, lo
humano es ahora y desde siempre, un proyecto inacabado que tiende siempre a buscar una luz
dentro de un largo camino que avanza y retrocede de acuerdo a los paradigmas que justifican
su razón de ser.
La interculturalidad empieza a entenderse en América Latina desde los años 80 en relación con
las políticas educativas promovidas por los pueblos indígenas, las ONG‟s y/o el mismo Estado,
con la educación intercultural bilingüe (EIB).
La adopción del término intercultural -utilizado primero en los países andinos- fue asumido no
como deber de toda la sociedad, sino como reflejo de la condición cultural del mundo indígena,
“preparando al educando para actuar en un contexto pluricultural marcado por la discriminación
de las etnias indígenas” (Chodi, 1990: 473)
Y, por ende, buscaba la inclusión de los “diferentes” bajo sus propios términos. Pero al mismo
tiempo, lo intercultural fue asumiendo un sentido socio-estatal de burocratización. Al legalizar
la EIB como “derecho étnico y colectivo” y como programa educativo para indígenas algo que
sucedió en la mayoría de países latinoamericanos con poblaciones indígenas en los 80 y 90
(respaldado por la firma del Convenio 169 de la OIT)-, lo intercultural llegó ser parte del aparato
de control y de la política educativa estatal. Para muchas organizaciones y comunidades
indígenas, esta oficialización ha representado un cuchillo de doble filo: por un lado, el
reconocimiento merecido y, por otro, el debilitamiento de lo propio -con su sentido comunitario,
sociopolítico y ancestral- y la instalación de mecanismos de regulación. En este sentido, es
importante recordar que la gestión comunitaria no es el único antecedente de la EIB. También
responde a una fuerte influencia de ONG‟s (especialmente la alemana GTZ), iglesias (en
particular el Instituto Lingüístico de Verano) y otros organismos nacionales e internacionales
(Banco Mundial, AID, UNICEF, etc.), muchos de ellos con intereses aliados, pública o
privadamente, a los del Estado, y con fines sociopolíticos y culturales muy distintos a los de las
comunidades y organizaciones indígenas. Dentro de la EIB, lo “intercultural” ha sido entendido
principalmente en términos lingüísticos y con una sola direccionalidad: desde la lengua indígena
hacia la lengua “nacional”.
Durante el fugaz gobierno democrático de José Luis Bustamante, 1945-1948, la esfera pública
peruana en especial, las revistas de educación presenció la aparición de un renovado debate
sobre la educación rural, la cual estuvo marcada por una apertura a intelectuales con una
perspectiva distinta al discurso hegemónico criollo, el cual había sustentado políticas educativas
asimilativas implantadas desde hacía décadas atrás. La irrupción de estas nuevas ideas se llegó
a plasmar en la práctica, por ejemplo, con la creación de los llamados Núcleos Escolares
Campesinos, el cual proponía por primera vez la utilización de la educación bilingüe en las
comunidades rurales. Estos proyectos, y el nuevo discurso que lo sustentaron, fueron las
primeras arremetidas contra las prácticas “diglósicas” que el mismo Estado había promovido
desde la escuela una ardua lucha que se desarrollará durante la segunda mitad del siglo XX y
que aún no tiene visos de solución.
José María Arguedas será parte integrante de esta nueva generación de intelectuales y su
propuesta por una educación bilingüe demuestra la aparición de un discurso centrado en el
diálogo y respeto intercultural, muy distinto al hegemónico criollo, el cual reaccionó atacando
la utilidad futura de la lengua quechua y señalándola como obstáculo para la integración
nacional. (Espinoza 2010) La reforma educativa de 1971 (una propuesta innovadora en cuanto
educación rural, ya que introducía de forma organizada y extendida la educación bilingüe) fue
una de las propuestas “inclusivas” más estructuradas dentro de las políticas de estado en
materia de educación, buscando un entendimiento con la cultura indígena en base a su
reconocimiento de igualdad y respeto, un principio básico para la interculturalidad. A pesar de
este impulso, para mediados de la década 1980, entre la crisis económica y la aparición de
conflictos internos, la educación bilingüe volvía a ser marginada dentro de las políticas de
estado. Aun así, la Educación Intercultural Bilingüe logró avances. Mientras tanto, en la Selva, el
impulso de las misiones católicas y protestantes, que tuvieron como antecedente la labor del
Instituto Lingüístico de Verano, representó un avance en los esfuerzos por la educación
intercultural bilingüe. A inicios de los años 90, la Dirección General de Educación Bilingüe
(DGEB), a pesar de las carencias presupuestales, buscó insertar dentro del sistema educativo
nacional las propuestas de educación intercultural. Sin embargo, a pesar del cierre de la DGEB,
las propuestas por educación bilingüe fueron tomadas por organizaciones como AIDESEP
(Asociación Interétnica para el Desarrollo de la Selva Peruana), que en alianza con el Instituto
Superior Pedagógico de Loreto retomó el impulso por la aplicación de educación intercultural
en educación básica. (Aikman 2003: 73)
Chodi, F. (1990). “Avances, problemas y perspectivas de la pedagogía bilingüe intercultural”. En:
La educación indígena en América Latina. México-Guatemala-Ecuador-Perú-Bolivia,Tomo II.
Quito: PEBI / Abya Yala.
De Sousa Santos, B. (2005). El milenio huérfano. Ensayos para una nueva cultura política.
Madrid: Trotta.
Grupo de Trabajo FLAPE Colombia. (2005). “Inclusión social, interculturalidad y educación”, En:
Foro Latinoamericano de Políticas Educativas, IV Foro Virtual. Bogotá: Universidad Pedagógica
Nacional.