Hirschman "Contra La Noción de Una Cosa A La Vez"
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Desarrollo Econ6mico, v. 29, N? 115 (octubre-diciembre 1989)
ALBERT 0. HIRSCHMAN
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304 ALBERT 0. HIRSCHMAN
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CONTRA LA NOCION DE "UNA COSA POR VEZ" 305
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306 ALBERT 0. HIRSCHMAN
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CONTRA LA NOCION DE "UNA COSA POR VEZ" 307
con materiales importados estara en contra del establecimiento de industrias
nacionales que las produzcan".
Si se compara ahora la dinaimica de la industrializacion con la del
desarrollo politico se llega en primer lugar a una generalizacion desconcer-
tante: no importa si los paises avanzados tienen que enfrentar las tareas de
manera secuencial o simultanea, de todos modos siempre les toca lo mejor.
Pero esto apenas si constituye una sorpresa: se trata de una de las muchas
razones por las cuales estos paises son avanzados.
En realidad, puede extraerse una conclusion mais interesante de la
comparacion entre las dos dinamicas: la resolucion gradual o secuencial no
es necesariamente una bendicion, tal como lo ha sostenido insistentemente
la literatura sobre desarrollo politico. La resolucion por secuencias supone
el riesgo de quedarse detenido, y este riesgo puede afectar no solo a la
secuencia que va de la produccion de bienes de consumo a la de maquina-
rias y bienes intermedios sino tambien, de manera diferente, a la progresion
compleja -esbozada en la famosa conferencia del sociologo ingles T. H.
Marshall en 1949- de las libertades individuales al sufragio universal y al
estado de bienestar. Una sociedad que ha llegado tempranamente a la conso-
lidacion de las libertades individuales puede luego experimentar dificultades
cuando trata de establecer politicas amplias de bienestar social. Los mismos
valores que tan bien sirvieron a esta sociedad en una fase -la creencia en el
supremo valor de la individualidad, la insistencia en los logros individuales
y en la responsabilidad individual- puede constituir un verdadero problema
mas tarde cuando se hace necesario poner el acento en un ethos comunitario
y solidario.
Quiza esto explique basicamente por que las politicas de bienestar
social fueron instrumentadas en primer lugar por la Alemania de Bismarck,
un pais donde la tradicion liberal era particularmente endeble. Del mismo
modo, el reciente asalto retorico contra el estado de bienestar en occidente
no ha sido tan vigoroso y sostenido en el continente europeo como en
Inglaterra y los Estados Unidos. Nada de esto supone que en paises con
una fuerte tradicion liberal sea imposible establecer un espectro amplio de
politicas de bienestar social. Pero es aqui donde su introduccion parece
requerir la concurrencia de circunstancias especiales, tales como las presio-
nes generadas por la Depresion o la Guerra, asi como proezas notables en
el manejo de las politicas socioeconomicas. Mas auin, una vez que se imple-
menten las medidas del estado de bienestar en esos paises, van a ser nueva-
mente atacadas en la primera oportunidad que se presente. La tension
entre la tradicion liberal y el nuevo ethos solidario permanecera sin resolver
durante mucho tiempo y la tesis de la amenaza sera invocada con previsible
regularidady siempre va a encontrar una audiencia receptiva.
Ustedes habran advertido que el argumento que acabo de desarrollar
es, en muchos sentidos, exactamente la contraparte de mi argumento en
favor del crecimiento desequilibrado que sostuve hace treinta afnos. En La
estrategia, argumente contra la idea segun la cual -a causa de la interdepen-
dencia de la economia, ya sea desde el punto de vista de la oferta o de la
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308 ALBERT 0. HIRSCHMAN
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