Etapas de La Evolucion de Control de Calidad
Etapas de La Evolucion de Control de Calidad
Etapas de La Evolucion de Control de Calidad
La calidad no es un tema nuevo ya que desde los tiempos de los jefes de tribus, reyes y
faraones han existido los argumentos y parámetros sobre calidad. El Código de Hammurabi
(1725 a. C.) en la cultura de Mesopotamia declaraba: “Si un albañil construye una casa para un
hombre, y su trabajo no es fuerte y la casa se derrumba matando a su dueño, el albañil será
condenado a muerte” (Miranda, Chamorro y Rubio, 2007, p. 2). En las construcciones de otras
civilizaciones, como los egipcios y los pueblos de América Central, se puede apreciar el cuidado
que tenían en las medidas de los bloques de piedra, pues se dice (Miranda et al., 2007) que
comprobaban las medidas con pedazos de cuerda.
1. ETAPA ARTESANAL
Desde que el hombre vivía en las cavernas, las actividades humanas se fueron desarrollando y
especializando. Surgió así la búsqueda constante de ciertas características especiales en las
actividades humanas y en los utensilios que se usaban para trabajar o como herramientas que
ayudaban a vivir mejor. Con la especialización de las actividades humanas y la vida sedentaria
surgió la idea de hacer las cosas bien para satisfacer las necesidades humanas pues, de lo
contrario, el trabajo era doble y se repetía tantas veces como errores o deficiencias
aparecieran. Si no se cuidaban los detalles era probable que hubiese enfermedades o escasez
de alimentos. Así, desde que el hombre apareció en la Tierra, hay una tendencia por valorar lo
bueno, lo excelente, aquello que no se consigue fácilmente. Éstos son los primeros orígenes de
lo que hoy conocemos como calidad.
2. REVOLUCION INDUSTRIAL
el concepto de calidad apareció con la Revolución Industrial (de mediados del siglo XVIII a
principios del siglo XIX) y fue a partir de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) cuando la
calidad se convirtió en una prioridad para los directivos de las empresas y fábricas.
Esta etapa está caracterizada por productos a más bajo coste y estándares para llegar a una
población que antes no los consumían. Bajan los precios y también la calidad del producto
debido a los fallos del sistema de producción.
Aparece Taylor, que racionaliza el trabajo e intenta solucionar los problemas mediante la
planificación y división de procesos de tal manera que capacita a obreros no especializados.
Henry Ford introduce la línea continua de montaje para automóviles con tecnología compleja y
obreros no especializados.
Los aportes que la tecnología hacía a la economía de los países capitalistas desarrollados eran
de un valor indiscutible. Sin embargo, se confrontaban serios problemas con
la productividad del trabajo.
Este estado permaneció más o menos similar hasta la Segunda Guerra Mundial, donde las
necesidades de la enorme producción en masa requirió del control estadístico de la calidad. La
contribución de más significación del control estadístico de la calidad fue la introducción de la
inspección por muestreo, en lugar de la inspección al 100 por ciento. El interés principal de
esta época se caracteriza por el control que garantice no sólo conocer y seleccionar los
desperfectos o fallas de productos, sino también la toma de acción correctiva sobre
los procesos tecnológicos. Los inspectores de calidad continuaban siendo un factor clave del
resultado de la empresa, pero ahora no sólo tenían la responsabilidad de la inspección del
producto final, sino que estaban distribuidos a lo largo de todo el proceso productivo.
Se podría decir que en esta época "la orientación y enfoque de la calidad pasó de la calidad
que se inspecciona a la calidad que se controla".
Las empresas pioneras en esta área, como la Western Electric, crean departamentos de
inspección para controlar la calidad.
Para ello, en 1924, Walter Shewhart introdujo el control estadístico de calidad, que demostró
como en cualquier proceso se producen variaciones que afectan a los resultados y por tanto a
los requisitos del producto final. Estas variaciones deben de estar identificadas y descubrir
dónde, cuándo y cómo se producen para mejorar el sistema de producción y la calidad de los
productos.
La segunda etapa se sitúa entre 1930 y 1950. Las compañías ya no sólo dejan ver su interés por
la inspección, sino también por los controles estadísticos. Estos procesos se vieron favorecidos
por los avances tecnológicos de la época. Se pasó de la inspección a un control más global.
Entre 1950 y 1980, las compañías descubren que el control estadístico no es suficiente. Hace
falta desglosar los procesos en etapas y, tras un período de observación, detectar los fallos que
se originen en ellas. En estos años surgen los primeros sistemas de calidad y las compañías ya
no dan prioridad a la cantidad productos obtenidos; ahora el énfasis está en la calidad.
Esta etapa, corresponde con el período posterior a la Segunda Guerra Mundial y la calidad se
inicia al igual que en las anteriores con la idea de hacer hincapié en la inspección, tratando de
no sacar a la venta productos defectuosos. Poco tiempo después, se dan cuenta de que el
problema de los productos defectuosos radicaba en las diferentes fases del proceso y que no
bastaba con la inspección estricta para eliminarlos. Es por esta razón que se pasa de la
inspección al control de todos los factores del proceso, abarcando desde la identificación
inicial hasta la satisfacción final de todos los requisitos y las expectativas del consumidor.
Durante esta etapa se consideró que éste era el enfoque correcto y el interés principal
consistió en la coordinación de todas las áreas organizativas en función del objetivo final: la
calidad. A pesar de esto, predominaba el sentimiento de vender lo que se producía. Las etapas
anteriores "estaban centradas en el incremento de la producción a fin de vender más, aquí se
pasa a producir con mayor calidad a fin de poder vender lo mejor, considerando las
necesidades del consumidor y produciendo en función del mercado". Comienzan a
aparecer Programas y se desarrollan Sistemas de Calidad para las áreas de calidad de las
empresas, donde además de la medición, se incorpora la planeación de la calidad,
considerándose su orientación y enfoque como la calidad se construye desde adentro.
A partir de los años 80 y hasta mediados de los 90, la calidad se asume como un proceso
estratégico. Este es quizá uno de los cambios más significativos que ha tenido el concepto,
pues a partir de este momento se introducen los procesos de mejora continua. La calidad, que
ahora ya no es impulsada por inspectores sino por la dirección, se contempla como una
ventaja competitiva. Además, toma como centro de acción las necesidades del cliente. Los
Sistemas de Gestión se consolidan y la implicación del personal aumenta.
En esta etapa, la calidad era vista como "una oportunidad competitiva, la orientación o
enfoque se concibe como la calidad se administra"
A partir de los años 90 y hasta la fecha, la distinción entre producto y servicio desaparece. No
hay diferencias entre el artículo y las etapas que lo preceden; todo forma parte de un nuevo
concepto que entra en escena: la Calidad Total, es decir, el proceso en su conjunto.
Adicionalmente, la figura del cliente adquiere mayor protagonismo que en la etapa anterior y
su relación con el artículo, que ahora llega incluso a etapas de posventa, se convierte en el
principal indicador de calidad. Los sistemas se perfeccionan y se adaptan.
La característica fundamental de esta etapa es que pierde sentido la antigua distinción entre
producto y servicio. Lo que existe es el valor total para el cliente. Esta etapa se conoce como
Servicio de Calidad Total.
El cliente de los años 90 sólo está dispuesto a pagar por lo que significa valor para él. Es por
eso que la calidad es apreciada por el cliente desde dos puntos de vista, calidad perceptible y
calidad factual. La primera es la clave para que la gente compre, mientras que la segunda es la
responsable de lograr la lealtad del cliente con la marca y con la organización. Un servicio de
calidad total es un enfoque organizacional global, que hace de la calidad de los servicios, según
la percibe el cliente, la principal fuerza propulsora del funcionamiento de la empresa.
En los 70 Deming populariza el concepto de Calidad total como método de gestión cuyo
objetivo es mejorar la organización, los productos y la satisfacción del cliente. La diferencia
esencial con las etapas anteriores no depende de las especificaciones o del uso, sino de la
satisfacción del cliente, encontrándose aspectos tan variados como la satisfacción del cliente
en la gestión, administración y atención personal. El papel de la dirección y la implicación de
todos los trabajadores se convierte en el factor esencial del cambio.