Alcalosis Bovina
Alcalosis Bovina
Alcalosis Bovina
Factores de Riesgo.
En nuestro medio se aumenta el riesgo de esta patología en las zonas lecheras del país,
por la excesiva fertilización, tanto con abonos orgánicos como inorgánicos. A ello,
contribuye el consumo de pastos jóvenes y bajos en fibra, como también la
suplementación con concentrados ricos en proteína y bajos en CHOS altamente
solubles.
Los rebrotes de los pastos con las lluvias, después de un verano intenso, con o sin
fertilización, pueden conducir a los animales a sufrir el problema, situación que se
puede presentar también en las ganaderías de carne. También alcalinizan el rumen las
dietas ricas en pastos muy maduros, difíciles de digerir por el exceso de fibra, (8).
Patogenia.
Dentro de los gérmenes proteolíticos que más aumentan están las bacterias Gram
negativas (G-), como la Escherichia coli, Proteus sp. (12,14) y el Fusobacterium
necrophorum (11). Cuando el aumento es grande y la mucosa del rumen está alterada,
estas bacterias se pueden absorber y, por vía sanguínea, llegar a cualquier órgano o
sistema orgánico (9,12), donde pueden originar abscesos. Al realizar necropsias es
frecuente hallarlos en el hígado y, a veces, en el pulmón.
Cuando la dieta rica en N2 soluble se acompaña con una deficiencia de fibra y CHOS
altamente fermentables, éstos últimos necesarios para transformar la proteína del
alimento en proteína bacteriana, el nitrógeno soluble se metaboliza a través de los
procesos de la fermentación de la panza, originando altas concentraciones de NH 3. Esta
sustancia puede aportar hidrogeniones (H+) al medio ruminal, lo cual puede ser un factor
para desencadenar la acidosis del rumen. También, por el metabolismo de la cadena
carbonada de la proteína a través de la fermentación, en caso de faltar CHOS solubles
(2), se puede originar aumento en la concentración de ácido láctico y llegar así a una
acidosis ruminal; además, se altera la cantidad y proporción de los AGV produciéndose
más ácido butírico que propiónico y acético.
El aumento del pH aumenta la absorción del hidroxilo de amonio (NH 4OH) en forma no
ionizada, conduciendo a estrés metabólico en hígado. Cuando se sube el pH de 4.5 a 6.5,
se aumenta la absorción de NH4OH y provoca así parálisis ruminal y putrefacción de la
panza (10).
Signos y Síntomas.
Fase aguda.
Durante esta fase el animal presenta disminución del apetito, aumento del consumo de
agua, la rumia está ausente o es irregular, mucosas rojo-parduzcas, lo que algunos
autores llaman mucosas tóxicas; hay alteraciones cardio-vasculares: taquicardia, pulso
débil y filiforme; taquipnea; merma en la producción de leche y de su porcentaje de
grasa; adelgazamiento muy manifiesto, que para Reinders, citado por Seren (14), es un
signo clásico, porque disminuye el volumen abdominal; se pueden encontrar paresias o
claudicaciones.
Fase crónica.
En esta fase se observa pelo opaco y erizado, falta de elasticidad de la piel, erupciones
ponfoideas del tipo urticaria, heces blandas y con moco brillante. Según Espinasse
citado por Seren (14), el flanco hundido y el rápido enflaquecimiento se deben a
complicaciones Hepato - Renales.
Para Rossow (12), tanto el curso agudo como el crónico pueden dejar las siguientes
secuelas:
b) Putrefacción de la panza.
c) Hipocalcemia e Hipomagnesemia.
El exceso de amoníaco se elimina también por leche, lo cual puede causar irritación en
el parénquima mamario, originando un aumento en el número de células que dan
positividad al California Mastitis Test (C.M.T) y ser una de las causas del catarro
mamario inespecífico. Este factor irritante sobre la glándula mamaria, igualmente la
predispone a sufrir infecciones por Estreptococos agalactiae (1).
Diagnóstico.
Al determinar el pH, éste se encuentra por encima del rango normal (6 a 7),
encontrándose desde 7.5 a 9.
metabólicos.
Glucosa baja: proteína alta, donde existe un trastorno más intenso del
Para Rossow (12), la urea alta puede indicar alcalosis ruminal, principalmente cuando
los datos epidemiológicos así lo confirmen y se descarten otras patologías que lleven a
un aumento de la urea sanguínea. Se debe recordar que la alcalosis ruminal puede
provocar alteración renal que, a su vez, puede contribuir al aumento de la urea en la
sangre.
Bajo este mismo principio, también puede servir la determinación del nitrógeno proteico
en la leche (MUN), ya que hay relación estrecha entre los valores de la urea en la sangre
y en la leche, indicando excesos de proteína en la alimentación bovina (3).
Fuente: Dehning.
Tratamiento.
En los casos agudos es importante restaurar el pH, aplicando soluciones ácidas como
ácido acético (vinagre blanco), 50cc en 2 litros de agua, vía oral; si no está a la mano el
ácido, se puede reemplazar por zumo de limón.
Aplicar un litro de azul de metileno al 1ó 2%, ayuda a restaurar la flora ruminal y evita
complicaciones con los nitratos y los nitritos.
Para controlar los efectos de las secuelas se recomiendan los antihistamínicos en los
casos de hipersensibilidad y las vitaminas del complejo B como protector hepático y
restaurador de la flora ruminal.
En los casos crónicos, además del tratamiento anterior, es fundamental aportar fibra con
base en la ración total; ojalá fibra larga como la cascarilla de algodón o el heno de
buena calidad. También se debe recomendar suplementos minerales para ayudar en el
metabolismo enzimático a nivel del sector gástrico anterior.
Prevención.
Dar buen suplemento mineral, tanto macro como micro elementos, para asegurar
un metabolismo adecuado.
Bibliografía.
3. Carulla, J., y cols. . El uso de la urea sanguínea y/o urea en leche como
herramienta para determinar el balance energía-proteína a nivel ruminal. En: I
Seminario internacional sobre avances en nutrición animal – Colanta -. Medellín,
1999