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Ratio Formationis - Spagnolo

La guía a seguir en los seminarios de las provincias del mundo en la formación de los estudiantes de la congregación de la misión.

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Vincentiana, Octubre-Diciembre 2014

Promulgación de la Ratio Formationis


G. Gregory Gay, C.M.

Roma, 27 de noviembre de 2014

Mis queridos cohermanos:


Les presento la Ratio Formationis, fruto de un trabajo intenso llevado
a cabo por una comisión de cohermanos, y con ayuda editorial para
presentarla con claridad y con un estilo sobrio. Como es el caso de
todos los documentos salidos de la Curia General para el bien de la
Congregación, la Ratio Formationis ha sido elaborada en concordancia
con nuestras Constituciones y Estatutos, en especial con el Estatuto
41.1, que dice:
“Téngase en cada una de las provincias un Plan de Formación que
ha de estar en consonancia con los principios aquí establecidos, y con
los documentos y normas dadas por la Iglesia y por la Congregación
de la Misión, según las peculiaridades de cada lugar” (Est. 41,1).

El objetivo de esta Ratio Formationis es llevar a la práctica ese esta-


tuto y ayudar a las provincias a hacerlo. Estoy muy agradecido por el
dedicado trabajo que han llevado a cabo los cohermanos que han
formado la comisión para la redacción de esta Ratio Formationis, y a
los que han colaborado en darle los últimos toques y en traducir el
texto final.
Quisiera ofrecer dos consideraciones para comprender mejor y llevar
a cabo lo que pide este documento. En primer lugar recuerdo a todos
los que apliquen este documento a sus programas de formación que la
Ratio expresa lo que somos en verdad: una Congregación internacional.
En segundo lugar, creo que tanto en la formación inicial como en la
permanente la Ratio debe promover la colaboración y lazos más sólidos
con la Familia Vicenciana.
La Ratio Formationis contiene una introducción y ocho capítulos
que cubren los varios aspectos de la formación para el curso de toda
la vida en la Congregación. Los capítulos incluyen el discernimiento
vocacional, las etapas de la formación inicial de los candidatos a ser
sacerdotes o hermanos, y la formación permanente de todos los coher-
manos. Sin embargo, se ha diseñado este texto para ser aplicado como
una entidad completa e integral. Cada capítulo representa una parte
del proceso total que comprende los fines últimos, los objetivos y las
estrategias de la formación vicenciana.
2 / 320 G. Gregory Gay, C.M.

En consecuencia, con el consentimiento del Consejo General, en mi


calidad de Superior General promulgouna base ad experimentum la
Ratio Formationis para la Congregación de la Misión para que se
cumpla en todas las provincias, viceprovincias, regiones y misiones
en todo el mundo.

G. Gregory Gay, C.M.


Superior General

Dado en Roma el 27 de noviembre del año 2014


Fiesta de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
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Ratio Formationis
Congregación de la Misión
2016

Nuestra vocación consiste en ir no a una parroquia,


ni solo a una diócesis, sino por toda la tierra; ¿para
qué? Para abrasar los corazones de todos los hom-
bres, hacer lo que hizo el Hijo de Dios, que vino a
traer fuego a la tierra para inflamarla con su amor.

Vicente de Paúl – 30 de mayo de 1659


(XI 553)

Traducción
Jaime Corera Andía, C.M.
Vincentiana, Octubre-Diciembre 2014

Índice
Índice

Preámbulo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  11

Capítulo 1
Consideraciones generales y orientaciones para la formación . . .  13
Sección 1: Fines, objetivos y estrategias de la formación . . . . . . .  13
A. Finalidad de la vida y de la formación vicenciana en su contexto  000
eclesial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  13
B. Vivir las cinco virtudes en conformidad con los fines de la vida  000
vicenciana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  16
C. Vivir los cuatro votos en conformidad con los fines de la vida  000
vicenciana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  16
D. El eje y las cinco dimensiones de la formación: objetivos de la for-   000
mación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  16
E. Estrategias de formación . . . . . . . . . . . . . . . . . .  17
Sección 2: Agentes de formación . . . . . . . . . . . . . . . . .  17
A. El Dios trinitario, el agente primero y trascendente de formación .  17
B. La persona en el proceso de formación . . . . . . . . . . . .  17
C. El visitador y la comunidad provincial en la formación . . . . .  17
D. La comunidad local en la formación . . . . . . . . . . . . .  18
E. Las personas encargadas del ministerio de formación . . . . . .  18
F. Los pobres como agentes de formación . . . . . . . . . . . .  23
Sección 3: Las etapas de la formación . . . . . . . . . . . . . . .  24
A. Un modelo para comprender la unidad de las etapas de formación    24
B. Las etapas de formación y la Comisión Provincial de Formación .  25
C. Las etapas de formación y el progreso de los candidatos . . . . .  25

Capítulo 2
Ministerio pastoral de promoción de vocaciones-etapa de invitación,   000
examen y discernimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . .  26
Sección 1: Finalidad y contexto del ministerio pastoral de promoción de   000
vocaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  26
A. Finalidad del ministerio pastoral de promoción de vocaciones . .  26
B. Contexto del ministerio de promoción de vocaciones . . . . . .  26
C. El contexto del ministerio de promoción de vocaciones y las  000
etapas del proceso de discernimiento . . . . . . . . . . . . .  27
Sección 2: Los agentes específicos de la formación vicenciana en la  000
etapa de invitación, examen y discernimiento . . . . . . . . . .  28
A. Examinar, discernir y tomar una decisión bajo la acción del Espí-  000
ritu Santo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  28
B. El director de vocaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . .  28
C. Los directores adjuntos y la Comisión de vocaciones . . . . . .  28
D. Otras personas que participan en el proceso de formación . . . .  28
6 / 324 Índice

Seccíon 3: Objetivos y estrategias de la pastoral vocacional y del proceso   000


de invitación, examen y discernimiento . . . . . . . . . . . . .  29
A. La fase de invitación: estrategias para sembrar semillas en “el mundo   000
de la juventud” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  29
B. El eje vicenciano: la imagen del vicenciano que se ha de presentar   000
a los jóvenes que se interrogan sobre su vocación . . . . . . . .  30
C. Formación humana de los jóvenes en búsqueda y discernimiento .  30
D. Formación espiritual de los jóvenes en búsqueda y discernimiento    31
E. Formación intelectual de los jóvenes en búsqueda y discernimiento    31
F. Formación apostólica de los jóvenes en búsqueda y discernimiento    31
G. Formación para la vida comunitaria . . . . . . . . . . . . .  32

Sección 4: Proceso para solicitar y ser admitido a la etapa previa al  000


seminario interno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  32
A. Perfil de los jóvenes en proceso de discernimiento candidatos a ser   000
admitidos a la etapa previa al seminario interno . . . . . . . .  32
B. Papel del candidato en el proceso de petición de admisión a la  000
etapa previo al seminario interno . . . . . . . . . . . . . .  34
C. Papel del director de vocaciones y del equipo de admisión en el  000
proceso de petición de admisión a la etapa previa al seminario  000
interno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  35

Capítulo 3
La formación en la etapa previa al seminario interno . . . . . . .  37

Sección 1: Finalidad y el contexto de la formación vicenciana en la etapa   000


previa al seminario interno . . . . . . . . . . . . . . . . . .  37
A. Finalidad de la formación previa al ingreso en el seminario interno    37
B. Contextos varios de la formación previa al seminario interno . . .  37

Sección 2: Objetivos y estrategias de la formación vicenciana en la etapa   000


previa al seminario interno . . . . . . . . . . . . . . . . . .  38
A. El eje vicenciano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  38
B. Formación humana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  39
C. Formación espiritual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  40
D. Formación intelectual . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  42
E. Formación apostólica . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  43
F. Formación para la vida en comunidad . . . . . . . . . . . .  44

Sección 3: Perfil de los candidatos al final de las etapas de formación  000


previas al seminario interno . . . . . . . . . . . . . . . . . .  45
A. Perfil del candidato en la fase de orientación y discernimiento  000
previa al seminario interno . . . . . . . . . . . . . . . . .  45
B. Perfil del candidato al completar en su integridad el programa  000
previo al ingreso en el seminario interno . . . . . . . . . . .  46
Índice 7 / 325

Capítulo 4
Formación en la etapa del seminario interno . . . . . . . . . . .  48
Sección 1: La finalidad específica y el contexto de la formación en la  000
etapa del seminario interno . . . . . . . . . . . . . . . . . .  48
A. Finalidad específica de la formación vicenciana en la etapa del  000
seminario interno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  48
B. Contexto de la formación vicenciana en la etapa del seminario  000
interno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  48
Sección 2: Los objetivos y estrategias de la formación vicenciana en la  000
etapa del seminario interno . . . . . . . . . . . . . . . . . .  49
A. El eje vicenciano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  49
B. Formación humana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  52
C. Formación espiritual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  53
D. Formación intelectual . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  55
E. Formación apostólica . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  55
F. Formación para la vida en comunidad . . . . . . . . . . . .  56
Sección 3: Perfil del seminarista al completar la etapa de formación del  000
seminario interno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  58

Capítulo 5
Formación durante el año de práctica pastoral . . . . . . . . . .  59
Sección 1: El fin específico y el contexto de la formación vicenciana  000
durante el año de práctica pastoral . . . . . . . . . . . . . . .  59
A. Fin específico de la formación vicenciana durante el año de práctica   000
pastoral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  59
B. Los diferentes contextos de tiempo y lugar durante el año de práctica   000
pastoral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  59
Sección 2: Los objetivos y estrategias de la formación vicenciana durante   000
el año de práctica pastoral . . . . . . . . . . . . . . . . . .  60
A. El eje vicenciano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  60
B. Formación humana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  61
C. Formacón espiritual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  61
D. Formación intelectual . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  62
E. Formación apostólica . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  62
F. Formación para la vida de comunidad . . . . . . . . . . . .  64
Sección 3: Perfil del misionero al completar el año de práctica pastoral .  64

Capítulo 6:
Formación de los hermanos en la etapa posterior al seminario   000
interno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  66
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  66
Sección 1: La identidad del hermano . . . . . . . . . . . . . . .  66
A. Identidad del hermano en la Iglesia . . . . . . . . . . . . .  66
B. Identidad del hermano en la Congregación de la Misión . . . . .  67
8 / 326 Índice

Sección 2: Los fines específicos y el contexto de la formación vicenciana   000


del hermano en la etapa posterior al seminario interno . . . . . .  68
A. Fines específicos de la formación del hermano en la etapa poste-  000
rior al seminario interno . . . . . . . . . . . . . . . . . .  68
B. Contexto de la formación del hermano en la etapa posterior al  000
seminario interno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  68
Sección 3: Los objetivos y estrategias de la formación del hermano en la   000
etapa posterior al seminario interno . . . . . . . . . . . . . . .  69
A. El eje vicenciano de la formación . . . . . . . . . . . . . .  69
B. Formación humana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  70
C. Formación espiritual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  71
D. Formación intelectual – Teológica y profesional . . . . . . . .  73
E. Formación apostólica . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  75
F. Formación en la vida común . . . . . . . . . . . . . . . .  76
Sección 4: Perfil del hermano al terminar la etapa de formación poste-  000
rior al seminario interno . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  77

Capítulo 7
Formación en la etapa del seminario mayor . . . . . . . . . . .  78
Sección 1: El fin específico y el contexto de la formación vicenciana en la   000
etapa del seminario mayor . . . . . . . . . . . . . . . . . .  78
A. Fin específico de la formación vicenciana en la etapa del seminario   000
mayor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  78
B. Contexto y lugar para los estudios teológicos y la formación vicen-   000
ciana de los estudiantes vicencianos . . . . . . . . . . . . .  78
Sección 2: Los objetivos y estrategias de la formación vicenciana en la  000
etapa del seminario mayor . . . . . . . . . . . . . . . . . .  79
A. El eje vicenciano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  79
B. Formación humana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  80
C. Formación espiritual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  83
D. Formación intelectual . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  85
E. Formación apostólica . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  86
F. Formación en la vida común . . . . . . . . . . . . . . . .  87
Sección 3: Perfil del estudiante al completar su formación en la etapa del   000
seminario mayor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  89

Capítulo 8
Formación permanente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  90
Sección 1: Naturaleza, fines y contextos, de la formación permanente . .  90
A. Naturaleza de la formación permanente . . . . . . . . . . . .  90
B. Contextos de la formación permanente . . . . . . . . . . . .  90
C. Fines de la formación permanente . . . . . . . . . . . . . .  90
Sección 2: Los agentes de la formación permanente . . . . . . . . .  91
A. El cohermano individual bajo la inspiración continua del Dios trino    91
B. El visitador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  91
Índice 9 / 327

C. El director de formación permanente . . . . . . . . . . . . .  91


D. El superior local y la comunidad local . . . . . . . . . . . .  92
E. El director espiritual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  92
F. El director de formación apostólica . . . . . . . . . . . . .  92
Sección 3: Los objetivos y estrategias de la formación permanente . . .  92
A. El eje vicenciano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  93
B. Formación espiritual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  93
C. Formación intelectual . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  94
D. Formación apostólica . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  94
E. Formación en la vida común . . . . . . . . . . . . . . . .  95
F. Formación humana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  95

Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  97

Apéndices

Apéndice 1: Solicitud para ser admitido en la etapa previa al seminario  000


interno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
Apéndice 2: Informe médico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106
Apéndice 3: Información para entregar . . . . . . . . . . . . . . . 108

Bibliografia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
Fuentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
Estudios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110

Índice general año 2014 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113


Vincentiana, Octubre-Diciembre 2014

Preámbulo
Preámbulo

En los tiempos posteriores al Concilio Vaticano II la vida y los


ministerios de la Congregación de la Misión se han visto afectados por
un gran número de acontecimientos mundiales y eclesiales. Diversos
cambios en los modos de pensar teológicos y filosóficos han hecho de
dominio común la preferencia por el razonamiento inductivo, en virtud
del cual las circunstancias y los contextos individuales son decisivos a
la hora de determinar la verdad, el sentido, y la acción responsable.
Ha habido un movimiento hacia la autoridad colegiada que se basa
preferentemente en la comunicación, el diálogo y la toma de decisiones
compartida. Un reconocimiento más pleno de la interdependencia de
las personas, las comunidades y las naciones ha generado una mayor
comunicación en los modos de pensar y una mayor diversidad en los
modos de proceder. Una visión más positiva de la creación y de la
humanidad ha dado un mayor valor a la persona individual y a la
promoción de las capacidades individuales.
Aunque todos esos aspectos son constructivos, han creado por otro
lado inestabilidad y confusión en la sociedad, en la Iglesia y en la
Congregación; por ejemplo: la tendencia hacia el relativismo y un poner
en duda la posibilidad y el valor de los compromisos de larga duración
o para toda la vida, desconfianza hacia la autoridad, especialmente
cuando no se dan la comunicación, el diálogo y el compartir en el
proceso de la toma de decisiones, negarse a reconocer la debilidad y
la tendencia al pecado como dimensiones de la realidad humana.
A la luz de esos cambios, esta Ratio presenta una visión y un plan
para la formación de los miembros de la Congregación de la Misión
para el siglo XXI. La comisión encargada de la tarea de preparar la
Ratio inició un triple proceso. Primero, consultó muchos planes pro-
vinciales de formación que las provincias enviaron a la curia general.
Esto fue de gran utilidad para reconocer y respetar la diversidad cul-
tural que se da en la Congregación. Segundo, estudió con detalle los
documentos de la Iglesia. Este paso fue muy útil para tener una visión
amplia de las diferentes etapas de formación. Tercero, la comisión
consultó un número de estudios para desarrollar desde una perspectiva
teológica algunos de los temas más significativos para el siglo XXI.
No es intención de la comisión presentar una visión única y definitiva
en relación a la formación; más bien quiere ofrecer una guía a las
provincias para que desarrollen su propia Ratio adaptada a sus circuns-
tancias y a su cultura.
12 / 330 Preámbulo

La Ratio tiene ocho capítulos. El primero es de carácter general, y


estudia la finalidad general de la formación, los objetivos, las varias
dimensiones y los desafíos contemporáneos que afectan a la forma-
ción vicenciana en cada etapa. Del segundo al octavo se ofrecen una
reflexión y unas orientaciones para cada etapa específica de la forma-
ción. El capítulo 2 trata la etapa de la promoción vocacional; el capítulo
3 trata de la formación previa al ingreso en el seminario interno; el
capítulo 4 habla del seminario interno. El capítulo 5 ofrece un plan
para un Año de Práctica Pastoral, que puede ser añadido al final de la
etapa de formación del seminario interno, o bien en cualquier otro
momento del proceso posterior de formación. Los capítulos 6 y 7 tra-
tan de la formación posterior a la etapa del seminario interno para los
miembros de la Congregación de la Misión que van a ser sacerdotes o
hermanos respectivamente. Finalmente, el capítulo 8 ofrece orientacio-
nes para la formación permanente de los miembros de la Congregación
una vez terminadas las varias etapas de la formación inicial.
La Ratio presenta la formación vicenciana como un proceso integra-
dor de la vida entera, en la que el comienzo tiene en cuenta el fin, y el
fin va brotando de cada etapa anterior. La Ratio ofrece a los formado-
res un conjunto coherente e integrado de orientaciones relacionadas
con la etapa de formación concreta que se les ha confiado. En este
sentido se podría ver este documento como un conjunto de siete Ratio-
nes con un capítulo introductorio, y no simplemente como una sola
Ratio. Un formador encontrará la información básica y la ayuda que
necesita leyendo simplemente el capítulo 1 y el capítulo que trate de
la etapa específica de formación en que está trabajando. Y podrá encon-
trar más ayuda estudiando y compartiendo con otros formadores los
modos y maneras en que se relacionan entre sí los objetivos, las estra-
tegias y las esperanzas de una etapa concreta.
La comisión tiene la esperanza de que este trabajo ayudará a cada
cohermano y a la Congregación de la Misión en su conjunto a vivir en
el espíritu de san Vicente, a crecer en la unión con Cristo y con su
misión, por el bien de la Iglesia y el de los pobres.
Vincentiana, Octubre-Diciembre 2014

Capítulo 1

Consideraciones generales y orientaciones


para la formación

Sección 1
Fines, objetivos y estrategias de la formación

El primer artículo de las Constituciones de la Congregación de


la Misión presenta de una manera sucinta el fin de la “pequeña
compañía”:
El fin de la Congregación de la Misión es seguir a Cristo evange-
lizador de los pobres. Este fin se logra cuando sus miembros y
comunidades, fieles a san Vicente:
1. procuran con todas sus fuerzas revestirse del espíritu del mismo
Cristo (RC I,3) para adquirir la perfección correspondiente a su
vocación (RC XII, 13);
2. se dedican a evangelizar a los pobres, sobre todo a los más aban-
donados;
3. ayudan en su formación a clérigos y laicos y los llevan a una
participación más plena en la evangelización de los pobres.
Al definir de ese modo el fin, las Constituciones indican también
los objetivos generales de la formación en la Congregación. Para com-
prender bien esos objetivos es necesario tener en cuenta su contexto
eclesial.

A. Finalidad de la vida y de la formación vicenciana en su contexto


eclesial
La Iglesia entera es llamada a seguir a Cristo, que describe su misión
en el evangelio de san Lucas de una manera densa y clara: “El Espíritu
del Señor está sobre mí; me ha enviado a proclamar la Buena Nueva
a los pobres” (Lc 4,16). Esta misma llamada se dirige a todo cristiano
en el bautismo. La vocación del seguidor de san Vicente de Paúl es
aceptar esta llamada bautismal, recibir fuerzas del conjunto de la
comunidad de los bautizados, y ser luego un signo de lo que significa
vivir en Cristo. Al mismo tiempo la vocación vicenciana es una llamada
a seguir a Cristo específicamente:
14 / 332 Capítulo 1

• en el ministerio de la evangelización de los pobres y en la ayuda


a clérigos y laicos a asumir ese compromiso específico con la
misión de Cristo;
• en dedicar a esa llamada todo el tiempo de la vida propia y de las
propias energías;
• en comunidad, junto con otros que comparten la misma fe, la
oración, la misma visión, el trabajo, la capacidad creativa, de
modo que todo en la vida del misionero sea más eficaz que si
viviera y trabajara solo;
• siendo misionero al estilo del “Hijo del Hombre”, estar dispuesto
a ir adonde sea enviado, pues “no tiene donde reclinar su cabeza”.
De esta vocación vicenciana emanan tres consecuencias que exigen
una atención preferente en esta Ratio. Como el fin de la Congregación
es seguir a Cristo evangelizador de los pobres, tenemos que vernos a
nosotros mismos ante todo como misioneros vicencianos. Ser hermano
o sacerdote son características ordenadas al ser misionero, y solo tra-
tan de describir el modo en que un miembro de la Congregación vive
su vocación misionera. Por esta razón, excepto en la etapa de forma-
ción posterior al seminario interno, la formación vicenciana es la
misma para los candidatos a ser hermanos o sacerdotes, pues ambos
son llamados por igual a “seguir a Cristo evangelizador de los pobres”.
En segundo lugar, nuestro centrarnos en el seguimiento de Cristo
evangelizador de los pobres impregna nuestra comprensión del sacer-
docio. No estamos unidos bajo la dirección de un obispo particular, ni
estamos restringidos por los límites geográficos de una diócesis, sino
que nos entregamos en comunidad bajo la guía de un visitador y del
superior general, expresamente para llevar a Cristo a los marginados
de la sociedad, y para orientar a otros, clérigos y laicos, hacia esa
misma misión. Es muy importante que se subrayen esas diferencias a
los candidatos en el seminario mayor, especialmente si reciben la for-
mación teológica en un seminario diocesano o viven con seminaristas
diocesanos 1.
Finalmente, los objetivos de la formación requieren una compren-
sión cuidadosa del carácter específicamente vicenciano misionero de
nuestra congregación. Esa fue la idea que inspiró la expansión de la
congregación y sirvió de criterio acerca de los ministerios que se debían
asumir. En sus primeros años la congregación se extendió ante todo
predicando misiones populares, y enseguida dedicándose también al

1
 Será también muy importante señalar con fuerza las diferencias entre la
forma de vida vicenciana y la de los religiosos, sobre todo en situaciones en
que nuestros candidatos están siendo formados en institutos dirigidas por
religiosos.
Consideraciones generales y orientaciones para la formación 15 / 333

ministerio de la formación del clero. Posteriormente los misioneros


fueron enviados fuera de Francia y más allá del continente europeo, a
Madagascar y poco a poco a otras partes del mundo.
Este sentido misionero nos mueve hoy a los miembros de la Con-
gregación de la Misión a asumir ministerios nuevos a favor de los
pobres, a trabajar en ministerios nuevos de formación y a estar dis-
puestos a ir a servir donde seamos enviados 2. Esto afecta a nuestra
formación en todas sus etapas y requiere que los candidatos, los miem-
bros y la Congregación misma:
• promuevan el alivio de la pobreza y de la desigualdad económica
entre pueblos y naciones;
• respeten la diversidad de las culturas, apoyen a las personas y a
las comunidad marginadas por razón de su cultura y promuevan
procesos de una sana inculturación;
• formen al clero y a todo el pueblo cristiano para seguir a Jesús
como evangelizador de los pobres;
• trabajen con organizaciones dedicadas a luchar contra la injusti-
cia y la pobreza;
• se dediquen con otras denominaciones religiosas a trabajar por
vencer la inhumanidad y la falta de fe;
• trabajen con todos los miembros de la Familia Vicenciana en
nuestra misión común en Cristo.
Reconociendo los desafíos y las oportunidades de este tiempo, la
Congregación intentará también:
• usar la tecnología de forma que facilite su ministerio en todos los
niveles y en todos los lugares del mundo;
• comprometerse con el “cambio sistémico” como un medio para
aliviar la pobreza y promover las capacidades de los pobres 3.

2
 La Ratio Missionum, 3.3.1, ofrece unos criterios claros para la selección de
nuevos ministerios en los esfuerzos de la Congregación para responder a las
múltiples llamadas a nuevas misiones.
3
 El Cambio Sistémico aspira no solo a atender las necesidades inmediatas
de los pobres (dándoles alimentos, ropa, etc.), sino también a ayudar a los
pobres a desarrollar estrategias por cuyo medio puedan llegar a salir de la
pobreza. Su objetivo es cambiar el conjunto de estructuras que conforman el
sistema social concreto dentro del cual viven los pobres. Se centra en el diseño
de proyectos de alcance comprensivo, que se refiera a diversas necesidades
humanas básicas – individuales y sociales, espirituales y físicas, especialmente
puestos de trabajo, cuidado de la salud, vivienda, educación, crecimiento espi-
ritual – con un modo de actuación integral que busque la promoción del espí-
ritu de autoayuda, el desarrollo sostenible, y la formación de líderes locales.
16 / 334 Capítulo 1

B. Vivir las cinco virtudes en conformidad con los fines la vida


vicenciana
Vicente en persona, y la comunidad desde sus orígenes de 1626 hasta
1660, nos dejaron recomendaciones, orientaciones y estructuras para
ayudar a los misioneros y a toda la Congregación a vivir su vocación.
Destacan entre ellas las “cinco virtudes” más adecuadas para el misio-
nero: sencillez, humildad, mansedumbre, mortificación y celo. Cada
una de ellas tiene un componente humano y espiritual. Estas virtudes
deben animar a los misioneros en todas las etapas de su formación.
Cada etapa requiere su reflexión propia acerca de las virtudes y un
esfuerzo para asimilarlas.

C. Vivir los cuatro votos en conformidad con los fines de la vida


vicenciana
Otro conjunto de “estructuras de vida vicenciana” son los cuatro
votos vistos por Vicente como un medio para seguir a Cristo evangeli-
zador de los pobres: estabilidad (un compromiso para toda la vida a
servir a los pobres dentro de la Congregación), castidad en el celibato,
pobreza y obediencia. La formación vicenciana tiene en cuenta nece-
sariamente los valores y desafíos que implican estos votos. Ellos ayudan
al misionero a crecer en la entrega de sí mismo a Cristo, a hacerse libre
para la misión de la Congregación y a compartir la vida en comunidad.
La reflexión sobre estos votos debe ser incluida necesariamente en cada
etapa de formación

D. El eje y las cinco dimensiones de la formación: objetivos de la


formación
Los objetivos de la formación solo se hacen realidad desarrollando
dimensiones múltiples de la vida del individuo: la humana, la espiritual,
la intelectual, la comunitaria y la apostólica. Es necesario crecer en
cada una de las dimensiones para comprometerse con una forma vicen-
ciana de vida. El candidato o el cohermano intenta expresar el carisma
vicenciano en cada una de esas dimensiones.
El carisma vicenciano es el “eje” o base de las cinco dimensiones de
la formación, a la manera del eje en el que se insertan los radios de
una rueda. Así como la energía física que se transmite desde el eje a
través de los radios conduce a la acción, el carisma vicenciano dota a
un misionero de la energía necesaria para que desarrolle las cinco
dimensiones de la formación. Al describir cada etapa de la formación
esta Ratio describe en primer lugar el eje vicenciano y luego cada una
de las cinco dimensiones, articulando los objetivos y los medios por
los que se puede promover su desarrollo.
Consideraciones generales y orientaciones para la formación 17 / 335

E. Estrategias de formación
La formación es una tarea complicada que requiere pasos específicos
y concretos para conseguir sus fines y objetivos (el eje y las cinco
dimensiones). Esos pasos son necesarios para todo aspirante, asociado,
miembro admitido o cohermano incorporado para que consiga plena-
mente el espíritu de su vocación o llamada a la “pequeña Compañía”.
Por consiguiente esta Ratio muestra en detalle estrategias realistas y
normas para cada estadio de formación. Para conducir con suavidad
al interesado de una etapa a la siguiente será necesario evaluar sus
capacidades y su preparación en cada etapa. Por este motivo, esta Ratio
ofrece también al final de cada etapa un perfil deseable de la persona
en formación.

Sección 2
Agentes de formación

A. El Dios trinitario, el agente primero y trascendente de for-


mación
El agente primario de formación es Dios: el Padre que nos envía a
su Hijo; el Hijo que nos proporciona un modelo misionero para que lo
sigamos; y su Espíritu, que viene sobre nosotros como lo hizo sobre
Jesús, y nos envía a anunciar la Buena Noticia a todos los abandonados.
La primacía de la presencia de Dios y de su acción será reconocida
explícitamente en cada estadio de la formación tanto por parte del
candidato o cohermano en formación, como por los formadores.

B. La persona en el proceso de formación


El principal agente humano en el proceso de formación es la persona
que lo vive. Es responsabilidad suya buscar la iluminación del Señor
en cada etapa de formación, desde el tiempo del discernimiento de su
vocación hasta los últimos días de su vida dentro de la Congregación.
Es su deber escuchar las variadas voces de los formadores en cada
etapa, reflexionar y llevar a cabo la llamada del Señor que se transmite
a través de ellas.

C. El visitador y la comunidad provincial en la formación


La comunidad provincial proporciona los ejemplos más claros de la
manera de vivir que san Vicente confió a la Congregación. Reuniéndose
con los cohermanos, gustando su vida en común, viéndoles y oyéndo-
les en oración, experimentando activamente sus ministerios, los can-
didatos en la etapa de discernimiento se sentirán influidos por el
Espíritu y se verán atraídos a la comunidad.
18 / 336 Capítulo 1

El visitador anima a todos los cohermanos a tener un interés activo


en promover vocaciones. Les invita a que reciban en sus casas a jóve-
nes y a que les ayuden en el proceso de discernimiento. Se reúne con
los candidatos ya en el primer año de formación anterior al seminario
interno y les visita de modo que pueda llegar a conocerles. Las Cons-
tituciones piden su intervención en momentos significativos a lo largo
del proceso: cuando los candidatos solicitan ingreso en el seminario
interno, cuando los ya miembros piden permiso para los propósitos o
los votos y los incorpor ados piden permiso para los ministerios y las
órdenes mayores 4.
El visitador tiene que conocer también a los cohermanos responsa-
bles del ministerio de formación. Discierne su capacidad para dedicarse
al trabajo de formación, les nombra para ese trabajo y les proporciona
las oportunidades adecuadas para su propia formación como forma-
dores. El visitador debe comprender los procesos de formación tal
como se comprenden en la Iglesia de hoy. Finalmente, el visitador
nombra, ayuda y se comunica de modo eficaz con la Comisión de
Formación provincial, cuyas tareas se describen más adelante.

D. La comunidad local en la formación


La comunidad local juega un papel muy influyente en la formación.
Es un testimonio de la vitalidad del carisma vicenciano, de la riqueza
de la vida en común, y del celo misionero. En su experiencia de con-
vivir con cohermanos en la comunidad local – la vida de oración, la
vida y el trabajo en común – los que se encuentran en tiempo de for-
mación encontrarán un carisma creíble y atrayente. En el seno de la
comunidad local adquirirán el sentido de pertenencia y un aprecio
realista de cómo la Congregación atiende a los necesitados.

E. Las personas encargadas del ministerio de formación


1. Cometidos específicos y ministerios de los formadores
El director de formación juega el papel central entre los forma-
dores. Presenta los objetivos de la etapa concreta de formación del
candidato o del cohermano 5. En unión con los otros formadores

4
 En este tema pondrá interés especial en la evaluación de los candidatos
previa a la petición de estos para su ingreso en el seminario interno, así como
en las evaluaciones previas a las solicitudes para pasar a una etapa posterior
de formación.
5
 En esta sección (E.1) la palabra “cohermano” se aplica por igual a los
miembros admitidos y a los incorporados, desde su ingreso en el seminario
interno hasta el final del proceso de formación inicial.
Consideraciones generales y orientaciones para la formación 19 / 337

da forma concreta al carisma de la Congregación para la persona


que se encuentra en el proceso de formación, le acompaña personal
e individualmente y le ayuda a integrar las orientaciones que recibe
de los otros formadores. Coordina la acción de todos los formado-
res, proporcionando de ese modo al formando una experiencia equi-
librada e integrada de formación. Finalmente, es función suya, des-
pués de consultar a los otros formadores, presentar al visitador
una evaluación de la capacidad del candidato para seguir adelante
como vicenciano hacia un compromiso pleno con el trabajo minis-
terial.
El director espiritual ayuda al candidato o al cohermano a profun-
dizar en la vida espiritual necesaria para vivir el carisma vicenciano, y
para seguir adelante en las etapas del programa general de formación.
Ayuda a la persona individual a centrarse en ver cómo su relación con
Cristo anima y se expresa en todas las otras dimensiones de su caminar
(humana, pastoral, comunitaria, intelectual).
El director de formación apostólica inspira al formando para que
este llegue a una comprensión de su ministerio apostólico – sus fines
y objetivos específicos – y además le ayuda a reconocer la acción de
Cristo y de su Espíritu en el ministerio 6.
Los profesores le asistirán y le guiarán a comprender los temas de
sus propias competencias, de modo que el formando pueda asimilar la
enseñanza y descubrir los caminos que le llevarán a él y a otras perso-
nas a la madurez humana y cristiana. Presentan la doctrina de una
manera inteligible, fiel y muestran su importancia para la vida.
El director de formación humana ayuda al candidato o al coher-
mano a comprender mejor sus propias capacidades personales, sus

6
 Con variaciones que dependen de cada etapa de formación, el director de
formación apostólica:
a) Asigna a los candidatos o a los cohermanos en formación inicial a minis-
terios concretos a favor de los pobres en unión con los que están dedica-
dos a ese ministerio y señala medidas para que se les supervise sobre el
terreno.
b) Ayuda a los que están en proceso de formación a que integren las expe-
riencias adquiridas en su actividad apostólica en su vida de oración y en
el proceso de discernimiento de su vocación vicenciana.
c) Orienta a los formandos en la práctica de la reflexión teológica en común.
d) Señala momentos para discusiones periódicas con quien está encargado
de la supervisión sobre el terreno para conseguir un mejor conocimiento
de las capacidades y dificultades del candidato o cohermano. Usa esas
observaciones en diálogo con el candidato o cohermano y las comparte
también con el equipo de formación.
20 / 338 Capítulo 1

puntos fuertes y débiles. Guía al formando en todos los aspectos de


desarrollo personal humano 7.
El superior local anima y ayuda a la comunidad local en su vida y
en su ministerio de formación. Debe conocer y comprender las variadas
dimensiones de la formación. Anima a los miembros de la comunidad
a ser ejemplo creíbles y atrayentes para la persona que se encuentra
en el proceso de formación inicial.

2. La formación de los formadores

Formar es un ministerio especializado. Ningún formador tiene por


naturaleza o por carácter personal todas las cualidades necesarias
para este ministerio. A todo misionero que se dedica al ministerio
de formación debería proporcionársele la ocasión de recibir una for-
mación específica para ese ministerio. Los directores de formación
serían formados para este ministerio por otros directores de formación;
los directores espirituales reciben formación de otros directores espi-
rituales; el responsable del área de formación humana necesitará una
formación básica en psicología y la ayuda profesional continua de un
psicólogo titulado; los directores de la formación apostólica participa-
rán en programas dirigidos expresamente a formar a los formadores
en esta área de formación. A cada formador le aprovechará también
mantener comunicación continua con los que participan del mismo
ministerio.

3. Perfil del formador

Dadas las responsabilidades y desafíos del ministerio de formación,


el visitador tendrá que seleccionar a cohermanos que asuman ese
ministerio y que sean:
• hombres enraizados profundamente en Jesucristo y capaces de
comunicar su experiencia personal y su amor por Jesús;

7
 Con variaciones que dependen de cada etapa de formación, en cuanto al
director de formación humana:
a) Se espera de él que conozca la evaluación sicológica de cada candidato
que se exige como paso previo a su admisión a la primera etapa de for-
mación. Se reúne con el candidato para analizar el informe y elabora
junto con él estrategias para aplicar de manera constructiva sus observa-
ciones y sugerencias.
b) Se reúne de vez en cuando con el candidato para dar continuidad a lo
hablado en reuniones anteriores.
c) Es consciente de las diferencias que hay que tener en cuenta al acompa-
ñar a candidatos de grupos de edades diferentes.
Consideraciones generales y orientaciones para la formación 21 / 339

• empapados del carisma vicenciano, imbuidos con un espíritu


misionero genuinamente vicenciano, que conocen a Vicente y la
historia de la Congregación;
• que están en contacto con los pobres, y que encuentran a Cristo
en ellos y caminan junto a ellos, de modo que su conocimiento
de los pobres sea real y no solo ideal;
• hombres de oración, capaces de compartir la experiencia de una
oración y un trabajo ministerial que se alimentan mutuamente;
• capaces de comprender y guiar a las personas en su camino de
formación;
• conscientes de los modos de pensar de los jóvenes, saben com-
prender sus luchas al tratar de ser fieles a Cristo y a la Iglesia y
son capaces de comunicar con ellos de una manera efectiva;
• que se relacionan y son capaces de trabajar con los diferentes
grupos de la Familia Vicenciana;
• hombres que saben apreciar la diversidad cultural.
Los que van a servir como directores de formación deberán ser
personas:
• que conocen bien las etapas del desarrollo humano;
• expertos en guiar a las personas de diferentes tipos de personali-
dad a ser conscientes de sus cualidades y sus limitaciones y tra-
tarlas de una manera constructiva;
• con la experiencia previa de ayudante del director de formación
y en otra etapa de formación.

Los que trabajen como directores espirituales han de ser:


• personas con capacidad de discernir las mociones del Espíritu en
su propia vida y en las vidas de los demás;
• sólidos en su capacidad para compaginar la vida de fe con la vida
en el mundo y con el crecimiento humano;
• con experiencia para ofrecer orientación espiritual en contextos
más amplios del ministerio.
Los que van a ser profesores deberán también ser personas:
• bien versadas en la especialidad que van a enseñar;
• capaces de comunicar el tema de su enseñanza a estudiantes
dotados de una variedad de necesidades y diferentes capacidades
para aprender;
• capaces de relacionar su enseñanza de una manera significativa
con la vida vicenciana, con el mundo de hoy, con el seguimiento
de Cristo y con las necesidades de los pobres.
22 / 340 Capítulo 1

4. El equipo de formadores

Una formación que sea eficaz exige un trabajo en equipo. Las pro-
vincias tendrán un Equipo de Formación para las etapas de formación
inicial, equipo que tendrá un director espiritual, un director de forma-
ción apostólica, profesores, un director de formación humana, el supe-
rior de la comunidad local y el director de formación. Los miembros
del equipo se complementan mutuamente en sus funciones específicas,
personalidades y cualidades. Los miembros del equipo deberán reu-
nirse periódicamente para discutir: (1) cómo están trabajando para
conseguir lo que pretende el programa general de formación; (2) los
desafíos que se vayan encontrando en sus propias áreas de formación;
y (3) el progreso de cada uno de los individuos bajo su cuidado.

a) La formación interior y los resultados observables


La formación se centra en cómo el compromiso de cada individuo
para asumir la llamada vicenciana, se manifiesta en la acción observa-
ble. Podemos conocer dónde se encuentran la mente y el corazón de
otra persona por su manera de comportarse y de responder a unos
objetivos específicos. Pero algunos son capaces de actuar aparente-
mente bien durante un largo tiempo sin interiorizar los valores y las
formas de vida que ofrece la Congregación. Hay candidatos que pueden
engañar a los formadores e incluso engañarse a sí mismos pensando
que, porque actúan bien, han llevado a cabo el trabajo interior nece-
sario para servir con fruto a lo largo de toda la vida. Por esta razón, el
acompañar a la persona en su formación implica compartir también
la interioridad, así como también la actividad observable.

b) Fuero interno-externo
Durante siglos la Iglesia ha distinguido entre estos dos aspectos –
interioridad compartida y actividad observable- como el “fuero interno”
y el “fuero externo”. La distinción ha conducido a una restricción de
la interioridad a una relación de dirección espiritual, advirtiendo
incluso a las personas con autoridad en el fuero externo (rectores de
seminario, superiores de casas de formación y responsables de la dis-
ciplina) que no entraran en el fuero interno. Esta restricción, aunque
útil, puede limitar el conocimiento que pueda tener un formador de la
persona a la que tiene que orientar y evaluar.
La Iglesia de hoy espera que los formadores desarrollen una relación
personal con el formando. La mejor manera de expresar el carácter de
esa relación es la idea del acompañamiento: caminando juntos al
aprender los fines, los estilos de vida, y el ministerio de la Congregación
mientras se van también descubriendo juntos las cualidades, los asper-
Consideraciones generales y orientaciones para la formación 23 / 341

tos fuertes y débiles, las limitaciones del individuo según va tratando


de responder a la llamada de su vocación.
La necesidad de distinguir entre “fuero interno” y “fuero externo”
suscita con frecuencia la cuestión de si el director espiritual debería
participar en las reuniones que tratan de las personas que están en
formación. Preocupa la idea de preservar la naturaleza confidencial del
fuero interno. Esta Ratio afirma la importancia de que el director espi-
ritual esté presente en las reuniones, aunque como oyente más que
como participante activo. Los directores espirituales necesitan saber
cómo otros evalúan y orientan a los que ellos asesoran espiritualmente.
El escuchar a otros hará que el director espiritual pueda contribuir
mejor a los esfuerzos del equipo, y protegerá al director espiritual de
tener una visión desacertada debido a una manera, a veces desatinada,
como destudiante expresa el dirigido su comportamiento y/o a su rela-
ción con otro miembro del equipo.

F. Los pobres como agentes de formación


A veces consideramos a las personas que viven en pobreza como
receptores pasivos de nuestro servicio. Podemos llegar a pensar que el
papel de esas personas en el proceso de formación se limita a darnos
a conocer las privaciones y la injusticia que padecen. Tal conocimiento
ciertamente nos hará conscientes de la realidad buscar el cambio de
los pobres, nos desafiará a responder a sus necesidades, y a la sociedad
para ayudar a eliminar la pobreza. Pero el objetivo de la formación
vicenciana nos llama también a construir lazos de comunión con los
pobres: compartir, aprender y experimentar juntos el gozo de la pre-
sencia y del amor de Cristo.
Los pobres son hermanas y hermanos nuestros, son imágenes de
Cristo. Somos llamados a vivir entre ellos y a llegar a conocerles con
mayor profundidad. Podríamos descubrir en ellos una fe vibrante, una
constante esperanza, amor generoso y constancia en su confianza en
Dios. También descubriríamos que pueden ser difíciles, exigentes, o
poco dispuestos a cooperar. Pueden poner a prueba nuestra paciencia
o presentarnos problemas que nos parecen no tener solución. También
en esas ocasiones se nos urge a encontrar a Cristo en el espíritu de
san Vicente.
Por estas razones es importante que los candidatos y los cohermanos
en cada etapa de formación no solo estudien las necesidades de los que
sufren pobreza, sino también que les sirvan y construyan con ellos,
vínculos interpersonales de fe, esperanza y amor en el estilo de Jesu-
cristo. Las personas que viven en pobreza son agentes significativos y
activos en nuestra formación, mediadores de la presencia del Señor en
nuestro caminar por la vida y la actividad ministerial vicenciana.
24 / 342 Capítulo 1

Sección 3
Las etapas de la formación

Aunque la formación transcurre a lo largo de toda una vida a través


de etapas distintas, tiene una unidad subyacente.

A. Un modelo para comprender la unidad de las etapas de for-


mación
El ciclo vital de un árbol nos ofrece un modelo práctico para com-
prender la unidad del proceso de formación y el paso de una etapa a
otra. Comienza con la siembra y cuidado de la semilla, lo que corres-
ponde a la etapa en que se siembran y alimentan las semillas de la
vocación durante su tiempo de discernimiento.
La etapa siguiente en el ciclo vital del árbol es el brotar de una nueva
vida. Los brotes jóvenes requieren un cuidado especial y cuidarlos con
luz, agua, fertilizantes y una tierra fértil. Del mismo modo la etapa de
formación previa al seminario interno ofrece a los jóvenes candidatos
los fundamentos de la vida vicenciana para que lleguen a apreciarlos
como propios.
La tercera etapa del ciclo vital de un árbol es hundir las raíces pro-
fundamente en la tierra. Las raíces son necesarias para el árbol para
que encuentre alimento y se haga de ese modo fuerte y maduro, esta-
ble cuando soplen los vientos, caiga la lluvia o caliente el sol. El semi-
nario interno provee una ayuda similar para el crecimiento del
candidato en la vida vicenciana por medio de la oración, el servicio, y
los estudios vicencianos. Comenzará a verse a sí mismo como enrai-
zado en la vida y en la historia de la Congregación.
La cuarta etapa en el ciclo vital del árbol es la maduración. El árbol,
bien enraizado en la tierra, es podado y cuidado para que llegue a dar
fruto. Esta etapa corresponde al seminario mayor para los que se están
preparando para ser sacerdotes, o a la formación apostólica y profe-
sional para los que van a ser hermanos. La poda y la maduración en
esta etapa de la formación recibe la forma de ir afinando los valores y
seguir cultivando el crecimiento del candidato para que consiga una
visión más plena y matizada de la vida vicenciana, y se vaya ajustando
a las realidades de la vida adulta, según van siendo puestas a prueba
las raíces del candidato por la vida y por una comunidad que, aunque
imperfecta, está reunida en el amor.
En esta última etapa de su ciclo vital el árbol llega a su madurez, y
da fruto durante muchos años. El árbol está ya bien formado, pero
sigue necesitando atención. Lo mismo sucede con los cohermanos que
han estado dando fruto durante muchos años como misioneros vicen-
cianos. Están siguiendo a Jesús evangelizador de los pobres en minis-
terios variados, conociendo los gozos y soportando las dificultades de
Consideraciones generales y orientaciones para la formación 25 / 343

la vida y ministerio vicencianos. Sin embargo, esos cohermanos no


“están solos” en su viaje por la vida. También ellos necesitan y merecen
una formación permanente.

B. Las etapas de formación y la Comisión Provincial de Formación


Todas las provincias necesitan una Comisión Provincial de Forma-
ción para asegurar la continuidad, consistencia y desarrollo progresivo
de las etapas de formación y las múltiples dimensiones contenidas en
ellas. La comisión estará formada por el director provincial de voca-
ciones, el responsable del equipo de formación de cada etapa y los
directores de formación de cada etapa. La comisión presenta recomen-
daciones al visitador en relación a la ubicación de las casas de forma-
ción y la relación con otras instituciones (tales como universidades o
seminarios) que complementarán los programas de formación vicen-
ciana. La Comisión Provincial de Formación ejercerá también una
supervisión general en relación al crecimiento vocacional de los can-
didatos y evaluará la eficacia del programa provincial de formación en
su conjunto.

C. Las etapas de formación y el progreso de los candidatos


Es de importancia vital que se tenga una articulación cuidadosa de
los fines, objetivos y estrategias propias de cada etapa de la formación.
Con el fin de proporcionar criterios necesarios para evaluar la capaci-
dad de avance del candidato esta Ratio ofrece el perfil del candidato o
cohermano que se espera llegue a conseguir al completar cada etapa
de formación. Es tarea de cada provincia, de su Comisión de Forma-
ción y de los equipos provinciales de formación, definir en cada etapa
del proceso de formación los resultados esperados que constituirán el
criterio para pasar de una etapa a otra.
La articulación de los resultados esperados se aplica también de
modo análogo a la formación permanente. Cada cohermano necesita
seguir creciendo en vida interior, en la vida comunitaria y en el trabajo
ministerial. Es importante que los cohermanos sean transparentes en
su actuar y en su servir y sean responsables de ellos.
Vincentiana, Octubre-Diciembre 2014

Capítulo 2

Ministerio pastoral de promoción


de vocaciones-etapa
de invitación, examen y discernimiento

Sección 1
Finalidad y contexto del ministerio pastoral
de promoción de vocaciones

A. Finalidad del ministerio pastoral de promoción de vocaciones


La finalidad del ministerio en esta etapa de formación (pastoral
de promoción de vocaciones) es sugerir a los posibles candidatos la
posibilidad de una vocación vicenciana y ayudarles en el proceso
de discernimiento. Este sería el estadio de la “siembra de semillas”.
El sembrador esparce sus semillas en abundancia. Algunas caen en un
terreno bueno y producen treinta, sesenta y ciento por uno; otras semi-
llas son pisoteadas a lo largo del camino; otras echan raíces, otras se
marchitan al poco de brotar. Es necesario distinguir cuidadosamente
los tipos de terreno sobre los que caen las semillas (el contexto) en la
pastoral de promoción vocacional.

B. Contexto del ministerio de promoción de vocaciones


La pastoral de promoción de vocaciones tiene lugar en un medio
juvenil que está buscando sentido a su vida en una cultura concreta 8.
Algunas culturas son fuertemente religiosas; en ellas la juventud

8
 El mundo de la juventud no se limita necesariamente a los menores de
veintiún años. Algunas provincias establecen contacto con jóvenes antes de la
escuela secundaria. Otras lo hacen con muchachos de la escuela secundaria,
de la universidad o incluso de después de la universidad. No se debe excluir a
una persona de más edad, simplemente porque esté cerca, por ejemplo de
los 40. Pero es razonable señalar un “límite de edad” para asegurarse de que
el posible candidato haya tenido tiempo suficiente después de la formación
inicial para comprometerse de modo eficaz con la misión vicenciana. Cual-
quiera que sea la edad, la pastoral vocacional tiene las mismas estructuras
básicas y fases de discernimiento progresivo. Solo cambian las estrategias para
dirigirse a los candidatos según su edad respectiva.
Ministerio pastoral de promoción de vocaciones-etapa 27 / 345

encuentra con facilidad un lugar en la Iglesia y recibe formación reli-


giosa. Ese ambiente hace fácil la apertura de la juventud a las diversas
vocaciones dentro de la Iglesia. En culturas más secularizadas se ha
desintegrado el respeto hacia la autoridad y hacia la Iglesia; en ellas
se presentan de manera muy atractiva la libertad sexual, la preocupa-
ción por el dinero y el deseo de poder. Sin embargo, se encuentran con
frecuencia jóvenes que quieren hacer algo significativo y comprome-
terse con una vida de servicio a los demás. Estas características se
pueden cultivar, de modo que algunos jóvenes se sientan abiertos a la
vocación en nuestra Congregación. Los que se dedican a esta pastoral
tienen que conocer los puntos fuertes y los débiles de cada cultura a
la hora de discernir a los candidatos a los que el Señor inspira una
invitación.

C. El contexto del ministerio de promoción de vocaciones y las


etapas del proceso de discernimiento
El proceso de “sembrar la semillas” de una vocación se desarrolla a
través de tres fases que se pueden distinguir. La primera fase es una
invitación inicial. Los dedicados a la pastoral vocacional invitan a los
jóvenes a conocer y a tomar parte en la misión de Cristo. Al hacerlo
así, algunos de esos jóvenes tal vez comiencen a preguntar acerca de
la vocación vicenciana. La fase segunda es de discernimiento activo.
En esta fase los posibles candidatos buscan crecer como cristianos y
como seres humanos con una posible apertura hacia una vocación en
una sociedad de vida apostólica. Los responsables proporcionan a los
interesados la información y los modelos que les ayuden a comprender
la vocación vicenciana, y les asisten en el proceso de discernimiento 9.
La tercera fase es la petición de admisión a un programa de formación
bien definido. Después de un año o dos de examen y discernimiento,
los candidatos pueden solicitar el ingreso en una casa de formación
vicenciana instituida 10.

9
 Esto podría tener lugar por medio de reuniones periódicas (tal vez men-
suales), mientras el posible candidato en proceso de discernimiento vive en su
propia casa, en una casa de discernimiento constituida para ello, o en una
comunidad local bajo la orientación de un cohermano.
10
 La duración puede variar en las diferentes provincias y según las circuns-
tancias de cada individuo.
28 / 346 Capítulo 2

Sección 2
Los agentes específicos de la formación vicenciana
en la etapa de invitación, examen y discernimiento

A. Examinar, discernir y tomar una decisión bajo la acción del


Espíritu Santo
La primera necesidad de todo el que se encuentra en el proceso
inicial de discernimiento es abrir su mente y su corazón a las mociones
del Espíritu Santo. En ese proceso necesita llegar a conseguir un cono-
cimiento del camino vicenciano a través de palabras y de ejemplos y
ser ayudado en el discernimiento por cohermanos competentes. Debe
meditar en oración lo que recibe y abrir su corazón a una respuesta
sumisa a la llamada del Padre.

B. El director de vocaciones
El director de vocaciones tiene como responsabilidad especial el
anunciar la palabra de Dios y ofrecer un ejemplo de vida vicenciana.
Debe dedicarse a ello a tiempo completo, pues tendrá que sembrar
semillas en cada uno de los tres niveles en que se pueden encontrar
nuevas vocaciones. Deberá conocer a los que muestran interés por la
vocación, están en proceso de discernimiento y solicitan el ingreso en
una casa de formación y deberá también ayudarles en la petición de
ingreso.

C. Los directores adjuntos y la Comisión de vocaciones


Si ha de estar presente y ha de actuar a lo largo y ancho de la geo-
grafía de una provincia, el director de vocaciones necesitará la ayuda
de ayudantes adjuntos para esparcir las semillas de vocación, así como
de directores de discernimiento que acompañen a los posibles candi-
datos. Todos ellos juntos componen la Comisión de vocaciones, para
ayudarse mutuamente en este ministerio.

D. Otras personas que participan en el proceso de formación


Los candidatos que han dado ya el paso del estadio inicial de dis-
cernimiento a un programa estructurado de formación son un recurso
importante para plantar las semillas de vocación entre candidatos inte-
resados. Ellos comprenden las preocupaciones y las aprensiones de los
que empiezan a buscar orientación vocacional. Su testimonio aclara
buena parte de los aspectos poco conocidos de los pasos que están
pensando en dar los posibles candidatos.
Ministerio pastoral de promoción de vocaciones-etapa 29 / 347

Sección 3
Objetivos y estrategias de la pastoral vocacional y
del proceso de invitación, examen y discernimiento

Esta Ratio ofrece estrategias para las fases de invitación, discerni-


miento y admisión a un programa formal de formación. Las provincias
lo adaptarán a sus respectivos contextos culturales.

A. La fase de invitación: estrategias para sembrar semillas en


“el mundo de la juventud”
Al orientar a la juventud hacia la vocación vicenciana, el director de
vocaciones y sus colaboradores:
• hacen uso de medios tradicionales y modernos para promo-
ver vocaciones, entre los que se incluyen la publicación de folle-
tos y trípticos que presentan una breve explicación de lo que es
la vocación vicenciana, una hoja mensual de noticias sobre acti-
vidades vicencianas medios de comunicación y las redes sociales
Facebook;
• visitan lugares en que haya jóvenes, junto con algunos de
los candidatos que se encuentran ya en fase de formación.
Nos referimos a reuniones con grupos parroquiales, grupos de la
Familia Vicenciana (por ejemplo de las Juventudes Marianas),
escuelas (incluyendo retiros) y talleres de trabajo sobre temas
vocacionales;
• se reúnen con jóvenes que se encuentran en seminarios
menores no dirigidos por misioneros de la Congregación,
pero que han mostrado algún interés por una vocación vi-
cenciana;
• visitan familias. Los padres de familia juegan un papel impor-
tante para que un joven piense en una vocación religiosa 11.
• solicitan la colaboración de otros cohermanos. Esto se puede
hacer animando a los cohermanos de una comunidad vicenciana
local a que acojan a los jóvenes que se interrogan y quieren dis-
cernir su vocación.

11
 Los padres pueden fomentar una visión de la vida genuinamente cristiana
y católica. En algunos caso podrían ver la vocación de sus hijos como un modo
de que estos consigan medios de vida para su familia. Algunos padres podrían
oponerse a una vocación religiosa porque quieren tener nietos. Los responsa-
bles de la pastoral vocacional tienen que fomentar el espíritu auténtico de los
padres tanto como el de que se interroga sobre su vocación.
30 / 348 Capítulo 2

B. El eje vicenciano: la imagen del vicenciano que se ha de pre-


sentar a los jóvenes que se interrogan sobre su vocación 12
Desde el mismo comienzo los responsables de la pastoral vocacional
ayudan a los jóvenes interesados a apreciar la llamada a profundizar
su vida con Cristo y a compartir su dedicación a los pobres. La imagen
fundamental que presentan de lo que debe ser un vicenciano es la de
su ser misionero, lo cual puede darse lo mismo en el estado de sacer-
dote, que en el de hermano. Puede que el joven interesado no esté
seguro, y tampoco tiene que decidir ya, sobre cuál de esas dos formas
de ministerio desea asumir. Pero es importante que comprenda que
tanto el ser hermano como el ser sacerdote son maneras de ser plena-
mente vicenciano y plenamente misionero. Al mismo tiempo es impor-
tante que el interesado entienda las diferencias entre los ministerios
del sacerdote y del hermano.

C. Formación humana de los jóvenes en búsqueda y discerni-


miento
El objetivo de la formación humana es ayudar al que está en bús-
queda y discernimiento a crecer en la madurez necesaria para la voca-
ción vicenciana. Con este fin se le orientará a:
• escuchar a los demás atentamente, a la vez que a presentar sus
propios puntos de vista con humildad y con claridad;
• compartir sus experiencias con la transparencia propia de su
edad;
• contribuir generosamente a la vida de la comunidad responsable
del programa de discernimiento y a sus proyectos apostólicos.
El director de vocaciones, o su adjunto, tratará con el joven en bús-
queda y discernimiento a reflexionar sobre sus cualidades positivas y
sobre sus puntos débiles, sus cualidades y sus necesidades.

12
 En las provincias en que haya un gran número de jóvenes que se interesan
por la vocación vicenciana puede que sea necesario seleccionarlos antes de que
sigan adelante con el proceso de discernimiento. El director de vocaciones
deberá buscar cartas de recomendación de los párrocos correspondientes, visi-
tar los hogares, solicitar una carta a los interesados en la que declaren que
están interesados en un programa de discernimiento y dispuestos a cumplir lo
que estipule el programa; presentarles un test para averiguar el nivel de forma-
ción académica básica; pedir copias de los certificados de bautismo y de con-
firmación. Sería también aconsejable pedir al interesado que participe durante
dos años en la fase de discernimiento antes de solicitar su participación en el
plan de formación previo al ingreso en el seminario interno. Sería bueno que
esta fase de la pastoral vocacional tuviera lugar en una residencia bajo la
supervisión del director de discernimiento.
Ministerio pastoral de promoción de vocaciones-etapa 31 / 349

D. Formación espiritual de los jóvenes en búsqueda y discerni-


miento
El objetivo de la formación espiritual es dotar al joven en búsqueda
y discernimiento de un conocimiento de los aspectos fundamentales
de la espiritualidad cristiana y vicenciana. Se debe ayudar al joven a:
• hacer de Cristo el centro de su vida;
• cultivar la práctica de la oración personal, incluyendo la partici-
pación en la eucaristía y en el sacramento de la reconciliación;
• comprometerse a vivir una vida inspirada por la recta moral;
• ser sincero, respetar la reputación y la propiedad de los demás,
amar a los demás castamente.

E. Formación intelectual de los jóvenes en búsqueda y discerni-


miento
El objetivo de la formación intelectual es orientar al joven hacia la
convicción de que el estudio es necesario en la vocación vicenciana.
Mostrará esa convicción dedicándose con seriedad a los estudios pro-
pios de su edad y a conseguir las títulos correspondientes a sus estu-
dios. Si se trata de un joven ya preparado para el estadio previo al
seminario interno, pero que tiene problemas de estudios, el director de
vocaciones puede conseguirle medios para que se le dé una ayuda
personalizada en sus estudios.

F. Formación apostólica de los jóvenes en búsqueda y discerni-


miento
El objetivo de la formación apostólica para jóvenes en esta etapa es
conseguir que lleguen a apreciar el servicio a los demás por motivos
cristianos. El director de vocaciones les animará a que se dediquen a
alguna actividad pastoral una vez a la semana, en su parroquia o en
otros lugares. Sería útil que el joven y el director de vocaciones reci-
bieran una evaluación del servicio realizado por parte de quien haya
sido el supervisor de la actividad pastoral del joven. El director de
vocaciones, o su adjunto, reflexiona junto con el joven sobre la activi-
dad pastoral de este llevada a cabo individualmente o dentro de un
grupo. Preguntas sobre cómo ha sentido la presencia de Dios en su
trabajo pastoral, cómo se ha sentido él mismo, si cómodamente o con
dificultades, si con alegría o con desinterés, pueden llevar a un diálogo
fructífero y ayudar en el proceso de búsqueda y discernimiento.
32 / 350 Capítulo 2

G. Formación para la vida de comunitaria


El objetivo de la formación comunitaria es que el joven en esta fase
se relacione con otros que sientan un interés semejante por la vocación
vicenciana. El director de vocaciones o su colaborador organiza reunio-
nes con los jóvenes, planifica talleres de trabajo y/o otras dinámicas de
grupo, tales como experiencias pastorales en las que participan juntos.
Esos actos podrían incluir una presentación sobre el discernimiento
vocacional, momentos de oración, diálogo individualizado con el direc-
tor de vocaciones o su adjunto y tiempo para que los jóvenes que se
encuentran en esta fase se relacionen con candidatos que se encuentra
ya en fase de formación y con cohermanos. Se podría pedir la ayuda de
un sicólogo profesional para dirigir algunas de las reuniones de grupo.
El director de vocaciones ayudará a los jóvenes a analizar hasta qué
grado se encuentran cómodos dentro de estos grupos como un indicador
de su capacidad para seguir adelante con el programa de formación.

Sección 4
Proceso para solicitar y ser admitido
a la etapa previa al seminario interno

A. Perfil de los jóvenes en proceso de discernimiento candidatos


a ser admitidos a la etapa previa al seminario interno
Para ser admitido al programa previo al seminario interno el joven
en etapa de discernimiento debe mostrar que posee:
1. Aptitud para la vocación vicenciana. El joven tiene que llegar a:
• ser consciente de que Cristo es el centro de la vida vicenciana;
• esforzarse en crecer en el conocimiento de, y el compromiso con
los caminos del seguimiento de Cristo;
• desear progresar en el conocimiento práctico de las dificultad en
que viven los pobres y de los modos de servirles;
• tener la capacidad de vivir la vida con los votos propios de la
Congregación.
2. Aptitud para la formación humana. El joven:
• contará de ordinario entre los 18 y los 40 años, y deberá estar
libre de todo impedimento canónico para vivir en una Sociedad
de Vida Apostólica 13;

13
 En las provincias que tienen un programa de formación previa al semina-
rio interno, en el que los candidatos completan su formación secundaria, el
joven en etapa de discernimiento puede tener incluso la edad de 15 años.
Ministerio pastoral de promoción de vocaciones-etapa 33 / 351

• deberá tener una salud física adecuada, de modo que pueda con-
tribuir a la vida de comunidad y al trabajo pastoral;
• deberá estar dotado de un equilibrio emocional y ser capaz de
manejar los desafíos que le presenta su estado de vida 14.
3. Aptitud para la formación espiritual. El joven:
• deberá haber recibido los sacramentos del bautismo, la eucaristía
y la confirmación;
• será fiel en la asistencia a la celebración de la eucaristía;
• participará periódicamente en el sacramento de la reconciliación;
• dedicará a la oración diaria el tiempo adecuado a su edad y ma-
durez;
• deberá vivir castamente al menos dos años antes de su solicitud
de ingreso.
4. Aptitud para la formación intelectual. El joven en esta fase deberá
tener el nivel de capacidad intelectual necesario para llevar a cabo
un discernimiento cuidadoso y para servir en su futuro ministerio
con prudencia y con responsabilidad 15.
5. Aptitud para la formación apostólica. El joven:
• ha tenido ya alguna experiencia en el servicio de los pobres y en
la vida de la Iglesia;
• expone cómo su experiencia ha influido en la idea de vivir su
vocación en la comunidad vicenciana.
6. Aptitud para la formación en la vida comunitaria. El joven en
fase de discernimiento:
• mantiene unas buenas relaciones interpersonales con jóvenes de
su edad;

14
 Un joven en fase de discernimiento que se está recuperando del uso de
drogas, debería participar fielmente en un programa de recuperación durante
al menos tres años antes de solicitar su ingreso en una casa de formación
vicenciana, y se espera de él que siga con su programa de recuperación durante
todo el tiempo de formación.
15
 En las provincias en que se admite a la etapa de formación previa al semi-
nario interno a jóvenes de la edad correspondiente a la escuela secundaria,
los candidatos deberán mostrar testimonio por lo conseguido en la escuela
primaria de una capacidad intelectual suficiente para los estudios propios
de la escuela secundaria. En las provincias que solo admiten a jóvenes que
superan la edad propia de la escuela secundaria, el candidato deberá haber
completado los estudios propios de la escuela secundaria y presentará un
diploma o certificado equivalente que le capacite para comenzar estudios pos-
teriores.
34 / 352 Capítulo 2

• trabaja en armonía con otros, y se presta a seguir la dirección de


otros y contribuye también a la vida del grupo con iniciativas
apropiadas;
• está dispuesto a seguir las orientaciones del director de vocaciones
y sus colaboradores.

B. Papel del candidato en el proceso de petición de admisión a la


etapa previo al seminario interno

Cuando solicita ser admitido a una casa de formación vicenciana,


el joven en fase de discernimiento:
1. Escribe una carta a mano expresando sus motivos para ser un
miembro de la Congregación de la Misión.
2. Rellena un formulario de solicitud de admisión 16.
3. Pide a las parroquias correspondientes que envíen directamente
los certificados de bautismo y de confirmación al director de
vocaciones.
4. Pide certificados de estudios a todas las instituciones de ense-
ñanza a las que ha asistido.
5. Pide que envíen directamente al director de vocaciones cartas de
recomendación:
• al párroco de su parroquia o al responsable de la comunidad
de base donde haya lugar;
• a dos profesionales (por ej., antiguos maestros o patronos);
• al responsable que ha orientado su trabajo pastoral;
• dos referencias personales (por ejemplo, de amigos que le cono-
cen bien);
• un miembro de su familia;
• el rector o director de formación de todos los seminarios en los
que haya podido estar.
6. Solicita un examen físico que incluya un informe sobre su salud
firmado por un médico, informe que será enviado directamente
al director de vocaciones 17.

16
 Se puede encontrar en los apéndices de esta Ratio un modelo de formula-
rio de petición de admisión al programa previo al seminario interno. Las pro-
vincias pueden adaptar el modelo a las costumbres y situaciones propias de
sus respectivas culturas.
17
 Un modelo de informe del médico se puede ver en los apéndices de esta
Ratio, que se deberá adaptar a las costumbres y situaciones propias de sus
correspondientes culturas.
Ministerio pastoral de promoción de vocaciones-etapa 35 / 353

7. Firma un formulario (proporcionado por el director de vocacio-


nes) permitiendo al director de vocaciones que consiga un certi-
ficado legal y de buena conducta.
8. Firma un formulario (que le entrega el director de vocaciones)
concediendo al director de vocaciones permiso para recibir y
compartir con el equipo de admisión los resultados del examen
psicológico que se le pedirá que tome 18.
Cuando el joven en fase de discernimiento haya presentado todos
los documentos requeridos, se reunirá con el director de vocaciones,
con el superior de la casa de formación en la que quiere ingresar y con
el director de formación de esa casa. Esas personas examinarán junto
con el candidato su aptitud para asumir los diferentes aspectos de la
formación. Evaluarán su disponibilidad y su capacidad para comenzar
la etapa siguiente del proceso de formación 19.

C. Papel del director de vocaciones y del equipo de admisión en


el proceso de petición de admisión a la etapa previa al semi-
nario interno
1. El director de vocaciones tiene la responsabilidad de orientar al
joven en fase de discernimiento a lo largo del proceso de solicitud.
Le corresponden las siguientes tareas:
• Evaluar la capacidad del candidato para llevar a cabo las exi-
gencias descritas en el “Perfil del joven en fase de discerni-
miento para su admisión al programa previo al seminario
interno”, tal como aparece arriba. Discutirá sobre esa evalua-
ción con el equipo de admisión.
• Proporcionar al candidato una lista de los documentos reque-
ridos con instrucciones para conseguirlos.
• Reunir y presentar toda la documentación al equipo de ad-
misión.
• Encargar a una agencia que consiga un certificado legal de
buena conducta e incluir el informe de la agencia en la docu-
mentación requerida para admitirle.

18
 Un modelo de formulario se puede encontrar en los appendices de esta
Ratio; cada provincia lo adaptará a su respectiva situación y contexto cultural.
19
 Algunas provincias pueden pedir también una carta de los padres del
candidato en la que dan su consentimiento para que su hijo entre en el pro-
grama de formación, y declaran que no reclamarán nada de la Congregación
si su hijo decide dejar el programa. Algunas provincias tal vez pidan también
que el candidato presente una carta declarando que entra en la casa de forma-
ción libremente, y que no pedirá nada a la Congregación si decide abandonar
el programa.
36 / 354 Capítulo 2

• Hacer que el candidato acuda a un sicólogo profesional para


un examen psicológico. Se incluirá el informe del psicólogo en
la documentación requerida para admitir al joven en fase de
discernimiento.
• Preparar entrevistas del candidato con los miembros del equipo
de admisión.
2. Después de recibir la documentación y de mantener con el can-
didato las últimas entrevistas, el director de vocaciones y los
miembros del equipo de admisión deciden admitirlo en una casa
de formación vicenciana, lo aceptan condicionalmente, posponen
su recibimiento o rechazan su petición.
3. Si el joven en fase de discernimiento no es admitido en la casa de
formación, el director de vocaciones le informará acerca de la
decisión y de las razones que han llevado a ella. Puede dialogar
con el candidato sobre posibles opciones, sin excluir la de seguir
en proceso de discernimiento exponiendo de modo constructivo
las razones que han llevado a posponer el que sea aceptado, o
bien informándole de la carencia de una posible vocación a la
Congregación de la Misión.
4. Si se acepta la petición del candidato, el superior de la casa de
formación (o el visitador, si es la costumbre de la provincia)
escribirá una carta de aceptación al candidato indicando la fecha
en que el joven en fase de discernimiento comenzará a residir en
la casa de formación y dándole cualesquiera otros detalles que
capaciten al joven en fase de discernimiento el paso al siguiente
estadio de formación.
Vincentiana, Octubre-Diciembre 2014

Capítulo 3

La formación en la etapa
previa al seminario interno

Sección 1
Finalidad y el contexto de la formación
vicenciana en la etapa previa al seminario interno

A. Finalidad de la formación previa al ingreso en el seminario


interno
La finalidad de la formación vicenciana previa al seminario interno
es ayudar al candidato a fortalecer su compromiso bautismal y discer-
nir con mayor profundidad su vocación a la vida vicenciana. Siguiendo
la imagen bíblica del sembrador y de la semilla, esta etapa de formación
crea circunstancias favorables para que brote la semilla de la vocación
y para cuidar de ella en su edad temprana, removiendo los elementos
de la vida de un candidato que podrían ahogar el crecimiento.

B. Contextos varios de la formación previa al seminario interno


La edad en la que los que se preguntan acerca de una formación
inicial para una vocación religiosa varía según las diferentes cultu-
ras en las que vive y trabaja la Congregación de la Misión. En con-
secuencia, algunas provincias mantienen programas estructurados
de formación inicial en el nivel de la enseñanza secundaria en “semi-
narios menores” 20. En otras provincias los jóvenes con inquietud vo-
cacional han completado ya su educación secundaria y están prepara-
dos para iniciar estudios posteriores de filosofía 21. Sin tener en cuenta
estos varios contextos la formación previa al seminario interno se

20
 En este contexto los candidatos completan su educación secundaria como
candidatos a la Congregación. Después de completar el seminario menor soli-
citan el ingreso en el seminario interno. El candidato puede continuar sus
estudios secundarios en una institución dirigida por los miembros de la Con-
gregación o puede ser enviado a una institución dirigido por otras personas.
21
 En esas provincias hay también posibles candidatos que han completado
sus estudios universitarios y tal vez hayan comenzado una vida profesional.
Con frecuencia necesitan algunos estudios complementarios en filosofía como
prerrequisito para iniciar los estudios de teología una vez terminado el semi-
nario interno.
38 / 356 Capítulo 3

divide adecuadamente en dos fases: la fase de orientación y la fase de


asociación.
La fase de orientación proporciona una introducción a los diversos
aspectos de la formación y a las estructuras de la vida del seminario.
Por lo general dura un año. Su contenido es básicamente el mismo
para candidatos de la escuela secundaria o de la universidad. La fase
de asociación prepara a los candidatos para tomar una decisión sobre
su ingreso en el seminario interno. El contenido de esta fase es dife-
rente para los candidatos de la escuela secundaria y los procedentes
de la universidad o de niveles posteriores. Varía en duración depen-
diendo de las necesidades académicas de los candidatos. Por razón de
las diferencias considerables las dos fases previas al ingreso en el
seminario interno serán orientadas por diferentes directores de forma-
ción. El papel de esos directores es fundamentalmente el mismo, pero
están dirigidos a dos grupos diferentes de candidatos.

Sección 2
Objetivos y estrategias de la formación
vicenciana en la etapa previa al seminario interno

A. El eje vicenciano
Los objetivos del eje vicenciano de la formación en la etapa previa
al seminario interno son: proporcionar a los candidatos una base para
vivir el proceso de formación; fomentar en los candidatos el amor hacia
san Vicente de Paúl y un aprecio por la vida vicenciana; conducirlos
hacia una profundidad humana, espiritual y académica necesaria para
tomar una decisión madura en relación a la petición de admisión al
seminario interno.
1. Estos objetivos se conseguirán durante la fase de orientación
siguiendo las siguientes estrategias:
• Los candidatos leerán una descripción básica de la vida de san
Vicente de Paúl. Los formadores darán a los candidatos confe-
rencias o clases sobre cómo vive hoy la Congregación en con-
tinuidad con el pensar y con el corazón de Vicente y les
ayudarán a apreciar la naturaleza apostólica y misionera de la
comunidad.
• Los formadores, por medio de conferencias, clases y/o lecturas
ofrecerán a los candidatos una visión básica de las virtudes
vicencianas como disposiciones para servir mejor a los pobres
y para vivir en comunidad.
• Los candidatos aprenderán el significado de los cuatro votos
y sobre cómo esos votos sostienen la vida y la misión de la
comunidad.
La formación en la etapa previa al seminario interno 39 / 357

• Los formadores seguirán orientando por medio de entrevistas


personales y sesiones de formación de grupo en el discerni-
miento que comenzó durante la etapa anterior.
2. La fase de asociación seguirá empleando esas estrategias, y tam-
bién las siguientes:
• Los candidatos leerán durante este período al menos una bio-
grafía de la vida y obras de san Vicente. A los universitarios en
esta fase de asociación se les introducirá al conocimiento de
las Conferencias de San Vicente de Paúl. Los formadores los
guiarán para que lleguen a apreciar la espiritualidad de nuestro
fundador, especialmente tal como ella es comprendida en la
cultura y en la provincia del candidato.
• Cada candidato elaborará un plan personal de crecimiento bajo
la orientación de su formador, incluyendo un objetivo personal
para cada dimensión de su formación: humana, espiritual, inte-
lectual, apostólica y comunitaria. El plan puede también incluir
la dedicación a intereses de carácter personal, tales como
música, arte u otras actividades extracurriculares apropiadas,
sin impedir por ello una plena dedicación a los compromisos
fundamentales.

B. Formación humana
El objetivo de la formación humana durante la etapa previa al semi-
nario interno es ayudar al candidato a madurar y crecer en integri-
dad y libertad interior, de modo que pueda vivir la vida vicenciana.
Las líneas de orientación varían dependiendo los diferentes niveles de
edad de los candidatos. Para el adolescente habrá que tener dispuesto
material y orientación para su desarrollo psico-sexual y social, que
incluya la conciencia de su identidad personal, su lugar en el grupo de
los jóvenes de su edad, y su relación con la autoridad. Para el adulto
joven, se tendrá en cuenta el ayudar al candidato a integrar su perso-
nalidad en las exigencias de su llamada vocacional, las dimensiones
más profundas de su desarrollo psico-sexual, especialmente las expe-
riencias de soledad y el deseo de intimidad, amor y de paternidad.
1. Para conseguir esos objetivos durante la fase de orientación:
• El candidato tratará de conseguir un aprecio realista de su
familia y de su contexto cultural como fundamento para una
mayor aceptación de sí mismo y para un crecimiento en calidad
humana. Los formadores ayudarán al candidato a explorar su
identidad personal, sus puntos fuertes y débile, y su capacidad
de relación.
• Los formadores ayudarán a los candidatos a dar el paso del
entorno familiar de sus hogares y culturas a la vida del semi-
40 / 358 Capítulo 3

nario. Ayudarán a los candidatos a ver el valor y la finalidad de


las estructuras de formación. Asistirán a los candidatos, a tra-
vés de la experiencia de la vida en grupo y de consejos indivi-
dualizados, a integrar los valores de sus propias culturas y los
de otras culturas dentro del grupo multicultural.
• Los formadores proporcionarán conferencias o talleres de tra-
bajo sobre los múltiples dinamismos del conocimiento de uno
mismo y de su crecimiento. Podrán versar sobre el desarrollo
psico-sexual, afectividad humana, autoestima, relaciones fruc-
tuosas, la irritación y las maneras de manejarla, salud física
(incluyendo los hábitos en el comer, el dormir y el ejercicio
físico), los sentimientos de culpabilidad y las maneras apropia-
das de manejarlos. Sería buena idea contratar los servicios de
un psicólogo profesional para presentar esos temas.
• Los candidatos tratarán con el director de formación humana
de los desafíos y dificultades con que se encuentran en el tema
del crecimiento humano.
• Los candidatos deberán aprender a usar su tiempo libre de
manera creativa para desarrollar sus talentos, y maneras sanas
de descansar y orientar sus energías. Participarán en deportes
u otros ejercicios para mantenerse en buen estado de salud.
2. La fase de asociación continuará empleando las estrategias enu-
meradas anteriormente, y también las siguientes:
• Los candidatos se esforzarán por conseguir un conocimiento
realista de la sociedad en que viven, dándose cuenta de sus
puntos fuertes y de sus límites, de sus prejuicios y de sus pre-
concepciones.

C. Formación espiritual
Los objetivos de la formación espiritual en etapa previa al seminario
interno son: introducir al candidato a la dinámica espiritual de la vida
cristiana y vicenciana; proporcionarle una comprensión más clara de
la doctrina moral de la Iglesia; ayudarle a desarrollar modos concretos
de seguir a Cristo en la oración y en la acción.
1. Para conseguir estos objetivos en la fase de orientación:
• Los formadores ayudarán a los candidatos, por medio de con-
ferencias o de clases, a comprender su vocación bautismal y la
vocación vicenciana como una profundización de la misma.
• Los formadores ayudarán a los candidatos a aprender los cami-
nos para construir una relación íntima con Jesús por medio de
la oración personal y comunitaria y del silencio interior.
• Los formadores ayudarán al candidato a ver su vida en el con-
texto más amplio del plan de Dios, reconociendo la mano de
La formación en la etapa previa al seminario interno 41 / 359

Dios que actúa en su preparación para el ministerio mismo de


Cristo, siguiendo el ejemplo de san Vicente.
• Los formadores orientarán a los candidatos a leer la palabra
de Dios con un espíritu de oración y reflexivamente como parte
integrante de su vida diaria.
• Cada candidato tendrá un director personal para que le oriente
en su discernimiento y en conseguir una comprensión, un apre-
cio y una práctica de los valores espirituales de la Congrega-
ción. Se espera que los candidatos dialoguen con su director
espiritual al menos una vez al mes 22.
• Los formadores orientarán a los candidatos a vivir la eucaristía
como el momento central del día, y les procurarán conferencias
o clases acerca de la eucaristía.
• Los formadores instruirán a los candidatos para que puedan
servir al altar de modo competente durante la liturgia de la
eucaristía y la bendición del Santísimo Sacramento.
• Los candidatos participarán de manera regular en el sacra-
mento de la reconciliación, para encontrarse con el corazón
compasivo de Dios.
• Los candidatos celebrarán las fiestas de la Santísima Virgen
María, rezarán el rosario y celebrarán la novena de la Medalla
Milagrosa y mirarán a María como modelo de discipulado.
2. La fase de asociación seguirá empleando las estrategias enume-
radas anteriormente, y también las siguientes:
• Los candidatos seguirán un orden del día que incluya la oración
de la mañana y de la tarde recitada en comunidad, un tiempo
adecuadamente prolongado de oración mental y la celebración
de la eucaristía. Los candidatos leerán cada día un pasaje de la
Sagrada Escritura y harán una visita al Señor presente en el
sagrario todas las tardes.
• Los candidatos adquirirán el hábito de leer libros de contenido
espiritual que traten tanto de las vidas de los santos como de
otros temas de la vida espiritual cristiana. Los formadores reco-
mendarán libros apropiados a la edad y nivel de educación de
los candidatos y les orientarán en su lectura.
• Los miembros del equipo de formación harán que se den con-
ferencias semanales y talleres de trabajo regularmente sobre
temas vicencianos y espirituales tales como las cinco virtudes

22
 Durante la fase de orientación una gran parte de la dirección espiritual
se centrará simplemente en crear una relación de confianza con el can-
didato para capacitarle a expresar sus pensamientos y sus sentimientos
acerca de su caminar espiritual.
42 / 360 Capítulo 3

vicencianas, los cuatro votos, la vida de san Vicente, la historia


de la Congregación de los primeros años, y un estudio básico
de la Palabra de Dios, la lectio divina, la eucaristía y el sacra-
mento de la reconciliación.

D. Formación intelectual
El objetivo de la formación intelectual en la etapa previa al semina-
rio interno es ayudar al candidato a continuar su programa de estudios
en preparación para el ministerio vicenciano. En el nivel de la escuela
secundaria el programa intenta crear un fundamento sólido para el
crecimiento intelectual del candidato en orden a conseguir una fe más
profunda y conseguir un mejor discernimiento de su vocación vicen-
ciana. En el nivel universitario el programa incluye también el propor-
cionar al candidato la oportunidad de conseguir un título universitario
en artes liberales o en ciencias, con una dedicación muy especial a la
filosofía.
1. Para conseguir este objetivo en la fase de orientación:
• Se instruirá a los candidatos en métodos básicos de estudio
para desarrollar su capacidad en escritura, comunicación oral
y en discusiones de grupo.
• Los formadores ayudarán a los candidatos a apreciar el saber
como un medio necesario para discernir su vocación y para
ejercer el ministerio con competencia en el mundo moderno.
• Los formadores se asegurarán de que el programa académico
de estudios ofrezca una instrucción adecuada en enseñanza de
la moral de la Iglesia. Les orientarán también en discusiones
sobre la enseñanza moral de la Iglesia.
• Los candidatos aprenderán a usar las técnicas modernas de
comunicación (sobre todo Internet) de manera constructiva
para ampliar su capacidad intelectual y para proclamar los
valores cristianos y humanos con la mayor amplitud posible.
Evitarán los sitios de contenido inconveniente. Los formadores
orientarán a los candidatos, por medio de conferencias y de
conversaciones personalizadas, a buscar y evaluar sitios y mate-
riales que les puedan ser de utilidad.
2. La fase de asociación seguirá empleando las estrategias mencio-
nadas anteriormente, y también las siguientes:
• Se proporcionará a los candidatos la oportunidad de participar
en un programa educacional acreditado, bien en el nivel secun-
dario, bien en el universitario.
• Los formadores escogerán cuidadosamente las instituciones a
las que enviar a los candidatos, y evaluarán si son adecuados
los programas de estudios que ofrecen. Pondrán especial aten-
La formación en la etapa previa al seminario interno 43 / 361

ción en si el programa de religión (en el nivel secundario) o de


teología (en el nivel universitario) están a la altura de los estu-
dios de ciencias y de filosofía.
• Los formadores ayudarán a los candidatos a integrar lo que
estudian en estas varias disciplinas.
• Los formadores conocerán los programas de ayuda suplemen-
taria disponibles en los centros de enseñanza para ayudar con
ellos a los candidatos que vengan con una preparación o capa-
cidad académica deficiente. En colaboración con los decanos
académicos, los formadores proporcionarán a cada candidato
una orientación académica individual, de modo que aproveche
lo más posible su trabajo en el centro de estudios.
• Cada candidato tendrá un espacio tranquilo y silencioso para
estudio personal, y también un lugar en el que pueda con
seguridad guardar sus libros propios, sus notas y su trabajo
de clase.

E. Formación apostólica
Los objetivos de la formación apostólica en la etapa anterior al
seminario interno son los de inculcar en los candidatos el amor por la
vida de pastoral en el espíritu de san Vicente y proporcionarles una
experiencia supervisada de servicio a los pobres.
1. Para conseguir este objetivo en la fase de orientación:
• Los formadores ayudarán al candidato a comprender que el
medio privilegiado de dar testimonio de Cristo es adquirir las
disposiciones y sentimientos de Cristo.
• Los formadores presentarán a los candidatos una información
general sobre la dimensión apostólica de la vida cristiana y de
la misión de la Congregación. En particular describirán las
actividades pastorales que llevan a cabo los cohermanos de la
provincia.
• Los formadores facilitarán a los candidatos experiencias entre
los pobres y en las condiciones de la vida de estos, haciendo
que les visiten y les sirvan en los alrededores del seminario.
2. En la fase de asociación se seguirán utilizando las estrategias
mencionadas anteriormente, y también las siguientes:
• Se proporcionará a los candidatos la oportunidad de visitar
diversos lugares en los que se dedican a su misión apostólica
los cohermanos de la provincia y miembros de la Familia Vi-
cenciana.
• Cada candidato dedicará al servicio de los pobres varias horas
a la semana. Un supervisor de pastoral orientará al candidato
44 / 362 Capítulo 3

en sus trabajos, y le ofrecerá ocasiones periódicas para reflexio-


nar sobre su experiencia, estudiando esta a veces desde un
punto de vista de algún relato bíblico.

F. Formación para la vida en comunidad


El objetivo de la formación para la vida de comunidad en la etapa
previa al seminario interno es iniciar a los candidatos a la vida común
proporcionándoles la experiencia de vivir juntos como hermanos en la
fe, ayudándose unos a otros en la tarea de discernir su vocación.
1. Las estrategias siguientes ayudarán a conseguir este objetivo
durante la fase de orientación:
• El candidato llegará a comprender, por medio de presentacio-
nes de la naturaleza y los fines de la Congregación, que vivir
en comunidad es fundamental para la vida vicenciana.
• Con ayuda de los formadores los candidatos intentarán conse-
guir las cualidades que promueven relaciones sanas y la vida
en comunidad: confianza, respeto por otros, apertura, sinceri-
dad, buenas maneras, compasión, amabilidad, flexibilidad,
transparencia, veracidad en palabras y acciones y el interés por
la justicia.
• Se animará a los candidatos a anudar relaciones de amistad en
el interior de la comunidad. Al mismo tiempo se les aconsejará
que eviten toda exclusividad en sus relaciones, que podrían
llegar a dividir y ser perjudiciales a la fraternidad cristiana.
• Los candidatos cuidarán el entorno físico de la comunidad,
manteniendo sus recursos en buena condición y usándolos con
moderación de modo que estén disponibles también para los
demás.
• Los formadores ayudarán a los candidatos a apreciar la diver-
sidad, y a relacionarse mutuamente de manera creativa y cons-
tructiva con sus compañeros pertenecientes a otras culturas y
grupos étnicos en orden a construir la comunidad.
• Los formadores redactarán para los candidatos programas de
oración en común, trabajo manual, recreación, y actividad pas-
toral para fomentar la vida fraterna en común.
• Los formadores diseñarán programas para fomentar el dina-
mismo de grupo entre los candidatos, tales como trabajar en
pequeños grupos para ayudarse en las dificultades de la tran-
sición a una vida en común (tal vez como parte de una reunión
semanal de la comunidad o en días de retiro una vez al mes),
o por medio de talleres de trabajo con un sicólogo que pueda
ofrecerles medios para una mejor vida en común.
La formación en la etapa previa al seminario interno 45 / 363

2. La fase de asociación seguirá usando las estrategias mencionadas


y también las siguientes:
• Cada candidato se reunirá al menos una vez al mes con el
director de formación para conversar acerca de su crecimiento
personal en su vida en común.
• Los formadores diseñarán una regla de vida en común apro-
piada a cada grupo según la edad, para regular la vida de cada
día de los miembros de la comunidad y para articular los valo-
res que fundamentan las prácticas de la vida en común.
• Los formadores explicarán la función de la autoridad y de la
obediencia en la vida común desde perspectivas humanas y
cristianas, incluyendo las que proceden de nuestro ser una
sociedad de vida apostólica.

Sección 3
Perfil de los candidatos al final de las etapas
de formación previas al seminario interno

A. Perfil del candidato en la fase de orientación y discernimiento


previa al seminario interno
Al terminar la fase de orientación, para seguir progresando el can-
didato deberá dar muestras de:
1. una comprensión básica de la vida de san Vicente y del carisma
vicenciano, y un deseo de aprender más acerca de la Congregación
y de profundizar en su vivir en ella. Hablará de este discerni-
miento con toda transparencia con sus formadores;
2. prontitud y regularidad en cumplir las exigencias del plan de vida
del seminario, especialmente en relación a la oración, la recrea-
ción en común, las conferencias y las clases;
3. disciplina en el estudio, que se manifestará completando los cur-
sos con notas suficientes y desarrollando hábitos prácticos de
estudio;
4. capacidad para vivir en armonía la vida común, con un respeto
genuino hacia sus formadores y sus compañeros, especialmente
hacia los de cultura diferente. Manifestará también un espíritu
agradecido y generoso hacia la comunidad, contribuyendo con su
tiempo y su esfuerzo a mantener la casa y el entorno limpios y
en buen orden;
5. disponibilidad para entregarse en su trabajo pastoral a los pobres
por medio de su trabajo apostólico;
6. capacidad de aprender de otros, especialmente de sus formadores.
46 / 364 Capítulo 3

B. Perfil del candidato al completar en su integridad el programa


previo al ingreso en el seminario interno

Al concluir la fase de asociación, el candidato habrá cumplido los


requisitos para ingresar en el seminario interno. Estos incluyen haber
demostrado:
 1. un aprecio genuino por los modos de relacionarse con Cristo
como amigo, guía y Señor salvador;
  2. un aprecio sólido por la vida de san Vicente, su camino espiri-
tual, su motivación y su misión;
  3. una práctica disciplinada de la vida de oración en la Congrega-
ción, especialmente participando fielmente en la oración de la
mañana y de la tarde, en la oración mental diaria, la eucaristía
de cada día y la devoción a María;
  4. capacidad para vivir una vida moral digna, ayudando y deján-
dose ayudar por los demás que buscan a Cristo, y una madurez
afectiva como indicio de la capacidad para vivir la castidad en
el celibato;
 5. una relación de confianza con sus formadores, especialmente
con el director de formación y el director espiritual;
 6. un crecimiento satisfactorio en el conocimiento de sí mismo,
y conformidad con sus capacidades y limitaciones. Mostrará
capacidad para superar sus limitaciones con un sentido de
humildad;
  7. haber completado con éxito su programa de estudios, sea en el
nivel secundario, sea en el universitario;
 8. haber completado con éxito el nivel apropiado del estudio de
religión o de teología;
  9. capacidad para vivir y trabajar con generosidad y con alegría en
comunidad, en armonía con sus compañeros de ideas similares
y con aquellos cuyos temperamentos o culturas difieren de la
suya propia;
10. deseo de construir sobre una experiencia apostólica, espe-
cialmente por un mayor conocimiento de los pobres y de sus
necesidades, buscando modos de servirles con una mayor
eficacia;
11. una salud física adecuada. Se le pedirá un examen médico y que
pida que se envíe el informe médico al equipo de admisión o al
director de formación del seminario interno, informe que acre-
dite una buena salud física y su capacidad para llevar a cabo el
proceso de formación en la Congregación;
La formación en la etapa previa al seminario interno 47 / 365

12. salud emocional y sicológica. Se espera de él que tenga un exa-


men psicológico y que el informe del psicólogo se envíe al equipo
de admisión o al director de formación del seminario interno,
informe que acredite una buena salud emocional y capacidad
para llevar a cabo el trabajo de la Congregación.
Vincentiana, Octubre-Diciembre 2014

Capítulo 4

Formación en la etapa
del seminario interno
Sección 1
La finalidad específica y el contexto
de la formación en la etapa del seminario interno

A. Finalidad específica de la formación vicenciana en la etapa del


seminario interno
La finalidad de la formación vicenciana en el seminario interno es
dotar al seminarista de un fundamento firme para vivir la vida de
misionero vicenciano entregado a “seguir a Cristo evangelizando a los
pobres”. Este nivel de formación se puede comparar al de una planta
que brota mientras desarrolla raíces profundas para vivir una vida
estable y fructífera en la Congregación.
Para aclarar esta finalidad será útil comparar el seminario interno
de una Sociedad de Vida Apostólica con el noviciado, así llamado con
propiedad, de una comunidad religiosa. San Vicente no quiso que la
Congregación o sus miembros fueran “religiosos” (en el sentido canó-
nico), o que se vieran obligados a los modos de la vida monástica, ni
siquiera a la obligación de recitar el oficio divino en común. Para san
Vicente la espiritualidad de la Congregación y la vida en comunidad,
así como la emisión de votos, debía orientarse a servir a la misión:
“seguir a Cristo evangelizando a los pobres”. Nuestro seminario interno,
por consiguiente, proporciona a los candidatos la oportunidad de expe-
rimentar y reflexionar la relación mutua que el centrarse en Cristo debe
tener con la oración, la vida en común y la dedicación al servicio
ministerial. Los seminaristas deben comenzar a vivir con todo su cora-
zón la manera vicenciana de ser “contemplativos en la acción”.

B. Contexto de la formación vicenciana en la etapa del seminario


interno 23
El programa del seminario interno tendrá lugar en una casa de la
Congregación señalada expresamente para este fin, para ayudar a los
seminaristas a centrarse claramente en la finalidad y objetivos del

23
 En las provincias de la Congregación los candidatos que solicitan ingre-
so al seminario interno llegan con diferentes grados de formación y de edad.
Formación en la etapa del seminario interno 49 / 367

seminario. El seminario interno deberá estar cercano a o conectado


con otra casa de la Congregación, de modo que los seminaristas puedan
reunirse y trabajar con cohermanos ocupados en el servicio de los
pobres. Debería también estar colocada en o cerca de una zona pobre
para que los seminaristas tengan la oportunidad de tratar con los
pobres directamente.
Donde el número de seminaristas sea pequeño, sería bueno que
varias provincias establecieran y mantuvieran un programa común de
seminario interprovincial. Los visitadores, con el consentimiento de
sus consejos, decidirán en qué provincia y en qué lugar de esa provin-
cia estará situado el seminario interno 24. Decidirán también qué coher-
manos de las provincias interesadas son los más adecuados para servir
como personal de formación.
El programa del seminario interno durará al menos doce meses.
Este tiempo puede ser continuo o interrumpido. Si es interrumpido, la
asamblea provincial determina el número de meses continuos y el
tiempo en el que se inserta dentro del programa de estudios 25. Se ten-
drá muy en cuenta que los seminaristas lleguen a conseguir los fines
y los objetivos del seminario mientras atienden a otras actividades
(tales como el estudio). En esos casos, para dar tiempo suficiente, el
seminario interno puede durar más de doce meses.

Sección 2
Los objetivos y estrategias de la formación
vicenciana en la etapa del seminario interno

A. El eje vicenciano
El objetivo de la formación vicenciana en el seminario interno es
doble: proporcionar al seminarista un conocimiento amplio y detallado
de nuestro fundador, de la comunidad, y del carisma; y ayudarle a

En algunas provincias los candidatos entran en el seminario interno inmedia-


tamente después de la escuela secundaria, después de completar el programa
de formación previo al seminario interno. En otras provincias los candidatos
ingresan en el seminario después de la universidad, también después de haber
completado el programa de formación previo. Y en otras, los jóvenes en etapa
de discernimiento, que han sido seleccionados, preparados y orientados cuida-
dosamente, solicitan ser admitidos sin pasar por el programa previo al semi-
nario interno. En todos los casos los candidatos deberán haber vivido los
valores vicencianos bien en un seminario previo al seminario interno, bien en
otro programa de formación menos estructurado.
24
 Estatutos 43.
25
 Constituciones 83.
50 / 368 Capítulo 4

desarrollar una vida disciplinada de oración y de servicio pastoral.


Se fomentará este doble objetivo con las siguientes estrategias:
1. El seminarista aprenderá el significado de la enseñarza de san
Vicente: “Jesucristo es la Regla de la Misión”. Con este fin:
• Desarrollará una relación de amor con Jesús tal como se nos
presenta en los evangelios..
• Aprenderá del ejemplo de Jesús: su compasión por los demás,
especialmente por los pobres; sus dificultades al anunciar y
manifestar a los demás el reino del amor de Dios, de la justicia
y de la paz; su dedicación firme y si dudas a su misión, que le
exigía negarse a sí mismo hasta llegar a la misma cruz y su
oración constante.
2. El seminarista irá adquiriendo una conocimiento detallado de san
Vicente, de la historia de la Congregación y del desarrollo histó-
rico de la Familia Vicenciana. Para conseguir esto:
• Leerá al menos dos biografías de san Vicente, además de sus
cartas, sus conferencias y las Reglas Comunes.
• Leerá la historia de la Congregación examinando cómo ha
vivido su carácter misionero desde sus orígenes humildes.
Leerá también las biografías de los santos y beatos vicencianos,
viendo en ellos la manifestación del carisma vicenciano a través
de los siglos.
• Estudiará las Constituciones y Estatutos de la Congregación.
De sus formadores conseguirá una comprensión clara de las
implicaciones de esas normas y un conocimiento de cómo se
viven fielmente en su propia provincia y en su cultura.
• Estudiará la historia de su provincia propia, y se familiarizará
con sus obras del pasado y del presente, y conocerá a los coher-
manos de la provincia y sus ministerios. De sus formadores
conseguirá un conocimiento de los desafíos y las esperanzas de
la provincia en su marcha hacia el futuro.
• Conocerá a la Familia Vicenciana y reflexionará sobre cómo
san Vicente colaboró con muchas gentes para llevar el evange-
lio a los pobres. El seminarista se reunirá con Hijas de la Cari-
dad y otros miembros d la Familia Vicenciana para conocer de
primera mano su trabajo y los modos prácticos de colaboración
entre los misioneros vicencianos, las Hijas de la Caridad y otros
miembros de la Familia Vicenciana.
3. El seminarista aprenderá el sentido de las cinco virtudes que san
Vicente consideraba las más importantes para vivir una vida de
misionero:
Formación en la etapa del seminario interno 51 / 369

• Sencillez, “que consiste en decir las cosas de manera llana,


como están en nuestro corazón, sin elucubraciones inútiles y
haciendo todo con nuestra vista puesta solo en Dios, sin engaño
ni artificio” 26. El seminarista aprenderá que esta virtud es nece-
saria para una vida de comunidad transparente y de colabora-
ción en el ministerio.
• Humildad, que nos libera de la autosuficiencia y crea en noso-
tros una actitud de apertura hacia Dios y hacia los pobres
y nos capacita de ese modo para ser evangelizados por ellos 27.
El seminarista aprenderá que la humildad no supone negar las
cualidades y los talentos propios, sino que más bien requiere
que se reconozcan, se admitan y se empleen en bien de los
demás.
• Mansedumbre, que nos lleva, siguiendo el ejemplo de Cristo,
a ser amables con los que nos rodean, especialmente con los
humildes, y también con los que nos ofenden, tratándoles con
afabilidad y espíritu comprensivo 28. El seminarista cultivará el
hábito de escuchar a los demás atentamente antes de respon-
der, e intentará conocer las necesidades de los demás antes de
reaccionar.
• Mortificación, que nos capacita para vivir en un estado de
conversión continua. La verdadera mortificación cristiana nos
capacita para vencer los apegos que impiden nuestra libertad
para seguir a Cristo y para enfrentarnos a las dificultades
inherentes al apostolado misionero 29. El seminarista crecerá
en la disponibilidad para renunciar a sus propias preferencias
– “morir a sí mismo” – precisamente para desarrollar su ser
más profundo y auténtico a la luz del evangelio.
• Celo, que expresa el carácter misionero de la comunidad y se
muestra en nuestra disponibilidad para asumir los trabajos que
nos pide la Congregación en el servicio de la evangelización 30.
El seminarista prestará una devota atención al celo que motivó
a Cristo durante todo el tiempo de su ministerio.
4. El seminarista aprenderá la naturaleza de los cuatro votos tal como
se viven en la Congregación. Se esforzará por comprender que:
• La estabilidad implica fidelidad a Dios, que nos llama a com-
prometernos en el seguimiento de Cristo evangelizando a los

26
 Reglas Comunes II, 4.
27
 Reglas Comunes II, 6-7.
28
 Reglas Comunes II, 6.
29
 Reglas Comunes II, 8-10.
30
 Reglas Comunes II, 11.
52 / 370 Capítulo 4

pobres en la comunidad vicenciana durante toda nuestra vida 31.


El seminarista valorará la posibilidad, la fuerza y el don de
entregar su vida entera a esta trabajo de amor.
• La castidad en el celibato nos lleva a abrir más nuestros
corazones a Dios y a los demás sin discriminación 32. El semi-
narista progresará en la visión de este voto como un medio de
“amar a los demás en la libertad de los hijos de Dios”. Deberá
llegar a entender que el voto no ahoga la verdadera intimidad
o la capacidad de engendrar, sino que nos capacita para dar
profundidad a esos deseos por medio del amor fraterno y de la
fecundidad apostólica.
• La pobreza nos identifica con Cristo y nos libera para compar-
tir la vida de los pobres y emplear todo lo que tenemos en su
servicio. Nos pide que veamos nuestros bienes como patrimo-
nio de los pobres 33. El seminarista deberá llegar a comprender
que este voto fomenta la libertad para amar y para preocuparse
por los que sufren necesidad, y para trabajar a una con ellos
para conseguir sistemas sociales más justos, de modo que lle-
guen a conseguir la parte adecuada que les corresponden en
los bienes de este mundo.
• La obediencia nos identifica con Cristo que cumplió la volun-
tad del Padre, y nos libera para responder a su llamada, y a la
dirección de nuestros superiores en la Iglesia y en la Congre-
gación 34. El seminarista llegará a apreciar el hecho de que son
las Constituciones de la Congregación las que gobiernan nues-
tra vida y nuestro ministerio común.
5. El seminarista llegará a comprender el significado y el valor de
los “Propósitos”. Verá en ellos una oportunidad para declarar, al
final del tiempo del seminario interno, su intención de hacer un
compromiso para toda la vida con la vida y la misión de la Con-
gregación en fecha relativamente cercana.

B. Formación humana
El objetivo de la formación humana en el seminario interno es capa-
citar al seminarista para desarrollar un autoconocimiento integral y
un estilo de vida equilibrado como base de una vocación vicenciana
fructífera. Este objetivo requerirá que el seminarista utilice las siguien-
tes estrategias:

31
 Constituciones 28; 39.
32
 Reglas Comunes IV, 1; Constituciones 29; 30.
33
 Reglas Comunes III, 1; Constituciones 12, 3°; 31.
34
 Reglas Comunes V, 1; Constituciones 36-38.
Formación en la etapa del seminario interno 53 / 371

1. Hablará con los formadores con franqueza y de manera regular


acerca de lo que piensa de sí mismo, de sus cualidades y de sus
dificultades.
2. Reflexionará sobre cómo pueden desarrollarse sus cualidades
humanas y cómo dedicarse a la vocación vicenciana y también
sobre cómo sus limitaciones pueden suponer un desafío para
crecer como misionero vicenciano.
3. Practicará una vida disciplinada, la responsabilidad personal, la
colaboración, la iniciativa personal y la capacidad de escuchar a
y aprender de los demás, tratando de convertirse en un ser humano
y en un misionero vicenciano bien integrado.
4. Llegará a comprender las dimensiones positivas de su sexualidad
humana y la necesidad de intimidad y de fecundidad, incluyendo
su propia afectividad y las maneras de expresarla castamente en
un modo de vida célibe. Aprenderá el significado y objetivo del
acto sexual, y con la ayuda de sus formadores manejará sus sen-
timientos de un modo natural. Dialogará con sus formadores
sobre su propia identidad sexual.
5. Analizará sus sentimientos hacia las personas con autoridad y su
manera de relacionarse con ellas. Las respetará y les escuchará
con franqueza y confianza, expresando sus propios puntos de vista
con humildad y sinceridad.
6. Evaluará su deseo y dependencia de las cosas materiales, inclu-
yendo los novedades electrónicas, la televisión y la ropa nueva, con
el fin de crecer en la capacidad de vivir de una manera sencilla.
7. Cuidará su salud física. Mantendrá una dieta equilibrada, hará
ejercicio físico de manera regular, y dedicará a dormir el tiempo
suficiente.

C. Formación espiritual
El objetivo de la formación espiritual en el seminario interno es
proveer al seminarista con un sólido fundamento espiritual para vivir
la vocación vicenciana de manera constante y gozosa. El seminarista
adoptará las siguientes estrategias para conseguir este objetivo:
 1. Estudiará atentamente las actitudes y el ministerio de Cristo
hacia los pobres y hacia aquellos a los que formó como colabo-
radores suyos. Debe aprender del ejemplo de Cristo a relacionar
la oración con su obrar, y su acción pastoral con su oración.
  2. Meditará y estudiará cada día un pasaje de la Palabra de Dios,
en especial de los evangelios, de manera que reciba de ella ener-
gía para su vida de comunidad y para el servicio correspondiente
a la naturaleza de su vocación. Los formadores enseñarán al
54 / 372 Capítulo 4

seminarista la práctica de la lectio divina como un modo de abrir


a Dios su mente y su corazón.
  3. Llegará a comprender el sentido del año litúrgico, y cómo los
diferentes momentos manifiestan el misterio de Cristo y su amor
redentor.
  4. Adoptará la práctica vicenciana de la oración mental junto con
la comunidad local durante al menos media hora. Los formado-
res le enseñarán la naturaleza y práctica de los varios modos de
oración mental (discursiva, afectiva, y oración de simple mirada).
Le ayudarán en sus épocas de luz y de oscuridad, de manera que
sienta la palabra de Dios como presente y activa incluso cuando
parezca que está lejos y distante.
  5. Crecerá en la capacidad de encontrar en la espiritualidad y en
la oración una fuente de alimento para la vida apostólica. Llevará
a sus momentos de oración, su experiencia de la vida de los
pobres y de sus luchas, y su trabajo ministerial.
  6. Se unirá a la comunidad local para celebrar laudes y vísperas.
 7. Participará diariamente en la celebración de la eucaristía. Cre-
cerá en su aprecio de la eucaristía como alimento de su vida entre
los pobres, de su vida de comunidad, y de su acción en el mundo.
  8. Tendrá un alto aprecio de la figura y papel de la Virgen María
en su vida histórica con Jesús y en la Iglesia de hoy. Los forma-
dores le ayudarán a comprender la importancia de la devoción
a María (así como a todos los santos, en especial a los santos
vicencianos) y a distinguir la devoción cristiana genuina, de la
exagerada. Le ayudarán a que aprenda a rezar el rosario con-
templando la gracia amorosa de Dios en los misterios de Cristo,
y le ayudarán a celebrar las fiestas marianas y vicencianas con
una comprensión y visión misionera.
  9. Se reunirá con su director espiritual al menos una vez al mes
para encontrar ayuda en la práctica de todas estas estrategias y
avanzar en los objetivos espirituales del programa del seminario
interno.
10. Participará en el sacramento de la reconciliación viéndolo como
una ocasión de recibir fuerza del amor curativo de Dios, espe-
cialmente cuando sienta que está luchando con sus debilidades.
11. Sentirá un alto aprecio por la Iglesia y por sus responsables.
Comprenderá que la vocación vicenciana es una llamada a tra-
bajar en armonía con la Iglesia y con los que tienen autoridad
en ella.
12. Cultivará el hábito de una lectura spiritual regular, para encon-
trar ayuda e inspiración para profundizar en su vida cristiana y
en su vocación vicenciana.
Formación en la etapa del seminario interno 55 / 373

13. Participará en ejercicios espirituales, días de retiro y otros tiem-


pos de cultivo espiritual intensivo para oír la llamada de Dios
con mayor profundidad y examinar su progreso en la consecu-
ción de estos objetivos espirituales. .

D. Formación intelectual
El objetivo de la formación intelectual en el seminario interno es
proveer al seminarista con un conocimiento de los recursos históricos,
espirituales y doctrinales que forman la base de la espiritualidad y de
la vida vicenciana contemporánea. Las siguientes estrategias ayudarán
al seminarista a conseguir esos objetivos:
1. Aprenderá algunos de los principios contemporáneos básicos de
la interpretación bíblica, y se le introducirá en el conocimiento
de comentaristas católicos de prestigio para ayudarle a compren-
der lo que lee y estudia.
2. Consultará libros sobre la historia de la Iglesia y de la sociedad
en que actuó san Vicente, para mejor entender lo que era la Con-
gregación en sus comienzos y en el pasado. Leerá comentarios
contemporáneos sobre la vida de san Vicente y la historia de la
Congregación que se puedan encontrar en publicaciones tales
como Vincentiana.
3. Leerá los documentos de la Iglesia, en particular las encíclicas
papales más recientes, los documentos del Concilio Vaticano II,
el Catecismo de la Iglesia Católica, y las cartas pastorales de sus
obispos locales. En unión con sus formadores estudiará cómo esas
lecturas se aplican a la vida de la Congregación y a su misión.
4. Leerá publicaciones católicas para aprender cómo la gente de fe
trata temas de hoy. Leerá también artículos que tratan cuestiones
de justicia social y de las necesidades de los pobres.
5. Intentará aprender una segunda lengua, al menos su vocabulario
básico y los fundamentos de su gramática, sobre cuya base podrá
más adelante dedicarse a ella con mayor profundidad.

E. Formación apostólica
Los objetivos de la formación apostólica en el seminario interno son
el proveer al seminarista con experiencias de ministerio a favor de los
pobres, y ayudarle a comprender cómo se interrelacionan y se alimen-
tan mutuamente el ministerio y la espiritualidad. Las siguientes estra-
tegias le ayudarán a conseguir esos objetivos:
1 Participará en trabajo ministerial por los pobres alrededor de seis
horas cada semana, incluyendo algún tipo de contacto directo con
personas pobres.
56 / 374 Capítulo 4

2. Se dejará orientar por la persona encargada de la formación apos-


tólica en el proceso de reflexión apostólica, incluyendo cuestio-
nes tales como: “¿Cómo experimento a Dios en esta situación?”.
“¿Qué está pidiendo Dios?”. El seminarista se centrará en su expe-
riencia ministerial y en las dificultades y necesidades de las per-
sonas con las que se encuentra.
3. Desarrollará las cualidades necesarias para servir bien a los
pobres: una caridad como la de Cristo; confianza en la presencia
de Dios; paciencia al tratar con otros que desean más de lo que
uno puede dar razonablemente; disponibilidad para escuchar y
dialogar con otros que no comparten las mismas convicciones;
entrega de uno mismo.
4. Estudiará modos de servir a los pobres leyendo y conversando
con sus formadores sobre libros o artículos acerca de las causas
de la pobreza. Llegará a conocer bien la teoría y la práctica del
cambio sistémico.
5. Llegará a tener un buen conocimiento sobre cómo los cohermanos
de su propia provincia – y de otras provincias – ejercen su minis-
terio con los pobres. De eso modo aprenderá de los cohermanos
que muestran sabiduría y celo en el cumplimiento de su ministe-
rio a la llamada de san Vicente.
6. Adquirirá una conciencia y sensibilidad por las misiones “ad gen-
tes” como una de las maneras posibles de ser llamado a servir
como vicenciano durante su vida.

F. Formación para la vida en comunidad

El objetivo de la formación para la vida común en el seminario


interno es fomentar entre los seminaristas una verdadera fraternidad
cristiana; la capacidad para vivir y trabajar en armonía con personas
que tienen una vocación semejante, también capacidades variadas y
personalidades diferentes. Se llevarán a cabo las siguientes estrategias
para conseguir es objetivo:
  1. El seminarista aprenderá a valorar a sus compañeros de semi-
nario y a otros cohermanos con los que vive como a miembros
de una familia en el Señor. Aprenderá de los que son diferentes
en convicciones y/o temperamentos a escuchar con atención, y
a compartir sus propios puntos de vista con humildad pero
también con claridad. Llegará a comprender que las diferencias
personales pueden ser una fuente de creatividad que llega a
producir más que la suma de lo que los individuos podrían hacer
si actuaran aisladamente por su cuenta.
Formación en la etapa del seminario interno 57 / 375

 2. El seminarista será consciente de que en la comunidad son


inevitables la tensión y los conflictos y se dejará orientar para
que aprenda a enfrentarse a esas situaciones con tolerancia y
perdón mutuo.
  3. El seminarista participará fielmente en la oración y en la liturgia
programadas. Será puntual en las comidas y participará activa-
mente en las reuniones de la comunidad y en la recreación
común.
  4. El seminarista guardará respeto por la oración y trabajo de los
demás manteniendo una atmósfera de silencio. Respetará la inti-
midad legítima de los demás y mantendrá el secreto cuando se
le pida que lo haga o cuando las circunstancias lo requieran.
  5. El seminarista participará en la elaboración del Proyecto Comu-
nitario y aprenderá a abrazar la sencillez y progresará en un
modo de vida semejante al de los pobres teniendo todo en común.
  6. El seminarista aprenderá a usar los recursos de la comunidad
con moderación, reconociendo que no son de su propiedad
personal, sino que son bienes que deben estar disponibles para
todos.
  7. El seminarista se sentirá libre para compartir sus opiniones y
expresar sus necesidades personales, y respetará la respuesta y/o
la sugerencia que se le dé.
  8. El seminarista estará presente en las celebraciones de comuni-
dad en que se reúnen cohermanos de diferentes casas de la
provincia. De esto modo llegará a conocer mejor a los coherma-
nos y se preparará para comprometerse con la provincia cuando
pronuncie los “propósitos”.
  9. El seminarista compartirá la responsabilidad por el bienestar de
la comunidad local estando atento a las necesidades de los
demás, especialmente de los que sufran limitaciones físicas debi-
das a la edad o a enfermedad. Ayudará en la limpieza de la casa
y mostrará respeto por todo lo que sea de propiedad común y
aprenderá a manejar con propiedad los varios aparatos antes de
usarlos.
10. Se enseñará al seminarista a crear un presupuesto, y aprenderá
los pasos básicos de la administración económica. Conocerá la
situación económica de la casa o de la provincia y comenzará a
adquirir las competencias básicas necesarias para servir como
ecónomo local o provincial en el futuro.
58 / 376 Capítulo 4

Sección 3
Perfil del seminarista al completar la etapa
de formación del seminario interno

Al completar el seminario interno se espera del seminarista que haya


adquirido las siguientes características personales y estilos de vida:
  1. Habrá llegado a comprender el significado de las palabras de san
Vicente: “Jesucristo es la Regla de la Misión” y habrá llegado a
desarrollar una relación personal con Cristo.
  2. Habrá manifestado constancia en participar en la oración men-
tal y en la liturgia de la comunidad.
  3. Por su manera de relacionarse con el Señor habrá demostrado
a los miembros de la comunidad y a los que sirve pastoralmente
que puede vivir una vida célibe con alegría y con fecundidad.
  4. Habrá llegado a manifestar un compromiso con un estilo de vida
sencillo en su respeto por los bienes de la comunidad y la mode-
ración en satisfacer sus necesidades materiales.
  5. Habrá llegado a manifestar apertura de espíritu hacia los forma-
dores y una disponibilidad continua a aprender de ellos.
  6. Habrá participado en los diálogos comunitarios y habrá mos-
trado capacidad para participar provechosamente en la toma de
decisiones de la comunidad.
 7. Habrá llegado a conseguir facilidad en relacionarse con los
pobres y en tratarlos con respeto.
  8. Habrá llegado a conseguir una comprensión sólida de y un deseo
por el sacerdocio o por el ser hermano tal como se viven en la
comunidad vicenciana.
  9. Estará dotado de capacidad intelectual suficiente para la forma-
ción teológica necesaria en orden a un ministerio sacerdotal
eficaz, o de la formación teológica/profesional necesaria para el
ministerio eficaz de hermano.
10. Habrá mostrado su compromiso de vivir en conformidad con las
Constituciones y Estatutos de la Congregación.
Vincentiana, Octubre-Diciembre 2014

Capítulo 5

Formación
durante el año de práctica pastoral
El año de práctica pastoral no es necesariamente una etapa distinta
de formación, pero se puede incluir en o añadir a una de las etapas tal
como las define esta Ratio. Las Constituciones y Estatutos de la Con-
gregación establecen que los que están en formación deben participar
“oportunamente, ya desde el principio, según su formación y capacidad
pastoral, en la práctica pastoral, sobre todo unidos a sus formadores,
acercándose también a los pobres y palpando su realidad” 35. Aunque
algunas provincias incluyen un año de práctica pastoral solo en la
formación de los cohermanos candidatos al sacerdocio, esta Ratio
piensa que ese año es también apropiado para la formación de los
hermanos, y de los cohermanos que no han llegado a un claro discer-
nimiento de, si son llamados a ser sacerdotes o hermanos.

Sección 1
El fin específico y el contexto de la formación
vicenciana durante el año de práctica pastoral

A. Fin específico de la formación vicenciana durante el año de


práctica pastoral
La finalidad de la formación vicenciana durante el año de práctica
pastoral es proporcionar al misionero una experiencia básica para que
discierna con mayor profundidad su vocación a la vida y ministerio
vicencianos. Le ofrece una mayor experiencia de la vida de los pobres
y de sus necesidades, de manera que pueda crecer en la capacidad de
llevarles la buena noticia del Señor y discernir mejor los modos con-
cretos en que tal vez sea llamado a servirles.

B. Los diferentes contextos de tiempo y lugar durante el año de


práctica pastoral
El tiempo apropiado para el año de práctica pastoral puede ser muy
variado en las diferentes provincias. Algunas provincias lo sitúan en el
año posterior al seminario interno y al estudio de filosofía. Otras lo

 78, 4.
35
60 / 378 Capítulo 5

colocan durante el seminario mayor después del primero, segundo o


tercer año del estudio de teología. Y algunas provincias, teniendo en
cuenta las circunstancias diversas de los estudiantes, tales como la edad
o la previa experiencia pastoral, esperan hasta el diaconado para hacer
más fácil una experiencia pastoral vicenciana más plena. Durante al
año de práctica pastoral el cohermano joven vive en una comunidad
local vicenciana vibrante. Se dedica a tiempo completo al trabajo misio-
nero que llevan a cabo al menos algunos cohermanos de esa comuni-
dad. En todos los casos, el contexto del año de práctica pastoral
debería suponer un desafío para el cohermano y le debería ayudar a
desarrollar las cualidades pastorales que se esperan de un misionero
vicenciano.

Sección 2
Los objetivos y estrategias de la formación
vicenciana durante el año de práctica pastoral

A. El eje vicenciano
El objetivo del eje vicenciano de formación durante el año de prác-
tica pastoral es proporcionar al interesado experiencia de la vida vicen-
ciana y del ministerio pastoral tal como es vivido en una comunidad
de servicio a tiempo completo. Las siguientes estrategias le ayudarán
a conseguirlo:
1. Vivirá de manera concreta y con fidelidad los compromisos que
hizo al pronunciar los “Propósitos” o los votos.
2. Seguirá creciendo en su conocimiento de la Congregación, apren-
diendo de una comunidad local de cohermanos que se dedican
directamente a la evangelización de los pobres.
3. Seguirá leyendo escritos de carácter vicenciano, tales como bio-
grafías de san Vicente y de otros santos vicencianos, así como la
historia de la Congregación, para conseguir que su experiencia le
inspire aprecio por los misioneros que le han precedido.
4. Con la ayuda de sus formadores aprenderá a aplicar de manera
concreta las Constituciones y Estatutos de la Congregación en su
propia provincia, cultura y contextos ministeriales.
5. Para crecer en el celo por la evangelización de los pobres y dejar
que los pobres le evangelicen, guardará un recuerdo escrito de sus
iniciativas en la asistencia a los pobres y conversará sobre este
escrito con sus formadores y escuchará sus consejos.
Formación durante el año de práctica pastoral 61 / 379

B. Formación humana
El objetivo de la formación humana durante el año de práctica pas-
toral es doble: ayudarle a vivir las cinco virtudes vicencianas en la
actividad ministerial y ayudarle a progresar en madurez y en capacidad
para relacionarse con los demás de manera constructiva mientras se
dedica activamente al ministerio. Para conseguir este objetivo:
1. Continuará tratando de conseguir un conocimiento más profundo
de sí mismo, sus cualidades y sus limitaciones, y de las dificultades
que encuentra en su ministerio pastoral y en la vida de comunidad.
Dedicará un tiempo suficiente para la reflexión, compartiendo sus
pensamientos, sus éxitos y sus fracasos con sus formadores.
2. Dialogará y colaborará con el superior, los demás cohermanos y
con los seglares, permitiendo que la experiencia de vivir y trabajar
con ellos le mueva a desarrollar su capacidad de relación con los
demás.
3. Responderá de manera positiva a los conflictos inevitables que
surgen en la comunidad, renunciando a toda forma de violencia
(incluyendo la violencia verbal) y creciendo en la capacidad de
escuchar los modos de pensar de otros con aperture de mente y
de expresar sus propias convicciones con humildad.
4. Tomará de manera responsable iniciativas que refuercen la vida
común y el servicio de los pobres a los que ha sido enviado, con
solicitud y respeto por las necesidades y los deseos de los demás.
5. Usará sabiamente su tiempo libre y mantendrá su salud física por
medio de ejercicio físico diario.

C. Formación espiritual
El objetivo de la formación espiritual durante el año de práctica
pastoral es proporcionar al interesado la oportunidad de profundizar
en el uso de los recursos espirituales de que disfrutó en el seminario
interno, y que son necesarios para vivir la vocación vicenciana.
Para conseguir este objetivo:
1. Tendrá un retiro espiritual al comienzo del año de práctica pas-
toral y participará en un retiro mensual y en otras actividades
organizadas por el director de formación.
2. Será fiel a la práctica de la Lectio Divina compartiendo su expe-
riencia de la Palabra de Dios con la comunidad vicenciana y con
el pueblo de Dios siempre que esto sea apropiado.
3. Será fiel a la celebración diaria de la eucaristía con la comunidad
local o con aquellas personas con las que colabora en el ministe-
rio pastoral.
62 / 380 Capítulo 5

4. Se unirá a sus cohermanos en la oración personal y en la cele-


bración diaria de laudes y vísperas, según el horario de la comu-
nidad local.
5. Recibirá de manera regular dirección espiritual y el sacramento
de la reconciliación.
6. Dará testimonio de una vida fecunda de castidad en el celibato
compartiendo sus esperanzas, sus luchas, sus alegrías y decepcio-
nes con otros, manifestando el amor y la acción de Cristo hacia
los pobres.

D. Formación intelectual
El objetivo de la formación intelectual en el año de práctica pastoral
es ayudar al interesado a desarrollar un aprecio abierto, concreto,
eclesial del ministerio pastoral, especialmente tal como se refleja en la
teología contemporánea y se orienta hacia la evangelización de los
pobres. Para cumplir este objetivo:
1. Seguirá manteniendo el hábito regular de lectura y de estudio
personal como complemento necesario de su actividad ministe-
rial. En este aspecto se espera de él que:
• aproveche los cursos de formación que puedan ofrecerse
durante el año;
• se familiarice con los documentos de la Iglesia que tratan de
trabajo pastoral y de la nueva evangelización;
• lea las cartas y documentos enviados a los cohermanos por el
superior general, las asambleas generales y el visitador local;
• aumente su conocimiento y práctica del cambio sistémico, tra-
tando de descubrir modos de aplicarlo a la situación en la que
están trabajando él y sus cohermanos vicencianos.
2. Será útil que prosiga aumentando su conocimiento de una segunda
lengua.
3. Escribirá un trabajo sobre espiritualidad vicenciana como fuente
de un ministerio fructífero a favor de los pobres. Compartirá el
trabajo con el director de formación y sus compañeros de año de
práctica pastoral en un momento adecuado.

E. Formación apostólica
Los objetivos de la formación apostólica durante el año de práctica
pastoral son:
• proporcionar al interesado la oportunidad de dedicarse de lleno
al ministerio entre los pobres de manera directa y a tiempo
completo, visitando enfermos, cuidando de inmigrantes, de refu-
Formación durante el año de práctica pastoral 63 / 381

giados, de los habitantes decalle, y dedicándose a otros trabajos


sociales;
• ayudar al interesado a comprender mejor las luchas, las necesi-
dades, las frustraciones y las alegrías de los pobres, así como los
medios modernos de servirles de la mejor manera posible;
• y proporcionar al interno un sentido más profundo de las exigen-
cias que el ministerio a tiempo completo a favor de los pobres
pone sobre sus hombros y sobre los de todos los que quieren ser
servidores de los pobres.
Para cumplir estos objetivos el interesado usará las siguientes estra-
tegias:
1. Dedicará todas las horas de trabajo de cada día a una misión
apostólica, y con la ayuda de un supervisor de pastoral:
• evaluará las diferentes formas de ministerio que ofrece la
comunidad;
• descubrirá los caminos para llegar a ser un mejor servidor de
las necesidades de los pobres, discerniendo con cuidado las
implicaciones de los contextos sociales y eclesiales de sus
vidas;
• aprenderá métodos de catequizar y promover una participación
litúrgica más plena por parte del pueblo de Dios;
• llegará a apreciar el amor que tiene el pueblo por una variedad
de devociones populares y aprenderá cómo orientar a las per-
sonas a centrar esas devociones en una genuina espiritualidad
católica que sea provechosa para sus vidas.
2. Para comprender mejor cómo su experiencia pastoral, su espiri-
tualidad, sus puntos fuertes y sus limitaciones se influyen recípro-
camente, dialogará con su supervisor de pastoral, al menos dos
veces al mes, sobre sus éxitos, sus dificultades, sus alegrías y sus
decepciones en la vida ministerial.
3. Por las mismas razones cultivará de manera regular la reflexión
pastoral teológica, guiado por la persona encargada de la forma-
ción apostólica de los que están en el año de práctica pastoral,
con miembros de la comunidad local y, si es posible, con algunos
de los pobres por los que está trabajando.
4. En su trabajo ministerial, el que se encuentra en el año de práctica
pastoral aprenderá a trabajar como miembro de un equipo, armo-
nizando sus esfuerzos con los del superior, de sus formadores, de
otros cohermanos que trabajan en el mismo apostolado, con los
laicos, y con otros grupos de la Familia Vicenciana. Debe aprender
a tener iniciativa en el trabajo pastoral y también a consultar con
el superior acerca de esas iniciativas.
64 / 382 Capítulo 5

5. Mostrará suficiente capacidad de liderazgo y de creatividad al


desempeñar su ministerio pastoral, y aprenderá a usar los medios
de comunicación social y crecerá en capacidad de hablar en
público y comunicar un mensaje.
6. En todo su actuar, el misionero en año de práctica pastoral deberá
interesarse en la defensa de los derechos y de la dignidad de los
pobres y en aprender a aplicar acciones que puedan producir un
cambio sistémico.

F. Formación para la vida de comunidad


El objetivo de la formación para vivir en común durante el año de
práctica pastoral es proporcionar al interesado una oportunidad de
experimentar la vida en una comunidad de cohermanos con una varie-
dad más amplia de intereses, temperamentos y experiencias, de manera
que pueda crecer en la capacidad de tratar de un modo prudente y
fructífero con los desafíos que ofrece la vida en comunidad y encontrar
en ella ayuda para una vida de pastoral vicenciana. Para llegar a cum-
plir este objetivo:
1. Observará el horario de la comunidad en cuanto a oración, comi-
das, recreación y reuniones, y participará activamente en la pla-
nificación y evaluación del proyecto comunitario de la comuni-
dad local.
2. Progresará en la capacidad de conversar y de comunicarse con
los cohermanos de la comunidad local, así como con los de la más
amplia comunidad provincial.
3. Mantendrá una comunicación apropiada con el superior, se espera
que al menos una vez al mes, así como con el director de forma-
ción, el visitador y sus compañeros de año de pastoral.
4. Seguirá progresando en el conocimiento de la comunidad pro-
vincial.
5. Aprenderá acerca del arte de la administración.

Sección 3
Perfil del misionero al completar el año
de práctica pastoral

Al finalizar el año de práctica pastoral el interesado será capaz de


responder a las siguientes expectativas:
1 Se encontrará más convencido de su vocación vicenciana, entre-
gado a seguir a Jesús y a amar a los pobres, expresando su entrega
en palabras y habiéndolo mostrado en obras.
Formación durante el año de práctica pastoral 65 / 383

2. Se sentirá comprometido con los fines de su provincia y de la


Congregación.
3. Habrá mostrado capacidad de asumir responsabilidad por su for-
mación permanente humana y espiritual.
4. Habrá mostrado capacidad de participar en la vida de una comu-
nidad vicenciana, que es una comunidad activa en su vocación de
seguir a Cristo y de servir a los pobres.
5. Habrá mostrado capacidad para hablar de sus propias cualidades
positivas y de sus puntos débiles con sus formadores, especial-
mente tal como se manifiestan en la vida común y en el trabajo
ministerial.
6. Habrá crecido en su conocimiento y aprecio de la naturaleza,
valores y estrategias del cambio sistémico.
Habrá manifestado, en su vida de comunidad y en su trabajo pasto-
ral, espíritu vicenciano, viviendo las cinco virtudes y los valores que
expresan.
Vincentiana, Octubre-Diciembre 2014

Capítulo 6

Formación de los hermanos


en la etapa posterior al seminario interno

Introducción

Todo lo que se establece en las Constituciones y Estatutos en relación


a la formación se aplica a la formación de los hermanos 36.
Hasta esta etapa todos los candidatos habrán recibido la misma
formación, sin distinguir el camino posterior, de sacerdote o her-
mano, que emprenderá cada candidato como misionero vicenciano 37.
Sin embargo, en el seminario interno los candidatos son ya miembros
de la Congregación y habrán tomado una decisión sobre si llegar a ser
hermanos o sacerdotes. Este capítulo de la Ratio da orientaciones para
la formación de los hermanos. Va en línea paralela con el plan de for-
mación en el seminario mayor, que se describirá en el capítulo siguiente,
para los que van a ser sacerdotes.

Sección 1
La identidad del hermano

A. Identidad del hermano en la Iglesia


Para poner en su contexto este capítulo de la Ratio en la historia de
la Iglesia será útil señalar algunos hechos que dieron origen al estado
de hermano y le dotaron de una identidad.
1. Ser un hermano implica heredar la experiencia kerigmática de
la comunidad eclesial primitiva que practicaba la caridad fra-
terna, por la cual todos eran miembros con un solo corazón y una
sola alma 38.
2. El “mandamiento” de Jesús sobre la fraternidad universal implica
la igualdad de los hijos de Dios: “En cuanto a vosotros, no dejéis

36
 Constituciones, 91.1.
37
 En algunas provincias, los candidatos escogen el camino del hermano o
del sacerdote antes de ingresar en el seminario interno. Este hecho puede
afectar al currículum que seguirán en sus estudios universitarios.
38
 Hch 2,42-47; 4,32-35.
Formación de los hermanos 67 / 385

que se os llame ‘Rabí’. No tenéis más que un maestro, y todos voso-


tros sois hermanos” 39.
3. Muchas congregaciones de origen laical fueron fundadas en
momentos cruciales de la historia de la Iglesia y de la sociedad:
los franciscanos (siglo XIII), los Hermanos de San Juan de Dios
(siglo XVI), los Hermanos de la Doctrina Cristiana (siglo XVII).
Muchas han hecho una opción por los pobres.
4. Por el bautismo el hermano participa en el sacerdocio de Cristo 40.
5. Teniendo en cuenta el énfasis exagerado que se ha dado a veces
en la historia de la Iglesia al estado clerical, la Iglesia del Con-
cilio Vaticano II afirmó que la vida religiosa laical “constituye
en sí misma un estado completo de profesión de los consejos
evangélicos” 41.
6. Vita Consecrata expresa una “gran estima por la clase de vida con-
sagrada en la que los hermanos religiosos contribuyen con valiosos
servicios de varias clases, dentro y fuera de la comunidad, partici-
pando de esa manera en la misión de proclamar el evangelio y dando
testimonio de él por la caridad en la vida de cada día” 42.
7. El ministerio del hermano encuentra un fundamento en la en-
señanza de Pablo VI en Evangelii Nuntiandi (n. 73) que dio un
gran impulse a los ministerios laicos dentro de la Iglesia, subra-
yando la impulso del servicio de los hermanos en la comunidad
eclesial 43.
A la luz de estas reflexiones esta Ratio reconoce que la vocación del
hermano no se fundamenta en, ni está limitada a apoyar la misión
de los ministros ordenados llevando a cabo “actividades seculares” 44.
Está más bien fundada en el discipulado, en el seguir a Cristo llevando
la Buena Nueva a los demás, especialmente a los pobres.

B. Identidad del hermano en la Congregación de la Misión


Ser hermano en la Congregación es una auténtica vocación cristiana,
consagrada y vicenciana, completa en sí misma como un verdadero don
de Dios, con su contenido especial, y no una vocación que sea medio

39
 Mt 23,8.
40
 Lumen Gentium, n. 10.
41
 Perfectae Caritatis, n. 10.
42
 Vita Consecrata, n. 60.
43
 Véase también Puebla, n. 804.
44
 Desde hace ya unos cuantos años la manera de comprender la vocación a
la vida consagrada se ha orientado hacia un “descubrimiento radical” de la gran
profundidad carismática de la persona laica consagrada.
68 / 386 Capítulo 6

clerical, medio laica 45. El hermano, a diferencia de los clérigos, es lla-


mado a vivir su vocación misionera desde la perspectiva de su consa-
gración como laico 46. El hermano será de una manera visible a la vez
laico y ministro y un colaborador en plano de igualdad con los sacer-
dotes en la vida y el ministerio de la Congregación.

Sección 2
Los fines específicos y el contexto
de la formación vicenciana del hermano
en la etapa posterior al seminario interno

A. Fines específicos de la formación del hermano en la etapa pos-


terior al seminario interno
Los fines de la formación posterior al seminario interno para el
hermano son: orientar al cohermano hasta que llegue a tomar para
toda la vida la decisión de adoptar la manera vicenciana de vivir la fe
cristiana; ayudarle a discernir la clase específica de ministerio pastoral
al que es llamado en cuanto vicenciano; proveerle de un nivel inicial
de competencia profesional para ese ministerio.

B. Contexto de la formación del hermano en la etapa posterior al


seminario interno
La formación del hermano en esta etapa puede tener lugar en cual-
quier casa apropiada de la provincia. La comunidad local y el visitador,
en colaboración con los formadores del hermano, contribuirán a su
formación y le ayudarán con sus orientaciones. Si la provincia tiene la
gran gracia de contar con varios hermanos en esta etapa de su forma-
ción, sería bueno para ellos que residieran en la misma comunidad
local que sea designada como casa de formación.
La duración de esta etapa de formación coincidirá con la duración
que las Constituciones señalan para después de haber completado el
seminario interno y la pronunciación de los propósitos. Se incluirá una
cantidad de tiempo suficiente para la preparación y pronunciación de
los votos, y también para iniciar la formación profesional y ministerial
del hermano.

45
 “Hermanos para la Misión”, Vincentiana [1989], n. 2, marzo-abril, p. 141.
46
 Las nuevas perspectivas que se han abierto para los hermanos no dismi-
nuyen el valor de los ministerios domésticos tradicionales por medio de los
cuales han ofrecido un servicio de mucho valor a la Congregación y un ejemplo
extraordinario de humildad y sacrificio personal. La Congregación no podrá
jamás expresar adecuadamente su gratitud por esos servicios.
Formación de los hermanos 69 / 387

Sección 3
Los objetivos y estrategias de la formación
del hermano en la etapa posterior
al seminario interno

A. El eje vicenciano de la formación


Los objetivos del eje vicenciano de la formación para el hermano
son dos: ayudarle a que profundice en su conocimiento del espíritu de
san Vicente de Paúl y también a vivir ese espíritu; vivir lo que ha
conseguido en el seminario interno en un mundo más vivo y más lleno
de actividad. Le ayudarán a cumplir estos objetivos las siguientes
estrategias:
1. Centrará su vida en Jesucristo, la “Regla de la Misión”, y hará
todos los esfuerzos posibles por adquirir “aquellas íntimas actitu-
des personales de Cristo que nuestro fundador recomendaba a los
misioneros desde el comienzo: amor y reverencia hacia el Padre,
amor compasivo y efectivo por los pobres y docilidad a la divina
providencia” 47.
2. Participará de alguna manera en las condiciones de vida de los
pobres, pues esta experiencia le acercará a la realidad de sus vidas
y será un signo de la presencia del reino de Dios.
3. Reflexionará con frecuencia en la oración y en conversaciones
frecuentes con sus formadores sobre las cinco virtudes vicencia-
nas. Buscará ocasión en las cuales poner en práctica esas virtudes.
4. Apreciará con mayor profundidad el valor y la práctica de los
consejos evangélicos, que en su momento expresará en los vo-
tos de:
• Estabilidad – Llegará a comprender que solo siendo constante
en la dedicación de su vida a los pobres y con perseverancia
fiel será capaz de anclar profundamente en su propio espíritu
el amor mismo de Cristo.
• Castidad en el celibato – Reconocerá con mayor profundidad
el poder de amor de la castidad célibe, que deberá alimentar
con la oración, la comunión fraterna y la dedicación generosa
al ministerio apostólico, todo lo cual implica una renuncia a sí
mismo inspirada por el evangelio.
• Pobreza – Llegará a comprender mejor esa dependencia hacia
Dios que le capacitará para evangelizar a los pobres con auten-
ticidad y de manera efectiva y llegar a ser solidario con ellos 48.

 Constituciones, 6.
47

 Cf. Constituciones, n. 31.


48
70 / 388 Capítulo 6

• Obediencia – La obediencia le moverá a una búsqueda en


común de la voluntad de Dios compartiendo las experiencias y
por medio de un diálogo sincero y responsable 49.
5. Con la espiritualidad del misionero, conseguirá la voluntad inte-
rior para estar disponible para el ministerio más allá de los lími-
tes geográficos de su provincia de origen.
6. Meditará con frecuencia sobre los escritos de san Vicente, sobre
biografías que describan su vida y su misión, la historia de la
Congregación y de su propia provincia, la vida de santa Luisa y
las de otros miembros de la Familia Vicenciana que han sido
beatificados o canonizados.

B. Formación humana
El objetivo de la formación humana del hermano en esta etapa es
doble: capacitarle para que reconozca sus cualidades personales
positivas y sus debilidades; ayudarle a poner en actividad sus cualida-
des y superar sus debilidades viviendo y sirviendo como vicenciano.
Para conseguir estos objetivos, el hermano, con la ayuda de los forma-
dores y de apropiado consejo profesional, llevará a cabo las siguientes
estrategias:
1. Se reunirá con regularidad con un formador experto en forma-
ción humana y con su director de formación para hablar de
autoestima, cualidades, limitaciones y relación con su familia, y
cómo todo ello afecta a su vida de comunidad, su servicio apos-
tólico, su decisión sobre las formas de servicio a los pobres que
más le atraen como vicenciano, y su formación profesional.
2. Progresará en su capacidad de desarrollar relaciones interperso-
nales con sus iguales, con los miembros de más edad de la
comunidad, y con los que encuentre en su trabajo apostólico,
incluyendo supervisores, compañeros de trabajo y especialmente
con las personas a las que sirve.
3. Progresará en su capacidad de comunicarse adecuadamente con
sus iguales, y con los otros miembros de la comunidad, pero en
especial con sus formadores.
4. Prestará atención y tendrá aprecio por las opiniones de los
demás cuando las expresen en encuentros de la comunidad.
Ofrecerá sus propias ideas y opiniones con humildad, pero con
confianza, en esas reuniones.
5. Progresará en estima por la sexualidad humana y en capacidad
para expresar sus deseos de intimidad, de engendrar y de ser

49
 Constituciones, n. 37.1.
Formación de los hermanos 71 / 389

creador, en unas manifestacions que sean personalmente signi-


ficativas y satisfactorias. Descubrirá con mayor claridad que en
el fondo la energía sexual es una energía relacional que puede
conducirle a una verdadera comunión humana y espiritual con
otros en formas de vida respetuosas, transparentes y de coope-
ración mutua.
6. Evaluará su dependencia de las cosas materiales, el deseo de
comodidad y bienestar, y su uso de los bienes de la comunidad.
Hará que su estilo de vida sea realmente sencillo, y cultivará la
libertad de vivir dignamente sin acumular cosas materiales que
le quitarían un tiempo y una energía que serían mejor empleadas
para la vida de comunidad y el servicio apostólico.
7. Meditará sobre sus relaciones con las figuras de autoridad, par-
ticularmente con sus padres, tratando de descubrir cuándo y por
qué se ha sentido cómodo con ellos o cuándo ha experimentado
dificultades. Compartirá sus experiencias con el cohermano
encargado de la formación humana, para descubrir en qué
aspectos esas experiencias ayudan o impiden unas buenas
relaciones con las figuras de autoridad del momento presente de
su vida.
8. Respetará y acatará las orientaciones razonables y las decisiones
de la autoridad, y también hablará de sus deseos y convicciones
personales con sencillez y con humildad.
9. Compartirá sus esperanzas y sus temores en lo que se refiere a
un compromiso de castidad célibe para toda la vida y a una vida
de misionero y de ministerio en favor de los pobres.
10. Reforzará sus hábitos de cuidar su salud física y psicológica,
incluyendo: comidas sanas, ejercicio físico regular, una revisión
médica anual y amistades que le sirvan de apoyo.

C. Formación espiritual
El objetivo de la formación spiritual del hermano en esta etapa de
su viaje vocacional es ayudarle a seguir interiorizando y viviendo los
valores espirituales y las prácticas de la Congregación. Para conseguir
este objetivo, él y sus formadores emplearán estas estrategias:
  1. Seguirá profundizando en su aprecio por su consagración bau-
tismal, que es el fundamento de la consagración laica de un
hermano en la Congregación. Desarrollará una relación íntima
con Cristo como su Maestro, Señor y Dueño, considerando su
llamada a ser su discípulo como de importancia primordial.
  2. En y con Cristo, crecerá en la unión íntima con el Padre, tratando
de vivir según su voluntad del Padre.
72 / 390 Capítulo 6

  3. Cultivará su conocimiento de cómo Dios actúa en él, en la comu-


nidad y en el mundo, transformando todo por la acción de su
Espíritu. Recordará la convicción de Cristo de haber sido enviado
por el Espíritu para traer la Buena Noticia a los pobres. Desa-
rrollará la práctica de invocar al Espíritu para que bendiga su
servicio hacia los demás, su estudio personal, y los trabajos que
asume para el bien de la comunidad.
 4. Tratará de ver a Cristo en la persona del pobre. Cultivará la
práctica de tener presentes en su oración a los pobres y sus
necesidades.
  5. Meditará con diligencia sobre la Palabra de Dios, especialmente
por medio de la Lectio Divina.
  6. Será puntual en unirse a la comunidad en la meditación mental
como parte de su oración diaria. Encontrará ayuda para esta
práctica en las palabras de san Vicente, conlosque expresó su
convicción personal cuando dijo: “Dadme un hombre de oración,
y será capaz de todo” 50.
  7. Participará con regularidad en la celebración de las liturgia de
las horas.
  8. Vivirá la vida sacramental de la Iglesia con mayor profundidad,
especialmente la celebración diaria de la eucaristía.
  9. Honrará a la Virgen María para descubrir en ella una compañera
solícita en su viajar con Cristo. Celebrará sus fiestas en los
estilos propios de la cultura y las prácticas de su comunidad
provincial.
10. Observará la práctica del examen de conciencia de manera regu-
lar y participará en el sacramento de la reconciliación. Llegará
a ver en el esas prácticas al Señor que le llama a crecer conti-
nuamente, a una conversión continua y verá también en ellas el
aliento lleno de gracia del Espíritu Santo.
11. Practicará el compartir la fe por el bien de toda la comunidad y
de cada uno de sus miembros.
12. Se reunirá con su director espiritual personal una vez al mes, y
estará dispuesto a aprender de sus consejos 51.
13. Participará en los retiros mensuales y anuales para renovar el
compromiso de vivir en comunión con Cristo y con los miembros
de su comunidad local y para profundizar en su fervor misionero
para evangelizar a los pobres.

50
 Obras completas de san Vicente de Paúl, Sígueme, Salamanca, XI 778.
51
 Cf. Estatutos, n. 50.
Formación de los hermanos 73 / 391

14. En reuniones con su director espiritual y otros formadores tra-


tará de discernir cuáles son los modos específicos a los que es
llamado para servir a los pobres como misionero vicenciano,
teniendo en cuenta sus dotes personales así como las múltiples
necesidades de los pobres y reconociendo la importancia de una
preparación adecuada para el futuro misionero. Tendrá todo
esto presente en su oración.
15. Teniendo en cuenta las necesidades de la evangelización y des-
pués de un discernimiento adecuado, el hermano puede recibir
los ministerios laicales de lectorado y acolitado.
16. A una con su director espiritual y director de formación se pre-
parará para su compromiso definitivo con la Congregación y
la emisión de los votos. Se le dará la oportunidad de hacer un
retiro durante al menos tres días para preparar la emisión de los
mismos.

D. Formación intelectual – Teológica y profesional


El objetivo de la formación intelectual del hermano, en esta etapa
de formación, es doble: proporcionarle un saber teológico de modo
que pueda integrar su fe más plenamente y con un sentido mayor
de responsabilidad con su vida en la Congregación; proporcionarle
una capacidad profesional de modo que pueda servir bien a los po-
bres o trabajar con competencia y de modo eficaz en la formación de
otros ministros que quieren servir a los pobres. Para conseguir estos
objetivos empleará las siguientes estrategias con la ayuda de sus for-
madores:
1. Recibirá una educación teológica de calidad en una universidad
católica, escuela teológica o seminario 52, que le ayude a vivir su
fe con madurez y a participar en la vida, en las conversaciones
y en los procesos de toma de decisiones con mayor facilidad y
con iniciativa personal 53. Esto le ayudará a aplicar con mayor
eficacia su fe a su trabajo ministerial y a dialogar y planificar con

52
 Sería bueno recordar en este tema lo que dice el Código de Derecho Canó-
nico 229.2: (Las personas laicas) tienen también el derecho de adquirir un
conocimiento más sólido de las ciencias sagradas que se enseñan en las uni-
versidades eclesiásticas y en las facultades o instituciones dedicadas a las cien-
cias religiosas, asistiendo a las clases que se den en ellas y consiguiendo títulos
académicos.
53
 Ese curso de estudio es diferente del exigido para el sacerdocio en duración
y en el número de créditos y cursos. El estudio de la teología por parte de
los hermanos está pensado para proporcionarles una formación adulta más
completa.
74 / 392 Capítulo 6

otras personas comprometidas en ministerios en favor de los


pobres 54.
2. Estudiará la doctrina social de la Iglesia y reflexionará acerca de
cómo está fundada en la vida y la misión de Cristo, cómo orienta
nuestra vida y misión vicenciana y cómo se aplica de manera
concreta.
3. Llegará a ser consciente de las causas que producen una distribu-
ción desigual de los bienes del mundo, de modo que pueda desem-
peñar mejor nuestra misión profética de evangelización 55. Pondrá
especial atención en la teoría y práctica del cambio sistémico,
buscando modos de capacitar a los pobres para participar en su
propio progreso como miembros de la sociedad totalmente inte-
grados e iguales.
4. Leerá publicaciones católicas para mantenerse al día en perspec-
tivas teológicas y pastorales. Esto le capacitará para dar testimo-
nio de su fe en la Iglesia y en el mundo contemporáneos, y para
desarrollar una conciencia crítica de la realidad, yendo más allá
de lo que presentan los medios seculares de comunicación.
5. Participará en reuniones y talleres de trabajo organizados por la
provincia para promover la formación permanente en la vida
común y en el trabajo apostólico.
6. Se le dará la oportunidad de participar en talleres de trabajo y en
otros programas promovidos por otras sociedades de vida apos-
tólica que ayuden a los participantes a profundizar en su aprecio
por la vida consagrada y el servicio de los pobres. Todo ello le
podrá ayudar a comprender más plenamente su identidad como
hermano en la Congregación de la Misión al reunirse con herma-
nos de otras congregaciones.
7. Teniendo en cuenta sus cualidades, capacidades e intereses, se le
proporcionarán ocasiones no solo de seguir cursos en el terreno
técnico y en el teológico (incluyendo las humanidades), sino
también de adquirir una verdadera profesión. Por ejemplo, podría
intentar una formación profesional como catequista, como agente
de pastoral, como trabajador social, profesional de medicina, con-
table, profesor, bibliotecario, arquitecto, ingeniero civil, abogado,
enfermero, carpintero, músico, o cocinero. Sentirá ánimos al pen-

54
 Los hermanos y los sacerdotes cooperan plenamente en el trabajo misio-
nero. Ese ministerio supone una formación teológica adecuada de los hermanos
y capacidad en ellos para dar testimonio de Cristo al comprometerse en dife-
rentes actividades seculares, al catequizar, al motivar al pueblo a honrar a Dios
a través del buen ejemplo y al analizar los problemas del día a la luz de la
Palabra de Dios.
55
 Constituciones, n. 12.2.
Formación de los hermanos 75 / 393

sar que la evangelización de los pobres no ahoga los diversos


talentos y cualidades, sino que los orienta al servicio de la misión 56.
8. Se le dará también la oportunidad de adquirir una adecuada for-
mación para servir de manera competente en la Congregación
como ecónomo, administrador o formador (es decir, actividades
que no requieren órdenes sagradas), si se le necesita en uno de
esos ministerios.
9. En armonía con el carácter misionero de su vocación, el hermano
tendrá la oportunidad de estudiar misionología y de aprender otra
lengua.

E. Formación apostólica
El objetivo de la dimensión apostólica de la formación del hermano
en esta etapa es proporcionarle una experiencia intensa del ministerio
vicenciano de manera que pueda discernir mejor su aptitud, sus
cualidades personales y el lugar específico de su vocación vicenciana.
Para conseguir este objetivo, con la ayuda de sus formadores:
• Se mantendrá en contacto regular con alguna comunidad cris-
tiana local, cuyos miembros sean pobres y/o participen en la
realidad de la pobreza. Esto puede exigir de él que sirva en uno
o más lugares y ministerios.
• Se reunirá de modo regular con su asesor de pastoral para reflexio-
nar sobre las dimensiones espirituales de su servicio y los modos
prácticos para iniciarse en ese servicio con mayor fruto. Le con-
sultará los aspectos de su ministerio que le crean mayores dificul-
tades, así como sobre los que le resultan más accesibles y parecen
de mayor utilidad para otros.
• Bajo la orientación de sus formadores participará en una reflexión
teológica sobre su ministerio apostólico. Si es posible, hará lo
mismo con un grupo de hermanos que estén en la misma etapa
de formación y con la comunidad local.
• Conocerá poco a poco las múltiples necesidades de los pobres y las
complejidades de servirles en esas necesidades. Su conocimiento
le llevará a discernir sus propias cualidades y deseos para aliviar
esas necesidades, y los caminos que le señala el Señor para que se
entregue a sí mismo como vicenciano en un servicio profesional.
• Se le darán oportunidades para que esté en contacto con otras
ramas y miembros de la Familia Vicenciana, para así aprender el
valor de trabajar junto con ellos y la importancia de estar unidos
para servir a los pobres de manera más eficaz.

 Constituciones, n. 25.2.
56
76 / 394 Capítulo 6

F. Formación en la vida común


El objetivo de la formación para la vida comunitaria en esta etapa
del caminar del hermano es ayudarle a relacionarse con un grupo más
amplio de cohermanos que tienen experiencias pastorales de varias
clases, compartiendo las diferentes cualidades que cada uno aporta a
la comunidad cuando viven y trabajan unidos. Para conseguir este
objetivo con la ayuda de sus formadores:
1. Leerá de manera regular las Constituciones y Estatutos de la Con-
gregación y las Normas Provinciales, haciéndose consciente de
todos los derechos y obligaciones que contienen y reconociendo
la importancia que tienen para la vida en la comunidad local.
2. Participará en el orden del día de la comunidad local, en particu-
lar compartiendo sus horas indicadas de oración, uniéndose a los
cohermanos en las comidas y en la recreación en común.
3. Cultivará la vida fraternal de la comunidad tomando parte en las
conversaciones y en el diálogo de cada día, una práctica que pro-
mueve tanto el desarrollo personal como el comunitario y hace que
el trabajo de evangelización sea más fructífero 57.
4. Participará en todas las reuniones comunitarias, recibiendo con
aprecio los diferentes puntos de vista que expresan otras coher-
manos, y expresando los suyos propios con humildad.
5. Participará en la redacción del Proyecto Comunitario Local como
una muestra de su disponibilidad para vivir en comunidad como
miembro de un equipo.
6. Se unirá a los esfuerzos por fomentar la igualdad, el respeto y las
relaciones fraternas entre todos los miembros de la comunidad
para vivir en unión y armonía, para vivir como amigos que se
quieren bien 58. Cultivará amistades apropiadas con cohermanos
que no lleguen a ser excluyentes o posesivas.
7. Colaborará con generosidad en el trabajo por mantener la casa
en buen estado, respetar los bienes de la comunidad y vivir un
estilo de vida sencillo.
8. Conocerá a los cohermanos de las más amplia comunidad pro-
vincial asistiendo a sus reuniones, asambleas y celebraciones de
las fiestas vicencianas y otros sucesos, y dedicando parte del
tiempo de sus vacaciones a estar en varias casas de la comunidad.

57
 Constituciones, n. 21.2.
58
 Reglas Comunes VIII.2.
Formación de los hermanos 77 / 395

Sección 4
Perfil del hermano al terminar la etapa
de formación posterior al seminario interno

Al concluir la formación posterior al seminario interno, el hermano


estará preparado para su primer destino como un miembro incor-
porado definitivamente. Deberá estar dotado de las siguientes caracte-
rísticas:
1. Será un hombre centrado en Jesucristo, la “Regla de la Misión.
2. Será un hombre de oración, enraizado de modo activo en el espí-
ritu y en las enseñanzas de san Vicente, que cultiva en consecuen-
cia las virtudes vicencianas y los consejos evangélicos.
3. Participará plenamente en la vida y la toma de decisiones de la
comunidad, ofreciendo sus opinions oportunamente y actuando
con obediencia responsable y generosa.
4. Se relacionará con facilidad con hombres y mujeres de todas las
edades, manifestando un interés generoso por sus esfuerzos en el
seguimiento de Cristo y respetando los límites apropiados en
todas esas relaciones.
5. Vivirá en comunidad con un estilo sencillo y ayudará con gene-
rosidad en el cuidado de todas sus necesidades materiales.
6. Optará por los pobres con la convicción de que el mundo tiene
más necesidad de testigos y señales del amor universal de Dios
que de palabras y teorías. Sentirá la convicción de que estar en
medio de los pobres es el mayor de los tesoros y un gozo pleno.
7. Trabajará con otros para prolongar la misión de la Congregación
y de la Iglesia, complementando la actividad de los sacerdotes en
sus actividades pastorales. Será capaz de actuar autónomamente,
pero en conformidad con el plan apostólico de la provincia y de
la comunidad local.
8. Conocerá bien sus capacidades personales y los modos prácticos
con que puede contribuir a aliviar necesidades concretas de los
pobres. Dominará al menos un programa de actividad especial
que le capacite para servir a los necesitados de manera compe-
tente y profesional.
9. Tendrá la conciencia de “ser misionero” y la disponibilidad para
ir a dondequiera pueda ser enviado y a salir de su patria hacia
dondequiera le llamen las necesidades de los pobres.
Vincentiana, Octubre-Diciembre 2014

Capítulo 7

Formación en la etapa del seminario mayor


Sección 1
El fin específico y el contexto de la formación
vicenciana en la etapa del seminario mayor

A. Fin específico de la formación vicenciana en la etapa del semi-


nario mayor
En nuestra Congregación la formación se orienta especialmente
hacia la evangelización, la caridad y la promoción de la justicia a favor
de los pobres 59. En consecuencia, la finalidad del seminario mayor es
dotar al vicenciano con la espiritualidad, el conocimiento teológico 60,
la competencia apostólica y la identidad ministerial necesarios para
servir de manera efectiva como sacerdote de la Misión. El candidato
se dedicará al ministerio sacerdotal a favor de los pobres, directamente
o formando a otros que se dediquen activamente a seguir a Cristo en
la evangelización de los pobres.

B. Contexto y lugar para los estudios teológicos y la formación


vicenciana de los estudiantes vicencianos
Las instituciones que ofrecen formación teológica a nuestros estu-
diantes varían de una provincia a otra. En algunas provincias los estu-
diantes reciben su formación en un seminario dirigido por vivencianos.
En otras, los estudiantes reciben su formación académica en una escuela
de teología o en un seminario diocesano, pero reciben orientación
humana, espiritual, comunitaria y apostólica en una casa vicenciana de
formación. Y en otras, los estudiantes residen en un seminario diocesano
que se encarga de la formación académica de los estudiantes vicencianos
y también en gran medida de su formación humana, espiritual, comu-
nitaria y pastoral. Hasta qué punto afecta el eje vicenciano la formación
en un seminario mayor, según esos diferentes escenarios.
Esto tiene una importancia especial donde las provincias usan los
recursos del seminario diocesano para formar a los estudiantes vicen-
cianos para el sacerdocio. Hay muchas semejanzas entre el ministerio

59
 Constituciones 87, 2; 37 Asamblea General, Líneas de acción 10; 31, 2.
60
 En algunas provincias el seminario mayor da también formación filosófica.
Los fines, objetivos y estrategias descritos en este capítulo no excluyen la posi-
bilidad de reservar los estudios de filosofía para el seminario mayor.
Formación en la etapa del seminario mayor 79 / 397

y la vida de los sacerdotes diocesanos y los de la Congregación, pero


también hay muchas diferencias. La identidad del sacerdote diocesano
y su trabajo apostólico están normalmente definidos dentro de límites
geográficos y se dedican a satisfacer las necesidades sacramentales de
la diócesis. En contraste, la identidad del sacerdote miembro de una
orden religiosa o de una Sociedad de Vida Apostólica está enraizada
en la misión y carisma de esa congregación concreta, que solo en algu-
nos aspectos coincide con la situación pastoral de una diócesis que
debe prestar atención al servicio parroquial.
De ahí se sigue que los seminarios diocesanos diseñan el programa
de formación sacerdotal que promueve una visión, una adquisición de
capacidades y unos estilos de vida orientados al ministerio diocesano
y parroquial. Por otro lado, los formadores vicencianos de nuestros
estudiantes para el sacerdocio deben asegurar que el carisma vicen-
ciano, los objetivos de la vida y el ministerio son tratados de modo
apropiado. El prestar atención a estos aspectos no deberá perjudicar
una visión genuinamente positiva de la educación y formación que los
seminaristas vicencianos y los diocesanos reciben en común. Pero sí
se requiere un esfuerzo consciente por parte de los formadores para
orientar a nuestros estudiantes hacia su herencia vicenciana y hacia
su vocación propia.

Sección 2
Los objetivos y estrategias de la formación
vicenciana en la etapa del seminario mayor

A. El eje vicenciano
El objetivo de la formación vicenciana es capacitar al estudiante para
dar una orientación a su estudio de teología, su vida en comunidad y
su ministerio apostólico que fomenten en él, el carisma vicenciano con
mayor profundidad. Se espera que el proceso de formación esté cen-
trado en Cristo 61; conformado por la fidelidad a la Palabra de Dios,
alimentado con un vida compartida en una comunidad vicenciana,
sustentado continuamente por una relación directa con los pobres 62,
marcado por una disponibilidad y creciente capacidad para ayudar en
la formación del clero y del laicado con el fin de orientarlos a evange-
lizar a los pobres 63 y motivado por un espíritu misionero 64. Para con-
seguir este objetivo:

61
 Constituciones 78, 1.
62
 Constituciones 78, 4.
63
 Constituciones 1, 3.
64
 Constituciones 12, 5; 13; 16; Estatutos 1.
80 / 398 Capítulo 7

1. Los estudiantes crecerán en una mayor comprensión y en un vivir


las cinco virtudes, reflexionando sobre ellas en la oración, dialo-
gando sobre ellas con los formadores y aplicándolas cuando com-
parte su fe con la comunidad.
2. Los estudiantes profundizarán su conocimiento de san Vicente,
sus escritos, el fin de nuestra Congregación, las Reglas Comunes,
nuestra historia, las Constituciones y Estatutos, otros documentos
de la Congregación, especialmente los más recientes y las Normas
Provinciales, por medio de la oración y dedicando algún tiempo
cada semana a una lectura de contenido vicenciano.
3. Los estudiantes crecerán en el conocimiento de nuestras obras
vicencianas y de otras ramas de la Familia Vicenciana, especial-
mente las Hijas de la Caridad y los movimientos laicos vicencianos.
4. El programa tendrá en cuenta tiempos señalados de reflexión
comunitaria sobre esos temas, pero especialmente sobre las vir-
tudes vicencianas y los votos según los estudiantes se van acer-
cando a su incorporación definitiva en la comunidad.

B. Formación humana
El objetivo de la formación humana en el seminario mayor es doble:
procurar que el estudiante conozca mejor sus cualidades positivas y
sus limitaciones y, capacitarle para que dedique sus cualidades libre-
mente al bien de la Congregación y de su misión. Para conseguir
este objetivo el estudiante y sus formadores emplearán las siguientes
estrategias:
1. El estudiante intentará comprender cómo su vida de familia y las
relaciones con sus amigos, maestros, figuras de autoridad y per-
sonas a las que haya podido servir han influido en la comprensión
de sí mismo y su capacidad para tejer relaciones interpersonales.
2. Crecerá en apertura y sinceridad, y desarrollará la capacidad de
escuchar cuidadosamente y apreciar el valor de lo que ofrecen los
demás y de compartir sus propias opiniones humildemente, pero
con serenidad.
3. Desarrollará la capacidad de reconciliarse en las ocasiones de
fricción interpersonal, reconociendo que las diferencias, los mal-
entendidos y el herir a otros crean barreras en el interior de la
comunidad, pero son también ocasiones para un aprecio mutuo
más profundo y para un mayor crecimiento. Se librará de dejarse
llevar por reacciones inútiles debidas al miedo de ser conocido o
juzgado.
4. Seguirá progresando en su comprensión de los dinamismos
humanos que subyacen a una vida con votos, dándose cuenta de
Formación en la etapa del seminario mayor 81 / 399

que la “gracia fortalece la naturaleza”, y de que la vida consagrada


puede llevar a una plenitud humana por encima de lo que la
naturaleza sola puede conseguir. Para llevar a cabo esta estrategia:
• Tratará de descubrir las esperanzas, los temores, los rasgos
humanos y las experiencias previas (las suyas propias, las de
su familia y sus amigos) que le preocupan en cuanto a tomar
una decisión y un compromiso de por vida.
• Evaluará cómo ha tratado los temores y las dificultades a lo
largo de su recorrido vocacional, renovando su compromiso
con los aspectos que han resultado ser útiles.
• Tendrá en alto aprecio la humanidad de Jesús (que fue probado
igual que nosotros), su confianza en el Padre y su divinidad,
que dio fuerzas y llenó de gracia su humanidad. Se esforzará
por conseguir que la visión de un compromiso de por vida le
lleve a crecer en confianza y en amistad con Jesús.
• En la oración y en la conversación con los formadores evaluará
sus maneras de ver a los pobres, su propia disponibilidad y
capacidad para servirles y amarles, cualquiera que sea su
aspecto.
• Evaluará también su disponibilidad para vivir y trabajar con
otros que tienen puntos de vista y modos de trabajar diferentes
de los suyos propios. Dialogará con sus formadores sobre sus
sentimientos en este tema.
5. El estudiante – por medio de la oración, la lectura y la conversa-
ción con los formadores – se esforzará por comprender más pro-
fundamente la naturaleza, los dinamismos y los límites de la
sexualidad humana, que en el fondo es una “energía relacional”.
Reflexionará sobre cómo la vida de celibato promete una verda-
dera sublimación humana y sexual, no como una energía que lleva
a un momento extático de expresión sexual física, sino como una
energía para profundizar en capacidad de relación, fecundidad y
amor mutuo. A la luz de estas consideraciones:
• Tratará de conocer las intuiciones sobre sexualidad humana
que la sicología contemporánea y la filosofía ofrecen en libros
y artículos de calidad. Se esforzará por integrar su propia expe-
riencia de su sexualidad con las sanas intuiciones y modos de
ver de estas disciplinas.
• Se esforzará por comprender la enseñanza de la Iglesia sobre
la sexualidad humana, en particular en cuanto esa enseñanza
refleja las sanas intuiciones de la psicología y de la filosofía
modernas.
• Hablará con toda sencillez con sus formadores sobres sus
luchas y su progreso en vivir de una manera casta. Compren-
derá la importancia que tiene el crear relaciones humanas
82 / 400 Capítulo 7

abiertas, respetuosas y amables como ayuda para y como fruto


de una integración sexual casta, para relacionarse con facili-
dad y de manera efectiva con hombres y mujeres en su vida y
ministerio.
• Se le dará la facilidad de ser ayudado por consejo psicológico
profesional si, después de consultar a su director espiritual y/o
a su director de formación, cree que sería útil. En esos casos
se debe llegar a un acuerdo bien definido entre el estudiante,
el consejero y los miembros del equipo de formación para sal-
vaguardar su libertad y derecho al secreto 65.
• Adoptará factores de estabilidad que le ayuden a vivir su com-
promiso con fidelidad, entre otros: orar fielmente en unión
íntima con Cristo 66; vivir en comunidad con otros como “ami-
gos que se quieren bien” 67; dedicarse con alegría de espíritu a
la misión apostólica vicenciana; formar hábitos de disciplina
personal y vida ascética; mostrar prudencia en sus relaciones,
sabedor de los peligros que pueden ofrecer ciertas situaciones 68;
y llevar un estilo de vida equilibrado.
• El estudiante y los formadores conocerán y cumplirán la ley
civil y las normas de la Iglesia sobre pederastia.
• El estudiante y los formadores conocerán y aceptarán las orien-
taciones de la Iglesia (promulgadas el 4 de noviembre de 2005)
para evaluar y/o ayudar a los estudiantes con tendencias homo-
sexuales.
6. El voto de pobreza facilita una respuesta humana y cristiana a
las desigualdades materiales y al clamor humano por un mundo
más justo. Al pedirnos que entreguemos lo que ganamos a la
comunidad y que lo compartamos unos con otros, y también
al pedir a la Congregación que comparta sus posesiones con los
que se encuentran en mayor necesidad, el voto nos libera para
que tengamos en cuenta a los pobres. A la luz de estas observa-
ciones:
• Cada estudiante examinará en qué es demasiado dependiente
de las cosas materiales y busca comodidades que le impiden
ser libre para servir a los demás con todo el corazón.
• Cada estudiante examinará cómo le libera su manera de vivir
su voto de pobreza, y cómo les da a él y a la comunidad ocasión
de experimentar el reino de Dios y lo capacita para dedicar

65
 Véase Código de Derecho Canónico, 220.
66
 Constituciones, 30.
67
 Reglas Comunes, VIII, 2.
68
 Reglas Comunes, IV, 2, 4.
Formación en la etapa del seminario mayor 83 / 401

nuestro pensar, nuestra creatividad y energía a servir a los


marginados y a los pobres.
7. La obediencia se puede ver como una agresión contra la autonomía
personal. Sin embargo, una comprensión más adecuada de los
dinamismos y de los verdaderos valores del ser humano confirman
el valor del voto de obediencia. La autoridad religiosa y la obedien-
cia integran la libertad e independencia del individuo con las de
los demás al trabajar juntos por una misión común. Por ello:
• Cada estudiante examinará en su oración y en diálogo con sus
formadores cómo los sentimientos y actitudes de su vida pasada
hacia los padres, formadores anteriores, maestros y otras per-
sonas con autoridad afectan su manera de relacionarse hoy con
las personas de autoridad. Tratará de superar los sentimientos
y actitudes que pueden crear dificultades en su relación con la
autoridad.
• Cada estudiante reflexionará sobre el tiempo en que tal vez
también él ejerció alguna clase de autoridad o liderazgo, recor-
dando los aspectos que hicieron su práctica difícil o fácil.
8. Cada estudiante guardará una dieta sana, hará ejercicio físico de
manera regular y tendrá periódicamente un examen médico.

C. Formación espiritual
El objetivo de la formación spiritual en el seminario mayor es pro-
fundizar la relación del estudiante con Cristo mientras se prepara para
evangelizar a los pobres en su ministerio sacerdotal. Las estrategias
siguientes le ayudarán a conseguir ese objetivo:
  1. Pues Cristo, encarnado para evangelizar a los pobres, es la luz
y la fuerza de la vocación sacerdotal vicenciana, los estudiantes
crecerán en su conocimiento y amor por Cristo y su misión 69.
  2. Como la comunión con el Dios Uno y Trino es el fundamento
de la vida cristiana y el modelo de la comunidad cristiana, los
estudiantes progresarán en su conciencia de que toda vida y toda
santidad son dones del amor del Padre, y experimentarán más
plenamente la presencia y la acción del Espíritu de Dios en
nosotros.
 3. Los estudiantes crecerán en su amor y confianza para con la
Virgen María, quien, según san Vicente, comprendió con mayor
profundidad que nadie las enseñanzas evangélicas, y las hizo
realidad en su vida 70.

 Reglas Comunes X, 2; Constituciones 1; 48; 77.


69

 Constituciones 49, 1; véase Reglas Comunes X, 4.


70
84 / 402 Capítulo 7

  4. Los estudiantes amarán y servirán a la Iglesia, Cuerpo de Cristo.


Comprenderán cómo el ministerio vicenciano se hace fecundo
respetando y trabajando en armonía con las autoridades de la
Iglesia.
  5. Los estudiantes participarán de manera regular en las prácticas
espirituales de la Congregación, que incluyen:
• la participación diaria en la Eucaristía como el momento
central de la vida de fe de la comunidad 71;
• la celebración en común de laudes y vísperas 72, la oración
mental en común 73, y la oración diaria personal y en comu-
nidad 74;
• la lectura de la Palabra de Dios, especialmente del Nuevo
Testamento, y la meditación sobre ella, para no ser “predica-
dores vacíos de la Palabra, que no la escuchan en su interior” 75;
• la participación en ocasiones de experiencia espiritual: días
de retiro, ejercicios espirituales anuales, etc. 76.
 6. Cada estudiante tendrá su propio director espiritual 77, al que
abrirá su conciencia con humildad y confianza, para caminar de
ese modo con mayor seguridad por el camino del Señor 78. Se
nombrará a un misionero de la Congregación director espiritual
del seminario mayor, pero los estudiantes se sentirán libres para
acudir a cualquier otro sacerdote aprobado para esa función 79.
  7. Cada estudiante tendrá un confesor ordinario, aunque será libre
para confesarse con cualquier otro sacerdote 80.
 8. Los estudiantes, con la ayuda del equipo de formación, irán
adquiriendo una espiritualidad de los votos al servicio de la
misión, siguiendo a Cristo evangelizador de los pobres 81.
  9. Los estudiantes servirán en los ministerios de lector y de acólito
para profundizar su estima personal de la Palabra de Dios y de
la Eucaristía.

71
 Reglas Comunes X, 3; Constituciones 45, 1.
72
 Constituciones 45.
73
 Estatutos 19.
74
 Constituciones 46; 47, 1.
75
 Reglas Comunes X, 8; Constituciones 85, 3.
76
 Constituciones 47, 2.
77
 Reglas Comunes X, 11; Estatutos 19.
78
 Véase Optatam totius, 8.
79
 Código de Derecho Canónico, 239, 2.
80
 Reglas Comunes X, 6; Constituciones 45, 2; véase Estatutos 50; Código de
Derecho Canónico, 246, 4.
81
 Obras completes de san Vicente de Paúl, Sígueme, Salamanca, XII, 366.
Formación en la etapa del seminario mayor 85 / 403

10. Los estudiantes se prepararán con interés para las órdenes sagra-
das, participando en retiros previos a la ordenación para poder
reflexionar sobre su significado y los compromisos que emanan
de ellas.
11. Los estudiantes tratarán de progresar en comprender cómo
Jesús, tal como lo revelan los evangelios, se comportó con los
desafíos que ofrecen las relaciones humanas, reconociendo que
también él experimentó todos los sentimientos humanos.
12. Los estudiantes tratarán de que su estudio de la teología inspire
su oración y haga más profunda su relación con Cristo. Con la
ayuda de su director espiritual se sentirán espoleados por el
progreso de sus conocimientos e investigaciones para crecer en
una conversión continua intelectual, espiritual y personal.
13. Los estudiantes tendrán presentes a los pobres en su oración, y
reflexionarán sobre cómo su interés por los pobres, por sus
necesidades y por los medios necesarios para ir a ellos hacen
más profunda la necesidad que tienen de Cristo.

D. Formación intelectual
El objetivo de la formación intelectual en el seminario mayor es
dotar al estudiante de la profundidad y amplitud de conocimiento
teológico necesario para orientar al pueblo de Dios en el triple minis-
terio de sacerdote ordenado: maestro, pastor y presidente de la acción
litúrgica. Las siguientes estrategias ayudarán a conseguir este objetivo:
1. En todos sus estudios teológicos el estudiante prestará atención
especial a la tradición doctrinal de la Iglesia para promover el
reino de Dios de justicia y de paz en el siglo veintiuno. Reconocerá
que los pobres, no menos que la Iglesia en su conjunto, merecen
un sólido conocimiento teológico de la tradición católica en orden
a vivir su vocación en Cristo de una manera fructífera y gozosa.
2. Para seguir a Cristo, que es la “Regla de la Misión”, el estudiante
estudiará con gran interés la Cristología como una ayuda para
construir una relación interpersonal más rica con el Señor.
Le ayudará a ello ver a Jesús como modelo para responder la
llamada del Padre a tratar de conseguir para todos un mundo de
amor y de justicia, fundamentos de toda paz verdadera y dura-
dera. Le capacitará al estudiante para encontrar luz y ayuda para
acoger y ayudar a los pobres cuando los encuentra en su trabajo
ministerial.
3. El estudiante se dedicará con intensidad a estudiar la Palabra de
Dios. Permitirá que la Palabra haga más profunda su conciencia
de la presencia y de la acción de Dios, por medio de Cristo y de
su Espíritu, según la acción de Dios va manifestando su miseri-
86 / 404 Capítulo 7

cordia y estableciendo su justicia en el mundo a través de la


historia. Estudiará homilética para adquirir habilidad para anun-
ciar de un modo accesible la Buena Noticia.
4. El estudiante estudiará liturgia en general, y en particular, la
liturgia eucarística. Irá adquiriendo un estilo orante para presidir
la liturgia, aplicando atención cuidadosa a las instrucciones gene-
rales del Misal Romano y a las rúbricas para celebrar la eucaristía.
5. El estudiante prestará atención cuidadosa a la enseñanza de la
Iglesia sobre la justicia social, intentará conocer medios para
facilitarla a nivel nacional y mundial y para comprender el cam-
bio sistémico como un medio para crear una sociedad más justa
y un medio para promover socialmente a los pobres.
6. Para reforzar su compromiso con los votos, el estudiante procu-
rará tener un conocimiento más completo de la vida consagrada,
de sus orígenes y desarrollo histórico en la Iglesia.

E. Formación apostólica
La importancia del ministerio apostólico en el seminario mayor es
doble. Primero, expresa la finalidad de la Congregación y la vida que
los estudiantes deben vivir. Segundo, la experiencia de las luchas de
los pobres, los desafíos que ofrece ejercer el ministerio en su favor, y
los dones de compartir la fe y la vida con ellos, son como la lente para
una más profunda investigación y comprensión teológica. Por lo tanto:
1. Los estudiantes vicencianos deberán ejercer cada semana alguna
forma de ministerio pastoral entre los pobres.
2. Esa actividad pastoral deberá ser supervisada cuidadosamente
para capacitar al estudiante a apreciar los valores y los límites de
su actividad y para desarrollar la disciplina y los modos de servir
de manera sabia y fructuosa.
3. Los objetivos y la cantidad de tiempo dedicados a ese ministerio
serán planificados y convenidos en un diálogo que incluya al
estudiante, al supervisor y al formador encargado de la formación
pastoral.
4. La persona encargada de la formación apostólica dirigirá la
reflexión teológica para todos los estudiantes vicencianos, de
manera que cada uno pueda exponer su experiencia pastoral en
comunidad. Esas reuniones promoverán la conciencia de la pro-
fundidad espiritual de la experiencia apostólica, su carácter vicen-
ciano y cómo la Palabra de Dios y la teología contemporánea
iluminan y son puestas a prueba por la experiencia.
5. La formación apostólica aprovechará el tiempo del verano cuando
los estudiantes no tienen clases formales. Durante ese tiempo los
Formación en la etapa del seminario mayor 87 / 405

estudiantes serán destinados a otra comunidad de la provincia en


la que puedan ocuparse en actividades pastorales útiles 82. El direc-
tor de formación pastoral trabajará también con un cohermano
que supervisará al estudiante en su ministerio apostólico y juntos
elaborarán los objetivos del programa apostólico del verano.
El superior local y el cohermano supervisor escribirán una eva-
luación del trabajo del estudiante durante el programa de verano
y lo enviarán al director de formación apostólica antes de un mes
desde que el estudiante lo haya llevado a cabo.
6. La formación apostólica se puede completar con un año de prác-
tica pastoral al margen del seminario mayor. El director de for-
mación pastoral diseñará los detalles del programa y tratará con
el superior local y el supervisor de formación apostólica como lo
hace con el programa pastoral del verano. El año de práctica
pastoral incluirá una evaluación del estudiante en la mitad y al
final del año. El director de formación apostólica visitará la comu-
nidad local que ha recibido al estudiante una vez cada uno de los
dos semestres.

F. Formación en la vida común

El objetivo de la formación comunitaria en el seminario mayor es


fomentar entre los estudiantes, los formadores y otros cohermanos que
vivan en la comunidad, lazos de una misión común, el amor fraterno
y el sentimiento de mutua pertenencia y, de pertenencia a la Congre-
gación en su conjunto. Será un tiempo en el que los estudiantes segui-
rán adquiriendo un sentido más profundo de su identidad vicenciana
según se van acercando al tiempo de la emisión de los votos y la orde-
nación de diáconos y sacerdotes. Por estas razones, tendrán en cuenta
lo siguiente:
1. Reflexionarán y compartirán regularmente sus reflexiones sobre
las normas de las Constituciones y Estatutos de la Congregación,
las cartas circulares del superior general, los documentos promul-
gados por la Asamblea General más reciente, y los artículos publi-
cados en Vincenciana, según van caminando hacia la emisión de
los votos.
2. Los estudiantes participarán en eventos provinciales, tales como
reuniones y asambleas, para cultivar un sentido de pertenencia a

82
 Donde el tiempo de verano dura tres meses, los estudiantes pueden ser
destinados a esa comunidad local para ocho o diez semanas. Cuando es más
corto, el equipo de formación determinará qué duración será la adecuada para
ese destino.
88 / 406 Capítulo 7

una comunidad más amplia, y aprender de y contribuir a la mar-


cha de la provincia.
3. Los estudiantes reflexionarán sobre cómo los cuatro votos posi-
bilitan la vida en común. Permitirán que los votos les vayan lle-
vando a interesarse por la comunidad, sus recursos, sus miembros
y sus proyectos.
4. Los estudiantes llegarán a ver la autoridad religiosa y la obedien-
cia como un medio de fomentar la unidad entre los miembros de
la comunidad, capacitándoles para asumir responsabilidad por el
bienestar de los demás, así como para ofrecer sus cualidades a la
comunidad.
5. Los estudiantes ofrecerán sus pensamientos, sus deseos y sus
dificultades unos a otros y al superior en el proceso de tomar
decisiones que tocan a la vida en comunidad.
6. Los estudiantes cultivarán el arte de escuchar cuidadosamente y
la disponibilidad para renunciar a algunas de sus preferencias y
de su independencia por el bien de toda la comunidad.
7. Los estudiantes respetarán y cuidarán de los bienes materiales
para el uso de la comunidad y procurarán vivir un estilo de vida
sencillo (aunque con las comodidades razonables), evitando las
tendencias al consumismo o al lujo.
8. Los estudiantes participarán en la elaboración del presupuesto
anual de la comunidad local y tendrán la oportunidad de revisar
las cuentas mensuales deingresos y egresos de la comunidad, de
manera que vayan aprendiendo a administrar la economía de la
casa y preparándose para el servicio futuro como ecónomos en
sus comunidades locales.
9. Se cuidará de modo especial la formación para la vida de comu-
nidad en lugares en los que los estudiantes viven en una casa de
estudios o en un seminario diocesano. Una situación tal puede
debilitar el desarrollo de la conciencia de su identidad vicenciana.
Teniendo esto en cuenta:
• Los miembros de la comunidad residirán muy cerca para pro-
mover las relaciones y el compartir los diversos aspectos de
la vida.
• La comunidad establecerá tiempos de oración compartida, la
eucaristía compartida regularmente, reuniones de la comuni-
dad, compartir la fe y participar en la recreación común.
• Será bueno que los estudiantes y los formadores dediquen a
tener juntos algún tiempo de descanso y vacación. También
será bueno para los estudiantes que vivan algún tiempo en otras
casas de la Congregación fuera de los tiempos de clase.
Formación en la etapa del seminario mayor 89 / 407

• Si están estudiando juntos estudiantes de varias provincias,


será importante que experimenten la vida y convivan con los
cohermanos de sus provincias respectivas durante este tiempo
de formación.

Sección 3
Perfil del estudiante al completar su formación
en la etapa del seminario mayor

Al concluir el seminario mayor, el cohermano debería estar prepa-


rado para el ministerio sacerdotal en la comunidad vicenciana y mos-
trar de modo consistente las siguientes características:
1. Será capaz de predicar con sentido a gente de edades diferentes
y explicar la Sagrada Escritura de modo que mueva los corazones
y las mentes de sus oyentes, y les oriente a un compromiso cris-
tiano más pleno.
2. Será capaz de dirigir al pueblo de Cristo en la oración y en la
adoración litúrgica.
3. Será capaz de articular la enseñanza de la Iglesia fielmente y con
sentido en contextos apostólicos.
4. Mostrará una disciplina constante en participar en la vida de
oración de la comunidad vicenciana.
5. Será constante en participar en la vida y en la toma de decisiones
de la comunidad, ofreciendo sus puntos de vista cuando sea apro-
piado y actuando con una obediencia responsable y generosa.
6. Se relacionará con facilidad con hombres y mujeres de todas las
edades, manifestando interés por sus esfuerzos en el seguimiento
de Cristo. Será consciente de y respetará las limitaciones apropia-
das en todas esas relaciones.
7. Manifestará interés por dedicarse a promover las vidas de los
pobres.
8. Habrá adquirido la conciencia de “ser misionero”, abierto y dis-
puesto a ir a donde fuere enviado, a ir más allá de los límites de
su patria a donde le llamen las necesidades de los pobres 83.
9. Habrá adquirido un alto aprecio del ministerio de la formación,
no solo por haber participado en él, sino también por comprender
la enseñanza del magisterio de la Iglesia y la enseñanza de la
Congregación en relación a la formación.

 Ver en particular, sección 3.3.3.1.


83
Vincentiana, Octubre-Diciembre 2014

Capítulo 8

Formación permanente
Sección 1
Naturaleza, fines y contextos, de la formación
permanente

A. Naturaleza de la formación permanente


Una vez pronunciados los votos (los hermanos), o una vez recibida
la ordenación (los sacerdotes), el cohermano ha completado su forma-
ción inicial y está preparado para dedicarse plenamente al ministerio.
Ha llegado a la madurez como un árbol crecido, preparado para dar
fruto. Ahora su vida requiere una mayor iniciativa, autonomía, com-
petencia y responsabilidad. La formación permanente se refiere a todo
el sistema de relaciones y programas que ayudan a los cohermanos
adultos en lo humano, espiritual, intelectual, apostólico y comunitario,
fomentando en ellos perspectivas vicencianas, ideales, estilos de vida
y caminos para avanzar en la unión con el Señor.

B. Contextos de la formación permanente


La formación permanente puede durar cinco veces más que la for-
mación inicial, y pasa por varios contextos. Se puede pensar en el
primer destino de un cohermano, sus cambios de destino, su asumir
la responsabilidad de ser superior, sus años de edad madura y sus años
de tercera edad, como contextos diferentes y “etapas” progresivas de
la formación permanente. Cada una de ellas presenta desafíos nuevos
y nos llama a vivir con mayor profundidad nuestro compromiso vicen-
ciano a: servir a los pobres, castidad en el celibato, pobreza, obediencia,
trabajo en cooperación con la autoridad y a vivir con sencillez, humil-
dad, mansedumbre, mortificación y celo.

C. Fines de la formación permanente


La finalidad de la formación permanente es ayudar al coherma-
no en su caminar vicenciano desde su compromiso definitivo y/o su
ordenación sacerdotal dentro de la comunidad hasta su ingreso en la
vida eterna.
Formación permanente 91 / 409

Sección 2
Los agentes de la formación permanente

A. El cohermano individual bajo la inspiración continua del Dios


trino
El agente primario de la formación permanente es el cohermano
mismo. Es responsabilidad suya trabajar para integrar sus necesidades
y sus cualidades encontrando a Cristo en la oración, en la vida común
y en su misión para con los pobres.

B. El visitador
El visitador tiene la responsabilidad principal para animar y promo-
ver la formación permanente en la provincia. Reunirá a los cohermanos
como provincial al menos una vez al año (en una reunión, convocato-
ria o asamblea provincial), para compartir sus vidas, sus aspiraciones,
sus dificultades y la visión de la provincia y su manera de vivir en
comunidad para la misión de hoy. Dirigirá a los cohermanos en la
redacción de un Plan Provincial para facilitarles el trabajar juntos de
manera creativa en su vida de comunidad y en su ministerio a favor
de los pobres y de los que se están en etapas de formación inicial.
Nombrará a un cohermano como director de formación permanente y
una comisión para la misma, para promoverla y facilitarla. Finalmente,
deberá conocer las cualidades, competencias, necesidades y deseos de
cada cohermano para ofrecerle medios para su crecimiento personal
en el seguimiento de Cristo en comunidad y en el ministerio.

C. El director de formación permanente


Todas las provincias tendrán un director de formación permanente
que conocerá los recursos para esta tarea que estén al alcance de los
cohermanos. Estos incluyen programas que tengan una orientación
apostólica, tales como la formación de formadores y la formación de
misioneros “ad gentes” y programas para responder de modo eficaz a
las necesidades de los pobres, tales como entrenamiento en cambio
sistémico. Incluirán también programas centrados en la renovación:
tiempos sabáticos, retiros y cursillos que traten de temas de creci-
miento personal. Y también programas de educación instituciona-
lizada: estudios avanzados y/o títulos universitarios de postgrado.
El director de formación permanente ayuda a cada cohermano en sus
esfuerzos por su formación permanente, ofreciéndole información que
haya recogido acerca de programas disponibles, incluyendo su dificul-
tad, sus puntos centrales de interés, la duración y el tipo de compro-
misos que exigen.
92 / 410 Capítulo 8

D. El superior local y la comunidad local


El superior tiene al nivel local las mismas obligaciones que el visitador
como animador de su propia comunidad y debe por eso ayudar, promo-
ver y orientar la formación permanente y el crecimiento de cada coher-
mano. Debe conocer las necesidades, dificultades, esperanzas y éxitos de
cada cohermano en sus esfuerzos por profundizar en su vida en Cristo
y en la comunidad y por renovar su dedicación a la misión. Es también
responsabilidad del superior guiar a la comunidad local en la redacción
y evaluación periódica del Proyecto Comunitario y del orden del día.

E. El director espiritual
A diferencia de la formación inicial, la formación permanente no
requiere una persona señalada que sirva de director espiritual como
miembro de un equipo de formación. El cohermano mismo buscará
acompañamiento espiritual en una persona a la que elija como su
director espiritual o de un amigo íntimo, honrado, y prudente a quien
se pueda manifestar con toda sinceridad.

F. El director de formación apostólica


La formación permanente tampoco exige una persona señalada
expresamente como director de la dimensión apostólica de la vida
de un cohermano que forme parte de un equipo de formación.
Sin embargo, existen medios importantes que ayudan al cohermano a
profundizar en la dimensión apostólica de su vida. El superior local y
los miembros del equipo ministerial con el que trabajo el cohermano
le pueden proporcionar oportunidades para compartir la reflexión teo-
lógica y pastoral. De alguna manera las personas a las que el coher-
mano debe dar cuenta en su ministerio sirven como supervisores y/o
mentores de su actividad pastoral.

Sección 3
Los objetivos y estrategias de la formación
permanente

Nunca estamos formados del todo: todas las etapas de la vida de un


misionero vicenciano tienen necesidad de la formación correspon-
diente a cada una. En la formación permanente se nos llama también
a una conversión continua, como misioneros individuales y como con-
gregación 84.

84
 Esto aparece claramente en nuestras Constituciones, artículo 12.6, en el
que se nos dice que debemos vivir una “búsqueda continua de conversión, tanto
por parte de cada uno como por parte de la Congregación entera...”.
Formación permanente 93 / 411

A. El eje vicenciano
El objetivo de la dimensión vicenciana de la formación permanente
es ayudar y animar al cohermano a diseñar e integrar su vida entera
tratando de llegar a ser una imagen viva de Cristo, evangelizando
hoy a los pobres. Las siguientes estrategias ayudarán a conseguir este
objetivo:
1. Leerá las Constituciones y Estatutos de la Congregación una vez al
año y compartirá las inspiraciones y desafíos que se desprenden
de su lectura, con un director espiritual y/o con la comunidad
local, en una reflexión comunitaria.
2. Contribuirá con la comunidad local a elaborar un Proyecto Co-
munitario y procurará con todas sus fuerzas vivir según lo esti-
pulado en él.
3. Responderá a las propuestas y decisiones promulgadas por las
asambleas generales, el superior general y su consejo, y las asam-
bleas provinciales, viéndolas como medios valiosos que capacitan
a la Congregación y a los cohermanos a vivir el carisma vicenciano
más plenamente en el mundo de hoy.
4. Meditará con regularidad sobre los fines y estrategias de su propio
ministerio para relacionarlos explícitamente con el evangelio y
con el espíritu de Vicente, extrayendo inspiración de esas fuentes
para su propia renovación personal.
5. En unión con la comunidad local reflexionará sobre las vidas de
los santos y beatos vicencianos, en especial procurando celebrar
las fiestas vicencianas en la liturgia.
6. En unión con la comunidad local se esforzará por tener un tema
vicenciano de meditación en la oración de la mañana o de la tarde
al menos una vez a la semana.

B. Formación espiritual
El objetivo de la dimensión espiritual de la formación permanente
es fomentar en el cohermano una unión siempre más profunda con
Cristo y un interés apasionado por los pobres; construir el reino de
Dios de amor, justicia y paz en el mundo de hoy. Para conseguir este
objetivo:
1. Cada cohermano hará unos ejercicios espirituales anuales de
cinco días, para tratar de reanimar su renovación personal y eva-
luar cómo su ministerio y su vida en comunidad, han sido expre-
siones de su unión con Cristo.
2. Compartirá su caminar espiritual con otros cohermanos, especial-
mente con el director espiritual u otro cohermano con quien
94 / 412 Capítulo 8

puede hablar abiertamente sobre las alegrías y los desafíos de


su vida.
3. Celebrará diariamente la eucaristía y participará regularmente
en el sacramento de la reconciliación.
4. Estará atento a la Palabra de Dios, sobre todo tal como se ofrece
en la eucaristía y en la liturgia de las horas.
5. Dedicará tiempos importantes cada semana a la lectura de libros
espirituales y/o publicaciones periódicas para estar al día en la
visión cristiana de los temas religiosos y pastorales del tiempo.
6. Nutrirá su mente y su corazón con las enseñanzas y documentos
del Concilio Vaticano II.

C. Formación intelectual
Los objetivos de la dimensión intelectual de la formación perma-
nente son: ayudar a los cohermanos a estar bien informados de las
perspectivas teológicas y pastorales en la Iglesia de hoy al enfrentarse
con temas del mundo contemporáneo y sus diversas expresiones cul-
turales; ayudar a los cohermanos a adquirir las competencias que
necesitan para su apostolado específico. Se trabajará por conseguir
estos objetivos con las siguientes estrategias:
1. La provincia proveerá a los cohermanos con ocasiones de tener
una formación seria cuando: comienzan a trabajar en un aposto-
lado nuevo; asumen el papel de director espiritual (especialmente
para dedicarse a los que están en etapas de formación inicial);
son nombrados superiores; se preparan para ir a una misión
“ad gentes” (formación en lenguas y en conocimiento de culturas).
2. La provincia proveerá a los cohermanos con oportunidades de
cursillos sobre cómo tratar temas de hoy acerca de pastoral y vida
común que afectan a la vida vicenciana y al trabajo ministerial
en el mundo de hoy.
3. Los cohermanos adquirirán las competencias necesarias cuando
están pensando en y/o aceptan ministerios nuevos.
4. Los cohermanos leerán habitualmente al menos una publicación
periódica que trate de temas pastorales y/o teológicos y al menos
dos libros de tema espiritual o teológico al año para alimentar su
crecimiento en comprensión teológica y, dialogará sobre lo que
lee con otros cohermanos.

D. Formación apostólica
El objetivo de la dimensión apostólica de la formación permanente
es ayudar a los cohermanos: en sus esfuerzos por profundizar en su
estima por el ministerio vicenciano; cuando pasan de un trabajo minis-
Formación permanente 95 / 413

terial a otro; cuando intentan ser creativos al emprender trabajos nue-


vos; a dejar ministerios y lugares que ya no responden a la naturaleza
de la misión vicenciana. Las siguientes estrategias ayudarán a conse-
guir este objetivo:
1. Al comenzar a trabajar en un ministerio nuevo, el cohermano
buscará la guía de un cohermano que haya tenido experiencia de
ese ministerio durante un tiempo prolongado.
2. Al cohermano que va a asumir un ministerio nuevo que requiere
capacidades especiales debe dársele la oportunidad de prepararse
para ese ministerio con un programa de educación formal.
3. Cada comunidad local tendrá un Plan de Apostolado que tenga
en cuenta maneras con las que los cohermanos se puedan ayudar
mutuamente tanto en su actividad pastoral como en su reflexión
sobre su apostolado.
4. Cada comunidad local incluirá en su Proyecto Local tiempo
para una reflexión teológica en común y para compartir su fe al
menos una vez al mes, centrándose en los ministerios de los
cohermanos.

E. Formación en la vida común


El objetivo de la dimensión comunitaria de la formación permanente
es ayudar a los cohermanos a desarrollar un sentimiento creciente de
pertenencia, de ser hermanos en una familia, mientras van caminando
por las varias etapas de sus vidas. Las siguientes estrategias ayudarán
a conseguir este objetivo:
1. Los cohermanos participarán en la elaboración de un Proyecto
Comunitario y un orden del día que se comprometerán a guardar
como un compromiso mutuo.
2. Cada cohermano se sentirá responsable de construir la comuni-
dad atendiendo a las necesidades de sus hermanos y cumpliendo
con generosidad cualquier oficio que le corresponda en la comu-
nidad local.

F. Formación humana
Los objetivos de la dimension humana de la formación permanente
son ayudar a los cohermanos a mantener su salud física y psíquica y
a seguir cultivando sus cualidades aprendiendo a la vez a superar sus
debilidades humanas. Las siguientes estrategias ayudarán a conseguir
estos objetivos:
1. Se dará a los cohermanos la oportunidad de recibir asesoramiento
psicológico si fuere útil para seguir desarrollando al conocimiento
96 / 414 Capítulo 8

de sí mismos y sus cualidades humanas, en particular la capaci-


dad de relación con los demás.
2. Los cohermanos cuidarán su salud física haciendo ejercicio físico
de manera regular, manteniendo una dieta adecuada y viendo a
un doctor una vez al año para un examen médico completo.
Vincentiana, Octubre-Diciembre 2014

Conclusión
Conclusión

San Vicente mismo nos llama, por medio de su rico legado, a una
formación y a una conversión continua. En su propia vida esa llamada
llevó a nuestro fundador a oír el clamor de los pobres, a fundar semi-
narios, a fundar las Conferencias de los Martes y los retiros para el
clero, a enviar misioneros al ancho mundo y a imaginar que su Pequeña
Compañía podría hacer una contribución duradera a la Iglesia y al
mundo. Nunca dejó san Vicente de renovar el don que Dios puso en
él. Según avanzaba su vida, siguió encontrando modos nuevos de res-
ponder a la llamada del Señor, dejando a la vez de lado algunos aspec-
tos de su primera vida ministerial. Con san Vicente nos comprometemos
a una vida de formación continua. Que Dios, que ha comenzado en
nosotros la buena obra, la lleve a su perfección.
Apéndices

Apéndice 1:
Solicitud para ser admitido
en la etapa previa al seminario interno

Apéndice 2:
Informe médico

Apéndice 3:
Información para entregar
Vincentiana, Octubre-Diciembre 2014

Apéndice 1

Solicitud para ser admitido en la etapa


previa al seminario interno
Congregación de la Misión
(dirección)
(número de teléfono)

PERFIL PERSONAL Fecha: _______________

 1. Nombre: ___________________    ___________________    ___________________


        (primer)        (segundo)       (apellidos)
Calle: _____________________________________  Problación: ______________
Estado/Provincia: ___________  Zona postal: _______ Nación: ___________
Teléfono: (____) ___________________ Teléfono: (____) ___________________

 2. Nacimiento: Mes: ___________________  Día: _______ Año: ______________


Lugar: ______________________________________________________________

 3. Ciudadano de: _______________________________________________________


Si fue nacionalizado, escribir la fecha: Mes: ________  Día: ___ Año: _____

 4. ¿Cuál es su lengua materna? __________________________________________


¿Domina una segunda lengua?   Sí:   No:
En caso afirmativo ¿de qué lengua se trata? ______________________________

 5. ¿Es usted un converso al catolicismo?   Sí:   No:


En caso afirmativo diga cuál fue:
Su religión, iglesia no católica o secta anterior: __________________________
Fecha en que fue recibido en la Iglesia Católica: __________________________

 6. Su parroquia: ________________________________________________________


Dirección: ___________________________________________________________

 7. ¿Ha cumplido usted su servicio militar?   Sí:   No:


En caso afirmativo, ¿en qué cuerpo? __________________________________
¿En qué años? De ________________________  a ________________________

 8. ¿Ha sido arrestado alguna vez/o se ha visto envuelto en procesos crimina-
les en su país, en otro país?   Sí:   No:
En caso afirmativo, ¿cuándo? (dé todas las fechas, si sucedió más de una
vez)? ________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
102 / 420 Apéndice 1

Explique por favor las circunstancias y el resultado de tal(es) arresto(s) y


proceso(s). (La Congregación de la Misión hará sus propias investigaciones
en este tema.)
 9. Enumere por favor las veces que ha tenido trabajo a tiempo completo
(excepto los trabajos de verano):
______________________________________________  (Fechas) _____________
______________________________________________  (Fechas) _____________
______________________________________________  (Fechas) _____________
______________________________________________  (Fechas) _____________
______________________________________________  (Fechas) _____________
10. Número del Carnet de Identidad (Número de la Seguridad Social): ________

FAMILIA
 1. Nombre y apellidos del padre: _________________________________________
Vive:   Falleció:   Año de fallecimiento: _____________
 2. Religión del padre: ___________________________________________________
¿Se convirtió al catolicismo?   Sí:   No:
 3. Nombre y apellidos de soltera de la madre: _____________________________
Vive:   Falleció:   Año de fallecimiento: _____________
 4. Religión de la madre: ________________________________________________
¿Se convirtió al catolicismo?   Sí:   No:
 5. ¿Están separados sus padres?    ¿divorciados?    ¿casados por
segunda vez?
 6. Ocupación del padre: _________________________________________________
 7. Ocupación de la madre: _______________________________________________
 8. Hermanos y hermanas:

¿Fallecidos?
¿Casados? En caso
Nombre Edad Nombre de casados
S/N afirmativo:
¿año?
Solicitud para ser admitido en la etapa 103 / 421

En caso de emergencia, la Congregación de la Misión se pondrá en con-


tacto con:
a) Nombre: __________________________________________________________
Dirección: ________________________________________________________
Número de teléfono: _______________________________________________
Relación de parentesco: ____________________________________________
b) Nombre: __________________________________________________________
Dirección: ________________________________________________________
Número de teléfono: _______________________________________________
Relación de parentesco: ____________________________________________

EDUCACIÓN

 1. Escuela de educación secundaria a las que asistió:


nombre: _____________________________________________________________
_____________________________________________________________________
(dirección, población y estado/provincia)

Años en que asistió: _______________________  a _______________________

 2. Universidades a las que asistió:


a) __________________________________________________________________
(nombre)
__________________________________________________________________
(dirección, población y estado/provincia)

Años en que asistió: _______________________  a _______________________

b) __________________________________________________________________
(nombre)
__________________________________________________________________
(dirección, población y estado/provincia)

Años en que asistió: _______________________  a _______________________

 3. Mencione por favor sus actividades extra-académicas en las que participó
durante la escuela secundaria o la universidad:
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________

 4. Indique por favor los cargos que ocupó en esas actividades:
_________________________________________  (Fechas) __________________
_________________________________________  (Fechas) __________________
_________________________________________  (Fechas) __________________
104 / 422 Apéndice 1

 5. Mencione por favor los seminarios a los que solicitó ingreso, pero en los
que luego no ingresó:
_________________________________________  (Fechas) __________________
_________________________________________  (Fechas) __________________
_________________________________________  (Fechas) __________________

 6. Mencione por favor los seminarios en los que haya estado:
_________________________________________  (Fechas) __________________
_________________________________________  (Fechas) __________________
_________________________________________  (Fechas) __________________
 7. ¿Ha participado en el rito de candidatura? Sí:   No:

En caso afirmativo, Diócesis: ______________________  Fecha: ____________

 8. ¿Ha sido admitido aguna vez al ministerio de lector? Sí:   No:
En caso afirmativo, ¿dónde?: ______________________  Fecha: ____________

 9. ¿Ha sido admitido alguna vez al ministerio de acólito? Sí:   No:
En caso afirmativo, ¿dónde?: ______________________  Fecha: ____________

10. ¿Ha recibido las órdenes sagradas? Sí:   No:


En caso afirmativo, ¿dónde?: ______________________  Fecha: ____________

11. ¿Ha asistido alguna vez o ha completado un noviciado? Sí:   No:


En caso afirmativo, Congregación: ________________  Fecha: ____________

12. ¿Ha emitido los votos en alguna congregación religiosa? Sí:   No:
En caso afirmativo, Congregación: ________________  Fecha: ____________

INFORMACIÓN MÉDICA

 1. ¿Es usted alérgico a alguna medicina o comida? Sí:   No:


En caso afirmativo, detalle por favor: __________________________________

 2. ¿Necesita una dieta especial? Sí:   No:


En caso afirmativo, detalle por favor: __________________________________

 3. ¿Necesita medicación continua por algún problema de salud?


Sí:   No:
En caso afirmativo, enumere los tratamientos y detalle sus objetivos:
_____________________________________________________________________

 4. ¿Hay alguna otra información médica que tendría que conocer la adminis-
tración de la Congregación de la Misión acerca de usted y de su salud?
Sí:   No:
En caso afirmativo, detalle por favor: __________________________________
Solicitud para ser admitido en la etapa 105 / 423

 5. Seguro de enfermedad (todos los candidatos deben tener seguro de enfer-
medad):
a) ¿Tiene usted su propio plan? Sí:   No:
En caso afirmativo, ¿en qué compañía de seguros? _____________________
Nombre y número del plan de seguros: ______________________________
b) ¿Quiere solicitar un seguro, si es posible,
por medio de nuestra Congregación? Sí:   No:

Fecha: __________________  Firma: _______________________________________


Vincentiana, Octubre-Diciembre 2014

Apéndice 2

Informe médico

Nombre del candidato: ___________________________________________________


Fecha del examen médico: ________________________________________________
Médico examinador: _____________________________________________________
Dirección: _______________________________________________________________
Teléfono: ________________________________________________________________

A continuación detalle por favor los resultados


del examen

Altura: ______  Peso: ______  Presión sanguínea: ________  Pulsaciones: _____


Régimen alimenticio: _____________________________________________________
Piel: ____________________________________________________________________
Ojos: ___________________________________________________________________
Oídos: __________________________________________________________________
Nariz y garganta: ________________________________________________________
Dientes y encías: _________________________________________________________
Glándulas: ______________________________________________________________
Corazón: ________________________________________________________________
Pulmones: _______________________________________________________________
Abdomen: _______________________________________________________________
Genitales: _______________________________________________________________
Recto: __________________________________________________________________
Sistema neuro-muscular: _________________________________________________
Esqueleto (postura): _____________________________________________________
Visión: D20/_____ I20/____   ¿Lleva lentes correctivas? Yes:  No:

Información de laboratorio requerida

Análisis de sangre [CBC]: _________________________________________________


Análisis de orina: ________________________________________________________
Albúmina: _______________________________________________________________
Azúcar: _________________________________________________________________
Test de tuberculina (si no se hizo en el año anterior): ______________________
Análisis de sangre [SMA-12]: ______________________________________________
Informe médico 107 / 425

Electrolitos: _____________________________________________________________
Examen de VIH: _________________________________________________________
Examen de sífilis: ________________________________________________________

¿Está el candidato bajo tratamiento? Yes:  No:


En caso afirmativo, dar detalles: ___________________________________________
_________________________________________________________________________

¿Necesita este candidato restricciones en el ejercicio físico?  Yes:  No:


En caso afirmativo, dar detalles: ___________________________________________
_________________________________________________________________________

Señale por favor cualquier otra información importante relativa a la salud


corporal de este candidato:
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________

Fecha: _________________  Firma: ______________________________________


Vincentiana, Octubre-Diciembre 2014

Apéndice 3

Información para entregar


De los resultados del examen sicológico

Yo, el abajo firmante, entrego por escrito los resultados de mi examen sico-
lógico al superior provincial de la provincia de _____________________________,
de la Congregación de la Misión, al director de vocaciones de la misma provin-
cia, al responsable de la Comisión de Formación y al superior y director de
formación de la comunidad local en la que he solicitado el ingreso. Una vez
terminado el proceso de admisión entiendo que los resultados del examen
estarán disponibles solo para el responsable de la Comisión de Formación, para
el superior y los directores de formación de cada comunidad en que residiré.
Entiendo que los resultados de este examen se utilizarán solo de modo con-
fidencial y con fines profesionales. Los miembros de la Congregación de la
Misión interesados no entregarán copias a otras personas diferentes de las
mencionadas anteriormente sin mi consentimiento. Una vez haya yo comple-
tado el programa de formación, los resultados de este examen serán enviados
al archivo provincial. Pasados dos años, esos resultados serán colocados aparte
y no estarán disponibles para nadie sin mi consentimiento explícito. Si aban-
donara el programa de formación, los resultados del examen serán destruidos.

Firma del candidato ______________________________________________________

Fecha _____/_____/__________

Firma del testigo evaluador _______________________________________________

Fecha _____/_____/__________
Vincentiana, Octubre-Diciembre 2014

Bibliografia
Bibliografia

Fuentes 85

Abelly, Louis. La Vie du venerable serrviteur de Dieu Vincent de Paul. Paris:


Florentin Lambert, 1664.
Commissione dei Superiori Generali degli Istituti Religiosi Laicali Presso USG
(Unione Superiori Generali). Hermano en los Institutos Religiosos Laicales.
Roma, 1991.
Conference of Major Superiors of Men (in the USA): Formation for Presbyteral
Ministry in Institutes of Religious Life, October 2011
Conferencia del Episcopado Latinoamericano, V. Aparecida: Documento Conclu-
sivo. Bogotá, Colombia: 2007.
Conferencia del Episcopado Latinoamericano, III. Puebla: La evangelización en el
presente y en el futuro de América Latina. Bogotá, Colombia, 1985.
Conferencia Latinoamericana de Provincias Vicentinas, “N° 127: Septiembre-
Diciembre 2007” (2007). CLAPVI (Boletín de la Conferencia Latinoamericana
de Provincias Vicentinas). Primer Encuentro de Hermanos Vicentinos. Santo
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Conference of Religious of Ireland, Child Protection Task Force. Ministry with
integrity. Cori: 2001.
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Mission, Consultation Document. Rome: 2012.
Congregation of the Mission: General Curia. Constitutions and Statutes of the
Congregation of the Mission, Rome: 1984.
Congregation of the Mission: General Curia. “The Basic Program for the Inter-
nal Seminary,” Vincentiana, 26, no. 5-6 (September-December, 1982).
Congregation of the Mission: General Curia. “Brothers for the Mission,” Rome:
Vincentiana, 33, no. 2 (March-April, 1989).
Congregation of the Mission: General Curia. “Instruction on Stability, Chastity,
Poverty, and Obedience in the Congregation of the Mission,” Rome: Vincen-
tiana, 40, no. 1 (January-February, 1996).
Congregation of the Mission: General Curia. “Program for Vincentian Forma-
tion in the Major Seminary of the Congregation of the Mission,” Vincentiana,
32, no. 2 (March-April 1988).
Congregation of the Mission: General Curia. “Ratio Missionum,” Vincentiana,
46, no. 1 (January-February 2002).

85
 No aparecen mencionados entre las fuentes los muchos planes de forma-
ción entregados por las varias provincias de la Congregación y enviados a la
curia general para ayudar en la preparación de la presente Ratio. Esos docu-
mentos se encuentran disponibles en los archivos de la Congregación.
110 / 428 Bibliografia

Provincia de Colombia. Directorio de la Pastoral Vocacional. Bogotá.


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Sacred Congregation for Catholic Education. Ratio Fundamentalis Institutionis
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Sacred Congregation for Catholic Education. A Guide to Formation in Priestly
Celibacy. Rome: Vatican Press, 1974.
Sacred Congregation for Catholic Education. Guidelines for the use of Psychology
in the Admission and Formation of Candidates for the Priesthood. Rome:
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Sacred Congregation for Catholic Education. Instruction Concerning the Criteria
for the Discernment of Vocations With Regard to Persons with Homosexual
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Estudios

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Bibliografia 111 / 429

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Cencini, Amedeo. The Sentiments of the Son: A Formative Journey in Consecrated
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Chinyeaka, C.E. Rooted in Christ, Ambassador Press 2007, ISBN 978-2107-97-2.
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Shelton, Charles M. Adolescent Spirituality: Pastoral Ministry for High School
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Turanský, Š. Krehkost’ duchovného povolania. Don Bosco 2005, ISBN 80-8074-
029-1.
Vincentiana, Octubre-Diciembre 2014

Índice general año 2014


Índice general año 2014
N. 1
Enero-Marzo 2014
Introducción
   1 Nota del Editor

Desde el Superior General


   3 Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
   7 Encuentro del Papa Francisco con los Superiores Generales
Oficina de la Prensa de la Santa Sede
  12 Día de la Fundación
  15 2014: La Cuaresma y la lección de Lampedusa
  20 Homilías recientes del Superior General

De la Curia General
  27 Resumen del encuentro de Tempo Forte (Diciembre 2013)
G. Gregory Gay, C.M.
 35 Momento de Meditación: “La Actividad Apostólica en la Congregación
de la Misión” – G. Gregory Gay, C.M.
  41 Nuevos Nombramientos – G. Gregory Gay, C.M.

Entervista de Relieve
  47 Entrevista con el Padre Toshio Sato, C.M. Miembro de la Provincia Oeste
de los Estados Unidos – John T. Maher, C.M.

Tema:  La parroquia vicenciana misionera, hoy


  55 Nota del Editor
  56 Parroquias misioneras – Provincia de Argentina
Juan Carlos Gatti Octavien, C.M.
 62 Nuestra Misión Vicenciana en Túnez. Capital Parroquia San Agustín y
San Fidelis – Firmin Mola Mbalo, C.M.
 67 Vivir la Misión Vicenciana en una Misión “ad gentes”. Misión Interna-
cional, El Alto, Bolivia – Aidan R. Rooney, C.M.
  72 Viajando juntos: una Parroquia Vicenciana en Panamá
Joseph G. Fitzgerald, C.M.
  77 La experiencia de la Parroquia Misionera de Nuestra Señora del Monte
Carmelo. Bafoussam-Camerún – Armand Ntoutou, C.M.
  82 Ministerio parroquial vicenciano en la Misión del Chad
Onyekachi Sunday Ugwu, C.M.
  86 Una parroquia vicenciana misionera – Babu Oonnukallinkal, C.M.
114 / 432 Índice general año 2014

De interés actual
  93 Vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo
Félix Álvarez Sagredo, C.M.

109 La Escuela Francesa de Espiritualidad

N. 2
April-June 2014
Introducción
113 Nota del Editor

De la Curia General
115 Momentos de Meditación sobre las Constituciones
122 Resumen del encuentro de Tempo Forte (Marzo, 2014)
128 Nuevos nombramientos
126 Estadísticas annuales 2013 de la Congregación de la Misión
134 Nueva Ordenanza Financiera
138 Materiales de la Comisión Preparatoria para la Asamblea General 2016
138 Carta a los Visitadores de la Congregación de la Misión
140 Una guía práctica para la Asamblea Provincial
153 Un posible directorio para el funcionamiento de una Asamblea
Provincial
156 Preguntas para la reflexión en las asambleas domésticas y pro-
vincial
161 Oración para el tiempo de asambleas
162 Orientaciones para la presentación de Postulados a la Asamblea
General

Del Superior General


165 Homilías recientes

Entrevista de Relieva
169 Entrevista con el Padre Wolfgang Pucher, C.M. Miembro de la Provin-
cia de Austria – P. John T. Maher, C.M., con P. Wolfgang Pucher, C.M.

Tema:  Caminos en la Congregación y nuestro Carisma


177 Presente y Futuro Caminos en la Congregación – Javier Álvarez, C.M.
188 Beatificaciones en Proceso para la Familia Vicenciana
Shijo Kanjirathamkunnel, C.M.
196 Aportes vicencianos a la Nueva Evangelización
Celestino Fernández, C.M.
Índice general año 2014 115 / 433

209 Resumen del encuentro de los responsables de las Provincias de la


CM presentes en América Central y Panamá – Enrique Alagarda, C.M.
222 « La audacia de la Caridad para un nuevo impulso misionero » desde
el punto de vista bíblico – Patrick J. Griffin, C.M.

N. 3
Julio-Septiembre 2014
Introducción
233 Nota del Editor
235 Nuestros Autores

De la Curia General
237 Momentos de Meditación. Reflexión de la Curia General sobre el Voto de
Obediencia
245 Resumen Tempo Forte (Junio, 2014)
252 Nuevos destinos en la Curia General

Del Superior General


253 Carta a la Familia Vicenciana para la fiesta de San Vicente
258 Carta a la Familia Vicenciana en la difícil situación de los cristianos en Irak
260 Homilía de la Eucaristía del Domingo para los asesores de JMV
(Paris, 20 de julio de 2014)

Entrevista de Relieve
265 Entrevista con el Padre Manuel Ginete, C.M. Miembro de la Provincia de
Filipinas – John T. Maher, C.M., con Manuel Ginete, C.M.

Tema:  Obispos vicentinos reflexionan sobre “Evangelii Gaudium”


273 La dimensión social de la evangelización
Mons. Vicente Bokalic Iglic, C.M. (Argentina)
282 La dimensión social de la Evangelización
Mons. George Bou Jaoudé, C.M. (Líbano)
287 Meditando en la “Evangelii Gaudium”
Mons. Jorge García Isaza, C.M. (Colombia)
291 El “efecto Francisco”: impresiones de un Obispo
Muy Reverendo David M. O’Connell, C.M., J.C.D., D.D. (USA)
297 Reflexión sobre el capítulo cuatro de “Evangelii Gaudium”: La dimensión
social del Evangelio – Obispo Rolando C. Santos, C.M. (Papúa Nueva
Guinea)
305 “Evangelii Gaudium” y la dimensión social de la evangelización
Mons. Luis Solé Fa, C.M. (Honduras)
311 “Evangelii Gaudium” y el carisma Vicentino
✠  Abune Varghese Thottamkara, C.M. (Ethiopia)
116 / 434 Índice general año 2014

N. 4
Octubre-Diciembre 2014

319 Promulgación de la Ratio Formationis

Ratio Formationis
Congregación de la Misión 2016
323 Índice
329 Preámbulo
331 Capítulo 1
Consideraciones generales y orientaciones para la formación
344 Capítulo 2
Ministerio pastoral de promoción de vocaciones-etapa de invitación, exa-
men y discernimiento
355 Capítulo 3
La formación en la etapa previa al seminario interno
366 Capítulo 4
Formación en la etapa del seminario interno
377 Capítulo 5
Formación durante el año de práctica pastoral
384 Capítulo 6
Formación de los hermanos en la etapa posterior al seminario interno
396 Capítulo 7
Formación en la etapa del seminario mayor
408 Capítulo 8
Formación permanente
415 Conclusión

Apéndices
419 Apéndice 1
Solicitud para ser admitido en la etapa previa al seminario interno
424 Apéndice 2
Informe médico
426 Apéndice 3
Información para entregar

427 Bibliografia

431 Índice general año 2014


Vincentiana
Revista trimestral de la Congregación de la Misión

Subscripción Para el Año 2015

1. La suscripción de todas comunidades locales de la Congregación de


la Misión es abonada automáticamente, por medio de sus cuentas
con la Procura General.

2. Los individuos que lo deseen pueden suscribirse a título personal. Para


ello:

• Solicitarán la suscripción a:
         VINCENTIANA
         Congregazione della Missione
         Via dei Capasso, 30
         00164 Roma - Italia
         vincentiana@cmglobal.org

• Indicarán la lengua o lenguas en que quieren recibirla:


r Español    r Inglés    r Francés

• Indicarán sus datos completos:

Apellidos y nombre  …………….....………………………………………

Dirección completa 
………………………………………………………

Fax 
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• Abonarán su suscripción:
r Los Misioneros de la Congregación de la Misión pueden hacerlo
bien directamente al Ecónomo General, en la forma que se indica
más abajo, bien a través de su Ecónomo Provincial.
r Los demás suscritores, mediante cheque bancario a nombre de:
Congregazione della Missione
indicando en el reverso, “Solo depósito”.

3. VINCENTIANA da por renovadas automáticamente todas las suscrip-


ciones que no han sido anuladas.

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