Vida y Obra de Alberto Olmedo

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Mucho se ha escrito y discutido sobre Alberto Olmedo.

Para algunos el mejor actor de


la televisión argentina. Para otros, es indiscutible su legado como personalidad…El 4 de
marzo de 1988, “el negro” era una de las personas más famosas que había en nuestro
país. Sin embargo, ese día –el último que viviría completo– aún era cuestionado por su
éxito y la enorme difusión con la que contó durante la última dictadura militar.

Sin embargo, su presagio de no ser recordado después de su muerte fue nulo. Por lo
contrario, a partir del 5 de marzo de 1988 su estatura mítica no hizo más que agrandarse.
Hoy desde árbol producciones queremos recordar y homenajear a ese personaje que
hizo reír a millones de personas y llorar de emoción a otras tanto más.

Alberto Olmedo nació en el humilde barrio Pichincha de Rosario, antiguamente la


“zona roja” de la ciudad, con prostíbulos y bares de mala muerte. Vivió con su madre,
Matilde Olmedo, en la calle Tucumán 2765. A los seis años, además de concurrir a la
Escuela n. º 78, se desempeñaba ayudando en la verdulería y carnicería de un vecino.

La carrera de Olmedo comenzó en 1947, cuando entró como claque en el teatro “La
Comedia, de Rosario”. Un año más tarde, logro incorporarse al Primer Conjunto de
Gimnasia Plástica de Newel´s Old Boys. El dominio de su cuerpo y el estilo
hiperquinético provienen de su etapa como gimnasta y acróbata.

El gran hogar de Olmedo fue la televisión. Sus primeros pasos los dio en el viejo Canal
7, y vinieron de la mano de su amigo Pancho Guerrero. Si bien se desempeñaba como
switcher, sus dotes como improvisador detrás de las cámaras lograron que el interventor
del canal, Julio Bringuer Ayala, le diera una oportunidad como actor.

A partir de entonces, no dejó de crear personajes. En 1960, nació el Capitán Piluso, un


personaje infantil que lo haría inmensamente popular. Cuatro años más tarde, debutó en
Operación Ja Ja , de los hermanos Sofovich, el mismo día que Javier Portales y María
Rosa Fugazot.

Ya en 1970, consiguió batir el récord de permanencia en cámara con “Las 36 horas de


Olmedo”, en canal 11. La emisión fue un maratónico show a beneficio de la Casa Cuna y
el Hospital Argerich. Durante los 70, “el negro” fue la figura central de varios
programas.

A pesar de que protagonizó 40 películas -muchas de ellas junto a Jorge Porcel-, la


televisión fue lo que le dio fama. Así en los 80 alcanzó su máximo pico de popularidad
con “No toca botón”. Por esa época justo antes del inicio de su nuevo ciclo humorístico,
se anuncia en TV que "el Negro se ha ido".
¿Qué mejor forma para llamar la atención que morirse? Eso mismo habrán pensado un 4
de mayo los que rodeaban a Alberto Olmedo. Ese día era el estreno de "El chupete"
ciclo que encabezaba el rosarino por la pantalla de Canal 13. Por este canal debía salir al
aire el primer programa del año. Infortunadamente, esto no fue posible, debido a la
desgraciada circunstancia de su protagonista, Olmedo, había desaparecido.

“Este hecho nos ha llenado a todos de consternación. Sorpresivamente su familia,


sus amigos, sus compañeros, el país, se ve privado de la presencia física de quien
tanto quiere. Olmedo, el Negro Olmedo, ha hecho esta vez un viaje inesperado que
terriblemente, por primera vez, no causa gracia. El Negro se ha ido. No tenemos
más palabras. Guardémosle cariñoso recuerdo, viendo uno de sus últimos
programas del año pasado".

Sin una sola muesca cómplice, el locutor del canal Jorge Mauricio Nicolao, anunciaba a
las 20.27hs la cancelación del nuevo ciclo, y mirando seriamente hacia otra cámara en el
estudio, dijo: "Adelante señor director".

Los medios y el público se consternaron. Aun no se conocía el curso de los


acontecimientos, pero el hecho era que el "Negro" había muerto. Las radios difundían la
información. Pero aquel 4 de mayo no se sabía lo que hoy: “Olmedo muere doce años
después en trágicas circunstancias”. De haberlo sabido, los argentinos no hubieran
empalidecido en esa primera y graciosa, de las dos muertes de Alberto Olmedo.

Mientras tanto en la pantalla una escena mostraba al elenco probándose la ropa de


capocómico desaparecido. El gag asomaba: Alberto, pícaro y con la sangre caliente,
entraba a cuadro diciendo: "¿Qué pasa?, ¿acaso no se puede llegar tarde?"

La increíble broma le costó una suspensión de dos años propiciada por el Cómite
Federal de Radiodifusión, fueron despedidos los actores del ciclo, los guionistas y aun
el locutor Nicolao, a pesar de la desmentida en el bloque siguiente. Pero el chiste de la
fantasiosa muerte del “negro” permaneció unos cuantos años, hasta que finalmente
llego aquella trágica noche de marzo.

Olmedo se encontraba en un departamento de Mar del Plata con quien fuera su última
pareja. Trató de hacer una pirueta en el balcón, perdió el equilibrio y cayó al asfalto.
Como una broma de mal gusto, los noticieros del país mostraban las imágenes que nadie
quería ver: el "Negro" Olmedo tirado en la calle, tapado apenas con una bolsa de
plástico. El sentimiento era de total incredulidad.

La historia de aquella noche cuenta que el actor se reunió en el departamento con Nancy
Herrera, de quien estaba separado desde hacía un año y en plan de reconciliación.
En el festejo, con varias copas de champagne en su sangre, Olmedo quiso jugar al
equilibrista, recordando su pasado circense en su Rosario natal. Se subió a la baranda
del balcón, trastabilló y no pudo sostenerse ni con la ayuda de su mujer, quien fue
testigo en primer plano de la caída libre del actor.
Alberto Olmedo se mató a los 54 años en la cúspide de la fama. Sus restos se
encuentran sepultados en el Cementerio de la Chacarita. El deceso prematuro del
“negro” provocó una profunda tristeza entre sus seguidores. Aunque luego de su muerte,
finalmente comenzó a ser considerado un humorista de culto.

En muchos programas y en la vida real, Alberto utilizó muchas frases y citas, que a
través del tiempo, se hicieron muy conocidas, y que incluso empezaron a formar parte
de la jerga de Argentina: Y, si no me tienen fé!........aun resuena en una que otra boca de
un memorizo. Y quién no recuerda el inolvidable Eramos tannn pobres!....

En la actualidad, aun se lo recuerda y se celebran homenajes en su memoria. En


Rosario, donde nació y pasó sus primeros años de vida, es homenajeado con una
escultura de bronce. La misma es visitada por gran cantidad de turistas que no pueden
evitar dejar de fotografiarse frente a la escultura del actor.

En Buenos Aires, una columna baja de ladrillo, en la Avenida Corrientes 1753, obra de
José Martínez. Tiene en su parte superior las huellas en cemento de las manos del actor
y una placa debajo que dice: “¿Que quiero que quede de mí?...Una estatua a mis manos
en la calle Corrientes para que miren y digan: …"Chau negro". Nada más”

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