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AUDIOLIBROS: UN NUEVO CONCEPTO DE LECTURA

EN MÉXICO
Por Reyna Paz Avendaño • Periodista

Convertir las letras en sonido es una nueva forma de fomentar el hábito de la lectura que en los
mexicanos, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), es
de 2,8 libros al año, cifra por debajo de los 25 volúmenes recomendados y del promedio en
Japón, Noruega, Finlandia y Canadá, países que ocupan los primeros lugares a nivel mundial,
con 47 títulos por persona.

La preocupación de estos números generó que los creadores de audiolibros, en su


mayoría universidades y productoras independientes y, en menor cantidad, empresas,
comenzaran la tarea de elevar posiciones. El director de proyectos de la empresa
Infoestratégica, José Ismael González, distribuye audiolibros desde hace una década e inició
con la premisa de que si el mexicano no lee, una solución sería escuchar los libros. De esta
forma identificó públicos claves: la gente que invierte más de una hora en el transporte, los
débiles visuales y ciegos, los enfermos en hospitales, las personas analfabetas y los
hispanohablantes que viven en Estados Unidos.

Sin embargo, constató que el crecimiento del producto es inestable. “Ha tenido sus
altibajos, estamos muy verdes y lo atribuyo a que somos un país que no lee y que tampoco
genera títulos en formato de audio; en nuestro caso, al año editamos 25”, expresa
González. Pero, ¿quiénes forman el mercado de los audiolibros? ¿Quiénes son los
consumidores? ¿Qué títulos compran?

En el caso de Infoestratégica, firma dedicada a la distribución y esporádicamente a


la producción, sus principales competencias son la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM) y el Fondo de Cultura Económica (FCE); sus clientes son las bibliotecas
públicas con infraestructura para alojar un acervo como las de las Universidades de
Guadalajara, Puebla y León. Respecto a los títulos, tienen más de 250, divididos en 16 géneros,
de entre los cuales sobresale la demanda por los temas empresariales,
literarios, motivacionales y aunque los filosóficos se colocan entre los menos pedidos, la obra
de Nietzsche, Así habló Zaratustra , es de los más comprados.

Otros materiales fáciles de colocar para la compra y venta son los infantiles (El principito de
Antoine Saint-Exupéry, Pinocho de Carlo Collodi y El patito feo), los de superación personal (El
arte de vivir de Deepak Chopra y Los siete pasos para ser más feliz de Isabel Gómez-Bassols)
y los históricos (La Iliada y La Odisea de Homero).

Leer gratis y con poco tiempo


La unam tiene dos proyectos que buscan fomentar la
lectura sin ningún costo y sin sustituir la consulta de libros impresos: descarga cultura UNAM y
mexicopostalsonora. Ambos son plataformas digitales. El primero funciona desde 2008 y el
segundo será habilitado para finales de agosto. “Al escuchar un libro pueden suceder dos cosas:
que el receptor conozca libros que quizá nunca hubiera leído en impreso, o que después de
escucharlo, la persona busque la obra físicamente para leerla”, explica la académica de
la UNAM, María Fabiola Blancas Gómez.

Es la versatilidad del audiolibro la característica que tales plataformas de la máxima casa


de estudios consideraron una virtud a favor de lecturas atractivas y en pro de combinarlas con
actividades cotidianas, es decir, escuchar la obra en un reproductor de mp3 mientras uno se
traslada al trabajo o realiza las labores de la casa.

Pero la urgencia de hacer accesible el mundo de las letras por medio de las Tecnologías de
la Información y la Comunicación (TIC) nace del hecho de que existen personas que ya no
adquirirán el hábito de la lectura. Bajo ese argumento, cinco académicos, entre ellos María
Fabiola Blancas, iniciaron en 2006 la grabación de obras clásicas que sirvieran de apoyo para
la enseñanza en el aula de clases. Dos años después comenzaron a transmitirlos en la radio
escolar y ahora están a la espera de que queden disponibles en Internet.

Entre los audios editados se encuentran las Rimas y leyendas de Gustavo Adolfo
Bécquer integradas con un formato especial. “Hay aspectos importantes a enseñarle al escucha
a través de sonidos: si el narrador nos está indicando un sonido específico, nosotros evitamos
la descripción y colocamos el efecto auditivo, es decir, lo ambientamos”, explica Fabiola
Blancas.

Con esos mismos efectos de grabación, la especialista en letras hispánicas realizó el Popol Vuh
, así como El ruiseñor y la rosa y El príncipe feliz de Oscar Wilde, todos con una duración
de entre 30 y 50 minutos. En el caso de descargaculturaunam, existen obras leídas en voz alta
y otras dramatizadas, incluso hay textos que son narrados por sus propios autores, como Los
once de la tribu de Juan Villoro, Tango de Luisa Valenzuela, Prólogo de Ética para Amador de
Fernando Savater, El fantasma y el poeta de Carmen Boullosa y Este que ves de Xavier
Velasco, por mencionar algunos. “No intentamos suplantar la lectura tradicional. Descarga
cultura UNAM tiene dos objetivos: fomentar la lectura y ser una forma de presentar a sus
autores. También apoyamos a los actuales lectores para que aprovechen los tiempos;
consideremos que los estudiantes universitarios ocupan entre dos y tres horas de su día en
transportarse e incluso lo pueden escuchar en los minutos que esperan entre clase y clase”,
platica Myrna Ortega, responsable del proyecto.

Ese sitio de Internet es el que cuenta con mayor número de usuarios registrados, ya que
hasta finales de julio contaba con 900 mil visitas y más de millón y medio de descargas. De
acuerdo con las cifras proporcionadas por Ortega, los títulos en línea sumaban (la última
semana de julio) 389, de los cuales 65% eran literarios y el resto música producida por la unam,
conferencias y cursos.

Esos números se han incrementado. A la semana se colocan entre uno y dos títulos
nuevos. Aquí el texto más recurrido es Un drama en México de Julio Verne y después los
cuentos de Edgar Allan Poe, Juan Villoro, Elena Poniatowska y los poemas de Jaime
Sabines. Cuando el proyecto mexicopostalsonora esté disponible en línea, contará con un
catálogo dividido en poesía, teatro, narrativa, historia, ciencia y conversaciones acerca de
literatura; estos tres últimos géneros estarán únicamente en formato de podcast.

Al respecto, Fabiola Blancas expresa que la página establecerá vínculos a fin de permitir
la retroalimentación entre quien produce el audio y quien lo consume. Para que la académica
pudiera producir audiolibros, tuvo que realizar una muestra sobre los hábitos de lectura de los
universitarios. Tomó como focus group a los estudiantes del plantel 8 de la Escuela Nacional
Preparatoria “Miguel E. Schulz”, obteniendo resultados negativos: unicamente 15% acostumbra
leer y el resto prefiere la imagen.

En cuanto a la preferencia de ver la película o leer el libro, 85% de los encuestados


respondió que ver televisión para ahorrar tiempo y a la pregunta de por qué no leen, la mayoría
contestó que por ser aburrido y porque las obras leídas no eran de su agrado. “Hicimos
preguntas sobre cómo adquirieron su habito de lectura, la mayoría nos dijo que era porque en
su casa había libros y sus padres leían, en el segundo porcentaje porque un maestro los indujo
a la lectura; entonces básicamente la lectura comienza en casa y también en la
escuela”, comenta Blancas.

Por lo que respecta a los temas, contestaron por orden de preferencia: suspenso, terror,
novela policiaca, histórica y de aventuras. De ahí la idea de retomar a Gustavo Adolfo Bécquer,
Edgar Allan Poe y Julio Verne.
Reyna Paz Avendaño: Al observar los resultados de la muestra, ¿qué tipo de trabajo procedió
con los alumnos?

Fabiola Blancas Gómez: Fue en dos vertientes. Primero incidimos en el mejoramiento de


sus habilidades lingüisticas, es decir, dimos unos cursos sobre el uso de la voz, un poco de
actuación, personificación y de producción para que ellos mismos grabaran los libros.
Posteriormente, expuse los audiolibros frente a mi grupo y la mayoría mostró aceptación e
interés.

Cifras a favor de la sonoridad

Los resultados de la muestra realizada por la profesora Blancas con alumnos de entre 14 y 19
años no están lejos de los generados por la Encuesta Nacional de Lectura hecha por el Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), en la cual se demostró que los adultos
mexicanos leen en promedio 2,9 libros al año, en su mayoría por estar ligados al estudio.

La encuesta de Conaculta fue aplicada el 7 de diciembre de 2005 a 4 mil 57 personas de


12 años en adelante y de 29 estados de la República. Dicho muestreo proporciona los últimos
datos levantados sobre lectura a nivel nacional. Ahí se encuentran datos interesantes,
por ejemplo, que sólo 56,4% de los entrevistados dijo leer libros y 30,4% declaró haber leído
libros en algún momento de su vida, mientras que 12,7% nunca ha leído. Los niveles más altos
de lectura se concentran entre los jóvenes de 18 a 22 años, con 69,7%, seguido de los 12 a 17
años con 66,6% y en menor cantidad las personas de entre 31 y 45 años con 54,8%.

Por región, la población lectora habita en el Distrito Federal (74,9%), Guadalajara (56,4%)
y Monterrey (50,1%). Sobre el tipo de libros que acostumbran leer son, en orden de
preferencia, textos escolares, historia, novela, superación personal y biografías. A todas estas
preferencias se suma la forma de consumo, que para el tema de los audiolibros es importante
mencionar, puesto que 5% de los entrevistados adquiere gratuitamente los libros, es decir, los
descarga de Internet; 23,3% ocasionalmente acude a esta forma de adquisición, mientras que
60% nunca lo hace.

Del presupuesto familiar —y fuera de los rubros de necesidades básicas— 54,7% de


los mexicanos destinan menos de 10% de su dinero al mes para adquirir libros; en contraste,
las películas, música e Internet ocupan los tres primeros lugares de ese presupuesto.

Una expansión necesaria

Aunque en México los audiolibros no forman un mercado sólido, la “era de la información” abre
la posibilidad para que este material adquiera más usuarios. “Los clientes nos exigen mayor
información porque hay sobredemanda de contenidos, entonces ya no saben por dónde
empezar y surge la necesidad de crear nichos selectivos y reforzar la cultura de lectura oral y
escrita”, afirma Ismael González, directivo de Infoestratégica.
En ese sentido, la académica Fabiola Blancas, considera que si las tecnologías cambian,
los hábitos del lector y las herramientas educativas también deben hacerlo. “Estos apoyos
didácticos generan un nuevo diseño curricular, cambio importante que determinará las
adecuaciones a la educación y a los planes de estudio”.

Ante ese panorama, consideran que el futuro de los audiolibros debe ir orientado a la
masificación para generar competencia y lectores. Al menos para Ismael González, ése será el
punto clave para el éxito de su negocio, porque en su búsqueda descubrió mucho material
proveniente de Colombia, Venezuela y Argentina, países de donde procede la mayoría de sus
títulos. En palabras del directivo, esas tres naciones sudamericanas y Estados Unidos cuentan
con una industria editorial y una cultura de lectura superiores a la mexicana; agregó que en el
país del norte incluso se galardona (en los premios Grammy) al mejor audiolibro, porque ahí
las editoriales lanzan de forma simultánea el libro impreso, digital y auditivo. Aunque el futuro
de los audiolibros parezca desesperanzador, las instituciones le apuestan a este nuevo modelo
de enseñanza para que México escale posiciones en hábitos de lectura, ya que en 2009 —en
la prueba Programme for International Student Assessment (PISA)— ocupó el lugar 48 de 65
países; obtuvo 425 puntos, que significan que los estudiantes, al terminar la secundaria, sólo
son capaces de retener las ideas sencillas de un texto.

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