El Imperio Otomano fue un Estado multiétnico y multiconfesional gobernado por la dinastía osmanlí desde 1299 hasta 1922. Tuvo su origen en las estepas de Asia Central y fue expandiéndose a través de la conquista militar de territorios del Imperio bizantino y otros Estados, llegando a abarcar gran parte del sudeste de Europa, Oriente Medio y norte de África. Aunque permitió cierta tolerancia religiosa, su expansión también se debió a la idea islámica de una religión universal.
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El Imperio Otomano fue un Estado multiétnico y multiconfesional gobernado por la dinastía osmanlí desde 1299 hasta 1922. Tuvo su origen en las estepas de Asia Central y fue expandiéndose a través de la conquista militar de territorios del Imperio bizantino y otros Estados, llegando a abarcar gran parte del sudeste de Europa, Oriente Medio y norte de África. Aunque permitió cierta tolerancia religiosa, su expansión también se debió a la idea islámica de una religión universal.
El Imperio Otomano fue un Estado multiétnico y multiconfesional gobernado por la dinastía osmanlí desde 1299 hasta 1922. Tuvo su origen en las estepas de Asia Central y fue expandiéndose a través de la conquista militar de territorios del Imperio bizantino y otros Estados, llegando a abarcar gran parte del sudeste de Europa, Oriente Medio y norte de África. Aunque permitió cierta tolerancia religiosa, su expansión también se debió a la idea islámica de una religión universal.
El Imperio Otomano fue un Estado multiétnico y multiconfesional gobernado por la dinastía osmanlí desde 1299 hasta 1922. Tuvo su origen en las estepas de Asia Central y fue expandiéndose a través de la conquista militar de territorios del Imperio bizantino y otros Estados, llegando a abarcar gran parte del sudeste de Europa, Oriente Medio y norte de África. Aunque permitió cierta tolerancia religiosa, su expansión también se debió a la idea islámica de una religión universal.
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Imperio Otomano
El Imperio otomano, también conocido como Imperio turco otomano, fue un
Estado multiétnico y multiconfesional gobernado por la dinastía osmanlí. Era conocido como el Imperio turco o Turquía por sus contemporáneos, aunque los gobernantes osmanlíes jamás utilizaron ese nombre para referirse a su Estado. Capitales: Estambul, Bursa, Edirne, Söğüt Fundación: 1299 Superficie: 1.8 millones km² Idioma principal: Turco otomano Gobierno: Monarquía constitucional, Monarquía absoluta, monarquía dual Monedas: Lira turca, Akçe, Kuruş, Ottoman lira, Para, Sultani l origen de los turcos otomanos se puede encontrar en las estepas de Asia Central, en el Turkestán, en una etnia dedicada a la ganadería trashumante, en especial de caballos, y al comercio, con prácticas seminómadas. Los turcos pronto se relacionan con las culturas musulmanas de su entorno, entablan con ellas relaciones comerciales y adoptan el islam en su rama suní. Este contacto se podría deber a la ruta de la seda, pues los mercaderes musulmanes seguramente transitarían por los territorios donde habitaban los otomanos. Las primeras entradas de tribus turcas en la región que posteriormente sería el Imperio otomano se producen en el ámbito militar, cuando los ejércitos del Califato abasí necesitaron soldados para las luchas internas y contra los cristianos y bizantinos durante el siglo IX. Por ello, recurrieron a los territorios fronterizos reclutando a la población. Dentro del Califato abasí ya puede apreciarse cómo los turcos van escalando posiciones en el ejército y la administración. La lenta penetración de tribus turcas en esta zona se realizó de dos maneras: mediante la progresiva ocupación del territorio por parte de los grupos tribales y mediante la lucha contra el Imperio bizantino, que había dominado esta región durante mucho tiempo y al que anularon militarmente.
La ocupación de Anatolia por los turcos puede tener su origen en la batalla
de Manzikert en 1071, cuando los turcos, al servicio de los selyúcidas, derrotaron al ejército bizantino del emperador Romano IV Diógenes. Esto permitió que los selyúcidas crearan un vasto sultanato que abarcaba Irak e Irán. Hacia 1243, una invasión mongola al mando de Batu, el jan de la Horda de Oro, deja hecho añicos dicho sultanato, el cual había sobrevivido a las luchas internas, a los bizantinos, a la Primera Cruzada y a sus vecinos sirios, los zanguíes y ayyubíes; siendo la soberanía mongola la que lo reemplaza. Sin embargo, a esta invasión aún sobreviven pequeñas porciones de territorio que se convierten en una especie de principados autónomos. De todos estos, hay que destacar el sultanato de Rüm, cuya capital ya estaba en Turquía, pues era la ciudad de Konya.
Uno de esos principados —al que podríamos llamar su primer Estado
otomano—, pequeño e insignificante, era donde habitaban los turcos; el cual había sido cedido por el sultán selyúcida antes de la invasión mongola al primer miembro dinástico de los otomanos, Ertuğrul. Este territorio tenía por capital la ciudad de Söğüt. Ertuğrul muere en 1290, dando paso a la sucesión de Osmán I ("Uthman", عث َمان ُ , en turco), nombre del cual deriva la denominación de otomanos o dinastía osmanlí. Con Osmán I empieza la expansión territorial de los turcos con la finalidad de crear un imperio que duraría casi siete siglos. Con respecto a la religión en el Imperio otomano, el Islam hizo avances durante su periodo de expansión y florecimiento, como el hecho de haber tenido cierta tolerancia con los cristianos y judíos que vivían bajo su dominio, llegando incluso a convertirlos en sus protegidos (dhimmi) bajo tutela islámica y pagando impuestos personales.11 Parte de sus intentos de expansión se debían (además de consideraciones políticas y económicas) a la idea de una religión universal que, para llegar a esa universalidad, tenía que hacerse bajo la ofensiva militar. Para esto había que combatir contra "(los judíos), frívolos e hipócritas por no tomar en serio a sus propios profetas; (y a los cristianos) quienes habían falseado al profeta Jesús al convertirlo en el "hijo de Dios", (ya que para los musulmanes) Dios es Uno, único y no tiene hijo alguno".12
Sin embargo, durante la época de crisis, la jerarquía islámico-otomana, ahora
rígidamente centralizada y burocratizada, parece haber desempeñado un papel histórico más bien negativo, al menos bajo la perspectiva de los que intentaron modificar y modernizar las instituciones otomanas. El ulema principal mostró e impuso un espíritu de estrechez y rigidez mental. Por otro lado, la integración de la jerarquía religiosa en la administración otomana puso a los ulemas en estrecho contacto con la corrupción que se estaba empezando a expandir entre los recaudadores de impuestos y otros sirvientes civiles. Más de un dignatario religioso sucumbió a la tentación de amasar su fortuna personal, desviando los ingresos, adquiriendo iltizams y usando su dinero para vivir en el lujo.
Como ciertas familias de los ulemas otomanos se convirtieron en algo así
como una aristocracia religiosa, su poder vino a ser social y económico más que moral. Durante el periodo de declive, la jerarquía religiosa dentro del Imperio otomano pareció haber renunciado a su superioridad moral a favor de los sufíes, que continuaron expandiéndose entre 1500 y 1750. La orden Bektashi, tan extendida entre los jenízaros, empezó a ser identificada con este cuerpo. Mientras tanto, las órdenes sufíes, más radicales, se dirigían a las zonas rurales y a las clases más bajas. Muchos ulemas siguieron condenando actividades como la música, la danza, beber café, fumar tabaco o hachís, prácticas que aparecieron en el siglo XV y XVI en el contexto de las ceremonias sufíes. En el siglo XVIII, con muchos de los ulemas asociados a la corrupción y debilidad del gobierno central otomano, numerosos sectores de la población miraron a los líderes populares sufíes en busca de un guía moral.