Corpus Christi

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Solemnidad del Corpus Christi en Badajoz:

devoción, historia y fiestas

Pedro Montero Montero

Cante la Fe, dance la Esperanza, salte de gozo la Caridad...


(Urbano IV, 1264)

PARTE I

1. INTRODUCCIÓN

Cuando la primavera está en pleno apogeo, con la Naturaleza exultante de


vitalidad, el mundo católico celebra, a caballo entre los meses de mayo y
junio, la festividad del Corpus Christi. Fiesta movible que tenía lugar el
jueves sexagésimo día después del domingo de Pascua de la Resurrección del

 Corpus o Corpus Christi hacen referencia a uno de los hitos cristológicos más celebrados del
calendario litúrgico de la Iglesia católica, la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo,
donde se celebra de manera solemne, en los templos, y de forma vistosa y devota, por calles y plazas,
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Señor. El Corpus de siempre fue una de las fiestas más renombradas de los
países de cultura y tradición católicas, gozando de épocas de extraordinario
esplendor, en especial en la Europa del Siglo de Oro. El Corpus, la fiesta
católica por excelencia en España, vino a realzar uno de los misterios de fe
más queridos por los españoles: la presencia real de Cristo en la Eucaristía.
Fiesta cristológica de gran raigambre popular, desde sus orígenes en el siglo
XIII hasta nuestros días ha visto pasar etapas donde se alternaron
espectacularidad y sobriedad, ostentación y decadencia, bullicio y
recogimiento, pasión y apatía.
El advenimiento de la democracia en España en el la década de los 70 del
pasado siglo y los importantes cambios socioculturales sentidos por nuestra
sociedad en las últimas décadas trajeron, entre otras consecuencias, la
separación de los poderes civil y religioso y la secularización del tiempo
laboral, con la reducción consiguiente de algunas fechas festivas, tanto civiles
como religiosas. Circunstancias que, unidas al laicismo imperante y a la
disminución de la práctica religiosa, sembraron en su momento el malestar y
el desconcierto en los sectores más nostálgicos y tradicionales de la Iglesia en
España por el traslado a domingo de esta fiesta secular. Así y todo, son
numerosos los pueblos y ciudades en nuestro país y región --especialmente
en las comarcas de la Serena y la Siberia extremeña-- que mantienen sus
fechas tradicionales, tanto el día del jueves como su “Octava”, sábado y
domingo siguientes al “Día del Señor”.

uno de los misterios centrales de la fe cristiana: la presencia real y verdadera del Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad de Cristo en la Eucaristía, bajo las especies del pan y del vino.
 Cf. CASTRO MATEOS, A. y GIL GONZÁLEZ, C.: “Fiesta del Corpus”, en MAYANS JOFFRE,
F. J. (Dir.): Gran Enciclopedia Extremeña, Madrid, EDEX, t. III, 1990, pp. 262-263; RODRÍGUEZ
PASTOR, J.: “La comarca de la Siberia Extremeña y La Serena”, en TEJADA VIZUETE F. (Coord.):
Raíces (II). Extremadura festiva, Badajoz, Coleccionable Diario HOY, Banco de Extremadura, 1995
(“Corpus Christi”, “El Corpus en Fuenlabrada de los Montes”, “El Corpus en Helechosa de los
Montes”, pp. 101-109); SÁNCHEZ, M. A.: Fiestas populares. España, día a día, Madrid, Ed. Maeva,
1998. “Corpus Christi”, pp. 236-251); MARCOS ARÉVALO, J.: “La fiesta del Corpus Christi y
sus especificidades en Extremadura”, en Rev. Ars et Sapientia, Cáceres, Asociación de Amigos de
la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, nº 6, diciembre 2001, pp. 135-150;
MARCOS ARÉVALO, J.: “La fiesta del Corpus Christi y sus especificidades en Extremadura”, en
Solemnidad del Corpus Christi en Badajoz: devoción, historia y fiestas  Pedro Montero Montero 381

La Fiesta del Corpus estaba ubicada en el calendario litúrgico el jueves


siguiente a la Octava de Pentecostés y, a partir de 1990, trasladada por la
jerarquía eclesiástica española al domingo siguiente al de la Santísima
Trinidad. Medida traslaticia que ya se repitiera con anterioridad en 1977, al
pasar, a domingo también, la solemnidad de la Ascensión del Señor, otro de
los jueves “grandes” del calendario religioso popular. Atrás queda para el
recuerdo la popular sentencia que decía:

Tres jueves hay en el año


que relucen más que el sol:
Jueves Santo, Corpus Christi
y día de la Ascensión.

II. ANTECEDENTES

Los orígenes de la celebración del Corpus Christi parecen remontarse a los


primeros siglos del segundo milenio y hay que situarlos en el contexto de las
heterodoxias y polémicas religiosas que se produjeron entonces. En esa
época, aparecieron pensadores como Berengario de Tours (s. XI), que
negaban la presencia real de Cristo en la Eucaristía, al tiempo que se
promovieron algunos ritos eucarísticos, como el uso de tabernáculos, y se
produjeron dos sucesos destacados. Por una parte, las revelaciones eucarísticas
de Santa Juliana (1193-1258), priora del convento de agustinas de Mont-
Cornillon, cercano a Lieja (Bélgica). Ferviente adoradora del Santísimo
Sacramento, tuvo visiones continuas de la Iglesia bajo la apariencia de una
Luna radiante con una mancha negra en su interior, significando la ausencia
de una fiesta dedicada especificamente a la adoración del Cuerpo y la Sangre

VVAA: El Corpus: Rito, Música y Escena, Madrid, Dirección General de Promoción Cultural de la
Comunidad de Madrid, 2004, pp. 171-180
 Cf. CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA: La Fiesta del Corpus trasladada a Domingo (17
de Junio), Madrid, 1-VI-1990 (Nota de la Comisión Permanente), 3 hojas fotocopiadas.
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de Cristo. Estas noticias llegaron a oídos de Roberto de Torote, obispo de


Lieja, y Jacques Pantaleón, archidiácono, más tarde elevado al solio pontificio
como Urbano IV, quedando impresionados. A pesar de sus acendradas
virtudes y santidad de vida, Juliana fue acusada de farsante por algunas de las
autoridades religiosas y civiles de la época. Sin embargo, el obispo de Lieja y
el cardenal Hugo de San Caro, legado pontificio en Alemania, la acogieron
favorablemente, instituyendo la fiesta en sus dominios a partir de 1252. Y
por otra, el milagro de las Formas de Bolsena, cuando en 1263, un fraile que
celebraba misa en esta villa pontificia tuvo dudas de si, efectivamente, Cristo
se hacía carne en el pedazo de pan y sangre en el vino. Entonces, pareció
brotar del cáliz un chorro de sangre que, desbordándolo, empapó el corporal,
paño donde se apoyan el cáliz y la patena durante la consagración de las dos
especies. Urbano IV (1261-1264), que se encontraba, a la sazón, cerca, en
Orvieto, mandó que le fueran enviadas las pruebas del milagro. Lo que se
haría de inmediato y con gran solemnidad. Nacía así la primera procesión
eucarística de carácter público de la que se tienen noticias. Otro suceso
eucarístico, inexplicable también, fue el milagro de los corporales de la villa
zaragozana de Daroca, en 1239, en el que, en plena Reconquista cristiana del
Reino de Valencia por las tropas de Jaime I, con ayuda de soldados aragoneses,
en el sangiento episodio de la toma del castillo de Chío, desde las alturas del
Códol, mientras la morisma se abalanzaba sobre el ejército cristiano, el
capellán Mateo Martínez, que en esos momentos consagraba las sagradas
Formas para dar la comunión a sus cinco capitanes con su general, tuvo que
esconderlas apresuradamente en una apartada cueva, envueltas en los
corporales, a la espera de los acontecimientos. Tras tres horas de lucha sin
cuartel, la victoria se decantó finalmente del bando cristiano, huyendo
despavorido el ejército enemigo. Al recoger el sacerdote las santas Formas
para darles la comunión, observó con asombro, delante de todos, que las
Hostias se habían convertido en auténtica carne y no se podían separar de los

 Cf. MACUA, J. I.: “El Corpus, fiesta popular de España”, Madrid, Diario YA, 21-VI-1962;
TRAVAL Y ROSET, M.: Milagros Eucarísticos, Sevilla, Ed. Apostolado Mariano, 1989 (“La
Transubstanciación. Año 1263, Bólsena, Italia”, pp.109-112)
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corporales, tela litúrgica que las envolvía, debido a la sangre coagulada. Los
preciados corporales, tras ser reclamados para sí por las ciudades de Valencia,
por haber tenido lugar el prodigio en su territorio, Calatayud, Teruel y
Daroca, por ser de aquí el capellán, lo echaron a suertes y, por tres veces
consecutivas, cayó del lado de Daroca. No templados todavía los ánimos, se
recurrió a una mula en libertad, con los santos corporales encerrados en una
arquilla sobre sus lomos. Dejada a su libre instinto, entró la mula en territorio
aragonés y, tras una ininterrumpida carrera, sin comer ni beber y después de
cincuenta leguas de jornada, llegó el 7 de marzo de 1239 a Daroca, cayendo
exánime y sin vida frente a la iglesia de San Marcos, quedando así los
corporales prodigiosos en la villa zaragozana, entre vítores y aclamaciones de
sus vecinos. Todos estos sucesos, cuyas pruebas fueron presentadas en 1262
ante el mismo Urbano IV, hizo que el Pontífice, estimulado por estos
nuevos acontecimientos y consciente de combatir eficazmente la herejía de
Berengario, decidiera establecer la fiesta del Santísimo Cuerpo de Nuestro
Señor Jesucristo (Corpus Christi), fijando en su Bula Transiturus de hoc
mundum (8 de septiembre de 1264) la fecha de su celebración el primer
jueves después de la Octava de Pentecostés, con mandato a toda la Iglesia
universal para que se rindiera homenaje especial al Santísimo Sacramento del
Altar. Muerto Urbano IV ese mismo año, la nueva fiesta quedó interrumpida
por espacio de más de cuatro décadas, lo que no fue óbice para que ciudades
como Toledo (en 1280), Sevilla (1282) o Colonia (1306) celebraran la
festividad incluso antes del concilio de Viena (1311), que renovó la fiesta,
ordenando el Papa Clemente V, que recuperó nuevamente la Solemnidad,
que se festejara en todo el orbe católico.

 TRAVAL Y ROSET, M.: Milagros Eucarísticos, Sevilla, Ed. Apostolado Mariano, 1989 (“Estandarte
eucarístico. Año 1238, Daroca, España”, pp. 84-89)
 Cf. SERRA Y BOLDÚ, V.: “Costumbres religiosas”, en CARRERAS Y CANDI, F. (Dir.): Folklore
y costumbres de España, Barcelona, Ed. Alberto Martín, 1988 (1946) (“Corpus Christi”, t. III, pp.
554-571); SÁNCHEZ DEL BARRIO, A.: “Repaso de los elementos festivos tradicionales en la
procesión del Corpus madrileño”, en Actas de las II y III Jornadas sobre Madrid tradicional (1985-
1986), Madrid, Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes, 1988, pp. 111-118; VIZUETE
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En 1377, el Sumo Pontífice, Juan XXII, añadiría a la celebración su


elemento más característico: una procesión con la Sagrada Forma paseada
triunfalmente por las calles y plazas de villas y ciudades. El Corpus, a partir
de entonces, se extendió como una llamarada por toda Europa, alcanzando a
España. El entusiasmo fue tal que el siglo XIII pasó a los anales religiosos
como el siglo del Santísimo Sacramento del Altar, forma de piedad
genuinamente católica para la que el propio Santo Tomás de Aquino
escribiera su espléndido Oficio, además de himnos como el Pange lingua y el
Adoro te devote. Al principio, y tal como describe el Ritual Romano de
1614, la procesión era sencilla y terminaba con la bendición final única con
el Santísimo Sacramento. Las palabras iniciales de la Bula de Urbano IV
–“Cante la Fe, dance la Esperanza, salte de gozo la Caridad...”-- entendidas
de modo literal, desencadenarían con el paso de los siglos todo su sentido
lúdico y festivo, del que podía hacer gala la que no era sino una manifestación
de fe en la presencia del Señor en la Eucaristía. Al no ser la procesión del
Corpus un acto propiamente litúrgico, se le fueron añadiendo rituales y
costumbres propios de cada lugar, como la presencia de músicos y danzantes,
imágenes de Santos, gigantes y tarascas, las representaciones de autos y
comedias a lo divino y las paradas que hoy se hacen, que en sus orígenes
servían para hacer un alto en los cuatro puntos cardinales de cada población
para bendecir sus campos y cosechas.

MENDOZA, J.: “Teología, liturgia y derecho en el origen de la Fiesta del Corpus Christi”, en La
Fiesta del Corpus Christi, Cuenca, Universidad de Castilla-La Mancha, 2002, pp. 11-17
 Cf. LORTZ, J.: Historia de la Iglesia. En la perspectiva de la Historia del pensamiento, Madrid,
Cristiandad, 1982, tomo I, pp. 467; PONCE CUÉLLAR, M.: “La Eucaristía: teología y piedad
popular”, en TEJADA VIZUETE, F. (Coord.): Eucarística 2000, Badajoz, Archidiócesis Mérida-
Badajoz, Impr. Tecnigraf, 2000, pp. 17-23; SOLÍS RODRÍGUEZ, C.: “Armonías en honor
del Sacramento”, en TEJADA VIZUETE, F. (Coord.): Eucarística 2000, Badajoz, Archidiócesis
Mérida-Badajoz, Impr. Tecnigraf, 2000, pp. 25-29
 Cf. TEJADA VIZUETE, F.: “Manifestaciones paralitúrgicas en la Baja Extremadura”, en
MARCOS ARÉVALO, J. (Ed.): “Antropología y Folklore”, nº monográfico, Rev. de Estudios
Extremeños, Badajoz, Depto. Publicaciones Diputación Provincial de Badajoz, 1987, t. XLIII, nº
III, pp. 699-727; TEJADA VIZUETE, F.: “La fiesta del Corpus”, Rev. Iglesia en Camino, Badajoz,
Obispado de Badajoz, nº 71, 5-VI-1994, p. 8
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La costumbre de las procesiones eucarísticas con el Santísimo descubierto


por las calles se fue repitiendo, además de en el Corpus, en circunstancias
gozosas para el pueblo, como en la coronación de los Reyes, en las grandes
fiestas litúrgicas, en las victorias sobre los enemigos o, también, en los
momentos luctuosos, como cuando la peste, las plagas y las calamidades
naturales asolaban pueblos y comarcas. A finales del siglo XIV y hasta el siglo
XVIII, en los viajes del Pontífice, un caballo blanco servía de Custodia para
llevar el Sacramento; según unos, por motivos ornamentales, y según otros,
para dar el viático al Papa, si fuera menester.
La Sagrada Forma se llevaba en principio cubierta dentro de relicarios,
cálices o custodias cerrados o velados, pero pronto se pasaría a los bellísimos
ostensorios y a las majestuosas Custodias procesionales que hoy día podemos
admirar en muchos lugares de España, incluida Extremadura y, de manera
especial, en Badajoz.
El Corpus, como expresión pública de la fe de la Iglesia en la presencia
real de Cristo en la Eucaristía, arraigó muy pronto en España, incluso antes
del Concilio de Viena. Así, empezó en Toledo (1280), con asistencia del Rey
Alfonso X, y Sevilla (1282), para seguir por Pamplona (1317), Barcelona
(1319), Valencia (1335), Madrid (1482) y Granada, a finales del XV.
Pero la época de mayor esplendor y suntuosidad se alcanzaría entre la
segunda mitad del XVI y primera del XVII, sobre todo, a partir del Concilio
de Trento (1545-1563). En su treceava sesión y presidida por Julio III, el 11
de octubre de 1551, el Concilio se ocuparía, una vez más, de la fiesta del
Corpus, manteniendo en todos sus términos la doctrina tradicional elaborada

 Cf. PONCE CUÉLLAR, M.: “La Eucaristía: teología y piedad popular”, en TEJADA VIZUETE,
F. (Coord.): Eucarística 2000, Badajoz, Archidiócesis Mérida-Badajoz, Impr. Tecnigraf, 2000, pp.
17-23
 Cf.TEJADA VIZUETE, F.: “Contexto para unas obras eucarísticas”, en TEJADA VIZUETE, F.
(Coord.): Eucarística 2000, Badajoz, Archidiócesis Mérida-Badajoz, Impr. Tecnigraf, 2000, pp. 41-
186 (“Custodia de asiento. Catedral Metropolitana. Badajoz”, pp. 158-161); TEJADA VIZUETE,
F. (Dir.): La Catedral de Badajoz 1255-2005, Badajoz, Arzobispado de Mérida-Badajoz, Tecnigraf
Editores, 2007, (“Artes suntuarias e industriales”, pp 493-547)
 Cf. SERRA Y BOLDÚ, V.: Ibid.
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por Urbano IV, Clemente V y Juan XXII, pero añadiéndole, además, un


sentido de manifestación del triunfo de la Verdad sobre la Herejía, de sabor
característicamente contrarreformista, haciendo notar que la costumbre
introducida en la Iglesia de celebrar con veneración y solemnidad singulares
un día festivo el Sacramento, con procesiones por las calles y lugares públicos,
a modo de espacios sacralizados, era muy pía y religiosa, y que el regocijo
de los fieles debía servir para que los herejes se consumieran de envidia y
vergüenza y volvieran a la fe.
La fiesta del Corpus está unida al surgimiento de los autos sacramentales,
que alcanzaron su máximo esplendor en los siglos XVI y XVII. Las
solemnes procesiones eran una representación del poder de la Iglesia. En ellas
figuraban, con la mayor pompa, las autoridades civiles y militares, el clero,
los gremios, las parroquias, presididos todos ellos por la Custodia, en la que
se situaba el Cuerpo de Jesús Sacramentado. Aparecían también los enemigos
de Dios y de la Iglesia (demonios, herejes…) representados por figuras
grotescas, como la tarasca, dragones, gigantes, cabezudos, enanos, moros,
etc., además de otros personajes, más o menos simbólicos o burlescos, como
vejigueros, mojigones, etc.. Espectacular y brillante cortejo, que, a modo
de escenario itinerante de los diferentes estamentos de la sociedad de cada
época, ponía de manifiesto su grado de poder según su posición en el cortejo,
en especial, los más próximos a la Custodia con Cristo Sacramentado. Así,
los gremios, cofradías y demás corporaciones y jerarquías religiosas, militares
y civiles, ocupaban lugares más próximos o alejados a la Custodia según fuera

 Cf. ROMERO ABAO, A.: “La Fiesta del Corpus Christi en Sevilla en el siglo XV”, en ÁLVAREZ,
C., BUXÓ, M. J. y RODRÍGUEZ, S. (Coords.): La religiosidad popular. Hermandades, romerías y
santuarios, Barcelona, Fundación Machado-Ed. Anthropos, 1989, t. III, pp. 19-30
 DELEITO Y PIÑUELA, J.: ...También se divierte el pueblo, Madrid, Alianza Editorial, 1988 (“Los
autos sacramentales en el Corpus”, caps. LXXV, LXXVI y LXXVII, pp. 281 ss.)
 Cf. CARO BAROJA, J.: El estío festivo. Fiestas populares del verano, Madrid, Taurus, 1984 (“Las
fiestas cristianas: El ciclo de Cristo. La fiesta móvil del Corpus” y “Otras fiestas del Corpus”, pp.
51-89); RODRÍGUEZ BECERRA, S. Las fiestas de Andalucía (Biblioteca de la Cultura Andaluza,
28), Granada Editoriales Andaluzas Unidas, 1985 (”Corpus Christi”, pp. 129-132); VALIENTE
TIMÓN, S.: “La fiesta del Corpus Christi en el reino de Castilla durante la Edad Moderna”, en
Rev. Ab Initio, nº 3, 2011, pp. 45-57
Solemnidad del Corpus Christi en Badajoz: devoción, historia y fiestas  Pedro Montero Montero 387

su categoría y autoridad, dando origen en el tiempo a numerosos y enconados


pleitos por conseguir los mejores puestos en la procesión.

III. TIEMPO DEL CORPUS

La fiesta del Corpus, emplazada como está en el paso de la primavera al


verano, fue absorbiendo en el discurrir de los tiempos determinados rasgos y
características de las fiestas de cosechas (o patronales) y ritos de fertilidad,
propios de ambas estaciones. Reminiscencias que, con otras funciones,
todavía podemos admirar hoy en los Corpus actuales: adornos floridos,
tapices de juncias, pétalos e hierbas olorosas (tomillo, hinojo, cantueso,
espliego, poleo, arrayán, juncia...), desfiles de figuras diabólicas, danzas de
palos y espadas, enramadas en las fachadas, hogueras, “batallas” de moros y
cristianos, etc..
Según recoge el antropólogo e historiador vasco Julio Caro Baroja, un
antecedente de los primitivos Corpus cristianos fue el Natalicis Calicis, fiesta
antiquísima que ya se celebraba en Europa en el siglo V, en la fecha del 24 de
marzo. Pero como coincidía con el tiempo de Pasión, fue cambiada, a partir
de 1264, al primer jueves después de la Octava de Pentecostés.
Otros elementos tradicionales en las antiguas fiestas del Corpus eran el
entoldado de las calles por donde había de pasar el Santísimo, el alfombrado
de los suelos --en pésimas condiciones casi todo el año-- con plantas
aromáticas, el adorno de balcones con las mejores colchas y mantones del
hogar, la instalación de rústicos altares a la puerta de las casas o de arcos
triunfales en el centro de calles y plazas, el acoso de “diablos” y otros
personajes simbólicos o grotescos, como vejigueros y mojigones, los desfiles

 SÁNCHEZ DEL BARRIO, A.: Ibid.


 Cf. MALDONADO, L.: Religiosidad popular, nostalgia de lo mágico, Madrid, Ed. Cristiandad,
1975 (“La Fiesta del Corpus”, pp. 59-61); CARO BAROJA, J.: Ibid.; ROMERO ABAO, A.:Idid.;
MARCOS ARÉVALO, J. (2001): Ibid.; VALIENTE TIMÓN, S.: Ibid.
 CARO BAROJA, J.: Ibid.
388 Boletín de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes

de gigantes y cabezudos, dragones y tarascas, símbolos todos ellos de la


Herejía, el Pecado y el Mal, derrotados finalmente por la Verdad, la Gracia y
el Bien, las representaciones de autos y comedias de capa y espada y las
corridas de toros.

IV. CORPUS EXTREMEÑOS

Hoy día, en Extremadura, salvo las celebraciones litúrgicas, muy similares


en todos los sitios, con misas solemnísimas antes de la procesión, el aspecto
formal y sensible del Corpus callejero varía ostensiblemente según sean los
ámbitos, rural o urbano, en que se celebren. En el primer caso, con amplia
participación comunitaria, la fiesta es organizada, generalmente, por las
cofradías del Santísimo Sacramento del lugar, exhibiendo un rico repertorio
folklórico basado en ancestrales tradiciones. Como, por ejemplo, el Corpus
y su Octava de Helechosa de los Montes (Badajoz), donde tres personajes

 Cf. GÓMEZ TABANERA, J. M.: “Fiestas populares y festejos tradicionales”, en GÓMEZ


TABANERA, J. M.: El folklore español, Madrid, IEAA, 1968 (“Corpus Christi”, pp. 185-193, y
“Entremeses, gigantes y cabezudos, tarascas”, pp. 188ss.); LLEÓ CAÑAL, V.: Arte y espectáculo: la
fiesta del Corpus Christi en Sevilla en los siglos XVI y XVII, Sevilla, Diputación Provincial de Sevilla,
1975, y Fiesta grande: el Corpus Christi en la historia de Sevilla, Sevilla, Servicio de Publicaciones
Ayuntamiento de Sevilla, 1980; OROZCO PARDO, J. L.: “Fiesta barroca”, Rev. Gazeta de
Antropología, Granada, nº 4, 1986, pp. 34-36; SÁNCHEZ DEL BARRIO, A.: Ibid.; SERRA
Y BOLDÚ, V.: Ibid.; CARO BAROJA, J (1984).: Ibid. y Ritos y mitos equívocos (Fundamentos,
100), Madrid, Ed. Istmo, 1989, pp. 205-208; SANZ AYÁN, C.: “Fiestas, diversiones, juegos y
espectáculos”, en ALCALÁ-ZAMORA, J. N.: La vida cotidiana en la España de Velázquez, Madrid,
Ed. Temas de Hoy, 1989 (“El Corpus y la fiesta sacramental barroca”, pp. 210-211); GARRIDO
ATIENZA, M.: Antiguallas granadinas. Las fiestas del Corpus, Granada, Universidad de Granada y
Excmo. Ayuntamiento de Granada, 1990 (1889); PORTÚS PÉREZ, J.: La antigua procesión del
Corpus Christi en Madrid, Madrid, Consejería de Educación y Cultura, Comunidad de Madrid,
1993; MARCOS ARÉVALO, J. (2001): Ibid.; VIZUETE MENDOZA, J.: “Teología, liturgia
y derecho en el origen de la Fiesta del Corpus Christi”, en La Fiesta del Corpus Christi, Cuenca,
Universidad de Castilla-La Mancha, 2002, pp. 11-17; VALIENTE TIMÓN, S.: Ibid.
 Cf. TEJADA VIZUETE, F.: “Manifestaciones paralitúrgicas en la Baja Extremadura”, en MARCOS
ARÉVALO, J. (Ed.): “Antropología y Folklore”, nº monográfico de la Rev. de Estudios Extremeños,
Badajoz, Depto. Publicaciones Diputación Provincial de Badajoz, 1987, t. XLIII, nº III, pp.
Solemnidad del Corpus Christi en Badajoz: devoción, historia y fiestas  Pedro Montero Montero 389

satánicos, los “diablucos”, tocan y danzan sin cesar con tambores y grandes
castañuelas delante del Santísimo, haciendo piruetas y desplantes para
distraer a los fieles y hacer burla del Señor durante el recorrido procesional.
Como hacían los ya desaparecidos “diablotes” de Casas de Don Pedro y
Herrera del Duque, que corrían, saltaban y aullaban, acorralando a sus
paisanos más jóvenes, respetando a las mujeres, ancianos y niños, para
pedirles su ofrenda al Santísimo Sacramento. Los “diablucos”, al acabar la
procesión y ya en el templo, cuando se procede a dar la bendición con el
Santísimo, emprenden veloz huida al sentirse “derrotados” ante la Eucaristía.
Con los dulces de los altares y el dinero recaudado hay después un convite
en casa del mayordomo, subastando a beneficio de la Hermandad los regalos
recibidos en especie. En la Octava del Corpus de Peñalsordo, localidad
pacense adscrita a la diócesis de Toledo, fiesta de carácter religioso-militar, se
conmemora la toma milagrosa de los cristianos del cercano castillo de Capilla
y la expulsión de sus ocupantes, moriscos sublevados en el siglo XVI. El
sábado de la Octava, los cofrades del Santísimo, embutidos en indumentarias
llamativas y multicolores, desfilan por las calles del pueblo con sus banderas,
estandartes y “jopas” (antorchas) encendidas, reuniéndose en torno al balcón
del Ayuntamiento, donde se realizan las “mojigangas”, sátiras moralizantes en
torno a los principales hechos acaecidos en el año. El domingo de la Octava,
los cofrades simulan la batalla del castillo, cabalgando dentro y fuera de la
población. Después de la misa, la procesión recorre el pueblo, deteniéndose
en los altares de las calles, mientras dos personajes populares, “el abuelo” y
“la abuela”, que fueron liberados en la batalla, tocan las castañuelas delante
del Santísimo. La fiesta se completa con la formación de un castillo humano
entre los más jóvenes, para posteriormente “bandear” en la plaza Mayor el

699-727; CASTRO MATEOS, A. y GIL GONZÁLEZ, C.:Ibid.;RODRÍGUEZ PASTOR, J.:


Ibid.;DOMÍNGUEZ MORENO, J. M.: Ibid.; MARCOS ARÉVALO, J. (2001): Ibid.
 Cf. GALLARDO DE ÁLVAREZ, I.: “De Folklore. Danzas rituales”, Revista del Centro de Estudios
Extremeños, Badajoz, Diputación Provincial de Badajoz, 1942, t. XVI, nº 11, pp. 308-320 (“Los
diablucos de Helechosa”, pp. 311-313, “Los diablotes de Casas de Don Pedro y de Herrera del
Duque”, p. 317)
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estandarte entre los corros que forman los asistentes. Por último, una
simulada “vaca brava” persigue a los mozos por la plaza, en medio del bullicio
general. El Corpus de Fuentes de León, que data de la época de Carlos V,
se festeja los días comprendidos entre el martes inmediato anterior al día del
Corpus y el domingo de la Octava. Entre otros festejos tradicionales,
destacan la “llegada del Tambor” y la procesión del Corpus, el “Día del
Señor”, precedido de una veintena de imágenes sagradas por las calles del
pueblo, y fuera del cortejo, jóvenes danzantes ejecutando piezas antiguas.
En Fuenlabrada de los Montes se celebra el “Día del Señor” durante dos
fechas: el día del Corpus, o “Día del Señor Grande”, y el día de su Octava, o
“Día del Señor Chico”, una semana después, con las calles soberbiamente
engalanadas y los altares repletos de dulces caseros (“cositas”), frutas variadas,
miel y animales de corral, que son bendecidos al paso del Santísimo. Figuras
importantes de la fiesta son dos “diablillos” y una “diabla”, representantes del
Mal. Cada año la procesión discurre alternativamente por “el pueblo” o por
“el barrio”, nombres populares como se conoce las dos mitades de la
población, cambiándose al año siguiente.
En la localidad de Tornavacas (Cáceres) es costumbre secular el exorno de
la calle Real, la calle principal, con sábanas y vistosas colgaduras colocadas al
efecto entre jóvenes fresnos recién plantados. La calle, por otra parte, es un

 Cf. MARTÍN BRUGAROLA, P.: “Los soldados del Santísimo Sacramento de Peñalsordo
(Badajoz)”, Rev. de Dialectología y Tradiciones Populares Españolas, Madrid, CSIC, 1951, t. VII,
cuad. 3; MARCOS ARÉVALO, J.: “El Corpus y su Octava en Peñalsordo: una fiesta entre la
religión y la guerra”, Rev. Frontera, Badajoz, Caja de Ahorros de Badajoz, nº 3, 1988, pp. 50-
54; SENDÍN BLÁZQUEZ, J.: Tradiciones extremeñas, León, Ed. Everest, 1990 (“Tradiciones
Eucarísticas: Fiesta de la Octava del Corpus. Peñalsordo”, pp. 217-228); ÍCARO: “Peñalsordo: la
Octava del Corpus”, Diario HOY (Suplemento), Badajoz, 10-VI-94; RODRÍGUEZ PASTOR,
J.: Ibid.; JUNTA DE EXTREMADURA: Guía de Fiestas de Interés Turístico Regional, Salamanca,
Gráficas Varona, 2007 (“Peñalsordo, Badajoz. La Octava del Corpus”, pp. 92-95)
 Cf.: MARCOS ARÉVALO, J.: “Aproximación al calendario festivo extremeño: materiales para una
guía de ferias y fiestas populares”, Rev. Saber Popular, Fregenal de la Sierra, Federación Extremeña
de Grupos Folklóricos, nº 1, 1987 (“Corpus Christi de Fuenlabrada de los Montes y Fuentes de
León”, pp. 21-44); CARBALLAR GÓMEZ, M. A.: “Las fiestas del Santísimo Corpus Christi de
Fuentes de León”, Badajoz, Diario HOY, 5-VI-1990, p. 22
 Cf. MARCOS ARÉVALO, J. (1987): Ibid.; (2001): Ibid.; RODRÍGUEZ PASTOR, J.: Ibid.
Solemnidad del Corpus Christi en Badajoz: devoción, historia y fiestas  Pedro Montero Montero 391

auténtico dosel vegetal cubierto con plantas aromáticas (tomillo, cantueso,


lavándula, mirra...), traídas de los montes cercanos.
En el ámbito urbano, en núcleos de gran población como Badajoz,
Cáceres, Mérida, Zafra, Plasencia, Coria, Almendralejo, Azuaga y Llerena, el
Corpus siempre ha estado ligado a los grandes templos --catedrales,
concatedrales, colegiatas, iglesias arciprestales, etc.-- y a las máximas
jerarquías y corporaciones de las iglesias locales, como obispos, abades
mitrados, arciprestes y cabildos catedralicios.
En estas ciudades, se engalanan los balcones del centro histórico con
mantones y colgaduras y las estrechas calles del recorrido se tapizan con
plantas aromáticas, juncias y pétalos de flores, formando, en algunos casos,
bellísimas alfombras, como en el Corpus de Zafra. Los cortejos, muy
concurridos, son solemnes y sobrios a un tiempo. Entre los laicos sobresalen
los niños de primera comunión, muy numerosos, los miembros de la
Adoración nocturna local o provincial, los Cruzados eucarísticos, las
hermandades sacramentales, de penitencia y de gloria de la localidad, además
de asociaciones piadosas de todo tipo. Y entre los clérigos, los seculares y los
religiosos. Y en las ciudades con sede episcopal, los miembros del Cabildo y
su obispo, todos ellos revestidos con ricas casullas y artísticas dalmáticas. El
Santísimo es llevado en procesión en el interior de magníficas Custodias
procesionales, muchas de ellas de extraordinario valor histórico y artístico,
algunas, piezas únicas del patrimonio religioso extremeño, como las de
Badajoz, Almendralejo y Azuaga, labradas en el siglo XVI, las de Zafra y
Fregenal de la Sierra, en el XVII, y las de Llerena, Villafranca de los Barros y
Berlanga, que lo fueron en el XVIII.

 Cf. FLORES DEL MANZANO, F.: “La festividad del Corpus en la villa de Tornavacas”, Badajoz,
Diario HOY, 2-VI-1988, p. 12; La vida tradicional en el Valle del Jerte, Mérida, Asamblea de
Extremadura, 1992 (“El culto a la Eucaristía. Las fiestas del Corpus en la actualidad”, pp. 280-283;
GONZÁLEZ, R.: “Tornavacas y la Fiesta del Corpus Christi, Día del Señor”, Rev. S. E. (Semana
de Extremadura en la Escuela), nº 8, Plasencia, Impr. La Victoria, mayo 1991, p.12
 Cf. GÓMEZ-TEJEDOR CÁNOVAS, Mª. D.: La Catedral de Badajoz, Badajoz, Impr. Excma.
Diputación de Badajoz, 1958 (“La Custodia”, pp. 230-231); TEJADA VIZUETE, F.: La plata
en la Catedral de Badajoz, Los Santos de Maimona, Grafisur, 1988, pp. 38-42; “La fiesta del
392 Boletín de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes

V. CORTEJOS PROCESIONALES URBANOS

En el trayecto procesional del Sacramento, que suele tener una corta


duración --en Badajoz, algo más de una hora--, están previstas varias
estaciones ante altares callejeros, artística y sumariamente exornados. El
oficiante, tras el rezo del ritual eucarístico, bendice con el Santísimo a la
multitud de fieles, entre nubes de incienso y lluvia de pétalos desde algún
ventanal o balcón vecino.
Reanudado el cortejo y superado los cortes que se producen por el afán de
los presentes de situarse lo más cerca posible de Jesús Sacramentado, las filas
vuelven a discurrir con placidez en tanto resuenan cánticos eucarísticos tan
conocidos como Pange, lingua, Sacris solemnis, “Cantemos al Amor de los
amores”, “De rodillas, Señor, ante el Sagrario”, “Alabado sea el Santísimo” y
“Cristo en todas las almas”.
Tras el palio, el obispo y la presidencia religiosa, suele ir la corporación
municipal, con su alcalde a la cabeza, escoltada por lujosos maceros o
guardias municipales en traje de gala. Por último, cierra la procesión una
banda de música o de cornetas y tambores. El gentío, mientras tanto, guarda
respetuoso silencio al paso de la Sagrada Forma. Los mayores van
endomingados, con ternos y complementos flamantes, muchos de ellos de
estreno. Los mozalbetes, por su parte, aguardan el final de la procesión para
trenzar con juncias y otros ramajes los tradicionales vergajos, zurriagos,
“cachiporras”, “cipotes” o látigos con que se entretendrán el resto de la

Corpus”, Rev. Iglesia en Camino, Badajoz, Obispado de Badajoz, nº 71, 5-VI-1994, p. 8; (Coord.):
Eucarística 2000. Catálogo, Badajoz, Archidiócesis Mérida-Badajoz, Impr. Tecnigraf, 2000, pp. 41-
186; (Dir): La Catedral de Badajoz 1255-2005, Badajoz, Arzobispado de Mérida-Badajoz, Tecnigraf
Editores, 2007 (“La custodia procesional”, pp 498-506); PORTALO TENA, C.: Catedral de San
Juan Bautista. Badajoz, Salamanca, Europa Artes Gráficas, 1991, “Custodia procesional”, pp. 160-
162 y 168); MONTERO MONTERO, P.: “El Corpus Christi en Extremadura”, Badajoz, Diario
HOY (Dominicalia), 13-VI-93, pp. 30-31; Badajoz, crónica de sus fiestas y tradiciones, Badajoz,
Ayuntamiento de Badajoz, 1998 (“Jesús Sacramentado, por las calles del Badajoz histórico”, pp.
209-214)
Solemnidad del Corpus Christi en Badajoz: devoción, historia y fiestas  Pedro Montero Montero 393

jornada. Momentos antes de que una brigada del Servicio municipal de


Limpieza haga la tradicional batida de recogida de ramajes, quedando
expeditas las calles del recorrido en muy poco tiempo.

Con anterioridad a los desfiles procesionales, a media mañana, han


tenido lugar en los templos parroquiales solemnísimas y concurridas misas de
pontifical, concelebradas por el obispo, en su caso, y una representación del
Cabildo y del clero diocesano. Estas funciones suelen estar amenizadas por
organistas sacros y acompañadas por cantos corales de gran belleza.

--ooOoo--

PARTE II

VI. BADAJOZ, SIGLO XIV: UN CORPUS DE LEYENDA

Aunque datadas “de tiempo inmemorial”, como enfáticamente reiteran


las crónicas de antaño, sobre los orígenes del Corpus en Badajoz poco a nada
sabemos a ciencia cierta. Posiblemente date del siglo XIV, al menos de esa
época ha llegado hasta nosotros una antigua leyenda en la que se narran una
serie de sucesos bélicos ocurridos en la víspera del Corpus del año de 1384.
La leyenda, conocida como “La caldera del portugués”, “El estandarte del
Corpus” o “El estandarte de Badajoz”, ha sido recogida por cronistas,

 ALFARO PEREIRA, M.: Badajoz, estampas retrospectivas, Badajoz, Publicaciones del Excmo.
Ayuntamiento de Badajoz, 1956 (“Corpus Christi”, pp. 221-230)
 MONTERO MONTERO, P. (1998): Ibid.
 En la ciudad de Badajoz, desde el año 2005, la eucaristía previa se celebra a las siete de la tarde, una
hora antes de la procesión, que suele salir, de forma tradicional, pasadas las ocho, con la “fresca”.
394 Boletín de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes

historiadores, poetas y escritores de todas las épocas, tanto españoles como


lusitanos, unas veces en prosa y otras, en verso, y está basada en un suceso
raro y original acaecido en las últimas décadas del siglo XIV, en los
prolegómenos de la invasión de Portugal por Juan I de Castilla, tras el breve
período de concordia entre Badajoz y Portugal que siguió a la boda del rey
castellano con la infanta doña Beatriz, hija del rey portugués Fernando I.
Durante las celebraciones del Corpus Christi, la fiesta de mayor
importancia del Badajoz de la época, se organizaban festejos a los que
concurrían gentes de toda la comarca y, cuando la situación lo permitía,
muchos portugueses. El cortejo procesional salía de la antigua seo, la iglesia
parroquial de Santa María del Castillo, en la Alcazaba, para recogerse en la
incipiente catedral de San Juan Bautista, en el campo de San Juan. En la
Plaza Alta y sus aledaños tenían lugar una serie de actos y regocijos de gran
atractivo popular, como mercados, farsas o representaciones de autos
teatrales, juegos populares y pruebas ecuestres. Estas últimas consistían en
una carrera de caballos alrededor de la Plaza Alta portando el pesado
estandarte de la ciudad, venciendo el jinete que mayor número de vueltas
diera alrededor de un círculo previamente marcado. En 1384, en plena
función, un joven portugués, llamado Juan Pérez Gago, a la sazón sobrino
del gobernador de la vecina ciudad portuguesa de Elvas, al concluir la tercera
vuelta y en vez de volver a la estacada, emprendió veloz huída con el
estandarte castellano en dirección a Portugal, al grito de:
--¡O estandarte levo!, ¡o estandarte levo!
Repuestos de su estupefacción, trece caballeros de la ciudad salieron
raudos en su persecución. Viendo desde la amurallada Elvas cómo un tropel
de gente armada y a caballo venía de Badajoz, mandaron cerrar las puertas,
pensando en un ataque enemigo, quedando fuera el caballero portugués.
Éste, viéndose perdido, arrojó el estandarte badajocense por encima de la
muralla, dejándose caer después con su caballo en el foso, exclamando:
--¡Morra o home, fique a fama!
El valeroso portugués fue hecho prisionero y conducido a Badajoz, donde,
como castigo por su traición, fue arrojado a una caldera de aceite hirviendo.
Solemnidad del Corpus Christi en Badajoz: devoción, historia y fiestas  Pedro Montero Montero 395

Es así como en recuerdo de estos sucesos, cada año, al llegar el día del
Corpus, salía en Badajoz, a la cabeza de la procesión, un hombre portando
una descomunal caldera de hierro, llamada por el vulgo “la caldera del
portugués”. La tradición portuguesa difiere de la española y cuenta cómo Gil
Fernández, alcaide mayor de Elvas, en la madrugada de San Juan de 1384,
en el transcurso de un enfrentamiento con tropas españolas en las afueras de
la ciudad lusitana, se apoderó de la enseña de Badajoz, arrebatándosela al
alférez español, corriendo a continuación hacia la ciudad y arrojando el
estandarte por encima de la muralla. Por este motivo, en las procesiones del
Corpus elvense también desfilaba, solemnemente, a su cabeza, un heraldo,
portando, en este caso, la enseñana badajocense, costumbre que perviviría
hasta 1580. Sucesos legendarios, pero que constituyen la parte emblemática
del actual escudo de Elvas.
En el Badajoz de los Austrias y al unísono con otras grandes ciudades
españolas --Sevilla, Toledo, Granada, Madrid, Barcelona…--, las fiestas del
Corpus alcanzaron extraordinaria brillantez entre la segunda mitad del XVI
y primera del XVII y, así, ya en 1637, los canónigos de la seo pacense
afirmaban que no se conocían en Extremadura otras fiestas del Corpus como
las de Badajoz. Fiestas que, incluso, llegaron a contar con la presencia de
altísimos dignatarios de la Corte, de paso por la ciudad, como el rey Felipe
II, en 1580, que pasó siete meses en Badajoz dirigiendo la invasión de
Portugal, y ya en 1664, el príncipe don Juan de Austria, hijo de Felipe IV y,
a la sazón, Capitán General de Extremadura, conduciendo las últimas

 Cf.: DÍAZ Y PÉREZ, N.: Extremadura (Badajoz y Cáceres). España. Sus Monumentos y Artes. Su
Naturaleza e Historia, Barcelona, Establ. Tipográfico-Editorial Cortezo y Cía., 1887 (“La caldera del
portugués”, pp. 102-112); LÓPEZ, B.: Callejero y Guía histórica, Badajoz, La Minerva Extremeña,
1963 (“La caldera del portugués y el estandarte de Badajoz”, pp. 119-121); LOZANO TEJEDA,
M.: Badajoz y sus murallas, Badajoz, COADE, Grafisur, 1983 (“La Caldera del Portugués”, pp.
59-62); MONTERO MONTERO, P.: “La caldera del portugués o el estandarte del Corpus”,
Rev. Casco Antiguo, Badajoz, AECAB, nº 3, junio 2003, pp. 9-10; GONZÁLEZ RODRÍGUEZ,
A.: Historia de Badajoz, Badajoz, Ayuntamiento de Badajoz, Tecnigraf, 2010 (“La caldera del
portugués”, pp. 221-222)
 SOLÍS RODRÍGUEZ, C.: “Fiestas del Corpus en Badajoz”, Rev. Alminar, nº 6, junio 1979, p. 24
396 Boletín de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes

operaciones militares de la guerra de Restauración portuguesa (1640-1668).


En ambas ocasiones, los dos miembros de la Casa Real española, acompañados
del imponente protocolo y boato palaciegos, se pusieron a la cabeza del
Ayuntamiento badajocense en la solemnísima procesión, muy cerca de la
Custodia.
Gran impulsor de la fiesta eucarística en Badajoz fue, dados sus orígenes
sevillanos, el obispo San Juan de Ribera (1562-1568), un hombre adelantado
a su tiempo, y de quien Solano de Figueroa, en la obra que escribiera en
1670, afirmaba que “fue devotísimo del admirable sacramento de la
eucharistia y asistía con tanto zelo y fervor a su festividad que aunque la hallo
festejada, añadió el modo y culto, con que oy se soleniza, no inferior a
ninguna de las ciudades de España”.

VII. SIGLOS XVI Y XVII: LA GRAN FIESTA BARROCA

En una ciudad como Badajoz, cuyo ayuntamiento había decretado


“sumisión pública de esclavitud al Santísimo Sacramento”, la fiesta del
Corpus era, en los siglos XVI y XVII, la fiesta más lucida y celebrada de entre
las muchas conmemoraciones que se celebraban al cabo del año. Según

 MARCOS ÁLVAREZ, F.: “El juego teatral en la festividad del Corpus”, en TEJADA VIZUETE,
F. (Coord.): Eucarística 2000. Catálogo, Badajoz, Archidiócesis Mérida-Badajoz, Impr. Tecnigraf,
2000, pp. 31-39
 SOLANO DE FIGUEROA, J.: Historia eclesiástica de la ciudad y obispado de Badajoz, Badajoz,
Imprenta Hospicio Provincial, 1929-1935 (“Solemnidad en el Obispado de Juan de Ribera”, t. I
(1933), p. 317)
 Cf.: CASTÓN DURÁN, F.: Rincones de historia extremeña, Badajoz, Publicaciones del Monte
de Piedad y C. G. de Ahorros, Tip. Viuda Antonio Arqueros, 1945 (“La procesión del Corpus”,
pp. 69-74); SOLÍS RODRÍGUEZ, C.: “Fiestas del Corpus en Badajoz”, Rev. Alminar, nº 6,
junio 1979, p. 24; “Músicas y danzas de las fiestas del Corpus”, Rev. Alminar, Badajoz, IC Pedro
de Valencia, nº 45, mayo 1983, pp. 16-18 (“Danzas mitológicas, históricas, bíblicas, marianas,
hagiográficas, circenses, de animales, de personajes”); “Armonías en honor del Sacramento”, en
TEJADA VIZUETE, F. (Coord.): Eucarística 2000. Catálogo, Badajoz, Archidiócesis Mérida-
Badajoz, Impr. Tecnigraf, 2000, pp. 25-29;
Solemnidad del Corpus Christi en Badajoz: devoción, historia y fiestas  Pedro Montero Montero 397

cuentan las crónicas antiguas, a las cinco de la madrugada, hora solar, se


iniciaban los oficios litúrgicos del día con la presencia de los cabildos secular
y eclesiástico y el templo abarrotado de fieles. Una hora más tarde se sacaba
la Custodia hasta el campo de San Juan y se la colocaba en un tablado
elevado, bajo dosel, junto a la puerta del Cordero, dando frente a la calle de
Fernando Becerra. Contiguo a este tablado se elevaban otros dos más
reducidos, ocupados por la Ciudad y las Religiones. En el mismo, y bajo
toldos, se situaban el prelado --cuando asistía--, el deán y el Cabildo.
Ocupados con grandes cortesías los asientos, a las ocho se daba principio a
los autos sacramentales, a los que solían añadirse danzas y comedias de
santos, hasta que daba la una de la tarde. A esa hora, bajo un sol justiciero y
con el trayecto convenientemente entoldado y alfombrado de juncia, se
iniciaba la procesión. Cortejo que, por lo general, subía por las calles de San
Juan, Carnicería y Zapatería hasta la Plaza Alta, donde hacía estación en un
altar levantado junto a las Casas Consistoriales, entonándose villancicos y
otros cánticos solemnes, para regresar por la calle Mesones, plazuela de Juan
de Fonseca, calle de Gonzalo de Hoces y campo de San Juan, recogiéndose
de nuevo en la catedral sobre las tres de la tarde. Según las crónicas de la
época, el magnífico cortejo se disponía alrededor de la Custodia según
estamentos, jerarquía y antigüedad. Además del obispo y cabildos, ataviados
con sus mejores galas, asistían el clero regular y secular y los vecinos de la
ciudad encuadrados en gremios y cofradías, con sus Imágenes patronales e
insignias, acompañados por músicos y danzantes en carretas tiradas por
mulas y bueyes, siguiéndoles las parroquias y comunidades religiosas de la
ciudad por riguroso orden de antigüedad, el cabildo de la catedral, con la
capilla musical en torno a la majestuosa Custodia de Juan del Burgo, portada

MARCOS ÁLVAREZ, F.: “Recuerdos del pasado: el Corpus en el siglo XVII”, Diario HOY, 5-VI-
1994, p. 10; “El juego teatral en la festividad del Corpus”, en TEJADA VIZUETE, F. (Coord.):
Eucarística 2000. Catálogo, Badajoz, Archidiócesis Mérida-Badajoz, Impr. Tecnigraf, 2000, pp.
31-39; “La festividad del Corpus Christi en Badajoz: Reseña histórica”, en TEJADA VIZUETE,
F. (Dir.): La Catedral de Badajoz 1255-2005, Badajoz, Arzobispado de Mérida-Badajoz, Tecnigraf
Editores, 2007, pp. 743-759
398 Boletín de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes

en andas por cuatro capellanes de coro. Cerraba el cortejo el obispo, con las
dignidades y el Ayuntamiento a ambos lados del prelado: a mano derecha, el
corregidor, y a mano izquierda, el regidor más antiguo. Cubría el trono el
pesado palio de brocado, portando los varales de plata ocho regidores.
La procesión, junto con su corte de comisarios, mayordomos, fiscales,
alguaciles, pajes, soldados con uniformes de gala, etc., componía un retablo
pintoresco y abigarrado que despertaba la admiración de cuantos lo
presenciaban, en especial, de los campesinos y lugareños venidos de los
pueblos y aldeas próximos a Badajoz. Los festejos concluían después de nona,
ya casi en el crepúsculo, con la representación de una nueva comedia de
santos. El lunes anterior a la fiesta se celebraban imponentes corridas de toros
en la plaza pública y la víspera, al caer la tarde, se representaban en el tablado
anejo a la Catedral diversas obras de capa y espada. Ya anochecido, los
regocijos continuaban en las casas de los mayordomos de gremios y cofradías,
donde se adornaban y velaban las Imágenes que acompañarían al Santísimo
el día “grande”. El domingo de la infraoctava salía de la parroquia de Santa
María del Castillo la procesión del Corpus “chico” y el miércoles siguiente
concluían las celebraciones con la veneración pública de la Eucaristía en el
claustro de la catedral.
Los badajocenses y los cientos de forasteros venidos de toda la comarca,
además de asistir a los actos religiosos, se deleitaban con las distintas
representaciones teatrales de la época. Organizadas conjuntamente por el
cabildo religioso y los gremios, tenían como último fin llegar al corazón del
pueblo llano e instruirle en los misterios de la fe cristiana. El cabildo de la
catedral encargaba siempre una comedia a lo divino sobre la vida de algún
santo, en la cual era corriente que los comediantes introdujeran algunos
pasajes no muy devotos. Los gremios de barberos y zapateros contrataban
siempre dos autos sacramentales y el de los sastres, una comedia de capa y
espada, que más de una vez fue censurada por las autoridades, celosas de que
nada indecente se introdujese en estas representaciones, ni en los bailes y
entremeses con que se alegraban estos festejos teatrales. Aparte de las farsas
alegóricas de Diego Sánchez de Badajoz, durante la época barroca en la
Solemnidad del Corpus Christi en Badajoz: devoción, historia y fiestas  Pedro Montero Montero 399

ciudad se representó una gran variedad de autos sacramentales, comedias de


santos, coloquios y comedias de asuntos bíblicos. Algunas de estas comedias
eran anónimas, como es el caso de los coloquios, pero otras se debían a
dramaturgos tan ilustres como José de Valdivielso, Lope de Vega, Tirso de
Molina o Calderón de la Barca.
La diferencia de jurisdicciones, el afán por conseguir lugares de mayor
preeminencia en la procesión y, por qué no decirlo, los excesos e irreverencias
que se producían en las representaciones, dieron lugar a innumerables pleitos
y controversias entre los dos cabildos, el obispo y los regidores locales, y entre
éstos y los gremios y las cofradías. Ante las continuas quejas por los “abusos,
indecencias e irreverencias” que se cometían, el obispo Juan Marín de
Rodezno (1681-1706) consiguió que en 1693 la Sagrada Forma dejara de
presidir los autos; y, poco tiempo después, que las representaciones teatrales
desaparecieran de la fiesta, de tal forma que a principios del XVIII los autos
del Corpus badajocense habían pasado a la historia. La decadencia del
Corpus vendría en el XVIII, el Siglo de las Luces, y aunque las representaciones
persistiesen en determinados lugares durante algún tiempo, Carlos III
publicó en 1765 una Real Cédula por la que prohibía definitivamente los
autos y comedias en la fiesta. Iguales censuras del Rey mereció la presencia
en muchos de los desfiles del Corpus de figuras grotescas como gigantones,
enanos, tarascas y dragones. En 1780, fueron excluidos definitivamente de
las procesiones.

 Cf. SOLÍS RODRÍGUEZ, C. (1979): Ibid; (1983); Ibid.; (2000): Ibid.; (2007): Ibid. ; MARCOS
ÁLVAREZ, F.: (1994): Ibid.; (2000): Ibid.; (2007): Ibid.; TEIJEIRO FUENTES, M. A.: “Un
ejemplo de teatro religioso: la Extremadura del siglo XVI”, Rev. Criticón, nº 94-95, 2005, pp. 107-
119
 Cf.: SOLANO DE FIGUEROA, J.: Ibid; ANÓNIMO: Historia eclesiástica de la ciudad y obispado
de Badajoz (Continuación de la escrita por J. Solano de Figueroa), Badajoz, Tipografía Vda. de
Antonio Arqueros, 1945, 2 tomos (“1637. Fiestas del Corpus y su Octava”, I, pp. 42ss; “1699.
Corpus. Actos sacramentales”, I, pp. 219ss; “1710. Pleitos Ciudad, cabildo, gremios y cofradías”,
I, pp. 307ss; “1739. Corpus”, II, pp. 152ss.); MARCOS ÁLVAREZ, F.: (1994): Ibid; (2000): Ibid;
(2007): Ibid.
400 Boletín de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes

VIII. SIGLOS XIX Y XX: RENACIMIENTO DE LA FIESTA

Después de largos años de ostracismo, el Corpus pacense volvió a


recuperar parte de su magnificencia de antaño en las postrimerías del XIX y
primeras décadas del XX. En esta época, el trayecto se alfombraba con
juncia traída en carros del Gévora cercano y en las calles del recorrido
resaltaban los balcones engalanados y la presencia de arcos triunfales,
barrocamente exornados. La procesión salía por la puerta del Cordero de la
catedral y discurría por las calles de San Juan, la Sal, plazuela de la Soledad,
Santa Ana, Meléndez Valdés, Aduana y, por último, Gobernador arriba, para
hacer entrada por la puerta de San Juan Bautista, con el público aglomerado
en sus aledaños para admirarla una vez más. Soldados de los Regimientos de
Castilla, Gravelinas y Villarrobledo cubrían la carrera con uniforme de gala
y bayoneta calada. Completaban la estampa castrense las compañías de
honores, los escuadrones a caballo y las bandas de tambores y cornetas. A la
salida del Santísimo en su trono, volteaban las campanas de la catedral y el
pueblo, arrodillado, guardaba fervoroso respeto. Al cruzar la Custodia el arco
erigido en la plaza de San Juan, la Banda interpretaba la Marcha Real,
momento en que un artillero, situado en el campanario de la torre catedralicia,
tremolaba una bandera rojo y gualda con que daba la señal a la batería de
salvas de la plaza de San Vicente, que efectuaba los cañonazos de ordenanza.
La plaza de San Juan exhalaba el perfume de los jardincillos que rodeaban las
dos fuentes existentes a ambos lados del paseo y parte del público llenaba los
aguaduchos de la plaza, donde, cómodamente sentados, presenciaban el
desarrollo de la función. Como de costumbre, el día del Corpus, las damas
pacenses de los clases altas estrenaban elegantes vestidos y los sombreros de
última moda. Los mozos, por su parte, esperaban el final del “día de la
juncia” para trenzar con ramajes los tradicionales látigos y zurriagos con que
se divertían, dándose “zurriagazos” entre bromas y veras.

 ALFARO PEREIRA, M.: Badajoz, estampas retrospectivas, Badajoz, Publicaciones del Excmo.
Ayuntamiento de Badajoz, 1956, (“Corpus Christi”, pp. 221-230)
 Cf. ALFARO PEREIRA, M.: Ibid.
Solemnidad del Corpus Christi en Badajoz: devoción, historia y fiestas  Pedro Montero Montero 401

Tras la cruenta guerra civil (1936-1939) y la dura postguerra, volvió a


resurgir el Corpus en Badajoz, pero ya en el contexto del nacionalcatolicismo
imperante, donde los poderes del Estado y de la Iglesia parecían confundirse,
y la fiesta era un fiel reflejo del carácter confesional, militar y jerárquico de
la estructura de poder en tiempos de Franco. El Corpus de Badajoz del año
1950, celebrado el jueves, 8 de junio, fue recogido ampliamente en las
páginas del periodico HOY del día siguiente. Según la crónica periodística,
la procesión iba encabezada por una escuadra de batidores a caballo de la
Guardia Civil, con uniforme de gala, seguida de gran número de niños y
niñas de primera comunión. Los balcones del trayecto estaban primorosamente
adornados con tapices y colgaduras y las calles aparecían cubiertas por una
alfombra de juncia. A la salida del Santísimo, a las siete y media de la tarde,
su presencia fue advertida por un toque de cornetín que hizo arrodillarse a la
multuitud, que guardó un impresionante silencio, mientras la banda de
música interpretaba el himno nacional. El templete iba portado por cuatro
sacerdotes con estola y las varas del palio, en su salida, por el Gobernador
civil y Jefe provincial del Movimiento, señor Ruiz de la Serna, general jefe de
la 12ª División y Gobernador militar, señor Olivar Rubio, presidente de la
Diputación, señor Díaz Ambrona, fiscal de la Audiencia, el comandante jefe
de Aviación, señor Diéguez, y el magistrado señor Herrera. Durante el
trayecto hubo turnos para llevar el palio, siendo relevadas las primeras
autoridades por miembros de asociaciones piadosas de la capital, formando
aquéllas tres presidencias con otras autoridades y representaciones. Detrás de
la presidencia religiosa marchaba el cabildo municipal bajo mazas, con el
pendón de la Ciudad, que portaba el concejal síndico. Presidía el alcalde de
la época, don Antonio Masa Campos. Cerraban la procesión jefes y oficiales

 “La solemne procesión del Corpus se celebró con extraordinaria brillantez”, Diario HOY, 9-6-1950
 El director de la Banda municipal de Música de Badajoz de la época era el recordado y querido
maestro D. Modesto Lerma Garnacho, que ejerció como máximo responsable de la agrupación
musical pacense entre 1930 y 1962. Otro importante director que tuvo la Banda, compositor de
numerosas marchas eucarísticas y de Semana Santa, fue el valenciano D. José Albero Francés, que
dirigió la Banda del Ayuntamiento pacense entre 1967 y 1972.
402 Boletín de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes

de todos los Cuerpos militares de la plaza y una compañía del regimiento de


Infantería, con la banda de tambores y cornetas de Caballería. En los altares,
bellamente adornados, instalados frente al edificio del Gobierno Militar,
Sanatorio de San Francisco, en donde figuraba una imagen del santo titular,
S. D. M. hizo estación. Frente al Hospital Provincial se había levantado un
monumental arco. El itinerario discurrió por la plaza de España, calles de
Moreno Nieto y Hernán Cortés, plaza de López de Ayala, calles de Menacho
y Vasco Núñez, paseo del General Franco, plaza de Minayo, calle Moreno
Nieto y, de nuevo, recogida en la plaza de España. A ambos lados, fuerzas de
los Regimientos de Infantería Castilla 16 y de Caballería Dragones de
Hernán Cortés cubrían la carrera. Acompañando al Santísimo, pero
guardando un estricto y rígido protocolo, iban nutridas representaciones
de la sociedad pacense de la época, en sus vertientes militar, civil, política,
económica y religiosa, y por este orden: Cruz alzada y ciriales, niños y niñas
de primera comunión, alumnos de los diversos centros docentes (Comercio,
Politécnica, San Francisco), alumnos del colegio del Carmen, caballeros
católicos de entidades particulares, Banca, Industria y Comercio, funcionarios
provinciales y locales de FET y de las JONS, funcionarios municipales,
funcionarios de la Excma. Diputación, funcionarios y empleados del Estado,
con arreglo al siguiente protocolo: funcionarios de los Ministerios de
Industria y Comercio, Trabajo, Agricultura, Obras Públicas, Educación
Nacional, Hacienda, Gobernación, Asuntos Exteriores, Justicia y Presidencia
del Consejo de Ministros, las hermandades de Ntra. Sra. de Bótoa, Soledad
y San José, congregaciones marianas masculinas, Pía Unión de San Antonio,
cofradía de Ntra. Sra. de las Mercedes y asociaciones de la Buena Muerte,
hermandades de San Casiano, San Cosme, San Damián, Santo Domingo de
la Calzada y Santa Bárbara, hermandad de Ntro. Padre Jesús del
Descendimiento (San Andrés), caballeros de San Vicente de Paúl, del Pilar,
cruzados del Corazón de Jesús y Apostolado de la Oración, hermandades de

 Su Divina Majestad.
 Contenido en la nota de prensa “Disposiciones dictadas por el señor Obispo para la procesión del
Corpus Christi, que saldrá esta tarde”, Diario HOY, 8-6-1950, p. 2
Solemnidad del Corpus Christi en Badajoz: devoción, historia y fiestas  Pedro Montero Montero 403

Ntro. Padre Jesús de la Espina, Ntro. Padre Jesús del Amparo y Oración del
Huerto (comerciantes), hermandad del Santo Entierro, Banda municipal de
música, caballeros de la Corte de Cristo, caballeros de los Jueves Eucarísticos,
afiliados a la Acción Católica y adoradores nocturnes, con distintivo, juntas
y consejos diocesanos masculinos, guiones de Acción Católica y bandera de
la Adoración Nocturna, Seminario, Órdenes religiosas y clero parroquial y
catedral. A continuación, el señor obispo, revestido de pontifical. Detrás, el
Excmo. Ayuntamiento, bajo mazas.
Con la plaza de España abarrotada, a las ocho y media de la tarde regresaba
la Sagrada Eucaristía, siendo trasladada solemnemente por el obispo al
balcón central del Palacio Municipal, en donde se había instalado un artístico
altar. Mientras sonaban los acordes del himno nacional, las varas de palio
fueron llevadas por el alcalde pacense, tenientes de alcalde y secretario de la
Corporación. Después de cantarse el Tantum ergo, el obispo dio la bendición
con SDM a toda la multitude congregada en la plaza, que la recibió
arrodillada, en medio de un gran recogimiento.Terminado este acto, la
procesión retornó a la catedral, acompañada por las autoridades y numeroso
publico, y llevando el señor Obispo a SDM hasta el tempo. La banda de
música volvió a interpretar el himno nacional hasta que la Eucaristía entró
en la catedral. Allí, Su Excelencia Reverendísima dio la bendición e hizo la
reserva. Por la mañana, a las diez y media, tuvo lugar la solemne misa de
pontifical, oficiada por el obispo, que estuvo asistido por las dignidades del
Cabildo. Cantó la Schola cantorum y la Capilla de la catedral, finalizando los
actos religiosos con la procesión del Santísimo por el interior del claustro.

 Don José María Alcaraz y Alenda, prelado que tuvo un larguísimo pontificado en la diócesis pacense
(1930-1971), necesitando del auxilio de dos obispos coadjutores en su última época: D. Eugenio
Beitia Aldazábal (1954-1962) y D. Doroteo Fernández Fernández (1962-1974). Este último, a la
muerte de don José María, le sucedió como obispo titular, rigiendo la diócesis pacense entre 1971
y 1979. Y al fallecimiento de este último, dirigió el Obispado de Badajoz, de manera accidental,
como Administrador apostólico, el titular de Coria-Cáceres esos años, D. Jesús Domínguez Gómez
(1979-1980).
 Diario HOY: “La solemne procesión del Corpus se celebró con extraordinaria brillantez”, 9-6-1950
404 Boletín de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes

IX. 1990: EL CORPUS, DE JUEVES A DOMINGO

En los tiempos actuales, tras los importantes cambios habidos en España


a partir de la década de los 60 de la pasada centuria y, más concretamente, a
partir de finales de los 70, con la llegada de la Democracia y el final del
régimen de Franco, la fiesta del Corpus en Badajoz fue perdiendo
paulatinamente toda su parafernalia institucional para concluir en estos
últimos años como una de las fiestas religiosas más sobrias y fervorosas de las
que se dan en Badajoz. El Corpus de 1990 se trasladó, por vez primera, al
domingo siguiente, por decisión de la Comisión Permanente de la
Conferencia Episcopal Española. Y en esa fecha, 17 de junio de 1990, el
pueblo pacense se volcó con la procesión del Corpus Christi, según rezaba la
crónica publicada al día siguiente por el Diario EXTREMADURA.
Informando que la celebración del Corpus Christi en la capital pacense fue,
un año más, seguida por numerosos fieles que se agolparon en las calles y
avenidas por donde discurrió el desfile procesional. Niños y niñas que han
hecho la primera comunión este año, abrían la procesión, tras estos iba un
grupo de jóvenes que cursan sus estudios en el seminario de San Atón.
Diáconos, los miembros de la Junta de Cofradías de Penitencia y Gloria de
Badajoz y sacerdotes de las parroquias pacenses precedían al paso de la Santa
Custodia, que iba escoltada por las máximas autoridades eclesiásticas de la
diócesis pacense, entre éstas, el obispo de Badajoz, monseñor Antonio
Montero Moreno. La procesión salió a las 20 horas de la catedral,

 Sobre los Corpus contemporáneos en Badajoz, en especial, a partir de finales de la década de los
80 de la pasada centuria, el autor ha recogido abundante información, tanto etnográfica como
documental y fotográfica, en su estudio global del ciclo festivo de la ciudad de Badajoz, sobre el
que ha escrito numerosos trabajos en medios locales, regionales y nacionales, y, desde el año 2005,
en Internet. Cf. el blog El Avisador de Badajoz (http://elavisadordebadajoz.zoomblog.com)
 “El pueblo pacense se volcó con la procesión del Corpus Christi”, Diario EXTREMADURA, 18-
6-90, p. 5
 Don Antonio Montero Moreno fue obispo de Badajoz entre 1980 y 1994, y, al crearse la provincia
eclesiástica de Mérida-Badajoz en 1994, elevada a rango de Arzobispado, monseñor Montero fue
designado por el Papa como primer arzobispo emeritense-pacense. Cargo en el que se mantuvo
Solemnidad del Corpus Christi en Badajoz: devoción, historia y fiestas  Pedro Montero Montero 405

recorriendo la calle Obispo San Juan de Ribera, Hernán Cortés, plaza López
de Ayala, Menacho, Vasco Núñez, paseo de San Francisco, plaza de Minayo,
para regresar por Obispo San Juan de Ribera y entrada en la catedral,
donde el obispo ofició la misa del Corpus Christi y bendijo con el
Santísimo. A lo largo del recorrido, se ubicaron tres altares, adornados con
flores, estos altares donde se detuvo la Custodia estaban situados en el
convento de las Descalzas, en la Delegación de Hacienda y en el Hospital
Provincial. Una hora antes del comienzo de la procesión, funcionarios del
Ayuntamiento pacense esparcieron juncia en las calles por donde discurrió el
desfile procesional. Las niñas, ataviadas con trajes de primera comunión,
lanzaron numerosos pétalos de flores a la Custodia, mientras los diáconos

hasta el año 2004, en que, al cumplir la edad de 75 años, presentó su renuncia al Papa, siendo
nombrado en su lugar don Santiago García Aracil, prelado actual de la Archidiócesis extremeña.
 La llegada causó bastantes problemas a la organización, por la presencia masiva de madres de niños
de primera comunión, familiares, fotógrafos y fieles, en general.
 La representación municipal ese año la ostentaron los concejales del Grupo Popular en el
Ayuntamiento de Badajoz, señores Belmonte, Uña y Daniel.
 Las andas del paso, que iba a ruedas, eran empujadas por ocho capitulares, revestidos con ricas
casullas. Las ruedas se pusieron en 1980, y, hasta entonces, era llevada a hombros por miembros
del clero catedralicio. Y tras la Custodia, el palio de seis varales de plata, bordado artísticamente,
portado de forma alterna por miembros de la Adoración Nocturna y cofradías de la ciudad.
 Altar levantado justo debajo del retablo en cerámica de la Virgen de la Amargura, titular de la
cofradía allí radicada, y que antiguamente se montaba junto a la fachada de la antigua Capitanía
General; en su montaje intervinieron nueve damas de la cofradía de Ntro. Padre Jesús de la Espina,
dirigidas por su presidenta, Dª Laura Ambel.
 Altar efímero, montado una hora antes de la salida de la procesión, por señoras de la Adoración
Nocturna femenina, con la ayuda de otras personas pertenecientes o relacionadas con cofradías
y conventos locales (Trinitarias y Santa Ana), entre ellas, el matrimonio formado por el popular
bombero Antonio Correa, “Mistol”, y su esposa, Petri de las Candelas.
 Montado tradicionalmente por las hermanas de la Caridad, que servían también como enfermeras
en este centro hospitalario pacense. Asimismo, los balcones de la fachada del histórico Hospital
aparecían engalanados con sábanas blancas.
 A las siete de la tarde, una cuadrilla compuesta por 14 operarios del Servicio de Limpieza del
Ayuntamiento procedió a extender sobre las calles del recorrido una “alfombra” de juncia, unos
2.000 kilos que portaba un camión del Servicio, operación en la que tardaron sólo media hora. Al
final de la procesión, con suma rapidez, la misma cuadrilla procedió a su recogida.
406 Boletín de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes

interpretaban cánticos religiosos. El cambio de fecha de esta festividad, que


este año no se ha celebrado el jueves sino el domingo, no ha impedido que
la participación en los actos religiosos fuera masiva.
En Badajoz viene de antiguo también la costumbre de salir la procesión
en las últimas horas de la tarde, con la fresca, así como la de alfombrar de
juncos, espadañas o adelfas el recorrido del vistoso cortejo, traídos de las
riberas del Guadiana cercano. La fiesta en las décadas de los 80 y 90 de la
pasada centuria comenzaba antes de las ocho de la tarde, cuando las campanas
de la catedral tocaban a fiesta, disponiéndose la procesión en las escalinatas
de la Puerta principal, llamada del Perdón. La encabezaban centenares de
niños de primera comunión --ellas, con sus ternos inmaculados y ellos, de
almirantes o con trajes de marineros--, escoltados por padres y familiares
solícitos y algunos miembros del servicio de orden, seguidos de la cruz
parroquial y dos ciriales, dos hileras de seminaristas menores y otras dos
interminables de fieles y devotos, sin guardar un orden estricto. Destacando
los religiosos y las religiosas y miembros de los diversos movimientos
apostólicos y congregaciones de la ciudad. Por el centro solían desfilar varias
representaciones de las cofradías y hermandades locales de Penitencia y
Gloria, presididas por la enseña de la Patrona de Badajoz, Nuestra Señora de
la Soledad. Lo mismo que los miembros de la Adoración Nocturna local y

 La música sacra estuvo a cargo del coro del Seminario de San Atón y los responsables del Cabildo
para la organización de la procesión fueron los canónigos D. Cristino Portalo Tena, D. Pedro
Losada, D. Julián García Franganillo y D. Francisco Tejada Vizuete. Otro dato para el recuerdo
hace referencia al montador de la custodia-templete de la época, D. José Ferrera de la Cruz, de 65
años de edad, montador oficial del paso del Corpus desde hacía 40 años, de cuando comenzó a
trabajar en el obispado de D. José María Alcaraz y Alenda, a la edad de 14 años. En el exorno floral
del paso, colaborando con el señor Ferrera, intervenían seis religiosas del Instituto secular Hogar de
Nazaret, “Esclavas de María Inmaculada”. El montaje siempre se hacía en la víspera, en la soledad
del claustro catedralicio, en tanto el adorno floral, consistente en claveles blancos, gladiolos, rosas
rojas, paniculatas y esparragueras, se hacía en el presbiterio del altar mayor, sobre las cinco de la
tarde del mismo día de la procesión.
 “El pueblo pacense se volcó con la procesión del Corpus Christi”, Diario EXTREMADURA, 18-6-
90. A pesar de todo, faltó ese año la Banda municipal de Música, al igual que en años anteriores,
achacable a la falta de coordinación con las autoridades locales. En 1989, no hubo procesión, a
causa de la lluvia.
Solemnidad del Corpus Christi en Badajoz: devoción, historia y fiestas  Pedro Montero Montero 407

de otros lugares de la provincia, en sus secciones masculina y femenina, con


sus respectivas banderase insignias. A continuación, discurrían
parsimoniosamente dos largas filas de seminaristas mayores y el clero de la
ciudad, revestidos todos los sacerdotes con alba, y, según los casos, la schola
cantorum del Seminario o el coro de la catedral. En esta zona del cortejo, los
participantes llegaban a supercar con creces, en los tramos más estrechos del
trayecto, a los espectadores. Los cánticos se sucedían y la tarde se llenaba con
los ecos del Tantum ergo, “Cantemos al Amor de los Amores”, “Alabado sea
el Santísimo”, Pange lingua, “Luz de los Pueblos”, “Como brotes de olivo”,
“Pescador de hombres”, “Una espiga dorada”, “Hambre de Dios” y otros
sones eucarísticos. La presencia de los miembros del Cabildo catedralicio,
con sus inconfundibles roquetes, capas negras y rojas mucetas, con un cirio
entre las manos, y un suave tintineo, preludiaban la llegada del Santísimo
Sacramento en su trono dorado, incensado permanentemente por cuatro
seminaristas mayores.
La Custodia pacense, auténtica joya del arte plateresco español del XVI,
fue realizada entre 1558 y 1559 por el orfebre vallisoletano Juan del Burgo.
De estructura turriforme, planta cuadrangular y 1,35 metros de altura, está
labrada en plata sobredorada y sus paredes ofrecen al espectador atento una
variada colección de figuras, relieves y adornos con personajes y escenas del
Antiguo y Nuevo Testamentos. Cuatro faroles escoltan el templete y en el
primer cuerpo de la torre central, de las cinco que componen su alzado, un
ostensorio de mano alberga la Sagrada Forma. Unos ricos faldones, junto al

 Cf. GÓMEZ-TEJEDOR CÁNOVAS, Mª. D.: La Catedral de Badajoz, Badajoz, Impr. Excma.
Diputación de Badajoz, 1958 (“La Custodia”, pp. 230-231); TEJADA VIZUETE, F.: La plata en
la Catedral de Badajoz, Los Santos de Maimona, Grafisur, 1988, pp. 38-42; (Coord.): Eucarística
2000. Badajoz, Archidiócesis Mérida-Badajoz, Impr. Tecnigraf, 2000 (“Custodia de asiento.
Catedral Metropolitana. Badajoz”, pp.158-161); (Dir): La Catedral de Badajoz 1255-2005,
Badajoz, Arzobispado de Mérida-Badajoz, Tecnigraf Editores, 2007 (“La custodia procesional”,
pp 498-506); PORTALO TENA, C.: Catedral de San Juan Bautista. Badajoz, Salamanca, Europa
Artes Gráficas, 1991, “Custodia procesional”, pp. 160-162 y 168); MONTERO MONTERO,
P.: El Corpus Christi en Extremadura”, Badajoz, Diario HOY (Dominicalia), 13-VI-93, pp. 30-
31; Badajoz, crónica de sus fiestas y tradiciones, Badajoz, Ayuntamiento de Badajoz, 1998 (“Jesús
Sacramentado, por las calles del Badajoz histórico”, pp. 209-214)
408 Boletín de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes

austero exorno floral, completaban el bello templo itinerante. La Custodia,


montada sobre unas andas rodantes, era conducida por un grupo de
sacerdotes de la curia diocesana, ataviados con casullas espléndidamente
bordadas. Y tras el paso del Sacramento del Altar, marchaba el prelado
pacense --Obispo, primero, Arzobispo, más tarde--, don Antonio Montero,
acompañado de dos miembros del clero catedralicio, revestidos todos ellos de
ricos ternos. Inmediatamente detrás, iba el palio, portado en turnos de a seis,
por adoradores y cofrades locales. La Banda de música municipal, a las
órdenes de D. Juan Pérez Ribes, coadyuvaba al esplendor de la tarde con
marchas eucarísticas y religiosas. Y cerraba el cortejo la presidencia civil, con
la presencia, a partir de 1995, del alcalde de la ciudad, don Miguel Celdrán
Matute, acompañado por miembros de su equipo de gobierno, recuperando
así una vieja tradición que parecía haberse perdido.
La procesión del Corpus pacense solía discurrir en esta época, desde su
salida en la plaza de España y, tras su paso por el primer tramo de la calle
Obispo San Juan de Ribera, por la angosta calle Hernán Cortés, para
desembocar en la plazuela de López de Ayala, donde se detenía ante el
sencillo altar montado en la fachada del convento de las Descalzas, en medio
de un lluvia de pétalos caída desde el campanario del templo de las monjas
clarisas. Tras la liturgia acostumbrada y la bendición del Obispo con el
Sacramento a todos los fieles allí congregados, la procesión proseguía su
camino por las calles de Menacho y Vasco Núñez, para llegar al segundo altar
del trayecto, levantado en la escalinata de la delegación de Hacienda, en el
paseo de San Francisco, donde se repetía el ceremonial. Acto seguido, el
cortejo tomaba camino de la plaza de Minayo, para hacer estación por tercera
vez en un florido altar montado por las monjas de la Caridad a las puertas

 El director y compositor valenciano, D. Juan Pérez Ribes, persona muy vinculada a la sociedad y
la cultura pacenses de su época, ejerció como director de la Banda municipal de Música de Badajoz
entre 1980 y 1996.
 Tras doce años de ausencia de los dos anteriores alcaldes, los socialistas D. Manuel Rojas Torres
(1982-1991) y D. Gabriel Montesinos Gómez (1991-1995), renuentes a participar en esta
procesión religiosa, dadas sus convicciones personales.
Solemnidad del Corpus Christi en Badajoz: devoción, historia y fiestas  Pedro Montero Montero 409

del Hospital Provincial de San Sebastián. Cumplido el ritual de costumbre,


la procesión enfilaba con rapidez calle Obispo arriba, en dirección a la
catedral, donde la vuelta del Sacramento a su santa casa era apoteósica. Con
los niños y niñas de primera comunión haciendo un pasillo triunfal, lanzaban
puñados de pétalos a la Custodia, en tanto el gentío, enfervorizado, rubricaba
con sus aplausos la entrada del Santísimo por la Puerta del Cordero, a los
sones de l himno nacional, interpretado por la Banda municipal. No sin
antes hacer una última parada en un sumario altar levantado junto a la
estatua de Luis de Morales, momento que aprovechaba el Obispo pacense
para bendecir con el Corpus Christi al pueblo de Badajoz. Casi hora y media
después de iniciada la procesión, la jornada eucarística concluía en el interior
de la seo pacense con la solemne misa de pontifical concelebrada por
monseñor Antonio Montero y numerosos sacerdotes presentes.

X. LOS CORPUS DEL SIGLO XXI

En los inicios del siglo XXI, el itinerario y el ritual del Corpus pacense han
sido prácticamente los mismos, variando en algunas ocasiones el sentido del
trayecto a causa de las obras en el callejero del centro histórico de Badajoz.
En el Corpus de 2002, y debido a las obras de remodelación de la plaza de
España, la procesión no salió del templo catedralicio, haciéndolo desde la
cercana iglesia parroquial de San Juan Bautista, en la plaza de Minayo. Otros
años, como en 1989 y 2008, en que se suspendió a causa de la lluvia, la
procesión discurrió por las naves del templo y su claustro, en medio de un

 Cf. MONTERO MONTERO, P.: “Pervivencia de la fiesta tradicional en el mundo urbano.


Corpus Christi”, en TEJADA VIZUETE F. (Coord.): Raíces (II).Extremadura festiva, Badajoz,
Coleccionable Diario HOY, Banco de Extremadura, 1995, pp. 188-194; Badajoz, crónica de sus
fiestas y tradiciones, Badajoz, Ayuntamiento de Badajoz, 1998 (“Jesús Sacramentado, por las calles
del Badajoz histórico”, pp. 209-214); “Postales festivas de Badajoz (I): El Corpus, San Juan y San
Cristóbal”, Rev. El Ancla, Badajoz, Asociación de Vecinos de Santa Marina, nº 18, junio 1999, pp.
29-34.
410 Boletín de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes

gran recogimiento y solemnidad. El Corpus del año 2007, que se celebró


el 10 de junio, ofreció la hermosa estampa de la Custodia de Juan del Burgo,
tras haber sido restaurada, presentando un magnífico aspecto, aunque sin sus
cuatro farolas de esquina, retiradas del monumento por estar muy deterioradas.
El dorado completo del paso pudo admirarse en el Corpus de 2009,
celebrado el 14 de junio, brillante estampa que puede contemplarse hoy día.
El Corpus del año 2011 se celebró el 26 de junio por la mañana, saliendo la
procesión a las once, por coincidir con las Ferias y Fiestas de San Juan, para
evitar el habitual revuelo que se montaba en la plaza de España en las horas
previas a las corridas de toros de la tarde. El Corpus del año 2005, que se
celebró el 29 de mayo, fue el primero que presidió el nuevo arzobispo de
Mérida-Badajoz, don Santiago García Aracil, quien introdujo algunos
cambios, como el de celebrar la solemne misa de pontifical antes de la
procesión, a las siete de la tarde, lo contrario que en época de su predecesor,
que se celebraba a continuación. También hubo otros cambios en los Corpus
de su pontificado, como el de situar a los niños de primera comunión,
debidamente atendidos, en el interior de la iglesia de San Juan Bautista, para
incorporarse después a la cabeza del cortejo, ya fuera en la plaza de Minayo
o en la calle Hernán Cortés, según los recorridos. Y el paso con la Custodia,
que estrenó nuevas andas ese año, con tres basamentos en madera labrada,
sin dorar todavía, pasó a ser bajado por las escalinatas de la seo pacense por
fornidos miembros de la Asociación de Costaleros y Capataces San José,
quienes, en unión de otros componentes de las cofradías y hermandades
pacenses –incluidas, por vez primera, las mujeres-- ayudaron a llevar el paso
a los ocho sacerdotes revestidos de ricos ternos.
El Corpus del año 2010, celebrado el domingo 6 de junio, se desarrolló
en Badajoz con gran solemnidad y seguimiento de fieles, con las calles del
centro histórico sembrado de juncia, con tapices y colgaduras puestos por el

 Con el ánimo de que los fieles acudieran en masa al Corpus organizado por el cabildo catedralicio,
en el año 2008 el Arzobispado suprimió en la ciudad de Badajoz los Corpus parroquiales, que
tenían lugar por la mañana, con procesión por los alrededores de los templos, tras la solemne misa
parroquial (parroquias de San Fernando y Santa Isabel, San Roque, San José…).
Solemnidad del Corpus Christi en Badajoz: devoción, historia y fiestas  Pedro Montero Montero 411

vecindario en sus balcones y fachadas. La tarde fue magnífica y los calores no


agobiaron como en otras ocasiones, por lo que la presencia de pacenses y
forasteros fue una constante durante toda la jornada, destacando cientos de
niños de Primera comunión, acompañados de sus solícitos padres y
catequistas. En primer lugar, con la catedral repleta de fieles y devotos del
Santísimo, tuvo lugar la solemnísima función eucarística, celebrada en el
hermoso altar mayor, de estilo barroco, que lucía en todo su esplendor, y que
fue presidida por el señor Arzobispo, don Santiago García Aracil, a quien se
le notaba una ronquera poco habitual, debido a una reciente operación
quirúrgica, que estuvo acompañado de numerosos sacerdotes de la curia
diocesana y parroquial, clero regular y secular, de tal forma que muchos se
situaron en los asientos del presbiterio, y el resto, bajo la magnífica lucerna
de López de Ayala, ya en la nave central. Y, a su lado, su fiel maestro de
ceremonias, D. Pedro Losada, y algunos jóvenes diáconos, revestidos de
soberbias casullas. Y en la tribuna de autoridades, el alcalde de la ciudad, don
Miguel Celdrán Matute, acompañado de varios concejales de su equipo de
gobierno, así como de otras representaciones civiles. Y cuidando todos los
detalles, para que todo saliera bien, D. Felipe Albarrán Vargas-Zúñiga, jefe
de protocolo del Arzobispado, micrófono inalámbrico y programas en mano.
El ceremonial, sobrio y sublime a la vez, se vio realzado con la espléndida
actuación del organista de la seo pacense, el canónigo D. Francisco Barroso,
y del coro catedralicio, a las órdenes de D. Fernando Domínguez Cadenas,
en tanto que desde el presbiterio, el maestro de capilla y director de la
asamblea, D. Demetrio Muñoz Atalaya, armonizaba músicas y voces, en
tanto los fieles repartidos por todo el templo seguían atentamente la liturgia
eucarística, ayudados por grandes pantallas de TV, colocadas en lugares
estratégicos.
Terminada la misa, se dispuso el cortejo procesional, que salió por la
Puerta de San Juan o del Perdón, adornada con colgaduras vegetales en esta

 En este punto, no tengo por menos que recordar a los últimos maestros de capilla de los que
guardo memoria, desde el recordado D. Miguel Pascual al actual, D. Demetrio Muñoz, pasando
por D. Apolonio Noriega y D. Francisco Barroso, que también ejercieron como notables organistas.
412 Boletín de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes

ocasión, donde, a su salida, esperaba numerosísimo público, que se unió a las


filas que salían del templo. Y como guardia de honor, seis agentes de la
Policía municipal, vestidos con uniforme de gala, formando una estampa
espectacular. Así como la Banda municipal de Música, dirigida por el maestro
D. Vicente Soler Solano, que interpretó el himno nacional a la salida del
Corpus Christi. Tras la Cruz de guía iban centenares de niños de Primera
Comunión --incluidas algunas niñas chinas, integradas ya en nuestra
cultura--, que se unieron al cortejo en el cruce de la calle del Obispo con
Hernán Cortés, formándose un tapón que tardó varios minutos en
descongestionarse. Y por el centro, los hermanos mayores de las cofradías y
hermandades de Penitencia y Gloria de la ciudad, acompañados de miembros
de sus juntas de gobierno, con sus medallas relucientes al cuello, pero sin
varas, ni banderas ni estandartes. Asimismo, los grupos masculino y femenino
de la Adoración Nocturna Española, en sus secciones de Badajoz y provincia,
con sus banderas, dos filas de seminaristas mayores y menores y el clero
metropolitano, de dos en fondo, luciendo albas blancas. Y los seminaristas
turiferarios, portadores del incensario y la naveta contenedora del incienso.
A los que seguía la majestuosa Custodia procesional, labrada en plata
sobredorada por Juan del Burgo a mediados del siglo XVI, de cuatro cuatro
cuerpos y aspecto de torre, que iba sobre un trono dorado, donde sobresalían,
por su sobriedad, sólo cuatro ramos de rosas, color rojo pasión, así como
unos faldones de rico paño, bordados con motivos eucarísticos. El Santísimo
fue llevado por turnos, alternándose los sacerdotes del cabildo catedralicio
con los miembros de las cofradías y hermandades --tanto hombres como
mujeres--, los costaleros y capataces de Semana Santa y la Adoración
Nocturna, en sus dos ramas, reservándose a los fornidos costaleros la bajada
y la subida del paso, salvando la escalinata de la Puerta principal.

 Uniformes de color azul, cinturón dorado, casco plateado con penacho blanco y sable en ristre.
 D. Vicente Soler Solano, reconocido director y compositor valenciano, que cuenta con un amplio
historial artistico y académico, profesor de música, titulado en dirección de orquestas y coros, es
el actual Director y Jefe de Servicio de la Banda municipal y Escuelas Municipales de Música de
Badajoz, puesto que ocupa desde el año 2007.
Solemnidad del Corpus Christi en Badajoz: devoción, historia y fiestas  Pedro Montero Montero 413

La Custodia iba flanqueda por miembros del cabildo catedral, que lucían
doradas casullas, y, tras el Santísimo, el señor arzobispo, al que arropaban
el vicario general y deán, D. Sebastián González González, y el vicario de la
ciudad, D. Antonio Muñoz Aldana. Y justamente detrás, tres seminaristas,
portando en sus manos la mitra, el solideo arzobispal y, convenientemente
doblado, un paño humeral. Inmediatamente detrás, el palio, para reservar
al Sacramento en caso de lluvia, portado por miembros de las asociaciones
religiosas antes mencionadas, por turnos también. Tras el que aparecía la
presidencia de la ciudad, ostentada por su alcalde, D. Miguel Celdrán
Matute, con su vara de primer edil en la mano, a quien secundaban los
concejales de su Grupo municipal, D. Francisco Javier Fragoso Martínez, Dª
Consuelo Rodríguez Píriz, D. Francisco Javier Gutiérrez Jaramillo, Dª Mª
del Rosario Gómez de la Peña, D. Jesús Villalba Egea y D. Celestino Rodolfo
Saavedra.
Y completando el cortejo, dos larguísima filas laterales, con fieles y
devotos del Santísimo, laicos y religiosos, entremezclados, entre los que
llamaban la atención por sus hábitos las religiosas de las diversas congregaciones
que oran y laboran en Badajoz. El paso del Cuerpo de Cristo hizo estación
en tres altares del recorrido, situados en la fachada de la iglesia de las
Descalzas, en la de la Delegación de Hacienda, junto a San Francisco, y,
finalmente, en la plaza de Minayo, equidistante del antiguo Hospital
Provincial de San Sebastián, ya clausurado --donde las hermanas de la
Caridad lo montaban-- y de la cercana iglesia de San Juan Bautista. El
público, entretanto, guardaba respetuoso silencio al paso del Santísimo y la
tarde se llenó con los aromas del incienso y los ecos de cánticos e himnos
eucarísticos como “Alabado sea el Santísimo”, Tantum ergo, Pange lingua,

 Otro de los cambios introducidos por el señor Arzobispo, a partir del año 2005, fue el de eliminar
las características capas negras y mucetas rojas de los canónigos, por lo que todos los sacerdotes
presentes en el cortejo, tanto del clero secular, como regular y catedralicio, salieron ataviados con
casullas blancas.
 Manto de cubrición de la Sagrada Forma, que el oficiante se coloca sobre la espalda, propio en las
procesiones con el Santísimo y en en los rituales de adoración eucarística.
414 Boletín de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes

“Cristo en todas las almas”, “Te conocimos al partir el pan”, “Hambre de


Dios”, “Cantemos al Amor de los Amores”, “Una espiga dorada” y “Cristo,
luz de los pueblos”. En medio de un gran silencio, sólo roto por los cantos
eucarísticos, la emoción se hizo incontenible al paso de la Custodia por las
proximidades de las Descalzas, cuando las monjas clarisas arrojaron puñados
de pétalos en honor del Santísimo desde el campanario conventual, tanto a
su llegada como a su partida. Y cerrando la procesión, la Banda municipal de
Música de Badajoz, con D. Vicente Soler Solano a la cabeza, que ilustró
musicalmente la jornada eucarística con marchas procesionales y solemnes,
como “Nuestro Padre Jesús”, “Oremos”, “Solemnidad”, Altare Dei, “Triunfal”,
“Fervor” y “Virgen del Valle”. El regreso del Sacramento a su santa casa
resultó apoteósico, con los niños y niñas de Primera comunión haciéndole
pasillo triunfal. Otra lluvia de pétalos acogió al Santísimo mientras los
cientos de fieles allí congregados aplaudían y la Banda de música atacaba el
himno nacional. Antes de entrar en la catedral, y en medio de un
impresionante silencio, el Arzobispo bendijo orbi et orbe al pueblo de Badajoz
con el Cuerpo del Señor.
Y cerrando el brillante cortejo, fuera de programa, pero necesarios en toda
celebración multitudinaria en la calle, los furgones de Bomberos y de
Protección Civil, que estuvieron atentos a cualquier contingencia. Lo mismo
que la Policía local, que montó un servicio modélico en las calles, cortando
y desviando el tráfico. Al igual que una cuadrilla compuesta por una veintena
larga de hombres y mujeres del Servicio de Limpieza, con sus uniformes
verdes y chalecos reflectantes, que se dedicaron, escobas, cepillos y carritos en
mano, a recoger los 2.000 kilos de juncia de las calles, para echarla a un
enorme camión de la basura, a modo de farolillo rojo de una carrera, dejando
el recorrido del Corpus Christi limpio y expedito. Al término de la procesión,
la animación en la plaza de España y calles aledañas continuó hasta bien
entrada la noche, con los niños de Primera comunión y sus familias
descansando y mitigando el calor de la jornada en los muchos veladores y
tiendas de helados y refrescos del Casco antiguo de la ciudad.
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